Establecer una adoración verdadera y duradera
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Establecer una adoración verdadera y duradera

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 21 de ABRIL de 2023.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), mencionó estas palabras:

Hoy es el último viernes del Mes de Ramadán y el mismo está llegando ahora a su fin. [En este sentido], hay muchas personas que tenían la intención de esforzarse de forma especial para ofrecer su adoración durante este mes y crear una transformación en su interior, pero no pudieron actuar de acuerdo con lo que habían planeado. [Pues bien], hay un grupo de personas que me escriben este tipo de cartas y hoy, el último día del Ramadán, también llegará a su fin al cabo de unas horas.

El viernes es un día bendito durante el que existe un momento especial para la aceptación de las oraciones. Por lo tanto, aunque no hayamos pasado nuestros días de Ramadán como hubiéramos deseado, o como un creyente debería haberlo hecho, entonces deberíamos llevar a cabo este compromiso durante el tiempo que hoy nos queda y rezar para que Dios Altísimo ignore nuestras deficiencias, tenga misericordia de nosotros y nos permita seguir ese camino en nuestras vidas, que es el que el Al’lah desea de nosotros.

Dios es el Más Misericordioso y en relación a la aceptación de nuestras oraciones, Él no ha indicado que, durante el mes de Ramadán, hay una hora del viernes para la aceptación de las oraciones; sino que Él sí que ha señalado esto como un aspecto especial de [todos] los viernes. Por tanto, hoy debemos hacer este juramento en nuestras oraciones, de que incluso después de este Ramadán, continuaremos elevando el nivel de nuestra rectitud [“taqwa”] y nos esforzaremos para ello; que seguiremos esforzándonos en alcanzar la cercanía de Dios Altísimo y en adorarle con sinceridad de un viernes para otro. [Debemos prometer que pasaremos el periodo entre dos viernes en oraciones y acciones virtuosas, y que daremos prioridad a la fe sobre el mundo; y que hasta el siguiente Ramadán trataremos de seguir la rutina que hicimos en este mes, con el fin de llevar a cabo una reforma pura dentro de nosotros si no pudimos seguirla debido a algunas razones -ya que estas son las acciones que fomentan la verdadera rectitud. Además, si llevamos a cabo la adoración sinceramente y realizamos obras virtuosas para buscar la complacencia de Dios, Quien es Más Misericordioso y Clemente que nadie, Él continuará colmándonos de bendiciones, esas que solo pudimos poner en práctica hasta cierto punto este Ramadán.

Así pues, lo que de verdad importa es la rectitud [“taqwa”]. [Es decir], lo realmente importante es actuar constantemente en consecuencia con los mandamientos de Al’lah. [En otras palabras], lo que verdaderamente importa es el temor de Dios y la búsqueda de Su complacencia. Si uno ha desarrollado esto y si no nos hemos sumergido, una vez más, en esta vida materialista, en la que olvidamos dar prioridad a la fe sobre el mundo, entonces Dios Altísimo aceptará nuestras oraciones y nuestros esfuerzos para transformarnos durante este Ramadán, independientemente de cuánto esfuerzo hayamos puesto y de la calidad del mismo, y Él continuará bendiciéndonos. Por consiguiente, esta es la esencia que siempre debemos tener presente. [Por eso], cada áhmadi debe permanecer atento a la consecución de este objetivo en todo momento. Además, una vez que recorramos el camino de la rectitud [“taqwa”] en nuestras propias vidas y busquemos el agrado de Al’lah, estaremos dando ejemplo a nuestros hijos y descendientes; y así inculcaremos el espíritu de ofrecer acciones virtuosas de una generación a la siguiente.

Por la gracia de Dios, hemos jurado lealtad al Imam de esta época y al Ferviente Devoto [as] del Santo Profeta Muhammad (sa); y entre las condiciones establecidas en nuestro pacto de lealtad [“Baiat”], la esencia del mismo está que siempre permaneceremos atentos a la rectitud [“taqwa”]. El Mesías Prometido (as) nos ha enfatizado esto para que se produzca ese cambio en nosotros y uno no sufra solo una transformación durante un mes cada año. En verdad, Dios Altísimo ha propiciado las condiciones para que en el mes de Ramadán se desarrolle un ambiente piadoso a fin de adquirir los elevados estándares de la rectitud [“taqwa”]. Sin embargo, Él ha hecho esto para que, después de cada Ramadán, continuemos adquiriendo la etapa siguiente de rectitud [“taqwa”]. No lo ha hecho para que tras cada Ramadán volvamos a retroceder a nuestros estándares más bajos.

Así, tal y como ya he mencionado, el Mesías Prometido (as) ha sido enviado para elevar nuestros niveles de rectitud y transformarnos, y nos ha animado repetidamente a hacerlo.

En una ocasión, el Mesías Prometido (as) declaró:

“He sido enviado para revivir la verdad y la fe, y para que la rectitud [“taqwa”] pueda inspirar los corazones. Este es el objetivo de mi advenimiento”.

[O sea], este es el objetivo de su llegada.

Dijo además:

“He sido informado que el Cielo volverá a acercarse a la Tierra tras haberse alejado muchísimo”.

Estas son las cuestiones que debemos tener siempre presentes. La época del Mesías Prometido (as), que [ahora] acontece en forma de Jalifato bajo los preceptos del profetazgo, es un periodo que continuará hasta el Día del Juicio, según las profecías del Santo Profeta (sa); y son los seguidores del Mesías Prometido (as) quienes, manteniéndose firmes en la verdad, salvaguardarán su fe y alcanzarán sus elevados rangos. No obstante, esto no puede lograrse simplemente realizando acciones virtuosas o teniendo el deseo de realizar acciones virtuosas; o rezando y teniendo un apego particular a la oración durante solo un mes; o llenando las mezquitas durante todo un mes.

Cuando uno acepta la verdad y jura lealtad al Mesías Prometido y Mahdi (as), debe esforzarse especialmente por elevar el nivel de su fe. Cuando uno consiga esto, nos encontraremos entre aquellos que tienen un vínculo especial con el Mesías Prometido (as). [Así pues], los que han comprendido el propósito de su “Baiat” [promesa de lealtad] y han tratado de hacerle justicia son aquellos sobre los que Al’lah declaró al Mesías Prometido (as): “Yo estoy contigo y con tus seres queridos”. [En consecuencia], para llegar a ser el amado de alguien, la condición más básica es que uno debe adherirse a lo que dice y llevar sus vidas de acuerdo a su voluntad. Dios [en esta revelación] declara que estará con los seres queridos del Mesías Prometido (as). Entretanto, cuando Dios Altísimo se convierte en el apoyo de una persona, ya no tiene ninguna otra necesidad. Son afortunados aquellos de entre nosotros que han alcanzado este nivel en su fe por medio del cual disfrutan para siempre del apoyo de Al’lah; y quien tiene a Dios a su lado, su vida en este mundo y en el otro llega a reformarse.

Así pues, debemos cumplir con los objetivos del Mesías Prometido (as) mientras infundimos la rectitud [“taqwa”] en nosotros mismos. Sin embargo, esto solo puede suceder cuando permanecemos firmes en el intento de alcanzar el agrado de Dios Altísimo. En este extracto, el Mesías Prometido (as) ha afirmado que, entonces, los “Cielos” se acercarán a la “Tierra”. [En otras palabras], los Cielos se acercan a la Tierra y nosotros alcanzamos la cercanía de Al’lah y nos convertiremos en receptores de Su gracia cuando sigamos el camino que el Mesías Prometido (as) nos ha explicado en virtud del Corán y la “Sunnah” [el ejemplo práctico del Profeta (sa)]; [por lo que] nos encontraremos entre aquellos afortunados sobre los que Dios derrama Sus bendiciones y cuyas oraciones son escuchadas por Él. [Por lo tanto], solo cuando seamos testigos de estos signos en nuestras vidas, tendremos la capacidad de invitar con confianza a los demás hacia establecer una relación viva con Dios Altísimo y fortalecer su fe; y para ello han de aceptar al Mesías Prometido (as), que es el verdadero siervo del Santo Profeta Muhammad (sa); aunque esto solo puede ser posible si alcanzamos los altos estándares de la rectitud [“taqwa”] y luego permanecemos establecidos en ellos de forma constante. Es entonces cuando seremos testigos de los signos de las bendiciones de Al’lah. Por ello, aquellos de entre nosotros que han comprendido este principio y viven sus vidas adoptando los elevados estándares de la virtud y la rectitud [“taqwa”], -o se esfuerzan en este sentido- serán testigos de los signos de las bendiciones de Dios. Cada uno de nosotros puede ser testigo de estos signos si vivimos nuestras vidas siguiendo los caminos de la rectitud [“taqwa”] de acuerdo con los mandamientos de Dios Altísimo. [Pero], ¿qué es la verdadera rectitud [“taqwa”]? ¿Cuáles son los atributos de los que andan por el camino de la rectitud [“taqwa”]? ¿Cómo trata Dios Altísimo a una persona así?

Acerca de esto el Mesías Prometido (as) afirma:

“La verdadera rectitud [“taqwa”] y la ignorancia no pueden coexistir juntas”.

Este es un principio fundamental: que una persona llena de rectitud [“taqwa”] no puede ser ignorante, [ya que] una persona con verdadera rectitud [“taqwa”] será devota en su adoración y también cumplirá con los derechos del prójimo. Por tanto, este es el punto fundamental que debemos tener siempre presente.

El Mesías Prometido (as) añade entonces:

“La verdadera rectitud [“taqwa”] va acompañada de una luz, como Al’lah, el Glorioso, ha dicho:

[‘¡Oh vosotros, los que creéis! Si teméis a Al’lah,

Él os concederá una distinción, os librará de vuestros males y os perdonará’, Surah Al-Anfal, 8:30].

[‘…Y os proporcionará una luz con la que caminaréis…’, Surah Al Hadid, 57:29].

En otras palabras: ‘¡Oh vosotros, los creyentes! Si permanecéis firmes en la rectitud [‘taqwa’] y os aferráis con fuerza a ella por la causa de Dios Altísimo, con firmeza y perseverancia, Él creará una distinción muy clara entre vosotros y vuestros detractores’.”

(El Mesías Prometido -as- ha escrito una traducción explicativa, [diciendo que] si uno permanece firme en la rectitud [“taqwa”] y se aferra a ella por Dios, Él hará una distinción entre la gente de rectitud [“taqwa”] y los demás; y ¿cuál será la diferencia?).

[El Mesías Prometido (as) continua diciendo:

“Seréis bendecidos con una luz que os acompañará a dondequiera que vayáis”.

O sea, que esa luz iluminará todas vuestras acciones, palabras, facultades y sentidos; [asimismo], vuestro intelecto se iluminará y habrá luz en todo lo que pronunciéis.

[Y concluye]:

“Habrá luz en vuestros ojos y oídos, en vuestras lenguas, en vuestro discurso y en todos vuestros movimientos. Los caminos por los que transitéis estarán iluminados. En resumen, todas vuestras capacidades, tanto las de vuestras facultades como las de vuestros sentidos, estarán llenas de luz y caminaréis totalmente en luz”.

Por consiguiente, esta es la norma que un verdadero creyente y una persona de rectitud [“taqwa”] debe tratar de alcanzar. [Así que], aunque el mes de Ramadán haya pasado, aún podemos intentar conseguirlo; y serán afortunados aquellos de entre nosotros que alcancen este rango por el cual Al’lah tiene una influencia total en nuestras palabras y nuestros actos, y cada una de nuestras acciones se llevan a cabo con el fin de alcanzar Su complacencia. Cada uno de nuestros movimientos, es decir, cada una de nuestras acciones se realiza para alcanzar el placer de Dios; y cuando esto ocurre, es solo entonces que podremos participar de la luz espiritual de Dios Altísimo. En lugar de perseguir el glamour y las atracciones de este mundo, nuestro objetivo debe ser únicamente alcanzar la complacencia de Al’lah. Será entonces cuando estaremos cumpliendo el objetivo para el que vino el Mesías Prometido (as) e intentando cumplir nuestro juramento [“Baiat”]. Si no deseamos hacer este cambio piadoso en nuestras vidas y no hacemos ningún esfuerzo en este sentido, por ende, nuestra proclama [de haber aceptado al Mesías Prometido (as)] no será verdadera. Además, las acciones virtuosas realizadas en el mes de Ramadán no tendrán ningún beneficio.

Entretanto, debemos analizarnos constantemente para ver si nos esforzamos continuamente por alcanzar la rectitud [“taqwa”] que el Mesías Prometido (as) nos ha explicado a la luz de los versículos del Sagrado Corán [ya mencionados]. Si nos esforzamos por cambiar nuestras vidas de acuerdo con esto, entonces seguro que estamos listos para desafiar a satanás y Dios también nos otorgará Su ayuda en nuestros esfuerzos por desafiarle y hará que cada ataque suyo sea infructuoso e ineficaz. En la época actual, satanás nos ha rodeado por todos lados y no es posible escapar de sus garras sin la ayuda de Dios Altísimo. No obstante, Al’lah ayuda a quienes se adhieren a la rectitud [“taqwa”].

[Es más], debemos recordar constantemente que esta época es, en particular, un periodo de ataques de satanás y que ataca con todas sus estratagemas, tácticas y armas. [En realidad], son unos ataques tan peligrosos, que cosa parecida nunca antes se había visto. Por ello, ante estas circunstancias es necesario postrarse especialmente ante Dios, [porque] ya sea en la televisión, en las redes sociales o en otros programas, en la escuela de los niños y sus quehaceres, satanás ha creado un ambiente tan peligroso a través de su actitud engañosa, que es imposible escapar sin la ayuda de Dios Altísimo.

Actualmente, la mayor preocupación es salvaguardar a nuestros hijos y a las generaciones futuras de los ataques del “Dayyal” [el Anticristo, el gran engañador] y satanás. Para ello, hemos de prestar especial atención y todos los padres áhmadis deben hacer un esfuerzo en este sentido, y también el “Nizam-e-Yamat” [la administración de la Comunidad]. Para esto, todo áhmadi que haya alcanzado la edad de la madurez y posea entendimiento debe tratar de alcanzar los más altos niveles de rectitud [“taqwa”], mientras se postra ante Al’lah y busca Su ayuda, para que a través de Su ayuda puedan desafiar los ataques del “Dayyal”. No debemos relajarnos después del Ramadán y sentarnos cómodamente. De hecho, debemos hacer un esfuerzo especial para aumentar nuestros conocimientos coránicos, a fin de que se establezca un ambiente especial en nuestros hogares. [Al mismo tiempo], hemos de salvaguardar nuestras oraciones y prestar especial atención a las mismas, para permanecer protegidos de los ataques de satanás y del “Dayyal”, [el Anticristo, el gran engañador].

En una ocasión, cuando hablaba de las estratagemas y los planes de satanás, el Mesías Prometido (as) dijo [lo siguiente]:

“Cabe señalar que el ‘Dayyal’, que significa ‘el que engaña’, en realidad se refiere al que es la encarnación de satanás. Está recogido en las escrituras anteriores, con respecto a los Últimos Días, que muchas batallas irían a ocurrir con satanás durante ese período, aunque satanás sería derrotado eventualmente”.

(Esta esperanza ha sido inculcada, [es decir], en que aquellos que se adhieren a la rectitud [“taqwa”] y luchan de esta manera, como resultado de ello satanás será derrotado).

[Prosigue]:

“Aunque satanás fue sometido durante el periodo de cada Profeta, solo lo fue en un sentido virtual, [pues] estaba realmente destinado a que el Mesías (as) lo sometiera de verdad y Dios ha prometido una victoria de tal magnitud que afirmó [Surah Al-Imran, 3:56]:

[‘…Y colocaré a los que te siguen por encima de los incrédulos hasta el Día de la Resurrección’].

O sea: ‘Mantendré a tus verdaderos seguidores dominantes sobre los demás hasta el Día del Juicio’.”

 

Así pues, para convertirse en un verdadero seguidor hay que adoptar la rectitud [“taqwa”] y actuar conforme a sus enseñanzas.

El Mesías Prometido (as) sigue diciendo:

“Por lo tanto, satanás está batallando con toda su fuerza en estos Últimos Días, aunque la victoria final será ciertamente nuestra”.

“InshAl’lah”, [¡Si Dios quiere!].

Dios Altísimo ha garantizado Su promesa al Mesías Prometido (as) de otorgarle protección contra los ataques de satanás y el “Dayyal”, y concederle la victoria contra ellos. El Mesías Prometido (as) recibió esta revelación dos o tres veces. Sin embargo, [solo] aquellos que le demuestren verdadera obediencia y se adhieran a sus enseñanzas serán los que verdaderamente se beneficien de ello.

A este respecto, el Mesías Prometido (as) declara:

“Es cierto que mis seguidores seguirán dominando a mis oponentes hasta el Día del Juicio Final; aunque lo que uno debe reflexionar es que no todos los que juran lealtad en mis manos se contarán entre mis seguidores; [pues] hasta que no inculquen en ellos el verdadero espíritu de obediencia, no podrán ser contados como parte de mis seguidores. ‘Obedecer’ significa que uno debe demostrar obediencia completa, como si dijera que se ha sumergido totalmente en su obediencia; solo entonces la palabra ‘obedecer’ se cumplirá en el verdadero sentido. Por eso, es evidente que Al’lah ha decretado establecer una Yamat para mí que sea completamente devota en su obediencia a mi persona y me siga en todos los aspectos”.

Dios ciertamente hará que aparezca una Comunidad como esta, tanto si está compuesta por nosotros u otros, ya sea ahora o en el futuro, o de aquellos que vinieron antes que nosotros, ya sea de unos pocos de nosotros o una mayoría de entre nosotros; pero, a pesar de todo, se le concederá una Yamat. Esta es una promesa de Dios Altísimo.

[Pues bien], estas palabras son tales que estremecen hasta la médula, [por lo que] es imperativo que nos evaluemos a nosotros mismos y reflexionemos sobre nuestros niveles de obediencia. ¿Estamos esforzándonos por convertirnos en los destinatarios de las oraciones que el Mesías Prometido (as) ofreció para su Comunidad y por quienes verdaderamente le aceptaron? ¿Estamos luchando por alcanzar la gracia de Al’lah que fue prometida [por el Mismo] Dios al Mesías Prometido (as) para sus seguidores? ¿Estamos esforzándonos por alcanzar el nivel de rectitud [“taqwa”] que el Mesías Prometido (as) deseaba de los miembros de su Yamat? Si no, estas pocas oraciones ofrecidas durante el Ramadán serán efímeras y nuestra adoración y llanto durante unos días no nos hará merecedores de los favores prometidos por Dios Altísimo al Mesías Prometido (as).

El Mesías Prometido (as) escribe en su libro “El Arca de Noé”:

“Ha de quedar claro que afirmar el pacto del ‘Baiat’ solo con la lengua no significa nada a menos que se practique con plena y sincera determinación, (es decir, hasta que una persona lo practique con plena determinación; [ya que] cuando una persona tiene la intención de hacer algo, reza por ello y actúa con plena determinación). Así, quienquiera que actúe plenamente, según mis enseñanzas, entra en esa casa mía, acerca de la cual Al’lah ha prometido en Su Palabra:

O sea: ‘Protegeré a todos los que estén dentro de las cuatro paredes de tu casa’.”

[Una de las revelaciones del Mesías Prometido (as) en árabe].

 

Así pues, para protegernos contra toda prueba y calamidad, el Mesías Prometido (as) nos ordenó que nos esforzáramos para ponernos bajo el refugio de Dios con total sinceridad; es decir, que nos pongamos bajo el refugio de Dios Altísimo siguiendo sus enseñanzas con sinceridad. Entonces seréis testigos de cómo Al’lah os protege de los ataques de satanás y del “Dayyal”, [Anticristo]. De hecho, como resultado, Dios nos armará con los medios necesarios para derrotar a satanás y no solo permaneceremos protegidos, sino que seremos capaces de atacar a satanás; por lo que le repeleremos y, salvaguardándonos de las embestidas del “Dayyal”, lo destruiremos.

En otra ocasión, el Mesías Prometido (as) nos advirtió:

¡Tened cuidado! No morirá simplemente diciendo con vuestra lengua que satanás ha muerto. Debéis demostrar con vuestras obras que satanás ha fallecido. La muerte de satanás debe ser evidente en vuestros actos, no en vuestras palabras”.

(Uno no debe simplemente proclamar verbalmente que satanás ha muerto, sino que cada acción, cada hecho y cada estado de uno debe exhibir el hecho de que está luchando contra su satanás).

[Y prosigue]:

“Ha sido prometido por Dios Altísimo que satanás morirá completamente en la época del último Mesías. Aunque satanás acompaña a cada persona, el satán del Santo Profeta (sa) se había convertido en musulmán”.

Tenemos un ejemplo y un modelo ante nosotros, y nos incumbe seguirlo si queremos vencer a satanás.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“Del mismo modo, Al’lah había revelado que satanás sería completamente destruido en esta era [del Mesías Prometido (as)]. Ya sabéis que satanás huye de:

[‘la haula wa la quwwata il’la bil’lah’, No hay poder ni fuerza salvo a través de Al’lah]”.

(Recitad “la haula…” y satanás huirá).

[Y dice además]:

“Aunque satanás no es tan ingenuo como para huir simplemente por vuestra proclamación verbal de ‘la haula wa la quwwata il’la bil’lah’; (si uno recita eso [en árabe], satanás huiría); ya que no huiría a pesar de que se recite ‘la haula wa la quwwata il’la bil’lah’ cien veces. Lo cierto de este asunto es que aquellos que están impregnados de ‘la haula wa la quwwata il’la bil’lah’ en cada partícula de su ser y que constantemente suplican a Dios Altísimo solo para [obtener Su] ayuda y asistencia, y que continuamente reciben Sus bendiciones, son los que se salvan de satanás; (uno debe recitar con seriedad y saber lo que está recitando, en lugar de simplemente pronunciar algo sin tener en cuenta lo que dice); y esas son las personas que alcanzarán el éxito”.

Por eso, en una ocasión, el Mesías Prometido (as) proclamó:

“Recordad: Al’lah ha comenzado el Sagrado Corán con una oración y lo ha terminado también con otra oración. Esto significa que el hombre es tan débil que, sin la gracia de Dios Altísimo, uno no puede limpiarse”.

El Mesías Prometido (as) mencionó esto en una de sus reuniones.

En otro informe, hay otra declaración en la que dice:

“No te consideres puro, porque nadie puede llegar a ser puro a menos que Al’lah lo purifique”.

A pesar de todo, el Mesías Prometido (as) explica más adelante:

“…Y sin Su ayuda y asistencia, uno no puede sobresalir en la virtud”.

(En un hadiz se dice que todos están muertos excepto aquel a quien Dios revive y todos están perdidos excepto aquel a quien Dios Altísimo guía, y todos están ciegos excepto aquel a quien Al’lah concede la vista).

[Continúa]:

“En resumen, la verdad es que el grillete del amor mundano permanece como una cadena enroscada en el cuello de uno hasta que se le concede la gracia de Dios. Solo se libran de ellas quienes son bendecidos por Al’lah, pero hay que tener en cuenta que incluso la gracia de Dios Altísimo necesita súplicas para que comience”.

(Si uno desea alcanzar las bendiciones de Dios, entonces debe suplicar por ello también).

[Prosigue]:

“No penséis que la súplica es solo la pronunciación de unas pocas palabras. Por el contrario, la súplica es una especie de muerte tras la cual se gana la vida, como se expresa en un pareado punyabi: ‘el que mendiga tiene que morir primero y uno tiene que morir primero para poder mendigar’, (o sea, si uno es capaz de hacerlo, solo entonces debe mendigar). [Es más], la súplica tiene un efecto magnético, pues atrae la gracia y la bendición. ¿Qué clase de súplica es esa cuando uno repite continuamente

[‘ihdi nas-siratal mustaquim’; es decir, ‘dirígenos por el camino recto’]

con la lengua, mientras está preocupado con pensamientos mundanos de cómo va a hacer tal o cual transacción, o tal o cual tarea queda aún por realizar, o algo debería haber sucedido de tal manera, o haría esto si la situación cambia de tal forma?”.

(En otras palabras, los pensamientos de uno están ocupados en propósitos mundanales, aunque nuestra lengua pronuncia oraciones mecánicamente).

[Y concluye]:

Esto es solo desperdiciar la vida de uno, [porque] hasta que uno no dé prioridad a la Palabra de Dios Altísimo y actúe de acuerdo con ella, sus oraciones no son más que una pérdida de tiempo”.

Hay que leer los mandamientos que Al’lah nos ha ordenado en el Sagrado Corán. Los hemos leído en el Ramadán y además los escuchábamos en las clases. Uno ha de reparar en ellas y actuar en consecuencia. Entonces, la vida que uno lleve será una vida verdadera, pues será como la de aquellos a quienes Dios concedió Su gracia.

[Luego], el Mesías Prometido (as) afirma:

“Está escrito claramente en el Santo Corán [Surah Al-Mominun, 23:2-4]:

[‘En verdad, llegará el éxito a los creyentes,

que son diligentes en el cumplimiento de sus oraciones

y que rechazan todo lo es que vano’].

[Esto] significa que cuando el corazón de una persona se derrite en el curso de la súplica y se arroja ante el umbral Divino con tal devoción y sinceridad como si estuviera totalmente perdido en Él; y mientras abandona todos los demás pensamientos, implora gracia y socorro solo de Él; y es capaz de alcanzar tal concentración de mente que se crea una especie de emoción y conmoción, entonces la puerta del éxito se abre de par en par”.

Solo triunfan los creyentes cuyas oraciones están llenas de fervor y humildad; y solamente cuando el corazón se derrite por completo de esta manera se abre la puerta del éxito. Las bendiciones y el socorro de Dios Altísimo llegan cuando uno Le reza, volviéndose sinceramente hacia Él.

El Mesías Prometido (as) escribe también:

“…Entonces se abre de par en par la puerta del éxito y con ello se enfría el amor del mundo. Esto se debe a que dos amores no pueden coexistir en un mismo lugar. Se ha mencionado [en persa]: ‘Proclamar que uno ama a Al’lah y al mundo al mismo tiempo es una ilusión; es imposible (estas dos cosas no pueden coexistir) y es pura locura. Por eso Dios dice justo después que:

[‘y que rechazan todo lo es que vano’, 23:4].

Aquí ‘vano’ implica el mundo. Una vez que el hombre comienza a experimentar emoción y conmoción en sus oraciones, entonces el amor de este mundo se enfría en su corazón. No significa que entonces abandone su trabajo, la agricultura o el comercio, etc., sino que empieza a rehuir esas actividades mundanas que implican engaño y le distraen de Dios Altísimo”.

Tal persona evita aquellas acciones mundanas que van en contra de los mandamientos de Al’lah.

Comentando aún más este punto, el Mesías Prometido (as) mencionó en otra reunión que:

“Dios dice [An-Nur, 24:38]:

[‘Hombres a quienes ni el comercio ni los negocios les apartan del recuerdo de Al’lah

y del cumplimiento de la oración’].

[Esto] significa que: ‘Hay algunos de Nuestros siervos que no Me olvidan ni por un momento en sus grandes trabajos’. (O sea, trabajan pero nunca olvidan a Dios Altísimo). A quien tiene una relación con Dios no se le llama persona mundana. Más bien, una persona mundana es la que abandona a Al’lah”.

 

[Luego], al describir los atributos de los elegidos de Dios, el Mesías Prometido (as) expone que:

“El resultado de llorar, suplicar, humillarse y mostrar humildad ante Dios Altísimo es que para esa persona el amor a su fe se convierte en su prioridad sobre todo lo demás: el amor al mundo, la codicia, la avaricia, el lujo y la opulencia”.

(Esto se debe a que, por principio, un acto virtuoso atrae al siguiente, y un acto pecaminoso incita al siguiente).

[Y finaliza diciendo]:

“Cuando muestran fervor y humildad en sus oraciones, esto les lleva a evitar la vanidad instintivamente y escapan de ese sucio mundo. Se enfría el amor de este mundo y se enciende en ellos el amor de Dios”.

Sus oraciones les inclinan hacia la rectitud [“taqwa”], pues a pesar de tener responsabilidades mundanas, no se convierten en su objetivo principal, como mencioné en el sermón anterior al explicar

[‘la ilaha il-Al’lah’ en árabe; es decir, ‘no hay más deidad que Al’lah’].

Su propósito, deseo y [único] amado es Dios Altísimo. [Pues bien], este es el nivel que debemos alcanzar para eliminar a nuestro satán.

Si recitamos:

[‘no hay poder ni fuerza sino a través de Al’lah’] para alejar a satanás, entonces en cada momento, debería estar firmemente arraigado en nuestras mentes que Dios es el Amo de toda habilidad y poder, tanto que una hoja no puede caer sin la orden de Dios Altísimo. La mayoría de nosotros diremos que esta es nuestra creencia y lo aceptamos, pero cuando llega el momento de ponerla en práctica, otros miedos, preocupaciones mundanas, amores y deseos prevalecen sobre el amor a Dios.

Por tanto, la verdadera fe en Al’lah y la verdadera adoración de Dios Altísimo deben repercutir tanto en nuestras condiciones físicas como en nuestras almas. Cuando esto se convierta en nuestra norma de adoración, entonces nuestra moral fundamental y absoluta también progresará hacia nuevas alturas, [donde] los corazones, las mentes y los espíritus llegan a purificarse. Al ponerse bajo la protección de Dios, uno queda a salvo de los diversos ataques y artimañas de satanás; y uno alcanza esos niveles de adoración que no pueden ser inculcados por nadie aparte de Al’lah. Además de hacer justicia al ofrecer oraciones y adoración, debemos tener en cuenta que se ha mencionado en un hadiz que la oración es la esencia de la adoración. Cuando nos esforcemos por alcanzar esta esencia, nos convertiremos en quienes hacen justicia al ofrecer la oración y la adoración; y nos convertiremos en aquellos que alcanzan la cercanía a Dios Altísimo y en aquellos que producirán una revolución en sus almas y en sus seres físicos; de lo contrario, [el mero acto de hacer] la mera oración física no aporta ningún beneficio.

[En este sentido], hay innumerables personas que ofrecen oraciones y acuden a la mezquita para hacer la adoración, pero luego sobrepasan todos los límites al cometer injusticias y crueldades. Estas organizaciones terroristas y los así llamados “clérigos” cometen todo tipo de injusticias en nombre de Al’lah y Su Mensajero (sa). Esta gente ha destruido la paz del mundo. Son más crueles que la gente mundanal que cometen injusticias con fines mundanos. Sus injusticias son por intereses mundanos, mientras que esta gente comete injusticias en el nombre del Dios Más Clemente y Misericordioso, y del Mensajero de Al’lah (sa), que fue una misericordia para todos los pueblos. Su mal ejemplo debería impulsar a un áhmadi a establecer personificaciones de las enseñanzas islámicas al más alto nivel. Nuestras oraciones, adoración y súplicas deben ser para alcanzar la complacencia de Dios Altísimo. Si logramos este propósito, habremos honrado nuestro juramento de lealtad [“Baiat”] al Mesías Prometido (as) y además habremos cosechado las bendiciones del Ramadán.

[Finalmente], con respecto a cómo deben ser nuestras oraciones y cómo podemos hacer justicia al ofrecer las mismas, el Mesías Prometido (as) anuncia:

“Así, debe recordarse que la ‘salat’ [oración] es verdaderamente lo que ayuda a aliviar todas las dificultades y aleja todas las calamidades. Pero esta ‘salat’ no es la ‘salat’ que la gente común ofrece como ritual. Más bien, es aquella ‘salat’ en la que el corazón de una persona se enternece mientras se postra ante el umbral de Dios, tanto que llega a cautivarse como si el corazón se derritiera. Además, debe asimismo entenderse que la ‘salat’ (oración) debe ser protegida, no porque Al’lah tenga necesidad de la misma, (nuestras oraciones y la protección de las mismas no es porque Dios necesite de ellas). Dios Altísimo no necesita nuestra ‘salat’, [pues] Él es ‘Ghaniun lil-Alamin’ [‘Independiente de todo’]. En otras palabras, Él no necesita nada [en absoluto]. [Mas bien], esto significa que el hombre es el que necesita la ‘salat’.

Es evidente que el humano desea el bien para sí mismo (lo cierto del asunto es que el hombre desea el bien para sí mismo) y por eso busca la ayuda de Al’lah, (el humano busca la ayuda de Dios para sí mismo). Establecer un vínculo con Dios Altísimo significa obtener la bondad y la virtud reales y si el mundo entero se vuelve contra esa persona y busca su destrucción, no puede causarle ningún daño porque Dios destruirá decenas de millones por su causa si necesita hacerlo; [o sea], Al’lah destruiría a millones a cambio de ese único individuo. Recordad que la ‘salat’ [oración] es algo que hace que los asuntos mundanos y espirituales se arreglen, (siempre y cuando uno ofrezca las oraciones únicamente para Dios Altísimo y cumpla con los derechos debidos de la adoración), pero la mayoría de los que rezan son maldecidos por su ‘salat’.”

 

¡Que Dios nos permita cumplir los derechos debidos de la oración!

¡Que la calidad de las oraciones nunca resulte en el desagrado de Al’lah!

¡Que nos convirtamos en receptores de los favores de Dios Altísimo!

¡Que construyamos una relación con Dios, participando así de las promesas otorgadas por Él al Mesías Prometido (as)!

¡Que inculquemos a nuestros hijos el hábito de la adoración, de tal modo que garantice no solo su salvación, sino la de las generaciones futuras! Y cuando esto se consiga, entonces, como ha afirmado el Mesías Prometido (as), ningún engaño del mundo ni ataque satánico podrá detener nuestro progreso; [ya que], aunque el mundo haga miles de planes para arruinarnos y destruirnos, no podrá causarnos ningún daño. De hecho, como ha afirmado el Mesías Prometido (as), Al’lah podría destruir a millones de personas por causa de Sus siervos. En consecuencia, debemos esforzarnos por alcanzar el amor de Dios y Su complacencia, y elevar verdaderamente los estándares de nuestra adoración.

El “Dayyal” [Anticristo, el gran engañador] será ciertamente destruido en este tiempo. Esta es una promesa hecha por Dios Altísimo al Mesías Prometido (as) y no hay duda en ella. Sería una suerte para nosotros si, elevando nuestros niveles de adoración y mejorando nuestras condiciones, llegamos a formar parte de aquellos que cumplen con los derechos debidos de ser parte de la Comunidad del Mesías Prometido (as). [En este sentido], uno de los métodos prescritos por el Mesías Prometido (as) para cumplir debidamente con este derecho es demostrar el máximo fervor y humildad, y llorar al ofrecer súplicas. En otras palabras, llorar y expresar una angustia completa, pues a través de la humildad Dios le permitirá a uno lograrlo.

Por consiguiente, uno debe esforzarse por alcanzar este rango. ¿Y cómo puede uno hacerlo?

El Mesías Prometido (as) nos aconseja:

“Ni un solo momento de vuestro día y de vuestra noche debe estar privado de oraciones”.

En consecuencia, cuando alcancemos este estado, nos convertiremos en receptores de la gracia de Al’lah y todos los ataques de satanás y del “Dayyal” [Anticristo] se volverán inútiles e ineficaces.

¡Que Dios Altísimo nos permita seguir Sus enseñanzas y las del Santo Profeta Muhammad (sa), y pasar nuestras vidas de acuerdo con los deseos del Mesías Prometido (as), cumpliendo así con el derecho de nuestro juramento de lealtad [“Baiat”]!

¡Que el agrado de Dios sea nuestro único propósito [en la vida]!

¡Que nos comprometamos a no descansar hasta que seamos capaces de llevar a cabo una transformación pura dentro de nosotros, de tal manera que nuestras condiciones se ajusten a la complacencia de Dios!

¡Que nunca permitamos que satanás se apodere de nosotros o de nuestros hijos y progenie!

¡Que luchemos por ello y nos esforcemos por tomar todas las medidas que Al’lah y el Santo Profeta (sa) nos han enseñado para conseguirlo!

¡Que también nos esforcemos por librar al mundo de satán y del “Dayyal”!

¡Que Dios Altísimo nos permita hacer esto!

Rezad por los áhmadis de Pakistán para que Dios les proteja de las malvadas estratagemas de los opositores y que vuelva sus malvados planes contra ellos. [Además], los áhmadis que residen en Pakistán deben rezar por sí mismos con gran fervor y angustia, y ello no debe limitarse a tres o cuatro días o una semana. De hecho, uno debe rezar continuamente y comprometerse a transformar su vida de acuerdo con la complacencia de Al’lah. [Aparte], rezad por los áhmadis de Burkina Faso, Bangladesh, Argelia y por los que viven en todos los países del mundo.

¡Que Dios Altísimo proteja a todos de las malvadas estrategias de los enemigos!

¡Que Él aumente la fe y la convicción de cada áhmadi!

¡Que Dios nos permita hacer una transformación piadosa dentro de nosotros y además nos conceda la oportunidad de orar [como es debido], y que Él también acepte las oraciones!

Resumen

Después de recitar el Tashahhud,Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que hoy es el último viernes de Ramadán. El mes de Ramadán ha pasado y habrá muchos que hayan pasado el Ramadán adorando y esforzándose por llevar a cabo cambios en su interior, pero que no hayan podido poner en práctica sus planes como deseaban.Elevando Nuestro Nivel de Oración y Virtud

Su Santidad (aba) dijo que el viernes es un día bendito en el que las oraciones son especialmente escuchadas. Si nuestro Ramadán no fue exactamente como lo planeamos, o como debería ser el Ramadán de un creyente, aún debemos esforzarnos en el tiempo restante de Ramadán para rezar para que Al’lah el Todopoderoso cubra nuestras deficiencias y nos conceda la capacidad de vivir nuestras vidas de la manera que Al’lah el Todopoderoso desea que lo hagamos. Dios es extremadamente bondadoso; Él no ha declarado que haya un momento específico dentro del viernes específicamente en Ramadán establecido para la aceptación de la oración, más bien Él ha declarado en general la importancia y las bendiciones del viernes.

Su Santidad (aba) dijo que si hoy, juramos en nuestras oraciones que después de este Ramadán, continuaremos elevando el nivel de nuestra virtud, nos esforzaremos por aumentar nuestra conexión con Dios, hasta el próximo viernes rezaremos únicamente por la causa de Dios, que hasta el próximo viernes nos esforzaremos por dar prioridad a la fe sobre los asuntos mundanos y hasta el próximo Ramadán continuaremos esforzándonos en los esfuerzos que esperábamos hacer durante este Ramadán, entonces estas son las formas en las que podemos adoptar la verdadera virtud. Cuando nuestra adoración y nuestras acciones sean únicamente por el bien de Dios, entonces Al’lah Quien es el Más Bondadoso, el Más Compasivo, el Más Misericordioso nos otorgará con seguridad las bendiciones por las que nos esforzamos incluso de forma limitada durante este Ramadán. La esencia es la rectitud y esforzarse continuamente por cumplir los mandamientos de Dios mientras se le teme.

Su Santidad (aba) dijo que si continuamos avanzando de esta manera y no permitimos que la mundanalidad nos venza, entonces incluso nuestros limitados esfuerzos durante este Ramadán serán aceptados por Dios y Él continuará otorgándonos Sus bendiciones. Este es un principio básico que debemos tener siempre presente. Cuando modelamos nuestras vidas de acuerdo con la rectitud, también estaremos dando un ejemplo a las generaciones futuras que permitirá que la virtud se transmita de generación en generación.

Mantener los niveles alcanzados durante el Ramadán durante el resto de la vida

Su Santidad (aba) dijo que como Ahmadis, hemos prometido lealtad al Imam de la Era, y las condiciones de bai’at (iniciación) sobre las que le hemos aceptado están todas enraizadas en la rectitud. Esto es algo que el Mesías Prometido (as) nos recordaba constantemente, para que pudiéramos llevar a cabo una revolución en nuestro interior que no se limita a un solo mes del año, sino que es eterna. Sin duda, Dios nos ha concedido el tiempo de Ramadán como tiempo de entrenamiento, pero esto es para que después de Ramadán, podamos seguir alcanzando nuevas alturas en la rectitud, en lugar de caer en nuestro mismo estado anterior, como era el caso antes de Ramadán.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) fue enviado para elevar los estándares de rectitud y para nuestra reforma, y esto es lo que nos recordaba constantemente. Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que éste era el propósito para el que había sido comisionado y se le dijo que durante su tiempo, los cielos volverían a acercarse a la tierra. Su dispensación continuará hasta el fin de los tiempos, y hoy son sus seguidores quienes deben salvaguardar su fe y alcanzar sus más altos niveles. Esto no puede lograrse mediante esfuerzos limitados a un solo mes, sino que estos esfuerzos deben trascender el mes y debemos esforzarnos constantemente por elevar los niveles de nuestra fe. Cuando lo hagamos, seremos de los que han comprendido nuestra promesa de lealtad y se han esforzado por cumplirla. Entonces estaremos incluidos entre aquellos a los que se refirió Al’lah cuando dijo al Mesías Prometido (as) “Estoy contigo y con los que amas”. Cuando Al’lah el Todopoderoso está con alguien, ¿qué más necesita?

Su Santidad (aba) dijo que sólo podemos alcanzar este nivel cuando nos esforzamos continuamente por alcanzar el amor de Al’lah el Todopoderoso. Como resultado, seremos incluidos entre los afortunados que cosechan las bendiciones de Al’lah el Todopoderoso y cuyas oraciones son aceptadas. Esto resultará en que tengamos confianza para llamar a otros hacia Dios y para aceptar al Verdadero Siervo del Santo Profeta (sa). Esto depende de alcanzar altos niveles de rectitud. Aquellos de nosotros que seamos capaces de entender esto continuaremos viendo las manifestaciones de las bondades de Dios. Todos nosotros podemos ver estas manifestaciones, siempre y cuando moldeemos nuestras vidas de acuerdo con los mandamientos de Dios.

Protegerse de los ataques de Satanás

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que la rectitud y la ignorancia no pueden ir de la mano. Una persona recta dedica tiempo a la adoración y cumple con los derechos de la humanidad. La verdadera rectitud lleva en sí misma una cierta luz que le distingue de los demás. Esta luz invadirá todos los aspectos de la vida de una persona, y los caminos por los que transite también se iluminarán. Este es el estándar por el que debe esforzarse un creyente y una persona recta. Incluso después de Ramadán, nuestro objetivo debe ser alcanzar este nivel. Afortunados aquellos cuyas acciones son por el bien de Dios y Su complacencia. Por otra parte, si no nos esforzamos por conseguirlo, entonces nuestras pretensiones y nuestra promesa serán huecas, y nuestros esfuerzos durante el mes de Ramadán no reportarán ningún beneficio. Así pues, debemos analizarnos constantemente para ver si nos esforzamos continuamente por alcanzar la rectitud. De este modo podremos combatir y derrotar a Satanás.

Su Santidad (aba) dijo que en la época actual Satanás nos ha rodeado desde todos los ángulos y sin la ayuda de Dios no podemos salvarnos de las garras de Satanás. La ayuda de Dios está con los justos, y en una época en la que los ataques de Satanás son más fuertes que nunca, debemos centrarnos más que nunca también en nuestras oraciones. Ya sea a través de la televisión, las redes sociales o los innumerables medios de comunicación, Satanás campa a sus anchas, y en tales circunstancias debemos temer especialmente por nuestros hijos y asegurarnos de que les proporcionamos un futuro sólido y brillante. Por lo tanto, no debemos relajarnos después del Ramadán, sino que debemos seguir aumentando nuestro conocimiento del Corán y de la fe para que se establezca una atmósfera permanente en nuestros hogares. Debemos rezar constantemente para salvarnos de las incitaciones de Satanás y del Anticristo.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que el Anticristo es una manifestación de Satanás. Se ha predicho que en los Últimos Días habría muchas batallas contra Satanás, pero que finalmente Satanás sería derrotado. Sin embargo, esto depende de que la gente camine por los senderos de la justicia. La derrota final de Satanás vendría en el tiempo del Mesías. Sin embargo, Dios ha prometido que los creyentes y aquellos que sigan al Mesías Prometido (as) serán victoriosos hasta el Día del Juicio Final, aunque sólo aquellos que verdaderamente sigan al Mesías Prometido (as) pueden ser incluidos en ese grupo de verdaderos creyentes. Por lo tanto, debemos analizarnos constantemente para ver si estamos cumpliendo los requisitos para ser incluidos en ese grupo de creyentes, de lo contrario llorar en la oración durante unos días durante el mes de Ramadán no rendirá ningún beneficio duradero.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que siguiéndole y adhiriéndose a sus enseñanzas uno no sólo puede salvarse de Satanás sino que puede vencer a Satanás. Siguiendo verdaderamente al Mesías Prometido (as) y adhiriéndose a sus enseñanzas, uno puede ser incluido en la promesa de Dios hecha al Mesías Prometido (as) de que: “Ciertamente protegeré a todos los que están en tu casa”. Por lo tanto, no se puede vencer a Satanás con meras palabras, sino que la victoria sobre Satanás depende de nuestras acciones y de la forma en que nos comportemos. El ejemplo perfecto para nosotros es el Santo Profeta (sa), cuyo Satán se convirtió en musulmán.

El Efecto y Resultado de la Verdadera Oración

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que si uno observa el Sagrado Corán, ve que comienza con una oración y termina con una oración. Esto es una clara indicación de que nada puede lograrse sin Dios. Hasta que uno no alcanza la gracia y las bendiciones de Dios, no puede lograr nada. Incluso para alcanzar Su gracia y bendiciones, uno debe orar. Y las oraciones no son meras palabras, sino que las verdaderas oraciones constituyen traer una especie de muerte sobre uno mismo. La verdadera oración tiene un efecto magnético que atrae la gracia y las bendiciones. Pero tal oración magnética no puede ser considerada como aquella en la que los pensamientos de uno van de aquí para allá y están más ocupados con asuntos mundanos. Más bien es la verdadera oración, la que está completamente dedicada a Dios, la que puede abrir las puertas del éxito. El Sagrado Corán lo dice claramente:

En verdad llegará el éxito a los creyentes, Que son diligentes en el cumplimiento de sus Oraciones. (Sagrado Corán, 23:2-3)Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que un resultado natural de la verdadera oración es que el deseo de uno por el mundo disminuye gradualmente. Nunca se puede decir de una persona que reza de tal manera que se ha olvidado de Dios, más bien aquellos que dan prioridad al mundo son los que se han olvidado de Dios. Aquellos que rezan en el verdadero sentido no son sobrepasados por el trabajo mundano que hacen, más bien, sus oraciones los mantienen enfocados en Dios.

Su Santidad (aba) dijo que la verdadera adoración consiste en que su impacto sea evidente en nuestras vidas aparentes y en nuestras almas. Tal adoración nos lleva a un nivel más alto de moralidad y nos salva de caer en la mundanalidad y de las garras de Satanás porque tal persona está bajo la protección de Dios. Tal adoración no puede ser manchada con el pensamiento de otra cosa que no sea Dios.

Por qué a veces la oración no es beneficiosa

Su Santidad (aba) dijo que la esencia de la oración es la adoración. Uno puede ofrecer la oración, pero no es beneficiosa si está desprovista de verdadera adoración. De lo contrario, uno puede simplemente ir a la mezquita y ofrecer la oración y luego seguir cometiendo crueldades, como hacen las diversas organizaciones terroristas de hoy en día. Por lo tanto, es la Comunidad Musulmana Ahmadía la que debe establecer el verdadero ejemplo de oraciones que atraigan las bendiciones y la complacencia de Al’lah el Todopoderoso. Una vez que hagamos esto, habremos hecho justicia a nuestro compromiso de lealtad con el Mesías Prometido (as) y también nos habremos beneficiado verdaderamente del mes de Ramadán.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que la verdadera oración es aquella en la que el corazón de una persona se derrite. También hay que recordar que no debemos salvaguardar nuestras oraciones con el pensamiento de que Dios necesita nuestras oraciones. Dios no necesita nada, más bien somos nosotros los que necesitamos desesperadamente a Dios y es por esta razón por la que es imperativo que salvaguardemos nuestras oraciones.

Oraciones de Su Santidad (aba)

Su Santidad (aba) rezó para que seamos capaces de adorar en el verdadero sentido. Que nuestras oraciones nunca sean del tipo que desagrada a Dios. Que heredemos las bendiciones de Dios. Que podamos establecer una conexión con Dios y participar de las promesas hechas por Dios al Mesías Prometido (as). Que podamos inculcar el hábito de la adoración en nuestras futuras generaciones para que puedan salvarse. Como dijo el Mesías Prometido (as), cuando se establece la verdadera adoración, entonces Satanás no puede causar ningún daño. Será nuestra buena suerte elevar nuestro nivel de adoración y así ser incluidos entre aquellos que hacen justicia a formar parte de la comunidad del Mesías Prometido (as). Hacerlo requiere que nos aseguremos de que ninguna parte de nuestro día o noche transcurra sin oraciones. Que Al’lah el Todopoderoso nos permita vivir nuestras vidas según las enseñanzas de Al’lah y Su Mensajero (sa) y según el deseo del Mesías Prometido (as). Que la complacencia de Al’lah sea nuestro objetivo final. Hagamos el voto de no descansar nunca hasta que hayamos desarrollado un cambio tan recto dentro de nosotros que nos permita vivir de una manera que complazca a Dios y de una manera que impida que Satanás se infiltre en nuestras vidas. Que Al’lah el Todopoderoso nos permita hacerlo.

Su Santidad (aba) instó a rezar por los ahmadíes en Pakistán, para que Al’lah los mantenga a salvo de las malvadas estratagemas de los enemigos. Los ahmadíes pakistaníes deben rezar especialmente por su condición, y asegurarse de que estas oraciones no se limitan a unos pocos días, sino que son continuas. Ellos también deberían comprometerse a moldear sus vidas de manera que complazcan a Dios. Su Santidad (aba) también instó a rezar por los ahmadíes en Burkina Faso, Bangladesh, Argelia y los ahmadíes que residen en todo el mundo, para que Al’lah salve a todos de las malvadas estratagemas de los opositores. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah nos permita llevar a cabo cambios virtuosos dentro de nosotros mismos. Que Él nos conceda la capacidad de establecer oraciones verdaderas y que Él acepte esas oraciones.

Resumen preparado por The Review of Religions

Share via