Esforzarse en el camino de Dios, durante el Ramadán y más allá y el lanzamiento del sitio web de 313 Compañeros
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Esforzarse en el camino de Dios, durante el Ramadán y más allá y el lanzamiento del sitio web de 313 Compañeros

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 08 DE ABRIL DE 2022.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Sura Al-Fatiha,

Hazrat Jalifatul Masih V (atba) también recitó el versículo 187 del Sura Al-Baqarah y entonces dijo:

 La traducción de este versículo es:

“Cuando mis siervos te pregunten por Mí, diles:

‘Estoy cerca. Respondo a la plegaria del que suplica cuando Me invoca.

Por tanto, deben escucharme y creer en Mí, para que puedan seguir el camino recto’.”

Por la gracia de Dios, estamos atravesando el mes de Ramadán, en el que  las oraciones son muy aceptadas, ya que por Su misericordia especial, Al’lah ha declarado que las plegarias serán más aceptadas en este mes, puesto que Dios Altísimo ha permitido que fluya la fuente de Su gracia especial, ya que en Ramadán cada acción de un individuo musulmán se lleva a cabo en aras de alcanzar la complacencia de Al’lah, hasta el punto de que uno solo come y bebe en ciertas horas, tal y como ha sido ordenado por Dios Altísimo. Por esta razón, el Santo Profeta (sa) ha explicado que Dios ha dicho que en este mes “se abren las puertas del Paraíso y se cierran las del infierno” y que “satanás está encerrado bajo llave y encadenado”. Por lo tanto, es nuestra buena fortuna que Al’lah nos ha proporcionado ciertos medios que podemos utilizar para alcanzar Su cercanía. En consecuencia, a pesar de ser provistos de tales medios por parte de Dios Altísimo, sería una gran desgracia por nuestra parte si no conseguimos obtener bendiciones de ello.

Ahora bien, ¿acaso no hay fornicadores, ladrones, atracadores y personas inmorales en el mundo, que cometen sus malvadas acciones durante el mes de Ramadán? Ciertamente que las hay y las hacen. Pero si el satanás de cada uno está encadenado, entonces ¿cómo es posible que cometamos estos actos malvados? Esto, de hecho, es una advertencia para los creyentes, es decir, aquellos que desean obtener la cercanía de Dios.

Por su parte, Al’lah dice que “en el mes de Ramadán, ya que os mantenéis alejados de las cosas que generalmente os están permitidas, por tanto os doy la buena nueva de que satanás -a quien generalmente se le permite vagar libremente y que pidió una prórroga a Dios Altísimo a fin de atacar y engañar a la gente desde todas las direcciones- lo he encadenado hoy para esa gente durante dicho mes sagrado y he tomado bajo Mi completa protección a los que observan el ayuno solo por Mi causa”. Así pues, los creyentes están reduciendo su alimentación física y tratando de aumentar la espiritualidad. De la misma forma, el Mesías Prometido (as) ha dicho que ellos (o sea, los creyentes) reducen su alimentación física y aumentan su alimentación espiritual, o tratan de hacerlo. Pues bien, este es el espíritu mismo del Ramadán y del ayuno; y Al’lah encadena por completo a satán de esa gente. Además, Dios también afirma que: “Yo personalmente me convierto en la recompensa para la persona que observa el ayuno”. ¡Qué magnífica buena nueva es esta! Por consiguiente, debemos tratar de obtener beneficio de esto y debemos tratar de entrar por cada una de las puertas del Cielo que Dios Altísimo ha abierto para nosotros.

No debe darse el caso de que nos encontremos entre aquellos en relación a los cuales Dios ha dicho que no tiene preocupación alguna por los que permanecen hambrientos o sedientos. Si uno toma el “suhur” por la mañana (comida de antes del amanecer y de comenzar el ayuno) y rompe su ayuno al anochecer, pero no realiza las acciones virtuosas que se esperan de él durante el día, entonces permanecer con hambre y sed no nos acarrea ningún beneficio, ni tampoco a Al’lah le preocupa que uno permanezca con hambre y sed de esa manera. Hemos recibido este mensaje a través del Santo Profeta Muhammad (sa). Así pues, debemos comprender este espíritu e intentar liderar nuestras vidas de acuerdo con ello, que es el objetivo del Ramadán.

El versículo que acabo de recitar aparece en medio de los versículos que se refieren a la obligación de hacer el Ramadán y sus diversos mandamientos, y que destacan la importancia del ayuno. En este versículo en particular, Dios Altísimo menciona la forma en que las oraciones son aceptadas, o aquellas personas cuyas oraciones son aceptadas. Al’lah menciona a los siervos de Dios Clemente y a los que quieren convertirse en Sus siervos, que quieren escapar de la influencia de satanás y desean ver que sus oraciones sean aceptadas. Dios Altísimo ha señalado en el principio que: “¡Oh Profeta (sa)! Cuando Mis siervos te preguntan que ‘dónde está nuestro Dios’ y lo hacen de manera ansiosa, como alguien que está profundamente enamorado de su Creador y se esfuerzan fervientemente por llegar a Dios, entonces Al’lah dice que les debes decir que no se preocupen, porque ‘Yo estoy cerca de vosotros’.”

Por lo tanto, la primera condición que Dios Altísimo ha esbozado para alcanzarlo es convertirse en un siervo de Dios; es decir, si una persona cumple con los derechos debidos por ser un siervo de Al’lah, entonces Dios Altísimo dice que escucha sus súplicas y también encadena a su satán. Aparte, viene a ayudar siempre que satanás ataca y no solo por un mes al año, que es el mes de Ramadán. Por el contrario, Dios afirma que siempre protegerá a tales personas de los ataques de satanás, siempre y cuando hagan justicia a su adoración y continúen adhiriéndose a los mandamientos de Al’lah. Por tanto, uno no solo ha de realizar buenas acciones en el mes de Ramadán, sino que además debemos cumplir continuamente con los derechos que se le deben a Dios y los derechos que se le deben a Su creación, actuar según las enseñanzas del Sagrado Corán y fortalecer nuestra fe; ya que Dios Altísimo dice que uno debe tener una fe y convicción perfectas en todos Sus atributos, y para poder ser testigos de cómo nuestras oraciones son aceptadas. Así, aquellos que moldean sus vidas de esta manera son los que alcanzarán la verdadera guía. En este sentido, serán muy afortunados aquellos de entre nosotros que hacen de este Ramadán un medio permanente para la aceptación de sus oraciones, que son los verdaderos siervos de Al’lah, que actúan según los mandamientos de Dios y perfeccionan su fe.

Somos muy afortunados de que Dios Altísimo nos haya permitido aceptar al Imam de esta época, el verdadero devoto ferviente del Santo Profeta (sa), el Mesías Prometido y el Imam Mahdi (as), que nos mostró el camino para alcanzar la cercanía a Al’lah y las formas en las que nuestras oraciones pueden alcanzar la aceptación.

En una ocasión, el Mesías Prometido (as) declaró:

“Solo hay una puerta que Dios ha abierto para la mejora de Su creación y es la oración. Cuando una persona entra por esta puerta con llanto y lágrimas, el Señor Benevolente la cubre con un velo de pureza y castidad, y la rodea con Su Grandeza, tanto así que se aleja a millas de distancia de los actos vanos y las actividades impropias”.

Luego, al profundizar acerca de cómo desarrollar el estado necesario para la aceptación de la oración y los requisitos para que esta sea aceptada, y que uno se convierta en un verdadero siervo de Dios Altísimo, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Es cierto que quien no realiza (buenas) acciones y no reza, más bien pone a prueba a Dios. Por consiguiente, es necesario hacer pleno uso de todas nuestras facultades antes de rezar y este es el significado de la oración:

‘Dirígenos por el camino recto’, (1:6)”.

 

El Mesías Prometido (as) añade:

“En primer lugar, es esencial que uno examine sus creencias y acciones. (Debemos evaluar nuestras creencias y acciones), pues está en consonancia con Dios Altísimo que la reforma ocurre por la vía de ciertos medios y Él Mismo crea los medios que se convierten en herramientas para la reforma. Por su parte, aquellos que dicen qué necesidad hay de medios una vez que una persona ha rezado, deberían reflexionar, (es decir, los que afirman que si uno reza no hay necesidad de medios, cosas materiales o esfuerzo)”.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“Estas personas insensatas deberían comprender que la oración en sí misma es un medio oculto que trae consigo otros medios”.

En otras palabras, la oración es en sí misma un medio oculto y es la causa de que se creen otros medios. Por lo tanto, para lograr la aceptación de las oraciones y convertirse en un siervo de Al’lah, es preciso que uno se esfuerce por implorar la gracia de Dios Altísimo, y eso es llorar y sollozar para llegar a ser uno de los siervos de Dios y esforzarse en este objetivo. Por ello, hay que rezar: “¡Oh Al’lah! Haz que me convierta en uno de Tus siervos”. A saber, que esté entre aquellos que, a través de su creencia y sus acciones, demuestran que pertenecen únicamente a Dios Altísimo y que, antes de rezar, moldean sus acciones de acuerdo con la complacencia de Dios y se convierten en aquellos cuya fe es inquebrantable; son fuertes y firmes; tienen la firme convicción de que Al’lah posee el poder de convertir incluso un grano de arena en oro y que tiene el poder de convertir incluso a los más depravados en Sus siervos elegidos y revelarles Sus caminos. Entonces, esas personas se convertirán en las que caminan por los senderos que les llevarán a Dios Altísimo.

Este tema ha sido mencionado también por Al’lah en el Santo Corán, en el sentido de que Él guía a los que luchan y tratan de caminar en Su camino. Dios Altísimo dice:

La traducción es: “En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas”, (29:70).

En resumen, el mes de Ramadán es para esta misma “yihad” (esfuerzo), pues durante el mismo debemos esforzarnos al máximo y participar en esta “yihad” para llegar a estar entre las personas de Dios que son sus verdaderos siervos, entre las que Dios Altísimo muestra Su cercanía; también entre aquellas personas cuyas oraciones son escuchadas por Al’lah y que cumplen con los mandamientos de Dios; además, entre las que tienen una fe y convicción absolutas en todos los Atributos de Dios Altísimo; asimismo, entre aquellas que están verdaderamente guiadas y entre aquellas cuyo satán interior ha sido encadenado para siempre. Sin embargo, como se desprende de las palabras de Al’lah, primero tenemos que luchar e intentar conseguir esto y transformarnos de acuerdo a la voluntad de Dios.

A este respecto, el Mesías Prometido (as) nos ha orientado en muchas ocasiones y ha considerado diversos aspectos, y en una de ellas explicó:

“¿Cómo es posible que una persona que sea muy descuidada e indolente se pueda beneficiar de la gracia de Al’lah de la misma forma que una persona que, utilizando toda su capacidad mental, todo su esfuerzo y con absoluta sinceridad, busca la gracia de Dios? Pues bien, Al’lah ha aludido a esto en otra ocasión diciendo:

Es decir: ‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70).

Por tanto, alguien que sea desatento e indolente no será incluido por Dios Altísimo entre las personas que, con todas sus facultades y habilidades, se esfuerzan por alcanzar la cercanía de Dios y participar en esa ‘yihad’. Algunas personas se plantean esta cuestión y me escriben cartas diciendo que han rezado mucho, aunque no han tenido éxito en su objetivo. No obstante, los que dicen esto se equivocan, pues Al’lah no puede equivocarse. Lo que uno considera un alto nivel de oración podría muy bien ser en realidad deficiente a los ojos de Dios Altísimo, en cuyo caso se nos requeriría luchar y esforzarnos más. Tal persona también debería volver a evaluar su forma de rezar”.

Aquí, el Mesías Prometido (as) está afirmando que aquellos, que utilizando su máxima capacidad mental, esfuerzo y sinceridad, buscan a Dios, Al’lah afirma que Él ciertamente los guiará hacia Su camino.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“En consecuencia, debemos evaluar si hemos actuado de acuerdo con toda nuestra capacidad intelectual y facultades humanas, y según este mandamiento de Dios Altísimo:

‘Por tanto, deben escucharme’, (2:187).

Así pues, ¿estamos actuando en completa obediencia a los mandamientos de Al’lah? ¿Hemos hecho uso de todas nuestras fuerzas para escuchar cada una de las palabras de Dios? ¿Seguimos los mandamientos Divinos con total sinceridad y lealtad? Si la respuesta es no, entonces no podemos quejarnos de que Dios Altísimo no acepte nuestras oraciones. Entonces, para lograr la aceptación de vuestras plegarias, primero debéis reformaros y dar un paso hacia Al’lah y para ello es necesario que llevéis a cabo una ‘yihad’ (esfuerzo). Luego, uno debe de luchar y esforzarse hasta el punto que Dios, por Su benevolencia, concede Sus favores a Su gente por el más mínimo y pequeño esfuerzo. Su misericordia, que abarca todas las cosas, hace que la ‘yihad’ de un individuo sea aún más fácil;  o sea, Su misericordia hace que incluso esa lucha sea más fácil. En este sentido, el Santo Profeta (sa) afirma que Dios Altísimo ha declarado: ‘Cuando un individuo da un paso hacia Mí, Yo doy dos pasos hacia él; y cuando viene caminando rápidamente hacia mí, Yo corro hacia él’.

Por lo tanto, Dios es inmensamente benevolente con nosotros. Sin embargo, aún permanece el hecho de que se requiere sinceridad y lealtad de nuestra parte, pues no debe darse el caso de que durante el Ramadán proclamemos que ofreceremos nuestras oraciones, que actuaremos según los mandamientos de Al’lah, que cumpliremos con los derechos de Dios y Su creación, y que actuaremos según nuestras proclamas, pero tan pronto como el Ramadán haya pasado, nos olvidemos de Dios Altísimo y Sus mandamientos.

Si nos vemos superados por los asuntos mundanos, entonces no podemos tener ninguna queja sobre Dios y decir que ‘Dios Altísimo afirma que escuchará a quien lo invoque y yo he invocado profusamente a Al’lah durante el Ramadán, pero mis oraciones no fueron aceptadas’. Debemos recordar siempre que nada está oculto para Dios. Además, Él tiene conocimiento de las promesas que un individuo había hecho con anterioridad a fin de permanecer leal y que fueron hechas y rotas; y en la actualidad, cómo tal individuo se centra en actos virtuosos solo durante el Ramadán. Dios Altísimo tratará a estas personas de la manera que le plazca. No obstante, también es cierto que Al’lah acepta algunas de las oraciones de estas personas para que se den cuenta de que Él, de hecho, responde a las oraciones y que siempre deben inclinarse hacia Él.

Dios nunca puede perjudicar a la gente. Por el contrario, Él siempre desea otorgarles Su amor y, además, Él es tal que está más complacido y encantado por un individuo que vuelve hacia Él y escucha Sus mandamientos solo por Él, que una madre lo está cuando encuentra a su hijo perdido. O Él está más encantado que un viajero que, tras perder su camello en el desierto y que lleva todas sus pertenencias, se alegra de encontrarlo. Así, estos ejemplos nos han sido dados por el Santo Profeta Muhammad (sa) para enseñarnos hasta qué punto Dios Altísimo se complace. Por tanto, tenemos la culpa de ser negligentes en el cumplimiento de los derechos de Al’lah y, encima de todo, nos quejamos de que Dios no respondió a nuestras oraciones”.

En consecuencia, todos deberíamos evaluarnos en este sentido y también debemos prometer que haremos de este Ramadán un medio para buscar y alcanzar a Dios Altísimo, que nos esforzaremos por actuar de acuerdo con Sus mandamientos, que continuaremos esta “yihad” para buscar el amor y la cercanía de Al’lah sin importar las circunstancias que nos sobrevengan, ni por cuánto tiempo tengamos que esforzarnos; y que continuaremos esforzándonos para fortalecer nuestra fe. En definitiva, si podemos provocar este cambio en nosotros mismos, también seremos testigos de los milagros de la aceptación de la oración. Estas no son meras palabras, porque muchas personas han alcanzado este rango y siguen haciéndolo incluso hoy en día.

Una vez más, el Mesías Prometido (as) dice:

“Han transcurrido 1.300 años desde que este versículo fue revelado y no hay duda de que desde entonces, cada persona que se esforzó, considerando el mensaje transmitido en este versículo, se ha beneficiado de su parte en dicha promesa de que: ‘Seguramente los guiaremos’; y ellos continúan beneficiándose ahora y además seguirán haciéndolo en el futuro”.

Así, debemos esforzarnos por estar entre los que participan de estas bendiciones de Dios Altísimo y nunca debemos permitir que nuestra “yihad” (esfuerzo) disminuya, ya sea nuestra “yihad” para alcanzar el placer de Dios, la “yihad” para adherirse a los mandamientos de Al’lah, la “yihad” de seguir los mandamientos del Sagrado Corán -que son más de 700-, la “yihad” para tener una fe completa, o la “yihad” para adoptar los Atributos de Dios Altísimo. Al final, cada paso que tomemos debe ser hacia el progreso y este Ramadán debe ser un hito en esta “yihad”.

Ahora presentaré algunas otras citas y referencias del Mesías Prometido (as) relacionadas con este tema, que es algo que hay que entender escuchándolo repetidamente. Si esto se convierte realmente en una parte de nuestras vidas, entonces podemos producir una transformación en el mundo.

El Mesías Prometido (as) explica que:

“Tal y como observamos claramente que en nuestra vida mundana hay un resultado inevitable para cada acción nuestra y ese resultado es el acto de Dios, la misma ley opera también en los asuntos religiosos. Por ejemplo, Al’lah afirma en los dos ejemplos siguientes:

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70).

‘Así, cuando se desviaron del camino recto, Al’lah hizo que sus corazones se desviaran’, (61:6).

Esto significa que, como consecuencia del pleno esfuerzo de una persona en la búsqueda de Dios, el acto inevitable de Al’lah es guiarla por los caminos que conducen a Él; aunque como contraste se dice: ‘Cuando se desviaron del camino recto y no quisieron caminar por él, la acción Divina se activó en el sentido de que sus corazones se volvieron perversos’.”

Esta es otra perspectiva presentada por el Mesías Prometido (as), pues Al’lah afirma que si nos esforzamos por alcanzar Su camino y luego cosechamos su recompensa como resultado de ello, debemos recordar que además hay un lado opuesto a esto, ya que si uno no marcha por Su camino, entonces nuestros corazones se volverán perversos. Dejando de lado la aceptación de la oración, el resultado de negarse a seguir el camino de Dios nos llevará a aterrizar en el regazo de satanás y una persona que se encuentra en el regazo de satanás arruina su vida tanto en este mundo como en el Más Allá. Por consiguiente, si por un lado esta declaración nos trae buenas nuevas, por el otro contiene una advertencia de Al’lah.

Explicando esto aún más, el Mesías Prometido (as) escribe en otro lugar:

“Una persona pasa por diferentes cambios de estado, pero al final Dios Altísimo elimina la debilidad de las almas piadosas y por Su generosidad les otorga la capacidad de establecer la piedad y la virtud. Entonces esa persona considera indeseables todas las cosas que Dios considera indeseables y comienza a amar todo lo que Al’lah ama. En esa etapa, alcanza tal fuerza que, después de la misma, no queda debilidad alguna en ella y se le otorga tal pasión, tras la cual no puede haber pereza. Además, se le concede tal rectitud después de la cual no puede haber pecado. El Señor, quién es el Más Benigno, llega a estar tan complacido con él, que tal persona ya no puede errar. Sin embargo, dicha bendición solo se concede tras un tiempo. No obstante, al principio, uno vacila muchas veces debido a sus debilidades y se queda corto en su propósito, pero finalmente al ver que es sincero, el Poder Superior lo atrae cerca de Sí (o sea, el poder de Dios Altísimo atrae a esa persona hacia Él). Esto es lo mismo que indica Al’lah cuando afirma:

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70).

El Mesías Prometido (as) lo expone en árabe y explica que Dios dice:

“Hacemos que se mantengan firmes en la virtud y la fe, y los guiaremos ciertamente hacia los caminos del amor y la iluminación; y seguiremos capacitándolos con la habilidad de hacer buenas obras y de abandonar la desobediencia”.

 Como he mencionado anteriormente, el Mesías Prometido (as) nos ha guiado desde varias perspectivas considerando el versículo (29:70):

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’ y ha abierto así las puertas del conocimiento y la comprensión de este tema.

Así pues, con respecto a esta cita, el Mesías Prometido (as) ha dibujado el cuadro de la naturaleza humana y ha explicado lo siguiente:

“Una persona no puede permanecer constantemente en el mismo estado, porque siempre hay altibajos en nuestra disposición; aunque una persona de naturaleza pura aprende incluso de sus errores, se arrepiente y busca el perdón, se somete ante Dios Altísimo y se avergüenza por su debilidad. Entonces es cuando avanza en la ‘yihad’ (esfuerzo) de la búsqueda de Dios, sobre la cual entra en acción el amor de Dios Altísimo, así como Su perdón; y Él viene corriendo hacia Su siervo, concediéndole la capacidad de establecer la piedad y la virtud; y cuando, por la gracia de Al’lah, a una persona se le concede la capacidad de establecer la piedad y la virtud, entonces cada una de sus acciones es para lograr la complacencia de Dios. En ese estado, se libera de todo tipo de debilidad e indolencia y camina por la senda de la rectitud, salvándose así del pecado; y una persona que alcanza tal placer de Al’lah no comete más aquellas faltas que provocan el desagrado de Dios Altísimo”.

El Mesías Prometido (as) declara:

“Sin embargo, hay que tener en cuenta que para conseguir esto uno debe esforzarse continuamente”.

 Es decir, esto no puede lograrse a través de esfuerzos temporales, sino que ello requiere un esfuerzo constante, que dará como resultado que las virtudes y la aceptación de la oración se conviertan en parte de nuestra vida.

En otra ocasión, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Al’lah manifiesta que: ‘Mostraremos Nuestros caminos a quien se esfuerza en Nuestra senda’. Esto es una promesa y además se nos ha enseñado la oración: ‘Dirígenos por el camino recto’. Por lo tanto, uno ha de tener esto en cuenta a la hora de ofrecer la oración y suplicar con la esperanza de que también se incluya entre los que han alcanzado el éxito y la verdadera percepción; y no debe darse el caso que pase de este mundo al otro desprovisto de percepción y siendo ciego”.

 Por tanto, para alcanzar la etapa en la que Dios Altísimo guía a Su siervo hacia Su camino, también es esencial recitar la siguiente oración y uno debe repetirla a menudo mientras recita Sura Al-Fatiha:

‘Dirígenos por el camino recto’, (1:6)”.

Por cierto, a este respecto hay un incidente que ha quedado registrado sobre una persona mayor de edad de Qadián y cuál era su estado cuando un día ofrecía la oración. Pues bien, el narrador cuenta que, una vez, un Compañero (ra) del Mesías Prometido (as) estaba de pie rezando en un rincón de la Mezquita Mubarak; y dice que estaba llorando apasionadamente en su oración y ya llevaba mucho tiempo de pie con los brazos cruzados. El narrador narra que además pudo escuchar una voz débil que susurraba, por lo que sintió curiosidad y pensó en acercarse para escuchar lo que decía, y al hacerlo descubrió que estaba recitando constantemente:

“Dirígenos por el camino recto”, (1:6); y que lo hacía mientras lloraba profusamente. Por consiguiente, uno tiene que ofrecer esta oración repetidamente para conseguir la guía.

Más tarde, el Mesías Prometido (as) escribe:

“Es una verdadera promesa de Dios Altísimo que quien busque Su camino con un corazón sincero e intenciones puras, a cambio Al’lah abrirá el camino de la guía y la sabiduría para tal individuo, como Dios ha declarado:

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70).

El significado de ‘los que se esfuerzan en Nuestro camino’ es que una persona debe esforzarse con la única intención de encontrar a Al’lah y debe buscar establecer una conexión con Él con total sinceridad. (O sea, tal persona no tiene ningún objetivo mundano en mente y su único propósito es encontrar a Dios Altísimo con verdadera sinceridad). No obstante, si una persona hace esto por medio de la burla y el ridículo, entonces tal persona es muy desafortunada y permanecerá desprovista de Dios”.

El Mesías Prometido (as) sigue diciendo:

“Por lo tanto, teniendo en cuenta este principio fundamental, si os esforzáis con un corazón sincero y continuáis rezando, entonces Al’lah es el Sumo Perdonador y Misericordioso. Pero si una persona no se preocupa en lo más mínimo por Dios, entonces Al’lah es Auto-suficiente y en tal caso Dios Altísimo no mostrará ninguna preocupación por ese individuo”.

 El Mesías Prometido (as) añade además:

“En todas las actividades mundanas, una persona debe esforzarse inicialmente. (Respecto a las actividades mundanas hay que esforzarse, como en nuestro trabajo; y  este es el ejemplo en la vida cotidiana). Así, cuando una persona lucha, entonces Dios hace bajar Sus bendiciones. Del mismo modo, solo alcanzan la excelencia aquellos individuos que se esfuerzan en el camino de Al’lah. Por esta razón, Dios Altísimo ha declarado:

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70).

Por tanto, uno debe esforzarse porque el esfuerzo es la clave del éxito. Por eso, si agotamos todos nuestros esfuerzos para alcanzar nuestros objetivos mundanales, ¿por qué no agotamos también todos nuestros esfuerzos para encontrar los caminos que conducen a Dios? ¿Por qué la gente asume que si uno solo pronuncia una frase encontrará a Dios Altísimo o que Él aceptará nuestras oraciones?”.

 Incluso aquí, se ha mencionado el mismo tema con respecto a aquellos que dicen que sus oraciones no son aceptadas, por lo que tales personas deben primero analizarse a sí mismas. No puede darse el caso de que encontrar el camino hacia Al’lah sea algo sencillo y, por el contrario, tenga que hacer un esfuerzo para alcanzar los objetivos mundanos, pues los mismos principios se aplican en todos los asuntos.

Ahora bien, con respecto a esforzarse por forjar una conexión con Dios, el Mesías Prometido (as) ha escrito en otro lugar:

“Aquellas personas que se esfuerzan en el camino de Al’lah son finalmente guiadas hacia el camino recto, pues al igual que una semilla no prospera sin esfuerzo ni riego, y de hecho es destruida, de la misma manera, a menos que una persona suplique cada día a Dios por Su ayuda, la gracia Divina no descenderá; y sin la ayuda Divina es imposible llevar a cabo una transformación. En consecuencia, esta es la ley de la naturaleza y es necesario encontrar el camino hacia Dios; por lo que tras plantar una semilla, al igual que un agricultor no se queda sin hacer nada, de la misma forma, si una persona profesa que tiene fe y se queda inactivo, no conseguirá nada. Por el contrario, uno tiene que esforzarse y proteger la flor de la fe (por así decirlo)”.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Cualquiera que se vuelve hacia Al’lah, a su vez Al’lah se vuelve hacia ese individuo. De hecho, es vital que uno intente por todos los medios no equivocarse. Entonces, cuando la lucha y el esfuerzo de uno llegan a su cúspide, es en ese momento que verán la luz de Dios. En el versículo que dice:

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70), hay una indicación de que debemos esforzarnos y hacer justicia a esto; pues no debe darse el caso de que si se puede encontrar agua a 20 pies (6 metros) de profundidad, uno excave solo dos pies y abandone”.

En otras palabras, si se puede encontrar agua excavando 20 o 30 pies, no se puede dejar de excavar después de dos o cuatro pies diciendo que no se puede encontrar agua.

El Mesías Prometido (as) continúa su explicación:

“En toda tarea, la clave del éxito es no rendirse nunca. Entonces, para esta ‘Umma’ (la comunidad musulmana), Al’lah ha garantizado que si una persona reza y se purifica, como consecuencia todas las promesas que se encuentran en el Corán se cumplirán a su favor. (Es decir, respecto a quienquiera que se esfuerce, rece al máximo y se purifique, entonces todas las promesas que se encuentran en el Santo Corán se cumplirán a su favor). Pero el que actúe de forma contraria a esto se quedará sin nada, porque Dios Altísimo es el Más Honorable. Ciertamente, Él ha establecido caminos que conducen hacia Él, aunque pero las puertas para entrar son estrechas. Por consiguiente, solo el que bebe de la copa amarga de las dificultades puede llegar hasta allí, (o sea, uno ha de esforzarse); al igual que llevados por la preocupación de sus esfuerzos mundanos, la gente se somete a grandes dificultades”.

 Una vez más, el Mesías Prometido (as) manifiesta:

“Impulsados por la preocupación de sus esfuerzos mundanos, la gente se somete a grandes dificultades; hasta el punto de que algunos incluso se destruyen a sí mismos debido a ello, pero por el contrario no desean soportar ni siquiera el pinchazo de una espina en el camino de Al’lah. Por lo tanto, hasta que una persona no muestre veracidad, paciencia y lealtad, Dios no hace descender Su Misericordia. Entonces, ¿cómo puede ver uno las señales de la misericordia de Dios Altísimo?”.

Esta es la respuesta para aquellas personas que afirman -como se ha mencionado anteriormente- que rezaron mucho pero sus oraciones no fueron aceptadas. En otras palabras, tratan de atar a Al’lah de tal forma que ellos se presentarán ante Él cuando lo deseen y solo cuando lo necesiten, y que -Dios no lo quiera- Al’lah se vea obligado a aceptar sus oraciones como ellos desean. Sin embargo, como el Mesías Prometido (as) ha afirmado, que incluso en los asuntos y relaciones mundanas, esto no es así; entonces, ¿por qué se espera que en los asuntos relacionados con Al’lah que todo suceda como uno quiera y sin ningún esfuerzo?

En relación a esto, el Mesías Prometido (as) proclama:

“Venid hacia Dios con sinceridad y después observad el despliegue de Su amor”.

Dice además:

“La fe sin ninguna buena acción es como un huerto sin un arroyo, (o sea, un huerto no puede florecer sin agua). Cuando se planta un árbol, si el propietario no se ocupa de su riego, entonces ese árbol acabará finalmente marchitado. Pues bien, lo mismo ocurre con la fe.

‘Y en cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino’, (29:70).

Esto significa que no hay que conformarse con esfuerzos pequeños e insignificantes, sino que uno tiene que esforzarse al máximo en el camino de Al’lah”.

 Por otro lado, el alma ha sido comparada con un buey. En este sentido, Dios Altísimo dice: “Wa yu minu bi”, (‘y aquellos que creen en Mí’), que significa: “Aquellos que Me suplican deben tener fe en Mí” y “fe” quiere decir cumplir con los derechos de Dios y que, cumpliendo con los derechos debidos a Su creación, uno haga justicia a la creencia en Al’lah. Por tanto, Dios Altísimo instruye a la gente a nutrir y salvaguardar el huerto de su fe, puesto que incluso en nuestros hogares vemos que las plantas se secan si no las regamos con regularidad. Entonces, ¿cómo podemos dejar el huerto de nuestra fe desatendido?

El Mesías Prometido (as) ha explicado este asunto desde otra perspectiva y de la siguiente manera:

“Dios declara que quienes se esfuerzan en Su camino serán guiados, lo cual significa que uno debe esforzarse junto al profeta (es decir, seguir los ejemplos de los profetas enviados por Dios). Esforzarnos durante una o dos horas y luego abandonar no se considera esfuerzo, sino que, por el contrario, uno debe estar dispuesto a sacrificar su propia vida; por lo que la perseverancia es el sello distintivo de una persona piadosa”.

Por consiguiente, si nos hemos comprometido a dar prioridad a nuestra fe sobre todos los objetivos mundanos, entonces para permanecer fieles a nuestra promesa, es vital que tomemos nota de lo que nuestra fe exige de nosotros en relación a lo que nos hemos comprometido a dar prioridad; y luego tenemos que permanecer establecidos en esa prioridad con firmeza.

El Mesías Prometido (as) entonces afirma:

“Una persona que se esfuerza para encontrar el camino de Dios Altísimo mientras infunde Su temor en sí mismo y ofrece súplicas para el logro de esta tarea, entonces Al’lah, debido a Su ley Divina de:

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70), Él mismo agarra sus manos, los guía a Su camino y les otorga satisfacción en sus corazones. No obstante, si el corazón de uno está sumido en la oscuridad y encuentra que es una tarea muy pesada pronunciar oraciones y su creencia está contaminada con el ‘shirk’ (idolatría) e innovaciones dañinas, entonces, ¿qué importancia tienen sus oraciones y súplicas para obtener resultados fructíferos?

Por lo tanto, debemos evaluarnos continuamente si estamos buscando los caminos de Dios teniendo este pensamiento en mente y ver si nuestros corazones están completamente libres de asociar copartícipes a Dios (‘shirk’)”.

Más tarde, con respecto al “taubah” (arrepentimiento) y al “istighfar” (buscar el perdón), el Mesías Prometido (as) menciona:

“Taubah e Istighfar son los medios para alcanzar a Dios Altísimo, ya que Al’lah dice:

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70). Así pues, si uno continúa esforzándose en Su camino con todas sus fuerzas, finalmente logrará su objetivo, pues Al’lah no retiene nada de nadie”.

 Luego, el Mesías Prometido (as) añade:

“A la luz de las enseñanzas del Corán, lo que entiendo es que, por un lado, Dios Altísimo ha mencionado en el Sagrado Corán Sus Atributos Divinos de misericordia, bondad y benevolencia, y se ha definido a Sí Mismo como el Ser que es el Más Misericordioso, y por otro lado Él afirma:

‘Y que no hay nada para el hombre sino el fruto de sus afanes,’ (53:40).

‘En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino, en verdad los guiaremos por Nuestras sendas’, (29:70).

Por tanto, para adquirir Su gracia, Dios Altísimo ha estipulado la condición de emplear esfuerzo y luchar. La práctica de los Compañeros (ra), que Al’lah esté complacido con ellos, es un ejemplo perfecto para nosotros. Reflexionad sobre la vida de los Compañeros (ra): ¿adquirieron esos rangos meramente ofreciendo simples oraciones? Ciertamente no; de hecho, para alcanzar la complacencia de Dios ni siquiera se preocuparon por sus vidas y se sacrificaron como ovejas y cabras por la causa de Al’lah, y fue solo entonces que alcanzaron tales rangos”.

 El Mesías Prometido (as) añade lo siguiente:

“He observado a muchas personas que simplemente desean que ‘se les sople’ y, por ende, instantáneamente se les concedan estos rangos y tengan acceso al umbral de lo Divino. Esto no es posible. De hecho, Dios Altísimo es Misericordioso y Benevolente, pero al mismo tiempo ha estipulado una condición para aquellos que deseen alcanzar la creencia perfecta y es que deben esforzarse en Su camino. Solo entonces Al’lah continúa elevando sus rangos y les concede las señales de la aceptación de sus oraciones, y son testigos de los signos de Su gracia y misericordia mucho más que antes, tal como lo hicieron los Compañeros (ra), quienes estaban tan imbuidos en el amor de Dios que no hay ejemplo de ello que se pueda encontrar; e incluso si perdieron la vida en el camino de Al’lah, alcanzaron el Paraíso y las buenas nuevas de la complacencia de Dios Altísimo”.

 El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“Aquellos que se dedican a Dios y tratan de buscarlo apasionadamente con sumo fervor, su esfuerzo y lucha nunca se desperdiciará. A ellos seguramente se les muestra el camino y se les otorga la guía. Quien da un paso hacia Al’lah con sinceridad y pura intención, Dios viene hacia él para guiarlo. Entretanto, le corresponde al hombre reflexionar mucho e infundir en sí mismo un verdadero anhelo de buscar la verdad. Por ello, uno debe adherirse al camino que Dios Altísimo ha trazado para ampliar el alcance de nuestro conocimiento. Por el contrario, aquel que se vuelve negligente respecto a Dios, entonces Al’lah tampoco muestra ninguna preocupación por esa persona”.

 Una vez más, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Tratad de mejorar vuestro ser interior. Suplicad en vuestra ‘salat’ (oración) y a través de la caridad y las buenas obras, y de cualquier otra manera, tratad de convertiros en uno de aquellos de quienes se dice:

‘Y en cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino’, (29:70).

Así como una persona que sufre de una enfermedad va al médico y toma medicamentos, vacía sus entrañas, se hace pruebas de sangre, se aplica calor y adopta toda clase de métodos para curarse, de la misma forma uno debe esforzarse por curarse a sí mismo de sus dolencias espirituales; pero no solo a través de lo que pronuncien sus lenguas, sino también a través del esfuerzo y la lucha. Así pues, uno debe adoptar todos los métodos que Dios Altísimo ha mencionado”.

Por consiguiente, estos son los caminos a través de los cuales se les revelan las sendas para alcanzar a Dios y que atraen nuestra atención hacia las oraciones.

Una vez más, el Mesías Prometido (as) nos indica que:

“Uno debe considerar que esta vida es tan detestable que debe tratar de buscar una salida fuera de la misma. No consideréis que esta vida lo es todo. De hecho, esta vida es solo temporal y uno debería considerar esta vida mundana como algo inmundo. Por eso, uno debe orar mucho, porque cuando uno verdaderamente hace justicia en sus esfuerzos y verdaderamente ora, entonces al final Dios Altísimo nos concede la salvación y uno se aleja de la vida de pecado; y esto se debe a que la oración no es algo ordinario, sino que es una forma de muerte. Por lo que cuando uno acepta este tipo de muerte, Al’lah salva a esa persona de una vida de pecado que puede conducir a la muerte y a cambio se le concede una vida pura”.

El Mesías Prometido (as) hace hincapié en este tema diciendo:

“Hay mucha gente que considera la oración como algo ordinario. Por lo tanto, uno debe recordar que la oración no significa simplemente ofrecer la ‘salat’ y a continuación sentarse con las manos levantadas, y pronunciar lo que se le ocurra. Uno no puede beneficiarse de tal oración, ya que esta forma de oración es solo una mera pronunciación de palabras; tampoco el corazón de uno está dedicado a tal oración ni cree en los poderes de Dios Altísimo. En consecuencia, recordad que la oración es una especie de muerte y así como en el momento de la muerte se experimenta inquietud y angustia, así mismo es fundamental que en las oraciones se exprese una emoción intensa y un fervor. Por eso, hasta que uno no exprese tal inquietud y fervor en sus oraciones, no puede cumplir su objetivo. Así pues, uno debe despertarse en la noche y presentar sus problemas ante Dios con sumo fervor, llanto y humildad. Es más, uno debe llevar la realización de sus oraciones a tal nivel como si una especie de muerte nos hubiera vencido, ya que será entonces cuando las oraciones alcancen la etapa de aceptación”.

 Finalmente, el Mesías Prometido (as) declara:

“La primera y principal oración es que uno debe orar para volverse puro de pecado, pues esto forma la base y la esencia de todas las oraciones; porque cuando esta oración es aceptada y uno se limpia de todo tipo de impureza e inmundicia y permanece puro a la vista de Dios Altísimo, entonces todas las demás oraciones que uno suplica para sus necesidades (o sea, las plegarias que se hacen para satisfacer las propias necesidades mundanas, etc.) se cumplen incluso sin que uno tenga que orar por ellas. Sin embargo, la oración para liberarse del pecado requiere un gran esfuerzo y lucha. Aunque no cabe duda de que la oración más significativa es que uno ore para que llegue a liberarse del pecado y se vuelva justo y piadoso a la vista de Al’lah. En otras palabras, es esencial que primero se quiten las cubiertas externas que envuelven el corazón y una vez que han quitado esto, entonces uno no tiene que emplear tanto esfuerzo y lucha para quitar las otras cubiertas, puesto que en tal caso, miles de males son eliminados debido a la gracia de Dios Altísimo.

Cuando el ser interior de uno se vuelve puro y limpio, y uno establece una verdadera relación con Dios, entonces Dios Altísimo mismo se convierte en el guardián y protector de esa persona, pues incluso antes de que uno sienta la necesidad de orar a Dios por cualquier necesidad suya, Al’lah la satisface Él mismo. Este es un asunto muy discreto y complicado y solo se revela a aquellos que alcanzan esta etapa, aunque antes de eso es muy difícil entender esto. No obstante, esto requiere un esfuerzo extraordinario, porque la oración también conlleva que uno haga un gran esfuerzo y lleve a cabo una gran lucha. Así, quien no presta atención a la oración y permanece distante de ella,  Dios Altísimo tampoco muestra ninguna preocupación por esa persona y se aleja de ella. Por otro lado, mostrar prisa no funciona, ya que Al’lah otorga por Su gracia y bendiciones todo lo que Él quiere y cuando Él quiere. No le corresponde a un suplicante expresar agravio y comenzar a pensar que no recibirá algo de inmediato. De hecho, uno debe continuar suplicando mientras permanece firme y muestra paciencia”.

 

¡Que Dios Altísimo nos conceda la capacidad de adherirnos a esta guía y nos permita establecer un vínculo fuerte con Él en este mes de Ramadán!

¡Que Dios nos capacite para seguir Su guía y desarrollar una fe perfecta en Él!

¡Que Al’lah permita que seamos testigos de los signos de la aceptación de nuestras oraciones y que esta condición permanezca permanentemente en nosotros, no solo en el mes de Ramadán, sino que también se extienden más allá del mismo!

¡Que verdaderamente nos convirtamos en los sirvientes de Dios Altísimo!

¡Que Dios nos revele tales caminos Suyos de los que nunca nos desviemos y que Él siempre nos mire con Su mirada cariñosa!

¡Que hagamos verdadera justicia a nuestro “Baiat” (juramento de alianza) con el Imam (as) de la época y que después de adquirir esta bondad de Dios Altísimo, que es haber aceptado al Imam (as) de la época, nunca nos veamos privados de ella!

¡Que Dios Altísimo nos proteja de las estratagemas malvadas de nuestros oponentes!

¡Que Él acepte nuestras oraciones y haga que los planes malvados de nuestros oponentes se vuelvan contra ellos!

¡Que Al’lah continúe proporcionando los medios para el éxito de la Yamat!

Además, haced de este Ramadán un medio para que vuestras oraciones sean aceptadas.

¡Que Dios Altísimo os conceda la capacidad de hacer esto!

Orad también por la condición actual del mundo.

¡Que Al’lah salve al mundo de la destrucción y le conceda sabiduría y permita a la gente reconocer a Dios, quien es su verdadero Creador!

Una vez concluidas las oraciones del viernes, lanzaré una página web que ha sido creada por la MTA International, así como una aplicación móvil, en la que han recopilado en un solo lugar los sermones que he pronunciado sobre los 313 Compañeros (ra). En esta página web, además de ver el sermón del viernes, los miembros también pueden leer los perfiles de los “Compañeros Badri (ra)” –es decir, los que participaron en la Batalla de Badr- y pueden colocar marcadores en el punto hasta el que han leído. Además de esto, hay preguntas y respuestas en forma de cuestionario relacionado con cada Compañero (ra) y también mapas relevantes que son beneficiosos y se pueden ver en esta página web; incluso se puede escuchar la pronunciación árabe de palabras difíciles. En definitiva, junto al contenido que se ha subido hasta ahora, cada semana se subirán nuevas investigaciones y videos. El nombre de la página web es: www.313companions.org.

Como he dicho antes, lanzaré esta página web tras la “salat” (oración) del viernes.

¡Que Dios Altísimo permita que esto sea un medio de beneficio para la gente!

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) recitó el siguiente versículo del Sagrado Corán:

Cuando mis siervos te pregunten por Mí, diles: “Estoy cerca. Respondo a la plegaria del que suplica cuando Me invoca. Por tanto, deben escucharme y creer en Mí, para que puedan seguir el camino recto.” (2:187)

Su Santidad (aba) dijo que, por la gracia de Al’lah, estamos pasando por el mes de Ramadán. Es un mes para la aceptación de la oración, ya que Dios ha anunciado que con Su misericordia, las oraciones serán especialmente aceptadas durante este mes. Uno se esfuerza por alcanzar la complacencia de Dios durante este mes y lograr Sus bendiciones, por lo que incluso nos abstenemos de comer y beber. Como dijo el Santo Profeta (sa), Dios le informó de que las puertas del cielo se abren y las puertas del infierno se cierran, y Satanás es encadenado durante este mes. Por lo tanto, durante este mes, podemos realmente alcanzar la cercanía de Dios y sería nuestra propia desgracia si no aprovechamos esta oportunidad.

¿Para quién es el Satán encadenado durante el Ramadán?

Su Santidad (aba) dijo que ciertamente durante este mes, hay quienes siguen cometiendo vicios. Por lo tanto, cuando se afirma que Satanás está encadenado durante este mes es una manera de que Dios nos amoneste que si nos abstenemos incluso de lo que es permisible para nosotros (es decir, la comida y la bebida, etc.) por Su causa, entonces Dios ha encadenado a Satanás para esas personas y las ha tomado bajo Su protección. Como afirma el Mesías Prometido (as), al disminuir nuestra alimentación física, tenemos la oportunidad de aumentar nuestra alimentación espiritual. De lo contrario, el mero hecho de pasar hambre durante todo el día no tiene ningún significado si no va acompañado de esfuerzos para aumentar la espiritualidad.

Su Santidad (aba) dijo que debemos entender este principio y llevar nuestras vidas de la misma manera, como es el propósito del Ramadán. Su Santidad (aba) dijo que el versículo recitado se encuentra entre los versículos que declaran la importancia y la obligación del Ramadán. Aquellos a cerca de quienes se habla en este versículo son los “siervos del Dios Clemente” que desean liberarse de las garras de Satanás y quedar bajo la protección de Dios. Por lo tanto, Dios dijo que cuando tales personas se encuentren en un estado de ansiedad y temor preguntándose dónde y cómo pueden encontrar a Dios, diles que Dios responderá cuando lo llamen. Es por estas personas que Satanás ha sido encadenado en el Ramadán, pero estos esfuerzos no deben limitarse a este mes, sino que deben convertirse en una parte duradera de la vida de las personas durante todo el año. Cuando las personas cumplen con los derechos de Dios y Su creación y se esfuerzan por cumplir los mandamientos de Dios y alcanzar Su placer, entonces verán que Dios responde a sus llamadas hacia Él.

Su Santidad (aba) dijo que son afortunados los que aprovechan el Ramadán y la oportunidad que ofrece para aceptar la oración. Debemos rezar para convertirnos en verdaderos siervos de Dios, para cumplir Sus mandamientos y para completar nuestra fe. Tenemos la suerte de haber aceptado al Imam de la época y al verdadero siervo del Santo Profeta (sa), el Mesías Prometido (as). Él nos enseñó las formas de acercarnos a Dios y las formas de rezar.

La oración – El verdadero medio para alcanzar el éxito

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que el verdadero medio para alcanzar el éxito es la oración. El Mesías Prometido (as) también dijo que antes de rezar, uno debe utilizar las facultades que Dios le ha concedido y esforzarse al máximo, y luego rezar a Dios. Este es el significado de “Dirígenos por el camino recto”. Hay quien dice que si uno reza no necesita ningún medio o esfuerzo aparente, mientras que la oración es esencialmente un medio para conseguir más medios. Deberíamos rezar para estar entre aquellos que son sinceramente devotos de Dios en sus acciones y creencias. Deben esforzarse por ser de entre las personas cuyas acciones atraen la complacencia de Dios y aquellos cuya fe es completamente inquebrantable. Creen que Dios puede convertir el polvo en oro y puede convertir a los malvados en personas espirituales que pisan Su camino.

Su Santidad (aba) dijo que Dios ha establecido este principio en el Sagrado Corán cuando dice:

En cuanto a los que se esfuerzan en Nuestro camino: en verdad los guiaremos por Nuestras sendas. Pues Al‑lah está en verdad con los que hacen el bien. (29:70)

Este mes de Ramadán es ciertamente una oportunidad para emprender este Yihad y esforzarse hacia Al’lah y convertirse en aquellos que están cerca de Al’lah el Todopoderoso, aquellos cuyas oraciones Él responde, que se adhieren a Sus mandamientos, aquellos que tienen una creencia completa en Sus atributos, aquellos que son verdaderamente guiados y aquellos cuyo Satán está encadenado para siempre. Lograr esto ciertamente requiere esforzarse en el camino de Al’lah.

Cumplir los requisitos para alcanzar la cercanía de Dios

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que uno no puede alcanzar la complacencia y la cercanía de Dios a través de la flojera y la pereza, sino que se requiere un verdadero esfuerzo. Su Santidad (aba) dijo que muchas personas le escriben diciendo que rezaron pero que su objetivo no fue alcanzado. Deben analizar si realmente han emprendido la lucha requerida en la oración. También deben analizar la forma en que rezan porque Dios dice que aquellos que se esfuerzan verdaderamente en Su camino, que se esfuerzan por alcanzar Su cercanía con sinceridad y se esfuerzan por cumplir Sus mandamientos, entonces Él seguramente responde a sus oraciones.

Nuestro esfuerzo no debe limitarse al mes de Ramadán

Su Santidad (aba) dijo que en un Hadiz se afirma que si caminamos hacia Dios, Él correrá hacia nosotros. Esta es la gracia y la misericordia de Dios, sin embargo, debemos esforzarnos verdaderamente por Su causa. No debemos comprometernos a ofrecer oraciones y hacer buenas acciones sólo durante el mes de Ramadán y, luego, olvidarnos de todas estas cosas durante el resto del año. Si Dios ve que una persona reza y se esfuerza sólo durante el mes de Ramadán, entonces puede tratar con nosotros como le plazca. Ciertamente, puede seguir respondiendo a nuestras oraciones para que experimentemos Su gracia y misericordia con el fin de mantenernos motivados para seguir esforzándonos en Su camino. Dios desea tenernos en Su misericordia. Su felicidad por nosotros es mayor que la de una madre por su hijo. Por lo tanto, antes de lamentar que nuestras oraciones no hayan sido respondidas, debemos analizarnos a nosotros mismos y nuestros esfuerzos.

Su Santidad (aba) dijo que nunca debemos permitir que nuestros esfuerzos o Yihad para alcanzar la complacencia de Al’lah, cumplir Sus mandamientos y convertirnos en Sus verdaderos siervos disminuyan. De hecho, el Ramadán debe ser un hito en esta Yihad.Su Santidad (aba) dijo que, como explica el Mesías Prometido (as), si uno no se esfuerza por pisar el camino de Dios, entonces caerá en el regazo de Satanás y se volverá perverso. Por lo tanto, no sólo hay buenas noticias en los versículos mencionados, sino que también hay una advertencia para mantenerse a salvo de las garras de Satanás.

Los esfuerzos deben ir acompañados de la oración

Su Santidad (aba) también explicó, a la luz de los escritos del Mesías Prometido (as), que ciertamente está dentro de la naturaleza humana que haya varias etapas en nuestras vidas. Hay altibajos. Sin embargo, después de los momentos bajos, una persona justa se vuelve fervientemente a Dios en arrepentimiento y buscando el perdón por vergüenza y luego se vuelve decidida a esforzarse en el camino de Dios. Por lo tanto, hacerlo requiere constancia y una firme resolución. Mientras hacemos estos esfuerzos y rezamos, debemos repetir la oración “Dirígenos por el camino recto” ya que esta oración es vital para que uno sea guiado correctamente.

Su Santidad (aba) explicó que, incluso en términos mundanos, la gente debe esforzarse por conseguir lo que desea del mundo. Cuando se esfuerzan y luchan, Dios les concede Sus bendiciones y pueden alcanzar sus objetivos. Lo mismo ocurre en el ámbito espiritual. Si uno puede esforzarse por el mundo, por qué entonces no puede esforzarse por alcanzar la cercanía y el placer de Dios. Si se esfuerzan y luchan por esto, entonces Dios ciertamente otorgará Sus bendiciones en sus esfuerzos para que puedan lograr su propósito. No puede ser que uno simplemente pida y automáticamente reciba, sino que se requiere un nivel de esfuerzo. Este es un principio básico que se aplica a todas las cosas.

Su Santidad (aba) dijo que cuando una persona se dirige a Dios, Dios se dirige a ella. Sin embargo, deben esforzarse al máximo. Entonces, cuando se hayan esforzado de verdad, verán ciertamente la luz de Dios. No hay que desanimarse, como ocurre cuando se intenta alcanzar cualquier cosa. Las puertas para alcanzar la cercanía y los placeres de Dios están abiertas, pero requieren un esfuerzo para atravesarlas.

Su Santidad (aba) dijo que no podemos esperar que Dios esté obligado a aceptar todo lo que deseamos. Incluso en términos mundanos, si consideramos cualquiera de nuestras relaciones encontramos que no puede ser así. ¿Por qué entonces deberíamos aplicar la misma restricción a Dios? Por lo tanto, debemos creer en Dios, lo que significa cumplir con los derechos que se le deben a Él y a su creación; entonces podremos encontrar la aceptación a los ojos de Dios. Si no nutrimos constantemente las plantas, se quedarán sin vida. Lo mismo ocurre con nuestra fe.

Esforzarse de todas las maneras posibles para alcanzar la complacencia de Dios

Su Santidad (aba) dijo que al esforzarnos por alcanzar a Dios, debemos asegurarnos de que nuestra creencia no esté contaminada con la asociación de socios con Dios de ninguna manera. Del mismo modo, si nos fijamos en los ejemplos de los Compañeros (ra), ¿alcanzaron su estatura sólo a través de la oración? No; de hecho, estaban dispuestos a dar su vida por Dios y a presentar cualquier sacrificio por Su causa. Por lo tanto, no podemos esperar alcanzar ningún tipo de rango a los ojos de Dios sin antes esforzarnos y luchar en Su camino. Debemos esforzarnos no sólo con nuestras palabras, sino de todas las maneras posibles para alcanzar el placer y la cercanía de Dios. Algunos consideran que la oración es un asunto ordinario, mientras que es mucho más. Las meras palabras no pueden ser consideradas como oración, sino que la verdadera oración requiere provocar una especie de muerte por el nivel de esfuerzos realizados.

Su Santidad (aba) dijo que al alcanzar un cierto nivel de conexión con Dios, uno ni siquiera tiene que pedir expresamente que se satisfagan sus necesidades mundanas, ya que Dios toma a esa persona bajo Su protección y satisface esas necesidades Él mismo. Sin embargo, alcanzar este nivel requiere un gran esfuerzo.

Su Santidad (aba) rezó para que seamos capaces de cumplir estas cosas y hacer del Ramadán una oportunidad para establecer una relación firme con Él, cumpliendo sus mandamientos, teniendo una creencia completa en Él y permitiéndonos ver ejemplos de la aceptación de la oración. Que esto se extienda incluso más allá del Ramadán. Que nos convirtamos en verdaderos siervos de Dios; que nunca nos desviemos del camino de Dios y seamos siempre los receptores de Su amor. Que hagamos justicia al favor que Dios nos ha concedido al aceptar al Mesías Prometido (as). Que Al’lah nos permita rezar de manera que nuestras oraciones sean aceptadas.

Su Santidad (aba) volvió a hacer un llamamiento a las oraciones a la luz de la actual situación mundial. Pidió que Al’lah salve al mundo de la destrucción y permita a la gente reconocer a su Creador.

Lanzamiento del sitio web de los 313 Compañeros

Su Santidad (aba) dijo que lanzaría un nuevo sitio web y una aplicación móvil creados por MTA International que comprende los sermones de Su Santidad (aba) sobre los 313 Compañeros que participaron en la Batalla de Badr. El sitio web incluye presentaciones de los Compañeros, preguntas y respuestas, mapas, explicaciones de términos árabes difíciles y habrá nueva información cargada cada semana. El sitio web es www.313companions.org. Su Santidad (aba) reza para que este sitio web resulte beneficioso.

Resumen preparado por The Review of Religions.

Share via