Las excelencias del Sagrado Corán: una enseñanza universal y abarcadora
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Las excelencias del Sagrado Corán: una enseñanza universal y abarcadora

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 7 de ABRIL de 2023.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), declaró lo siguiente:

Dios Altísimo perfeccionó la religión y la “Shariah” a través del Santo Profeta Muhammad (sa) y declara en el Sagrado Corán:

“Hoy os he perfeccionado vuestra religión y he completado Mi gracia con vosotros,

y os he elegido el Islam como religión”, (5:4).

Este es un gran favor de Dios Altísimo para los musulmanes, ya que les ha concedido una “Shariah” completa y perfecta. Esta afirmación solo la ha hecho el Islam y ninguna otra religión la ha realizado; es decir, que la religión definitiva es el Islam y que esta es la más querida a los ojos de Al’lah. Ahora bien, si uno quiere alcanzar la complacencia de Dios, no le queda más opción que aceptar el Islam y actuar según sus enseñanzas. Dios Altísimo declara que solo a través de las enseñanzas del Santo Corán uno puede alcanzar el progreso moral y espiritual. De hecho, esta enseñanza es tan perfecta que incluso para obtener el éxito mundanal solo se puede alcanzar adhiriéndose a esta guía. Así pues, en relación con sus enseñanzas, cuando Al’lah afirma:

“Azmaltu”, [‘os he perfeccionado’, en referencia a 5:4], significa que todas nuestras capacidades, ya sean morales, espirituales o físicas, solo pueden alcanzarse mediante la adhesión al Corán. Esta enseñanza perfecta solo puede alcanzarse a través del Sagrado Corán si uno desea verdaderamente adherirse a él. Y al proclamar “Azmaltu”, [también] declara de forma rotunda que solamente es el Sagrado Corán el que puede satisfacer cada aspecto de nuestras necesidades; [es más], no hay ninguna que el Santo Corán no haya abordado, tanto si pertenece a lo que necesitamos material o espiritualmente; o a los caminos para alcanzar los distintos estadios de moralidad. Cualquier cosa que uno busque puede encontrarse en las enseñanzas del Corán, siempre y cuando que se analice con justicia. Así, a través de este versículo, el Sagrado Corán ha anunciado abiertamente que el hombre únicamente puede sobrevivir siguiendo solo esta enseñanza; y que esta es para todas las épocas y personas del mundo. Además, todas las enseñanzas reveladas a los profetas en el pasado eran solo temporales y adecuadas para esas épocas. No eran para toda la humanidad.

El Mesías Prometido (as) ha anunciado abiertamente que esto es la prueba del hecho que se ha cumplido la razón para el advenimiento del Santo Profeta (sa), [que] fue el último y excelente Profeta (sa) sobre el que se reveló la enseñanza perfecta. Por lo tanto, esta es nuestra creencia y esto es lo que defendemos de todo corazón. [Por su parte], aquellos que lanzan acusaciones contra el Mesías Prometido (as) alegan que, si esto es lo que creemos y aceptamos que el Corán es la última ley y el Santo Profeta Muhammad (sa) es el último profeta, entonces ¿qué necesidad hay de la proclama del Mesías Prometido (as)? ¿Cuál es el motivo de la proclamación del Mesías Prometido (as) y de su advenimiento?

El [propio] Mesías Prometido (as) ha respondido a esto de muchas maneras y en un lugar escribe:

“Si estuvierais actuando según las enseñanzas islámicas, entonces no hubiera habido necesidad de mi llegada. Sin embargo, el estado general de la época y de los musulmanes está clamando a gritos que existe la necesidad de un ‘Mual’lim’ [o sea, alguien que pueda enseñar la fe]”.

Además, con respecto a que el [mundo] iba a olvidar estas enseñanzas, el mismo Profeta (sa) declaró que, para su rejuvenecimiento, aparecería un ‘Muyaddid’ [‘Reformador’] en cada siglo; y profetizó que, a pesar de que el Santo Corán es una enseñanza completa, los musulmanes olvidarían sus mandamientos y aparecerían nuevas innovaciones entre ellos; y, con el fin de reavivar la fe, seguirían apareciendo Reformadores; y que, [además], en los Últimos Días aparecería el Mesías Prometido e Imam Mahdi, que traería de vuelta la fe desde las Pléyades a la Tierra, [llamadas también “Las Siete Hermanas”; cúmulo estelar en la constelación de Tauro].

El Mesías Prometido (as) ha puesto de manifiesto a lo largo de su literatura, escritos y libros que, en subordinación al Santo Profeta (sa), ha venido a propagar en el mundo la “Shariah”, la religión del Santo Profeta Muhammad (sa) y las enseñanzas del Sagrado Corán; y que la fe se ha perfeccionado a través del Santo Profeta (sa). [También] declaró que haba venido para difundir estas mismas enseñanzas a todos los rincones de la Tierra.

La perfección de la fe fue completada a través de la revelación del Santo Corán al Profeta (sa) y como en esa época no existían los medios para propagar esta guía, por tanto, de acuerdo con Su promesa, Dios Altísimo envió al Mesías Prometido (as) en esta época para su propagación, [quien es] el ferviente devoto del Santo Profeta Muhammad (sa). [Pues bien], esta es la tarea que el Mesías Prometido (as) llevó a cabo y, para continuarla, se estableció la Comunidad Musulmana Ahmadía, que está llevando a cabo este trabajo con su literatura y sus explicaciones del Corán. Por consiguiente, cada áhmadi debe prestar atención hasta qué punto está cumpliendo con este objetivo. Como [somos una] Yamat, hay programas para ello, pero además hay que hacer cosas a título individual. Así pues, el propósito de nuestro juramento de lealtad [‘Baiat’] solo se cumplirá cuando tengamos presente este objetivo. Para hacer esto, debemos siempre prestar atención a la lectura y comprensión del Sagrado Corán; y la mejor manera de hacerlo es a través de los libros y escritos del Mesías Prometido (as).

Hace tiempo ya que vengo exponiendo las cualidades y excelencias del Santo Corán según los escritos del Mesías Prometido (as) y hoy presentaré lo que escribió en relación con la perfección del Corán y sus enseñanzas.

El Mesías Prometido (as) menciona:

“Está bien demostrado que el Sagrado Corán ha perfeccionado debidamente la fe, como él mismo expone [en 5:4]:

‘Hoy os he perfeccionado vuestra religión y he completado Mi gracia con vosotros,

y os he elegido el Islam como religión’.

En consecuencia, no hay necesidad de ningún otro libro después del Sagrado Corán, ya que presenta todo lo que el hombre necesita; y ahora solo está abierta la puerta de la conversación con Dios. En verdad, Al’lah habla a Sus siervos especiales, por lo que la puerta de la conversación [Divina] permanece abierta, aunque esto no es una enseñanza nueva”.

El Mesías Prometido (as) dice:

“[La puerta del diálogo está abierta] pero no [lo hace] de forma automática. Las palabras verdaderas y sagradas, que están claramente impregnadas de la ayuda Divina y que comprenden muchos asuntos ocultos, se adquieren después de la purificación del alma  y solo siguiendo el Santo Corán y obedeciendo al Mensajero de Dios (sa)”.

Es un Libro perfecto. Por lo tanto, es siguiéndolo y en completa obediencia al Profeta (sa), que uno puede alcanzar los caminos para desarrollar un vínculo con Dios Altísimo. No hay ni otro camino ni otro medio aparte de este. [En este sentido], el Mesías Prometido (as) declaró que el rango que se le ha concedido se debía a esto.

Después, en relación con la perfecta guía del Corán, el Mesías Prometido (as) explica también:

“El Sagrado Corán no requiere que uno simplemente abandone el pecado y que por ello se considere una persona de excelencia (abandonar el mal por sí solo no permite alcanzar la excelencia); más bien, desea llevar a uno a las etapas más altas de perfección y excelentes morales”.

El Santo Corán no solo nos pide que se abandonemos el pecado, sino que además desea producir en nosotros un alto nivel de excelencia y buena moral. Hay que abandonar al mal y adoptar, en su lugar, una elevada moral.

[Y añade]:

“Entonces se llevan a cabo tales acciones que son para el beneficio y la compasión de la humanidad, y como resultado de estas, Dios se complace con ellos”.

El placer de Al’lah debe ser el resultado [final].

Por tanto, esta es la mentalidad que debemos tener, de acuerdo con las enseñanzas del Corán; y debemos analizar si este es realmente nuestro espíritu. ¿Acaso estamos solo proclamando leerlo como hacen otros, o estamos asimismo inculcando de verdad estos cambios en nosotros? Y, ¿estamos desarrollando una relación especial con Dios Altísimo?

Durante el Ramadán se recita [especialmente] el Sagrado Corán y se escuchan sus “dars” [lecciones], aunque también es necesario inculcarlas en nuestras vidas y, además, hemos prometido hacerlo en nuestro juramento de lealtad [‘Baiat’]; [puesto que] se menciona en las “Diez condiciones [del Baiat]” que uno aceptará completamente para sí mismo la autoridad del Santo Corán. Por consiguiente, durante este Ramadán, si todos y cada uno de nosotros se compromete a actuar en consecuencia y a tomar la firme resolución de comportarse según las enseñanzas del Corán, entonces no solo estaremos progresando en nuestra espiritualidad, sino que nuestra sociedad también se convertirá en un paraíso; [ya que, por ejemplo], las disputas y discusiones que surgen de vez en cuando en el hogar, y entre las familias, se transformarán en amor y afecto.

Asimismo, mientras explica el hecho de que la semilla de la “Shariah” (ley) Divina alcanzó su apogeo en la época del Sagrado Corán, el Mesías Prometido (as) escribe:

“El Santo Corán es perfecto y completo en sus mandamientos de bondad y prohibiciones del mal. (Orienta definitivamente hacia los actos que se deben realizar y explica las prácticas de las que uno se debe abstener). Por lo tanto, a través del Corán, Dios desea traer la reforma de todo mal, incluso después de que la naturaleza humana haya llegado a las profundidades de la depravación y la gente haya excedido los límites del error y la inmoralidad. Teniendo esto en cuenta, Al’lah reveló el Sagrado Corán en un momento en que tal maldad, de hecho, se había arraigado en la humanidad y, con el paso del tiempo, las creencias y prácticas llenas de pecado impregnaban la condición humana. [Entonces], la sabiduría Divina exigió que la palabra perfecta de Dios Altísimo descendiera en tal momento, porque si esta enseñanza se hubiera revelado antes de que tales males hubieran surgido entre las personas, que desconocían por completo estas malas prácticas, esto sería, en otras palabras, incitarlos hacia dichos males”.

Si a uno se le informara desde antes que existen tal y cual tipo de maldades, y la gente previamente ni siquiera tenía concepto alguno de ellas, entonces esto, de hecho, se convertiría en un medio de difundir las mismas. [Así], en estos días, observamos esto en el sistema educativo, [pues] a los niños se les enseña [por ejemplo] sobre cuestiones como las relaciones físicas, de las que no tienen absolutamente ningún concepto; y ellos se preocupan y están desconcertados por [tales asuntos]. Ahora, los padres también han alzado la voz en contra de lo que se está enseñando. De hecho, el Ministerio de Educación ha reconocido esta preocupación. Algunos maestros han cruzado los límites y han introducido ideas y conceptos a los niños que no pueden comprender hasta que alcancen una edad madura. Esta es la diferencia entre la ley de la “Shariah” y la ley secular. Este principio distingue la guía que se encuentra en el Santo Corán, en el sentido de que brinda orientación y esclarecimiento en función de la edad de la persona. No imparte todo abiertamente [para todas las edades]. [Por ello], muchos comentarios han surgido gradualmente de sus palabras de acuerdo con la inteligencia y comprensión de las diversas personas.

El Mesías Prometido (as) expone:

“La semilla de la revelación de Dios fue plantada en la época del Profeta Adán (as); y esta misma semilla de la ‘Shariah’ de Al’lah llegó a su etapa final y se convirtió en un gran árbol en la época del Corán. Por eso, a medida que se extendían más vicios, su remedio también se manifestaba de acuerdo con su momento. Esta es otra característica del Sagrado Corán: en sus enseñanzas se encuentra un remedio para todos los vicios que prevalecen en cada era y los piadosos siervos de Dios Altísimo nos informan de esto al escribir sus comentarios”.

El Mesías Prometido (as) declara:

“Puesto que este Libro perfecto estaba destinado a producir una reforma perfecta, era necesario además que las enfermedades espirituales estuvieran en su apogeo en el momento y lugar de su revelación. Esto fue así para que se pudiera proporcionar un remedio perfecto para cada enfermedad. Como tal, esta península (es decir, Arabia) era el hogar de personas enfermas de todo tipo, que sufrían de todas las enfermedades espirituales que afligirían a la gente de esa época o a las de las generaciones futuras.

Aquí se ha explicado también que estos males espirituales, o bien estaban presentes en ese momento o iban a prevalecer en las generaciones futuras; y el Santo Corán proporcionó una enseñanza para todos ellos. Dado que la ‘Shariah’ se estaba perfeccionando, en consecuencia, cualquier enfermedad espiritual que iba a aparecer en el futuro se explicó también; así como que la época para las mismas no estaría muy lejos. Es por eso que los exegetas del Corán explicaron el mismo de acuerdo con las circunstancias de la época y se les dijo hasta qué punto debían explicar y exponer el Sagrado Corán”. 

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“Es por eso que el Santo Corán llevó todas las leyes religiosas a su perfección. En el momento de la revelación de otros libros, tampoco se necesitaba esto, ni poseían una enseñanza tan perfecta”.

El Mesías Prometido (as) probó aquí que los mismos judíos y cristianos estaban reconociendo que la época era tal que se había convertido en extremadamente corrupta y que había una necesidad de una ley religiosa en ese momento.

Luego, cuando explica que, ciertamente, el Corán no puede compararse con ninguna obra humana, el Mesías Prometido (as) presenta un ejemplo y afirma:

“Para ilustrar esto, debería ser bastante obvio para toda persona razonable que si varios escritores fuesen a escribir (o sea, aquellos que hablan y escriben bien), utilizando lo mejor de su destreza intelectual, un poco de prosa, libre de frivolidad, falsedad, mezquindad, verbosidad injustificada, sátira y todos esos defectos que están en conflicto con la sabiduría, la lucidez y la elocuencia; y también completamente pura y libre de todos aquellos defectos graves que son contrarios a la perfección y amplitud, (es decir, que estuviera libre de toda clase de trivialidades, falsedad, cosas vanas e inmorales y también burla y escarnio, etc.; y esas cosas que no valen nada y ni siquiera tienen sentido y están desprovistas de sabiduría y elocuencia… [Pues bien], una persona que sea un buen redactor intentará escribir algo que esté libre de todas estas cosas, [puesto que] este es el sello de un buen escritor: que su escritura está libre de todo tipo de inmoralidades y frivolidades y al mismo tiempo es absolutamente comprensiva y veraz, y está llena de sabiduría, lucidez y elocuencia, verdades y certezas. Entonces, el que sobresaldrá por encima de todos ellos será el que posea la mayor destreza intelectual, amplio conocimiento general, experiencia en temas intelectuales profundos, y que sea además el más hábil en el arte de escribir en prosa, (o sea, solo una persona bien educada, un erudito con mucha experiencia, puede redactar una prosa de este nivel y que esté libre de todos esos males). En ningún caso sería posible que una persona que sea inferior a él en habilidad, conocimiento, destreza, experiencia, mente e intelecto pudiera igualarlo en cuanto a la elocuencia de su escritura”.

[En otras palabras], quien no posea estas habilidades no podrá escribir algo de igual nivel.

El Mesías Prometido (as) añade:

“Otro ejemplo es el de un médico experto en su profesión (es decir, un médico experimentado que) ha adquirido competencia en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades a lo largo de muchos años de experiencia, (que tiene un conocimiento completo de la enfermedad y es capaz de diagnosticar con eficacia sus diferentes etapas); y también es destacado en su conocimiento de la literatura y ha alcanzado una buena preeminencia como escritor y poeta (o sea, esta es otra cualidad que posee). Ahora bien, cuando este médico explique las causas, la naturaleza y los síntomas de una enfermedad, podrá hacerlo con mucha más precisión, veracidad, lucidez y elocuencia que una persona que no está ni remotamente familiarizada con la medicina, y que además desconoce las sutilezas de la expresión literaria”.

La otra persona, que no posee tales cualidades, no podrá explicarlas con tanta elocuencia en comparación con quien posee el conocimiento y la experiencia en su campo, la habilidad de poder expresarse y el arte de la investigación. [Por tanto], el que tiene un conocimiento limitado no podrá igualarlo en este aspecto y será inferior a él.

El Mesías Prometido (as) aclara a continuación:

“Es un hecho obvio y fácilmente comprensible que siempre hay una diferencia, en cierta medida, entre el discurso del ignorante y el del sabio; y la excelencia intelectual de un hombre siempre se refleja en su exposición erudita, tal como un rostro se refleja en un espejo limpio. Las palabras que pronuncia una persona en su exposición de la verdad y la sabiduría se consideran un criterio para medir sus habilidades intelectuales. Las palabras que brotan del manantial de la inmensidad del conocimiento y de la razón perfecta, y las que emergen del pensamiento estrecho, constreñido, oscuro y limitado son claramente distintas”.

El discurso de primero se puede comparar con un manantial de conocimiento y verdad; mientras que el discurso del otro es muy básico y la diferencia se puede observar claramente.

El Mesías Prometido (as) comenta:

“La diferencia es evidente del mismo modo que la fragancia es diferente del mal olor, si el sentido del olfato no es congénitamente defectuoso o está temporalmente dañado. Podéis reflexionar y pensar sobre ello tanto como queráis, que no encontraréis ningún defecto en esta verdad, ni encontraréis ninguna grieta en ella, desde ninguna perspectiva.

Así pues, se ha establecido desde todos los ángulos que las diferencias que se ocultan en la destreza literaria e intelectual se reflejarán en el discurso de uno y de ninguna manera es posible que los que son más excelentes y superiores en razón y conocimiento puedan ser iguales a otros en lucidez de expresión o exaltación de significado, y que no quede distinción entre ellos. (Aquellos que poseen conocimiento y sabiduría siempre serán superiores en este sentido y no pueden ser iguales en rango a una persona común). [No obstante], esta verdad implica otra verdad más; a saber: que la Palabra de Dios debe ser la más excelente, superior e incomparable frente a la palabra del hombre, tanto en sus excelencias externas como internas”.

A través de este ejemplo, se demuestra que la Palabra de Al’lah es superior a todo, ya que es Dios Altísimo Quien posee todo el conocimiento y nadie tiene más conocimiento que Él.

El Mesías Prometido (as) manifiesta además:

“Esto se debe a que el conocimiento de cualquiera que sea no puede igualar el conocimiento perfecto de Dios y a esto es a lo que Al’lah se refiere en el versículo [18:89]:

‘Diles: Si la humanidad y los yinn se reunieran para producir algo semejante a este Corán,

jamás harían nada parecido, aunque se ayudaran mutuamente’.

Lo que significa que, si los incrédulos no logran producir nada como este Sagrado Corán y no incapaces de aceptar su desafío, sepan entonces que esta Palabra [es decir, el Corán] no ha surgido del conocimiento del hombre, sino del Divino; (dado que ni tan siquiera pueden producir un solo ejemplo como este, por consiguiente es obvio que esto no es obra de ningún hombre sino la Palabra de Dios Altísimo); y en comparación con ese conocimiento ilimitado y perfecto [de Dios], todo el conocimiento humano no tiene valor y es insignificante. [Así], este versículo usa una especie de argumento inductivo para probar la existencia de la causa a partir de la existencia del efecto. Para decirlo brevemente en otras palabras, dice que el conocimiento Divino, debido a su perfección y amplitud, nunca puede ser como el conocimiento defectuoso del hombre. Por lo tanto, es esencial que la palabra que brota del conocimiento perfecto e incomparable debe ser ella misma perfecta e incomparable, y ha de poseer una distinción perfecta sobre las palabras del hombre; y esta es la misma perfección que se demuestra en el Santo Corán”.

El Sagrado Corán ha afirmado ser perfecto en todos los aspectos y no hay nadie que pueda desafiarlo, ni ahora ni en el futuro.

El Mesías Prometido (as) luego afirma que el Corán ha alcanzado la perfección en los rangos de conocimiento y en los de conducta, y proclama:

“Así como el Santo Corán lo lleva a uno al más alto grado de perfección en los rangos del conocimiento, de la misma manera, uno también alcanza la perfección en los rangos de la conducta a través de él. (Transmite a uno a la perfección tanto en conocimiento como en conducta). Los signos y la luz de ser aceptados por el Único Dios Verdadero siempre han aparecido, y continúan apareciendo, en aquellos que siguen esta Santa Palabra, pero nunca aparecen en los demás. En conclusión, esta prueba, que uno puede observar con sus propios ojos, es suficiente para un buscador de la verdad; o sea, esas bendiciones celestiales y señales Divinas se encuentran solo en los seguidores perfectos del Sagrado Corán”.

Si uno se adhiere completamente a las enseñanzas del Corán también será testigo de señales. A menudo, las personas manifiestan que no han presenciado ninguna señal o que, aunque rezaron durante mucho tiempo, su oración no fue respondida. Con respecto a esto, Al’lah afirma que para esto uno necesita escuchar Sus palabras y tener una creencia perfecta en Él, y actuar según Su guía. Cuando uno haga esto, sus oraciones también serán respondidas por Dios Altísimo. Asimismo, esta es una cualidad del Santo Corán, en el sentido de que aquellos que siguen sus enseñanzas obtienen bendiciones extraordinarias.

El Mesías Prometido (as) explica que el Sagrado Corán ha encapsulado todas las verdades y certezas de una manera perfectamente concisa. Aquí, la palabra “iyaz” no significa milagro, sino que se ha escrito con “alif”, “yaaa” y “yim” [en árabe], que significa “cubrir en ello de manera concisa”.

A este respecto, el Mesías Prometido (as) aclara:

“El Corán ha demostrado su fluidez y elocuencia a la hora de mostrar las normas de la verdad, la sabiduría y la verdadera necesidad; y ha abarcado, con la mayor concisión, todas las verdades religiosas; y, por  tanto, está lleno de pruebas claras para silenciar a todo oponente y escéptico; y uno ve fluir por él un río profundo y límpido de miles de puntos sutiles [de sabiduría] y verdades para la perfección de la certeza de los creyentes. En cualquier asunto que ha visto desorden, se ha esforzado por la reforma de estos mismos asuntos. Con cualquier intensidad que haya encontrado el hábito de ir a los extremos, lo ha contrarrestado con igual fuerza. Ha proporcionado remedios para todo tipo de males que estaban muy extendidos, ha aniquilado todas las falsas doctrinas de las falsas religiones (ha eliminado todas las dudas planteadas por las falsas religiones) y ha respondido a todas las objeciones. No hay verdad que no mencione ni secta descarriada que no contrarreste (a todos los descarriados también les ha refutado sus argumentos y hay mandamientos claros al respecto).

Y qué maravilla que no contenga ni una sola frase innecesaria, ninguna afirmación fuera de lugar, ni tampoco una sola palabra de frivolidad. A pesar de tener debidamente en cuenta todas estas cuestiones, hace gala de un grado de fluidez tal -que no se puede uno imaginar más. (Ha abarcado todos los aspectos y lo ha hecho de forma muy concisa y, sin embargo, elocuente y articulada). Ha elevado la elocuencia al más alto nivel de perfección, al englobar todo el conocimiento pasado y futuro en un pequeño libro, en virtud de una excelente disposición, brevedad y un discurso estrictamente razonado”.

Contenía conocimiento para aquellos que vinieron en épocas anteriores, tal y como he explicado anteriormente, donde el Mesías Prometido (as) mencionó que los beduinos árabes también fueron capaces de entender el Santo Corán y se convirtieron en personas espirituales y bien educadas; y al mismo tiempo, aquellos que poseían conocimiento también fueron capaces de entenderlo de acuerdo con su intelecto. Además, no es solo para los que vinieron antes, sino también para los que vinieron después. La enseñanza del Sagrado Corán es tal que sus comentarios dan un nuevo significado a cada una de sus palabras en cada época y nos proporciona una guía en cada tiempo.

El Mesías Prometido (as) declara que todo este conocimiento ha sido depositado en un pequeño libro:

“…Para que el hombre -cuya vida es corta y cuyas obras son muchas- se vea aliviado de muchos quebraderos de cabeza, y para que su elocuencia beneficie al Islam en la difusión de sus doctrinas, y sea fácil memorizarlo y recordarlo”.

La gente incluso memoriza el Corán, especialmente niños a una edad temprana.

En su libro “Brahin-e-Ahmadiyya”, el Mesías Prometido (as) ha demostrado que, con respecto a su composición escrita y elocuencia, solo el Santo Corán puede presentar tales verdades que no tienen parangón, y escrituras como la Biblia, etc., ya no pueden considerarse Divinas debido a la interpolación humana.

Con respecto al milagro de la sucinta composición del Corán, el Mesías Prometido (as) dice:

“Cuando una persona justa lee el Sagrado Corán, inmediatamente se dará cuenta de que el Corán ha logrado tal maravilla en la brevedad de la expresión -un requisito esencial de la elocuencia- (es decir, el Santo Corán ha explicado las cosas magníficamente de una manera breve pero clara) que, a pesar de englobar todos los elementos esenciales de la fe y satisfacer completamente todas las pruebas y argumentos, es además tan pequeño en tamaño, que una persona puede leerlo fácilmente en unas pocas horas de principio a fin. (Las palabras son concisas para que la gente pueda leerlo con facilidad).

¡Mirad! ¡Qué gran milagro es la elocuencia del Sagrado Corán, que encierra un inmenso océano de conocimiento en tres o cuatro ‘juzw’ [partes] y abarca todo un universo de sabiduría en unas pocas páginas. ¿Alguien ha visto u oído hablar alguna vez de un libro tan pequeño que contenga verdades eternas para todos los tiempos? ¿Puede el intelecto de una persona sabia asignar a cualquier hombre el gran estatus de contener un océano de sabiduría en unas pocas palabras y en las que no se omita ninguna verdad perteneciente al conocimiento religioso?”.

Aquí, el Mesías Prometido (as) establece una comparación con los Vedas, el libro sagrado de los hindúes. [En este sentido], demostró que los Vedas no se compusieron como el Corán. Además, los Vedas contienen largos pasajes difíciles de leer. [Es más], el Mesías Prometido (as) desafió a todos los credos a hacerlo y demostró estas cualidades del Santo Corán. [De hecho], en esta época, nadie, aparte del Mesías Prometido (as), ha planteado semejante desafío al mundo entero. A pesar de ello, se nos acusa de que, Dios nos libre, deshonramos el Sagrado Corán.

La época en que se reveló el Corán requería una enseñanza perfecta.

El Mesías Prometido (as) afirma [al respecto]:

“El Santo Corán es el único que imparte una enseñanza perfecta y fue solo durante su época que tal enseñanza iba a ser revelada. (Esto ha sido también mencionado brevemente con anterioridad). Así pues, solo el Sagrado Corán puede afirmar que imparte una enseñanza perfecta y ninguna otra escritura Divina, aparte de esta, ha hecho tal proclamación”.

El Mesías Prometido (as) explica que:

“En mi opinión, un creyente es aquel que se adhiere verdaderamente al Corán y cree que es el Sello de los Libros. Este es la característica distintiva de un creyente: creer que esta ‘Shariah’ traída por el Santo Profeta (sa) es eterna; no alterar nunca ni un ápice de su mensaje; llegar a absorberse por completo y desinteresadamente en su adhesión; sacrificar cada partícula de su ser por ella; y asegurarse de que sus acciones e ideologías no entran en conflicto con su ‘Shariah’.”

Si uno logra esto, entonces puede ser considerado un verdadero musulmán. Así que, debemos evaluarnos a nosotros mismos en este sentido.

En cuanto a que el Santo Corán es el libro final, el Mesías Prometido (as) escribe:

“La llegada del Sagrado Corán se produjo en un momento cuando, cada necesidad que podía posiblemente surgir, lo hizo. En otras palabras, todo lo relativo a la moral, las creencias, las palabras y las acciones se había corrompido; mientras que todo tipo de exceso y desorden había llegado a su límite. Fue por este motivo que las enseñanzas del Corán fueron reveladas en su grado más elevado. Esta es exactamente la razón por la que la ley del Santo Corán fue considerada completa y perfecta, mientras que las leyes anteriores eran incompletas, porque los desórdenes de las épocas pasadas en las que llegaron esas escrituras reveladas no habían alcanzado su apogeo, mientras que sí lo habían hecho en la época del Sagrado Corán”.

Mucha gente, [incluso] niños o aquellos que entran en la adolescencia hacen preguntas sobre esto; [pues bien], esta es la respuesta para ellos. [Los desórdenes en] épocas anteriores no habían llegado a su cúspide, mientras que, en este caso [en la época del Corán], habían llegado a su cúspide, razón por la cual la enseñanza también llegó a su pináculo y por eso se reveló el Santo Corán. Así es como, a través del Mensajero de Al’lah (sa), se sentaron las bases del Islam.

El Mesías Prometido (as) nos dice además:

“Por consiguiente, la distinción entre el Sagrado Corán y otras escrituras reveladas es que, aunque las escrituras anteriores debían permanecer puras de cualquier tipo de distorsión, debido a que presentaban una enseñanza incompleta, todavía seguía siendo necesario que una enseñanza completa -en otras palabras, el Corán-, se manifestara en algún momento”.

Ni siquiera se habían enfrentado a ciertas cosas, en consecuencia, ¿cómo podrían haberlas abordado? Sus enseñanzas eran incompletas, por lo que fue necesario el advenimiento del Santo Corán.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“No obstante, el Sagrado Corán no necesita que haya otro libro después de él, porque no hay nivel más allá de la perfección. Si, por plantear el argumento, ocurriera que en algún momento los verdaderos principios del Corán se convirtieran en principios politeístas como los de los Vedas o los Evangelios, y las enseñanzas de la Unidad de Dios fueran alteradas y distorsionadas; o, que hipotéticamente, llegara un momento en que los millones de musulmanes monoteístas de todo el mundo adoptaran el politeísmo y adoraran la creación, entonces se podría aceptar que se necesitaría otra ley y otro mensajero”.

Si tales condiciones se dieran, entonces esto ciertamente sucedería. Sin embargo, ambas nociones son meramente hipotéticas, ya que es imposible [que se den], porque Dios Altísimo ha prometido proteger esta ley Él Mismo. Ese fue precisamente el propósito para el que fue enviado el Mesías Prometido (as) y, de la misma forma, ese es exactamente nuestro deber.

Después, el Mesías Prometido (as) escribe:

“Como Al’lah ha declarado repetidamente, los requisitos necesarios para la salvación son, en primer lugar, creer que Dios es Uno y no tiene copartícipe; creer que el Santo Profeta Muhammad (sa) es un profeta verdadero; y creer que el Sagrado Corán es el Libro de Dios Altísimo y que este Libro es tal que después de él no puede venir ninguna otra ley. En otras palabras, no hay necesidad de ningún libro o ley después del Corán”.

En cuanto a la grandeza de la revelación coránica, el Mesías Prometido (as) manifiesta:

“¡Que la maldición de Al’lah caiga sobre quienes afirman que pueden producir algo similar al Santo Corán! El Sagrado Corán es un milagro que ningún hombre o ‘yinn’ [en general, personas normalmente poderosas y que no se dejan ver fácilmente] puede producir. Posee tales conocimientos y excelencias que no pueden reunirse mediante el conocimiento humano. De hecho, su revelación no se puede comparar con las otras revelaciones, incluso si el Dios Misericordioso enviara otras revelaciones después de ella. Esto se debe a que Dios se manifiesta a través de Sus revelaciones y se sabe con certeza que la forma en que Dios Altísimo se manifestó Él Mismo al Sello de los Profetas (sa), nunca se manifestó a nadie con anterioridad, ni se volverá a manifestar a nadie jamás. La grandeza de la revelación coránica no puede compararse con el grado de revelación recibido por los ‘Auliyá’ [amigos de Al’lah, gente piadosa]. (Los ‘Auliyá’ pueden ciertamente recibir revelación, pero no puede igualar la misma grandeza [que la del Sagrado Corán]), aunque se les revelen algunas palabras parecidas a las del Corán.

Por eso, el alcance del conocimiento coránico abarca todos los demás, pues todo tipo de conocimiento, asuntos delicados y temas ocultos, se han reunido en él, mientras que sus puntos más refinados se encuentran en los más altos grados de profundidad. Supera a todos los demás en presentación y pruebas, y posee el más alto grado de conocimiento; ese es el milagro de Al’lah, similar al que nadie ha oído hablar jamás y su grandeza no puede ser igualada por las obras de los ‘yinn’ ni de los hombres.

El ejemplo del Santo Corán y otras obras es como el de una visión percibida por un rey justo, valiente y sabio (si hay que tomar un ejemplo, entonces puede ser el de un rey que vio un sueño y que era muy justo y valiente) y un sueño similar que fuese visto por una persona común que sea poco inteligente y cobarde (otra persona que no era de la misma estatura, sino alguien ordinario, que no es muy inteligente ni valiente). No hay duda de que, aunque el sueño visto por el rey y por la persona ordinaria parecían ser iguales (los sueños eran similares), una persona sabia que tenga conocimientos de interpretación no los consideraría iguales (alguien inteligente que sepa interpretar dirá que estos sueños no son iguales), porque la interpretación acerca del rey justo es de un alto nivel, generalmente aplicable, beneficiosa, a favor de todas las personas, llena de bondad y bendiciones, y claramente relevante (su sueño tiene un amplio alcance). No obstante, en la mayoría de los casos, la visión de una persona corriente no está libre de verse mezclada con impurezas. Aparte de a él, no afecta a nadie más allá de sus hijos, padres o un puñado de amigos”.

 

[En otras palabras], su ámbito de aplicación se limita a su familia, hijos, padre u otros parientes y amigos; y si hay algo beneficioso, se limita solo a ellos.

El Mesías Prometido (as) afirma además:

“Tal vez, incluso para los viajeros que son extraños (incluso los viajeros pueden ser incluidos, ya que el Mesías Prometido -as- dice que un sueño visto por una persona ordinaria puede ser impactante para otros también), aunque solo para aquellos que están en la proximidad, y todavía se limitará a aquellos que la persona conoce. Se bajan de sus monturas y se meten en nidos (el Mesías Prometido -as- utilizó este lenguaje queriendo decir que se vuelven limitados y no pueden tener un alcance más amplio). Sin embargo, el estado de los que se embarcan en el Sagrado Corán es tal que atraviesan todos los límites de la morada (son de amplio alcance). El Corán es el único libro bajo el que fluyen corrientes de conocimiento y ninguna elocuencia de una persona puede elevarse por encima de él (nadie puede mencionar nada más grande que él). Cada guardián de tesoros encuentra sus tesoros y bendiciones en él; y, en mi estimación, sin pasar por él, cada persona que desee tener comunión [Divina] se quedará con las manos vacías (si uno no se beneficia de él, entonces tampoco hay otro libro que pueda considerarse correcto).

[A veces], un préstamo se exige estrictamente [que se pague de vuelta] con gran esfuerzo, hasta el punto de que incluso la gente es llevada ante un juez para obtener su pago. No obstante, el Santo Corán da limosna a aquellos que son pobres y elimina todas sus dificultades. De hecho, concede bloques de oro a los que son sinceros”.

La gente comienza batallas legales con aquellos a los que han dado préstamos, pero el Sagrado Corán proporciona tal conocimiento que hace que sus corrientes de conocimiento y entendimiento fluyan continuamente. Es como si uno recibiera bloques de oro. [Asimismo], el Corán no presume de sus favores a quienes ha concedido préstamos, sino que anima a la gente a reunir “oro”, por así decirlo.

El Mesías Prometido (as) proclama:

“Primero nos hicieron vasijas, luego nos saciaron con el torrente del Santo Corán. Si me preguntáis, al principio, yo era un mero recipiente y me llenaba con el agua del arroyo del Sagrado Corán”.

Este es un pasaje en árabe, por lo que se ha escrito en un estilo único y también se ha traducido como corresponde.

El Mesías Prometido (as) declara también:

“En mi opinión, que la maldición de Dios caiga sobre quienes rechazan la brillantez del Corán, mientras consideran que sus propias palabras y obras son eternas. Por Al’lah, bebemos de esa fuente y nos adornamos con su belleza. Esta es la razón por la que en nuestras palabras hay luz y pureza, y nuestro discurso brilla con luz, curación, frescura y belleza. Aparte del Santo Corán no hay otra cosa que me haya hecho algún favor y me ha nutrido de una manera que no puede ser igualada por una madre o un padre. De ahí que Dios Altísimo me diera a beber esa agua tan agradable y nos resultara esclarecedora y útil”.

El Mesías Prometido (as) prosigue:

“Si no hubiera tenido ningunas Señales de Dios conmigo y no hubiera estado acompañado por Su ayuda y apoyo; o si hubiera trazado un camino distinto al del Sagrado Corán, o si hubiera invadido o modificado los mandamientos coránicos y la ‘Shariah’ (Ley Islámica), o los hubiera abrogado; o si hubiera defendido un nuevo camino aparte del de seguir al Santo Profeta (sa); entonces habría estado justificada la objeción de la gente y habría sido razonable y digno de ser aceptado que esta persona es, en realidad, un enemigo de Al’lah y del Mensajero de Dios (sa), y un negador del Corán y de sus enseñanzas, y alguien que las abroga; (el Mesías Prometido -as- dice que si hubiera algo que él había dicho que fuese contrario al Santo Corán y los dichos del Santo Profeta Muhammad -sa-, entonces era su derecho decir estas cosas); que él es un transgresor, un pecador, (incluso podrían etiquetarlo de ese modo) y un apóstata.

Sin embargo, yo no he hecho ningún cambio en el Sagrado Corán ni he alterado ni un punto, ni un ápice de la actual ‘Shariah’ (Ley Islámica) traída por el Profeta (sa). Muy por el contrario, estoy dedicado al servicio del Corán, los mandamientos coránicos y la religión pura del Santo Profeta (sa), y he dedicado toda mi vida a esta labor.

Además, creo firmemente que la salvación no es posible, en absoluto, sin el Santo Corán, que es el Libro perfecto, completo y exhaustivo; y tampoco sin su perfecta obediencia y sin seguir al Santo Profeta  Muhammad (sa). Creo que cualquiera que añada o quite algo del Sagrado Corán, o rechace el lazo de obediencia hacia el Mensajero de Al’lah (sa), es un infiel y un apóstata. (El que se aparta de la obediencia del Santo Profeta -sa- y quita el yugo de sumisión de su cuello es un apóstata y un incrédulo). Así pues, siendo este el caso, y a pesar de la manifestación de miles de Señales (esto no es una mera proclamación del Mesías Prometido -as-, sino que Dios Altísimo ha manifestado signos en su favor y las profecías del Mensajero de Dios (sa) sobre el Mesías Prometido -as- se han cumplido, y además las del Corán. Del mismo modo, las profecías concedidas al Mesías Prometido -as- por Al’lah se cumplieron y se están cumpliendo ahora también) y a pesar de la manifestación de miles de Señales en los Cielos y la Tierra de parte de Dios Altísimo, en apoyo de mi veracidad, si una persona sigue llamándome mentiroso [‘kazib’], embustero [‘muftari’] y Gran Engañador [‘Dayyal’], o no muestra deferencia hacia mí y no presta oídos a mi llamada, debe saber con certeza que Al’lah nunca jamás le dejará sin pedirle cuentas por ello”.

En algún momento se les pedirá que rindan cuentas por ello.

Por lo tanto, esta es la proclama del Mesías Prometido (as) y creemos firmemente que es solo a través de él que el conocimiento coránico y las verdades se han abierto camino hasta nosotros, puesto que se ha adherido completamente al Santo Corán y nos ha impartido su verdadera comprensión. Aquellos que afirman que, Dios nos perdone, el Mesías Prometido (as) y su Comunidad deshonran el Sagrado Corán deberían sentirse temerosos, [ya que] estas son las palabras de alguien que ha sido elegido por Dios Altísimo. [En consecuencia], aquellos que no cesen en su oposición no se librarán de Dios y serán llevados a rendir cuentas, y Dios Altísimo sabe mejor cómo los castigará y les pedirá cuentas.

En muchas ocasiones, el Mesías Prometido (as) ha tratado asuntos relacionados con algunos de los mandamientos del Corán y [ahora] mencionaré algunos de estos casos.

Con respecto a la elevada enseñanza de defender la justicia, el Mesías Prometido (as) expone:

“Es sumamente difícil actuar con justicia hacia naciones que injustamente causan daño, dolor y derramamiento de sangre, y que con malicia persiguen a otros y matan a niños y mujeres -como hicieron los incrédulos de La Meca- y no desisten de fomentar el conflicto. (A pesar de las crueldades de estos pueblos, tenemos enseñanzas para demostrar justicia, lo cual es una tarea verdaderamente difícil). No obstante, las enseñanzas del Santo Corán no descartan, incluso, los derechos de los enemigos más acérrimos y da mandatos de justicia”.

Este es un principio que puede instaurar la paz en la sociedad y garantizar la paz en el mundo. Si las naciones de hoy enfrascadas en guerras mundanas llegan a comprender este principio, entonces podrá establecerse la paz. De lo contrario, las circunstancias que se están desarrollando en estos momentos conducirán al mundo hacia una destrucción catastrófica. Tanto si una sola nación hace este esfuerzo o sus socios, o si los líderes visitan otras naciones como China, etc., si no establecen la justicia, entonces seguramente que habrá destrucción.

En otro lugar, el Mesías Prometido (as) presenta otro ejemplo y menciona:

“Si uno examina el mundo en la época en que fue revelado el Sagrado Corán, observará la práctica de tener un número extremo de esposas. (Se celebraban muchos matrimonios y los hombres tenían hasta 80 o incluso 100 esposas). Las mujeres eran objeto de muchas injusticias (y se enfrentaban a muchas crueldades). Hay que reconocer que el Corán concedió al mundo el favor de acabar con todas esas injusticias. [Así], es el favor de Al’lah y del Santo Corán que, a través de sus enseñanzas, puso fin a todos esos males. [Antes del Islam], no se respetaba a las mujeres, no había restricciones para el matrimonio y no tenían derechos. Fue el Sagrado Corán el que estableció estos derechos de los que no existía ningún concepto antes del Islam”.

El Mesías Prometido (as) explica a continuación:

“El Corán no se limita meramente al conocimiento que se adquiere a través escuchar continuamente; [ya que, además], contiene argumentos bien razonados que conllevan a la convicción. Ni una sola de las doctrinas, principios y mandamientos que enuncia pretende imponerlos por mera autoridad, (no hay coacción en los mandamientos). [En este sentido], Dios dice:

‘la ikraha fid-din’, [‘No ha de existir coacción en la religión’, 2:257].

El Islam no trata de inculcar nada por obligación, sino que expone razones en apoyo de todo y lo explica todo con argumentos, y nos anima a aceptarlos”.

 

A continuación, mientras lanza un desafío al mundo con respecto a las enseñanzas perfectas del Santo Corán, el Mesías Prometido (as) comenta:

“Ciertamente, nuestro Benevolente Dios, que conoce los secretos de los corazones, es mi testigo de que estoy dispuesto a ser condenado a muerte si alguien puede encontrar siquiera un ápice de error en las enseñanzas del Sagrado Corán, o puede probar que su propia Escritura contiene el más mínimo mérito respecto al mismo y mejor que las enseñanzas del Corán”.

Esta es una proclamación tan grandiosa que uno no puede hacerla a menos que tenga una fe perfecta y una convicción absoluta. El Mesías Prometido (as) dice que si una persona cree en Al’lah y luego reflexiona sobre los mandamientos mencionados en el Santo Corán, entonces esa persona abandonaría el mundo y se volvería totalmente devota de Dios Altísimo. [En otras palabras], si una persona tiene una fe perfecta y después delibera sobre el Sagrado Corán, entonces la atención de una persona se volverá hacia Dios en lugar de estar inmersa en cosas mundanales.

¡Que Al’lah conceda este conocimiento a todo el mundo!

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“De todas las escrituras del mundo actual, el Corán es la única cuyo origen Divino puede establecerse con argumentos irrefutables. Es la única cuyos principios relativos a la salvación se basan en la verdad y en la naturaleza humana, (sus principios relativos a la salvación se basan en la naturaleza humana); y cuyas doctrinas son exhaustivas y están firmemente fundamentadas en la verdad y confirmadas por poderosos argumentos; y cuyos mandamientos no son sino los dictados de la verdad y cuyas enseñanzas no llevan ninguna mancha de idolatría, innovaciones humanas y falsas deidades. Sus enseñanzas promueven celosamente la Unicidad, Grandeza y Excelencia de Dios Altísimo; y lleva al máximo la tarea del establecimiento de la Unicidad del Glorioso Dios. No le adjudica nada a Dios que sea contrario a Su Unicidad, ni le atribuye ningún defecto, carencia o atributo impropio. No nos impone ninguna enseñanza (no nos obliga a aceptar sus enseñanzas, sino que presenta pruebas de ellas), [sino que] primero proporciona pruebas adecuadas en su apoyo y explica cada uno de sus principios con pruebas y argumentos claros, y conduce a sus seguidores a la certeza y la comprensión perfectas.

[Además], elimina, mediante argumentos claros e inequívocos, todas las corrupciones, impurezas, defectos y distorsiones que se han colado en las creencias, acciones, dichos y hechos de la gente; y enseña todas las normas éticas y morales, cuyo conocimiento es esencial para llegar a ser verdaderamente humano, (para convertirse en una persona civilizada se necesitan ciertas enseñanzas, todas las cuales se pueden encontrar en el Santo Corán). Se opone a todos los males que prevalecen en cada época con la misma fuerza; (no se da el caso de que las enseñanzas del Sagrado Corán solo aborden el desorden de una época, sino que repele cada maldad con la misma fuerza con la que se propaga en esa época). Por ejemplo, el mal que hace furor hoy en día, su remedio también prevalece con la misma fuerza) y sus enseñanzas son directas, bien fundadas e impecables, como si fueran el reflejo mismo de las leyes de la naturaleza y una imagen verdadera de la conciencia humana. En efecto, son como el sol para la iluminación de la mente y el corazón, subsanan la deficiencia inherente a la razón y reforman todo daño de la misma”.

Expone en detalle todos los puntos racionales que se explican en pocas palabras y nos previene de daños.

¡Que Dios Altísimo nos permita convertirnos en aquellos que verdaderamente siguen el Corán y actúan de acuerdo con su guía!

¡Que Él nos permita comprender el Santo Corán y vivir nuestras vidas de acuerdo con sus enseñanzas!

Incluso después de este mes de ayuno, tratad de beneficiaros de sus bendiciones como lo estáis haciendo en este Ramadán.

[Aparte], en el mes de Ramadán, rezad especialmente para ser protegidos de la maldad de los enemigos de la Yamat y que Al’lah detenga las manos de todos los malvados y los atrape!

Rezad también para que el mundo sea protegido del desorden y los disturbios. En este sentido, estos días hay problemas en Palestina. [Por eso], rezad por los musulmanes de Palestina. ¡Que Dios los proteja de las crueldades de los opresores!

¡Que Dios conceda sabiduría a los dirigentes del mundo musulmán para que dejen de lado sus intereses personales y protejan los intereses de los musulmanes en general!

¡En este Ramadán, que Al’lah nos abra las puertas de Su Misericordia y bendiciones más que antes!

Resumen

Resumen del Sermón del Viernes pronunciado por Su Santidad, Hazrat Mirza Masroor Ahmad (aba) desde la Mezquita Baitul Futuh en Morden, Reino Unido.

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que Al’lah el Todopoderoso completó la Shariah o ley dada al Santo Profeta (sa) y declaró:

Hoy os he perfeccionado vuestra religión y he completado Mi gracia con vosotros y os he elegido el Islam como religión. (El Sagrado Corán 5:4)

Alcanzar la complacencia de Dios a través de la religión perfeccionada

Su Santidad (aba) dijo que este es un gran favor de Dios a los musulmanes, que su fe ha sido perfeccionada, y es sólo el Islam quien hace esta afirmación. La fe final enviada por Dios es el Islam, y si uno desea alcanzar la complacencia de Dios, entonces sólo puede hacerlo adhiriéndose a las enseñanzas del Islam. El Sagrado Corán es ahora el principio y la única fuente del verdadero progreso espiritual; de hecho, es tan completo y perfecto que también es la única fuente del verdadero progreso material. Todo esto puede ser así si uno verdaderamente actúa y pone en práctica las enseñanzas del Sagrado Corán. No existe ninguna necesidad humana, ya sea material, espiritual, moral o de otro tipo, que no haya sido cubierta por las enseñanzas del Sagrado Corán. Así, este versículo anuncia claramente que la supervivencia misma de la humanidad depende ahora de esta enseñanza que es el Sagrado Corán.

¿Qué necesidad hay del Mesías Prometido (as) si el Santo Profeta (sa) fue el Profeta Perfecto?

Su Santidad (aba) declaró que el Mesías Prometido (as) afirmó que el Santo Profeta (sa) era el Profeta completo y perfecto, y por lo tanto la enseñanza completa y perfecta le fue revelada a él. Hay algunos que alegan que si este es el caso, entonces ¿cuál era el propósito o la necesidad del advenimiento del Mesías Prometido (as)? El propio Mesías Prometido (as) respondió a esto diciendo que si los musulmanes hubieran seguido realmente las enseñanzas del Islam, no habría sido necesaria su venida. Sin embargo, una mirada al estado del mundo deja claro que la manifestación de un reformador era absolutamente necesaria. De hecho, este estado de cosas fue profetizado por el Santo Profeta (sa), quien dijo que cuando se produjera tal estado en el mundo y sus gentes sería cuando se enviaría al mundo un reformador.

Su Santidad (aba) dijo que la enseñanza se completó con la revelación al Santo Profeta (sa). Sin embargo, debido a que el mundo no estaba tan desarrollado en aquella época y los medios de comunicación eran muy limitados, sería en la época del Mesías de los últimos días cuando se completaría la propagación del mensaje. De ahí que debamos analizarnos a nosotros mismos y considerar hasta qué punto nos esforzamos en este sentido. Para comprender la importancia de esto, debemos seguir reflexionando sobre el Sagrado Corán y alcanzar un nivel superior de su comprensión a través de las enseñanzas y explicaciones del Mesías Prometido (as).

Su Santidad (aba) dijo que a lo largo de los sermones anteriores, ha estado presentando las diversas excelencias y superioridades del Sagrado Corán tal y como fueron explicadas por el Mesías Prometido (as) en sus escritos. Su Santidad (aba) dijo que continuaría esta serie en su sermón de hoy.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán hizo justicia al completar la fe, por lo que ningún otro libro puede ocupar su lugar, ya que menciona todo lo necesario. Sin embargo, la puerta para conversar con Dios permanece abierta, lo que puede lograrse a través de la purificación interior siguiendo el Sagrado Corán y la verdadera obediencia al Santo Profeta (sa). No hay otro camino aparte de éste. El Mesías Prometido (as) dijo que el rango que se le otorgó fue también sólo por esta razón.

Superar el mero abandono de las malas acciones

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que uno no debe contentarse con abandonar las malas acciones, sino que el Sagrado Corán busca llevarnos al más alto nivel de moralidad y virtud. El objetivo debe ser complacer a Dios a través de nuestras acciones. Su Santidad (aba) dijo que deberíamos analizarnos a nosotros mismos y considerar si este es nuestro propósito tras la recitación del Sagrado Corán; ¿resulta nuestra recitación en un mayor reconocimiento y conexión con Dios? De hecho, hemos prometido adherirnos al Sagrado Corán en nuestra promesa de lealtad. Si nos esforzamos por alcanzar este nivel, especialmente durante el mes de Ramadán, entonces nuestro mundo y nuestra sociedad pueden convertirse en refugios de paz y la discordia que surge en los hogares se disiparía.

Las enseñanzas mundanas no pueden compararse con el Sagrado Corán

Su Santidad (aba) también citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán describe todo lo que la humanidad debe y no debe hacer. El Sagrado Corán ha descrito preventivamente todos los males que pueden surgir para que la gente sea consciente y evite caer en ellos sin siquiera darse cuenta. Su Santidad (aba) dijo que hoy en día, vemos que en el sistema educativo, a los niños pequeños se les enseñan cosas que están más allá de su alcance en lo que respecta a las relaciones humanas y cosas que sólo deberían saber después de la edad de la madurez. Los padres e incluso los sistemas educativos se están dando cuenta de que algunos profesores van demasiado lejos y esto perjudica a los niños. Esta es la diferencia entre una enseñanza divina y las enseñanzas mundanas. El Sagrado Corán presenta enseñanzas para todos, y también prescribe el momento en que esas enseñanzas se aplican.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán no puede compararse con ninguna enseñanza o libro mundano. Los buenos escritores se esfuerzan por escribir un artículo libre de toda forma de falsedad, embellecimiento u oportunidad de ridiculizarlo, al tiempo que lo consideran lleno de sabiduría y elocuencia. Por el contrario, los autores de nivel inferior que tienen una forma degradada de escribir no pueden compararse con los buenos escritores. Del mismo modo, un médico bueno, competente, bien educado y sabio no puede compararse con alguien que no tiene ni el más mínimo conocimiento o, a lo sumo, conocimientos limitados de medicina. A un erudito se le distingue por su forma de hablar, pues resulta evidente que está lleno de sabiduría, elocuencia y pensamiento ilustrado. La diferencia entre una persona así y otra cuyo conocimiento es limitado y carente de sabiduría es fácil y clara de distinguir simplemente por la forma en que habla. Esto demuestra que la Palabra de Dios revelada divinamente no puede compararse con ningún libro o escrito mundano, porque el conocimiento de Dios es incomparable y no puede compararse con el conocimiento de nadie más. Es así que Dios Todopoderoso mismo declara:

Pero si te responden que no, sabe entonces que sólo siguen sus malas inclinaciones. ¿Hay alguien que yerre más que quien sigue sus inclinaciones perversas sin guía alguna de Al‑lah? en verdad, Al‑lah no guía a los injustos. (El Sagrado Corán 28:51).

Elevar el nivel de intelecto y las acciones a la excelencia

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as) quien dijo que es una distinción del Sagrado Corán que no sólo eleva el intelecto y el conocimiento de una persona a un nivel de excelencia, sino que hace lo mismo con las acciones de una persona. Además, ser verdaderos seguidores del Sagrado Corán y actuar de acuerdo con sus enseñanzas dará como resultado la visión de signos y el cumplimiento de las oraciones. Otra excelencia del Sagrado Corán y sus enseñanzas es que quienes las siguen y se adhieren a ellas alcanzan bendiciones incomparables.

Ninguna verdad queda fuera del Sagrado Corán

Su Santidad (aba) también citó al Mesías Prometido (as), quien afirmó que otro aspecto de la elocuencia y la competencia del Sagrado Corán es que ha abarcado todas las verdades y hechos relacionados con la fe de forma sucinta. Ha borrado las falsas nociones de otros credos, ha respondido a todas las alegaciones, ha proporcionado la cura para todas las dolencias, ha presentado todas las verdades, no hay nada que se haya mencionado superfluamente, no hay ni una sola letra innecesaria. Todo esto se ha hecho de la manera más elocuente y sucinta. Además, el Sagrado Corán puede ser comprendido tanto por los beduinos como por los intelectuales. El Sagrado Corán presenta verdades que no pueden encontrarse en ningún otro lugar.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as) quien dijo que el Sagrado Corán es único en el hecho de que menciona un océano de conocimiento en cuestión de unas pocas líneas o páginas, y sin embargo no ha dejado ninguna verdad o verdad perteneciente a la fe. No hay ninguna otra escritura que presente lo que está en el Sagrado Corán. El Mesías Prometido (as) desafió al mundo diciendo que probaría que las excelencias que se encuentran en el Sagrado Corán no se encuentran en ningún otro lugar. No hay nadie más que haya desafiado al mundo de esta manera.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán fue revelado en un momento en el que se necesitaba urgentemente, ya que se había producido todo tipo de degradación social que pudiera manifestarse. Por eso el Sagrado Corán era tan amplio en sus enseñanzas, para que pudiera abordar todos estos asuntos. Estos males no se habían manifestado plenamente en épocas anteriores, por lo que las escrituras anteriores no eran completas ni perfectas en sus enseñanzas. Cuando la sociedad había alcanzado el pináculo de su degradación, el Sagrado Corán fue revelado, presentando una solución para cada problema. Por eso ahora no hay necesidad de ninguna nueva ley o enseñanza, porque todos los asuntos necesarios ya han sido tratados en el Sagrado Corán.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que para alcanzar la salvación, una persona debe aceptar a Dios como Uno y sin compañero, y el hecho de que el Sagrado Corán es la enseñanza completa y perfecta y que no se requiere ningún libro o escritura después de él.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as) quien dijo que aunque la gente todavía puede recibir revelación, su revelación nunca puede acercarse a la revelación del Sagrado Corán. Incluso si en su revelación, a la gente se le muestran palabras similares al Sagrado Corán, el grado de su revelación no puede ser del mismo grado que el Sagrado Corán. El Sagrado Corán es tal que las corrientes de conocimiento fluyen por debajo de él; no hay nadie que pueda afirmar algo similar a esto. Su conocimiento es como una deuda, pero no una deuda que haya que pagar, sino que el Corán nos insta a buscar más.

El Mesías Prometido (as) siguió el Corán y al Santo Profeta (sa) en grado sumo

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que si se hubiera desviado del Corán lo más mínimo, si hubiera añadido algo o si se hubiera desviado del Santo Profeta (sa), Sin embargo, el Mesías Prometido (as) no cambió nada del Sagrado Corán en lo más mínimo, ni se apartó nunca de seguir las enseñanzas y el ejemplo del Santo Profeta (sa). De hecho, siguió el Sagrado Corán y al Santo Profeta (sa) en sumo grado, lo que dio como resultado que Dios le mostrara numerosos signos. Por lo tanto, quien rechaza y niega al Mesías Prometido (as) será, en última instancia e indudablemente, cuestionado por Dios. Su Santidad (aba) dijo que es nuestra firme creencia que a través del Mesías Prometido (as) hemos sido capaces de comprender verdaderamente el Sagrado Corán.

El Sagrado Corán establece la justicia absoluta

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo con respecto al mandamiento de la justicia en el Sagrado Corán que es muy difícil ser justo con aquellos que cometen los crímenes más atroces, sin embargo, este es el mandamiento de Dios, y esta es la clave para establecer la paz en el mundo. Si la gente en el mundo de hoy se adhiriera a esto, entonces el mundo podría salvarse de la destrucción. Si el mundo de hoy y sus líderes no establecen la justicia, entonces el mundo se dirigirá hacia una destrucción segura.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que antes del Sagrado Corán, las mujeres no tenían absolutamente ningún derecho. Los hombres se casaban con todas las mujeres que querían sin ninguna restricción. Sin embargo, fue el Sagrado Corán el que vino y estableció restricciones y se aseguró de establecer los debidos derechos y el respeto de las mujeres.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) desafió al mundo diciendo que si había alguien que pudiera señalar la más mínima discrepancia en el Sagrado Corán, o pudiera presentar una superioridad en su propio libro que no se encuentra en el Corán y es mejor que él, entonces estaría dispuesto a aceptar incluso el castigo de la muerte.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que si uno tiene una fe completa y reflexiona sobre el Sagrado Corán, entonces en lugar de inclinarse hacia el mundo, su enfoque siempre permanecerá en Dios Todopoderoso. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah nos permita a todos hacerlo.

Llamamiento a la oración en el mes de Ramadán

Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah nos permita actuar verdaderamente según las enseñanzas del Sagrado Corán, comprenderlo y vivir nuestras vidas de acuerdo con él. Que sigamos buscando sus bendiciones incluso después de Ramadán. Que Al’lah detenga a todos los malhechores y procure los medios para que sean llevados ante la justicia. Su Santidad (aba) instó a rezar para que el mundo entero se salve del desorden; estos días Palestina está especialmente sumida en el desorden. Que Al’lah salve a los musulmanes de Palestina de las crueldades a las que se enfrentan. Que los líderes del mundo musulmán entren en razón y en lugar de buscar su propio beneficio, busquen el beneficio de todos los musulmanes. Que Al’lah el Todopoderoso abra las puertas de sus bendiciones y misericordia más que nunca durante este mes de Ramadán.

Resumen preparado por The Review of Religions

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