Hombres de Excelencia – Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), Hazrat Salih Shukran (ra), Hazrat Malik bin Dukhshum (ra), Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra), Hazrat Kharijah bin Zaid (ra) Hazrat Ziyad bin Labid (ra), Hazrat Khalid bin Bukair (ra) & Hazrat Ammar bin Yasir (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Contenidos relacionados por temas

Hombres de Excelencia – Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), Hazrat Salih Shukran (ra), Hazrat Malik bin Dukhshum (ra), Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra), Hazrat Kharijah bin Zaid (ra) Hazrat Ziyad bin Labid (ra), Hazrat Khalid bin Bukair (ra) & Hazrat Ammar bin Yasir (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

¡En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo!

SERMÓN DEL VIERNES, 13 de ENERO de 2023.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), dijo lo siguiente:

Como mencioné en el sermón del viernes anterior, narraré algunos detalles que se quedaron de los relatos de varios Compañeros (ra). Así pues, hoy comenzaré relatando [incidentes relacionados con] Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), que pertenecía a la tribu de Banu Asad. [Pues bien], en relación a su tribu, algunos dicen que tenían un pacto con los Bani Abd Shams, mientras que otros afirman que eran aliados de Harb bin Umaiyah. En cuanto a su físico, se dice que no era ni alto, ni bajo. Tenía una espesa melena. Al nombrarle jefe de una expedición, el Santo Profeta Muhammad (sa) hizo una declaración que evidenciaba su dureza, determinación e intrepidez.

[En este sentido], Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) relata que el Santo Profeta (sa) afirmó:

“Os enviaré bajo el liderazgo de un individuo que, aunque no es mejor que vosotros, es más duro que vosotros a la hora de tolerar el hambre y la sed”. A continuación, [el propio] Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) añade: “Bajo el liderazgo de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), nos dirigimos hacia el valle de Najlah, situado entre La Meca y Taif”.

En cuanto al botín de guerra que adquirieron tras salir victoriosos de esta expedición, está escrito que algunos creen que fue el primer botín de guerra que adquirieron los musulmanes. Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) dividió este botín de guerra en cinco partes: distribuyó cuatro partes y reservó una para el tesoro. Este fue el primer “jumus” [una quinta parte del botín de guerra] del Islam y fue asignado ese [mismo] día.

[Por su parte], el Imam Shabi relata que, en el Islam, la primera bandera fue izada por Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra). Posteriormente, los primeros botines de guerra que se repartieron fueron los adquiridos por [el propio] Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra).

[Por otro lado], respecto a Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) declara en “Sirat Jatamun-Nabiyyin” [‘La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)’]:

“Un jefe de La Meca, llamado Kurz bin Yabir Fihri, junto a un grupo de qureish, asaltó repentinamente y con gran astucia un pastizal de Medina, que estaba situado a solo tres millas de la ciudad y huyó con camellos, etc., Naturalmente, el repentino ataque de Kurz bin Yabir había aterrorizado enormemente a los musulmanes y, como existía una amenaza permanente de los jefes de La Meca de que atacarían Medina y destruirían por completo a los musulmanes, éstos estaban muy preocupados. Al observar estas mismas amenazas, el Santo Profeta (sa) decidió que los movimientos de los qureish debían ser vigilados desde una distancia más cercana, de modo que toda la información necesaria en relación a ellos pudiera estar disponible a tiempo, y Medina estuviera protegida de todo tipo de ataques repentinos”.

(Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) está aludiendo a la expedición que se acaba de mencionar).

“Por lo tanto, para este propósito, el Profeta (sa) reunió a un grupo de ocho “Muhayirin” [musulmanes que emigraron de La Meca a Medina] y, en un acto de sabiduría, el Mensajero de Dios (sa) seleccionó a tales hombres de su partida que pertenecían a diversas tribus de los qureish, de modo que fuera más fácil obtener información sobre las conspiraciones ocultas de los mismos. [Asimismo], el Santo Profeta Muhammad (sa) nombró a su primo paterno, Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), comandante de este grupo. [Luego], para asegurarse de que la misión principal del mismo se mantuviera en secreto, incluso para las masas musulmanas, al ordenar esta ‘sariyyah’ (expedición), el Mensajero de Al’lah (sa) no informó tan siquiera al comandante de este grupo del lugar ni del propósito de esta misión. Más bien, a su partida, el Santo Profeta (sa) le entregó una carta sellada y declaró: ‘Esta carta contiene las instrucciones necesarias para vosotros’.”

Aunque algunos aspectos de esta narración se han citado con anterioridad, no se mencionó la narración ofrecida por Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra).

También escribe:

“[El Profeta ordenó]: ‘Cuando recorráis una distancia de dos días de viaje desde Medina, abrid la carta y actuad de acuerdo con las instrucciones estipuladas’. Así pues, Hazrat Abdul’lah (ra) y sus compañeros se pusieron en marcha por orden de su Maestro (sa) y tras haber viajado una distancia de dos días desde Medina, Hazrat Abdul’lah (ra) abrió la carta con las instrucciones del Santo Profeta Muhammad (sa), que eran como sigue: ‘Dirigiros hacia el Valle de Najlah [que está] entre La Meca y Taif, obtened información sobre los qureish y regresad con noticias de ahí’.

Además, dado que suponía una misión de inteligencia muy cerca de La Meca era una tarea muy delicada, a pie de esta carta, el Santo Profeta (sa) había escrito que si, una vez conocido el objetivo de esta misión, alguno de entre sus compañeros dudaba en acompañar a este grupo y deseaba regresar, se le concedería permiso para hacerlo. Hazrat Abdul’lah (ra) leyó estas directrices a sus compañeros, quienes afirmaron unánimemente: ‘Nos presentamos felizmente para esta misión’. Entonces, este grupo se dirigió hacia Najlah, pero Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) y Hazrat Utbah bin Ghazwan (ra) perdieron sus camellos en el camino y se vieron separados de sus compañeros. A pesar de sus esfuerzos, fueron incapaces de encontrar a sus compañeros. El grupo se había quedado ahora solo con seis personas.

Respecto a esto, el Sr. David Samuel Margoliuth [especialista en historia islámica de principios del siglo XIX en el Reino Unido} ha escrito que Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) y Hazrat Utbah (ra) soltaron intencionadamente a sus camellos y utilizaron esto como excusa para quedarse atrás. Sin embargo, todos y cada uno de los episodios de la vida de estos devotos del Islam, que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas, es un testimonio de su valor y devoción. Uno de ellos fue martirizado a manos de los incrédulos en la campaña de ‘Bir-e-Maunah’, mientras que el otro participó ciertamente en muchas batallas peligrosas y al final se convirtió en el vencedor de Iraq. Por tanto, dudar de la sinceridad de estas personas, especialmente cuando esa duda se basa en nociones inventadas, es obra exclusiva de la imaginación del Sr. Margoliuth. Es irónico que el Sr. D. S. Margoliuth declare que ha escrito este libro completamente libre de prejuicios. En cualquier caso, esta es una cuestión secundaria.

[En fin], este pequeño contingente llegó a Najlah y comenzó a realizar su trabajo. Con la idea de ocultar su misión secreta, algunos de ellos se afeitaron la cabeza, para que los viajeros, etc., no se alarmaran y para que los consideraran como personas que habían venido con la intención de hacer la ‘Umrah’. No obstante, acabaron de llegar allí cuando, de repente, llegó también una pequeña caravana de los qureish, que viajaba de Taif a La Meca, y ambas partes se encontraron una con la otra. Los musulmanes consultaron entre sí lo que debían hacer. El Profeta (sa) les había enviado con el propósito de obtener información secreta, pero, por otro lado, la guerra con los qureish había comenzado. Ambos contrincantes estaban frente a frente y, naturalmente, existía el riesgo de que ahora, puesto que la gente de la caravana de los qureish había descubierto a los musulmanes, su misión de inteligencia encubierta dejara de ser secreta.

Otra dificultad fue que algunos musulmanes pensaron que tal vez era el último día de ‘Rayab’, es decir, un mes sagrado en el que estaba prohibido combatir según la antigua costumbre árabe. Otros pensaron que ‘Rayab’ había pasado y que el mes de ‘Shaban’ había comenzado. En algunas narraciones se ha relatado que esta ‘sariyyah’ fue enviada en ‘Yamadi al-Ajir’, y existía la duda de si este día era ‘Yamadi’ o ‘Rayab’. Por otro lado, el Valle de Najlah estaba situado justo a las afueras del ‘Haram’ [‘Jana Kaaba, la Mezquita Sagrada’] y era obvio que si no se tomaba una decisión ese día, la caravana habría entrado al día siguiente en el ‘Haram’, cuya santidad era indiscutible. Por consiguiente, teniendo en cuenta todos estos factores, finalmente se decidió atacar la caravana y capturar o matar a sus miembros. De esta forma, lanzaron un ataque en el nombre de Dios y como resultado, un hombre de los incrédulos fue asesinado y dos fueron tomados cautivos. A pesar de todo, el cuarto individuo desgraciadamente escapó y los musulmanes no pudieron apresarlo (por lo que su acción no fue un éxito completo). A continuación, los musulmanes se apoderaron de los bienes de la caravana; aunque dado que un hombre perteneciente a los qureish había escapado y que las noticias de este conflicto llegaron inevitablemente a La Meca con rapidez, Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) y sus compañeros regresaron rápidamente a Medina con el botín.

En esta ocasión, el Sr. Margoliuth escribe que Muhammad (sa) envió deliberadamente a ese grupo en el ‘Mes Sagrado’, porque en ese mes los qureish, naturalmente, no se percatarían y los musulmanes encontrarían una oportunidad fácil y definitiva para asaltar su caravana. Sin embargo, cualquier persona sensata puede comprender que un pequeño grupo de esta naturaleza no podría haber sido enviado a una región tan lejana para saquear una caravana, especialmente cuando el cuartel general enemigo estaba tan cerca. Además, la historia demuestra categóricamente que este grupo solo había sido enviado con el fin de obtener información. Asimismo, cuando el Santo Profeta Muhammad (sa) supo que los Compañeros (ra) habían atacado la caravana, se disgustó muchísimo. En este sentido, se narra que cuando se presentaron ante el Mensajero de Al’lah (sa) y le informaron de todo el relato, el Santo Profeta (sa) se disgustó enormemente y proclamó: ‘No os he dado permiso de luchar en el Mes Sagrado’.

Luego, está escrito que: ‘El Mensajero de Dios (sa) se negó a aceptar el botín’. Ante esto, Hazrat Abdul’lah (ra) y sus compañeros sintieron un gran remordimiento y vergüenza. Además, se dice que: ‘Pensaron que, debido a que habían incurrido en el desagrado de Dios y Su Mensajero, se habían arruinado’. Incluso los otros Compañeros (ra) les reprocharon y dijeron: ‘Hicisteis lo que no se os había decretado y luchasteis en el Mes Sagrado, a pesar de que no se os había ordenado en absoluto luchar en esa campaña’.

Por otro lado, los qureish también crearon un gran revuelo porque los musulmanes habían violado la santidad del Mes Sagrado y dado que la persona que había sido asesinada, Amr ibn al-Hadrami, era un jefe y además un aliado de Utbah ibn Rabiah, uno de los jefes de La Meca, este suceso enfureció enormemente a los qureish,  [por lo cual], comenzaron a prepararse para atacar Medina con incluso mayor celo y estruendo. De ahí que la ‘Batalla de Badr’ fuera principalmente el resultado de esta misma preparación y una intensa enemistad. Por lo tanto, ante este suceso, hubo murmullos tanto entre los musulmanes como entre los incrédulos, y finalmente se reveló el siguiente versículo del Corán, que proporcionó un medio de alivio para los musulmanes:

‘Te preguntan sobre el combate en el Mes Sagrado. Diles: Combatir en él es un grave pecado, pero apartar a los hombres del camino de Al’lah y ser desagradecido con Él y alejar a los hombres de la Mezquita Sagrada, y expulsar a su pueblo de ella es un pecado más grave a los ojos de Al’lah; y la persecución es peor que la muerte. Y ellos no dejarán de combatiros hasta que os hayan apartado de vuestra religión, si pudieran. Y aquel de vosotros que abandone su fe y muera como incrédulo será de aquellos cuyas obras serán vanas en este mundo y en el otro. Son los moradores del fuego y allí vivirán’, (2:218).

[El versículo viene a significar]: ‘Diles: Combatir en el Mes Sagrado es un gran transgresión, pero apartar a los hombres de la religión de Al’lah por la fuerza en el Mes Sagrado, o sea, no creer en la santidad del Mes Sagrado y la Sagrada Mezquita; o, en otras palabras, violar su santidad y luego expulsar coercitivamente a los habitantes de Haram, [es aún peor] y sois culpables de hacerlo. Por tanto, !oh idólatras, ello es un pecado mayor a la vista de Al’lah que combatir en el Mes Sagrado! Y, en verdad, perseguir en la tierra durante el Mes Sagrado es peor que esos combates que tienen por objeto impedir la persecución. ¡Oh Musulmanes! El estado de los incrédulos es que se han cegado tanto en su enemistad hacia vosotros que no cesarán de combatiros ni un momento ni en ningún lugar, hasta alejaros de vuestra fe si encuentran el poder para hacerlo”.

Por consiguiente, la historia establece que los jefes de los qureish difundían su propaganda sangrienta incluso en los meses sagrados. De hecho, se volvieron aún más activos en sus malvados designios durante esos meses, aprovechando las reuniones y viajes que tenían lugar en los meses sagrados. Además, con gran vileza, para gratificarse con una falsa satisfacción, reordenaban el orden de los meses sagrados, lo que se conocía como ‘Nasi’. En consecuencia, más tarde sobrepasaron todos los límites, cuando durante la era del ‘Tratado de Hudaibiyah’, a pesar de existir un pacto y un acuerdo firme, los incrédulos de La Meca y sus aliados tomaron la espada contra una tribu aliada de los musulmanes, en la zona del ‘Haram’; y luego, cuando los musulmanes partieron en apoyo de esta tribu, también lucharon contra ellos en la misma región del ‘Haram’. En consecuencia, era natural que los musulmanes encontraran consuelo en esta respuesta, pero a los qureish también se les puso en su sitio.

Durante este tiempo, dos de sus hombres llegaron a Medina para liberar a sus dos cautivos. No obstante, hasta el momento, Hazrat Sad bin Abi Waqqas (ra) y Hazrat Utbah (ra) no habían regresado. Con relación a ellos, el Santo Profeta Muhammad (sa) temía mucho que si los qureish los capturaban, no los liberarían vivos. Así pues, por esta razón, el Santo Profeta (sa) se negó a liberar a los cautivos hasta que ellos regresaran y dijo: ‘Cuando mis hombres lleguen a Medina a salvo, liberaré a los vuestros’. Al final, cuando ambos llegaron a Medina, el Mensajero de Dios (sa) liberó a ambos cautivos a cambio de un rescate. Sin embargo, de entre estos dos cautivos, un individuo quedó tan profundamente impresionado por las altas cualidades morales del Profeta (sa) y la verdad de las enseñanzas islámicas durante su estadía en Medina, que incluso después de su liberación, se negó a regresar y se unió a los sirvientes del Santo Profeta Muhammad (sa), [aunque] posteriormente fue martirizado en ‘Bir-e-Maunah’. Su nombre era Was Hakam bin Qaisan”.

[Por otro lado, cabe decir que] la espada de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) se rompió durante la “Batalla de Uhud”. [Entonces], el Santo Profeta (sa) le facilitó una rama de palmera datilera. Así, la rama se volvió como una espada en su mano y, a partir de ese día, se hizo conocer como “Uryun” [una rama de palmera datilera].

[Por su parte], Abu Naim dice que Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) siempre juró por su Señor, tenía el amor de Dios siempre presente en su corazón y fue el primero en izar la bandera del Islam.

También ha sido narrado por el Imam Shaafi que:

“Dos hombres, uno perteneciente a la tribu Bani Amir y el otro a la tribu Bani Asad, vinieron a mí [Imam Shaafi] mientras se jactaban y peleaban entre sí. [Entretanto], el hombre de Bani Amir había agarrado la mano del miembro de Bani Asad. El hombre de Bani Asad pidió que le soltara la mano, mientras que el  de Bani Amir dijo: ‘Por Dios, no te soltaré’.”

El Imam Shaafi continúa:

“Le dije a esa persona: ‘¡Oh hermano de Bani Amir, suelta su mano!’; y le pedí al hombre de Bani Asad: ‘Tú posees seis atributos que no están en ningún hombre árabe y son:

  • El Mensajero de Al’lah (sa) deseaba casarse con una mujer de tu tribu, por lo que Dios hizo que sucediera, y el representante de ambos era Hazrat Yibril (as). El nombre de la mujer era Hazrat Zainab bint Yahsh (ra) y esto es una fuente de orgullo para su tribu.
  • Hubo un hombre de entre vosotros que estaba destinado al Cielo, pero aun así caminó sobre la Tierra con humildad y ese fue Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra), lo cual es una fuente de orgullo para su tribu.
  • La primera bandera del Islam fue otorgada a uno de vosotros, Hazrat Abdul’lah Bin Yahsh (ra), y esto es motivo de orgullo para su tribu.
  • El primer botín de guerra en el Islam y que se distribuyó en el Islam fue repartido por Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra), y esto es motivo de orgullo para su tribu.
  • La primera persona en jurar lealtad durante el ‘Baiat Al-Ridwan’ fue alguien de tu tribu. Posteriormente, se acercó a ver al Santo Profeta Muhammad (sa) y le pidió: ‘¡Oh Mensajero de Dios (sa), extiende tu mano para que pueda jurarte lealtad!’. Y el Santo Profeta (sa) preguntó: ‘¿Sobre qué base me jurarás lealtad?’. Él respondió: ‘Con respecto a lo que está en tu corazón’. El Profeta (sa) sa) inquirió: ‘¿Qué hay en mi corazón?’; y el hombre replicó: ‘O la victoria o el martirio’. Por lo tanto, el Santo Profeta Muhammad (sa) tomó la promesa de Hazrat Abu Sinan (ra), después de lo cual la gente vino y proclamó que ‘nos comprometemos con el juramento de Hazrat Abu Sinan (ra)’; y esto es una fuente de orgullo para tu tribu
  • En el día de la ‘Batalla de Badr, siete de entre los ‘Muhayirin’ pertenecían a su tribu y esto es motivo de orgullo para su nación”.

Luego, se narra que cuando Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) fue martirizado durante la “Batalla de Uhud”, su esposa en ese momento era Hazrat Zainab bint Juzaimah (ra). Tras su martirio, el [propio] Santo Profeta (sa) se casó con Hazrat Zainab bint Juzaimah (ra) y vivió con él durante ocho meses, aunque en otras narraciones se dice que vivieron juntos solo dos o tres meses. Ella falleció a finales del mes de “Rabi al-Ajir”. El Mensajero de Al’lah (sa) dirigió su oración fúnebre y fue enterrada en [el cementerio de] “Yannat ul-Baqi”.

Como he dicho antes, los otros relatos ya han sido mencionados.

A continuación, hablaré sobre Hazrat Salih Shukran (ra):

Según algunos, Hazrat Shukran (ra) y Hazrat Umm Aiman (ra) llegaron al Profeta (sa) como parte de la herencia de su padre. Eran esclavos y tras la “Batalla de Badr”, el Mensajero de Dios (sa) les concedió la libertad. [Asimismo], Hazrat Salih Shukran (ra) estuvo entre los que tuvieron la suerte de bañar el cuerpo del Santo Profeta (sa) después de su fallecimiento, aunque aparte de él, había otros ocho miembros de la familia del Mensajero (sa).

En referencia a este mismo honor de bañar al Santo Profeta Muhammad (sa), hay una narración en Musnad Imam Ahmad bin Hanbal que señala que Hazrat Salih (ra) tuvo un gran honor. (Este honor se refería al baño del Profeta -sa-). Cuando estaban bañando el cuerpo del Santo Profeta (sa), Hazrat Salih Shukran (ra) y Hazrat Usamah bin Zaid (ra) estaban vertiendo agua sobre él.

Se ha narrado también por Hazrat Ibn Abbas (ra) que, cuando la gente se reunió para bañar al Mensajero de Al’lah (sa), solo los miembros de la familia del Santo Profeta Muhammad (sa) estaban presentes en su casa: el tío del Mensajero (sa), Hazrat Abbas (ra); Hazrat Ali (ra), Hazrat Fadl bin Abbas (ra), Hazrat Qusm bin Abbas (ra), Hazrat Usamah bin Zaid (ra) y Hazrat Salih Shukran (ra), el esclavo liberado del Santo Profeta (sa).

Durante esos momentos, Hazrat Aus bin Jauli Ansari (ra), de los Banu Auf bin Jazrall, quien [también] estuvo presente durante la “Batalla de Badr”, estaba parado en la puerta y llamó a Hazrat Ali (ra) diciendo: “¡Oh Ali, juro por Dios, permíteme participar de estas bendiciones del Santo Profeta (sa)”. Hazrat ‘Ali (ra) respondió: “Entra”. Por tanto, entró y estuvo presente durante el baño del Santo Profeta Muhammad (sa), pero no participó en el mismo. [Además], el narrador afirma que Hazrat Ali (ra) sostenía el cuerpo del Profeta (sa) contra su pecho mientras aún vestía su camisa. [Por su parte], Hazrat Abbas (ra), Hazrat Fadl (ra) y Hazrat Qusm (ra) estaban ayudando a Hazrat Ali (ra) a cambiar de lado al Mensajero de Al’lah (sa). A la par, Hazrat Usamah (ra) y Hazrat Salih Shukran (ra) vertían agua y Hazrat Ali (ra) bañaba al Santo Profeta (sa).

[Respecto a esto], Alamah Balazuri afirma:

“Hazrat Umar (ra) envió al hijo de Hazrat Shukran (ra), Abdur Rahman bin Shukran (ra), a Hazrat Abu Musa Ashari (ra) y escribió sobre él diciendo: ‘Estoy enviando a Abdur Rahman bin Salih Shukran (ra), hacia ti; es un hombre piadoso y un esclavo liberado del Mensajero de Dios (sa). Trátalo bien, teniendo en cuenta el respeto que el Santo Profeta Muhammad (sa) tenía por su padre’.”

En otra narración, Alamah Bawi afirma que:

Hazrat Shukran (ra) residía en Medina, aunque también poseía una casa en Basora. Falleció durante el Jalifato de Hazrat Umar (ra) y la última persona de su linaje murió durante el liderazgo en Medina de Harun al-Rashid . Decir también que una persona de su familia vivía en Basora. Según Musab, se desconoce si su linaje continuó o terminó.

[Por su parte], Hazrat Salih Shukran (ra) relata:

“Una vez vi al Santo Profeta (sa) montado en una mula yendo hacia Jaibar. Estaba ofreciendo oraciones y haciendo los gestos [de la oración]”.

En otras palabras, estaba ofreciendo oración mientras cabalgada en su montura. Esta es [una respuesta a] un tema polémico, [o sea], si está permitido ofrecer oraciones mientras se viaja o no.

Hazrat Malik bin Dujshum (ra) es otro Compañero del que aún no se han mencionado algunos hechos.

Se ha registrado sobre él que se le conocía como Hazrat Malik bin Dujaishim e Ibn Dujshum (ra). El nombre de su padre era Dujshum bin Mardajeh y además se le conocía como Dujshum bin Malik bin Dujshum bin Mardajeh, y su madre se llamaba Umairah bint Sad. Hazrat Malik (ra) estaba casado con Yamila bint Ubayy bin Sulul, que era la hermana de Abdul’lah bin Ubayy bin Sulul, el jefe de los hipócritas [de Medina].

Tras el arresto de Suhail bin Amr, Hazrat Malik (ra) pronunció las siguientes coplas poéticas:

“Encarcelé a Suhail y no deseo encarcelar a nadie de entre todas las personas a cambio de él. La gente de Banu Jandaf es consciente de que solo Suhail es el joven más valiente de su tribu, especialmente cuando se enfrentó a la crueldad. Ataqué al abanderado y lo derribé, y recurrí a luchar contra Suhail bin Amr, cuyo labio estaba cortado”.  

En referencia a los cautivos de la “Batalla de Badr”, hay una narración en “Usud al-Ghabah”:

Abu Salih cuenta, basado en la autoridad de Hazrat Ibn Abbas (ra), que Abu Yusr Malik bin Dujshum Aufi y Tariq bin Ubaid Ansari se acercaron al Mensajero de Al’lah (sa) y le dijeron: “¡Oh Profeta de Dios (sa), dijiste que quien mate a un enemigo en esta guerra será recompensado de tal o cual forma, y quien traiga un cautivo será recompensado tal y cual manera! Matamos a 70 personas y encarcelamos a otras 70”. Ante esto, Hazrat Sad ibn Muaz (ra) respondió: “¡Oh Mensajero (sa), nosotros también podríamos haber actuado como esta gente, no obstante estábamos protegiendo a los musulmanes desde su retaguardia. El botín de guerra es limitado y luego hay mucha gente. Si le concedes a esas personas lo que les prometiste, entonces algunos otros no recibirán nada”.

Así pues, la gente continuó hablando de esto hasta que Dios Altísimo reveló el siguiente versículo (8:2):

Es decir, “Te preguntan sobre el botín de guerra. Diles: ‘El botín pertenece a Al’lah y al Mensajero’.”

El día de la “Batalla de Uhud”, Hazrat Malik bin Dujshum (ra) pasó junto a Hazrat Jariyah bin Zaid (ra). Hazrat Jariyah (ra) estaba sentado cubierto de heridas. Sufría unas 13 heridas graves. [Más tarde], Hazrat Malik le dijo: “¿Sabes que el Santo Profeta (sa) ha sido martirizado?”. Hazrat Jariyah (ra) respondió: “Si el Profeta (sa) en verdad ha sido martirizado, entonces ciertamente Dios está Vivo y nunca sufrirá la muerte. Muhammad (sa) ha transmitido el mensaje. Por lo tanto, tú también debes luchar por tu fe”.

En otra narración, este incidente se menciona de la siguiente manera:

Cuando se difundió el rumor del martirio del Santo Profeta Muhammad (sa), Hazrat Malik bin Dujshum (ra) pasó junto a Hazrat Jariyah bin Zaid (ra), que estaba sentado con 13 heridas graves a lo largo y ancho de su pecho y Hazrat Malik (ra) le comunicó: “¡Sabes que el Mensajero de Dios (sa) ha sido martirizado!”. [Al oír esto], Hazrat Jariyah (ra) respondió: “Incluso si Muhammad (sa) ha sido martirizado, Al’lah está vivo y nunca morirá. Ciertamente ha transmitido el mensaje (del Islam). Por consiguiente, lucha por tu fe”. [Luego], el narrador afirma que después de esto, Hazrat Malik (ra) pasó junto a Hazrat Sad bin Rabi (ra), que había sufrido 12 heridas graves. [Entonces], Hazrat Malik (ra) se dirigió a Hazrat Sad (ra) y le dijo: “¡Sabes que el Santo Profeta Muhammad (sa) ha sido martirizado!”. Hazrat Sad (ra) replicó: “Doy fe de que Muhammad (sa) ha entregado el mensaje de su Señor. Así pues, luchad por vuestra fe, porque Dios está vivo y nunca morirá”.

Según otra narración, mucha gente se acercó al Santo Profeta (sa) y le dijeron:

“Él (o sea, Hazrat Malik bin Dujshum -ra-) se muestra débil con los hipócritas”. Ante esto, el Profeta (sa) declaró: “¿Acaso no ofrece la oración? Afirmáis que es un hipócrita; ¿acaso no ofrece oraciones?”. Y la gente respondió: “Sí, oh Mensajero de Dios (sa), él ofrece la oración. Sin embargo, sus oraciones están desprovistas de bondad”. Ante esto, el Santo Profeta Muhammad (sa) exclamó dos veces: “Se me ha prohibido matar a los que ofrecen la oración”.

[Hazur aclara]: Esta es una lección vital para los musulmanes de hoy.

Según otra narración más, el Santo Profeta (sa) encargó a Hazrat Malik bin Dujshum (ra), junto a Hazrat Sim bin Adi (ra) -el hermano de Hazrat Man bin Adi (ra)- que destruyeran la mezquita de Dirar [que fue construida por los hipócritas para utilizarla contra el Profeta (sa) y los musulmanes].

[Finalmente], se dice que Hazrat Malik bin Dujshum (ra) no tuvo descendencia.

A continuación, hablaré brevemente de Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra):

Su nombre era Ukashah y su linaje familiar era Mihsan bin Harsan. También se llamaba Abu Mihsan. Fue martirizado en el doceavo año después de la Hégira, durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra).

El Imam Shabi ha elogiado a Hazrat Ukashah (ra) con las siguientes palabras:

“Había un hombre que estaba destinado al Paraíso y aun así caminaba por la Tierra con humildad. Ese hombre era Ukashah bin Mihsan (ra)”.

En el segundo año tras la Hégira, inmediatamente después de la “Batalla de Badr”, el Santo Profeta Muhammad (sa) encargó a Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) una expedición y Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra) también participó en la misma.

[Por otro lado], se menciona en “Al-Sirat Al-Halabiyyah” que, durante la “Batalla de Uhud”, el Santo Profeta (sa) disparaba flechas continuamente usando su arco, que se llamaba “katum” [el discreto], porque no emitía ningún sonido cuando se disparaba una flecha con él. Al final, debido a los continuos disparos de flechas, una parte del arco se rompió. Según otra narración, se dice que el lado del arco donde se ataba la cuerda estaba roto. Básicamente, se rompió debido a los constantes disparos de flechas y el Mensajero de Al’lah (sa) se quedó con un poco de cuerda de arco. [Entretanto], Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra) se lo quitó para tensar la cuerda del arco, aunque esta se había quedado demasiado corta y manifestó: “¡Oh Mensajero de Dios (sa), esta cuerda es demasiado corta!”. El Santo Profeta Muhammad (sa) respondió: “Tira de ella y será suficiente”. Hazrat Ukashah (ra) concluye: “Por Quien envió al Santo Profeta (sa) con la verdad, tiré de la cuerda, y se hizo tan larga que pude hacer dos o tres nudos alrededor del arco y lo aseguré firmemente”.

Hay una narración que dice que en el año 6 d.H., Uyainah bin Hisn, junto con la caballería de los Banu Ghatafan, fueron a Ghabah, donde atacaron a las camellas de ordeño del Profeta (sa). Ahí era donde pastaban los camellos del Santo Profeta Muhammad (sa), pues era su pasto. También había un hombre y una mujer de Banu Ghaffar que solían vivir en Ghabah. [Pues bien], los atacantes mataron al hombre y se llevaron a la mujer junto con los camellos. [Luego], la primera persona en enterarse de este incidente fue Hazrat Salamah bin Akwa (ra), quien partió hacia Ghabah por la mañana, acompañado por el esclavo de Hazrat Talhah bin Ubaidil’lah (ra) y su caballo. Cuando llegaron a Zaniyat al-Wada, vieron algunos caballos de los atacantes, por lo que treparon por la ladera del monte Sala y pidieron ayuda a los que iban detrás. A continuación, corrieron tras los atacantes como animales de caza hasta que los alcanzaron y empezaron a dispararles flechas. En cuanto uno de los jinetes miraba en su dirección, Hazrat Salamah (ra) se apresuraba a dispararle una flecha cuando se presentaba la oportunidad. Cuando el Santo Profeta (sa) se enteró de este incidente, anunció que Medina estaba en peligro. Algunos jinetes comenzaron a reunirse junto al Mensajero (sa), entre ellos Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra) y otros Compañeros (ra). Durante este incidente, Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra) alcanzó a Aubar y a su hijo Amr bin Aubar, que iban montados en el mismo camello. Hazrat Ukashah (ra) hirió a ambos con un solo golpe de su lanza y los mató a los dos, y más tarde recuperó algunos de los camellos robados.

La siguiente mención es la de Hazrat Jariyah bin Zaid (ra):

Su título era Abu Zaid. Está registrado que Hazrat Muaz bin Yabal (ra), Hazrat Sad bin Muaz (ra) y Hazrat Jariyah bin Zaid (ra) preguntaron a algunos sabios judíos sobre ciertas cosas mencionadas en la Torá, pero estos se negaron a responder y ocultaron la verdad. En esta ocasión, Dios Altísimo reveló el siguiente versículo [Sagrado Corán 2:160]:

“Aquellos que ocultan lo que hemos hecho descender en forma de Signos y de guia,

después de haber dejado [todo] muy claro para los hombres en el Libro,

a esos son a quienes Al’lah maldice; y así los maldigan quienes maldicen”.

La siguiente mención es de Hazrat Ziyad bin Labid (ra):

Su nombre de pila era Abu Abdil’lah. Pertenecía a una rama de la tribu Ansari de Jazraj llamada Banu Byadah bin Aamir. Su descendencia residió en Medina y Bagdad. Está escrito que Dihak bin Numan afirma que Masruq bin Wail, del Valle de Aqiq, vino ante el Santo Profeta Muhammad (sa) en Medina. [Lo cierto es que] en Arabia hay varios valles y lugares llamados Aqiq, pero el más conocido es el Valle de Aqiq, situado al oeste de Medina. Durante la época del Santo Profeta (sa), el camino de Medina a La Meca pasaba por Aqiq y llegaba hasta Zul Hulaifah, y este es el mismo camino que se utiliza hoy en día. Está escrito que, [según Masruq bin Wail], aceptó el Islam y permaneció firme en él. Y proclamó: “¡Oh Mensajero de Dios (sa), deseo que envíes a mi pueblo a alguien que pueda atraerlos al Islam!”. En consecuencia, el Profeta (sa) envió al Compañero Ansar llamado Hazrat Ziyad bin Labid (ra) con ellos y falleció en el año 41 d.H., al comienzo del gobierno de Hazrat Muawiyah (ra). [Por su parte], Al-Tabrani dice que Hazrat Ziyad (ra) vivió en Kufa, mientras que Muslim e Ibn Habban aseguran que vivió en Siria y también que se encontraba entre los eruditos y Compañeros (ra).

[El propio] Hazrat Ziyad bin Labid (ra) relata:

“El Santo Profeta (sa) habló algo y dijo: ‘Esto ocurrirá cuando el conocimiento sea arrebatado’. Yo respondí: ¡Oh Mensajero de Al’lah (sa), ¿cómo se nos quitará el conocimiento mientras leamos el Corán y se lo enseñemos a nuestros hijos, y nuestra progenie lo lea hasta el Último Día? Si el Corán permanece, ¿cómo es posible que el conocimiento ya no permanezca?”. El Santo Profeta Muhammad (sa) exclamó: ‘¡Que Dios te bendiga, oh Ziyad! Te consideraba una de las personas más inteligentes de Medina. ¿Acaso los judíos y los cristianos no leen la Torá y los Evangelios? Ninguno de ellos pone en práctica sus enseñanzas. El conocimiento será arrebatado cuando los musulmanes lean el Corán pero no actúen en consecuencia”.

[Pues bien], esto es exactamente lo que estamos presenciando hoy.

Por otro lado, Hazrat Yazid bin Abdil’lah bin Qusaid (ra) narra que Hazrat Abu Bakr (ra) envió a Hazrat Ikrimah bin Abi Yahl (ra) junto con quinientos musulmanes para ayudar a Hazrat Ziyad bin Labid (ra) y Hazrat Muhayir bin Umaiyah bin Abi Umaiyah (ra). Llegaron al ejército cuando habían conquistado Nuyair, que se encuentra en Yemen. Entonces, Hazrat Ziyad bin Labid (ra) les dio una parte del botín, [a pesar de que] esa caravana llegó cuando la victoria ya se había producido. El Imam Shaafi dice que Hazrat Ziyad (ra) escribió sobre esto a Hazrat Abu Bakr (ra) y este le respondió en una carta diciendo que solo tenían derecho sobre el botín los que habían participado en la batalla. En su opinión, Hazrat Ikrimah (ra) no merecía una parte del botín porque no había participado en dicho combate. [No obstante], Hazrat Ziyad (ra) habló con sus amigos sobre el asunto y ellos decidieron gustosamente incluir a Hazrat Ikrimah (ra) y su ejército en el botín.

La siguiente mención es la de Hazrat Jalid bin Bukair (ra):

Su padre era Bukair bin Abd Yalil y pertenecía a la tribu Banu Sad, aliada de los Banu Adiyy.

[Una vez], Ibn Ishaq declaró:

“Aparte de Ayas y sus hermanos Aqil, Jalid y Amir, no conocimos a otros cuatro hermanos que participaran en la ‘Batalla de Badr’. Estos cuatro hermanos también emigraron juntos y se quedaron en Medina con Rifaah bin Abdil Munzir”.

[Además], Ibn Ishaq dice que después de la “Batalla de Uhud”, algunas personas de las tribus Azl y Qarah fueron al Santo Profeta (sa) y le dijeron: “¡Oh Mensajero de Dios (sa), nos estamos inclinando hacia el Islam! Envía [pues] a algunos de tus Compañeros (ra) con nosotros, para que enseñen a nuestra gente sobre la fe y el Corán”. El Profeta (sa) envió a seis Compañeros (ra) con ellos bajo el liderazgo de Hazrat Marsad bin Abi Marsad (ra), y Hazrat Jalid bin Bukair (ra) era uno de ellos. Más tarde, quienes los llevaron a conocer la fe los engañaron y martirizaron.

La siguiente mención es la de Hazrat Ammar bin Yasir (ra):

Su nombre de pila era Abu Abdil’lah.

Hazrat Musleh Maud, Jalifatul Masih II (ra), ha escrito, considerando libros de historia, que:

“Una vez, el Santo Profeta (sa) pasó junto a un esclavo llamado Ammar y vio que estaba sollozando y secándose las lágrimas de los ojos. El Santo Profeta Muhammad (sa) preguntó: ‘¿Qué te pasa Ammar?’. Este dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al’lah (sa), es algo terrible! Ellos (el enemigo) no dejaban de golpearme y causarme dolor, y no me dejaron en paz hasta que dije algo contra ti y hablé a favor de sus ídolos’. El Santo Profeta (sa) preguntó: ‘¿Qué sentías en tu corazón? Ammar (ra) respondió: ‘Sentí una fe inquebrantable y, aunque dije algo contra ti, tenía fe en mi corazón’. El Santo Profeta Muhammad (sa) exclamó: ‘Si tu corazón tenía fe, entonces Dios Altísimo perdonará tu debilidad’.”

[Por otra parte], hay diferentes opiniones sobre la emigración de Hazrat Ammar bin Yasir (ra) a Abisinia, ya que algunos opinan que formó parte de la segunda migración a Abisinia.

[Luego], con respecto a la rebelión que surgió durante el Jalifato de Hazrat Uzman (ra), Hazrat Jalifatul Masih II (ra) escribe:

“Cuando estos disturbios sobrepasaron todos los límites e incluso los nobles Compañeros (ra) comenzaron a recibir cartas de queja contra los gobernadores, juntos se acercaron a Hazrat Uzman (ra) y le preguntaron: ‘¿No estás al tanto de lo que está ocurriendo fuera de Medina?’. Hazrat Uzman (ra) respondió: ‘Los informes que recibo no indican más que paz y tranquilidad’. Los Compañeros (ra) respondieron que estaban recibiendo cartas de tal o cual asunto, y que eso debía investigarse. Ante esto, Hazrat Uzman (ra) les pidió consejo sobre cómo debía llevarse a cabo la investigación. De acuerdo con su propuesta, Hazrat Usamah bin Zaid (ra) fue enviado a Basora, Muhammad bin Maslamah a Kufah, Hazrat Abdul’lah bin Umar (ra) a Siria y Hazrat Ammar bin Yasir (ra) a Egipto, con el fin de investigar el estado de las cosas e informar si los gobernadores estaban realmente tratando a los ciudadanos injustamente, oprimiéndolos y usurpando los derechos de las personas. Además de estos cuatro, envió a otros a diversas tierras para que informaran de las condiciones que allí reinaban.

Estas personas fueron y volvieron después de haber realizado su investigación, y todas ellas informaron de que reinaba la paz en todas partes y que los musulmanes vivían sus vidas con total libertad; nadie vulneraba sus derechos y los gobernantes actuaban con equidad y justicia. No obstante, Hazrat Ammar bin Yasir (ra) se retrasó y no se recibieron noticias suyas [por un tiempo]… [Es más], se retrasaron tanto las noticias, que los habitantes de Medina pensaron que lo habían matado. Sin embargo, lo cierto es que, debido a su sencillez y desconocimiento de la política, había caído en las garras de los rebeldes, discípulos de Abdul’lah bin Saba. Como el propio Abdul’lah bin Saba estaba presente en Egipto, no se le pasaba desapercibido que si esa comisión investigadora informaba de que existía un estado de paz y seguridad en todo el país, todo el mundo se volvería contra ellos. [Entretanto], la decisión de enviar esta delegación se había tomado tan repentinamente, que no pudo decidir en otras provincias, pero le resultó fácil decidirse en Egipto. [Así pues], recibió a Hazrat Ammar bin Yasir (ra) en cuanto llegó a Egipto y comenzó a describir las debilidades y crueldades del gobernador de Egipto, (Hazrat Amr bin al-As -ra-). Hazrat Ammar bin Yasir (ra) fue incapaz de salvaguardarse del encanto de sus palabras, (es decir, pronunció tales palabras que le influyeron, pues sabía hablar muy bien). [Por eso], en lugar de llevar a cabo una investigación imparcial, ni siquiera se dirigió al gobernador de Egipto, ni llevó a cabo una investigación básica. Al contrario, se unió a este grupo de rebeldes y empezó [también] a plantear objeciones junto a ellos.

[En este sentido], Hazrat Ammar bin Yasir (ra) es la única persona de entre los Compañeros (ra) sobre la que se ha probado categóricamente que cayó en la trampa de los rebeldes. Aparte de él, ningún otro destacado Compañero (ra) participó en tal acto y si se ha implicado a alguien de entre ellos, tal idea ha sido refutada por otras narraciones. [Ahora bien], hubo una razón en particular para que Hazrat Ammar bin Yasir (ra) fuera engañado. (No es el caso de que, Dios nos perdone, albergara hipocresía alguna, por alguna razón concreta): nada más llegar a Egipto, se encontró por casualidad con un grupo de personas elocuentes y bien habladas que parecían de fiar y empezaron a quejarse ante él del gobernador de Egipto con gran habilidad. Casualmente, el gobernador de Egipto era un hombre que en otro tiempo había sido un acérrimo enemigo del Santo Profeta Muhammad (sa). En la victoria de La Meca, el Profeta (sa) había ordenado que se le matara aunque se le encontrara en las inmediaciones de la ‘Kaaba’. Aunque el Santo Profeta (sa) le perdonó más tarde, su anterior oposición había dejado huellas de aversión en los corazones de ciertos Compañeros (ra), entre los que se encontraba Hazrat Ammar (ra).

Por lo tanto, al oír las quejas contra una persona así, Hazrat Ammar (ra) se dejaba influenciar muy rápidamente y aceptaba como ciertas todas las acusaciones que se vertieran contra él. Aprovechándose de ese sentimiento natural, los ‘Sabais’, o sea, los partidarios de Abdul’lah bin Saba, pusieron sobre la mesa esta cuestión como un medio contra el gobernador. Sin darse cuenta se unió a ellos, pero también está escrito que, (durante la ‘Batalla de Siffin), Hazrat Ammar bin Yasir (ra) se dirigió a la gente y dijo: ‘¿Dónde está toda esa gente que desea la complacencia de Al’lah y no desea volver a su riqueza y a sus hijos?’. De ahí que un nutrido grupo de personas se reuniera a su alrededor. Hazrat Ammar (ra) les habló [de nuevo] diciendo: ‘¡Oh pueblo, venid, vayamos hacia esa gente que está exigiendo venganza contra la sangre de Hazrat Uzman bin Affan (ra) y que [parecen] afirmar que Hazrat Uzman (ra), que era inocente, ha sido asesinado! Por Dios, su verdadero motivo no es exigir justicia por el asesinato de Hazrat Uzman (ra), más bien han caído presa de los deleites de este mundo. (Hazrat Ammar -ra- comprendió ahora que quienes creaban el desorden estaban instigando todos estos problemas y luego dijo que ellos aman el mundo y solo perseguían lo mundano). Y se han dado cuenta de que la verdad ha salido a la superficie y formará una barrera entre ellos y sus aspiraciones mundanas. Proclamaron que un individuo no tiene ninguna superioridad sobre otro en el Islam, por lo que hay que mostrarles obediencia, y que los otros no son más merecedores de ser nombrados gobernantes, (es decir, ellos no poseen ninguna distinción para que sean hechos gobernantes, sino que solo están creando desorden). Estas personas han engañado a sus seguidores y les han dicho que su inocente Imam fue asesinado para que ellos mismos pudieran convertirse en reyes tiranos. [Pues bien], esta es una estratagema tan peligrosa, que a través de la misma han traspasado todos los límites, como resulta evidente delante vuestra. Si no hubieran utilizado la excusa de exigir justicia por el asesinato de Hazrat Uzman (ra), no habrían acumulado ni dos seguidores”.

Hazrat Ammar (ra) proclamó entonces:

“¡Oh Al’lah, si concedes Tu socorro, como lo hiciste innumerables veces antes y si les concedes el éxito [o sea, a los que propagan el desorden], entonces, a causa de ello, crearán innovaciones entre Tu pueblo e impondrán un doloroso castigo”.

[Por otra parte], ha sido relatado por Muhammad bin Amr y otros, que durante la “Batalla de Siffin” se libró un feroz combate, hasta el punto de que ambas partes estuvieron a punto de perecer. [Entonces], Muawiyah profirió: “Hoy es el día en que los árabes serán destruidos, excepto aquellos que sufran el mismo destino que este esclavo”, o sea, Hazrat Ammar bin Yasir (ra), -lo que significa que Hazrat Ammar bin Yasir -ra- sería martirizado-. Los combates continuaron durante tres días y tres noches. Al tercer día, Hazrat Ammar bin Yasir (ra) dijo a Hashim bin Utbah bin Abi Waqqas, que era el abanderado ese día: “¡Que mis padres sean sacrificados por ti, llévame contigo!”. Hashim respondió: “¡Oh Ammar, que la misericordia de Dios sea contigo, eres una persona que en la guerra se considera inferior y poca cosa! Tomaré el estandarte con la esperanza de conseguir mi objetivo. Si muestro alguna debilidad, ni siquiera entonces estaré a salvo de la muerte”. Permaneció a su lado hasta que subieron a sus monturas. Montó a su lado y luego Hazrat Ammar (ra) se situó entre su batallón. [Por su parte], Zu al-Kala [el enemigo] se situó junto a su ejército frente a ellos. Ambos lucharon entre sí y los dos ejércitos fueron destruidos.

Hazrat Ammar (ra) fue atacado por Huway Saqi y Abu al-Ghadiyah Muzni y ambos lo martirizaron. Cuando le preguntaron cómo lo había matado, Abu al-Ghadiyah contestó: “Cuando se acercó a nosotros con su batallón y nos acercamos a ellos, exclamó si había alguien que quisiera presentarse para combatir. Saqasiq es el nombre de una tribu cercana a Yemen y una persona de entre ellos saltó adelante. Ambos empezaron a golpear sus espadas el uno contra el otro. Hazrat Ammar (ra) mató a Saqsiq y volvió a llamar para ver quién deseaba combatir contra él. Himyar es el nombre de otra tribu de Yemen y una persona de entre ellos se presentó para el combate. Ambos empezaron a golpear sus espadas el uno contra el otro y Hazrat Ammar (ra) mató al hombre de la tribu Himyar, pero resultó herido.[Entonces], Hazrat Ammar (ra) volvió a llamar para ver quién deseaba combatir contra él y me acerqué a él (llamándole esclavo) y desenvainamos nuestras espadas el uno contra el otro. Su mano ya estaba debilitada y le asesté un fuerte golpe que le hizo caer al suelo. A continuación lo golpeé con mi espada, dejándolo tieso”.

El narrador luego cuenta que cuando Hazrat Ammar (ra) fue martirizado, Hazrat Ali (ra) manifestó:

“Si algún musulmán considera que el martirio de Hazrat Ammar bin Yasir (ra) es un asunto ordinario y no está apenado por ello, entonces seguramente está equivocado. ¡Que la misericordia de Al’lah sea con Ammar (ra) desde el día en que aceptó el Islam! ¡Que la misericordia de Al´lah sea con Ammar (ra), pues siempre que se mencionaban cuatro Compañeros (ra) del Santo Profeta (sa) él era el cuarto, y el quinto cuando se mencionaban cinco! Fue uno de los primeros Compañeros (ra) del Santo Profeta Muhammad (sa). A nadie le cabía duda alguna de que en muchas ocasiones se le había declarado como alguien que iría al Paraíso. Por tanto, las buenas nuevas del Paraíso están destinadas a Ammar (ra). También se dijo de él que Ammar (ra) está con la verdad y la verdad está con Ammar (ra). Dondequiera que vaya, Ammar (ra) irá con la verdad y el asesino de Ammar (ra) estará ciertamente en el fuego del infierno”.

Said bin Abd al-Rahman relata de su padre:

“Una persona fue a Hazrat Umar bin al-Jattab (ra) y le dijo: ‘Estoy en un estado de impureza y no he encontrado agua’. Hazrat Ammar bin Yasir (ra) le dijo a Hazrat Umar (ra): ‘¿No recuerdas que nosotros (tú y yo) estábamos de viaje? Todavía no habías ofrecido tus oraciones, mientras que yo había rezado habiendo regresado cubierto de barro como un animal [que se revuelca en un charco]. Había vuelto tan cubierto de barro que parecía un animal y aun así había rezado (es decir, había realizado el ‘tayammum’ al no encontrar agua). Le mencioné esto al Profeta (sa) y me respondió: ‘Solo bastaba con que hicieras eso’ y dio una palmada con ambas manos en el suelo, sopló en sus manos y se las pasó por la cara al mismo tiempo’.” 

[Asimismo], Abu Wail afirma:

“Hazrat Ammar (ra) pronunció ante nosotros un sermón breve pero excepcionalmente elocuente y cuando bajó del púlpito, le dijimos: ‘¡Oh Abu Yaqzan (ra), has hablado muy elocuentemente, pero tu discurso ha sido breve! ¿Por qué no has hablado más tiempo?’. A esto respondió: ‘¡Oí decir al Santo Profeta (sa): ‘Un signo de la sabiduría de una persona es extender sus oraciones y mantener breves sus sermones. Por consiguiente, alargad la oración y haced que el sermón sea breve. Verdaderamente hay un gran encanto en algunas expresiones”.

[Por su parte], Hassan bin Bilal dice:

“Vi que durante la ablución, Hazrat Ammar bin Yasir (ra) se pasaba los dedos por la barba”. El narrador añade: “Le pregunté por qué se pasaba los dedos por la barba, a lo que respondió: ‘Por qué no iba a hacerlo, pues vi al Santo Profeta Muhammad (sa) pasarse los dedos por la barba’.”

[Según otro relato], Amr bin Ghalib narra que:

Una persona habló mal de Hazrat Aisha (ra) en presencia de Hazrat Ammar bin Yasir (ra), a lo que éste replicó: “¡Aléjate, maldito y desdichado! ¿Causas dolor a la amada esposa del Santo Profeta (sa)?”.

Bueno, estos fueron algunos relatos y los restantes serán narrados en el futuro, si Dios quiere.

También hay noticias trágicas: hace dos días, nueve de nuestros miembros áhmadis fueron martirizados en Burkina Faso. Es un suceso verdaderamente trágico:

[¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!], pues fueron martirizados de una manera extremadamente bárbara. De todos modos, fue una prueba para su fe y se mantuvieron firmes. No es que abrieran fuego al azar, sino que los llamaban uno a uno y los martirizaban. En todo caso, se han recibido algunos detalles, aunque todavía están enviándonos algunos [otros] informes. Por esta razón, si Dios quiere, hablaré de ellos en detalle en el sermón de la próxima semana.

¡Que Al’lah derrame Su perdón y misericordia sobre ellos, y eleve su estatus [espiritual]!

Seguid ofreciendo súplicas, [ya que] la situación actual allí es que los terroristas amenazaron con que si se reabre la mezquita, volverían y atacarían de nuevo.

¡Que Dios Altísimo proteja de su maldad a los áhmadis que viven allí!

Así pues, hablaré de ellos en detalle en el siguiente sermón.

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que como mencionó en el sermón anterior, había algunos aspectos de la vida de ciertos Compañeros que aún no habían sido mencionados. Su Santidad (aba) dijo que hoy, primero destacaría la vida de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra).

Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra)

Su Santidad (aba) dijo que Abdul’lah bin Yahsh (ra) era de la tribu Banu Asad. Era de estatura media y tenía el pelo grueso. Una vez, fue nombrado líder de una expedición, y el Santo Profeta (sa) habló sobre él, expresando que Abdul’lah bin Yahsh (ra) era paciente, decidido y valiente. Está registrado que Abdul’lah bin Yahsh (ra) fue el primero en portar la bandera islámica, y la primera vez en el Islam que se obtuvo botín fue durante la expedición que él lideró.

Su Santidad (aba) dijo que los musulmanes de Medina temían un ataque sorpresa de los Quraish. El Santo Profeta (sa) vio este temor y decidió que debía haber una forma de conocer más de cerca los movimientos de los Quraish. Por lo tanto, creó un grupo de 8 personas, bajo el liderazgo de Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra). Con el fin de garantizar la seguridad, el Santo Profeta (sa) ni siquiera le dijo a este grupo a dónde iban a ser enviados. En su lugar, le dio a Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) una carta con instrucciones y le dijo que no la abriera hasta que hubieran viajado durante dos días. Al abrir la carta, leyó que el Santo Profeta (sa) había dado instrucciones de ir a Nakhlah, que estaba situado entre La Meca y Ta’if. El Santo Profeta (sa) también escribió que al enterarse de esta misión, si alguien deseaba regresar se le permitiría, sin embargo todos permanecieron decididos. Fue durante esta expedición que este grupo se encontró con una caravana de los de La Meca, en la cual uno de La Meca fue asesinado y dos fueron capturados.

Su Santidad (aba) citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) quien escribió:En esta ocasión, el Sr. Margolius escribe que Muhammad (sa) envió deliberadamente a esta compañía en el Mes Sagrado, porque en este mes los Quraish naturalmente habrían estado despreocupados, y los musulmanes encontrarían una oportunidad fácil y definitiva para asaltar su caravana. Sin embargo, cualquier persona sensata puede entender que un pequeño grupo de esta naturaleza no podría haber sido enviado a una región tan lejana para saquear una caravana, especialmente cuando el cuartel general enemigo estaba tan cerca. Además, la historia establece categóricamente que este grupo sólo había sido enviado con el propósito de obtener información. Además, cuando el Santo Profeta (sa) se enteró de que los Compañeros habían atacado la caravana, se disgustó mucho. Así, se narra que cuando se presentaron ante el Santo Profeta (sa) y le informaron de todo, el Santo Profeta (sa) se disgustó enormemente…”.

Su Santidad (aba) además citó a Hazrat Mirza Bashir Ahmad (ra) quien escribe:Por otra parte, los Quraish también levantaron un gran alboroto y gritaron que los musulmanes habían violado la santidad del Mes Sagrado. Como la persona que había sido asesinada, ‘Amr bin Al-Hadrami, era un jefe, y también era confederado de ‘Utbah bin Rabi’ah, un jefe de La Meca, este suceso alentó enormemente el fuego de furia de los Quraish. Comenzaron a prepararse para un ataque contra Medina con aún mayor celo y alboroto. Por lo tanto, la Batalla de Badr, que mencionaremos más adelante, fue principalmente el resultado de esta misma preparación y vehemente enemistad. Por lo tanto, tras este suceso, hubo murmuraciones tanto entre los musulmanes como entre los incrédulos, y finalmente se reveló el siguiente versículo del Corán, que proporcionó un medio de alivio a los musulmanes:“La gente te pregunta sobre luchar en el Mes Sagrado. Diles: ‘Sin duda, combatir en el Mes Sagrado es una gran transgresión, pero impedir por la fuerza a los hombres la religión de Dios en el Mes Sagrado; más bien, descreer en relación con el Mes Sagrado y la Mezquita Sagrada, es decir, violar su santidad, y luego expulsar por coacción a los habitantes del Haram, como son culpables de hacer, oh idólatras, es un pecado mayor con Al’lah que combatir en el Mes Sagrado; y en verdad, perseguir en la tierra durante el Mes Sagrado es peor que tal combate, que tiene por objeto impedir la persecución. ¡Oh, musulmanes! El estado de los incrédulos es tal que se han vuelto tan ciegos en su enemistad hacia ustedes que no cesarán de combatirlos en ningún momento y en ningún lugar, hasta hacerlos retroceder de su fe, si encuentran el poder para hacerlo.’” (2:218)’

Su Santidad (aba) dijo que la espada de Hazrat Abdul’lah bin Yashsh (ra) se rompió el día de Uhud. Fue entonces cuando el Santo Profeta (sa) le dio una rama de un árbol llamado Uryoon que se convirtió en su espada. Desde ese día, se le conoció con el nombre de Uryoon. Hazrat Abdullah bin Yahsh (ra) también fue martirizado durante la batalla de Uhud. Estaba casado con Hazrat Zainab bint Khuzaimah. Después de su martirio, cuando ella enviudó, se casó con el Profeta (sa).

Hazrat Salih Shukran (ra)

Su Santidad (aba) dijo que la siguiente mención era de Hazrat Salih Shukran (ra). Según algunos, consta que el Santo Profeta (sa) lo recibió como herencia de su padre. Luego, después de la Batalla de Badr, el Santo Profeta (sa) lo liberó.

Su Santidad (aba) dijo que después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), Hazrat Salih (ra) tuvo el honor de estar entre los que lavaron el cuerpo bendito del Santo Profeta (sa),

Su Santidad (aba) dijo que durante la época de su Jalifato, Hazrat Umar (ra) envió al hijo de Hazrat Shukran (ra), Abdur Rahman bin Shukran (ra) a Hazrat Abu Musa Ash’ari (ra) y le escribió que le enviaba al hijo de Hazrat Salih Shukran (ra), y que debía tratarlo según el rango de su padre a los ojos del Santo Profeta (sa).

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Salih Shukran (ra) narró un Hadiz que una vez, vio al Santo Profeta (sa) montado en un animal de camino a Khaibar, y lo vio rezando. Su Santidad (aba) dijo que esto aborda la cuestión de si se puede rezar mientras se viaja, o estando en un medio de transporte.

Hazrat Malik bin Dukhshum (ra)

Su Santidad (aba) dijo que el siguiente Compañero que mencionaría era Hazrat Malik bin Dukhshum (ra). Con respecto a los prisioneros de la Batalla de Badr, Hazrat Malik bin Dukhshum (ra) estaba entre un grupo de Compañeros que fueron al Santo Profeta (sa) y le dijeron que él había prometido que quien matara a un cierto número de personas en la batalla recibiría una cierta cantidad y quien tomara tal y tal número como cautivos recibiría una cierta cantidad. Sin embargo, 70 personas habían sido asesinadas y 70 prisioneras, y el botín no era suficiente para que todos recibieran la misma parte. Ante esto, le fue revelado al Santo Profeta (sa) el siguiente versículo del Sagrado Corán:Te preguntan sobre el botín de guerra. Diles: “El botín pertenece a Al-lah y al Mensajero. (8:2)

Su Santidad (aba) dijo que durante la Batalla de Uhud, cuando se había extendido el falso rumor del martirio del Santo Profeta (sa), Hazrat Malik bin Dukshum (ra) pasó junto a Compañeros heridos, preguntándoles si habían oído hablar del martirio del Santo Profeta (sa). Ellos le respondieron que aunque esto fuera cierto, Dios seguía vivo y debía seguir luchando.

Su Santidad (aba) dijo que una vez, algunas personas le dijeron al Santo Profeta (sa) que creían que Hazrat Malik bin Dukshum (ra) protegía a los hipócritas. El Santo Profeta (sa) preguntó, ‘¿Él no reza?’. Ellos respondieron que sí, pero que no había nada bueno en sus oraciones. El Santo Profeta (sa) dijo dos veces, que se le había prohibido matar a cualquiera que ofreciera Salat [oración]. Su Santidad (aba) dijo que esto debería servir de lección para los musulmanes de hoy.

Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra)

Su Santidad (aba) dijo que la siguiente mención era de Hazrat Ukashah bin Mihsan (ra). Fue martirizado durante la era de Hazrat Abu Bakr (ra) en 12 DH. Su Santidad (aba) citó al Imam Sha’bi quien dijo que aunque Ukashah (ra) estaba destinado al cielo, caminó en esta tierra con humildad.

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Ukashah (ra) estaba entre quienes acompañaron a Hazrat Abdul’lah bin Yahsh (ra) en su expedición. También está registrado que durante la Batalla de Badr, el Santo Profeta (sa) estaba disparando flechas con su arco que se rompió, y Hazrat Ukashah (ra) fue quien le ayudó a repararlo.

Hazrat Khariyah bin Zaid (ra)

Su Santidad (aba) dijo que la siguiente mención era de Hazrat Khariyah bin Zaid (ra). Está registrado que Hazrat Mu’adh bin Yabal (ra), Hazrat Sa’d bin Mu’adh (ra), y Hazrat Khariyah bin Zaid (ra) preguntaron a algunos sacerdotes judíos sobre ciertos aspectos de la Torá, sin embargo se negaron a responder. Fue en esta ocasión que el siguiente versículo del Corán fue revelado al Santo Profeta (sa):

Aquellos que ocultan lo que hemos hecho descender en forma de Signos y de guía, después de haberlo dejado muy claro para los hombres en el Libro, a ésos son a quienes Al-lah maldice; y así los maldigan quienes maldicen. (2:160)

Hazrat Ziyad bin Labid (ra)

Su Santidad (aba) dijo que la siguiente mención era de Hazrat Ziyad bin Labid (ra). Está registrado que una vez una persona del Valle de Aqiq fue al Santo Profeta (sa) y pidió que se enviara a su gente un llamador a la fe. Ante esta petición, el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Ziyad bin Labid (ra).

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Ziyad (ra) falleció al comienzo del gobierno de Mu’awiyah.

Hazrat Yalid bin Bukair (ra)

Su Santidad (aba) dijo que la siguiente mención era de Hazrat Yalid bin Bukair (ra). Está registrado que Hazrat Yalid (ra) y sus tres hermanos participaron en la Batalla de Badr y los cuatro hermanos también participaron en la migración a Medina.

Hazrat Ammar bin Yasir (ra)

Su Santidad (aba) dijo que a continuación mencionaría a Hazrat Ammar bin Yasir (ra). Está registrado que una vez, el Santo Profeta (sa) pasó cerca de Hazrat Ammar (ra) y lo encontró llorando. Dijo que los oponentes lo golpearon terriblemente hasta que dijo algo en contra del Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) le preguntó qué había realmente en su corazón. Hazrat Ammar (ra) respondió que tenía una fe inquebrantable en su corazón. El Santo Profeta (sa) dijo que si este era el caso, entonces Al’lah perdonaría lo que pronunció con su boca.

Su Santidad (aba) dijo que durante la Batalla de Siffin, la lucha fue feroz, y Mu’awiyah dijo que la única manera de debilitar la fuerza del bando contrario era si Ammar bin Yasir (ra) era martirizado. Finalmente, fue en la Batalla de Siffin donde Hazrat Ammar (ra) fue martirizado. Está registrado que cuando Hazrat Ali (ra) se enteró del martirio de Hazrat Ammar (ra), dijo que cualquiera que no pensara que este martirio era significativo y no estuviera apenado por ello no estaba verdaderamente guiado.

Su Santidad (aba) dijo que continuaría mencionando incidentes de los Compañeros en futuros sermones.

Un trágico incidente en Burkina Faso

Su Santidad (aba) dijo que hay noticias muy tristes procedentes de Burkina Faso, donde nueve ahmadíes fueron martirizados hace dos días. Fue un incidente muy grave. Fueron martirizados de la manera más brutal. Su fe fue puesta a prueba, pero se mantuvieron firmes. No es que fueran víctimas de un tiroteo abierto, sino que fueron llamados individualmente y martirizados uno a uno. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah el Todopoderoso se apiade de ellos y eleve sus rangos. Su Santidad (aba) instó a todos a seguir rezando por la zona; los terroristas amenazaron con que si se abría de nuevo la mezquita volverían y llevarían a cabo un ataque. Que Al’lah el Todopoderoso mantenga a los ahmadíes de allí a salvo de ellos. Su Santidad (aba) dijo que mencionaría más detalles la próxima semana.

Resumen preparado por The Review of Religions

Share via