Califas guiados – Hazrat Umar (ra)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Califas guiados – Hazrat Umar (ra)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón del viernes, 15 de octubre de 2021.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Sura Al-Fatiha,

Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo lo siguiente:

 

En el sermón anterior hablé del incidente del martirio de Hazrat Umar (ra), pero quedan por mencionar algunos detalles más al respecto.

En el relato que narré de Sahih Bujari, parece que se ofrecía la oración de fayar en el momento en que Hazrat Umar (ra) fue atacado y que se encontraba en la mezquita en ese momento. Sin embargo, en otra narración encontramos que Hazrat Umar (ra) fue llevado inmediatamente a casa y que la oración se ofreció más tarde. En este sentido, el comentador de Sahih Bujari, Alama Ibn Hayar, ha agregado otra narración bajo este hadiz y ha escrito que Hazrat Ibn Abbas (ra) declaró:

Cuando Hazrat Umar (ra) comenzó a sangrar profusamente y quedó inconsciente, lo cogí con la ayuda de otras personas y lo llevamos a su casa. Permaneció en ese estado hasta que se hizo visible la luz del día. Cuando recuperó la consciencia, nos miró y preguntó: ‘¿La gente ha ofrecido su oración?’. Yo respondí: ‘Sí, la han hecho’. Ante esto dijo: ‘La persona que ignora su oración no es un verdadero seguidor del Islam’. Hazrat Umar (ra) luego realizó la ablución y ofreció sus oraciones”.

Lo mismo se afirma en “At-Tabaqaat Al-Kubra”, esto es, que Hazrat Umar (ra) fue llevado a su casa y que Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) dirigió las oraciones. También se menciona que Hazrat Abdur Rahman (ra) recitó los dos suras o capítulos más breves del Sagrado Corán: Sura Al-Asar y Sura Al-Kauzar. En otro lugar, se dice que se recitaron el Sura Al-Asar y el Sura Al-Kafirun.

Sobre el asesino de Hazrat Umar (ra), está escrito en “At-Tabaqaat Al-Kubra” que cuando Hazrat Umar (ra) fue atacado, este le dijo a Hazrat Abdul’lah bin Abbas (ra): “Ve y averigua quién intentó asesinarme”. Hazrat Abdul’lah bin Abbas (ra) narra: “Cuando abrí la puerta de la casa y salí, había una multitud de gente que desconocía la condición de Hazrat Umar (ra). Pregunté quién había atacado a Hazrat Amir-ul-Muminin (Líder de los Fieles) con una daga. Ellos respondieron que lo había apuñalado un enemigo de Dios y esclavo de Mughirah bin Shuba, Abu Lulu. Además había herido a otros, pero cuando lo atraparon, usó la misma daga para quitarse la vida”.

 

En cuanto a si el martirio de Hazrat Umar (ra) fue el resultado de una conspiración o se debió a la enemistad personal albergada por este individuo, algunos de los historiadores posteriores han escrito que el martirio de Hazrat Umar (ra) no se debió simplemente a la enemistad personal de un individuo hacia él, sino que en realidad fue una conspiración. En cualquier caso, leeremos sus opiniones al respecto. Ahora bien, en relación a cómo fue martirizado un valiente Jalifa como Hazrat Umar (ra), con frecuencia nos encontramos con historiadores y biógrafos que guardan silencio tras detallar los incidentes de su martirio y da la impresión de que Abu Lulu Feroz lo asesinó por la rabia y el enfado del momento. No obstante, algunos historiadores y biógrafos contemporáneos que han analizado ese tema al detalle afirman que no pudo haber sido solo un acto de venganza, producto de la rabia de un único individuo. Lo cierto es que fue una conspiración, por lo que Hazrat Umar (ra) acabó siendo asesinado mediante un plan previamente planificado; y el renombrado comandante persa Hormuzan, quien vivía en Medina y parecía vivir como musulmán, también formó parte de esta conspiración.

Los escritores actuales han cuestionado a historiadores y biógrafos anteriores por no tratar de forma detallada este asesinato como una conspiración. En este sentido, hay un importante libro de historia llamado “Al-Bidayah wa Al-Nihayah” en el que solo se menciona que se sospechaba que Hormuzan y Yufainah estaban involucrados en el asesinato de Hazrat Umar (ra). Precisamente por esa incertidumbre, los biógrafos de Hazrat Umar (ra) han considerado que fue el resultado de una conspiración.

Uno de estos escritores es Muhammad Raza Sahib,  quien escribe en su libro “Sirat Umar Faruq” (‘La vida de Umar Faruq’):

“Hazrat Umar (ra) nunca permitió que los prisioneros adultos entraran en Medina, hasta que Hazrat Mughirah bin Shubah (ra), quien era el gobernador de Kufa, le escribió una carta en la que le decía que tenía un esclavo muy hábil y le pidió permiso para que le dejara ir a Medina. Hazrat Mughirah bin Shubah (ra) dijo que tenía experiencia en muchas tareas y se le podía sacar provecho, pues era herrero, artesano y carpintero. Hazrat Umar (ra) le escribió a Hazrat Mughirah dándole permiso para enviarlo a Medina. Por ello, Hazrat Mughirah (ra) le impuso un impuesto mensual de 100 dirhams. Entonces, este esclavo fue a Hazrat Umar (ra) y se quejó de que el impuesto era demasiado alto. Hazrat Umar (ra) preguntó qué trabajos podía hacer con soltura y en respuesta le informó de las tareas para las que estaba capacitado. A continuación, Hazrat Umar (ra) declaró que el impuesto acordado estaba a la altura de los trabajos para los que estaba capacitado. Ante esto, el esclavo partió estando enojado con Hazrat Umar (ra), quien esperó algún tiempo y un día este mismo esclavo pasó junto a él, lo llamó y le dijo: ‘He oído que haces una piedra de molino de viento realmente buena”. El esclavo se dirigió a Hazrat Umar (ra) en estado de ira y disgusto y le dijo: “Haré una piedra de molino para ti de la que la gente hablará’. Cuando se alejó, Hazrat Umar (ra) se volvió hacia sus compañeros y dijo que el esclavo acababa de amenazarlo. Pasaron unos días y Abu Lulu escondió una daga de doble filo en su manto, cuyo mango estaba en medio y atacó a Hazrat Umar (ra), tal como se ha mencionado en el incidente de su martirio. Una puñalada le hirió debajo de su ombligo. En cierto sentido, Abu Lulu mantuvo maldad y despecho hacia Hazrat Umar (ra), ya que los árabes habían conquistado su tierra, lo esclavizaron y provocaron que su rey huyera del país humillado. Siempre que veía a jóvenes esclavos se acercaba a ellos, les acariciaba la cabeza y les decía con emoción que los árabes habían destruido su futura generación.

Cuando Abu Lulu tomó la determinación de matar a Hazrat Umar (ra), con mucho esmero fabricó ​​la daga de doble filo, la afiló bien y luego le untó veneno. Más tarde se la enseñó a Hormuzan y le preguntó qué pensaba sobre la daga y respondió: ‘Creo que matará a quienquiera que apuñales con ella’. Hormuzan fue uno de los comandantes del ejército persa que fue capturado por los musulmanes en Tustur y enviado a Medina. Cuando vio a Hazrat Umar (ra), preguntó por el paradero de sus guardias y el personal de seguridad de las puertas de su ciudad, como se ha mencionado anteriormente. Los Compañeros (ra) respondieron que Hazrat Umar (ra) no tenía guardia, seguridad, secretario, o tesorero, a lo que dijo entonces que debía ser profeta. Más tarde se convirtió en musulmán y Hazrat Umar (ra) le asignó 2.000 dirhams, y le dio un lugar para residir en Medina”.

En “Tabaqaat ibn Sad”, hay una narración sobre la autoridad de Nafi en la que se afirma que Hazrat Abdur Rahman (ra) había visto el cuchillo usado para martirizar a Hazrat Umar (ra) y dijo que vio el cuchillo en posesión de Hormuzan y Yufainah, y les preguntó para qué lo usaban. Ellos respondieron que lo utilizaban para cortar carne porque no la querían tocar con las manos. Luego Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra) le preguntó a Hazrat Abdur Rahman (ra) si de hecho había visto el cuchillo en posesión de esas dos personas y él respondió afirmativamente. Ante esto, Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra) tomó su espada y los mató a los dos. Entonces, Hazrat Uzman (ra) llamó a Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra) y  cuando este llegó, Hazrat Uzman (ra) le preguntó qué le había incitado a matar a los dos hombres mientras vivían bajo juramento de su protección. Al escuchar esto, Hazrat Ubaidul’lah (ra) tiró a Hazrat Uzman (ra) al suelo, momento en el que llegaron otros para proteger a Hazrat Uzman (ra) de Hazrat Ubaidul’lah (ra). Cuando Hazrat Uzman (ra) lo llamó, Hazrat Ubaidul’lah (ra) había colocado su espada en la vaina, pero Hazrat Abdur Rahman (ra) le exigió que se quitara la espada por completo y así lo hizo.

Esta es una narración en referencia a Hazrat Uzman (ra) y Dios sabe hasta qué punto es verdadera y auténtica. No obstante, la mención de este asesinato también se ha registrado en otras narraciones. Por ejemplo, Said bin Musayyab narra que cuando Hazrat Umar (ra) fue martirizado, Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra) dijo que había pasado junto al asesino de Hazrat Umar (ra), es decir, Abu Lulu, y murmuraba en compañía de Yufainah y Hormuzan. Cuando de repente se acercó a ellos, se pusieron de pie y huyeron, arrojando una daga en su huida. Era una daga de doble filo con el mango en medio. Luego les dijo que examinaran la daga con la que Hazrat Umar (ra) había sido martirizado. Al observarla, la daga era idéntica a la descrita por Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra). Cuando Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra) escuchó esto de parte de Hazrat Abdur Rehman bin Abi Bakar (ra), salió cogiendo su espada y llamó a Hormuzan. Una vez salió Hormuzan, Hazrat Ubaidul’lah (ra) lo llevó a ver sus caballos y aprovechó para colocarse detrás de él. Finalmente, cuando Hormuzan caminaba frente a él, lo atacó con su espada. Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra) declaró que tan pronto como Hormuzan sintió la fuerza de su espada, proclamó: “No hay nadie digno de adoración excepto Al’lah”.

Hazrat Ubaidul’lah (ra) también declaró que llamó a Yufainah, que era cristiano de Hira y había sido enviado a Medina como ayudante de Hazrat Sad bin Abi Waqas (ra) para establecer la reconciliación entre ellos. Solía ​​enseñar el arte de la caligrafía en Medina. Cuando Hazrat Ubaidul’lah (ra) lo atacó con su espada, Yufainah dibujó el símbolo de la cruz ante sus ojos. Luego, Hazrat Ubaidul’lah (ra) fue a matar a la hija de Abu Lulu, que decía ser musulmana. Aquel día, la intención de Hazrat Ubaidul’lah (ra) era matar a todos los prisioneros de Medina. Los “Muhayirin” (emigrantes) se enfrentaron a él e intentaron detenerlo y le reprendieron, pero juró por Dios que mataría a todos los prisioneros y los ignoró hasta que, al final Hazrat Amar bin Al-Aas (ra) razonó con él hasta que le entregó su espada. Entonces, cuando llegó Hazrat Sad bin Abi Waqas (ra), ambos se agarraron de sus pelos. Pero en cualquier caso, Hormuzan, Yufainah y la hija de Abu Lulu fueron asesinados.

Todo este asunto se presenta para argumentar el hecho de que Abu Lulu fue incitado a matar a Hazrat Umar (ra) y que todas las narraciones demuestran que el asesinato de Hazrat Umar (ra) fue efectivamente algo planeado. Esto es lo que relatan los que creen que su martirio fue el resultado de una conspiración. Por su parte, Hormuzan planeó sacar provecho de la enemistad entre Abu Lulu y Hazrat Umar (ra) y avivar aún más el fuego. Ninguno de los dos eran árabes. Además, cuando Hormuzan fue encarcelado y enviado a Medina, solo aceptó el Islam por miedo a que el Jalifa le matara. En la narración de Nafi que se recoge en “Tabaqaat ibn Sad”, se recoge que Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) había visto la daga con la que Hazrat Umar (ra) fue martirizado.

Luego, en la narración de Said bin Musayyab, que se registra en “Al-Tabari”, se afirma que Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra) había visto la daga y cuando se acercó repentinamente a Abu Lulu, Yufainah y Hormuzan, estos huyeron y la daga se cayó. Cuando Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra) informó a Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra), inmediatamente fue y mató a ambos y la venganza le consumó, hasta tal punto que además mató a la hija de Abu Lulu. La daga descrita por Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra) era exactamente la misma que se utilizó para martirizar a Hazrat Umar (ra). En este sentido, si Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra) no hubiera actuado precipitadamente, podría haber existido la posibilidad de que los culpables hubiesen sido interrogados y, a través de esa investigación, su complot hubiera salido a la luz. De todas formas, si se tienen en cuenta todos estos factores, el hecho de que se trataba de un plan premeditado es tan claro como el agua; y el que llevó a cabo este complot hasta su finalización y asesinó a Hazrat Umar (ra) fue Abu Lulu. Todo esto lo afirman los que creen que todo fue una conspiración para matar a Hazrat Umar (ra).

Del mismo modo, el Dr. Muhammad Hussain Haikal, que es otro historiador, escribe en uno de sus  libros:

“Desde que los musulmanes vencieron a los iraníes y a los cristianos, y tomaron las riendas del gobierno de sus naciones, y obligaron al emperador persa a huir tras derrotarlo, los iraníes, los judíos y los cristianos albergaban sentimientos de malicia y rencor en sus corazones hacia los árabes en general, pero especialmente hacia Hazrat Umar (ra). Incluso en aquella época, la gente mencionaba esta malicia y rencor, y cuando se enteraron de que Abu Lulu, quien atacó a Hazrat Umar (ra), era iraní, recordaron el momento en que Hazrat Umar (ra) dijo: ‘Te aconsejé no traer a cualquier persona que fuese infiel a nuestro hogar, sin embargo,no  has hecho caso de mis palabras’. La población de los no-árabes e incrédulos en Medina era muy pequeña, aunque quedaba un pequeño grupo de personas cuyos corazones rebosaban de ira y venganza, y cuyos pechos ardían con el fuego de la malicia y el rencor. Quién sabe, quizá estas personas conspiraron juntas y Abu Lulu actuó de acuerdo con el plan urdido por estos enemigos del Islam para saciar su sed de malicia y enemistad, y pensaron que así podrían romper en pedazos la unidad de los árabes, debilitando así la fuerza de los musulmanes. Los hijos de Hazrat Umar (ra) estaban muy inquietos por descubrir la verdad y podrían haber llegado al fondo del asunto y descubierto este secreto si Abu Lulu Feroz no se hubiera suicidado. Por ello, al suicidarse, se llevó este secreto a la tumba. Pero ¿acabó con el asunto de una vez por todas, sin dejar otra forma de descubrirlo?”.

 Este historiador, que creía que todo esto era una conspiración, escribe además que:

“Muy al contrario, el destino decretó que un líder árabe se enterara de esta maquinación y la sacara a la luz. Cuando Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) vio la daga con la que Hazrat Umar (ra) había sido martirizado, dijo que había visto el día anterior esa misma daga en posesión de Hormuzan y Yufainah, y les preguntó para qué la iban a usar. Ellos respondieron que la utilizaban para cortar la carne, porque no podían tocarla con las manos. Entonces, Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra) dijo que cuando pasó junto al asesino de Hazrat Umar (ra), Abu Lulu, vio que Yufainah y Hormuzan estaban conversando en secreto con él y al acercarse repentinamente, estos huyeron y una daga cayó al suelo de entre ellos. Tenía dos filos con un mango en el centro. Tras esto, pidió que examinaran la daga utilizada para martirizar a Hazrat Umar (ra). Al ver la gente la daga, se dieron cuenta de que era la misma que había sido descrita por Hazrat Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra)”.

Este historiador escribe además:

“Como resultado, no quedó ninguna duda de que ambos testimonios resultaron ser verdaderos y, de hecho, fueron los más fiables de entre los musulmanes”. Declararon que la daga utilizada para martirizar a Hazrat Umar (ra) estuvo en posesión de Hormuzan y Yufainah. Aparte, uno de los testigos declaró que antes de que Abu Lulu hubiera cometido el asesinato, le vio conspirar con los otros dos y, según ambos testigos, todo esto ocurrió la noche anterior al asesinato de Hazrat Umar (ra), que tuvo lugar por la mañana. A la luz de esto, ¿hay alguna duda de que el Líder de los Fieles (ra) fue víctima de una conspiración encabezada por estas tres personas? Por otro lado, es posible que hubiera otros iraníes o personas de otras naciones que fueron conquistadas por los musulmanes que también formaran parte de esta conspiración.

Cuando Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra) escuchó los testimonios de Hazrat Abdur Rahman bin Auf (ra) y Abdur Rahman bin Abi Bakar (ra), sintió que el mundo entero estaba cubierto de sangre. En su corazón, estaba convencido de que todos los residentes de Medina que habían venido de una tierra extranjera eran parte de esta conspiración y que todos tenían sangre en sus manos. Por eso, inmediatamente tomó su espada y mató primero a Hormuzan y Yufainah. Se narra que llamó a Hormuzan y cuando éste salió, le pidió que echara un vistazo a su caballo, luego se apartó y cuando Hormuzan pasó junto a él, lo golpeó con su espada. Cuando el iraní se dio cuenta de que estaba siendo atacado, proclamó: ‘No hay más dios que Al’lah’ y cayó al suelo. Se narra que Hazrat Ubaidul’lah bin Umar (ra), que era el hijo de Hazrat Umar (ra), dijo: ‘Entonces llamé a Yufainah, que era un cristiano de Hira y el hermano de leche de Hazrat Sad bin Abi Waqas (ra). Fue debido a esta relación que Hazrat Sad (ra) lo trajo a Medina, donde enseñaba a otros a leer y escribir. Cuando lo golpeé con mi espada, dibujó una cruz frente a sus ojos’. El otro hermano de Hazrat Abdul’lah (ra) no estaba menos enfurecido por el martirio de su padre, aunque nadie estaba más furiosa que la Madre de los Creyentes, Hazrat Hafsah (ra), [hija de Hazrat Umar (ra) y esposa del Santo Profeta (sa)].

En cualquier caso, lo que hicieron no estaba permitido por la ley, pues ninguna persona tiene autoridad para buscar personalmente la retribución y tomarse la justicia por su mano. Más bien, la decisión final se debía haber dejado en manos del Profeta Muhammad (sa) y sus Sucesores (Jalifas) que vinieron después de él, ya que arbitraban con justicia entre las personas y ordenaban que se castigara a los delincuentes. Por lo tanto, cuando Hazrat Ubaidul’lah (ra) se enteró de este complot que finalmente resultó en la pérdida de la vida de su padre, debería haber consultado con el Líder de los Fieles (ra). Entonces, si se demostraba que ese complot era cierto, habría ordenado que fueran castigados; y si este complot hubiera resultado no ser cierto, o si el Líder de los Fieles, (es decir, el nuevo Jalifa), tuviera alguna duda al respecto, ciertamente habría dictado un castigo más leve o decidido que solo Abu Lulu debería ser considerado responsable. En cualquier caso, lo que hizo no era su derecho legal. En resumen, no es algo descabellado pensar que esto fue en realidad un complot premeditado, pero debido a las circunstancias de la época era muy posible que Hazrat Uzman (ra) no hubiese sido capaz de realizar una investigación de forma inmediata. Pero, independientemente de las circunstancias, los historiadores antiguos guardan silencio al respecto.

Por el contrario, hay un debate entre los historiadores de hoy en día con respecto a esto, basado en las circunstancias de ese tiempo, y parece que hay cierta validez en sus argumentos, porque el complot no solo terminó ahí, sino que Hazrat Uzman (ra) también fue martirizado como resultado de otro plan similar. De hecho, esto refuerza aún más la idea de que, en un intento de detener la creciente fuerza y las victorias del Islam, y para satisfacer su ardiente deseo de retribución, hubo fuerzas externas que tramaron un complot y martirizaron a Hazrat Umar (ra). De todas formas, Al’lah sabe mejor la verdad”.

 Está registrado en Sahih Muslim que Hazrat Ibn Umar (ra) dijo:

“Yo estaba con mi padre cuando fue atacado. La gente lo elogiaba y exclamaba: ‘¡Que Dios Altísimo le conceda la mejor recompensa!’. Ante esto, respondía: ‘Tengo esperanza, pero también miedo’. La gente le pidió que nombrara al siguiente Jalifa y respondió: ‘¿Debo soportar vuestra carga tanto en esta vida como cuando haya fallecido? Deseo que mis contribuciones sean iguales en ambos casos; o sea, que no se me considere responsable por algo malo, ni tampoco reciba ninguna recompensa por lo bueno que haya hecho. Si yo nombrara a un Sucesor (Jalifa), entonces esto sería hacer algo similar a aquel que fue mejor que yo, es decir, Hazrat Abu Bakar (ra), ya que él nombró a un Sucesor (incluso si lo hizo, ello no causó ningún daño). Si os dejo sin nombrar un Sucesor, también os dejó sin nombrar un Sucesor aquel que era mejor que yo, es decir, el Santo Profeta (sa)’.”

 El segundo ejemplo que dio fue el del Santo Profeta (sa), que no nombró a su Sucesor. En este sentido, Hazrat Abdul’lah (ra) dice:

“Cuando mencionó al Santo Profeta (sa), supe que no nombraría un Sucesor”.

 En otra narración registrada en Sahih Muslim, Hazrat Ibn Umar (ra) relata que fue a ver a Hazrat Hafsah (ra) y ella le dijo:

“¿Eres consciente de que tu padre no nombrará a un Sucesor?”. Él respondió: “No hará tal cosa”. Hazrat Hafsah (ra) dijo entonces: “Lo hará”. A esto dijo: “Juré que volvería a hablar con Hazrat Umar (ra)”; y añadió: “Permanecí en silencio hasta la mañana siguiente y no le dije nada. Me sentí como si soportara el peso de una montaña a causa de este voto que había hecho. Volví y fui a ver a Hazrat Umar (ra), que me preguntó por la condición de la gente y le conté las distintas cosas que decían. Más tarde le dije: ‘He oído algo en particular que la gente está diciendo y me he comprometido a contártelo. Ellos creen que no nombrarás a un Sucesor (Jalifa). Si alguien apacienta tus camellos o pastorea tus ovejas y después acuden a ti y, sin más, los dejan así como así, entonces pensarías que los ha abandonado. Así pues, proteger a la gente es incluso más importante”.

Y sigue narrando:

“Hazrat Umar (ra) estuvo de acuerdo con lo que dije y bajó la mirada durante un tiempo. Después alzó la vista volviéndose hacia mí y exclamó: ‘Dios Altísimo protegerá Su fe’. Si no nombro a un Sucesor, entonces sería comparable al Santo Profeta (sa) que no nombró a un Sucesor. Si lo nombro, sería comparable a Hazrat Abu Bakar (ra) que sí lo nombró”. Hazrat Ibn Umar (ra), el hijo de Hazrat Umar (ra) respondió: “¡Por Dios!, cuando Hazrat Umar (ra) mencionó al Santo Profeta (sa) y a Hazrat Abu Bakar (ra), supe que no estimaría a nadie más que al Santo Profeta (sa) y que, por tanto, no nombraría a un Sucesor”.

 Por su parte, Hazrat Miswar bin Makhrama (ra) relata que cuando Hazrat Umar (ra) fue herido estaba sufriendo un dolor extremo y con el fin de tranquilizarlo, Hazrat Ibn Abbas (ra) dijo:

“¡Oh Líder de los Fieles! Si bien la situación es esta, pero has permanecido en la compañía del Santo Profeta (sa) y has sido un excelente Compañero. El Santo Profeta (sa) partió en un estado en el que estaba contento contigo. A partir de entonces, permaneciste en compañía de Hazrat Abu Bakar (ra) y fuiste un excelente compañero para él, que también partió en un estado en el que estaba complacido contigo. Después, permaneciste en compañía de los Compañeros (ra) y fuiste un excelente apoyo para ellos; y si ahora te marchas y te alejas de ellos, ciertamente los dejarás en un estado en el que estarán contentos contigo”.

 Hazrat Umar (ra) respondió:

“Lo que mencionas sobre la compañía del Santo Profeta (sa) y el hecho de que estaba complacido conmigo se debe puramente a la gracia de Dios Altísimo. Luego has mencionado mi apego con Hazrat Abu Bakar (ra) y que él estaba complacido conmigo, y esto también se debió a la gracia de Dios Altísimo. No obstante, lo que ahora me preocupa en este momento eres tú y tus compañeros. No estoy preocupado por mí, pero sí por ti y tus compañeros. ¡Por Al’lah! Si tuviera una tierra entera de oro, la entregaría como fidia para salvarme de la ira de Dios Altísimo”.

 Explicando el versículo “…y que ciertamente les dará a cambio seguridad y paz después de su temor”, Hazrat Musleh Maud (ra) escribe:

“Los Jalifas nunca tuvieron que enfrentarse a tal prueba en la que experimentaran temor y si lo hicieron, entonces esto fue transformado en un estado de paz por Al’lah. Sin duda, Hazrat Umar (ra) fue martirizado, pero cuando uno reflexiona sobre los hechos históricos, se hace evidente que él no tenía ningún miedo a ser martirizado. De hecho, rezaba repetidamente: ‘¡Oh Dios mío! Concédeme el rango del martirio y además en la ciudad de Medina’.

Así, respecto a esta persona que pasó toda su vida rezando para conseguir el martirio en Medina, ¿cómo podría alguien afirmar que experimentó miedo en el momento de su martirio y que el estado de temor no se transformó en uno de paz? Si Hazrat Umar (ra) tenía miedo de ser martirizado y posteriormente lo fue, entonces se podría haber dicho que Dios no transformó el estado de temor en paz. Sin embargo, Hazrat Umar (ra) solía rezar: ‘¡Oh Al’lah! Concédeme el martirio en Medina’. En consecuencia, a la luz del incidente de su martirio, ¿cómo podría alguien afirmar que temía ser martirizado? De hecho, como no temía ser martirizado y rezaba por ello, y Dios Altísimo aceptó su plegaria, es evidente que, según este versículo, nunca experimentó ningún tipo de temor. Además, tal y como he mencionado antes, este versículo afirma que a los Jalifas nunca les puede ocurrir algo a lo que tengan temor y existe la promesa de Dios Altísimo que, a cambio, después de su temor les concederá seguridad y paz.  No obstante, si uno ni siquiera teme algo, sino que lo considera un medio para su honor y para elevar su rango espiritual, sería ilógico afirmar que experimentó miedo y preguntar por qué su temor no se transformó en un estado de paz”.

Este es un punto que debe entenderse bien.

Hazrat Musleh Maud (ra) continúa diciendo:

“Cuando leí esta oración de Hazrat Umar (ra), pensé que esto significaba que el enemigo atacaría Medina y el ataque sería tan intenso que todos los musulmanes serían destruidos. Después, el enemigo llegaría hasta el Jalifa de la época y lo martirizaría también. Sin embargo, Dios Altísimo aceptó la oración de Hazrat Umar (ra), pero al mismo tiempo creó los medios para salvaguardar el honor del Islam. Así pues, en lugar de que se lanzara un ataque externo contra Medina, un individuo miserable que vivía en la ciudad lo martirizó con una daga”. 

 Al mencionar las enseñanzas islámicas relativas a la liberación de los esclavos, Hazrat Musleh Maud (ra) habla de nuevo del martirio de Hazrat Umar (ra) y los factores que lo provocaron:

“El primer mandato es que uno debe liberar a los esclavos sin buscar nada a cambio de ellos y hacerlo simplemente como un acto de bondad. Si uno es incapaz de hacer esto, entonces debe concederles la libertad tomando solo algo en recompensa, pero incluso si hay un esclavo que no posee los medios para adquirir su libertad, ni el gobierno al que pertenece, ni los miembros de su familia muestran ningún interés ni preocupación, entonces puede dar una notificación a su propietario y conseguir su libertad cumpliendo su pago a plazos. (El prisionero que ha sido tomado como esclavo puede fijar sus propios plazos de pago). En este caso, aparte del importe de las cuotas, el resto de sus ingresos le pertenecerá y finalmente será considerado como un hombre libre. (En otras palabras, pagará las cuotas fijadas de lo que gane para adquirir su libertad y el resto de sus ganancias seguirán siendo suyas, y esto será una forma de libertad para él).

Hazrat Umar (ra) fue martirizado por un esclavo de características similares y que había llegado a un acuerdo para adquirir su libertad. Este esclavo había llegado a un acuerdo con el musulmán en cuya posesión se encontraba y le pidió que fijara un pago en cuotas mensuales, según sus posibilidades, que cumpliría gradualmente y así adquiriría su libertad. Posteriormente, fijó una pequeña suma de dinero que comenzó a pagar. Un día, se quejó a Hazrat Umar (ra) de que su dueño había fijado un importe muy elevado y pidió que se redujera. Hazrat Umar (ra) evaluó sus ingresos y descubrió que sus ganancias reales eran mucho más elevadas que la cantidad de ingresos en la que se basaban las cuotas. Ante esto, Hazrat Umar (ra) declaró que, basándose en sus ingresos reales, esa cuota era muy pequeña y no podía reducirse. Este esclavo se enfadó mucho por esta decisión y consideró que, como pertenecía a Irán, la resolución se había dictado en su contra y la decisión se había tomado a favor de su dueño, que era árabe; y así, por su ira, atacó a Hazrat Umar (ra) al día siguiente con una daga causándole tales heridas que lo llevaron al martirio”.

 Hazrat Musleh Maud (ra) además relata:

“Hay dos cosas que desvían a uno del camino recto: el rencor extremo o el amor extremo. A veces, uno alberga un rencor extremo por un asunto sin importancia. Mirad la época de Hazrat Umar (ra) en que un incidente tan pequeño llevó a tal grado de rencor que finalmente causó un gran daño al Islam y pienso que las repercusiones de este incidente todavía se sienten hasta el día de hoy. Una vez, se presentó un caso ante Hazrat Umar (ra) en el que el esclavo de alguien ganaba mucho más de lo que pagaba a su dueño para adquirir su libertad. Hazrat Umar (ra) llamó a este esclavo y le dijo que debía pagar más a su dueño. En aquella época había muy pocas personas que tenían trabajos especializados, de ahí que los herreros y los carpinteros fueran muy valorados. Este esclavo construía molinos de harina para moler el trigo y ganaba bien. Hazrat Umar (ra) fijó 3,5 anas (unidad monetaria utilizada antiguamente en el subcontinente indio), que debía pagar a su propietario. Ahora bien, esta es una cantidad muy pequeña y no obstante sintió que Hazrat Umar (ra) había tomado una decisión equivocada y comenzó a albergar maldad en su corazón contra él.

Una vez, Hazrat Umar (ra) le pidió que hiciera una piedra de molino para él a lo que respondió: ‘Construiré una piedra de molino que funcionará muy eficazmente’. Al oír esta respuesta, alguien le dijo a Hazrat Umar (ra) que le estaba amenazando. (Esto parece ser similar al incidente que se narró anteriormente o el mismo, pero se refiere al mismo esclavo). Hazrat Umar (ra) declaró que sus palabras no reflejaban que estuviera lanzando una amenaza. [En la narración anterior, el propio Hazrat Umar (ra) declaró que había hecho una amenaza]. El acompañante declaró que su tono era tal que estaba haciendo una amenaza. Después de esto, un día Hazrat Umar (ra) estaba ofreciendo sus oraciones y este esclavo lo atacó con una daga y lo martirizó”.

 Hazrat Musleh Maud (ra) continúa diciendo:

“Este Umar (ra), que era el Rey de millones y el Gobernante de un vasto imperio, y uno de los mejores guías de los musulmanes, fue asesinado por apenas 3,5 anas. El hecho es que quien alberga enemistad y rencor no se preocupará si son 3,5 anas o 2 anas, pues solo deseará saciar su sed de venganza y su disposición es tal que no hacen más que avivar su odio. En ese estado no ven cómo sus acciones les afectarán tanto a ellos mismos como a los demás. Al final, cuando se le preguntó al asesino de Hazrat Umar (ra) por qué había cometido un acto tan atroz, respondió que se había dictado un veredicto injusto contra él y por eso se vengó”.

Este detalle concreto no se ha mencionado anteriormente. Tal vez tuvieron un breve momento mientras lo capturaban en el que declaró por qué había matado a Hazrat Umar (ra) y después de esto se suicidó.

Hazrat Musleh Maud (ra) añade:

“Habiendo mencionado este doloroso acontecimiento, he afirmado antes que este incidente ha tenido un efecto negativo en el Islam incluso hasta nuestros días. Aunque la muerte siempre está vinculada al hombre, uno no suele esperar que le llegue cuando está fuerte y sano. Por el contrario, cuando uno se debilita y su salud disminuye, la gente a su alrededor se pone naturalmente alerta y empieza a planificar para el futuro. No hablan de este asunto entre ellos, pero se crea una fuerza motriz que estimula a la gente a prepararse para lo que ha de venir. Por eso, cuando un líder fallece, el pueblo está vigilante y preparado. Por su parte, Hazrat Umar (ra) estaba fuerte y saludable, a pesar de tener 63 años, y los Compañeros (ra) no podían comprender que Hazrat Umar (ra) pronto les abandonaría. Por eso, no sabían cómo prepararse para el futuro cuando, de repente, les sobrevino la prueba de su fallecimiento. En ese momento, la comunidad musulmana no estaba preparada para aceptar un nuevo líder y debido a esta falta de preparación, la gente no desarrolló esa relación con Hazrat Uzman (ra) como debería haberlo hecho. Por esta razón, el Islam se encontraba en un estado frágil y en la época de Hazrat Ali (ra) esta condición se hizo cada vez más precaria”.

 En definitiva, según Hazrat Musleh Maud (ra), esto también podría haber sido una razón para la disensión y la discordia que surgió más tarde.

En tiempos de discordia y conflicto, es necesario que algunas personas permanezcan alertas. Esto también lo menciona Hazrat Musleh Maud (ra) en relación con el martirio de Hazrat Umar (ra) y afirma:

“Hay una orden clara del Sagrado Corán de que, para la seguridad de los musulmanes, la mitad de la gente debe permanecer en guardia y alerta. Aunque esto se ha mencionado en relación con la guerra, cuando un grupo de personas necesita ser salvaguardado, de esto se puede inferir que para protegerse de cualquier prueba menor, si unas pocas personas hacen guardia durante las oraciones, entonces esto no es objetable. Más bien será un procedimiento necesario”.

Hazrat Musleh Maud (ra) escribe además:

“Si en tiempos de guerra 500 personas de cada 1.000 pueden hacer guardia, entonces en tiempos en los que hay poco peligro, ¿no pueden hacer guardia cinco o diez personas de entre 1.000? Luego, decir que no hay peligro latente es un argumento insensato. ¿Qué pasó con Hazrat Umar (ra)? Estaba dirigiendo las oraciones y mientras los demás musulmanes también estaban ocupados realizando su oración, un miserable individuo pensó que era la oportunidad perfecta para atacar; dio un paso adelante y le golpeó con su daga. Si después de este incidente alguien dice que montar una guardia durante las oraciones es contrario a sus principios y santidad de la oración, entonces tal individuo solo expone su propia ignorancia. El ejemplo de una persona así es como el de un insensato que entra en un campo de batalla y cuando una flecha le alcanza y empieza a sangrar, sale corriendo limpiando la sangre y diciendo: ‘¡Oh Dios! Por favor, que esto sea un sueño y no una flecha que me ha alcanzado’.

En la historia encontramos un incidente en el que los Compañeros (ra) no tomaron las precauciones de seguridad necesarias, a consecuencia de lo cual sufrieron mucho. Cuando Hazrat Amar bin al-Aas (ra) fue a la conquista de Egipto y hubo conquistado la zona, al dirigir las oraciones no había guardias haciendo custodia. El enemigo se dio cuenta de que durante este tiempo, a la hora de la oración, los musulmanes eran completamente inconscientes de lo que sucedía. Posteriormente, un día enviaron varios cientos de hombres completamente armados precisamente en el momento en que los musulmanes estaban en prosternación. En cuanto llegaron, comenzaron a cortar las cabezas de los musulmanes. Los relatos históricos muestran que en este día, cientos de Compañeros (ra) murieron o resultaron heridos. Uno tras otro caían al suelo y esto continuó por un tiempo. La gente que les rodeaba no pudo comprender lo que estaba pasando y los musulmanes sufrieron mucho. Cuando Hazrat Umar (ra) se enteró de este incidente, los amonestó diciendo: ‘¿No sabíais que deberíais haber puesto a guardias para patrullar?’. Pero Hazrat Umar (ra) desconocía que el mismo incidente tendría lugar con él en Medina. Tras ese acontecimiento, los Compañeros (ra) se aseguraron de que durante las oraciones siempre hubiera gente de guardia”.

 Con respecto a la deuda de Hazrat Umar (ra), ya lo he mencionado anteriormente, aunque otros detalles al respecto son que Hazrat Umar (ra) preguntó por su deuda a su hijo y dijo:

“Abdul’lah bin Umar, mira a ver cuánta deuda tengo”. Cuando lo comprobó, el total ascendía a unos 86.000 dirhams. Hazrat Umar (ra) exclamó: “¡Oh Abdul’lah! Si la riqueza de la familia de Umar es suficiente para pagar eso, entonces paga mi deuda con ella. Si eso fuese insuficiente, entonces pídele a los Banu Adi bin Kab, pero si tampoco son capaces de pagarla, entonces pide a los Quraish, pero no pidas a nadie más”. Los Compañeros (ra) sabían que su Líder, que llevaba una vida modesta y sencilla, nunca había acumulado esa enorme deuda por gastar en sí mismo, pues sabían muy bien que ese dinero se había gastado en los pobres y necesitados, y por eso acabó tan endeudado.

Por esta razón, Abdur Rahman bin Auf (ra) le dijo a Hazrat Umar (ra):

“¿Por qué no tomas esa misma cantidad del tesoro y pagas tu deuda?”. Hazrat Umar (ra) respondió: “¡Dios no lo quiera! ¿Deseas que después de que me haya ido tú y tus compañeros digáis que no pudisteis tomar vuestra parte de la tesorería por causa de Umar? Ahora serás capaz de consolarme, pero más tarde habrá una situación de la que no podré escapar”.

Hazrat Umar (ra) dijo entonces a su hijo Abdul’lah bin Umar (ra):

“Asume la responsabilidad de pagar mi deuda”.

Así pues, aceptó esta responsabilidad y Hazrat Umar (ra) aún no había sido enterrado cuando su hijo llamó a algunos miembros del “Shura” (órgano consultivo) y a unos cuantos cristianos como testigos respecto a su responsabilidad de pagar la deuda. Tras el entierro de Hazrat Umar (ra), no había llegado aún el viernes cuando Abdul’lah bin Umar (ra) tomó la cantidad que se le debía y fue a ver a Hazrat Uzman (ra), y cumplió esta responsabilidad en presencia de varios testigos.

Con respecto a que Hazrat Umar (ra) pagara la deuda, hay otra narración mencionada en “Wafa al-Wafa”, en la que Hazrat Abdul’lah Ibn Umar (ra) narra que cuando el fallecimiento de su padre era inminente, salió a la luz que tenía una deuda pendiente. Hazrat Umar (ra) llamó a Hazrat Abdul’lah (ra) y a Hazrat Hafsah (ra) y les dijo:

“Debo algo de dinero de la riqueza que me ha sido dada por Al’lah y deseo encontrarme con Dios Altísimo libre de deudas. Por lo tanto, para pagar esa deuda, vended esta casa (su residencia) y si aún queda algo por pagar, entonces pídele a los Banu Adi. Incluso entonces, si hay alguna cantidad pendiente, pídele a los Quraish, pero no le pidas a nadie más”.

Tras el fallecimiento de Hazrat Umar (ra), Hazrat Abdul’lah (ra) acudió a Hazrat Muawia (ra), quien compró la casa, que era conocida como “Dar Al-Qada”. Hazrat Abdul’lah (ra) vendió la casa y pagó la deuda de Hazrat Umar (ra). Por esta razón, esta casa pasó a ser conocida como “la casa con la que se pagó la deuda de Hazrat Umar (ra)”.

 Quedan más relatos y, si Dios quiere, seguiré narrándolos en el futuro.

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