Cómo producir una revolución espiritual y moral 
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Transcripción oficial del discurso del Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía (aba) en la sesión de clausura del I’lltema Nacional Waqf-e-Nau del Reino Unido 2025

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz, y Sura al-Fatihah, el Jalifa V del Mesías Prometido (aba) dijo:

“Hoy, por la gracia de Al’lah, estáis asistiendo a la reunión nacional y anual de Waqf-e-Nau, y espero y rezo para que los diversos programas resulten beneficiosos para todos vosotros.

Alhamdulillah [Toda la alabanza es de Al’lah], solo en el Reino Unido, el número de Waqifeen-e-Nau asciende ahora a miles. Al mismo tiempo, tener un número tan grande de Waqf-e-Nau solo será beneficioso si todos los que se dedican al servicio de la fe verdaderamente cumplen con sus responsabilidades y con lo que la Comunidad necesita de ellos.

Cada año, algunos jóvenes Waqf-e-Nau se matriculan en Yamia y estudian para ser misioneros. De igual manera, otros estudian profesiones que son útiles para la Comunidad. Por ejemplo, necesitamos médicos y profesores para nuestros hospitales y escuelas. Sin embargo, la mayoría de los Waqifeen-e-Nau son hombres jóvenes que han completado su educación secular y ahora trabajan o dirigen sus propios negocios.

Estos jóvenes deberían preguntarse qué beneficio están proporcionando a la Comunidad. Si realmente desean cumplir con su waqf [consagración a la fe], deben comprender el verdadero espíritu y las responsabilidades de su compromiso. En pocas palabras, vuestro compromiso exige servir a la Comunidad con toda vuestra voluntad en la forma que sea necesaria y según la capacidad de cada uno. Requiere que, incluso si trabajáis independientemente de la Comunidad, os aseguréis de, además de vuestro empleo, dediquéis suficiente tiempo y esfuerzo a satisfacer las necesidades de la Comunidad y de vuestro propio desarrollo espiritual.

Así pues, quienes ahora ejercen una profesión mundana no deben centrarse únicamente en ganar dinero o progresar profesionalmente. Vuestra prioridad debería ser, en cambio, mejorar vuestro nivel espiritual y moral.

El Mesías Prometido (as) ha escrito con gran detalle sobre el valor de dedicar la vida a la fe y sus requisitos. En una ocasión, el Mesías Prometido (as) afirmó:

“Considero una obligación aconsejar a mi comunidad y transmitirles este mensaje —y cada persona es libre de prestarle atención o ignorarlo: si alguno de ustedes desea la salvación y una existencia pura y eterna, debe dedicar su vida a la causa de Al’lah.”

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“Que cada uno de vosotros pongan todo su empeño y se esfuerce con ahínco por alcanzar este alto nivel de desarrollo espiritual donde pueda decir que su vida, su muerte, sus sacrificios y sus oraciones son solo para Al’lah. Y como el profeta Abraham (as), que su alma proclame:

‘Me he sometido al Señor de los Mundos.’” [1]

Siguiendo su discurso, el Mesías Prometido (as) dijo:

“Hasta que una persona no se sumerja completamente en Dios y no sacrifique su vida por Él, no se le puede conceder una nueva existencia. Así que todos los que se asocian conmigo deben saber que considero la dedicación de mi vida a la causa de Al’lah como el propósito fundamental de mi existencia.”

Entonces, el Mesías Prometido (as) dijo:

“Por consiguiente, todos vosotros debéis examinar profundamente vuestras almas y ver si realmente queréis seguir este camino y si, de verdad comprendéis lo que significa la dedicación y la devoción de vuestras vidas en el camino de Dios.” [2]

Estas profundas palabras del Mesías Prometido (as) son para todos los ahmadíes, pero se aplican especialmente a vosotros, como miembros del programa Waqf-e-Nau. De hecho, estas palabras del Mesías Prometido (as) deberían estremecer a toda persona que haya dedicado su vida a la causa de Al’lah, pues revelan que dedicar la vida por Dios no es, en absoluto, algo trivial o pasajero.

El Mesías Prometido (as) ha dicho que cada Waqf debe procurar cumplir su promesa como lo hizo Hazrat Ibrahim (as), quien proclamó y demostró con sus acciones su absoluta obediencia y fidelidad a Dios Altísimo. Por lo tanto, sus corazones deben permanecer siempre vigilantes e inquietos para ver si están cumpliendo con su promesa.

Sólo cuando os volváis obedientes a Al’lah únicamente por amor a Él, cumpliréis con las obligaciones que habéis adquirido para con Él. Entonces, en lugar ofrecer el Salat [Las cinco oraciones diarias] de forma apresurada, ofreceréis vuestras plegarias concentrándoos en el significado de cada palabra, con humildad y sinceridad. De igual manera, recitaréis el Sagrado Corán a diario y actuaréis según sus mandamientos. Os esforzaréis por aumentar vuestro conocimiento religioso leeréis la literatura de la Comunidad, especialmente los libros del Mesías Prometido (as). Solo así cumpliréis con los derechos y exigencias de vuestro waqf. Sólo entonces puede vuestro waqf conducir a un verdadero desarrollo espiritual. Solo así podréis difundir con éxito las enseñanzas del islam por todo el mundo. Ciertamente, si sois fieles servidores del islam, nunca encontraréis tranquilidad hasta que el mensaje y las enseñanzas del islam lleguen a todas las personas y naciones del mundo.

Con la gracia de Al’lah, el número de Waqifeen-e-Nau en todo el mundo, incluyendo niñas y niños, se acerca a los 100.000. Y no tengo ninguna duda de que, si todos estáis unidos en un propósito y cumplís de todo corazón vuestra promesa de estar dispuestos a hacer todo sacrificio posible por la causa del islam y utilizar todas vuestras facultades para servir a vuestra fe, entonces insha’lah [Si Dios quiere], seremos testigos de una gloriosa transformación moral y espiritual en el mundo.

Sin embargo, estamos muy lejos de lograrlo. En todo el mundo, la humanidad se ha visto sometida por las pesadas cadenas de los deseos materiales y el engañoso brillo de las atracciones mundanas. La inmoralidad, la depravación y la corrupción plagan la sociedad moderna. Además, la paz y la seguridad del mundo se han visto destrozadas, tanto internamente en muchas naciones como a nivel internacional; un infierno de celos, odio y enemistad arde incesantemente. Trágicamente, almas inocentes están siendo masacradas en guerras y conflictos totalmente injustos, librados sólo para servir a los intereses egoístas y malévolos de los ricos y poderosos.

En tales circunstancias, como dije ayer a las Waqifaat-e-Nau, nunca debéis subestimar vuestro potencial ni vuestra misión. Como Waqf-e-Nau, tenéis la tarea de impulsar una revolución espiritual y moral en el mundo. Sin duda, con la ayuda de Al’lah, podéis lograrlo, pero solo si cumplís fielmente vuestra promesa de difundir las hermosas enseñanzas del islam por todo el mundo. Este debe ser vuestro objetivo, independientemente de si habéis empezado a trabajar para la Comunidad a tiempo completo o no. Por consiguiente, como Waqifeen-e-Nau, sin importar dónde os encontréis o qué trabajo estéis realizando, dedicad tiempo regularmente al servicio de la Comunidad.

Aunque las palabras del Mesías Prometido (as) que acabo de leer estaban dirigidas a todos los ahmadíes, como Waqf-e-Nau, debéis tomarlas en serio aún más que nadie y esforzaros incansablemente por actuar conforme a ellas. De lo contrario, vuestra pretensión de ser Waqf-e-Nau sonará hueca.

Al mencionar lo que constituye la verdadera fe y obediencia a Dios, el Mesías Prometido (as) mencionó cómo Al’lah elogió al Profeta Abraham (as) en el Sagrado Corán con las palabras:

“Y de Abraham, quien cumplió los mandamientos” [3]

Estas palabras coránicas dan testimonio de que Hazrat Abraham (as) cumplió fielmente el pacto que hizo con Al’lah. Obedeció los mandatos de Dios y soportó pruebas y tribulaciones duras por amor a Dios con inmensa paciencia y una lealtad incondicional.

Así, Dios Altísimo le otorgó el título de Fiel. La obediencia de Hazrat Abraham (as) no es solo una historia para narrar y disfrutar. Más bien, debería servir de inspiración a cada uno de vosotros. De hecho, debéis considerarla una instrucción personal que demuestra el nivel de sumisión y fe inquebrantable que se exige a quienes dedican su vida a la fe.

Solo si buscáis emular y manifestar esa fidelidad absoluta a Al’lah, podéis cumplir vuestra promesa. De lo contrario, el pacto y la promesa que habéis hecho a Dios Altísimo carecerán de sentido. Además, todo Waqf-e-Nau debe comprender que incumplir una promesa no es un asunto pequeño ni trivial. Dios Altísimo ha dicho que pedirá cuentas a quienes no cumplan sus promesas.

Muchos de vosotros ya estáis casados, y cuando os reunís conmigo o me escribís, me informáis con alegría que vosotros, vuestra esposa y vuestros hijos forman parte del programa Waqf-e-Nau. Todo esto está muy bien. Pero recordad, el waqf de vosotros y de vuestras familias sólo resultará de valor para la Comunidad si os esforzáis por cumplir con las obligaciones con lealtad y devoción.

Como ya he mencionado, Hazrat Abraham (as) se ganó el amor de Al’lah hasta tal punto que Dios mismo dio testimonio de su fe con las palabras:

“Y de Abraham, quien cumplió los mandamientos”

Como Waqifeen-e-Nau, quizás os preguntáis cuál es el estándar de fe y obediencia que se os exige. ¿Cómo se medirá? Al respecto, el Mesías Prometido (as) afirma:

“A menos que una persona esté preparada para extinguir completamente su apego al mundo y todos sus placeres y prestigio, y soportar toda humillación, dificultad y adversidad por Dios Altísimo, la verdadera fidelidad no puede brotar de su corazón.” [4]

Aquí, el Mesías Prometido (as) afirma que la verdadera fe y lealtad a Al’lah no consiste de meras palabras.  Requiere que los deseos personales estén siempre bajo control. Requiere una forma de muerte en la que la persona suprima su ego y deseos personales hasta tal punto que ya no existan. Requiere que cada respiración y movimiento de la persona esté gobernado únicamente por el deseo de seguir los mandatos de Dios Altísimo. Requiere que se renuncie a todos los placeres y atracciones del mundo. Requiere que se soporte con paciencia toda forma posible de humillación, dificultad y lucha por la causa de Dios. Y requiere que se tolere todo tipo de dolor y sufrimiento por el bien de alcanzar la complacencia de Al’lah.

Solo si se alcanza este estado se puede considerar que se ha cumplido con la promesa de dedicar la vida al servicio de Dios. Como he dicho, algunos de vosotros me decís con orgullo que vosotros, vuestras esposas e hijos forman parte del programa Waqf-e-Nau. En este caso, hay que ser conscientes de que las responsabilidades y las obligaciones también se incrementan. No solo debéis cumplir con vuestra promesa, sino que también hay que dar ejemplo a vuestros hijos para que ellos desarrollen un sentido del verdadero espíritu y significado de waqf. De lo contrario, si instruís a vuestros hijos a cumplir su promesa sin hacerlo vosotros mismos, pronto descubrirán la hipocresía escondida en vuestras palabras.

Otro aspecto fundamental para cumplir vuestra promesa es que debéis evitar toda forma de idolatría. El Mesías Prometido (as) enseñó que la idolatría no se limita a actos obvios como adorar un árbol o una piedra. No se limita a los seguidores de religiones o creencias que adoran al sol, la luna o las estrellas. Tampoco se limita a quienes veneran a ciertos seres humanos hasta el punto de convertirlos en sus ídolos.

En realidad, el Mesías Prometido (as) dice que todo lo que obstaculiza el camino de Al’lah o lo supera es un ídolo. Por consiguiente, quien permite que sus deseos personales o las influencias mundanas prevalezcan sobre Dios el Altísimo será culpable de idolatría.

Por ejemplo, si vuestro trabajo impide que ofrecéis Salat, si rezáis tarde o si entre las tareas mundanas no encontráis tiempo para recitar el Sagrado Corán, significa que vuestro trabajo se ha convertido en un ídolo y que vuestras tareas mundanas eclipsan vuestra devoción a Al’lah. Por lo tanto, el Mesías Prometido (as) advirtió que muchas personas albergan ídolos sin darse cuenta, y esto debería ser motivo de profunda inquietud para todos los creyentes.

Ciertamente, no conviene a ningún creyente, especialmente a un Waqf-e-zindagi, permitir que sus actividades o intereses mundanos se conviertan en un impedimento para su adoración a Dios, su desarrollo espiritual y la búsqueda del conocimiento religioso. Por lo tanto, cada Waqf-e-zindagi debe reflexionar sinceramente sobre su estado. Aseguraros de que vuestros deseos mundanos nunca lleguen al punto de convertirse en ídolos, o tengan prioridad sobre Dios Altísimo. Sin duda, ese es el camino a la ruina y una forma de alejarse del amor y la misericordia de Dios Altísimo.

Recordad, no es necesario que un Waqf-e-Nau trabaje a tiempo completo como empleado de la Comunidad para cumplir su promesa. En cambio, vuestra mentalidad y vuestras acciones determinarán vuestro waqf. Todo lo que hagáis debe ser para alcanzar la complacencia y cercanía de Dios Altísimo. Cumplir con las enseñanzas del islam debe tener prioridad, sobre todo. Si alcanzáis este estado, seréis testigos de cómo se abren ante vosotros las puertas del éxito y de la prosperidad espiritual.

Aquí, deseo mencionar de nuevo el ejemplo de Hazrat Abraham(as). ¿Se le otorgó el título de fiel y de cumplidor de los mandatos de Al’lah sin motivo alguno? Por supuesto que no. Al contrario, alcanzó este estatus elevado porque estaba dispuesto a realizar el sacrificio supremo. Así, cuando creyó que Al’lah deseaba que sacrificara a su amado hijo, no retrocedió ni se apartó de su fe. En cambio, sin dudarlo, se dispuso a cortarle el cuello. En ese momento demostró que su promesa de dedicar su vida a Al’lah era incondicional. Su promesa de servir a Dios no consistía en meras palabras.

En este sentido, el Mesías Prometido (as) dijo que Al’lah desea la manifestación práctica de la fe. Son las acciones y los hechos los que atraen Su recompensa. Desde luego, esforzarse en el camino de Dios no puede hacerse sin dolor y sufrimiento. De hecho, las dificultades, el dolor y la pena forman parte de cualquier sacrificio verdadero. Sin embargo, el sufrimiento asociado con el sacrificio nunca es eterno.

Al explicar esto, el Mesías Prometido (as) afirma que si una persona está dispuesta a soportar todo tipo de dolor por la causa de Al’lah, Dios mismo la protegerá de la angustia y el sufrimiento. Así, cuando Hazrat Abraham (as) ya había sacado el cuchillo para matar a su hijo, Al’lah intervino para detenerlo y lo salvó de una pena y un dolor inimaginable.

De la misma manera, cuando los opositores de Dios arrojaron a Hazrat Abraham (as) al fuego, Dios creó las condiciones que extinguieron el fuego y lo salvaron. Así pues, esta es la bella y misericordiosa manera de actuar de Dios Altísimo: Él ve a quienes cumplen con sinceridad sus promesas. Observa a quienes están de verdad dispuestos a soportar el dolor por Su causa. Después, Al’lah protege a esas personas.

Por lo tanto, todo Waqf-e-Nau debe aspirar a ser amado por Al’lah. Como he dicho, esto es independiente de si trabajáis a tiempo completo para la Comunidad o si tenéis vuestro propio trabajo. Cada uno debe estar dispuesto a aceptar cualquier sacrificio que su fe requiera. Debéis estar dispuestos a soportar cualquier dolor o dificultad que se os presente por amor a Dios Altísimo. De lo contrario, afirmar ser un Waqifeen-e-Nau es una forma de engaño.

En muchas ocasiones anteriores, he dicho que el simple hecho de tener el título de Waqf-e-Nau carece de sentido y no confiere ningún estatus especial. Por lo tanto, que quede claro que, si no teméis a Al’lah más que a los demás, ser Waqf-e-Nau no os ofrece ningún beneficio.

Si vuestro nivel de adoración no es superior al de otros, de nada os sirve ser un Waqf-e-Nau. Si no recitáis el Sagrado Corán a diario ni os esforzáis por comprender que significa, de nada os sirve ser un Waqf-e-Nau. Si vuestra moral y vuestros valores no son del más alto nivel, de nada os sirve ser un Waqf-e-Nau. Si vuestra forma de hablar, vuestra conducta, vuestros acuerdos, vuestras actividades y vuestros compromisos no se ajustan a los mandamientos de Al’lah, de nada os sirve ser un Waqf-e-Nau. Si en lugar de aumentar vuestro conocimiento religioso o esforzaros por sobresalir en vuestra educación secular, envenenáis vuestra mente viendo contenido inmoral, indecente y violento, de nada os sirve ser un Waqf-e-Nau. Si no dedicáis vuestro tiempo regularmente a la Comunidad, no hay ningún beneficio en ser un Waqf-e-Nau. Si no tratáis a vuestros familiares con amor, ni a vuestros colegas, amigos y a quienes os rodean con amabilidad, de nada sirve ser un Waqf-e-Nau. Si no mostráis la más alta moral y cortesía en todas vuestras interacciones, de nada sirve ser un Waqf-e-Nau. Y si sois arrogantes y carecéis de humildad, de nada sirve ser un Waqf-e-Nau.

Así pues, recordad siempre que, como Waqf-e-Nau, debéis ser un modelo a seguir para los demás. Además, debéis ser constantes en vuestros esfuerzos por alcanzar la complacencia de Dios. El Mesías Prometido (as) dice que, tras realizar una o dos buenas obras, algunas personas creen haber hecho lo suficiente para ganarse el amor de Dios. Sin embargo, afirma que alcanzar el amor de Al’lah requiere constancia y obediencia completa, como lo demostraron los benditos Compañeros del Santo Profeta (sa). Por lo tanto, es su ejemplo el que debemos emular, y por eso he hablado detalladamente sobre sus cualidades y sacrificios en mis sermones de los viernes durante varios años.

El Mesías Prometido (as) nos advirtió que, así como hay muchas puertas que conducen al Cielo, también hay muchas puertas que conducen al Infierno. Por ello, expresó su temor de que sus seguidores, a la vez que cierran una puerta que conduce al Infierno, abrieran otra.

Por lo tanto, para alcanzar la complacencia de Al’lah, debemos esforzarnos en actuar según todos Sus mandamientos. Requiere que, si sois miembros de la Comunidad, debéis seguir su sistema y ser obediente a la Comunidad. Así, el Mesías Prometido (as) ha dicho que un ahmadí que no obedece se convierte en uno que difama a su Comunidad.

Así que, si al salir de este I’lltema os comprometéis a cumplir con vuestros deberes de una mejor manera, pero luego olvidáis todo lo que he dicho cuando llegáis a casa, de nada sirve ser un Waqf-e-Nau, ni para la Comunidad ni para vosotros personalmente. Sobre todo, Al’lah no tiene ningún interés en esos supuestos Waqf-e-Zindagis. La mayoría de vosotros habéis llegado a una edad de madurez, y por eso cada día debéis rendir cuentas, evaluar hasta qué punto habéis cumplido con las exigencias de vuestro waqf. Y si progresáis en vuestro desarrollo espiritual, lo veréis. Analizad si habéis de verdad hecho un esfuerzo para mejorar vuestro nivel de moralidad y vuestro conocimiento religioso. Solo entonces se podrá decir que sois Waqf-e-Nau, no solo de nombre, sino en espíritu y a través de las acciones. Sólo entonces alcanzaréis ese nivel y estándar de Waqf-e-Nau que la Comunidad necesita y que Al’lah requiere, y en el nombre de quien El Jalifa IV del Mesías Prometido (rh) inició el plan Waqf-e-Nau.

Que Al’lah os permita alcanzar ese preciado nivel de obediencia y lealtad a vuestra fe, sello distintivo de un verdadero Waqf-e-Nau. Que cada uno de vosotros esté a la altura del reto de desempeñar un papel fundamental en el inicio de una profunda y transformadora revolución espiritual en el mundo, que es el verdadero propósito y objetivo de su vida. Que Al’lah os permita a todos inculcar el verdadero espíritu que se requiere de un Waqf-e-Nau y cumplir el propósito al que habéis dedicado vuestras vidas y por el cual os habéis reunido hoy para asistir a este I’lltema

Que todos vosotros, como Waqifeen-e-Nau, desempeñéis un papel destacado en la transmisión del mensaje del islam y del ahmadíat a todos los rincones del mundo.

Referencias:

[1]El Sagrado Corán, 2:132

[2] Malfuzat, Vol. 2, pág. 100, Ed. 1984

[3]El Sagrado Corán, 53:38

[4] Malfuzat, Vol. 4, pág. 429, Ed. 1984

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