Aspectos sociales del islam
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Tarik Ata, Editor The Review of Religions en español.

Introducción

Resulta muy difícil saber cómo debemos dirigir nuestras vidas cuando nos bombardean continuamente con información y recomendaciones que nos dirigen en direcciones opuestas, que además van cambiando continuamente con las modas.

En contraposición a esto, el islam ofrece un compendio de pautas sólidas y sencillas para construir relaciones positivas con todos los grupos de personas que te rodean en tu día a día: tus padres, tus hijos, tus hermanos, incluso tus vecinos, los desfavorecidos y hasta con aquellos que te perjudican, cuya validez ha quedado demostrada debido a su relevancia a lo largo de la historia.

Pero antes de comenzar, una pregunta que debemos contestar es: ¿por qué el islam es un buen modelo a seguir?

Para que un modelo sea aplicable debe contener enseñanzas de teoría y práctica. En el caso de la teoría, el islam contiene un libro -el Corán- que es relativamente reciente y que se conserva de en su forma original. Por ello, a diferencia de otras religiones anteriores, la información que contiene es precisa y completa.

Por otro lado, tenemos acceso a la implementación del modelo islámico a través del legado que nos ha dejado el fundador del islam, el profeta Muhammad (sa). Su vida no solo está ampliamente documentada, sino que tuvo una gran cantidad de roles a lo largo de su vida que cubren una gran cantidad de aspectos sociales. Fue hijo, padre, esposo, ciudadano, líder religioso, político y militar, fue parte de una minoría perseguida y llegó a ser un poderoso líder. Toda esta variedad de roles sociales nos permite conocer con detalle cómo practicaba los aspectos sociales islámicos.

Muestra gratitud hacia los demás

“Aquel que no expresa su agradecimiento a los demás, también es desagradecido con Dios.”

En tus interacciones con la gente en tu trabajo, en tus estudios, y en el resto de tus actividades diarias, muestra gratitud con los demás, por pequeño que sea el gesto; con esto estarás contribuyendo a promover la armonía en tu entorno.

En relación a esto, el Corán dice: “Y adorad a Al’lah y no asociéis nada a Él y mostrad bondad a los padres, a los parientes, a los huérfanos y necesitados, al vecino afín a vosotros y al extraño, al compañero que está a vuestro lado, al viajero y a los que poseen vuestras diestras. En verdad, Al’lah no ama a los orgullosos ni a los jactanciosos;” (4:37)

El profeta del islam (sa) dijo: “Aquel que no expresa su agradecimiento a los demás, también es desagradecido con Dios.”

Piensa bien de los demás

El fundador del islam dijo: “cuando prepares un caldo, añade más agua y compártelo con tus vecinos.”

No trates a tus conocidos con arrogancia, desconfianza y crueldad; esto elevará tu personalidad.

Pensar mal de los demás, incluso aunque no lo expresemos abiertamente es una tendencia común, especialmente sobre las personas con las que nos relacionamos regularmente. Este hábito puede parecer inofensivo, pero en realidad, es un obstáculo que impide promover el afecto en la sociedad.

Esto nos ha llevado a que, actualmente, muchos pensamos únicamente en nosotros mismos. No sentimos preocupación al ver a alguien hambriento, ni gastamos de nuestro bolsillo al ver a un necesitado.

Evita pensar mal de tus conocidos y cambia esos sentimientos por un deseo sincero de expectativas positivas; esto crea un vínculo mutuo que te protegerá de otras debilidades mayores como los celos, el egoísmo y la avaricia.

El fundador del islam dijo: “cuando prepares un caldo, añade más agua y compártelo con tus vecinos.”

Cuida de tus padres

Es esencial que muestres respeto, obediencia, y no seas negligente en el cuidado de tus padres. La persona que tiene el mayor derecho en este caso es tu madre. Incluso cuando sean mayores, debes respetarles y atenderles, con el mismo cariño con el que ellos cuidaron de ti cuando eras pequeño.

Cuando preguntaron al fundador del islam “¿Quién de entre toda la gente merece más mi mejor cuidado y compañía? El Profeta dijo: “Tu madre”. El hombre dijo: “Después de ella, ¿Quién?”, el Profeta dijo: “Después tu madre”. El hombre nuevamente inquirió: “Después ¿Quién?”. El Profeta le dijo: “Después tu madre.” El hombre volvió a preguntar: “Después ¿Quién?” El Profeta dijo: “Después tu padre.”

El Profeta (sa) también dijo: “El paraíso yace bajo los pies de las madres.”

El mejor regalo para tus hijos

Nadie discute la importancia de cuidar la salud y la educación de nuestros hijos. Estos derechos forman parte de la declaración de los derechos humanos. Pero junto con esto, también debes garantizar que reciben una correcta formación moral, y prestar atención a desarrollo.

Es fundamental que tú mismo sean un ejemplo a seguir y trates con respeto a tus hijos, ya que los niños son unos grandes imitadores, y aprenderán lo que vean de sus padres.

A su vez, cuando los hijos comiencen a adoptar malos hábitos es importante corregirles. Si ignoras esto, cada día se volverán más atrevidos.

El fundador del islam (sa) dijo: “El mejor regalo que un padre puede dar a su hijo es una buena educación.”

Tus hijas son una bendición para ti

Trata con especial bondad, amor y delicadeza a tus hijas, y podrás ver la gran cantidad de amor y afecto que sienten por ti.

El profeta del islam (sa) dijo: “no expreses tu desagrado a tus hijas, ya que el amor que ellas muestran es de proporciones inimaginables.”

También dijo: “Aquel a quien Dios ha dado dos hijas y les trate con bondad, ellas se convertirán en la razón de que él entre en el paraíso.”

Controla tu enfado con los niños

No te enfurezcas cuando tu hijo cometa un error. Es mejor que no pierdas las riendas, seas paciente, y tranquilo, y muestres dignidad; es mejor que te acerques a tu hijo en otro momento y le expliques con calma el asunto, y decidas el castigo apropiado con la sangre fría.

También recuerda que a veces es necesario advertirles si se involucran en hábitos destructivos o perjudiciales. Si le adviertes durante la infancia, lo recordarán más adelante ya que su capacidad de memorización es más aguda. Si lo dejas pasar, acabarán inculcando estos hábitos no deseables de forma permanente.

El fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía dijo: “Me gustaría que, en lugar de castigar a los niños, los padres recurrieran a la oración, y tuvieran el hábito de suplicar fervientemente por sus hijos, ya que las súplicas de los padres por sus hijos son particularmente aceptadas por Dios.”

Trabaja en tu relación de pareja

La armonía dentro del hogar es fundamental para que el matrimonio sea beneficioso. En caso contrario, se convertirá en una fuente de sufrimiento para los padres y los hijos. Es por ello fundamental que el marido y la mujer tengan una relación ejemplar para que los hijos puedan aprender de ello. Al fin y al cabo, si no eres capaz de ser tu mejor versión con tu pareja, difícilmente podrás serlo con los demás.

El Corán dice claramente: “Convivid con ellas con benevolencia, pues sino os gustan, es posible que no os guste algo en lo que Al’lah ha puesto un gran bien.” (Corán 4:20)

Se amable con tu pareja en todo momento, y no actúes de forma precipitada si percibes algo malo en ella porque es posible que lo que aparece como algo negativo pueda ser una bendición oculta y, si reaccionas de forma inadecuada, quedarás privado de ello.

El profeta del islam (sa) dijo: “El mejor de entre vosotros es quien mejor trata a su esposa.”

No te sientas superior a tu hermano

Debes mostrar pensamientos positivos hacia tus hermanos; evita burlarte y ridiculizarle, porque esto provoca desacuerdos y corroe la relación.

Tampoco te sientas superior a tu hermano. Si evitas el orgullo y el sentido de superioridad permitirás que surja la simpatía mutua.

El Corán advierte a los musulmanes a evitar estos hábitos destructivos diciendo: “¡Oh vosotros, los creyentes! Evitad al máximo caer en las sospechas; pues algunas sospechas son ciertamente un pecado. No espiéis ni murmuréis de los demás. ¿Le gustaría a alguno de vosotros comer la carne de su hermano difunto? Cierto que os repugnaría.” (Corán 49:13)

El profeta del islam (sa) dijo: “Ninguno de vosotros será un verdadero creyente hasta que desee para su hermano lo que desea para sí mismo.”

También dijo: “No guardéis rencor ni celos de los demás, y no critiquéis a los demás. Oh gente de Dios, considerad a los demás como vuestros hermanos. A un creyente no se le permite que rompa su relación con su hermano por más de tres días.”

No rompas relaciones con tus parientes

No rompas tu relación con tus parientes, y preocúpate activamente por su bienestar; se amable con ellos incluso cuando rompen sus relaciones contigo. Tanto el Corán como el profeta del islam (sa) son muy claros al resaltar la importancia que se debe dar a nuestros parientes, tanto cercanos como lejanos:

“Y adorad a Al’lah y no asociéis nada a Él y mostrad bondad a los padres, a los parientes, a los huérfanos y necesitados, al vecino afín a vosotros y al extraño, al compañero que está a vuestro lado, al viajero y a los que poseen vuestras diestras. En verdad, Al’lah no ama a los orgullosos ni a los jactanciosos.” (Corán 4:37)

El profeta del islam (sa) dijo: “aquella persona que rompe las relaciones con un pariente suyo no entrará en el paraíso y aquel que no se preocupa por el bienestar de sus parientes no entrará en el paraíso.”

También dijo: “si solo muestras amabilidad a tus parientes para devolverles un favor que te han hecho, no estás siendo realmente una persona bondadosa; la verdadera bondad surge cuando muestras amabilidad a tus parientes incluso cuando rompen sus relaciones contigo.”

No te aproveches de tus clientes ni proveedores

El fundador del islam (sa) prohibía a los vendedores engañar a la gente subiendo los precios de sus artículos.

Es muy común que las empresas  intenten aprovechar y sacar el máximo beneficio de sus clientes; esto genera desconfianza y crea relaciones ficticias. Se justo con ellos. No les engañes ni intentes aprovecharte económicamente de ellos.

No hagas un acuerdo con alguien cuando otra persona ya ha cerrado un acuerdo contigo.

El fundador del islam (sa) prohibía a los vendedores engañar a la gente subiendo los precios de sus artículos.

Se generoso con tus vecinos

Ayuda y apoya a tu vecino cuando veas que lo necesita e intenta no causarle incomodidad.

Realiza pequeños gestos con ellos para romper el hielo y mantener viva la relación. El fundador del islam solía decir: “cuando prepares un caldo, añade más agua y compártelo con tus vecinos.” Puedes ofrecerles algún dulce o compartir con ellos algún postre que hayas cocinado en casa.

Poco a poco ve ampliando tu círculo de vecinos. Considera como tus vecinos a todas aquellas personas con las que viajas, tus compañeros de trabajo, y toda la gente de tu barrio.

El fundador del islam (sa) dice que Dios puso tanto énfasis en el cuidado de los vecinos que pensaba que llegaría a incluirles entre los herederos legítimos.

El Mesías Prometidoas -y fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía- dijo: “aquel que priva a su vecino de una bondad pequeña no pertenece a mi comunidad.”

No hagas daño a tu expareja

En caso de un divorcio, evita que el niño se convierta en una excusa para hacer daño a tu expareja. Esto puede afectar adversamente al desarrollo del menor.

El Corán dice claramente: “Pero no se impone a nadie una carga superior a su capacidad. La madre no hará sufrir al padre a causa de su hijo, ni aquél a quien pertenece el hijo hará sufrir a la madre a causa de su hijo, y lo mismo corresponde al heredero.” (Corán 2:234)

Trata a los huérfanos como a tus hermanos

El fundador del islam (sa) dijo: “Yo y quien cuide de las necesidades de los huérfanos y los eduque de la mejor manera posible, estaremos juntos en el paraíso.”

Si conoces a algún huérfano, trátale como tu hermano, y si lo necesita, ayúdale a integrarse en la sociedad.

Si eres pariente de un huérfano, no abuses de su herencia y entrégale lo que le pertenece cuando alcance la edad de madurez.

El Corán dice: “Y entregad a los huérfanos sus bienes, no cambiéis lo malo por lo bueno, ni devoréis sus bienes mediante los vuestros. En verdad, eso es un gran pecado.” (Corán 4:3)

El fundador del islam (sa) dijo: “Yo y quien cuide de las necesidades de los huérfanos y los eduque de la mejor manera posible, estaremos juntos en el paraíso.”

Se considerado con los viudos/as

Ayuda a los viudos y a las viudas con cualquier pequeño trabajo que necesiten y muestra consideración hacia ellos.

Si necesitan tiempo para tomar decisiones se paciente con ellos.

El profeta del islam (sa) dijo: “A la vista de Dios, trabajar con diligencia y ayudar con los trabajos manuales a los viudos y los necesitados es equivalente a adorar a Dios durante toda la noche y ayunar durante todo el día.”

Respeta a tus ancianos

Pensar que los ancianos son una carga social es un sentimiento erróneo generado por la sociedad individualista en la que vivimos. El cuidado de nuestros familiares es una responsabilidad que la propia familia debería asumir, no ceder al Estado. Esto ha creado un bache generacional entre padres e hijos.

Trata a los ancianos con respeto y valórales. Si son familiares, no les abandones; cuida de ellos y hazles compañía.

En caso de que te digan algo que te disguste, se paciente y no les digas nada ofensivo ni te enfades; respétales y trátales con dignidad. Recuerda cómo cuidaron de ti cuando eras pequeño e indefenso. El Corán contiene una gran cantidad de instrucciones y consejos sobre cómo tratar a los ancianos. Por ejemplo dice:

Tu Señor ha ordenado: “No adoréis a nadie sino a Él, y mostrad bondad a vuestros padres. Si uno o los dos alcanzan la ancianidad contigo, no les digas nunca ninguna palabra que exprese disgusto ni les reproches, más bien dirígete a ellos respetuosamente. Y haz descender sobre ellos el ala de la humildad y de la ternura. Di: “Señor mío, ten misericordia de ellos al igual que ellos me criaron en mi niñez”. (Corán 17:24-25)

Se justo con aquellos que te perjudican

Debes ser justo siempre, incluso con aquellas personas que te perjudican. Esto es porque la justicia es un requisito fundamental para mantener la paz. Si no le damos la prioridad que se merece, nuestras relaciones y la sociedad en general deteriorará.

Muestra tu valor y dignidad siendo justo e imparcial incluso con aquellas personas que te perjudican, incluso si ello conlleva una pérdida para ti.

Muestra tu nivel de compasión perdonando a aquellas personas que te han hecho daño.

El Corán dice: “¡Oh vosotros, los que creéis! Sed perseverantes en la causa de Al’lah en calidad de testigos justos; y que la enemistad de un pueblo no os incite a actuar con injusticia. Sed siempre justos, porque eso está más cerca de la virtud. Y temed a Al’lah. En verdad, Al’lah es consciente de lo que hacéis.” (Corán 5:9)

El Mesías Prometido (as) dijo: “Desarrolla un amor verdadero actuando con justicia incluso con tus enemigos más acérrimos, y perdonándoles con sinceridad y honestidad.”

Trata a tus subordinados como a ti mismo

Trata a tus empleados y subordinados con respeto; dales los mismos beneficios como los que tú mismo disfrutas.

No les des trabajos abusivos y colabora con ellos si necesitan ayuda.

El profeta de islam (sa) dijo: “Tus subordinados son como tus hermanos. Así que debes alimentarle con la misma comida con la que tu comes y vestirles con la misma ropa que tu llevas. Además, no debes causarle ningún dolor haciéndoles trabajar en condiciones extenuantes, y si les das un trabajo pesado para ellos, ayúdales.”

Muestra amor a todo el mundo

No discrimines a nadie por sus creencias, ni trates de imponer tus propias creencias sobre los demás.

Muestra respeto y compasión y toma decisiones justas con respecto a ellos.

Muestra amor y bondad a toda la humanidad, no restrinjas estos sentimientos a un grupo limitado.

En relación a cómo estimular la tolerancia y armonía interreligiosa, el Corán instruye a los musulmanes: “No insultéis a quienes ellos invocan en lugar de Al’lah, no sea que ellos, por despecho, insulten a Al-lah en su ignorancia.” (Corán 6:109)

El Mesías Prometido (as) dijo: “Muestra compasión hacia las criaturas de Dios en general y no les causes daño debido a tu fervor; ni con tus manos, ni con tu lengua, ni a través de ningún otro medio.”

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