Califas guiados – Hazrat Umar (ra) y estreno de una nueva radio turca
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Califas guiados – Hazrat Umar (ra) y estreno de una nueva radio turca

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón del viernes, 27-08-21.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawuz y el Surah Al-Fatiha,

Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo las siguientes palabras:

Estos días estoy narrando relatos de la vida de Hazrat Umar (ra).

Durante la época de Hazrat Umar (ra) tuvo lugar un enfrentamiento conocido como la Batalla de Rayy, que es una zona montañosa muy conocida y se encuentra a una distancia de 768 km de Nishapur y 82 km de Qazvin. A los habitantes de Rayy se les denomina “razi” y el conocido analista del Sagrado Corán Hazrat Imam Fajar-ud-Din Razi era de Rayy. Sia Bakash bin Mahran bin Bahram Shubin era el gobernador de esa ciudad y pidió ayuda a la gente de Damavand, Tabaristán y Yuryan, y les dijo que los musulmanes habían atacado Rayy. Ordenó que se reunieran todos para enfrentarse a ellos, ya que sería imposible defenderse individualmente ante los mismos. Posteriormente, los ejércitos de apoyo de estas zonas se juntaron también en Rayy. Por su parte, los musulmanes seguían de camino a Rayy cuando un jefe persa, Abul-Farjan Zainabi, se les acercó para hacer las paces. Con toda probabilidad, la razón fue que se había peleado con el gobernador de Rayy.

Cuando el ejército llegó a la ciudad, había una gran disparidad de tamaño entre el ejército musulmán y el ejército contrario. Tras observar esto, Zainabi dijo a Nuaim: “Envía conmigo a algunos de tus jinetes. Entraré en la ciudad a través de un pasaje secreto. A continuación, lanza un ataque desde el exterior y la ciudad será conquistada”. Así que, durante la noche, Nuaim bin Muqarrin envió parte de su caballería junto a Zainabi, bajo el mando de su sobrino, Munzir bin Amar. Él mismo guió a su ejército y lanzó un ataque a la ciudad. La batalla comenzó, aunque el enemigo se mantuvo firme y esquivó el ataque. Sin embargo, cuando escucharon desde atrás las consignas de los musulmanes que habían partido con Zainabi, perdieron toda esperanza y conquistaron la ciudad.

Entonces, sus habitantes recibieron un juramento de protección por escrito y los términos de este trabado fueron los siguientes:

“En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo.

Este es el acuerdo que Nuaim bin Muqarrin otorga a Zainabi, quien protegerá a los habitantes de Rayy y a la gente de sus alrededores, bajo la condición de que cada adulto pague el ‘yizia’ (impuesto) según su capacidad y actúe con bondad. Deben mostrarles el camino recto y no ser deshonestos y embusteros. Deben ser hospitalarios con los musulmanes durante un día y honrarlos. Quien abuse de un musulmán verbalmente será castigado y quien ataque a un musulmán será castigado con la muerte”.

En cualquier caso, este fue el acuerdo que se confirmó por ambas partes.

Está también la Conquista de Qumis y Yuryan, que tuvo lugar en el 22 aH.

Cuando el mensajero informó a Hazrat Umar (ra) sobre la conquista de Rayy, este escribió a Nuaim bin Muqarrin que debía enviar a su hermano, Suwaid bin Muqarrin, para capturar Qumis. Esta ciudad está situada entre Rayy y Nishapur, cerca del final de la cordillera de Tabaristán. Los habitantes de Qumis no se opusieron y Suwaid les escribió un juramento de protección y reconciliación. Yuryan estaba situada cerca y era una gran ciudad entre Tabaristán y Jorasán. Los habitantes de Tabaristán enviaron a su gente a Suwaid y aceptaron el tratado con la condición de pagar el ‘yizia’. Más tarde, Suwaid escribió un juramento de protección para los habitantes de toda la zona y no se habló de religión. Simplemente, a los que querían un acuerdo se les concedía protección.

Luego, está la Conquista de Azerbaiyán, que también tuvo lugar en el 22 aH.

Como se ha mencionado anteriormente, Hazrat Umar (ra) dio la bandera para la campaña hacia Azerbaiyán a Utbah bin Farqad y Bukair bin Abdil’lah, y les dio instrucciones para lanzar sus ataques de forma individual desde diferentes lugares. Bukair bin Abdil’lah avanzó con su ejército y cuando llegó cerca de Yurmizan, el hermano de Rustam, Isfanyar bin Farrujzad, que había huido tras ser derrotado en la Batalla de Waj Ruz, se adelantó para enfrentarse al ejército. Este fue el primer ataque de Bukair sobre Azerbaiyán. Al final, se produjo una batalla, el enemigo fue derrotado e Isfandyar fue capturado. Entonces, Isfandyar preguntó a Bukair, el comandante de los musulmanes, si prefería un acuerdo de paz o la guerra. Bukair respondió: “Prefiero un acuerdo de paz”. Entonces dijo: “Debes mantenerme contigo como prisionero.  Ellos no aceptarán ningún acuerdo de paz hasta que yo sea su representante. Seguirán luchando hasta que sean dispersados en las montañas circundantes o sean asediados en sus fortalezas”. Tras esto, Bukair mantuvo a Isfandyar con él y poco a poco se fueron apoderando de más y más tierra.

Por su parte, Utbah bin Farqad atacó desde otro lado. Bahram, el hermano de Isfandyar, se enfrentó a él en el camino, pero huyó tras sufrir la derrota en la batalla. Cuando Isfandyar se enteró de esto, dijo: “La llama de la batalla ahora se ha extinguido y se acerca el momento de firmar un tratado de paz”, por lo que llegó a un acuerdo y el pueblo de Azerbaiyán le apoyó.

Se escribió un juramento de reconciliación y las palabras de este juramento fueron las siguientes:

“En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo.

Este es el acuerdo que Utbah bin Farqad, siervo del Líder de los Fieles, Umar bin Jattab (ra), da a los habitantes de Azerbaiyán y se aplica a todas las personas que viven en las llanuras abiertas, en la región montañosa y en las zonas vecinas de Azerbaiyán, y a los fieles de todas las religiones. A todos ellos se les concede la protección de sus vidas, su riqueza, su religión y sus leyes religiosas con la condición de que paguen ea ‘yizia’ de acuerdo a sus medios (es decir, debían pagar el ‘yizia’ de acuerdo a sus posibilidades). No obstante, el ‘yizia’ no se le exigirá a los niños, a las mujeres, a quien esté permanentemente enfermo y no tenga ninguna riqueza, ni tampoco a un ermitaño que no posea riqueza alguna. Esto se aplicará tanto a los nativos de esta tierra como a los que vienen de otros lugares y se instalan aquí (o sea, a los futuros habitantes). Los habitantes en su totalidad serán responsables de la hospitalidad del ejército musulmán durante un día y de mostrarles el camino para su viaje posterior. Si a alguien se le pide que cumpla con los deberes militares, se le eximirá de pagar el ‘yizia’. Estas son las condiciones para cualquier persona que viva aquí y quien desee salir permanecerá bajo protección hasta que llegue a su lugar de seguridad. Este acuerdo ha sido redactado por Jundub, y Bukair bin Abdil’lah y Simak bin Jarsha son testigos de ello”.

En cuanto a los acuerdos con Armenia, se afirma que tras la victoria de Azerbaiyán, Bukair bin Abdil’lah avanzó hacia Armenia. Con el fin de ayudarles, Hazrat Umar (ra) envió un ejército bajo el mando de Suraqa bin Malik bin Amar y en esta expedición Suraqa bin Malik debía ser el comandante en jefe, mientras que la vanguardia debía ser dirigida por Abdur Rahman bin Rabiah. Por su parte, Huzaifa bin Asid Ghaffari fue designado comandante de uno de los flancos del ejército y se le dijo que, cuando el mismo se reuniera con el  que se dirigía a Armenia, bajo el mando de Bukair bin Abdil’lah, el segundo flanco del ejército en general debía ser otorgado a Bukair bin Abdil’lah.

Este ejército comenzó su viaje y su comandante de vanguardia, Abdur Rahman bin Rabiah, se movió con tal velocidad que avanzaron por delante del ejército de Bukair bin Abdil’lah y llegaron a las afueras de un lugar llamado Baab, donde residía el gobernador de Armenia, Shahrbaz, quien era iraní y pidió protección a Abdur Rahman en una carta, y también vino a verle. Lo cierto es que era iraní y odiaba a los armenios. Al finalo, negoció con Abdur Rahman, proponiéndole que no se le impusiera el “yizia” y, a cambio, aportaría ayuda militar donde se necesitara. Este fue un tipo de acuerdo diferente. Él mismo aceptó el tratado de paz, pero dijo que no se impusiera el “yizia” y que a cambio les proporcionaría apoyo militar. Suraqa aceptó esta oferta y Armenia fue conquistada sin ninguna lucha. Cuando se informó de este incidente de reconciliación a Hazrat Umar (ra), no solo dio su visto bueno, sino que expresó una gran aprobación y alegría.

Suraqa les presentó el siguiente acuerdo:

“En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo.

Este es el acuerdo que Suraqa bin Amar, el Gobernador que representa a Umar bin Jattab, Líder de los Fieles, ha hecho a Shahrbaz de Armenia y a sus habitantes. Por la presente, el Líder de los Fieles les concede la protección de sus vidas, riquezas y religión, garantizando que ninguna de ellas será dañada. En caso de ataque, servirán en el ejército y siempre que el comandante lo considere oportuno, ayudarán en cualquier tarea importante. El ‘yizia’ no se les cobrará y los servicios militares serán aceptados en su lugar; aunque aquellos que se nieguen a prestar apoyo militar, deberán pagar el ‘yizia’, al igual que los habitantes de Azerbaiyán. Ellos deben guiarlos (o sea, al ejército musulmán) en su viaje y tienen que proporcionar un día entero de hospitalidad al ejército musulmán. Entonces, si se presta ayuda militar, no se les exigirá el ‘yizia’; pero si no se ofrece la asistencia militar, se les impondrá dicho impuesto”.

Los testigos de este acuerdo fueron Abdur Rahman bin Rabiah, Salman bin Rabiah y Bukair bin Abdil’lah, y fue escrito por Mardi bin Muqarrin, que también fue testigo. Después de esto, Suraqa comenzó a enviar ejércitos a las montañas que rodean Armenia. Por lo tanto, Bukair bin Abdil’lah, Habib bin Maslamah, Huzaifa bin Asid y Salman bin Rabiah dirigieron las fuerzas hacia las montañas. Bukair bin Abdil’lah fue enviado a Mauqan, Habib a Tiflis y Huzaifa bin Asid fue enviado a reunirse con los habitantes que residían en las montañas de Lan.

De estas fuerzas enviadas por Suraqa, la de Bukair bin Abdil’lah, que fue enviada a Mauqan, obtuvo la mayor victoria y emitió la siguiente proclamación de paz por escrito a los habitantes de Mauqan:

“En el nombre de Al’lah, el Clementísimo, el Misericordiosísimo.

Este es el acuerdo emitido para la gente de Mauqan en las montañas de Qabha, por Bukair bin Abdil’lah. Por la presente, se les extiende la protección en lo que respecta a sus personas, su riqueza, su religión y sus leyes religiosas, con la condición de que cada adulto pague el ‘yizia’ de un dinar o su valor equivalente”…

En todos los asentamientos de paz que se formaron en estos nuevos lugares, se salvaguardó la libertad de profesar y practicar la religión. En cuanto a los que alegan que el Islam se impuso a las masas por medio de la espada, la verdad es que nadie de este pueblo se convirtió al Islam por la fuerza.

Prosigue: “…y quienes actúen con buena voluntad, ayuden a los musulmanes, y sufraguen los gastos de hospedaje del ejército por una noche,  disfrutarán de protección mientras sean leales a este acuerdo y lo apoyen, y nuestra responsabilidad será seguir siendo leales a ellos. ‘Y solo Al’lah es el verdadero Ayudante’. Si hay algún incumplimiento en este acuerdo o el más mínimo engaño por su parte, perderán su protección. Más bien, cualquiera que sea testigo de eso entregará a los responsables de cualquier engaño al gobierno islámico, de lo contrario esas personas serán consideradas como sus cómplices”.

Este acuerdo fue además firmado y atestiguado por cuatro o cinco personas.

Luego está la Conquista de Jurasán, que tuvo lugar en el año 22 dC. y los detalles de esto son los siguientes:

Después de la Batalla de Yalulah, el rey de Irán, Yazdegerd, llegó a Rayy y su gobernante, Aabaan Yaziwiyah, atacó a Yazdegerd, tomó su anillo de firma, preparó documentos oficiales a su antojo y luego le devolvió el anillo. Entonces, Aabaan acudió a Hazrat Sad (ra) y devolvió todos los acuerdos que se habían decidido por escrito, es decir, todos aquellos documentos que se habían preparado previamente fueron devueltos y por tanto anulados.

Yazdegerd entonces dejó Rayy y se fue hacia Isfahán. Aabaan tampoco aprobó que Yazdegerd fuera allí, por lo que este tuvo que emigrar de nuevo a Kerman. Llevaba consigo el fuego sagrado. Como eran adoradores del fuego, llevaban el fuego sagrado a todas partes, y él lo llevaba consigo. Finalmente, decidió ir a Jurasán y se quedó en Merv. Allí encendió el fuego sagrado y dispuso que se construyera un templo para este fin junto con un jardín, que estaba situado a una distancia de 2 “farsaj”, o sea, a 9 km de Merv. Allí comenzó a vivir con cierta paz y estabilidad mientras escribía cartas de correspondencia a los no-árabes que vivían en las regiones aún sin ocupar. Su influencia sobre estas personas llegó hasta tal punto, que se volvieron leales a él. Además, incitó a los persas que vivían en las tierras ocupadas por los musulmanes y en Hormuzan. Debido a esto, rompieron sus tratados con los musulmanes y se rebelaron. Por su parte, los habitantes de Yibaal y Ferozan siguieron su ejemplo, rompieron sus tratados de lealtad con los musulmanes y se rebelaron. (Yibaal es el nombre de una conocida región de Irak que abarca un conjunto de ciudades que van desde Isfahan a Zanyan, Qazvin, Hamadan y Rayy, etc.).

Ferosán era el nombre de un asentamiento en Isfahán. De todos modos, en estas circunstancias, Hazrat Umar Faruq (ra), dio permiso a los musulmanes para avanzar e infiltrarse en tierras iraníes. Por ello, la gente de Kufa y Basora se puso en marcha y, al llegar allí, lanzó poderosos ataques contra ellos. Por su parte, Ahnaf bin Qais marchó hacia Frajsan y en el camino, conquistaron Mahryan Qazaq, que se trata de una vasta región entre la cordillera de Hulwan y Hamadan, que abarcaba varias ciudades y asentamientos. Tras esto, cuando fueron un poco más lejos en dirección a Isfahán, encontraron que la gente de Kufa había rodeado a Yayy, que era el nombre de una antigua ciudad en los alrededores de Isfahán, que hoy en día es casi completamente estéril. Entre los no-árabes, se conoce como Absharistán. Por ello, entraron en Jurasán desde Tabistán y conquistaron Herat mediante fuertes ataques. Tabistán es un estado circundante, situado entre Nishapur e Isfahán. En persa se le denominaba de forma abreviada como “Tabas”; y Herat es una gran y famosa ciudad entre las ciudades de renombre de Jurasán.

Nombraron a Suhar bin Fulan Abdi como su representante y marcharon de nuevo hacia Merv Shahyahan. Entre todas las ciudades y provincias de Jurasán, Merv Shahyahan es la más famosa y se encuentra a 305 km de Nishapur. No hubo escaramuzas durante el viaje y  por eso Mutarrif bin Abdul’lah bin Shajir fue enviado hacia Nishapur, y Hariz bin Hasan fue enviado hacia Sarajs,  que es también una antigua y gran ciudad en las afueras de Jurasán, situada entre Nishapur y Merv.

No obstante, cuando Ahnaf bin Qais se acercó a Merv Shahyahan, Yazdergerd se trasladó a Merv Al-Ruz. El nombre de Merv Al-Ruz se debe a que Merv hace referencia a la roca blanca en la que se enciende el fuego: la piedra no es ni negra ni roja, y “ruz” significa río en persa; por lo tanto, quiere decir “la piedra de un río”. Merv Al-Ruz se encuentra a 5 días de viaje de Merv Shahyahan, cerca de un gran río.

Ahnaf bin Qais se detuvo en Merv Shahyahán y tras llegar a Merv Al-Ruz, debido a su temor, Yazdegerd envió mensajeros a varios gobernantes en busca de apoyo. Pidió la ayuda de Jaqan y escribió al líder de Sogdia para que le enviara apoyo militar. Sogdia es la zona que abarca Samarcanda, Bujara, etc. También pidió ayuda al emperador chino. Entretanto, Ahnaf bin Qais dejó a Hariza bin Numan Bali como su representante en Merv Shahyahan. Mientras llegaron los ejércitos de Kufa, encabezados por cuatro comandantes y fueron a Ahnaf bin Qais. Cuando todos los ejércitos se reunieron en Merv Shahyahán, Ahnaf bin Qais les ordenó marchar hacia Merv Al-Ruz. Al enterarse Yazdegerd de esto, huyó a Balj, que era una hermosa ciudad de Jurasán, situada cerca del río Oxus (Amu Darya). Posteriormente, Ahnaf bin Qais se quedó en Merv Al-Ruz. Cuando los ejércitos de Kufa partieron hacia Balj, Ahnaf bin Qais partió detrás de ellos. Finalmente, los ejércitos de Kufa y Yazdegerd se encontraron en Balj y se produjo una batalla. El resultado de la misma fue que, gracias al apoyo de Dios Altísimo, Yazdegerd fue derrotado y por ello corrió hacia el río Oxus con los iraníes, y habiendo cruzado el río huyó. En ese momento, Ahnaf bin Qais se unió a los ejércitos de Kufa. Al’lah les concedió la victoria en Balj y esta se cuenta entre las victorias del pueblo de Kufa. Después de esto, los residentes de Jurasán que habían huido o se habían refugiado en fortalezas, así como los que vivían entre Nishapur y Tojaristán, se reunieron y llegaron a un acuerdo.

Tojaristán era una región que abarcaba muchas ciudades y bordeaba con Jurasán. La ciudad más grande era Taloqan. Tras de esto, Ahnaf bin Qais volvió a Merv Al-Ruz y se estableció allí. Nombró a Rabi bin Amir, un noble de entre los árabes, como su repesentante en Tojaristán. De inmediato, Ahnaf bin Qais envió noticias de la victoria de Jurasán a Hazrat Umar (ra) y al escuchar las buenas nuevas de la victoria en Jurasán, Hazrat Umar (ra) dijo:

“No quise enviar un ejército contra ellos, sino que deseaba que hubiera un río de fuego entre nosotros y ellos”.

Normalmente se alega que los musulmanes deseaban invadir tierras y conquistar países. En verdad, Hazrat Umar (ra) no quiso enviar un ejército. Entonces, al escuchar las palabras de Hazrat Umar (ra), Hazrat Ali (ra) dijo: “¡Oh Líder de los Fieles! ¿Por qué dice estas palabras?”. Ante esto, Hazrat Umar (ra) respondió: “La razón es que la gente de estas zonas se rebelará tres veces rompiendo los tratados,  y a la tercera vez habrá que someterlos”.

Se menciona en una narración diferente de Hazrat Ali bin Talib (ra) que cuando las noticias de la victoria en Jurasán llegaron a Hazrat Umar (ra), este dijo: “Deseé que hubiera un río de fuego entre nosotros y ellos”. Al oír esto, Hazrat Ali (ra) dijo a Hazrat Umar (ra): “¡Oh Líder de los Fieles! Esta es una ocasión de alegría, ¿qué te preocupa?”; o sea, que se les había concedido la victoria, pero él deseó que hubiera habido una barrera entre ellos. Hazrat Umar (ra) respondió: “Ciertamente, es una ocasión para alegrarse, pero me preocupa que la gente de allí rompa el pacto tres veces”.

Según otra narración, cuando Hazrat Umar (ra) se enteró de que Ahnaf bin Qais había capturado las dos ciudades de Merv y también Balj, declaró: “Ahnaf bin Qais es el líder de los orientales”. Luego envió una carta a Ahnaf bin Qais en la que decía: “No cruces el río mientras estés residiendo en su zona anterior. Mantente siempre firme en los principios y la moral que trajiste contigo a Jurasán. De esta manera, obtendrás la victoria y el apoyo en cada paso. Sin embargo, no cruces el río, pues sufrirás muchísimo”.

Al principio, cuando Yazdegerd pidió ayuda a los países vecinos, no recibió ningún apoyo sustancial, pero ahora había huido de su propio reino y se dirigió a ellos con el fin de reunir suficiente apoyo para reconquistarlo. Jaqan, el líder turco, le apoyó y llegó a Balj con su ejército. Balj era una hermosa ciudad de Jurasán, situada cerca del río Oxus, donde los musulmanes estaban presentes con una fuerza de 20.000 personas. Ahnaf mató a tres jinetes turcos y pensando que esto era un mal presagio, Jaqan dio media vuelta y se marchó.

Por otro lado, después de escuchar las condiciones de los musulmanes por parte del enviado de Yazdegerd, el emperador chino le respondió diciendo: “Después de escuchar las cualidades de los musulmanes mencionadas por tu emisario, creo que si los musulmanes se enfrentaran a una montaña, la reducirían a polvo. Si te envio ayuda, mientras permanezcan establecidos en los principios mencionados por su emisario (o sea, las cualidades de los musulmanes mencionadas por el emisario), me quitarán también el trono y no tendré poder para detenerlos. Por consiguiente, debes formar un tratado con ellos”. Posteriormente, Yazdegerd se trasladó de ciudad en ciudad y finalmente fue asesinado durante el Jalifato de Hazrat Uzman (ra).

Por su parte, Ahnaf bin Qais envió noticias sobre la victoria y el botín de guerra a Hazrat Umar (ra), que reunió a los musulmanes y pronunció un discurso. Siguiendo las instrucciones de Hazrat Umar (ra), se leyó la carta que contenía los detalles de la victoria. Hazrat Umar (ra) dijo en ese momento: “Por cierto que Al’lah les recuerda acerca de Su Mensajero (sa) y además la guía con la que fue enviado. Dios Altísimo ha prometido conceder la recompensa rápidamente a quienes sigan al Santo Profeta (sa) y concederles el bien tanto en esta vida como en el Más Allá”.

Hazrat Umar (ra) recitó entonces el siguiente versículo del Sagrado Corán:

“Él es Quien envió a Su Mensajero con la guía y la religión de la verdad, para hacer que prevaleciera sobre todas las demás religiones, aunque lo odien quienes asocian dioses a Dios”.

Hazrat Umar (ra) declaró entonces:

“Todas las alabanzas pertenecen a Al’lah, que ha cumplido Su promesa ayudando a Su ejército. ¡Escuchad! Dios Altísimo ha destruido el Imperio de los Magos y ha puesto fin a su fortaleza y unidad. Ahora no poseen ni un centímetro de tierra en su antiguo territorio ocupado y ya no podrán hacer daño a los musulmanes. ¡Escuchad! Dios os ha concedido sus tierras, sus casas, sus riquezas y os ha hecho herederos de sus generaciones futuras, a fin de que puedan ver cómo os comportáis. Recordadlo bien, muchas naciones en el pasado también tenían fuerza militar como vosotros. [Hazrat Umar (ra) estaba aconsejando a los musulmanes]. Recordadlo bien, muchas naciones en el pasado también tenían fuerza militar como vosotros y en el pasado muchas naciones civilizadas ocuparon tierras lejanas. Al’lah en breve establecerá Su ley y cumplirá Su promesa, y hará que una nación se levante tras otra. Para obedecer los mandatos de Dios, seguid a ese individuo que cumpla estas promesas y las  hechas por Dios. No cambiéis vuestro estado, no sea que Dios Altísimo os sustituya por otra nación”; o sea, si cambiabans su buena forma de ser, abandonaban la fe y no actuaban según los mandamientos, entonces Al’lah los reemplazará por otra nación”.

Hazrat Umar (ra) continuó diciendo:

“Lo único que temo que pueda destruir la Umma musulmana sois vosotros mismos. No me preocupa que el enemigo pueda destruir la Umma musulmana, solo temo que los propios musulmanes sean los responsables de aniquilar la Umma”.

Podemos ver que esta afirmación era muy cierta, pues los musulmanes están cortando el cuello de hermanos musulmanes o intentan matarse los unos a los otros. Los países musulmanes se están atacando entre sí y algunos afirman que se trata de la “yihad”, mientras que los musulmanes se están matando entre sí.

Ahora hablaré de la Conquista de Istajar, que era la capital de Fars y un antiguo centro sagrado para los sasánidas.

Aquí se encontraba el antiguo templo del fuego, que estaba bajo el control directo del rey persa. Hazrat Uzman bin Abi Al-Aas (ra) decidió marchar hacia Istajar y se produjo una batalla con su gente en un lugar llamado Yaur; es decir, tuvo lugar una feroz batalla con la gente de Yaur, tras la cual Dios Altísimo les concedió la victoria y los musulmanes pudieron conquistar también Istajar. Muchas personas murieron y otras huyeron. Hazrat Uzman bin Abi al-Aas (ra) invitó a los no-musulmanes a pagar el “yizia” y a vivir como súbditos bajo el gobierno musulmán. Les enviaba cartas y mantenía correspondencia con ellos. Finalmente, su líder, Hormuz, aceptó la oferta y accedió a pagar el “yizia”. Todas las personas que huyeron durante la conquista de Istajar, emigraron o aceptaron pagar el “yizia” o regresaron a sus hogares de forma pacífica. Una vez derrotado el enemigo, Hazrat Uzman bin Abi al-Aas (ra) reunió el botín de guerra, separó una quinta parte, se la envió a Hazrat Umar (ra) y se guardó el resto del botín para repartirlo entre los musulmanes. Al mismo tiempo, impidió que el ejército musulmán realizara cualquier tipo de saqueo y se ordenó devolver cualquier cosa que había sido arrebatada de la gente. Entonces, el comandante en jefe ordenó devolver todo lo que se le había quitado al pueblo indebidamente.

En ese momento, Hazrat Uzman bin Abi Al-Aas (ra) reunió a todos y dijo:

“Continuaremos escalando nuevas alturas y seremos salvados de todas las pruebas siempre y cuando no realicemos robos ni seamos deshonestos. Si somos deshonestos en el botín de guerra, estos actos inmorales se generalizarán entre nosotros y esas malas acciones harán caer a todos”; o sea, si se volvían deshonestos y empezaban a robar cosas, eso sería su perdición. Hoy en día, estos hábitos se han vuelto frecuentes entre los musulmanes, pues se están robando los unos a otros. Cada vez que surge la oportunidad roban, son deshonestos en los tratos y son precisamente estos rasgos inmorales los que están llevándolos a la ruina. Por eso son vilipendiados en todo el mundo.

El día de la conquista, Hazrat Uzman bin Abi Al-Aas (ra) afirmó:

“Cuando Dios Altísimo desea el bien para un pueblo, lo salva de toda forma de maldad e inmoralidad. Les inculca las cualidades de la honestidad y la veracidad. Por tanto, proteged la confianza que os ha sido entregada, porque el aspecto de la fe que primero desaparece es el honrar la confianza y cuando se pierde la integridad y la honestidad, con el paso del tiempo se pierden otras virtudes”. Es decir, cuando uno pasa por alto la honestidad, dejará de preservar otras virtudes.

En los últimos años del Jalifato de Hazrat Umar Faruq (ra) y hacia el comienzo del Jalifato de Hazrat Uzman (ra), Shariq instigó una revuelta e incitó a los persas y como resultado de ello, rompieron su tratado. Hazrat Usman bin Abi Al-Aas (ra) fue enviado de nuevo para aplastar la revuelta. Asimismo, se enviaron refuerzos con Hazrat Abdul’lah bin Mumar y Shibil bin Mabad Bayali. Se encontraron con el enemigo en Fars y se produjo un feroz enfrentamiento en el que murieron Shariq y su hijo. También murieron muchas otras personas. Shariq fue asesinado por Hakam bin Abi Al-Aas, el hermano de Hazrat Uzman bin Abi Al-Aas (ra).

Según una narración, Hazrat Ala bin Hadrami (ra) conquistó Istajar por primera vez en el año 17 dC, aunque tras firmar un tratado, los residentes lo rompieron  y se produjo una rebelión. Para sofocar esta sublevación, Hazart Uzman bin Abi Al-Aas (ra) envió a su hermano y a su hijo, quienes lograron aplastar la rebelión y mataron a Shariq, el gobernador de Istajar.

Ahora hablaré de Fasa y Darabgerd:

En el 23 dH., Hazrat Umar (ra) envió a Hazrat Sariah bin Zunaim (ra) hacia Fasa y Darabgerd. Fasa era una antigua ciudad en Fars, situada a una distancia de 346 km de Shiraz. Por su parte, Darabgerd era una vasta región de Fars, que comprendía muchas ciudades, entre ellas Fasa. Al respecto, hay una narración documentada en “Dalail Al-Nabuwwah” en la que Hazrat Ibn Umar (ra) narra que en una ocasión, Hazrat Umar (ra) envió un ejército bajo el mando de Hazrat Sariah (ra). Un día, mientras pronunciaba un sermón, Hazrat Umar (ra) dijo de repente en voz alta: “¡Oh Sariah, ve hacia la montaña!”. La “Historia” de Al-Tabari también menciona que Hazrat Umar (ra) envió a Hazrat Sariah bin Zunaim (ra) a Fasa y Darabgerd y cuando llegó allí sitió la zona. Tras esto, pidieron refuerzos a sus aliados, que se reunieron en el desierto para combatir al ejército musulmán. Cuando su número aumentó, avanzaron para cercar a los musulmanes desde todas las direcciones. Era un viernes y Hazrat Umar (ra) estaba dando el sermón cuando dijo: “¡Oh Sariah bin Zunaim, la montaña, la montaña!”. Había una montaña situada cerca del campamento musulmán. “Si tomáis refugio en esa montaña, se reducirá el ataque enemigo a un solo frente”. Así, se lanzaron a la montaña y lucharon contra el enemigo, derrotándolo finalmente y recogiendo un gran botín de guerra, entre el cual había un pequeño cofre con gemas preciosas y el ejército musulmán, por unanimidad, decidió regalárselo a Hazrat Umar (ra).

Hazrat Sariah (ra) envió a Hazrat Umar (ra) un mensajero con noticias de la victoria, junto al cofre de gemas. Cuando el mensajero llegó a Medina, Hazrat Umar (ra) estaba sirviendo comida a la gente y sostenía un bastón que usaba para dirigir a los camellos. Al acercarse para hablar con Hazrat Umar (ra), este le sentó a comer, cosa que hizo. Cuando terminó de comer, Hazrat Umar (ra) se marchó. Entonces, se levantó para seguir a Hazrat Umar (ra) y cuando este se dio cuenta de que le seguía, pensó que el hombre seguía teniendo hambre, así que al llegar a su casa le invitó a entrar y dio instrucciones al panadero para que preparara comida, que consistía en pan, aceitunas y sal. Hazrat Umar (ra) le dijo al hombre que comiera y después de terminar su comida se dirigió a Hazrat Umar (ra) diciendo: “¡Oh Líder de los Fieles! Soy un mensajero de Sariah bin Zunaim”. Hazrat Umar (ra) respondió: “¡Bienvenido!”. Luego, se acercó a Hazrat Umar (ra) hasta el punto de que sus rodillas tocaron las de Hazrat Umar (ra), quien preguntó por los musulmanes y por Sariah, y el mensajero le informó. Entonces le habló sobre el cofre de las joyas. Hazrat Umar (ra) le miró y proclamó en voz alta: “¡No! No hay honor en esto. Vuelve al ejército y distribuye esto entre ellos”; es decir, las gemas que se han enviado para él debían repartirse entre el ejército. El mensajero dijo: “¡Oh Líder de los Fieles! Mi camello se ha debilitado y también pedí un préstamo con la esperanza de ser recompensado, así que por favor concédame lo suficiente para que pueda ser compensado por lo que he gastado”; e insistió hasta que Hazrat Umar (ra) le dio un camello de los que se daban en limosna, aunque finalmente le dio su propio camello en su lugar. De todas formas, el mensajero fue reprendido y regresó a Basora, donde puso en práctica las órdenes de Hazrat Umar (ra).

También se menciona en una narración que cuando el mensajero trajo la noticia de la victoria a Medina, mucha gente preguntó sobre la batalla y sobre Sariah, y además si habían oído una voz el día de la batalla. Él respondió: “Sí, la oímos”. O sea: “¡Oh Sariah! Id hacia la montaña”. Y continuó diciendo: “Estuvimos muy cerca de ser destruidos, pero cuando tomamos la montaña como refugio, Dios Altísimo nos concedió la victoria”.

Hazrat Musleh Maud (ra), el segundo Jalifa, narra este suceso de la siguiente manera:

“Hay un incidente de Hazrat Umar (ra) que se ha documentado y que ocurrió durante la época de su Jalifato. Una vez estaba en el púlpito pronunciando un sermón, cuando espontáneamente dijo: ‘¡Oh Sariah, sube a la montaña! ¡Oh Sariah, sube a la montaña!’. Como estas palabras no guardaban relación con el tema, la gente preguntó qué se había dicho. Hazrat Umar (ra) explicó que se le mostró el lugar al que había sido enviado Sariah como general del ejército musulmán y que el enemigo estaba a punto de lanzar un ataque por la retaguardia que muy probablemente habría destruido al ejército musulmán. Además vio una montaña en las cercanías que podría salvarlos de tal ataque, por lo que les pidió que subieran a la montaña. Solo habían pasado unos días y Sariah informó de este mismo suceso, escribiendo que la voz que les advirtió del peligro y les guió para subir a la montaña con el fin de eludir el ataque enemigo era muy similar a la voz de Hazrat Umar (ra)”.

Hazrat Musleh Maud (ra) continúa: “De este incidente, sabemos que la lengua de Hazrat Umar (ra) no estaba bajo su control en ese momento, sino que estaba bajo el control del Dios Altísimo, para quien las distancias y la lejanía no tienen importancia”.

El Mesías Prometido (as) escribe sobre esto:

“También declaro que la afirmación (ra) de que los nobles Compañeros (ra) no recibieron ninguna revelación es infundada y falsa, sencillamente porque muchas de sus revelaciones y experiencias extraordinarias están recogidas por narraciones de hadices auténticos. Si cuando Hazrat Umar (ra) advirtió al ejército de Sariah del peligro inminente a través de Dios Omnisciente, que Baihaqi ha citado de Hazrat Ibn Umar, no es un ejemplo de revelación, entonces ¿qué es? Oyeron su voz hablando,  una voz que se originó en Medina y que, a través de poderes invisibles, fue escuchada por Sariah y su ejército a una gran distancia de viaje; esto no es más que un milagro extraordinario”.

A continuación se menciona la Conquista de Kerman, que tuvo lugar en el año 23 dC.

Kerman fue conquistada por Hazrat Sohail bin Adi (ra), aunque también consta que fue conquistada por Abdul’lah bin Budail. Nusair bin Amr Bayali fue nombrado comandante de la vanguardia del ejército de Hazrat Suhail (ra). El pueblo de Kerman se reunió para luchar contra ellos y empezaron a hacer la guerra cerca de su patria. Finalmente, Dios Altísimo hizo que se dispersaran y los musulmanes tomaron el control de sus rutas. Nusair mató a muchos de sus líderes prominentes. Del mismo modo, Hazrat Sohail bin Adi (ra) lideró un batallón de aldeanos y tomó el control de la ruta hasta Yairuf. Hazrat Abdul’lah (ra) se dirigió a Sher y, como era de esperar en esa zona, encontró muchos camellos, cabras y ovejas. Comenzó a fijar los precios de los animales y, como eran más grandes que las típicas razas árabes, empezaron a discrepar sobre los precios.

Para resolver este conflicto, se escribió una carta a Hazrat Umar (ra), quien respondió:

“Un camello árabe tiene un precio según su carne y estos camellos son similares. Si esos camellos son más grandes en su opinión, entonces el precio puede ser aumentado”.

Los animales se cotizaban en función de la riqueza adquirida.

En una narración, se menciona que durante el Jalifato de Hazrat Umar (ra), Hazrat Abdul’lah bin Budail bin Waraqa Jazai (ra) conquistó Kerman y a continuación pasó a conquistar Tabasain. Luego, fue a ver a Hazrat Umar (ra) y le preguntó si las dos tierras conquistadas podían serle dadas en recompensa como su propiedad. Aunque cuando Hazrat Umar (ra) decidió concederle las dos tierras conquistadas, alguien aconsejó que estas dos tierras eran distritos muy extensos y se consideraban puertas de entrada a Jurasán. Al oír esto, Hazrat Umar (ra) cambió su decisión de dar esta tierra como recompensa.

La Conquista de Siyistán (Sistán) también tuvo lugar en el 23 dH. Siyistán es más extenso que Jurasán y sus fronteras se extienden bastante. Esta región estaba situada entre la provincia de Sind y el río Balj. El terreno en sus fronteras era muy difícil y la zona tenía una gran población. Siyistán es también llamado Sistán por los iraníes. El famoso comandante iraní Rostam también vivió allí. Estaba situada al norte de Kerman y su sede central se encontraba en Zaranj.

En la antigüedad, esta fue una región muy extensa e importante en la época de Hazrat Muawiah (ra). Los habitantes de esta región siempre estuvieron en guerra contra los kanghar, los turcos y otras naciones. Por su parte, Asim bin Amar pretendía conquistar Siyistan y Abdul’lah bin Umair se unió a él con su ejército. La batalla contra el pueblo de Sistán tuvo lugar en una zona cercana y los musulmanes obtuvieron la victoria mientras el enemigo huyó. Los musulmanes los persiguieron hasta que lograron rodear al ejército que huyó en Zaranj. En su camino, los musulmanes conquistaron diferentes zonas siempre que fue posible. Finalmente, los habitantes de Sistán se mostraron dispuestos a reconciliarse y negociar sobre Zaranj y otros territorios. Por cierto, en su tratado, estipularon la condición de que sus bosques fueran considerados como pastos protegidos. Por esta razón, los musulmanes siempre cuidaban de los bosques cuando pasaban por allí, para no causar daños y romper su pacto. Esta es la medida en que los musulmanes cuidaron sus acuerdos. Así, los habitantes de Sistán aceptaron pagar impuestos y los musulmanes asumieron la responsabilidad de su seguridad.

La Conquista de Mukran también tuvo lugar en el año 23 dH., a manos de Hakam bin Amar.

Hoy en día, se llama Makran, mientras que en la historia se denominaba “Mukran”. Fue conquistada por Shihab bin Mujariq, Sohail bin Adi y Abdul’lah bin Abdul’lah, que se unieron a ellos con sus ejércitos. Pero se dice también que fue conquistada por Hakam bin Amar, al que se unieron los ejércitos de Shihab bin Mujariq, Sohail bin Adi y Abdul’lah bin Abdul’lah. Los musulmanes se juntaron para luchar contra el rey de Sind y salieron victoriosos. Por su parte, Hakam bin Amar envió la noticia de esta victoria y el botín de guerra con Sahar Abdi, y pidió consejo sobre los elefantes que se apoderaron como parte del botín.

Cuando las buenas noticias de la victoria llegaron a Hazrat Umar (ra), preguntó por la tierra de Makran y respondió: “¡Oh Líder de los Fieles! Sus suaves llanuras son tan duras como las montañas, hay una grave escasez de agua, los frutos son incomestibles, el enemigo allí es muy valiente y el mal allí supera en gran medida al bien. La abundancia parece ser muy escasa y lo que escasea se desperdicia. Además, lo que hay más allá es aún peor”. Al escuchar su forma de hablar, Hazrat Umar (ra) le preguntó: “¿Estás recitando coplas de un poema o realmente estás describiendo la situación allí?”. Él contestó: “Te estoy transmitiendo el verdadero estado de las cosas de allí”. Hazrat Umar (ra) dijo entonces: “Si dices la verdad, por Dios, mi ejército no atacará ese lugar”.

Por consiguiente, escribió a Hakam bin Amar y a Hazrat Suhail (ra) diciendo:

“Ninguno de los ejércitos debe avanzar más allá de Mukran y han de permanecer en la zona anterior al río”. Al mismo tiempo ordenó que se vendieran los elefantes en las tierras musulmanas y que se distribuyeran las riquezas entre el ejército musulmán, (los detalles de esta batalla que se han mencionado se han tomado de Tabari).

En relación con esta batalla, Alamah Shibli ha escrito una nota en la que afirma que la victoria final en tiempos de Hazrat Umar (ra) fue en Mukran. Sin embargo, esta era la narración de Tabari. Por su parte, el historiador Balazuri narra que los ejércitos llegaron a las zonas bajas de Debal y Zana. Si esto es correcto, entonces durante la era de Hazrat Umar (ra), el Islam había llegado a Sind y a la India; y escribe en la nota a pie de página que la mitad de Mukran es la actual Beluchistán. Aunque Balazuri afirma que las victorias en la época de Hazrat Umar (ra) llegaron a la ciudad de Debal en Sind, Tabari ha afirmado que Mukran fue la victoria final. En cualquier caso, estos han sido algunos acontecimientos de la era de Hazrat Umar (ra), que continuarán en el futuro.

Hoy, tras la oración del viernes, lanzaré un canal turco de radio por internet, llamado “Islam Ahmediyetin Sesi”, que significa la; “Voz del Islam Ahmadía”. Por la gracia de Dios, está lista para ser transmitida las 24 horas del día. Se puede acceder a este canal de radio por un enlace a través de una tableta, el móvil, el ordenador portátil, etc. Una emisión de cuatro horas se repetirá seis veces en el día y este espacio incluye “tilawat” (recitación del Sagrado Corán) de una hora, con traducción al turco; hadices del Santo Profeta (sa), dichos del Mesías Prometido (as) y traducciones al turco de mis sermones de viernes. Además, habrá una sesión de preguntas y respuestas.

Más de 20 países de todo el mundo podrán beneficiarse de esto para el propósito de “tabligh” (predicación) y “tarbiat” (preparación). En otras palabras, más de 20 países se beneficiarán en términos de propagación de la fe y respecto a la formación moral; por ejemplo, se puede acceder a ella en Azerbaiyán, Georgia, -donde se habla turco- hay muchos estados ex-soviéticos donde se habla turco. Del mismo modo, tanto dentro de Turquía como en los países de Europa en los que se han instalado los turcos, estos pueden beneficiarse de la emisión. Los preparativos de este canal de radio fueron realizados por el departamento de “tabligh” (predicación) de Alemania.

¡Que Dios Altísimo les recompense y bendiga esta iniciativa en todos los sentidos!

Lanzaré este canal de radio después de las oraciones del viernes.

Ahora, hay algunas oraciones fúnebres en ausencia que dirigiré tras la oración del viernes.

También me gustaría mencionar que el cuerpo de nuestro querido y amado Syed Taalay (martirizado en Ghana) aún no ha llegado, y puede tardar unos días. Cuando llegue, dirigiré su oración fúnebre, si Dios quiere, y también hablaré de él.

Hoy, la primera de las oraciones fúnebres en ausencia que dirigiré es la del respetado Muhammad Al-Muhktar Kabta Sahib de Marruecos, que falleció a la edad de 73 años:

“Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él volveremos”.

Juró su Baiat en 2009 y era un áhmadi muy sincero. Después de prestar el juramento de fidelidad, dedicó todo su tiempo al servicio de la Comunidad y a la predicación del Ahmadíat. Desempeñó un papel fundamental en la corrección de las nociones erróneas de la sociedad.

El Sadar de la zona Oeste de Marruecos, donde residía, escribe: “Era un soldado retirado y una persona bien educada. Además del árabe, dominaba el francés y el español. Tras leer ‘Hamamatul Bushra’, prestó el juramento de fidelidad de inmediato. Entonces, leía los libros del Mesías Prometido (as) con gran celo y amor al menos dos veces. Luego estudió el ‘Tafsir-e-Kabir’ (el gran comentario del Sagrado Corán), hizo copias del mismo y las distribuyó entre los áhmadis. Cuando la Yamat se estableció en nuestra zona, dedicó su vida al servicio de la Comunidad y fue a visitar muchas de las Comunidades locales. Estuvo a la vanguardia de los sacrificios financieros y nunca dijo que estuviera demasiado ocupado o que no pudiera prestar ningún servicio. Poseía una gran determinación que rara vez se ve incluso entre los jóvenes. Su obediencia al Jalifato era completa e inmediata. Tenía un gran afán de predicación y lo hacía en el coche, en el tren y en los mercados a jóvenes y mayores. Además transmitió el mensaje a todos los miembros de su familia. Era regular a la hora de ofrecer las oraciones de ‘tahayud’, ayunaba todos los lunes y jueves, y siempre recitaba las oraciones del jubileo que mencioné en su debido momento. Cada día recitaba de cinco a diez partes del Sagrado Corán. Memorizaba y repetía fragmentos del Santo Corán mientras caminaba. A veces, se enfrascaba tanto en la recitación del Corán mientras caminaba, que no era consciente de lo que le rodeaba, estaba lleno de amor por el Libro de Al’lah. Algunos han dicho incluso que mientras dormía por la noche podían oírle leer y recitar versos del Sagrado Corán. Fue durante nueve años ayudante del Sadar de Marruecos Occidental y también fue secretario del Sadar Ansarul’lah y de finanzas”.

Él era “musi” y su esposa también es muy sincera y “musia”.

El siguiente funeral es el de Mahmud Ahmad Sahib, antiguo trabajador de la Mezquita Aqsa y la Mezquita Mubarak de Qadián, que falleció a la edad de 74 años en los últimos días:

¡Ciertamente a Dios pertenecemos y a Él volveremos!

Era hijo de Makhdum Husain Sahib de Belgaum, que emigró de la provincia de Karnataka a Qadián. Continuó sirviendo como trabajador en Masyid Aqsa y Masyid Mubarak durante 28 años. Era “musi” (miembro de Al-Wasiyat). Era regular en el ayuno y en el ofrecimiento de oraciones, así como en las oraciones de “tahayud”, y siempre suplicaba. Tenía una afinidad especial con la mezquita. Le sobreviven su esposa, dos hijos y una hija.

El siguiente funeral es el de Sauda Sahiba, esposa de Abdur Rahman Sahib de Kerala, India. Falleció el 22 de julio a la edad de 76 años:

¡Ciertamente a Al’lah pertenecemos y a Él retornaremos!

Era la madre de Shamsuddin Sahib Malabari, misionero encargado de Kababir.

Shamsuddin Sahib dice: “Mi madre era la hija del difunto BT Muhammad Sahib, que fue el primer áhmadi del distrito de Palakad y de las zonas circundantes, y que realizó el juramento de iniciación en 1937. Durante un largo periodo de tiempo tuvo que soportar una severa persecución por parte de los opositores. Durante este boicot, mi abuela y su hija mayor fallecieron, (esto ocurrió cuando su madre tenía un año y medio de edad). Tras su fallecimiento, los opositores no permitieron que se enterrara a mi abuela, por lo que tuvieron que enterrarla en un cementerio de una ciudad situada a 40 km. Por su parte, mi abuelo emigró con su hija pequeña, por lo que mi madre pasó por todo tipo de pruebas desde su misma infancia”.

Era regular en el ofrecimiento de sus oraciones y era ‘musia’. Rebosaba por dentro de compasión por la humanidad y tenía la costumbre de rezar siempre por los que tenían problemas, y de ayudarlos si estaban en su presencia. Le sobreviven su marido, cuatro hijos y dos hijas. Algunos de sus nietos han consagrado su vida y un hijo es misionero. Estaban todos en el extranjero y, por lo tanto, no pudieron asistir al funeral.

¡Que Dios Altísimo eleve su rango espiritual!

El siguiente funeral es el de Syeda Mayid Sahiba, esposa de Sheij Abdul Mayid Sahib de Faisalabad. Falleció hace unos días a la edad de 86 años:

¡Ciertamente, a Dios pertenecemos y a Él retornaremos!

Su hijo Sheij Wahid Sahib dice que el Ahmadíat fue introducido en la familia a través de su abuelo paterno Hazrat Barkat Ali Qadiani Sahib. Tiene el honor de que sus dos abuelos paternos fueron Compañeros (ra) del Mesías Prometido (as). Syeda Majid Sahiba sirvió a la Comunidad durante un largo periodo de tiempo. Al principio era la secretaria local de Sadar y de finanzas. Luego, en 1982, cuando se formó Lallna Imail’lah Faisalabad, fue secretaria de finanzas durante siete años. Trabajó con gran esfuerzo, ya que visitaba regularmente 82 Comunidades locales para supervisar el trabajo realizado por las responsables de cada una de ellas. Vigilaba de cerca los registros financieros, la recogida puntual del chanda y su envío.

Su ex-sadr, Bushra Sami Sahiba, cuenta que “una vez, cuando volvíamos de una visita oficial, unos ladrones pararon nuestro vehículo. Inmediatamente cogió el monedero que contenía dinero del chanda y lo puso a sus pies para protegerlo, pero no mostró ninguna preocupación por el robo de las joyas. El resto de las joyas se las llevaron, pero el dinero de la donación se salvó y ella expresó mucha alegría por ello. Unos meses antes de su fallecimiento, regaló todas sus joyas a las iniciativas de la Yamat”.

Leyó muchas veces los escritos del Mesías Prometido (as). Poseía muchas cualidades maravillosas. Sentía un gran amor por Dios Altísimo, rezaba y tenía confianza en Al’lah. Tenía un amor y afecto extraordinarios por el Jalifato, y siempre aconsejaba a sus hijos, nueras y nietos que se mantuvieran apegados al Jalifato, que rezaran por el Jalifa de la época y que escucharan sus sermones.

Era “musia”. Le sobreviven su marido, ocho hijos y numerosos nietos y bisnietos.

¡Que Dios Altísimo conceda el perdón y la misericordia a todos los fallecidos y los eleve en su rango!

Como ya he dicho, dirigiré sus oraciones fúnebres en ausencia después de la oración del viernes.

Resumen

Después de recitar el Tashahud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que continuaría relatando incidentes de la vida de Hazrat Umar (ra).

La batalla de Rayy

Su Santidad (aba) dijo que una batalla durante el califato de Hazrat Umar (ra) fue la Batalla de Rayy. Los residentes de Rayy se llaman Razis. De aquí era también Maulana Fakhruddin Razi.

El jefe de Rayy pidió ayuda contra los musulmanes. Una vez que los ejércitos iraníes llegaron a Rayy, no había comparación entre los números de cada ejército. Al ver esto, uno de los musulmanes planeó entrar en la ciudad sin ser detectado mientras el resto de los musulmanes atacaba desde su frente, y de esta manera, para así conquistar la zona. Por ello, por la noche, Nu’aim bin Muqarrin envió a su sobrino Mundhir bin Amr con algo de caballería para atacar por el costado. Ambas partes lucharon con determinación, pero cuando el enemigo escuchó los gritos de guerra de los musulmanes que habían entrado en la ciudad, no pudieron defenderse en ninguno de los dos frentes. Así, los musulmanes conquistaron Rayy. Los musulmanes ofrecieron la paz a los residentes de Rayy si desistían de sus malicias y pagaban el Jizyah [impuesto].

Victorias sobre Qumis y Jurjan

Su Santidad (aba) dijo que después de la victoria de Rayy, estaban las batallas de Qumis y Jurjan que tuvieron lugar en el 22 DH. Hazrat Umar (ra) luego escribió a Nu’aim bin Muqarrin para que fuera con su hermano Suwaid a Qumis. La gente de Qumis no se resistió y aceptó las condiciones. Luego dirigieron su atención a la ciudad de Jurjan. Los habitantes de esta ciudad también aceptaron pagar la Jizyah a cambio de la paz.

Victoria sobre Azerbaiyán

Su Santidad (aba) luego mencionó la victoria sobre Azerbaiyán que también tuvo lugar en el año 22 DH. Hazrat Umar (ra) envió allí a Utbah bin Farqad y a Buqair bin Abdul’lah, instruyéndoles para que atacaran desde lados opuestos. En el camino, Buqair y su ejército se encontraron con Asfandyaz bin Farukhzad, hermano de Rustam. La batalla tuvo lugar y el enemigo fue derrotado. Tras ser capturado, Asfandyaz preguntó a Buqair si prefería la paz o la guerra, a lo que éste respondió que la paz. A continuación, le sugirió que permaneciera en su cautiverio como representante del pueblo de Azerbaiyán, ya que, de lo contrario, sólo querrían luchar.

Cuando Utbah bin Farqad avanzó desde el otro lado, se encontró con el hermano de Asfandyaz, Baraam, pero éste huyó tras la derrota en la batalla. Al recibir la noticia, Asfandyaz supo que ya no habría más combates. Hicieron un tratado de paz y el pueblo de Azerbaiyán aceptó los términos.

Victoria sobre Armenia

Su Santidad (aba) dijo que después de la victoria sobre Azerbaiyán, Buqair fue enviado a Armenia y Hazrat Umar (ra) envió otro ejército para reforzarlo. Suraqah fue nombrado gobernador de esta misión. Como uno de los batallones se había adelantado al ejército de Buqair, se encontró con un iraní que le ofreció apoyo militar y, a cambio, no tendría que pagar la jizyah. Suraqah aceptó, y de este modo, Armenia fue conquistada sin que se produjera ninguna batalla. Cuando las noticias de este acuerdo llegaron a Hazrat Umar (ra), no sólo lo aceptó, sino que expresó su placer y alegría por ello. Suraqah comenzó entonces a enviar ejércitos a las zonas montañosas de los alrededores. Se produjo una notable victoria a manos de Buqair, ya que la gente de Mokan aceptó el tratado de paz.

Su Santidad (aba) destacó que en todos y cada uno de estos tratados siempre existió la libertad de religión, nadie fue obligado a hacerse musulmán, lo que refuta la idea de que el Islam se extendió por la espada.

Victoria sobre Jorasán

Su Santidad (aba) luego mencionó la victoria sobre Jorasán que tuvo lugar en el año 22 DH. Tras la derrota de los iraníes en Jalulah, Yazdegerd se vio obligado a trasladarse a otras ciudades. Al hacerlo, llevó consigo el fuego sagrado, ya que eran adoradores del fuego. Habiéndose establecido cerca de Jorasán, Yazdegerd comenzó a incitar a Hormazán y a otros contra los musulmanes, y así rompió su tratado con los musulmanes. Al ver esto, otras zonas también reunieron fuerzas para rebelarse y romper sus juramentos. Al enterarse de esto, Hazrat Umar (ra) permitió a los musulmanes avanzar y extinguir la rebelión. Ahnaf bin Qais fue enviado hacia Jorasán. Se adjudicó la victoria en algunas zonas del camino. Mientras Ahnaf se acercaba a las tierras de Jorasán, Yazdegerd se dirigió a Maheruz, situada cerca de un gran río. Yazdegerd buscó ayuda militar de todos los alrededores, incluso del emperador de China. Cuando el ejército musulmán se dirigía a Maheruz, Yazdegerd se dirigió de nuevo, esta vez a Balkh. El ejército musulmán de Kufa se dirigió directamente a Balkh, y cuando Yazdegerd se encontró con ellos, lucharon en la batalla, en la que los iraníes fueron derrotados. Yazdegerd llevó el ejército restante al río y huyó de nuevo.

Los habitantes de Jorasán que se habían refugiado en sus fortalezas aceptaron el tratado de paz. Ahnaf bin Qais permaneció en Maheruz. Su Santidad (aba) relató entonces la narración de Hazrat Ali (ra) de que después de que Hazrat Umar (ra) recibiera la noticia de la victoria sobre Jorasán, expresó su deseo de que hubiera paz entre ellos. Luego dijo que a pesar de ser una ocasión para celebrar, la gente de allí romperá sus juramentos tres veces.

Como Yazdegerd siguió buscando ayuda militar, su llamada fue respondida por Khaqan de Turquía. Los musulmanes derrotaron al ejército turco y Khaqan regresó. Al conocer la noticia del ejército musulmán, el emperador de China escribió a Yazdegerd diciéndole que aunque los musulmanes se enfrentaran a las montañas, también los destruirían, y que si intentaba apoyar a Yazdegerd, los musulmanes también le quitarían el trono. El emperador, por tanto, instó a Yazdegerd a hacer la paz con los musulmanes. Sin embargo, siguió huyendo de un lugar a otro, antes de ser finalmente asesinado en la época de Hazrat Umar (ra).

Victoria sobre Istakhr

Su Santidad (aba) luego mencionó la victoria sobre Istakhr, una importante ciudad de Persia. Los musulmanes se encontraron con el ejército iraní en Jur, de camino a Istakhr. Tras conseguir la victoria allí, los musulmanes pasaron a conquistar Istakhr. En la batalla se perdieron muchas vidas y muchos huyeron. Hormuz, el gobernador de Istakhr, acabó aceptando el tratado de paz y el pago de la Jizyah. Una quinta parte del botín de guerra se envió a Hazrat Umar (ra). Si había alguna riqueza que fuera tomada injustamente, se instruyó a los musulmanes para que la devolvieran de inmediato, ya que esto iba en contra de los principios enseñados dentro del Islam.

Su Santidad (aba) dijo que los países musulmanes de hoy en día van en contra de este principio. Están desprovistos de rectitud y siguen siendo deshonestos en sus tratos.

Victoria sobre Fasa y Darabgerd

Su Santidad (aba) dijo que Hazrat Umar (ra) envió entonces a Sariyah bin Zunaim a Fasa y Darabgerd en 23 DH. Los musulmanes lograron la victoria y entre el botín de guerra había un cofre con un tesoro. Los musulmanes acordaron enviarlo como regalo a Hazrat Umar (ra). Cuando el mensajero regresó a Medina, Hazrat Umar (ra) estaba alimentando a algunas personas. Cuando se acercó a hablar con Hazrat Umar (ra), le dijeron que se sentara a comer. Cuando Hazrat Umar (ra) se marchaba, el mensajero se levantó y lo siguió. Hazrat Umar (ra) supuso que deseaba comer más, así que lo llamó a su casa para que comiera de nuevo. Entonces le dieron las buenas noticias de Sariyah bin Zunaim. Hazrat Umar (ra) se negó a quedarse con el cofre, diciéndole que lo devolviera a la gente de allí.

Victoria sobre Kerman

A continuación, Su Santidad (aba) mencionó la victoria sobre Kerman en el año 23 DH. Esta victoria tuvo lugar a manos de Suhail bin Adiyy. La gente de Kerman luchó contra los musulmanes pero fueron derrotados. Sus jefes fueron asesinados y Suhail envió ejércitos para capturar a los que huyeron de la batalla.

La victoria sobre Sajistán

Su Santidad (aba) mencionó entonces la victoria sobre Sajistán en el año 23 DH. Sajistán era un lugar muy extenso y poderoso en la antigüedad. Asim bin Amr se dirigió a Sajistán junto con Abdul’lah bin Numair. Lucharon cerca de Sajistán y la gente de Sajistán huyó. Fueron perseguidos y los musulmanes continuaron reclamando la victoria sobre todos los lugares vecinos. Al final, los habitantes de Sajistán aceptaron permanecer en un tratado de paz con los musulmanes.

Victoria sobre Mokran

Su Santidad (aba) mencionó a continuación la victoria sobre Mokran en el año 23 DH. La victoria fue reclamada a manos de Hakam bin Amr con el apoyo de otros ejércitos. Cuando Hazrat Umar (ra) recibió noticias de esto, preguntó por la tierra de Mokran, a lo que se enteró de que la tierra no era fértil, y las pérdidas superaban los beneficios.

Su Santidad (aba) dijo que seguiría mencionando otras batallas en futuros sermones.

Estreno de un canal de radio turco en Internet

Su Santidad (aba) mencionó un nuevo canal de radio para el pueblo de habla turca, que funcionará las 24 horas del día y al que se podrá acceder en todo el mundo. Emitirá programas variados de un paquete de 4 horas seis veces al día. Algunos de los segmentos son la recitación del Sagrado Corán con traducción al turco, dichos del Santo Profeta (sa), palabras del Mesías Prometido (as), la traducción al turco de los sermones del viernes y una sesión de preguntas y respuestas. Su Santidad (aba) dijo que más de 20 países podrán beneficiarse de este canal de radio, como Azerbaiyán, Georgia, algunos países de la antigua Unión Soviética, y dondequiera que haya gente turca presente en el mundo. El departamento de Tabligh en Alemania ha tenido el honor de preparar este canal, y rezó por el éxito de este canal de radio, comentando que lo lanzaría después de las oraciones del viernes.

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) dijo que dirigiría las oraciones fúnebres en ausencia después de las oraciones del viernes. También dijo que el cuerpo de nuestro querido y amado Taalay aún no ha llegado al Reino Unido. Una vez que llegue en los próximos días, también dirigirá su oración fúnebre.

Muhammad al-Mukhar Qattah Sahib

Su Santidad (aba) mencionó acerca de Muhammad al-Mukhar Qattah, de Marruecos, que falleció a la edad de 73 años. A Al’lah pertenecemos y a Él volveremos. Juró su fidelidad en 2009 y era un ahmadi muy sincero. Era un experto en varios idiomas y le gustaba leer los libros del Mesías Prometido (as). Estaba a la vanguardia de los sacrificios financieros. Tenía una completa obediencia al Jilafat y era regular en el ofrecimiento de sus oraciones. Tenía tanto amor por el Sagrado Corán que lo leía todo el tiempo. También era un Musi.

Mahmood Ahmad Sahib

Mahmood Ahmad Sahib, falleció recientemente a la edad de 74 años en Qadian. Sirvió en Masyid Aqsa y Masyid Mubarak en Qadian durante mucho tiempo. Le sobreviven su esposa, dos hijos y una hija.

Sauda Sahiba

Sauda Sahiba, esposa de Abdur Rahman Sahib de Kerala. Falleció a la edad de 74 años el 22 de julio de 2021. Era la madre de Shamsuddin Sahib, el misionero encargado de Kababir. Era regular en el ofrecimiento de oraciones y en el ayuno. Tenía la costumbre de ayudar a los que la rodeaban. Le sobreviven su marido, cuatro hijos y dos hijas. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah Todopoderoso la elevara en su rango.

Syeda Mayeed Sahiba

Syeda Mayeed Sahiba, esposa del jeque Abdul Majeed Sahib de Faisalabad. Ha fallecido recientemente a la edad de 86 años. A Al’lah pertenecemos y a Él volveremos. Sus dos abuelos paternos fueron compañeros del Mesías Prometido (as). Sirvió a la Comunidad durante mucho tiempo en varios puestos. Antes de su muerte, regaló todas sus joyas a la Comunidad. Tenía un amor ilimitado por el Jilafat y lo inculcó a sus hijos. Era una Musia. Le sobreviven su marido, ocho hijos y muchos nietos y bisnietos.

Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah Todopoderoso conceda a todos los fallecidos el perdón y la misericordia y dijo que dirigiría sus oraciones fúnebres después de la oración del viernes.

Resumen elaborado por The Review of Religions.

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