Un símbolo de paz y armonía
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
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Alocución dirigida por Hazrat Mirza Masroor Ahmad(aba), V Jalifa del Mesías, líder mundial de la comunidad musulmana Ahmadiyya, el 3 de abril de 2013 en la recepción a personalidades relevantes con ocasión de la inauguración de la mezquita Baitur Rahman en Valencia, España.

Tras la recitación del Tashahhud, Ta’awwuz y Bismillah, Hazrat, V Jalifa del Mesías(aba) dijo:

“A todos los huéspedes, Assalamo Alaikum Wa Rahmatullahe Wa Barakatohu – Que la paz y las bendiciones de Al-lah estén con todos ustedes.

Antes de decirles algunas palabras sobre la inauguración de esta mezquita, en primer lugar, me gustaría agradecerles su asistencia, siendo la mayoría de ustedes no musulmanes. Es un placer tenerles con nosotros. Asisten a este evento por más que en Europa y en Occidente se ve con aprensión a los musulmanes y a la religión del Islam, y que se considera extremistas o fanáticos a los seguidores de esta religión. También se piensa que a los musulmanes les desagradan los no musulmanes, y que no los consideran dignos de mantener relación. Con este punto de vista sobre el Islam y los musulmanes, que ustedes se encuentren aquí con nosotros específicamente para un acontecimiento de la comunidad musulmana, que tiene lugar en su mezquita, y que el acontecimiento consista en la inauguración de la mezquita, es cosa que muestra su apertura de corazón. Incluso siendo así que se reúnen las personas para participar en eventos de diferentes comunidades y religiones, también es de agradecer que ustedes hayan venido aquí. Puede que asistan a este acontecimiento por la curiosidad de averiguar qué tenemos que decir o por curiosidad sobre los musulmanes en general; sin embargo, cualesquiera que sean las razones, quedo muy agradecido por su presencia, por el tiempo que emplean en honrar este fausto acontecimiento.

También es para mí un deber religioso estar agradecido y dar las gracias a todos los que han aceptado nuestra invitación. El Santo Profeta del Islam(sa) dijo que cualquiera que no sea agradecido con su prójimo no puede ser agradecido con su Creador. El Islam afirma que si una persona no muestra humildad y gratitud a su prójimo, reservando su gratitud y humildad para con Dios, no es sincera con Dios. Por ello, con estas pocas palabras, de nuevo quiero expresar que nosotros, como miembros de la comunidad Ahmadiyya, estamos agradecidos por su presencia.

Ahora me gustaría presentarles unas pocas enseñanzas islámicas sobre la mezquita y sobre el respeto que debemos a nuestros vecinos. En primer lugar, estoy agradecido a nuestros vecinos, concejales y a la alcaldesa por permitirnos construir esta mezquita. Además de ser un lugar de culto para nosotros, también me gustaría señalar que la construcción de esta mezquita es también un medio de embellecer la zona al ser un edificio llamativo desde el punto de vista arquitectónico. Al circular por la autovía, los viajeros pueden ver y observar la belleza de esta mezquita. También me gustaría mencionar que algunos vecinos sentían aprehensión por la construcción de esta mezquita. Sentían que afectaría a la paz y tranquilidad de su comunidad, que aumentaría el tráfico en las calles, que habría gente que tiraría basura y que molestaría en su derredor. Creo y espero que sus motivos de aprehensión sean infundados. Todos habrán notado que en las últimas semanas ha habido mucha actividad en esta mezquita. Mucha gente se ha reunido aquí, se ha preparado mucha comida y mucha gente ha comido aquí, pero creo que esto no ha supuesto ninguna molestia para los vecinos. Al menos por lo que a mí respecta, no creo haber visto desperdicios desparramados en los alrededores. Y creo que el único trabajo extra ha sido para el camión de recogida de basura del Ayuntamiento, que ha tenido que recoger más bolsas de basura de lo acostumbrado – por lo cual pido disculpas.

Un verdadero musulmán ha sido completamente advertido por su religión de que la limpieza forma parte de la religión. No solo se impone la limpieza exterior, sino que también se aconseja la limpieza interior, completa. De hecho, al alba del Año Nuevo, que mucha gente celebra toda la noche, ayudamos a nuestros Ayuntamientos en la limpieza de las calles y en aportar brazos que ayuden en la limpieza después de los festejos. Lo hacemos porque se nos enseña a hacerlo desde nuestra religión. Tenemos el deber de ayudar a nuestro vecindario y de asegurarnos de que no sufren molestia alguna.

El Santo Profeta del Islam(sa) cuenta que le ha sido repetidamente revelado por Allah que ayudéis y asistáis a vuestros vecinos. Y esto ha sido dicho con tal énfasis, que a veces ha llegado a pensar que un vecino llega a tener derecho a nuestra herencia, por la importancia que se da al cuidado de nuestros vecinos.

Algo que admiro de los españoles es la importancia que dan a la limpieza. Las mujeres no solo limpian su casa – de lo cual estoy seguro – sino que también limpian la acera frente a su casa. Pasando en coche he visto mujeres fregando las aceras frente a su casa. Ciertamente, los vecinos de esta mezquita pueden tener sus reservas sobre el grado de limpieza que se pueda mantener con la introducción de esta mezquita y con el incremento de gente en la zona. Sin embargo, me gustaría asegurarles que pueden tener certeza de que no les daremos motivo de queja.

A propósito de estas palabras sobre los vecinos, también me gustaría definirles lo que significa un vecino. Vecino no es solo el que vive inmediatamente al lado de su casa, sino que se consideran vecinos los lugares situados hasta 100 casas de distancia. Una persona que viaja con usted en tren, en coche, en autobús, incluso su compañero de trabajo, es un vecino. De este modo, la definición de vecino es muy amplia. Se nos ha enseñado a nunca actuar de modo que incomode a nuestros vecinos. Por consiguiente, aquí no tenemos que causarles ninguna molestia, sino que, más bien estamos aquí a su servicio. Estamos aquí para compartir su comunidad, para sumarnos a sus actividades y vivir pacífica y felizmente con ustedes.

Hoy, la comunidad musulmana Ahmadiyya se encuentra establecida en más de 200 países. Y dondequiera que vamos difundimos el mensaje de “Amor para todos, odio para nadie”. Enseñamos a todo el mundo a mostrar amor y amabilidad a los demás. Nadie debería resultar herido por ninguno de nuestros actos. En uno de sus dichos, el Santo Profeta del Islam(sa) dijo que un verdadero musulmán es aquel de cuya mano y de cuya lengua están seguros todos los que aman la paz. En consecuencia, los musulmanes ahmadíes tratamos de vivir de acuerdo con esta enseñanza y nos gustaría que el mundo entero viviera de este modo; luego vivir en paz y harmonía con los demás seres humanos sin distinción de fe o raza.

El Sagrado Corán a cumplir no solo los deberes que tenemos para con Dios, sino también los que debemos al prójimo. Tenemos que mostrar verdadera justicia en todos nuestros tratos, porque al hacerse injusto, uno se aleja de Dios. En un caso, el Sagrado Corán nos enseña que si es preciso testificar contra nosotros mismos, nuestros padres, nuestra familia o contra las personas a las que queremos, debemos hacerlo. Solo se nos considerará verdaderos musulmanes cuando vivamos conforme a esta enseñanza.

No hay tiempo suficiente para presentares las enseñanzas del Santo Profeta(sa) y del Sagrado Corán con detalle. No obstante, me gustaría mencionar brevemente que en el mundo actual se retrata equivocadamente al Islam y se le considera como una religión agresiva. De acuerdo, tal proyección errada es debida a una minoría de musulmanes extremistas, no ha lugar a dudas, pero en el tiempo del Santo Profeta del Islam(sa) y en el tiempo de sus cuatro califas verdaderos, no hubo ocasión alguna en la que los musulmanes iniciaran una guerra o agresión, sino que más bien se dedicaban a servir a la humanidad, y a difundir pacíficamente el mensaje de Dios Todopoderoso. Solo se permitió la guerra a los musulmanes cuando fueron perseguidos y expulsados de sus casas en la Meca y emigraron a Medina. Cuando se les siguió y atacó en Medina, entonces se les concedió el derecho a defenderse.

El Sagrado Corán también dice que te hemos dado permiso para repeler un ataque simplemente porque de no hacerlo ahora, ningún lugar de culto, sea iglesia o sinagoga o mezquita o cualquier templo quedaría a salvo de los agresores. En consecuencia, no solo se protege de las atrocidades al Islam y la mezquita, sino que este decreto también da seguridad a otras religiones y lugares de culto. A un verdadero musulmán no solo se le enseña a proteger una mezquita, sino que también se le enseña a proteger los lugares de culto de otras religiones. Por lo tanto, los verdaderos musulmanes nunca han causado daños a los lugares de culto de otras religiones en tiempos de guerra. El permiso para repeler una agresión en guerra solo se ha otorgado en situaciones en las que ha habido gente confabulada contra el gobierno, y reconocida como una amenaza para el país.

Todo cuanto les he presentado hoy es la verdadera enseñanza del Islam. Algunos de ustedes pueden discrepar en algunos aspectos sobre el modo como se ha mencionado la historia, pero ello se debe al modo como la historia ha sido presentada erróneamente por algunos historiadores u orientalistas, que no han hecho justicia a la historia o a la realidad. No digo que los gobiernos musulmanes nunca hayan cometido errores ni causado desórdenes en sus países respectivos o con sus vecinos, pero hubo situaciones en las que fueron tratados del mismo modo por gobiernos no musulmanes, y la historia da testimonio de ello.

Pasando esto por alto, me gustaría decir que se ha construido esta mezquita para ser un lugar de hermandad y unidad. Quienquiera que venga con piadosas intenciones, sea musulmán/ana, o no musulmán/ana, tendrá siempre las puertas abiertas. A esta mezquita se le ha impuesto el nombre de Masjid Baitur Rahman – esto es, la casa de Dios- quien siempre es fuente de gracia, quien muestra su favor incondicional a su creación.

Quienes hemos construido esta mezquita queremos asegurar que seguiremos sirviendo y ayudando a las comunidades en las que vivimos, y que seguiremos sirviendo a la creación de Dios, de modo que sigamos recibiendo tanta gracia cuanta sea posible del que es siempre fuente de toda gracia.

Para acabar, les reitero mi agradecimiento por haber honrado este acto con su presencia. Rezo porque crezcan la unidad y los vínculos entre musulmanes y no musulmanes. Muchas gracias.”

Claves para los saludos

SA: Sallallaaho alaihi wa sallam: “que la paz y la bendición de Dios estén sobre él”. Escrito tras el nombre del Santo Profeta(sa).

ABA: Ayyadahullaaho Ta’aallaa binasrihil aziz: “Le ayude el Omnipotente con su poderoso sostén”. Escrito tras el nombre del actual Jalifa de la comunidad musulmana Ahmadiyya.

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