El líder de la Comunidad Musulmana Ahmadía pronuncia un discurso histórico en Tokio, Japón
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad reflexiona sobre las terribles consecuencias de la guerra nuclear cuando Japón cumple 70 años de los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki
El 23 de noviembre de 2015, el líder mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Quinto Jalifa, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad, pronunció un discurso solemne en una recepción especial organizada en su honor en el Hotel Hilton de Odaiba en Tokio.
Más de 60 invitados asistieron al evento, en el cual Su Santidad hizo una reflexión sobe los ataques nucleares que tuvieron lugar contra Hiroshima y Nagasaki hace 70 años y los describió como “un ataque que fue una vergüenza para la humanidad”.
En relación con carácter global de las guerras modernas, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“En la sociedad moderna, el alcance de la guerra es mucho más extenso que en épocas anteriores. Los conflictos en una parte del mundo no se limitan o localizan, sino que sus efectos y consecuencias se extienden a lo lejos. Los medios de comunicación tradicionales e instantáneos han transformado el mundo en una aldea global.”
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:
“Durante muchos años he estado advirtiendo al mundo para que se dé cuenta de que las consecuencias de la guerra en una región pueden afectar y de hecho afectan a la paz y la armonía de otras partes del mundo.”
El líder de la Comunidad Musulmana Ahmadia dijo que se estimaba que al menos 70 millones de personas fallecieron durante la segunda guerra mundial en una época en la que las armas eran bastante menos destructivas que las armas actualmente disponibles.
Su Santidad dijo que esto es un motivo de gran preocupación para el mundo y expresó su temor por que las armas nucleares se utilizaran de nuevo.
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“Mientras que quizás las grandes potencias guardan las armas nucleares como un medio disuasivo, no hay ninguna garantía de que los países más pequeños puedan mostrar el mismo control. No podemos dar por sentado que nunca utilizarán las armas nucleares. Por tanto, podemos apreciar que el mundo está al borde del desastre.”
En reelación al uso de las armas nucleares en contra de Japón, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“Este año se cumplen 70 años desde aquellos días desesperados en la historia cuando se lanzaron las bombas nucleares sobre Hirsohima y Nagasaki que causaron una destrucción masiva, miseria y tormento sobre vuestra nación.”
Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:
“La nación japonesa tuvo que lidiar con la devastación y el dolor más terrible cuando cientos de miles de vuestros ciudadanos fueron asesinados sin piedad y dos de vuestras ciudades fueron destruidas y arrasadas por estos ataques que avergonzaron a la humanidad.”
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo que, debido a los acontecimientos que tuvieron lugar en Japón, su gente cuenta con una posición única para entender el dolor y la miseria de la guerra:
“Vosotros sois las personas que ciertamente comprendéis las consecuencias terribles y destructivas de la guerra nuclear. Vosotros sois conscientes de que las consecuencias y las secuelas de tales armas no se limitan a una generación sino que continúan en las generaciones futuras. Vosotros sois los testigos de la maldad sin precedentes de las armas nucleares. Por ello, quizás ningún otro país conozca mejora el valor de la paz y la seguridad que el pueblo japonés.
Su Santidad citó las palabras del Segundo Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Su Santidad, Hazrat Mirza Bashir-ud-din Mahmud Ahmad, tras los ataques nucleares en Japón. Su Santidad, el Segundo Jalifa, dijo:
“Nuestra religión y nuestras enseñanzas morales nos exigen que proclamemos ante todo el mundo que consideramos que este terrible suceso y esta masacre no están justificados bajo ninguna circunstancia. Me es indiferente que algunos gobiernos no estén de acuerdo con lo que estoy diciendo.”
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad condenó las sanciones impuestas a Japón durante la posguerra, y citó las palabras del primer ministro de Asuntos Exteriores de Pakistán, Sir Chaudhry Muhammad Zafrullah Khan, musulmán áhmadi, durante su discurso en la Conferencia por la Paz de San Francisco en el año 1951 en el cual se opuso en público a la implementación de sanciones contra Japón.
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“Tras la conclusión de la segunda guerra mundial, Sir Chaudhry Muhammad Zafrullah Khan condenó abiertamente los intentos de ciertas potencias por imponer sanciones injustas a Japón. Su discurso durante la Conferencia por la Paz en San Francisco estaba basado en las enseñanzas del Sagrado Corán y en el ejemplo de la vida del Santo Profeta del Islam (la paz sea con él).”
Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:
“Chaudhry Zafrullah Khan hizo esta declaración histórica en defensa de Japón porque como musulmán áhmadi que era, no representaba solamente al estado de Pakistán, sino que, por encima de todo, representaba las elevadas enseñanzas morales del Islam.”
Su Santidad describió al mundo actual como “precario” y “muy preocupante”
Y dijo:
“A pesar de que no se ha declarado oficialmente una tercera guerra mundial, la realidad es que está teniendo lugar una guerra global. En todo el mundo hay hombres, mujeres y niños que están siendo asesinados, torturados y sometidos a las crueldades más atroces.”
Su Santidad hizo un llamamiento a Japón para que promoviera la paz y la seguridad internacional y dijo:
“A todos los niveles y de todas las maneras posibles, el gobierno de Japón debe tratar de contrarrestar y prevenir toda forma de crueldad, persecución e injusticia. Deben tratar de conseguir que el ataque atroz que sufrieron no se vuelva a repetir de nuevo en ningún lugar del mundo. Dondequiera que se enciendan las llamas de la guerra, los líderes japoneses y su pueblo deben ser protagonistas en el alivio de la tensión y en el establecimiento de la paz.”
Más adelante en su discurso, Hazrat Mirza Masrur Ahmad citó varios versículos del Sagrado Corán que muestran el compromiso del Islam con la paz, la tolerancia y la libertad religiosa. Dijo que el Islam no permite ninguna guerra por razones “geo-políticas” o por “beneficios económicos” y que se debe permitir a todas las naciones que prosperen y se desarrollen.
Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“Nuestro Señor Clemente y Misericordioso nos ha dado las llaves de la paz, porque Él desea que Su Creación viva en unión y armonía, y quede libre de cualquier forma de odio y discordia.”
Describiendo sus esperanzas para el futuro, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“Cumplamos nuestras obligaciones y unámonos. En lugar de agruparnos en bloques opuestos, debemos permanecer hermanados y cooperar unos con otros. No nos queda ninguna otra opción viable, porque si tiene lugar una tercera guerra mundial, la devastación resultante y el rastro de la destrucción serán inimaginables. Las guerras del pasado parecerán muy pequeñas en analogía.”
Concluyendo, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“Que Al-lah conceda conciencia y conocimiento a aquellos que están causando conflictos en el nombre de la religión, y a aquellos que están promoviendo guerras por intereses geo-políticos o económicos. Esperemos que se den cuenta de la insensatez y lo destructivo de sus empeños.”
Anteriormente dos invitados también se dirigieron al público.
El Dr Mike Sata Yasuhiko PhD, Presidente de Tokibo Group of Industries, dijo:
“Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad ha dedicado toda su vida a promover la paz en el mundo. La paz y el diálogo interreligioso son la misión de su vida. Mi sueño es que Su Santidad se traslade a Japón permanentemente para que el verdadero Islam quede arraigado en nuestro país.”
Mr Endo Shinichi, de Tohoku, la region más afectada por los terremotos y tsunamis de 2011, dijo:
“El apoyo y la ayuda ofrecida por la Comunidad Musulmana Ahmadía en Japón tras el terremoto de hace cuatro años es algo que nunca podremos olvidar. Nos habéis ayudado cuando necesitábamos más ayuda que nunca. Es gracias a vuestra ayuda y amor que tantos de nosotros todavía seguimos vivos y nunca podremos devolver esta deuda de gratitud.”
Más adelante, Su Santidad respondió a las preguntas de los miembros de la audiencia respecto a las verdaderas enseñanzas del Islam. La recepción concluyó con una oración silenciosa dirigida por Su Santidad.