Un Mensaje De Paz
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

¡Oh Dios Todopoderoso, mi Amado Guía! Muéstranos el camino que lleva a los justos y a los sinceros a Ti, y guárdanos de seguir el camino que conduce a los deseos carnales, la malicia, el despecho y los propósitos mundanos. Habiendo dicho esto, pido ahora vuestra atención a lo siguiente: a pesar de las muchas diferencias entre nosotros, tanto los musulmanes como los hindúes, compartimos una cosa en común: todos creemos en Dios, el Creador y el Maestro del universo. Además, pertenecemos a la misma denominación de la especie de Dios, y nos conocemos como seres humanos. Además, como habitantes del mismo país, somos vecinos mutuos. Esto requiere que seamos amigos recíprocos, con pureza de corazón e intenciones muy sinceras. Debemos disponer amablemente el uno del otro y sernos mutuamente útiles.

En las dificultades relativas a las cuestiones religiosas y materiales, debemos manifestar la misma simpatía entre nosotros como si nos hubiéramos convertido en miembros del mismo cuerpo.

Compatriotas míos: una religión que no inculca la compasión universal, no es tal religión. Del mismo modo, un ser humano sin la facultad de la compasión no es humano en absoluto. Nuestro Dios nunca ha discriminado entre un pueblo y otro. Esto  queda ilustrado por el hecho de que todas las potencialidades

  • En el nombre de Al’lah, el Clemente, el Misericordioso [Editor]
  • Le alabamos y enviamos bendiciones a Su noble Profetasa[Editor]

y capacidades que se han concedido a los arios también se han concedido a las razas que habitan Arabia, Persia, Siria, China, Japón, Europa y América. La tierra creada por Dios provee un suelo común para todas las personas por igual, y Su sol y luna, al igual que muchas estrellas, son una fuente de resplandor, y proporcionan muchos otros beneficios a todos por igual. Del mismo modo, todos los pueblos se benefician de los elementos creados por Él, tales como el aire, el agua, el fuego, la tierra; y de manera similar, de otros productos creados por Él, como los cereales, lasfrutas, losagentescurativos, etc. Estosatributosde Dios nos enseñan la lección de que también debemos comportarnos con magnanimidad y bondad hacia nuestros semejantes, y no ser mezquinos de corazón e intolerantes.

¡Amigos! Téngase como cierto que si alguna de nuestras dos naciones no trata a los atributos de Dios con respeto, y no moldea su conducta de acuerdo con la conducta de Dios, dicha nación pronto será borrada de la faz de la tierra. No sólo se destruirá a sí misma, sino que también pondrá en peligro el futuro de sus generaciones venideras. Los justos de todas las épocas han dado testimonio de que seguir los caminos de Dios funciona como un elixir para las personas. Además, la supervivencia, tanto física como espiritual, de los seres humanos depende de la misma verdad eterna de que el hombre ha de seguir los atributos virtuosos de Dios, que es la Fuente de todo lo esencial para la supervivencia.

Dios comienza el Sagrado Corán con el siguiente versículo, que está contenido en surah al-Fatihah3:

Es decir, que todos los atributos perfectos y santos pertenecen a Al’lah, que es el Señor de todos los mundos.

  • (Al-Fatihah, 1: 2) [Editor]

La palabra ‘alam comprende a todas las diferentes personas, de todas las edades y de todos los países. El comienzo del Sagrado Corán con este versículo, fue diseñado para contrarrestar las ideas de aquellas personas que intentaban monopolizar la providencia ilimitada de Dios para su propia nación, e imaginaban que las demás naciones no pertenecían a Dios, o que habiendo creado a esas otras personas Dios las descartó como si no contaran, o que quizás fueron olvidadas por Él, o (Dios nos perdone) que ni siquiera fueron creadas por Él.

Para dejar esto más claro, nos estamos refiriendo a la opinión de los judíos y los cristianos, quienes comúnmente sostienen todavía que todos los Profetas y Mensajeros de Dios pertenecieron sólo a la Casa de Israel, y que Dios ignoró completamente las necesidades religiosas y espirituales de las demás personas, como si estuviera disgustado con ellas, y que, a pesar de encontrarlos en un error manifiesto y en la ignorancia, no mostró preocupación alguna por su bienestar espiritual. Como también está escrito en los Evangelios, que Jesucristo (la paz sea con él) declaró que él había sido enviado únicamente para las ovejas perdidas de Israel4.

Aunque es imposible, supongamos, a modo de hipótesis, que Jesús hubiera declarado realmente que era Dios. En ese caso, el hecho de que limitara su beneficencia a un círculo tan pequeño como la Casa de Israel, no se correspondería con la magnanimidad de Dios. De haber sido Dios, ¿Fue solamente Dios para la Casa de Israel, excluyendo a todas las demás naciones? Sabemos, de hecho, que él manifestó que no sentía ninguna preocupación por aquellos que no pertenecían a la Casa de Israel.

En resumen, los judíos y los cristianos creen que todos los Profetas y Mensajeros han surgido de entre ellos, y que las Divinas  Escrituras les fueron reveladas solamente a ellos. A partir de ese

  • Pero él respondió y dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la Casa de Isr (Mateo, 15:24) [Editor]

momento, según las creencias de los cristianos, la institución de la revelación y la comunión con Dios terminó con Jesucristo (la paz sea con él) tal como si se hubiera puesto un sello sobre la institución de la revelación de Dios.

Desafortunadamente, los hindúes de la secta Arya también tienen una creencia similar. Al igual que los judíos y los cristianos, que restringen la institución de la profecía y de la revelación divina exclusivamente a su pueblo, y niegan el honor de la revelación divina a los demás, los Arya, desafortunadamente para la raza humana, han adoptado la misma doctrina. Ellos también creen que la bendición de la comunicación Divina nunca fue otorgada a ningún pueblo fuera del entorno de la raza Arya. De nuevo, solo la India es la que, según ellos, es exclusivamente bendecida por Dios para la selección de los cuatro ‘Rishis’ de su tierra; y es únicamente el sánscrito, el lenguaje de los Vedas, el que ha sido siempre el medio de instrucción escogido por Dios. Podemos concluir con seguridad, a partir de esto, que ambas naciones no consideran a Dios como el Señor [Providente] de todos los mundos. A pesar de ello, se le proclama Señor del Universo y no sólo de los israelitas o de los Arya. Además, esta extraña conducta de Dios tal como la presentan, dibuja una imagen muy parcial de Dios, que aparece despreocupado del resto de Su creación. Por lo tanto, para refutar tales opiniones erróneas, Dios comienza el Sagrado Corán con el versículo:5

Dios también deja claro en varios pasajes del Sagrado Corán que Sus Mensajeros han estado apareciendo en diferentes lugares de todo el mundo. De hecho, no descuidó jamás a ninguna persona ni a ningún país. El Sagrado Corán explica a través de  varios ejemplos, que así como Dios ha estado cuidando del

  • Toda alabanza pertenece a Al’lah, Señor de todos los mundos. (Al- Fatihah, 1: 2) [Editor]

desarrollo físico de las gentes de un determinado país, de acuerdo con sus requerimientos, también ha bendecido a cada nación y cada pueblo con la educación espiritual. Dios dice en el Sagrado Corán:6

Lo que significa que no hay pueblo al que no se haya enviado un Amonestador.

Por lo tanto, no hay duda de que el Dios Verdadero y Perfecto, cuya creencia es esencial para cada persona, es el Señor de todos los mundos. Además, Su providencia no se limita a una persona, edad o país en particular. De hecho, Él es el Señor de todos los pueblos, el Señor del tiempo y del espacio, y Él es el Soberano de todas las naciones. Sólo Él es la Fuente de toda beneficencia y de toda fuerza física y espiritual. Todo lo que existe está sostenido por Él y Él es el apoyo de toda criatura.

Es la beneficencia universal de Dios la que abarca a todos los pueblos, a todos los países y a todas las edades. Sucedió así para que nadie tuviera motivo para quejarse de que “Dios ha concedido Su favor a tal y tal gente, pero no a nosotros.” O de que: “estos y aquellos recibieron el Libro para ser guiados, mientras nosotros no”. O de que: “en tal y cual época, se mostró a través de Sus revelaciones, comunicaciones y milagros, pero en nuestro tiempo permaneció oculto”. De esta manera, al mostrar Su beneficencia universal, no dejó justificación alguna para tales posibles alegaciones. Desplegó Sus virtudes sin límites para que nadie permaneciera desprovisto de Su recompensa física y espiritual. Tampoco sentenció a ninguna era a la condenación.

Así que, cuando tales son los atributos de nuestro Señor, es más que conveniente que los adquiramos nosotros mismos. Así que, ¡Oh, hermanos compatriotas! Esta breve epístola titulada

6              (Fatir, 35:25)

Un mensaje de Paz, se os presenta con todo respeto y con la sincera oración de que Dios Todopoderoso os inspire y llene vuestros corazones de confianza en mi sinceridad; para que no malinterpreten este gesto amistoso y lo consideren un intento para conseguir otra finalidad. ¡Queridos compatriotas! La naturaleza del Más Allá está muy a menudo oculta para la gente común. Sus secretos son conocidos sólo por algunos iluminados: aquellos que abrazan una especie de muerte [por la misericordia de su Señor] antes de morir verdaderamente. La bondad de este mundo, por otra parte, es fácilmente reconocida por cualquier hombre con visión y sabiduría.

Es una experiencia común que las calamidades que no pueden ser evitadas mediante medidas ordinarias, y las dificultades que parecen insuperables, responden muy a menudo al poder de la unanimidad. Por lo tanto, sería contrario a los dictados de la sabiduría que no nos beneficiáramos de las bendiciones de dicha unanimidad. Los hindúes y los musulmanes son dos grandes pueblos que habitan este país. Es difícil creer que cualquiera de los dos, por ejemplo los hindúes, algún día ganarían la dominación total sobre los musulmanes, y que los expulsarían de este país por completo. Del mismo modo, no es posible para los musulmanes echar a los hindúes de su patria. Se debe tener siempre en cuenta que los hindúes y los musulmanes son ambos indispensables en este país. Si uno padece alguna calamidad, el otro ineludiblemente la padece. Si uno desea humillar al otro por orgullo o vanidad egoísta, éste no escapará a la desgracia consiguiente. Y si alguno no muestra preocupación por su prójimo, también sufrirá el mal efecto de su falta de sensibilidad. El que se sienta a contemplar la aniquilación del otro es como quien rompe la rama sobre la que está sentado. Con la Gracia de Dios, también tenéis una medida de educación; os corresponde ahora evitar el rencor y promover el amor mutuo. Del mismo modo, los dictados de la

sabiduría exigen que abandonéis el camino de insensibilidad y adoptéis una actitud de compasión y simpatía. Las dificultades que enfrentamos en esta vida son como un viaje en el desierto en medio del verano, en un día caluroso y soleado. Sería absurdo emprender este arduo viaje sin disponer de agua fresca. Es el agua fresca del amor mutuo el que tan urgentemente se necesita para extinguir este fuego ardiente y así salvarse de morir de sed.

En épocas tan precarias como esta, os invito hermanos míos a la tregua, ya que la reconciliación es requerida urgentemente por ambas naciones. Están sucediendo muchas calamidades en el mundo; hay terremotos y hambrunas, y además, continuamos siendo plagados por la peste bubónica. Además, las revelaciones Divinas que Dios me ha transmitido, confirman que, a menos que la gente enmiende sus malos caminos y prácticas, y se arrepienta de sus pecados, el mundo será visitado por otras calamidades que prometen ser mucho más severas. Una desgracia no terminará antes de que comience otra. Al final, la gente llegará al extremo de sus fuerzas, y se preguntará qué es lo que les está sucediendo, y qué es lo próximo que se les avecina. Serán llevados al límite de sus sentidos por una calamidad tras otra calamidad. Así pues, tened cuidado, compatriotas míos, antes de que os confronten esos días de tribulación. Es sumamente esencial que los hindúes y los musulmanes se pongan de acuerdo unos con otros, y si cualquiera de las dos partes es culpable de excesos que obstruyen el camino de la paz, es mejor aconsejarle a que desista de continuar ese rumbo. De lo contrario, toda la culpa del pecado de la enemistad mutua será soportada por la parte culpable.

Si alguien cuestiona la posibilidad de llegar a la reconciliación cuando las diferencias religiosas están jugando un papel tan nocivo, distanciando a los corazones, entonces mi respuesta sería que la diferencia en asuntos religiosos sólo puede desempeñar un papel negativo cuando se desprecian los dictados de la justicia, la

sabiduría, y los valores humanos bien probados. Para evitar este peligro, el hombre ha sido plenamente fortalecido con un sentido claro de juicio y sentido común. Por lo tanto, siempre ha de trazar para sí un camino que nunca se desvíe del sendero de la justicia y del buen sentido. Una vez más, no debe violar las sensibilidades humanas comúnmente experimentadas. También debe recordarse que las pequeñas diferencias no deben obstruir el curso de la reconciliación. Las diferencias capaces de destruir el proceso de reconciliación son las que resultan de actitudes insultantes y falsas hacia los Mensajeros venerados, y las Escrituras Sagradas reveladas del otro.

La buena noticia en este contexto para aquellos que buscan la reconciliación, es que todas las enseñanzas islámicas también se encuentran presentes en las diferentes partes de la enseñanza védica. Por ejemplo, aunque la rama recién nacida de la fe védica denominada Arya Samayi, enseña que después de la revelación de los Vedas, la comunicación de Dios con el hombre se cortó y quedó sellada, los grandes avatares nacidos a lo largo del tiempo en la fe hindú, que tienen millones y millones de seguidores en este país, han roto sin duda ese sello al reclamar ser receptores de la revelación Divina. Uno de tales representantes divinos elegidos, que es muy venerado en este país y en Bengala, es conocido como Sri Krishna. Él afirmó ser el receptor de la Palabra de Dios y sus seguidores no sólo creen que es un Mensajero, sino que algunos también lo consideran como Dios personificado. Sin embargo, no hay duda de que Sri Krishna era solamente un Mensajero y representante de Dios en su época, y que Dios se comunicaba con él.

Del mismo modo, hubo otro entre el pueblo hindú de los Últimos Días que fue llamado Baba Nanak, cuya santidad se ha convertido en proverbial en este país. Sus seguidores, los sijs, ascienden a más de dos millones. Baba Sahib, afirma abiertamente

ser el receptor de las revelaciones en los Janam Sajis7 y en el Granth8. En un Janam Saji, afirma que recibió una revelación de Dios dando testimonio de la verdad del islam. En base a ella, realizó el Hall9 y siguió meticulosamente las ordenanzas islámicas. Está establecido, sin género de duda, que mostró grandes señales y milagros. Es, pues, indudable que Baba Nanak fue un hombre santo y piadoso. Fue uno de aquellos a los que Dios, el Poderoso, el Glorioso, hizo beber de Su copa de amor. Nació entre los hindúes sólo para dar testimonio de que el islam procede de Dios. Cualquiera que pueda observar por sí mismo sus reliquias preservadas en Dera Nanak, en las que ha dado claro testimonio de la kalimah10

 

y ver las reliquias que se encuentran consagradas en Gurú Hersahai, Distrito de Ferozepur, entre las que también hay una copia del Sagrado Corán11, no podrá dudar de que debido a su corazón puro, naturaleza y esfuerzo, Baba Nanak había llegado a conocer el secreto que había permanecido oculto a los así llamados Pundits. Guru Baba Nanak también afirmó ser receptor de la revelación de Dios y gozó de la bendición Divina de poder mostrar muchos milagros. Por lo tanto, desmintió rotundamente las erróneas afirmaciones de que no hubo ninguna revelación después de los Vedas, o de que no se manifestó ningún Signo a

  • Autobiografía de Baba Nanak [Editor]
  • El Libro Sagrado de los Sij [Editor]
  • La peregrinación a la Ka’bah, la Casa de Dios en la Meca, Arabia [Editor]
  • No hay nadie digno de ser adorado excepto Dios, y Muhammad es el Mensajero de Al’lah. [Editor]
  • Baba Nanak llevaba una copia del Sagrado Corán en una pequeña bolsa a lo largo de sus Esta copia de pequeño tamaño se denomina Hamayal que significa ‘colgante’ porque mucha gente piadosa lo portaba suspendido de los hombros. [Editor]

partir de entonces. No hay duda de que Baba Nanak fue una gran bendición de Dios para los seguidores del hinduismo. Podría considerársele, si queréis, la última manifestación del hinduismo que se esforzó por erradicar el odio que los hindúes sentían por el islam.

Pero es trágico para este país que la fe hindú no obtuviese ningún beneficio de esta bendición divina que llegó con la persona de Baba Nanak. Al contrario, los Pundits le infligieron mucho dolor por alabar al islam donde quiera que iba. Su misión consistía en llevar al hinduismo y al islam a un estado de paz recíproca. Desafortunadamente para este país, los seguidores de la fe hindú no prestaron la debida atención a su enseñanza. Si se hubiera mostrado algún respeto a su persona y a sus piadosas enseñanzas, los hindúes y los musulmanes estarían ahora unidos.

¡Que dolor que un hombre tan justo haya venido a este mundo, permanecido entre nosotros y fallecido, sin que los imprudentes hayan obtenido ningún beneficio de su luz!

En cualquier caso, demostró que la institución de la revelación y la comunión nunca termina, y que las señales Divinas de Al’lah siempre aparecen a través de sus elegidos; y fue testigo del hecho de que mantener una enemistad con el islam equivale a mantener una enemistad con la Luz divina.

Del mismo modo, puedo también, por mi experiencia personal, dar testimonio cierto de que la época presente no ha sido privada de la comunicación y revelación de Dios. Al contrario, Dios habla hoy como solía hablar antes, y oye todavía como solía oír. Sus atributos eternos no se han vuelto inoperantes. Yo he sido bendecido con la comunicación Divina durante casi treinta años, y Él ha puesto en mi mano cientos de Señales que han sido observadas por miles de testigos, y que también han sido ampliamente publicadas en libros y periódicos. Personas de todas

las denominaciones sin excepción han presenciado una u otra de estas señales.

Frente a estas repetidas pruebas, no se puede aceptar la enseñanza de los Arya Samayi, atribuida erróneamente a los Vedas, que afirma que toda revelación y comunicación Divina ha llegado a su fin con los Vedas. Esta posición Arya equivale a creer que no queda nada de la fe del hombre más que cuentos y leyendas. Como consecuencia de este dogma, descartan todas las Escrituras divinas que vinieron después de los Vedas considerándolas como simples fabricaciones humanas. Actúan así a pesar de que las escrituras divinas en cuestión poseen argumentos más grandes y más potentes que el del origen Divino de los Vedas. La mano de apoyo y la ayuda de Dios está detrás de ellas, y las señales extraordinarias de Dios dan testimonio de su verdad. ¿En qué sentido, entonces, se denomina a los Vedas “Palabra de Dios”, mientras que estos otros Libros no lo son? Los atributos de Dios tienen una profundidad sin límite, y Él se encuentra oculto tras innumerables cubiertas. Por lo tanto, los dictados de la sabiduría requieren que Él no deba confiar en un sólo Libro para Su manifestación. Más bien, le corresponde elegir a Sus Mensajeros en todo el mundo, en diferentes naciones, reflejando a través de ellos Su gloria, bendiciéndolos con Su revelación y Su don de comunión. Esto es así para que el hombre, débil y crédulo por naturaleza, no se vea privado de la buena fortuna de responder a Su llamada.

El sentido común puro no puede aceptar la proposición de que Dios, el Señor del Universo, que ilumina tanto a Oriente como a Occidente con Su sol radiante, y apaga la sed de toda la tierra con la generosidad universal de Su lluvia, sea tan mezquino (¡Dios nos perdone!) respecto a las necesidades espirituales del hombre que muestre parcialidad a favor de un país, un pueblo y un idioma. Me cuesta entender la lógica y la razón por las que Dios el

Omnisciente, escuche las oraciones y las súplicas del hombre, y las entienda en todos los idiomas sin sentirse descontento con ello, pero que, sin embargo, aborrezca que Su palabra descienda sobre los corazones en cualquier otro idioma que no sea el Sánscrito, el lenguaje de los Vedas. Esta filosofía se encuentra solamente en los Vedas cual si se tratara de un enigma bien oculto que nadie hasta ahora haya sido capaz de resolver.

Personalmente, considero que los Vedas están absueltos de haber expuesto nunca tal filosofía en alguna de sus páginas, pues no sólo va contra el sentido común, sino que también mancilla a Dios acusándole de avaricia y conducta mezquina. La realidad es que, una vez transcurrido un largo periodo después de la revelación de un Libro Divino, los seguidores de ese Libro, por pura ignorancia o como resultado de motivaciones ocultas

-erróneas o intencionadas- se sienten libres a la hora de interpretar las enseñanzas Divinas. Como los interpretadores tienen puntos de vista divergentes, esto hace que con el paso del tiempo nazcan cientos de denominaciones religiosas.

También llama la atención que al igual que los Arya creen que la revelación sólo ha sido confinada a los grupos arios y a la fe Arya, y que el sánscrito ha sido específicamente empleado por Dios como Su propio idioma, también los judíos tienen puntos de vista similares con respecto a los Hijos elegidos de Israel y sus Libros. Ellos creen que el único idioma de Dios es el hebreo, y que la institución de la revelación se ha confinado a la Casa de Israel y a su tierra. Según ellos, quien proclama ser un profeta de Dios sin pertenecer a esta Casa y sin hablar su idioma es (Dios nos perdone) definitivamente un mentiroso.

¿No es pues una extraña coincidencia que ambos pueblos hayan seguido el mismo camino en sus afirmaciones dogmáticas? Del mismo modo, los seguidores de muchas otras religiones

mantienen puntos de vista similares, como por ejemplo, los zoroastrianos, que afirman que su religión se originó miles de millones de años antes de la revelación védica. De esto se desprende que la tendencia (a limitar la revelación de Dios a la propia lengua o Libro) se basa simplemente en los prejuicios y la ignorancia. Esto se ve corroborado por el hecho de que en las edades oscuras del pasado, la gente no tenía acceso a la información sobre otras personas y países más allá de las fronteras de sus países de origen. Esta falta suya de conocimiento les llevó a sacar conclusiones erróneas. Habían visto cómo Dios les había otorgado una enseñanza Divina en forma de un Libro, y sabían que los Mensajeros de Dios habían sido seleccionados de entre ellos; de ahí su impresión errónea de que habían sido las únicas personas tratadas de manera tan favorable por Dios, mientras que el resto del mundo tenía el infortunio de verse privado de tal bendición. Esta visión equivocada ha causado mucho daño al mundo y ha actuado como una semilla de mutua enemistad y malicia que no ha parado de crecer. Durante mucho tiempo sucedió que los pueblos permanecían ocultos a los demás y los paises permanecían escondidos y velados para otros, hasta el punto que los eruditos de la fe Arya solían creer que no había civilización más allá de los Himalayas.

Cuando Dios quitó el velo de sus rostros, ya era demasiado tarde para que vieran su error. Para entonces ya estaban arraigados en sus prejuicios. Todos los falsos rasgos distintivos que la gente había atribuido a sus propios libros revelados, sus teólogos y mensajeros, se habían anclado profundamente en sus corazones, y se habían afirmado de manera permanente, como el grabado en las piedras. Cada pueblo tenía el mismo concepto erróneo de que la capital de Dios estaba situada en su país. El comportamiento salvaje era predominante entre la mayoría de la gente de esa época por lo que la espada les parecía un instrumento natural para

ajustar cuentas con los que se atrevían a oponerse al viejo orden.

¿Quién se atrevía entonces a enfriar su auto-engrandecimiento para crear un ambiente propicio a la paz mutua?

Buda   Gautum   fue   alguien   suficientemente   valiente   para levantarse con el fin de lograr este objetivo. No estaba de acuerdo con la visión errónea de que los Vedas lo son todo, y que no hay nada fuera de ellos. Tampoco creía en ningún pueblo, país o tribu como algo excepcional. En otras palabras, no estaba de acuerdo en que solo los Vedas gozaran del monopolio, y que sólo esta fe, este idioma, este país y sus Brahmanes estuvieran permanente y exclusivamente registrados en los archivos de la corte de Dios para convertirse en los receptores de Su revelación. Se le hizo sufrir mucho cuando expresó estos puntos de vista diferentes, y fue acusado de ateo o agnóstico. Del mismo modo, los eruditos e investigadores de Europa y América, que no aceptan la divinidad de Jesús, y cuyos corazones se niegan a creer que Dios pueda ser crucificado, son calificados de ateos por los sacerdotes cristianos.

Así es como Buda fue etiquetado de ateo. Como es habitual, los antagonistas malintencionados que incitan al odio a la gente común, lo convirtieron en blanco de muchas acusaciones falsas. En consecuencia, fue expulsado de la tierra en que nació y creció; del país que era su patria. Incluso hoy día, los hindúes miran al budismo con desdén y envidian su éxito. De acuerdo con Jesucristo (la paz sea con él) que dijo que “no hay Profeta sin honra, excepto en su propia tierra.”12 Buda emigró a otro país y obtuvo allí un tremendo éxito. Se sabe que un tercio del mundo está poblado por los seguidores de Buda. En lo que se refiere a la gran mayoría de sus adeptos, el verdadero centro está en China y Japón, pero su mensaje ha llegado hasta el sur de Rusia y América.

Ahora volvamos al tema original de la discusión: la época en  que una religión desconocía la existencia de otras. En ese estado

  • Ver (Mateo, 13:57) y (Marcos, 6: 4). [Editor]

general de ignorancia, era natural que todo pueblo considerara que su propia religión y su propio libro eran los únicos. Finalmente, cuando los países se vincularon entre sí a través de la difusión del conocimiento, esta tendencia a monopolizar a Dios dio lugar a la creación de otro obstáculo en el camino de la comprensión mutua. La gente comenzó a mantener la expectativa de que las religiones de cada uno de los demás países estuvieran de acuerdo con la suya, o de lo contrario se les rechazaba. No era una tarea fácil deshacerse de esas religiones, de las exageraciones poéticas construidas a su alrededor a lo largo de los siglos. Así que los seguidores de cada religión se obligaron a sí mismos a oponerse vehementemente a los demás. De igual manera, la religión de Zend-Avesta levantó su bandera con la afirmación de que “no hay nadie como nosotros” y monopolizó la institución de la profecía para su propia familia. Relataron una historia tan larga de su religión, que aquellos que solían enorgullecerse de la longevidad de la historia védica quedaron avergonzados.

A su vez, la fe de los hebreos cruzó todos los límites cuando afirmaron que Siria había sido declarada la base eterna de la soberanía de Dios, y que sólo los piadosos de entre ellos serían considerados dignos de ser enviados para reformar al mundo. Pero de hecho, el trabajo de la reforma quedó limitado a la Casa de Israel, y la revelación de Dios se convirtió en la prerrogativa de su casa bajo el sello de Dios. Todos los demás que surgieron con esta pretensión fueron considerados mentirosos e impostores.

Del mismo modo, entre los aryas, ganaron credibilidad puntos de vista similares a los que se extendieron entre los israelitas. Según su creencia, Dios es solo el Rey de los aryas; un tipo de rey totalmente inconsciente de la existencia de los demás. Y sin rima ni razón, creen que Dios ha puesto su corazón para siempre en el entorno Arya; y que le importaba poco visitar otros países, siquiera de vez en cuando, para conocer el estado de las personas

que allí viven en estado miserable, a quienes Él una vez creó, para luego olvidarlos para siempre.

¡Amigos! Les pido, en nombre de Dios, que consideren si tales puntos de vista pueden realmente ser entendidos por la naturaleza humana. O si alguna conciencia puede encontrar espacio para ellos dentro de sus límites. Me cuesta entender qué clase de lógica es la que dice que, por una parte, Dios es concebido como el Señor de todo el universo y por otra afirma que ha retirado la providencia de Su mano de una gran parte del mundo, y que Su mirada permanece fija en un pueblo particular y en una sección de un país en particular. ¡Oh, los que poseéis sabiduría! Por favor, decidid con justicia si en todo el reino de las leyes físicas creadas por Dios, hay una sola evidencia a favor de esto, y si no, ¿por qué entonces Sus leyes espirituales se han de basar en actitudes tan sesgadas?

Si empleásemos la facultad de razonar, observaríamos que el bien o el mal de cualquier cosa, se manifiesta por su fruto. No es preciso que discuta las consecuencias de ofender e insultar a los santos Profetas de Dios, que han sido vistos y aceptados por cientos de millones de personas; pues muy pocos son los pueblos que no hayan atestiguado el resultado del fruto amargo de tales prácticas.

¡Queridos míos! La experiencia milenaria y las repetidas pruebas han establecido, sin lugar a dudas, que insultar y ofender a los Profetas y Mensajeros de diferentes naciones y pueblos, es un veneno mortal que no sólo mata al cuerpo, sino que también aniquila al alma, destruyendo así las perspectivas materiales tanto como las espirituales. Una nación cuyos habitantes tratan siempre de buscar defectos en los líderes de otros y destruir su carácter, nunca puede descansar en paz.

Nuncapuedenconseguirlaverdaderaunidadaquellaspersonas que individual o colectivamente, se refieren a los profetas, santos, o teólogos de los demás con malicia o lenguaje ofensivo. ¿Quién no se sentiría indignado por los insultos lanzados contra su Profeta o líder? Los musulmanes en particular son personas que, aunque no creen que su Profeta es Dios o el hijo de Dios, lo consideran el más venerado de todos los hombres santos nacidos de una madre humana. Hacer la paz con un musulmán sincero no es posible, a menos que durante los debates, su Santo Profeta sea siempre mencionado con respeto y lenguaje refinado.

En cuanto a nosotros13, nunca usamos un lenguaje indecente respecto a los Profetas de otros pueblos. De hecho, creemos que es prueba suficiente de la veracidad de todos los Profetas que han surgido en diferentes pueblos de la tierra, el que hayan sido aceptados por millones de personas de todas partes del mundo, y que el amor por ellos y su grandeza se haya establecido firmemente en cualquier parte del globo, y que además, este estado de devoción y amor por ellos haya superado la prueba del tiempo. Si no hubiesen sido enviados por Dios, jamás habrían sido aceptados en una escala tan amplia por millones y millones de corazones. Dios no concede tal honor a aquellos a quienes no favorece. Si un impostor aspira a ocupar su puesto, pronto es conducido a la ruina.

En virtud de la misma lógica, creemos que los Vedas son de origen divino y consideramos que sus santos son venerables y sagrados. Lo hacemos a pesar de nuestra observación de que la enseñanza védica no ha tenido éxito, ni podrá tener éxito, a la hora de convertir a alguna parte de sus seguidores en verdaderos adoradores de Dios. Los ciudadanos de esta nación, que adoran a ídolos, al fuego, al sol, al Gánges u otras miles de deidades, o  que son partidarios del jainismo, o de la fe Shakat, afirman que su

  • Los musulmanes [Editor]

religión procede de los Vedas. Los Vedas son tan imprecisos que permiten a todas las sectas deducir de ellos lo que quieran. Sin embargo, de acuerdo con lo que Dios nos enseña, creemos que los Vedas originales no fueron una invención del hombre, pues ninguna fabricación humana carece del poder de establecer un orden duradero. Aunque no encontramos ninguna mención de culto a las piedras en los Vedas, no hay duda de que la enseñanza védica está llena de menciones de culto al fuego, al aire, al agua, a la luna, al sol, etc. No hay versículo que prohíba la adoración de estos objetos. ¿Quién podría afirmar que las sectas más antiguas de los hindúes son falsas y que sólo la nueva secta Arya es la verdadera? Las personas que, citando a los Vedas, adoran a estos objetos, están armadas con el poderoso argumento de que hay una clara mención de tales adoraciones, y en ninguna parte hay prohibición alguna. Pero afirmar que estos son los nombres de Dios, supone decir algo que aún no ha quedado claramente resuelto. De estar resuelto, ¿qué razón habría para que los pundits eruditos de Banares y de otras ciudades hayan rechazado las creencias de los aryas? A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos treinta o treinta y cinco años, muy pocos hindúes han aceptado la fe Arya y, en comparación con la fe Sanatan y con otras sectas hindúes, los seguidores de la fe Arya son tan pocos que son casi irrelevantes, o carecen de influencia en las restantes sectas hindúes. Del mismo modo, las enseñanzas del nyog, que se atribuye a los Vedas, es aborrecible para la dignidad y el sentido del honor humano. Como ya he dicho, no podemos aceptar que sea una verdadera enseñanza védica. De hecho, nuestras buenas intenciones, nos hacen inclinarnos fuertemente a creer que tales enseñanzas debieron haber sido introducidas más tarde por motivos sensuales. Puesto que han pasado miles de años desde la compilación original de los Vedas, es posible que, en épocas diferentes, algunos escribas hayan añadido o quitado elementos

de esta escritura. Para nosotros es prueba suficiente que la fe Arya haya tenido millones y millones de seguidores durante miles de años, que la han sostenido como la palabra de Dios. No es posible que la obra de un impostor pudiera disfrutar de tal honor.

Así que, si a pesar de todos estos obstáculos, puramente por temor a Dios, aceptamos que los Vedas son en su origen una revelación divina, y asumimos que todas las falsas enseñanzas son obra de los escribas, ¿qué justificación puede haber para que el Sagrado Corán se convierta en el blanco de estos ataques brutales? Está lleno, de principio a fin, de mandamientos que hablan de la adoración a un solo Dios. En ninguna parte exige al hombre que rinda culto al sol, la luna, etc. De hecho, hay afirmaciones claras que expresan lo contrario14:

En otras palabras: no adores al sol, a la luna, ni a ninguna obra de la creación, sino solamente a Él, Quien os ha creado. Aparte de esto, el Sagrado Corán constituye en sí mismo un testimonio de Dios a través de sus antiguas y nuevas señales. Es un espejo que muestra la existencia de Dios. ¿Por qué, pues, se le convierte en el blanco de ataques tan feroces? ¿Por qué no somos tratados con el mismo espíritu de respeto con el que nosotros tratamos a los aryas? ¿Y por qué ha sido sembrada la semilla de enemistad y odio en el suelo de este país? ¿Esperan realmente que el resultado de tal comportamiento sea bueno? ¿Es decente arrojar piedras a quien te ofrece flores, o salpicar con orina a quien te ofrece leche?

Si los hindúes y los que pertenecen a la fe Arya estuvieran preparados para hacer una tregua completa en la cual acepten que nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de sean con él) es un verdadero Profeta de Dios, y en el futuro acuerden abstenerse

(Ha Mim al-Sajdah, 41:38)

del desprecio y la calumnia, entonces yo estoy dispuesto a ser el primero en firmar el siguiente tratado:

Nosotros, los miembros de la Yama’at Ahmadía, daremos testimonio de la verdad del origen de los Vedas, y hablaremos de los Vedas y sus Rishis con respeto y amor; y si no honramos nuestra parte del pacto, nos haremos responsables de pagar una multa de no menos de trescientas mil rupias a la comunidad hindú.

Si los hindúes realmente desean hacer un compromiso con nosotros, también deben escribirlo en forma de declaración, y firmarla con el siguiente contenido:

Creemos en el mensaje divino y en el profetázgo de Hazrat Muhammad Mustafá Rasulul’lah [el elegido, el Mensajero de Al’lah ] que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él, y lo consideramos como un verdadero Profeta y Mensajero. De ahora en adelante le recordaremos con reverencia y respeto, como corresponde a un creyente. Si esto no se cumpliera, se pagará una gran multa, de no menos de trescientos mil rupias, al líder de la Yama’at Ahmadía.

Debe recordarse que en la actualidad, la Yama’at Ahmadía está compuesta por no menos de cuatrocientos mil adeptos15. Por lo tanto, no debe considerarse una tarea demasiado grande la recaudación de trescientas mil rupias para una causa tan importante. La mayor parte de las personas que se encuentran fuera del entorno de nuestra Yama’at están desunidas por sus diferentes puntos de vista, y son de naturaleza variada. No siguen a un líder a quien deban obediencia. Es por eso que no puedo asumir ningún compromiso en su nombre; pues aún me  consideran un kafir [impostor] y dajjal [anticristo]. Pero confío

  • Este número representa a los fieles existentes en 1908, cuando fue escrito este libr [Editor]

en que cuando los hindúes lleguen a un acuerdo conmigo16, no cometerán el atrevimiento de insultar al Libro y a los Rishis de un pueblo tan civilizado, y por lo tanto, provocar, en represalia, el insulto al Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él).

Tales ofensas recaerán justamente sobre aquellos que actúen de manera irresponsable. Como tales acciones son contrarias a una conducta modesta y virtuosa, estoy seguro de que después de este tratado, no permitirán que vacilen sus lenguas. Para que el pacto sea válido, debe ser obligatorio que lo firmen diez mil representantes adultos de ambas partes.

Queridos hermanos míos, no hay nada como la paz y el compromiso. Unámonos con la bendición de este tratado y formemos una sola nación. Ustedes saben muy bien que el rechazo17 de ambos bandos nos ha separado y que nuestro país está sufriendo mucho. Imaginad qué bendición tan grande sería testificar de parte de uno la verdad del otro. No teman, intentémoslo ahora. Este es el mejor camino para lograr la paz. Dejarnos llevar por otro camino, sería similar a ignorar un absceso peligroso, simplemente porque se ve claro y brillante, cuando en realidad está lleno por dentro de materia putrefacta y por tanto dañina.

No necesito extenderme en detalles sobre la actitud y la discordia entre los hindúes y los musulmanes, cada vez mayor y recíprocamente hipócrita. Esta no solo se basa en las diferencias religiosas, sino que también tiene causas secundarias que pertenecen a las ambiciones mundanas. Por ejemplo, los hindúes siempre han mostrado su deseo de tener másvozen los asuntos del gobierno y del país entero. Han exigido que, como mínimo, se les consulte siempre en dichos asuntos, y que el gobierno preste siempre una especial

  • Los otros musulmanes [Editor]
  • Es decir, la negación de los personajes sagrados del otr [Editor]

atención a sus demandas. También desean que tales demandas se publiquen en ofi  nas de mayor rango, como lo son las británicas. Los musulmanes cometieron el error de no unirse a esta campaña, por temor a quedar en minoría. Temían que cualquier benefi que se pudiera obtener de tales campañas, sería aprovechado por la mayoría de la comunidad hindú, y no así por los musulmanes, de forma que no sólo se abstuvieron de unirse a esta causa, sino que también obstruyeron el paso a los esfuerzos hindúes oponiéndose abiertamente. Y así creció la enemistad mutua.

Admito que estos factores contribuyeron a fomentar una enemistad que ya existía. Pero no puedo aceptar que sea la verdadera razón. Lamento disentir con aquellos que creen que las disputas religiosas no son la raíz de la enemistad y la discordia hindú-musulmana, y que las disputas son solo de naturaleza política.

Todos pueden entender fácilmente por qué los musulmanes se muestran renuentes a unir sus fuerzas con los hindúes para exigir sus derechos; y por qué se han negado a unirse al Congreso y por qué, también, habiendo percibido la solidez de la estrategia hindú, han comenzado a seguir el mismo camino, paso a paso, manteniendo una entidad distinta y separada, y teniendo mucho cuidado de no identificarse con ellos. No sólo no se unieron a los hindúes, sino que crearon una organización musulmana similar pero separada18.

¡Queridos amigos! Reafirmo que el factor subyacente responsabledeestecomportamientoeslareligión, ynootro. Sihoy los mismos hindúes abrazaran a los musulmanes pronunciando la Kalimah    Tayyibah:19

  • La organización fue denominada Liga Musulmana y se estableció en [Editor]
  • No hay nadie digno de ser adorado excepto Al’lah; y Muhammad es el Mensajero de Al’lah [Editor]

entonces los musulmanes dejarían de oponerse de inmediato. Del mismo modo, si los musulmanes renunciaran al islam y abrazasen el hinduismo y comenzaran a adorar al fuego, al aire, etc. de acuerdo con los mandatos védicos20, entonces esas diferencias que se etiquetan como políticas desaparecerían repentinamente, como si nunca hubieran existido.

Es así evidente que los factores subyacentes en todas las enemistades y rencores son las diferencias religiosas. Son estas diferencias religiosas las que desde tiempos inmemoriales alcanzan un punto culminante para luego, invariablemente, ceder el paso al derramamiento masivo de sangre.

Oh, musulmanes, yo os digo: si los hindúes os tratan como una nación diferente solo por las diferencias religiosas, y vosotros respondéis de la misma manera, el conflicto no terminará nunca. ¿Cómo puede lograrse una relación sana y saludable, si no tomáis las medidas correctivas apropiadas contra el origen de este problema? Es posible disfrutar de una amistad temporal, pero sólo será superficial. La sinceridad suprema del corazón, digna de ser llamada sinceridad, sólo puede lograrse si cambiáis genuinamente vuestra actitud hacia los Vedas y los Rishis védicos aceptandoqueprocedende Dios. Delamismamanera, loshindúes también deben cambiar su actitud negativa y testificar la verdad de nuestro amado Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). Recordad, y recordad bien, que este es el único principio que puede establecer una verdadera tregua entre vosotros y los hindúes, y esta es la única agua que puede lavar la malicia que amarga esta relación. Si finalmente ha llegado la hora en la que estas dos naciones, que durante tanto tiempo se han desmoronado, estén destinadas a reunirse, entonces Dios abrirá

  • La referencia  es  a  los  mandamientos  védicos,  que  han  sido modificados y distorsionados con el tiempo por sus [Editor]

sus corazones para este propósito, al igual que Él ya ha abierto nuestros corazones para lo mismo.

Sin embargo, es esencial que tratéis a los hindúes con sinceridad y con bondad, y que el comportamiento decente sea vuestra segunda naturaleza. Absteneos de todas las medidas que les causan dolor, excepto las que sean esenciales u obligatorias de acuerdo con nuestra fe. Por consiguiente, si los hindúes aceptan sinceramente la proposición de dar testimonio de la verdad de nuestro Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) y de tener fe en su verdad, entonces lo que queda respecto a la discrepancia en el tema de las vacas, puede ser suprimido. Recordad que si se nos permite comer algo, no significa que tengamos que comerlo. Todo lo permisible no es obligatorio. Hay muchas  cosas que  sabemos  que son  legales,  pero no necesariamente las practicamos. Creer que Dios es Uno y tratar al prójimo con decencia y amabilidad es uno de los mandatos islámicos más importantes. Por lo tanto, si por el bien de lograr un objetivo más elevado, se renuncia a un derecho, eso no atenta contra el espíritu de la ley Divina. Considerar algo legítimo es una cosa, y utilizarlo es otra. El espíritu piadoso exige abstenerse de todo lo que Dios ha prohibido, seguir realmente el camino que nos lleva a ganar Su gracia, desear de corazón el bienestar de Su creación, tratar a los demás con bondad y simpatía, respetar a todos los santos Profetas y Mensajeros de Dios de cada época, aceptarlos como reformadores y no discriminarlos, y servir así a toda la humanidad, independientemente de sus denominaciones. Este es el resumen esencial de nuestra fe. ¿Cómo podríamos estar en paz con aquellas personas que -sin justificación y sin temor a Dios- hablan de nuestro Santo Profeta, Hazrat Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) con falta de respeto , y le insultan, y no se abstienen de utilizar un lenguaje grosero? En verdad, declaro que es posible que hagamos la paz

con las serpientes que se alimentan de la tierra salobre, y con los lobos del desierto, pero no con aquellos que atacan gratuitamente a nuestro Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) que nos es más querido que nuestras propias vidas, nuestras madres y nuestros padres. Que Al’lah nos haga morir como musulmanes. No estamos dispuestos a hacer nada a costa de nuestra fe.

En este punto, no quiero censurar a ninguna nación en particular, ni tengo la intención de lastimar los sentimientos de nadie. Pero, con un profundo sentimiento de mortificación, he de señalar que el islam, siendo una religión de paz, nunca ha atacado al fundador de ninguna religión. El Corán es ese libro venerado que sentó las bases de la paz entre las naciones y reconoció la verdad de todos los profetas pertenecientes a todos los diferentes pueblos. Es el Sagrado Corán el que goza de la distinción única de enseñarnos respecto a los Profetas del mundo entero que:21

Por lo tanto, Oh musulmanes debéis declarar: creemos en todos los Profetas de Dios que pertenecen a este mundo y no hacemos distinción entre ninguno de ellos, ni rechazamos a unos y aceptamos a otros.

No hay ningún otro libro revelado como El Sagrado Corán tan profundamente dedicado a la causa de la paz. La beneficencia universal de Dios no ha sido confinada por el Corán a ninguna Casa específica. Reconoce a los Profetas de la Casa de Israel, a todos y a cada uno de ellos, a Jacob, Isaac, Moisés, David o Jesús. Y reconoce a los Profetas de otras naciones, independientemente de si vivían en la India o en Persia. Ninguno de ellos ha sido

  • No hacemos distinción entre ninguno de ellos y a Él nos somet” (Al-e-‘Imran, 3:85) [Editor]

etiquetado como mentiroso o impostor. Al contrario, proclama claramente que los profetas aparecieron en cada nación y en cada pueblo, y asentaron el fundamento de la paz entre todos los pueblos. Por desgracia, este Mensajero de Paz, es insultado y tratado con desprecio por todos los pueblos por igual.

Oh, mis queridos compatriotas, no es mi intención expresar esta opinión para ofenderos, ni para herir vuestras sensibilidades de ninguna manera. Pero deseo expresar, con toda sinceridad, que aquellos que consideran algo natural desacreditar a los Profetas de otras religiones y consideran esta conducta inaceptable como parte de su fe, cometen un acto de injerencia injustificada en la fe de los demás. No sólo pecan contra Dios, sino que también son culpables de sembrar la semilla de la discordia y la enemistad entre la humanidad. Respondédme con la mano en el corazón:

¿si alguien insulta al padre de otro, o acusa a la madre de otro de conducta impúdica, no es equiparable a atentar contra el honor de su propio padre? Y si alguien responde con actos similares, ¿no es apropiado decirle que, en realidad, la culpa recae en la persona que empezó todo? En ese caso, él mismo sería el que ofende el honor de sus propios padres.

Dios, a través del Sagrado Corán, ha propuesto un trato refinado y respetuoso. Él nos exhorta a:22

En otras palabras, ni siquiera se debe faltar el respeto a los ídolos de los incrédulos, para que ellos no insulten a vuestro Dios por ignorancia. (Surah al-Anam, al-juzw, 7)

Hemos de tomar en consideración que esta es la enseñanza del Corán, a pesar de que ciertamente se refiere a los ídolos como algo carente de sentido. Sin embargo, Dios enseña a los musulmanes

22   (al-Anam, 6:109)

a que se abstengan de insultar incluso a los ídolos, y los exhorta en su lugar a adoptar la vía de la persuasión amable para que ellos [los idólatras] no se sientan provocados y a su vez falten el respeto a Dios. En todo caso, los musulmanes serían responsables de tal falta de respeto. ¿Qué clase de gente es la que insulta el nombre de este gran Profeta del islam, y habla de él con absoluta falta de respeto, ofendiendo brutalmente su honor y deshonrando su carácter impecable.

Él es el Profeta altamente venerado cuyo nombre producía tal sobrecogimiento que los grandes reyes musulmanes se apresuraban a desocupar sus tronos e inclinar la cabeza ante sus órdenes. Consideraban un gran honor formar parte de los más humildes de entre sus siervos. ¿Acaso no es este respeto una recompensa de Dios? Los que se atreven a insultar al receptor de tal honor, realmente, se enfrentan con Dios mismo. El Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) tiene una posición tan elevada ante Dios, que para evidenciar su verdad, Él mostró los milagros más grandes del mundo. ¿No es acaso obra de Su poderosa mano, el que haya hecho que se inclinaran las cabezas de 200 millones de personas ante el umbral de Muhammad? Es cierto que cada Profeta mostró muchas señales celestiales en su apoyo, pero las inigualables señales mostradas en favor de Muhammad superan a todas ellas. Siguen apareciendo incluso hoy, igual como se manifestaron en el pasado.

Por desgracia, no podéis entender un argumento tan simple como este: cuando la tierra se llena de pecado y se vuelve grosera; y la maldad, el libertinaje y la impertinencia pesan más en la balanza de Dios que los actos de justicia, es entonces cuando la misericordia de Dios requiere que Él envíe a uno de Sus siervos, para que restablezca el orden. La enfermedad y la patología claman por un sanador. Vosotros, entre todas las personas,

deberíais ser capaces de entender esto mejor que otros. Sabéis que los Vedas no fueron revelados en el momento que el océano del pecado se desbordaba, sino que fueron revelados cuando la calma de la ausencia del pecado prevalecía sobre la tierra y el mar.

¿Consideraríais inconcebible que aparezca un Profeta cuando la inundación del pecado se acrecienta e inunda rápidamente a todos los países del mundo?

Espero que la ignorancia no os ciegue ante los hechos de la historia. Cuando nuestro Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) honró el oficio de la profecía con su advenimiento, una era completa se hallaba sumida en la oscuridad más absoluta, y ningún aspecto de la conducta humana estaba libre de la mancha del pecado y de las falsas creencias. Pundit Dyanandescribeensulibro Satyarath Parkash, queincluso en la tierra de Aryawart (que se enorgullece de sus creencias monoteístas) la idolatría había reemplazado la adoración de Dios, y la fe védica se había corrompido ampliamente.

El reverendo Pfander, sacerdote europeo blanco y firme defensor de la fe cristiana, también apoya estas opiniones en su libro, Mizan-ul-Haq. Observa que en el momento del inicio del islam, los cristianos se habían convertido en los más corruptos de entre todas las confesiones religiosas. La conducta lasciva y desenfrenada de los cristianos de la época era motivo de vergüenza y deshonra para el cristianismo. El Sagrado Corán, justificando su revelación, habla de lo mismo en el siguiente versículo23:

Es decir: La corrupción ha aparecido en la tierra y el mar. Este versículo implica que todas las naciones, bien por ignorancia o bien por presunción de sabiduría, no estaban libres de corrupción.

23            (al-Rum, 30:42)

Por lo tanto, se establece con la autoridad de todos los testimonios, que toda la humanidad durante la era del Profeta Muhammad, (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) ya sea fuesen orientales u occidentales, pertenecientes a la tierra de los aryas, o habitantes del desierto árabe, como también los que habitaban en las islas, se habían convertido todos en desvalidos morales. No había ni uno entre ellos cuya relación con Dios estuviera libre de mancha. Las prácticas malvadas contaminaban toda la tierra. ¿Por qué, entonces, un hombre en su sano juicio no puede entender esta simple cuestión de sentido común, y darse cuenta de que era el momento y la fecha adecuada, en la medida en que la razón humana lo pueda aceptar, para que surgiera un Profeta excepcionalmente eminente?

En cuanto a la cuestión relativa a la reforma que este Profeta produjo con su llegada, nadie podría responderla como lo haría un musulmán, en relación con la abrumadora evidencia de la gran reforma originada por el Santo Profeta del islam (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él), pues está más allá del alcance de un cristiano, judío o ario, el poder responder a esta pregunta con tanta claridad y con el apoyo de pruebas tan irrefutables.

La primera fase de la reforma originada por el Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) comenzó con la de los propios árabes. La península arábiga estaba en un estado tan desastroso que era difícil referirse a sus habitantes como seres humanos. No existe el nombre de algún mal que no hubieran exhibido; no existe un nombre para alguna forma de idolatría que no hubieran practicado. El robo y el hurto estaban a la orden del día, y la comisión de asesinatos sin sentido les afectaba lo mismo que pisotear una insignificante hormiga con los pies. Mataban a niños inocentes y usurpaban todo lo que poseían. No era raro que enterraran vivas a sus hijas. Se enorgullecían de practicar la fornicación y en sus cánticos se jactaban de ello. La bebida era

tan habitual entre ellos que no había casa sin bodega de vino. Llevaban la delantera a todo el mundo en los juegos de azar. Las bestias se hubiesen sentido avergonzadas de ser comparadas con ellos, y las serpientes y los lobos se hubieran sentido deshonrados si se les llamara árabes.

Cuando nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) se levantó con la resolución de reformarlos, y decidió limpiar sus corazones con su devoción espiritual, en muy poco tiempo mostraron cambios tan radicales, que les transformaron de bestias a seres humanos, de seres humanos ordinarios a un pueblo cultivado; y de un pueblo culto se convirtieron en un pueblo de Dios, y se sumergieron totalmente en el amor de Dios. A causa de ese amor, estuvieron dispuestos a sufrir todo tipo de tormento, y lo soportaron de tal manera como si su sentido del dolor se hubiera paralizado. Fueron sometidos a sufrimientos extremos mediante diferentes modos de tortura y fueron azotados sin piedad. Fueron obligados a tumbarse sobre la arena ardiente, y encarcelados. Se les privó de comida y agua hasta llegar al borde de la muerte. Pero frente a cada prueba continuaron marchando hacia adelante. Hubo muchos de ellos cuyos hijos fueron asesinados delante de sus propios ojos, y muchos otros que fueron crucificados delante de sus propios hijos.

La devoción singular con la que ofrecieron sus vidas fue tal, que solo pensar en ello hace que surjan lágrimas en nuestros ojos. Si no fue el mandato de Dios y el poder de la atención espiritual de Su Profeta, que actuó como magia en sus corazones, ¿qué otra cosa hizo que se adhirieran tan fervientemente al islam? ¿Qué magia los transformó y los hizo inclinarse ante el umbral de un hombre humilde que tiempo antes había pisado las calles de La Meca sin ningún tipo de amistad, riqueza o poder? Tuvo que haber una mano espiritual que los sacó de las profundidades mas oscuras y los elevó a alturas tan deslumbrantes. Aún más sorprendente,

es el hecho de que muchos de ellos, en sus primeras etapas de rechazo, fueron enemigos jurados del Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) y estaban sedientos de su sangre. No veo mayor milagro que este: que alguien tan indefenso, pobre y sin dinero como él, pudiera lavar sus corazones de todas las manchas de enemistad y odio, y atraerlos tan poderosamente hacia sí, hasta el punto de que arrojaran voluntariamente sus vestiduras reales por la causa de Dios y aceptaran la humildad de vestirse con arpilleras.

Algunos, en su ignorancia, culpan al islam de la Yihad [emprender guerras] para difundir su mensaje y ganar adeptos a punta de espada. Afirman que estos conversos se vieron obligados a cambiar su religión bajo la amenaza de la espada. ¡Ay de ellos mil veces! Superan todos los límites de la injusticia en sus esfuerzos por ocultar la verdad. ¡Que lástima! ¿Qué les sucede, que tan deliberadamente se alejan de la realidad? Nuestro Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) no apareció en la tierra de Arabia en calidad de monarca. Por lo tanto, no se puede asumir que poseyera un poder y autoridad reales, que hicieran que el pueblo se rindiera a su autoridad por temor a sus vidas.

Por tanto, la pregunta que surge es muy simple: cuando libró de manera solitaria su batalla espiritual por el pronunciamiento de la Unidad de Dios y por el establecimiento de la verdad de su ministerio, en un estado de absoluta impotencia y pobreza,

¿dónde estaba esa espada que supuestamente aterrorizó sus corazones, y coaccionó a los mansos a someterse? Y si estos se hubieran negado a creer o hubiesen persistido en su rechazo, ¿a qué rey le iba a pedir que le enviara un contingente armado en su ayuda, para que estos fueran obligados a ceder?

¡Oh buscadores de la verdad! Tened la seguridad de que todas estas acusaciones son invenciones de los enemigos jurados del

islam. Mirad a través de la historia. Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) fue un huérfano cuyo padre murió poco después de su nacimiento, y cuya madre falleció siendo él un niño de pocos meses. Un niño sobre quien Dios extendió Su mano de apoyo, y a quien puso bajo Su cuidado sin el patronazgo de otro. Durante esos tiempos difíciles de orfandad, cuidaba las cabras que pertenecían a otros. Nadie fue su mentor aparte de Dios. A la edad de veinticinco años, ninguno de sus tíos estaba dispuesto a ofrecerle la mano de sus hijas en matrimonio, ya que parecía que era incapaz de poder atender a los gastos básicos de un hogar. Además, era analfabeto, y carecía de formación para ejercer alguna profesión u oficio. A medida que se acercaba a la edad de cuarenta años, he aquí que se mantenía con el corazón fuertemente atraído hacia su Señor, Al’lah, el Compasivo. Había una cueva, a pocos kilómetros de La Meca con el nombre de Hira. Era allí donde se refugiaba, se ocultaba de los ojos de los hombres y se perdía en el recuerdo de Dios. Un día, en esa misma cueva, mientras oraba en silencio, Dios se reveló, y le dijo: El pueblo ha dado la espalda al camino de Al’lah, y la tierra está contaminada con el pecado. Así que Yo [Dios Todopoderoso] te nombro como Mi Mensajero y te envío al mundo, para que adviertas a la gente que vuelva a su Señor antes de que Mi ira caiga sobre ellos.

Siendoanalfabeto, se sintió asustadoantetalmandatoysuplicó a Dios: ¡pero no sé leer ni escribir! Entonces Dios, llenó su seno con todas las facultades del conocimiento espiritual e iluminó su corazón. Con la bendición de su quwwat-e-qudsiyyah [poder de purificación], los mansos y los humildes, comenzaron a entrar en el círculo de la obediencia de Dios. Pero los poderosos líderes reunieron todas sus fuerzas para oponerse a él con uñas y dientes. Llegaron incluso a tramar un complot para asesinarlo, y muchos hombres y mujeres fueron conducidos a una muerte agonizante. Como última medida, rodearon la casa del Santo Profeta (que la

paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) con la intención de asesinarlo. ¿Pero quién puede tocar a quien Dios protege? Dios le reveló: Abandonad esta ciudad inmediatamente, yo permaneceré a vuestro lado a cada paso.

En consecuencia, dejó La Meca acompañado de Abu Bakr (que Al’lah esté complacido con él) y permaneció escondido durante tres noches en la cueva de Zor. Los enemigos le persiguieron, y con la ayuda de un rastreador llegaron a la cueva. Este rastreador divisó sus huellas en la entrada de la cueva, y les dijo: aquí termina la pista, así que buscad en esta cueva. Si no le encontráis dentro, entonces la tierra debe haberlo tragado. ¿Quién puede acotar las maravillas ilimitadas de la creación de Dios? En una sola noche, Dios manifestó Su voluntad haciendo que una araña tejiera su tela en la boca de la cueva, de extremo a extremo, y que una paloma construyera su nido en la entrada de la misma poniendo allí sus huevos. Cuando el rastreador instó a los mequíes a que entraran en la cueva, un anciano replicó: ¡este rastreador debe estar loco! He visto la telaraña en la boca de esta cueva mucho tiempo antes incluso de que Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) hubiese nacido. Acto seguido, los perseguidores comenzaron a dispersarse, renunciando a la idea de entrar en la cueva.

Después de este suceso, el Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) viajó a Medina en secreto. La mayoría de los habitantes de Medina le aceptaron, haciendo que la gente de La Meca se enfureciera, lamentando que “la presa se nos haya escapado de las manos”. Entonces comenzaron a elaborar todo tipo de complots para asesinar al Santo Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). Un pequeño grupo de mequíes que habían aceptado a Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) también dejó La Meca y emigró a diferentes países. Algunos encontraron refugio con

el Emperador de Abisinia24. Sin embargo, otros permanecieron atrás en La Meca, ya que carecían de medios adecuados para emprender tales viajes, y estos fueron cruelmente atormentados. El Sagrado Corán menciona cómo sufrían de día y de noche, y como pedían misericordia a Dios.

La crueldad de los infieles qureish excedió todos los límites. Comenzaron a asesinar a las mujeres pobres e indefensas y a los niños huérfanos. Llegaron al extremo de matar cruelmente a algunas mujeres atando con fuerza cada una de sus piernas a diferentes camellos y dirigiéndolos en direcciones opuestas. Así morían abiertas por la mitad.

Cuando la transgresión de estos infieles sin misericordia llegó a este punto, Dios, que se vuelve a Sus siervos con misericordia, reveló a su Mensajero: Me han llegado las súplicas de los afligidos; por lo tanto, en el día de hoy permito que se alcen frente a sus perseguidores y les recuerden que la gente que levanta su espada contra el inocente, morirá por misma espada. Sin embargo, no actuéis con transgresión, porque Dios no es amigo de los transgresores. Este es el espíritu y la esencia de la Yihad islámica que maliciosamente se presenta con una perspectiva incorrecta. Dios ciertamente es Tolerante, pero cuando la maldad de un pueblo traspasa todos los límites, Él no deja que los transgresores queden en la impunidad. Él mismo crea las condiciones que causan su destrucción. No sé ni cómo ni de dónde nuestros opositores escucharon que el islam se extendió con la fuerza de la espada. Dios declara en el Santo Corán que no existe ningún tipo de compulsión en el islam:25

  • Hoy día se denomina Etiopía [Editor]
  • (al-Baqarah, 2:257)

Es decir: la religión del islam no permite que se ejerza ninguna coacción en los asuntos de la fe. ¿Quién ordenó la aplicación de la fuerzaycuáleseranlosmediosdecoacciónqueteníandisponibles? Las personas que son forzadas a cambiar su fe no muestran tanta dedicación, ni tal cualidad en su creencia, que hizo posible que, sin retribución material alguna, y a pesar de ser unos pocos, poseyeran la determinación de enfrentarse a ejércitos de miles de soldados. Y cuando su número alcanzó el millar, adquirieron, de alguna manera, la fuerza necesaria para derrotar a enemigos que los superaban en cientos de miles. Ofrecieron sin vacilar su vida en defensa de su fe, para ser sacrificados como ovejas y cabras. Estamparon el testimonio de la verdad del islam con su propia sangre. Además, se enamoraron de la tarea de difundir la Unidad de Dios hasta tal punto que aceptaron voluntariamente todo tipo de dificultades, como los ascetas, y cruzaron los desiertos de África para difundir el mensaje del islam y conseguir que sus benditas enseñanzas hicieran florecer el fruto de la verdad. Así lograron convertir a decenas de millones al islam. Luego entraron en la India al estilo de los derviches, vestidos con arpilleras, y lograron convertir a muchos de la fe Arya al islam. Incluso llegaron a las fronteras de Europa y pregonaron su mensaje fuerte y claro:26

¿Podríais acaso afirmar con honestidad que estos actos fueron realmente los frutos de la espada del islam, cuyos corazones permanecían infieles mientras que solo sus lenguas profesaban la fe? ¡No! Fue la obra de aquellos cuyos corazones estaban llenos de la luz de la fe. Sólo Dios moraba en sus corazones.

Ahora centremos nuestra atención en el estudio de las enseñanzas islámicas y su verdadera naturaleza. Se debe tener claramente en cuenta que el propósito predominante de las  enseñanzas islámicas es establecer la Unidad y la Majestuosidad

  • Nadie es digno de ser adorado excepto Al’lah. [Editor]

de Dios en la tierra, erradicar completamente la idolatría, y reunir a todas las confesiones religiosas dispersas en torno a un único artículo de fe, y convertirlas en un sólo pueblo.

Las religiones que aparecieron antes del islam, y los Profetas y Mensajeros que vinieron, se limitaron a la reforma de su propia nación y país; todo lo que hicieron para su promoción moral estaba dirigido al beneficio de su propio pueblo. Es por eso por lo que Jesúsas admitió inequívocamente que sus enseñanzas eran solamente para la Casa de Israel. Se nos dice que, cuando una mujer que no era de los israelitas le suplicó con humildad que le mostrara “el camino”, él rechazó su súplica. La pobre mujer llegó incluso al extremo de asemejarse a un perro implorando la guía para evocar compasión. Jesúsas rechazó de nuevo su súplica, sobre la base de que solo había sido enviado para las ovejas de la Casa de Israel. Finalmente la mujer fue silenciada. Sin embargo nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) en ningún momento ni en ningún lugar declaró que había sido enviado solo para los árabes. Al contrario, el Sagrado Corán le ordena decir:27

Es decir, dí a la gente que soy un Mensajero de Al’lah para todos vosotros. Se debe recordar que no fue culpa de Jesús dar una respuesta tan lacónica a la mujer. Aún no había llegado el momento de una enseñanza universal. Esta fue la enseñanza dada a Jesús por Dios: tú has sido enviado únicamente para la Casa de Israel. No has de preocuparte por los demás.

Como he mencionado antes, las enseñanzas morales de Jesús estaban limitadas a los judíos. La Torá enseñó “diente por diente, ojo por ojo, y oreja por oreja”28. El propósito de esta

27            (al-A‘raf, 7:159)

  • Ver (Éxodo, 21:24)(Levítico, 24:20)(Deuteronomio, 19:21). [Editor]

enseñanza era proporcionar un mandamiento a los judíos para establecer la justicia y evitar que cometieran agresiones y excesos. Esto era preciso, ya que habiendo vivido cuatrocientos años en la esclavitud, la crueldad y la mezquindad se habían convertido en su segunda naturaleza. Por lo tanto, la profunda Sabiduría de Dios planeó contrarrestar el excesivo énfasis en la crueldad y la venganza existente en sus naturalezas, enfatizando las enseñanzas del perdón y el amor con la misma intensidad. Por lo tanto, la enseñanza moral que se encuentra en los Evangelios es específicamente para los judíos, y no para el mundo entero, ya que Jesús no tenía nada que ver con el resto de los pueblos.

La enseñanza que trajo Jesús no sólo tuvo el inconveniente de no estar dirigida a toda la humanidad, sino que también tenía otro defecto. Mientras que porunlado la Torá hace unénfasis excesivo en la venganza, los Evangelios, se van al otro extremo en lo que respecta a la enseñanza del perdón. Ambas escrituras fracasan en elucidar todas las variaciones posibles de la naturaleza humana. En cuanto a la Torá, sólo se ocupa de un aspecto, mientras que los Evangelios se aferran al otro de manera exclusiva. Ambas enseñanzas carecen de equilibrio. Al igual que es evidente que aplicar el castigo en cada ocasión no es apropiado, ni está de acuerdo con los dictados de la justicia, de la misma manera pasar por alto las faltas de forma indiscriminada, es contrario al espíritu de la reforma humana. A la vista de esto, el Sagrado Corán no está completamente de acuerdo con ninguna de las dos, sino que propone lo siguiente:29

Por lo tanto, un perjuicio sólo puede vengarse en la medida del perjuicio recibido, como nos enseña la Torá. Mas si alguien elige perdonar, como enseñan los Evangelios, ese perdón sólo es permisible cuando el perdonado es susceptible de responder

  • La recompensa de un daño es un daño similar; mas quien perdona y su acto produce la reforma, tendrá su recompensa con Al’lah. (al-Shura, 42:41) [Editor]

con reforma y arrepentimiento, el resultado final sea positivo y saludable, y todo termine bien. De lo contrario, la enseñanza rutinaria sigue siendo la misma que la de la Torá.

Glosario

Abu Bakr: Amigo cercano y compañero del Santo Profeta, y primer Jalifa del Islam. Fue el primero entre los hombres en confirmar la verdad de la afirmación del Santo Profeta.

Al’lah: Al’lah es el nombre personal de Dios en el Islam. Para mostrar la debida reverencia a Él, los musulmanes a menudo añaden Ta’ala, ‘el Altísimo’, al pronunciar Su Santo nombre.

Musulmán áhmadi o áhmadi: Un miembro de la Yama’at musulmana Ahmadía.

Yama’at musulmana Ahmadía: Comunidad de musulmanes que aceptan la afirmación de Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadian de ser el Mesías y Mahdi Prometido; la Yama’at fue fundada por Hazrat Mirza Ghulam Ahmad en 1889, y ahora está bajo el liderazgo de su Quinto Jalifa, Hazrat Mirza Masrur Ahmad.

Al-Imam al:Mahdi: Título otorgado al Reformador Prometido de los Últimos Días; significa el líder guiado.

Arya o Arya Samayi: Movimiento fundado en 1875 por Swami Dayananda en la India con el objetivo de promover las enseñanzas de los Vedas.

Aryan: Un miembro del grupo Ario.

Aryawart: Tierra de los Arya, India.

Baba Nanak: Considerado por los sijs como el fundador de su religión. Baba Nanak (1469:1539) fue en realidad un musulmán. Realizó el Hall; se casó en el seno de una familia musulmana, y vivió una vida piadosa.

Ganges: Río en la parte norte de la India reverenciado por los hindúes. Creen que sirve para facilitar la salvación de los que se bañan en él.

Hazrat: Término de respeto usado para una persona de virtud y piedad reconocida.

Hall: Peregrinación a la Casa de Al’lah en La Meca, Arabia; conocida además como el quinto pilar del Islam.

Santo Profeta: Término usado exclusivamente para Hazrat Muhammad, el Profeta del Islam.

Sagrado Corán: El Libro enviado por Al’lah para la guía de la humanidad. Fue revelado al Santo Profeta Muhammad a lo largo de un período de veintitrés años.

Jainismo: Religión y filosofía surgida en la India alrededor del año 500 AC cuyo autor es el príncipe Vardhamana (conocido por sus seguidores como Mahavira) que nació en el seno de una familia hindú, y que más tarde promulgó ciertas excepciones en algunas de las enseñanzas de la religión hindú, entre ellas el sistema de castas.

Yama’at: Yama’at significa comunidad. Aunque la palabra Yama’at en sí puede referirse a cualquier comunidad, en este libro Yama’at se refiere específicamente a la Yama’at Ahmadía.

Yihad: La traducción literal de esta palabra es “esfuerzo”. El término se utiliza para significar la auto-purificación. También se refiere a la participación en la defensa concertada en caso de agresión por motivos religiosos.

Kalimah: La declaración de la fe islámica: “No hay nadie digno de ser adorado excepto Al’lah, y Muhammad es el Mensajero de Al’lah”. También es conocida como el primer pilar del Islam.

Mahdi: Véase al-Imam al-Mahdi.

Nyog: Práctica que permite a una mujer que no ha tenido descendencia con su marido, cohabitar con otra persona, y procrear hijos para su marido.

(El) Mesías Prometido: Este término se refiere al Fundador de la Yama’at Musulmana Ahmadía, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadian, que declaró que había sido enviado por Al’lah de acuerdo con las profecías del Santo Profeta Muhammad, respecto al advenimiento de al-Imam al-Mahdi y el Mesías entre los musulmanes.

Pundit: Término usado para denotar respeto o estatus en la religión hindú. A los pundits se les conoce tradicionalmente por memorizar una parte sustancial de los Vedas y realizar servicios religiosos para los hindúes.

Rishis: Término hindú para los teólogos religiosos que rompen los lazos con el mundo material y se someten completamente a los actos de devoción.

Sahib: Término de respeto para un hombre, similar a los términos ingleses de Mister o Sir.

Samaj: Término hindú para la sociedad.

Shakat: Secta del hinduismo.

Sri Krishna: Profeta de Dios del hinduismo de quien se sabe que nació alrededor de 1458 AC.

Surah: Término árabe referido a un capítulo del Sagrado Corán.

Vedas: Textos religiosos del hinduismo.

Zend-Avesta: Significa comentarios sobre los Avesta, textos sagrados de la religión zoroástrica. En el contexto de este libro, se refiere a la religión zoroástrica.

Zoroastrianos: Seguidores de la religión basada en las enseñanzas del Profeta Zoroástro.

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