Señales de la veracidad del Mesías Prometido (as)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Señales de la veracidad del Mesías Prometido (as)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón 24-03-23

 

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y el Sura Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) recitó los versículos 3-4 del Surah Al-Yummuah y dijo:

La traducción de estos versículos es la siguiente:

“Él es Quien suscitó entre el pueblo inculto un Mensajero de entre ellos que les recita Sus Signos, los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría, aunque previamente habían estado en un evidente extravío. Y entre otros de aquellos que aún no se les han unido.  Él es el Poderoso, el Sabio.

El 23 de marzo se conoce en la Comunidad Ahmadía como “El día del Mesías Prometido” Ayer fue el 23 de marzo. Somos afortunados porque Dios, de acuerdo con Su Promesa y las profecías del Santo Profeta (sa), nos ha bendecido con la oportunidad de aceptar al imam de esta época, el Mesías Prometido y el imam Mahdi (as).

El 23 de marzo de 1889, el Mesías Prometido (as) tomó el primer juramento de lealtad de los miembros de Ludhiana , estableciendo así una comunidad de devotos sinceros. En los versículos del Sagrado Corán, que he recitado del versículo Al-Yumu’ah, se dan las buenas nuevas de un siervo piadoso del Santo Profeta (sa) y a través de él, del establecimiento de una comunidad. Aparte de este, también hay otros versículos en el Sagrado Corán relacionados con el advenimiento del Mesías Prometido (as). Asimismo, hay profecías sobre la venida del Mesías Prometido y del imam Mahdi (as) en los Hadices.

Ahora, presentaré, en palabras del Mesías Prometido (as), la explicación de estos versículos del Surah Al-Yumu’ah y expondré, de forma breve, los diferentes signos, señales y profecías sobre esta época, así como la reivindicación del Mesías Prometido (as) en sus propias palabras.

En el comentario del versículo, el Mesías Prometido (as) declara:

“La esencia de este versículo es que Dios Altísimo es Quien envió al Mensajero (sa) en una época en la que la gente estaba completamente desprovista de conocimiento y sabiduría. Además, se había desvanecido por completo la idea de que la religión ayuda a lograr la perfección del alma y que, por medio de ella, el conocimiento y las obras de la humanidad pueden alcanzar su máxima expresión.

(Todas las diversas enseñanzas para reformar el alma se habían perdido por completo).

“Además, la gente se había extraviado, es decir, se había alejado de Dios y de Su camino recto. En ese momento, Dios envió a Su Mensajero (sa), el Inmaculado, que purificó sus almas y las llenó con el conocimiento del Libro y la sabiduría y, por medio de signos y milagros, las condujo a la certeza perfecta e iluminó sus corazones con la luz del reconocimiento de Dios. Después, Él declaró que había otro grupo de personas que aparecerían en los Últimos Días. Ellos también, al principio, se encontrarían en la oscuridad y el extravío, y estarían desprovistos de conocimiento, sabiduría y certeza. Entonces, Dios también los haría como los compañeros; es decir, todo lo que los compañeros presenciaron, lo presenciarían ellos también, hasta el punto de que su sinceridad y nivel de convicción se asemejarían a la sinceridad y convicción de los compañeros. Además, se ha narrado en una tradición auténtica que mientras explicaba este versículo, el Santo Profeta (sa) puso su mano sobre el hombro de Salman el Persa y dijo:

[árabe]

“Aunque la fe ascienda a las Pléyades”, es decir, al cielo, “un hombre de ascendencia persa la traerá de vuelta”. Esto indica que en los Últimos Días nacería un hombre de ascendencia persa, en una época en la que está escrito que el Corán ascendería a los cielos. Esta época es la del Mesías Prometido”.

Que la fe y el Corán sean elevados a los cielos significa que la gente ya no actuará conforme a ellos; y éste era el momento del advenimiento del Mesías Prometido (as).

“Además, el hombre de ascendencia persa no es otro que el Mesías Prometido, porque el ataque de la falsa doctrina cristiana, que el Mesías Prometido debía venir a romper, es un ataque a la fe. Todos estos signos han sido mencionados con respecto al tiempo de los ataques de la falsa doctrina cristiana y está escrito que esta acometida tendría un efecto muy negativo en la fe de la gente. Estos mismos ataques, en otras palabras, se llaman el ataque del Dayyal [Anticristo]. Las tradiciones dicen que durante el hostigamiento de ese Dajjal, mucha gente ingenua abandonaría a Dios – el Único que no tiene asociado – y el fervor de su fe disminuiría. Además, la tarea más importante del Mesías Prometido sería rejuvenecer la fe, porque el ataque es contra la fe y, la tradición siguiente:

[árabe: “Aunque la fe ascienda a las Pléyades’]

que hace referencia a un hombre de ascendencia persa, demuestra que vendría a instaurar de nuevo la fe. Así pues, así como la época del Mesías Prometido era la misma que la del hombre de ascendencia persa, así también lo eran sus responsabilidades, es decir, el restablecimiento de la fe. Por eso se ha establecido con certeza que el propio Mesías Prometido era el hombre de ascendencia persa y precisamente a su comunidad se refiere el versículo siguiente:

[árabe – ‘Y (entre) otros de entre ellos que aún no se han unido a ellos”].

Este versículo significa que, después de un período de completo extravío, sólo hay dos grupos que obtienen la guía y la sabiduría y son testigos de los milagros y las bendiciones del Santo Profeta (sa). En primer lugar, los Compañeros del Santo Profeta (sa), quienes, antes de su advenimiento, estaban sumidos en la oscuridad total y después fueron testigos, con la gracia de Dios, de la época del profetazgo y contemplaron milagros con sus propios ojos y fueron testigos del cumplimiento de las profecías. Además, su nivel de convicción originó una transformación en su interior que se convirtieron, por así decirlo, en una sola alma.

El segundo grupo son los seguidores del Mesías Prometido que, según el versículo, son como los compañeros, pues este grupo, al igual que los compañeros, también sería testigo de los milagros del Santo Profeta (sa), y se convertirían en receptores de la guía después de la oscuridad y el extravío.

En el versículo: “Akharina minhum” [Y “entre” otros de entre ellos], se ha hecho referencia a este grupo con las palabras “min hum” [de entre ellos], lo cual significa que a este último grupo se le concedería una parte de las bendiciones de asemejarse a los compañeros, y presenciar el cumplimiento de milagros. Sin embargo, [aquellos de] la época intermedia no participará plenamente de esta bendición.

Esto es exactamente lo que ha sucedido hoy. Después de mil trescientos años, se ha abierto la puerta de los milagros del Santo Profeta (sa) y la gente ha sido testigo con sus propios ojos de que el eclipse solar y lunar de Ramadán se ha manifestado según el hadiz de “Al-Daraqutni” y “Fatawa Ibn-Hajr“, es decir la luna, y el sol se eclipsaron en Ramadán. Además, tal y como describe el contenido del Hadiz, el eclipse lunar tuvo lugar la primera noche de entre las noches en que podía producirse el eclipse, y el sol se eclipsó el día central de entre los días en que podía producirse; y esto fue en un momento en que también estaba presente un pretendiente a Mahdi. Esto no había ocurrido jamás desde la creación de la tierra y el cielo porque en la historia nadie ha conseguido presentar un ejemplo semejante. (Nadie puede demostrar mediante la historia que hubiera ocurrido algo semejante). Este fue un milagro del Santo Profeta (sa), que la gente vio con sus propios ojos. Además, miles de personas vieron la aparición de la estrella Dhu al-Sinin [El Gran Cometa de 1882], de la que se decía que aparecería en la época del Mesías Prometido y del Mahdi. Del mismo modo, millones de personas presenciaron el incendio de Java. Asimismo, todos observaron con sus propios ojos la propagación de la peste y la prohibición del Hall (peregrinación a la Meca). La construcción del ferrocarril, así como el abandono de los camellos, son todas profecías del Santo Profeta (sa), similares a las que presenciaron los Compañeros. Por eso, al hablar de esta última comunidad, Dios, el Exaltado, utilizó la palabra “minhum” [de entre ellos] para indicar que también son similares a los compañeros en el sentido de atestiguar milagros.

Considerad por un momento si en los últimos 1.300 años alguien ha vivido una época tan parecida a la del Santo Profeta (sa). Nuestra Yama´at, que se ha establecido en esta época, se asemeja, en muchos aspectos, a los compañeros del Santo Profeta (sa). Nuestra gente es testigo de milagros y signos como los que presenciaron los compañeros y obtiene luz y certeza de nuevos signos celestiales y apoyo como los que presenciaron los compañeros. Soportan, por la causa de Dios, la burla, el escarnio y la recriminación de la gente, y soportan la persecución y el boicot, del mismo modo en que soportaron los compañeros. Llevan vidas puras mediante la ayuda de claros signos y apoyos celestiales y sabias enseñanzas, al igual que los compañeros. (Hay innumerables ejemplos de ello).

Hay muchos entre ellos que lloran durante sus oraciones igual que lloraron los compañeros, y lo hicieron tan profusamente que sus lugares de postración se humedecieron. Muchos de ellos ven sueños rectos y son honrados con revelaciones divinas, como fue el caso de los compañeros. Muchos de ellos gastan su dinero ganado con esfuerzo en la promoción de las actividades de la Yama´at, solo para ganar la complacencia de Dios Altísimo, tal como hicieron los compañeros. Muchos de ellos tienen presente la muerte y son de corazón manso y transitan por el camino de la verdadera rectitud, como era la práctica de los compañeros.

Ellos son el partido de Dios a quienes Dios apoya, a quienes Él purifica diariamente sus corazones, a quienes llena sus pechos de la sabiduría de la fe y a quienes atrae hacia Sí a través de signos celestiales, como hizo con los compañeros. En resumen, esta Yama’at presenta todos los signos implícitos en las palabras:

[árabe – “Entre otros de entre ellos”],

la Palabra de Dios Altísimo estaba destinada a cumplirse”.

El Mesías Prometido (as) afirma:

El versículo [árabe] también indica que, así como esta comunidad del Mesías se asemeja a la comunidad de los compañeros, de la misma manera, el imam de esta comunidad también se asemeja al Santo Profeta (sa) como su Zill [Reflejo Espiritual]. El propio Santo Profeta (sa) describió al Mahdi  Prometido como semejante a él y además tendrá dentro de sí dos semejanzas; una estará relacionada con Jesús, el Mesías (as), por lo que [también] será llamado el Mesías. Y la otra, en relación con el Santo Profeta (sa) , por lo que se le llamará el Mahdi. Aludiendo a esta misma complejidad, está escrito que una parte de su cuerpo será israelita en apariencia y color y el otro será árabe en apariencia y color. Jesús (as) vino en un momento en que la nación de Moisés (as) se hallaba en un estado deplorable debido a los ataques de los filósofos griegos. Las enseñanzas que contenía la Torá y sus profecías y milagros eran atacados ferozmente. Además,  el ser divino se entendía como alguien que, según la filosofía griega, está entremezclado con la creación y no es un Planificador Voluntario y Consciente (es decir, se le consideraba como una creación normal, que no poseía todos los poderes para hacer lo que deseara).

Además, el sistema del profetazgo también era ridiculizado. Por lo tanto, al enviar a Jesús  (as), quien apareció mil cuatrocientos años después de Moisés (as), Dios pretendía establecer un testimonio de la autenticidad de la profecía mosaica, así como de la veracidad de esa dispensación, y reparar el edificio Mosaico una vez más. Del mismo modo, el Mesías Prometido también fue enviado para esta Ummah [musulmana], a principios del siglo XIV. El objetivo de su advenimiento era refutar y demostrar la falsedad de los diversos ataques realizados por la filosofía y el engaño europeos, así como su rechazo a los profetas, las profecías y los milagros del Santo Profeta, sus acusaciones contra las enseñanzas del Corán y su desprecio hacia las bendiciones y el brillo del islam. Además, para hacer que la posición exaltada del profetazgo del Santo Profeta (sa) -que miles de bendiciones sean con él- brillara ante los buscadores de la verdad con testimonio y apoyo renovados. Este es el asunto intrincado con respecto al cual se reveló una revelación que ha sido registrada en Barahin-e-Ahmadía. Esta revelación divina se ha publicado ante cientos de miles de personas y es la siguiente:

[persa]

El Mesías Prometido (as) ha explicado su significado y lo ha traducido de la siguiente manera:

“Preséntate y avanza, pues tu tiempo se aproxima. Se acerca el momento en que el pueblo de Muhammad será sacado de la fosa (es decir, los musulmanes) y sus pasos se plantarán firmemente en una torre sólida’”.

El Mesías Prometido (as) prosigue diciendo:

“‘El Santo Muhammad, el Elegido, Jefe de los Profetas. Dios resolverá todos tus asuntos y te otorgará todo lo que desees. El Señor de los ejércitos dirigirá Su atención hacia esto. El propósito de esta señal es que el Santo Corán es el Libro de Dios y son las palabras de Mi boca”. Y considerad seriamente qué objetivo se le ha dado a mis señales. (Dios Altísimo, menciona esto en forma de revelación).

Acabo de mencionar que Jesús (as) apareció precisamente para esto ; para poder autentificar la Torá con nuevos signos en un momento de incredulidad y rechazo. Dios me ha enviado por esta misma razón, para que con nuevos signos se demuestre la veracidad del Sagrado Corán a aquellos que lo desconocen. Las siguientes palabras de la revelación indican este mismo hecho:

[Persa: ‘Se acerca el momento en que el pueblo de (sa) será sacado de la fosa y sus pasos serán plantados firmemente en una sólida torre].

A esto también se alude en otra revelación registrada en Barahin-e-Ahmadía:

[árabe]

Es decir, es Dios, el Misericordioso, Quien ha enseñado el Corán para advertir a un pueblo cuyos padres no fueron advertidos, y para que se manifieste el camino de los pecadores (que se manifieste el camino de los pecadores significa que las palabras de Dios les han sido transmitidas).  Di: “Soy un Mensajero enviado por Dios y se me ha ordenado que sea el primero en creer.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Si alguien dice: ‘Si Jesús (as) apareció como profeta para dar fe de la verdad ¿qué valor tiene vuestro testimonio en comparación con el suyo?’ (Jesús (as) fue enviado como Profeta de Dios y vino a atestiguar veracidad de la Torá ¿qué capacidad tenéis vosotros para atestiguar la veracidad del Sagrado Corán? Y dirían: En este caso se necesitaría un profeta para un nuevo testimonio (es decir, esto es lo que pregunta la gente). La respuesta a esto es que en el islam está cerrada la puerta para un profetazgo que establece su propia autoridad (es decir, el profetazgo que brinde su propia Sharía). Dios Altísimo afirma:

[Árabe – ‘pero él es el Mensajero de Al’lah y el Sello de los Profetas’]

y se afirma en un hadiz que:

[Árabe – ‘no hay profeta después de mí’].

Y junto con esto, la muerte de Jesús (as) ha sido demostrada partir de versículos claros del Santo Corán; por lo tanto, mantener la esperanza de su regreso a este mundo es vano. (Todo esto se menciona en el Corán y el hadiz, y también menciona que Jesús (as) ha fallecido, por lo tanto, es incorrecto creer que aparecerá de nuevo)

Si apareciera algún profeta, nuevo o antiguo, entonces ¿cómo permanecería nuestro Profeta (sa) como “Sello de los Profetas”? (En otras palabras, aparecería al margen de su Sello). En efecto, la puerta de la revelación santa y de la conversación divina no está cerrada, lo que significa que se da testimonio de la nueva religión con nuevos signos. Por lo tanto, las señales de Dios, bien se manifiesten a través de un profeta o de un santo, son todas iguales, porque el que [las] concede es el mismo. Es crasa ignorancia y necedad pensar que el apoyo divino otorgado por Dios Todopoderoso a través de un profeta es más poderoso y magnífico que a través de un santo. Por el contrario, algunos signos de apoyo al islam se manifestaron en un momento en que no había ningún profeta ni santo. Por ejemplo, la señal que se manifestó en la forma de la destrucción del Ashab-ul-fil [Pueblo del Elefante].”

Esta es una respuesta a aquellos que dicen que si no hay profeta no es posible la manifestación de señales.  En realidad, aunque no hubiera un profeta, aún así pueden manifestarse tales señales a través de una persona santa tal como vemos en el ejemplo de Ashab-ul-fil [Pueblo del Elefante].

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Es un hecho aceptado que la excelencia de un santo es, de hecho, el milagro del profeta al que sigue. Por lo tanto, si la excelencia [en sí misma] es un milagro del profeta, entonces no corresponde a los fieles diferenciar entre milagros. Además, está demostrado por las tradiciones auténticas que un Muhaddath , al igual que los profetas y mensajeros, se cuenta entre los enviados por Dios. (Este es otro argumento en el que un Muhaddath se cuenta entre los profetas y mensajeros).

Leed atentamente la tradición de Bujari :

[Árabe – ‘No hemos enviado a ningún profeta, ni mensajero alguno, ni Muhaddath’].

Además, en otra tradición está escrito:

[Árabe – ‘Los eruditos de mi Ummah son como los Profetas de los Hijos de Israel].

Los sufíes han verificado esta tradición del Santo Profeta (sa) a través de sus visiones. (En otras palabras, recibieron testimonio de ello del propio Santo Profeta (sa)). También debe tenerse en cuenta que la palabra mensajero se ha usado metafórica y alegóricamente para el Mesías Prometido en [Sahih] Muslim.

(Primero, dio pruebas de ser un santo y también está el hecho de que el Mesías Prometido había sido mencionado como profeta en el Hadiz).

Por esta misma razón, estas palabras de Dios se han empleado a mi favor, y están escritas en Barahin-e-Ahmadía. Se menciona en la revelación de la siguiente manera:

[árabe]

Aquí, la palabra ‘mensajero’ se refiere a este siervo humilde (es decir, el Mesías Prometido (as)). Observad también la revelación de Barahin-e-Ahmadía en la que está escrita la siguiente revelación:

[árabe]

Que significa, ‘El Campeón de Dios en el manto de los profetas’.

(Alegan que el Mesías Prometido (as) no es un profeta, pero [la palabra profeta] se menciona en los hadices, y Dios también le informa a través de la revelación que él es un profeta).

En esta revelación he sido nombrado Mensajero [Rasul] y Profeta [Nabi]. Por lo tanto, considerar a alguien a quien Dios ha puesto el nombre que se halla entre la gente ordinaria es una insolencia del más alto grado. Los testimonios de las señales de Dios no pueden ser débiles de ninguna manera, ya sea por medio de un profeta o de un Muhaddath”. Lo cierto es que la condición de profeta y la gracia espiritual de nuestro Profeta (sa), al crear un reflejo, produce su propio testimonio, y un santo simplemente alcanza este estado. (Los signos que se manifiestan son, en esencia, un reflejo de la veracidad del Santo Profeta (sa) y el santo, o quienquiera que sea, a través del cual se manifiestan los signos, simplemente se menciona por ello). La verdad es que el santo que es testigo obtiene su belleza del Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) no lo obtiene de él”.

Al respecto, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Cuando Dios ha visto al mundo sumido en un estado abyecto y a la tierra llena de maldad, tiranía e iniquidad, me ha enviado con la misión de propagar la verdad y reformar al mundo. Fue una época en que la gente había presenciado el final del siglo trece y había entrado en el siglo catorce. Entonces, bajo el mandato divino, alcé mi voz a través de anuncios impresos y discursos públicos proclamando a todo el mundo que soy yo el que estaba destinado a ser suscitado por Dios a principios de este siglo para rejuvenecer la religión, afirmando que he sido enviado con la misión de restablecer la fe que ha desaparecido de la faz de la tierra y atraer a toda la humanidad de nuevo a la piedad y la rectitud con la ayuda de la propia mano de Dios y reformarlos y eliminar los errores de creencia y conducta.

Unos años más tarde fue informado, a través de revelación divina, que el Mesías que había sido prometido desde los primeros tiempos a esta nación y que el último Mahdi (Reformador) que estaba destinado a aparecer tras la decadencia del Islam y a quien se le iba a conceder la guía directa de Dios e iba a proporcionar una vez más el alimento espiritual, como había sido predeterminado y sobre quien también el Santo Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con él)  había dado buenas nuevas hace 1.300 años, no es otro que yo mismo. Las revelaciones divinas del Dios Clemente, a este respecto, me llegaron con tanta claridad y constancia que no quedó lugar a la menor duda en este asunto. Cada revelación que llegaba en este sentido se fijaba firmemente en mi mente como un clavo de acero y todas estas revelaciones contenían profundas predicciones que se cumplirían más adelante con la claridad de la luz del día.”

A continuación, el Mesías Prometido (as) dice:

“En un tiempo y una época en que la luz del reconocimiento de Dios disminuye gradualmente hasta el punto de quedar oculta en las profundidades de miles de almas oscurecidas, debido a lo cual la gente comienza a adoptar el ateísmo, y la tierra se llena de pecado, ignorancia y desvergüenza, el honor, la grandeza y la gloria de Dios Altísimo requieren que Él se manifieste a la gente una vez más. Por lo tanto, como ha sido su práctica desde tiempos inmemoriales, después de presenciar estas condiciones y signos en nuestro tiempo, Dios Altísimo me ha enviado a principios del siglo catorce para revivir la fe y el conocimiento de Dios. Por Su ayuda y gracia, se manifiestan de mi mano signos celestiales, y de acuerdo con Su deseo y plan, mis oraciones son aceptadas, y se me informa de asuntos pertenecientes a lo oculto; me han sido revelados verdades y conocimientos del Sagrado Corán y me han sido clarificados asuntos complejos y difíciles pertenecientes a la ley islámica. Juro por ese Dios Benevolente y Noble, que es Enemigo de la falsedad y que destruye a los mentirosos, que he sido enviado por Él; he sido enviado en el momento más oportuno y he sido designado por su mandato. Él está conmigo a cada paso, y no dejará que me eche a perder, ni hará que mi comunidad perezca, hasta que no haya completado todo lo que Él se ha propuesto. A principios del siglo catorce me encargó que completara Su luz e hizo que se produjeran los eclipses lunar y solar en el mes de Ramadán a mi favor y mostró signos manifiestos en la tierra que son suficientes para un buscador de la verdad, y así completó sus pruebas.

Más adelante, el Mesías Prometido (as) afirma con respecto a las alegaciones planteadas por otros que están en su derecho a cuestionar la razón por la que deben aceptar esta afirmación del Mesías Prometido. ¿En qué pruebas se basan para aceptar que es realmente el Mesías Prometido? Puede aceptarse que la época lo exige y que se dan las condiciones y los signos, pero ¿cómo puede comprobarse que es realmente el Mesías Prometido?

Declara:

“La respuesta es que todas las indicaciones mencionadas en el Sagrado Corán y en los hadices con respecto al Mesías Prometido se han combinado en mí, en mi época y en mi país; como, por ejemplo, la época y el país y la ciudad en la que el Mesías Prometido iba a aparecer y las circunstancias que concurrían especialmente para su advenimiento, las calamidades terrenales y celestiales que se habían especificado como indicaciones de su advenimiento, y el conocimiento y la erudición que iban a ser su característica, todo se ha combinado en mí, en mi época y en mi nación. (Hay calamidades, enfermedades, terremotos y signos celestiales que se están cumpliendo durante su reivindicación. Dios también ha estado manifestando signos de su propia mano. ¿Cómo se puede decir entonces que no es [el Mesías Prometido]? Estas son precisamente las pruebas.

Dios el Altísimo ha combinado todas estas cosas en mí, en mi época y en mi país y después, para mayor garantía, ha manifestado signos celestiales a mi favor.

Explicó que los signos celestes incluyen el gran cometa, los eclipses solares y lunares, la propagación de la peste, los terremotos y muchas otras cosas similares. Mencionando el éxito de esta Comunidad, predicho de antemano, junto con los signos y el apoyo manifestado, el Mesías Prometido (as) mencionó varios aspectos. Escribió muchos libros sobre este tema, como ya he mencionado. Presentaré algunos ejemplos de ello. El Mesías Prometido (as) afirma:

“Una señal extraordinaria es que hace 23 años fue presentada una revelación en Barahin-e-Ahmadiyya, en la que se afirmaba que la gente intentaría eliminar este movimiento (de hecho, la gente sigue intentándolo hoy, 132 años después”). Urdirán todo tipo de maquinaciones; sin embargo (Dios dice que) “Yo haré que este movimiento progrese y alcance su culminación, y se convertirá en un ejército que prevalecerá hasta el Día del Juicio Final, y te daré a conocer en los rincones del mundo. Vendrá mucha gente de lugares lejanos y la ayuda financiera llegará de todas partes. Ampliad vuestras casas, porque se están haciendo estos preparativos en los cielos.” Observad la época en que se anunció la profecía y que se está cumpliendo ahora. Estos son los signos de Dios que pueden contemplar los que poseen vista, sin embargo, los que son ciegos [espiritualmente] consideran que aún no ha aparecido ninguna señal”.

Como ya he mencionado, hay muchos más detalles al respecto. Presentaré algunos signos más. En cuanto a los signos intelectuales y el socorro divino, el Mesías Prometido (as) dice:

“Una vez vino a visitarme a Qadian un caballero hindú cuyo nombre no recuerdo (El Mesías Prometido (as) dijo entonces que se acordó de su nombre; se llamaba Swami Shugan Chandar). Me dijo que deseaba convocar una conferencia religiosa. El nombre anunciado para esta conferencia era ‘Dharam Mahotso Jalsa-e- ‘Azam Mazahib‘ [Conferencia de las grandes religiones] y me pidió que escribiera un artículo sobre las bellezas de mi religión para leerlo en la conferencia. Al principio me opuse, pero él insistió en que debía escribir. Sé que no puedo hacer nada con mi propia fuerza; de hecho, no tengo ninguna fuerza. No puedo hablar si Dios no me hace hablar, ni puedo ver nada si Él no me hace ver. Por eso rogué a Dios que me revelara un discurso que triunfara sobre todos los discursos de aquella conferencia. Después de esta súplica, comprobé que se me había infundido una fuerza. Sentí dentro de mí una agitación de este poder celestial. Mis amigos, que estaban presentes en aquel momento, saben que no escribí ningún borrador preliminar en este discurso. Todo lo que escribía, lo hacía improvisadamente. Y escribía con tanta rapidez y premura que al copista le costaba seguir el ritmo. Cuando terminé de escribir el discurso, recibí esta revelación de Dios Altísimo:

[Urdu -‘El papel ha sido declarado supremo’]

Así, cuando se leyó esa tesis en aquella conferencia, el público estaba en estado de éxtasis mientras se leía y se oían aplausos desde todas direcciones, hasta el punto de que el caballero hindú que presidía la conferencia no pudo evitar exclamar: “¡Esta tesis ha sido declarada suprema sobre todas las demás!”.

Un periódico inglés, The Civil and Military Gazette, que se publica desde Lahore, también publicó su opinión de que el artículo superó a todos los demás. Una veintena de periódicos de urdu también dieron el mismo testimonio. A excepción de unos pocos individuos con prejuicios, en aquella conferencia todas las lenguas coincidieron en que esta ponencia había triunfado. Hasta el día de hoy hay cientos de personas que siguen dando el mismo testimonio. (De hecho, aún hoy la gente está aceptando la Ahmadía después de leerlo, es decir, “La Filosofía de las enseñanzas del Islam”) Así pues, con el testimonio de todas las sectas, así como de los periódicos ingleses, se cumplió mi profecía: “El periódico superó a todos los demás”. Este desafío era como el que el Profeta Moisés (as) tuvo que afrontar contra los hechiceros, pues en esta conferencia exponentes de distintas escuelas de pensamiento pronunciaron discursos sobre sus respectivas creencias. Algunos eran cristianos, otros hindúes de Sanatan Dharam o Aryah Samaj, otros brahmanes, otros sijs y otros, musulmanes que se oponen a nosotros. Todos ellos habían convertido sus bastones en serpientes imaginarias, pero cuando Dios golpeó contra ellos la vara de la verdad del Islam en forma de un discurso puro y profundo, ésta se convirtió en pitón y los devoró a todos. Hasta el día de hoy la gente es todo elogios por el discurso que había salido de mi boca:

[Árabe – Alabado sea Dios por todo ello].

Además, mencionando otra profecía, el Mesías Prometido (as) afirma:

“El siguiente es un signo divino que ha sido registrado en Barahin-e-Ahmadiyya:

(Árabe)

‘Oh Ahmad, manantiales de elocuencia y perspicacia han brotado de tus labios’.

Esto se viene cumpliendo ininterrumpidamente desde hace muchos años. Se han escrito innumerables libros en árabe elocuente y claro y se han presentado a eruditos musulmanes y cristianos [como un desafío] con recompensas de miles de rupias, pero ninguno de ellos ha aceptado el desafío. ¿No es esto una señal de Dios o es simplemente una absurda pretensión del hombre?”. La gente hace muchas reclamaciones [contra el Mesías Prometido], incluso hoy en día, y sin embargo nadie aceptó el desafío en su momento.

El Mesías Prometido (as) relata un incidente de la aceptación de una oración como señal a su favor. Aunque hay innumerables relatos, mencionaré uno. El Mesías Prometido (as) afirma:

“La señal que se manifestó en estos días fue una de las aceptaciones de la oración, que en realidad equivalía a resucitar a los muertos. Los detalles de este episodio son los siguientes: Abdul Karim, hijo de Abdur-Rahman, que es de Hyderabad, Deccan, es un estudiante en nuestra escuela. Lo mordió un perro rabioso y lo enviamos a Kasauli [ciudad de Himachal Pradesh], donde recibió tratamiento durante unos días y luego regresó a Qadian. Pero pocos días después comenzó a mostrar signos de locura típicos de una persona que ha sido mordida por un perro rabioso. Desarrolló hidrofobia y su condición se deterioró rápidamente. Me sentí profundamente conmovido por este pobre niño, que estaba tan lejos de su casa, y sentí un impulso especial para orar por él. Todos pensaban que el pobre niño moriría en unas horas. Inevitablemente, tuvo que ser trasladado desde su internado a una habitación lejos de otras personas. Recibió muchos cuidados y se envió un telegrama a médicos británicos de Kasauli, preguntando si había algún remedio disponible para su condición. La respuesta del telegrama fue que no había ningún remedio para él. Esto aumentó mis sentimientos de compasión hacia él y me sentí profundamente preocupado por este pobre niño que estaba lejos de su hogar. Mis amigos también insistieron en que rezara por él, ya que su condición lamentable despertó una gran compasión. También temía que, si moría en estas terribles circunstancias, su muerte daría a los enemigos una oportunidad para regocijarse. (los opositores provocarían un revuelo diciendo que él afirmaba siempre que sus oraciones eran aceptadas) Esto despertó aún más mis sentimientos de compasión por él y me sentí profundamente conmovido hacia él. Tal sentimiento no puede ser generado por la propia voluntad, sino solamente por el propio Dios Altísimo. Una vez que se produce tal condición, la oración es tan eficaz -con el permiso de Dios- que casi es capaz de resucitar a los muertos (es tal su eficacia).

En resumen, se me concedió la condición de la confianza absoluta en Dios, y cuando mi preocupación por él llegó a los límites y la angustia se apoderó de mi corazón, (éstas fueron las condiciones en las que se ofreció la oración y se sintió embargado por la angustia), el paciente -al que habían dado por muerto- comenzó a mostrar signos de recuperación. Quien había tenido tanto miedo al agua y a la luz, enseguida mejoró y dijo que ya no le tenía miedo al agua. Le dieron agua y bebió sin ningún temor. Luego hizo la ablución con ella, ofreció su oración y durmió toda la noche. Su condición espantosa y descontrolada desapareció y se recuperó completamente en pocos días”.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo: “De repente me hizo sentir que la locura no le había llegado como presagio de muerte, sino para manifestar una Señal de Dios. La gente con experiencia dice que nunca ha ocurrido que nadie que haya sido mordido por un perro rabioso, presentando los síntomas típicos de la rabia, haya sobrevivido. ¿Puede haber una prueba más contundente que [el hecho] de que los médicos especialistas asignados oficialmente por el gobierno de Kasauli, en respuesta a nuestro telegrama, hubieran certificado categóricamente que ya no se podía hacer nada [por ‘Abdul-Karim]?”.

Además, al mencionar el signo en relación con [el Dr. John Alexander] Dowie, el Mesías Prometido (as) afirma:

“A través de mis oraciones, el mismo Dr. Dowie que había sido aclamado como un rey en América y Europa a causa de su pompa y esplendor fue llevado a la ruina por Dios a través de este duelo de oración. Así, Dios hizo que un mundo se inclinara ante mí. Este incidente ha tenido repercusión internacional en todos los periódicos importantes del mundo, convirtiéndose en tema de debate tanto para el pueblo común como para la élite.”

El Mesías Prometido (as) menciona otro signo que se le mostró y afirma:

“Maulawi Ghulam Dastagir Qasuri entró en un duelo de oraciones conmigo por su propia voluntad y escribió una oración en su libro para que Dios hiciera sucumbir a la muerte a quien mintiera”. Fue un duelo de oración unilateral; al cabo de unos días de implorar esta oración, el mismo Maulawi [clérigo] pereció. Qué gran señal para nuestros clérigos opositores, si al menos tuvieran algo de entendimiento.

Haciendo referencia a otro signo, el Mesías Prometido (as) menciona cómo recibió el apoyo divino. Declara:

“Bastaría con que una persona justa leyera lo que Maulawi Ghulam Dastagir Qasuri escribió en su libro; el modo en que entabló un duelo de oración conmigo por su cuenta y lo publicó en su tratado Faid-e-Rahmani (se trata del mismo clérigo mencionado); y cómo encontró su fin sólo unos días después. También está el caso de Charagh Din de Jammu que entró en un duelo de oración conmigo a su estilo y rezó para que Dios causara la muerte a quien de nosotros dos fuera un mentiroso, y quien murió de peste pocos días después junto con sus dos hijos”. Este era otro clérigo de Jammu.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“No me importa lo más mínimo las diversas objeciones que mi pueblo levante contra mí, y sería una absoluta infidelidad por mi parte que abandonara el camino de la verdad por temor a ellos. Deberían pensar que si Dios ha dotado a un hombre con una perspicacia intelectual que Él mismo ha insuflado, le ha mostrado el camino, le ha bendecido con Su conversación y discurso y le ha manifestado miles de Signos para demostrar su veracidad, ¿cómo es posible que, considerando la opinión discrepante de un adversario como algo importante, aparte su rostro de ese Sol de la Verdad?”

No se puede caer bajo la influencia de las palabras de otros y abandonar la verdad. El Mesías Prometido (as) también dice: “Además, no me preocupa en absoluto que mis oponentes, tanto internos como externos, se dediquen por entero a calumniarme; pues esto también demuestra ser un Signo milagroso a mi favor. (Si la gente le calumnia, esto también sirve como señal milagrosa a su favor. ¿Cuál es la razón de esto?) La razón es que si poseo todo tipo de defectos (todos los defectos que me achacan) y soy, como alegan, un moroso, un mentiroso, el Anticristo, un impostor, un engañador y corrupto; un provocador de cismas,  un malhechor, un transgresor e inmoral; que he imputado falsedad a Dios durante casi treinta años, y he usado lenguaje injurioso contra personas buenas y justas;  que en mi alma no hay más que maldad, perversidad, malevolencia y egoísmo; que he montado un negocio para simplemente engañar al mundo; y según ellos, Dios no lo quiera, ni siquiera creo en Dios; que no hay maldad que no se encuentre en mí y poseo todos los pecados del mundo, y mi alma está repleta de toda clase de maldades; he usurpado la riqueza de muchos (como la gente afirma) e insultado a muchos que eran tan puros como ángeles; y he superado a todos en todo tipo de maldad y fraude; entonces, ¿cuál es el misterio que se esconde detrás de esto? -aunque yo hubiera sido el malvado, perverso, pérfido y mentiroso- cada vez que alguien supuestamente ‘santo’ se levantaba para enfrentarse a mí, él mismo era destruido; aquél que iniciaba un duelo de oración contra mí, era destruido; aquel que me maldecía, él mismo caía presa de su propia maldición; y aquel que presentaba un caso contra mí ante un tribunal, él mismo era derrotado? ” Todos los males se encuentran supuestamente en su interior, pero Dios causa la muerte a cualquiera que se enfrenta a él  y se le concede la victoria. ¡Qué extrañas son estas alegaciones en contra de él! El Mesías Prometido (as) dice, además: “Encontraréis las pruebas de estos sucesos, a través de ejemplos, en este mismo libro”.

El libro en cuestión es Haqiqatul-Wahi (la filosofía de revelación divina), que contiene muchos ejemplos de estos signos presentados por el Mesías Prometido (as). Si alguien lee este libro, encontrará innumerables signos. El Mesías Prometido (as) afirma, además: “Ante tales desafíos lo apropiado hubiera sido que yo hubiera perecido o fuera alcanzado por un rayo. (Lo lógico es que el Mesías Prometido (as) hubiera sido fulminado si se hubiera descubierto que poseía todos esos males). Además, no hubiese sido necesario que nadie me desafiara, pues Dios mismo es enemigo del criminal. (Si el Mesías Prometido (as) hubiera sido un malhechor de tal envergadura, Dios hubiera sido su propio enemigo. Dios no desea sembrar el caos en el mundo). Por tanto ¡por el amor de Dios!  pensad por qué ha ocurrido lo contrario. ¿Por qué los (supuestos) “piadosos” perecieron al oponerse a mí, y por qué Dios me salvó en cada enfrentamiento? ¿No es esto un milagro a mi favor? (Las acusaciones que tales personas lanzan contra el Mesías Prometido (as) producen milagros a su favor y demuestran así su veracidad). Por tanto, es de agradecer que incluso los males que se me atribuyen [falsamente] son prueba de mi propio Signo milagroso.”

He presentado brevemente algunos ejemplos extraídos de los pasajes del Mesías Prometido (as). Ojalá los opositores leyeran los libros del Mesías Prometido (as) y fueran testigos de la ayuda y los signos de Dios Altísimo en su apoyo. Como he mencionado, estos signos no pueden resumirse en páginas, sino que requieren muchos libros. [Los opositores] deben darse cuenta de la urgencia de esta época. De hecho, dadas las circunstancias de nuestra época actual, los mismos eruditos que lanzan acusaciones, admiten que esta época necesita un reformador y un guía. Sin embargo, no sólo rechazan al enviado de Dios, sino que siguen engañando a la población musulmana.

Se han cumplido los signos celestiales y se han cumplido las profecías del Santo Profeta (sa), pero a pesar de todo esto, desgraciadamente no reflexionan sobre ello. Si los musulmanes de hoy en día se dieran cuenta de la verdad de que el Mesías y el Imam Mahdi, cuyo advenimiento iba a producirse, ha aparecido realmente y que Él es el verdadero amante y siervo del Santo Profeta (sa) y que aceptar su Bai’at es imperativo en obediencia al Santo Profeta (sa). Si los musulmanes aceptan su Bai’at con la mayor lealtad, podrán establecer su superioridad en el mundo, de lo contrario seguirán en la misma condición en que se encuentran. Si aceptan al Mesías Prometido (as), se convertirán en los receptores de las bendiciones de Dios Altísimo. ¡Qué Al’lah conceda a todos Su perdón y misericordia!

En el mes de Ramadán, los áhmadis, a la vez que oran por sí mismos, deben rezar también para que la Comunidad sea salvaguardada de todo tipo de desorden, y deben rezar también por la Ummah musulmana para que Dios Altísimo les abra los ojos y los saque de la oscuridad y se den cuenta de que aquel que verdaderamente comprende el estatus del Santo Profeta (sa) como el “Sello de los Profetas” es de hecho Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadian (as), el Mesías Prometido e Imam Mahdi, así como  su comunidad. Los áhmadis que residen en Pakistán deben orar especialmente por las circunstancias generales de su país y rezar por los áhmadis de Pakistán. Que Dios Altísimo proteja al país de sus líderes egoístas, que solo pretenden promover la crueldad y el caos. Rezad también por los áhmadis de Burkina Faso; que Dios los proteja de todo tipo de males. Recordad especialmente a los áhmadis de Bangladesh; cada viernes afrontan algún tipo de peligro. Rezad por los áhmadis de todo el mundo; que Dios proteja a cada áhmadi de todo tipo de desorden y mal. Que Dios Altísimo conceda a todos los áhmadis firmeza y aumente su fe y convicción. También orad para que el mundo sea salvado de la destrucción. Las circunstancias actuales del mundo son tan críticas que está al borde de un abismo ardiente. No sólo se dirige hacia guerras que causarán estragos, sino que también, debido a sus males morales que han superado los límites y debido al abandono de Dios, es posible que incurran en Su ira y como resultado caiga el castigo divino sobre ellos. Que Dios Altísimo proteja a los áhmadis de todo tipo de mal y de desorden y que ayude a los áhmadis cumplir con sus deberes y responsabilidades y les conceda Su refugio y protección salvaguardándolos de todo tipo de calamidades.

También me gustaría anunciar que desde ayer, 23 de marzo, el semanario Al-Fazl Internacional, más bien quincenal, se ha convertido en un periódico diario. Así pues, los que sepan urdu deben leerlo en la medida de lo posible y suscribirse al mismo. Que Dios Altísimo nos ayude a todos a beneficiarnos de ello y que los que colaboran con Al-Fazl escriban artículos sobresalientes.

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah Al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) recitó el siguiente versículo del Sagrado Corán:

Él es Quien suscitó entre el pueblo inculto un Mensajero de entre ellos que les recita Sus Signos, los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría, aunque previamente habían estado en un evidente extravío; Y entre otros de aquellos que aún no se les han unido. Él es el Poderoso, el Sabio. (El Sagrado Corán 62:3-4)

Establecimiento de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Su Santidad (aba) dijo que el 23 de marzo es conocido dentro de la Comunidad Musulmana Ahmadía como el Día del Mesías Prometido (as). Somos afortunados por haber aceptado al Mesías y Mahdi cuyo advenimiento fue conforme a la promesa de Dios. El 23 de marzo de 1889, el Mesías Prometido (as) aceptó el juramento de lealtad en Ludhiana por primera vez y así se inició la Comunidad Musulmana Ahmadía.

Su Santidad (aba) dijo que hay varios casos en los que se ha predicho el advenimiento del Mesías Prometido (as), como los versículos del Capítulo 62 recitados al principio, que predicen el advenimiento del verdadero siervo del Santo Profeta (sa). Su Santidad (aba) dijo que presentaría la explicación de los versículos anteriores junto con los diversos signos para el advenimiento del Mesías en las palabras del propio Mesías Prometido (as).

Signos de la veracidad del Mesías Prometido (as)

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que estos versículos explican que el Santo Profeta (sa) fue enviado por Dios en un momento en que la gente se había extraviado completamente y perdido su camino. Así, al enviar al Santo Profeta (sa), esas personas fueron transformadas desde el estado más bajo al más alto de reconocer a Dios. Del mismo modo, estos versículos indican que una época similar de oscuridad se manifestaría en los últimos días, cuando la gente estaría desprovista de conocimiento y comprensión. Cuando llegue ese momento, se mostrará a la gente de esa época lo que se mostró a los Compañeros en la época del Santo Profeta (sa); en otras palabras, los medios para su reforma a través de un enviado de Dios. Mientras explicaba estos mismos versículos, el Santo Profeta (sa) puso su mano sobre el hombro de Salman el Persa (ra) y dijo que cuando la fe llegara tan lejos como las Pléyades, sería traída de vuelta por un hombre de ascendencia persa. Esa persona no era otra que Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), que de hecho era de ascendencia persa.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as) quien dijo que el versículo ‘Y entre otros de aquellos que aún no se les han unido.’ está ciertamente a favor de la comunidad del Mesías Prometido (as). Así como los Compañeros del Santo Profeta (sa) vieron signos y milagros y el cumplimiento de profecías, así también la gente en los últimos días presenciaría cosas similares. Esto es exactamente lo que ocurrió y 1,300 años después del Santo Profeta (sa), esa puerta se abrió de nuevo y se produjeron signos como los eclipses lunar y solar en el mismo mes de Ramadán, en exacta concordancia con su profecía. Esto en esencia fue un milagro del Santo Profeta (sa) que predijo que vendría como medio de probar la verdad de su Mahdi. De hecho, estos signos se produjeron cuando había un pretendiente presente que afirmaba ser el Mahdi. Hay una gran cantidad de signos que concuerdan con las profecías del Santo Profeta (sa), como Dhus Sineen (el Gran Cometa), la plaga y muchos otros.

La comunidad de creyentes que se asemeja a los compañeros del Santo Profeta (sa)

Su Santidad (aba) también citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que no hay otra comunidad que se parezca tanto a los Compañeros del Santo Profeta (sa). Los signos que los Compañeros presenciaron se presencian hoy; las adversidades y dificultades que los Compañeros afrontaron se afrontan hoy; los signos manifiestos de Dios que los Compañeros vieron fortaleciendo así su fe se ven hoy; igual que los Compañeros lloraron en la oración y vieron signos y sueños también se ven hoy; Así como los Compañeros sacrificaron sus riquezas sólo por Al’lah, así también lo hace la gente hoy en día; así como los Compañeros no temían a la muerte por Al’lah, tenían un corazón tierno y caminaban por la senda de la rectitud, así también lo hace la gente hoy en día que pertenece a esta Comunidad. Por lo tanto, todas esas cualidades que se encontraban en los Compañeros se encuentran reflejadas dentro de la Comunidad del Mesías Prometido (as).

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Mesías de los últimos días (as) tendría dos semejanzas: semejanza con Jesús (as), por lo que sería llamado el Mesías, y semejanza con el Santo Profeta (sa), por lo que sería llamado el Mahdi. El advenimiento de Jesús (as) se produjo en un momento en que la Torá y sus enseñanzas estaban siendo duramente atacadas y la gente se burlaba de la profecía de Moisés (as). Así, al enviar a Jesús (as) 1400 años después de Moisés (as), Dios pretendía volver a fortalecer la dispensación mosaica y proporcionar nuevas señales de su veracidad. El advenimiento del Mesías Prometido (as) se produjo exactamente de la misma manera y por las mismas razones: para defender al Islam de la multitud de ataques que se lanzaban contra él, el Santo Profeta (sa) y el Sagrado Corán con nuevos signos y pruebas. Fue así como el Mesías Prometido (as) recibió instrucciones de Dios para declarar que había sido enviado por Dios.

La urgente necesidad de la guía divina

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que algunos dicen que Jesús (as) vino a revivir el mensaje de Moisés (as) como profeta. El Mesías Prometido (as) dijo que la puerta para que venga otro profeta portador de la ley después del Santo Profeta (sa) está cerrada, como se ha demostrado a través del Sagrado Corán y los dichos del Santo Profeta (sa). Sin embargo, esto no significa que se haya cerrado la puerta a la conversación y la conexión con Dios. Por lo tanto, al demostrarse que Jesús (as) murió, era seguro que un mesías debía manifestarse en el mundo, y de acuerdo con las profecías del Santo Profeta (sa) y a la luz de la condición de los musulmanes era seguro que alguien debía ser enviado por Dios para revivir el mensaje del Islam. Por lo tanto, al menos debería aceptarse que incluso un amigo de Dios pudiera ser enviado por Dios para esta tarea. Además, los hadices demuestran que incluso los Muhaddathin están incluidos entre los enviados de Dios, al igual que los profetas. Además, los hadices demuestran que el Mesías sería un profeta. Incluso la palabra “Mensajero” utilizada en el versículo 3 del capítulo 62 también se refiere al Mesías Prometido (as). Esto, en esencia, es una prueba más de la estatura y veracidad del Santo Profeta (sa).

Dios envía a un reformador en el cambio de siglo

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as) quien dijo que al ver el estado actual del mundo, Dios envió al Mesías Prometido (as) con el fin de difundir la verdad. Fue así como el Mesías Prometido (as) anunció abiertamente que aquel que iba a ser enviado en el cambio de siglo para llevar al mundo hacia la reforma era realmente él. A través de la revelación divina le quedó claro que el Mesías que se había prometido que vendría y el Mahdi que iba a revivir la fe con nuevos signos que habían sido predichos 1,300 años antes por el Santo Profeta (sa) no era otro que él, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as).

Su Santidad (aba) además citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que cuando el mundo se estaba alejando de Dios y volviéndose cada vez más hacia la incredulidad, el honor de Dios dicta que Su Ser debe hacerse evidente al mundo una vez más, y fue por esta razón y para mostrar signos manifiestos que el Mesías Prometido (as) fue enviado al mundo en este momento y en esta era.

Por qué debe aceptarse la afirmación del Mesías Prometido (as)

Su Santidad (aba) citó a continuación al Mesías Prometido (as), quien respondió a quienes le preguntaban cómo podían saber que él era realmente el Mesías Prometido (as). El Mesías Prometido (as) dijo que todos los signos y condiciones previos que debían acompañar el advenimiento del Mesías Prometido (as) se habían cumplido en él, en su tiempo y en su país. Por lo tanto, signos como los eclipses, la plaga, los terremotos e innumerables otros son signos que indican claramente que no sólo era el momento del advenimiento del Mesías de los últimos días, sino que él era el Mesías Prometido.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que había varios signos intelectuales que también acompañaron su advenimiento. Por ejemplo, un hindú quiso dirigir una conferencia sobre las religiones del mundo y se dirigió al Mesías Prometido (as) para que escribiera un discurso sobre el Islam. Él le respondió que no podía decir nada sin ser guiado por Dios. Por lo tanto, el Mesías Prometido (as) rezó por la capacidad de escribir un discurso que superara a todos los demás. Entonces vio que la habilidad celestial para escribir este discurso se infundía en él, después de lo cual escribió con tal velocidad que los que copiaban no podían seguirle el ritmo. Una vez que terminó de escribir, Dios le reveló que este discurso prevalecería. Así, una vez pronunciado este discurso, la persona que presidía la sesión declaró ante todos que no había duda de que este discurso era el mejor de la conferencia. Innumerables publicaciones también atestiguaron abiertamente la superioridad de este discurso y que era inequívocamente el mejor de la conferencia. Se trataba, por supuesto, del discurso conocido como La Filosofía de las Enseñanzas del Islam.

Aceptación de las oraciones del Mesías Prometido (as)

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que Dios le reveló que la elocuencia fluiría de sus labios. A través de sus profundos escritos, personas de todos los credos y orígenes han tenido que atestiguar que sus escritos son inigualables, ya sea en urdu o incluso en árabe.

También hubo signos de la aceptación de la oración. Cuando un niño fue mordido por un perro rabioso y se determinó que no se podía hacer nada más por él y que pronto moriría, el Mesías Prometido (as) rezó profusamente y con gran dolor por él. Tal fervor invadió al Mesías Prometido (as) que sus oraciones se manifestaron en una milagrosa mejoría del niño y en cuestión de días se recuperó completamente. Entonces quedó claro que esta enfermedad en el niño no estaba destinada a hacerle perecer, sino que era una oportunidad para que la majestad de Dios se manifestara una vez más.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as) que citó el signo del Dr. Alexander Dowie, que pereció tras emprender un duelo de oración contra el Mesías Prometido (as). Una persona que gozaba de gran renombre y poder pereció humillado por haber refutado al Mesías Prometido (as) y haberle desafiado a un duelo de oración.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as) que respondió a los que dicen que Dios quiera que fuera falso y que poseía en él una amplia gama de faltas y maldades. El Mesías Prometido (as) dijo que si esto fuera cierto, entonces cómo es posible que su comunidad siga teniendo éxito y Dios siga mostrando signos manifiestos a su favor. ¿No prueba esto su veracidad?

Un Mesías para unir a la Ummah musulmana

Su Santidad (aba) dijo que ojalá los opositores leyeran sus libros y reflexionaran sobre los signos divinos que acompañaron al Mesías Prometido (as). Los opositores al menos aceptan que la era actual exige el advenimiento del reformador y Mahdi, pero niegan al que ya ha venido, y al mismo tiempo extravían al pueblo musulmán. Signos celestiales acompañaron el advenimiento del Mesías Prometido (as), y sin embargo esta gente sigue sin reconocerlos. Si los musulmanes de hoy reconocieran y aceptaran al Mesías Prometido (as), entonces la Ummah [pueblo] musulmana podría ganar superioridad en el mundo; si no, entonces su condición permanecerá como está. Que Al’lah les conceda razón y entendimiento.

Su Santidad (aba) dijo que durante el mes de Ramadán, además de rezar por sí mismos y por la Comunidad, los ahmadíes deberían rezar también por la Ummah musulmana, para que Al’lah les abra los ojos, los saque de la oscuridad y les permita reconocer que el Mesías Prometido (as) y su comunidad son los que verdaderamente comprenden la condición del Santo Profeta (sa) como el Sello de los Profetas.

Oraciones por los Ahmadis de todo el Mundo

Su Santidad (aba) instó a los miembros a rezar por los ahmadíes en Pakistán y por Pakistán mismo; que Al’lah salve al país de aquellos que buscan crear desorden y de los líderes que se sirven a sí mismos. Su Santidad (aba) también instó a rezar por los ahmadíes en Burkina Faso y Bangladesh. Su Santidad (aba) rezó para que todos los ahmadíes del mundo permanezcan a salvo de cualquier daño, que Al’lah conceda a los ahmadíes firmeza y les aumente la fe.

Su Santidad (aba) también instó a rezar para que el mundo se salve de la destrucción. Las condiciones del mundo actual hacen que se encuentre al borde del fuego. El mundo no sólo está al borde de la destrucción física en forma de guerras, sino también de la degradación moral, que sigue aumentando a medida que la gente abandona a Dios; que rectifiquen sus caminos, no sea que atraigan la ira de Dios.

Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah proteja a los ahmadíes de todos los males y les permita cumplir con sus deberes y responsabilidades mientras los mantiene bajo Su protección.

Anuncio sobre el periódico Al-Fazl

Su Santidad (aba) anunció que a partir del 23 de marzo, Al-Fazl, que se publicaba dos veces por semana, pasará a publicarse diariamente. Su Santidad (aba) dijo que aquellos que saben urdu deberían beneficiarse de esto tanto como puedan suscribiéndose a él y leyéndolo. Su Santidad (aba) también rezó para que quienes escriban sean capaces de redactar excelentes artículos.

Resumen preparado por The Review of Religions

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