Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Contenidos relacionados por temas

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awuz y el Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) declaró:

El nombre del Compañero cuyo relato voy a narrar hoy es Hazrat Mus´ab bin Umair (ra). Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) pertenecía al clan Banu Adb ad-Daar de la tribu de los Quraish. El apodo de Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) era Abu Abdul’lah y, en otra narración, se le menciona como Abu Muhammad. Su padre se llamaba Umair bin Hashim. Su madre, que era una mujer muy acaudalada de La Meca, se llamaba Jannas o Hannas bint Malik. Los padres de Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) le querían mucho. Su madre lo crió con mucho lujo y comodidad, y lo vestía con las mejores ropas. Solía usar la mejor fragancia disponible de La Meca y compraba sus zapatos de Hadrami, un lugar exclusivo para gente adinerada, situado en Hadrhamaut, que era una vasta llanura cerca del mar, situada al este de Aden. Así pues, podemos decir que su ropa era impecable, su fragancia la mejor y hasta sus zapatos eran adquiridos fuera de La Meca.

La mujer de Hazrat Mus´ab se llamaba Hamnah bint Yahsh y era la hermana de Ummul Momenin, Hazrat Zainab bin Yahsh, la mujer del Santo Profeta (sa). Hazrat Mus´ab tuvo una hija con ella. El Santo Profeta (sa) solía recordarle y decir: “No he visto a un individuo más apuesto que Mus´ab y que haya sido criado con tanta comodidad y lujo”.

Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) fue uno de los Compañeros más destacados y una de las primeras personas que aceptaron el islam. Aceptó el islam cuando el Santo Profeta (sa) solía predicar en Dar-e-Arqam. No obstante, lo mantuvo en secreto por temor a la oposición de su madre y de su pueblo. Por eso, Hazrat Mus´ab solía encontrarse con el Santo Profeta (sa) a escondidas. Una vez, Usman bin Talha le vio mientras rezaba e informó a su madre y a otros miembros de su familia y, como consecuencia, sus padres le encerraron. Permaneció privado de libertad hasta su emigración a Abisinia, es decir, cuando vio la oportunidad, escapó y emigró. Después de un tiempo, Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) fue uno de los emigrantes que regresó de Abisinia a La Meca. Cuando su madre vio su lamentable estado, renunció a su oposición y le dejó estar en familia. En definitiva, Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) tuvo el honor de emigrar dos veces: primero a Abisinia y después a Medina.

Hazrat Sa´ad bin Abi Waqas narra:

“Vi a Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) cuando era rico y después de hacerse musulmán. Padeció innumerables dificultades por aceptar el islam y vi también que su piel solía desprenderse del mismo modo que una serpiente se despoja de su piel”.

Así pues, estableció tales ejemplos de sacrificio que uno se sorprende. Una vez, Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) visitó al Santo Profeta (sa) cuando éste se encontraba sentado junto a sus Compañeros. En esa ocasión, su ropa estaba remendada con trozos de cuero. Hubo una época en que solía usar ropa de la mejor calidad, pero después de hacerse musulmán, el estado de su ropa era tal que se la remendaba con trozos de piel. Entonces, cuando los Compañeros vieron a Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) bajaron su cabeza, porque se sentían incapaces de ayudarle para cambiar este penoso estado. Hazrat Mus´ab (ra) dio un paso adelante y ofreció su salaam (saludo islámico de paz). El Santo Profeta (sa) le respondió y le alabó de la manera más excelente. Después de ello, el Santo Profeta (sa) dijo: “¡Todas las alabanzas pertenecen a Al´lah! ¡Que a las personas mundanas les sea otorgado el mundo! He visto a Mus´ab cuando no había nadie más acaudalado y más rico que él en la ciudad de La Meca y era el hijo más querido por sus padres. Sin embargo, el amor de Dios y Su Mensajero (sa) le ha llevado a este estado hoy y ha abandonado todo eso por Dios y Su Beneplácito”.

Hazrat Sa´d bin Abi Waqas relata que el Santo Profeta (sa) miró a Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) y recordando su estado anterior de bendiciones y riqueza, comenzó a llorar, porque el Santo Profeta (sa) recordó su condición anterior y el sacrificio que estaba haciendo ahora.

También, Hazrat Ali (ra) relata:

“Estábamos sentados en la mezquita junto al Santo Profeta (sa), cuando Hazrat Mus´ab bin Umar (ra) llegó. Llevaba una capa remendada con trozos de cuero. Cuando el Santo Profeta (sa) le vio, recordó su estado anterior de bendiciones y riqueza, y viendo el estado en el que se encontraba ahora, comenzó a llorar. Después, el Santo Profeta (sa) dijo: ¿Cuál será vuestra condición cuando alguien de vosotros se despierte por la mañana con ropa diferente de la que use por la tarde?”.

Es decir, se volverían tan acaudalados que usarían ropa diferente por la mañana y por la tarde. Después de esto, el Santo Profeta (sa) añadió: “Se os colocará un plato de comida y se os servirá otro”, (es decir, habrá varios tipos de alimentos y se servirán varios platos, similar a la costumbre de hoy). “Cubriréis vuestros hogares con cortinas similares a las que cubren la Ka´aba”, (es decir, se usarán cortinas muy caras). Esto es precisamente lo que se ve hoy, o sea, la riqueza que se otorgó con el tiempo a los musulmanes.

Los Compañeros dijeron:

“¡Oh Mensajero de Dios! ¿Seremos entonces mejores que ahora? Y, ¿tendremos tiempo para la adoración?”.

Los Compañeros preguntaban si con esa riqueza y en tales circunstancias tendrían tiempo para la adoración y si estarían exentos de trabajar y de luchar. Ante esto, el Santo Profeta (sa) dijo:

“No será el caso. Ahora sois mejores que en ese momento futuro. Vuestra condición, vuestra adoración y vuestros estándares son mucho más elevados que los de aquellos que vendrán después de vosotros, debido a su riqueza y opulencia”.

He mencionado la emigración a Abisinia en relación a otros Compañeros, sin embargo, la mencionaré brevemente una vez más. Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) relata en Sirat Jatamun-Nabiyyin:

“Bajo las instrucciones del Santo Profeta (sa), en el mes de Rayab 5 Nabawi, once hombres y cuatro mujeres emigraron a Abisinia. Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) se encontraba entre ellos”.

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe:

“Es muy extraño que la mayoría de estos emigrantes pioneros pertenecían a poderosas tribus de los Quraish y los más débiles solo eran realmente unos pocos. Esto ilustra dos cosas: en primer lugar, que incluso los que pertenecían a las poderosas tribus de los Quraish no estaban a salvo de las crueldades de los propios Quraish; y en segundo lugar, que la gente débil como los esclavos, etc., en ese momento, se encontraban en un estado tan grave de debilidad y miseria que ni siquiera podían emigrar. No obstante, cuando los Quraish fueron informados de esto, se enfurecieron profundamente porque ‘esas presas’ se les habían escapado de sus manos. Y es que persiguieron a estos emigrantes pero cuando sus hombres llegaron a la costa, el barco ya había partido y por esta razón regresaron frustrados. Al llegar a Abisinia, después de muchas dificultades y oraciones, los musulmanes encontraron una vida de gran paz y protección contra las crueldades de los Quraish”.

Con motivo del Primer Pacto en Aqabah, 12 individuos vinieron de Medina para prestar el juramento de fidelidad de la mano del Santo Profeta (sa). Cuando se preparaban para regresar a Medina, el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Mus´ab bin Umair (ra) con ellos para enseñarles el Sagrado Corán y las enseñanzas del islam. Era conocido en Medina con los nombres de Qari (recitador) y Muqri, es decir, se le conocía también como “el maestro”. Según otra tradición, las tribus Aus y Jazrall de los Ansar fueron al Santo Profeta (sa) y pidieron que les enviara a alguien para enseñarles el Sagrado Corán. Entonces, el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Mus´ab bin Umair (ra).

Mientras estaba en Medina, Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) se quedó en la casa de Hazrat As’ad bin Zararah (ra) y continuó con la tarea de dirigir las oraciones. Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) se quedó en la casa de Hazrat As’ad bin Zararah (ra) durante un largo período de tiempo, pero después se mudó a la casa de Hazrat Sa’d bin Mu’az (ra).

Hazrat Baraa bin Aazib (ra) relata:

“Los primeros Compañeros del Santo Profeta (sa) que emigraron a Medina fueron Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) y Hazrat Ibn Umm-e-Maktum (ra). Cuando llegaron a Medina, comenzaron a enseñarnos el Sagrado Corán. Después Hazrat Ammar (ra), Hazrat Bilal (ra) y Hazrat Sa’d (ra) también vinieron. Luego Hazrat Umar bin Jattab (ra) vino junto a otros Compañeros. Después de eso, llegó el Santo Profeta (sa).”

Y continúa diciendo:

“Nunca había visto a la gente de Medina tan feliz como en la ocasión en que llegó el Santo Profeta (sa). Las niñas y los niños proclamaban: ¡Tú eres el Mensajero de Al’lah y has venido a nosotros!

Con respecto a Hazrat Mus’ab bin Umair (ra), Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe en Sirat Jatamun-Nabiyyin:

“Los que aceptaron el islam en Dar-e-Arqam están incluidos entre los pioneros y uno de los más famosos es Mus’ab bin Umair (ra), que era de los Banu Abdid-Dar. Era muy guapo y elegante, y muy querido entre su familia. Él fue también el mismo joven noble enviado como misionero a Yazrib, antes de la emigración y a través del cual el islam se extendió en Medina”.

En un libro sobre la vida del Santo Profeta (sa) se afirma que Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) dirigía las oraciones del viernes antes de la emigración. Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) solicitó permiso del Santo Profeta (sa), antes del Segundo Pacto de Aqabah, para dirigir las oraciones del viernes en Medina, y él le otorgó dicho permiso. Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) dirigió las primeras oraciones del viernes en la casa de Hazrat Sa’d bin Jaizamah (ra), en el que participaron 12 personas de Medina y en esa ocasión sacrificó una cabra. Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) fue la primera persona en el islam en dirigir las oraciones del viernes en Medina. Sin embargo, hay otra narración en la que se menciona que Hazrat Abu Umamah Asad bin Zararah (ra) fue el primero en dirigir una oración del viernes en Medina.

Cualquiera que sea el caso, Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) fue el primer misionero allí e iba junto con Hazrat As’ad bin Zararah (ra) para predicar en los diferentes barrios de los Ansar. Muchas personas aceptaron el islam como resultado de la predicación de Hazrat Mus’ab bin Umair (ra), entre los cuales se encuentran algunos de los Compañeros más prominentes, como Hazrat Sa’d bin Mu’az (ra), Hazrat Ibaad bin Bishr (ra), Hazrat Muhammad bin Maslamah (ra), Hazrat Usaid bin Huzair (ra), etc.

Mencionando los esfuerzos de predicación de Hazrat Musab bin Umair (ra), Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe:

“Cuando partieron de La Meca, estos doce nuevos conversos musulmanes pidieron al Santo Profeta (sa) que ‘por favor les enviara un tutor islámico, para que pudiera enseñarles el islam y pudiera predicar también el mensaje del islam a nuestros hermanos idólatras’. Entonces, el Santo Profeta (sa) envió para ellos a Mus‘ab bin Umair (ra), un joven muy devoto de la tribu Abdud-Dar. Un predicador del islam era conocido como Qari o Muqri en esos días, porque la mayoría de su trabajo consistía en recitar el Sagrado Corán, ya que éste era el mejor método de predicación. Por tanto, Mus‘ab bin Umair (ra) también era conocido por el nombre de Muqri en Yazrib.

Cuando llegó a Medina, Mus‘ab bin Umair (ra) se quedó en la casa de As‘ad bin Zararah (ra), quien fue el primer musulmán de Medina y un líder muy devoto e influyente. Su casa se transformó en un centro de predicación y Mus‘ab bin Umair (ra) comenzó a realizar sus deberes con total atención. Como los musulmanes de Medina vivían una vida colectiva y Medina era comparativamente muy pacífica, a propuesta de As‘ad bin Zararah (ra), el Santo Profeta (sa) instruyó a Mus‘ab bin Umair (ra) comenzar a ofrecer la oración yumu’ah (la oración del viernes) y de esta manera los musulmanes comenzaron su vida como una comunidad unificada. En este sentido, las bendiciones de Dios fueron tales que no pasó mucho tiempo hasta que la religión del islam comenzó a encontrar popularidad en cada hogar de Medina. Las tribus Aus y Jazrall comenzaron a aceptar el islam rápidamente. En algunos casos, toda una tribu aceptaba el islam en un día.

La tribu Banu Abdul-Ashal también aceptó el islam de esta manera y se convirtieron en musulmanes todos a la vez. Esta era una rama muy distinta de la tribu de los Anṣar conocida como Aus. El jefe de esta tribu se llamaba Sa‘d bin Mu’az. No solo era el jefe de la tribu de Abdul-Ashal, sino también era el líder de toda la tribu de los Aus. Cuando el islam comenzó a encontrar popularidad en Medina, a Sa‘d bin Mu’az no le gustó y se esforzó por detenerlo (antes de aceptar el islam). Es decir, Hazrat Sa‘d bin Mu’az se opuso en gran medida al islam, pero estaba estrechamente relacionado con As‘ad bin Zararah (ra). Ambos eran primos y As‘ad ya se había convertido en musulmán. Por esta razón, Sa‘d bin Mu’az no se acercaba personalmente a él, para evitar cualquier discusión. Además le dijo a otro de sus parientes, llamado Usaid bin Al-Ḥuḍair, que “soy un poco reacio a decir algo sobre As‘ad bin Zararah, desde que se ha convertido en musulmán y está ayudando a difundir el mensaje, pero ve y detén a Muṣ‘ab bin Umair (ra)”. Es decir, en lugar de detener a As’ad bin Zararah, decidieron evitar que Mus’ab bin Umair (ra) predicara y difundiera la irreligiosidad. Y añadió: “Dile también a Asad que esta forma de vida no es la correcta”.

Usaid era de los venerados jefes de la tribu Abdul-Ashal y su padre había sido el líder de toda la tribu Aus durante la batalla de Bu‘az. Después de Sa‘d bin Mu’az, Usaid bin Al-Ḥuḍair poseía importante influencia dentro de su tribu. Así pues, siguiendo la sugerencia de Sa‘d, fue a Mus‘ab bin Umair (ra) y As‘ad bin Zararah (ra). Se dirigió primero a Mus‘ab bin Umair (ra) en un tono de ira, diciendo: “¿Por qué haces a nuestra gente irreligiosa? ¡Abstente de esto o el resultado no será agradable!” Pero antes de que Mus‘ab bin Umair (ra) respondiera, Asa‘d (ra) tranquilamente le dijo: “Él es un jefe muy poderoso de su tribu, háblale con cariño y respeto”. Por lo tanto, Mus‘ab bin Umair (ra) se dirigió a él en un tono muy respetuoso y afectuoso, y le dijo: “No te enojes, más bien se tan amable de sentarte y escuchar con un corazón sereno lo que tenemos que decir y luego puedes formular tu opinión”. Usaid consideró que esto era una propuesta lógica y se sentó. Mus‘ab bin Umair (ra) le recitó una parte del Santo Corán y lo iluminó con las enseñanzas islámicas de manera muy benevolente. Usaid estaba tan conmovido que aceptó el islam de inmediato y dijo: “Hay un hombre detrás de mí, que si se convierte, toda nuestra tribu aceptará el islam. Espera aquí que lo enviaré”.

Entonces, después de que Usaid (ra) se fuera y excusara su ausencia, envió a Sa‘d bin Mu’az hacia Mus‘ab bin Umair (ra) y As‘ad bin Zararah (ra). Sa‘d bin Mu’az vino y le dijo furiosamente a As’ad bin Zararah (ra): “Mira aquí As’ad, de hecho, estás haciendo mal uso de tus relaciones familiares y eso no está bien. Si guardo silencio sobre este asunto, solo se debe a nuestros lazos familiares, pero no te aproveches de esto”. Pero de la misma manera que anteriormente Mus‘ab bin Umair (ra), tierna y cariñosamente lo calmó, le dijo entonces: “Toma asiento aquí y escucha lo que tengo que decir. Si entonces, hay algo objetable, puedes rechazarlo”.

Sa‘d respondió: “Muy bien, esta petición parece ser racional”. Descansando su lanza, se sentó y de la misma manera que hizo antes, Mus‘ab bin Umair (ra) le recitó una parte del Sagrado Corán y expuso los principios islámicos de una manera atractiva. No pasó mucho tiempo hasta que este ídolo también se sometió (es decir, pronto Hazrat Sa’d bin Muadh también aceptó el islam). Por lo tanto, según la costumbre, Sa‘d se bañó y recitó el Kalimah Shahadah. Después de esto, Sa‘d bin Mu’az (ra) y Usaid bin Al-Ḥuḍair (ra) fueron a los miembros de sus tribus y Sa‘d (ra) les preguntó, usando una costumbre árabe muy particular: “¡Oh Bani Abdul-Ashal! ¿cómo me véis?” Todos respondieron al unísono: “Eres nuestro líder y el hijo de nuestro líder. Confiamos plenamente en ti”. Sa‘d (ra) respondió: “Entonces no tengo nada que ver con vosotros hasta que creáis en Al’lah y Su Mensajero”. Después de esto, Sa‘d (ra) les explicó los principios del islam y, antes de que anocheciera, toda la tribu se había convertido al islam. Entonces, Sa‘d (ra) y Usaid (ra) rompieron con sus propias manos los ídolos que tenían. Así pues, Sa‘d bin Mu’az (ra) y Usaid bin Al-Ḥuḍair (ra), que aceptaron el islam aquel día, son dos de los Compañeros más eminentes del Santo Profeta Muhammad (sa).”

Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) sigue diciendo:

“Y entre los Anṣar, sin duda, poseen un estatus magnífico. En particular, Sa‘d bin Mu’az (ra) recibió un puesto entre los Anṣar de Medina al igual que Ḥazrat Abu Bakr (ra) entre los emigrantes de La Meca. Este joven resultó ser extremadamente sincero, notablemente leal y un amante excepcionalmente devoto del islam, y del fundador del islam. Además de ser el jefe de su tribu, también era extraordinariamente inteligente. A consecuencia de ello, adquirió tal posición en el islam que no solo era distintiva, sino que llegó a ser uno de los Compañeros más destacados del Santo Profeta (sa). Sin duda, sobre su temprana muerte, las palabras del Santo Profeta (sa) fueron: ‘Tras la muerte de Sa‘d, incluso el trono del Dios Misericordioso se ha conmovido’; y se basaban en una realidad muy profunda. Finalmente, de esta manera, el islam comenzó a extenderse por todo Aus y Jazrall muy rápidamente, pero los judíos miraban esta escena con terror. En sus corazones decían: “Sólo Dios sabe lo que está a punto de suceder”.

Debido a los esfuerzos de predicación de Hazrat Mus’ab bin Umair (ra), muchas personas aceptaron el islam. Con motivo del Hall, en el año XIII dH, trajo una delegación de 70 ansaris a La Meca. Analizando esto desde varias fuentes, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe en Sirat Jatamun-Nabiyyin:

“Al año siguiente, es decir, Zul-Ḥiyyah del 13 Nabawi, con ocasión de Ḥall, cientos de personas de Aus y Jazrall llegaron a La Meca. Entre ellos, había setenta personas que se habían convertido en musulmanes o que ahora deseaban convertirse en musulmanes, y vinieron a La Meca para conocer al Santo Profeta (sa).

Mus’ab bin Umair (ra) también estaba entre ellos. La madre de Muṣ’ab (ra) aún vivía y, aunque era una idólatra, lo amaba mucho. Cuando fue informada de su llegada, envió un mensaje: ‘Primero ven a verme, luego ve donde quieras’. Mus’ab (ra) respondió: ‘Aún no he hablado con el Santo Profeta (sa). Vendré a ti una vez que lo haya visitado’. Por lo tanto, primero se presentó ante el Santo Profeta (sa) y le informó sobre cuestiones clave; luego visitó a su madre. Pero al ver que no había ido a verla primero, su madre estaba muy enojada. Cuando lo vio, comenzó a llorar y a quejarse. Mus’ab (ra) dijo: ‘¡Madre! ¿Te digo algo maravilloso que será muy beneficioso para ti y pondrá fin a todo desacuerdo?’ Y le preguntó: ‘¿Qué es eso?’. Mus’ab (ra) respondió en voz baja: ‘Esto, que abandones la adoración de ídolos y te conviertas en musulmana, y que creas en el Santo Profeta (sa)’. Pero ella era una firme idólatra y, tan pronto como oyó esto, comenzó a armar un gran alboroto diciendo: ‘Juro por las estrellas que nunca entraré en tu religión’. Entonces hizo señas a sus parientes para que capturaran a Mus’ab bin Umair (ra), pero él logró escapar”.

Todavía hay algunos relatos de Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) que quedan por narrar, pero como hay dos funerales de cuerpo ausente, quiero por tanto terminar aquí los relatos de Hazrat Mus’ab bin Umair (ra) y, si Dios quiere, continuaré con los mismos en el próximo sermón.

El primer funeral es el del respetado Malik Munawar Ahmad Yaved Sahib, hijo del respetado Malik Muzaffar Ahmad Sahib, que falleció el 22 de febrero, a la edad de 84 años.

“Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a hacia Él será el retorno”.

Malik Munawar Sahib sufrió una dolencia hepática durante algún tiempo y después de pasar diez días en el Hospital Coronario Tahir, donde recibió tratamiento, falleció y marchó hacia su Creador. El fallecido era musi y ha dejado atrás esposa, cuatro hijos y dos hijas. El abuelo paterno de Malik Munawar Ahmad Yaved Sahib era el Dr. Hazrat Zafar Chaudhry Sahib (ra) y su abuelo materno era Sheij Hazrat Abdul Karim Sahib (ra), que era de Ghazipur, provincia de Gurdaspur. Su abuelo paterno era de Dharamkot, Randhawa. Los dos, es decir, ambos abuelos, hicieron el bai’at en manos del Mesías Prometido (as) y por lo tanto tienen el honor de ser contados entre sus Compañeros.

El matrimonio de Malik Munawar Yaved Sahib se realizó con Salma Yaved Sahiba en 1968, que es la hija del difunto Sufi Hamid Sahib. Era la nieta paterna de Hazrat Hafiz Sufi Ghulam Muhammad Sahib (ra), un misionero que sirvió en la Isla de Mauricio, que también fue Compañero del Mesías Prometido (as). Era la nieta del Santo Mesías Prometido (as). Además, era la nieta materna del Hazrat Dr. Zafar Hussain Sahib (ra), que también fue Compañero del Mesías Prometido (as). Hazrat Sufi Ghulam Muhammad Sahib (ra), que sirvió en la Isla de Mauricio, estaba entre los 313 Compañeros del Mesías Prometido (as). Por consiguiente, tanto Malik Munawar Javed Sahib como los abuelos maternos y paternos de su esposa fueron Compañeros del Mesías Prometido (as), por la gracia de Dios Altísimo.

En una ocasión, al mencionar su waqf o consagración de su vida al servicio de la religión, Malik Sahib declaró que una vez escuchó el discurso de Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) en 1982 en el illtemá de Ansarul’lah. En su discurso, Hazur habló de la importancia del waqf y en sus palabras de conclusión, la esencia de lo que dijo fue que: “¿No desean ustedes realizar su último respiro en un estado de waqf?” Afirmó que estas palabras de Hazur resultaron ser un punto de inflexión para él y siguió deliberando si debía o no hacer el waqf. En cualquier caso, finalmente decidió presentarse para el waqf y envió su solicitud a Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) el 10 de agosto de 1983. Hazur (rh) aceptó su waqf el 18 de agosto de 1983 y declaró que podía terminar su trabajo anterior y luego unirse al servicio de la religión, una vez que terminara también con su negocio personal. Su primer nombramiento oficial por Hazrat Jalifatul Masih IV (h) fue el 28 de agosto de 1983 como Wakalat Sanat-o-Tiyarat y comenzó a prestar servicio formalmente en dicha oficina a partir del 1 de octubre de 1983. Antes de su waqf, trabajó durante 16 años en la secretaría del Gobierno del Punyab y después dirigió su propio negocio durante diez años. En noviembre de 1983 fue nombrado gerente de la revista The Review of Religions y en 1984 fue nombrado Muavin Nazir Ziafat. Desde el 20 de abril de 1983 hasta julio de 2016, tuvo la oportunidad de servir como Naib Nazir Ziafat.

En 1990, cuando se formó un comité para el bienestar de los huérfanos, fue nombrado como su primer secretario y prestó este servicio durante aproximadamente 20 años. De 1968 a 1970 sirvió en Juddam-ul-Ahmadía Pakistán como Qaid de su distrito y también en Lahore, y siguió prestando servicios durante aproximadamente otros diez años. El fallecido también tuvo la oportunidad de servir en la organización del Mall’lis Ansarul’lah desde 1984 hasta 2014, y durante estos 31 años de trabajo, sirvió como Qaid Tehrik-e-Yadid, Qaid Tarbiyyat, Qaid Isha’at. Finalmente, durante los últimos 5 años, sirvió como Naib Sadr del Mall’lis Ansarul’lah Pakistán.

Relatando un incidente durante su servicio en la oficina del gobierno, Malik Sahib dijo una vez:

“Durante mi servicio, uno de nuestros oficiales superiores tenía muchos prejuicios y a menudo invitaba a sus maulvis (clérigos religiosos) a participar en un debate conmigo. En una ocasión trajo al ulemá y profesor Jalid Mahmud Sahib, que era un renombrado erudito en ese momento. El debate comenzó y cuando el ulemá no pudo presentar ningún argumento adecuado, se enfadó y empezó a lanzar insultos verbales (como es la práctica general de los maulvis). Mi oficial a cargo, cuyo nombre era Abdur Rehman, comenzó a preocuparse de que el debate se volviera extremadamente desfavorable para ellos. Entonces, asegurando a mi oficial a cargo, el ulemá le dijo: (y estas palabras suyas son tales que reflejan el hecho de que realmente creía que los miembros de la Yama’at tienen un vínculo con Dios Altísimo), “declaro que estas personas (es decir, refiriéndose a los áhmadis) han cometido tan grandes injusticias contra Dios Altísimo, Su Mensajero (sa) y el Libro de Al’lah, que Dios seguramente ya los habría destruido, pero siguen siendo salvados cada vez”. Los maulvis declararon entonces que “la razón por la que se salvan es porque lloran profusamente en sus oraciones”. Malik Sahib sigue diciendo: “Entonces le pedí al maulvi que me diera esta explicación por escrito y éste preguntó por qué quería eso y dijo en punyabi: “Si te lo doy por escrito hoy, para mañana lo tendrías publicado en un periódico”.

Así, el maulvi no tuvo más remedio que admitir que la ferviente súplica de los áhmadis les ayuda en todo momento y Dios Altísimo les concede la aceptación de sus oraciones. A pesar de considerarnos equivocados, aún creen que Dios Altísimo escucha nuestras plegarias. ¡Que Dios Altísimo les abra los ojos a la verdad y que también salve a esta nación de sus engañosos caminos, como resultado de los cuales se han desviado completamente y han llevado a la gente por mal camino!

El Muavin Nazir Ziafat, Osama Azhar Sahib, afirma que Malik Munawar Ahmad Yaved Sahib poseía muchas cualidades excelentes. Se despertaba por la noche e inspeccionaba el Dar-ul-Ziafat y tomaba informes de los trabajadores. Aparte, según el momento, también preparaba el té, huevos hervidos, etc. En definitiva, trataba a los trabajadores de Dar-ul-Ziafat con gran amor, afecto y compasión. También era consciente de las circunstancias personales de todos y cada uno de los trabajadores en Dar-ul-Ziafat, y discretamente les ofrecía ayuda financiera dentro de lo posible.

El yerno de Malik Sahib, Nadim Sahib, que además es su sobrino, afirma que siempre le aconsejó que ofreciera sus oraciones, le infundió amor por el Jalifato y le alentó a servir a la fe. Luego, afirma que una vez le dijo que después de retirarse, decidió reducir a la mitad sus contribuciones financieras voluntarias que ofrecía anteriormente, ya que su salario ahora se había reducido. Por lo tanto, redactó una lista de todas sus promesas y luego se durmió. Entonces, afirma que, en la noche, vio en un sueño que Dios Altísimo se le acercó y le dijo: “Yo soy el Señor de este mundo, he oído que has reducido a la mitad tus contribuciones de chanda. Ven conmigo, déjame mostrarte el universo”. Y así, en su sueño, Dios Altísimo le mostró sus montañas, selvas, valles, ríos y sus jardines. Además, Dios Altísimo dijo: “Cuando poseo soberanía sobre todo esto, ¿por qué tienes que preocuparte?” Malik Sahib afirma que después de esto, se despertó de su sueño y abandonó su decisión de reducir a la mitad sus contribuciones financieras para la Comunidad y continuó ofreciendo sus chandas como de costumbre.

La esposa de Malik Sahib afirma que antes de consagrarse, cuando solía hacer negocios, se metía una gran cantidad de dinero en el bolsillo, se envolvía con una manta y salía a las calles durante las noches de invierno. Decía que si veía a alguien que necesitaba ayuda, esa persona seguramente sería alguien realmente necesitado. En este sentido, un día vio a una persona que parecía extremadamente preocupada. Dicha persona le informó que su madre estaba muy enferma y que no tenía dinero. Malik Sahib le entregó todo el dinero y regresó a casa.

Muavin Nazir Ziafat, Asif Mayid Sahib, quien también es misionero, escribe:

“En ocasiones, debido al volumen de invitados, éstos tenían dificultades para encontrar alojamiento. Algunos invitados venían a la oficina y presentaban quejas sumamente groseras. Sin embargo, el difunto siempre los escuchó alegremente”. Luego dice: “A veces lo he visto disculpándose con los invitados con las manos juntas con gesto de pedir perdón. Algunos de los invitados con los que se disculpaba tenían la misma edad que los hijos del fallecido. En una ocasión, después de que los invitados se fueran, le dije que me dolía mucho verlo pidiendo perdón a un niño con las manos juntas, a lo que él respondió: “¿Por qué sientes dolor? Yo fui quien juntó mis manos para disculparse, no tú. Recuerda, estos son los invitados del Mesías Prometido (as), que una vez corrió sin usar zapatos para perseguir a un invitado que se sintió agraviado”.

Asif Sahib luego escribe:

“Una vez estaba sentado en su oficina cuando el fallecido narró un incidente. Dijo que un día, un señor anciano llegó a su oficina y habló en punyabi preguntándole, con tono enfadado, si era Malik Munawar Yaved. Malik Sahib respondió afirmativamente. El anciano dijo en punyabi y con mucha indignación: “¿Tu padre es dueño del Langar Jana (la cocina pública)?” Malik Sahib respondió: “No señor, este es el Langar Jana del Mesías Prometido (as), que es su padre y el mío”. Ante esto, la ira del anciano se calmó y explicó sus problemas con calma, amor y buena conducta”.

A veces, la conducta de los invitados también es inapropiada, porque recibo quejas de personas que mencionan que no fueron atendidas adecuadamente o que fueron maltratados. Pero después de una investigación en profundidad, se descubre que los invitados también han hecho algo mal. Sin lugar a dudas, el departamento relevante siempre debe ser cortés con los invitados. Sin embargo, los invitados también deben mostrar una moral alta y, cuando se enfrentan a tales problemas, deben cooperar con la administración tanto como sea posible. No obstante, Malik Sahib cumplió su waqf (consagración) con lo mejor de sus capacidades.

Cuando serví como Nazir-e-Ala, también fui designado como Nazir Ziafat y él era Naib Nazir Ziafat. Fui testigo de que cuidaba mucho la propiedad de la comunidad y nunca se abstuvo de decir lo que pensaba que era correcto. A pesar de que él era mi naib (segundo), cuando yo daba una instrucción y él pensaba que algo diferente era mejor para los intereses de la comunidad, sin dudarlo, inmediatamente planteaba su preocupación y explicaba que si se hacía de esa otra forma era más beneficioso. Este es un atributo que todo Waqf-e-Zindagi (consagrado de por vida) debe adoptar, en el sentido de que debe expresar su opinión mientras mantiene el decoro.

Finalmente, tenía un fuerte vínculo con Jalifato, lo que era evidente en cada carta suya, y en las dos veces que vino a verme. ¡Que Dios Altísimo derrame Su Misericordia y perdón sobre él y eleve su estatus! ¡Que Dios también conceda a su esposa e hijos paciencia y firmeza, y les permita continuar con sus actos virtuosos!

El segundo funeral es del profesor Munawar Shamim Jalid Sahib, hijo de Sheij Mahbub Aalam Jalid Sahib, quien falleció en Rabwah el 16 de febrero de 2020 a la edad aproximada de 81 años. A Al’lah pertenecemos y a Él volveremos. Como he mencionado anteriormente, su padre era Sheij Mahbub Aalam Jalid Sahib, quien fue un nazir y también profesor de TI College. Hazrat Jalifat-ul-Masih III (rh) lo nombró como Nazir Baitul Maal Aamad y sirvió en este departamento durante mucho tiempo. Hazrat Jalifat-ul-Masih IV (rh) lo nombró Sadr del Sadr Anjuman Ahmadía. Shamim Jalid Sahib era su hijo mayor y deja atrás a Shahida Munawar Shamim Sahiba, quien fue su segunda esposa. También tiene un hijo de su primera esposa, quien ya falleció; se llama Jalid Anwar Sahib y vive en Canadá.

En 1964, cuando Hazrat Jalifat-ul-Masih III (rh) era rector del TI College y también Sadr del Sadr Anyuman Ahmadía, dirigió la ceremonia del nikah de Munawar Shamim Jalid Sahib en la Mezquita Mubarak. En ese momento, Hazrat Mirza Nasir Ahmad Sahib (rh), Jalifat-ul-Masih III, declaró:

“El profesor Munawar Shamim Jalid Sahib es el hijo de mi querido amigo, el profesor Mahbub Aalam Jalid Sahib y, por lo tanto, es tan querido para mí como mis propios hijos”.

Hazrat Jalifat-ul-Masih III (rh) tenía un estrecho vínculo con el padre de Munawar Shamim Sahib. Sirvió en Mall’lis Ansarul’lah Markazía durante 28 años. Trabajó como profesor en el TI College hasta que se nacionalizó y luego trabajó durante un período extenso en una universidad en Rabwah.

Ya he mencionado que Munawar Shamim Sahib era hijo de Mahbub Aalam Jalid Sahib y el abuelo paterno de Shamim Sahib era Maulvi Farzand Ali, quien fue el antiguo imám de la mezquita Fazl de Londres y también desempeñó el cargo de Nazir Baitul Maal.

La segunda esposa de Munawar Shamim Sahib, Shahida Sahiba dice:

“Poseía muchas cualidades excelentes, entre las que destacaba su amor, devoción y reverencia al Jalifa, y mostraba completa obediencia hacia él. Escuchaba los sermones regularmente y siempre se quedaba con los puntos más importantes de los mismos. Era también regular en sus oraciones y en ofrecer ayunos, y la oración de Taháyud; además rezaba las cinco oraciones diarias en congregación. Pero cuando, debido a su enfermedad, dejó de ir a la mezquita para hacer sus oraciones, esto le dolió mucho y, a menudo, se sentía abrumado por la emoción. Soportó su enfermedad con gran paciencia y nunca expresó su dolor, ni tuvo alguna queja, sino que siempre recitaba Alhamdulil’lah (toda alabanza pertenece a Al’lah). En conclusión, servir a la fe con total sinceridad, devoción y lealtad se encontraba entre sus cualidades más destacadas. Siempre servía con alegría y era muy considerado, leal y trataba a todos con amabilidad”.

Yo fui alumno suyo por un corto tiempo, cuando enseñaba en la universidad, pero incluso después de ser Amir Muqami y Nazir-e-Aala, Shamim Sahib siempre mantuvo una relación de respeto conmigo. Nunca dio la impresión de que alguna vez fui su alumno. Siempre mostraba obediencia al Jalifato y al nizam (sistema) de la comunidad; e incluso después de convertirme en Jalifa, su expresión de respeto era extraordinaria.

¡Que Dios Altísimo derrame Su misericordia y lo perdone; que Dios le conceda un lugar entre Sus seres queridos y que permita a los miembros de su familia continuar con sus buenas obras!

Si Dios quiere, después de la oración del viernes, dirigiré la oración fúnebre en ausencia de los dos miembros fallecidos.

Share via