Sobre la bondad del corazón y la importancia de una intención pura. “Si el corazón es bueno, todas las demás extremidades mejoraran.”
Traducción
Narrado por Ḥazrat Nu‘mān bin Bashīr, que Al’lah esté complacido con él: “Escuché al Profeta de Al’lah (sa) decir:
– “Hay una parte del cuerpo que cuando mejora, todo el cuerpo mejora; cuando enferma, todo el cuerpo enferma. Esa parte del cuerpo es el corazón.”
(Bujārī)
Comentario
En este Ḥadiz, hay una filosofía encantadora, destinada a la reforma de uno mismo. Se comenta que el corazón es la fuente de todas las acciones del hombre. Si el corazón de un hombre alberga pensamientos buenos y puros, todas sus acciones se dirigirán necesariamente hacia el camino de la virtud. Pero si el corazón tiene ideas impuras y ofensivas, entonces las acciones deben necesariamente seguir el camino del vicio, porque los sentimientos que alberga el corazón son como semillas, y la acción es el árbol que brota de la semilla. Por lo tanto, con el propósito de reformarnos, primero debemos ocuparnos del corazón. Si los líderes de una comunidad y la prensa infunden en la mente de las personas los sentimientos de virtud, y si los profesores influyen de esta manera sobre los corazones de sus estudiantes, como también los padres sobre la de sus hijos, y les inculcan el amor a Dios, hacia el Profeta y hacia la fe, y transmiten sentimientos de bienestar en la comunidad, y el espíritu de servicio, sacrificio y veracidad, y siembran en ellos las semillas de la honestidad, entonces no habrá que preocuparse por las buenas obras por parte de las personas. La pureza de la mente estimulará por sí misma el crecimiento del árbol de la virtud. Sin embargo, si el corazón está enfermo, el árbol de las buenas acciones no crecerá, y en el caso de que consiguiera crecer, se marchitaría pronto. El Santo Fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el Mesías Prometido (as) ha dicho a este respecto:
“La justicia es la raíz de toda virtud.
Si esta raíz es firme, todo está a salvo.”
La verdad es que el corazón humano es el depósito central de la justicia, el manantial y la fuente de todas las acciones virtuosas. Si el corazón está en buena forma, la actividad de las manos, los pies, la lengua y los ojos también se vuelve saludable. Pero si el corazón es impuro, todas las obras de esa persona huelen a hedor y a inmundicia. Incluso las aparentes buenas acciones de este tipo de personas no son más que imitaciones, acciones carentes de vida, intentos hipócritas desprovistos de veracidad. Por lo tanto, es el deber de todo reformador concentrarse primero en la cura del corazón, porque el corazón es como una raíz, ninguna raíz sucia se convertiría en un árbol sagrado.
Referencia
40 gems of beauty, Ḥadiz No. 27; por Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib.
