La mención del Mesías Prometido en el Sagrado Corán
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Según el islam, la mención de un profeta en las escrituras anteriores no es una prueba obligatoria de su veracidad. Hay muchos profetas de quienes no encontramos ninguna huella sobre su advenimiento en las revelaciones anteriores. Incluso, hubiera sido imposible para el primer profeta en la historia cumplir con este requisito. Por ello, el único criterio manifiesto para examinar la veracidad de un profeta son sus revelaciones y el trato que Dios le da tras sus proclamaciones. El Sagrado Corán subraya eso de la siguiente manera:

“Y si Nos hubiese atribuido falsamente siquiera una afirmación insignificante, Ciertamente lo habríamos atrapado por la derecha, Y al punto, ciertamente le habríamos cortado la vena yugular, Y ninguno de vosotros hubiera podido protegerle de Nosotros.” (69:45-48)

Sin embargo, el Sagrado Corán siendo un libro completo y una guía absoluta contiene tanto los relatos importantes de los profetas anteriores como ciertas profecias sobre el futuro. En relación con el advenimiento del Mesías Prometido, cuya llegada es esperada en todas las religiones, el Sagrado Corán hace alusión a su figura en varias partes. Tanto es asi, que rezamos incluso por su advenimiento en cada oración:

“Dirígenos por el camino recto, El camino de aquellos a quienes Tú has concedido Tus bendiciones” (1:6-7)

La frase “El camino de aquellos a quienes Tú has concedido Tus bendiciones” se elabora aún más en este versículo donde se categorizan las bendiciones divinas en los siguientes cuatro rangos espirituales:

“Pues quien obedece a Al-lah y a este Mensajero suyo, estará entre aquellos a quienes Al-lah ha concedido sus bendiciones; a saber: los Profetas, los Veraces, los Mártires y los Justos. ¡Qué excelentes compañeros son éstos!” (4:70)

Entonces, en cada oración suplicamos a Dios que nos guíe en alcanzar los rangos de justos, mártires y veraces a través de la aceptación del Mesías Prometido, que será un seguidor del islam y un profeta subordinado al Profeta Muhammad (sa).

Al describir las tareas del Mesías Prometido, el Sagrado Corán hace hincapie en que su persona no será una figura independiente y autónoma, sino que será un reflejo y un siervo del Profeta Muhammad (sa) en pos de manifestar su segundo advenimiento en los últimos días:

“Él es Quien suscitó entre el pueblo inculto un Mensajero de entre ellos que les recita Sus Signos, los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría, aunque previamente habían estado en un evidente extravío; Y entre otros de aquellos que aún no se les han unido. Él es el Poderoso, el Sabio.“ (62:3-4)

Cuando fueron revelados estos versículos sobre la segunda llegada del Profeta Muhammad en la forma simbólica del Mesías, el Profeta (sa), respondiendo la pregunta de sus discípulos sobre quién sería el Mahdi y el Mesías, dijo:

El Profeta de Al’lah puso su mano sobre Salman y luego dijo: Incluso si la fe ascendiera a las Pléyades, un hombre de entre ellos la devolvería a la tierra.” (Muslim 2546)

En aquella reunión Salman Farsi era el único no árabe entre todos los árabes. Al colocar su mano sobre Salman Farsi, el Profeta ya indicó que el Mahdi sería un no árabe, y que pertenecería a la descendencia persa, al igual que Salman Farsi.

Por otro lado, el profeta detalló que su tarea principal sería reunir, educar, purificar y devolver a los musulmanes la luz de su fe. La figura del Mesías sería la senda del mundo musulmán para salir de la decadencia espiritual, como se menciona:

“Él dispone Sus Órdenes desde el Cielo para su ejecución en la tierra y, una vez completado el círculo, vuelve a subir a Él en un día cuya duración, según vuestros cálculos, es de mil años.” (32:6)

Estos versículos aluden a la crisis de los musulmanes que duraría mil años y acabaría con la llegada del Mesías Prometido. De hecho, el Corán define el tiempo concreto de su llegada a través de asemejar el ciclo islámico con el ciclo judío:

“En verdad, os hemos enviado a un Mensajero, que es testigo sobre vosotros, al igual que enviamos un Mensajero al Faraón.” (73:16)

La semejanza entre el Profeta Moisés (as) y el profeta Muhammad (sa) no se cumple sin el advenimiento de un Mesías posterior que tendría la función de un “Jalifa” (sucesor subordinado). En el caso del ciclo judío, hallamos numerosos profetas como sucesores del profeta Moisés y como protectores de la Tora, pero el profeta Jesús (as) fue el Mesías Prometido y el Reformador destacado de su pueblo que llegó aproximadamente 1400 años después. (2:88) Asimismo, en el ciclo islámico, Al’lah envió múltiples eruditos y reformadores (Muyaddid) en pos de proteger el Sagrado Corán, pero el gran reformador de los musulmanes, en semejanza al Mesías judío, sería enviado 1400 años después del surgimiento del islam. Su figura será el pilar fundamental para establecer otra vez el jalifato espiritual, como se señala en este versículo:

“Al‑lah ha prometido a aque­llos de vosotros que crean y hagan buenas obras, que en verdad les hará Sucesores en la tierra, tal como nombró Sucesores de entre quienes existieron antes que ellos.” (24:56)

En relación con el Jalifato es primordial tener en cuenta que la promesa de ese Jalifato divino para el pueblo musulmán no se puede limitar solamente a los treinta años de los primeros cuatro jalifas. Si el pueblo musulmán es verdaderamente elegido para guiar a toda la humanidad como lo menciona el Sagrado Corán (3:111), entonces es imprescinidble  que se establezca otro jalifato a través del Mesías Prometido  en los últimos días que será más duradero y el garante para el cumplimiento de esta promesa divina.

De hecho, el Santo Profeta (sa) alude en este comentario al mismo acontecimiento:

“El profetazgo permanecerá entre vosotros tanto tiempo como Dios quiera. Él le pondrá fin y le seguirá con el jalifato sobre los preceptos del profetazgo durante el tiempo que Él quiera y luego le pondrá fin. Luego seguirá la realeza, que permanecerá mientras Dios quiera y luego llegará a su fin. Luego vendrá el despotismo monárquico, que permanecerá mientras Dios quiera y llegará a su fin por decreto Suyo. Entonces surgirá el jalifato sobre los preceptos del profetazgo.” (Musnad Ahmad)

Otra característica del Mesías Prometido que encontramos en el Sagrado Corán es que su nombre será Ahmad (61:7). Es evidente que esta profecía no se refiere al Profeta Muhammad (sa) porque “Ahmad” no era su nombre. Además, en el mismo capítulo, unos versículos más adelante, se vincula la victoria del islam directamente con la llegada de esa figura, cuyo nombre personal sería “Ahmad”:

“Él es Quien envió a Su Mensajero con la guía y la Religión de la verdad, para hacer que prevaleciera sobre todas las religiones, aunque lo odien quienes asocian dioses a Dios.”  (61:10)

La tarea principal del Profeta Muhammad (sa) era manifestar y establecer el islam, y la tarea del Mesías Prometido, cuyo nombre será Ahmad, consistirá en el triunfo espiritual de tal guía sobre todas las demás religiones.

Otra característica del Mesías Prometido es que él incorporará los diversos atributos de todos los profetas en su figura por ser el servidor del Profeta Muhammad (sa), que es el sello de todos los mensajeros. Por eso, la profecía del Sagrado Corán que anuncia que todos los profetas serán reunidos en los útlimos días (77:12) señala la llegada de una figura que reflejará los atributos de todos los enviados anteriores.

Incluso, en el último versículo del capítulo 66 se asimila metafóricamente el proceso de su elevación espiritual con la concepción milagrosa del profeta Jesús (as) en el vientre de la Virgen María:

“Y el ejemplo de María, la hija de Imran, que conservó su castidad – por lo que insuflamos en él de Nuestro Espíritu – y cumplió en su persona las palabras de su Señor y Sus Libros y fue de los obedientes.” 

También, acalara el Sagrado Corán que el Mesías Prometido definitivamente  será un receptor de las revelaciones divinas:

Él es el Conocedor de lo invisible; y a nadie concede autoridad sobre su dominio de lo invisible, Excepto a quien elige como Mensajero Suyo.” (72:27,28)

En conclusión, hay cuantiosas indicaciones sobre la llegada del Mesías Prometido en el Sagrado Corán, de hecho, no encontramos algo similar sobre un profeta en ningún otro texto divino. Su Santidad Mirza Ghulam Ahmad (as), que proclamó ser tal Mesías prometido por el Sagrado Corán, expresa esta temática en sus propias palabras, de la siguiente manera:

“Soy el Mesías cuya mención y promesa se encuentra de manera implícita en el Sagrado Corán y de manera explícita en los Ahadith (los dichos del Profeta). Y aquellos que no lo aceptan son, conforme la definición del Corán, desobedientes. Es evidente en los Ahadith que el Profeta Muhammad dijo que aquel que no cree en él (el Mesías Prometido) en realidad no cree en mí, y aquel que lo desobedece en realidad me desobedece a mí.” (Malfuzat, Vol. 4, pg. 107)

Además, dijo en relación con su misión y su tarea:

Escuchad con atención el propósito último de mi advenimiento, que es renovar y reafirmar el islam. Esto no debe interpretarse como que traigo una nueva ley o Shari’ah o nuevos mandamientos o que se revelará un nuevo libro, en absoluto. Si alguien piensa así, está muy equivocado y carece de fe. Que quede claro que el profetazgo y la Shari’ah han encontrado su expresión total y absoluta en la persona del Santo Profeta (sa). No puede haber una nueva ley divina. El Sagrado Corán es el último y perfecto libro; no admite ningún cambio, ni siquiera un punto o una marca. Sin embargo, también es cierto que las bendiciones y bondades del Santo Profeta (sa) y las recompensas de la enseñanza y guía del Sagrado Corán son interminables. Pueden verse en todas las épocas, siempre frescas en su prístina pureza. Dios Todopoderoso me ha designado para demostrar estas recompensas y bendiciones”.

(Lecture Ludhiana pg.43 – 45)

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