¡5 consejos islámicos para convertir tu desánimo en esperanza!
Descubre cómo puedes cambiar tu estado de ánimo y generar una mentalidad positiva a través de estos 5 sencillos y prácticos consejos basados en las enseñanzas del islam. El desarrollo espiritual en el islam está basado en la esperanza y el Corán pone un gran énfasis en medidas para evitar el desánimo y la desilusión. Estas medidas pueden también extrapolarse a nuestra vida diaria.
Transcripción
La esperanza es desear o esperar que ocurran cosas positivas en el futuro. En general, la esperanza es una emoción optimista relacionada con resultados positivos, y es una gran fuerza que nos ayuda y empuja a progresar en nuestra vida.
Por el contrario, el desánimo es la ausencia de esperanza en tu vida. Cuando te sientes desanimado o desmotivado, puedes tener la sensación de que las cosas no mejorarán, de que nunca serás feliz o de que estás estancado en la vida.
Hoy te traigo 5 consejos sencillos que te ayudarán a mantener la esperanza y salir de una situación de desánimo.
Antes de continuar, me gustaría mencionar que, si te sientes desanimado con mucha frecuencia, es recomendable recibir ayuda de un profesional. Este es un tema sensible y los consejos que muestro a continuación son ciertamente beneficiosos, pero no pretenden sustituir la ayuda que te pueda ofrecer un experto.
Siente que tu vida tiene valor
Una cosa es valiosa porque es útil y tiene un propósito. Por ello el valor de un ser humano es de un nivel muy elevado, -al menos en un contexto religioso- ya que todas las religiones hacen énfasis en que tenemos un objetivo noble que cumplir en nuestras vidas: nuestro desarrollo espiritual. Si quieres conocer más acerca de cómo te puede beneficiar, no te pierdas el vídeo que aparece en pantalla.
Incluso si estamos lejos de cumplir con nuestro objetivo, eso no implica que carezcamos de valor. Por ejemplo, un agricultor conoce el gran potencial que tiene una semilla, y sabe que, con esfuerzo y cuidado, un día podrá convertirse en un gran árbol que le de frutos. El hecho de que aún sea una semilla no hace que carezca de valor.
Sin embargo, la causa de que a veces nos sintamos vacíos o desconectados es que hemos abandonado la parte clave que nos hace humanos y nos da ese valor, es decir, nuestra espiritualidad y nuestras prácticas de oración y contemplación. Hay una realidad que no es accesible a nuestros sentidos físicos y a la que solo se puede acceder a través de prácticas espirituales.
Por ello, la mejor forma de sentir que tu vida tiene valor es dedicar parte de tu tiempo a realizar actividades que sean de carácter espiritual como leer libros religiosos, realizar oraciones, y participar en actividades de ayuda humanitaria.
Rompe tu sensación de desconexión
Como hemos dicho, el valor no es una cuestión materialista sino espiritual.
Mucha gente tiende a medicar su sensación de vacío interno con cualquier cosa que pueda replicar parcialmente la sensación de pertenencia durante un corto período de tiempo. Tales medidas incluyen evitar estar solo en el trabajo, las amistades y otras relaciones personales, o incluso las drogas para llenar ese vacío. Estas cosas pueden funcionar a corto plazo, pero no llegan a la raíz del problema. Cuando estas medidas, por cualquier motivo, ya no están disponibles, la sensación de desconexión aparece más fuertemente que antes.
Consideremos la meditación, por ejemplo. Puede tener un aspecto espiritual o seguir una metodología hasta cierto punto, al final es algo físico que actúa en la mente y carece del ingrediente fundamental y clave, que es la comunicación con Dios. Tiene que haber alguien al otro lado o, de lo contrario, solo estás hablando contigo mismo. Es decir, estás solo.
“La felicidad es un tesoro que nunca tiene fin” – El Santo Profeta del islam (sa).
De hecho, las prácticas espirituales, especialmente la oración regular, es lo que hace que sintamos que tenemos valor. Sin Dios no hay propósito, no hay meta final, no hay verdadera paz interior. O, dicho de otro modo, lo único que el dinero no puede comprar es la paz interior.
La oración es una práctica universal y atemporal que sirve como medio para conectarse con nuestro Creador. Es una forma de buscar a Dios y establecer una relación con Él. Incluso para un agnóstico es una forma de descubrir por sí mismo la realidad sobre Dios.
“Cuando mis siervos te pregunten por Mí, diles: ‘Estoy cerca. Respondo a la plegaria del que suplica cuando Me invoca. Por tanto, deben escucharme y creer en Mí, para que puedan seguir el camino recto.’” (Sagrado Corán, 2:187)
Además, la oración sincera nunca se malogra. A veces, la profunda experiencia espiritual hace que broten las lágrimas y, otras veces, un placentero gozo inunda el corazón de inmensa felicidad. Estas experiencias demuestran que la oración existe, tiene sentido y produce sus frutos. Si quieres conocer más sobre la oración musulmana, dejaré un enlace en la descripción de abajo con toda la información.
Desarrolla una mentalidad positiva y optimista
Para fomentar la ilusión y la esperanza es importante desarrollar una mentalidad positiva y ser consciente de que el desánimo y desilusión se puede convertir en un motivo de debilidad y de fracaso.
El Corán contiene un mensaje de esperanza muy bello que es capaz de levantar el ánimo de cualquier creyente, por muy frustrado que se sienta. Dice:
“¡Oh siervos Míos, que habéis cometido excesos contra vuestras propias almas! No desesperéis de la misericordia de Dios, pues en verdad Dios perdona todos los pecados. Ciertamente Él es el Sumo Indulgente, Misericordioso.” (Corán 39:54)
Es decir, si tienes fe, mantén siempre la esperanza sabiendo que Dios será Misericordioso contigo. Si has tenido un momento de debilidad y has cometido algún vicio o te cuesta salir de algún hábito destructivo, no desesperes, ya que Dios mismo permanece a tu lado.
De hecho, el mensaje del islam va más allá porque dice que ninguna persona -sea creyente o no- está más allá de la posibilidad de corregirse y mejorar. Por muy deteriorada que sea tu condición, mejorar sigue siendo posible. Todo el mundo puede reformar su situación. Lo único que se requiere es que continúe esforzándose.
La positividad de este mensaje, aunque tenga un contexto religioso, se puede extrapolar a otros ámbitos de nuestra vida. Para aquellas personas que se sienten intranquilas e inquietas debido a su situación personal, es un mensaje reconfortante que nos ayuda a continuar mejorando y progresando en nuestra vida, a pesar de los fracasos y debilidades que puedan surgir.
Deja espacio para Dios en tus planes
Muchas veces, cuando fracasa un plan que teníamos o sufrimos debido un acontecimiento imprevisto, nos sentimos desanimados y nos venimos abajo.
Pero en realidad, ninguno de nosotros podemos planificar y prever con absoluta perfección un evento o acontecimiento en nuestras vidas. Por mucho esfuerzo que dediquemos, siempre hay incertidumbres o imprevistos que pueden surgir. Pensar que somos autosuficientes y que nuestros planes son perfectos es una forma de mostrar arrogancia.
Por eso, como dijo una vez el sultán Abdul Hamid de Turquía:
“Deberíamos dejar algo de espacio para Dios también”.
Esto no significa que debamos relajarnos en nuestro empeño y dejemos las cosas al azar. La filosofía islámica en este sentido es que debemos ejercer todo el esfuerzo del que somos capaces para lograr los resultados deseados, y entonces adoptar la humildad de pensar que a pesar de que he hecho todo lo posible, el resto sigue estando en manos de Dios. Esto evita que nos sintamos decepcionados cuando no salen las cosas tal y como esperábamos y aprendamos a ver también el lado positivo de un fracaso. Además, sirve como una fuerte defensa contra la arrogancia y el egocentrismo.
Algunos descuidan a Dios y dependen únicamente de sus propios recursos como la tecnología para el éxito, mientras que otros adoptan el concepto equivocado de confiar en Dios, abandonando cualquier esfuerzo de su parte. Pero la mejor fórmula es que el enfoque sea equilibrado.
Se agradecido con lo que tienes
Podemos generar sentimientos de ilusión y esperanza en nuestra vida a través de un sencillo ejercicio de reflexión diaria que nos hará sentirnos agradecidos con todo lo que tenemos:
Observando la naturaleza, reflexiona sobre el bienestar que te proporciona todo lo que tienes a tu alrededor sin haber hecho ningún esfuerzo por tu parte: el sol y su calor, la luna y su belleza, las estrellas, la tierra, el agua, el aire…
Disfrutamos de un mundo que no merecemos, lo cual podemos utilizar como una fuente de inspiración para apreciar nuestra vida y ser agradecidos por las muchas cosas que damos por sentado. De igual forma, reflexiona cada día y agradece cada gesto que otros hayan tenido contigo.
El Profeta del Islam (sa) decía: “Quien entre vosotros se despierte físicamente sano, sintiéndose seguro y protegido consigo mismo con la comida del día, es como si hubiera adquirido el mundo entero”. Él también dijo: “Mira a los que están por debajo de ti y no te fijes en los que están por encima, porque esa es la mejor manera de no menospreciar los favores de Dios”.
“Si sois agradecidos, en verdad os concederé más favores.” (Corán14:8)
Conclusión
Aunque parezca sencillo, este hábito te enseñará a apreciar con mayor intensidad cada cosa buena que te pase en la vida, lo que te producirá una mayor felicidad que si te centras en los aspectos negativos de la vida.
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