El Ramadán y nuestras responsabilidades
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

El Ramadán y nuestras responsabilidades

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahhud, Ta´awwuz y el Surah Al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) recitó los versículos 184-187 del Surah al- Baqarah y después dijo: La traducción de estos versículos es la siguiente:

“¡Oh creyentes! Se os prescribe el ayuno, como fue prescrito a los que os precedieron, para que seáis justos. El ayuno prescrito debe durar un número fijo de días, pero aquél de entre vosotros que esté enfermo o de viaje ayunará el mismo número de días con posterioridad; y para los que sólo pueden ayunar con gran dificultad hay una expiación: alimentar a un pobre. Y quien realiza una buena obra con obediencia voluntaria, mejor para él. Y el ayuno es bueno para vosotros, ¡si lo supierais!”

El mes de Ramadán es aquél en que se hizo descender el Corán como guía de la humanidad, con pruebas claras de dirección y discernimiento. Por tanto, quienquiera de vosotros que se encuentre en casa durante este mes, que ayune allí. Pero quien esté enfermo o de viaje ayunará el mismo número de otros días. Al-lah desea daros facilidades y no desea para vosotros lo difícil, y que completéis el número de días y ensalcéis a Al-lah por haberos guiado y para que seáis agradecidos.

Cuando mis siervos te pregunten por Mi, diles: ‘Estoy cerca. Respondo a la plegaria del que suplica cuando Me invoca. Por tanto, deben escucharme y creer en Mí, para que puedan seguir el camino recto.’”  (Surah al-Baqarah, Ch.2: V.184-187)

En estos versículos, Al-lah el Todopoderoso, ha descrito la obligación del ayuno, su importancia, los deberes de los creyentes respecto a este mes y el modo en que las oraciones pueden ser aceptadas. Este mes ha sido designado para nosotros, en el que Al-lah el Todopoderoso se acerca a Sus siervos y Satanás es encadenado. Por ello, si las puertas de la misericordia y las bendiciones se abren tanto, debemos esforzarnos enormemente para cumplir con los derechos del ayuno después de haber escuchado estas palabras de Al-lah el Todopoderoso.

En una ocasión, el Santo Profeta (sa) dijo: “si conocierais las excelencias del Ramadán y los modos como Al-lah el Todopoderoso muestra Su misericordia, desearíais que fuera Ramadán todo el año para adquirir las bendiciones de Al-lah el Exaltado durante todo el año”. Por consiguiente, Al-lah el Todopoderoso ha prescrito el ayuno para nuestro propio beneficio. Con el ayuno obtenemos tanto beneficios espirituales como físicos. Hoy día, incluso los médicos no-musulmanes opinan que el ayuno tiene un efecto positivo sobre la salud. En un principio, sólo unos pocos doctores mantenían esta opinión, pero, actualmente, son muchos más los que apoyan esta teoría. Algunos no-musulmanes incluso han comenzado a escribir que el ayuno aporta disciplina a la vida del ser humano. En cualquier caso, tanto si la gente mundana está de acuerdo con esto o no, un verdadero creyente tiene la experiencia personal de que al ayunar, no sólo mejora la salud, sino también, y en mayor medida, es un medio para mejorar la salud espiritual. Por tanto, actuando bajo el mandamiento de Al-lah el Todopoderoso, debemos hacer todo lo posible para mejorar nuestro bienestar espiritual.

Al-lah el Todopoderoso ha dicho en estos versículos [mencionados anteriormente] que el ayuno ha sido prescrito para todos los creyentes y para todos los verdaderos musulmanes. Permanecer hambriento desde la mañana hasta la tarde-noche no se considera ayunar. El Mesías Prometido (as) ha declarado que, a través de la práctica del ayuno, Al-lah el Todopoderoso desea que las personas reduzcan una forma de sustento y aumenten otra forma de alimento. Una persona que guarda el ayuno siempre debe tener en cuenta que hacerlo no consiste en permanecer hambriento. Por el contrario, debe permanecer ocupado en el recuerdo de Al-lah el Todopoderoso con el fin de desarrollar un estado de acercamiento hacia Él y de desapego del mundo. Es decir, para que las personas progresen y avancen en su relación con Al-lah el Todopoderoso, y para adorarLe y recordarLe, y desvincularse del mundo. Los asuntos mundanos siempre permanecerán unidos a nosotros y son interminables. Sin embargo, incluso aunque estemos ocupados en ellos, debemos recordar a Al-lah el Todopoderoso. Debemos estar atentos a Sus mandamientos y permanecer ocupados en Su recuerdo. El Mesías Prometido (as) declara que un ayuno significa abstenerse de los alimentos físicos que nutren el cuerpo y adquirir otro tipo de alimento que conforta y alimenta el alma. Aquellos individuos que observan el ayuno solamente por amor a Dios, y no por mera tradición, deben permanecer enfocados en alabar a Al-lah el Todopoderoso, santificar Su nombre y también en buscar Su protección.  (Malfuzat, Vol. 9, p. 123)

El Santo Profeta (sa) ha declarado también que Al-lah el Todopoderoso no necesita que nosotros permanezcamos hambrientos. (Sahih Bukhari, Kitab al-Saum, Bab Man Lam Yada’ Qaul al-Zur wa al-amal bihi fi al-saum, Hadith 1903) Además, Al-lah el Todopoderoso ha declarado en el primer versículo relacionado con el mandato del ayuno que éste ha sido prescrito para que podamos ser virtuosos. Pero, ¿qué es la rectitud? Es abstenerse de las debilidades morales y espirituales. Como acabo de mencionar, el Santo Profeta (sa) ha declarado que Al-lah el Todopoderoso no necesita que uno padezca hambre. La observación del ayuno debe desarrollar un nivel de rectitud dentro de una persona tal que pueda protegerle de todo tipo de debilidad espiritual y moral. De lo contrario, ayunar es vano.

Además el Mesías Prometido (as) en una ocasión hablando sobre la rectitud dice:

“Para llegar a ser verdaderamente virtuoso, es necesario abandonar completamente los vicios mayores como el adulterio, el robo, la trasgresión, la hipocresía, el ego, el desprecio a los semejantes, la mezquindad, y se debe evitar toda bajeza moral y progresar en valores morales elevados”.  En otras palabras, debéis realizar un esfuerzo conjunto para abandonar estos males. Al abandonar estos vicios bajos, debéis adoptar una elevada moral. Debéis comportaros con vuestro semejantes con cortesía, amabilidad y simpatía”. Hay que mejorar las cualidades morales.

El Mesías Prometido (as) además afirma:

Debéis cultivar la verdadera fidelidad y sinceridad hacia Al-lah el Todopoderoso”. Esto es fundamental para la rectitud y la espiritualidad. Debéis tener una relación verdadera y leal con Dios.

“Debéis buscar constantemente ocasiones para realizar servicios benéficos”. Esto, incluye tanto los derechos para con Al-lah el Todopoderoso, como el cumplimiento de Sus mandamientos, y también los derechos para con la humanidad. En otras palabras, debéis servir de manera tan desinteresada, que las personas testifiquen que, en verdad, estáis sirviendo sólo por amor a Dios, y sin ningún interés  personal”.

El Mesías Prometido (as) afirma:

“Con la implementación de estas cosas, una persona puede denominarse virtuosa. Sólo es virtuoso aquel que reúne todas estas cualidades en uno mismo. La posesión de una de estas cualidades de forma individual, no da derecho a una persona a ser considerada justa, a menos que posea todas ellas en conjunto. Sólo de éstos, se dice:

[árabe]

Es decir, sobre ellos no acaecerá ningún temor, ni se lamentarán. [Surah al-Baqarah, Ch.2: V.63]

Al-lah el Todopoderoso les ha garantizado ésto. ¿Qué más necesitan después de esta garantía por parte de Al-lah el Todopoderoso? Al-lah el Todopoderoso se convierte en Su guardián, como se menciona:

[árabe]

[Y Él protege a los justos].”

En un Hadiz se afirma que “Al-lah el Todopoderoso se convierte en las manos con las que agarran, en los ojos con los que ven, en los oídos con los que oyen y en los pies con los que caminan.”

En otro Hadiz encontramos que “Dios ha proclamado que quien muestra enemistad hacia un amigo Mío que esté preparado para enfrentarse a Mí.” En otro Hadiz se dice que cuando alguien ataca a un amigo de Dios, Él se abalanza sobre él con la misma furia con la que una leona se abalanza sobre quien busca privarlo de sus crías.  (Malfuzat, Vol. 4, pp. 400-401)

Por lo tanto, al cumplir verdaderamente los debidos derechos del ayuno y al alcanzar estos estándares de justicia, la ofrenda del ayuno hará que una persona, un creyente y un musulmán estén bajo el escudo  de Al-lah el Todopoderoso.

Hazrat Abu Huraira relata:

El Santo Profeta (sa) afirmó que Al-lah el Todopoderoso dijo: “Cada acción de una persona es por su propio bien, excepto para ofrecer los ayunos. De hecho, el ayuno se ofrece por Mi causa”.

Al-lah el Todopoderoso dice que una persona ofrece el ayuno solamente por la causa de Dios. Los verdaderos creyentes ofrecen el ayuno por Al-lah el Todopoderoso. Al-lah el Todopoderoso afirma además que “para quien ofrece el ayuno por Mi causa, yo personalmente me convierto en su recompensa”. Es decir, Al-lah el Todopoderoso le concederá lo que quiera.

De manera similar, el Santo Profeta (sa) también declaró que “los ayunos son un escudo y si alguno de vosotros está ofreciendo el ayuno, no debe decir nada que sea indecente y sucio”. Uno debe abstenerse de pronunciar palabras inmorales e indecentes.” Además, dijo: “Si alguien abusa verbalmente de una persona o se pelea con ella, simplemente debe responder diciendo: ‘Estoy ayunando (no me permitiré ninguna indecencia)’”.

El Santo Profeta (sa) también dijo: “Por Dios, en cuya mano se encuentra la vida de Muhammad (sa), el olor de la boca de un individuo que ofrece el ayuno es más agradable para Al-lah el Exaltado que el almizcle”. Es decir, es más agradable que la fragancia del almizcle.

El Santo Profeta (sa) dijo:

“Hay dos alegrías para un individuo que ofrece ayunos y que le brindan felicidad. En primer lugar, se regocija cuando rompe el ayuno porque Al-lah el Exaltado le dio provisiones para romper el ayuno. En segundo lugar, cuando se encuentre con su Señor, se regocijará debido a los ayunos, ya que Al-lah el Exaltado afirma que, personalmente, se convierte en la recompensa para quien ayuna.”

Además, el estado de alegría de un individuo que ofrece el ayuno por su propio bien y para agradar Al-lah, y recibe las incontables recompensas de Al-lah el Exaltado, será de una naturaleza completamente diferente.  (Sahih al-Bukhari, Kitab al-Saum, Bab Hal Yaqul Innee Sa’im idhaa Shi’tum, Hadith 1904)

Por lo tanto, este es el estándar de justicia, y una persona que ofrece el ayuno en su verdadero espíritu debe procurar adquirir dicho estándar. De hecho, quien ayuna sinceramente logra este estándar. Un individuo que ofrece ayuno no debe permitirse verse afectado por asuntos mundanos y debe abstenerse de toda forma de debilidad moral y espiritual. No debe regocijarse por el hecho de haber ofrecido un ayuno. Hay muchas personas en el mundo que ofrecen ayunos, pero el estándar de sus oraciones y su moral no es el que debería ser.

El Santo Profeta (sa) declaró que Satanás está encadenado y atado durante este mes.

(Sahih Muslim, Kitabul al-Siyam, Bab Fadlu Shahri Ramadan, Hadith 1079)

Pero entonces, ¿por qué continúan los vicios y los pecados en el mundo durante este mes? El ayuno se convierte en un escudo que protege a esos individuos de los ataques de Satanás, si comprenden la realidad del ayuno y se vuelven justos. Por lo tanto, siempre debemos permanecer conscientes de este verdadero objetivo.

El Santo Profeta (sa) también nos advirtió y llamó la atención sobre el hecho de que durante el mes de Ramadán se abren las puertas del cielo; las puertas del infierno están cerradas y Satanás está encadenado, pero si uno fuera testigo del mes de Ramadán y no se le perdonasen sus pecados, ¿cuándo sería perdonado? (Sunan Tirmidhi, Abwab al-Da’wat, Bab Raghm Anf Rajul Fhakartu Indahu…, Hadith 3545)

En esta declaración, el Santo Profeta (sa) se dirige a nosotros. Se dirige a los que se hacen llamar musulmanes. Él se dirige a aquellas personas a quienes Al-lah el Todopoderoso les ha ordenado que “el ayuno sea obligatorio para vosotros”, de modo que en estos días de Ramadán uno debe permanecer exclusivamente preocupado en adorar a Al-lah, y luchando por alcanzar alturas morales y espirituales. Sin embargo, si no hacéis esto, entonces simplemente la llegada del Ramadán, con Satanás encadenado, las puertas del cielo abiertas y las puertas del infierno cerradas, no os beneficiará en absoluto.

El Santo Profeta (sa) también advirtió que si a pesar de la misericordia sumamente amplia de Al-lah el Todopoderoso, los medios para asegurar el perdón de uno no se alcanzan (incluso en Ramadán), entonces ¿cuándo se alcanzarán? Por lo tanto, no debemos simplemente alegrarnos por la llegada del Ramadán y sentirnos satisfechos meramente felicitándonos mutuamente el Ramadán y por el ayuno. Más bien, debemos evaluar seriamente si nos estamos esforzando por alcanzar el verdadero propósito del ayuno según lo establecido por Al-lah el Todopoderoso. ¡Que Al-lah el Todopoderoso nos permita a todos lograr este propósito y nos conceda Su perdón!

Luego, en el siguiente versículo, Al-lah el Todopoderoso también describe las condiciones en las que uno puede ser excusado de ayunar. Sin embargo, antes de explicar esto, Al-lah el Todopoderoso explica que “dado que Yo mismo soy la recompensa para quien ayuna, y personalmente doy a los creyentes los medios para asegurar su perdón”, entonces nadie debe pensar que hacemos un gran sacrificio ayunando, como resultado del cual Al-lah el Todopoderoso nos concede sus favores, tolerancia y perdón. Sin duda, la misericordia y el perdón de Dios se han ampliado extensamente, pero este (ayuno) todavía no es un sacrificio extraordinario. En el momento de Sahri, comemos con el estómago lleno, y en el momento de romper el ayuno, en el Iftari, todos comen lo que desean; por tanto, esto no es un sacrificio continuo, es solamente cuestión de un pequeño número de días en el año.

Algunas personas ofrecen su ayuno y luego anuncian que están ayunando con gran orgullo. Este no es un sacrificio tan grande como para ser anunciado. Más bien, incluso después de hacer los mayores sacrificios, un verdadero creyente se preocupa constantemente por cómo y cuándo Al-lah el Todopoderoso debería sentirse satisfecho con él, y no tanto por anunciarlo abiertamente a los demás. No obstante, Al-lah el Todopoderoso afirma que estos son unos días fijos, es decir, la duodécima parte del año. Entonces, este no es un gran sacrificio el que se hace. Al-lah el Todopoderoso dice que, en estos días, Él os está concediendo Su misericordia especial. Incluso si en estos días tenéis una enfermedad o necesitáis emprender un viaje, entonces hay que dejar de ayunar. Sin embargo, este número de ayunos perdidos debe ofrecerse en otro momento del año. En cuanto a un paciente con enfermedades crónicas, no alguien que busca una excusa, sino a quien el médico le ha prohibido el ayuno, entonces lo que se debe hacer es alimentar a un necesitado, si uno puede hacerlo. Y en términos de la capacidad para hacerlo, esto es obligatorio a menos que la persona misma dependa de las donaciones y la caridad. En todos los demás casos, cualquiera que sea el que tome alimento, debe alimentar a un necesitado de la misma manera. Si uno puede hacer más que esto, entonces también deben entregar el “Fidia” (expiación) y luego recuperar los ayunos perdidos.

Con respecto a esto, el Mesías Prometido (as) declara:

“Al-lah el Todopoderoso no carga a una persona más allá de su capacidad. Cualquiera que sea la habilidad y la capacidad que uno tenga, lo que sea que uno mismo coma normalmente, se debe brindar el “Fidia” (expiación) de acuerdo con eso en la expiación de los ayunos perdidos anteriormente y tomar la decisión de ofrecer todos los ayunos en el futuro.” (Malfuzat, Vol. 4, p. 350)

El Mesías Prometido (as) declara:

“En una ocasión me pregunté por qué el “Fidia” (expiación) es obligatorio. Por eso, después de reflexionar, entendí que es por el simple hecho de permitirnos ayunar, para que a uno se le conceda la capacidad de ayunar de ese modo.”

El Mesías Prometido (as) declara:

“Al-lah el Todopoderoso es el Señor de la Providencia. Si Él quiere, puede incluso otorgarle a una persona que sufre de tuberculosis, la capacidad de ayunar”.

En otras palabras, Al-lah el Todopoderoso también puede darle una recuperación total a una persona que padece de esta enfermedad para que también pueda ayunar”.

Así, el Mesías Prometido (as) declara,

“Este es el propósito del “Fidia”: que uno pueda adquirir la capacidad de ayunar, y esto solo sucederá con la gracia de Dios”.

El Mesías Prometido (as) declara:

“En mi opinión, se debe suplicar la siguiente oración: ‘¡Oh mi Señor! Este es Tu mes de bendiciones y sigo privado de las bendiciones. Y quién sabe si permaneceré vivo hasta el próximo año, o si puedo recuperar los ayunos que he perdido, o si la salud me permitirá ayunar de nuevo. De esta manera se debe implorar a Dios por la capacidad de ayunar”.

El Mesías Prometido (as) declara, “en estas palabras, uno debe rogar a Dios que le otorgue la capacidad de ayunar”.  (Malfuzat, Vol. 4, p. 258)

Por lo tanto, las personas que sufren enfermedades temporales también pueden dar el “Fidia” (expiación), para que se recuperen y que puedan ayunar. Y luego, al final de su viaje o al recuperarse de una enfermedad, también es obligatorio ayunar. La necesidad de controlar ambos, controlar los ayunos perdidos y dar el “Fidia”, queda demostrado por lo siguiente.

El Mesías Prometido (as) explica que aquellos que consiguen recuperarse y pueden recuperar sus ayunos, para ellos la idea de pensar que sólo necesitan pagar el “Fidia” [y que no deben recuperar los ayunos perdidos] abre una puerta peligrosa para legitimar lo que está prohibido. Si la condición de uno es que se ha recuperado después del Ramadán, o se pone enfermo en Ramadán, pero luego se recupera, si esas personas simplemente dicen que no ayunamos en Ramadán sino que pagamos el “Fidia”, entonces esto también les abrirá la puerta para legitimar algo malo. Sería aprobar falsas excepciones, abrir formas prohibidas y forjar falsas innovaciones. Incluso si uno ha pagado el “Fidia”, aun así necesita recuperar los ayunos perdidos después del Ramadán. Estos ayunos perdidos se pueden mantener en cualquier momento del año.

El Mesías Prometido (as) explica que, por supuesto, los pacientes terminales, las mujeres que están amamantando, las mujeres embarazadas, en este estado es suficiente dar el “Fidia”. Pero junto con el “Fidia”, es importante mantener la adoración de Dios, el recuerdo de Al-lah y otras buenas obras en este mes. Lo que no se puede hacer es que como ya han pagado el “Fidia”, que ahora estoy libre de todas las demás responsabilidades. Por eso, estas personas también seguirán recibiendo las bendiciones del Ramadán incluso si no están haciendo los ayunos, sino pagando el “Fidia” y manteniendo buenas obras. Sin embargo, el simple hecho de pagar el “Fidia” y luego olvidarse de las oraciones diarias y otros actos de piedad no lo convierte a uno en un verdadero creyente; ni forman parte de los que participan de las bendiciones del Ramadán.  (Malfuzat, Vol. 9, p. 433)

Entonces, Al-lah el Todopoderoso establece en este versículo que cualquier obra buena que se realice con la mayor obediencia, incluso si no quiere hacerlo, si solo lo hace porque es un mandato de Dios, luego, Al-lah el Todopoderoso le recompensará con incluso más. Según algunos, el significado de:

[árabe]

también es, “así que cualquier cosa buena voluntaria que hagas tú mismo, también será lo mejor para ti” – ambas definiciones son correctas, lo que significa que si uno da el “Fidia” adicionalmente, o uno alimenta a dos personas necesitadas en lugar de una persona necesitada como si fuera caridad, o, en el caso de que por alguna razón uno no pudo ayunar un día, y sabe que podrá recuperar el ayuno al día siguiente, aun así paga el “Fidia” como un acto de virtud adicional, entonces, Al-lah el Todopoderoso declara que esto es lo mejor para vosotros. Esto se debe a que si se llevan a cabo buenas obras con una carga sobre uno mismo o como un acto voluntario, siempre que se haga felizmente, Al-lah el Todopoderoso otorgará la recompensa por ello.

Al final de este versículo, Al-lah el Todopoderoso ha hecho hincapié una vez más en que los ayunos son lo mejor para vosotros en todos los aspectos.

Luego, en el siguiente versículo, Al-lah el Todopoderoso dice:

“El mes de Ramadán es aquél en que se hizo descender el Corán como guía de la humanidad, con pruebas claras de dirección y discernimiento.”

Por lo tanto, el Sagrado Corán y el mes de Ramadán tienen una conexión especial. Por ello, junto con el ayuno, uno debe reflexionar sobre el Corán y esforzarse por actuar de acuerdo con sus enseñanzas, de modo que pueda obtener las verdaderas bendiciones de los ayunos durante el Ramadán. No todos pueden comprender las profundidades intrínsecas del Sagrado Corán, por lo tanto, junto con la recitación del Corán y la lectura de sus traducciones, que cada uno puede hacer por su cuenta, uno debe beneficiarse de los Dars [conferencias] del Santo Corán en cualquier mezquita donde la Yama’at los organice. Igualmente, hay versiones de los Dars que se ponen en la MTA, y es crucial obtener beneficios de ellos. Los Dars de Hazrat Jalifatul Masih IV (rh) también se emiten.

El Santo Profeta (sa) también ha ordenado que recitemos el Sagrado Corán tanto como sea posible durante este mes. Incluso en otros días, un áhmadi debería recitar el Sagrado Corán tanto como sea posible. Esto es esencial para el mes de Ramadán, de lo contrario, simplemente ayunar es inútil. Al-lah el Todopoderoso ha mencionado especialmente la revelación del Sagrado Corán en relación con el Ramadán y el Santo Profeta (sa) ha enfatizado esto. Somos afortunados de que en esta era, Al-lah el Todopoderoso nos ha permitido aceptar al ardiente devoto del Santo Profeta (sa), quien nos enseñó los significados ocultos y las complejidades del Sagrado Corán, y describió nuevos ángulos / comentarios / puntos de vista de esos significados. Nos recordó especialmente que actuemos de acuerdo con los mandamientos del Sagrado Corán, que le concedamos honor, que reflexionemos sobre el Corán y que lo recitemos. Debemos leer el Corán y esforzarnos por actuar de acuerdo con sus enseñanzas.

Con respecto a cómo se debe lograr un cambio en sus condiciones después de recitar el Sagrado Corán, el Mesías Prometido (as) dice:

“Hay una gran distinción entre la adquisición del conocimiento mundano y el conocimiento del Sagrado Corán. (Hay una gran diferencia entre obtener conocimiento secular y obtener conocimiento del Sagrado Corán).

La rectitud no es necesaria para adquirir conocimiento secular como la gramática, física, filosofía, astronomía, medicina, etc. (Se pueden estudiar todas estas ciencias, … No es necesario que un alumno que estudie estos temas sea piadoso, observe el Salat y el ayuno, y tenga en cuenta los mandamientos y prohibiciones divinos, y que deba subordinarse)”.

Es un principio importante que para adquirir la verdadera comprensión del Corán, uno debe hacer los ayunos, cumplir con sus deberes de adoración, ofrecer las oraciones y también sobresalir en la justicia. El Mesías Prometido (as) declara que no es necesario para alguien que no busca el conocimiento del Sagrado Corán que debe observar el ayuno y ofrecer las oraciones, ni es imperativo que esa persona tenga en cuenta los mandatos de Al-lah el Todopoderoso, es decir, lo que uno debe seguir y de lo que debe abstenerse. Aunque estos principios no son esenciales para aquellos que buscan alcanzar el conocimiento secular, sin embargo, para aquel que se esfuerza por obtener el conocimiento del Sagrado Corán, es esencial adherirse a estos mandatos y adherirse a todos los mandamientos de Al-lah el Todopoderoso.

El Mesías Prometido (as) además dice:

“Cada acción y cada palabra debe estar de acuerdo con los mandatos de Al-lah el Todopoderoso. De hecho, a menudo sucede que los buscadores de conocimiento mundano se vuelven ateos y están involucrados en todo tipo de vicios.

Hoy día, el mundo es un espectáculo fuera de lo normal. Aunque los habitantes de Europa y América han adquirido un alto nivel de competencia en las artes y las ciencias mundanas y realizan nuevos inventos a diario, su condición moral y espiritual es deplorable. (Hoy en día, en particular, su condición moral se ha deteriorado aún más en nombre de la libertad).

Ni siquiera podemos mencionar algunas de las escenas que se observan en los parques de Londres y los hoteles de París y se publican en la prensa diaria. Por otra parte, la rectitud es una condición esencial para el aprendizaje celestial y para adquirir conocimiento de los misterios del Sagrado Corán. Para este propósito se necesita un sincero arrepentimiento. Ya que la puerta del conocimiento coránico no se abre hasta que su buscador lleve la carga de los mandatos divinos con perfecta humildad y mansedumbre, y se vuelva humildemente, temblando ante Su gloria y Su poder. Sin estos no puede obtener del Sagrado Corán los medios para fomentar esas cualidades y facultades que generan deleite y consuelo para el alma. (Por lo tanto, la justicia es un requisito previo para entender el conocimiento del Sagrado Corán).

Sigue diciendo: “El Sagrado Corán es el Libro de Dios y su conocimiento está en la mano de Dios; por lo tanto, la virtud es la escalera para la adquisición de tal conocimiento. (Cuando se usa la escalera de la virtud, solo entonces se alcanzará la verdadera comprensión del conocimiento coránico). Entonces, ¿cómo puede ser posible que los malvados e infieles que tienen una mente malvada y son prisioneros de sus pasiones terrenales logren tal conocimiento?

“Por esta razón, un musulmán de nombre, bien podría ser el mejor erudito de la morfología árabe, la sintaxis, la etimología, la crítica literaria y otras ciencias similares, y a los ojos del mundo, bien podría ser el mayor experto en todos los campos del conocimiento (por ejemplo, un individuo puede estar bien versado en gramática, ser elocuente en árabe y puede producir una excelente traducción del Corán) pero si tal individuo no purifica su alma, no podrá recibir el conocimiento del Sagrado Corán.

Observo en esta época que la atención del mundo está muy inclinada hacia la adquisición de conocimiento mundano, y la ilustración de Occidente ha asombrado al mundo con sus nuevas invenciones y creaciones. El camino que los musulmanes pretenden seguir, con el fin de asegurar su propia prosperidad y éxito, desafortunadamente, conlleva que los líderes occidentales se conviertan en sus líderes y además acaben enorgulleciéndose de seguir a Europa. Este es el estado de los pensadores musulmanes modernos. Luego, están aquellos musulmanes que son anticuados en sus pensamientos y quienes se consideran a sí mismos como los guardianes de la fe. El resumen y la suma total de sus logros de toda la vida es que están enredados en complejidades y disputas relacionadas con la morfología y la sintaxis árabe, y discuten sobre la pronunciación correcta de la palabra árabe “daal-lin” (es decir, están absortos en discusiones sobre la gramática árabe y cómo se deben pronunciar las palabras correctamente).

“No prestan ninguna atención al Sagrado Corán, y ¿cómo iban a hacerlo, cuando no prestan atención a la purificación de sus almas?” (Malfuzat, Vol. 1, pp. 425-427)

Por lo tanto, el Mesías Prometido (as) afirma que los áhmadis no solo deben dedicarse a los esfuerzos mundanos, sino que también deben esforzarse para adquirir el conocimiento del Sagrado Corán.

En una ocasión, alguien le preguntó al Mesías Prometido (as) cómo se debe recitar el Sagrado Corán. En respuesta a esto, el Mesías Prometido (as) dijo:

“Uno debe reflexionar y deliberar sobre el Corán y recitarlo con la máxima concentración. En el Hadiz se menciona: [árabe], lo que significa que hay muchos “Qaris” [los que recitan el Sagrado Corán] que están malditos por el Corán. Todo aquel que recita el Sagrado Corán y no actúa de acuerdo con sus mandamientos, está maldito por el Corán”.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Al recitar el Sagrado Corán, cuando alguien se encuentra con una parte en la que se menciona la misericordia de Al-lah el Todopoderoso, en ese momento se debe buscar la misericordia de Al-lah el Todopoderoso. Y cuando uno recita una parte en la que el Corán se refiere al castigo de un pueblo en particular, en ese momento debe buscar la protección de Al-lah el Todopoderoso a través del arrepentimiento y la búsqueda de Su perdón. Uno debe reflexionar sobre el Sagrado Corán y actuar de acuerdo con sus enseñanzas”. (Malfuzat, Vol. 9, pp. 199-200)

Por lo tanto, esta es la manera en que se debe leer el Sagrado Corán. Dado que se nos ha ordenado centrar nuestra atención en el Corán en este mes, por lo tanto, debemos leerlo a la luz de estos preceptos.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Así que sed precavidos y no deis ni un solo paso en contra de la enseñanza de Dios y la guía del Corán. Os digo sinceramente que cualquiera que ignore incluso un pequeño mandato de los setecientos mandamientos del Corán, tiene cerrada la puerta de la salvación. El Corán ha abierto los caminos de la salvación verdadera y perfecta, y todo lo demás es su reflejo. Por lo tanto, estudiad el Corán con profunda contemplación y consideradlo con muy alta estima. Amadlo más que cualquier otra cosa. Dios me ha dicho:

[árabe]

Es decir, todo lo bueno está contenido en el Corán. Esta es la verdad.”

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Lástima a los que favorecen cualquier cosa además de esta. La fuente de toda su prosperidad y salvación se encuentra en el Corán. No hay ninguna necesidad religiosa que no esté recogida en él. En el Día del Juicio, el Corán confirmará o negará vuestra fe. No hay otro libro debajo del cielo además del Corán, que puede guiaros directamente. (Solo a través del Sagrado Corán podemos ser rectamente guiados). Dios ha sido muy benévolo con vosotros porque os ha otorgado un libro como el Corán. Os digo sinceramente que si el libro que se os ha recitado se hubiese recitado a los cristianos, no habrían perecido. Si este favor y guía que se os ha otorgado hubiese sido otorgado a los judíos en lugar de la Torá, algunas de sus sectas no habrían negado el Día del Juicio. Por lo tanto, apreciad este favor que se os ha otorgado “.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Es un favor muy precioso; es una gran riqueza. Si el Corán no hubiera sido revelado, el mundo entero no habría sido más que un sucio trozo de carne deformado. El Corán es un libro, en contraste con el cual, todas las demás orientaciones no son nada “.  Por lo tanto, debemos entender el Corán cuando lo recitamos y debemos enfocar nuestra atención en obtener la guía contenida en él.  (Kashti-e-Nuh, Ruhani Khaza’in, Vol. 19, p. 26-27)

Muchas personas habrán centrado su atención en esto durante el mes de Ramadán, pero es necesario que forme parte de sus vidas diarias. Al-lah el Todopoderoso ha ordenado a los creyentes que presten especial atención a la recitación del Sagrado Corán. Esto se debe a que cuando uno emprende este esfuerzo con devoción durante el mes de Ramadán, incluso después se mantendrá. De lo contrario, el propósito de que Al-lah el Todopoderoso llame especialmente nuestra atención hacia la recitación del Corán en este mes, no valdría de nada. Un creyente es alguien que es firme en la búsqueda de nuevas formas de realizar virtudes y continúa esas obras. Por tanto, hemos recibido esta gran orientación a través de Al-lah el Todopoderoso por medio del Santo Profeta (sa). Por lo tanto, debemos esforzarnos lo máximo en hacer de esto un medio para que podamos alcanzar la guía.

Después de mencionar este versículo, Al-lah el Todopoderoso afirma además que se deben guardar los ayunos, sin embargo, para aquellos que están enfermos o en un viaje, es obligatorio que completen los ayunos [que pierden] más tarde. Uno no puede estar exento simplemente dando el “Fidia” [expiación]. Al-lah el Todopoderoso nos ha otorgado un favor al permitirles a aquellos en un viaje o aquellos que están enfermos a ayunar después, porque Al-lah el Todopoderoso no desea poner a Su gente en dificultades. Al-lah el Todopoderoso después afirma que uno debería exaltar especialmente a Al-lah el Todopoderoso en los días de Ramadán, recordarle y mantenernos ocupados en la adoración. También debemos ser agradecidos a Al-lah el Todopoderoso por habernos guiado y por habernos enviado un Libro tan completo que contiene una guía perfecta. Solo seremos capaces de mostrar nuestra gratitud cuando actuemos sobre esos mandamientos.

Luego, en el siguiente versículo [del Sagrado Corán], Al-lah el Todopoderoso dice:

“En el mes de Ramadán, Mis siervos aumentan su esfuerzo y preguntan por Mí. Me buscan más que con anterioridad. De este modo, estoy cerca, y escucho sus súplicas. Si me buscan con sinceridad, acepto sus oraciones. Sin embargo, para que acepte sus oraciones, primero deben actuar de acuerdo con Mis mandamientos”.

Al-lah el Todopoderoso establece que uno debe actuar de acuerdo con Sus mandamientos y aumentar su creencia en Él.

Después de ofrecer súplicas durante solo unos días, algunas personas se quejan de que Al-lah el Todopoderoso no acepta sus oraciones. Si no escuchamos los mandamientos de Al-lah el Todopoderoso y no actuamos de acuerdo con ellos, si no emprendemos la búsqueda de Su amor, ni nos convertimos en Sus verdaderos siervos, sino que solo oramos cuando nos enfrentamos a dificultades o problemas, entonces ¿cómo pueden quejarse de que sus oraciones no son contestadas por Al-lah el Todopoderoso?

Por lo tanto, primero debemos reformarnos nosotros mismos y, de hecho, para reformarnos nosotros mismos, es vital que uno ore para que cosechen las bendiciones de Al-lah el Todopoderoso. Por lo tanto, también es vital orar por esto. A su vez, Al-lah el Todopoderoso proporcionará los medios para nuestra felicidad y satisfacción. ¿Cómo acepta Al-lah el Todopoderoso las oraciones? Si Al-lah el Todopoderoso hace que nuestros corazones se sientan satisfechos, entonces significa que nuestras oraciones han sido aceptadas. Esta es la manera en que Al-lah el Todopoderoso escucha nuestras súplicas, al igual que escucha las súplicas de Sus siervos sinceros y aquellos que están totalmente dedicados a Él. Por lo tanto, primero debemos dar el paso y, a su vez, Al-lah el Todopoderoso hará provisiones especiales para aceptar las oraciones y conceder Su proximidad a los creyentes, especialmente en el mes de Ramadán. Por lo tanto, debemos esforzarnos particularmente en este sentido, de lo contrario, nunca tendremos derecho a quejarnos diciendo que Al-lah el Todopoderoso no acepta las oraciones.

Con respecto a la manera en que uno debe suplicar y cómo se puede desarrollar la condición por la cual se acepten nuestras oraciones, el Mesías Prometido (as) nos ha guiado de la siguiente manera:

“Es una verdad establecida que quien no realiza actos virtuosos no está rezando con sinceridad. De hecho, ese individuo intenta probar a Al-lah el Todopoderoso. Por lo tanto, antes de ofrecer súplicas, es vital que uno se esfuerce con todas las facultades que posee. Este es, de hecho, el significado de la oración”.

El Mesías Prometido (as) además dice:

“No penséis que ya oramos todos los días, y que la Salaat que ofrecemos también es una oración”.

Ciertamente la Salaat es una forma de oración, sin embargo, también es importante para cada uno desarrollar la condición interna necesaria para alcanzar el verdadero objetivo de la oración.

El Mesías prometido (as) declara:

“La oración que sigue al verdadero conocimiento y nace de la gracia divina tiene un color y una tez totalmente diferentes. Tal oración es algo que consume, es un fuego que derrite, es una fuerza magnética que atrae a la Divina misericordia, es una muerte pero al final da vida, es un diluvio furioso que finalmente se convierte en un bote. A través de él, todo mal se corrige y cada veneno finalmente se convierte en un antídoto”.

Así este es el efecto de la verdadera oración. El Mesías Prometido (as) además declara:

“Bienaventurados los prisioneros que nunca se cansan de la súplica, porque algún día serán liberados. Bienaventurados los ciegos que no son apáticos en sus oraciones, porque algún día verán. Bienaventurados los que yacen en tumbas que piden ayuda y socorro a Dios, porque un día serán sacados de ellas (menciona a los muertos de espíritu). Benditos sois vosotros que nunca os cansáis de suplicar, vuestras almas se derriten en oración, vuestros ojos derraman lágrimas y un fuego enciende vuestro pecho y os lleva a los vestidores oscuros y desiertos para que podáis saborear la soledad y os lleve a la inquietud y la locura para que finalmente recibáis las recompensas divinas. El Dios a quien os invitamos es muy Bondadoso, Misericordioso, Modesto, Verdadero y Fiel. Él concede Su misericordia a los humildes. Vosotros también debéis ser fieles y orar con toda fidelidad y sinceridad para que Él os conceda Su misericordia. Separaros del ruido mundano y no transforméis en confrontaciones religiosas vuestras disputas egoístas. […]

Dios mostrará milagros a los que suplican y los que piden serán bendecidos con una gracia extraordinaria. La oración viene de Dios y a Él vuelve. A través de la oración, Dios se acerca tanto a vosotros como vuestra propia vida … La primera bendición de la oración es que produce un cambio sagrado en una persona…

En resumen, la oración es el elixir que convierte un puñado de polvo en oro puro. Es el agua que elimina las impurezas internas. Con tal oración, el espíritu se derrite y fluye como el agua antes de caer postrado en el umbral del Santo. Está en la presencia de Dios, se inclina y se postra ante Él. La Salaat (oración) enseñada por el Islam es sólo su reflejo. La posición erguida del espíritu significa que se muestra dispuesto a sufrir cada dificultad y a obedecer cada orden por el bien de Dios. La inclinación del espíritu ante Dios significa que, al renunciar a todo otro amor y relación, se ha inclinado hacia Dios y le pertenece solo a Él. Su postración es que cae en el umbral de Dios y, abandonando todos los pensamientos personales, pierde la identidad misma de su existencia. Esta es la oración que ayuda a establecer la comunión con Dios, y esta es la oración que la Shariah Islámica ha representado en la Salaat diaria prescrito para que la oración física pueda inspirar la oración espiritual “. (Lecture Sialkot, Ruhani Khaza’in, Vol. 20, pp. 222-224)

Por lo tanto, esta es la condición que debemos desarrollar dentro de nosotros mismos para ser testigos de las maravillas de la aceptación de las oraciones. Junto con mantener los ayunos en el mes de Ramadán, también debemos participar en la adoración en su verdadero sentido y experimentar la aceptación de las oraciones. Si nuestras oraciones no están siendo contestadas, la debilidad es nuestra, sin embargo, las palabras de Dios nunca pueden ser probadas como falsas. Debemos orar particularmente durante estos días para mejorar nuestras condiciones. Al-lah el Todopoderoso ciertamente está cerca de Sus siervos, pero durante estos días Él se acerca aún más. Debemos postrarnos ante Al-lah el Todopoderoso con la mayor sinceridad posible en nuestras oraciones obligatorias, así como en nuestras oraciones voluntarias. El Santo Profeta (sa) ha declarado que los primeros diez días de este mes son para alcanzar la misericordia de Al-lah el Todopoderoso, los diez días intermedios son para buscar Su perdón y los últimos diez días uno busca ser salvado del fuego del infierno. (Kanzul Ummal, Vol. 8, p. 477, Hadith 23714)

¡Que Al-lah el Todopoderoso nos permita convertirnos en Sus verdaderos siervos y nos cubra con Su misericordia y perdón, y podamos ser los destinatarios de las bendiciones de este mes!

Durante estos días, rezad particularmente por la Yama’at, para que Al-lah el Todopoderoso frustre los planes malvados de los opositores del Ahmadíat y donde quiera que se diseñen planes contra la Yama’at, que Al-lah el Todopoderoso haga que fracasen. Oren por la Ummah musulmana para que Al-lah el Todopoderoso les impida llevar a cabo crueldades y que también les impida que se quiten la vida unos a otros. Que se conviertan en verdaderos y sinceros musulmanes, y reconozcan al Imam de la Era. Orad por el mundo en general, porque se dirige hacia una gran destrucción a un ritmo alarmante. ¡Que Al-lah el Todopoderoso conceda la sabiduría necesaria a la humanidad para que pueda reconocer a Al-lah el Todopoderoso y quedar a salvo de esta destrucción!

Después de las oraciones del viernes, dirigiré dos oraciones fúnebres in absentia. Fallecieron hace dos meses, aunque no he recibido los pormenores hasta ahora.

La primera oración fúnebre es la del respetado Dr. Tahir Aziz Ahmad Sahib, hijo del difunto Arshadul-lah Bhatti Sahib, de Islamabad [Pakistán], y la segunda oración fúnebre es la del Dr. Iftijar Ahmad Sahib, hijo del difunto Dr. Jawaya Nazir Ahmad Sahib, de los Estados Unidos. Ambos habían viajado a la zona de Fatah Yang para tratar algunos asuntos relacionados con su propiedad, cuando fueron secuestrados el 13 de marzo por el asistente del Dr. Iftijar Ahmad Sahib, quien luego los asesinó brutalmente. ¡A Al-lah pertenecemos y a Él volveremos!

En Pakistán, las personas que cometen tales asesinatos no tienen miedo de ser arrestados si a quien matan es un áhmadi. Esto se debe a que, según creen, matar a un áhmadi es un acto de virtud, y también cuentan con el apoyo total de los Maulawis [clérigos musulmanes], quienes luego harán todo lo posible por liberarlos del encarcelamiento. Por lo tanto, el hecho de ser áhmadis fue un factor que favoreció su asesinato, y por eso podemos afirmar que alcanzaron el martirio.

El Dr. Tahir Aziz Ahmad Sahib nació el 27 de noviembre de 1967 en Mith Tawana. El Ahmadiat se introdujo en su familia a través de su bisabuelo paterno, Hazrat Maulawi Nur Ahmad Sahib (ra), de Lodhinangal, Gurdaspur. Hazrat Maulawi Nur Ahmad Sahib (ra) se negó a firmar el edicto de Maulawi Muhammad Hussain Batalwi que declaraba que el Mesías Prometido (as) era un incrédulo. Hazrat Maulawi Nur Ahmad Sahib (ra) escribió una carta a Maulawi Muhammad Hussain Batalwi que se publicó en la primera edición de Al-Hakam, el 10 de octubre de 1897, replicando a este edicto. También se menciona en el Tarij-e-Ahmadíat vol. 1, que el Mesías Prometido (as) invitó al padre de Hazrat Maulawi Nur Ahmad Sahib (ra), Maulawi Allah Ditta Bhatti Sahib de Lodhinangal a Qadian para que diera clases a sus hijos, Mirza Sultan Ahmad Sahib y Mirza Fazal Ahmad Sahib.

Después de sus exámenes de matriculación, el Dr. Tahir Aziz Sahib aprobó su examen DHMS de la Escuela de Medicina Homeopática de Islamabad, y comenzó su práctica en Chatta Bajtawar, Islamabad. Era una persona de corazón muy abierto, extremadamente amable, hospitalario y compasivo. Practicó como doctor durante mucho tiempo y ofreció su hogar para que sirviera como centro de oración para que la gente orara en ella. Sentía un gran amor por el Jilafat. Tras su fallecimiento, cientos de personas que no eran áhmadis, hombres y mujeres por igual, expresaron sus condolencias, y consideraron su fallecimiento como una gran pérdida para la nación. Deja atrás a su esposa, dos hijas y un hijo. Su hijo reside aquí en el Reino Unido y es el yerno de Rana Jalid Sahib. Fuzail Ayyaz Sahib, que es un consagrado que trabaja como misionero, que solía colaborar en la MTA, y que ahora está sirviendo en el Yamia Ahmadía de Rabwah, es el hermano mayor del fallecido.

La segunda oración fúnebre es del Dr. Iftijar Ahmad Sahib. Era de Teregari, que se encuentra en el distrito de Gujranwala, y era nieto materno de Hazrat Muhammad Yamal Sahib, un compañero del Mesías Prometido (as). El Ahmadíat se introdujo en su familia a través de su abuelo, Jawaya Yalal-ul-Din Sahib, durante la época de Hazrat Jalifatul Masih II (ra). Su padre, Jawaya Nazir Ahmad Sahib, tuvo la oportunidad de servir como profesor de química en Talim-ul-Islam College de Rabwah. El Dr. Iftijar Ahmad Sahib consiguió su título de médico en el King Edward Medical College de Lahore, y después trabajó durante tres años en la clínica Ahmadía de Kano, en Nigeria. Después de estos tres años, regresó a Pakistán, permaneciendo allí 15 años, y completando su doctorado. Luego, hace tres años, marchó a Estados Unidos, y comenzó a trabajar en California tras aprobar los exámenes correspondientes en dicho lugar. Sin embargo, regresó a Pakistán a causa de sus hijas. El Dr. Iftijar Ahmad Sahib cuidaba mucho de los necesitados, y sentía la pasión de servir a la humanidad. Participaba activamente en la caridad, y era una persona muy devota. Deja atrás a su esposa y tres hijas.

¡Que Al-lah el Todopoderoso conceda Su misericordia y Su perdón al fallecido, y haga que su progenie permanezca unida a la Yama’at y al Jilafat!

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