El significado real de ‘istighfar’, o la búsqueda del perdón; y de ‘taubah’, o el arrepentimiento
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

El significado real de ‘istighfar’, o la búsqueda del perdón; y de ‘taubah’, o el arrepentimiento

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 25 de AGOSTO de 2023.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad, (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), dijo:

Dios Altísimo acepta el “istighfar” [la búsqueda del perdón] y el “taubah” [arrepentimiento] de Sus siervos siempre que sea verdadero y no una mera expresión verbal, y ha mencionado esto en varias ocasiones en el Sagrado Corán, [en el sentido de] que Él concede a aquellos que verdaderamente se arrepienten riqueza e hijos y que es un medio de protección contra el castigo Divino, [pues] quien busca el perdón atrae la misericordia de Al’lah. En un lugar, Dios ha dado buenas nuevas a aquellos que buscan el perdón, ya que ha dicho, [Surah Al-Nisa, 4:65]:

“…Ciertamente hubieran encontrado a Al’lah Remisorio con compasión y Misericordioso”.

Sin embargo, la condición sigue siendo que uno busque verdaderamente el perdón y el arrepentimiento, [ya que] en un hadiz ha sido relatado por Hazrat Anas (ra) que escuchó al Santo Profeta Muhammad (sa) decir lo siguiente: “El que verdaderamente se arrepiente del pecado es como el que nunca ha cometido ningún pecado en un principio”. [En otras palabras], cuando Dios Altísimo ama a una persona, ningún pecado puede causarle daño alguno; o sea, los factores que incitan al pecado no pueden conducirle hacia una mala acción y además Dios protege a esa persona de las consecuencias de esa mala acción.

A continuación, el Santo Profeta (sa) recitó el siguiente versículo, [Surah Al-Baqarah, 2:223]:

“Ciertamente Al’lah ama a los que se vuelven hacia Él y a los que se conservan limpios”.

Al oír esto, alguien dijo: “¡Oh Mensajero de Dios (sa)! ¿Cuál es la señal del [verdadero] arrepentimiento?”; [es decir], ¿cómo puede alguien saber que se trata de un arrepentimiento sincero? Y el Profeta (sa) respondió: “El remordimiento y la pena son signos de verdadero arrepentimiento”.

Por lo tanto, los que se arrepienten de verdad, no solo se purifican del pecado mostrando verdadero remordimiento y tristeza, sino que también alcanzan el amor de Dios Altísimo y participan continuamente de la misericordia de Al’lah.

En una ocasión, el Mesías Prometido (as) mencionó las condiciones del verdadero arrepentimiento [de esta manera]:

“La primera condición es librarse de los malos pensamientos e ideas; o sea, uno debe liberarse completamente de los pensamientos que surgen de los deseos ilícitos, lo cual requiere una gran ‘yihad’ [esfuerzo] que la persona debe emprender, porque solo así podrá avanzar hacia el arrepentimiento.

La segunda condición es expresar verdadero remordimiento y pena; [es decir], uno debe reflexionar sobre el hecho de que estos deseos y placeres mundanos son temporales y disminuyen día a día, según uno se va haciendo mayor. Entonces, ¿por qué hay que seguir apegado a ellos? Por tanto, afortunado es aquel que comprende esta realidad y se arrepiente. Además, hay que expresar un verdadero remordimiento, pues esto fue mencionado por el Santo Profeta Muhammad (sa).

La tercera condición es hacer el firme propósito de no volver a dejarnos llevar jamás por tales vicios. Además, uno no debe detenerse ahí, en el mero pensamiento de que ha hecho un juramento de no acercarse a los pecados y que eso es suficiente; sino que ello ha de ser sustituido por una buena moral y acciones virtuosas, porque este es el verdadero arrepentimiento y remordimiento; y después de adquirir dicho estado, es entonces cuando Dios otorga Su amor a tal siervo”.

 

[En verdad], el Mesías Prometido (as) ha llamado repetidamente nuestra atención hacia la búsqueda del perdón y el arrepentimiento; [ya que] el hombre se equivoca y, cuando estos errores se cometen repetidamente, llevan a la persona de un pecado a otro. Por consiguiente, uno debe continuar buscando el perdón de Dios Altísimo mientras se postra ante Él y debemos esforzarnos en purificar nuestros corazones y permanecer siempre atentos para no permitirnos fallar en el cumplimiento de los derechos que le debemos a Al’lah y a Su creación.

Como ya he mencionado, el Mesías Prometido (as) llamó repetidamente la atención de su Comunidad hacia la búsqueda del perdón y estaba tan preocupado por esto, que no dejó pasar ninguna oportunidad para llamar la atención de la Yamat sobre esto y lo hizo constantemente en sus diversas reuniones y escritos. En consecuencia, es de vital importancia que siempre tratemos de ser conscientes y actuar según las instrucciones del Mesías Prometido (as), pues están considerando los mandamientos de Dios y Su Mensajero (sa), para que también nos convirtamos en aquellos que verdaderamente cumplen con los derechos debidos de nuestro “Baiat” [promesa de alianza]; porque si no logramos un cambio puro en nosotros mismos ni prestamos atención al arrepentimiento y al perdón verdaderos, nuestra promesa de reformarnos no servirá de nada.

El Mesías Prometido (as) ha explicado el concepto de arrepentimiento en varias ocasiones y voy a presentar algunos de sus extractos. [Así], al exponer el beneficio de buscar el perdón, escribió:

“Tened en cuenta que a esta ‘Ummah’ se le han concedido dos cosas: una que le otorga fuerza y otra que le permite demostrar en la práctica la fuerza que ha alcanzado. [Pues bien], para obtener fortaleza está el ‘istighfar’ (buscar el perdón de Al’lah), que puede describirse asimismo como ‘istimdad’ (buscar apoyo) o ‘istianat’ (buscar ayuda). [Por ello], los sufíes han escrito que al igual que el ejercicio y el levantamiento de pesas aumentan la fuerza y el poder del cuerpo, (es decir, aquellos que hacen halterofilia o levantan pesas y otros ejercicios diversos aumentan su fuerza física al hacerlo), de manera similar, buscar el perdón de Dios Altísimo es como levantar un ‘peso espiritual’ que fortalece el alma y desarrolla la firmeza en el corazón. [Por ello], quien desee desarrollar fortaleza debe buscar el perdón [‘istighfar’]; (o sea, si uno quiere alcanzar la fuerza espiritual, entonces debe buscar el perdón). 

La palabra ‘ghafrun’ significa cubrir o suprimir y, por eso, a través del ‘istighfar’ una persona busca cubrir y suprimir aquellas emociones y pensamientos que se interponen entre ella y Dios. Por lo tanto, el propósito de buscar el perdón de Al’lah es para que el hombre pueda contrarrestar las sustancias venenosas que lo atacan y buscan destruirlo, y pueda librarse de los obstáculos en el camino del cumplimiento de los mandamientos de Dios Altísimo, y para que [finalmente] pueda actuar conforme a ellos en el sentido práctico.

Hay que recordar también que Dios ha creado al hombre en posesión de dos sustancias internas: la primera es un veneno, que es estimulado por satanás; y la segunda es su antídoto, que se encuentra en su interior. [Pues bien], cuando una persona se vuelve arrogante y engreído, y no busca apoyo en el elixir que habita en su interior, los elementos infecciosos de dicho individuo comienzan a dominar. No obstante, cuando una persona se considera baja e insignificante, y siente dentro de él una dependencia hacia el apoyo de Al’lah, se forma un manantial que fluye por la Mano de Dios Altísimo, a través del cual el alma de una persona se derrite y comienza a fluir hacia adelante.

Este es el significado mismo de ‘istighfar’ (buscar el perdón de Dios); o en otras palabras, obtener esta fuerza y superar el veneno que yace en nuestro interior. Por tanto, lo que esto significa es que, en primer lugar, uno debe permanecer firme en la adoración y obedecer al Mensajero (sa); y, en segundo lugar, buscar constantemente la ayuda de Dios. Por supuesto, al principio uno debe buscar la ayuda del Señor, pero cuando se recibe la fuerza, uno ha de volverse hacia Él”, (en otras palabras: para alcanzar la ayuda de Al’lah hay que suplicarle).

El Mesías Prometido (as) afirma además:

“Es bastante evidente que la naturaleza del hombre es extremadamente débil y Dios Altísimo ha puesto sobre él la carga de cientos de mandamientos. (El hombre es débil y, sin embargo, Dios ha colocado muchos mandamientos sobre él). Por consiguiente, es intrínseco a su naturaleza que, debido a su debilidad, no pueda cumplir algunos de los mandamientos. (Es natural que uno no pueda cumplir todos los mandamientos, ya que son muchos). A veces, uno es vencido por el ‘Nafse-e-Ammarah’ [el espíritu que incita al mal], por lo que tiene el derecho de que, debido a su naturaleza débil, al cometer un error, la misericordia de Al’lah lo salve de perecer debido a que busca el arrepentimiento y el perdón. (Debido a que el hombre es débil, posee el derecho de que Dios Altísimo acepte su verdadero arrepentimiento y lo salve). En consecuencia, es un hecho establecido que, si Dios no aceptara nuestro arrepentimiento, entonces nunca habría puesto sobre él la carga de innumerables mandamientos. Por ello queda probado, sin lugar a dudas, que Al’lah se vuelve hacia nosotros con compasión y es muy indulgente.

[Luego], ‘taubah’ (arrepentimiento) significa que una persona debe rechazar cualquier vicio, con la resolución de que, a partir de entonces, aunque se le arroje al fuego, no cometerá dicho vicio. (Este es el tipo de arrepentimiento que uno debe hacer). Entonces, cuando el hombre se vuelve hacia Dios Altísimo con tal sinceridad y firme resolución, Dios, que es Benevolente y Misericordioso, le perdona ese pecado, [puesto que] es uno de los elevados atributos Divinos que Al’lah acepta el arrepentimiento y salva al pecador de la ruina.

Si el hombre no tuviera la esperanza de que su arrepentimiento fuera aceptado, no podría abstenerse de pecar. (Si uno no espera que su arrepentimiento sea aceptado, entonces seguirá cometiendo pecados. Asimismo, hay mucha gente que se hace preguntas sobre esto, en el sentido de que cuál es el beneficio [del arrepentimiento] cuando este va a ser el destino de uno. No obstante, ese no es el caso, ya que si uno se arrepiente antes de esto, entonces Dios Altísimo puede salvar a una persona de ello).

Los cristianos también creen en el arrepentimiento, pero a condición de que la persona que se arrepienta sea cristiana. [Por su parte], el Islam no establece ninguna condición para el mismo, ya que el arrepentimiento de los seguidores de cada fe puede ser aceptado dejando fuera solo el pecado de negar el Libro de Dios y a Su Profeta (sa). [Por otra parte], es imposible que una persona alcance la salvación solo a través de su conducta. [Así que] es la Benevolencia de Dios que Él acepta el arrepentimiento de algunos y otorga, por Su gracia, tales poderes a otros que, [a través de los mismos], son salvaguardados de pecar”.

Una vez, una persona asistió a una reunión del Mesías Prometido (as) y preguntó qué invocación debía recitar y este declaró:

“Debes recitar la oración [para invocar] el perdón de Al’lah, [porque] solo hay dos estados del hombre: o que no peque, o que Dios le salve del mal resultado de ese pecado. Por lo tanto, cuando una persona invoca el perdón de Al’lah, debe tener en mente estos dos conceptos. (Es decir, no cometer pecado en primer lugar; y, en segundo lugar, evitar el mal resultado de los pecados ya cometidos, que Dios Altísimo otorgue Su perdón y que nunca cometa tal pecado en el futuro. Por tanto, uno debe ser consciente de esto mientras busca el perdón).

 

En primer lugar, se debe rogar a Dios para que cubra y oculte los pecados del pasado; y, en segundo lugar, se debe buscar en Al’lah la capacidad para que uno pueda salvarse de cometer pecados en el futuro. No obstante, no se puede alcanzar el perdón solo con una proclamación verbal, sino que se debe buscar de corazón y rezar en la ‘salat’ [oración] en la propia lengua. (Esto también es importante.) De nada sirve limitarse a pronunciar ‘istighfar’ o escribir ‘astaghfirul’laha Rabbi’ y proclamar que no volveremos a cometer pecado). De hecho, uno debe demostrar que nunca volverá a cometer los pecados que realizó anteriormente”.

[Mas tarde], mientras explica el significado de “istighfar” [buscar el perdón], el Mesías Prometido (as) proclamó en una ocasión:

“Istighfar significa que uno no cometa realmente un pecado y que tampoco surja la capacidad de cometer un pecado. La realidad del ‘istighfar’ de los profetas es que están libres de pecado, aunque realizan el ‘istighfar’, para que incluso la capacidad [de pecar] no se manifieste en el futuro. Sin embargo, para la población en general, hay que considerar para ellos también los otros significados de ‘istighfar’: que Dios Altísimo les protegerá de los efectos nocivos de los pecados y males que han cometido, que les perdonará sus pecados y, al mismo tiempo, les salvaguardará de futuros pecados”.

El Mesías Prometido (as) explica además:

“En cualquier caso, incumbe al hombre permanecer siempre ocupado en la realización del ‘istighfar’, [ya que, por ejemplo], las tribulaciones manifestadas en forma de sequías o cualquier otra manera están ahí para que la gente se ocupe en el ‘istighfar’.”

Hoy en día, hay guerras que están teniendo lugar en el mundo y en tales circunstancias los áhmadis debemos realizar el “istighfar” profusamente, para salvar al mundo y salvarnos a nosotros mismos.

El Mesías Prometido (as) escribe a continuación:

“De todos modos, ‘istighfar’ no significa que uno se limite a pronunciar ‘astaghfirul’lah’, ‘astaghfirul’lah’ [busco el perdón de Dios, busco el perdón de Dios]. La cierto es que la realidad [de su verdadero significado] ha permanecido oculta a la gente debido a que [el árabe] es una lengua extranjera.  Los árabes lo entendieron bien, pero muchas verdades han permanecido ocultas a la gente de nuestro país por ser una lengua foránea. Muchas personas afirman haber realizado el ‘istighfar’ muchísimas veces y recitado el ‘tasbih’ [la glorificación de Al’lah] 100 veces o 1.000 veces, aunque cuando se les pregunta cuál es la esencia y el significado del ‘istighfar’, no tienen respuesta y se quedan sin poder decir nada. Uno debe buscar verdaderamente el perdón en lo más profundo de su corazón para no enfrentarse a la retribución por los pecados y vicios que ha cometido. Es más, en el futuro, se debe buscar siempre la ayuda de Dios Altísimo en lo más profundo de su corazón, a fin de que se le permita llevar a cabo buenas acciones y se le proteja de los pecados”.

 

El Mesías Prometido (as) prosigue:

“Recordad muy bien que no se puede conseguir nada con meras palabras, aunque es posible buscar el perdón en la propia lengua para que Dios conceda el perdón por los pecados anteriores, para ser salvaguardado de futuros pecados y que se nos conceda la capacidad de hacer el bien -esto es el verdadero ‘istighfar’. No hay necesidad de limitarse a decir ‘astaghfirul’lah, astaghfirul’lah’, mientras el corazón está completamente ajeno a ello. Tened en cuenta que solo la palabra que emana del corazón llega a Al’lah. Por consiguiente, uno debe también suplicar a Dios Altísimo en su propio idioma, ya que tiene un efecto [positivo] en el corazón. La lengua da testimonio de lo que hay en el corazón; y si hay fervor en el corazón y ello va acompañado de una expresión verbal, entonces esto es excelente; pero sin el corazón, las meras palabras de la lengua carecen de valor y son fútiles.

De hecho, las súplicas de corazón son las verdaderas súplicas. Cuando una persona continúa orando a Dios y busca Su perdón desde lo más profundo de su corazón antes de una aflicción, entonces tal prueba es retirada por Al’lah, Quien es Misericordioso y Benevolente. Por el contrario, Él no nos libra de la calamidad si (uno reza) después de que ya haya acontecido. En consecuencia, debemos orar continuamente incluso antes de que sobrevenga cualquier aflicción y buscar con ahínco el perdón. De esta manera, Dios Altísimo nos protegerá en el momento de la prueba.

Nuestra Comunidad debería mostrar algo fuera de lo común,  [porque] si una persona jura lealtad [‘Baiat’] y no muestra una actitud extraordinaria, su trato hacia su esposa sigue siendo el mismo que antes y trata a su familia e hijos igual que antes, entonces esto no es lo suyo. ¿De qué sirve la promesa de lealtad [‘Baiat’] si, tras realizarla, uno mantiene los mismos malos modales y maltratos, y se encuentra en el mismo estado que antes? Deberían dar tal ejemplo tras el juramento de lealtad [hasta el punto] que otros, nuestros familiares y vecinos, hablen y digan que este individuo ya no es el mismo que era antes. Ese debería ser el resultado de un verdadero ‘istighfar’ [la búsqueda del perdón].

Recordad con atención que si os purificáis y lleváis a cabo una [buena] acción, entonces seguramente impactaréis a los demás. ¡Cuán grande era el aura sobrecogedora del Santo Profeta (sa)! Una vez, los incrédulos estaban preocupados de que el Mensajero de Dios (sa) oraría contra ellos, por lo que todos ellos se reunieron y le pidieron que no lo hiciera. Una persona sincera ciertamente posee un aura. Por lo tanto, debemos purificarnos y luego actuar por amor a Al’lah, pues será entonces cuando tendremos un impacto en los demás y los influenciaremos”.

Más tarde, en otra ocasión, el Mesías Prometido (as) declaró:

Temer a Dios Altísimo y tener rectitud es una hazaña magnífica. Como resultado, Dios nos protege de miles de calamidades, ya que sin esta protección de Al’lah nadie puede proclamar tener inmunidad ante la aflicción, ni nadie podrá sentirse seguro. Las calamidades descienden sin previo aviso. ¿Qué conocimiento posee alguien de lo que vendrá cuando caiga la noche?

Está registrado que una vez el Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) se puso de pie, lloró profusamente y luego, dirigiéndose a la gente, dijo: ‘¡Oh siervos de Al’lah! Temed a Al’lah. Las desgracias y las aflicciones se aferran a las personas como hormigas. No hay manera de salvaguardarse de ellas excepto si uno se imbuye en el ‘istighfar’ [pedir el perdón] y el ‘taubah’ [el arrepentimiento] con un corazón sincero”.

El Mesías Prometido (as) lo menciona con más detalle:

“El significado de ‘istighfar’ es buscar la protección de Dios Altísimo de los pecados anteriores y del castigo por las ofensas [que hemos realizado], y suplicar protección para no cometer pecados en el futuro. [Por su parte], los profetas siempre se involucraban en el ‘istighfar’ al igual que también la gente común. [En este sentido], algunos sacerdotes cristianos ignorantes han criticado el ‘istighfar’ del Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y han escrito que el hecho de que hiciera  ‘istighfar’ es una prueba (¡Al’lah nos perdone!) de la pecaminosidad del Santo Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. Esta gente desinformada ni siquiera comprende que el ‘istighfar’ es una cualidad muy elevada [en el carácter de una persona].

La humanidad, por naturaleza, ha sido creada de tal manera que su tendencia natural es débil y frágil, y los profetas son conscientes de esta fragilidad inherente y de la debilidad de la naturaleza humana. Por eso rezan: ‘¡Señor nuestro, concédenos tal protección que esas debilidades humanas ni siquiera sean capaces de manifestarse!’. [En este caso], la palabra [árabe] ‘ghafar’ significa ‘cubrir’. El punto esencial es que el poder que Al’lah esgrime no lo posee ningún profeta, ni algún ‘wali’ [santo] o mensajero. Definitivamente, nadie puede afirmar que puede protegerse del pecado mediante sus propias capacidades. Por tanto, los profetas también tienen la necesidad de Dios Altísimo para su protección. Así pues, como demostración de su humilde sumisión ante Dios, el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) también solía orar a Al’lah para [obtener] Su protección, como [hicieron] los otros profetas.

[Por otra parte], la creencia de esas personas (o sea, los cristianos) de que Jesús (as) no practicó el ‘istighfar’ es falsa. Esta es su necedad e ignorancia, y hacen una acusación falsa sobre Jesús (as), porque si estudiamos el Nuevo Testamento, este revela que repetidamente confesó sus debilidades e incluso realizó ‘istighfar’. [Por ejemplo], ¿qué quiso decir con su grito ‘Eli, Eli lama shabachtani’? ¿Por qué no gritó ‘Padre mío, padre mío’? En hebreo, a Dios se llama Eli (o Elohim). El significado real de esa expresión es: ‘Ten piedad de mí y ayúdame, y no me abandones así (en otras palabras: ¡protégeme!)’. La dificultad es que el verdadero significado y propósito del ‘istighfar’ se ha perdido en la India debido al peso de la diferencia en el idioma; y ciertas oraciones se consideran como si fuesen palabras mágicas, ya sea la ‘salat’ [oraciones obligatorias], el ‘istighfar’ [pedir perdón] y el ‘taubah’ [arrepentimiento]. [Por ello], si aconsejáis a alguien que haga ‘istighfar’, os responderá que lo recita unas cien o doscientas veces en un rosario; pero si le preguntáis por su significado, no sabe absolutamente nada. ‘Istighfar’ es un término árabe que significa ‘buscar el perdón’, es decir: ‘¡Oh Dios mío, protégeme de las consecuencias de los pecados anteriores –ya que el pecado es un veneno que tiene un efecto inevitable– y concédeme tal protección para que no cometa pecados en el futuro!’. [Así pues], la mera repetición verbal de las palabras no servirá para dicho propósito.

‘Taubah’ significa alejarse del pecado mediante el arrepentimiento y el remordimiento; y no hay nada malo en ello. Por el contrario, está escrito que Al´lah ama inmensamente al siervo que se arrepiente. Además, un nombre de Dios Altísimo es ‘Tawwab’, cuyo significado es que cuando una persona se arrepiente de sus pecados y se lamenta, jurando evitarlos en el futuro, entonces Dios se dirige a él con misericordia. [Es más], Al’lah se vuelve hacia el hombre más de lo que él se arrepiente, como se recoge en el noble Hadiz, [o sea], que si una persona avanza hacia Dios Altísimo tanto como una porción de su mano, entonces Dios avanza hacia él en la medida de su mano completa; y si alguien viene caminando [hacia Él], Al’lah va corriendo hacia él. En otras palabras, si una persona se vuelve hacia Dios Altísimo, entonces Dios también le favorece con el mayor grado de misericordia, gracia y perdón; pero si aparta su rostro de Al’lah, entonces ¿qué le importará eso a Dios Altísimo?”.

[Más tarde], mientras explicaba la verdadera naturaleza del “istighfar”, el Mesías Prometido (as) manifestó:

“Hay que saber que el Santo Corán ha presentado dos nombres de Dios: ‘Al-Hayy’ y ‘Al-Qayyum’. El significado de ‘Al-Hayy’ es que Al’lah es Quien Vive y Da Vida a los demás; y ‘Al-Qayyum’ significa que es ‘Auto-Subsistente y la ‘Verdadera Fuente de Sustento para los demás’. [Pues bien], la vida y el sustento de todas las cosas, aparentes y ocultas, es a través de estos dos atributos. [Por eso], la palabra ‘Hayy’ requiere que Él sea adorado, como se manifiesta en el Surah Al-Fatihah con [las palabras] ‘Iyyaka Nabudu’ [A Ti solo te adoramos]. De manera similar, ‘Al-Qayyum’ requiere que se busque apoyo de Él y esto se realiza a través de las palabras ‘Iyyaka Nastain’ [A Ti solo imploramos ayuda]. La palabra ‘Hayy’ requiere adoración, porque Él ha creado; y tras crear, de ninguna forma ha abandonado la creación. Por ejemplo, el fallecimiento de un albañil, tras construir un edificio, no causará ningún daño al edificio en sí. No obstante, la necesidad que el hombre tiene de Dios Altísimo está presente en cada momento. Por esta razón, es necesario seguir buscando fuerza en Dios y esto es el verdadero ‘istighfar’ [buscar el perdón].

Después, profundizando en esto, [cabe decir] también que se aplica a aquellas personas que pecan, para que puedan ser salvaguardadas de los malvados resultados de esos pecados. (Incluso si alguien no ha pecado, aun así debe realizar ‘istighfar’ para permanecer con vida y en el refugio de Al’lah). Pero el verdadero [significado] es que nos salvemos de las debilidades humanas. Por consiguiente, cualquiera que, siendo un ser humano, considere innecesario el ‘istighfar’ es un ateo insolente”.

 

A continuación, mientras describe la verdadera esencia del “istighfar”, el Mesías Prometido (as) afirma en un sitio:

“El pecado es un insecto que contamina la sangre y solo puede curarse mediante el ‘istighfar’. Y ¿qué es ‘istighfar’? Corresponde a Dios Altísimo salvaguardarnos contra los efectos nocivos de los pecados cometidos y de los que aún no se han cometido. Además, es necesario que la capacidad de una persona para cometer pecado nunca se manifieste y que sea reducida a cenizas desde dentro.

Estos son tiempos muy aterradores, así que ocupaos en el ‘taubah’ y el ‘istighfar’ (los tiempos por los que estamos pasando son de gran temor). Ocupaos en [realizar] ‘taubah’ e ‘istighfar’, y continuad evaluando vuestro estado interior. Los seguidores de cada religión y nación, y la Gente del Libro, consideran que los castigos se evitan mediante la limosna, aunque solo antes de la manifestación de los castigos, porque una vez que el castigo ha descendido, entonces no se puede evitar. En consecuencia, buscad el perdón y ocupaos en [hacer] ‘taubah’ de ahora en adelante, a fin de que no os sobrevenga ninguna prueba y que Dios pueda protegeros. Así pues, en vista de las condiciones actuales del mundo, debemos buscar profusamente el perdón, como mencioné anteriormente. ¡Que Al’lah nos proteja de todo tipo de mal y aflicción!”.

Explicando todavía más acerca de la verdadera realidad del arrepentimiento, el Mesías Prometido (as) aclaró que:

“Rechazar el arrepentimiento y el perdón es cerrar la puerta al progreso humano. Es obvio para todos que el hombre no es perfecto en sí mismo, aunque en realidad tiene necesidad de perfección. Así como después de su nacimiento amplía gradualmente sus conocimientos, ya que no nace instruido y bien informado; de la misma manera, cuando tras su nacimiento comienza a ser sensible a lo que le rodea, su condición moral está en un punto muy bajo. La observación de la condición de los niños pequeños muestra que la mayoría de ellos son propensos a golpear a otros a la menor provocación y muchos lo son a decir mentiras y usar lenguaje grosero con otros niños. Algunos [incluso] roban, inventan historias, son envidiosos y avaros; [y luego], cuando crecen, caen en las garras del espíritu que incita al vicio y son culpables de diversos tipos de maldad y perversidad.

Así, para la mayoría de las personas, la primera etapa de la vida es impura (la sociedad y las condiciones que rodean a la persona la hacen impura); pero cuando una persona afortunada emerge del feroz diluvio de la juventud, se vuelve hacia Dios Altísimo (cuando una persona afortunada observa la inmundicia de este mundo, entonces su atención se dirige hacia Dios), se retira de actividades indeseables mediante un arrepentimiento sincero y se ocupa de purificar el manto de su naturaleza. Estas son etapas de la vida humana que una persona comúnmente tiene que atravesar y ello muestra que, si fuera cierto que el arrepentimiento no es aceptado, significaría que Al’lah no desea otorgar la salvación de nadie”.

En una ocasión, cuando algunas personas vinieron a tomar el juramento de lealtad [‘Baiat]] y se formó una reunión, el Mesías Prometido (as) les aconsejó lo siguiente:

“Es el deseo de Dios Altísimo que la humanidad realice un arrepentimiento verdadero y sincero, y ore para liberarse del pecado; y que no sea deshonrada ni en este mundo ni en el Más Allá”.

Debemos arrepentirnos de tal manera que seamos salvados de la desgracia tanto en este mundo como en el Más Allá.

El Mesías Prometido (as) añadió además:

“Hasta que una persona no sea capaz de hablar con verdadera comprensión de lo que dice y adoptar humildad, sus palabras no llegan a Dios. [En este sentido], los sufíes han escrito que si pasan cuarenta días y uno no ha llorado ante Al’lah, su corazón se endurece; y el único remedio para un corazón endurecido es llorar y hay maneras de inducir tal condición.

[Por otro lado], si uno mira hacia lo que ha logrado y la condición de su vida –si echa un vistazo al pasado– (este también contiene muchas experiencias dolorosas), entonces el corazón comenzará a temblar y estremecerse. El que simplemente dice ser adverso al pecado es mentiroso. Donde hay almíbar dulce, seguramente vendrán hormigas. De manera similar, las debilidades existen naturalmente dentro de uno mismo; así que, ¿cómo liberarse de ellas? Si la gracia y la misericordia de Dios Altísimo no se manifiestan, uno no puede protegerse contra el pecado. [Por ello], los profetas y los santos no se enorgullecen del hecho de no pecar. Más bien, siempre buscan la gracia de Dios. Esto es exactamente lo que significa que los profetas busquen el perdón, a fin de que la gracia de Al’lah permanezca sobre ellos. De lo contrario, si se deja que la humanidad haga lo que quiera, no podrá seguir siendo inocente y pura. [También] hay otras oraciones similares que aclaran este mismo significado de ‘istighfar’ (buscar el perdón). [Pero en definitiva], el secreto para llegar a ser siervo [de Dios Altísimo] es que uno debe ponerse bajo el refugio de Dios; y quien no busca dicho refugio es engreído y arrogante”.

Alguien preguntó una vez al Mesías Prometido (as) cómo se puede desarrollar la pasión y obtener agrado en la adoración -incluso ahora, la gente hace muchas preguntas a este respecto-. [Pues bien], el Mesías Prometido (as) contestó:

“La pasión y el placer de realizar buenas obras y la adoración no los puedes producir tú mismo; solo se puede lograr a través de la gracia de Al’lah y si Él te lo permite, [por lo que] uno no debería llegar a preocuparse. En cambio, uno debe continuar suplicando a Dios Altísimo por Su gracia y fortaleza. (Se debe buscar el placer y la pasión en la adoración a Dios); y no debéis cansaros de orar por esto, [pues] cuando uno es firme y decidido en sus oraciones, Al’lah derrama Su gracia y cumple los deseos que alguna vez causaron ansiedad e inquietud en su corazón. (Si estáis ansiosos e inquietos por desarrollar pasión y agrado en vuestra adoración, y permanecéis firmes en esto, entonces finalmente lograréis vuestro objetivo); en otras palabras, uno comienza a sentir pasión, placer y saborea la dulzura de la adoración.

Sin embargo, si uno no se esfuerza ni lucha (o si no lo intenta en absoluto) y piensa que esto se puede lograr simplemente pronunciando frases, entonces esto no está de acuerdo con las leyes y prácticas de Dios Altísimo, [porque] si uno prueba a Dios de esta manera, se está burlando de Al’lah y quedará arruinado. Recordad bien que vuestros corazones están en las Manos de Dios Altísimo y, si no fuera por Su gracia, os harías cristianos al día siguiente o adoptarías otro camino de infidelidad. Por esta razón, buscad constantemente Su gracia y ayuda a través de la oración, para que podáis permanecer firmes en el camino recto. Quien se vuelve independiente de Dios se vuelve semejante a satanás. Para evitarlo, uno debe seguir buscando el perdón para estar protegido contra el veneno y los impulsos que buscan destruirnos”.

Por lo tanto, para alcanzar un alto nivel de adoración, uno debe buscar el perdón.

Posteriormente, mientras aclara el secreto para salvarse del castigo de Al’lah, el Mesías Prometido (as) proclama:

“Hay que suplicar por el arrepentimiento y el perdón, pues sin arrepentimiento ni perdón no se puede lograr nada. Todos los profetas han dicho que si uno busca el arrepentimiento y el perdón, solo entonces Dios Altísimo nos perdonará. Ofreced vuestras oraciones y súplicas a Dios para que os ayude a evitar pecados en el futuro. Busca el perdón de los pecados pasados y arrepentíos una y otra vez para que no se manifieste el potencial que existe en la naturaleza humana para cometer pecado.

Hay dos fuerzas en los humanos: una es la fuerza para realizar buenas obras y virtudes, y la otra es la de cometer el mal. Depende de Dios Altísimo mantener a raya esta fuerza [maligna] y esa fuerza existe en la humanidad de la misma manera que una piedra tiene el potencial de encender fuego”.

El Mesías Prometido (as) afirma también:

“Tened en cuenta que a esta ‘Ummah’ se le han concedido dos cosas: una que otorga fuerza, y para eso está ‘istighfar’ [buscar el perdón]; y la otra que permite demostrar prácticamente la fuerza que ha alcanzado y que es volverse hacia Dios a través del arrepentimiento. Para fortalecerse, existe el ‘istighfar’ (buscar el perdón de Al’lah), que también puede describirse como ‘istimdad’ (buscar apoyo) o ‘istianat’ (buscar ayuda). Los sufíes han escrito que así como la halterofilia y el levantamiento de pesas (tal como se mencionó anteriormente) aumentan la fuerza y el poder del cuerpo, de manera similar, buscar el perdón de Dios es un peso espiritual que fortalece el alma y desarrolla firmeza en el corazón. Quien desee desarrollar fuerza debe buscar el perdón, o sea, realizar ‘istighfar’.”

El Mesías Prometido (as) añade:

“La puerta a los favores y la gracia de Dios Altísimo nunca se cierra. Si una persona se inclina hacia Dios con un corazón verdadero y sincero, entonces Él, Quien es el Más Perdonador y Misericordioso, aceptará su arrepentimiento. Pensar sobre si Al’lah algún día perdonará a los pecadores es absoluta insolencia y desdén hacia Él. Los tesoros de Su Misericordia son vastos e infinitos. No hay escasez en Su Corte y Su Puerta no está cerrada a nadie. Su Misericordia no es como los trabajos de los ingleses que requieren una educación muy amplia. Aquellos que se esfuerzan por alcanzar a Dios Altísimo obtendrán altos rangos en consecuencia y esta es una promesa segura. ¡Quien desespera de Dios y muere en ese estado de ignorancia es verdaderamente desafortunado y desgraciado! Y ciertamente Su Puerta se cierra cuando la muerte sobreviene a una persona. Por eso, al final, cuando uno se encuentra con la muerte, entonces no hay esperanza”.

El Mesías Prometido (as) explica además [en otro lugar]:

“En el idioma árabe, ‘taubah’ (arrepentimiento) significa ‘regresar’; y es por eso que el nombre de Al’lah en el Sagrado Corán también se conoce como ‘Tawwab’ o ‘El que Se vuelve hacia nosotros con frecuencia’. Esto significa que cuando una persona que descarta el pecado se vuelve a Dios con un corazón sincero, Dios Altísimo se vuelve aún más hacia él; y ello está totalmente de acuerdo con la ley de la naturaleza. Al’lah ha hecho parte de la naturaleza humana que cuando una persona se dirige a otra con un corazón sincero, el corazón de esta también se ablanda por ella. Entonces, ¿cómo puede la razón aceptar que cuando un siervo se vuelva hacia Dios Altísimo con un corazón sincero, Él no debería volverse hacia él? En efecto, Dios, que es Benevolente y Misericordioso, se vuelve aún más hacia Su siervo. Es por eso que en el Santo Corán el nombre de Al’lah, como acabamos de mencionar, también es ‘Tawwab’, que significa que ‘Se vuelve hacia nosotros con frecuencia’.

El hombre se vuelve a Dios Altísimo a través del remordimiento, la humildad y la mansedumbre, y Dios se vuelve al hombre con misericordia y perdón. Si la misericordia no fuera uno de los atributos de Al’lah, nadie sería liberado. [Por ello digo que] es una lástima que la gente no reflexione sobre los atributos de Dios Altísimo y [crea] depender enteramente de sus propias acciones. Pero, ¿acaso puede ser la actitud de Dios, Quien, sin ninguna acción procedente del hombre, ha creado miles de bondades para él en la Tierra, que, cuando el hombre débil, siendo advertido de su negligencia, se vuelva hacia Él, en una reacción que es como la muerte, se despoje de su viejo vestido y se consuma en el fuego de su amor, [acaso entonces Al’lah] no debería volverse hacia él con misericordia? ¿Es esa la ley de la naturaleza? Ciertamente no y que la maldición de Dios Altísimo caiga sobre los mentirosos”.

[Así pues], llamando nuestra atención para lograr un cambio notable en nuestras vidas, el Mesías Prometido (as) declaró:

“Recordad bien que dejar a Dios y confiar únicamente en vuestro propio enfoque y planificación es una necedad. Producid tal cambio en vuestras vidas como si hubierais entrado en una nueva vida que es aquella en la que se busca el perdón. Buscad el perdón profusamente. Aquellos que están abrumadoramente ocupados en actividades mundanas y no tienen tiempo deberían estar más temerosos que otros. (Debido a su compromiso con los asuntos mundanos, estas personas dicen que no tienen tiempo. Estos deberían mostrar mucho temor). Los trabajos y las profesiones a menudo hacen que uno descuide sus obligaciones hacia Al’lah. Por esta razón, debido a una absoluta necesidad, está permitido ofrecer las oraciones de ‘zohr’ y ‘asr’ juntas, y las oraciones de ‘maghrib’ e ‘isha’ juntas”. Si hay una necesidad extrema, se pueden combinar oraciones, aunque la forma correcta es ofrecer la oración a la hora señalada”.

El Mesías Prometido (as) destacó además:

“También sé que si le pedís permiso a vuestros superiores para ofrecer la oración, entonces a menudo lo conceden (respecto a aquellos que están empleados, si uno pide permiso [para ofrecer oración] a su empresa –incluso si no es musulmán– entonces es posible obtener permiso). [Por lo tanto], es solo por debilidad interior que uno pone excusas muy absurdas para abandonar la oración; [así que] no seáis injustos ni descuidados con el cumplimiento de los derechos de Dios Altísimo y los derechos de Su creación. Cumplid con vuestras obligaciones con la mayor sinceridad”.

Por tanto, buscar el perdón y el arrepentimiento solo será beneficioso cuando uno tenga en cuenta sus obligaciones fundamentales y las cumpla debidamente; [al mismo tiempo], las oraciones deben ofrecerse con regularidad y asimismo se deben cumplir debidamente los derechos de Dios y Su creación.

El Mesías Prometido (as) destaca en otro sitio:

“Así pues, levantaos y arrepentíos, y calmad a vuestro Señor con buenas obras. Tened en cuenta que los errores de creencia solo serán castigados después de la muerte y el desacuerdo entre hindúes, cristianos y musulmanes se decidirá en el Más Allá; pero el que traspasa todos los límites en la audacia y la inmoralidad será castigado en este mundo, y no hay manera de que pueda escapar del castigo Divino. Intentad agradar a vuestro Señor y recordad que Él es el Más Compasivo y perdona los pecados de toda una vida en un momento de arrepentimiento que nos envuelve totalmente. No desesperéis de Su perdón y recordad que solo podéis estar a salvo por Su gracia y no por ninguno de vuestros esfuerzos. (Por consiguiente, uno debe continuar siempre inclinado hacia Dios Altísimo y buscar Su gracia y perdón).

 

¡Oh Dios Misericordioso y Compasivo, ten piedad de nosotros, porque somos Tus siervos y nos hemos arrojado sobre Tu Umbral! Amén [que así sea]”.

¡Que Al’lah nos permita convertirnos en destinatarios de la oración del Mesías Prometido (as) y que busquemos el perdón y el arrepentimiento al mismo tiempo que entendemos su verdadero significado y esencia!

Ahora mencionaré a algunos miembros fallecidos [de la Yamat] y luego dirigiré sus oraciones fúnebres [en ausencia]:

La primera mención es de la respetada Ansa Begum Sahiba, que era hija de Hazrat Mir Muhammad Ishaq Sahib (ra). Falleció recientemente a la edad de 93 años:

[¡En verdad, a Dios pertenecemos y a Él volveremos!].

Por la gracia de Dios Altísimo era una “musia” [integrante del sistema de ‘Al-Wasiyat’]. Nació en Qadián y Hazrat Mir Nasir Nawab Sahib (ra) era su abuelo paterno. Su madre se llamaba Hazrat Saliha Begum Sahiba, [que era] hija de Pir Manzur Muhammad Sahib. Realizó sus estudios primarios en Qadián y Al’lah la bendijo con dos hijos y una hija. Estuvo casada con el difunto Qazi Shaukat Sahib.

Mir Mahmud Ahmad Nasir Sahib escribe desde Rabwah sobre su hermana:

“Era muy sencilla, amable e inocente. Antes de casarse, nuestra hermana se ocupaba de toda la familia”. Y prosigue: “En los primeros días de Rabwah, cuando no había electricidad, el calor era extremo y la gente vivía en casas de barro, por lo que nos quedábamos todos en una habitación para evitar el calor, ya que tenía un ventilador de techo que lo hacía mover con una cuerda. Sin que nadie se lo pidiera, en aras de nuestra comodidad, salía fuera y empujaba la soga para que pudiéramos dormir tranquilos. Tenía una pasión desinteresada por servir a los demás”.

Sus hijos escriben:

“Nuestra madre era una musulmana áhmadi muy sincera. Cumplía sus derechos y deberes como esposa. Era de naturaleza muy sencilla y muy cariñosa. [A menudo] hablaba de incidentes destacados y llenos de sabiduría de la vida del Santo Profeta Muhammad (sa), sus Jalifas y Compañeros (ra) de una manera muy sencilla. Además, era capaz de relatar fácilmente incidentes de la historia de la Yamat, el Mesías Prometido (as), sus Jalifas y Compañeros (ra). Exhortaba a sus hijos, y en general también a los demás, a mantenerse firmes en la fe y a llevar una vida honorable. Fue muy activa en el trabajo por la Comunidad. Su mayor cualidad era su compasión por la humanidad y asimismo tenía una gran pasión por la predicación, [pues cuando viajaba], iba a la terminal del aeropuerto y predicaba el mensaje del Islam a todo el mundo, incluso a los pilotos. Su moral era hermosa y se manifestaban de una forma sencilla. Era muy buena en dar discursos”.

Su sobrina, Amatul Kafi Sahiba, dice:

“Su educación fue tan sólida que nunca se apartó de la formación de sus padres. Tenía tal pasión por el servicio a la fe que acudía regularmente a la mezquita de Nueva York para limpiarla. La gente comenta que, mientras mantuvo su fortaleza física, cada vez que iba al mercado propagaba el mensaje a personas de toda condición, según su comprensión y en su lengua. Tenía una gran compasión y amor en su corazón por los necesitados e indefensos”.

¡Que Dios permita a sus hijos continuar el legado de sus virtudes y le conceda Su perdón y misericordia, y eleve su rango [espiritual]!

El segundo funeral es el de la respetada Bushra Akram Sahiba de Sialkot,  [quien] también ha fallecido recientemente:

[¡En verdad, a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!].

Nació en 1955 en Batal, Sialkot. Entre sus altas cualidades destacaban que era virtuosa, regular en sus oraciones y ayunos, y muy sincera. [También] era hospitalaria y atendía a los pobres. Sentía un amor especial por el Jalifato y respetaba mucho a los consagrados de por vida. Le sobreviven su marido, tres hijas y un hijo. Su hijo Shahryar Babar Shahzad Sahib es misionero de la Yamat en Sierra Leona y, debido a que se encuentra allí en acto de servicio, no pudo asistir al funeral.

[De todas formas], Shahryar Babar Shahzad Sahib relata:

“Se puso muy contenta cuando me aceptaron en Yamia [la universidad que forma a los misioneros]. Ella inquirió qué me preguntaron y yo le dije que en Yamia me habían preguntado que, puesto que soy el único hijo de mis padres, ¿quién cuidaría de ellos si yo dedicaba mi vida? Les di mi respuesta y, cuando mi madre la oyó, respondió: ‘Si hubiera tenido siete hijos, los habría dedicado a todos’.

Y añade: “En sus últimos días, cuando estaba en el hospital, la llamé para preguntarle cómo estaba. A pesar de estar muy incómoda, dijo que se encontraba bien y que comía y bebía lo que le había prescrito el médico. Además me dijo que si le ocurría algo, no me preocupara, que me quedara en África y no preocupara a mis hijos, [puesto que] soy un consagrado de la vida y por eso debo ser paciente. Estas fueron las últimas palabras de mi madre”.

Se ocupaba de los pobres, de las viudas y les prestaba ayuda económica. Cada vez que llegaba la cosecha de trigo o arroz, la dividía en varias partes para asignarles su parte.

¡Que Al’lah le conceda Su perdón y misericordia, y conceda a sus hijos paciencia!

La tercera persona es Musarrat Jahan Sahiba, esposa de Chaudhry Muhammad Akhtar Sahib de Australia, quien también falleció recientemente a los 87 años:

[¡En verdad, a Dios pertenecemos y a Él volveremos!].

Su abuelo paterno, Hazrat Babu Muhammad Afzal Aujalvi Sahib (ra), era Compañero del Mesías Prometido (as) y fue criada en su presencia. Sufrió una hemorragia cerebral y llevaba 16 años postrada en cama. Su hijo Zahid y su nuera cuidaron especialmente de ella.

Su nuera narra:

“La forma en que me trató durante su vida activa no fue como una suegra, sino como si yo fuera su hija. Rezaba con regularidad, guardaba el ayuno y ofrecía el ‘tahayud’. Cuidaba especialmente de su adoración. Mantenía un lugar separado en su casa para la adoración. Cuando había ‘dars’ [lecciones sobre el Santo Corán] en la Mezquita Mubarak, iba andando desde ‘Darul Ulum’ para asistir a esas clases y también acudía en los últimos diez días [de Ramadán] para las oraciones de ‘Tarawih’. Sentía un gran amor y respeto por el Jalitafo.

Su marido era jefe de estación de ferrocarril y dondequiera que él se encontrara, ella impartía clases para que los niños aprendieran el Sagrado Corán en su casa; y cuando se instaló en Rabwah, también daba clases de Corán allí”.

Le sobreviven su marido, tres hijos y tres hijas. Su hijo menor, Hafiz Rashid Javaid Sahib, es un consagrado de por vida que trabaja como “Nazim Darul Qaza” en Rabwah.

¡Que Al’lah le conceda Su perdón y misericordia, y permita a sus hijos continuar con sus buenas acciones!

La cuarta persona es el respetado Nasir Ahmad Qureshi Sahib, de Estados Unidos, que falleció recientemente a los 88 años:

[¡En verdad, a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!].

Estaba casado con Amatul Bari Nasir Sahiba, que fue secretaria de “ishaat” [publicaciones] durante mucho tiempo en “Lallna Imail’lah” Karachi. Le sobreviven su esposa, dos hijos y tres hijas. Uno de sus nietos, Waqas Khurshid, es misionero, mientras que otro estudia en la Yamia de Canadá. Su padre era el respetado Muhammad Shamsuddin Bhagalpuri.

El Ahmadíat se estableció en su familia en 1913, cuando el respetado Maulwi Abdul Majid Sahib, padre de Hazrat Sayyidah Sarah Begum Sahiba, esposa de Hazrat Jalifatul Masih II (ra), celebró una reunión en esa zona y presentó argumentos a favor de la veracidad del Mesías Prometido (as). Su padre se sintió muy influido y fue a verle a la tribuna. Le dieron algunas publicaciones que leyó y, posteriormente, se apasionó por el Ahmadíat. Rezó y Dios Altísimo le mostró el semblante bendito del Mesías Prometido (as) en un sueño junto con otros sueños extraordinarios. Por ello, escribió una carta a Hazrat Jalifatul Masih I (ra), prometiéndole lealtad. De este modo, se encuentra entre los primeros áhmadis de Bhagalpur.

[Luego], debido a la extrema oposición, emigró a Qadián junto con su esposa e hijos, donde continuó aumentando su sinceridad y amor. También tuvo la oportunidad de servir como chófer del coche de Hazrat Jalifatul Masih II (ra).

Nasir Qureshi Sahib nació en Qadián y,  tras la partición, se trasladó a Karachi, donde obtuvo su educación. Continuó sus estudios con gran esfuerzo y dedicación, a pesar de las condiciones desfavorables. Se licenció en ingeniería eléctrica y más tarde entró a trabajar en el Departamento de Telefonía y ascendió al rango de director general. Cuando se jubiló, lo hizo con la reputación de ser un líder trabajador y digno de confianza. En la comunidad ahmadía de Karachi fue presidente local del área de Nazimabad. Asimismo vivió en otro lugar y allí fue presidente local.

¡Que Al’lah le conceda Su perdón y Su misericordia!

Su esposa, Amatul Bari Sahiba, escribe:

“Siempre le encontré regular en sus oraciones y ayunos. Su corazón estaba ligado a la mezquita. Era un marido responsable y se preocupaba mucho por la educación y la formación de sus hijos. Además, ayudaba a los necesitados. Tenía un profundo amor por el Jalifato. Siempre hablaba de forma sincera y directa”.

Por la gracia de Dios era un “musi”.

¡Que Al’lah permita a sus hijos continuar el legado de sus virtudes!

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que Al’lah el Todopoderoso acepta el arrepentimiento de Sus siervos, con la condición de que sea verdadero arrepentimiento y no la mera pronunciación de palabras.

Su Santidad (aba) dijo que en el Sagrado Corán, se afirma que Al’lah concede a los que se arrepienten de verdad riqueza y descendencia, y se convierte en un medio para salvarse del desagrado de Al’lah el Todopoderoso. En una instancia del Sagrado Corán, Al’lah el Todopoderoso declara:

Ciertamente hubieran encontrado a Al-lah Remisorio con compasión y Misericordioso. (Sagrado Corán 4:65)

Su Santidad (aba) dijo que, sin embargo, la condición para ello es que uno busque verdaderamente el perdón y se arrepienta. Está registrado que el Santo Profeta (sa) dijo una vez que para quien se arrepiente de verdad, es como si nunca se hubiera cometido un error. Uno queda a salvo de los efectos nocivos de las malas acciones. Entonces el Santo Profeta (sa) citó el siguiente versículo:

Al-lah ama a los que se vuelven a Él y ama a los que se conservan limpios. (Sagrado Corán 2:223)

¿Qué es el verdadero arrepentimiento?

Su Santidad (aba) dijo que al Santo Profeta (sa) le preguntaron qué significa el verdadero arrepentimiento. El Santo Profeta (sa) respondió diciendo remordimiento y tristeza. Es haciendo esto que uno puede tener sus pecados perdonados y beneficiarse de la misericordia de Al’lah.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) ha señalado las condiciones para el verdadero arrepentimiento. La primera condición que estipuló fue abandonar los malos pensamientos. Esta es una gran lucha que uno debe realizar para lograr el verdadero arrepentimiento.

Su Santidad (aba) dijo que la segunda condición para el verdadero arrepentimiento estipulada por el Mesías Prometido (as) era que uno debe mostrar verdadero remordimiento y tristeza. Deben comprender que los placeres y atractivos de este mundo son temporales, y que permanecer apegado a ellos no aporta ningún beneficio.

Su Santidad (aba) dijo que la tercera condición estipulada por el Mesías Prometido (as) para el verdadero arrepentimiento es decidirse firmemente a no volver a acercarse a ese mal. Esto no debe limitarse a una mera resolución, sino que debe hacerse un esfuerzo concertado para reemplazar las malas acciones por acciones buenas y virtuosas.

Su Santidad (aba) dijo que caer en un mal lleva a otro, y luego a otro. De ahí que sea de gran importancia alcanzar el verdadero arrepentimiento. Debemos tratar de purificar nuestros corazones y hacer todo lo posible para que nunca nos quedemos cortos en el cumplimiento de los derechos debidos a Al’lah el Todopoderoso y los debidos a Su creación. Es imperativo que apliquemos siempre las enseñanzas de Al’lah, Su Mensajero (sa) y el Mesías Prometido (as) para cumplir el propósito de nuestro juramento de lealtad. Sin esfuerzos hacia el verdadero arrepentimiento, nuestro juramento de autorreforma quedaría vacío.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) ha llamado la atención de su Comunidad hacia el verdadero arrepentimiento en innumerables ocasiones y, de hecho, ha aprovechado cada oportunidad para destacar este tema. Su Santidad (aba) dijo que presentaría algunos extractos del Mesías Prometido (as) sobre este tema.

Los beneficios de buscar el perdón

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien habló sobre el beneficio de buscar el perdón. Dijo que a la ummah musulmana se le han concedido dos habilidades; una es la habilidad de ganar fuerza, y la segunda es la habilidad de exhibir esa fuerza en la práctica. La fuerza puede obtenerse buscando el perdón y la ayuda. Al igual que la gente se ejercita levantando pesas y por otros medios, buscar el perdón fortalece el alma y desarrolla la perseverancia del corazón. Ghafar también se refiere a cubrir; así, al hacer istighfar -buscar el perdón- uno se esfuerza por someter y cubrir aquellas emociones y pasiones que lo alejan de Dios.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que, sin duda, los seres humanos han sido creados débiles, debido a lo cual seguramente se quedarán cortos en el cumplimiento de ciertos mandamientos. Esto hace que Dios acepte definitivamente el arrepentimiento de aquellos que se arrepienten de verdad. Uno debe arrepentirse de tal manera que, aunque lo arrojaran al fuego, no volvería a cometer la misma mala acción. Uno de los mayores atributos de Al’lah el Todopoderoso es que acepta el verdadero arrepentimiento de la gente. Algunas personas se preguntan, ¿qué sentido tiene arrepentirse si se va a encontrar con el destino de la perdición? Sin embargo, no es así. De hecho, Dios acepta el arrepentimiento de aquellos que se arrepienten de verdad. Al afirmar que Él es el que regresa con misericordia y que acepta el arrepentimiento, Dios ha dado esperanza. Si esta esperanza no existiera, ¿cómo podría la gente arrepentirse? Así pues, el arrepentimiento verdadero conduce a la aceptación del arrepentimiento.

La mera palabrería es insuficiente

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que la búsqueda del perdón no puede limitarse a la pronunciación de meras palabras en la postración, sino que debe ir acompañada de verdaderos esfuerzos y acciones con el fin de evitar y eliminar el mal de la propia vida.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que los desastres que azotan al mundo son un medio para llamar la atención de la gente hacia una mayor búsqueda del perdón. Su Santidad (aba) dijo que, en vista de las condiciones del mundo actual y de que la guerra está al borde del abismo, todos deberíamos aumentar nuestra búsqueda del perdón. Hay quienes dicen que han buscado el perdón miles de veces y nada ha cambiado. Sin embargo, cuando se les pregunta por el significado de buscar verdaderamente el perdón, no lo saben. Por lo tanto, uno siempre debe buscar el arrepentimiento con un corazón verdadero, y de la misma manera, buscar la capacidad de hacer buenas acciones en el futuro. De lo contrario, el mero hecho de pronunciar las palabras de búsqueda del perdón no puede tener ningún efecto verdadero. Más bien, lo que se pronuncia con la lengua debe ser un reflejo de lo que verdaderamente reside en el corazón. Es entonces cuando Dios puede evitar la aflicción y la calamidad antes de que se produzcan.

El verdadero arrepentimiento produce un cambio completo en una persona

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que después de jurarle lealtad, si el trato que uno da a su esposa sigue siendo el mismo, o la forma en que trata a sus hijos sigue siendo la misma, entonces su juramento de lealtad no tiene ningún valor. Por el contrario, después de jurar lealtad, uno debe mostrar un ejemplo que lleve a los demás a atestiguar que se ha producido un verdadero cambio en esa persona. Este es exactamente el resultado del verdadero arrepentimiento.

La búsqueda del perdón de los Profetas

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien citó una narración en la que el Santo Profeta (sa) lloró y luego se dirigió a la gente diciendo que las calamidades se adhieren a cada persona como hormigas, y la única manera de salvarse de ellas es a través del verdadero arrepentimiento. El Mesías Prometido (as) continuó diciendo que algunos sacerdotes cristianos han levantado la acusación infundada de que como el Santo Profeta (sa) también solía buscar el perdón, demostrando así que era pecador, Dios no lo quiera. El Mesías Prometido (as) respondió diciendo que esa gente no se da cuenta de que buscar el perdón o istighfar es una cualidad elevada. Los seres humanos han sido hechos con defectos naturales, y los profetas buscan el perdón para no sucumbir a las mismas debilidades naturales. Ghafar significa cubrir. Ningún profeta tiene los mismos poderes que Dios, por lo que nadie puede salvaguardarse y protegerse a sí mismo, por lo que también requieren la protección de Dios, razón por la cual todos los profetas han hecho istighfar. También es un error de los cristianos decir que Jesús nunca hizo istighfar. De hecho, cuando Jesús (as) imploró: ‘Señor mío (Eli Eli), ¿por qué me has abandonado?’ estaba, en esencia, buscando la misericordia y la protección de Al’lah.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien explicó que istighfar es una palabra árabe que significa buscar el perdón; pedir a Dios que nos proteja de los efectos nocivos de las faltas cometidas anteriormente, y que nos proteja de cometer faltas o malas acciones en el futuro. Si uno se vuelve hacia Dios, Dios se vuelve aún más hacia él.

Rechazar el arrepentimiento obstaculiza el progreso

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que Dios es descrito como el Viviente (Al-Hayy) y Autosubsistente y Todo Sustentador (Al-Qayyum). Al-Hayy se refiere al hecho de que Dios también concede la vida, pero entonces, Él no abandonó la vida que creó, como un albañil que construye un edificio y lo abandona. Así, para seguir viviendo, uno también necesita istighfar para tener la fuerza de seguir viviendo y hacerlo sin la mancha del pecado.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que rechazar la realidad del arrepentimiento obstaculiza el progreso y el éxito. No es ningún secreto que una persona en su propio ser no está completa, del mismo modo que uno no nace erudito sino que debe trabajar para conseguirlo. Del mismo modo, el nivel moral de una persona requiere desarrollo. Así, las etapas iniciales de la vida son aquellas en las que una persona está sujeta a las pasiones y formas de vida más bajas. Es cuando uno se da cuenta de este estado más bajo y sale de él para acercarse a Dios, se arrepiente y busca el perdón para acercarse a Dios. Estas son, en general, las etapas que uno atraviesa en la vida. Si Dios no aceptara el arrepentimiento, significaría que no tiene intención de conceder la salvación a nadie.

Desarrollar el placer y la satisfacción en la oración

Su Santidad (aba) dijo que una vez, alguien preguntó al Mesías Prometido (as) cómo desarrollar el placer en la oración – esto es algo que la gente pregunta incluso hoy en día. El Mesías Prometido (as) dijo que esto se logra a través de las acciones virtuosas, y que se debe rezar a Dios para desarrollar este placer, ya que no se puede desarrollar sin Su ayuda. Del mismo modo, uno debe persistir y perseverar. Sin embargo, si uno no se esfuerza en este sentido, entonces no puede alcanzar lo que busca. Sin la gracia de Dios, uno no puede alcanzar nada, por lo que uno siempre debe buscar Su gracia y ayuda. Quien se aleja de Dios se vuelve como Satanás. Por lo tanto, uno siempre debe buscar el perdón, para que pueda salvarse de la ruina.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que las puertas de la gracia de Dios nunca están cerradas. Si uno se arrepiente de verdad, entonces debe saber que Dios es el que vuelve a menudo con misericordia. No se debe pensar que el hecho de que Dios perdone a unos y no a otros es una forma de falta de respeto hacia Él, porque la misericordia de Dios es inmensa, y la puerta de Su misericordia no está cerrada para nadie.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que para lograr un cambio en uno mismo, hay que buscar el perdón. Aquellos que ponen la excusa de que están demasiado ocupados con su trabajo mundano para prestar atención a volverse hacia Dios y rezar, deben tener miedo. Deben prestar atención a esto. De hecho, si uno pidiera permiso a su empleador, en la mayoría de los casos se lo concederían. El verdadero arrepentimiento y la búsqueda del perdón sólo pueden ser fructíferos cuando se cumplen los mandamientos básicos del culto.

Su Santidad (aba) rezó para que comprendamos el verdadero espíritu del arrepentimiento y la búsqueda del perdón y seamos aquellos que verdaderamente se arrepienten y buscan el perdón.

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) dijo que dirigiría las oraciones fúnebres de los siguientes miembros fallecidos:

Ansa Begum

Ansa Begum, hija de Mir Muhammad Ishaq. Nació en Qadian. Su madre se llamaba Saliha Begum. Le sobreviven dos hijos y una hija. Siempre sirvió a su familia de gran manera. Era una ahmadí sincera, de carácter sencillo y cariñoso. Conocía bien la historia de la comunidad. A menudo aconsejaba a la gente que viviera una vida honorable. Sentía una gran compasión por la humanidad. Le apasionaba servir a la fe. A menudo limpiaba la mezquita de Nueva York. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah permita a sus hijos continuar el legado de sus virtudes, y le conceda el perdón y la misericordia.

Bushra Akram

Bushra Akram de Sialkot. Era virtuosa y piadosa. Era hospitalaria, compasiva con los pobres y amaba el Jilafat. Le sobreviven su marido, tres hijas y un hijo. Su hijo es misionero en Sierra Leona y no pudo asistir al funeral por estar de servicio. Aunque sólo tenía un hijo, dijo que aunque tuviera siete, los entregaría todos al servicio de la fe. Sus últimas palabras a su hijo fueron que fuera paciente y firme. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah le conceda perdón y misericordia y conceda paciencia a sus hijos.

Musarrat Yahan

Musarrat Yahan de Australia. Su abuelo era un Compañero del Mesías Prometido (as). Llevaba 16 años postrada en cama tras una hemorragia cerebral. Rezaba con regularidad y tenía un lugar dedicado en su casa para ofrecer sus oraciones. Amaba mucho el Jilafat. Le sobreviven su marido, tres hijos y tres hijas. Su hijo menor, Hafiz Rashid Javaid, es el Nazim Darul Qadha Rabwah. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah le conceda misericordia y perdón y permita a sus hijos continuar el legado de sus virtudes.

Nasir Ahmad Qureshi

Nasir Ahmad Qureshi, de Estados Unidos. Le sobreviven su esposa, dos hijos y tres hijas. Uno de sus nietos, Waqas Khurshid, es misionero, mientras que otro de sus nietos estudia en Yamia Ahmadía Canadá. Sirvió a la Comunidad en varios puestos. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah le conceda el perdón y la misericordia. Estaba apegado a la mezquita y siempre se ocupó de la formación moral de sus hijos. Era recto y honrado. Su Santidad (aba) rogó a Al’lah que permitiera a sus hijos continuar el legado de sus virtudes.

Resumen preparado por The Review of Religions

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