La necesidad de un Imam
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

La necesidad de un Imam

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 23 de DICIEMBRE de 2022.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), en el Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), se dirigió al mundo diciendo:

Hoy ha comenzado la Convención Anual [Yalsa Salana] de Qadián y en algunos países africanos [y otros] también se están celebrando Convenciones Anuales. ¡Qué Dios Altísimo bendiga en cada aspecto los Yalsas que se están celebrando en todos esos países! Si Dios quiere, los demás países de África participarán asimismo en el discurso que se pronunciará en la Convención Anual de Qadián el domingo, el último día del Yalsa. Son siete u ocho países y, además, intentaremos conectarlos aquí, en directo, a través de la MTA. Con todo esto, como la gente de estos países se ha reunido y va a oír también este sermón, y se ha creado un ambiente especial para escucharlo con atención, he considerado apropiado relatar, en palabras del Mesías Prometido (as), la finalidad de su advenimiento, el propósito de establecer la Comunidad [Musulmana Ahmadía] y los diversos consejos que el [propio] Mesías Prometido (as) nos ha dado. Muchos de los que se han unido recientemente al Ahmadíat y la joven generación de áhmadis que asimismo asistirá a estas Convenciones Anuales no han recibido esta guía en palabras del Mesías Prometido (as). [Por eso], es importante que también sean conscientes de ello, para que se esfuercen, especialmente durante estos días, en incrementar su fe, convicción, sinceridad y devoción; y [para que] con la ayuda de Dios [puedan] comprender el propósito del advenimiento del Mesías Prometido (as) y entender sus responsabilidades.

¿Cuál fue el propósito de fundar la Comunidad Musulmana Ahmadía y por qué era necesario su establecimiento en esta época? El Mesías Prometido (as) afirma al respecto:

“¡Qué bendita es esta época en la que Al’lah, en tiempos tan turbulentos, por Su pura Gracia, ha deseado conceder apoyo al Islam para demostrar la grandeza del Santo Profeta Muhammad (sa) y, así, por medio del apoyo de lo invisible y, por Su Gracia, estableció este Movimiento! 

Me gustaría preguntar a aquellos que sienten un dolor sincero por el Islam y tienen algún respeto y consideración en sus corazones por el mismo, que me digan si ha habido una época en la que el Islam ha experimentado tal abuso y el Santo Profeta (sa) y el Sagrado Corán hayan sido tan insultados hasta tal punto? Además, estoy extremadamente entristecido y siento una [gran] angustia en lo profundo de mi corazón al ver la condición [actual] de los musulmanes. A veces me vuelvo ansioso debido a este dolor, pues los musulmanes no poseen la más mínima decencia para sentir esta humillación.

¿Acaso Dios Altísimo no deseaba ningún respeto hacia el Profeta (sa) de forma que, a pesar de tantos insultos y blasfemias proferidos contra él, Al’lah no iba a establecer un movimiento celestial? Y ¿no difundiría Él la grandeza y pureza del Santo Profeta Muhammad (sa) por todo el mundo, silenciando [así] a los opositores del Islam? Y ¿no lo haría a pesar de que Él y Sus ángeles envían bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)? Por lo tanto, en este momento, en que el Profeta (sa) está siendo deshonrado, era necesario que Él invocara este saludo sobre él; y Dios Altísimo, en verdad, ha hecho esto mismo mediante el establecimiento de esta Comunidad”.

 

Por tanto, es responsabilidad de quienes hemos aceptado al Mesías Prometido (as) y entrado en esta Yamat, que no solo hemos de reformar nuestra propia condición moral, sino también enviar bendiciones [‘Durud’] sobre el Santo Profeta Muhammad (sa). [Por eso], especialmente en estos días, se debe prestar especial atención a la recitación del “Durud” (invocar bendiciones sobre el Profeta del Islam -sa-).

Cuando enviemos el máximo “Durud” que podamos sobre el Santo Profeta (sa), estaremos cumpliendo el objetivo que el Mesías Prometido (as) indicó para el establecimiento del honor y la grandeza del [propio] Santo Profeta Muhammad (sa).

Además, declarando el propósito de su advenimiento, el Mesías Prometido (as) explica:

“Dios me ha enviado para establecer la grandeza perdida del Santo Profeta (sa) y para demostrar las verdades del Sagrado Corán al mundo. [Pues bien], todo este trabajo se está llevando a cabo, pero aquellos cuyos ojos están cubiertos, no pueden verlo. Este Movimiento brilla como el sol y hay muchas personas que son testigos de sus signos y si todos estos signos se recopilaran en un solo lugar, superarían en número a las tropas del ejército de cualquier emperador”.

Los Yalsas que se celebran hoy en varios países del mundo y los miles de áhmadis que participan en ellos son también uno de estos signos.

El Mesías Prometido (as) escribe:

“Hay tantos indicios de la veracidad de este Movimiento que es muy difícil mencionarlos todos y puesto que el Islam ha sido gravemente deshonrado, Dios está demostrando su grandeza con la misma rotundidad”. 

Más tarde, el Mesías Prometido (as) dice:

“Además, esta época llama a una batalla espiritual. La guerra con satanás ha comenzado y está atacando la fortaleza del Islam con todas sus armas y ardides, y desea derrotarlo. Sin embargo, Al’lah ha establecido esta Comunidad en esta época para derrotar a satanás en esta última batalla suya, de una vez por todas”.

Por consiguiente, cada áhmadi debe prestar atención a sus responsabilidades.

El Mesías Prometido (as) menciona:

“Bienaventurados son aquellos que reconocen esto. Ahora solo queda un tiempo limitado en el que uno puede recibir bendiciones, [ya que] pronto llegará el momento en que Dios ilumine la verdad de este Movimiento [y lo hará] más brillante que el sol. [Entonces], ese será un periodo en el que aceptar la fe no será un medio de recompensa espiritual y las puertas del arrepentimiento se cerrarán para ellos. Quienquiera que me acepte ahora deberá iniciar una gran lucha contra su propio ego. Verán que a veces tendrán que dejar a su familia y se harán esfuerzos para obstaculizar sus actividades mundanas. Se les insultará y maldecirá, aunque serán recompensados por Dios Altísimo por todo ello”. 

El Mesías Prometido (as) continúa:

“Pero cuando llegue la otra época y el mundo se incline con fuerza hacia este Movimiento, de forma similar al agua que cae de una montaña elevada (es decir, cuando llegue la época del éxito), y cuando no se encuentre a nadie que lo niegue, entonces, ¿qué valor tendrá la aceptación en ese momento? (¿Qué tipo de aceptación será en ese tiempo?). Aceptar [este Movimiento] en ese momento no será un acto de valentía, [porque] la recompensa siempre se da en momentos de dolor y sufrimiento”. 

El Mesías Prometido (as) declara:

“Cuando Hazrat Abu Bakr (ra) aceptó al Profeta (sa), renunció a su autoridad en La Meca, pero Dios le concedió un gran reino en la Tierra. Hazrat Umar (ra) se vistió entonces con el manto de la humildad y lo hizo de forma parecida a [un dicho persa], o sea: Hemos comenzado a navegar en el agua y lo que esté destinado a suceder sucederá’. Cuando aceptó al Santo Profeta Muhammad (sa), personificando esto mismo, ¿le privó Al’lah de alguna parte de la recompensa que le correspondía? ¡De ninguna manera! Si el hombre hace un incluso un mínimo esfuerzo por Dios, no abandona este mundo sin primero haber sido antes recompensado. No obstante, la condición es intentarlo primero. Se menciona en un Hadiz que cuando un hombre camina hacia Al’lah, Él corre hacia esa persona. La fe es creer en algo que no se ve. Una persona que divisa la luna creciente se considera que tiene una vista aguda (es decir, si uno ve la luna en su primera fase, se considerará que tiene una buena vista), aunque si empieza a gritar fuertemente a la hora de divisar la luna llena se considerará que está loca”.

Así pues, afortunados son los que aceptan hoy al Mesías Prometido (as) y reciben el amor de Dios Altísimo tras enfrentarse a la oposición. Después, mientras explica que no basta con simplemente profesar la aceptación, [nos dice] que el verdadero propósito es llevar a cabo un cambio piadoso y recorrer el camino del “Tauhid” [la Unidad de Dios], pues solo entonces uno se convierte en receptor de Su Gracia.

[En este sentido], el Mesías Prometido (as) aclara:

“Quien busca a Dios Altísimo, puramente por temor a Él, y reza para que se resuelvan las dificultades en este asunto, entonces según la ley de Al’lah:

‘Y en cuanto a aquellos que se esfuerzan en Nuestro camino, seguramente les guiaremos en Nuestras sendas…”, (29:70); [o sea], Él mismo agarra sus manos, les muestra el camino y les otorga satisfacción en sus corazones. Sin embargo, si sus corazones ya están llenos de oscuridad, si la oración es una carga para sus lenguas y si sus creencias están contaminadas de ‘shirk’ (idolatría) e innovaciones, entonces ¿qué clase de plegaria es y qué clase de súplica es la que se está haciendo para obtener un buen resultado? Hasta que uno no cierre las puertas a todos los caminos y esperanzas ilícitas con un corazón piadoso, sinceridad y seriedad, y extienda su mano hacia Dios, nunca será digno de recibir la ayuda y el apoyo del Al’lah. No obstante, cuando caen en el umbral de Dios Altísimo y le rezan solo a Él, entonces este estado suyo atraerá la ayuda y la misericordia.

Al’lah puede ver las profundidades del corazón de una persona desde los Cielos y si hay un ápice de oscuridad, idolatría o innovación en cualquier parte de su corazón, entonces sus oraciones y adoración le serán arrojadas de vuelta a la cara. Pero si Él ve que su corazón está limpio de deseos egoístas y de tinieblas, Dios les abrirá las puertas de la misericordia, los acogerá bajo Su sombra y Él Mismo se encargará de atender sus necesidades”. 

El Mesías Prometido (as) afirma:

“Dios Altísimo ha establecido esta Comunidad con Sus propias Manos y vemos que se unen muchas personas que tienen ciertos objetivos y si estos se cumplen, entonces todo está bien y de maravilla; de lo contrario, son poco fieles a su fe y sus creencias”.

[En otras palabras], algunas personas solo juran lealtad con un propósito determinado.

Mientras continúa profundizando en este tema, el Mesías Prometido (sa) explica en otro lugar:

“Los deseos egoístas son una forma de ‘shirk’ o idolatría, [ya que] colocan una envoltura sobre el corazón. Incluso si uno promete su lealtad [‘Bai’at’], todavía puede causar su tropiezo. Nuestro Movimiento exige que se renuncie a todos los deseos egoístas y se recorra el camino de la Unidad perfecta. Deben buscar realmente la verdad; de lo contrario, si se produce algún cambio en aquello que desean, entonces, en ese momento, se verán a sí mismos separándose [de la Yamat]. ¿Fue por dinero y riqueza por lo que los Compañeros (ra) aceptaron al Santo Profeta Muhammad (sa)? ¡No!”.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“Si se analiza la vida de los Compañeros (ra), no se encontrará ni un solo incidente semejante y nunca hicieron tal cosa. [Así pues], jurarme lealtad significa arrepentirse, mientras que su juramento de lealtad significaba [estar dispuestos incluso] a perder la vida”.

(Aquí se refiere a los Compañeros -ra- y ya he narrado sus relatos durante un largo periodo de tiempo en los sermones del viernes y explicaba en ellos cómo entregaban sus vidas).

“Por un lado, prometían lealtad y, por otro, renunciaban a todas sus riquezas, posesiones, honor, respeto, vidas y propiedades. Como si ya no tuvieran posesión sobre nada y sus esperanzas hubieran sido cortadas del mundo; y el anhelo por cualquier tipo de respeto, honor y autoridad que pudieran tener quedó aniquilado. No se les pasó por la cabeza la idea de que llegarían a ser gobernantes y conquistadores de tierras, sino que más bien se distanciaban de cualquier tipo de esperanzas y deseos, y siempre estaban dispuestos a soportar, con placer, cualquier dolor y sufrimiento en el camino de Al’lah, hasta el punto de estar dispuestos incluso a entregar sus vidas. Su estado era tal que estaban muy apartados de este mundo, pero es un asunto aparte que Dios aún les concedió Sus bondades y favores; y escogió a aquellos que sacrificaron todo en Su camino”.

Luego, mientras ofrece más guía y dice que el propósito de la creación de la Comunidad es establecer la verdadera unidad y el amor a Dios Altísimo, el Mesías Prometido (as) describe:

“¿Qué significa amar a Dios? Es dar prioridad a la complacencia de Al’lah sobre los padres, compañeros, hijos, nosotros mismos y sobre todo lo demás. Está escrito en el Santo Corán:

‘Celebrad las alabanzas de Dios como lo hacéis con las alabanzas de vuestros padres, o aúno más’, (2:201).

Cabe señalar que Dios Altísimo no reveló este mandamiento para que se llame a Dios ‘padre’, sino para que no se tropiece como los cristianos, que llaman a Dios con el nombre de ‘padre’. [Luego], si uno proclama que dicho amor es inferior al de un padre, entonces esta alegación queda refutada por las palabras:

‘O aún más’; [puesto que] si ‘o aún más’ no estuviera presente, esa alegación podría mantenerse, pero estas palabras han resuelto esta cuestión”. 

Así pues, éste es el amor por Al’lah que debe inculcarse en el corazón de un creyente: un amor por Dios que triunfe sobre el amor por todas las ataduras mundanas. [En este sentido], debemos evaluarnos a nosotros mismos para ver si estamos intentando desarrollar este amor. ¿Acaso desean y anhelan este amor nuestros corazones?”.

[Luego], al profundizar en este amor y sus normas, el Mesías Prometido (as) nos dice:

“Para establecer la verdadera Unidad de Dios, es necesario que uno experimente plenamente el amor de Dios Altísimo y el verdadero amor por Al’lah solo puede afirmarse a través de la acción. [En este sentido], una cosa nunca puede volverse agradable y dulce simplemente llamándola ‘dulce’ (pues nada puede volverse dulce simplemente comparando algo con el azúcar). Del mismo modo, si una persona afirma verbalmente tener afinidad con otra, pero en un momento de dificultad y necesidad no acude en ayuda y auxilio de su amigo, entonces él no es un verdadero amigo. De la misma manera, afirmar [solo] verbalmente la Unidad de Dios y pretender amarlo no proporciona ningún beneficio; en dicha situación, uno debe demostrar esto a través de sus acciones, en lugar de hacer [solamente] una declaración verbal.

[Sin embargo], de ninguna manera esto significa que una declaración verbal no sea necesaria. Ciertamente no. Lo que quiero decir es que una declaración verbal debe afirmarse a través de las acciones de uno. Por esta razón, es necesario que uno dedique su vida a Dios Altísimo, pues Él debe tener prioridad sobre todo lo demás; Sus mandamientos deben tener primacía sobre todos los asuntos en general; la fe establecida por Él debe ser más importante que todo lo demás y sus seguidores deben darle precedencia sobre todos los asuntos mundanos”. 

El Mesías Prometido (as) concluye:

“Esto es el Islam y este es precisamente el propósito por el cual he sido enviado. Así, aquellos que no se acerquen a este manantial, que Al’lah ha establecido para este gran propósito, se convertirán en desdichados. Si un buscador sincero desea lograr su verdadero propósito, debe avanzar hacia el manantial y beber de él. Esto no se puede lograr sin primero ignorar por completo el propio sentido del honor y caer en Su umbral Divino. Uno debe prometer que, incluso si pierde su eminencia en el mundo y se enfrenta a una montaña de problemas, no dejará a Dios”.

Pase lo que pase, nunca abandonará a Dios Altísimo.

“Uno debe estar preparado para ofrecer cualquier sacrificio por la causa de Al’lah. [En este sentido], Abraham (as) manifestó una sinceridad ejemplar porque estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo. [Por ello], el objetivo del Islam es producir muchos como él. Por lo tanto, todos vosotros debéis esforzaros por llegar a ser como Abraham (as). En verdad os digo que no os hagáis meros discípulos sino santos y esforzaros por lograr este objetivo, incluso si el viaje es difícil”.

Es decir, uno debe esforzarse por elevar su propio rango [espiritual, ya que] uno no debe conformarse meramente con ser discípulo y seguidor, sino que debe elevar su propio rango al de los santos; y los demás deben considerarlo como un individuo piadoso y digno de ser seguido.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“Esforzaros por lograr este objetivo, incluso si el viaje es difícil, [pues] finalmente este viaje terminará en paz y comodidad. No obstante, es necesario que entréis por sus puertas con la mínima carga, [porque] si lleváis un gran peso sobre la cabeza, será muy difícil entrar”.

En otras palabras, este peso es la carga de deseos y prioridades mundanas que lleva una persona, por lo que el mundo se vuelve más importante que la fe. Por tanto, el viaje se vuelve difícil, [por lo que] si uno desea hacer este camino, entonces debe desechar la carga de las ataduras mundanas que hacen que se le dé prioridad al mundo sobre la fe.

[El Mesías Prometido (as) añade]:

“Si mi Comunidad desea agradar a Dios, entonces debería desechar esta carga. Ciertamente debéis recordar que si no demostráis devoción y sinceridad, seréis considerados mentirosos y no personas veraces en la corte de Dios Altísimo. En tales circunstancias, el que abandona la devoción por la traición será destruido, incluso antes que el enemigo. Al’lah no puede caer presa de ningún engaño, ni nadie tiene el poder para engañarlo. En consecuencia, debéis fomentar la verdadera sinceridad y honestidad”.

Junto con establecer la Unidad de Dios e infundir amor por Él [en nuestros corazones], también es necesario desarrollar amor hacia quienes son amados por Dios Altísimo, a través de quienes Él impartió las enseñanzas de Su unidad.

Por consiguiente, al explicar la importancia de construir una relación con el Santo Profeta (sa) y establecer su honor y grandeza, el Mesías Prometido (as) manifiesta que:

“Al’lah ha establecido esta Yamat para que la profecía y el honor del Profeta (sa) puedan restablecerse”.

El Mesías Prometido (as) presenta el ejemplo de aquellos que están absortos en la veneración y rezan en las tumbas de los santos y, sin embargo, afirman estar también absortos en su amor por el Santo Profeta Muhammad (sa), mientras nos etiquetan como incrédulos. Proclaman que, Dios nos perdone, los áhmadis son culpables de blasfemar contra el Santo Profeta (sa).

En referencia a tales personas, el Mesías Prometido (as) proclama:

“Si uno declara su amor por alguien, pero hay miles de otros a quienes ama por igual, ¿qué distingue su declaración de amor de la de otros?”.

(Porque si un amante declara su amor, pero tiene muchos otros amados, entonces, ¿qué tiene de especial aquel a quien le ha declarado su amor?).

“Si estas personas son verdaderamente devotas en su amor por el Profeta (sa), (aquellos que dicen amar al Santo Profeta -sa-), entonces, ¿por qué rezan en miles de santuarios y tumbas?”.

Ellos mismos son devotos de muchos santuarios y dan ofrendas, ofrecen oraciones y, de hecho, además realizan postraciones.

El Mesías Prometido (as) declara:

“Viajan a Medina, pero también a Ajmer y otros santuarios con la cabeza descubierta y los pies descalzos. Consideran que una visita a Pakpattan [ciudad de Pakistán y centro del sufismo] y atravesar sus puertas es suficiente para alcanzar la salvación. Algunos han erigido una bandera, mientras que otros han adoptado otros métodos. [Por eso], un [verdadero] musulmán se estremece al ver sus reuniones y eventos preguntándose qué han emprendido”.

Estas prácticas son muy comunes en el Subcontinente, o sea, en India y Pakistán.

“Si Dios Altísimo no sintiera ningún honor por el Islam y Él mismo no hubiera declarado:

[o sea, ‘en verdad, ante Al’lah la verdadera religión es el Islam (sumisión completa)’], (3:19); y

[es decir, ‘en verdad, Nosotros mismos hemos enviado esta Exhortación y ciertamente seremos su Guardián’], (15:9); entonces el Islam seguramente hoy habría sido destruido.

Por el contrario, el honor de Dios se manifestó y Su promesa de misericordia y protección demandaba que alguien, como reflejo del Santo Profeta (sa), se levantara y restableciera su profetazgo en esta época. Así, Dios estableció esta Comunidad y me envió como profeta y Mahdi”.

El Mesías Prometido (as) declara que ha sido enviado como profeta y Mahdi. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad distinguirnos claramente de todos los demás y demostrar estándares extraordinarios de amor hacia Dios Altísimo y el Santo Profeta Muhammad (sa). Solo así podremos cumplir con nuestro juramento de lealtad [Bai’at]. [En definitiva], debemos tratar de glorificar a Al’lah continuamente e invocar bendiciones sobre el Profeta (sa).

[Asimismo], mientras nos recuerda que tratemos de desarrollar la sinceridad y la devoción como las de los Compañeros (ra) [del Santo Profeta (sa)], el Mesías Prometido (as) afirma:

“Desde que Dios Altísimo estableció esta Comunidad y manifestado miles de señales en su apoyo, Él se propuso hacer esta Yamat como la de los Compañeros (ra) y traer el mejor de los siglos. Aquellos que entran en esta Comunidad también llegan a formar parte de aquellos [llamados] ‘ajerina min kum’ (62:4) [‘y entre otros de aquellos’; o sea, los que aparecerían en los últimos días];

y por eso deben abandonar sus falsas prácticas”.

Para convertirse en un áhmadi, uno debe deshacerse de todas las prácticas falsas y enfocarse completamente hacia Al’lah.

“Deberían desafiar la era de la oscuridad, es decir, la era del extravío, [puesto que] el Islam ha pasado por tres eras: la primera fueron los tres siglos [iluminados], seguidos por el período del extravío, sobre el cual el Santo Profeta Muhammad (sa) dijo: ‘La gente de esa época no es de mí, ni yo de ellos’. La tercera época es la del Mesías Prometido (as), que está conectada con la época del Santo Profeta (sa). De hecho, esta era puede considerarse como la era del mismo Profeta (sa). Incluso si el Santo Profeta (sa) no hubiera mencionado la era de la oscuridad, poseemos el Sagrado Corán que afirma: ‘wa ajerina minkum’ y esto demuestra claramente que habrá un tiempo que no se parecerá al de los Compañeros (ra). En otras palabras, la gente de esa época no seguirá la práctica de los Compañeros (ra) y la historia nos muestra que, durante ese período de mil años, el Islam se enfrentó a grandes desafíos y adversidades. La religión comenzó a decaer y, salvo unos pocos elegidos, la mayoría había abandonado el Islam. Como resultado, surgieron muchas sectas como la Mutazila y aquellos que rechazaron la Ley Divina”.

El Mesías Prometido (as) explica:

“Admito que nunca ha habido una era que haya sido privada de las bendiciones del Islam, aunque el número de santos y personas piadosas durante este período intermedio fue extremadamente bajo. Debido a esto, no pudieron enfrentarse a los cientos y miles de personas que se desviaron del camino recto y abandonaron el Islam. Por tanto, el Santo Profeta Muhammad (sa), a través de su visión como profeta, vio ese tiempo y lo llamó el ‘período del extravío’. Ahora, no obstante, Dios Altísimo ha decidido traer a muchas personas, las cuales se contarán entre los Compañeros (ra).

De todas formas, debido a que las leyes de la naturaleza establecidas por Al’lah decretan que tal Comunidad de personas solo puede ver un progreso gradual, mi Yamat también progresará lentamente como una cosecha; [porque] así como un cultivo crece y florece lentamente, también lo hará esta Comunidad y su propósito y objetivo puede compararse con una semilla que ha sido plantada en la tierra. Los elevados objetivos y grandiosos propósitos que Dios Altísimo desea para esta Yamat están [aún] muy lejos y no se pueden alcanzar hasta que esta Comunidad desarrolle la excelencia que Dios ha querido para ella; [aparte], la declaración de uno de la Unidad de Al’lah debe ser de una manera excelente; su devoción a Dios y la práctica de recordarlo deben ser extraordinarias y deben cumplir los derechos de sus hermanos de manera excepcional”. 

Por consiguiente, estos son los objetivos que debemos esforzarnos por lograr, [ya que] solo entonces podremos ser testigos del progreso de nuestra Yamat.

Más tarde, mientras llama nuestra atención para que prestemos especial dedicación a la recitación del Santo Corán y reflexionemos cuidadosamente sobre él, el Mesías Prometido (as) escribe:

“Uno debe recordar que el Sagrado Corán ha conferido un favor a las escrituras y profetas Divinos anteriores al recoger sus enseñanzas de una manera intelectual, mientras que anteriormente se presentaban como meras historias. Verdaderamente digo que nadie puede obtener la salvación basándose en estos cuentos e historias hasta que lea el Santo Corán. Esto se debe a que solo el Corán ocupa el elevado estatus de ser:

En otras palabras: ‘En verdad es una palabra decisiva y no una charla inútil’, (86:14-15).

Es un equilibrio [perfecto], un guardián, una luz, un medio de curación y una misericordia. Aquellos que leen el Sagrado Corán y lo consideran un mero cuento, realmente no han leído el Corán. De hecho, lo han deshonrado. ¿Por qué nuestros oponentes se han vuelto tan extremos en su oposición? Esto se debe a que buscamos demostrar que el Santo Corán, tal y como Dios Altísimo ha afirmado, está lleno de luz espiritual, sabiduría y entendimiento. Sin embargo, pretenden reducir la importancia del Sagrado Corán como si fueran solo meros cuentos y no podemos consentir esto.

Por Su pura gracia, Al’lah me ha revelado que el Santo Corán es un Libro vivo y maravilloso, de ahí que no demos ninguna importancia a su oposición. Por ello, he advertido repetidamente a quienes han forjado un vínculo conmigo, que Dios Altísimo ha establecido esta Comunidad para revelar las verdades que solo podemos obtener a través del Corán y solo podemos comprender esto a través del Sagrado Corán. Sin ello, todas las acciones de uno, en esta vida, están completamente desprovistas de luz y resplandor espirituales. [Por eso], deseo revelar las cualidades del Islam al mundo a través de sus verdades prácticas y he sido elegido por Dios para este mismo propósito. Por lo tanto, leed muchísimo el Corán, pero no como meras historias, sino como una [verdadera] filosofía”.

Todo áhmadi debe reflexionar sobre los significados [del Santo Corán] y sus comentarios.

A continuación, al llamar la atención sobre las acciones virtuosas y lo que define [precisamente] una acción virtuosa, el Mesías Prometido (as) destaca que:

“En el Sagrado Corán, Al’lah ha prescrito las buenas obras junto con la fe. [En este contexto], una acción se considera justa cuando está libre de toda mancha. Recordad siempre que constantemente hay ladrones que van detrás de nuestras propias acciones. ¿Quiénes son estos (ladrones)? Son la ostentación, o sea, cuando uno realiza una acción para mostrarla a los demás, demostrar orgullo después de llevar a cabo una acción y, de forma similar, muchos otros tipos de vicios y pecados que uno comete. Todos ellos se consideran ‘ladrones’ e invalidan las propias acciones. Las obras justas son aquellas que están libres incluso del mero pensamiento de injusticia, orgullo, ostentación, arrogancia y usurpación de los derechos de los demás; y del mismo modo que uno puede protegerse en el Más Allá gracias a sus buenas acciones, también puede protegerse en este mundo gracias a ellas.

Incluso si una [sola] persona de la familia realiza acciones justas, toda la familia se salva. Recordad que hasta que uno no lleva a cabo obras virtuosas su fe no les aporta ningún beneficio.  [Cuando] un médico escribe una receta, eso significa que hay que tomar lo que se ha prescrito en ella; pero si uno no utiliza esos medicamentos y se limita a guardar la receta, entonces ello no [le] reportará ningún beneficio”.

Es nuestro deber poner en práctica los consejos del Mesías Prometido (as), lo cual es importante; de lo contrario, no se obtiene ningún beneficio del ‘Bai’at’.

El Mesías Prometido (as) añade:

“Habéis buscado el arrepentimiento en este momento y ahora Dios quiere ver cuánto te purificarás a través de este arrepentimiento. Ha llegado el momento en el que Dios Altísimo desea hacer de la rectitud un factor distintivo. Muchas personas albergan quejas contra Al’lah, pero no miran en dentro de sí mismas; [y esto es provocado por] las injusticias de las propias acciones. De lo contrario, Dios es Benevolente y Misericordioso.

Hay individuos que son conscientes del pecado, aunque hay otros que son ajenos a él. Por esta misma razón, Dios Altísimo ha ordenado la recitación del ‘istighfar’ [la búsqueda del perdón]”.

Uno no sabe cuándo puede decir algo que se considere pecado. Por tanto, uno debe recitar ‘istighfar’ por cada pecado, ya sea visible u oculto, tenga conocimiento del él o no. De la misma manera, debéis recitar ‘istighfar’ por el pecado cometido por vuestras manos, pies, lengua, nariz, oído y ojos. En estos días debéis recitar la oración de Adam (as), que es:

‘Ellos dijeron: Señor Nuestro, nos hemos hecho daño a nosotros mismos y si Tú no nos perdonas y no tienes misericordia de nosotros, estaremos ciertamente entre los perdidos’, (7:24).

Esta oración ha sido aceptada desde sus inicios. No viváis vuestra vida despreocupadamente, [ya que] una persona que no vive descuidadamente no debe preocuparse por ser puesta en una gran prueba. Ninguna dificultad le acontece a un individuo si no es por la voluntad de Dios. En este sentido, la [siguiente] oración me ha sido revelada: ‘Rabbi kul’lu shain jaadimuka, Rabbi fahfazni wansurni warhamni”, (¡Oh Señor, todo está a tu servicio! ¡Oh Señor, protégeme, ayúdame y ten misericordia de mí!)”.

 

El Mesías Prometido (as) aconsejó recitar también esta oración y proclamó:

“Recordad que la sabiduría llega a través de la purificación del alma y cuanto más purifica uno su alma, más agudas se vuelven sus facultades intelectuales y un ángel se presenta ante tal individuo y le ayuda. No obstante, la mente de quien lleva una vida de pecado nunca puede ser iluminada. [Así pues], adoptad la rectitud porque Dios está con vosotros y quedaros con los justos para que comprendáis la verdadera realidad de la rectitud. Este es mi objetivo y esto es lo que deseo establecer en el mundo”.

El Mesías Prometido (as) aconseja que:

“Nuestra Yamat debe tener siempre presente este consejo de que deben permanecer atentos a lo que digo. Yo reflexiono constantemente sobre el hecho de que las relaciones mundanas se forman en función de la belleza, la familia, la riqueza o el poder, etc., aunque Dios Altísimo no se preocupa por esto y lo ha afirmado claramente:

‘En verdad, el más honorable de entre vosotros, a la vista de Al’lah, es el más justo entre vosotros’, (49:14).

Al’lah solo salvará a los virtuosos y destruirá al resto, lo cual es una situación muy delicada y no es posible que tanto una persona virtuosa como una malvada permanezcan en el mismo lugar. Ciertamente, solo puede quedar en pie el virtuoso y el malvado será destruido; y puesto que únicamente Dios sabe quién es un virtuoso, uno debería estar muy preocupado. Afortunados los justos y desdichado el que está alejado de Dios Altísimo”.

En consecuencia, siempre debemos esforzarnos por buscar el perdón y el arrepentimiento y buscar refugio en Al’lah y ser salvaguardados de satanás.

El Mesías Prometido (as) dice:

“Después de entrar en esta Comunidad, debéis convertiros en seres completamente nuevos y vivir una nueva vida en la que seáis completamente diferentes de lo que erais antes. No penséis que se os dejará en apuros después de hacer este cambio en el camino de Dios o que empezaréis a tener muchos enemigos. ¡A quien se aferra a Al’lah nunca se le deja pasar necesidades y nunca experimenta días de mala suerte! Cuando Dios Altísimo se hace amigo de alguien y se convierte en su ayudante, no siente ninguna preocupación, incluso si el mundo entero se convierte en su enemigo. Si alguna vez le ocurren problemas a un creyente, nunca sufre; más bien, esos días son un periodo de dicha y paraíso, y los ángeles de Dios lo acogen en su regazo como a una madre. El mismo Al’lah se convierte en su Protector y en su Ayudante, y Dios es quien posee poder sobre todo; Él es el Conocedor de lo invisible y el que Vive para Siempre y el Sustentador de Todo.

¿Puede alguien que se aferre a Al’lah sufrir dificultades? Ciertamente no. Dios Altísimo salva a Sus verdaderos siervos en dichos periodos, de tal manera que el mundo queda atónito. ¿No se asombró la gente cuando el profeta Abraham (as) fue arrojado en el fuego y salió vivo? ¿Fue un acontecimiento ordinario el hecho de que el profeta Noé (as) y sus seguidores fuesen salvados del diluvio?

 Los ejemplos son innumerables y en la época actual, Dios Altísimo ha manifestado los signos de Su poder. [Por ejemplo], se presentó un caso de asesinato contra mí y un sacerdote muy prominente, que es médico, fue el demandante y los ‘arya’ [secta hindú fanática] y otros musulmanes le ayudaron, aunque al final ocurrió lo que Al’lah había decretado y se confirmó mi inocencia”.

[Así pues], Dios Altísimo eliminó estos cargos y le concedió el honor.

¡Que Al’lah nos permita vivir nuestras vidas de acuerdo al consejo y el deseo del Mesías Prometido (as) y que realmente logremos un cambio puro en nuestras vidas!

Los participantes de la Convención Anual de Qadián y en cualquier otro país donde se celebren Yalsas deben dedicar su tiempo especialmente a la oración. Rezad para que Dios Altísimo nos permita cumplir con los debidos derechos de nuestro “Bai’at”.

Del mismo modo, todos los áhmadis del mundo deberían reflexionar sobre si están cumpliendo las expectativas que el Mesías Prometido (as) tiene puestas en nosotros y en la Yamat; y si no estamos cumpliendo con esto, debemos esforzarnos continuamente y rezar por ello.

¡Que Dios nos conceda a todos la capacidad de hacer esto!

A continuación mencionaré los detalles de algunos miembros fallecidos [de la Comunidad].

Entre estos funerales, uno de ellos está presente aquí. ¿Ha llegado el funeral? [Preguntó Hazur]. El féretro que está presente aquí es el de Fazal Ahmad Dogar Sahib, que prestaba servicio en Yamia Ahmadía UK. Era hijo de Chaudhry Alah Ditta Dogar Sahib y falleció el 21 de diciembre [de 2022], a la edad de 75 años:

¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!

El fallecido era “musi” [integrante del sistema ‘Al-Wasiyat’] y deja atrás a su esposa, Uzmah Fazal Sahiba, cuatro hijos y tres hijas.

Llegó al Reino Unido en 1992 y trabajó por su cuenta. En 1999 se consagró de por vida, [es decir, aceptó] el “waqf”; y presentó sus servicios a Hazrat Jalifatul Masih IV (rh), quien aceptó amablemente su “waqf” y tuvo la oportunidad de servir personalmente a Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) durante mucho tiempo. A partir de entonces, lo nombré miembro de Yamia Ahmadía Reino Unido, donde desempeñó diversas funciones y fue nombrado responsable de la biblioteca, cargo que mantuvo hasta su muerte. El fallecido contribuyó en gran medida a la creación y preparación de la biblioteca de Yamia. También escaneó e hizo la encuadernación de todas las ediciones de “The Review of Religions” que se publicaron en la época del Mesías Prometido (as) y las colocó en la biblioteca. Del mismo modo, escaneó además las ediciones originales de “Rujani Jazain” [colección de los escritos del Mesías Prometido (as)] y preparó sus copias. Sus hijos mencionan que era un gran deseo suyo que ellos permanecieran siempre unidos al Jalifato y le mostraran obediencia. Decía que uno nunca puede retirarse del servicio de la Yamat. El “waqf” significa servir hasta el último aliento y me pedía que rezara por él para que se le concediera la oportunidad de servir hasta su último respiro. De hecho, Dios Altísimo aceptó este deseo suyo y dos días antes de ir al hospital continuó sirviendo acudiendo a la biblioteca.

Hafiz Mashood Sahib, que trabaja como profesor en Yamia, relata:

“Si se dijo que Fazal Dogar Sahib amaba verdaderamente al Jalifato y era leal y estaba dispuesto a sacrificar su vida por él, entonces no hay exageración alguna en ello”.

Continúa:

“Fazal Dogar Sahib era un verdadero devoto de por vida y siempre le vimos cuidar y mantener la biblioteca de Yamia Ahmadía del Reino Unido como si fuera su propio hijo. Buscaba manuscritos antiguos, los escaneaba, los encuadernaba y los exponía en la biblioteca. Sin duda, es gracias a sus incansables esfuerzos que la biblioteca de Yamia Ahmadía del Reino Unido cuenta con una colección de más de 25.000 libros y esto se hizo a pesar de contar con recursos extremadamente limitados”.

Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) también lo mencionó en el sermón que pronunció con motivo del fallecimiento de mi padre, Hazrat Sahibzada Mirza Mansoor Ahmad Sahib (ra). [En esa ocasión], Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) expresó su gratitud a Fazal Dogar Sahib y elogió su trabajo.

[Aparte], siempre sirvió en las tareas del Yalsa y conmigo también en los Yalsas de Rabwah. Siempre le veía trabajar con gran esfuerzo y lo hacía día y noche, sin preocuparse de nada más.

Su yerno, Shahid Iqbal Sahib, que es Sadr Juddam-ul-Ahmadía en Suiza, o tal vez sirvió anteriormente, dice:

“Siempre que hablaba con él, me preguntaba si había ofrecido mi ‘salat’ y siempre me aconsejaba sobre la ofrecimiento de la oración y me llamaba especialmente la atención sobre esto”.

¡Que Dios Altísimo le conceda Su perdón y misericordia!

¡Que Él haga que su descendencia también permanezca unida a la Comunidad y al Jalifato!

El segundo funeral es in-absentia y es el de Malik Mansoor Ahmad Umar Sahib, que fue misionero en Rabwah. Falleció recientemente a la edad de 80 años:

¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!

Por la gracia de Al’lah era “musi” (integrante del sistema “Al-Wasiyat”). Se graduó en Yamia Ahmadía en 1970 y también aprobó el examen “Maulwi Fazil” de árabe. De 1971 a 1973, estudió en la Universidad NUML de Islamabad, donde obtuvo un diploma en lengua alemana. Al principio sirvió en varios lugares de Pakistán y en enero de 1974 fue nombrado misionero en Alemania. Sirvió allí durante aproximadamente un año y medio, y luego regresó a Pakistán, donde prestó servicio en diversos lugares. En octubre de 1983, fue designado para servir en Alemania una vez más, donde tuvo la oportunidad de trabajar como Amir y misionero jefe hasta 1986. Durante este periodo de servicio, enseñaba la lengua alemana a los áhmadis que llegaban a Alemania en asilo y además les ayudaba. Asimismo, trabajó en el departamento de “Rishta Nata” [matrimonios] y enseñó alemán en Yamia. La duración total de su servicio como “waqf” [consagración] abarca aproximadamente 46 años. Una de sus hijas es Faiza Raees, esposa de Anees Raees Sahib, misionero jefe de Japón; y uno de sus hijos es Sabah-ul-Zafar Malik, que es misionero. También tiene otros hijos.

¡Que Dios Altísimo le conceda Su perdón y misericordia!

El tercer funeral es el del respetado Isa Joseph Sahib, que servía como “mual’lim” [misionero y educador] en Gambia. Este funeral también es en ausencia. Ha fallecido recientemente, a la edad de 61 años:

¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos!

El Naib Amir y misionero jefe [de Gambia] escribe que fue un predicador de gran éxito y  aunque no se graduó en Yamia Ahmadía, sin embargo estaba completamente dedicado a la Comunidad. Siempre estaba dispuesto a servir como un soldado. A menudo decía que era un humilde servidor del ejército del Mesías Prometido (as) y que estaba dispuesto a cumplir cualquier instrucción que le diera la Yamat. Durante el Yalsa y otros programas de la Comunidad, siempre estaba con sus miembros de su comunidad [local] y les ayudaba a responder a sus preguntas y les impartía formación moral. Además, afirma que constantemente admiraba los sacrificios realizados por los áhmadis de Pakistán y rezaba por ellos y los respetaba.

Su vínculo con el Jalifato era muy fuerte. Escribía pidiendo oraciones y cuando recibía las respuestas, mencionaba esto con mucho cariño. Finalmente, inculcó a sus hijos el amor por el Jalifato y les aconsejaba que escribieran al Jalifa de la época.

Syed Saeed Sahib es un misionero que actualmente presta servicio en Sierra Leona y anteriormente lo había hecho en Gambia. Afirma que el fallecido nació en Senegal, pero se trasladó a Gambia tras completar su educación para trabajar. Enseñó francés en la escuela secundaria “Nasir Ahmadía”. Fue durante esta época cuando aceptó el Ahmadíat y siguió destacando por su lealtad y sinceridad. En 1997, por instrucción de Hazrat Jalifatul Masih IV (rh), todo el personal central de la Yamat tuvo que abandonar Gambia y él fue nombrado director de la escuela secundaria “Nasir Ahmadía”, y sirvió en ese puesto de manera sobresaliente. Más tarde fue elegido misionero de una zona y continuó sirviendo en dicho cargo hasta su fallecimiento.

A través de los esfuerzos de Isa Joseph Sahib, muchas personas entraron en el redil del Ahmadíat. Tenía mucho conocimiento religioso y adquirió todos esos conocimientos a través de su estudio personal. Tenía una muy buena relación con los no-áhmadis y, por consiguiente, muchos de los imames importantes de las áreas locales lo respetaban en gran medida. Si alguna vez alguien intentaba oponerse a los áhmadis o crear malestar contra ellos en alguna zona, algunos de estos lugareños, que eran gente de buen carácter, salían en su defensa y los opositores eran acallados.

Además, escribe que una de sus cualidades era que poseía mucho conocimiento, pues había leído bastante, como he mencionado antes. Poseía un profundo conocimiento de la literatura de la Comunidad. Tuvo la oportunidad de pronunciar un discurso en varias ocasiones en el Yalsa Salana y también escribió muchos artículos en publicaciones de la Yamat. La humildad era una de sus principales cualidades, tenía una opinión muy sólida, siempre se le consultaba en asuntos importantes y a menudo su sugerencia resultaba acertada. Era asiduo en el ofrecimiento de la oración de “tahayud” [oración voluntaria de altas horas de la madrugada] y muy devoto de la adoración. A menudo experimentaba sueños verdaderos y siempre que alguien le pedía oraciones, él les aconsejaba que primero escribieran al Jalifa de la época pidiéndole oraciones y entonces él también rezaría por ellos.

Masood Sahib, misionero de Gambia, dice que sentía una gran pasión por el “tabligh” [la predicación]. Viajaba durante muchas horas para visitar pueblos lejanos. Era extremadamente cortés y siempre sonreía; [es más], tanto si estaba feliz como triste, enfermo o preocupado, todo el tiempo sonreía y recibía a todo el mundo con una sonrisa en la cara. Se reunía con todo el mundo de una forma tan cálida y amistosa que la otra persona se sentía como si fuera su único amigo.

Era muy piadoso y amable. Nunca hablaba mal de nadie y no interfería en los asuntos de los demás. Mostraba la máxima obediencia a sus superiores. Cuidaba de sus subordinados y les infundía valor. Cuando alguien quería ponerse en contacto con él, descubría que en su tiempo libre estaba fuera haciendo “tabligh”. Tenía versículos del Corán, Hadices del Santo Profeta (sa) y citas del Mesías Prometido (as) y los “Julafa” relacionadas con el “tabligh” [la predicación] y el “tarbiyat” [la formación] y también las fotos de los “Julafa” en su perfil de “whatsapp”, las actualizaba diariamente y además las enviaba a sus contactos áhmadis y no-áhmadis. Sentía una gran pasión por el “tabligh”.

¡Que Dios Altísimo le conceda Su perdón y misericordia, y permita a su progenie continuar con sus buenas acciones!

Como mencioné anteriormente, ofreceré sus oraciones fúnebres después de la oración del viernes, InshAl’lah [si Dios quiere].

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que a partir de hoy, la Yalsa Salana Qadian ha comenzado. Su Santidad (aba) también declaró que alrededor de siete u ocho países africanos también están celebrando su Yalsa Salana. Su Santidad (aba) dijo que se dirigiría a la Yalsa Salana Qadian desde el Reino Unido, y que los países africanos participantes podrían formar parte de este discurso a través de la MTA.

La razón para establecer la Comunidad Musulmana Ahmadía

Su Santidad (aba) declaró que presentaría enseñanzas del Mesías Prometido (as) en las que menciona el propósito de su advenimiento y las responsabilidades de su comunidad. Muchos nuevos Ahmadis participarán en estas Yalsas para aprender sobre su fe y fortalecerla con una nueva comprensión.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien declaró el propósito para el establecimiento de la Comunidad Musulmana Ahmadía. El Mesías Prometido (as) afirma que esta era es bendita. En estos días benditos, Dios ha decidido ayudar al Santo Profeta (sa) estableciendo una nueva comunidad. ¿Ha habido una época más difícil para el Islam, en la que el Islam haya sido atacado hasta este punto? ¿Acaso Dios no se indigna y honra al Santo Profeta (sa) al permitir que el mundo siga calumniándolo? Es para hacer frente a estos ataques y proteger el honor del Santo Profeta (sa) y del Islam por lo que estableció esta comunidad.

Su Santidad (aba) dijo que es responsabilidad de aquellos que aceptaron al Mesías Prometido (as) reformarse a sí mismos, pero también rezar Durood sobre el Santo Profeta (sa). En estos días, deberíamos hacer especial hincapié en esto. Si rezamos Durood sobre el Santo Profeta (sa), también estaremos protegiendo el honor del Santo Profeta (sa).

La necesidad del advenimiento del Mesías Prometido (as)

Al explicar el propósito de su venida, el Mesías Prometido (as) afirma que fue enviado para restablecer el honor y la grandeza del Santo Profeta (sa) que se habían perdido, y para demostrar la verdad del Sagrado Corán al mundo. Hay muchos cuyos ojos han sido velados y están ciegos a la verdad. Sin embargo, al mismo tiempo, reunirá a la gente en gran número para que sean testigos de magníficos signos.

El Mesías Prometido (as) continúa y afirma que hay muchos signos que prueban la grandeza del Islam, y esta nueva comunidad es uno de ellos. Esta es una era de guerra contra Satanás. Satanás está usando todos sus poderes para atacar al Islam, y desea destruirlo. Sin embargo, Dios Todopoderoso destruirá de una vez por todas a Satanás y sus esfuerzos a través de esta comunidad. Bienaventurado quien reconozca esta verdad. Sin embargo, no queda mucho tiempo. El momento de actuar es ahora, y aquellos que aceptan al Mesías Prometido (as) deben luchar contra sí mismos.

El Mesías Prometido (as) afirma que a sus seguidores les sobrevendrán muchas dificultades. Se les hará sufrir; sus negocios se arruinarán, serán calumniados y maldecidos, pero serán recompensados por ello por Dios. Sin embargo, cuando llegue el momento en que el mundo escuche la llamada del Islam en gran número, aceptar el Islam después de su victoria no tendrá ningún valor. Es valiente aceptar al Mesías Prometido (as) en este momento.

El Mesías Prometido (as) afirma que cuando Hazrat Abu Bakr (ra) abandonó el respeto que tenía en La Meca y aceptó al Santo Profeta (sa), Dios mismo le concedió la realeza. Además, Hazrat Umar (ra) hizo lo mismo y quemó los puentes tras de sí. Aquellos que se esfuerzan aunque sea en lo más mínimo por Al’lah el Todopoderoso, son recompensados por ello.

El Mesías Prometido (as) presentó la analogía de que quien es capaz de ver la luna en sus primeras etapas se dice que tiene buena visión. Pero decir que uno es capaz de ver la luna llena no tiene ningún mérito. Así pues, afortunados son aquellos que han aceptado al Mesías Prometido (as) y que, soportando dificultades, se están convirtiendo en receptores de los favores de Al’lah el Todopoderoso.

La mera aceptación es insuficiente

Su Santidad (aba) cita a continuación al Mesías Prometido (as), quien afirmó que la mera aceptación no es suficiente. Quien se esfuerza por buscar a Dios con temor y rectitud, es testigo del cumplimiento de la promesa de Dios cuando dijo:

En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino: en verdad los guiaremos por Nuestras sendas. Pues Al‑lah está en verdad con los que hacen el bien. (El Sagrado Corán 29:70)

Al’lah el Todopoderoso guía a aquellos que enfrentan dificultades por Él y se esfuerzan por Su causa. Al’lah el Todopoderoso da consuelo a estas personas. Si una persona está atrincherada en la oscuridad y sus palabras y acciones hacen que parezca que asocia socios con Al’lah, entonces sus oraciones no tienen ninguna consecuencia. Hasta que una persona se abstenga de medios inapropiados e ilícitos para satisfacer sus necesidades y sólo busque la ayuda de Al’lah el Todopoderoso, no será testigo de la ayuda de Al’lah. Cuando una persona reza a Dios y acude a Su corte, entonces Al’lah el Todopoderoso observa en lo más profundo de su corazón para ver si realmente cree en Él. Si sus corazones son puros, entonces se les abren las puertas de Su misericordia.

El Mesías Prometido (as) continúa y afirma que Al’lah el Todopoderoso ha establecido esta comunidad Él mismo. Muchas personas vienen a esta comunidad con sus propios objetivos personales. No es una cuestión de fe para ellos. Tales deseos personales a la hora de jurar lealtad le llevarán a uno por mal camino. Esta comunidad es para aquellos que renuncian a sí mismos y a sus deseos personales para establecerse en la unidad de Dios. Los compañeros no aceptaron al Santo Profeta (sa) para aumentar su riqueza y estatus en el mundo. Ni un solo compañero fue así. Tomar el Bai’at y jurar lealtad al Mesías Prometido (as) es arrepentirse. En comparación, cuando los compañeros juraron lealtad al Santo Profeta (sa), estaban firmando para ser masacrados. Abandonaron todas sus pasiones y su honor, y ninguno de ellos esperaba convertirse en rey y conquistar naciones. Por el contrario, se prepararon para soportar los mayores dolores y aceptaron la muerte. Otra cosa es que, como resultado, Al’lah el Todopoderoso les recompensara por estos sacrificios en gran manera.

¿Qué significa amar a Dios?

El Mesías Prometido (as) afirma además que el propósito del establecimiento de esta comunidad era reforzar y fortalecer la creencia en la unidad de Dios. ¿Qué significa amar a Dios? Significa dar prioridad a la voluntad y la complacencia de Al’lah por encima de todo, incluidos los propios padres, cónyuges e hijos. Esto es lo que se afirma en el siguiente versículo del Sagrado Corán:

Y entre ellos hay algunos que dicen: “Señor Nuestro, concédenos el bien de este mundo y así mismo el bien en el otro, y presérvanos del tormento del Fuego”. (El Sagrado Corán 2:202)

En este versículo, Al’lah el Todopoderoso nos ordena que Le recordemos incluso más que a nuestros lazos de parentesco. Debemos evaluar si estamos tratando de desarrollar este amor por Dios en nuestros corazones. ¿Estamos luchando por alcanzar este objetivo?

El Mesías Prometido (as) profundiza en lo que constituye el amor a Dios. Afirma que para establecer verdaderamente la unidad de Dios, es necesario experimentar el amor de Dios. Uno no puede experimentar el amor de Dios hasta que no lucha prácticamente por alcanzarlo. No puede convencerse de este amor a través de las palabras de otra persona. Si una persona se limita a decir que algo es dulce, no se convierte en dulce, ni se experimenta su dulzura a través de una mera descripción. Del mismo modo, aceptar verbalmente la unidad de Dios no tiene ningún valor. Creer verdaderamente en la unidad de Dios significa demostrar esta creencia a través de la propia acción. Esto significa dedicar la propia vida a Dios y darle prioridad sobre todas las demás cosas. El Mesías Prometido (as) ha sido enviado para establecer este nivel de fe.

Hasta que uno no abandona el mundo y su honor y cae en el umbral de Dios, no encontrará el éxito. Abraham (as) lo demostró de manera excelente cuando aceptó sacrificar a su hijo por Dios. Dios desea que surjan muchos Abrahams en el mundo. Si nos inclinamos hacia el mundo, no podremos alcanzar nuestro objetivo. Nuestra comunidad debe renunciar a los placeres de este mundo y luchar por cumplir el placer de Dios.

Al’lah el Todopoderoso no puede ser engañado, por lo que debemos adoptar una verdadera sinceridad hacia Él. Luego, Su Santidad (aba) afirma que para amar a Al’lah el Todopoderoso y alcanzar Su complacencia, también debemos amar y honrar a Su amado, el Santo Profeta (sa). Es necesario que todos amemos al Santo Profeta (sa). En este sentido, el Mesías Prometido (as) afirma que otro propósito para el establecimiento de esta comunidad es revivir el honor del Santo Profeta (sa).

El Mesías Prometido (as) afirma que si alguien dice amar a alguien, pero ama a otras mil personas de la misma manera, entonces no hay distinción. Si los que dicen amar al Santo Profeta (sa) lo aman de verdad, ¿por qué han hecho de las tumbas de otros santos sus santuarios?

Si Al’lah el Todopoderoso no hubiera prometido proteger esta fe y el Sagrado Corán Él mismo, no habría rastro del Islam. Y así, Dios Todopoderoso cumplió Su promesa y designó al Mesías Prometido (as) como profeta y el Mahdi.

Tomando el Manto de los Compañeros

Así, Su Santidad (aba) declaró que es nuestra responsabilidad distinguirnos de los demás porque hemos jurado lealtad al Mesías Prometido (as). Debemos ser ejemplares en nuestro amor a Dios Todopoderoso y al Santo Profeta (sa).Al tiempo que nos aconseja adoptar el ejemplo de los compañeros del Santo Profeta (sa), el Mesías Prometido (as) afirma que Al’lah el Todopoderoso ha apoyado a esta comunidad con Su amor y con signos manifiestos para que la gente tome el manto de los compañeros. Los que entran en esta comunidad se encuentran entre los que se profetizó que vendrían en los últimos días.

El Mesías Prometido (as) afirma además que el Islam ha pasado por tres periodos: el periodo inicial de iluminación, luego un periodo de oscuridad y después la era en la que aparecería el Mesías Prometido (as). Además, afirma que nunca ha habido una época en la que el Islam haya sido abandonado por Dios. En el período de oscuridad, aunque parecía que el Islam había sido olvidado, era simplemente que el número de adherentes al verdadero Islam se había reducido enormemente. Por esta razón, el Santo Profeta (sa) denominó a esta época como el período de las tinieblas. Sin embargo, ahora ha llegado el tiempo del Mesías Prometido (as) en el que se reavivarán las cosechas secas. Toda la moral que se había perdido revivirá en este tiempo.

El Mesías Prometido (as) afirma que el Sagrado Corán ha hecho un gran favor a los profetas del pasado al convertir su mera historia en cierto conocimiento y guía. El Sagrado Corán está lleno de conocimiento y luz, y aquellos que lo consideran carente de guía están gravemente equivocados. El Sagrado Corán no debe considerarse un libro de meras historias, porque Al’lah el Todopoderoso ha establecido su verdad y grandeza. Todo el conocimiento sólo puede obtenerse del Sagrado Corán. Debe leerse con la mentalidad de que es una filosofía para la vida.

La relación entre la fe y las acciones justas

A continuación, el Mesías Prometido (as) define las acciones justas y afirma que, junto con la fe y la creencia, deben realizarse acciones justas. Y las acciones justas son aquellas que no causan daño alguno a otra persona. Hasta que no se realicen acciones justas, la mera creencia carece de valor. Si a uno le recetan una medicina pero nunca la utiliza, nunca será beneficiosa. Al entrar en esta comunidad, uno se arrepiente. Sin embargo, ese arrepentimiento debe demostrarse a través de nuestras acciones. Hay muchos errores que cometemos sin saberlo, y cosas que decimos sin querer. Por esta razón, Al’lah el Todopoderoso nos ha ordenado arrepentirnos y ofrecer Istighfar [buscar el perdón].

El Mesías Prometido (as) afirma que en esta época se debe recitar la oración del Profeta Adán (as) porque ejemplifica este arrepentimiento y ha sido aceptada en la corte de Al’lah. La oración de Adán (as) es:

Ellos dijeron: “Señor Nuestro, nos hemos hecho daño a nosotros mismos; y si Tú no nos perdonas y no tienes misericordia de nosotros, estaremos ciertamente entre los perdidos” (El Sagrado Corán 7:24)

Además, el Mesías Prometido (as) afirma que la verdadera inteligencia procede de la pureza del alma. Una persona equivocada no puede dar sentido a la vida. La rectitud debe ser nuestro objetivo. El mundo está lleno de relaciones basadas en cosas diferentes. Algunas se basan en el amor, mientras que otras se basan en el respeto. Sin embargo, Al’lah el Todopoderoso ha declarado:

¡Oh, humanos! Os hemos creado de varón y hembra; y os hemos constituido en clanes y tribus para que os reconozcáis mutuamente. En verdad, el más honorable de entre vosotros, a la vista de Al-lah, es el más justo de vosotros. Ciertamente Al-lah es Omnisciente, Conocedor de todo. (El Sagrado Corán 49:14)

La rectitud es el fundamento de todo. Una persona recta debe enfrentarse a los que están equivocados. Por lo tanto, siempre debemos arrepentirnos y ofrecer Istighfar y buscar la ayuda de Al’lah. Debemos distinguirnos y reformarnos de nuestros estados anteriores. Cuando uno se adhiere a Al’lah el Todopoderoso, nunca se enfrentará a dificultades. Incluso ante las dificultades, un creyente no sufre. Al’lah el Todopoderoso es el Omnisciente y el Omnipotente. Quien se adhiere a un Dios así nunca podría experimentar dolor. Abraham y otros profetas son testimonio de ello. El fuego no pudo quemar a Abraham porque se adhirió a Dios sinceramente.

A continuación, Su Santidad (aba) rezó para que todos los ahmadíes sean capaces de alcanzar estos objetivos establecidos por el Mesías Prometido (as). También rezó para que los asistentes a las próximas Yalsas sean capaces de lograr el propósito de tales reuniones. Todos los ahmadíes del mundo deberían evaluar si cumplen las expectativas del Mesías Prometido (as). Todos deberíamos rezar por ello si no es el caso.

Oraciones fúnebres

A continuación, Su Santidad (as) anunció que dirigiría algunas oraciones fúnebres.

Fazl Ahmad Dogar

El primero es el de Fazal Ahmad Dogar, un trabajador de Yamia Ahmadía del Reino Unido. Era hijo de Chaudhry Al’lah Ditta Dogar. Falleció el 21 de diciembre a la edad de 75 años. Era un Musi. Le sobreviven su esposa, cuatro hijos y tres hijas. En 1999, dedicó su vida y sirvió personalmente a Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) durante algún tiempo. Sirvió en Yamia durante un tiempo y se le encargó la supervisión de la biblioteca. Su trabajo fue ejemplar. Escaneó manuscritos originales de The Review of Religions y otros libros de la época del Mesías Prometido (as). Era un consagrado y deseaba servir a la comunidad hasta su último aliento.

El Cuarto Califa (r) también lo mencionó anteriormente en un sermón y le agradeció sus servicios. Era un verdadero consagrado y estaba absorto en el servicio a la comunidad. Siempre aconsejaba a los demás que ofrecieran oraciones. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah el Todopoderoso permita a sus hijos servir de la misma manera que él lo hizo y les bendiga por sus servicios.

Malik Mansoor Ahmad Umar

La segunda oración fúnebre es la de Malik Mansoor Ahmad Umar, misionero en Rabwah. Falleció a la edad de 80 años. Era un Musi, por la gracia de Al’lah. Sirvió en Pakistán en muchos lugares y, tras aprender alemán, fue enviado a Alemania en 1974. Regresó a Pakistán después de algún tiempo, y luego fue una vez más a Alemania. Desempeñó muchos cargos y también enseñó en Yamia Ahmadía. Sirvió durante unos 46 años como un consagrado. Su Santidad (aba) rezó por el difunto para que Al’lah el Todopoderoso derrame Su misericordia sobre él.

Isa Joseph

La tercera oración fúnebre es la de Isa Joseph, un mu’al’lim [predicador] de Gambia. Falleció a la edad de 61 años. Fue un misionero de gran éxito. Era devoto de la Yamat y se consideraba un soldado devoto. Estaba muy bien informado y respondía a las preguntas de todo el mundo. Inculcó el amor al Jalifa a sus hijos. Nació en Senegal, pero vino a Gambia después debido a un empleo. Entonces aceptó el Ahmadíat y sobresalió en su fe. Sirvió también bajo el mandato del Cuarto Jalifa (rh) y atrajo a muchas almas hacia Ahmadíat. Estaba muy bien informado y tenía grandes relaciones tanto con los no Ahmadis como con los demás. Durante la Yalsa Salana, solía pronunciar discursos y era muy sabio. Se le pedía que ayudara a decidir asuntos importantes. Rezaba con regularidad y ofrecía oraciones tajayud [Oraciones voluntarias antes del amanecer]. Le apasionaba el tabligh [predicación] y transmitir las enseñanzas del Islam. Siempre estaba contento y saludaba a todo el mundo con una sonrisa. Nunca pensaba mal de nadie, respetaba a sus superiores y amaba a sus subordinados. Su Santidad (aba) rezaba para que Al’lah el Todopoderoso lo tratara con misericordia.

Al final, Su Santidad (aba) dijo que las oraciones fúnebres de estos miembros fallecidos se ofrecerían después de las oraciones del viernes.

Resumen preparado por The Review of Religions.

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