Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar Tashahud, Ta’awuz y Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifat-ul-Masih V (aba) declaró:

Durante los últimos sermones he estado relatando la vida de Hazrat Sa’d bin Ubadah. Hoy narraré los últimos relatos relacionados con él.

Su nombre se menciona especialmente entre los Ansar que querían elegirle como Jalifa después del fallecimiento del Santo Profeta (sa). Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib también escribe en Sirat Jataman-Nabiyin que los Ansar insistieron en elegirle Jalifa, ya que también era el líder de su tribu. Cuando Hazrat Abu Bakr fue elegido Jalifa, tenía dudas al respecto e incluso antes, debido a la insistencia de los Ansar para que se convirtiera en Jalifa.

Hazrat Musleh Maud (ra) ha arrojado abundante luz sobre este tema y también ha destacado la importancia y el rango de la institución del Jalifato con referencia a este relato. Por lo tanto, considero vital mencionar este relato y es aplicable a la época actual también. Sin embargo, antes de presentar los escritos de Hazrat Musleh Maud (ra), presentaré un Hadiz y una referencia histórica al respecto.

Humaid bin Abdur Rahman narra:

“Cuando el Mensajero (sa) de Al’lah falleció, Hazrat Abu Bakr (ra) estaba en las afueras de Medina. Él vino y descubriendo su rostro bendito, lo besó y dijo: ‘¡Que mi padre y mi madre sean sacrificados por ti! ¡Cuán puro era tu semblante cuando estabas vivo e incluso ahora que has fallecido!’ Luego dijo: ‘¡Juro por el Señor de la Kaaba que Muhammad (sa) ha fallecido!’. Entonces Hazrat Abu Bakr y Hazrat Umar (ra) fueron rápidamente a Saqifah Banu Saidah. Cuando ambos llegaron, Hazrat Abu Bakr habló primero y comenzó a mencionar todas las excelencias de los Ansar que se mencionaron en el Sagrado Corán, sin omitir ningún detalle de los mismos o los mencionados por el Santo Profeta (sa).

Dijo además:

‘Sabéis muy bien que el Mensajero (sa) de Al’lah dijo una vez: ‘Si todas las personas caminaran en dirección hacia un valle y los Ansar caminaran hacia otro, yo caminaría en la misma dirección que los Ansar.’

Luego, dirigiéndose a Hazrat Sa’d, Hazrat Abu Bakr (ra) dijo: ‘¡Oh Sa’d! ¿Recuerdas que en una reunión en la que estabas sentado, el Mensajero (sa) de Al’lah dijo que los Quraish tienen un derecho legítimo al Jalifato? Los que son justos seguirán a los individuos justos de los Quraish y los malvados de entre las personas seguirán a los malvados de los Quraish.’ Sa’d le dijo: ‘Has dicho la verdad. Somos visires (ministros) y vosotros sois los líderes.’” Este Hadiz es de Musnad Ahmad bin Hanbal.

Con respecto a este incidente, en At-Tabaqat-ul-Kubra se dice:

“Tras el fallecimiento del Santo Profeta (sa), Hazrat Abu Bakr envió un mensaje a Hazrat Sa’d bin Ubadah indicando que debía venir y realizar el Baiat (promesa de lealtad) ya que todos, incluida su tribu, habían realizado el Baiat. Él respondió: ‘¡Por Al’lah! No realizaré el Baiat hasta que no haya disparado todas las flechas en mi carcaj (se negó a realizar el Baiat) y hasta que no haya luchado contra ti junto con esas personas de mi tribu que están conmigo.’

Cuando esta noticia llegó a Hazrat Abu Bakr (ra), Bashir bin Sa’d dijo: ‘¡Oh Jalifa del Profeta (sa)! Le ha rechazado persistiendo en ello (se reafirma en su negativa). No te jurará lealtad, aunque sea asesinado. Además, no puede ser asesinado hasta que sus hijos y sus tribus también sean asesinados. Del mismo modo, no pueden ser asesinados a menos que toda la tribu de Jazrall sea asesinada; y la tribu de Jazrall ciertamente no puede ser asesinada a menos que la tribu de Aus sea asesinada. Por lo tanto, no le persiga. Ahora que el tema ha sido esclarecido, no podrá lastimarte.’ Es decir, la mayoría de su tribu le había prometido lealtad, por lo tanto, no importaba si él (es decir, Hazrat Sa’d) se había negado a hacerlo, al ser un ente solitario que ha sido abandonado por su gente.   Hazrat Abu Bakr (ra) aceptó el consejo de Hazrat Bashir (ra) y dejó a Hazrat Sa’d.

Cuando Hazrat Umar fue designado Jalifa, un día se encontró con Sa’d en Medina y dijo: ‘¿Qué dices, Sa’d?’ Él respondió: ‘¿Qué dices, Umar?’ Es una conversación entre los dos. Hazrat Umar preguntó: ‘¿Eres el mismo de antes?’, Sa’d respondió: “Soy el de antes. Has conseguido el Jalifato y mucha gente te ha prometido su lealtad, pero yo no lo he hecho hasta ahora”. Después de esto, Hazrat Sa’d dijo: ‘¡Por Dios! Tu Compañero, (es decir, Hazrat Abu Bakr (ra)), fue más querido para mí que tú.’ Hazrat Sa’d le dijo a Hazrat Umar que Hazrat Abu Bakr (ra) era más querido para él en comparación con Hazrat Umar (ra). Después de esto, Hazrat Sa’d dijo: ‘¡Por Dios! Me he levantado hoy no deseándote como mi vecino.’ Hazrat Umar (ra) le dijo: ‘A quien no le guste la compañía de su vecino, debe alejarse de él.’ Hazrat Sa’d respondió: ‘No olvidaré estas palabras (es decir, que así lo haría). Me mudaré a un vecindario mejor que el tuyo.’ Así pensó. Poco tiempo después, durante la primera parte del Jalifato de Hazrat Umar (ra), Hazrat Sa’d emigró a Siria.” Esta es una referencia de At-Tabaqat-ul-Kubra.

En relación con Hazrat Sa’d, hay otra narración en la que se afirma que juró lealtad a Hazrat Abu Bakr (ra). En Tarij al-Tabari, se afirma:

[árabe]

Es decir, uno por uno, toda la tribu juró lealtad a Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Sa’d también le juró lealtad. Esta es una referencia de Tarij al-Tabari.

Como mencioné anteriormente, Hazrat Musleh Maud (ra) ha presentado varios puntos: ¿por qué es importante jurar lealtad al Jalifato?, ¿cuál es el rango del Jalifato? y ¿qué implicaba la acción de Hazrat Sa’d? Hazrat Musleh Maud (ra) afirma en uno de sus sermones del viernes:

Qatal también se refiere a cortar los lazos. Cuando los Compañeros comenzaron a diferir en relación con el Jalifato después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), los Ansar mantenían la opinión de que el Jalifato permaneciera entre ellos, ya que eran los nativos de esa zona. Al menos, si hubiera un Jalifa entre los emigrantes (musulmanes que emigraron de La Meca a Medina), también debería haber uno de entre los Ansar. Es decir, debería haber dos Jalifas. Banu Hashim opinaba que el Jalifato era su derecho debido a que el Santo Profeta (sa) pertenecía a su familia. Aunque los emigrantes opinaban que el Jalifa debía pertenecer a los Quraish, ya que la gente de Arabia nunca obedecería a nadie que no perteneciera a los Quraish, no presentaron a nadie en particular. Más bien, dejaban el asunto del nombramiento a una elección; es decir, aquel a quien eligieran los musulmanes sería considerado el Jalifa designado por Dios Altísimo. Cuando expresaron esta opinión, los Ansar y Banu Hashim se pusieron de acuerdo. Sin embargo, un Compañero no fue capaz de comprender este asunto. Este era ese mismo Compañero a quien los Ansar querían elegir como Jalifa. Consideraba que esto era un insulto para él o no podía comprender realmente el asunto. Cualquiera que fuese la razón, dijo que no estaba preparado para jurar lealtad a Hazrat Abu Bakr (ra).

En algunos libros de historia, se registra un dicho de Hazrat Umar:

[árabe]

“Que significa matar a Sa’d. Sin embargo, Hazrat Umar (ra) no le mató, ni le mató ninguna otra persona. Algunos expertos lingüistas aseveran que Hazrat Umar (ra) tenía la intención de cortar los lazos con Sa’d. En otras fuentes, se afirma que Hazrat Sa’d iba regularmente a la mezquita, pero ofrecía sus oraciones por separado. Luego marchaba, sin que otro Compañero le hablara. Por lo tanto, una interpretación de la frase “matar a Sa’d” es cortar los lazos con él para distanciarse de él.

Ahondando más sobre Hazrat Sa’d bin Ubadah, Hazrat Musleh Maud (ra) afirma en referencia a un sermón anterior suyo:

“En un sermón anterior, mencioné a un Compañero Ansari y dije que después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), algunos de los Compañeros Ansar creían que el Jalifa debía ser elegido entre los Ansar. Sin embargo, los emigrantes, y especialmente Hazrat Abu Bakr (ra), explicaron que esta elección no sería beneficiosa para la Umma musulmana, porque los musulmanes nunca aceptarían esto, es decir, que se eligiera un Jalifa entre los Ansar. Posteriormente, los emigrantes y los Ansar se reunieron y acordaron mutuamente que todos deberían realizar el Baiat (juramento de iniciación) a manos de alguien de los emigrantes. Finalmente, acordaron por unanimidad que esta persona debería ser Hazrat Abu Bakr (ra).” No eran capaces de decidir quién debería ser de entre los Ansar, y Hazrat Abu Bakr (ra), así como otros Compañeros (ra) explicaron que esta decisión no sería beneficiosa. Se decidió que el Jalifa debía ser elegido entre los emigrantes y se acordó por unanimidad que debería ser Hazrat Abu Bakr (ra).

Hazrat Musleh Maud (ra) luego escribe:

“En el sermón (mencionado anteriormente), dije: “Cuando Hazrat Sa’d mostró reticencia a realizar el Baiat, Hazrat Umar (ra) dijo:

[árabe]

Es decir, matad a Sa’d. Sin embargo, ni Hazrat Umar (ra) mató a Hazrat Sa’d ni ningún otro Compañero (ra). De hecho, permaneció vivo hasta el Jalifato de Hazrat Umar (ra).”  Como se mencionó en uno de los anteriores extractos, Hazrat Sa’d permaneció vivo hasta el Jalifato de Hazrat Umar (ra) y falleció en Siria. Hazrat Sa’d emigró a Siria, falleciendo allí.

“Los eruditos de antaño concluyen que el significado de la declaración de Hazrat Umar (ra) no era matar físicamente a Hazrat Sa’d, sino que solo pretendía cortar los lazos con él. Además, en el idioma árabe, Qatal, es decir, matar, tiene muchas otras acepciones. A pesar de que en el idioma urdu, Qatal solo significa matar físicamente alguien, sin embargo, cuando Qatal se usa en árabe, tiene otras acepciones, entre las cuales, una es cortar los lazos con alguien. De la declaración de Hazrat Umar (ra), los linguistas han inferido que Hazrat Umar (ra) no quiso matarle, sino cortar lazos, mantener una distancia y no hablar con él. De lo contrario, si tenía la intención de matarle, entonces ¿por qué Hazrat Umar (ra), que poseía un gran celo, no mató él mismo a Sa’d? ¿O por qué alguien de entre los Compañeros no lo mataron? Hazrat Umar (ra) no lo mató y aunque Hazrat Sa’d permaneció vivo hasta su Jalifato, no fue asesinado.  Según algunas narraciones, Hazrat Sa’d permaneció con vida incluso después del Jalifato de Hazrat Umar (ra) y ningún Compañero levantó un dedo contra él. Es evidente a partir de esto que el significado de “matar” era solo cortar los lazos y no llevarlo a cabo físicamente. A pesar de que este Compañero permaneció en reclusión lejos de otros Compañeros (Hazrat Sa’d se había distanciado de todos) nadie lo atacó.”

Hazrat Musleh Maud (ra) dice además:

“Presenté el ejemplo de que si uno ve en un sueño que matan a una persona, la interpretación de ese sueño podría ser cortar los lazos o boicotear a ese individuo.”  Hazrat Musleh Maud (ra) se refiere de nuevo a uno de sus sermones anteriores.

Hazrat Musleh Maud (ra) afirma además:

“Después del sermón, uno de nuestros miembros me mencionó que, aunque Sa’d no realizó el Baiat, le incluyeron en los comités consultivos.” Es decir, a pesar de no realizar el Baiat, dice que Hazrat Abu Bakr (ra) buscó su consejo sobre diferentes asuntos.

Hazrat Musleh Maud (ra) luego dice:

“Solo podría haber dos razones por las cuales este individuo dijo esto con respecto a Hazrat Sa’d; o bien deseaba refutar mi interpretación (es decir, rechazar el significado léxico de Qatal tal y como lo explica Hazrat Musleh Maud (ra) creyendo que esto no era plausible) o pensar que negarse a jurar lealtad al Jalifato no era un delito significativo.”  La razón de la declaración de este individuo podría ser que, según él, negarse a jurar lealtad a Jalifato no era un asunto importante, ya que Sa’d no realizó el Baiat, pero aún así consultaron con él sobre diferentes asuntos. Hazrat Musleh Maud (ra) declara:

“Un poeta una vez escribió:

[Persa]

es decir, que los defectos y faltas de una persona están ocultos sólo mientras permanecen en silencio.”  En el momento en que una persona habla, revela sus deficiencias. Mientras permanece en silencio, sus faltas permanecerán ocultas, pero en ocasiones cuando alguien habla ignorantemente, descubre así sus propias deficiencias.

Harzat Musleh Maud (ra) afirma:

“La declaración de esta persona, (es decir, quién infirió que Hazrat Sa’d fue incluido en las consultas y comentó sobre el sermón de Hazrat Musleh Maud (ra)) indica que deseaba disminuir la importancia de jurar lealtad al Jalifato, o deseaba ostentar conocimiento. Ambas posiciones son incorrectas; ostentar conocimiento no probará ser beneficioso, porque esta afirmación está tan lejos de la verdad, que al escucharla una persona sensata se echaría a reir.

Con respecto a la vida de los Compañeros (ra), hay tres libros bien conocidos de historia islámica; cualquier relato relacionado con la historia de los Compañeros (ra) se puede encontrar en ellos: Tahzib at-Tahzib, Al Asabah y Usdul Ghabah. Los tres mencionan que Sa’d había vivido el resto de su vida lejos de los Compañeros (ra) y después de emigrar a Siria, falleció allí. Además, algunos diccionarios se han referido a este relato cuando explican el significado de la palabra Qatal (matar).”

Hazrat Musleh Maud (ra) luego declara:

“El hecho es que había sesenta o setenta Compañeros con el nombre Sa’d. Uno era Sa’d bin Abi Waqas, que era uno de Asharah Mubasharah (diez Compañeros a quienes el Santo Profeta (sa) les dio buenas noticias del Paraíso), que fue nombrado comandante en jefe por Hazrat Umar (ra) y fue incluido en todos los consejos consultivos. Parece como si la persona que planteó esta acusación (sobre el sermón de Hazrat Musleh Maud (ra)) lo hizo por ignorancia y al escuchar el nombre Sa’d, no pudo distinguir a qué Sa’d se refería). En su lugar, inmediatamente hizo comentarios sobre mi sermón. Yo no hacía referencia a Sa’d bin Abi Waqas, que era un emigrante (los que emigraron de La Meca). El Compañero al que me refería era de entre los Ansar.

Aparte de estos dos, había muchos otros Compañeros con el nombre “Sa’d”; habían aproximadamente sesenta o setenta de esos Compañeros que se llamaban Sa’d. El Sa’d al que me refería era Sa’d bin Ubadah. En realidad, los árabes usaban un número limitado de nombres; a menudo en el mismo pueblo había mucha gente con el mismo nombre. Si alguien llamaba a una persona, lo hacía por el nombre de su padre. Por ejemplo; no usaba el nombre Sa’d o Said, sino que decía Sa’d bin Ubadah o Sa’d bin Abi Waqas. Del mismo modo, si no podían localizar a la persona según el nombre de su padre, se referirían a la persona por su rango o estado y cuando esto no era posible, entonces usaban el nombre de las tribus de las personas. Por lo tanto, existe un amplio debate sobre el histórico ‘Sa’d’ ya que el nombre es muy similar a otros. Con el nombre Sa’d los historiadores han escrito que se refieren a este mismo Sa’d, en otras palabras, el Sa’d de Jazrall. Es evidente de este individuo (es decir, el que criticó o aprobó estos comentarios) que confundió a los diferentes individuos con el mismo nombre y ha planteado irreflexivamente esta alegación. Tales comentarios no sirven para aumentar la comprensión, sino que sirven como un medio para desvelar su propia ignorancia.”

Hazrat Musleh Maud (ra) escribe además:

“El rango del Jalifato es tal que no se puede obtener ninguna honra después de separarse de él. – Hazrat Musleh Maud (ra) dice refiriéndose a la mezquita desde donde pronunciaba este sermón – quizás era la mezquita Aqsa:- “Escuché a Hazrat Jalifatul Masih I (ra) decir: ‘¿sabéis quién fue el primer enemigo del Jalifato?’ Respondiendo él mismo esta pregunta, Hazrat Jalifatul Masih I (ra) dijo: ‘Leed el Corán y sabréis que el primer enemigo fue Iblis. Dios Altísimo hizo a Adán Jalifa (sucesor) y su enemigo fue Iblis.’ Hazrat Jalifatul Masih I (ra) luego dijo: ‘Yo también soy un Jalifa, y quien sea mi enemigo es (una manifestación de) Iblis.’”

Hazrat Musleh Maud (ra) dice:

“No hay duda que un Jalifa no es “Mamur” (vice-regente), aunque no es necesario no serlo. Hazrat Adán fue “Mamur” y Jalifa. Hazrat Daud fue “Mamur” y “Jalifa”. El Mesías Prometido (as) fue “Mamur” y Jalifa. Todos los Profetas son “Mamur” y Jalifas (vice-regentes) de Dios. Del mismo modo que cada individuo es un Jalifa en cierto aspecto, de forma similar, los Profetas también son Jalifas. Pero hay también un tipo de Jalifa que nunca es “Mamur”. No obstante, no hay diferencia a la hora de mostrar obediencia a este tipo de Jalifa y al Profeta. Es necesario mostrar la misma obediencia a un Jalifa que a un Profeta. Hay una clara distinción en la obediencia mostrada a ambos y es que uno debe mostrar obediencia al Profeta porque es el centro de la revelación divina y la pureza. Sin embargo, la obediencia al Jalifa no es debido a que es el centro de la revelación divina y la pureza (en el mismo rango que un Profeta). La obediencia al Jalifa es necesaria porque ha sido designado para difundir y propagar la revelación traída por el Profeta (es decir, el Jalifa es el que propaga la revelación de un Profeta e impulsa el sistema establecido por él). Por ello, los eruditos han dicho que mientras los Profetas reciben Ismat-e-Kubra, los Jalifas reciben Ismat-e-Sughra.”

Hazrat Musleh Maud (ra) dice:

“Desde este mismo púlpito en esta misma mezquita el viernes en Qadian (ofreciendo el sermón), escuché directamente de Hazrat Jalifatul Masih I lo siguiente: ‘No podéis desobedecerme en base a los fallos que encontréis en mí. Si cometiera un error en un asunto personal no significa que podéis desobedecer (al Jalifa). Esto nunca puede ocurrir. Nunca podéis rechazar la obediencia que Dios Altísimo ha ordenado que mostréis, ya que la tarea para la cual he sido asignado es algo diferente. Esta consiste en establecer la unidad en la organización. Pero la obediencia hacia mi persona es necesaria. Respecto a los Profetas, es la tradición divina que aparte de sus debilidades humanas, que se han puesto para diferenciar entre la Unidad de Dios y el Profetazgo, Dios Altísimo no interfiere. Y esto es necesario para educar a la comunidad. Por ejemplo, tenemos el Salldah Sahav cuando uno comete un error de forma inadvertida (en la oración). Con ello se ha enseñado a la comunidad de forma práctica cómo realizar el Salldah Sahav. Por ello, este es un error que incluso los Profetas pueden cometer. El Santo Profeta (sa) también cometía errores involuntarios (durante las oraciones) y luego realizaba el Salldah Sahav.”

Continúa diciendo:

Todas las acciones de los Profetas se hallan protegidas por Dios Altísimo. Para los Jalifas, es la tradición de Dios Altísimo salvaguardar todas las acciones que realizan para el progreso del sistema establecido por el Profeta. Un Jalifa nunca cometerá un error que perjudique a la Comunidad o que conviertan la victoria del islam en derrota, y si alguna vez comete tal error inmediatamente lo rectificará. Dios Altísimo manifiesta Su apoyo y protección a todos los actos del Jalifa que se hacen para promover el islam y para fortalecer el sistema establecido para lograr este avance.”

Continúa diciendo:

“Si el Jalifa comete alguna vez un error, Dios Altísimo, considera Su responsabilidad subsanarlo. En definitiva, el Jalifa no es responsable de sus acciones con el Nizam (sistema), sino que Dios mismo es el responsable. Por eso se dice que es el mismo Dios Altísimo Quien elige al Jalifa. Sin embargo, esto no significa que el Jalifa no pueda cometer un error, más bien que Dios Altísimo enmendará cualquier fallo a través de la persona del Jalifa bien con sus palabras o bien con sus actos.  Dios Altísimo se asegura de que no haya ningún efecto negativo debido a algún fallo cometido por el Jalifa.

Si a través de la sabiduría de Dios surge una situación en la que aparentemente el Jalifa comete un error que puede ser perjudicial para los musulmanes y existe la amenaza que en vez de progresar, este progreso retroceda, Dios Altísimo manifiesta medios ocultos y convierte cualquier efecto dañino potencial en medios de progreso y éxito. Esta sabiduría invisible se manifiesta para cubrir el descuido en el corazón del Jalifa, bien sea un olvido o un descuido. Los Profetas, no obstante, poseen ambas formas de protección, es decir, el Ismat-e-Kubra e Ismat-e-Sughra.  Los Profetas son el centro de sistema para la difusión del mensaje de Dios, así como la manifestación perfecta de la revelación divina y la personificación perfecta de la pureza. Esto no implica que sea necesario que todos los Jalifas sean la encarnación perfecta de la pureza. Aunque es posible que a nivel de obras justas su estado sea inferior al de otros santos de Dios, incluso así es solo en un aspecto particular de una acción justa. Por lo tanto al igual que hay Jalifas que son la encarnación perfecta de la pureza, así como el centro de la difusión del mensaje, puede haber Jalifas que sean inferiores en su rango de pureza (pero sólo en relación a un aspecto particular de una acción justa) y de mayor rango en capacidad administrativa y en el funcionamiento del sistema de difusión del mensaje. En cualquier caso, es necesario obedecer en todas las circunstancias porque el sistema está vinculado al Siyasat (es decir, la política) de la Comunidad”.

Algunas personas se sorprenderán de inmediato al escuchar las palabras “política de la Comunidad” y tendrán curiosidad por saber lo que significa. En la terminología común y general, la palabra “política” suele tener una connotación negativa. Esto se debe en parte a los políticos que han causado que la palabra “política” tenga una reputación mala. Se entiende como causar estragos o destrozos, perjudicar o no actuar honestamente. Sin embargo, según el léxico, su auténtico significado es dirigir correctamente un sistema.

Otro significado es emplear la razón a la hora de realizar una tarea; otra connotación es establecer un sistema para prevenir el mal, usar la razón y la sabiduría a la hora de emprender una tarea, y tener la capacidad para resolver asuntos internacionales de la manera correcta. Estos son los significados de “política“. En resumen, esta palabra tiene todo tipo de connotaciones positivas.

Sin embargo, como ya he dicho, olvidándonos lamentablemente de su verdadero significado, le otorgamos una connotación negativa a causa de la mala conducta de los políticos y de nuestras propias acciones. En cualquier caso, Hazrat Musleh Maud (ra) ha empleado aquí la palabra “política” por sus connotaciones positivas, y significa sabiduría, comprensión, inteligencia, perspicacia y las capacidades necesarias para dirigir correctamente un sistema.

Hazrat Musleh Maud (ra) dice, además:

“Puesto que la Nizam (estructura administrativa de la Comunidad) está estrechamente relacionada con la implementación de los principios de la Comunidad, una de las principales tareas de los Jalifas es defender e implementar el sistema administrativo. (Hazrat Musleh Maud (ra) también esclarece esto). Al mismo tiempo, es necesario que se asegure el establecimiento de la fe y la difusión de su comprensión”.  El Jalifa es responsable de dirigir la administración de la Comunidad y de garantizar los medios para fortalecer y promover la fe. Por esta razón, Dios Altísimo, al mencionar la institución del Jalifato, ha declarado en el Sagrado Corán:

[árabe]

Es decir, “Dios en verdad establecerá para ellos su religión y les hará prevalecer en el mundo”. Por lo tanto, la religión que presentan los Jalifas está protegida por Dios Altísimo, sin embargo, esto es Hifazat-e-Sughrah.

Hazrat Musleh Maud (ra) dice:

“Ellos (es decir, los Jalifas) pueden equivocarse en asuntos menores y secundarios relacionados con la fe, y los Jalifas pueden estar en desacuerdo entre sí, pero solamente respecto a asuntos extremadamente intrascendentes. Por ejemplo, en ciertos casos Hazrat Abu Bakr (ra) mantuvo una opinión diferente a Hazrat Umar (ra) …”. De hecho, hasta el día de hoy, la Umma musulmana no ha conseguido ponerse de acuerdo en algunos de estos asuntos. “Este desacuerdo se refiere a asuntos menores y complementarios de la fe. Nunca puede haber ningún desacuerdo en relación a los principios fundamentales de la fe. Por el contrario, ellos, es decir, los Jalifas, siempre estarán unánimemente de acuerdo en tales principios, ya que son los guías y líderes que otorgan la luz al mundo.  Por lo tanto, si uno cree que una persona que ha fracasado en hacer el Baiat puede ser del mismo rango que el que ha hecho el Baiat, entonces tal individuo no ha comprendido verdaderamente el significado del Baiat y del Nizam (Organización).

En lo que respecta a las consultas, hay que recordar que es posible que se pueda buscar la consulta de un experto en su respectivo campo, que no comparta la misma fe que ellos. El Mesías Prometido (as) nombró a un inglés como su abogado durante un juicio. Sin embargo, esto ciertamente no significa que le haya consultado en asuntos relacionados con el Profetazgo. Con motivo de la batalla de la Fosa, el Santo Profeta (sa) siguió el consejo de Hazrat Salman Farsi (ra) y preguntó qué hacía la gente de su país en los momentos de la batalla. Hazrat Salman Farsi (ra) respondió que en su país cavaban una trinchera. El Santo Profeta (sa) encontró que este era un excelente consejo y por lo tanto se cavó una trinchera, por lo que la batalla es conocida como la batalla de la Fosa. Sin embargo, a pesar de su consejo, no podemos decir que Hazrat Salman Farsi (ra) tenía mayor habilidad y conocimiento que el Santo Profeta (sa) en el arte de la batalla. No hay comparación entre las hazañas y los logros del Santo Profeta (sa) y los de Hazrat Salman Farsi (ra). De hecho, nunca fue nombrado comandante en jefe de un ejército durante ninguna época de los Jalifas, a pesar de que vivió una larga vida. Por lo tanto, no hay ningún daño en buscar el consejo de un experto, aunque pertenezcan a una religión diferente”.

Hablando de sí mismo, Hazrat Musleh Maud (ra) afirma:

“Estando enfermo, consulté con médicos ingleses. Sin embargo, esto no significa que busque su consejo en asuntos relacionados con el Jalifato, o que los considere del mismo rango que los Compañeros (ra) del Mesías Prometido (as). En efecto, consulto con los Compañeros (ra). Sin embargo, esto no significa que buscar consejo de un no musulmán tenga la misma importancia que recibir consejo de los Compañeros (ra). De hecho, los Compañeros (ra) tienen un rango mucho más elevado”.

Hazrat Musleh Maud (ra) afirma además:

“Pedirles consejo (es decir, a los médicos) era sólo en relación con asuntos de medicina (recibía consejo de ellos en relación a un estudio particular o en relación a un asunto específico). Por lo tanto, aunque se probara que Sa’d bin Ubadah (ra) fue consultado en relación con un asunto secular en el que tenía experiencia, sin embargo, incluso entonces no se puede decir que él formara parte de las consultas. No se encuentra ninguna narración auténtica sobre él en la que se afirme que participó en las consultas. De hecho, la mayoría de las narraciones afirman que emigró de Medina hacia la región de Siria. Según la opinión de los Compañeros (ra), se había separado completamente del Markaz (sede del islam). Por lo tanto, se menciona que los Compañeros (ra) afirmaban que los ángeles o los Yinn le habían causado la muerte y de esto parece que los Compañeros (ra) no describieron su fallecimiento en un sentido positivo porque aunque toda alma es tomada por los ángeles. Sin embargo, para ellos mencionar específicamente a los ángeles y a los Yinn de esta manera, significa que Dios Altísimo causó su fallecimiento debido a un decreto divino particular Suyo para que no pudiera ser la causa de ninguna división o discordia”. En otras palabras, él era uno de los Compañeros de Badr (ra) después de todo y así murió para que no sea culpable de hipocresía, oposición o cualquier otro acto que deshonrara su estatus. En cualquier caso, se separó de los demás.

Hazrat Musleh Maud (ra) menciona además,

“Todas estas narraciones revelan que los Compañeros (ra) ya no lo tenían en la misma estima y honor que antes debido al rango que había alcanzado. Además, también muestra que los Compañeros (ra) no estaban contentos con él. De lo contrario, ¿por qué dirían que los ángeles o los Yinn habían causado su muerte? De hecho, al morir, usaron palabras aún más duras que éstas, que no voy a repetir.

Por lo tanto, afirmar que uno puede mantener su rango y estatus sin realizar el Baiat del Jalifa y adherirse al Nizam del islam es completamente contrario a los relatos (de la historia del islam) y a las enseñanzas del islam. Aquellos que albergan tales pensamientos, de hecho, han fracasado completamente en la comprensión del verdadero concepto del Baiat.”

Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) falleció en Huran en Siria, casi 2 años y medio después de que Hazrat Umar (ra) fuera elegido Jalifa. Según Al’lama ibn Hayar Asqalani, falleció en Busra, una ciudad situada en Siria y la primera ciudad conquistada por los musulmanes en Siria.

Hay otra narración que cuenta cómo los habitantes de Medina se enteraron de su fallecimiento. Dice que en el intenso calor de la tarde, algunos de los jóvenes que saltaban a los pozos de Bir-e-Munabbeh o Bir-e-Sakan, escucharon a alguien decir:

(árabe)

“Hemos matado a Sa’d bin Ubadah, jefe del Jazrall. Disparamos dos flechas apuntando a su corazón, que no fallaron en alcanzar su objetivo”. Los chicos se asustaron y nunca pudieron olvidar ese día. La gente encontró su cuerpo el mismo día en el que falleció. Sa’d (ra) estaba sentado respondiendo a la llamada de la naturaleza cuando fue asesinado y murió de inmediato.

Hazrat Sa’d (ra) falleció durante el Jalifato de Hazrat Umar (ra). Sin embargo, hay diversas opiniones con respecto al año exacto de su fallecimiento. Según algunos, falleció en el año 14 después de la Hégira mientras que otros afirman que fue en el año 15 dH y 16 dH también. La tumba de Hazrat Sa’d (ra) se encuentra en un pueblo llamado Munaiha que está situado en la zona sur cerca de Damasco. Esta referencia es de Al-Tabqat-ul-Kubra.

Ahora mencionaré algunos detalles sobre dos miembros fallecidos y también dirigiré su oración fúnebre [in absentia].

El primero es del respetado Sr. Syed Muhammad Sarwar Shah, que era miembro del Sa’dr Anyuman Ahmadía Qadian. Falleció el 8 de enero a la edad de 85 años – ciertamente a Dios pertenecemos y a Él retornaremos -.

Sufría de cáncer pero soportó esta enfermedad con gran fuerza, paciencia y firmeza y hasta su muerte, continuó cumpliendo sus deberes de manera excelente. Nunca dejó que su enfermedad se convirtiera en un obstáculo de ninguna manera. El difunto pertenecía a una familia áhmadi muy devota de Mauza Sungarah situada en la provincia de Odisha. El bisabuelo materno del difunto, Sr. Hazrat Syed Abdul Rahim, era un compañero del Mesías Prometido (as) y su abuelo materno, el respetado Sr. Maulvi Abdul Alim, era un gran erudito y poeta. Al nacer, su padre le pidió a su suegro que le pusiera nombre al niño y declaró que había visto en un sueño que Sr. Syed Sarwar Shah había llegado a su casa, por lo tanto debía nombrar a su hijo Syed Sarwar.

El difunto adquirió su educación primaria en el distrito de Katak y luego, después de adquirir una licenciatura, trabajó como director de una escuela privada. Posteriormente, trabajó como asistente en el Tribunal Superior de Odisha y luego trabajó en la oficina de auditoría. En 1995, después de jubilarse de su empleo, dedicó su vida a servir a la Comunidad.

En 1996, Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) le confió varias responsabilidades y también lo nombró encargado. El difunto también tuvo la oportunidad de realizar la Umrah. Hazrat Jalifatul Massih IV (rh) también le nombró auditor y responsable de la comisión. Trabajó como auditor hasta que falleció. El difunto también tuvo la oportunidad de servir como presidente de la Junta de Qaza durante nueve años. De igual manera, también tuvo la oportunidad de servir como presidente y como miembro de muchos comités. También tuvo la oportunidad de ser miembro del Sa’dr Anyuman Ahmadía hasta su fallecimiento.

Tenía grandes habilidades administrativas y, como mencioné anteriormente, tuvo la oportunidad de servir durante muchos años como auditor central. Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) una vez le escribió en una carta diciendo “Estás trabajando de una manera excelente – ¡Yazakumal’lah Ahsan Al’Yaza! Admiro su expresión de devoción sin ningún temor. Máshala, tienes una gran capacidad de observación en los asuntos más sutiles e importantes. Debes continuar trabajando así de acuerdo con tu programa y nadie te detendrá”. Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) también rezó por su salud y larga vida.

El Nazim de Dar-ul-Qaza, Qadian, dice:

“Tenía una relación muy afectuosa con todos los trabajadores del departamento de Qaza en Qadian. Él hacía todo lo posible para resolver rápidamente el caso y emitir una decisión sobre los casos que llevaba el departamento. El difunto revisaba los casos muy cuidadosamente y hacía todo lo posible para asegurar que la decisión se basaba en la justicia. Poseía una opinión muy sólida en asuntos delicados y sensibles y siempre buscaba la ayuda de Dios Altísimo cuando trataba con asuntos tan delicados y sensibles”.

Su yerno, el Dr. Tariq Sahib, que es un oficial médico superior en el Hospital Nur de Qadian, afirma:

“Era muy regular en ofrecer sus oraciones de Taháyud. Siempre era puntual en sus oraciones y las ofrecía en la mezquita Mubarak. Cuando sus manos y pies comenzaron a flaquear, tomaba el apoyo de otros e iba a la mezquita. Siempre llegaba puntual a la oración del viernes y se sentaba en la primera fila. Permanecía en la mezquita después de la oración del Maghrib hasta la oración del Ishá y pasaba el tiempo ofreciendo Nawafil, suplicando y recordando a Dios Altísimo.”

El Nazir-e-A’la de Qadian también ha escrito que poseía muchas cualidades excelentes, era muy amigable, muy hospitalario, extremadamente trabajador, amable con los pobres y muy obediente con los oficiales de la Comunidad. Tenía un profundo vínculo con el Jalifato y también animaba a otros a permanecer firmemente unidos al Jalifato. Por la gracia de Dios, era un Musi [miembro del plan de Al-Wasiat] y todos sus hijos e hijas están a la vanguardia del servicio a la Comunidad. Su hijo más joven, Syed Mahmud Ahmad está sirviendo en el Hospital Nur de Qadian como farmacéutico. Sus dos yernos, Tanvir Ahmad Sahib y el Dr. Tariq Ahmad Sahib son consagrados y sirven en Qadian. De la misma manera, su yerno más joven, Syed Hasan Jan, continúa sirviendo a la Comunidad como voluntario incluso después de su jubilación.

Mientras que el difunto Sahibzada Mirza Wasim Ahmad Sahib estaba sirviendo como el Nazir-e-A’la, Syed Muhammad Sarwar Shah Sahib trabajaba con gran dignidad en el departamento de auditoría y le hacía cualquier pregunta al respecto. Siempre decía “no hay nadie más cariñoso en todo Qadian que Mian Sahib”. Vivía en Darul-Masih y Hazrat Mian Sahib lo cuidó mucho. A veces Shah Sahib incluso rompía a llorar al pensar en el amor y el afecto mostrado por Mian Sahib. Tenía una gran reverencia por los Darweshan-e-Qadian y llevaba una vida muy humilde y sencilla. También tenía un gran afecto por los estudiantes de Yamia y mostraba el máximo respeto a los eruditos. ¡Que Dios eleve el rango del difunto y permita a su progenie seguir sus pasos!

El segundo funeral es el de la respetada Shaukat Gohar Sahiba, que fue la esposa del Dr. Latif Quraishi Sahib de Rabwah y la hija de Maulana Abdul Malik Jan Sahib. Falleció en Rabwah el 5 de enero a la edad de 77 años – ciertamente a Dios pertenecemos y a Él retornaremos -. Por la gracia de Dios, ella también era una Musi. Nació en Agra y en aquellos días su padre, Maulana Abdul Malik Jan Sahib fue nombrado misionero en esa zona. Después, se mudó con sus padres a Hyderabad Deccan. Después de la partición, se trasladó a Karachi, donde recibió su educación primaria. Demostró gran aptitud en sus estudios y siempre lograba una posición notable [en la clase]. Desde muy joven le apasionaba servir a la Comunidad, y allí trabajó como secretaria de Nasirat, donde logró llevar a las Nasirat de Karachi a la primera posición. En 1961, cuando su Nikah se fijó con el Dr. Latif Quraishi Sahib, en ese momento él estaba estudiando en el Colegio Médico. Cuando su esposo se mudó al Reino Unido, ella también se fue con él [después de su matrimonio]. Después de completar sus estudios en el Reino Unido, Dr. Sahib escribió a Hazrat Jalifatul Masih III (rh), quien le respondió diciendo que debía regresar a Pakistán y luego trabajó en el hospital Fazl-e-Umar. Ella también regresó a Rabwah y trabajó junto a su marido con gran entusiasmo. También tuvo la oportunidad de servir a la Comunidad extensamente y trabajó para Lallna. Durante su tiempo, todos los que vivían en Rabwah, las mujeres y creo que incluso las niñas estaban al tanto de sus servicios.

Cuando mi madre, Sahibzadi Nasira Begum Sahiba, sirvió como Sa’dr Lallna en Rabwah, nombró a Shaukat Sahiba como Secretaria General en su Amla [comité]. Siguió ofreciendo sus servicios en esta función durante 15 años y fue de ella de quien recibió su formación. Ella sirvió con maravillosas capacidades administrativas y luego también sirvió como Secretaria en Markazi Amla [Comité Central]. Posteriormente, fue nombrada Secretaria General Markazía de Pakistán, donde prestó grandes servicios durante 6 años. Debido a su mala salud, tuvo que dejar sus responsabilidades de Lallna pero continuaba prestando servicios, siempre que se presentaba la oportunidad, y en cualquier capacidad posible. Sirvió a la Comunidad de diferentes formas durante 50 años y todas las mujeres y niñas que trabajaron con ella sólo tienen palabras de elogio para ella. Ser amable con los vecinos, atender a los necesitados, ser hospitalaria y pagar sus donativos en el primer momento posible son algunas de sus cualidades distintivas. De hecho, cuando este año se anunció que iba a hacer una donación a Waqf-e-Yadid, ella hizo una donación en el momento. Esto fue unos días antes de su fallecimiento el 5 de enero y el anuncio para el nuevo [año de Waqf-e-Yadid] se hizo el 1 de enero.

El Dr. Quraishi Sahib escribe que en los 50 años que pasaron juntos, ella fue muy ejemplar en su conducta como esposa, madre, hermana e hija. Una cosa que el Dr. Sahib no ha escrito aquí o que no ha mencionado es que también fue una nuera ejemplar. Tal vez se le olvidó mencionar esto ya que ella vivía con su madre y su suegro, y de hecho su suegra sigue viva y a pesar de su enfermedad, Shaukat Sahiba continuó sirviendo a su suegra y cuidándola como su propia madre. Por lo tanto, ella se fue de este mundo después de vivir una vida ejemplar.

Estuvo enferma durante un largo período de tiempo, pero a pesar de ello fue consciente de sus responsabilidades en el hogar y las cumplía todas. Incluso en la enfermedad nunca se quejaba y soportaba la enfermedad con gran paciencia. Tenía un profundo vínculo con el Jalifato. Entre los que deja atrás se encuentran su marido, el Dr. Latif Quraishi Sahib, tres hijos y dos hijas. Dos de sus hijos y una de sus hijas son médicos y uno de ellos es ingeniero; todos sus hijos tienen una buena educación. Ella les enseñó en circunstancias muy difíciles. Una de sus hijas le preguntó una vez ¿por qué nunca usas joyas ni llevas ropa cara?, a lo que ella respondió que todo el dinero que ahorraba lo destinaba a su educación. También dijo que el único tipo de joyas y ropa cara que deseaba era que sus hijos recibieran una educación, se convirtieran en individuos valiosos para la Comunidad y pudieran cuidarse a sí mismos.

A menudo veía sueños y visiones verdaderas. Sus hijos han escrito que muchos de sus sueños se hicieron realidad. En el momento en que su hija iba a comenzar sus estudios universitarios, Shaukat Sahiba informó a su hija que sería aceptada en tal o cual universidad de medicina, como ella lo había visto en su sueño, que luego se cumplió como se había indicado. Tuvo muchos otros sueños similares [que se cumplieron]. Por la gracia de Dios Altísimo, era una mujer muy piadosa, y cuidó de sus hermanas y de otras personas. Su hijo Abdul Malik nos ha escrito diciendo que era una persona abnegada en sus servicios a la Comunidad. Tenía que ir a pie, bajo un calor extremo, desde la oficina de Lallna hasta Darul Ulum, pero nunca se quejaba de ello. En el día de Eid, siempre preparaba un plato dulce en su casa y lo enviaba a sus vecinos, tanto si se trataba de vecinos cercanos como si vivían a distancia. Ella siempre decía que, si nos aferrabamos a nuestra religión, Dios Altísimo nunca nos abandonaría.

Una de sus hijas que vive en los Estados Unidos escribe:

“Después de mi matrimonio y cuando tuve hijos, ella me aconsejó que, para mantener a mis hijos alejados de las malas influencias y entorno de los EE. UU. y de otros países, debería mantener una relación amorosa y amigable con mis hijos. También, que debería hacer que el ambiente de la casa fuera atractivo para que pasaran más tiempo en casa que fuera de casa.”

La misma hija dice:

“En cierta ocasión, en la facultad de medicina, otras compañeras comenzaron a oponérseme y a boicotearme por ser una musulmana áhmadi. Llamé a mi madre llorando por teléfono. Sin embargo, ella me dio un consejo maravilloso, diciendo que no había razón para llorar, ya que esto era lo que había ocurrido con todos los Profetas, y que así tenía la oportunidad de seguir su práctica. También me dijo que anotara su consejo de que, si alguna vez sufría dolor en el camino de Ahmadíat, Dios Altísimo nunca dejaría que me perdiera, y que también tendría éxito en mis exámenes”. Luego añade su hija: “No solo aprobé mis exámenes, sino que todas estas compañeras malintencionadas suspendieron los suyos.”

¡Que Dios Altísimo eleve el rango de la difunta y permita que sus hijos sigan sus pasos! ¡Que sean piadosos, justos, servidores de la fe, y que siempre mantengan un vínculo firme y leal con el Jalifato! Como mencioné, después de las oraciones, dirigiré la oración funeraria in absentia de los dos fallecidos.

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