La paciencia gana corazones - Mostrar verdadera paciencia ante las dificultades
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Contenidos relacionados por temas

La paciencia gana corazones – Mostrar verdadera paciencia ante las dificultades

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 28 de ABRIL de 2023.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), dijo lo siguiente:

Debido a las condiciones adversas a las que se enfrenta la Comunidad -especialmente en Pakistán y en otros lugares-, algunas personas me han escrito presentando argumentos insistiendo en que, en lugar de limitarse a demostrar paciencia, la Yamat debería tomar represalias; [porque dicen] que ya han demostrado suficiente paciencia. Incluso citan ejemplos de Hazrat Musleh Maud (ra), [Jalifatul Masih II], diciendo que él dio permiso a la Comunidad para tomar represalias contra ciertas situaciones durante su época. [Sin embargo, tengo que decir que] todas estas son falsas conclusiones atribuidas a Hazrat Musleh Maud (ra). De hecho, estas cuestiones se han entendido de forma incorrecta. Puede que alguien se haya topado con o leído ciertos incidentes, pero los ha malinterpretado. [Es cierto que] Hazrat Musleh Maud (ra) puso en marcha algunas iniciativas, [aunque] siempre dentro del marco de la ley; pero nunca dio permiso para protestar de forma irresponsable como [hacen] los alborotadores.

Además, si estas se llevaron a cabo en forma de protesta en alguna ocasión, se hicieron con el permiso del Jalifa de la época. Nunca ocurrió que cada representante reuniera a su gente e iniciara una protesta. No obstante, antes de la partición, cuando los británicos gobernaban la India, algunos oficiales y funcionarios hostiles intentaron muchas veces etiquetar o presentar los discursos de Hazrat Musleh Maud (ra) como provocadores, para que fuera detenido; pero fracasaron en cada ocasión [que lo intentaron], porque Hazrat Musleh Maud (ra), [Jalifatul Masih II], mostraba a estos opositores y a los funcionarios del gobierno sus verdaderas intenciones y siempre terminaba aconsejando a la Yamat que la responsabilidad de las comunidades establecidas por los Profetas (as) era demostrar paciencia y acatar la ley.  Esto fue reconocido incluso por los funcionarios más hostiles de esa época, pues afirmaron que durante los discursos de Hazrat Musleh Maud (ra) creyeron que podrían detenerlo e intentar arrestarlo, acusándolo de rebelión y de provocar desorden. De todas formas, cuando concluía el discurso, guiaba a la Comunidad de una manera completamente diferente a la que ellos pensaban, les prohibía infringir la ley y esto destruía los planes de estos oficiales enemigos.

Aparte, ¿cómo es posible que Hazrat Musleh Maud (ra) dijera algo contrario a las enseñanzas del Islam o del Mesías Prometido (as)? El [propio] Mesías Prometido (as) ha instado a la Yamat en innumerables ocasiones a permanecer paciente y a ofrecer súplicas; y ha declarado de forma clara que aquellos que son débiles e incapaces de caminar con él por estos senderos espinosos y rocosos (por así decirlo), e incapaces de actuar con paciencia pueden abandonarle [es decir, dejar la Comunidad]. De hecho, es la paciencia la que ha establecido el carácter distintivo de la Yamat en el mundo.

Muchos políticos y periodistas también me preguntan y, a menudo, les respondo que entre esos mismos individuos que nos hacen daño y cometen crueldades contra nosotros se encuentran las personas que luego se hacen áhmadis. A pesar de estas crueldades, la gente también se nos une, por la gracia de Al’lah. Nuestra disposición era igual a la suya y nosotros podemos además tomar represalias de la misma manera. Sin embargo, hemos aceptado al Imam (as) de esta época, quien nos ha enseñado que, para establecer la paz y llegar a ser los destinatarios de los favores de Dios Altísimo debemos actuar con paciencia. Sin duda [también] podéis intentar obtener vuestros derechos manteniéndoos dentro de lo que marca la ley. [Así pues], en ocasiones y en relación con algunos asuntos, el Mesías Prometido (as) nos ha exhortado a dejar el asunto en manos de Dios y a no emprender ninguna acción legal. [En otras palabras], nos exhortó a dejar el asunto en manos de Al’lah y dijo que Él vendría personalmente en nuestra ayuda, y sin duda lo hizo. Por lo tanto, debe quedar claro que esta es la práctica de los Profetas (as) y esto es lo que nos enseñó el Mesías Prometido (as): que tenemos que actuar con paciencia. No obstante, la gente se asombra de esta respuesta, aunque también la elogia, diciendo que es la verdadera respuesta de los que viven en paz.

[Ahora], deseo exponer algo más para aquellos que han hablado en relación con Hazrat Musleh Maud (ra), [Jalifatul Masih II], a la luz de uno de sus sermones. En dicho sermón, Hazrat Musleh Maud (ra) explicó el significado de paciencia con gran detalle y arrojó luz sobre ella. De hecho, a partir de entonces, inició una serie de sermones sobre las elevadas cualidades morales, vinculándolas al tema de la paciencia. En cualquier caso, a fin de beneficiarnos de este sermón, aclararé algunos de esos aspectos. Del mismo modo, presentaré asimismo algunos extractos de las directrices que nos impartió el Mesías Prometido (as) y que mencionó en varias ocasiones en relación al tema de la paciencia.

Hazrat Musleh Maud (ra) ha afirmado que demostrar paciencia es vital y ha dicho que es una de las principales y más importantes responsabilidades de aquellas comunidades establecidas por los Profetas (as), sin la cual ninguna comunidad puede progresar, ni pueden hacer que el mundo siga sus pasos. Además, ninguna yamat del pasado ha alcanzado el éxito sin cumplir con esta responsabilidad. [Pues bien], la paciencia es de dos tipos y Hazrat Musleh Maud (ra) lo explicó además, e incluso lo mencionó en su comentario de varios versículos [coránicos]. [Así], un tipo de paciencia es cuando un individuo tiene la capacidad de reaccionar ante algo, pero en lugar de hacerlo, muestra paciencia. El segundo tipo de paciencia se da cuando uno se ve impotente a la hora de enfrentarse a algo y no le queda más remedio que demostrar paciencia.

Cuando uno tiene el poder de reaccionar, aunque elige demostrar paciencia es cuando uno no reacciona frente a las pruebas y tribulaciones, que es la forma en la que los oponentes nos están tratando; no debemos responder de la misma manera y, en su lugar, mostrar la máxima paciencia por amor a Dios Altísimo. Por otro lado, mostrar paciencia cuando uno es impotente es contentarse con la voluntad de Al’lah y mostrar paciencia y gratitud ante las pruebas celestiales.

De todas formas, “paciencia” en urdu significa simplemente permanecer quieto [o en silencio], pero en árabe tiene un significado muy amplio. [Por tanto], cuando buscamos los significados en árabe, aprendemos las verdaderas connotaciones de la paciencia y cómo un creyente debe mostrarla. Dios ha ordenado en varios lugares que uno ejercite la paciencia. [Por consiguiente], teniendo en cuenta los verdaderos significados de la palabra “sabr” [paciencia], según el diccionario y a la luz de estos mandamientos, encontramos tres significados de dicha palabra:

1) El primero es abstenerse del pecado y refrenar el ego más bajo que hay en él;

  • el segundo es permanecer firme a la hora de realizar buenas obras
  • y el tercero es abstenerse de lamentarse y llorar.

[Por así decirlo], en general, estos son [también] los significados implícitos en la lengua urdu.

De ahí que, a la luz de la primera acepción, es tarea del individuo combatir de forma resolutiva y constante los males que atraen al hombre, y permanecer preparado para combatir los futuros pecados que puedan atraerle. En consecuencia, no basta con afirmar que se es muy paciente y [después] sentarse con las manos cruzadas; sino que la verdadera paciencia consiste en purificar continuamente el ser interior y es a esas personas a las que Dios Altísimo ayuda en modos que ni siquiera pueden imaginar. [Luego], nuestros adversarios desean que abandonemos la paciencia y actuemos de la misma manera que ellos, para que tener éxito en sus objetivos. En cambio, Al’lah nos ordena actuar con sabiduría, analizarnos a nosotros mismos para ver si lo que decimos está de acuerdo con Sus mandamientos, y así actuar en consecuencia.

A la luz de la segunda acepción, cabe decir y puede describirse que una persona se mantiene constante en la realización de las buenas acciones, las cuales ya está llevando a cabo, y se esfuerza por adoptar otras acciones virtuosas que está por realizar. Esto también es un tipo de paciencia y, en verdad, esto es lo que le otorgará a una persona la cercanía a Dios y la misma puede alcanzarse a través de una manifestación externa y con oraciones, en relación a lo cual Dios Altísimo declara en el Sagrado Corán [2:46]:

[“Y solicitad ayuda con paciencia y oración; algo realmente difícil excepto para los humildes de espíritu”].

Solo aquellos que temen a Al’lah, son humildes y buscan Su complacencia son capaces de mostrar tal paciencia. Luego, en otro ejemplo Dios declara [Surah Al-Rad, 13:23]:

[“Y quienes perseveran buscan­do el favor de su Señor, observan la oración,

gastan de lo que les hemos provisto, secreta y abiertamente, y rechazan el mal con el bien,

son ellos quienes tendrán la mejor recompensa de la morada final­”].

Esta morada y este mundo son temporales. Aquí hay pruebas, pero la morada final y duradera se concede a quienes buscan el agrado de Dios Altísimo. Por lo tanto, paciencia es otra manera de buscar el agrado de Al’lah con determinación, humildad y oraciones; y esto solo es posible cuando transformemos nuestro estado y nuestras vidas a fin de que estén en consonancia con las enseñanzas de Dios y cuando nuestro objetivo se convierta en alcanzar la complacencia de Dios Altísimo.

Después, [en tercer lugar], como ya se ha mencionado, otro significado de paciencia es “no llorar” o “lamentarse”. En tiempos de prueba, enfermedad, pérdida financiera o cualquier otro problema, uno no debe entrar en pánico, ni lamentarse por desesperación diciendo: “qué les ha hecho Al’lah”, pues estos son signos de impaciencia. Tener agravios contra Dios es completamente erróneo. Siempre debemos tener en mente que todo lo que poseemos se debe a las bendiciones de Dios Altísimo. [Por eso], un día Al’lah nos quita algo y otro día nos da otra cosa a cambio. Los que piensan así son verdaderos creyentes y son estos los que son considerados ante Dios gente que demuestran verdadera paciencia.

Estos son los tres significados de paciencia.

Sin embargo, hay que recordar constantemente que la paciencia no debe ser el resultado de la debilidad, ni de ningún tipo de miedo mundano. Más bien, solo cuando es únicamente para alcanzar el placer de Dios Altísimo puede considerarse verdadera paciencia, la cual atrae las bendiciones de Al’lah. [Por ejemplo], si ante la crueldad infligida por un funcionario o un rey uno permanece en silencio solo porque Dios ha ordenado tener paciencia, entonces esto puede considerarse verdadera paciencia. Pero si uno lo hace por temor a su propia vida, entonces eso no sería considerado correcto. Nosotros ejercitamos la paciencia solo porque ha sido decretada por Dios. De lo contrario, si solo se tratara de represalias, habría muchos áhmadis que esperarían ansiosamente una oportunidad para dar a esos opresores una muestra de venganza sin temer por sus propias vidas. No obstante, nunca haremos tal cosa, porque contradeciría las enseñanzas que se nos han dado y nosotros despreciamos tales acciones, ya que no corresponden a las comunidades de Profetas (as). [Es más], en nuestra promesa de lealtad [“Baiat”] hemos jurado proteger a la humanidad contra todo tipo de mal y el Mesías Prometido (as) nos ha prohibido de forma estricta ese tipo de acciones.

En relación a la paciencia, Hazrat Musleh Maud (ra) también ha elucidado que las acciones de uno deben demostrar una clara distinción entre la paciencia y el no tener honor ni vergüenza. Por ejemplo, si uno está necesitado y acude a otro para pedirle algo de dinero, y la persona a la que acude responde reprendiéndole, llamándole indecente, desvergonzado y le humilla, pero la persona que acudió a él simplemente se ríe y evita abordar el asunto con la idea de que está necesitado y que por ello debe limitarse a soportar estos insultos, entonces esto constituye una falta de honor y dignidad. Sin embargo, existen momentos en los que hay que mostrar paciencia por el bien de la nación y por la fe, y esto requiere que uno permanezca en silencio. Esa paciencia no tiene nada que ver con los asuntos personales. Por tanto, esto puede considerarse verdadera paciencia, no una falta de dignidad. Otro ejemplo es que si hay una situación en la que las represalias causan dificultades a la nación, pero aun así uno lanza un ataque en lugar de mostrar paciencia, entonces esa persona sería considerada insensata pues sus acciones causarán daño a toda la nación. Por consiguiente, cuando uno se abstiene de tomar represalias por el bien de la mejora de su nación o para proteger al mundo de cualquier daño, entonces esto puede considerarse realmente como paciencia y debemos tener siempre presente este punto.

[Por otra parte], algunas personas se enardecen cuando la policía detiene a alguien y dicen que debería haber algún tipo de manifestación o protesta; pero todas esas cosas son incorrectas, ya que el enemigo desea este tipo de reacción a fin de tener una excusa para causar aún más dificultades, pues se reunirían con los funcionarios que ya están en nuestra contra y les instarían a detener a los áhmadis, y a imponer aún más restricciones a su organización; o acudirían al gobierno, en el que algunos funcionarios, de hecho la mayoría, también están en nuestra contra. En efecto, algunos funcionarios del gobierno incluso los protegen y apoyan en secreto. Además, es en estas ocasiones cuando los hipócritas buscan beneficiarse. [Ya en el pasado], cuando se han mostrado reacciones de este tipo en circunstancias similares, hemos visto que la situación empeora. Esto es exactamente lo que ocurrirá, ya que hemos experimentado que cuando se muestra este tipo de reacción, las circunstancias no han hecho más que agravarse. Hay ciertos casos en la historia de nuestra Comunidad en los que hubo mayor perjuicio en lugar de beneficio [como resultado de las represalias]. Cuando se mostraba paciencia y se tomaba la vía legal para intentar mejorar la situación, aunque no fuera el cien por cien de las veces, la mayoría resultaba beneficiosa. En cualquier caso, transmitimos el mensaje de que nosotros también pertenecemos a esta nación y, por supuesto, somos asimismo susceptibles de mostrar una respuesta menos que ideal, o una reacción de este tipo podría ser mostrada por un individuo; no obstante, nunca lo hacemos pues esto va en contra de las enseñanzas islámicas. [Al final, este enfoque] tiene gradualmente un impacto positivo en algunos funcionarios y hemos experimentado que [en realidad] es así. Si empezamos a responder a la vulgaridad con vulgaridad, o a la brutalidad con brutalidad, estaremos dejando una impresión negativa en lugar de positiva en aquellos a quienes predicamos. En ese caso, estarían justificados al preguntarse qué cambio positivo se produjo en estas personas [áhmadis] tras el advenimiento del Mesías Prometido (as) que les animó a unirse a la Yamat; [incluso dirían] que sus acciones son similares a las de sus oponentes.

La práctica de los Profetas (as) y sus comunidades ha sido caminar con paciencia y oración, tal y como Dios Altísimo y el Santo Profeta Muhammad (sa) ordenaron, y el Mesías Prometido (as) enseñó. En consecuencia, debemos recordar asiduamente que debemos soportar con paciencia las dificultades temporales y pequeñas [teniendo en cuenta] el gran beneficio [que ello producirá] en la Yamat. De hecho, en una ocasión Hazrat Musleh Maud (ra) llegó a decir que a veces no necesitamos llamar a la puerta de la ley y simplemente debemos soportar las dificultades con paciencia.

[Por otro lado], Hazrat Musleh Maud (ra), [Jalifatul Masih II], citó al Mesías Prometido (as), diciendo que algunas personas pueden afirmar que utilizó un lenguaje duro en algunos de sus libros y, por lo tanto, esto nos da la libertad de hacer lo mismo. Estas personas deben recordar que Al’lah y Sus Mensajeros (as) tienen una estatura [espiritual] distinta. [Por ejemplo], en un sentido mundano, vemos que un magistrado o un juez puede determinar si alguien es un ladrón, porque es su deber y su derecho, en base a lo cual puede determinar un castigo en un intento de reformar al autor. Sin embargo, no todo el mundo tiene derecho a tachar a los demás de ladrones o culpables de un delito. Si lo hicieran, se crearía desorden. Por tanto, si el Mesías Prometido (as) mostró a la gente sus debilidades y las sacó a la luz, lo hizo para su reforma y para salvar a la gente de sus falsas nociones.

En cuanto a su propia persona, el Mesías Prometido (as) declara:

[En un poema escrito en urdu]:

“Al oír sus maldiciones, rezo por ellos; y surge la misericordia, porque hemos frustrado nuestra ira”.

Esta es precisamente la enseñanza que el Mesías Prometido (as) nos impartió en el sentido de que debemos soportar con paciencia las dificultades infligidas por los demás.

[Más tarde], Hazrat Musleh Maud (ra), [Jalifatul Masih II], dio el ejemplo de un incidente de la vida del Mesías Prometido (as):

“Una vez, el Mesías Prometido (as) viajaba a Lahore en un carruaje cuando algunos alborotadores de la ciudad empezaron a lanzarle piedras que golpearon su carruaje, -era un carro de caballos que estaba cerrado-; incluso la expresión del rostro del Mesías Prometido (as) no cambió lo más mínimo debido a sus acciones, a pesar de que algunas piedras provocaron que la ventanilla se rompiera y cayeron dentro. Esta paciencia exhibida por el Mesías Prometido (as) fue lo que influyó en decenas de estas personas para que [más tarde] entraran en su servidumbre y lo aceptaran”.

[Pues bien], estas son las mismas cualidades morales que debemos exhibir hoy. Si alguien es injusto debido a [querer obtener] un beneficio personal y por albergar malicia y enemistad, entonces el Mismo Dios se encargará de él, con la condición de que nuestra paciencia vaya acompañada de la oración. [En este sentido], durante la época del Santo Profeta (sa), hubo muchos que aceptaron el Islam al ver la paciencia del Mensajero (sa) o de sus Compañeros (ra); [aunque] en esta época también encontramos tales ejemplos, pues Hazrat Musleh Maud (ra) explica que, durante la época del Mesías Prometido (as), la gente se unió a esta Comunidad tras ver la paciencia del [propio] Mesías Prometido (as). Aún hoy somos testigos -y muchos me escriben cartas desde diversos países- de los que entran en el redil de esta Yamat al conocer esta historia.

En una ocasión, mientras instaba a la Comunidad a mostrar paciencia, el Mesías Prometido (as) dijo:

“La paciencia es una gran excelencia, ya que quien demuestra paciencia y no habla con ira ni lo hace por su cuenta, en ese caso Dios Altísimo habla a través de él. La Comunidad debe mostrar paciencia y no responder a la crueldad del enemigo con crueldad, ni responder a la calumnia con calumnia. Los que me rechazan no están obligados a hablar con cortesía. (No están obligados a pronunciar el nombre del Mesías Prometido -as- con respeto). Se pueden encontrar muchos ejemplos de ello en la vida del Santo Profeta Muhammad (sa). [Así pues], no hay nada como la paciencia, pero demostrarla es una tarea ardua. [De todos modos], Al’lah asiste a quien demuestra paciencia”.

 

Además, al describir las circunstancias a las que se enfrentaba la Yamat y mencionar las dificultades de los nuevos conversos, al tiempo que les aconsejaba que mantuvieran la paciencia, el Mesías Prometido (as) escribe:

“Mi Comunidad se enfrentará a las mismas dificultades a las que se enfrentaron los musulmanes en la época del Santo Profeta (sa); y la primera dificultad que se presenta es que cuando una persona entra en esta Yamat, sus amigos y familiares rompen inmediatamente los lazos con ella. A veces esto es cierto hasta el punto de que incluso padres y hermanos se convierten en enemigos, se abstienen de decir ‘assalaamo aleikum’ [la paz sea contigo] e incluso se niegan a asistir a sus funerales. Nosotros hemos pasado muchas penurias de este tipo”.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“Soy consciente de que hay algunos hombres de temperamento débil que se turban ante tales durezas. Sin embargo, tened en cuenta que pasar por estas dificultades es necesario. No estáis por encima de los Profetas y Mensajeros, todos los cuales también soportaron estas penurias. Los problemas vienen para fortalecer la fe en Dios (las dificultades surgen para reforzar la fe), provocar una transformación purificadora y a mantenernos ocupados en la oración. Por consiguiente, es necesario que sigáis los pasos de los Profetas y Mensajeros y demostréis paciencia, y no sufriréis ningún tipo de pérdida. [En este sentido], un amigo que os abandona porque habéis aceptado la verdad no es un verdadero amigo. Si fueran verdaderos amigos, permanecerían a vuestro lado. [Luego], en lugar de pelear y entrar en conflicto con quienes os abandonan porque elegisteis formar parte de la Comunidad establecida por el Mismo Dios Altísimo, deberíais rezar por ellos en reclusión”.

O sea, uno no solo debe abstenerse de discutir con ellos, también debe rezar para que Al’lah conceda a estas personas el mismo entendimiento y comprensión que os concedió a vosotros a través de Su gracia. [Entretanto], el Mesías Prometido (as) no se limitó a prohibir el conflicto y el desorden, sino que además ordenó la oración. Nos instruyó a ser compasivos para que los demás pudieran reconocer la verdad.

El Mesías Prometido (as) aclara:

“Vuestro piadoso ejemplo y excelente conducta deben probar que habéis adoptado el camino recto. Se me ha encargado que os recuerde una y otra vez que evitéis todos los lugares de desorden y corrupción, y que adoptéis la paciencia tras haber sido calumniados. Responded al mal con bondad y si alguien recurre a crear desorden, alejaos de él. (El Santo Corán ha ordenado alejarse de esa zona y responder con ternura). A menudo se observa que una persona se excede en su enemistad y adopta una postura maliciosa; es decir, su oposición puede causar desorden, provocando así a los transeúntes. No obstante, cuando esas personas reciben amabilidad a cambio y ninguna represalia a sus calumnias, ellas mismas sienten vergüenza y bochorno”.

De hecho, en estos tiempos, hay muchos que no tienen vergüenza y persisten en su crueldad, aunque también los hay que sienten vergüenza; [o sea], sienten arrepentimiento y remordimiento por sus actos.

En mis sermones anteriores, al mencionar algunos incidentes de Bangladesh, puse el ejemplo de un chico de entre los alborotadores que se enfrentó a un joven de nuestra Yamat, quien le preguntó al alborotador: “¿Sabes la razón de lo que estás haciendo?”. Entonces, el alborotador se dio cuenta [de lo que estaba ocurriendo] y dejó caer la piedra o el ladrillo que llevaba en la mano.

[A continuación], el Mesías Prometido (as) proclama:

“Os digo sinceramente que nunca abandonéis la paciencia, ya que es un arma que puede lograr aquellas cosas que un cañón no puede. Solo la paciencia puede conquistar los corazones. Sin duda, debéis tener en cuenta que me duele mucho cuando me entero de que, a pesar de formar parte de esta Comunidad, un miembro se ha peleado con otro. Me opongo severamente a tal comportamiento y Dios no desea que la Yamat destinada a ser un ejemplo para el mundo adopte un camino que no sea el de la rectitud [‘taqwa’]. De hecho, también os informo de que Dios Altísimo ha enfatizado este asunto hasta tal punto que, habiendo entrado en esta Comunidad, si un individuo no actúa con paciencia y tolerancia, entonces no forma parte de la misma “.

[Pues bien], se trata de una seria advertencia que todos deberíamos tener en cuenta.

El Mesías Prometido (as) sigue:

“Una de las razones por las que os enfurecéis es que la gente me lanza improperios soeces”.

(El Mesías Prometido -as- dice que la gente usa un lenguaje vil contra él y como resultado se enfurecen).

“En lugar de eso, dejad este asunto en manos de Al’lah. No se puede juzgar sobre ello. Dejad mi asunto en manos de Dios. Tened paciencia y tolerancia al oír sus calumnias. Vosotros no sabéis hasta qué punto soporto sus calumnias. A menudo recibo cartas llenas de viles insultos y a veces también los recibo a través de tarjetas postales. Esas cartas no están pagadas y tengo que pagar su franqueo”.

(Las cartas se enviaban sin sello, sin franqueo, que había que pagar. Después de abrir las cartas, no encontraba más que viles insultos).

“Sus calumnias eran tan abominables que estoy seguro de que ningún Profeta tuvo que soportar tales insultos. Ni siquiera considero a Abu Yahl capaz de emplear semejante lenguaje”.

(Ni siquiera Abu Yahl recurrió a este grado de calumnia).

“Sin embargo, hay que soportar esto. Si yo observo la paciencia, es vuestra obligación observar también la paciencia. Una rama no es superior al árbol mismo”.

El Mesías Prometido (as) demostró el pináculo de la paciencia, tal y como Hazrat Musleh Maud (ra) cuando afirmó que, en su propia defensa, el Mesías Prometido (as) demostró una paciencia absoluta. Si, de acuerdo con las afirmaciones de la gente, el Mesías Prometido (as) [alguna vez] fue duro, entonces lo hizo con el propósito de reformar. Era un derecho que le había concedido Dios Altísimo. No todo el mundo tiene este derecho. En consecuencia, si no se nos ha concedido este derecho, si adoptamos medidas duras, en lugar de producir una reforma, aumentarán las posibilidades de que sembremos el desorden.

El Mesías Prometido (as) añade:

“¿Hasta cuándo seguirán insultándome? Con el tiempo, se cansarán, pero sus calumnias y malicia nunca me causarán fatiga. Así, nosotros tampoco nos cansaremos nunca. Si no hubiera sido enviado por Al’lah, sin duda habría temido sus calumnias. No obstante, sé con certeza que Dios me ha designado. ¿Por qué debería preocuparme entonces por palabras sin sentido? ¡Esto no puede ser! Deliberad sobre esto: ¿a quién han perjudicado más sus calumnias, a mí o a ellos mismos? Su gente se ha marchitado, mientras que mi Yamat ha crecido y crece en el número de sus miembros. Si semejante calumnia puede convertirse en un obstáculo, ¿cómo es posible que el número de miembros de esta Comunidad haya superado los 200.000?”.

Cuando el Mesías Prometido (as) hizo esta declaración, mencionó que la Yamat constaba de 200.000 miembros. Hoy, por la gracia de Dios, su mensaje y su Comunidad han llegado a todos los países del mundo.

“Y ¿ha sucedido todo esto debido a alguna protesta o demostración de poder? En absoluto. De hecho, es el resultado de sacrificios, paciencia y oraciones. Así pues, para alcanzar este gran objetivo, debemos seguir demostrando paciencia”.

El Mesías Prometido (as) menciona además:

“¿Esta gente ha salido de entre ellos o de algún otro sitio? Emitieron edictos de ‘kufr’ [incredulidad] contra mí, pero ¿cuál fue el impacto final de esos edictos? La Yamat siguió creciendo. [Así], si esta Comunidad se hubiera establecido mediante estratagemas y engaños, entonces tales edictos sí que habrían tenido un impacto y este edicto de incredulidad habría causado un enorme impedimento en mi camino. Sin embargo, ningún ser mortal posee el poder de destruir lo que procede de Dios Altísimo. [Por lo tanto], todas las conspiraciones tramadas contra mí por los adversarios solo han servido para que los que de verdad pueden ver la realidad se queden llenos de envidia hacia mí.

Afirmo enfáticamente que quienes se oponen a mí son como si pusieran sus manos contra un gran río que surge con toda su fuerza y al hacerlo desearan detenerlo. (Es decir, el agua está fluyendo en forma de río y al colocar su mano dentro de él desean detener el flujo del agua), pero es evidente que no puede ser detenido. Quieren detener esto con su abuso verbal, aunque he de decir que esto nunca podrá ser detenido. [En realidad], ¿corresponde a una persona honorable proferir blasfemias? Expreso mi pesar ante estos musulmanes al darme cuenta de qué clase de musulmanes son, ya que son muy descarados al proferir palabras soeces”.

(Por ejemplo, profieren todo tipo de insultos verbales en sus reuniones religiosas en Pakistán).

“Juro por Al’lah que nunca he oído blasfemias tan vulgares proferidas por la gente más humilde como las realizadas por estos musulmanes. De hecho, su lenguaje obsceno refleja su verdadera condición…”.

(Al proferir un lenguaje obsceno, solo están reflejando su propia condición interior en términos de su pensamiento y conducta).

“Y reconocen que son injustos e incrédulos.  ¡Que Dios les abra los ojos y se apiade de ellos!”.

El Mesías Prometido (as) dice también:

“Si los que profieren tales insultos verbales se contaran por millones, ni siquiera entonces podrían hacer daño a Dios Altísimo. [De momento], son conscientes de que al hacerlo solo incurrirán en el coste de una tarjeta [postal], pero no se dan cuenta de que junto con la pérdida de este dinero al mismo tiempo manchan su historial de conducta”.

(Al escribir tales blasfemias, manchan también su historial de obras).

“Además, no entiendo por qué se lanzan semejantes abusos verbales. ¿Es simplemente porque digo que no se debe abandonar el Sagrado Corán o que no se debe deshonrar al Santo Profeta Muhammad (sa)? Estoy totalmente asombrado de que a pesar de que está escrito en el Corán que Jesús (as) ha fallecido y no volverá a la Tierra, no quieran aceptarlo y siguen empeñados en un concepto que es contrario al Santo Corán. Si yo no hubiera aparecido y si Al’lah no hubiera establecido esta Yamat, entonces podrían haber dicho lo que quisieran, ya que no habría nadie de entre ellos para revivirlos y advertirlos. No obstante, ahora que Dios me ha elegido y he sido declarado ‘Hakam’ [juez] por el Mensajero de Al’lah (sa), en consecuencia no tienen derecho a criticarme por mi declaración. La rectitud [‘taqwa’], [si hubiera existido en sus corazones], habría exigido que me escucharan y reflexionaran sobre ello, y no que se apresuraran a rechazarme. Digo sinceramente que sobre mi llegada no tenían derecho a hablar contra mí, pues he venido de Dios Altísimo y he aparecido como el ‘Hakam’ [Juez]”.

El gran nivel de paciencia demostrado por el Santo Profeta (sa), de acuerdo con el mandamiento de Dios, es incomparable.

Al mencionar esto, el Mesías Prometido (as) declara:

“El pueblo de Moisés (as), los israelitas, le aceptaron inmediatamente, por lo que no tuvo que enfrentarse a ninguna pena, dificultad o desafío por parte de su propio pueblo”.

(Moisés -as- no se enfrentó a ninguna dificultad por parte de su propio pueblo, más bien fue de parte del Faraón).

“Por otro lado, el Profeta (sa) se enfrentó a dificultades y al rechazo de su propia gente. A la luz de estas circunstancias, cuán extraordinario fue el éxito del Santo Profeta Muhammad (sa), que es el mayor testimonio de sus excelencias y cualidades; y de acuerdo con la voluntad y el mandato de Al’lah, cuando el Santo Profeta (sa) comenzó a predicar su mensaje, el primer desafío al que se enfrentó fue el rechazo de su propio pueblo. Está escrito que el Mensajero de Dios (sa) invitó a los qureish a comer y luego les pidió que respondieran a su pregunta de si le creerían en el caso de que les dijera que había un enorme ejército detrás de la montaña y que estaba esperando una oportunidad para lanzar un ataque contra ellos. Todos exclamaron unánimemente que creerían que era cierto porque siempre encontraron que era veraz y digno de confianza. Cuando hubieron hecho esta afirmación, el Santo Profeta Muhammad (sa) contestó: ‘En verdad, os digo que soy el Mensajero de Dios y os advierto de un castigo inminente’. En cuanto dijo esto, todos se enfurecieron y un malvado de entre ellos proclamó [su deseo de] que el Santo Profeta -sa- fuera destruido, que Dios nos perdone.

¡Qué lástima que [respecto a] la misma enseñanza, que es un medio para su salvación y prosperidad, esta gente, que no tiene fe en la otra vida, expresara su desagrado hacia ella y empezara a oponerse [a la misma]! Ahora, reflexionad en comparación sobre el pueblo de Moisés (as): a pesar de ser duros de corazón, los israelitas aceptaron inmediatamente la invitación de Moisés (as), aunque [en el caso de Muhammad (sa)], un Profeta (sa) que era aún más grande que Moisés (as), su pueblo no lo aceptó”.

 

El Mesías Prometido (as) estaba dando un ejemplo aquí del pueblo de Moisés (as) y prosigue con ello:

“El pueblo de Moisés (as) lo aceptó, pero al Santo Profeta (sa), que era más grande que Moisés (as), su pueblo no lo aceptó. Se levantaron contra el Mensajero (sa) y comenzaron su oposición, y conspiraban continuamente para matarlo. Esta era [de oposición] fue tan larga que se prolongó durante trece años y este no es un periodo corto de tiempo. El dolor y las penurias que experimentó el Santo Profeta Muhammad (sa) durante este tiempo fueron tantos que no es fácil describirlos. No escatimaban en sus esfuerzos por causar dolor y tormento y, sin embargo, Dios Altísimo seguía ordenándoles que demostraran paciencia y constancia”.

(Por un lado, estaban experimentando dificultades y, por otro, Al’lah les ordenaba que mostraran paciencia y constancia).

“Este es el verdadero significado de la paciencia y se les ordenó continuamente que la demostraran al igual que los Profetas anteriores. [Por su parte], el Mensajero de Dios (sa) demostró un excelente nivel de paciencia ante estas dificultades y continuó predicando activamente; de hecho siempre seguía progresando. El hecho es que la paciencia demostrada por el Santo Profeta (sa) no era como la de los Profetas anteriores y esto se debe a que fueron enviados para un pueblo concreto y, por tanto, las dificultades y tormentos a los que se enfrentaron se limitaron únicamente a ese pueblo. En contraste con esto, el nivel de paciencia del Santo Profeta Muhammad (sa) fue mucho mayor. Esto se debe a que no solo su propio pueblo se opuso a él y le causó problemas, sino que incluso los cristianos se convirtieron en sus enemigos, pues cuando se les dijo que Jesús (as) era un siervo de Al’lah y Su mensajero, se enfurecieron porque lo consideraban dios. No obstante, el Profeta (sa) vino y reveló la verdad.

Es una cuestión de principios que quien adopta algo como su dios y lo venera, no es fácil abandonar su creencia, más bien es muy difícil. Esta doctrina de los cristianos se había arraigado firmemente en ellos, por lo que cuando se enteraron de que el Santo Profeta (sa) había transformado a su dios imaginario en un ser humano, se convirtieron en sus acérrimos enemigos. Por un lado, su propio pueblo, que era idólatra y le rechazaba, se convirtió en su enemigo y, por otro, los cristianos también se le opusieron. Además, las prácticas idólatras habían arraigado entre los judíos”.

(Luego hay una mención con referencia a los judíos).

“Las costumbres idolátricas habían arraigado entre los judíos y estos rechazaron completamente al Mesías [Hijo de María (as)]. No estaban dispuestos a aceptar a Jesús (as). [Así que], cuando los judíos fueron advertidos, también se levantaron en oposición. En consecuencia, judíos, cristianos, idólatras y gente de otras creencias se volvieron contra él. [Respecto a los primeros], esto se debe a que los judíos consideraban a Jesús (as) un impostor y un mentiroso, Dios nos perdone. El Mensajero (sa) les dijo que ellos mismos eran mentirosos en su acusación de falsedad. Jesús (as) fue un piadoso profeta de Dios Altísimo. Aparte de esto, una de las principales razones de su enemistad fue que, en su ignorancia e insensatez, pensaron que el Sello de los Profetas (sa) debía ser un israelita, por considerarlo una práctica de Al’lah conforme a la Torá. Ellos malinterpretaron las palabras de la profecía sobre el Profeta final, porque la expresión utilizada fue ‘de entre vuestros hermanos’ [Deuteronomio 18:15]; y consideraron que esto significaba que vendría entre los hijos de Israel, mientras que la profecía se refería a los hijos de Ismael (as). Por consiguiente, cuando escucharon la afirmación del Santo Profeta Muhammad (sa) de que él era el ‘Sello de los Profetas’, todas sus esperanzas se desvanecieron y todo lo que habían previsto sobre la profecía de la Torá fue declarado falso; y debido a esto ardieron de rabia y se alzaron en oposición”.

[Una vez], un áhmadi de un pueblo vino a ver al Mesías Prometido (as) y le habló de la oposición a la que se enfrentaba por parte de un clérigo de su pueblo y le pidió oraciones diciendo:

“Hay un clérigo en mi pueblo que trabaja en la madraza [escuela] y es un firme opositor. Me causa mucho dolor. Su Santidad, ore para que Dios haga que lo transfieran de allí”.

Al escuchar esto, el Mesías Prometido (as) sonrió y después le explicó:

“Si te has unido a esta Comunidad, entonces aprende a seguir sus enseñanzas. Si uno no sufre dolor, entonces ¿por qué iba a merecer recompensa? El Profeta (sa) sufrió durante trece años en La Meca. No tienes idea del dolor y sufrimiento de esa época ni haz experimentado nada similar. A pesar de esto, el Santo Profeta (sa) aconsejó a sus Compañeros (ra) que mostraran paciencia. Finalmente, todos los enemigos fueron aniquilados.

Se acerca la época en la que ya no veréis más a esta gente malvada, [pero] Dios Altísimo ha ordenado que esta Yamat se extienda por todo el mundo. Ahora os ven como poco numerosos y os hacen daño, aunque cuando esta Comunidad sea mayoritaria, ellos mismos serán silenciados. Si Al’lah así lo quisiera, no os causarían daño ni crearía a esas personas que os causen daño. Sin embargo, a través de ellos, Dios Altísimo desea enseñaros la paciencia; y después de mostrar paciencia por un breve tiempo, veréis que en realidad ese asunto no es tan grave como lo imaginabais; [y al final], todos los que os causan daño se arrepentirán o serán aniquilados. [En este sentido], recibo muchas cartas en las que la gente dice que solían pronunciar blasfemias y lo consideraban una fuente de recompensa; aunque ahora se arrepienten y juran lealtad [hacen el ‘Baiat’]. La paciencia es una forma de adoración”.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“La paciencia es una forma de adoración. Dios declara que el que demuestra paciencia recibirá una recompensa ilimitada, (o sea, serán colmados de incontables bendiciones); pero esta recompensa está reservada solo para aquellos que son pacientes. Al’lah no ha prometido esto con respecto a otras formas de adoración. [Por ejemplo], cuando una persona pasa toda su vida en la protección de otra y al verla soportar dolor, una y otra vez, eventualmente el honor de quien brinda la protección se manifiesta con fuerza y destruye al que estaba causando daño a la otra persona. De la misma manera, nuestra Yamat está bajo la protección de Dios Altísimo. Además, nuestra fe se fortalece tras experimentar dolor. [Por eso os digo que] no hay nada como la paciencia”.

De manera similar, algunas personas vinieron a Qadián para jurar lealtad y cuando les aconsejaba, el Mesías Prometido (as) expuso:

“La gente mundana depende en gran medida de los recursos, sin embargo, Dios no necesita de ningún recurso. Si Él lo desea, puede hacer que la obra de Sus amados se complete sin recurrir a ningún recurso. A veces les ayuda creando los medios necesarios y a veces puede destruir los medios ya establecidos. En resumen, purificad vuestras obras, recordad continuamente a Al’lah y no os volváis indiferentes. Así como la presa queda atrapada por el depredador en el momento en que muestra alguna indolencia, del mismo modo, aquellos que se vuelven indiferentes al recuerdo de Dios Altísimo caen presa de satanás.

Mantened viva la práctica del arrepentimiento y no dejéis que esta virtud se desvanezca. Nunca viváis un momento sin arrepentimiento y mantenedlo siempre en mente, porque solo permanece sano el miembro que se usa constantemente y el que no se utiliza se daña permanentemente y se vuelte inútil. Asimismo, aseguraos de continuar arrepintiéndoos, para que este [hábito] no se quede sin valor. [Pues] si uno no se arrepiente sinceramente, entonces es como una semilla que se planta sobre piedras; [al contrario], si una persona ofrece un verdadero arrepentimiento, es como la semilla que se planta en una tierra excepcionalmente fértil y que da fruto en el momento señalado. [Por lo tanto, recordad esto, porque] en estos días hay muchas dificultades para ofrecer tal arrepentimiento”.

[Una vez], el Mesías Prometido (as) les explicó a los nuevos conversos:

“Ahora, una vez que salgáis de aquí, tendréis que aguantar muchas cosas, la gente se inventará toda clase de historias diciendo que habéis jurado lealtad a un leproso, incrédulo y un gran engañador, etc. Lanzarán blasfemias (al Mesías Prometido -as-). No os indignéis con los que hacen esto. No os enojéis con esas personas. He sido designado por Dios para enseñar paciencia”.

Por tanto, siempre debemos recordar estos puntos. [Es más], el Mesías Prometido (as) ha declarado que deben orar a Al’lah para que los guíe [es decir, a los enemigos]; y ya que al Mesías Prometido (as) se le ha encargado que nos enseñe la paciencia, de ahí que nuestro éxito radica en que sigamos sus pasos.

El Mesías Prometido (as) añadió:

“Las armas que nos llevarán a la victoria son: el ‘istighfar’ [buscar el perdón], el ‘taubah’ [arrepentimiento], (y no reaccionar como lo hacen ellos). [O sea], las armas que nos llevarán a la victoria no son reaccionar de la misma manera, más bien, las que nos darán la victoria son el ‘istighfar’ [buscar el perdón], el ‘taubah’ [arrepentimiento], aumentar el conocimiento religioso, comprender la grandeza de Dios Altísimo y ofrecer las cinco oraciones diarias. La adoración es la clave para la aceptación de la oración. [Por eso], cuando observéis la oración, aseguraos de ofrecer súplicas y no mostréis negligencia en este asunto. [Además], absteneos por completo de todo vicio, independientemente de si se trata de cumplir los derechos de Dios o de Su creación. Por lo tanto, absteneos de toda forma de vicio”.

Por consiguiente, estos consejos son la base de nuestro éxito y progreso; y si, de acuerdo con la guía del Mesías Prometido (as), seguimos prestando atención al “istighfar” [buscar el perdón], al “taubah” [arrepentimiento], a la adquisición del conocimiento religioso y al ofrecimiento de las cinco oraciones diarias, encontraremos el éxito. No importa cuánto transgreda el enemigo al sembrar el caos y el desorden, nosotros también debemos aumentar nuestras prosternaciones delante de Al’lah. Este es el secreto para nuestro éxito y el Mesías Prometido (as) nos ha aconsejado repetidamente que hagamos esto en lugar de tomar cualquier tipo de represalia.

De todas formas, nuestra victoria está destinada [a ocurrir], como ha dicho el Mesías Prometido (as), si Dios quiere. De hecho, debe tenerse en cuenta que debemos continuar nuestros esfuerzos con sabiduría. Gran parte de nuestro trabajo se puede completar con sabiduría. Es por esta razón que es necesario demostrar sabiduría. Si cada áhmadi comprende esta responsabilidad, muchos problemas se resolverán a través de nuestra conducta y oraciones.

¡Que Al’lah nos permita ser pacientes y ofrecer súplicas, y que además Él nos capacite para actuar sobre esta guía a fin de alcanzar Su complacencia!

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que algunas personas le escriben e incluso presentan diversos argumentos para intentar demostrar que, a la luz de las dificultades a las que se enfrenta la Comunidad Musulmana Ahmadía en Pakistán y en varios otros países, los ahmadíes no sólo deben permanecer pacientes sino que deben tomar medidas de represalia.

Su Santidad (aba) dijo que algunas personas incluso citan ciertos ejemplos del Segundo Califa (ra) y dicen que dio permiso para tomar represalias, sin embargo Su Santidad (aba) dejó claro que estas cosas se atribuyen erróneamente al Segundo Califa (ra). Es posible que en circunstancias muy específicas, el Segundo Califa (ra) haya dado permiso para tomar represalias, sin embargo eso también después de una gran y cuidadosa consideración. Además, si se daban tales casos, la respuesta se ajustaba estrictamente a las órdenes del Califa y no se dejaba a la determinación de otros titulares de cargos.

La paciencia es una enseñanza del Islam

Su Santidad (aba) dijo que antes de la partición de Pakistán y la India, cuando la India estaba bajo el dominio británico, había ciertos oficiales británicos que estaban en contra del Ahmadíat que trataron de decir que algunos discursos pronunciados por el Segundo Califa (ra) eran incendiarios y lo hicieron para tratar de incitar un ataque contra él. Sin embargo, siempre fracasaban en este intento, porque el Segundo Califa (ra) siempre aconsejaba a la Comunidad que permaneciera paciente. De hecho, incluso los oficiales opositores atestiguaron que cuando pensaban que el discurso pronunciado por el Segundo Califa (ra) incitaría a una represalia, él tomaba un giro diferente, ya que instaba a la paciencia y la tolerancia.

Su Santidad (aba) dijo que por supuesto así era, porque el Segundo Califa (ra) nunca aconsejaría nada contrario a las enseñanzas del Islam y del Santo Profeta (sa). El Mesías Prometido (as) aconsejó a su Comunidad actuar con paciencia y oración en numerosas ocasiones. De hecho, llegó a decir que si uno no poseía la capacidad de pisar los terrenos más difíciles sin mostrar paciencia, entonces era libre de abandonarlo.

Su Santidad (aba) dijo que varios medios de comunicación y periodistas le preguntan sobre este tema y él suele responder que, a menudo, se ha dado el caso de que las mismas personas que se oponen a la Comunidad son las que finalmente acaban uniéndose a la Comunidad y aceptan el Ahmadíat. Nosotros también podríamos mostrar la misma agresividad que se está mostrando contra nosotros, sin embargo somos aquellos que hemos aceptado al Mesías de la Era que vino a establecer la paz y que nos aconsejó que fuéramos pacientes. Por lo tanto, si hay vías legales que se puedan tomar, entonces se pueden adoptar. De hecho, hay ocasiones en las que incluso sin tomar la vía legal, Dios manifiesta sus medios de ayuda. Su Santidad (aba) dijo que la gente se asombra al oír esta respuesta, y elogia el hecho de que así es como vive la gente pacífica.

El verdadero significado de la paciencia

Su Santidad (aba) dijo que en un sermón, el Segundo Califa (ra) explicó el verdadero significado de la paciencia. Su Santidad (aba) dijo que presentaría ciertos puntos a la luz de este sermón, junto con la guía del Mesías Prometido (as) sobre la paciencia.

Su Santidad (aba) dijo que el Segundo Califa (ra) consideraba la paciencia como un asunto extremadamente importante, afirmando que la paciencia es una de las principales responsabilidades de la Comunidad de un profeta. Ninguna comunidad ha podido tener éxito sin paciencia. El Segundo Califa (ra) explicó además que hay dos tipos de paciencia; el primero es mostrar paciencia a pesar de ser plenamente capaz de tomar represalias, y el segundo es mostrar paciencia en circunstancias de impotencia.

Su Santidad (aba) dijo que cuando analizamos el significado de “paciencia” en árabe encontramos que sus significados son extremadamente vastos. Según los diversos ejemplos del Sagrado Corán en los que Al’lah el Todopoderoso ha ordenado la paciencia, junto con los diversos significados de “paciencia” explicados por diversas autoridades léxicas, queda claro que “paciencia” tiene tres significados principales:

Abstenerse de pecar

Realizar buenas acciones con constancia

Abstenerse del pánico y el miedo

Su Santidad (aba) dijo que a la luz del primer significado, uno debe combatir aquellos males que incitan a una persona y salvaguardarse contra aquellos males que podrían incitar a una persona en el futuro. La paciencia no consiste simplemente en sentarse tranquilamente, sino en realizar esfuerzos constantes para la purificación interior. Estas personas también experimentan la ayuda de Al’lah de formas que nunca hubieran imaginado. Los oponentes están esperando que abandonemos la paciencia y empecemos a comportarnos como ellos para poder reclamar la victoria, sin embargo Al’lah el Todopoderoso nos ordena emplear el uso de la sabiduría.

Su Santidad (aba) dijo que a la luz del segundo significado, queda claro que uno debe emprender constantemente actos de virtud, y también adoptar aquellos actos de virtud que aún no ha podido. Este es, de hecho, un medio de acercarse a Dios que puede alcanzarse a través de la oración, como dice Dios en el Corán:

Y solicitad ayuda con paciencia y Oración; algo realmente difícil excepto para los humildes de espíritu. (Sagrado Corán 2:46)

En otro momento, Dios afirma en el Sagrado Corán:

Y quienes perseveran buscando el favor de su Señor, observan la Oración, gastan de lo que les hemos provisto, secreta y abiertamente, y rechazan el mal con el bien. Son ellos quienes tendrán la mejor recompensa de la Morada final. (Sagrado Corán 13:23)

Su Santidad (aba) dijo que la paciencia, la coherencia, la humildad y la oración son los principales medios para buscar la complacencia de Dios y que esto sólo puede lograrse cuando vivimos nuestras vidas de una manera conducente a alcanzar la complacencia de Dios Todopoderoso.

Su Santidad (aba) dijo que el tercer significado de la paciencia es evitar el pánico en tiempos de dificultad. Uno siempre debe tener en mente que todo lo que tiene es una concesión de Dios Todopoderoso. Si Él nos quita algo, más tarde nos concederá otra cosa. Esta es la mentalidad de aquellos que son justos y pacientes.

Paciencia sólo por el bien de Dios

Su Santidad (aba) dijo que debe tenerse en cuenta que la paciencia no debe ser el resultado de ninguna debilidad o temor mundano, sino que la paciencia debe ser únicamente por el bien de Dios y de acuerdo con Su mandamiento. Ordenamos la paciencia sólo porque es el mandamiento de Dios Todopoderoso. Si se tratara simplemente de mostrar represalias, entonces debe haber muchos ahmadíes que están dispuestos a tomar represalias sin temer por su propia vida. Sin embargo, hacerlo sería contrario a las enseñanzas del Islam. Despreciamos tales actos porque no corresponden a las divinas comunidades de profetas. Nos hemos comprometido a salvaguardar a la humanidad de todo tipo de daño.

Su Santidad (aba) dijo que en una ocasión, el Mesías Prometido (as) dijo que las acciones de uno deben mostrar la distinción entre la paciencia y la falta de dignidad. Por ejemplo, si una persona le pide a otra que le preste dinero y ésta la castiga y la humilla, y la persona que pide el dinero piensa que, como está en una posición más débil, debe aguantarse y reírse, eso se consideraría una falta de dignidad. Sin embargo, a veces, por el bien de la nación, es necesario permanecer en silencio. Esta es la verdadera paciencia. Por ejemplo, si hay un caso en el que tomar represalias tiene un impacto negativo en la sociedad y aun así una persona toma represalias, se consideraría una insensatez. Sin embargo, permanecer paciente por un bien mayor es la verdadera paciencia.

Su Santidad (aba) dijo que a veces la gente piensa que cuando una persona es arrestada injustamente debería haber algún tipo de manifestación o disturbio, sin embargo esto es erróneo. Esto es exactamente lo que desean los opositores para poder infligir aún más crueldades. En este momento, incluso los funcionarios del gobierno apoyan a nuestros oponentes, y si mostráramos alguna forma de represalia, entonces sólo serviría para exacerbar aún más la situación. De hecho, hay ciertos ejemplos en nuestra historia en los que se mostraron algunas represalias y sólo empeoraron la situación. Sin embargo, cuando se tuvo paciencia y se recurrió a la vía legal, hubo casos en los que este enfoque tuvo éxito. De ahí que no tomemos represalias porque hacerlo sería contrario a las enseñanzas del Islam. De hecho, a veces nuestra paciencia ha influido mucho en los funcionarios. De lo contrario, si tomáramos represalias al igual que los oponentes, esto tendría un impacto negativo en aquellos a quienes estamos predicando el verdadero mensaje del Islam.

Su Santidad (aba) dijo que debemos tener siempre presente que debemos soportar pacientemente las dificultades temporales por el bien mayor y a largo plazo de la Comunidad.

Una respuesta a los que dicen que el Mesías Prometido (as) utilizó un lenguaje duro

Su Santidad (aba) dijo que el Segundo Califa (ra) respondió a aquellos que dicen que en ciertas ocasiones en sus libros, el Mesías Prometido (as) ha usado un lenguaje duro para los oponentes, y que por lo tanto nosotros también deberíamos poder hacerlo. El Segundo Califa (ra) explicó que el rango de Dios y de Sus Profetas es único. Si tuviéramos que dar un ejemplo mundano, entonces un juez puede condenar a un ladrón según sus delitos, sin embargo no puede ir por ahí llamando ladrón a todo el mundo porque crearía discordia. Por eso, al poner de relieve las debilidades de los demás, el Mesías Prometido (as) ha intentado reformarlos. Sin embargo, cuando se trataba de sí mismo y de su propia persona, el Mesías Prometido (as) dijo que soportaba todos y cada uno de los ataques personales que se dirigían contra él. El Segundo Califa (ra) contó que, mientras viajaba en un coche de caballos, la gente apedreaba su carruaje y algunos incluso entraban en él por la ventana. Sin embargo, el Mesías Prometido (as) sólo mostró paciencia. Fue esta misma paciencia la que impactó a esos mismos oponentes y los llevó a aceptar al Mesías Prometido (as). Esto sigue ocurriendo hasta el día de hoy.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que una persona que permanece paciente ya no habla por su propia voluntad, sino que su discurso es inspirado por Dios. Por lo tanto, la Comunidad debe permanecer paciente y no debe responder a la crueldad con crueldad o responder a la maldición con maldición. Nada puede compararse a la paciencia, aunque la paciencia no es fácil. Pero Al’lah el Todopoderoso ayuda a los que son pacientes.

La paciencia gana corazones

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as) quien dijo que esta Comunidad se enfrentaría a dificultades similares a las que se enfrentó la comunidad de musulmanes en la época del Santo Profeta (sa). Sin embargo, hay que recordar que tales dificultades son necesarias. Nadie es más grande que los profetas, y ellos soportaron las mayores dificultades. Cuantas más dificultades hay, más oportunidades hay de acercarse a Dios Todopoderoso. No sólo hay que seguir siendo paciente, sino que hay que rezar por los adversarios y no albergar más que compasión, para que al ver este ejemplo, ellos también se sientan impactados y atraídos hacia la verdad. La paciencia puede ganar corazones.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que quien no muestra paciencia no puede ser incluido en su comunidad. El Mesías Prometido (as) dijo que soportó grandes dificultades. La gente le enviaba cartas llenas del lenguaje más vil y sucio. De hecho, a veces tenía que pagar para recibir las cartas y abrirlas sólo para encontrar lenguaje obsceno lanzado contra él. Sin embargo, a pesar de todo, mantuvo la paciencia, sobre todo cuando se trataba de ataques personales contra él. Si alguna vez utilizó un lenguaje fuerte, como algunos afirman, fue únicamente por el bien de la reforma. El Mesías Prometido (as) dijo que si no hubiera sido enviado por Dios Todopoderoso, tal vez el lenguaje vil utilizado contra él le molestaría. Pero como había sido enviado por Dios, ¿cómo podían molestarle esas cosas?

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que es una vergüenza ver a otros musulmanes utilizar un lenguaje tan soez. Pero en cualquier caso, es claro y cierto que sus intentos son inútiles y no pueden hacer nada para frenar la verdad. El Mesías Prometido (as) dijo que había sido enviado por Dios de acuerdo con las profecías del Santo Profeta (sa), por lo que no hay justificación para que los opositores pongan objeciones. El Santo Profeta (sa) tuvo que soportar dificultades y adversidades a manos de su propio pueblo, y sin embargo su éxito no tuvo parangón. El pueblo de Moisés (as) lo aceptó, pero no aceptaron al Profeta (sa) más grande que él y continuaron infligiéndole crueldades. A través de todo ello, el Santo Profeta (sa) exhibió el más alto nivel de paciencia, todo ello sin retroceder en sus esfuerzos de predicación.

El éxito se basa en la paciencia

Su Santidad (aba) dijo que una vez, un Ahmadi fue al Mesías Prometido (as) y le dijo que había una persona en su pueblo que le infligía grandes dificultades. Le pidió al Mesías Prometido (as) que rezara para que esa persona se fuera de su pueblo. El Mesías Prometido (as) sonrió y dijo que, habiendo entrado a formar parte de esta Comunidad, uno debe actuar de acuerdo con sus enseñanzas. Si uno no soporta las dificultades, ¿cómo puede cosechar las bendiciones de Dios Todopoderoso? Uno no puede imaginar las dificultades a las que se enfrentaron el Santo Profeta (sa) y sus Compañeros (ra), sin embargo las soportaron y finalmente todos los oponentes flaquearon. Lo mismo ocurrirá con esta Comunidad, y tras un periodo de paciencia, esta Comunidad será testigo de la caída de sus oponentes. La paciencia es también una forma de adoración, y Dios dice que el paciente será recompensado sin medida. Por lo tanto, nuestra Comunidad está siendo ayudada por Dios, y soportar las dificultades fortalece la fe. No hay nada como la paciencia.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que nuestro éxito no radica en las represalias, sino en buscar el perdón, arrepentirse, alcanzar el conocimiento religioso, reconocer la Majestad de Dios y ofrecer las cinco oraciones diarias.

Su Santidad (aba) dijo que estos son los caminos hacia nuestro éxito. Si adoptamos estas cosas como el Mesías Prometido (as) ha aconsejado, entonces saldremos victoriosos. A medida que los oponentes aumentan su oposición, nosotros debemos simultáneamente aumentar nuestra adoración, en lugar de mostrar alguna forma de represalia. Nuestra victoria está prometida, si Dios quiere. Al mismo tiempo, debemos emplear el uso de la sabiduría. Muchos problemas pueden resolverse mediante nuestra conducta y nuestras oraciones.

Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah nos conceda paciencia, la capacidad de rezar y nos permita poner en práctica estas cosas para alcanzar Su complacencia.

Resumen preparado por The Review of Religions

Share via