La vida del Santo Profeta (sa) – “Más incidentes que ocurrieron tras la ‘Batalla de Badr’:
SERMÓN DEL VIERNES, 10 de NOVIEMBRE de 2023.
Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.
Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,
Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), dijo estas palabras:
Estaba hablando sobre la vida del Santo Profeta Muhammad (sa) y mencionando incidentes que tuvieron lugar inmediatamente transcurrida la “Batalla de Badr”. En este sentido, uno de los eventos significativos que tuvo lugar en el segundo año tras la Hégira fue el establecimiento del cementerio [musulmán] en Medina, [llamado] “Yannat-ul Baqi”, [el “Jardín de Baqi”, que era el nombre de los árboles que se encontraban allí].
[Pues bien], los detalles del asentamiento del “Yannat-ul-Baqi” son los siguientes:
Cuando el Santo Profeta (sa) se estableció en Medina, había muchos cementerios. Los judíos tenían los suyos y varias tribus árabes también tenían sus propios cementerios, [pues] dado que Medina estaba dividida en varias áreas en ese momento, cada tribu enterraba a sus difuntos en los campos abiertos de sus respectivas áreas. [También] Quba tenía su propio cementerio, que era el más conocido, aunque asimismo había otros más pequeños. La tribu de Banu Zafar tenía el suyo propio y la de Banu Salama poseía el suyo. Entre otros, se incluía también el cementerio de los Banu Saidah, donde más tarde se estableció el “Souq an-Nabi” (sa), [el “Zoco del Profeta (sa)]; y [finalmente], en el terreno donde se construyó la “Mezquita An-Nabawi” (del Profeta -sa-), entre los huertos de palmeras datileras, había algunas tumbas de politeístas. [De todas formas], entre todos estos cementerios, “Baqi al-Ghargad” era el más antiguo y conocido; y una vez que el Mensajero (sa) lo seleccionara como cementerio para los musulmanes, adquirió un estatus único y distinto que mantendrá para siempre.
Hazrat Ubaidul’lah bin Abi Rafi (ra) relata que el Profeta (sa) buscaba un lugar donde solo los musulmanes fueran enterrados y, con este propósito, inspeccionó varios sitios. Sin embargo, este honor estaba destinado a “Baqi Al-Ghargad”. [Entretanto], el Mensajero de Al’lah (sa) declaró: “Se me ha ordenado seleccionar este lugar (es decir, ‘Baqi Al-Ghargad’)”; [aunque] durante esa época, también se le conocía como “Baqi Al-Jabjabah”. Había innumerables árboles y arbustos [espinosos] de “ghargad”, y estaba lleno de mosquitos y otros insectos; y cada vez que los mosquitos se acinaban en esa zona debido a la suciedad, o porque era como una escombrero, aparecía como si una nube de humo hubiera cubierto el área.
La primera persona en ser enterrada allí fue Hazrat Uzman bin Mazun (ra) y el Santo Profeta Muhammad (sa) colocó una piedra a su lado como una marca diciendo: “Él es nuestro predecesor”. [Luego], cada vez que alguien fallecía después de él, la gente le preguntaba al Santo Profeta (sa) dónde enterrarlo. Ante esto, el Profeta (sa) decía: “Enterradlo en ‘Baqi’, cerca de nuestro predecesor, Uzman bin Mazun”. [Por cierto], en árabe “baqi” se refiere a una zona llena de muchos árboles. En cualquier caso, en Medina, este lugar empezó a ser conocido como “Baqi Al-Ghargad”, ya que estaba lleno de árboles de “ghargad”, como acabo de mencionar. Además de eso, había muchos arbustos del desierto. [Por otra parte], se le llama además “Yannat-ul-Baqi”. El significado de “Yannah” en árabe es “jardín” o “Paraíso”. Por ello, es conocido como “Yannat-ul-Baqi” entre la mayoría de los visitantes no-árabes. [En este sentido], Abdul Hamid Qadri Sahib ha registrado estos diversos detalles y, por ende, indica que no debemos olvidar que los árabes generalmente llaman a sus cementerios “yannah”. [Es más], otro nombre de este [cementerio] fue “Maqabir-ul-Baqi”, que era más conocido de esta forma entre los beduinos.
Con respecto a esto, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) ha mencionado en “Sirat Jatamun Nabiyin”, [‘La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)’] lo siguiente:
“A finales de ese año (o sea, 2 d.H.), el Mensajero de Dios (sa) propuso la creación de un cementerio en Medina para sus Compañeros (ra), al que se refirió como ‘Yannat-ul Baqi‘; y, tras su creación, los Compañeros (ra) eran generalmente enterrados en ese mismo cementerio. [Así], el primer Compañero enterrado en este cementerio fue Hazrat Uzman bin Mazun (ra), quien fue de los primeros musulmanes y [alguien] extremadamente justo y piadoso. [Además], era un hombre de carácter ascético. En una ocasión, tras convertirse en musulmán, le dijo al Santo Profeta Muhammad (sa): ‘Si el Mensajero (sa) amablemente me concede permiso, es mi deseo abandonar el mundo por completo y separarme de mi esposa e hijos, para poder dedicar mi vida enteramente a la adoración de Dios’. No obstante, el Santo Profeta (sa) no le permitió hacerlo. De hecho, incluso con respecto a aquellas personas que no abandonaban el mundo por completo, aunque ayunaban y ofrecían la ‘salat’ [oración] con tanta frecuencia que afectaba los derechos de los que dependían de ellos, el Profeta (sa) manifestó: ‘Debéis ofrecer los derechos que se deben a Al’lah, debéis ofrecer los derechos que se deben a vuestras esposas e hijos, debéis ofrecer los derechos que se deben a los invitados y debéis ofrecer los derechos que se deben a vuestra propia alma; porque todos estos derechos han sido designados por Dios Altísimo y su cumplimiento es también una forma de adoración’.
Por lo tanto, el Mensajero de Dios (sa) no permitió que Uzman bin Mazun (ra) abandonara el mundo y, a pesar de que prohibió el celibato y el ascetismo en el Islam, el Santo Profeta Muhammad (sa) estableció un camino intermedio para su comunidad, que está situado entre los dos extremos. [De todas formas], el Santo Profeta (sa) se entristeció profundamente por el fallecimiento de Uzman bin Mazun (ra) y hay una narración en la que se dice que, tras su muerte, el Profeta (sa) besó su frente con lágrimas en los ojos; y que después de su entierro, el Mensajero de Al’lah (sa) colocó una piedra en la cabecera de su tumba para que sirviera como marca y luego, de vez en cuando, visitaba el ‘Yannat-ul Baqi‘ y oraba por él. [En definitiva], Hazrat Uzman bin Mazun (ra) fue el primer ‘Muhayir’ [emigrante de La Meca a Medina] fallecido en Medina”.
A continuación hablaré de la “Expedición de Zi Amr”, también conocida como la “Expedición a los Banu Ghatafan”:
El Santo Profeta Muhammad (sa) recibió noticias de que las ramas de los Banu Zalabah y Banu Maharib de la tribu Ghatafan se habían reunido en un lugar llamado “Zi Amr”, que era una aldea cerca de Ghatafan. Su objetivo era atacar las zonas vecinas de la ciudad de Medina y lograr que se unieran a ellos; y el individuo que los incitaba contra los musulmanes era Dauzur bin Hariz de los Banu Maharib. [Así pues], tan pronto como recibió esta noticia, el Santo Profeta (sa) ordenó a la gente que se preparara y, por tanto, partió de Medina con un ejército de 450 Compañeros (ra) y algunos caballos. [Entretanto], el Profeta (sa) eligió a Hazrat Uzman bin Affan (ra) como su representante en Medina.
La “Expedición de Ghatafan” tuvo lugar en [el mes de] “Rabi al-Awwal” del tercer año después de la Hégira, el Mensajero de Dios (sa) partió para la misma el 12 [del mes] de “Rabi al-Awwal” y la gente de Medina tuvo que soportar su ausencia durante 11 días. Más tarde, el 24 de “Rabi al-Awwal”, el Santo Profeta Muhammad (sa) regresó a Medina. [Por cierto], el área donde el Santo Profeta (sa) instaló su campamento para recopilar información sobre Ghatafan era un lugar cerca del [mismo] Ghatafan llamado “Zi Amr”; y por esta razón la expedición se llama “Expedición de Zi Amr”. Además, se la conoce como la “Expedición a los Banu Ghatafan”, debido a que iba contra la tribu de Ghatafan.
Se registra en relación con la partida del Profeta (sa) para combatir el encuentro de los idólatras que, tras partir de Medina, los Compañeros (ra) se encontraron con una persona de los Banu Zalabah en Zu al-Qassah, que estaba situada a 14 millas [23 km] de Medina hacia Rabazah, y este individuo se llamaba Yabbar. Los Compañeros (ra) lo capturaron y le preguntaron hacia dónde se dirigía, a lo que él respondió: “Deseo ir a Yazrib [antiguo nombre de Medina] en busca de algún sustento”, y presto fue llevado ante el Mensajero de Al’lah (sa). [Entonces], informó al Santo Profeta Muhammad (sa) sobre la situación de su pueblo y después de que el Santo Profeta (sa) lo invitara al Islam, inmediatamente se convirtió en musulmán; [y presto], cuando se dio cuenta de las intenciones del Profeta (sa) y que se dirigía a luchar contra los Banu Zalabah y Banu Maharib, le dijo al Mensajero (sa): “¡Oh Muhammad (sa)! Ellos nunca se enfrentarán a ti en combate y, si se enteran de tu llegada, huirán inmediatamente a las cimas de las montañas”.
Por supuesto que querían atacar los aledaños de Medina, pero nunca se enfrentarían cara a cara con los musulmanes; y añadió: “Yo también te acompañaré”. [Presto], el Mensajero de Dios (sa) puso a Yabbar [ra] bajo la supervisión de Bilal (ra) y esta persona llevó a los musulmanes por otra ruta y llegó a su zona; y cuando la gente vio que se acercaba el ejército musulmán, huyeron a las montañas. El Santo Profeta Muhammad (sa) avanzó, llegó a un manantial llamado “Zi Amr” y acampó allí. De repente, una fuerte lluvia comenzó a caer en ese lugar, causando que las ropas del Santo Profeta (sa) y sus Compañeros (ra) se mojaran. [Por ello], el Profeta (sa) colocó su vestimenta mojada a secar en un árbol y se tumbó debajo de él. Los Compañeros (ra), [por su parte], estaban ocupados en su propios asuntos y entonces es cuando se hizo un malvado intento de matar al Mensajero de Al’lah (sa).
Está escrito [lo siguiente] en relación con la persona que en este incidente desenvainó su espada:
Se dice que aquellos que se escondieron en las cimas de las montañas estaban viendo todos los movimientos del Santo Profeta Muhammad (sa) desde lo más alto de las mismas. [Por eso], cuando los idólatras vieron al Santo Profeta (sa) tumbado en un lugar y completamente solo, acudieron a su jefe Dauzur, que era el más valiente de todos; y los idólatras le dijeron: “Ahora mismo, el Profeta (sa) está acostado completamente solo y es tu deber encargarte de él”.
En una narración, se registra que cuando Dauzur vio al Mensajero de Dios (sa) tumbado y en solitario, exclamó: “¡Que Al’lah me destruya si no mato a Muhammad [sa] ahora!”. Por ello, avanzó con su espada desenvainada hacia el Santo Profeta Muhammad (sa), pero se detuvo al llegar a donde justo yacía su cabeza y se dirigió al Mensajero (sa) con estas palabras: “¿Quién te salvará hoy de mi mano?”; (o proclamó: “¿Quién te salvará ahora?”). [De inmediato], el Profeta (sa) respondió con plena confianza: “Al’lah me protegerá”; y al oír esto, la persona cayó al suelo y su espada se desprendió de su mano. El Mensajero de Dios (sa) rápidamente tomó su espada y le preguntó: “¿Quién te salvará ahora de mí?”; y en respuesta, Dauzur contestó: “Nadie. Doy testimonio de que no hay más dios que Al’lah y Muhammad (sa) es Su Mensajero. Por Dios, nunca más incitaré a la gente contra vosotros”.
Esta fue la promesa que hizo y el Santo Profeta Muhammad (sa) le devolvió su espada. Según otra narración, Dauzur se volvió hacia el Santo Profeta (sa) y afirmó: “Por Al’lah, eres mucho más excelso que yo al otorgar un favor”; y el Profeta (sa) replicó: “Es más propio de mi parte hacer un favor”. [Al final], Dauzur regresó con su gente, pero había cambiado tanto que comenzó a predicarle a su pueblo. [Una vez allí], Dauzur relató el incidente de lo que le pasó y cómo cayó al suelo, [por lo que] al contar el evento de su caída, explicó: “Vi una persona alta allí; [es decir], cuando estaba allí con mi espada desenvainada, vi venir a una persona muy alta que empujó mi pecho y caí de espaldas (o sea, lo golpeó con la mano y cayó hacia atrás). Fue entonces cuando me di cuenta de que no era un ser humano, sino un ángel. Por ello acepté que ‘no hay más dios que Al’lah y que Muhammad (sa) es el Mensajero de Al’lah’.” Y añadió: “¡Por Dios, nunca volveré a actuar contra él!”.
A partir de entonces, empezó a predicar el Islam a su gente y a través de él, Dios Altísimo guió a muchas personas. En cualquier caso, el Mensajero de Al’lah (sa) regresó a Medina tras esto y no tuvo lugar ninguna batalla. En total, el Santo Profeta Muhammad (sa) pasó fuera de Medina 11 días, [aunque] según otra narración lo estuvo por 15 días; [incluso], Abu Umar afirma que el Santo Profeta (sa) pasó todo el mes de “Safar” en Nayd. En cualquier caso, estos son los distintos relatos, pero el viaje solo duró unos días. [Por otra parte], algunos eruditos han considerado que el incidente mencionado sobre el atentado contra la vida del Profeta (sa) con una espada tuvo lugar durante la “Batalla de Zat al-Riqa” y al hacerlo han declarado que los dos incidentes son uno y el mismo; sin embargo, la mayoría de los investigadores consideran que estos dos eventos ocurrieron durante batallas diferentes. Asimismo se ha recogido que el nombre del individuo que atacó durante la “Batalla de Zat al-Riqa” era Ghauraz y se dice que aceptó el Islam, aunque también hay opiniones que afirman que no lo aceptó, si bien hizo un voto al Santo Profeta (sa) de no luchar nunca contra él.
Esta es una narración de Bujari.
Otro evento que tuvo lugar durante este tiempo es el fallecimiento de Hazrat Ruqayyah (ra) y el matrimonio de Hazrat Umm Kulzum (ra), y los detalles de estos acontecimientos han sido recogidos por Hazrat Abdul’lah bin Munkif bin Harizah Ansari (ra), quien relata:
“Cuando el Mensajero de Dios (sa) partió para la ‘Batalla de Badr’, dejó a su hija, Hazrat Ruqayyah (ra), al cuidado de Hazrat Uzman (ra), [su esposo]. Estaba enferma y falleció el mismo día en que Hazrat Zaid bin Harizah (ra) llegó a Medina con la buena noticia de la victoria que Al’lah concedió en Badr al Santo Profeta Muhammad (sa). El Mensajero (sa) designó una parte del botín de Badr para Hazrat Uzman (ra) y su parte era igual a la de los que participaron en la batalla. Tras el fallecimiento de Hazrat Ruqayyah (ra), el Profeta (sa) casó a su [otra] hija, Hazrat Umm Kulzum (ra), con Hazrat Uzman (ra)”.
[Por su parte], Hazrat Abu Hureira (ra) dice:
“El Santo Profeta (sa) se encontró con Hazrat Uzman (ra) en la puerta de la Mezquita y le dijo: ‘¡Oh Uzman, este es Gabriel [as]! Me ha informado que Al’lah ha decretado tu matrimonio con Umm Kulzum [ra] por la misma cantidad de dote que Ruqayyah y por tu trato amable hacia ella”.
En otras palabras, Dios dijo que el Santo Profeta Muhammad (sa) también debía casar a su otra hija con Hazrat Uzman (ra) con el mismo valor de la dote dada a Ruqayyah [ra].
[En este sentido], Hazrat Aisha (ra) narra:
“Cuando el Santo Profeta (sa) casó a Umm Kulzum (ra) con Hazrat Uzman (ra), le pidió a Hazrat Umm Aiman (ra): ‘Prepara a mi hija Umm Kulzum [ra] y luego llévala a casa de Uzman [ra], y toca el tambor ante ella’. Ella hizo lo que se le ordenó. [Posteriormente], el Profeta (sa) visitó a Hazrat Umm Kulzum (ra) tres días después y le preguntó: ‘Mi amada hija, ¿cómo encuentras a tu marido?’. Umm Kulzum (ra) respondió: ‘Es un marido excelente’. [Al final], Hazrat Umm Kulzum (ra) permaneció con Hazrat Uzman (ra) hasta el 9 a.H., tras lo cual cayó enferma y falleció. El Mensajero de Al’lah (sa) dirigió su oración fúnebre y se sentó junto a su tumba durante un tiempo”.
[En esta ocasión], Hazrat Anas (ra) relata:
“Vi al Santo Profeta Muhammad (sa) con lágrimas en los ojos mientras estaba sentado junto a la tumba de Hazrat Umm Kulzum (ra)”.
En una narración de Bujari este incidente se registra de la siguiente manera, [en la que] Hilal cuenta que Hazrat Anas bin Malik (ra) dijo:
“Estábamos asistiendo a las oraciones fúnebres de la hija del Santo Profeta (sa) y vi que el Mensajero (sa) estaba sentado junto a la tumba de su hija con lágrimas brotando de sus ojos”.
En otro relato consta que al fallecer Hazrat Umm Kulzum (ra), el Santo Profeta (sa) afirmó:
“Si tuviera una tercera hija, también la casaría con Uzman [ra]“.
[Sobre esto], Hazrat Ibn Abbas (ra) manifiesta:
“El Profeta (sa) pasó por un lugar y vio a Hazrat Uzman (ra) sentado allí, llorando de pena por el fallecimiento de la hija del Mensajero de Dios (sa), Hazrat Umm Kulzum (ra)”.
El narrador dice además:
“El Santo Profeta Muhammad (sa) iba acompañado de sus dos Compañeros, Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Umar (ra), y el Mensajero (sa) preguntó: ‘¡Oh Uzman! ¿Por qué lloras?’. Hazrat Uzman (ra) replicó: ‘¡Oh Profeta de Al’lah (sa), lloro porque mi relación contigo como yerno ha llegado a su fin! Tus dos hijas estuvieron casadas conmigo y ambas han fallecido. Ahora ya no soy tu yerno’. El Profeta (sa) contestó: ‘No llores. Juro por Aquel a quien pertenece mi vida, que si tuviera cien hijas y fallecieran una tras otra, casaría a cada una de ellas contigo, hasta que no quedara ni una sola’.”
Se trataba de una expresión mutua de amor por ambas partes. Por un lado, Hazrat Uzman (ra) se entristeció porque su relación como yerno había terminado; y, por otro, el Santo Profeta Muhammad (sa) le consoló compasivamente y le tranquilizó diciéndole que no debía lamentarse, pues seguía estando estrechamente emparentado con él.
Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) menciona este matrimonio en su libro “La vida y el carácter del Sello de los Profetas (sa)” con estas palabras:
“Tras el fallecimiento de Ruqayyah (ra), la hija del Santo Profeta Muhammad (sa) y esposa de Hazrat Uzman bin Affan (ra), el Santo Profeta (sa) dio en matrimonio a Hazrat Uzman (ra) [su] otra hija llamada Umm Kulzum (ra), que era mayor que Hazrat Fátima (ra), aunque menor que Ruqayyah (ra). Por esta misma razón, Hazrat Uzman (ra) es conocido como ‘Zu Al-Nurain’, es decir, el ‘poseedor de dos luces’. [De todos modos], este fue el segundo matrimonio de Umm Kulzum (ra), porque al principio, su hermana Ruqayyah (ra) y ella estaban casadas con los dos hijos de Abu Lahab, el tío paterno del Profeta (sa). No obstante, antes de que pudiera celebrarse su ‘rujsatanah’ [boda], esta relación se rompió por oposición religiosa. [Entonces], el Mensajero de Dios (sa) dio primero a su hija Ruqayyah (ra) a Hazrat Uzman (ra) en matrimonio; y más tarde, después de su fallecimiento, también casó a Umm Kulzum (ra) con él. Sin embargo, lamentablemente la progenie de estas dos hijas no continuó, [pues] Umm Kulzum (ra) no tuvo ninguna progenie y el hijo de Ruqayyah (ra), cuyo nombre era Abdul’lah, falleció a la edad de seis años. [En todo caso], el matrimonio de Umm Kulzum (ra) tuvo lugar en [el mes de] ‘Rabi-ul-Awwal’ del tercer año tras la Hégira”.
Otro acontecimiento que según los informes tuvo lugar durante este periodo es la “Batalla de Buhran”, que aparte de llamarse así se ha hecho referencia a ella como “Batalla de Furu” y además “Batalla de Banu Sulaim”.
Buhran era un yacimiento de minerales en el valle de Furu que perteneció al pueblo de Hiyaz. El valle de Furu se encuentra a 96 millas [154 km] de Medina. [Pues bien], el Santo Profeta Muhammad (sa) recibió noticias de que un gran contingente de los Banu Sulaim se había reunido en Buhran. Así, el Santo Profeta (sa) nombró a Hazrat Abdul’lah bin Umm Maktum (ra) como su lugarteniente en Medina; o según otra narración, a Hazrat Umar (ra); y partió hacia Buhran con 300 Compañeros (ra). El Profeta (sa) no expresó inicialmente la razón de esta expedición.
Luego, cuando el ejército musulmán estaba a solo una noche de viaje de Buhran, un hombre de los Banu Sulaim se encontró con el Mensajero (sa) y le informó de que la gente se había dispersado. El Santo Profeta Muhammad (sa) entregó a ese hombre a la custodia de un Compañero (ra) y continuaron el viaje hasta que llegaron a Buhran. [Finalmente], el Santo Profeta (sa) no encontró a nadie allí porque se habían marchado en busca de agua. En consecuencia, el Profeta (sa) regresó y no se produjo ninguna batalla. [En este caso], el Mensajero de Al’lah (sa) partió para esta expedición desde Medina el 6 de “Yumadi al-Ula” y, tras 10 noches de viaje, regresó el 16 de “Yumadi al-Ula”.
Contrariamente a esto, Ibn Ishaq relata que el Santo Profeta Muhammad (sa) se dispuso a interceptar la caravana comercial de los qureish cuando llegó a Buhran, una mina de Hiyaz en el Valle de Furu. El Santo Profeta (sa) pasó allí los dos meses de “Rabi al-Ajir” y “Yumadi al-Ula”, y posteriormente regresó a Medina. [Al final], durante ese periodo no se produjo ninguna batalla.
Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) menciona los detalles de la “Batalla de Buhran” de esta forma:
“No había pasado mucho tiempo desde la ‘Ghazwah de Zi Amr’, o sea, a finales de ‘Rabi ul-Awwal’ del tercer año después de la Hégira, que el Profeta (sa) recibió la horrible noticia de que los Banu Sulaim se estaban reagrupando una vez más en gran número en Buhran, con la intención de lanzar un ataque repentino contra Medina, y que un grupo de qureish también los estaba acompañando. Sin otra opción, el Mensajero (sa) partió de Medina una vez más con un grupo de Compañeros (ra). No obstante, como era su costumbre, estas bestias salvajes de Arabia que tendían emboscadas para atacar a su presa de repente y por sorpresa, se dispersaron al recibir la noticia de la inminente llegada del Santo Profeta Muhammad (sa). [En consecuencia], tras una estancia de unos días, el Santo Profeta (sa) regresó.
El hecho de que los Banu Sulaim y los Banu Ghatafan se reunieran una y otra vez con la intención de lanzar un ataque repentino contra Medina demostraba claramente que estas tribus bárbaras y belicosas del desierto de Arabia eran enemigas muy enconadas del Islam. Día y noche, permanecerían ocupados en encontrar alguna oportunidad por la que los musulmanes fueran completamente destruidos. [Por eso], intentad visualizar el estado vulnerable de los musulmanes de ese periodo, cómo transcurrían sus días en aquella época. Por un lado, estaban los qureish de La Meca que se habían cegado debido a su enemistad con el Islam y a su espíritu de venganza por la ‘Batalla de Badr’. Aferrados a las paredes de la ‘Kaabah’, juraron que no descansarían hasta que los musulmanes fuesen aniquilados. Por otro lado, se hallaban estas bestias salvajes sedientas de sangre del desierto de Arabia, que estaban inquietas por beber la sangre de los musulmanes debido a que fueron incitadas por los qureish y su propia animadversión hacia el Islam. En este sentido, tomad nota de cuántas veces en el transcurso de unos pocos meses tras Badr el Profeta (sa) se vio obligado a viajar personalmente para salvaguardarse de las intenciones asesinas de las tribus bárbaras de Arabia.
[En este sentido], como ha descrito Sir William Muir, aquellos eran además días de un calor abrasador y, dicho sea de paso, este calor era del desierto de Arabia. Si no hubiera sido por el socorro especial de Dios y si la vigilancia del Mensajero de Al’lah (sa) no hubiera mantenido a los musulmanes constantemente vigilantes y alerta, y si el Santo Profeta Muhammad (sa) no hubiera empleado estrategias para dispersar la fuerza del enemigo antes de que lanzaran un ataque repentino por la noche, los musulmanes seguramente habrían sido destruidos y exterminados en aquellos días; y estas eran solo amenazas externas. [Entretanto], en cuanto a las amenazas internas, tampoco eran pocas, [pues] incluso en la propia Medina existía un grupo conocido como los ‘hipócritas’, que vivía entre los musulmanes como si fueran parte de ellos, y no sería exagerado referirse a ellos como una ‘serpiente en la hierba’. A ellos se sumaron los conspiradores y traidores habituales de parte del pueblo judío, cuya enemistad había alcanzado los límites más inesperados en su profundidad y amplitud. ¡Dios mío! ¡Qué tiempos de adversidad fueron estos para los musulmanes! [Pero] oigámoslo de sus propias palabras, [ya que Hazrat] Ubayy bin Kab (ra), un renombrado Compañero ha relatado:
‘En aquella época, el estado de los Compañeros [ra] era tal que ni siquiera se desprendían de las armas por la noche y durante el día caminaban armados por si acaso se producía un ataque repentino; y se decían unos a otros: *Veamos si vivimos hasta el momento en que podamos dormir en paz y seguridad por la noche, sin más temor que el temor de Dios*.’
¡Qué dificultad e impotencia, y qué anhelo de una vida de paz y seguridad se esconden en estas palabras! Cada individuo justo puede ver esto por sí mismo”.
Estas circunstancias se dan en algunos lugares incluso hoy en día, especialmente en Palestina en este momento.
También tuvo lugar la “Expedición de Zaid bin Harizah”, cuyos detalles son como sigue:
La derrota de los Banu Sulaim, el exilio de los Banu Ghatafan, la huida de Abu Sufian durante la “Batalla de Sawiq” y la derrota de los Banu Zalabah y los Banu Maharib durante la “Batalla de los Banu Ghatafan” fueron pruebas de la creciente capacidad militar de Medina, [aunque] sobre todo, la victoria de los creyentes y la humillante derrota de los idólatras en la “Batalla de Badr” causó a los enemigos del Islam grandes desafíos económicos, porque la principal ruta [comercial] de La Meca a Siria pasaba por el oeste de Medina a lo largo del Mar de Amr. [Así, por ejemplo], los musulmanes intentaron interceptar la caravana comercial de Abu Sufian [que pasaba] por esa misma ruta. [Es más], las tribus de los alrededores de Medina también habían formado alianzas con el Santo Profeta (sa). [En consecuencia] y por todas estas razones, los idólatras de La Meca no estaban dispuestos a utilizar dicha ruta para comerciar, [por lo que] este obstáculo que los musulmanes habían interpuesto al crecimiento económico de los mecanos era motivo de gran preocupación para ellos; [por lo que] abandonaron la ruta principal hacia Siria y buscaron una senda alternativa.
[En dicho contexto], un día, Safwan bin Umayyah se dirigió a los incrédulos y les dijo:
“Muhammad [sa] y sus Compañeros [ra] nos han hecho la vida difícil, [ya que] nos han impedido ir a nuestro destino principal de comercio. No tengo ni idea de qué debemos hacer y [los musulmanes] ni siquiera han manifestado su intención de abandonar la zona costera. Además, la mayoría de las tribus que viven en la costa han firmado tratados y pactos con ellos. ¿Cómo viajaremos y qué haremos? Si permanecemos aquí en La Meca, consumiremos nuestros recursos y todo lo que poseemos. Después de esto, no tendremos de qué vivir. Estas eran las mercancías que llevábamos para comerciar en verano a Siria y en invierno a Abisinia. ¿Qué pasará ahora?”.
Todos se preocuparon al oír las palabras de Safwan bin Umayyah. [Entonces], Aswad bin Muttalib sugirió que, en lugar de tomar la ruta por la costa, podían ir a Siria viajando a través de Irak; y Safwan respondió que no tenía conocimiento de dicha ruta. En ese momento, Abu Zamah comentó: “Os informaré de un guía que conoce bien esa ruta y se llama Furat bin Hayan Ijli; él utiliza frecuentemente ese camino y conoce bien el viaje”. Safwan juró por Al’lah y exclamó: “¡Excelente! Esto es exactamente lo que deseaba”. [A continuación], Furat fue llamado y, cuando llegó, Safwan declaró: “Me gustaría llevar una caravana comercial a Siria. Muhammad [sa] nos ha causado gran preocupación porque nuestras caravanas comerciales pasan muy cerca de ellos. Deseo ir a Siria a través de Irak”; y Furat respondió: “Os guiaré por una ruta a través de Irak que los Compañeros [ra] de Muhammad [sa] nunca descubrirán y que es una senda desolada y desierta”. [Al oír esto], Safwan contestó: “Esto es lo que prefiero. El hecho de que sea [un camino] de poco tránsito no es de gran preocupación porque es invierno y no necesitaremos tanta agua en nuestro viaje. Podremos soportar eso”. Por consiguiente, comenzaron los preparativos para el viaje y tras ello Safwan bin Umayyah informó a todos sobre los preparativos de la caravana y tomó sus pertenencias. También llevó consigo platos y pepitas de plata, y otros objetos. Además, Abu Zamah le confió a Safwan 300 “mizqals” de pepitas de oro y plata para que pudiera hacer compras para él. Un “mizqal” pesa aproximadamente cuatro gramos y medio, o exactamente 4,37 gramos. En todo caso, se trataba de una suma grande.
Según otra narración, Safwan partió con mercancías compuestas por platos y pepitas de plata equivalentes a 30.000 dirhams. Abu Sufian bin Harb también llevó consigo una gran cantidad de plata y otros qureish entregaron sus riquezas a los miembros de la caravana para sus compras. Aparte de Safwan y Abu Sufian, muchos otros, como Abdul’lah bin Abi Rabiah y Huwaitib bin Abd al-Uzzah, se unieron a la caravana comercial. Así pues, bajo la dirección de Furat bin Hayan, la caravana de los qureish partió hacia Siria para comerciar y por una ruta a través de Irak.
Con respecto a la fecha de esta expedición y otros nombres por los que se la conoce, se menciona que la misma tuvo lugar en [el mes de] “Yamada al-Ajirah”, en el tercer año tras la Hégira. Esta expedición también se conoce como “Sariyyah Kardah”, [ya que] “Kardah” era un [pozo] de agua que se encontraba en la zona de Nayd. [Por su parte], los qureish fueron muy cuidadosos con la ruta que tomaron, como se mencionó anteriormente, e hicieron todo lo posible para que esta noticia no se extendiera a Medina; de lo contrario, habría sido imposible usar ese camino. Sin embargo, la Voluntad de Dios había decretado otra cosa y esta noticia no pudo guardarse como secreto por la gente de La Meca. [Lo cierto es que] Nuaim bin Masud Ashjai se enteró de este plan y ocurrió que, más o menos al mismo tiempo, tuvo que ir a Medina para llevar a cabo una tarea particular. En ese momento era irreligioso y politeísta. [Una vez] en Medina, se quedó con uno de los jefes de los Banu Nadir, Kinanah bin Abi Huqaiq, quien le dio alcohol para beber. [Asimismo], un Compañero llamado Salit bin Numan bin Aslam (ra) visitaba con frecuencia la tribu Banu Nadir y Salit [ra] llegó a la reunión en la que estaban sentados Nuaim y Kinanah bin Abi Huqiaq. [Por su parte], Nuaim se hallaba completamente borracho y, debido a su embriaguez, no pudo contenerse respecto a revelar el plan y les contó todo sobre la planificación de la ruta comercial que pasaría por Irak bajo la supervisión de Safwan bin Umayyah. Al escuchar esto, Salit bin Numan (ra) se fue e informó al Profeta (sa) sobre la idea; y tan pronto como el Mensajero (sa) se enteró de esto, se preparó de inmediato y envió un contingente de 100 jinetes bajo el mando de Hazrat Zaid bin Harizah (ra). [Por cierto], esta fue la primera vez que Hazrat Zaid bin Harizah (ra) fue nombrado comandante en jefe del ejército musulmán y tuvo éxito en su expedición.
En una narración se menciona que el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Zaid bin Harizah (ra) con 100 jinetes que se marcharon e interceptaron la caravana comercial. Los líderes del convoy corrieron y se refugiaron donde pudieron. Los Compañeros (ra) tomaron a uno o dos hombres como prisioneros y llevaron el botín al Profeta (sa), quien lo dividió en cinco partes, y un “jums” [una quinta parte del botín de guerra reservado para Al’lah y Su Mensajero (sa)] era equivalente a 20.000 dirhams; y el Santo Profeta Muhammad (sa) distribuyó el resto de la riqueza entre las personas que participaron en la expedición.
En otro relato se menciona que Hazrat Zaid (ra) cubrió la distancia rápidamente y la caravana de los qureish estaba completamente ajena de su llegada. [Entonces], estando a punto de detenerse en un manantial llamado “Kardah”, fue cuando el ejército musulmán los alcanzó y lanzaron un ataque repentino y los dominaron. [Por su parte], Safwan bin Umayyah y las demás personas que lo acompañaban no tuvieron más opción que huir; y los musulmanes capturaron a Furat bin Hayan, el guía de la caravana, junto con otros dos hombres. Adquirieron grandes cantidades de utensilios y plata por un valor aproximado de 100.000 dirhams. El Santo Profeta (sa) tomó el “jums” y luego distribuyó el botín restante entre el ejército. [Más tarde], el guía de los qureish, Furat bin Hayan, aceptó el Islam a manos del Profeta (sa).
Los detalles restantes de estos relatos se mencionarán en el futuro, si Dios quiere.
La razón para detener estas caravanas fue que ellos iban a usar estos bienes comerciales para hacer la guerra contra los musulmanes. Es como las sanciones que se imponen hoy, pero ellos [las potencias mundanas] lo hacen para lograr sus intereses creados y, de hecho, a veces están completamente equivocados. Por ejemplo, Estados Unidos ha impuesto sanciones a Uganda porque su parlamento aprobó una ley contra los LGBT. Aunque no mencionan el motivo, esta es la verdadera realidad y esta es la condición de estas personas, [por eso], ¿cómo pueden tan siquiera plantear entonces acusaciones contra el Islam? De todas maneras, hablaré de estos asuntos en el futuro, si Dios quiere.
[A continuación] me gustaría recordaros una vez más que sigáis orando por el pueblo de Palestina, que está siendo oprimido. En este momento, al menos algunos no-musulmanes y ciertos políticos, aunque tímidamente, han comenzado a denunciar esta injusticia. Incluso algunos judíos se están desvinculando de estas acciones y han hecho un llamamiento al gobierno israelí diciendo que los está difamando. Por consiguiente, algunas voces aquí y allá están siendo levantadas incluso por los no-musulmanes. [Aparte], ahora se ha dicho que habrá una “pausa” diaria en los combates de cuatro horas, para que la ayuda llegue al pueblo de Palestina; [aunque] Dios Altísimo sabe mejor hasta qué punto esto se implementará; y Al’lah sabe cuántas injusticias y bombardeos se producirán contra los palestinos durante las 20 horas restantes.
La mayoría de los principales gobiernos y políticos no le dan ninguna importancia a la vida de los palestinos. Tienen sus propios intereses. Sin embargo, estas gentes deben recordar que Dios da un respiro solo durante un tiempo determinado. Además, esta no es la única vida por vivir, [pues] también existe un Más Allá. [Es más], piensan que si obtienen todos los beneficios de este mundo, lo habrán conseguido todo. Por otro lado, pueden ser “atrapados” en este mundo y asimismo lo serán en el Más Allá. En cualquier caso, debemos centrarnos en las oraciones.
¡Que Al’lah ayude a los palestinos que están siendo oprimidos y los salve de estas injusticias!
También dirigiré algunas oraciones fúnebres en ausencia después de las oraciones:
La primera oración funeraria es de Mansura Basma Sahiba, esposa de Hameedur Rahman Khan Sahib, que falleció recientemente:
[¡En verdad, venimos de Dios y a Él volveremos!].
Era nieta paterna de Nawab Abdul’lah Khan Sahib y Hazrat Sahibzadi Amatul Hafeez Sahiba; nieta materna de Hazrat Sahibzada Mirza Sharif Ahmad Sahib (ra) y Abu Zainab Beghum Sahiba; e hija de Mia Abbas Khan Sahib y Amatul Bari Beghum Sahiba. Por la gracia de Dios Altísimo, era “musia” [integrante del sistema “Al-Wasiyat”] y una mujer muy piadosa.
Mientras anunciaba su “nikah” [ceremonia religiosa de enlace matrimonial], Hazrat Jalifatul Masih III (rh) pronunció un sermón que contenía varios consejos, por lo que leeré una parte del mismo.
[Pues bien], Hazrat Jalifatul Masih III (rh) anunció:
“Con este ‘nikah’, tanto la chica como el chico tendrán ciertas responsabilidades que antes no tenían. En primer lugar, hay obligaciones que se tienen el uno al otro: el marido tiene ciertas responsabilidades hacia su esposa y, de la misma manera, la esposa tiene ciertas obligaciones hacia su marido. En segundo lugar, hay otras responsabilidades que deben cumplir juntos en relación con sus hijos y, respecto a las obligaciones relacionadas con los niños, existen ciertas responsabilidades que se dividen entre los dos. Por ejemplo, la madre proporciona leche al niño, pero el padre no puede hacer eso. No obstante, el padre cuida al niño mientras está fuera [de casa], a fin de que no adquiera hábitos inmorales. [Por otro lado], las obligaciones de la madre están relacionadas principalmente con los asuntos del hogar. En cualquier caso, si ambos padres cumplen con sus responsabilidades, entonces nuestros hijos podrán estar a salvo de muchos males”.
Hazrat Jalifatul Masih III (rh) continuó diciendo:
“Los versículos [del Sagrado Corán] que recitamos en esta ocasión [la del ‘nikah’] llaman nuestra atención hacia este nuevo conjunto de obligaciones. En primer lugar, Al’lah afirma: ‘¡Oh gentes, temed a vuestro Señor!’. Este versículo menciona temer a Dios y, aunque [el Corán] habla de ‘taqwa’ [rectitud] en varios contextos, sin embargo en este versículo del Santo Corán, que se recita en el ‘nikah’, habla de temer al Señor. Esto significa que así como Dios Altísimo es el Proveedor y gradualmente nutre todas las cosas, incluyéndolos a ellos [mismos], además se les dará ahora un nuevo conjunto de responsabilidades como proveer y nutrir, que solo pueden ser cumplidas si verdaderamente temen a su Señor, que es Al’lah.
En segundo lugar, este vínculo es muy frágil, [ya que] pueden surgir muchos malentendidos por negligencia. En consecuencia, para estar a salvo de ello, hemos sido instruidos: ‘Y decir la palabra correcta’. Esto significa que no basta con decir la verdad, sino que hay que hablar de una manera clara y sin ambigüedades; y si se adopta este hábito, entonces desaparecerá cualquier malentendido y conflicto.
En tercer lugar, señala: ‘Y que cada alma mire lo que envía para mañana’. Esto quiere decir que sus mayores les dieron una educación para su futuro y ahora ellos también deben dar a sus hijos una formación adecuada pensando en su futuro; y el futuro de cada generación, del que se habla en relación con la educación de los hijos por parte de los padres, es independiente y diferente. Esto no se refiere a un único futuro, [ya que] esto se debe a que el mundo en que vivimos y la sociedad que nos rodea están evolucionando constantemente. La época actual ha cambiado por completo. Los signos de la gran revolución, de la que siempre nos han dado buenas noticias, pueden verse ahora en el horizonte. Así pues, las responsabilidades de un padre hoy, en esta época, son diferentes a las que teníamos nosotros. De hecho, deben cumplir con sus obligaciones hacia sus hijos con mucho mayor cuidado y con un alcance mucho más amplio, a fin de que las generaciones futuras puedan estar preparadas para asumir el gran peso de las responsabilidades que van a recaer sobre la Comunidad y que tienen que ver con la formación del mundo entero. ¡Que Dios nos permita comprenderlo y actuar en consecuencia!”.
Hazrat Jalifatul Masih III (rh) añadió entonces:
“Estoy aquí para anunciar el ‘nikah’ de una joven que es nieta paterna de nuestro tío paterno, Nawab Abdul’lah Khan Sahib, y de nuestra tía paterna, Amatul Hafeez Beghum Sahiba. [Por lo tanto], a través de este matrimonio, comenzará la cuarta generación del Mesías Prometido (as). Es nieta materna de Hazrat Mirza Sharif Ahmad Sahib (ra), por lo que está emparentada con el Mesías Prometido (as) de dos maneras. Por eso, las responsabilidades son dobles y si estas son dobles, entonces la advertencia también es doble, al igual que las buenas nuevas son dobles para nosotros”.
A continuación, Hazrat Jalifatul Masih III (rh) indicó a los mayores, así como a la progenie de la familia del Mesías Prometido (as), que debían comprender sus obligaciones; [y que] si no cumplían con su doble responsabilidad, también tendrían que enfrentarse a una doble amonestación.
¡Que Dios Altísimo permita que los mayores y los niños de la familia [del Mesías Prometido (as)] comprendan esto!
Al final, Hazrat Jalifatul Masih III (rh) dijo:
“Siempre que anuncio un ‘nikah’ en el que el chico y la chica están emparentados con el Mesías Prometido (as), al mismo tiempo me preocupo y me centro más en rezar para que Dios les permita reconocer este estatus; porque cuando se trata de ser ayudantes [del Mesías Prometido (as)] son diferentes de los demás y, por tanto, deben vivir sus vidas en este mundo como servidores [de la fe] aún mayores”.
Así pues , estas fueron sus palabras de orientación y por eso las he mencionado.
En cuanto a su vida personal, la hija de Basmah Mansura Sahiba, Rabia, escribe:
“Nos presentó a Al’lah cuando éramos jóvenes e insistía en que rezáramos por nuestra buena fortuna, [por ello], a menudo decía: ‘Rezad para que Dios Altísimo os haga entrar en contacto con gente buena’. De pequeños no entendíamos qué significaba esta oración, pero lo fuimos comprendiendo a medida que crecíamos”.
[Además] dice:
“Mi madre era muy cariñosa con la gente. Sacrificaba sus propios sentimientos para cuidar de los demás (esto era cierto). Puede que a la gente le pareciera que gastaba en sí misma, pero no, ella misma se sacrificaba y en su lugar se ocupaba de los demás. Por ejemplo, cuando iba a Londres para asistir al Yalsa [Convención Anual], llevaba regalos para los pobres y no compraba nada para ella. Además, crio a otra niña, se ocupó de su buena formación moral y luego también la casó; [aunque] además de ella hay muchas chicas a las que ayudó a casarse. La gente iba a menudo a su casa. Asimismo, enviaba comida a los vecinos; era como si se hubiera abierto una especie de cocina comunitaria, hasta el punto de que el hombre que barría las calles de fuera se acercaba a ella cuando llegaba la hora de la comida y le daba de comer. Incluso había fijado una paga para muchas personas. Si alguna vez le aconsejaban que ahorrara algo para sí misma, decía: ‘Nunca he pensado en el mañana. Dios es el Maestro de mis necesidades económicas’.
Sentía mucho honor y respeto por los devotos de por vida y cuidaba de sus parientes que eran consagrados de por vida, y además se mantenía en contacto con ellos. También nos decía que los devotos de por vida hacen sacrificios y por eso hay que cuidarlos. [Por otro lado], hizo justicia a todas sus relaciones [familiares] de manera excelente y siempre decía que nunca pensaba en cómo la habían tratado los demás. Si alguna vez cometía un error o si hacía mal a alguien, ella siempre era la primera en ofrecer una disculpa; y si alguna vez regañaba a un trabajador, le pedía disculpas y luego le daba una recompensa”.
Su yerno, Mirza Taqiuddin, cuenta que:
“Hizo el ‘Wasiyat’ a una edad muy temprana”.
En este sentido, comprobé el formulario de “Wasiyat” y me sorprendió ver que lo había hecho alrededor de los catorce años.
Y añade:
“[Una vez], contó un sueño que tuvo cuando era niña y [narró que] vio en un sueño que se agarraba firmemente al pie de Al’lah y lloraba profusamente; y relató que al despertarse estaba de hecho llorando. [Luego] decía: ‘Hasta ahora, Dios Altísimo se ha ocupado de todo por mí’.”
Uno de sus conocidas, Ruhi Shah Sahiba, ha dicho que:
“Si se hacía amiga de alguien, honraba esa amistad. Era una persona muy agradecida. Se contentaba con la voluntad de Dios y siempre estaba agradecida a Él por Sus bendiciones. Era amable con los demás y más tarde expresaba una gran gratitud, hasta el punto de que la otra persona se avergonzaba”.
Su cuñada, Tahira Farooq Sahiba, narra:
“En lugar de considerarme como cuñada, me trataba como a una amiga y hermana. Amaba desinteresadamente y era una persona íntegra. Sabía cómo honrar a sus parientes. Quería para los demás exactamente lo que prefería para sí misma, y nunca albergó ningún sentimiento [negativo] en su corazón. Era clara y directa en lo que decía. Rezaba con regularidad, guardaba el ayuno, recitaba el Sagrado Corán, estaba firme y profundamente unida al Jalifato; y se encargaba con gusto de cualquier trabajo de la Yamat que se le confiara”.
¡Que Al’lah le conceda Su perdón y Su misericordia, y permita a sus hijos continuar el legado de sus virtudes!
¡Que Él conceda a su marido y a sus hijos paciencia y constancia!
El segundo funeral es el de Chaudhary Rasheed Ahmad Sahib, antiguo secretario adjunto de la Universidad de Agricultura de Faisalabad, [que] actualmente residía en Estados Unidos y que ha fallecido recientemente:
[¡En verdad, a Dios pertenecemos y a Él volveremos!].
Por la gracia de Al’lah, también era “musi”, [integrante del sistema “Al-Wasiyat”].
Su hijo, Rafiq Tahir Sahib, sirve a la Comunidad en Los Ángeles y explica que el Ahmadíat llegó por primera vez a su familia a través del hermano mayor del fallecido, Chaudhary Barkat Ali Sahib, tras lo cual su padre y el resto de su familia tuvieron el honor de jurar lealtad [hacer el “Baiat”]. Durante los disturbios de 1974, su casa estaba dentro de la zona universitaria, entre el campus universitario, y una turba lo atacó y saqueó su casa, prendiendo fuego a todo lo que tenía. En cualquier caso, se marchó de allí y regresó a la universidad dos o tres meses después, cuando las condiciones mejoraron. [Entretanto], el vicerrector dijo que el propietario del molino Crescent le había dicho: “Quiero cubrir tus pérdidas. Dime el alcance de los daños”, [aunque] Chaudhary Rasheed Sahib levantó el dedo hacia el cielo y declaró: “De ninguna manera, no aceptaré ayuda de nadie. Estoy soportando esta pérdida en el camino de Dios Altísimo. Sufrí ese daño por Su causa y Él mismo cubrirá las pérdidas”. Dios [Mismo] le concedió entonces tales bendiciones que en poco tiempo pudo compensar el perjuicio sufrido.
Tenía una relación de gran amor y obediencia con Jalifato y se esforzó por cumplir las instrucciones al pie de la letra. Era tan digno de confianza que fue miembro de la comisión de becas universitarias (lo cual es un gran honor). Una vez, había una reunión y le habían dado dinero para cubrir los gastos del billete de tren para asistir a la misma. A la vuelta, algunos de sus familiares dijeron que deseaban acompañarle, por lo que cambió su billete a segunda clase para sentarse con sus parientes y devolvió el importe restante al gobierno.
Una vez fue al despacho del presidente de la comisión de becas de la universidad y envió su tarjeta [de presentación] para reunirse con él. El director salió y dijo a alguien que estaba sentado fuera: “Esta es la persona de la que te hablaba de lo digna de confianza que es”. Él inmediatamente aprovechó esta oportunidad para presentar la Yamat, diciendo que era áhmadi y que el ser digno de confianza se debía a que era áhmadi [musulmán]. Por consiguiente, esta es una lección para los áhmadis, que siempre deben cumplir con sus deberes fielmente y nunca deben dejarse atrapar por ningún tipo de codicia monetaria.
Estuvo a la vanguardia de las contribuciones y sacrificios financieros, [pues] además de sus padres y hermanos, realizaba regularmente contribuciones para “Tehrik-e-Yadid” y “Waqf-e-Yadid” de parte del Santo Profeta Muhammad (sa) y el Mesías Prometido (as). Era una persona muy cariñosa. Trataba a todos los estudiantes de la universidad como a sus hijos y hermanos. Todos nos reuníamos y ofrecíamos una oración [al día] en su casa, especialmente la oración del “maghrib”. Siempre recibía a los demás con una sonrisa en su cara y era una persona muy contenta.
¡Que Al’lah le conceda Su perdón y Su misericordia, y permita a sus hijos continuar el legado de sus virtudes!