Un modelo excelente
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Introducción

El Santo profeta Mohammad (sa) nació en La Meca en agosto del año 570 después de Cristo.  Se le puso por nombre Mohammad, que significa El Alabado. Para comprender su vida y carácter y la razón por la cual es un modelo excelente para quien le siga si se desea alcanzar el verdadero éxito, debemos tener una idea de las condiciones que prevalecían en Arabia en el momento de su nacimiento.

El Santo profeta, la paz y bendiciones de Al’lah sean con él, apareció en un momento en que el mundo se había corrompido totalmente, como Dios ha dicho: “la corrupción ha aparecido en la tierra y el mar.…” (Sagrado Corán, 30:42)

Esto significa que se habían corrompido tanto la gente del libro como los que no tenían experiencia de la revelación. El objetivo del Sagrado Corán era revivir a los muertos como se dice: “Sabed que Al’lah da la vida a la tierra después de su muerte…” (Sagrado Corán, 57: 18)

En aquel momento, la gente de Arabia se hallaba sumida en el barbarismo. No prevalecía ningún modelo social y se sentían orgullosos de todo tipo de pecados y mala conducta. Un hombre contraía matrimonio con un número ilimitado de mujeres, y todos estaban viciados con todo lo ilegal. Consideraban licito casarse con sus madres. Comían aves de rapiña y algunos de ellos eran incluso caníbales. No existía pecado alguno que no cometieran. La mayoría de ellos no creía en la vida después de la muerte. Muchos de ellos negaban la existencia de Dios. Mataban a las niñas recién nacidas con sus propias manos. Mataban a los huérfanos y consumían sus riquezas. Tenían la apariencia de seres humanos, pero estaban desprovistos de razón. Carecían de modestia, de vergüenza y de amor propio. Bebían vino como si fuera agua. Quién de entre ellos se entregaba sin escrúpulos a la fornicación era reconocido como el jefe de su tribu. Su ignorancia era tan supina que los pueblos vecinos los llamaban los iletrados.”

(https://www.alislam.org/book/philosophy-teachings-islam/)

En aquel momento y para la reforma de tal gente, apareció en La Meca nuestro señor y maestro, el Santo Profeta, la paz y bendiciones de Dios sean con él.

La necesidad de un ejemplo práctico intachable 

Desde el punto de vista religioso, los motivos son tan importantes como las acciones que se derivan de ellas. Son incluso más importantes. Las acciones también son importantes, pues son los síntomas y signos de los motivos invisibles. Sin embargo, una mejora en las acciones visibles no es garantía de mejora en los motivos visibles. Una mejora en los motivos invisibles, sin embargo, es una garantía de mejora en las acciones visibles. En general la pureza de corazón debe conducir a la pureza de conducta.

“La mejor forma de promover la pureza de corazón es a través de un ejemplo concreto. Una buena ley atrae nuestro entendimiento y razón, mientras que un buen ejemplo atrae nuestros motivos y sentimientos. Una buena ley nos impulsa a pensar, mientras un buen ejemplo nos impulsa a la acción.”

Existe un modo de eludir las dudas, y es aferrarse a una verdad y después asimilarla en nuestro carácter. Cuando se hace esto, las verdades no nos afectan como objetos de temor o diversión, sino que sirven como señal y guía para la acción y el logro. Para un hombre ordinario esta asimilación de las verdades en el carácter de cada día no es posible sin la influencia de ejemplos prácticos. El razonamiento puede favorecer nuestro entendimiento, pero no puede fomentar la abnegación que solamente un ejemplo vivo de auto sacrificio y abnegación puede ofrecer. Es posible que las palabras que se emplean en las plegarias sean las más apropiadas y persuasivas, pero nada inducirá a la devoción que se requiere en la plegaria salvo la contemplación de un orante real entregado a la plegaria.

Pero no debemos confundirnos. Un ejemplo puede ser engañoso y peligroso. Debe examinarse antes de permitir que nos produzca influencia. A menos que haya sido examinado y resulte satisfactorio, su imitación sólo dará como resultado individuos dominados por hábitos y una sociedad dominada por costumbres. Lo que necesitamos, pues, una enseñanza razonable, así como un ejemplo práctico impecable. Gracias a Dios, los Libros revelados por Él han sido revelados a los Profetas, no arrojados desde lo alto”.

¿Por qué un profeta? Los libros atraen nuestro conocimiento y los profetas, nuestro corazón. No es de extrañar que los profetas dejen una impresión mucho más profunda en el mundo que los filósofos y tengan éxito donde los filósofos fracasan. Los filósofos intentan aclarar nuestros pensamientos y no convertirnos a través de su buen ejemplo, mientras que los profetas hacen las dos cosas. Estimulan nuestro intelecto a través de sus libros, y nuestros corazones a través de su ejemplo. Sus enseñanzas registradas agudizan en sus personas atestiguan promueven la certeza, la fe y el fervor.

El Santo Profeta del Islam (sa)

Dios, al ser el Creador de los cielos y de la tierra, ha provisto plenamente tanto para las necesidades físicas del hombre como para sus requerimientos morales y espirituales. Hizo esto revelándose a Sus siervos elegidos, a quienes suscitó entre todos los pueblos. La revelación de Dios a sus siervos encontró su manifestación más perfecta en el Santo Profeta (sa). Para él Dios no solo se reveló en su manifestación más completa, sino que le otorgó el libro más perfecto e infalible en la forma del Corán, a través del cual su pueblo logró el agrado de Dios y obtuvo un gran éxito y eminencia en la vida.

Dios podría, si lo hubiera deseado, enviar ángeles a la tierra para transmitir el mensaje divino. Sin embargo, los ángeles no hubieran podido servir como ejemplo y modelo para los hombres. Por lo tanto, Dios siempre encomendó a los hombres la tarea de transmitir Su voluntad y que sirvieran de modelo y ejemplo para los hombres. “Mas si lo hubiésemos querido, habríamos creado de entre vosotros ángeles en la tierra para ser los sucesores en ella”. (Sagrado Corán 43:61, https://readquran.app/43:61)

Un modelo excelente

“Ciertamente, tenéis en el Profeta de Al’lah un modelo excelente para quien teme a Al’lah y al Último Día y quien recuerda mucho a Al’lah.” (Sagrado Corán 33:22)

El Santo Profeta (sa) era un ejemplo excelente, un modelo perfecto y una guía infalible de la humanidad para todos los tiempos. La bondad y la grandeza del Santo Profeta (sa) no tienen igual ni paralelo y son incomparables e inalcanzables.

“Qué mayor testimonio podría haber de la nobleza de carácter del Santo Profeta (sa) que el hecho de quienes eran los más cercanos a él y quienes mejor lo conocían lo amaban más que a nadie y fueron los primeros en creer en su misión: su querida esposa Jadiyah (ra), su amigo de toda la vida Abu Bákar (ra), su primo y yerno Alí (ra) y su esclavo liberado Zaid (ra). El Profeta (sa) fue el ejemplar más noble de la humanidad y un modelo perfecto de belleza y beneficencia. Destaca, sin paralelo, en todas las facetas diversas de su vida y carácter variados y es un excelente ejemplo que imitar y seguir por los hombres. Toda su vida se refleja en la historia.” (https://readquran.app/33:22)

  • Comenzó su vida como un niño huérfano y terminó siendo el árbitro de los destinos de toda una nación.
  • De niño era sosegado y digno y en el umbral de la juventud fue un ejemplo perfecto de virtud moral, rectitud y sobriedad.
  • A mediana edad ganó el título de Al-Amin, es decir, el fiel y veraz, y como hombre de negocios demostró ser muy honesto y escrupuloso.
  • Se casó con mujeres mucho mayores y mucho más jóvenes que él y todas ellas dieron fe de su fidelidad, amor y piedad.
  • Como padre fue muy cariñoso y como amigo, muy leal y considerado.
  • Llevó a cabo la enorme y difícil tarea de reformar a una sociedad corrupta y sometida a la persecución y al exilio, que le fue encomendada, con dignidad y decoro.
  • Luchó como soldado y dirigió ejércitos.
  • Halló la derrota y obtuvo victorias.
  • Legislaba y decidía casos.
  • Fue político, estadista, maestro y líder de los hombres.
  • Fue jefe de Estado y de la Iglesia y, como lo ha descrito un gran escritor, César y Papa a la vez; pero fue Papa sin las pretensiones del Papa, y César sin las legiones del César.
  • Sin un ejército permanente, sin guardaespaldas, sin palacio, sin ingresos fijos, si alguna vez algún hombre tuvo el derecho de decir que gobernó por derecho divino, ese fue Mohammad (sa), pues poseía todo el poder sin sus instrumentos y sin su apoyo.
  • Realizaba las labores domésticas con sus propias manos, dormía sobre una estera de cuero y su menú consistía en dátiles y agua o pan de cebada, y después pasar todo el día ocupado en diversos quehaceres, pasaba las horas de la noche en oración y súplicas hasta que sus pies llegaban a hincharse.

Ningún hombre, bajo circunstancias y condiciones tan cambiantes. hubo cambiado tan poco.

Reforma

Los árabes fueron liberados de todo tipo de tinieblas a través del Santo Profeta (sa). No sólo cobraron nueva vida, sino que también abandonaron la superstición, la ignorancia, la idolatría y la depravación moral. A través del Santo Profeta (sa), se convirtieron no solo en gobernantes temporales, sino también en maestros morales y espirituales del mundo. “Alif Lam Ra. Este es un Libro que te hemos revelado para que saques a la humanidad de todo tipo de tinieblas a la luz, por mandato de Su Señor, al camino del Poderoso, que merece alabanza.” (Sagrado Corán 14:2,

https ://www.alislam.org/quran/app/14:2)

Ya es bastante difícil reformar a un hombre, pero ¿reformar a toda una sociedad envuelta en siglos de conflictos feudales y el desorden?

El Santo Profeta (sa) predicaba lo que practicaba y practicaba lo que predicaba. De esta forma, el éxito que tuvo en llevar a la gente de la degeneración a amplias avenidas de progreso no tiene parangón en la historia del mundo.’ (https://www.alislam.org/library/books/Life -de-Muhammad.pdf)

“Mis compañeros son como estrellas. A cualquiera que sigáis, seréis guiados correctamente” (El Santo Profeta Muhammad (sa))

Un argumento concluyente para seguir el ejemplo del Santo Profeta (sa)

Su Santidad Mirza Ghulam Ahmad, fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía (la paz sea con él), quien afirmó ser el profeta subordinado, un profeta entre los seguidores del Santo Profeta Muhammad (sa), el Mesías Prometido y Mahdi (guiado), y la segunda venida metafórica de Jesús (as) de Nazaret, dijo:

“Los compañeros venerados, que Al’lah esté complacido con todos ellos, son una prueba luminosa del carácter bendito del Santo Profeta (sa)…” (https://www.alislam.org/companions/)

La luz que brinda un Profeta no debe iluminarse por sí misma sino que también debe iluminar a los demás. La fe que consigue iluminar a los demás será juzgada por la razón como viva y verdadera, de lo contrario no tendrá vida.

El Mesías Prometido (as) dice:

“Supongamos que hubiera realmente un profeta que fuera santo, pero no fuera capaz de purificarnos a ninguno de nosotros; que manifestara milagros, pero fuera incapaz de conferir poderes a nadie para hacer lo mismo; que fuera receptor de revelación, pero no pudiera dispensarnos esta cualidad a ninguno de nosotros; ¿Qué beneficio nos aportaría tal profeta? Sin embargo, toda la alabanza y benevolencia pertenecen a Al’lah: nuestro Maestro y Mensajero, el Sello de los Profetas, Muhammad, el Elegido, la paz y las bendiciones de Dios sean con él, no era así. Bendijo, según las capacidades individuales, a todo un mundo con la luz con la que fue agraciado y fue reconocido por sus signos luminosos. Fue enviado como la luz eterna y no apareció ninguna luz eterna semejante antes que él.” (https://www.alislam.org/book/conclusive-argument-favour-islam/registered-letter-sent-christians-jandiala-13-may-1893/)

El Mesías Prometido (as) fue iluminado por el Santo Profeta Muhammad (sa) por seguir estrictamente su ejemplo. De esta forma, mostró que ambas formas de luz siguen estando tan frescas en el islam y el Corán como lo estaban en la época del Santo Profeta (sa).

Sobre su propio estado afirma:

“Se me ha otorgado este rango y estatus a través de una completa sumisión y [mi] verdadero amor por el Santo Profeta (sa). Por eso este mensaje es para el mundo entero; todos deben amar a este profeta y seguirlo. De esta forma, la persona podrá establecer una conexión con el Dios Altísimo y convertirse en un verdadero creyente que adopta la Unidad de Dios”. (https://www.alhakam.org/advenimiento-del-mesias-prometido/)

La auténtica felicidad

En última instancia, lo importante es la verdadera felicidad y la paz, que ciertamente pueden convertirse en realidad siguiendo el ejemplo del Santo Profeta (sa).

El Santo Profeta (sa) tenía tal consuelo en su corazón que se podía ver la veracidad de las palabras de Dios en este bello versículo del Sagrado Corán, que encarna una verdad grande y muy natural:

“Aquellos que creen, y cuyos corazones encuentran consuelo en el recuerdo de Al’lah. ¡Sí! Es en el recuerdo de Al’lah donde los corazones pueden encontrar consuelo” (Sagrado Corán 13:29)

Ni siquiera aquellos que disfrutan de todas las comodidades del mundo pueden hacer una comparación. ¿Qué era entonces lo que tenía el Santo Profeta (sa)? Quizá algo de lo que muchos echan de menos y buscan “…cuyo nombre han olvidado y pretenden encontrar en distintas cosas en las que se ocupan vez en cuando…” (https://www. alislam.org/library/books/Philosophy-of-Teachings-of-Islam.pdf)

“…Cuanto mayores son los míseros bienes de esta vida que obtiene la gente del mundo, mayor es su apetito y el consiguiente ardor de su corazón. Sin embargo, los que buscan a Dios, cuanto más se vuelven a Él, mayor es su paz mental. Esto demuestra que la búsqueda de Dios es el anhelo más íntimo de la naturaleza humana y el verdadero objetivo de la vida del hombre, y cuando se alcanza esa meta, el hombre comienza a disfrutar de una perfecta paz interior, pues descansa, por así decirlo, en el regazo mismo del Dios Omnisciente y Todopoderoso, Hacedor y Controlador del universo. ¡Ojalá la gente del mundo se hubiera dado cuenta de este gran secreto de la felicidad!” (https://www.alislam.org/quran/app/13:29)

Nuestro amor por las cosas mundanas es un indicio de nuestra búsqueda del Verdadero Amado, para alcanzar la verdadera felicidad y paz.

“La riqueza es no poseer muchas pertenencias, la riqueza es, más bien, la alegría del alma” (El Santo Profeta Muhammad (sa))

Estáis aquí porque deseáis mejorar vuestra vida, queréis tener éxito sin sentiros miserables. Echemos ahora un vistazo a la vida diaria del Santo Profeta Muhammad (sa), considerado, no solo por los musulmanes sino también por los no musulmanes, como la persona más influyente de la historia, debido a su impacto global a nivel religioso y secular (Las 100 personas más influyentes de todos los tiempos de Michael Hart). Su vida diaria inspirará y nos convencerá a seguir su ejemplo, y cualquiera que quiera mejorar su vida podrá comprobar por qué puede ser una guía a seguir, no solo respecto a la parte religiosa en especial, sino respecto a cualquier aspecto de su vida.

Rutina diaria

“La vida del Santo Fundador del Islam (sa) es como un libro abierto, donde se pueden encontrar detalles interesantes en cualquiera de las páginas que se abra. Ninguna vida de ningún otro Maestro o Profetasa es tan fácil de estudiar ni se ha registrado mejor que la vida del Santo Profeta (sa). Es cierto que esta abundancia de hechos registrados ha dado su oportunidad a los críticos maliciosos. Pero también es cierto que después de examinarse y eliminarse las críticas, ninguna otra vida es capaz de inspirar una fe y devoción equiparables. Las vidas oscuras escapan a la crítica, pero no logran inspirar convicción y confianza en sus seguidores. Siempre quedan algunas decepciones y dificultades. Pero una vida tan rica en detalles registrados como la del Profeta (sa) inspira reflexión y, después, convicción. Cuando se eliminan las críticas y las conclusiones falsas, tal vida está destinada a ganarse todo nuestro cariño para siempre”. (https://www.alislam.org/book/introduction-study-holy-quran/)

Debería ser evidente, sin embargo, que la historia de una vida tan abierta y rica no puede ser contada ni siquiera brevemente. Sólo se puede intentar echar un vistazo. Pero incluso un vistazo vale la pena. Un libro religioso, como decimos, no tendrá mucho atractivo a menos que su estudio se complemente con el conocimiento de su Maestro.

Cuando se le pidió que describiera el carácter del Profeta (sa), la esposa del Santo Profeta (sa), Hazrat Aisha (ra), respondió de inmediato que su carácter era el Corán (Sunan Abu Dawud). Hacía lo que el Corán le enseñaba, y lo que el Corán enseñaba no era otra cosa que lo que practicaba.

“Hazrat Aisha (ra) expresó una verdad grande e importante en una pequeña frase: es imposible que un maestro verdadero y honesto enseñe una cosa y practique otra, o practique una cosa y enseñe otra. El Profeta (sa) fue un maestro verdadero y honesto. Esto es lo que, efectivamente, Aisha (ra) quería decir. Practicaba lo que predicaba y predicaba lo que practicaba. Conocerlo es conocer el Corán y conocer el Corán es conocerlo a él.” (https://www.alislam.org/book/introduction-study-holy-quran/)

Se dice que el rey de Persia había dividido sus días del siguiente modo: Los días de la primavera estaban reservados para el descanso y el sueño; los días nublados eran para la caza; los días de lluvia se reservaban para la bebida, festejos y diversión; y cuando el día era brillante y claro, el rey celebraba su corte y escuchaba las quejas públicas. Así son los días de la gente mundana que no piensa en el Más Allá.

El Santo Profeta Muhammad (sa), al contrario, había dividido permanentemente su día en tres partes, al margen de las condiciones. Una parte del día se reservaba para la adoración, la segunda para su familia y la tercera para sus propias necesidades personales. La mayor parte del tiempo que se reservaba para sí mismo estaba destinado al servicio de la humanidad. (Ash-Shifa’ Ba-ta’rif Haqüqul Mustafa, lil-Qadi ‘Iyad, Vol. 1, pág. 174, Darul Kitab al-Arabi)

Rutina de la mañana

  • Según las tradiciones, el Santo Profeta Muhammad (sa) comenzaba el día con la oración Tahayyud (oración voluntaria de antes del amanecer). Antes de la oración, realizaba la ablución, se limpiaba los dientes con miswak (un trozo de rama de árbol que se emplea para este fin) y se lavaba bien la boca. Después se ponía de pie y ofrecía una larga y bella oración de Tahayyud, en la que recitaba largos capítulos del Sagrado Corán. Esta oración se prolongaba tanto que sus pies llegaban a hincharse.
  • Después solía descansar un rato. Más tarde, si alguien de su familia se hallaba despierto en ese momento, conversaba con ellos, de lo contrario, descansaba un rato más.
  • Pero en cuanto oía la llamada a la oración de Hazrat Bilal (ra), se levantaba rápidamente y ofrecía dos rakats breves de Sunnah, y después procedía a dirigir la oración de Fállar en la mezquita. Si alguna vez se perdía la oración de Tahajjud a causa de alguna enfermedad, ofrecía Nawafil (oración voluntaria) durante el día. (Sahih Muslim, Kitabul Fada’il, Bab tabassamah sallallahu ‘alaihi wasallam wa husan ashratahu wa Kitabus Salat, Bāb fadlal jalus fi mislah ba’dassubha wa fadlul masajid)
  • Después de la oración de Fállar, el Santo Profeta Muhammad (sa) solía preguntar por sus compañeros y se sentaba con ellos hasta el amanecer. A veces hablaban de la época anterior al islam. El Santo Profeta Muhammad (sa) solía preguntar si alguien había tenido algún sueño. Se alegraba cuando el sueño era bueno y lo interpretaba. A veces incluso relataba sus propios sueños. (Şahih Muslim, Kitabur Ru’ya’, Bab Ru’ya’ an-Nabi; Sahih Bukhari, Kitabur Ru’ya’)
  • El Santo Profeta Muhammad (sa) planificaba su día por la mañana. Si no veía a nadie en la mezquita durante dos o tres días, solía preguntar por él. Si tal persona se hallaba de viaje, el Santo Profeta (sa) oraba por él, y si estaba en la ciudad o se hallaba enfermo, solía visitarlo. (Kanzul ‘Ummal, V. 7, p. 153.)
  • Cuando fallecía alguien, atendía su funeral y consolaba a la familia de la persona fallecida.
  • Tras concluir con sus deberes públicos, solía ir a su casa y preguntar si había algo para comer. Si había alimento, comía y si no había nada, decía: “Está bien, ayunemos hoy”. (Musnad Ahmad, vol. 6, pág.45) (https://www.alislam.org/book/muhammad-perfect-man/)

Una rutina matutina es fundamental para el éxito en la vida. ‘Una rutina matutina marca la pauta para todo el día, y si se hace correctamente cada día, se hará bien toda la vida” (https://www.huffpost.com/entry/morning-routines_b_8042428) De lo contrario, nos sentiremos agobiados y desorganizados. Una rutina matutina también evita el cansancio mental. Una mínima variación en las primeras horas de la mañana generará una sensación de control, reducirá la ansiedad y hará que la persona sea más productiva durante el resto del día.

Oraciones

El Santo Profeta (sa) siempre comenzaba sus días con oraciones, al igual que los que siguieron sus pasos, sin excepción. Esto no cambió nunca. El resto de su rutina diaria mostrará que las oraciones se realizaban todos los días a lo largo de todo el día. La gente habla de meditación y yoga a primera hora de la mañana. Esto está bien, pero cuando no se trata solo de uno mismo, sino también de quien está al lado, la experiencia es completamente distinta. El hecho de que necesitemos tal rutina demuestra que tenemos un hambre espiritual que solo puede quedar satisfecha con una conexión espiritual con un Ser Consciente. ¡Nos sentimos miserables porque no estamos considerando remedios espirituales para problemas espirituales!

En el fondo, sabemos que existe un objetivo y que estamos aquí por una razón. Al pensar en alimento espiritual muchos piensan en meditación. Pero la meditación sigue siendo algo físico, algo que actúa en nuestra mente. Aunque tenga un aspecto espiritual y ejercite hasta cierto punto el rigor o metodología espiritual, carece del ingrediente clave y fundamental que es la comunicación con Dios. Tiene que haber alguien al otro lado, de lo contrario, solo estaremos hablando con nosotros mismos o reflejando el hecho de que estamos solos.

Al final del día, la persona que se acerca a Dios y recibe la respuesta divina conseguirá establecer una buena relación espiritual que desembocará en un diálogo vivo y una comunicación con Dios. Es entonces cuando nos alimentamos espiritualmente. Es entonces cuando nos damos cuenta de que ese es nuestro objetivo. Mi propósito era la adoración a Dios, Su comprensión y completa devoción a Él y sin ello, en cierto sentido, no valdría la pena vivir la vida. En última instancia, ese es el propósito de cada cosa creada que tiene propiedad de reconocer realmente a su Creador. Si reflexionamos a fondo, no puede existir otro propósito, pues es lo único que tiene un valor intrínseco y lo único que perdura.

¡Imaginad que experimentáis eso cada mañana!

A medida que profundizamos en la rutina diaria del Santo Profeta (sa), comprobaremos que la oración era un aspecto constante e inalterable de su vida. Él (sa) dijo:

“El deleite de mis ojos está en la oración” – El Santo Profeta Muhammad (sa)

El Mesías Prometido (as) dice:

¨Al reflexionar, se hace evidente que la relación que sustenta la ley de la naturaleza es la relación exacta que se encuentra en la oración. Algunas personas consideran que la oración es una creencia inventada…” Pero evidentemente no lo es. “Cuando un niño se vuelve inquieto por el hambre y grita y llora pidiendo leche, el pecho de la mujer comienza a llenarse de leche. Un niño no tiene ninguna idea de la oración, pero vemos cómo los llantos de un niño producen leche. Si una persona tuviera en cuenta la relación que tiene un niño con su madre y reflexionara sobre la filosofía de la oración, comprobaría que es muy simple y fácil de entender. Suplica y aceptaré. Esta no es una frase vacía, sino que es una característica inherente de la naturaleza humana…’

“La oración es un estado de tal felicidad que, desafortunadamente, no encuentro palabras para poder describir plenamente esta alegría y placer ante el mundo. Esto solo se puede entender cuando alguien lo experimente por sí mismo”.

¿Qué es la oración formal? Es una forma especial de súplica a la divinidad… ¿Qué necesidad tiene el Ser Independiente de que el hombre le ore, ensalce Su gloria y Lo alabe, siendo, como es, implorado por todos? De hecho, es el hombre el que obtiene beneficio y alcanza su objetivo a través de estos medios… no hay nada en la tierra en lo que Al’lah el Exaltado no haya infundido con la característica de otorgar placer de una forma u otra. Al’lah, el Exaltado, ha creado al hombre para que pueda adorarlo. ¿Por qué entonces no habría placer ni deleite en esta adoración? Existe definitivamente placer y deleite en la adoración. Si tan solo hubiera alguien que lo recibiera… ¿No posee el hombre una lengua para poder experimentar el gusto, el sabor y la sensación que se asocia con estas cosas? ¿No extrae el hombre placer al mirar cosas hermosas, ya sean plantas o minerales, animales u otros seres humanos? ¿No obtienen placer los oídos de las voces atractivas y hermosas? ¿Se requiere acaso algún argumento adicional para demostrar la oración produce placer?’ (https://www.alislam.org/book/malfuzat-volume-1/)

¿Es posible, pues, que el verdadero éxito provenga de esto? ¡Por supuesto que sí!

En el islam, las oraciones son un agente purificador para el hombre. A través del culto el hombre alcanza la certeza del conocimiento que disipa la duda y ayuda a establecer un contacto real y vivo entre él y su Creador. “Quienes creen en lo invisible y observan la oración, y gastan de lo que les hemos provisto;’ (Sagrado Corán 2:4, https://www.alislam.org/quran/app/2:4)

Por tanto, el culto perfecto es sólo aquel en el que tanto el cuerpo como el alma desempeñan su parte. Y este es uno de los aspectos más importantes de la vida del Santo Profeta (sa), así como de aquellos que lo siguieron. Esto los condujo al éxito. Adoraban a Dios porque sabían que era para su propio beneficio, no para el beneficio de Dios. Los mandamientos de Dios son para la guía del hombre. El que advierte a un ciego de un pozo enfrente suyo no suele maldecirlo. Un médico tampoco perjudica a ningún paciente que sufre cuando le da una receta.

Su Santidad Mirza Masrur Ahmad, actual Líder Mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía afirma:

“Los científicos de hoy en día también reconocen… que las oraciones son un medio de regulación y disciplinan a la persona…” “Una religión, en esencia, es aquella que debe entenderse, solo entonces se podrá seguir realmente sus enseñanzas.” (https://www.youtube.com/watch?v=9VJoxrZQ1uc)

Limpieza

Además, veamos cómo el Santo Profeta (sa) cuidaba de la limpieza a primera hora de la mañana.

La mayoría de nosotros nos duchamos, nos cepillamos los dientes, nos ponemos ropa limpia, etc., lo cual es un buen hábito, pero si nos diéramos cuenta de su verdadero significado y del modo en que nos beneficia internamente se convertirá más en placer que en necesidad:

“Estos son los dos estados del hombre. Quien desee desarrollar un estado interior de rectitud y pureza deberá estar también físicamente limpio… La limpieza física alienta y fomenta la pureza interior. Si la persona es negligente en este aspecto y no se limpia, por ejemplo, después de defecar, no desarrollará la mínima pureza interior. Por lo tanto, recordad que la limpieza exterior es necesaria para la pureza interior…” [El Mesías Prometido (la paz sea con él), https://www.alislam.org/book/malfuzat-volume-1/]

Reflexionemos ahora en nuestra propia rutina matutina y hagamos una comparación. ¡Quizás un buen punto de partida sería no agarrar el teléfono a primera hora de la mañana!

Durante el día

  • Se sabe que los gobernantes mundanos y los nobles delegaban sus deberes en sus ministros y se entregaban a sus propios placeres, pero este no era el modo de vida del Santo Profeta Muhammad (sa). Él mismo dirigiría las cinco oraciones diarias, así como las oraciones del viernes y de Id.
  • Ayudaba a sus esposas con las tareas del hogar y nunca consideró que trabajar con sus propias manos mermara su dignidad. Hazrat Aswad bin Yazid dice que preguntó a Hazrat Aisha (ra), la esposa del Santo Profeta (sa): “¿Qué hacía el Santo Profeta (sa) en su casa?” Ella respondió: “Se mantenía ocupado en ayudar a los miembros de su familia, y cuando llegaba el momento de la oración, salía a rezar”.
  • Como un hombre común, cosía y remendaba su propia ropa, reparaba sus zapatos, cuidaba del ganado y lo ordeñaba y ayudaba a los sirvientes cuando  estaban cansados. (Musnad Ahmad, V. 6, p. 121 y Usudul Ghabbah, V. 1, pág. 29)
  • Cuidaba de los vecinos y les ordeñaba las cabras. (Musnad Ahmad, V.5, pág.111.)
  • Una de las tareas más importantes y delicadas que tuvo que realizar el Santo Profeta Muhammad (sa) fue la salvaguardia de la Revelación del Sagrado Corán. La mayor parte de su tiempo la dedicaba a este propósito. Solía llamar inmediatamente al escriba para hacer constar la revelación por escrito. (Bujari Bada’ul Wahiwa Fada’ilul Corán)
  • Solía ​​almorzar con su sirviente y ayudarlo siempre que se agotaba moliendo el trigo.
  • Solía ​​estrechar la mano de todos, fueran ricos o pobres, y siempre era el primero en decir “Salam” (paz).
  • Siempre aceptaba las invitaciones, aunque fuera para comer dátiles ordinarios, y nunca se sentía ofendido.

Por la tarde

  • Después de Zóhor, si las circunstancias lo permitían, el Santo Profeta Muhammad (sa) descansaba un rato. Decía: “Sacad fuerzas para la adoración nocturna a través del descanso de la tarde”. (Al-Mu‘jamul Kabir por Tibrani, V. 11, pág. 245.)
  • Al completar la oración de Zóhor, el Santo Profeta (sa) solía discutir otros temas inspiradores con la congregación. Después, salía de nuevo y regresaba a su casa para comprobar cómo estaba su familia, hacer más oraciones voluntarias. A menudo, salía con los compañeros para gestionar cualquier asunto preocupante de la ciudad, como se espera de un líder.
  • Después de la oración de Ásar, el Santo Profeta Muhammad (sa) visitaba a sus esposas. (Musnad Ahmad bin Hambal, V. 6, pág. 59) Sus casas se hallaban situadas en un recinto próximas entre sí.
  • Por la noche, las esposas se reunían en la vivienda donde se hospedaba el Santo Profeta Muhammad (sa) y conversaba con ellas.
  • No le gustaba dormir antes de la oración de Isha, para no perderse la oración.

Al anochecer

  • Al oír la llamada a la oración de Magrib, acudía a la mezquita para dirigir a la congregación y después regresaba a su hogar.
  • En su casa, comía con gracia con su esposa para hacerla feliz. Por ejemplo, le daba de comer con sus propias manos y bebía de la misma taza, y no se quejaba nunca, aunque no le gustara la comida.
  • En ocasiones venían compañeros y comían todos juntos, y mantenían discusiones sobre religión y sociedad.
  • Después de Isha, el Santo Profeta (sa) regresaba a casa y rezaba más oraciones opcionales, y dedicaba más tiempo a la familia.
  • Después de Isha, no le agradaba malgastar el tiempo en chismes y conversaciones vanas, pero a veces se reunía con Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Umar (ra) por la noche para consultas importantes. (Musnad Ahmad bin Hambal, V. 1, pág. 26.)
  • Le gustaba dormir temprano y terminar su trabajo antes de Isha para poder despertarse para Tahayyud. (Bujari y Tirmidi Kitabus Salat.)
  • Solía despertarse a mitad de la noche y comenzar una conversación de corazón con su Señor. Ofrecía Tahayyud durante toda la noche, especialmente durante el último tercio de la misma. (Bujari Kitabut Tahajjud) (https://www.alislam.org/book/muhammad-perfect-man/)

Podemos comprobar lo mucho que conseguía hacer incluso antes de ponerse  el sol: adoración, tiempo con la familia, aconsejar a las personas necesitadas, tareas domésticas y una siesta. Es posible que muchos de nosotros no consigamos hacer todo esto, aunque se nos diera un día completo, ¡y mucho menos medio día!

Posiblemente nos preguntemos como es posible lograr este nivel de productividad. El Santo Profeta (sa) pudo lograr esto porque dedicó su vida por completo al servicio de Dios y Sus criaturas. (https://www.alislam.org/book/muhammad-seal-prophets/excellent-exemplar/) En esencia, este es el auténtico modo de alcanzar la paz interior y exterior. Los compañeros que siguieron al Santo Profeta (sa) no solo evitaron a diario aquello que perjudica la relación del hombre con Dios, sino también lo que perjudica a la relación entre hombre y hombre. Vivían para Dios y solo lo miraban a Él. La paz que el mundo presenció en su época sigue siendo incomparable. De hecho, no puede existir la paz a menos que estemos dedicados a Dios. “Hombres, adorad a vuestro Señor, que os creó a vosotros y a los que os precedieron, para que seáis justos’ (Sagrado Corán 2:22, https://www.alislam.org/quran/app/2:22)

Observando la rutina diaria del Santo Profeta (sa) también nos damos cuenta de que el islam no ve con buenos ojos esa huida del mundo que el cristianismo inculca entre sus devotos. No debemos negar nuestra porción de las cosas buenas del mundo. De hecho, en otro lugar del Corán se insta a los creyentes a orar a Dios “para que les conceda el bien de este mundo, así como el bien del otro mundo” (Sagrado Corán 2:202). La búsqueda de las cosas buenas de este mundo no debe hacernos olvidar la búsqueda de las cosas buenas del Más Allá. El islam no es una religión de monjes ni reclusos, sino de hombres piadosos y justos del mundo. “Y busca, en lo que Al’lah te ha dado, la morada del Más Allá; y no olvides tu parte en este mundo; y haz el bien a los demás como Dios lo ha hecho contigo; no pretendas hacer el mal en la tierra pues en verdad Al’lah no ama a quienes hacen el mal”. (Sagrado Corán 28:78, https://readquran.app/28:78)

Después de examinar todo lo anterior, llegamos a la conclusión de que es necesario un ejemplo intachable concreto, y esa necesidad queda satisfecha a través del Santo Profeta Muhammad (sa). A través suyo, se adquirirá la pureza de corazón que conducirá a la pureza de conducta. La buena ley que le fue revelada atrae nuestro entendimiento y razón, y su buen ejemplo conquista nuestros motivos y sentimientos. Si asimilamos la verdad que el Santo Profeta (sa) predicaba y practicaba y la integramos en nuestro carácter, nos servirá como señal y guía para la acción y el logro. ¡De hecho, nada de esto sería posible si no se sigue la enseñanza razonable revelada al Santo Profeta Muhammad (sa) y su ejemplo práctico impecable!

“Quienes siguen al Mensajero, El Profeta, el Iletrado, a quien encuentran mencionado en la Torah y en el Evangelio que están con ellos. Él les ordena el bien y les prohíbe el mal, y hace lícitas para ellos las cosas buenas e ilícitas las cosas malas, retirando de ellos las cargas y los grilletes que les aprisionaban. Por lo tanto, quienes crean en él, lo honren y apoyen, lo ayuden y sigan la luz que ha sido revelada con él, esos serán los que prosperen”. (Sagrado Corán 7:158, https://readquran.app/ 7:158)

Conclusión

Es preciso examinar un ejemplo antes de dejar que nos influya y hemos examinado el ejemplo del Santo Profeta (sa), aunque sólo haya sido un simple vistazo. Pero incluso este vistazo merece la pena, ya que produce satisfacción al corazón puro e imparcial.

“Tenemos a nuestra disposición el testimonio colectivo que su propia gente dio sobre su carácter antes de que él (sa) declarara ser Profeta. En aquella etapa era conocido entre su gente como “El Fiel” y “El Veraz”. (Sirat Ibni Hisham) Existen muchas personas a las que no se acusa de deshonestidad. También hay un gran número de personas que nunca están expuestas a pruebas o tentaciones extremas, quienes en los asuntos y problemas ordinarios de la vida se comportan con honestidad e integridad. Sin embargo, no se les considera dignos de ninguna distinción especial por ese motivo. Las distinciones especiales solo se confieren cuando la vida de una persona refleja una elevada cualidad moral de forma destacada”.

Por lo tanto, el mero hecho de que un hombre sea veraz y digno de confianza no indica que posea eminencia en estos aspectos. Sin embargo, cuando un pueblo entero se une para conferir a un individuo los títulos de “El Fiel” y “El Verdadero”, esto demuestra la posesión de cualidades excepcionales. A través de siglos de la historia árabe, el Santo Profeta del islam (sa) fue el único a quien su pueblo le confirió los títulos de “el Fiel” y “el Verdadero”. Esto demuestra el hecho de que el Santo Profeta poseía cualidades en un grado tan sublime que, según el conocimiento y memoria de su pueblo, ningún otro individuo podía ser considerado como igual en estos aspectos. Los árabes eran bien conocidos por su agudeza mental y lo que eligieron como inusitado debió haber sido excepcional y único.” (https://www.alislam.org/book/introduction-study-holy-quran/ )

La fe firme en las verdades eternas y la observación práctica de las mismas en nuestras tareas de la vida cotidiana constituyen una garantía segura para una vida feliz, contenta, próspera y progresiva. La razón humana sin la ayuda de una guía revelada no puede ser una guía segura. La guía divina recibida a través de los grandes Mensajeros de Dios es la que puede llevar con seguridad a la meta deseada. No obstante, una persona buena y magnífica no será capaz de producir ninguna reforma real y permanente por sí sola a menos que transforme todo el entorno, pues el hombre está muy influenciado por su entorno. Por lo tanto, adoptar los principios e ideales correctos y predicarlos a otros, tras estudiar la vida del Santo Profeta (sa) ayudará a crear una atmósfera saludable alrededor suyo. También les ayudará a no desanimarse ni desalentarse ante las dificultades de la vida, más bien, les ayudará a soportarlas con paciencia y fortaleza. Estas son las reglas de oro que, de observarse, nos conducirán a una vida de éxito y feliz. “Excepto quienes creen y practican el bien, se exhortan mutuamente con la verdad y se animan recíprocamente a ser perseverantes. (Sagrado Corán 103:4, https://readquran.app/103:4)

Una persona inteligente que estudia la vida del Santo Profeta (sa) y no queda satisfecha con los fenómenos naturales al verlos, sino que profundiza en su fuente y origen, obtendrá un gran conocimiento y un gran logro, especialmente en cuanto a la creencia. en Dios, Quien es la fuente de toda la creación.

Cuando el creyente reflexiona sobre la creación del universo y el orden y diseño maravilloso existente y cuando, como resultado de esta reflexión, se convence de la existencia del Creador, sentirá un anhelo irresistible de tener una unión real y verdadera. Esto hallará su consumación en la observancia de la oración.

Por último, el creyente que logra establecer un contacto vivo con su Creador, se sentirá impulsado internamente a servir a sus semejantes que, siendo criaturas de su propio Señor y Maestro, son miembros de la gran familia a la que él mismo pertenece. Entonces, para satisfacer sus necesidades y requerimientos, empleará voluntaria y libremente de la riqueza, el conocimiento o cualquier otra cosa que Dios le haya otorgado. (https://www.alislam.org/quran/app/2:4)

Este es el propósito del estudio de la vida del Santo Profeta (sa). Cuando la persona profundice en ella y lo implemente en su vida, podrá encontrar a Dios y  la verdadera paz y felicidad, al igual que todos los compañeros del Santo Profeta (sa). A través de su ejemplo noble y purificador, nos volveremos sinceros, devotos y justo. La enseñanza que transmitió refinará nuestro intelecto; la filosofía de su enseñanza engendrará en nosotros la certeza de fe y su noble ejemplo nos purificará el corazón y perfeccionará nuestro carácter.  . “Él es Quien suscitó entre el pueblo inculto un Mensajero de entre ellos que les recita Sus Signos, los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría, aunque previamente habían estado en un evidente extravío.” (Sagrado Corán). 62:3, https://readquran.app/62:3) En resumen, esto es lo que conduce al bienestar espiritual del hombre. Este es el antídoto. Aún está disponible y es efectivo y seguro. Millones se han curado.

Ahora depende de nosotros decidir si queremos compartir este tesoro incalculable y asegurar el éxito en este mundo y en el Más Allá.

“Mustafa (sa) [el Profeta Muhammad (sa)] es un reflejo del rostro de Dios,

Todos los atributos de lo divino se reflejan en su persona.

Si no has visto a Dios, contémplalo;

Verdaderas son sus palabras: “Quien me ha visto a mí, ha visto a Haqq [Dios]’”. – El Mesías Prometido (as) (Barahin-e-Ahmadiyya Parte 4. pág. 416)

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