Excelencias del Sagrado Corán - Un Libro para toda la Humanidad
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Excelencias del Sagrado Corán – Un Libro para toda la Humanidad

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón del viernes – 03/03/2023

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Sura al-Fatihah, el Jalifa V del Mesías (aba) dijo:

En mis anteriores sermones ya había hecho referencia al conocimiento del Santo Corán que el Mesías prometido (as) nos ha impartido, o la forma en que presentó este conocimiento en sus libros y escritos para que seamos capaces de entenderlo y llevarlo a la práctica. En realidad, los tesoros del conocimiento que se nos revelan en el Santo Corán son los que conectan al hombre con Dios Altísimo. Aparte de esto, no existe otro medio para alcanzar a Dios Altísimo u obtener Su cercanía. El Mesías prometido (como) dice en uno de sus poemas:

“El Santo Corán lleva a Dios; es la Palabra de Dios,

Sin ella, el jardín de la cognición divina permanece incompleta”.

Esto es lo que debemos tener siempre en cuenta. Si deseamos la cercanía y el agrado de Dios Altísimo, y si deseamos adornar nuestra vida en este mundo y en el siguiente, debemos tener siempre esto en cuenta. El Santo Corán es sin duda el medio para ello, pero debemos recordar que para entender tal conocimiento, existe la necesidad de una guía, elegida y enviada por Dios Altísimo, y en esta época esa persona no es otra que verdadero siervo del Santo Profeta (sa): el Mesías prometido (as).

En mis dos sermones anteriores expuse el modo en que llegó a profundizar y esclarecer diversos aspectos del Santo Corán y nos hizo cerciorarnos de su belleza. La serie sobre la riqueza del conocimiento y la comprensión de las enseñanzas del Santo Corán presentado por el Mesías prometido (AS) aún no ha terminado, pues aún queda abundante material por mencionar a este respecto. Hoy, continuando esta serie, arrojaré luz sobre la guía y los escritos del Mesías Prometido (as) en relación con las excelencias y la posición del Santo Corán. El detalle con que esclareció el rango y la importancia del Santo Corán nos ayudará a alcanzar realmente la proximidad a Dios Altísimo y a otorgarnos la comprensión y el conocimiento para actuar de acuerdo con las enseñanzas del Corán. Por lo tanto, debemos esforzarnos por entender y escuchar atentamente estas palabras para alcanzar el propósito de nuestras vidas.

Afirmando que el Santo Corán es la Palabra de Dios, el Mesías prometido (como) escribió una carta a Lala Bheem Sain en la que dijo:

“Hace solo unos días, un Brahman llamado Lekh Ram, que es un Arya, me visitó en Qadian y dijo: “Los Vedas son la Palabra de Dios. El Santo Corán no es la Palabra de Dios.” Le respondí diciendo: “Afirmas que los Vedas son la Palabra de Dios, pero yo no los considero Palabra de Dios en su estado actual, pues contienen enseñanzas relacionadas con la idolatría. ¿Cómo puede ser palabra de Dios una enseñanza que propone la idolatría? Aparte de esto, hay muchas enseñanzas impuras contenidas en él, pero, en cualquier caso, considero que el Santo Corán es la Palabra de Dios, ya que no contiene ninguna enseñanza relacionada con la idolatría, y tampoco se encuentra ninguna enseñanza impura en el mismo. Además, al seguirlo, el semblante del Dios vivo se hace manifiesto, y se pueden presenciar milagros”.

Por lo tanto, para que algo se considere la Palabra de Dios, debe estar libre de toda forma de idolatría y al actuar de conformidad, es posible ver el semblante de Dios Altísimo, por así decirlo. Con respecto a cómo el Santo Corán ha mostrado el semblante de Dios Altísimo, se puede ver esto en la vida de los Compañeros. Aludiendo al impacto de las enseñanzas del Corán en la vida de los compañeros, el Mesías prometido (as) afirma:

“Está demostrado tras analizar cuidadosamente el tiempo del Santo Profeta (SA), que era la etapa inicial del Islam, que las enseñanzas del Santo Profeta (SA) elevaron sin duda a los que creían en él desde las etapas más bajas, que se han mencionado anteriormente, a las etapas más altas. Esto se debe a que la condición inicial de muchos de los creyentes que habían traído con ellos era peor que los salvajes  y sus vidas eran igual que las de los bestias. Estaban sumidos en tamaña maldad e inmoralidad que no parecían humanos y era tal su ignorancia que ni siquiera se daban cuenta que eran malhechores, es decir, también perdieron su facultad de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto.

Por lo tanto, el primer efecto que las enseñanzas del Corán y la compañía del Santo Profeta (sa) produjo en ellos fue el de percatarse de que estaban desprovistos de la vestimenta de la pureza y estaban atrapados en la suciedad de la maldad, tal como Dios dice con respecto a su condición inicial:

[Árabe] “Son como el ganado; No; están aún más extraviados”.

Más tarde, cuando se dieron cuenta que, debido a la compañía del Santo Profeta (sa) y el efecto atractivo del Santo Corán, la vida que llevaban era una vida bestial, fundamentalmente manchada por las malas acciones, alcanzaron el poder a través del Espíritu Santo y se sintieron movidos a realizar buenas obras, como Dios testifica al respecto:

[Árabe] “Los ha fortalecido con un espíritu puro Suyo”.

Este fue precisamente el poder invisible que se otorga al hombre después de adquirir la fe y mostrar cierta paciencia. Más tarde, tras adquirir este poder, no solo permanecieron en el nivel en que reconocían sus pecados y debilidades y sentían disgusto por su hedor, sino que, comenzaron a dar pasos hacia la bondad, hasta el punto de alcanzar la mitad del epítome de la virtud, naciendo en su interior el poder de llevar a cabo buenas acciones en oposición a sus debilidades (no solo se libraron de las debilidades, sino que también sobresalieron en sus buenas obras). Al hacer esto, alcanzaron la condición intermedia. Después, al ser bendecidos con el poder del Espíritu Santo, estas personas se esforzaron por vencer a Satanás con sus actos puros. Además, para complacer a Dios realizaron unos esfuerzos que el ser humano no puede superar. En el camino de Dios, no se preocuparon por sus vidas, como si [ser sacrificado] fuera algo insignificante. Al final, fueron aceptados, y Dios limpió por completo sus corazones de pecado, inculcando en ellos el amor por la virtud “.

Este es el efecto que el Santo Corán produjo en ellos: salieron de la tierra y se convirtieron en las estrellas brillantes del cielo.  Con respecto a ellos, el Santo Profeta (sa) dijo que todos y cada uno de ellos es una guía para vosotros.

Siguiendo el Corán, una persona se convierte en una manifestación de los atributos de Dios Altísimo. El Mesías Prometido (as) afirma al respecto:

“Aquel que, siguiendo al Santo Corán, eleva su amor y sinceridad al más alto grado, se convierte metafóricamente en una manifestación de los atributos de Dios Altísimo”.

La única condición no es solamente seguir [el Corán], sino que también es condición llevar tal obediencia al más alto grado de amor y sinceridad. Esto significa que cuando alguien cumple con sus mandamientos, se convierte en una manifestación de los atributos de Dios Altísimo. El Mesías Prometido (as) sigue diciendo:

“Todo este resultado es consecuencia del excelente poder y calidad que presenciamos en la Palabra de Dios, el Santo Corán. Tal poder y calidad excelentes no están en ningún otro libro que sea considerado revelado por Dios por ninguna nación. Quizás esto se deba a que aquellos [los libros] pertenecían períodos antiguos y desde entonces hayan sido tergiversados y cambiados. O bien es posible que, aunque no hubiera habido cambios en su redacción, se haya cambiado el significado de las palabras. O bien es posible que la razón sea que Dios, para eliminar la disensión en esta era final y reunir a la gente del mundo entero bajo un libro, ha desprovisto de bendiciones a todos los libros anteriores.

De lo contrario, ¿cuál es la razón por la que, aunque los hombres puedan unirse a la comunidad compuesta por los amigos de Dios siguiendo al Santo Corán y al Santo Profeta (sa), esta característica no se encuentre en estos libros [anteriores]? Esta es la razón por la cual los seguidores de estos libros [anteriores] niegan las excelencias que el ser humano puede alcanzar en la etapa de la cercanía [a Dios], y ellos [los que se niegan] se burlan de sus maravillas y milagros”. No solo no creen en los milagros, sino que también se burlan de ellos, y esta es la razón por la que ahora se alejan de Dios y de la religión.

Más adelante, el Mesías Prometido (as) dice:

“Pero no nos burlamos de ellos”.

No nos burlamos de nadie, aunque sí que lloramos al presenciar su privación. Tenemos simpatía por ellos en nuestros corazones, pues al alejarse de Dios, olvidar sus atributos y calificar a sus acciones inmorales, la supuesta luz de la nueva era, están cometiendo nuevamente actos bestiales, y esto es lo que vemos hoy en las personas materialistas.

En cualquier caso, en relación con lo que mencionaba, el Mesías prometido (como) afirma:

“No estoy aquí relatando historias del pasado, sino solo aquellas de las que tengo conocimiento personal. He encontrado un poder superlativo en el Santo Corán y he observado una cualidad maravillosa que proviene de la completa devoción al Santo Profeta (sa). Ninguna otra religión posee el poder o la cualidad que pueda llevar a su seguidor sincero a al rango de la santidad. Dios no solo honra al verdadero siervo con su Palabra, sino que, a través de Sus acciones, también le muestra que Él es el Dios que ha creado el cielo y la tierra. Entonces su fe trasciende a las estrellas remotas. Yo he experimentado esto personalmente. Dios me habla y ha mostrado más de cien mil señales a mi favor. Por lo tanto, aunque honro a todos los profetas y sus libros, creo que la única fe viva es el Islam, ya que a través de ella Dios se me ha manifestado.

Quien tenga alguna duda de lo que afirmo, que venga a investigar estas cuestiones y permanezca en mi compañía dos meses como mínimo. Yo me haré cargo de todos sus gastos durante su estancia. En mi opinión, una religión digna de tal nombre debe ser una religión viva, capaz de mostrar a Dios a través de manifestaciones vivas y nuevas de Sus poderes. De lo contrario, una mera reivindicación en nombre de una religión es vana y carece de fundamento”.

Aquellos que iban a beneficiarse de esta invitación del Mesías Prometido (as), lo hicieron y tuvieron éxito. Permanecieron en la compañía del Mesías Prometido (as) y lo aceptaron. Incluso hoy en día, las pruebas y argumentos que se encuentran en los escritos del Mesías Prometido (as) están convirtiendo a la gente en devotos de Dios Altísimo. Por lo tanto, al mismo tiempo que informamos sobre esto a otros, debemos esforzarnos de extraer beneficio de los escritos del Mesías Prometido (as).  Sólo entonces podremos cumplir con el objetivo de nuestro juramento de lealtad.

Hablando de las cualidades del Sagrado Corán y de cuatro aspectos milagrosos del mismo, el Mesías Prometido (as) dice:

El Sagrado Corán posee cuatro características milagrosas, cuyos detalles se exponen a continuación:

“Una de las particularidades milagrosas del Sagrado Corán es su elocuencia y discernimiento, completamente única y diferente de la oratoria y expresión humanas. La oratoria y la expresión humanas están muy limitadas y, hasta que las propias palabras no estén purificadas de todo tipo de exageración, falsedad o trivialidades, no será posible alcanzar un alto nivel de elocuencia y clarividencia. (La palabra de Dios no está adulterada y está libre de todas esas impurezas). En segundo lugar, otra característica milagrosa del Sagrado Corán es que todas las historias y relatos mencionados en él son, de hecho, profecías a las que se ha aludido a lo largo de [su texto]. (Esto también se observa dentro del Sagrado Corán.) En tercer lugar, otro rasgo milagroso del Sagrado Corán es que sus enseñanzas están diseñadas para perfeccionar la condición humana y contiene todas las pruebas y signos necesarios para que la humanidad alcance el rango de la certeza. En cuarto lugar, otra cualidad importante [del Sagrado Corán] es que acerca tanto a Dios a quienes verdaderamente lo siguen, que son partícipes del discurso divino, comienzan a manifestar signos claros y alcanzan la pureza del alma y una fe inquebrantable. Una característica del Sagrado Corán digna de recordar es que la gracia celestial concedida a un creyente perfecto en forma de signos es un acto de Dios. Un creyente no puede considerar esto como una cualidad propia. Las cualidades intrínsecas de un creyente perfecto son la rectitud, la pureza, la fe firme y la constancia. Por ejemplo, si la luz del sol se proyecta sobre una pared, la luz no puede considerarse una característica de la pared porque la luz existe independientemente de la pared. La pared se caracteriza por estar cimentada sobre una base fuerte y estar firmemente asentada para resistir las más severas inundaciones y vientos y las lluvias más tempestuosas sin desestabilizarse”.

Por lo tanto, vuestra fe también debería exhibir estos mismos atributos. Nuestras acciones, después de entender que el Sagrado Corán es la palabra sagrada de Dios, también deberían mostrar estas mismas cualidades que fortalecen nuestra fe y nos permiten lograr la comunión divina. Ninguna ráfaga, tormenta u oposición debe hacer vacilar nuestra fe. Estos son los rasgos del ser humano, que debe estar constantemente iluminado por la luz de la palabra divina y hacer lo posible por comprenderla [la palabra de Dios].

El Mesías Prometido (as) afirma además que el Sagrado Corán es un libro cuya observancia da lugar a la aceptación de las oraciones. Dice:

“La milagrosa fuerza del Sagrado Corán es que quien verdaderamente lo cumple alcanza la aceptación, y al aceptar sus oraciones, Dios Altísimo le habla a través de un discurso cautivador y sobrecogedor. Además, les concede una ayuda excepcional contra sus enemigos y, como medio de apoyo, les revela asuntos extraordinarios de lo oculto.”

Exponiendo que el Sagrado Corán contiene toda la guía, el Mesías Prometido (as) declara:

“La Gente del Libro de este país es tan culpable como los politeístas de Arabia. Los cristianos, al poner tanto énfasis en el asunto de la expiación y depositar en ella su confianza, han considerado que todos los pecados son ahora lícitos para ellos. Los judíos afirman que, incluso después de cometer pecados, sólo permanecerán en el infierno unos pocos días, como Dios Altísimo dice:

[árabe]

Esta audacia y osadía se deben a que dicen (la razón de su osadía al cometer sus acciones proviene de decir lo siguiente, que es el versículo que acabo de presentar) que aunque el fuego les toque sólo será durante un número limitado de días; así, se enorgullecen de las mentiras que forjan, en las que se arraigan estos pensamientos. Así pues, cuando la Gente del Libro y los incrédulos de Arabia estaban sumidos en la inmoralidad, considerando sus malas acciones como virtuosas y no desistían de sus crímenes, perturbando así la paz de la sociedad, Dios envió a Su Profeta con el reinado completo en la mano para que salvara a los pobres. Como Arabia estaba al borde del abismo y no se hallaba bajo el dominio de ningún gobernante, cada tribu vivía con total autonomía y descaro. Al no existir ninguna ley de castigo, cometían cada vez más crímenes. Entonces, Dios tuvo misericordia de esta nación y les envió al Santo Profeta (sa), no sólo como mensajero, sino también como gobernante de la nación. El Sagrado Corán se convirtió en una ley completa que proporcionó una guía que abarcaba cuestiones relativas a las leyes humanas, delictivas y financieras. De ahí que, como rey, el Santo Profeta (sa) se convirtiera en el juez de todas las facciones y que gentes de todos los credos acudieran a él para resolver sus disputas. Está registrado en el Sagrado Corán que en una ocasión se presentó ante el Santo Profeta (sa) un caso entre un musulmán y un judío. Tras una investigación, el Santo Profeta (sa) determinó que el judío era veraz y decidió a su favor en  base a sus afirmaciones contra el musulmán. Desgraciadamente, algunos opositores insensatos que no leen el Sagrado Corán con atención piensan que todos los asuntos están bajo el profetazgo del Santo Profeta (sa), a pesar de que ciertos castigos fueron impuestos bajo su papel de gobernante.”

Más adelante, para el logro de una vida de pureza a través del Sagrado Corán, el Mesías Prometido (as) dice:

“Es un hecho evidente que el gran mérito de cualquier cosa es que cumpla el propósito para el que ha sido creada. Por ejemplo, si se compra un buey para arar la tierra, su mérito se juzgará por el grado en que consiga cumplir su función de arar. (Un buey se compra para arar un campo y, por tanto, sólo se utilizará para ese fin. El buey que ara el campo de forma excelente será considerado beneficioso). Del mismo modo, es obvio que el verdadero propósito de un libro celestial es el de rescatar a sus seguidores de todo pecado y de la vida pecaminosa a través de su enseñanza e influencia y de su poder de reforma y de cualidades espirituales y de otorgarles una vida pura, y tras purificarlos, otorgarlos una visión plena para el reconocimiento de Dios y establecer una relación de amor y devoción entre ellos y el Ser Inigualable,  Quien es el Manantial de todas las alegrías. En verdad, este amor es la raíz de la salvación y éste es el paraíso en el que, al entrar, desaparecen toda fatiga, amargura, dolor y tormento. Sin duda, el libro revelado vivo y perfecto es el que debe conducir al buscador de Dios a su meta y, rescatándolo de una vida mezquina, llevarlo al encuentro del Verdadero Amado, Quien es su salvación. Debe disipar todas sus dudas y otorgarle un entendimiento tan perfecto que pueda, por así decirlo, ver a Dios. Debe establecer una relación tan sólida con Dios que le haga convertirse en un siervo fiel del Señor y Dios sea tan benevolente con él que distinga entre él y los que están a su lado con diferentes tipos de ayuda y apoyo Suyos y le abra las puertas de Su comprensión. Si un libro no cumple con este deber, que es su verdadero propósito, ni trata de establecer su mérito haciendo otras afirmaciones irrelevantes, su ejemplo será como el de alguien que afirma ser un médico experto, pero cuando se le trae un paciente y se le pide que lo cure, responde que no puede curarlo, pero sabe luchar, o es un experto en astronomía o filosofía. Es obvio que a este tipo de persona se le llamaría bufón y merecería la condena de todas las personas razonables. El principal propósito de un libro de Dios y de un mensajero de Dios es liberar al mundo de una vida de pecado y establecer una relación sagrada entre Dios y el mundo. Su finalidad no es enseñar a la gente conocimientos seculares e instruirlos en invenciones mundanas.

No es difícil para una persona razonable y justa comprender que el propósito de un libro divino es guiar a la gente hacia Dios, y hacerles creer en Él con plena certeza, y evitar que incurran en el pecado implantando la majestad y el temor de Dios en sus corazones. ¿De qué sirve un libro que no consigue limpiar el corazón, ni otorgar una comprensión y percepción tan pura y perfecta que haga aborrecer el pecado? La inclinación al pecado es una lepra peligrosa que no es posible curar hasta que las manifestaciones del conocimiento vivo de Dios y los signos de Su magnificencia, grandeza y poder, desciendan como la lluvia y hasta que la persona no perciba a Dios con Sus poderes sobrecogedores del mismo modo que una cabra percibe a un león que está a sólo dos pasos de ella. El hombre necesita liberarse de la pasión fatal del pecado. La grandeza de Dios debe penetrar en su corazón de tal manera que lo libere del deseo avasallador de la pasión que cae sobre él como el relámpago y consume instantáneamente su tesoro de rectitud. ¿Pueden esas pasiones impuras que atacan una y otra vez como la epilepsia y destruyen todo sentido de piedad ser aniquiladas por el propio concepto concebido de Dios? ¿O pueden ser suprimidas por el propio pensamiento, o bloqueados por una expiación cuyo sufrimiento no ha sido experimentado personalmente? Ciertamente no. Esta no es una cuestión intrascendente, sino que, en opinión de una persona sensata, merece considerar por encima de todo lo demás cómo podría salvaguardarse contra la ruina que se cierne sobre él a causa de su audacia y su falta de relación con Dios, cuya raíz es el pecado y la desobediencia. Es obvio, que no es posible que alguien renuncie a un placer certero por una mera conjetura.”

No cabe duda de hay ciertos placeres que se experimentan en este mundo. No se puede dar por sentado que se obtendrán estos placeres en el Más Allá basándose únicamente en meras conjeturas.

El Mesías Prometido (as) afirma: “Solamente es la certeza la que puede rescatarnos de otra certeza”. Por ejemplo, si estamos seguros de que en un bosque hay varios ciervos que podemos cazar fácilmente, esa certeza nos inducirá a entrar en el bosque con ese propósito; pero si a la vez tenemos la seguridad de que en el bosque hay cincuenta leones y miles de pitones sedientos de sangre, quedaríamos disuadidos de hacer el intento. Por tanto, el pecado no puede evitarse sin este grado de certeza.

Para abstenerse el pecado es esencial que poseamos la firme convicción de que, aunque se obtenga un placer temporal cometiendo un pecado en particular, incurrir en tal pecado equivaldría a entrar en una selva llena de leones y pitones para cazar, pero el temor y el miedo a ello nos impida la caza. Del mismo modo, es posible abstenerse del pecado mediante la convicción de que la ira de Dios es muy severa y si pecamos seremos presa de su ira.

El Mesías Prometido (as) dice: “Sólo el hierro puede romper el hierro”. Debe existir tal certeza sobre la grandeza y el temor a Dios que rasgue las cortinas de la negligencia, haga temblar el cuerpo, haga que la muerte parezca cercana e infunda un temor en el corazón capaz de cortar toda relación con el ego pecaminoso, y el ser humano se sienta atraído  por una mano invisible hacia Dios y su corazón se llene de la certeza de que Dios está verdaderamente presente y no deja sin castigo a los osados infractores. ¿Qué puede hacer un buscador de la verdadera pureza con un libro que no satisfaga esta necesidad?

Así pues, deseo aclarar a todos que el Sagrado Corán es el libro que satisface todas estas necesidades. A través de él, la persona se siente atraída hacia Dios y su corazón se enfría hacia el amor del mundo. Para quienes lo siguen, Dios, que está oculto más allá de lo oculto, al final se manifiesta y el Poderoso, cuyos poderes desconocen los extraños, informa Él mismode Su existencia a quienes siguen el Corán (hay que recordar estas palabras del Mesías Prometido (as) de que Dios se revela a quien sigue el Sagrado Corán) y le muestra Su reino divino y da pruebas de Su existencia mediante la proclamación: ‘Yo estoy presente”.

Este es el conocimiento y la cognición del Sagrado Corán que debemos poseer. Este es el aspecto práctico de las enseñanzas que debemos exhibir, de lo contrario, nuestra pretensión de fe no será más que una pretensión, como la de otros credos. Aquí, el Mesías Prometido (as) ha afirmado que, a diferencia de otros libros, este libro [el Sagrado Corán] produce la reforma, pues las enseñanzas [de otros libros] son incompletas y por eso no lo consiguen. Si creemos en el Sagrado Corán y, sin embargo, no experimentamos una reforma, entonces seremos nosotros los culpables porque como afirmó el Mesías Prometido (as) debemos convertirnos en verdaderos seguidores [del Sagrado Corán]. Si no lo seguimos de verdad, ¿cómo podremos reformarnos? Si no actuamos en consecuencia, ¿cómo podremos reformarnos? Así pues, debemos esforzarnos por convertirnos en verdaderos seguidores; que Dios nos ayude a ello.

A continuación, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Nuestra observación y experiencia, junto con las de quienes nos han precedido, atestiguan que, por su distinción espiritual y luz propia, el Sagrado Corán atrae hacia sí a sus seguidores e ilumina sus corazones”. Entonces, mostrando grandes signos, Dios crea un vínculo tan sólido con ellos que no es imposible de romper, ni siquiera por una espada que pretenda cortarla en pedazos. Desbloquea la percepción del corazón y detiene la corriente sucia del pecado y brinda el deleite de la conversación con Dios. Él concede el conocimiento de lo invisible e informa sobre la aceptación de la oración con Sus propias palabras. A quien desafía a un verdadero seguidor del Sagrado Corán, Dios le hace evidente a través de signos asombrosos que Él está con aquellos que siguen Su Palabra.”

Por lo tanto, un requisito fundamental consiste en ser un verdadero seguidor. Después, explicando que el Sagrado Corán es un medio para salvarse del shirk [asociar socios a Dios], el Mesías Prometido (as) dice:

“La semilla de la unidad de Dios que el Sagrado Corán ha sembrado en Arabia, Persia, Egipto, Siria, India, China, Afganistán, Cachemira y otras regiones, y la forma en que ha desarraigado el culto a los ídolos y a las criaturas de la mayoría de los lugares, es algo que no tiene parangón en ninguna época.”

La expansión del Islam en sus inicios y la desaparición de la idolatría de esa zona, fue posible porque se actuaba según las enseñanzas del Sagrado Corán. Por este motivo, nuestros antepasados aceptaron el Islam. Sin embargo, si no actuamos conforme a sus enseñanzas, estaremos volviendo a la misma ignorancia.

Las enseñanzas del Sagrado Corán son excelentes. Con respecto a su advenimiento, el Mesías Prometido (as) afirma:

“El libro que habría sido revelado al principio de la creación no podría, según la razón, ser un libro perfecto. (La razón no puede aceptar que los libros revelados al principio fueran perfectos) más bien, serían como un maestro que enseña a los niños el alfabeto”. Es obvio que para esa enseñanza elemental no se necesitan grandes habilidades. (Si un profesor sólo enseña a nivel primario, como el alfabeto, etc., no se necesitan grandes habilidades para impartir esa educación elemental). Cuando la experiencia humana aumentó y el hombre cayó en muchos errores, se hizo necesaria una instrucción detallada, especialmente cuando la oscuridad del error se generalizó y las almas humanas se vieron envueltas en diversos tipos de extravío intelectual y práctico. En ese momento se necesitaba una enseñanza superior y perfecta, que llegó con el Sagrado Corán. Al principio no era preciso una instrucción de nivel superior, pues las almas humanas eran sencillas y no se había infiltrado en ellas ninguna oscuridad ni extravío. Era esencial una enseñanza superior en el libro que apareció en la época del extravío extremo y apareció para la reforma de un pueblo en cuyos corazones se habían implantado las falsas doctrinas y cuya mala conducta se había convertido en un hábito.

Las enseñanzas del Corán fueron reveladas en un momento en que la mente humana había madurado y alcanzado un nivel de comprensión. Además, la corrupción, en la que estaba sumida la humanidad,  había alcanzado su punto álgido. Fue en esa época donde se reveló una enseñanza acorde con el intelecto humano.

En cuanto a que el Corán es un libro enviado para toda la humanidad, el Mesías Prometido (as) dice que hay que recordar que es cierto que al principio de la creación la humanidad recibió una sola escritura revelada.

El Mesías Prometido (as) dice: “Si nos preguntamos por qué se dio al principio un solo libro revelado a la humanidad y por qué no se dio a cada pueblo un libro separado, la respuesta es que al  principio el número de habitantes era tan pequeño que ni siquiera llegaban a constituir un pueblo, por lo que un solo libro era suficiente para ellos”. Cuando la humanidad se extendió por la tierra y los habitantes de cada región de la tierra se aglomeraron en un pueblo, y debido a las grandes distancias cada pueblo dejó de estar en contacto con otro, la sabiduría divina exigió que en ese momento hubiera mensajeros y libros revelados separados para los distintos pueblos, y así sucedió. Cuando la humanidad aumentó en número y se establecieron vías de comunicaciones, y se dispuso de medios para que los hombres que habitaban en distintas partes de la tierra pudieran comunicarse, y Dios determinó que todos debían ser un solo pueblo y debían ser reunidos después de su dispersión, Dios envió un solo libro para todas las regiones. En este libro se ordenaba que, a medida que llegara a distintas partes del mundo, fuera aceptado y se creyera en él. Ese libro es el Sagrado Corán, que ha sido revelado para establecer una relación entre las diferentes regiones. Los libros que se revelaron antes del Corán se limitaban a un determinado pueblo. Aparecieron libros y mensajeros entre los sirios, los persas, los indios, los chinos, los egipcios y los romanos, y cada uno de ellos se limitó a un pueblo y no se ocupó de los demás. Por último, apareció el Sagrado Corán, que es un libro universal y no es para un pueblo en particular, sino para todos los pueblos. Vino para un pueblo que a partir de entonces iba a constituir un solo pueblo. Ahora se dispone de medios que confieren unidad a pueblos diferentes. La interacción mutua, que es la raíz de la unificación de la humanidad en un pueblo, es tan fácil ahora que un viaje que solía durar años puede realizarse ahora en unos pocos días, y existen tales facilidades para la comunicación que las noticias que tardaban un año en llegar de un país lejano a otro ahora pueden transmitirse en una hora. Se está produciendo una revolución tan extraordinaria, y el río de la cultura fluye de tal manera, que parece obvio que Dios Altísimo ha determinado que todos los pueblos que están dispersos en la tierra se conviertan en un solo pueblo y que los que habían estado separados durante miles de años puedan ahora reunirse. Esto se menciona en el Sagrado Corán y sólo el Corán afirma que ha venido para todos los pueblos del mundo, como se dice:

[árabe]

Proclamad a la gente: ‘Soy el Mensajero de Dios para todos vosotros'”.

Y se dice:

[árabe]

“Te he enviado como misericordia para todos los pueblos”.

Y se dice:

[árabe]

“Te hemos enviado para que seas un Guardián para todos los pueblos”.

Declaro categóricamente, que ningún libro revelado hizo esta afirmación antes del Sagrado Corán. Cada uno limitó su mensaje a su propio pueblo hasta tal punto, que el Profeta que fue deificado por los cristianos afirmó: ‘No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de Israel’ (esta declaración de Jesús (as) ha sido registrada en la Biblia). Las condiciones del mundo también dan testimonio de que la afirmación del Sagrado Corán de este mensaje universal fue oportuna, pues en el momento del advenimiento del Santo Profeta (sa), se había abierto la puerta de la propagación general de la verdad.”

El Mesías Prometido (as) ha afirmado que el Sagrado Corán tiene cuatro causas. Afirma: “Todo tiene cuatro causas; estas son:

  1. la causa eficiente (es decir, quién es el causante)
  2. la causa formal (las razones aparentes y prácticas de su causa)
  3. la causa material (cuál es su beneficio físico)
  4. la causa final (la razón real y fundamental de su existencia.

El Sagrado Corán ha mencionado estas cuatro causas). Así, [árabe] se refiere a la perfección de la causa eficiente. Significa: [árabe] es decir, Yo soy Dios, el Omnisciente. (es decir, Dios conoce el propósito de la creación del hombre). La perfección de la causa material se indica en el versículo [árabe] que significa que este libro ha sido enviado por Dios Todopoderoso, que es Omnisciente. Podemos beneficiarnos mucho siguiendo este libro. La perfección de la causa formal [del Sagrado Corán] está indicada por el versículo [árabe] que significa que este libro está libre de todo error, duda y confusión, (es decir, las enseñanzas son tan hermosas que ninguna otra enseñanza puede igualarla). Todo lo que se ha mencionado es auténtico y lo que en él se afirma se ha aportado con pruebas y absoluta claridad. La perfección de su causa final se indica en el versículo [árabe] que significa que la razón por la que este libro ha sido revelado es que guía para los justos y éste debe ser, en efecto, el objetivo de una escritura religiosa.”

Al presentar la traducción de los versículos primero, segundo y tercero de la sura Al-Baqarah, el Mesías Prometido (as) afirma:

“…La rectitud es una cualidad tan sublime y necesaria que Dios, Exaltado sea, la ha considerado la causa última de la revelación del Sagrado Corán. Así, al comienzo del segundo capítulo, Dios el Exaltado afirma:

[Árabe – Alif Lam Mim – ‘Yo soy Al’lah el Omnisciente’. “Éste es un Libro perfecto; no hay duda en él; es una guía para los justos”, (‘mutaqin’, o sea, los que han adoptado el ‘taqwa’ -la rectitud).

Creo que esta secuencia del Sagrado Corán es, como mínimo, extraordinaria. En estos versículos, Dios ha aludido a las cuatro causas: la causa eficiente, la causa material, la causa formal y la causa final. Todas las cosas se caracterizan por estas cuatro causas. El Sagrado Corán manifiesta estas causas de la manera más perfecta.

En primer lugar, Dios el Exaltado afirma: [Esto indica que Dios, que es el Omnisciente, ha revelado esta palabra a Muhammad, el Mensajero de Dios (sa), es decir, Dios es el Agente en este contexto. Luego, están las palabras: [Esto describe el asunto en este caso, o se podría decir que alude a la causa material del Sagrado Corán (es decir, que siguiendo al libro que tenemos en forma física, uno puede alcanzar su objetivo).

Más adelante están las palabras:

[Estas palabras aluden a la causa formal del Sagrado Corán e indican que todas las cosas son susceptibles de duda, sospecha y pensamientos corruptos, pero el Sagrado Corán es un libro que está libre de toda forma de duda.

Las palabras [árabe – sin duda] indican que el Sagrado Corán está libre de toda duda. Ahora bien, al describir Dios el Exaltado la grandeza de este Libro con las palabras: [Árabe] naturalmente, el alma de cualquier individuo bondadoso y bendito se emocionará y deseará actuar según las instrucciones del Sagrado Corán. Debo decir con pesar que no se presenta ante el mundo la grandeza manifiestamente clara y radiante del Sagrado Corán. El Sagrado Corán posee tales cualidades y excelencias, tal belleza propia y tal atracción y encanto, que los corazones se sienten atraídos hacia él irresistiblemente. Por ejemplo, si se elogiara un hermoso jardín y se hablara de sus árboles fragantes, sus plantas y senderos refrescantes y revitalizantes, y de sus arroyos y ríos que fluyen con agua pura, cualquier persona desearía visitar y pasear por ese jardín y disfrutar de su belleza. Además, si se dijera que algunos de los arroyos que fluyen en el jardín son una cura para las dolencias crónicas y mortales, la gente acudiría allí con aún más fervor y deseo. Del mismo modo, si las cualidades y excelencias del Sagrado Corán se describieran con palabras sumamente bellas y elocuentes, el alma correría hacia él con extrema devoción.

En realidad, el Sagrado Corán contiene los medios por los que el alma queda satisfecha y saciada y el modo  en que se colma la necesidad del alma. Por eso Dios el Exaltado ha declarado: [Árabe – Es una guía para los justos]

En otro ejemplo, Dios Todopoderoso declara:

[árabe]

Nadie lo puede tocar, excepto los que están purificados”.

La palabra “mutahharun” se refiere al mismo “muttaqin” mencionado en el versículo:

“Es una guía para los justos”.

De esto se desprende claramente que la rectitud es una condición necesaria para lograr el conocimiento y la cognición del Sagrado Corán. Sin embargo, los llamados eruditos de hoy en día, carentes de rectitud, han presentado las enseñanzas del Sagrado Corán de tal manera que los opositores del Islam han encontrado aún mayores oportunidades para lanzar acusaciones contra el Sagrado Corán. Sin embargo, hoy en día, es deber de los musulmanes áhmadis inculcar la rectitud en nuestro interior y demostrar en la práctica sus hermosas enseñanzas tanto con la palabra como con la acción. Que el mundo sepa que sólo el Sagrado Corán cura todo tipo de dolencias. Dios ha enviado este Corán con el objetivo de llevar a cabo la reforma del mundo. Que Dios Altísimo nos permita seguir sus enseñanzas e inculcar la rectitud en nosotros.

Son temas muy profundos que hay que escuchar con mucha atención y también seguir con la máxima diligencia. Debemos reflexionar mucho mientras recitamos el Sagrado Corán.

También me gustaría hacer una petición de oraciones. Estos días se está celebrando el Yalsa en Bangladesh y hoy ha sido el primer día. Sin embargo, los opositores atacaron el Yalsa Gah y muchas personas también han resultado heridas. Creo que atacaron desde el exterior con tal intensidad que algunos de los miembros han resultado gravemente heridos. Además, según el informe recibido, también están prendiendo fuego a los hogares de algunos áhmadi que viven en las proximidades. Queda por determinar el alcance real de los daños que han causado. Que Dios Altísimo proteja a los áhmadis de las malvadas estratagemas del enemigo y los castigue. Ahora ya no se puede rezar para que su guía, pues la única oración que sale del corazón es:

[árabe]

‘Oh Dios, aniquila [al enemigo] y hazlo pedazos’.

Del mismo modo, rezad por la situación de los áhmadis de Pakistán para que Dios Altísimo mantenga condiciones de seguridad para ellos. La situación en Burkina Faso también es muy frágil, rezad también por ellos. Además, se han interpuesto ciertas demandas contra los áhmadis en Argelia, por lo que debéis rezar también por ellos. Que Dios Altísimo proteja a todos los áhmadis.

En Bangladesh, la administración oficial [del país] les dijo que no debían preocuparse y que llevaran a cabo su Yalsa y que ellos se encargarían de la seguridad. Sin embargo, cuando llegaron los mulás extremistas con otros grupos de personas, la policía se quedó mirando sin hacer nada. En cualquier caso, debemos postrarnos ante Dios Altísimo y suplicarle. Que Dios Altísimo alivie rápidamente las dificultades de nuestros hermanos.

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) nos ha concedido la capacidad de obtener una mejor comprensión del Sagrado Corán a través de sus escritos y dichos. El tesoro de conocimiento que nos proporciona el Sagrado Corán nos permite acercarnos y desarrollar una conexión con Dios.

El único medio para acercarse a Dios

Su Santidad (aba) dijo que si uno desea acercarse a Dios y alcanzar Su complacencia, debe tener siempre presente que el Sagrado Corán es el único medio para lograrlo. También es importante reconocer que, para comprender correctamente el Sagrado Corán, era necesario que Dios enviara a un elegido Suyo para arrojar luz sobre el Sagrado Corán. En esta época, esta persona elegida fue el Mesías Prometido (as), Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as).

Su Santidad (aba) dijo que, como ha hecho en sermones anteriores, continuaría presentando los diversos escritos y extractos del Mesías Prometido (as) que nos ayudan a comprender mejor la grandiosa y elevada estatura del Sagrado Corán.

El Corán está libre de todos los aspectos del politeísmo

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien escribió que una vez, un brahmán llamado Lekh Ram le dijo que la palabra de Dios eran los Vedas y no el Sagrado Corán. El Mesías Prometido (as) dijo que eso no podía ser cierto, porque los Vedas incluyen enseñanzas de asociar compañeros con Dios, mientras que el Sagrado Corán rechaza cualquier noción de que haya compañeros con Dios, y es siguiendo el Sagrado Corán como uno puede ver y reconocer verdaderamente a Dios. Por lo tanto, la condición para que una palabra de Dios sea verdadera es que esté libre de cualquier enseñanza de shirk (asociación de socios con Dios).

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que las enseñanzas del Santo Profeta (sa) llevaron a la gente de un estado parecido al de animales salvajes, inmersos en las profundidades de la inmoralidad sin ninguna percepción del bien y el mal, a un estado elevado de moralidad y espiritualidad. Todo ello a través de las enseñanzas del Sagrado Corán. Dios describe su estado inicial como:

Son como el ganado; ¡no! están aún más extraviados. En verdad que son totalmente incautos. (El Sagrado Corán 7:180)

Entonces, tras recibir y aceptar las enseñanzas del Sagrado Corán, se produjo una revolución que no sólo eliminó sus debilidades, sino que les permitió recorrer el camino de la virtud. Dios describe entonces su estado como:

Son aquellos en cuyos corazones Al-lah ha grabado la fe verdadera y a quienes Él ha fortalecido con una Palabra Suya. Él los hará entrar en Jardines por los que corren ríos. En ellos habitarán. Al-lah se congratula con ellos y ellos se congratulan con Él. Son del partido de Al-lah. ¡Oíd vosotros, humanos! El partido de Al-lah es el que tendrá éxito. (El Sagrado Corán 58:23)

Se elevaron del suelo a los cielos como estrellas. De ahí que el Santo Profeta (sa) dijera que sus Compañeros son guías para nosotros.

Un medio para comprender los atributos de Dios

Su Santidad (aba) citando al Mesías Prometido (as) dijo que el Sagrado Corán permite reflejar los atributos de Dios. Sin embargo, no basta con seguir el Sagrado Corán, sino que hay que alcanzar las cimas del amor y la lealtad, es decir, dedicarse por completo a poner en práctica las enseñanzas del Sagrado Corán. Siguiendo verdaderamente el Sagrado Corán, uno puede convertirse en amigo de Al’lah. Esta es una cualidad que no puede encontrarse en ningún otro libro. Sin embargo, hay quienes no sólo rechazan los signos del Sagrado Corán, sino que se burlan de ellos. De hecho, esta es la razón por la que se han alejado de la fe y de Dios. Sin embargo, no nos burlamos de ellos, sino que sentimos pena por su pérdida y su incapacidad para reconocer la luz. Se han alejado de Dios, y al dar a sus escuelas de pensamiento la etiqueta de iluminación, sus acciones están volviendo a ser las que pueden compararse a las salvajes del pasado.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que él mismo fue testigo de más de cien mil signos, porque seguir las enseñanzas del Santo Profeta (sa) permite convertirse en amigo de Al’lah. El Islam es la única religión viva, porque le permitió reconocer al Dios vivo. El Mesías Prometido (as) invitó a que si alguien deseaba investigar estas afirmaciones, podía residir con él durante dos meses y comprobarlo por sí mismo. Incluso hoy en día, es a través de los escritos del Mesías Prometido (as) que la gente está alcanzando esta comprensión.

Cuatro cualidades distintivas del Sagrado Corán

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que una de las características distintivas del Sagrado Corán es su destreza y elocuencia. Otro rasgo distintivo es que todas las historias que relata son profecías. El tercer rasgo distintivo del Sagrado Corán es que posee los medios para llevar la naturaleza humana a su forma más elevada. El cuarto rasgo distintivo del Sagrado Corán es que lleva a quien verdaderamente sigue sus enseñanzas a la etapa de estar tan cerca de Dios que es capaz de conversar con Dios y alcanza la certeza completa en la fe.

Seguir el Sagrado Corán conduce a la aceptación de la oración

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as) quien dijo que otro resultado de seguir verdaderamente el Sagrado Corán es la aceptación de las oraciones. De hecho Dios les informa de la aceptación de sus oraciones y les asiste contra sus enemigos.

El verdadero medio para librarse del pecado

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as) quien dijo que el Sagrado Corán presenta la guía completa. Antes de que el Sagrado Corán fuera revelado en Arabia, los cristianos decían que todos sus pecados eran perdonados, mientras que los judíos decían que sólo residirían en el fuego del infierno por un corto tiempo. Sobre ellos dice Dios en el Sagrado Corán

Eso es porque dicen: “El Fuego sólo nos tocará durante un número reducido de días.” Y lo que solían falsificar les ha engañado respecto a su religión. (El Sagrado Corán 3:25)

Cuando éste era el estado de la gente del Libro y de los idólatras en Arabia, Dios quiso salvarlos a través del Santo Profeta (sa). Dios lo envió con una enseñanza que lo abarcaba todo y también hizo al Santo Profeta (sa) el gobernante de Arabia, para que toda la gente de Arabia escuchara este mensaje y se salvara.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán permite vivir una vida de pureza. El verdadero propósito de un libro revelado debería ser capacitar a sus seguidores para abandonar una vida de impureza por otra de pureza, y dotarles de la capacidad de reconocer y acercarse a Dios. Les permite abandonar una forma de vida más baja y, en su lugar, apegarse a su verdadero Amado. Por lo tanto, cualquier persona de mente sana puede darse cuenta de que el Sagrado Corán le permite a uno abandonar la suciedad y el pecado y recorrer el camino que conduce a Dios. El Sagrado Corán concede un grado de completa certeza de que cometer pecado, que puede tener un placer mundano temporal, es como ir a la jungla a cazar, sin embargo el miedo a las bestias salvajes y a las serpientes nos impide cazar. Es así, desarrollando el mismo grado de temor por la ira de Dios que podemos ser salvados de cometer pecado. Es el Sagrado Corán el que concede todas estas realizaciones y es a través de seguir verdaderamente el Sagrado Corán que uno puede realmente salvarse del pecado y a su vez, permitirle reconocer la existencia de Dios.

Su Santidad (aba) dijo que sin seguir verdaderamente el Sagrado Corán, como estipuló el Mesías Prometido (as), no podemos realizar las bondades y bendiciones del Sagrado Corán en su verdadera forma. Su Santidad (aba) rezó para que todos sigamos verdaderamente el Sagrado Corán.

El Sagrado Corán infunde certeza a través de signos magníficos

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as) quien dijo que él y aquellos antes que él son testigos de que el Sagrado Corán ilumina los corazones de sus verdaderos seguidores y verdaderos signos magníficos, otorga una fe tan fuerte que nunca puede ser quebrantada. Purifica a uno del pecado y le concede la conversación con Dios, junto con la aceptación de la oración y su predicción a través del conocimiento de lo oculto concedido por Dios. La condición para que todas estas cosas ocurran es ser un verdadero seguidor del Sagrado Corán.

Un libro que une a todos los pueblos

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán es un libro completo y universal. En épocas anteriores, había menos gente y por eso se enviaban enseñanzas para ellos. Luego, cuando el número de personas creció y se extendió por diferentes partes del mundo, se enviaron enseñanzas específicas para esas naciones. Luego, a medida que la raza humana se desarrollaba más y aumentaban los medios de interacción mutua, Dios envió una enseñanza universal para todos los pueblos. Fue el Sagrado Corán, que vino a unir al mundo entero. A diferencia de las enseñanzas anteriores, que fueron enviadas para pueblos específicos, el Sagrado Corán fue revelado como un libro universal, enviado para todos los pueblos y con el fin de unir a todos los pueblos. El propio Corán afirma que ha sido enviado para todos:

Diles: “¡Oh, humanidad! En verdad soy un Mensajero enviado a todos vosotros por Al-lah (El Sagrado Corán 7:159)

El Sagrado Corán también afirma:

Pues no te hemos enviado sino como misericordia para todos los pueblos. (El Sagrado Corán 21:108)

Los cuatro propósitos del Sagrado Corán

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que, como ocurre con otras cosas, el Sagrado Corán tiene cuatro propósitos: Il’lat-e-Fa’ili, que significa quién lo llevó a cabo y por qué; Il’lat-e-Soori, que significa su propósito aparente y práctico; Il’lat-e-Maddi, que significa sus beneficios prácticos; Il’lat-e-Gha’i, que significa su necesidad subyacente. En cuanto al Il’lat-e-Fa’ili, Dios afirma: “Yo soy Al’lah, el Omnisciente”. Il’lat-e-Maddi es ‘Este es el libro perfecto’, lo que significa que este libro ha sido revelado por Dios, Quien posee todo el conocimiento. Il’lat-e-Soori, es ‘no hay duda en él’, lo que significa que esta enseñanza es tan hermosa que ninguna otra puede compararse. Todas las afirmaciones están fundadas y todos los argumentos son esclarecedores. Il’lat-e-Gha’i es ‘es una guía para los justos’, lo que significa que el propósito subyacente de este libro es guiar a los justos.

La Rectitud: El prerrequisito para beneficiarse del Sagrado Corán

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien explicó que para beneficiarse realmente de las enseñanzas del Sagrado Corán, uno debe ser recto. Su Santidad (aba) declaró que en estos días, a través de sus acciones carentes de rectitud, los llamados eruditos han dado a los opositores del Islam la oportunidad de plantear objeciones. Sin embargo, deben ser los musulmanes ahmadíes quienes, a través de sus acciones llenas de rectitud, muestren al mundo que el Sagrado Corán es la cura para todos los problemas. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah nos permita adoptar la rectitud.

Su Santidad (aba) dijo que estos son asuntos muy profundos a los que debemos prestar mucha atención y debemos leer el Sagrado Corán con gran diligencia.

Oraciones por los musulmanes ahmadíes en Bangladesh

Su Santidad (aba) hizo un llamamiento a la oración por la Yalsa Salana (Convención Anual) que se celebra en Bangladesh. Hoy ha sido el primer día, sin embargo los opositores al Ahmadíat han atacado el lugar de la Convención causando también algunos heridos. También han prendido fuego a las casas de algunos ahmadíes. Queda por determinar el alcance real de los daños. Su Santidad (aba) rezó para que los ahmadíes permanezcan a salvo de su maldad y para que Dios lleve a los responsables ante la justicia. Todo lo que podemos rezar por esa gente es:

‘Oh Al’lah, hazlos pedazos y aplástalos en pedazos’.

Su Santidad (aba) también instó a rezar por los ahmadíes en Pakistán, Burkina Faso y Argelia. En Bangladesh, las autoridades locales habían asegurado a la Comunidad que podrían celebrar con seguridad la Convención, sin embargo ahora, tras este ataque, no están haciendo nada. Todo lo que podemos hacer es rezar a Dios para que alivie rápidamente las dificultades de nuestros compañeros ahmadíes.

Resumen preparado por The Review of Religions

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