Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah Al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

Estaba narrando los relatos sobre Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) en el último sermón. Hoy, continuaré narrando algunos detalles más sobre él.

Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) fue uno de los doce líderes elegidos en ocasión del segundo Baiat en Aqabah. Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe lo siguiente sobre él en Sirat Jataman Nabiyyin:

“Era de la dinastía Banu Sa’idah de la tribu Jazrall y era el jefe de toda la tribu Jazrall. En la época bendita del Santo Profeta (sa), fue contado entre los más eminentes de los Ansar. Tanto es así que después de la muerte del Santo Profeta (sa), algunos de los Ansar lo consideraron digno del Jalifato (es decir, su nombre fue propuesto como Jalifa de entre los Ansar).” Falleció en la época de Hazrat Umar (ra).

Cuando Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra), Munzir bin Amr y Abu Dayanah aceptaron el islam, todos ellos rompieron los ídolos de su tribu Banu Sa’idah.

Durante su migración hacia Medina, cuando el Santo Profeta (sa) pasaba por las casas de Banu Sa’idah, Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra), Hazrat Munzir bin Amr (ra) y Hazrat Abu Dayanah (ra) le dijeron: “¡Oh Mensajero de Dios! Por favor, venga con nosotros. Tenemos honor, riqueza, fuerza y poder”.

Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) también dijo: “¡Oh Mensajero de Al’lah! No hay nadie en mi nación que tenga más huertos de dátiles o más pozos que yo, además de riqueza, poder y un gran número de personas”.

Al escuchar esto, el Santo Profeta (sa) respondió:

 “¡Oh Abu Zabit! Abre paso al camello. Se le ha ordenado seguir un cierto camino. Así, irá donde le plazca”.

Como mencioné anteriormente, el nombre de Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) estaba entre los líderes que fueron seleccionados. Era el líder de Banu Sa’idah. El Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre Hazrat Sa’d (ra) y Tulaib bin Umair (ra), que había emigrado de La Meca a Medina.

Según Ibn Ishaaq, el vínculo de hermandad establecido por el Santo Profeta (sa) fue entre Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) y Hazrat Abu Dhar Ghaffari (ra).

Sin embargo, hay discrepancias al respecto. Waqidi ha rechazado esta sugerencia porque, según él, el Santo Profeta (sa) estableció este vínculo de hermandad entre los Compañeros antes de la Batalla de Badr y Hazrat Abu Dhar Ghaffari (ra) no estaba presente en Medina en ese momento. No participó en las batallas de Badr, Uhud y Jandaq (la Batalla de la Fosa). Se presentó ante el Santo Profeta (sa) después de estas batallas. En cualquier caso, este es el argumento dado por Waqidi.

Se dice que no había ninguna casa en la tribu de Aus y Jazrall en la que cuatro personas consecutivas de sus hombres hubieran mostrado tan alto nivel de generosidad y un corazón tan abierto, como era el caso de Dulaim, luego su hijo Ubadah, luego su hijo Sa’d, luego su hijo Qais. Hay muchos relatos famosos sobre la generosidad de Dulaim y su familia.

Cuando el Santo Profeta (sa) fue a Medina, Sa’d solía enviar diariamente un gran cuenco para el Santo Profeta (sa) de carne y sarid (trozos de pan cocidos en caldo de carne), o sarid hecho de leche o sarid hecho de vinagre y aceitunas o solía enviar al Santo Profeta (sa) un cuenco con sebo de carne pero lo más frecuente era enviar un cuenco con carne. Hazrat Sa’d (ra) también enviaba comida a las casas de las sagradas esposas del Santo Profeta (sa).

Según algunas narraciones, también había días en los que no había comida en la casa del Santo Profeta (sa), por lo que es muy posible que Hazrat Sa’d (ra) enviara la comida la mayoría de las veces en lugar de hacerlo a diario, o que solía enviar la comida en los primeros días, o que tal vez, por su generosidad y preocupación por los pobres, el Santo Profeta (sa) distribuyera la comida entre los menos privilegiados o la ofreciera a sus invitados, por lo que no quedaba comida en su casa.

En cualquier caso, hay otra narración en la que Hazrat Zaid bin Zabit (ra) afirma:

“Cuando el Santo Profeta (sa) se quedó en la casa de Hazrat Abu Ayyub Ansari (ra), no tenía nada que ofrecer. Así que lo primero que traje para ofrecerle fue un cuenco con un plato de pan de trigo. El plato tenía carne y leche, así que se lo presenté al Santo Profeta (sa) y le dije: ‘¡Oh Mensajero de Dios, mi madre ha enviado este cuenco para ti!’.

El Santo Profeta (sa) respondió:

‘Que Dios le conceda Sus bendiciones’.

El Santo Profeta (sa) llamó entonces a sus Compañeros y ellos también comieron del cuenco. Acababa de llegar a la puerta cuando Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) también vino con un cuenco, que uno de sus sirvientes llevaba sobre su cabeza, ya que era un cuenco grande. Me paré junto a la puerta de Hazrat Ayyub (ra) y levanté la tela del cuenco para ver lo que había dentro. Vi un plato con un sarid con huesos, que el sirviente presentó entonces ante el Santo Profeta (sa)”.

Hazrat Zaid (ra) afirma además:

“Vivíamos en el barrio de Banu Malik bin Nayyar y tres o cuatro de nosotros nos turnábamos para llevarle comida todas las noches al Santo Profeta (sa) mientras que el Santo Profeta (sa) residió durante siete meses en la casa de Hazrat Ayyub Ansari (ra). En ese período, la comida llegaba al Santo Profeta (sa) diariamente sin falta desde Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) y desde Hazrat Asad bin Zurarah (ra)”.

Esta narración en particular también aclara que la comida fue traída al Santo Profeta (sa) todos los días durante los primeros siete meses. Sin duda, también fue enviada después de ese período, pero quizás sin la misma regularidad.

Hazrat Zaid (ra) continúa explicando:

“Viendo que el Santo Profeta (sa) se había quedado en la casa de Umm-e-Ayyub durante siete meses, cuando se le preguntó con respecto a cuál era la comida favorita del Santo Profeta (sa), ella respondió, ‘nunca fui testigo de que el Santo Profeta (sa) pidiera que le prepararan algo específico para él, para lo cual tuviésemos que preparar algo especial para él. De manera similar, nunca vi al Santo Profeta (sa) criticar la comida que le traían”.

Hazrat Ayyub (ra) me dijo que una noche Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) envió un cuenco para el Santo Profeta (sa) que contenía ‘tufaishal’ (un tipo de caldo) que bebió hasta saciarse. Aparte de esa ocasión, nunca vi al Santo Profeta (sa) comer hasta saciarse’. También preparábamos ésto para el Santo Profeta (sa)”.

Cuando le traían comida al Santo Profeta (sa), él nunca pedía nada, ni pedía que se preparara nada específico ni criticaba la comida de ninguna manera, sin embargo, a él le gustaba mucho este plato en particular que le enviaban y disfrutaba comiéndolo o bebiéndolo. Después, cuando los Compañeros se enteraron de que el Santo Profeta (sa) disfrutaba esta comida, preparaban su comida en consecuencia.

Hazrat Zaid (ra) entonces afirma:

“También preparábamos ‘haris’, un conocido plato hecho de trigo y carne, que el Santo Profeta (sa) también degustaba. Para la cena, siempre habría entre 5 y 16 compañeros con el Santo Profeta (sa), dependiendo de la cantidad de comida preparada”.

Al mencionar los días en que el Santo Profeta (sa) residió en la casa de Hazrat Abu Ayyub Ansari (ra), Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe:

“El Santo Profeta (sa) permaneció en esta casa durante siete meses, o según Ibn Ishaaq, permaneció allí hasta el mes de Safar, 2 D.H. En otras palabras, el Santo Profeta (sa) permaneció allí hasta la construcción de Masyid-e-Nabawi, y las habitaciones adyacentes del Santo Profeta (sa). Abu Ayyub (ra) le presentaba comida al Santo Profeta (sa), y luego, lo que quedaba de ella, comía. Debido a su amor y sinceridad, él comía de donde el Santo Profeta (sa) había tomado su comida. Otros Compañeros (ra) también presentaban comida al Santo Profeta (sa). Como tal, entre estas personas destaca en los registros históricos el nombre de Sa’d bin Ubadah (ra), jefe de la tribu Jazrall“.

Hazrat Anas (ra) relata que Hazrat Sa´d bin Ubadah (ra) dijo al Santo Profeta (sa): “¡Oh Mensajero de Al´lah! Venga y visite nuestra casa”. Entonces el Santo Profeta (sa) fue con Hazrat Sa´d (ra) a su casa. Hazrat Sa´d (ra) trajo dátiles y semillas de sésamo para el Santo Profeta (sa) y luego un tazón de leche, del que el Santo Profeta (sa) bebió.

Qais bin Sa´d (ra), el hijo de Hazrat Sa´d bin Ubadah (ra) relata que cuando el Santo Profeta (sa) vino a su casa, les saludó diciendo assalamu alaikum wa rahmatul’lah (la paz y bendiciones de Al´lah sean con vosotros), es decir, el Santo Profeta (sa) les transmitió su saludo de paz. Qais (ra) dijo entonces: “Mi padre, Sa´d (ra) respondió en voz baja”. Entonces le pregunté (preguntó el hijo a su padre): “¿No haces pasar al Santo Profeta (sa)? Hazrat Sa´d (ra) respondió a su hijo diciendo: “Deja que el Santo Profeta (sa) nos envíe más salutaciones de paz”. El Santo Profeta (sa) les saludó una vez más antes de marcharse”.

Es decir, cuando el Santo Profeta (sa) le transmitió su saludo de paz, él respondió en voz baja para que le transmitiese nuevamente sus saludos, y así bendecir su casa una vez más. Dice: “El Santo Profeta (sa) partió después de decir salam de nuevo. Sa´d (ra) le siguió y dijo: “¡Oh Mensajero (sa) de Al´lah! Escuché sus saludos y respondí en voz baja para que enviara más salutaciones de paz sobre nosotros”. Así, el Santo Profeta (sa) regresó con Hazrat Sa´d (ra). Hazrat Sa´d (ra) preguntó al Santo Profeta (sa) si quería lavarse con agua y así lo hizo. Hazrat Sa´d (ra) entonces le presentó al Santo Profeta (sa) una tela teñida con azafrán o wars, una planta amarilla que crece en Yemen y que se utiliza para teñir la ropa. El Santo Profeta (sa) se la puso, levantó sus manos y oró diciendo: “¡Oh Al´lah! Envía Tus bendiciones y misericordia sobre la progenie de Sa´d bin Ubadah (ra).”

En relación con este relato, Hazrat Anas (ra) narra que en una ocasión el Santo Profeta (sa) deseaba entrar en la casa de Hazrat Sa´d bin Ubadah y dijo assalamu alaikum wa rahmatul’lah. Hazrat Sa´d (ra) respondió “wa alaikum salam wa rahmatul’lah” con una voz tan baja que el Santo Profeta (sa) no lo escuchó. El Santo Profeta (sa) transmitió su salam tres veces y cada vez, Hazrat Sa´d (ra) respondía de la misma manera y el Santo Profeta no lo escuchaba. Así, el Santo Profeta (sa) regresó. Hazrat Sa´d (ra) fue entonces detrás del Santo Profeta (sa) y le dijo: “¡Oh Mensajero de Al´lah (sa)! ¡Qué mis padres sean sacrificados por ti! Cada vez que dijiste salam, lo escuché claramente, pero respondí de forma que no pudiera escuchar mi voz. Mi único deseo era recibir la mayor cantidad posible de sus oraciones y bendiciones”. Después llevó al Santo Profeta (sa) a su casa y le ofreció pasas. El Santo Profeta (sa) las comió y dijo: “¡Qué la gente piadosa continúe comiendo de tu casa, qué los ángeles envíen sus oraciones misericordiosas y que los que ayunen, abran el ayuno en tu casa!”. Esta es la plegaria que el Santo Profeta (sa) oró para él.

Al’lama ibn Sirin relata: “Al caer la noche, los Compañeros (ra) llevaban a una o dos personas de los Ahle-e-Suffa a sus casas y les daban comida. Hazrat Sa´d bin Ubadah (ra) llevaba a 80 Compañeros Ahl-e-Suffa a su casa y les daba comida”, y esto debía ocurrir en muchas ocasiones. Sin embargo, hay narraciones en las que está registrado que había días en los que los Compañeros Ahl-e-Suffa se quedaban sin comida. Sin embargo, los Compañeros cuidaban a estos Compañeros pobres, que permanecían cerca de la residencia del Santo Profeta (sa). Hazrat Sa´d bin Ubadah (ra) era el que más los cuidaba.

Un año después de emigrar a Medina, en el mes de Safar, el Santo Profeta (sa) se dirigió hacia Abwah, que se encuentra a 23 millas de Juhfa, en dirección a La Meca. Este también es el lugar donde se encuentra la tumba de Hazrat Amina, la madre del Santo Profeta (sa). El color de la bandera del Santo Profeta (sa) era blanca. En esta ocasión, el Santo Profeta (sa) nombró a Hazrat Sa´d bin Ubadah (sa) como su representante o Amir de Medina. Otro nombre de Ghazwan Abwah es Ghazwah Waddan.

Mencionando Ghazwah Waddan, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe en Sirat Jataman Nabiyyin:

A veces, el Santo Profeta (sa) salía con los Compañeros y, otras veces, enviaba una comitiva con un Compañero al frente. Los historiadores han dado dos nombres diferentes a estos dos tipos de campañas. Las campañas en las que el Santo Profeta (sa) participaba personalmente, los historiadores las han denominado “ghazwah”. Las campañas en la que el Santo Profeta (sa) no participaba personalmente las han denominado “sariyyah” o “ba´as”. Sin embargo, debe recordarse que en una ghazwah o sariyyah, no es necesario salir con el propósito de hacer la Yihad de la espada. Más bien, cada viaje donde el Santo Profeta (sa) participaba personalmente, ya fuera en un estado de guerra, se conoce como ghazwah, incluso aunque no fuera con el propósito de luchar. De la misma forma, cada viaje que emprendió un grupo bajo las órdenes del Santo Profeta (sa) se conoce como sariyyah o ba´as en la terminología de los historiadores, incluso si su propósito fundamental no fuese la batalla. Sin embargo, por ignorancia, algunas personas consideran que cada ghazwah y sariyyah es una campaña de batalla, lo cual es incorrecto.

Ya ha sido mencionado en los sermones anteriores, que el permiso divino de la Yihad de la espada fue otorgado en el mes de Safar, durante el segundo año de la emigración. Como se necesitaba una acción inmediata para proteger a los musulmanes de las intenciones sangrientas y planes amenazantes de los Quraish, el Santo Profeta (sa) salió de Medina en este mes con grupo de Muhayirin, invocando el nombre de Dios Altísimo. Antes de partir, el Santo Profeta (sa) nombró a Sa´d bin Ubadah (ra), jefe de Jazrall, como Amir de Medina en su ausencia, y partió hacia el suroeste de Medina en el camino a La Meca hasta que finalmente llegó a Waddan (los detalles de este relato también han sido mencionados anteriormente). La gente de los Banu Zamrah residía allí. Esta tribu era una rama de los Banu Kinanah y estas personas eran primos paternos de los Quraish. Al llegar allí, el Santo Profeta (sa) entabló conversaciones con el jefe de los Banu Zamrah, y establecieron un tratado por mutuo acuerdo. Las condiciones de este tratado eran que los Banu Zamrah mantendrían relaciones amistosas con los musulmanes y no ayudarían al enemigo contra los musulmanes. Además, cuando el Santo Profeta (sa) los llamara para apoyar a los musulmanes, vendrían de inmediato.

Por otro lado, en nombre de los musulmanes, el Santo Profeta (sa) acordó que los musulmanes mantendrían relaciones amistosas con los Banu Zamrah y los ayudaría cuando fuera necesario. Este tratado fue formalmente escrito y firmado por ambas partes. Después de una ausencia de quince días, el Santo Profeta (sa) regresó.

Otro nombre para el Ghazwah de Waddan es también el Ghazwah de Abwah. Esto se debe a que el pueblo de Abwah está muy cerca de Waddan y este fue el mismo lugar en el que falleció la noble madre del Santo Profeta (sa). Los historiadores escriben que en este ghazwah, junto a los Banu Zamrah, el Santo Profeta (sa) tuvo presente también a los Quraish. Esto significa que, en realidad, esta campaña del Santo Profeta (sa) debía sofocar los planes amenazantes de los Quraish. Además, su objetivo era disipar la influencia venenosa y amenazante que las caravanas de los Quraish, etc., esparcian contra los musulmanes entre las tribus de Arabia (los Quraish difundían falsa propaganda contra los musulmanes entre otras tribus) y debido a esto el estado de los musulmanes era extremadamente vulnerable durante estos días”.

Existen dos opiniones diferentes respecto a si Hazrat Sa´d bin Ubadah participó en la batalla de Badr o no. Waqidi, Madayini e Ibn Qalbi son de la opinión de que Hazrat Sa´d bin Ubadah (ra) participó en la Batalla de Badr, sin embargo, según Ibn Ishaaq, Ibn Uqbah e Ibn Sa’d, no participó en la batalla de Badr. No obstante, una narración de At-Tabaqat Al-Kubra arroja más luz sobre este incidente. Establece que Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah no estuvo presente en la batalla de Badr. Estaba haciendo preparativos para la batalla y visitaba casas de los Ansar para asegurarse de que estuvieran preparados para la batalla. Sin embargo, antes de que el ejército partiera hacia Badr, Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah fue mordido por un perro y, por ello, no pudo participar en la batalla. El Santo Profeta (sa) declaró que aunque Sa’d (ra) no participó en la batalla, deseaba participar por completo y, por lo tanto, le otorgó una parte del botín de la batalla.

Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah participó en todas las batallas junto al Santo Profeta (sa), incluidas las batallas de Uhud y Jandaq. En una narración de Al-Mustadrak se ha registrado que durante la batalla de Badr, la bandera de los Ansar fue llevada por Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah.

Al partir para la batalla de Badr, Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah regaló una espada llamada ‘Azab’ al Santo Profeta (sa), que luego utilizó durante esta batalla. Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah también presentó al Santo Profeta (sa) un burro como regalo. El Santo Profeta (sa) tenía siete armaduras de malla, una de las cuales fue nombrada “Zaatul Fuzul” debido a su longitud. Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah dio esta armadura de cadena al Santo Profeta (sa) cuando había partido para la batalla de Badr. Esta armadura de malla estaba hecha de hierro y era la misma armadura de malla que el Santo Profeta (sa) le dio a Abu Sham -un judío- como aval, a cambio de cebada con un peso de 30 saa [unidad de medida de aproximadamente 2,5 kg]. Esta armadura de malla la tuvo como garantía durante un año.

Hazrat Ibn Abbas (ra) narra:

“Durante las batallas, la bandera del Santo Profeta (sa) la llevaba Hazrat Ali (ra) y la bandera de los Ansar la llevaba por Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah. Cuando las batallas se intensificaban, el Santo Profeta (sa) estaba cerca de la bandera de los Ansar

Es decir, el enemigo concentraba sus esfuerzos hacia la bandera de los Ansar porque el Santo Profeta (sa) se posicionaba cerca de su bandera.

Hazrat Usama bin Zaid (ra) narra que en una ocasión, el Santo Profeta (sa) estaba montando sobre un burro y debajo de él había una manta que fue hecha en “Fadak”. El Santo Profeta (sa) puso a Hazrat Usama bin Zaid (ra) detrás de él y se dirigieron a preguntar sobre Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah, que estaba enfermo en ese momento. Durante esos días, Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah estaba en el recinto de Banu Hariz bin Jazrall. El incidente que se está narrando tuvo lugar antes de la batalla de Badr. Hazrat Usama bin Zaid (ra) relata que mientras viajaban pasaron por delante de una reunión en la que también estaba sentado Abdul’lah bin Ubayy bin Salul, que en ese momento no se había convertido en musulmán. Este es el mismo incidente en el que Abdul’lah bin Ubayy bin Salul fue descortés con el Santo Profeta (sa). Sin embargo, mientras el Santo Profeta (sa) pasaba montado, cayó polvo al cabalgar sobre el grupo de gente que estaba sentado al lado del camino. Abdul’lah bin Ubayy bin Salul se cubrió la nariz y dijo “¡No nos echéis polvo!”.

El Santo Profeta (sa) ofreció “salam”, saludos de paz, se detuvo, y se desmontó del animal. El Santo Profeta (sa) luego los invitó hacia Dios Altísimo y recitó el Sagrado Corán. Abdul’lah bin Ubayy bin Salul respondió:

“¿No tienes nada mejor que decirnos? Aunque esto fuera cierto, no vengas a nuestra reunión y nos molestes. No tenemos necesidad de que nos digas estas cosas en nuestra reunión (he narrado este incidente antes también). Más bien regresa al lugar de dónde vienes e informa a quienes vengan a ti”.

Al escuchar esto, Hazrat Abdul’lah (ra) bin Rawaha, quien había aceptado el islam y era un Compañero, declaró:

“¡No, Profeta (sa) de Al’lah! Debe venir a nuestras reuniones y recitarnos esto, ya que disfrutamos mucho con ello”.

En consecuencia, los musulmanes, idólatras y judíos comenzaron a pelear entre sí y estuvieron a punto de atacarse mutuamente. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) les calmó. Finalmente, se detuvieron y el Santo Profeta (sa) montó sobre su animal, se puso en marcha y fue hacia Hazrat Sa’d  bin Ubadah (ra). El Santo Profeta (sa) le preguntó a Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra), “¡Oh Sa’d! ¿Has oído lo que Abu Hubab me dijo hoy?” El Santo Profeta (sa) se refería a Abdul’lah bin Ubayy. El Santo Profeta (sa) le relató entonces todo el incidente. Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) respondió:

“¡Oh Profeta (sa) de Al’lah! Perdónelo y pase por alto [este acto suyo]. Juro por Él, Quien Le ha revelado el Sagrado Corán, que Dios Altísimo ha establecido la verdad que le ha concedido. La gente de este pueblo había decidido previamente nombrarlo a él, es decir, a Abdul’lah bin Ubayy, como su líder y colocar la corona del liderazgo sobre su cabeza. Sin embargo, cuando Dios Altísimo no permitió que esto sucediera debido a la verdad que Él había revelado, comenzó a consumirse en los celos. Esta es la razón por la que pronunció esto.”

Es decir, estaba a punto de ser nombrado líder, sin embargo, con la llegada del Santo Profeta (sa), esta oportunidad se le fue de las manos. Por eso estaba celoso del Santo Profeta (sa) y dijo lo que pronunció. Al oír esto, el Santo Profeta (sa) le perdonó. Cuando los idólatras y la gente del Libro causaban aflicción al Santo Profeta (sa) y a sus Compañeros (ra), éstos a su vez los perdonaban según el mandamiento de Dios Altísimo:

[árabe]

“En verdad, seréis probados en vuestros bienes y en vuestras personas, y ciertamente oiréis muchas cosas perniciosas de parte de quienes recibieron el Libro antes que vosotros y de quienes asocian a Dios otras divinidades. Pero si mostráis fortaleza y actuáis con justicia, es desde luego un acto de enérgica decisión. [3:187]”

Dios Altísimo declaró entonces:

[Árabe]

“Muchos del Pueblo del Libro desearían, por la mera envidia que sienten sus almas, convertiros en incrédulos después de que habéis creído, tras habérseles hecho evidente la verdad. Mas perdonadlos y alejaos de ellos, hasta que Al’lah traiga Su decreto. En verdad, Al’lah tiene el poder de hacer todo lo que le place. [2:110]”

El Santo Profeta (sa) siempre prefería perdonar, tal como Dios Altísimo le había ordenado. Finalmente, Dios Altísimo les concedió permiso para desafiar a los incrédulos en la batalla de Badr y a través de esta batalla, Dios Altísimo puso fin a los líderes de los Quraish. En consecuencia, Abdul’lah bin Ubayy bin Salul y otros idólatras dijeron que esta comunidad [es decir, los musulmanes] está empezando a tener éxito. Al ser testigo de la derrota de los incrédulos, afirmó su creencia en el Santo Profeta (sa) y le juró lealtad, entrando así en el redil del islam, y convirtiéndose en musulmán.

En una narración de Hazrat Anas (ra), el Santo Profeta (sa) buscó el consejo de los Compañeros sobre la batalla de Badr, y Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) también dio el suyo. Cuando el Santo Profeta (sa) fue informado de que Abu Sufyan se dirigía hacia ellos, buscó el consejo de los Compañeros. El narrador afirma:

“Hazrat Abu Bakr (ra) dio su consejo, pero el Santo Profeta (sa) no estaba de acuerdo. De manera similar, Hazrat Umar (ra) quiso dar su consejo, pero nuevamente el Santo Profeta (sa) no lo aceptó. Entonces, Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra) se puso de pie y dijo: ‘¡Oh Mensajero (sa) de Al’lah! Usted busca nuestro consejo. ¡Juro por Aquel en cuya mano está mi vida, que si nos ordena saltar al mar con nuestros caballos, lo haremos! ¡Si nos ordena que persigamos al enemigo hasta el Barqul Qimad, lo haremos, hasta acabar con ellos! -se trata de una ciudad costera de Yemen, que se encuentra a una distancia de 5 días de viaje desde La Meca -. El narrador dijo entonces: El Santo Profeta (sa) reunió a la gente y comenzaron el viaje hasta llegar a Badr“.

Tras escuchar la opinión de Hazrat Sa’d bin Ubadah (ra), el Santo Profeta (sa) comenzó el viaje junto con sus Compañeros hasta que llegaron a las llanuras de Badr. Cuando llegaron allí, las personas asignadas para recoger agua para los Quraish también estaban allí. Entre los asignados estaba un chico de tez oscura de Banu Hallall. Los musulmanes lo capturaron y le preguntaron por Abu Sufyan y su ejército. Inicialmente habían oído que Abu Sufyan viajaba con un gran ejército o grupo. Sin embargo, le preguntaron sobre Abu Sufyan. Dijo que no tenía conocimiento de Abu Sufyan, sin embargo, Abu Yahl, Utbah, Shaibah y Umayyah bin Jalf están ciertamente presentes en el ejército.

Cuando dijo esto, comenzaron a golpearlo y entonces él dijo: “Está bien, les hablaré de él. Abu Sufyan también está entre ellos”. Sin embargo, cuando lo soltaron y volvieron a preguntarle dónde estaba Abu Sufyan, él respondió con la misma respuesta que no sabía dónde estaba Abu Sufyan, aunque Abu Yahl, Utbah, Shaibah y Umaiyyah bin Jalf estaban entre el ejército que ha acampado cerca de Badr pero Abu Sufyan no está con ellos. Y así, cuando repitió esta afirmación suya, empezaron a golpearlo de nuevo. El Santo Profeta (sa) estaba ofreciendo sus oraciones en ese momento y cuando se dio cuenta de esta situación, acabó con la oración y dijo: “Juro por Aquel de cuyas Manos depende mi vida, que cuando este joven os dice la verdad, le golpeáis, mientras que cuando miente, le liberáis”. El narrador de esta tradición declara que el Santo Profeta (sa) luego declaró: “Lo que este joven está diciendo es la verdad”. El Santo Profeta (sa) luego señaló hacia el lugar exacto con sus manos donde esas personas del enemigo que habían sido mencionadas, iban a caer en el campo de batalla de Badr. El narrador declara que cada uno de ellos fueron asesinados y cayeron en el lugar exacto donde el Santo Profeta (sa) ya había señalado desde antes el lugar exacto en donde iban a morir.

Antes de la Batalla de Uhud, un viernes por la noche, Hazrat Sa’d (ra) bin Muaz, Hazrat Usaid (ra) bin Huzair y Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah hicieron guardia fuera de la puerta del Santo Profeta (sa) en la Mezquita Nabwi hasta la hora del Fallr. Cuando el Santo Profeta (sa) estaba a punto de partir hacia Medina, montó a su caballo, colocó su arco sobre su hombro y agarró su lanza. Hazrat Sa’d (ra) bin Muaz y Hazrat Sa’d bin Ubadah comenzaron a cabalgar delante del Santo Profeta (sa). Ambos compañeros llevaban su armadura, mientras que el resto de la gente estaba a la derecha y a la izquierda del Santo Profeta (sa).

Mientras describe las condiciones en el momento de la Batalla de Uhud, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) escribe:

“Después de ofrecer el Salat Asr, el Santo Profeta (sa) partió de Medina con una gran comunidad de Compañeros (ra). Los jefes de la tribu Aus y Jazrall, Sa’d (ra) bin Muaz y Sa’d (ra) bin Ubadah, siguieron adelante, corriendo lentamente, justo delante del monte del Santo Profeta (sa), y el resto de los Compañeros se movieron hacia adelante, posicionados a la derecha, izquierda y detrás del Santo Profeta (sa).”

Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah fue uno de esos Compañeros (ra) que permanecieron decididamente con el Santo Profeta (sa) durante la Batalla de Uhud. Cuando el Santo Profeta (sa) regresó a Medina desde la Batalla de Uhud y desmontó su caballo, fue apoyado por Hazrat Sa’d (ra) bin Muaz y Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah a su casa. El Santo Profeta (sa) había sufrido heridas, por lo tanto, cuando desmontó de su caballo, tomó el apoyo de estos dos Compañeros.

Hazrat Yabir bin Abdul’lah relata que durante el Ghazwah de Hamra-ul-Asad, sus principales provisiones para alimentos fueron los dátiles. La Ghazwah de Hamra-ul-Asad tuvo lugar en Shawal, 3 DH. Cuando el Santo Profeta (sa) regresó de la Batalla de Uhud, los Quraish se detuvieron en Rauha, que se encuentra aproximadamente a 36 millas de Medina. Mientras estaban aquí, los Quraish pensaban que, dado que los musulmanes habían sufrido mucho, deberían regresar y lanzar un ataque repentino contra Medina. Debido a la pérdida sufrida por los musulmanes, no podrán defenderse. Posteriormente, cuando el Santo Profeta (sa) se enteró de sus intenciones, decidió emprender y perseguir a los Quraish y llegó a Hamra-ul-Asa’d. Hamra-ul-Asad está aproximadamente a 8 millas de Medina en dirección a Zul-Hulaifah. Cuando el ejército de Quraish descubrió que el Santo Profeta (sa) se acercaba, rápidamente corrieron hacia La Meca. Cuando descubrieron que, en lugar de mostrar debilidad, los musulmanes venían a atacarlos, huyeron. El narrador de este relato afirma que Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah trajo 30 camellos y dátiles a Hamra-ul-Asad, lo cual fue más que suficiente para sus necesidades. Entre los camellos que traía, se mataban a diario dos o tres camellos, de los cuales todos comían.

El Ghazwah de Banu Nazir tuvo lugar en el mes de Rabi-ul-Awal, 4 D.H., en la que el Santo Profeta (sa) asedió las fortalezas de la tribu judía de Banu Nazir durante 15 días. El Santo Profeta (sa) los expulsó [de Medina] al igual que la gente de Jayber fue expulsada. Cuando en esta ocasión, el Santo Profeta (sa) recibió el botín, llamó a Hazrat Zabit (ra) bin Qais y le dijo que trajera a su pueblo. Hazrat Zabit (ra) bin Qais preguntó: “¡Oh Profeta (sa) de Al’lah! ¿Te refieres a la gente de Jazrall?” El Santo Profeta (sa) respondió: “No, llama a todos los Ansar”. En consecuencia llamó a la gente de Aus y Jazrall. El Santo Profeta (sa) alabó a Dios Altísimo que es el Merecedor de estas alabanzas y luego relató los favores de los Ansar que les otorgaron a los Muhayirin, que les permitieron quedarse en sus casas y les dieron a los Muhayirin precedencia sobre ellos mismos. Después, el Santo Profeta (sa) declaró que, si así lo deseaban, distribuiría equitativamente el botín del Banu Nazir, que los musulmanes adquirieron sin entablar una batalla real contra ellos, entre los Ansar y Muhayirin. De esta forma, los Muhayirin continuarán viviendo en vuestras casas como antes. Es decir, repartiendo el botín a partes iguales, seguid tratando a los Muhayirin como lo habéis estado haciendo hasta ahora, viviendo en vuestras casas como lo han estado haciendo hasta ahora, permanecerán los vínculos de hermandad. Pero si así lo deseáis, si distribuyo la riqueza entre los Muhayirin, tendrán que abandonar vuestras casas. En otras palabras, recibirán la parte completa de la riqueza, pero luego abandonarán las casas de los Ansar y ya no tendrán ninguno de los derechos que tenían anteriormente debido al vínculo que se estableció entre ellos. Ante esto, Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah y Hazrat Sa’d (ra) bin Muaz dijeron al Santo Profeta (sa) que “¡Oh Profeta de Al’lah (sa)! Distribuya toda la riqueza entre los Muhayirin, y que ellos sigan viviendo en nuestras casas cómo vivían antes. No tenemos necesidad de este botín. Repártalo entre ellos. Los Ansar no tenemos necesidad de él. Los derechos que se establecieron para ellos como resultado del vínculo de hermandad que se formó entre ellos también permanecerán, es decir, pueden continuar viviendo libremente en sus casas”. Todos los Ansar aceptaron esto por unanimidad. Ante esto, el Santo Profeta (sa) declaró: “¡Oh Al’lah! Concede Tu misericordia a los Ansar y sus hijos.”

Por lo tanto, el botín que Dios Altísimo había otorgado al Santo Profeta (sa) se distribuyó entre los Muhayirin. No se entregó nada a los Ansar, excepto a dos de los Ansar. Los dos compañeros eran Hazrat Sahl (ra) bin Hunaif y Hazrat Abu Dayanah (ra) que lo necesitaban. Sin embargo, a Hazrat Sa’d (ra) bin Mauz se le concedió la espada de Abu Huqaiq.

La madre de Hazrat Sa’d (ra), Hazrat Hamrah (ra) bint Masud, que era una de las Compañeras, falleció cuando el Santo Profeta (sa) fue al Ghazwah de Domat-ul-Yandal. Este Ghazwah tuvo lugar en Rabi-ul-Awal, 5 DH. Hazrat Sa’d (ra) acompañó al Santo Profeta (sa) en este Ghazwah. Said bin Musayyab relata que la madre de Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah falleció cuando el Santo Profeta (sa) no estaba en Medina. Cuando se enteró de la noticia de la muerte de su madre, solicitó al Santo Profeta (sa) que dirigiera su oración fúnebre y el Santo Profeta (sa) dirigió su oración fúnebre. Hazrat Sa’d (ra) recibió la noticia casi un mes después del fallecimiento.

Hazrat Ibn Abbas (ra) relata que Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah buscó orientación del Santo Profeta (sa) con respecto a una promesa / juramento que su madre había prometido, pero falleció antes de que pudiera cumplirla. El Santo Profeta (sa) declaró que debía cumplirlo por ella.

Hazrat Said bin Musayyab relata que Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah se presentó ante el Santo Profeta (sa) y declaró: “Mi madre falleció, pero no dejó ningun testamento. Si tuviera que ofrecer un poco de Sadaqah [caridad / limosna] en su nombre, ¿eso le otorgaría algún beneficio?” El Santo Profeta (sa) respondió afirmativamente. Luego presentó: “¿Qué tipo de Sadaqah prefiere usted más?” El Santo Profeta (sa) respondió: “proporcionar agua”. Parece que, en ese momento, había una escasez extrema de agua y había una gran necesidad de ella. Según otra narración, se informa que Hazrat Sa’d (ra) cavó un pozo y declaró que este pozo se construyó en nombre de Umme Sa’d.

Al’lama Abu Tayyab Shams-ul-Haq Azim Abadi ha escrito en el comentario de Abu Daud que cuando el Santo Profeta (sa) mencionó que la mayor forma de Sadaqah es proporcionar agua, fue porque había una gran escasez de agua en ese momento. Además, podría deberse a que, de todas las cosas, generalmente se necesita más agua. Además, escribe que la razón por la cual el Santo Profeta (sa) consideró proporcionar agua como la mayor forma de Sadaqah fue porque el agua es más beneficiosa en las necesidades religiosas y mundanas, y en particular en los países donde el clima es cálido. Es por esta razón que Dios Altísimo ha mencionado el favor suyo en el siguiente versículo:

[árabe]

“[…] y enviamos agua pura de los cielos” [25:49]

Debido a su necesidad general, el calor extremo y la escasez de suministro, el agua era muy valorada en Medina, de hecho, incluso hoy en día, el agua es muy valorada y los gobiernos siempre instan a cuidarla.

Sin embargo, Hazrat Sa’d (ra) no solo cavó un pozo, sino que de hecho Hazrat Ibn Abbas (ra) afirma que Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah era de los Banu Sa’idah y cuando su madre falleció, él no estaba presente en el momento. Fue al Santo Profeta (sa) y le dijo: “¡Oh Mensajero (sa) de Al’lah! Mi madre falleció y en el momento en que no estaba con ella…” (se enteró de su fallecimiento a su regreso, tal vez antes dije que se enteró de esta noticia mientras aún viajaba, pero, en cualquier caso, no estaba presente en el momento de su fallecimiento). Llegó al Santo Profeta (sa) y le dijo: “No estaba presente en el momento de su fallecimiento. Si ofrezco algo de Sadaqah en su nombre, ¿esto le otorgará algún beneficio?” El Santo Profeta (sa) respondió: “Sí”. Hazrat Sa’d (ra) luego declaró: “¡Oh Profeta (sa) de Al’lah! Le llamo para que sea testigo de que donaré mi huerto, Mijraf, en su nombre.

Hazrat Sa’d (ra) bin Ubadah gastó muy generosa y abiertamente en caridad y para los necesitados. Continuaré relatando su narración en el futuro sermón, si Dios quiere.

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