El complejo de inferioridad es un sentimiento funesto
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

El complejo de inferioridad es un sentimiento funesto

Sobre los sentimientos de duda hacia uno mismo, de inferioridad y de falta de confianza.

Traduccion:

Ḥazrat Abū Hurairah, que Dios esté complacido con él, nos narra que el Santo Profeta (sa) comentó:

“Cuando un hombre considera que una persona no tiene esperanza, es él quien la condena a la desesperanza.”

(Muslim)

Comentario:

Este Ḥadīz trata de un concepto que en psicología se denomina “complejo de inferioridad”. El Santo Profeta (sa) enseñaba a las personas que se debía intentar elevar la moral de las demás personas, creando en ellos esperanza y autosuficiencia, aumentando la fe y el respeto por sí mismos; en lugar de arrastrarlos al pozo de la pesadumbre, a través de la desesperación, la frustración, el complejo de inferioridad y mentalidad pesimista. Quien se queja, sin una actitud constructiva, de los pequeños errores y meros inconvenientes de las demás personas, y les transmite que no tienen esperanza para la mejora, que están condenados a tal estado, él mismo, a través de tales observaciones, crea en estas personas un sentimiento de desesperación y un complejo de inferioridad, trazando el camino de su perdición. Desde su profunda sabiduría, el Santo Profeta (sa), ordenó que, si bien las personas pueden ser adecuadamente reprendidas por sus errores como una medida reformadora, correctiva y de mejora, el hecho de resaltar cada pequeño error y lamentar su error como algo catastrófico, como si se hubieran acercado a un abismo sin retorno, equivale a condenarlos, a arruinarlos, con sus propias manos. Todo reformador debe proceder con cuidado en la mejora de las personas.

Para recalcar la actitud del Santo Profeta (sa) sobre este aspecto, repasamos un suceso de su vida. Una vez, un grupo, enviado por él, huyó del campo de batalla de regreso a la ciudad de Medina. Este grupo estuvo profundamente angustiado debido a la idea que tenían en mente de que huir del enemigo durante una batalla está mal valorada en el islam. Tanto es así que, por el abrumador sentido de vergüenza que tenían, no quisieron presentarse ante el Santo Profeta (sa). Cuando el Santo Profeta (sa) los vio encogidos en un rincón de la mezquita, escondiendo sus rostros, se acercó a ellos en persona y les llamó para preguntar quiénes eran. Con mucha vergüenza y con los ojos bajos, respondieron:

“¡Oh, Profeta de Al´lah (sa), somos el grupo que huyó, los fugitivos”

Al percibir en ellos un sentimiento de baja estima, les dijo que no eran fugitivos o huidizos, sino que se habían retirado solo con la intención de atacar al enemigo con más fuerza aún, y para ello, se habían reunido con él, quien iba a llevarlos de regreso a la batalla. Al recibir estas conmovedoras palabras del Santo Profeta (sa), estas personas, que estaban sumidos en su sufrimiento interno, silencioso, en un vórtice del abatimiento y frustración, golpeados por las crecientes olas del complejo de inferioridad, salieron de estas tinieblas de un salto y se pusieron a sus pies. Esta fue la lección que el Santo Profeta (sa) enseñó a sus Compañeros mediante la práctica personal, y que impartió teóricamente a través del Ḥadīz que se indica a continuación, que Dios bendiga a Muhammad (sa). La palabra,

que aparece en este Ḥadīz, que significa “él los destruyó”, es susceptible de otro significado, “él es el más arruinado de las personas”, si hay una leve variación en la pronunciación, siendo de la siguiente forma:

Así, este Hadiz tiene un sentido muy bello, ya que, en el último caso, significa que, la persona que considera que no hay esperanza para las demás personas, en realidad, está atrapada, a nivel personal, en lo profundo del sentimiento de la desesperación, la frustración, el complejo de inferioridad y mentalidad pesimista.

Tanto si las otras personas están encaminadas al fracaso, como si no; al transmitir una persona esta idea a los demás, él mismo, sin duda alguna, sella su propia fracaso.

Referencia

40 gems of beauty, Hadiz No. 29; por Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib.