Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Los Compañeros (Sahaba) del Profeta Muhammad (sa)

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah Al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

Continuaré narrando relatos de las vidas de los Compañeros Badri.

El nombre del Compañero que mencionaré hoy es Hazrat ‘Asim Bin ‘Adiyy (ra). El nombre del padre de Hazrat Asim era ‘Adiyy y pertenecía a la tribu de Banu ‘All-laan bin Haarizah, que eran confederados de la tribu de Banu Zaid bin Maalik. Hazrat ‘Asim era el líder de los Banu ‘All-laan y era el hermano de Hazrat Ma’an bin ‘Adiyy. El nombre patronímico de Hazrat ‘Asim se recoge como Abu Bakr, mientras que, según algunas otras narraciones, también llevaba los títulos de Abu ‘Abdul-lah, Abu ‘Umar y Abu ‘Amr. Hazrat ‘Asim era de mediana estatura y solía teñirse el pelo. El hijo de Hazrat ‘Asim se llamaba Abdul Bardaa. La hija de Hazrat ‘Asim se llamaba Sahlaa, quien estaba casada con Hazrat ‘Abdur Rahman bin ‘Auf y tenían cuatro hijos; tres hijos, Ma’an, ‘Umar, Zaid; y una hija, Amatur Rahman Sughra.

Cuando el Santo Profeta (sa) estaba a punto de partir hacia la Batalla de Badr, nombró a Hazrat ‘Asim bin ‘Adiyy Amir de ‘Aliyah, que es la parte superior de Quba y Medina. Según una narración, el Santo Profeta (sa) envió a Hazrat ‘Asim de regreso de un lugar llamado Rauha, y en su lugar lo designó como Amir sobre ‘Aliyah, es decir, la parte superior de Medina. El Santo Profeta (sa) envió a Hazrat Asim de regreso, pero lo contó entre los Compañeros de Badr y le dio una parte del botín de guerra.

En Sirat Jataman Nabiyyin por Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib, los detalles de este incidente se registran de la siguiente manera:

“Al partir de Medina, el Santo Profeta (sa) designó a ‘Abdul-lah bin Ummi Maktum (ra) como Amir de Medina en su ausencia. Sin embargo, cuando el Santo Profeta (sa) llegó cerca de Rauḥa, que se encuentra a una distancia de 36 millas de Medina, tal vez considerando que ‘Abdul-lah (ra) era un hombre ciego, y las noticias de la inminente llegada del ejército de los Quraish exigió que, en su propia ausencia, la administración de Medina permaneciera fuerte, el Santo Profeta (sa) nombró a Abu Lubabah bin Munzir (ra) como Amir de Medina y lo envió de regreso. Se ordenó que Abdul-lah bin Ummi Maktum (ra) solo seguiría siendo el Imamuṣ-Ṣalat, mientras que Abu Lubabah supervisaría los asuntos de administración. Aṣim bin Adiyy fue designado Amir por separado para supervisar la población adicional de Medina, es decir, Quba.”

Hazrat ‘Asim participó en todas las batallas junto al Santo Profeta (sa), incluidas las Batallas de Uhud y Jandaq. Hazrat ‘Asim falleció en 45 DH en Medina durante el gobierno de Hazrat Mu’awiyah. Tenía 115 años en ese momento. Según algunos, falleció a la edad de 120 años. Cuando se acercó el momento de la muerte de Hazrat ‘Asim, los miembros de su familia comenzaron a llorar. Ante esto, dijo: “No lloréis por mí, ya que he vivido mi vida y he tenido una vida larga”.

Cuando el Santo Profeta (sa) ordenó a los Compañeros que se prepararan para la Batalla de Tabuk, aconsejó a los ricos que ofrecieran riqueza y monturas en el camino de Al-lah. Varias personas ofrecieron sacrificios según sus posibilidades. En esa ocasión, Hazrat Abu Bakr (ra) trajo toda su riqueza, que ascendió a 4,000 dirhams. El Santo Profeta (sa) le preguntó a Hazrat Abu Bakr si había dejado algo para los miembros de su familia, a lo que respondió que había dejado a Al-lah y a su Mensajero por ellos. Hazrat Umar trajo la mitad de la riqueza de su hogar. El Santo Profeta (sa) le preguntó a Hazrat Umar: “¿Dejaste algo para tu familia también?” Ante esto, él respondió: “Dejé la mitad atrás”. En esta ocasión, Hazrat’ Abd-ur-Rahman bin ‘Auf dio cien auqiyah [moneda]. Una auqiyah es equivalente a cuarenta dirhams. El Santo Profeta (sa) dijo ‘Usman bin Affan y Abd-ur-Rahman bin Auf se encuentran entre los tesoros de Al-lah el Exaltado en la tierra, que gastan por el agrado de Al-lah. Las mujeres también presentaron sus joyas en esta ocasión. Hazrat Asim bin Adi, el Compañero que se menciona actualmente, presentó setenta wasq [unidad de medida] de dátiles. Una wasq consta de sesenta “saa” y un “saa” es equivalente a dos “seir” y medio [unidad de medida] o kilos. Por lo tanto, de acuerdo con esto, el peso total de los dátiles fue de doscientos sesenta y dos mann [unidad de medida]. Un hombre es aproximadamente cuarenta “sair”, que es una unidad de medida en Pakistán, lo que equivale a treinta y ocho o treinta y nueve kilos. Hazrat ‘Asim también contribuyó con dátiles con una gran cantidad. Hazrat ‘Asim bin‘ Adiyy estaba entre esos Compañeros, a quienes el Santo Profeta (sa) les ordenó destruir la mezquita Dhirar. Los detalles de esto se han mencionado de la siguiente manera:

Hazrat Ibn ‘Abbas relata que Banu‘ Amr bin ‘Auf construyó la Mezquita de Qubaa y envió un mensaje al Santo Profeta (sa) pidiéndole que viniera a la mezquita y ofreciera oraciones. Cuando algunas personas de Banu Ghanam bin ‘Auf vieron esta mezquita, dijeron que también construirían una mezquita como la de Banu ‘Amr. Abu ‘Aamr Fasiq, que era un oponente severo y una fuente de disputas, dijo que también deberían construir una mezquita y almacenar la mayor cantidad de armas posible. Su intención era convertirlo en un centro para crear disputas. Dijo: “Voy a ver al César, el Rey Romano, y regresaré con un ejército para exiliar al Santo Profeta (sa) y sus Compañeros de aquí”. Una vez que se completó la mezquita, estas personas fueron al Santo Profeta (sa) y dijo que habían construido una mezquita para la comodidad de los ancianos y los discapacitados físicos, ya que no podían viajar lejos para ofrecer sus oraciones. Junto con esto, también pidieron al Santo Profeta (sa) que viniera y dirigiera las oraciones en esta mezquita. El Santo Profeta (sa) respondió: “Ahora estoy ocupado en los preparativos para emprender un viaje (iba a iniciar un viaje). Insha-al-lah [si Dios quiere] una vez que regresemos, dirigiré las oraciones”. Este fue el viaje para la batalla de Tabuk. Después de regresar de la batalla de Tabuk, el Santo Profeta (sa) se quedó en un lugar llamado Zi ‘Aun, que está aproximadamente a 1 hora de Medina. Allí, recibió una revelación sobre la mezquita Dhirar, que se menciona en la Sura Taubah en el Sagrado Corán de la siguiente manera:

[árabe]

“Y entre los hipócritas hay quienes construyeron una mezquita para perjudicar al Islam, extender la incredulidad, crear la disensión entre los creyentes y proporcionar un lugar de ocultamiento a aquellos que hicieron la guerra a Al-lah y Su Mensajero. En verdad jurarán: “Sólo pretendíamos el bien”; pero Al-lah es testigo de que son realmente mentirosos”. [91:107]

Después de esto, el Santo Profeta (sa) llamó a Malik bin Dujsham y Ma’an bin ‘Adiyy y les ordenó destruir la mezquita Dhirar. En algunas narraciones también se menciona que el Santo Profeta (sa) también envió a Hazrat ‘Asim bin‘ Adiyy, ‘Amr bin Sakan, Wahshi, quien martirizó a Hazrat Hamza y Suwayd bin ‘Abbas para este propósito. En Sharh Zarqani está escrito que es posible que el Santo Profeta (sa) envió inicialmente dos individuos y luego envió otros cuatro individuos para ayudarlos. El Santo Profeta (sa) les dijo que fueran a la mezquita Dhirar y que la destruyeran y la quemaran.

Dice que todos llegaron rápidamente a la tribu de Banu Saalim, que era la tribu de Hazrat Malik bin Dujsham. Hazrat Malik le dijo a Hazrat Maan que le diera tiempo para que pudiera traer fuego de su casa. Encendió una rama seca de una palmera y la trajo de su casa. Después de esto, llegaron a la mezquita Dhirar entre Maghrib y Isha, la prendieron fuego y la derribaron. Anteriormente también mencioné algunos de estos incidentes en relación con Hazrat Malik bin Dujsham.

Aquellos que habían construido la mezquita estaban presentes en ese momento. Después de haber sido incendiada, huyeron. Cuando el Santo Profeta (sa) regresó a Medina, deseaba entregar la parcela de la mezquita a ‘Asim bin ‘Adiyy, el Compañero que se menciona, para que pudiera construir su casa allí. Sin embargo, Asim bin ‘Adiyy se disculpó y dijo que no aceptaba la parcela porque Al-lah el Exaltado ya había revelado algo en relación a ella. Es decir, que Al-lah el Exaltado no estaba satisfecho con lo que se había edificado allí. En consecuencia, no quiso aceptarla. Así que el Santo Profeta (sa) se la dio a Zabit bin Akram, quien no tenía un hogar. De hecho, Asim bin ‘Adiyy, dado que él ya tenía un hogar y no parecía estar dispuesto, se disculpó y dijo que era mejor que se la diera a Zabit bin Akram, quien no tenía casa y podía construir una allí. De ahí que el Santo Profeta (sa) diera la mezquita, es decir, la parcela de la mezquita Dhirar, a Zabit bin Akram.

Según Ibn-e-Ishaaq, los nombres de los hipócritas que construyeron la mezquita Dhirar son los siguientes: Yaizan bin Jalid, Mu’atib bin Qushair, Abu Hubiba bin Azhar, Abad bin Hunaif, Jariya bin ‘Amir y sus dos hijos, Muyame ’bin Yariya y Zaid bin Yariya, Nufail bin Haris, Yajzal bin ‘Usman Wadiya. Así que estas personas estaban con Abu Aamir Rahib a quien el Santo Profeta (sa) había etiquetado como “Fasiq” [un malvado transgresor].

En una ocasión, el Mesías Prometido (as) iba de viaje, y cuando vio la mezquita Yamia en Delhi, que es una hermosa mezquita, dijo:

“La verdadera belleza de las mezquitas no está en su construcción, sino en aquellas personas que ofrecen las oraciones sinceramente. De lo contrario, -dice- todas estas mezquitas permanecen desiertas (en ese momento, muchas mezquitas habían sido abandonadas). La mezquita del Profeta (sa) era muy pequeña”.

El Mesías Prometido (como) dice, además:

“El techo de la mezquita del Profeta (sa) estaba hecho de hojas de palmeras datileras. Al principio, e incluso más tarde, el agua de la lluvia caía desde la parte superior durante las tormentas. El espíritu de una mezquita está conectado con aquellos que ofrecen oraciones dentro de ella. Durante el tiempo del Santo Profeta (sa) algunas personas materialistas también construyeron una mezquita, y fue demolida según instrucciones de Dios. El nombre de esta mezquita era la mezquita Dhirar, que significa ‘mezquita que causa daño’, por lo que fue demolida. [Además, afirma] En lo que respecta a la construcción de mezquitas, el mandamiento es que deben construirse con la rectitud en los corazones”.

Por lo tanto, esta es la verdadera esencia de las mezquitas. Hoy en día, existe un grupo de musulmanes proclives a la construcción de más mezquitas, y es un hecho extraño que esto haya sucedido después del advenimiento del Mesías Prometido (as). Si tuvieron la oportunidad en esa época, si reunieron el valor, o si se inclinaron a adorar a Dios o para mostrar externamente la adoración, todo esto tuvo lugar después de la declaración del Mesías Prometido (as). Construyen mezquitas muy hermosas. A pesar de ello, hoy especialmente en países como Pakistán, etc. piden que se preste más atención a poblar las mezquitas, si bien están desprovistas del taqwa [el temor a Al-lah]. Los versículos del Sagrado Corán que recogen el mandamiento de Dios para demoler la mezquita Dhirar se continúan por otros que contienen una guía clara sobre lo que es una verdadera mezquita: aquella cuyos sus fundamentos se basan en las virtudes. Sin embargo, los eruditos no áhmadis entienden “por virtud” mal hablar del Mesías Prometido (as) en sus mezquitas, usar un lenguaje grosero o vulgar contra él y abusar verbalmente de la Yama’at. Y esto no termina aquí; a veces hay incidentes de personas que abusan verbalmente de otros por ver quién debe dirigir las oraciones, y debido a discordias internas entre sectas. Hoy en día es común que estos disturbios, abusos y caos en las mezquitas se vuelvan virales. Todo ello apunta hacia el hecho de que se carece de taqwa, la virtud, y no se cumplen los debidos derechos con sus mezquitas. Como áhmadis, debemos aprender de sus acciones y esforzarnos para garantizar que nuestras mezquitas se basen en el taqwah, la virtud. Deberíamos entrar en nuestras mezquitas para poblarlas mientras damos preferencia a la virtud, que configura la verdadera esencia. Si esto se establece y se tiene en cuenta, seguiremos recibiendo las recompensas de Al-lah el Exaltado.

Sobre esto, Hazrat Jalifatul Masih I (ra) afirma:

“[Árabe]”

Dando más explicaciones al respecto:

“Esto se refiere a Abu Aamir, que era cristiano. Uno de sus planes era que el Santo Profeta (sa) ofreciera oraciones en esa mezquita, y de esta manera algunos musulmanes comenzarían a hacer lo mismo, causando una grieta entre ellos. Abu Aamir tuvo un sueño que relató a otros, diciendo: ‘Vi al Santo Profeta (sa) fallecer siendo rechazado y solo [Dios nos perdone].’ Cuando el Santo Profeta (sa) se enteró de esto, declaró: ‘Este es un sueño verdadero y él tiene razón.’ Lo que significa que su sueño era verdadero en el sentido de que él había visto su propio estado, y eso es exactamente lo que ocurrió. No mencionó su nombre, y -Hazrat Jalifatul Masih I (ra) escribe- había algo intensamente profundo en no mencionar su nombre ya que, en el futuro, si alguien repetía la misma acción, se enfrentaría entonces a las mismas consecuencias.”. Hoy presenciamos un destino similar en nuestros oponentes.

El segundo Compañero que mencionaré hoy es Hazrat Amr bin Auf. También se le recuerda como Umair. El nombre de su padre era Auf y su nombre patronímico era Abu Amr. Nació en la Meca, y según Ibn Sa’ad, era de Yemen. Historiadores, autores y narradores de los Ahadiz han proporcionado diferentes puntos de vista sobre su nombre real y hay mucha discrepancia en las narraciones al respecto. Imam Bujari, Ibn-e-Ishaaq, Ibn Sa’ad, Al-lamah Ibn Abd Al bar, Al-lamah Ibn Asir Yazri, etc., todos han mencionado su nombre como Amr, mientras que Ibn Hishaam, Musa bin Uqba, Abu Ma’shar Muhammad Amar Waqadi, etc., han mencionado su nombre como Umair. Al-lamah Badr-ud-din Aini y Al-lamah Ibn Hayar Asqalaani, quienes han escrito comentarios de Sahih Bujari, afirman que Amr bin Auf y Umair bin Auf son nombres de una misma persona. Según el imam Bujari, Hazrat Amr bin Auf Ansaari era un confederado de la tribu Quraish llamada Banu Aamir bin Loi. Mientras, Ibn-e-Hasham e Ibn Sa’ad lo han mencionado como parte de la familia de Banu Amir bin Loi. Al-lamah Badr-ud-din Aini, un comentarista de Bujari, ha deducido esto uniendo estas dos narraciones y dice:

“En realidad, Hazrat Amr bin Auf era de la tribu Ansaar de Aus o Jazrall. Visitó la Meca quedándose allí y se convirtió en un aliado de algunas de las personas que allí vivían. Por lo tanto, a este respecto, era un Ansaari [nativo de Medina] así como un muhayir [musulmanes que emigraron de la Meca].”

Hazrat Amr bin Auf fue uno de los primeros conversos al islam. Hazrat Amr bin Auf se quedó en la casa de Hazrat Kulzum bin Al-Hidam en Qaba durante la migración de la Meca a Medina. Participó en todas las batallas junto al Santo Profeta (sa), incluidas las batallas de Badr, Uhud y Jandaq. Falleció durante el Jalifato de Hazrat Umar, quien posteriormente dirigió su oración funeraria.

El siguiente Compañero a mencionar es Hazrat Ma’an (ra) bin Adiyy. Hazrat Ma’an (ra) fue un confederado de la tribu Banu Amr bin Auf de los Ansaar. Hazrat Ma’an (ra) era el hermano de Hazrat Asim (ra) bin Adiyy. Hazrat Ma’an (ra) ha sido mencionado anteriormente en referencia a su hermano. Hazrat Ma’an (ra) participó en el Bait-e-Aqabah junto con 70 Ansaar. Hazrat Ma’an (ra) sabía escribir en árabe antes de su aceptación del islam, una época en la que muy pocas personas sabían escribir en árabe. Hazrat Ma’an (ra) participó en todas las batallas junto al Santo Profeta (sa), incluidas las batallas de Badr, Uhud y Jandaq. Cuando Hazrat Zaid (ra) bin Jattab emigró de la Meca a Medina, el Santo Profeta (sa) estableció un vínculo de hermandad entre él y Hazrat Ma’an (ra) bin Adiyy.

Hazrat Umar (ra) relata:

“Tras el fallecimiento del Santo Profeta (sa), fui a Hazrat Abu Bakar (ra) y le pedí que viniera conmigo a visitar a nuestros hermanos Ansaar. Así, ambos fuimos y dos personas piadosas de entre ellos se encontraron con nosotros, quienes habían participado en la batalla de Badr. Relaté esto a Urwah bin Zubair y dijo que estos dos individuos eran Hazrat Uwaim (ra) bin Saidah y Hazrat Ma’an (ra) bin Adiyy.”

Esta narración de Hazrat Umar (ra) que acabo de citar se ha explicado con más detalle en una narración en Bujari. Presentaré una parte de esta narración aquí:

Hazrat Ibn Abbas (ra) relata:

“Yo solía enseñar el Sagrado Corán a algunas personas de entre los Muhayirin y uno de ellos era Abdur Rahman bin Auf. Una vez estuve en su casa en Minaa mientras él había ido a ver a Umar (ra) bin Jattab. (Este incidente ocurrió con ocasión del último Hall realizado por Hazrat Umar (ra)). Cuando Abdur Rahman regresó, me dijo que deseaba que ojalá yo también hubiera estado presente hoy para presenciar a la persona, que fue a ver a Amir-ul-Muminin [líder de los fieles] y dijo:

“¡Oh Amir-ul-Muminin! ¿Has oído lo que ha dicho una persona, que afirma que si Umar (ra) fallece, él hará el Bai’at [juramento de lealtad] de una persona en concreto?” (En otras palabras, esta persona declaró durante el Jalifato de Hazrat Umar (ra) que después de él, hará el Bai’at de un individuo determinado).”

También dijo que juraba por Al-lah que el Bai’at de Abu Bakr (ra) se realizó con muchas distensiones. (Además, afirmó que [Dios nos perdone] el Bai’at de Hazrat Abu Bakr (ra) se hizo con muchas divisiones y, de hecho, se le otorgó por error el estatus del Jilafat).

Al escuchar esto, Hazrat Umar (ra) se molestó mucho y dijo:

“Si Al-lah quiere, hoy me voy a reunir con la gente, y les advertiré sobre los que buscan inmiscuirse por la fuerza en asuntos de otros”.

Abdur Rahman declaró entonces:

“¡Oh Amir-ul-Muminin! Por favor, no hagas esto porque muchas personas ignorantes y malvadas también se han reunido aquí en el Hall. Por tanto, si te diriges a la gente, estas personas también se reunirán a tu alrededor y temo que puedan distorsionar por completo lo que dices y propagar algo que no es cierto, y la gente no podrá comprender de forma correcta tu mensaje ni adherirse a él dada la situación.”

Abdur Rahman luego presentó su sugerencia a Hazrat Umar (ra) de que debía esperar hasta llegar a Medina, al ser los días del Hall, y dado que Medina era el lugar donde el Santo Profeta (sa) emigró y estableció gran parte de su Sunnah, por lo tanto, sería capaz de sentar por separado a los sabios y nobles para decirles lo que considerara. Dijo además que las personas sabias lo escucharían y actuarían en consecuencia (no ofreciendo sus propias interpretaciones). Hazrat Umar (ra) dijo: “Muy bien, ¡por Dios! Si Al-lah quiere, mencionaré esto en el primer sermón que daré a mi regreso.”

Hazrat ibn Abbas (ra) relata además:

“Llegamos a Medina hacia el final de Dhul Hillah y el viernes tan pronto como el sol se puso en el cenit, rápidamente nos dirigimos a la mezquita para la oración del viernes. Al llegar, vi a Said bin Zaid sentado cerca del púlpito y me senté a su lado. Mi rodilla estaba tocando su rodilla (Hazrat ibn Abbas (ra) está narrando este relato en detalle aquí). Después de un rato, Hazrat Umar (ra) bin Jattab salió y, cuando lo vi venir, le dije a Said bin Zaid que hoy Hazrat Umar (ra) diría algo que nunca había dicho antes desde que fue elegido Jalifa. Said bin Zaid, -el Compañero que estaba sentado a su lado-, pensó que lo que le dije era muy extraño y dijo que no esperaba que Hazrat Umar (ra) dijera algo realmente novedoso. Hazrat Umar (ra) se sentó en el púlpito y cuando la persona que dio el Azan terminó, se puso de pie y alabó a Al-lah como corresponde a Su Honor. Dijo entonces:

‘Voy a decir algo que se me ha ordenado decir. No sé si el momento de mi fallecimiento está cerca. Por lo tanto, cualquiera de ustedes que comprenda claramente lo que digo y lo recuerde, debe transmitir este mensaje tan lejos como un camello pueda llevarlos – en otras palabras, uno debe transmitir esto con la mayor precisión posible a los demás-. Sin embargo, quienquiera que tenga miedo de no haber entendido completamente el mensaje, entonces esa persona no puede emitir algo falso en relación a mí -es decir, no transmita algo que sea incorrecto-.”

Posteriormente, Hazrat Umar (ra) declaró:

“Al-lah el Exaltado envió a Muhammad (sa) con la verdad y Le reveló las leyes de la Shariah …” (Hazrat Umar (ra) luego mencionó algunos de esos mandamientos. Este es un Hadiz muy largo y omitiré algunos de los detalles).”

Hazrat Umar (ra) luego dijo:

“¡Escuchad atentamente! El Santo Profeta (sa) también declaró no alabarlo excesivamente como ocurrió en el caso de Jesús, hijo de María (as). El Santo Profeta (sa) declaró que con respecto a él, deberían decir que es un Siervo de Al-lah y Su Mensajero (sa). Hazrat Umar (ra) luego dijo: “Me han informado que hay entre vosotros alguien que dice que a Hazrat Abu Bakr (ra) se le otorgó el manto del Jilafat por pura casualidad.”

Hazrat Umar (ra) continuó diciendo:

“Este individuo ha dicho también que: ‘¡Por Dios! Si Umar muriera, yo haría el Bai’at de una persona determinada’. Que nadie se llame a engaño en este tema. -Luego refirió el tema a la declaración hecha en lo que respecta a Hazrat Abu Bakr (ra). Dijo- “Permítanme aclarar que nadie debe pensar que Hazrat Abu Bakr (ra) fue elegido como Jalifa por error debido a las distensiones internas. Escuchad atentamente: su Bai’at [juramento de lealtad] se llevó a cabo en estas condiciones, es decir, con disensiones, pero Al-lah el Exaltado le protegió contra cualquier mal (tal vez la elección tuvo lugar con divisiones, pero Al-lah el Exaltado le protegió de cualquier mal resultado). Además, no hay ninguno entre vosotros como Abu Bakr (ra); la gente viajaba en camellos para encontrarse con él (es decir, allí no había nadie que pudiera igualar su excelencia académica, sinceridad y rectitud. Luego hay algunos detalles adicionales en relación con este incidente que se han mencionado en esta narración.”

Hazrat Umar (ra) declaró:

“Nadie debe realizar el Bai’at de una persona que haga el Bai’at sin haber hecho una consulta mutua entre musulmanes (en otras palabras, el Bai’at de Hazrat Abu Bakr (ra) se realizó después de muchas consultas. Por lo tanto, no debéis hacer el Bai’at sin consultar entre los propios musulmanes). Además, no solo no se debe hacer el Bai’at de esa persona sino que prometer vuestro Bai’at a manos de una persona así, será la causa de vuestra perdición.”

Hazrat Umar (ra) luego narró el relato real y dijo:

“Cuando Al-lah hizo que el Santo Profeta (sa) falleciera, los Ansaar se opusieron a nosotros. Nos reunimos en Zaqifa Banu Saidah, incluidos los Muhayirin, Ali (ra), Zubair (ra), así como aquellos que estaban en contra de nosotros. Todos fuimos a Hazrat Abu Bakr (ra) y le dije que nos dejara ir junto a nuestros hermanos Ansaar. Estábamos discutiendo sobre ellos mientras nos dirigíamos allí y cuando llegamos cerca, nos encontramos con dos hombres piadosos de entre ellos. En la narración anterior que mencioné, decía que Hazrat Ma’an (ra) bin Adiyy era uno de los dos hombres piadosos. En cualquier caso, Hazrat Umar (ra) continúa relatando el incidente. Estas dos personas que conocimos nos informaron sobre la decisión que todos los Ansaar habían acordado por unanimidad. Dijeron: ‘¡Oh, Muhayirin! ¿A dónde queréis ir?’ Les dijimos que deseabamos ver a nuestros hermanos Ansaar, sin embargo, estos dos individuos, uno de los cuales era Hazrat Ma’an bin Adiyy, dijeron: ‘¡No vayáis allí! Será mejor para vosotros no verles y lo que sea que queráis discutir con ellos, consultadlo solo entre vosotros.’ Hazrat Umar (ra) dijo: ‘¡Por Al-lah! Ciertamente iremos a ellos’, y, una vez dicho esto, continuamos y fuimos directamente a una de las grandes marquesinas de Banu Saidah.”

Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Umar (ra) tuvieron una larga discusión con los Ansaar sobre el tema de la elección del Jilafat. Hazrat Musleh Maud (ra) ha mencionado este incidente en detalle que citaré. En lo que respecta a los Ansaar que estaban sentados en Zaqifa Banu Saidah, Hazrat Musleh Maud (ra) afirma:

“Tras el fallecimiento del Santo Profeta (sa), se formaron tres grupos entre los Compañeros (ra). Uno de los grupos opinaba que después del Santo Profeta (sa), debería haber alguien que estableciera el sistema islámico. Sin embargo, ¿quién lo podría entender mejor que los miembros de la familia del Santo Profeta (sa)? Por lo tanto, alguien debería ser nombrado de entre ellos. Creían que alguien de entre la progenie del Santo Profeta (sa) debería ser nombrado y no de ninguna otra familia. En su opinión, pensaban que si se designaba a alguien que no fuera de la familia del Santo Profeta (sa), entonces tal vez la gente no lo obedecería y de esta manera causará desorden dentro del sistema.”

Por “progenie” también se entiende a cualquier persona cercana a sus parientes, como sus yernos, etc. Hazrat Musleh Maud (ra) continúa diciendo:

“Dado que las personas ya estaban acostumbradas a demostrar obediencia a la familia del Santo Profeta (sa), creían que si alguien era designado de la familia del Santo Profeta (sa), felizmente le obedecerían también. Al igual que las personas que obedecen al Rey, cuando él fallece y su hijo asciende al trono, también le muestran obediencia igualmente.

Sin embargo, el segundo grupo opinaba que no era necesario que la persona fuera nombrada de la familia del Santo Profeta (sa). Lo esencial era que alguien fuera designado como representante del Santo Profeta (sa). Por lo tanto, se debería nombrar al más digno de esto. Este grupo particular se dividió en otros dos grupos. Aunque ambos grupos estaban de acuerdo en el hecho de que debería haber un representante del Santo Profeta (sa), sin embargo, no estaban de acuerdo de a qué grupo de personas pertenecería este representante. Una de las partes creía que debería ser alguien de entre los que permanecieron en compañía del Santo Profeta (sa) y se beneficiaron de sus enseñanzas durante más tiempo, es decir, los Muhayirin e incluso entre ellos debería ser un Quraish, ya que todos en Arabia estarían dispuestos a escucharles. Por otro lado, la otra parte creía que, dado que el Santo Profeta (sa) falleció en Medina y los Ansaar tenían una influencia mucho más fuerte en Medina, por lo tanto, podrían cumplir este deber de manera más efectiva. En cualquier caso, los Ansaar y los Muhayirin estaban en desacuerdo. Los Ansaar pensaban que, dado que el Santo Profeta (sa) pasó la mayor parte de su vida liderando la estructura administrativa en Medina, (ya que no había una estructura administrativa en la Meca), como resultado, ellos entendían mejor cómo dirigir un gobierno y por lo tanto merecían los derechos del Jilafat sobre todos los demás.

El segundo argumento presentado por los Ansaar era que, dado que el área les pertenecía, naturalmente tendrían una influencia sobre la gente, mientras que los Muhayirin no podrían tener el mismo efecto sobre la gente. Es por eso que pensaron que el vicerregente del Santo Profeta (sa) debería proceder de los Ansaar en lugar de entre los Muhayirin. Por contra, los Muhayirin pensaban que habían pasado el mayor tiempo en compañía del Santo Profeta (sa), mientras que los Ansaar no habían pasado tanto tiempo con el Santo Profeta (sa). Por lo tanto, su nivel de comprensión de la fe era mayor que el de los Ansaar. Con respecto a esto, Hazrat Musleh Maud (ra) escribe:

“El resto de la gente todavía debatían sobre este desacuerdo sin llegar a ninguna conclusión, cuando el grupo final de Ansaar se reunió en el patio del Banu Sa’ida y comenzó a discutir el asunto. Llegaron a la conclusión de que Sa’ad bin Ubadah, que era uno de los líderes de la tribu Jazrall, debería convertirse en Jalifa. Por lo tanto, los Ansaar consultaron entre ellos diciendo: ‘Dado que la tierra y todas las propiedades nos pertenecen, por lo tanto, lo mejor para el islam es que el Jalifa sea elegido entre nosotros.’ Por lo tanto, decidieron que no había nadie más digno para esta tarea que Sa’ad bin Ubadah.

Mientras todavía discutían el asunto, algunas personas preguntaron que si los Muhayirin rechazaban esta propuesta, ¿qué pasaría entonces? Una persona de entre ellos dijo: ‘Entonces les diremos:

[árabe],

es decir, se debe elegir un líder entre nosotros y un líder entre vosotros.’ Como Sa’ad era un hombre muy sabio, dijo: ‘esta sería la primera señal de debilidad de nuestra parte.’ La persona que deseaban nombrar como el Jalifa de entre los Ansaar dijo: ‘Esta sería la primera señal de debilidad y el Jalifa debe ser uno de entre los Ansaar o los Muhayirin. Decir que habrá un líder entre nosotros y un líder entre ellos demuestra que uno no ha entendido el significado del Jilafat. Esto es equivalente a causar una división dentro del islam.’ Posteriormente, cuando los Muhayirin se dieron cuenta de que esta discusión estaba teniendo lugar, fueron rápidamente. Hazrat Umar (ra) declara, -y esto se ha mencionado anteriormente-, que él junto con Hazrat Abu Bakr (ra) y algunos Muhayirin fueron allí.

Creían que, si el Jalifa no era de entre los Muhayirin, entonces los árabes no le obedecerían. Este no sería el caso solo de Medina, sino de hecho de toda Arabia. Sin lugar a dudas, los Ansaar eran dominantes en Medina, sin embargo, toda Arabia reconocía la grandeza de la gente de la Meca y los tenían en alta estima. Por lo tanto, los Muhayirin sabían que, en ese momento, si el Jalifa elegido era de entre los Ansaar, entonces plantearía un problema importante para todos los árabes y podría ser que la mayoría de ellos no tuvieran éxito en esta prueba.

Por lo tanto, todos los Muhayirin se reunieron allí y entre ellos estaban Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Umar (ra) y Hazrat Abu Ubaidah (ra). Hazrat Umar (ra) dice: ‘Había preparado un discurso poderoso y era mi intención pronunciarlo. Posteriormente, los Ansaar entenderían mis argumentos y se verían obligados a elegir un Jalifa de entre los Muhayirin en lugar de los Ansaar. Sin embargo, cuando llegamos allí, Hazrat Abu Bakr (ra) se levantó para dirigirse a ellos. Pensé para mí mismo, ¿qué dirá? ¡Por Dios! Hazrat Abu Bakr (ra) mencionó todo lo que había pensado decir. De hecho, incluso presentó más argumentos [a favor de los Muhayirin]. Fue en ese momento que me di cuenta de que nunca podría compararme con Abu Bakr (ra).’

Por lo tanto, los Muhayirin declararon que, dada la situación, era vital que el Jalifa fuera de entre los Quraish y también presentaron el Hadiz del Santo Profeta (sa): [árabe] es decir, que sus líderes deberían ser de entre los Quraish. También mencionó el hecho de que los Muhayirin aceptaron primero el islam y mencionaron muchos de los sacrificios que emprendieron por la fe. Habbab bin Munzhir Jazralli se opuso a esto y dijo: ‘No aceptamos que el Jalifa sea un Muhayirin. Pero si no estáis de acuerdo con esto e insistís en ello, entonces no hay otra opción que elegir un líder de nosotros y que vosotros elijáis un líder de entre vosotros. Un Jalifa sería de entre nosotros y un Jalifa sería de vosotros y de esta manera podremos resolver el problema.’ Hazrat Umar dijo: ‘¡Reflexiona nuevamente sobre lo que estás diciendo! ¿No sabes que el Santo Profeta (sa) dijo que no está permitido tener 2 líderes nombrados a la vez?’”

Hazrat Musleh Maud (ra) escribe:

“De los Ahadiz parece que el Santo Profeta (sa) había hecho interpretaciones relacionadas con la institución de Jilafat. Sin embargo, durante la vida del Santo Profeta (sa), los Compañeros no se dieron cuenta de ello.”

La razón de esto es la sabiduría Divina que Hazrat Musleh Maud mencionó en el preludio de este incidente. No obstante, Hazrat Umar (ra) dijo que la exigencia de que hubiera un líder elegido entre los Ansaar y otro para ser elegido entre los Muhayirin era irracional e ilegal desde la perspectiva de la Sharia islámica.

¿Cómo se eligió entonces a Hazrat Abu Bakr? Después de una breve discusión, Hazrat Ubaidah se puso de pie y recordó a los Ansaar que fueron las primeras personas en aceptar el islam fuera de la Meca, y ahora después del fallecimiento del Santo Profeta (sa), no deberían ser las primeras personas en hacer cambios en la religión. Se dice que esto tuvo un impacto tan profundo en la gente que Bashir bin Sa’ad Jazralli se puso de pie y se dirigió a su tribu diciendo:

“Están diciendo la verdad. Cuando nos comprometimos a apoyar y ayudar al Santo Profeta (sa), no fue por ningún beneficio material, ni lo seguimos para que pudiéramos obtener el gobierno después de él. Por el contrario, lo seguimos por el bien de Al-lah el Exaltado. Por lo tanto, no se trata de quién tiene el derecho de ser líder o Jalifa, sino de qué exige el islam. Por lo tanto, el Jalifa debería ser de entre los Muhayirin porque han pasado mucho tiempo en compañía del Santo Profeta (sa). Hubo más discusión sobre esto por un corto tiempo y después de aproximadamente 30 a 45 minutos, la opinión de la gente cambió lentamente y aceptaron que el Jalifa debería ser de entre los Muhayirin. Hazrat Abu Bakr (ra) sugirió los nombres de Hazrat Umar (ra) y Hazrat Ubaidah para el Jalifa. El propio Hazrat Abu Bakr (ra) sugirió los dos nombres: deberían realizar el Bai’at [juramento de lealtad] a manos de Hazrat Umar (ra) o Hazrat Abu Ubaidah (ra). Sin embargo, ambos se negaron y dijeron que realizarán el Bai’at a manos de aquel a quien el Santo Profeta (sa) designó como Imam durante sus días de enfermedad y el mejor entre todos los Muhayirin. En relación a cómo Hazrat Abu Bakr (ra) presentó los nombres de Hazrat Umar (ra) y Hazrat Abu Ubaidah (ra) para ser Jalifa, Hazrat Umar (ra) narra él mismo que había una secuencia excelente en el sermón pronunciado por Hazrat Abu Bakr (ra). Dice que todo en su discurso era impresionante, y no estaba en desacuerdo con nada, salvo que Hazrat Abu Bakr (ra) presentó su nombre y el de Hazrat Abu Ubaidah (ra) para ser Jalifa. Hazrat Umar (ra) dice:

“Juro por Dios que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) presentó mi nombre, me hubiera alegrado más morir decapitado que convertirme líder de un grupo en el que Hazrat Abu Bakr (ra) estuviera presente”.

Queriendo decir que la posición de Hazrat Abu Bakr (ra) era tal, que no era posible para él el ser elegido Jalifa mientras Hazrat Abu Bakr (ra) estuviera presente; pero salvo este punto, el resto del discurso era adecuado.

A continuación, Hazrat Musleh Maud (ra) dice: “Hazrat Umar (ra) dijo entonces que jurarían lealtad al mejor de entre los Muhayirin”. Esto quería decir que no había mejor candidato que Hazrat Abu Bakr (ra) para la posición de Jalifa. Así, todo el mundo comenzó a jurar lealtad a Hazrat Abu Bakr (ra); siendo el primero en hacerlo Hazrat Umar (ra), seguido de Hazrat Abu Ubaidah (ra) y luego Bashir bin Sa´ad Jazralli, seguido de las tribus de Aus y Jazrall. En ese momento se creó un ambiente con tanta pasión, que gente como Sa´ad, que estaba enfermo en ese momento y no podía levantarse, gateó para jurar lealtad. En unos pocos instantes, a excepción de Sa´ad y Hazrat Ali (ra), todo el mundo juró lealtad; incluso el hijo de Sa´ad. Hazrat Ali (ra) juró lealtad tras unos días. Según algunas narraciones, juró lealtad tras tres días; mientras que según otras narraciones se dice que lo hizo tras seis meses. En las narraciones donde se menciona que Hazrat Ali (ra) juró lealtad tras seis meses, también se dice que no pudo hacerlo puesto que estaba cuidando de Hazrat Fátima, quien estaba enferma por aquel entonces. Cuando Hazrat Ali (ra) fue a jurar su lealtad, también ofreció una disculpa de que debido a la enfermedad de Hazrat Fátima (ra) no fue capaz de jurar lealtad antes. Así, todo el mundo juró lealtad a Hazrat Abu Bakr (ra).

Hazrat Urwah bin Zubair (ra) narra que cuando falleció el Santo Profeta (sa), la gente estaba en un estado emocional en el que decían que ojalá hubieran fallecido antes que el Santo Profeta (sa) y que temían por las discrepancias tras su fallecimiento. Hazrat Ma´an –el Compañero del que se está hablando- dijo: “¡Por Dios juro que nunca desee esto!” La gente en general deseaba haber fallecido antes que el Santo Profeta (sa), pero Hazrat Ma´an (ra) dijo que él no deseaba ésto y dijo: “Yo no deseo morir antes que el Santo Profeta (sa), porque deseo profesar creencia en el Santo Profeta (sa) tras su fallecimiento de igual manera que lo hice durante su vida. Tal y como acepté al Santo Profeta (sa) como un Profeta, deseo profesar la creencia por un sistema profetizado por él y que aparecería tras su fallecimiento, es decir el proteger el Jilafat e Rashidah que ha aparecido ahora y protegerme a mí mismo de caer en la trampa establecida por los hipócritas y aquellos que abandonaron el islam por debilidad”.

Este es el nivel que todo áhmadi debería inculcar en sí mismo. De acuerdo con una narración, Hazrat Ma´an estaba con Hazrat Jalid bin Walid en el ejército que fue enviado para reprimir el ataque de aquellos que abandonaron el islam tras el fallecimiento del Santo Profeta (sa). Hazrat Jalid bin Walid (ra) envió a Hazrat Ma´an (ra) a Yamama al frente de un ejército de 200 soldados a caballo. El Santo Profeta (sa) estableció un lazo de hermandad entre Hazrat Ma´an y Hazrat Zaid bin Jattab. Ambos Compañeros fueron mártires en la Batalla de Yamama en el año 12 tras la Hillrah, durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr (ra).

¡Que Al-lah el Exaltado permita a todo áhmadi comprender el rango de honor de Profetazgo y les permita demostrar lealtad y sinceridad en su relación con el Jilafat!

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