La religión no es la causa de los problemas del mundo, sino la solución
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

La religión no es la causa de los problemas del mundo, sino la solución

El Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía dice que el doble rasero en las políticas exteriores ha desestabilizado al mundo y dice que el dinero no puede comprar la paz

El sábado 28 de septiembre de 2019, el Líder Mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el Quinto Jalifa (Califa), Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad se dirigió a una audiencia de más de 125 dignatarios e invitados en el segundo día de la 39ª Convención Anual (Yalsa Salana) de la Comunidad Musulmana Ahmadía de Holanda.

Durante su discurso, Hazrat Mirza Masrur Ahmad presentó una definición integral de “paz” y describió las enseñanzas del islam que conducen tanto a la paz “interna” como a la paz “externa”.

Su Santidad también describió las consecuencias a largo plazo de las guerras y los conflictos actuales y dijo que a pesar de que las potencias mundiales afirman establecer la paz, se ha demostrado una y otra vez que sus objetivos reales son: “Proteger y promover sus propios intereses.”

Al contrastar tal comportamiento con las enseñanzas islámicas, Su Santidad declaró que el islam enseña el principio de: “Desear para los demás lo que deseas para ti mismo.”

y dijo que siempre que hay una desconexión entre las palabras y los actos de una persona se causa inestabilidad y conflicto.

Al principio de su discurso, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo que el personaje del Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) ha sido difamado durante mucho tiempo en el mundo no musulmán y que ciertas personas de Holanda en el pasado reciente se habían puesto a la cabeza en: “incitar al odio en contra del islam”.

Su Santidad subrayó que: “la tolerancia y respeto mutuo” son los pilares para construir la paz.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“La religión es un asunto personal para cada individuo. Es una cuestión del corazón y nadie tiene derecho a hablar mal de las creencias de otras personas. Nadie debe burlarse de lo que otros consideran sagrado porque tratar a otras personas con burla y desprecio solo puede generar dolor y sufrimiento y crear división. Por el contrario, la tolerancia y el respeto mutuo son las piedras angulares a través de las cuales podemos construir una sociedad pacífica y armoniosa”.

Su Santidad explicó de forma detallada y clara lo que constituye la “paz” y la distinción entre paz “exterior” e “interior”.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad explicó:

“A menudo, a un nivel superficial, las personas parecen ser felices y satisfechas. Sin embargo, aunque tienen ‘paz exterior’, siguen privados de ‘paz interior’.”

Su Santidad dijo que, a pesar de tener posesiones y riquezas mundanas, la gente sigue estando: “repleta de ansiedad y sus corazones no encuentran tranquilidad.”

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“La realidad es que hasta que una persona no alcance la paz interior, sus comodidades materiales no tienen valor. En pocas palabras, el dinero no puede comprar la paz interior.”

Su Santidad dijo que, tanto en el mundo en vías de desarrollo como en el desarrollado, los problemas de salud mental están en aumento. Esto se demuestra por el aumento de las tasas de suicidio y depresión en muchos países.

Hablando sobre el papel de la religión, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“En el mundo de hoy, los críticos culpan rápidamente a la religión y particularmente al islam, por los problemas del mundo. Sin embargo, muchas personas que sufren calvarios y angustias internas son las que llevan solo una vida puramente secular, por lo que sus problemas no pueden atribuirse al islam ni a ninguna otra religión. Como líder religioso, creo firmemente que la religión, en lugar de ser la causa de los problemas de hoy, es la solución.”

Hablando de las enseñanzas prácticas del islam que conducen a la paz, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Un principio dorado que el Fundador del Islam (la paz y las bendiciones sean con él) dio es que un verdadero musulmán debe desear para los demás lo que desea para sí mismo. Creo que, si actúan sobre este principio sencillo y profundo, no solo los musulmanes, sino todo el mundo tendría la fórmula para una paz perdurable en la sociedad.”

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:

“Sin duda, todos desean paz para sí mismos y sus seres queridos, pero la mayoría de las personas mentirán si afirman que desean que sus oponentes y competidores tengan paz y vivan contentos. Sin embargo, este es el estándar de nobleza y generosidad de espíritu que requiere el islam. Es una religión y enseñanza que promueve el desinterés y exhorta a los humanos a descartar cualquier rastro de egoísmo.”

Su Santidad dijo que la sociedad moderna no ha podido cumplir con este estándar, y esto se refleja en las políticas exteriores de muchos países ricos y poderosos.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Una constante en la historia moderna que las potencias dominantes han enviado sus ejércitos a tierras lejanas, con el pretexto de establecer la paz, pero el tiempo ha demostrado que su objetivo real ha sido proteger y promover sus propios intereses. Durante tales conflictos, basta con que uno solo de sus soldados muera para que se produzca un torrente de dolor y clamores de venganza. Sin embargo, cuando sus bombas o municiones causan la muerte de cientos o incluso miles de civiles inocentes, incluidos mujeres y niños indefensos, permanecen en silencio y no expresan ningún indicio de arrepentimiento o remordimiento.”

Debido al mundo interconectado en el que vivimos, dijo Su Santidad: “Sería ingenuo pensar que [el resto del mundo] no se ve afectado.”

Su Santidad vertió más luz sobre las acciones de doble rasero de ciertos líderes mundiales y dijo que si bien todos condenan enérgicamente la guerra y afirman promover los derechos humanos, sus clamores son solo para su gente y sus intereses, mientras que al mismo tiempo son culpables de: “Aprovecharse de guerras civiles o conflictos dentro de otros países para sus propios beneficios.”

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Las principales potencias han interferido habitualmente en los conflictos de otros países armando o financiando cualquier lado que apoye sus intereses. Están vertiendo gasolina sobre una llama encendida y el resultado es que personas inocentes, incluidos mujeres, niños y ancianos, son testigos del tormento de sus familias o incluso pierden su vida.”

Su Santidad dijo que los conflictos que prevalecen en el mundo de hoy se basan en rivalidades geopolíticas y factores materiales y no, como se suele alegar, debido a las enseñanzas del islam.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Que quede claro que el estado de intranquilidad en el mundo, ya sea en países musulmanes o no, no tiene nada que ver con las enseñanzas del islam. Más bien, este desorden se basa en los intereses propios y el comportamiento egoísta de ciertos líderes o gobiernos corruptos, por un lado, y grupos rebeldes, insurgentes o separatistas, por el otro. Es causado por los actos brutales de grupos terroristas y extremistas que solo buscan enriquecimiento o poder.”

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:

“El centro del desorden de hoy podrá ser los países musulmanes, pero nadie puede negar que los países no musulmanes han empeorado esta situación, en lugar de resolverla.”

Su Santidad luego habló en detalle para refutar la afirmación infundada de que el Fundador del Islam, el Santo Profeta Muhammad (que la paz sea con él) promovió la intolerancia y la guerra.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“El Profeta del Islam (que la paz y las bendiciones sean con él) enseñó que Dios Altísimo es la Fuente de la Paz y el Proveedor y Sustentador de toda la humanidad. Entonces, ¿cómo podría ser posible para él promover la intolerancia o sembrar las semillas de la división en la sociedad? Más bien, a lo largo de su vida, promovió la armonía interreligiosa y enfatizó la necesidad de paz en todos los niveles de la sociedad, desde la unidad familiar doméstica básica hasta las relaciones internacionales.”

Explicando que, a pesar de que el Profeta del Islam (que la paz y las bendiciones sean con él) y sus Compañeros se enfrentaron a una dura persecución durante varios años en La Meca, donde muchos fueron brutalmente martirizados y torturados, Su Santidad dijo que los musulmanes nunca tomaron represalias y mostraron ejemplos incomparables de paciencia.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“La paciencia de los musulmanes se basó en el mandato de Dios Altísimo, que se menciona en el capítulo 25, versículo 64 del Sagrado Corán. Al dirigirse a los musulmanes en este versículo, Dios Altísimo dijo: “Y los siervos de Dios Clemente son quienes caminan en la tierra con humildad y cuando se dirigen a ellos los ignorantes, responden: ‘¡Paz!’.”

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad declaró, además:

“Sin tener en cuenta una inclinación natural a la venganza y, cumpliendo con el estándar de desear para los demás lo que deseas para ti mismo, los musulmanes buscaron la paz para sus enemigos.”

Su Santidad describió aún más en detalle la vida del Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y dijo que después de años de persecución, los musulmanes emigraron a una ciudad llamada Medina para huir de la persecución y buscar la libertad religiosa.

Sin embargo, explicó Su Santidad, los incrédulos de La Meca los persiguieron y emprendieron la guerra contra los musulmanes y solo entonces se les dio permiso a los musulmanes para responder con la fuerza.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad explicó:

“Es muy importante tener en cuenta que el permiso para defenderse no se otorgó solo para defender al islam o a los musulmanes. Más bien, el Sagrado Corán afirma en el capítulo 22, versículos 40-41, que se dio permiso para defender la institución de la religión y la libertad de credo universal, ya que esos eran los objetivos reales de los opositores del islam.”

Su Santidad explicó que incluso en un estado de guerra defensiva, el Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) instruyó que los musulmanes respetaran las más estrictas reglas de combate. Además, en todo momento trató de poner fin al conflicto y la guerra e instruyó a sus seguidores a no desperdiciar ninguna oportunidad de paz.

Su Santidad, Hazrat Mira Masrur Ahmad dijo:

“En lugar de buscar conflictos o fomentar el odio, el islam solo ha ordenado a los musulmanes que derriben los muros del odio que dividen a la humanidad y que construyan puentes de amor y compasión para unirlo. En resumen, en todos los niveles de la sociedad, y en todas las comunidades y pueblos, los musulmanes tienen el deber de difundir la paz.”

Al concluir su discurso, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“La época en la que vivimos requiere que todos nos unamos de forma urgente por lo que, en lugar de desacreditar los sentimientos religiosos de los demás, unamos fuerzas y trabajemos para construir un futuro mejor para nuestros hijos y las generaciones futuras. Dejemos de lado nuestras diferencias y trabajemos fielmente para desarrollar una paz verdadera y sostenible en el mundo. Respetémonos los unos a los otros y luchemos por construir una sociedad mejor basada en los principios de la unidad y el bien común.”

Por la mañana en el mismo día, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad se dirigió directamente a los miembros de Lallna Imai’lah (La Organización de las mujeres de la Comunidad Musulmana Ahmadía).

Hablando de que una gran cantidad de personas habían emigrado a los Países Bajos desde Pakistán, donde se les niega la libertad religiosa, Su Santidad recordó a las asistentes que deben mostrar gratitud a su nación adoptiva y al mismo tiempo deben volverse más devotas a su fe puesto que ahora tienen la libertad de practicarla.

Hablando sobre la necesidad de sobresalir entre sí en buenas obras, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“El hombre y la mujer creyentes deben competir con otros en buenas obras, en lugar de siempre tratar de superar a los demás en ganancias materiales. Dios Altísimo es el más Misericordioso y Perdonador y es más amoroso con aquellos de Sus siervos que se vuelven hacia Él. De este modo, escucha a los deseos y oraciones de sus siervos piadosos y justos y acepta sus buenas obras.”

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