La vida del Santo Profeta (sa)
Sermón del viernes 05-07-2024
Después de recitar el Tashahhud, el Ta‘awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad el Jalifa del Mesías V (aba) declaró:
Hoy mencionaré dos expediciones. La primera es la Expedición de Badr al-Mau’id, que tuvo lugar en el año 4 AH (Año de la Hégira). Esta expedición es conocida como la Expedición de Badr al-Mau’id, Badr al-Thaniah, Badr al-Akhirah y Badr al-Sughra. Existen diversas narraciones en relación con la fecha de esta expedición.
Según Ibn Hisham e Ibn Ishaq, el Santo Profeta (sa) partió hacia Badr en el mes de Sha’ban, año 4 AH. Según Waqidi, esta expedición tuvo lugar en el año 4 AH, al avistarse la luna de Dhu al-Qa’dah. Un mercado se celebraba en Badr desde el 1 hasta el 8 de Dhu al-Qa’dah. En otra narración se menciona que el Santo Profeta (sa) partió hacia Badr en Shawwal. Es decir, el Santo Profeta (sa) partió de Medina y llegó a Badr en la noche del avistamiento de la luna de Dhu al-Qa’dah. En cualquier caso, de acuerdo con estas tres narraciones, esta expedición tuvo lugar en el año 4 AH, aunque existen diferencias en relación al mes.
Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) también ha escrito sobre esta expedición y que cuando se acercaba el final de Shawwal en el año 4 AH, el Santo Profeta (sa) partió de Medina con un grupo de 1,500 compañeros.
La causa de esta expedición fue que cuando Abu Sufyan bin Harb regresó de la Batalla de Uhud, proclamó en voz alta que nos encontraríamos en el próximo año en Badr al-Safra. Badr también es conocido como Badr al-Safra. El Santo Profeta (sa) instruyó a Hazrat Umar (ra) que le dijera que así lo haríamos, Insha’Al’lah [si Dios quiere].
Allamah Baidawi ha escrito que el Santo Profeta (sa) respondió personalmente: “Insha’lah”. Badr es un pozo bien conocido entre La Meca y Medina, ubicado entre el valle de Safra y otros cuatro lugares. Badr se encuentra al suroeste de Medina, a una distancia de 150 kilómetros. Este es el lugar.
En la era de la Yahiliyah, se celebraba aquí un gran festival anual durante ocho días a partir del 1 de Dhu al-Qa’dah. Abu Sufyan solo hizo esta declaración por arrogancia y, a medida que se acercaba el tiempo señalado, Abu Sufyan comenzó a retroceder ante la batalla. Sin embargo, continuó fingiendo que estaba reuniendo un gran ejército y planeando lanzar un ataque contra el Santo Profeta (sa). Hizo esto para que esta noticia llegara a la gente de Medina y a otras regiones de Arabia, con el fin de asustar a los musulmanes.
Durante este tiempo, una persona perteneciente a la tribu de Banú Ashja’, Nu’aim bin Mas’ud, quien más tarde aceptó el Islam, viajó a La Meca. Allí se encontró con Abu Sufyan y le dijo: “He venido a La Meca para informarte de los preparativos de los musulmanes. He visto personalmente que poseen incontables armas, camellos y caballos. También han traído a sus tribus aliadas y están listos para lanzar un feroz ataque. Mira, tú mismo convocaste la batalla y ahora se ha acercado el momento señalado. ¡Por lo tanto, muestra tus habilidades en el campo de batalla!” Abu Sufyan evadió el asunto y dijo: “¡Oh Nu’aim! Sabes que hay hambruna en nuestra zona y no ha llovido durante mucho tiempo. Los depósitos de agua están secos y no hay ni una brizna de hierba en los pastos para el ganado y los animales utilizados para el transporte. La gente se enfrenta a dificultades económicas en todas partes. Por lo tanto, es prudente que nos concentremos en esto ahora, y tú puedes jugar un papel clave en ello.” (Le solicitó ayuda). “Ve a Medina y dales información exagerada sobre nuestra determinación y fuerza individual, y hazlo bien conocido para que los musulmanes permanezcan en confusión sobre nosotros y no se dirijan hacia Badr por temor.” Nu’aim respondió: “¿Qué me darás a cambio?” Abu Sufyan le ofreció 20 camellos, que Nu’aim aceptó con gusto, diciendo: “Entrega esta recompensa a Suhail bin Amr y me pondré en marcha para esta tarea.”
Suhail era su amigo cercano, y Nu’aim se preparó para partir una vez que fue tranquilizado. Rápidamente le dieron los camellos para que el plan pudiera ejecutarse lo antes posible. Nu’aim partió hacia Medina. Realizó la Umrah, mantuvo su cabeza afeitada y se dirigió a toda prisa hacia Medina. Quería llegar a Medina de inmediato antes de que el ejército musulmán pudiera partir de allí.
Cuando llegó a Medina, los musulmanes estaban haciendo plenos preparativos para su Yihad. Le preguntaron: “Nu’aim, ¿de dónde acabas de venir?” Él respondió: “He venido de La Meca después de realizar la Umrah.” Luego dijeron: “Entonces estarás al tanto de los planes de Abu Sufyan. ¿Cómo están sus preparativos de batalla?” Él respondió: “Abu Sufyan ha reunido muchos ejércitos y ha congregado a toda Arabia a su lado.” (Lo exageró enormemente). “Viene con un ejército tan grande que no podréis enfrentarlo. Escuchadme, deberíais quedaros en Medina. No salgan de Medina para luchar. Él está por atacar con un ejército tan vasto que solo se puede salvar de él si se huye. Vuestros jefes serán asesinados. Muhammad (sa) mismo no podrá recuperarse de las pérdidas. ¿Deseáis dejar Medina para enfrentar la muerte? Es una lástima que hayáis tomado una decisión tan terrible. Por Dios, no creo que ninguno de vosotros sobreviva.” Habló con gran desaliento para que tuvieran miedo. Distorsionó la realidad tanto que, en ocasiones, mencionaba el gran número de soldados del ejército de Abu Sufyan, en otras ocasiones mencionaba sus reservas de armas o el fervor de los jefes de los Quraish, y a veces elogiaba sus peligrosos planes de batalla. Ejecutó la misión con tanta destreza que, en pocos días, el ambiente en Medina se envenenó con miedo y ansiedad. Las artimañas de Nu’aim bin Mas’ud tuvieron éxito y los musulmanes de fe débil realmente se llenaron de miedo a causa de sus rumores, al punto que cualquier cosa que dijeran confirmaba lo que Nu’aim bin Mas’ud había dicho. En cada reunión, se llenaban de menciones al valiente ejército de Abu Sufyan y sus temibles planes.
Viendo este estado de los musulmanes, los judíos y los hipócritas no podían contener su alegría y se daban entre sí la buena noticia de que los seguidores del Islam serían ahora borrados de la faz de la tierra. Durante este estado en Medina, Hazrat Abu Bakr (ra) y Hazrat Umar (ra) se presentaron ante el Santo Profeta (sa) y dijeron: “¡Oh Mensajero de Dios (sa)! Al’lah Todopoderoso concederá la victoria a Su religión y honrará a Su Profeta (sa). Hemos hecho una promesa a nuestra gente y no deseamos romper esa promesa. Ellos (los incrédulos) considerarán cobardía si no salimos al campo de batalla. El Santo Profeta (sa) debería salir en cumplimiento de su promesa. Por Dios, esto es seguramente mejor”. El Santo Profeta (sa) se alegró al escuchar estos sentimientos y declaró:
[Árabe] “Por Aquel en Cuya Mano está mi vida, ciertamente saldré, aunque no haya nadie que me acompañe.”
Al presenciar esta firmeza, voluntad y determinación del Santo Profeta (sa), el estado de miedo y ansiedad de los musulmanes se disipó por completo y comenzaron a prepararse nuevamente con entusiasmo y fervor.
Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) también ha escrito sobre esta expedición de al-Mau’id, afirmando:
“A pesar de la victoria en Uhud, y de tener una fuerza tan grande, [el corazón de Abu Sufyan] estaba temeroso y, aunque estaba decidido a la destrucción del Islam, no deseaba enfrentarse a los musulmanes hasta poder reunir una fuerza mayor. Por lo tanto, aún estaba en La Meca cuando envió a un hombre llamado Nu‘aim, quien pertenecía a una tribu neutral, hacia Medina e insistió enérgicamente en que de cualquier manera posible, debería intimidar y amenazar a los musulmanes, y fabricar historias falsas para evitar que se prepararan para la guerra. Así, este individuo llegó a Medina y fabricando historias falsas sobre los preparativos, la fuerza, el celo y la furia de los Quraish, creó un estado de inquietud en Medina. Esto se llevó a cabo hasta tal punto que varias personas de disposiciones más débiles comenzaron a tener miedo de participar en la Ghazwah. Sin embargo, el Santo Profeta (sa) animó a los musulmanes a avanzar y en su discurso afirmó:
‘Ya hemos aceptado el desafío de los Quraish y hemos prometido salir en esta ocasión, por lo tanto, no podemos dar marcha atrás. Incluso si se me requiere ir solo, iré y me mantendré firme frente al enemigo.’
Como resultado, el miedo de la gente se disipó y se prepararon para partir en compañía del Santo Profeta (sa) con gran celo y sinceridad”, es decir, comenzaron a prepararse una vez más.
En cualquier caso, cuando el Santo Profeta (sa) se enteró de que Abu Sufyan estaba reuniendo a su ejército, nombró a Abdullah bin Abdillah bin Ubayy bin Sulul –el hijo del jefe de los hipócritas, Abdullah bin Ubayy–, quien era un creyente sincero, devoto y fuerte, como el lugarteniente en Medina en su lugar. Según una narración, nombró a Hazrat Abdullah bin Rawahah (ra) como lugarteniente. De ser así, es posible que ambos fueran nombrados como administradores para diferentes tareas. También podría haber sido el caso de que los narradores no estuvieran seguros sobre cuál Abdullah era, con algunos escribiendo Abdullah bin Abdillah, y otros escribiendo Abdullah bin Rawahah.
El Santo Profeta (sa) confirió su estandarte a Hazrat Ali (ra) y partió con 1,500 compañeros hacia Badr. Este ejército incluía 10 jinetes. Un caballo era para el Santo Profeta (sa), mientras que los otros eran para Hazrat Abu Bakr (ra), Hazrat Umar (ra), Hazrat Abu Qatadah (ra), Hazrat Sa’id bin Zaid (ra), Hazrat Miqdad bin Aswad (ra), Hazrat Khabbab bin Mundhir (ra), Hazrat Zubair bin Awwam (ra) y Hazrat Ubadah bin Bishr (ra).
Los musulmanes partieron hacia Badr con su riqueza comercial. La luna de Dhu al-Qa’dah había aparecido cuando los musulmanes llegaron al campo de batalla de Badr. Si se analiza cuidadosamente, los musulmanes salieron a luchar y enfrentarse a Abu Sufyan, pero también llevar sus bienes comerciales y pertenencias con ellos indica y demuestra su resolución y determinación. Es posible que haya sido por instrucciones o indicaciones del Santo Profeta (sa) que partieron con sus bienes comerciales, para que Abu Sufyan no se presentara a luchar, o si se presentaba, sufriría una amarga derrota y huiría. Durante esas mismas fechas, se celebraba un carnaval allí, por lo que los musulmanes podían comerciar y beneficiarse de ello, y en realidad, esto es lo que sucedió.
Como se prometió, el Santo Profeta (sa) estableció un campamento en Badr, esperando a Abu Sufyan cuando llegó Makhshi bin Amr Damri. Él era el jefe de la tribu de Banú Damrah, y en el año 2 AH esta tribu había hecho un pacto con los musulmanes de que no atacarían a la tribu de Banú Damrah. A cambio, la tribu de Banú Damrah no actuaría contra el Santo Profeta (sa), ni sería parte de ningún complot, ni ayudaría a sus enemigos. Él dijo: “Oh Muhammad (sa), ¿has venido a esta fuente para luchar contra los Quraish?” De esta conversación, el Santo Profeta (sa) percibió que este individuo tenía una inclinación hacia los Quraish. Él declaró: “Sí, oh hermano de Banú Damrah. Si lo deseas, podemos dar por terminado nuestro tratado de paz mutuo y también lucharemos contra ti hasta que Dios Todopoderoso decida entre nosotros.” Makhshi respondió: “Oh Muhammad (sa), no tenemos ningún deseo de luchar contra ti.” Con sabiduría y valentía, el Santo Profeta (sa) dejó claro a esta tribu durante este encuentro que el acuerdo de alto el fuego entre ellos no se basaba en cobardía o debilidad alguna. De esta manera, el Santo Profeta (sa) logró con sabiduría y éxito impresionar con la fuerza y el valor de los musulmanes a las diversas tribus que, después de la Batalla de Uhud, los consideraban débiles y comenzaban a planear atacarlos.
De acuerdo con su promesa, los musulmanes llegaron al campo de batalla de Badr. Pero, por otro lado, Abu Sufyan dijo a los jefes de La Meca: “Enviamos a Nu’aim bin Mas’ud y él disuadirá a los musulmanes de viajar allí. Él está haciendo todo lo posible, pero partiremos durante una noche o dos antes de regresar. Si Muhammad (sa) no sale en el viaje, diremos tranquilamente que habíamos venido, pero Muhammad (sa) y sus compañeros nunca se presentaron, concediéndonos así la victoria. Pero si él sale, presentaremos la excusa de que este es un año de sequía y sería mejor para nosotros venir en un año de verdor. Al decir esto, regresaremos.” Los Quraish dijeron que esta es una excelente sugerencia.
Después de esto, bajo el mando de Abu Sufyan, el ejército de los incrédulos partió de La Meca y contaba con 2,000 hombres y 50 caballos. El ejército acampó en un manantial llamado Majanna en Marr al-Zahran. Marr al-Zahran está situado aproximadamente a 22 kilómetros al norte de La Meca. Debido a la hambruna, las circunstancias financieras de los Quraish eran, de hecho, muy precarias y sus fuentes de ingresos se habían reducido, enfrentando así grandes dificultades para llegar al destino señalado en el tiempo señalado, es decir, Badr. Sin embargo, temiendo la vergüenza, decidieron establecer su campamento en Marr al-Zahran. El comandante de su ejército estaba cansado y desalentado desde el momento en que partió de La Meca. Continuamente reflexionaba sobre la inminente batalla con los musulmanes y temblaba al pensar en su poder. Al llegar a Marr al-Zahran, perdió todo coraje y comenzó a inventar excusas para regresar. Finalmente, se puso de pie entre su ejército para anunciar su regreso y las razones para ello. Dijo: “¡Oh Quraish! Es mejor que entabléis batalla en un año más próspero y verde, para que también podáis pastar a vuestros animales y beber de su leche. En este momento, estamos enfrentando una hambruna, por lo tanto, yo me vuelvo atrás y todos vosotros también deberíais regresar.” Sin cuestionar esta decisión de Abu Sufyan, todos se dieron la vuelta y ninguno de ellos sugirió continuar su viaje y luchar contra los musulmanes.
De esto, es evidente que todo el ejército había quedado impresionado por el poder de los musulmanes. Como se prometió, el Santo Profeta (sa) permaneció en Badr durante ocho días esperando a Abu Sufyan y luego regresó a Medina. El Santo Profeta (sa) pasó un total de 16 noches fuera de Medina para este Ghazwah. El enemigo no pudo desafiarlos y quedó extremadamente humillado mientras que el coraje de los musulmanes se fortaleció. Algunos de los incrédulos de esta área estaban inclinados hacia los Quraish de La Meca. El Santo Profeta (sa) con gran valentía expresó su determinación y ellos también se volvieron cautelosos. Algunos de los comerciantes de Badr, después de terminar su trabajo, viajaron a La Meca e informaron a Abu Sufyan en detalle de la fuerte posición de los musulmanes. Posteriormente, Abu Sufyan y sus compañeros se sintieron extremadamente avergonzados por su cobardía y la violación de su promesa. Aunque no hubo una batalla física en este Ghazwah, el honor y la resolución de los musulmanes se reforzaron y aumentaron su impresión sobre el enemigo. En relación con esto, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) ha escrito:
“El Santo Profeta (sa) partió de Medina con 1,500 compañeros y en el extremo opuesto Abu Sufyan salió de La Meca con sus 2,000 guerreros. Sin embargo, el poder de Dios fue tal que los musulmanes llegaron a Badr según su promesa, pero el ejército de los Quraish salió a cierta distancia y luego retrocedió hacia La Meca. El relato es que cuando Abu Sufyan supo del fracaso de Nu’aim, se llenó de miedo en su corazón y después de haber recorrido cierta distancia, se retiró con su ejército, advirtiéndoles:
“Este año, la hambruna es muy severa y la gente enfrenta dificultades económicas. Por lo tanto, no es prudente luchar en este momento. Atacaremos Medina con mayor preparación cuando llegue un tiempo de abundancia.”
El ejército musulmán permaneció en Badr durante ocho días, y dado que un carnaval tenía lugar allí cada año al comienzo de Dhu al-Qa’dah, durante el carnaval, muchos compañeros se dedicaron al comercio y lograron generar ganancias significativas. De hecho, en este negocio de ocho días, pudieron multiplicar su capital inicial al doble. Cuando el carnaval llegó a su fin y el ejército de los Quraish no llegó, el Santo Profeta (sa) partió de Badr y regresó a Medina. Los Quraish regresaron a La Meca y comenzaron a preparar un ataque contra Medina.”
Con el fin de poner fin a su vergüenza e infligir daño a los musulmanes, los Quraish una vez más hicieron preparativos para una batalla. Por lo tanto, este fue el resultado final de este Ghazwah.
La siguiente expedición es Dummat al-Jandal. Esta tuvo lugar en Rabi’ al-Awwal del año 5 AH. Dummat al-Jandal está situada aproximadamente a 450 kilómetros de Medina. En tiempos anteriores, esta distancia solía tomar aproximadamente de 15 a 17 días para completarse. Este era el límite más cercano a Siria al norte de Medina. Los Banú Kalb, que son una rama de los Banú Khuza’ah, vivían allí y un mercado comercial muy grande tenía lugar allí, organizado por los Banú Kalb.
Una de las razones por las cuales se llama Dummat al-Jandal es porque había una fortaleza situada allí, construida con un tipo especial de piedra. “Dummah” también se refiere a una gran cantidad de guijarros redondeados que se acumulan en un lugar debido a una inundación de corriente rápida. También se refiere a “Dummah” en relación con los dos hijos de Hazrat Ismael (as); que fueron llamados Dummah o Dumman. En cualquier caso, estas son las razones citadas para su nombre.
En relación con cuándo tuvo lugar este Ghazwah y el número de personas en el ejército, todos los historiadores y biógrafos coinciden en que tuvo lugar el 25 de Rabi’ al-Awwal del año 5 AH. En cuanto a la razón de este Ghazwah, está escrito que hasta entonces, todas las diversas batallas contra los enemigos se habían librado en Medina y dentro del área de Hiyaz. Esta fue la primera batalla que iba a tener lugar a una gran distancia de Medina, aproximadamente a una distancia de 15 días de viaje en las fronteras del Imperio Bizantino en Siria. El trasfondo de esto fue que, debido a las continuas derrotas sufridas a manos de los musulmanes y al observar el creciente poder y fuerza de los musulmanes, los enemigos de la fe estaban en busca de una oportunidad para erradicar por completo el Islam y a los musulmanes. Para implementar sus planes, las tribus que vivían en y alrededor del área de Dummat al-Jandal, que estaba situada al extremo norte de Medina, cerca de las fronteras de Siria, comenzaron a preparar un gran ejército para desafiar al gobierno islámico. De hecho, no se trataba solo de plantear un desafío, sino de llevar a cabo un ataque. Estas personas saqueaban las caravanas comerciales, y no solo planteaban un desafío, sino que también creaban un gran desorden e inquietud. Saqueaban las caravanas comerciales y causaban dolor y sufrimiento a cualquier musulmán que lograran capturar. El Santo Profeta (sa) fue informado de todas estas acciones de las tribus de Dummat al-Jandal. Por lo tanto, se decidió que, en lugar de que las tribus de Dummat al-Jandal prepararan un gran ejército y lanzaran un ataque contra Medina, sería mejor que viajaran a su área y las dispersaran para que se abstuvieran de atacar Medina y las caravanas comerciales pudieran viajar a Siria en paz.
En relación con su preparación, se escribe que el Santo Profeta (sa) preparó un ejército y le instruyó que partiera. El Santo Profeta (sa) nombró a Hazrat Siba bin Urfah Ghifari (ra) como su lugarteniente en Medina y partió con un ejército de 1,000 hombres. Viajaban de noche y se mantenían discretos durante el día. Una persona de entre los Banú Uzrah estaba con ellos como guía para el viaje. Su nombre era Madhkur y era un guía experto. Partió rápidamente y eligió una ruta relativamente menos común para que el enemigo permaneciera ajeno a sus movimientos. Cuando el Santo Profeta (sa) se acercó a Dummat al-Jandal, el guía informó al Santo Profeta (sa) que este era el terreno de pastoreo de los Banú Tamim donde sus camellos y ganado pastaban. Dijo al Santo Profeta (sa) que permaneciera allí y él avanzaría para reunir más información. El Santo Profeta (sa) estuvo de acuerdo y Uzri fue solo para reunir más información. Notó ciertos signos que indicaban que había ganado y cabras y también que se escondían en sus lugares de seguridad. Regresó e informó al Santo Profeta (sa) que había localizado dónde estaban, y entonces el Santo Profeta (sa) partió de allí, atacó a su ganado y pastores, y tomó a algunos de ellos en su poder, mientras que el resto de la gente de Dummat al-Jandal huyó.
El Santo Profeta (sa) acampó en el área donde estas personas se habían estado preparando para la batalla. El Santo Profeta (sa) permaneció allí durante unos días y envió varias unidades militares a la zona circundante. Estos diversos contingentes regresaron sanos y salvos, y cada uno trajo de vuelta algunos camellos, pero no encontraron a nadie. Solo Hazrat Muhammad bin Maslamah (ra) logró capturar a alguien y lo llevó ante el Santo Profeta (sa). El Santo Profeta (sa) le preguntó sobre sus compañeros, y él respondió: “Todos huyeron al escuchar la noticia de que capturaste a sus animales la noche anterior.” El Santo Profeta (sa) le predicó el mensaje del Islam y se convirtió al Islam.
Con respecto a la expedición de Dummat al-Jandal, Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) dice:
“Dummat al-Jandal estaba situada cerca de la frontera siria, y estaba a una distancia de no menos de quince o dieciséis días de viaje desde Medina. La razón de este Ghazwah fue que el Santo Profeta (sa) recibió noticias de que muchas personas de Dummat al-Jandal se habían reunido y estaban ocupadas robando y saqueando a otros. Atacaban a los viajeros y caravanas que pasaban y los perturbaban robándolos y saqueándolos. Junto con esto, se temía que también pudieran dirigir su mirada hacia Medina y, por lo tanto, convertirse en una fuente de angustia para los musulmanes. Un objetivo primordial de las operaciones militares del Santo Profeta (sa) era también el establecimiento de la paz. (El verdadero propósito de sus acciones militares era establecer la paz.) Por lo tanto, aunque los musulmanes de Medina no estaban directamente en grave peligro por los saqueos y pillajes de estas personas, el Santo Profeta (sa) instó a los compañeros a que se pusiera fin al robo y la injusticia que se perpetraban allí. Por lo tanto, ante el estímulo del Santo Profeta (sa), 1,000 compañeros partieron con él para emprender este lejano y arduo viaje. En el año 5 AH, durante el mes de Rabi’ al-Awwal, el Santo Profeta (sa) partió de Medina.
Después de completar un largo y agotador viaje de quince a dieciséis días, el Santo Profeta (sa) llegó a Dummat al-Jandal. Sin embargo, al llegar allí, se constató que estas personas se habían dispersado por todos lados al recibir noticias de la inminente llegada de los musulmanes. Aunque el Santo Profeta (sa) permaneció allí durante unos días y también envió pequeños destacamentos en su búsqueda para recopilar información sobre estos alborotadores, desaparecieron de tal manera que no se les pudo encontrar en ningún lado. Sin embargo, un pastor de entre ellos que fue capturado por los musulmanes aceptó el Islam tras la predicación del Santo Profeta (sa). Después de una estancia de unos días, el Santo Profeta (sa) regresó a Medina.”
Con respecto al regreso de Dummat al-Jandal, se escribe que el Santo Profeta (sa) permaneció allí durante tres días, después de lo cual partió hacia Medina con todo su ejército y regresó el 20 de Rabi’ al-Thani. En cuanto a las razones detrás de la expedición de Dummat al-Jandal, un autor escribe: “Hubo muchas razones por las cuales el Santo Profeta (sa) emprendió esta expedición. No fue solo una batalla en sí misma, sino también una oportunidad para conocer las circunstancias en el norte de la Península Arábiga y atenderlas. Otra razón fue evaluar los diversos centros de poder dentro de la Península Arábiga. Además, con respecto a sus resultados y desenlace, la expedición de Dummat al-Jandal fue muy beneficiosa. Pudieron evaluar toda el área y este era el propósito, para poder juzgar la tierra y también detener las injusticias que allí tenían lugar.”
No obstante, él continúa escribiendo: “La batalla que no tuvo lugar fue una bendición de Dios, porque estaba allanando el camino para éxitos y victorias futuras para los musulmanes. Esta fue una campaña militar que en realidad fue para evitar cualquier posibilidad de una guerra en el futuro. (En realidad, este paso se tomó para poner fin a una batalla que pudiera tener lugar en el futuro). Porque muchas tribus árabes de esta región tenían la intención de atacar Medina. Además, esto también fue una maniobra política que anuló cualquier posibilidad de ataques futuros, porque querían aprovechar la oportunidad de atacar Medina debido al revés temporal sufrido por los musulmanes en la Batalla de Uhud.
Otro aspecto de esta batalla fue para que los árabes superaran su desánimo psicológico de que nunca podrían atacar al Imperio Bizantino. (No hubo una sola razón para esto; más bien, tuvo un gran impacto psicológico en ellos y se eliminó la idea de que nunca podrían atacar al Imperio Bizantino. Tenían que entender prácticamente que su mensaje era para todo el mundo y no solo para la Península Arábiga. (Esta expedición también les aseguró esto.) Al tomar medidas inmediatas y decisivas, mediante esta sabia maniobra, el Santo Profeta (sa) pudo establecer la paz en el estado islámico. Tuvo éxito en mantener la situación bajo control y cambió el rumbo a favor de los musulmanes. De esta manera, redujeron la eficacia de las dificultades perpetuas que enfrentaban, tanto internas como externas, que los rodeaban. Muchos oponentes dieron un paso atrás debido a esta expedición y los hipócritas también se retiraron. Los hipócritas se desanimaron y dieron un paso atrás. Los beduinos árabes se retiraron, lo que permitió a los musulmanes la oportunidad de difundir el Islam y el mensaje de Dios Todopoderoso.”
Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib (ra) ha llevado a cabo una exhaustiva investigación sobre la vida del Santo Profeta (sa). En este sentido, escribe:
“Este Ghazwah fue el primero de su tipo, donde su propósito principal, o al menos su mayor propósito, fue el establecimiento de la paz en el país. No había un conflicto directo entre la gente de Dummah y los musulmanes. Estaban tan lejos de Medina que, aparentemente, el temor de que emprendieran un viaje tan largo y arduo hacia Medina y causaran daño a los musulmanes no representaba una amenaza real. Así pues, en realidad, no había otra razón para emprender un viaje tan difícil de quince días contra ellos, excepto para poner fin al pillaje y saqueo que estaban perpetrando, y a su acoso a caravanas y viajeros inocentes. En realidad, este viaje de los musulmanes fue por la paz pública y la estabilidad general del país, y no hubo ningún motivo egoísta en absoluto. Además, esta es una respuesta práctica a aquellas personas que, de manera completamente deshonesta e injusta, han alegado que las primeras campañas militares en las que participaron los musulmanes bajo el mando del Santo Profeta (sa) fueron ofensivas o motivadas por intereses egoístas.
Un resultado de este Ghazwah fue que la gente de Dummah quedó impresionada y se contuvo de sus designios rebeldes, y los viajeros oprimidos fueron liberados de esta injusticia. En segundo lugar, de alguna manera, el Islam fue introducido en la frontera de Siria, donde hasta ahora, los musulmanes solo eran conocidos de nombre y la gente estaba completamente ajena a la verdad del Islam. Como resultado, la gente de esta región llegó a conocer en cierta medida las prácticas y valores de los musulmanes. Un grupo de cristianos habitaba en la proximidad de Dummat al-Jandal también. Sin embargo, las narraciones no especifican si los rebeldes contra quienes se dirigió esta expedición eran cristianos o idólatras. Sin embargo, se puede suponer por las circunstancias que estas personas quizás eran idólatras, porque si esta campaña hubiera estado dirigida a los cristianos, los historiadores definitivamente lo habrían mencionado. Y Dios sabe mejor.”
No obstante, estas expediciones demuestran que fueron realizadas para detener el mal y la maldad del enemigo y frenar sus malas intenciones. Fueron llevadas a cabo para establecer un ambiente de paz y armonía, y no para causar derramamiento de sangre ni ocupación injusta, ni tampoco se llevaron a cabo para perturbar la paz. Estos incidentes refutan las acusaciones hechas contra el Islam y el Santo Profeta (sa), porque no se produjo ninguna batalla y regresaron en paz. No hubo pérdidas y, debido a esto, los musulmanes establecieron la paz. No solo las caravanas comerciales musulmanas se beneficiaron de esta paz, sino también las caravanas no musulmanas. Con esto concluyen los incidentes relacionados con estas expediciones.
Me gustaría llamar la atención hacia las oraciones una vez más. Recen para que Al’lah el Todopoderoso establezca la paz en el mundo, la paz hacia la cual el Santo Profeta (sa) también hizo grandes esfuerzos durante su vida. Este fue el verdadero propósito de su advenimiento y de las enseñanzas del Islam. Sin embargo, esto solo se puede lograr mediante la gracia especial de Al’lah el Todopoderoso. Por lo tanto, hay necesidad de oraciones para esto.
Parece que la gente mundana está empeñada en su propia destrucción y parece que no hay señales de paz. Además, los esfuerzos contra los musulmanes en Occidente se han intensificado mucho, y parece que seguirán creciendo en el futuro. Para salvarse, los musulmanes deben unirse y reformarse a sí mismos. Que Al’lah el Todopoderoso les permita a los musulmanes comprender esto.
En los países musulmanes, por ejemplo, en Sudán, los propios musulmanes están cometiendo injusticias contra otros musulmanes. Recen para que Al’lah el Todopoderoso les permita establecer la paz. Esto se debe a que han olvidado el propósito de su fe. Están matando a sus propios hermanos. Es por esta razón que los no musulmanes también cometen injusticias contra los musulmanes.
Que Al’lah el Todopoderoso les permita servir a su gente en lugar de servir a sus propios egos y cumplir con sus intereses personales. Y en lugar de destruir la paz, que se conviertan en aquellos que la establecen.