Deberes y obligaciones del esposo y de la esposa
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Deberes y obligaciones del esposo y de la esposa

En el sistema islámico, el matrimonio es un pacto de natura- leza civil con un conjunto de obligaciones mutuas. Para su vali- dez, se requiere el anuncio público del libre consentimiento de las partes, el consentimiento del tutor de la novia, quien debe garantizar y salvaguardar los derechos de la novia, y un pago del esposo a la esposa acorde con sus medios, conocido como dote, que no debe confundirse con la dote que pueden otorgar a la novia sus padres o tutor.

Las prohibiciones del matrimonio se establecen claramente, seguidas por:

“Y os está permitido lo que no queda mencionado, que podáis buscar gracias a vuestros bienes, desposándolas decentemente y evitando la fornicación. Y por el beneficio que recibís de ellas, entregadles sus dotes, según lo estipulado, y no pecaréis en lo que acordéis mutuamente después de fijada la dote. Ciertamente, Al’lah es Omnisciente, Sabio.” (4:25)

Marido y mujer tienen obligaciones recíprocas, pero dado que el hombre es el sostén de la familia y tiene la responsabilidad de mantener a la mujer y a la familia, en caso de discrepancia en la gestión del hogar, él tiene la última palabra, para evitar que las cosas se descontrolen y la familia se vea abocada a la ruina:

Y ellas (las mujeres) tienen derechos similares a los que ellos tienen (los hombres) en justicia; aunque los hombres en ciertas ocasiones tienen la última palabra y por ello poseen un rango superior a ellas. Y Al’lah es Poderoso, Sabio.” (2:229)

Debido a la fragilidad y delicadeza de las mujeres y su vulne- rabilidad, los hombres son designados como guardianes de las mujeres:

“Los hombres son protectores de las mujeres porque Al’lah ha hecho que algunos de ellos sobresalgan sobre otros y porque ellos (los hombres) gastan de sus bienes. Así pues, las mujeres virtuosas son las que son obedientes y guardan los secretos de sus maridos con la protección de Al’lah.” (4:35)

Si la esposa se muestra persistentemente rebelde y amenaza la paz y armonía del hogar, el esposo debe amonestarla él mis- mo. Si esto no funciona, puede retirarse temporalmente del lecho conyugal. Como último recurso, puede aplicar un leve castigo (4:35).

“Y si una mujer teme malos tratos o indiferencia por parte de su marido, no hay ningún mal en que se reconcilien efectivamente. Pues la reconciliación es lo mejor. Cierto que las gentes son inclinadas a la avaricia por naturaleza. Pero si practicáis el bien y sois piadosos, sabed que, en verdad, Al’lah conoce muy bien lo que hacéis.” (4:129)

Si la reconciliación a través de la consulta mutua resulta difí- cil, se debe recurrir a consejeros; como se menciona:

“Y si teméis una ruptura entre ellos, nombrad a un árbitro de la gente de él y a otro de la de ella. Si desean la reconciliación, Al’lah la realizará entre ellos. En verdad, Al’lah es Omnisciente, el que Todo lo Sabe.” (4:36)

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