Nota importante
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) envió el mismo mensaje a todos los líderes mundiales abajo mencionados. Por lo tanto, hemos publicado el texto completo de una de las cartas, al Presidente de Francia, como muestra, para reflejar el mensaje uniforme enviado a todos los demás líderes abajo mencionados. Hemos incluido la fecha en que cada carta fue enviada al líder correspondiente. Su Santidad añadió la siguiente línea en su carta al Presidente Donald Trump de los Estados Unidos de América:
“… es imperativo que el líder de la nación dé ejemplo al resto de la sociedad. En aras de la paz y la armonía de cualquier nación, es un requisito previo que el gobierno, las autoridades locales y los organismos encargados de hacer cumplir la ley traten a todos sus ciudadanos por igual, independientemente del color de su piel o su origen étnico. A este respecto, la expectativa de justicia absoluta y no discriminación del líder de un país como los Estados Unidos es especialmente alta”.
Esta carta ha sido enviada a:
- Presidente de la República Francesa; Su Excelencia Emmanuel Macron. 5 de junio de 2020
- Presidente de China; Su Excelencia Xi Jinping. 5 de junio de 2020
- Canciller de Alemania; Su Excelencia Angela Merkel. 2 de junio de 2020
- Primer ministro de la India; Narendra Modi. 2 de junio de 2020
- Primer ministro de Israel; Su Excelencia Benjamin Netanyahu. 2 de junio de 2020
- Primer ministro alterno de Israel; Su Excelencia Benjamin Gantz. 19 de junio de 2020
- Primer ministro de Japón; Shinzo Abe. 5 de junio de 2020
- Presidente de la Federación Rusa; Su Excelencia Vladimir Putin. 5 de junio de 2020
- Primer ministro del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte; Su Excelencia Boris Johnson. 2 de junio de 2020
- Presidente de los Estados Unidos de América; Su Excelencia Donald J. Trump. 2 de junio de 2020
Modelo de carta enviada al primer ministro de la República Francesa
Mubarak Mosque
Sheephatch Lane
Tilford, Surrey
GUlO 2AQ
United Kingdom
Presidente de la República Francesa,
Su Excelencia Emmanuel Macron
Palais de l’Elysee
55, Rue du Faubourg Saint-Honore
75008 Paris, Francia
5 de Junio 2020
Estimado Señor Presidente:
Le escribo para expresarle mi más sincero pésame y condolencias a usted, a su gobierno y a los ciudadanos de su nación por las personas que han perdido la vida en las últimas semanas, debido a los devastadores efectos de la pandemia del COVID-19.
Esta virulenta enfermedad ha causado una inmensa ansiedad y angustia a personas de todas las naciones, independientemente de si son jóvenes o viejos, ricos o pobres, poderosos o débiles. El virus ha magnificado la vulnerabilidad y la fragilidad de los seres humanos, por lo que ninguno de nosotros puede estar seguro de lo que el futuro traerá.
Desde hace algunos meses, los gobiernos se esfuerzan, según sus medios, por controlar el brote y, en última instancia, por eliminar la amenaza de COVID-19 lo más rápidamente posible. Su gobierno también ha tomado medidas para combatir la propagación del virus y para tratar a quienes sufren sus efectos nocivos y, afortunadamente, los resultados de las medidas preventivas y los tratamientos parecen estar funcionando y han ralentizado la propagación del coronavirus.
No obstante, considero que es mi deber y obligación, como líder religioso de la Comunidad Musulmana Ahmadía internacional, traer a su atención mi firme convicción de que esta pandemia debe hacer reflexionar a todas las naciones y a sus líderes. Creo firmemente que confiar únicamente en los medios materiales y mundanos para hacer frente a la situación excepcionalmente peligrosa a la que se enfrenta el mundo, es inadecuado e insuficiente. Más bien, todas las naciones deben preguntarse por qué y cómo este virus se ha propagado tan rápidamente, ha causado tanta miseria, y ha provocado el estancamiento total de gran parte del mundo. La actividad humana por sí sola no justifica el hecho de que este virus haya tenido consecuencias tan extensas y debilitantes, por lo que, como líder religioso y persona de fe, creo que las tribulaciones de las últimas semanas se han producido según el Decreto de Dios Altísimo y como una grave advertencia a la humanidad para que se reforme y renuncie a toda forma de injusticia y crueldad. Esta pandemia es un mensaje evidente para la humanidad que dirige la atención de las personas de todo el mundo a volverse hacia Dios Altísimo y a cumplir con Sus derechos y con los de nuestros semejantes.
Debo aclarar que la Comunidad Musulmana Ahmadía se estableció en 1889 en el pequeño pueblo indio de Qadian y su fundador, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as), afirmó que fue enviado como reformador por Dios Altísimo. Su misión era reformar a la humanidad y dirigir su atención hacia su Creador y hacia el cumplimiento de sus responsabilidades con el prójimo.
Su Santidad, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as) dijo:
“La cuestión de la fe o de la incredulidad de una persona se decidirá en el Más Allá. Estos desastres naturales o calamidades que ocurren, o a través de los cuales las naciones del pasado fueron destruidas, no se debieron sólo a su incredulidad. Más bien fueron arruinadas como resultado de su arrogancia, transgresiones y crueldades. Ni siquiera el Faraón pereció por su incredulidad, sino por las injusticias y brutalidades que cometió”.
Además, no basta con que seamos conscientes de nuestro pasado, sino que es vital que aprendamos de las lecciones que nos da la historia. Por lo tanto, no debemos ignorar o considerar insignificante la forma en que se producen los desastres naturales, las catástrofes o las pandemias. Por el contrario, debemos reconocer el hecho de que son una manifestación del Decreto Divino y una advertencia para que la humanidad renuncie a toda forma de injusticia y reconozca a Dios Altísimo como el Creador de toda la Creación. Para satisfacer y acercarse a Dios Altísimo, es necesario que la humanidad cumpla con Sus derechos y con los de Su creación.
Recientemente, el Papa Francisco expresó públicamente su temor de que si le preguntaba a Dios Altísimo si estaba satisfecho con la conducta de la humanidad, Dios respondería expresando Su disgusto. Además, el Papa Francisco dio a entender que la prevalencia de los desastres naturales era una respuesta y una reacción a los males y a la negligencia del mundo actual. Estoy de acuerdo con estos sentimientos y considero imperativo que los líderes del mundo, los gobiernos y el público presten seria atención a la cruda realidad que tenemos ante nosotros.
A la luz de las circunstancias imperantes, solicito sincera y humildemente que, a la vez que su gobierno está formando y promulgando políticas para detener la propagación del coronavirus, como líder de su nación, también debe alentar a los ciudadanos de su país a cumplir con los derechos del prójimo y estar dispuestos a hacer sacrificios personales por el bien de la humanidad.
Asimismo, su gobierno debe esforzarse para garantizar la paz y la seguridad de la sociedad, tanto dentro de su país como a nivel internacional. Le pido sinceramente que defienda las demandas de la justicia y la integridad procurando cumplir con los derechos de su propia nación y de todas las demás naciones.
Indiscutiblemente, el COVID-19 ha sacudido la economía mundial hasta sus cimientos y es evidente que las próximas semanas, meses y años venideros serán sumamente peligrosos y desafiantes. De hecho, la mayoría de la gente aún no se da cuenta de lo precario que será el mundo dentro de unos meses. Si la historia nos enseña algo, es que cuando los gobiernos priorizan egoístamente sus propios intereses nacionales por encima del interés colectivo global, los resultados son invariablemente catastróficos. Inevitablemente, se producen guerras económicas o comerciales que, a su vez, fomentan el odio y los celos y, en última instancia, conducen a una guerra abierta y a sangrientos conflictos en los que se desencadena el uso de armas inimaginablemente destructivas que destruyen todo lo que tienen delante.
En consecuencia, con toda humildad y sinceridad, le insto como líder de su nación a formular políticas basadas en la justicia para que el mundo se salve de más miseria y destrucción.
De todo corazón, espero y rezo para que preste atención y tome en serio mis sinceras palabras. Por el bien de la paz del mundo, rezo para que desempeñe su papel en la formación de políticas económicas y geopolíticas que respeten los derechos de todas las partes y a través de las cuales todos los pueblos y naciones puedan beneficiarse y unirse.
Que Dios Altísimo le permita a usted, y a todos los demás líderes mundiales, actuar en favor del progreso de la humanidad y dejar un legado de paz y prosperidad para los que nos sigan.
Con los mejores deseos y oraciones,
Atentamente,
MIRZA MASRUR AHMAD
Quinto Jalifa del Mesías Prometido
LÍDER DE LA COMUNIDAD MUSULMANA AHMADÍA INTERNACIONAL