¿Qué profecías hay en la Biblia sobre los seguidores del Mesías actual?
En la Biblia preguntaron a Jesús cuales serían las señales del advenimiento del Mesías Prometido. Contestó que aparecerían muchos falsos cristos, habría guerras y rumores de guerras, hambruna, peste y terremotos (Mateo 24:4,5,7), luego describe como serían tratados aquellos que acepten al segundo Mesías:
“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.” (Mateo 24:9)
De nuevo, describe como sus seguidores serían perseguidos, traicionados por sus familias, asesinados, torturados, arrestados y tratados cruelmente (Lucas 21:12,16,17). Y, sin embargo, afirma que estas atrocidades no afectarían el progreso de la comunidad.
“Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá” (Lucas 21:18)
Esto es exactamente lo que está teniendo lugar con la Comunidad Ahmadía, que aun así continúa creciendo y ampliándose. Por ejemplo, los primeros conversos áhmadis en Afganistán fueron lapidados por no denunciar a Hazrat Ahmad, igual que los primeros cristianos fueron martirizados. En abril de 1984, Pakistán emitió un decreto por el cual es una ofensa criminal que los miembros de la comunidad se declaren a si mismos musulmanes, realicen las oraciones, o se comporten como musulmanes. La pena es una multa sin límite y tres años de prisión. Numerosas mezquitas han sido destruidas, cerradas y vandalizadas. Cientos han sido encarcelado y docenas han sido asesinados.
Y, a pesar de todo esto, el Mesías Prometido ha instruido a sus seguidores que se abstengan del uso de la violencia, y defiendan su fe a través de la lógica, los argumentos intelectuales y el amor. Tal y como Cristo predijo que lo haría:
“porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.” (Lucas: 21-15)
Qué descripción tan clara del método utilizado por Hazrat Ahmad para propagar el islam. Durante su vida escribió 84 libros y desafió a todos sus oponentes a producir algún texto tan elocuente como los suyos. Desafíos que sus oponentes ignoraron.
