Carta a Su Santidad el Papa Benedicto XVI
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Carta de Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jefe Supremo de la Comunidad Musulmana Ahmadía, dirigida al líder supremo de la Iglesia católica.

En el nombre de Al-lah el Clemente el Misericordioso

A Su Santidad el Papa Benedicto XVI,

Es mi plegaria que la Gracia y Bendiciones de Dios estén con usted.

Como Líder Supremo de la Comunidad Ahmadía del Islam, dirijo a Su Santidad, el Papa, el mensaje del Sagrado Corán:

Diles: “¡Oh, gente del Libro! venid a una palabra que es igual entre nosotros y vosotros: que no adoremos a nadie que no sea Al-lah, y no asociemos a nadie con Él, y que ninguno de nosotros tomemos a nadie por Señor aparte de Al-lah.” (3:65)

En la actualidad, el Islam está en el punto de mira, y con frecuencia es objeto de acusaciones infames, hechas por personas que desconocen en absoluto las verdaderas enseñanzas del Islam. Desafortunadamente, algunas organizaciones musulmanas, siguiendo intereses egoístas, han presentado al Islam con una imagen completamente errónea y, como resultado, la desconfianza hacia los musulmanes en los corazones de la gente occidental y de países no musulmanes, ha aumentado tanto, que incluso gente extremadamente culta hace acusaciones sin fundamento en contra del fundador del Islam, el Santo Profeta Muhammadsaw.

El objetivo de todas las religiones ha sido siempre estrechar la relación entre el hombre y Dios e instaurar los valores humanos. Ningún fundador de ninguna religión ha enseñado jamás a sus seguidores a que usurpen los derechos de otros, ni tampoco a actuar con crueldad. Así pues, las acciones de una minoría de musulmanes extraviados no deberían constituir un pretexto para atacar al Islam y a su fundadorsaw. El Islam nos enseña a respetar a los profetas de todas las religiones y, por eso mismo, es esencial para un musulmán creer en todos los profetas mencionados en la Biblia y el Sagrado Corán; entre ellos a Jesucristo (la paz sea con él). Nosotros somos los humildes servidores del Santo Profeta Muhammadsaw y estamos profundamente afectados y tristes por los frecuentes ataques a nuestro Santo Profetasaw; pero respondemos al mundo presentando sus nobles cualidades y mostrando con mayor fervor las maravillosas enseñanzas del Sagrado Corán.

Si una persona no sigue adecuadamente una enseñanza particular de la cual afirma ser seguidor, entonces es esa persona la que está en el error, y no la enseñanza. El significado de la palabra “Islam”  es: paz, amor y seguridad. Una de las enseñanzas más claras del Corán es la de que No debe haber coacción en temas de fe. De principio a fin, el Sagrado Corán enseña el amor, el afecto, la paz, la reconciliación y el espíritu de sacrificio. El Sagrado Corán afirma repetidamente que quien no sigue el camino recto se aleja de Al-lah, y, al mismo tiempo, también se aleja de las enseñanzas del Islam. Así pues, la imagen que se aporta del Islam como una religión extremista, violenta y repleta de enseñanzas sanguinarias, no tiene relación alguna con el verdadero Islam.

La Comunidad Ahmadía del Islam solo practica el verdadero Islam y trabaja con sinceridad para complacer a Dios Todopoderoso. Estaremos al lado, codo con codo, de cualquier Iglesia u otro lugar de adoración, que necesite protección. Si hay algún mensaje que resuene en nuestras mezquitas, ese será únicamente el de “Al-lah es Grande y somos testigos de que no hay nadie digno de adoración salvó Él, y Muhammadsaw es el mensajero de Al-lah”.

Un factor importante que está jugando un papel trascendental en la destrucción de la paz en el mundo, es que algunas personas creen que por el hecho de ser inteligentes, con estudios y liberales, son libres para ridiculizar y mofarse de los fundadores de las religiones. Para mantener la paz en la sociedad, es necesario eliminar de los corazones todos los sentimientos hostiles, e incrementar los niveles de tolerancia de cada uno. Es necesario alzar la voz a favor de la defensa y el respeto de todos y cada uno de los profetas. El mundo está atravesando momentos de inquietud y sufrimiento, y esto requiere que, mediante la creación de un entorno de amor y afecto, eliminemos esa ansiedad y temor, y hagamos llegar el mensaje de amor y paz a quienes nos rodean; y aprendamos a vivir con mayor armonía y de mejor manera que antes, y sepamos reconocer los valores de la humanidad.

Actualmente, en el mundo surgen diversas guerras a pequeña escala, mientras en otros sitios, las grandes potencias claman que intentan establecer la paz. Ya no es ningún secreto, que una cosa es lo que nos dicen, mientras que a nuestras espaldas, desarrollan sus verdaderas prioridades y objetivos políticos secretos. La pregunta es si es posible establecer la paz mundial con estas premisas; y con sumo pesar hay que admitir que, observando atentamente la situación actual del mundo, vemos que ya se han echado los cimientos del comienzo de otra guerra mundial. Si tras la Segunda Guerra Mundial se hubiese seguido un modelo basado en la justicia, no seríamos hoy testigos del estado actual del mundo, que ya está inmerso en las llamas de la guerra. El hecho de que muchos países tengan armas nucleares hace que los recelos, prejuicios y enemistades estén creciendo, y el mundo se encuentre al borde de la destrucción. Si estas armas de destrucción masiva llegaran a utilizarse, muchas generaciones futuras jamás nos perdonarán haberles dejado imposibilitados para siempre. Todavía el mundo tiene tiempo para prestar atención a los derechos del Creador y de Sus Criaturas.

Creo que ahora, más que prestar atención al progreso del mundo, es más importante y, de hecho, esencial, que incrementemos de inmediato nuestros esfuerzos para salvar al mundo de la destrucción. Hay una necesidad urgente de que la humanidad reconozca a su Creador como la única esperanza para su salvación; de lo contrario, el mundo se dirige peligrosamente hacia su propia destrucción. Si el hombre de hoy desea sinceramente lograr establecer la paz, entonces, en vez de buscar fallos en los demás, debe intentar controlar al demonio que hay en su interior. Eliminando sus propios males, la persona debe presentar un maravilloso ejemplo de justicia. A menudo recuerdo al mundo cómo estas grandes enemistades hacia los otros están corrompiendo por completo los valores humanos y de igual manera están conduciendo al mundo hacia la destrucción.

Puesto que su voz tiene gran influencia en el mundo, le pido que también informe al mundo que al poner obstáculos en el equilibrio de la naturaleza creada por Dios, no hacen sino dirigirse hacia la aniquilación. Este mensaje necesita ser propagado a lo largo y a lo ancho con mayor intensidad que nunca.

Todas las religiones del mundo necesitan la paz religiosa, y todas las personas del mundo necesitan que se cree un verdadero espíritu de amor, afecto y hermandad. Es mi plegaria que seamos capaces de entender nuestras responsabilidades, y desempeñar el papel que nos corresponde en el establecimiento de la paz y el amor, y en el reconocimiento de nuestro Creador en el mundo. Rezamos, y pedimos constantemente a Al-lah, que evite esta destrucción del mundo. Rezo para que estemos a salvo de la destrucción que nos aguarda.

Sinceramente suyo

Mirza Masrur Ahmad

Jalifatul Masih V

Líder Supremo de la Comunidad Ahmadía del Islam

Imagen: cortesía de Nicolas VollmerLicencia Creative Commons

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