Tolerancia y libertad religiosa en el islam
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Discurso principal del Líder Mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía en la inauguración de la mezquita Masrur en Virginia del Sur.

El sábado 3 de noviembre de 2018, el líder mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el Quinto Jalifa, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) inauguró la Mezquita Masrur en Virginia del Sur. Por la noche se celebró una recepción en la que participaron centenares de invitados. Hala Ayala, miembro de la Cámara de Delegados de Virginia, representante del distrito 51 de Virginia, que incluye la Mezquita Masrur, hizo entrega a Su Santidad de un certificado de reconocimiento en nombre del Gobernador de Virginia, Ralph Northam. Algunos de los dignatarios hicieron breves comentarios a la audiencia, incluyendo a Gerry Connolly, miembro del Congreso de los Estados Unidos por el distrito 11 de Virginia, y la Dra. Katrina Lantos Swett, presidenta de la Fundación Lantos para los Derechos Humanos y la Justicia y ex Presidenta de la Comisión de Estados Unidos sobre la Libertad Religiosa Internacional. Su Santidad, Hazrat Mirza Masroor Ahmad (aba), Líder Mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía pronunció el discurso de apertura. Se presenta a continuación la transcripción completa del discurso de Su Santidad.

Después de recitar Tashhahud, Ta’awwuz y Bismillah, Hazrat Khalifatul Masih V (aba) dijo:

“A todos los distinguidos invitados: Assalamo Alaikum Wa Rahmatullahe Wa Barakatohu (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con todos vosotros).

Antes de proseguir, me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar mi sincero agradecimiento a todos nuestros invitados por haber aceptado nuestra invitación a unirse a nosotros en la inauguración de esta mezquita.

Sin duda es mi obligación religiosa expresaros mi sincera gratitud, pues el Fundador del Islam, el Santo Profeta Mohammad (saw) enseñó que quien no muestra agradecimiento a sus semejantes no puede ser agradecido a Dios el Todopoderoso. La gran mayoría de los habitantes de esta ciudad no son musulmanes y el número de áhmadis musulmanes en esta área es muy pequeño.

Sin embargo, al margen de nuestro pequeño número, los funcionarios del condado y la gente local nos han permitido construir esta mezquita demostrando así su generosidad y elevado nivel de tolerancia. Además, el hecho de uniros a nosotros en este acto religioso, a pesar de que la mayoría de vosotros no seáis musulmanes, refleja vuestra mentalidad abierta y precisamente gracias a vuestra naturaleza tolerante habéis conseguido absorber e integrar con éxito a comunidades nuevas en la sociedad local.

En esta época todos somos conscientes de que los musulmanes y el islam en general son objeto de una gran atención negativa por parte de los medios de comunicación. Una causa principal de la cobertura adversa es que una minoría pequeña de los llamados musulmanes se ha radicalizado y se comporta de un modo muy reprensible, a la vez que trata de justificar sus actos llenos de odio en nombre del islam. Como resultado, los no musulmanes albergan reservas y temores sobre el islam.

De hecho, la gente lo considera cada vez más una amenaza para la sociedad y una religión que promueve el extremismo y la violencia. En vista de ello, el hecho de que la comunidad local haya aprobado la construcción de esta mezquita y el hecho de que todos vosotros nos acompañéis en nuestra celebración es sumamente loable y me obliga de nuevo a expresaros a todos mi sincero aprecio y profunda gratitud. También deseo aseguraros que la imagen negativa del islam en los medios de comunicación es totalmente contraria a la realidad de la religión.

Los actos despreciables de ciertos grupos o individuos que emplean el nombre del islam para justificar la violencia y el extremismo son ajenos a la verdadera enseñanza del islam. Las enseñanzas del islam son de paz, amor, reconciliación y fraternidad. En realidad, el significado literal de la palabra árabe “islam” es “paz”. Cuando el nombre y el fundamento de una religión es la paz, es imposible que tal religión permita o promueva nada que socave la paz y el bienestar de la sociedad.

Más bien, las enseñanzas de tal religión deben fomentar la paz y propagar el amor y compasión entre la humanidad. Sin duda, esto es lo que hemos aprendido del Santo Corán, que es nuestro Libro Sagrado y la fuente más auténtica de ley y enseñanza islámica. De principio a fin, el Sagrado Corán es un libro de paz que consagra los valores y derechos humanos universales. Sus enseñanzas tienen como objeto unir a la humanidad bajo al estandarte de la humanidad y garantizar el derecho de cada individuo a vivir con libertad, igualdad, libertad y justicia.

En el Sagrado Corán está escrito que Al-lah el Todopoderoso envió profetas al mundo con el fin de inculcar los valores humanos básicos y enseñar la moralidad. Fueron enviados para establecer una relación entre Dios el Todopoderoso y Su creación y amonestar a la humanidad respecto al cumplimiento de los derechos mutuos. Como musulmanes, creemos que para cumplir estos importantes objetivos, Dios el Todopoderoso envió a Sus mensajeros a todas las naciones, y la historia de las principales religiones da testimonio del hecho de que todos los profetas practicaron y predicaron los más elevados estándares de moralidad y virtud.

Por lo tanto, las enseñanzas del islam unifican a la humanidad y fomentan un espíritu de amor y respeto mutuo entre toda la gente, al margen de su origen racial, religioso o social. Es una religión que rompe barreras y promueve el diálogo pacífico y tolerante. Es, pues, inconcebible que un verdadero musulmán persiga o se oponga a otras religiones o a sus seguidores. En ningún lugar o momento el islam ha promovido jamás el extremismo ni ha alentado ningún tipo o forma de violencia.

Cada vez que un musulmán haya perpetrado un ataque terrorista o mostrado cualquier tipo de radicalismo o conducta fanática, sea donde sea, es solamente por haberse desviado completamente de las enseñanzas islámicas. Tales personas y tales actos solo sirven para difamar y mancillar el nombre puro del islam. En el primer capítulo del Sagrado Corán, Al-lah el Todopoderoso ha proclamado que Él es el “Señor de todos los mundos”, Quien provee y sustenta a toda la humanidad.

Esto significa que Dios es el Proveedor y Sustentador de toda la gente, al margen de su fe o creencias. Debido a la gracia y benevolencia de Dios el Todopoderoso, incluso aquellos que niegan su existencia o no tienen ninguna religión, cosechan las bendiciones y frutos de este mundo. En consecuencia, cuando el Corán declara que Dios el Todopoderoso es el “Señor de todos los mundos”, también lo proclama como el Clemente y el Misericordioso. Igualmente, en el Sagrado Corán, Al-lah el Todopoderoso ha proclamado al Fundador del Islam, el Santo Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con él) como  una “misericordia para toda la humanidad”.

Sin duda alguna, en todos los momentos de su vida, el Profeta del Islam (la paz y bendiciones de Dios sean con él) manifestó inmenso amor y respeto hacia todas las personas. Su corazón puro y noble estaba lleno de compasión y siempre buscó la mejora de la humanidad y se dedicó a aliviar el sufrimiento de otros. Enseñó a sus seguidores a respetar y valorar a toda la humanidad. Por ejemplo, en una ocasión, El Santo Profeta Muhammad (la Paz y Bendiciones de Dios sean con él) estaba sentado, pero inmediatamente se levantó como signo de respeto cuando observó una procesión fúnebre pasando. Al ver esto, uno de sus compañeros mencionó que el fallecido era una persona judía y no musulmana. Al oír esto, el Profeta del Islam (la paz y bendiciones de Dios sean con él) preguntó, ¿no era él humano?

 

Esto refleja el amor en su corazón hacia toda la humanidad. También pone de manifiesto cómo guió a sus seguidores a tratar a las personas de todas religiones y creencias con compasión, mostrar sensibilidad y respeto hacia sus emociones y necesidades. Además, mucha gente cuestiona si el Islam aboga por la libertad de religión. Para responder a esto, déjenme presentar otro incidente de la época del Santo Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con él).

Una vez, una delegación de cristianos procedentes de la ciudad arábiga de Najran vino a visitar al Santo Profeta Muhammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) a Medina. Después de un tiempo, los cristianos se pusieron nerviosos y el Santo Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con él) preguntó si había algún problema. En respuesta, los cristianos informaron de que era el momento de ofrecer sus oraciones, pero no tenían un lugar apropiado para ello. Al escuchar esto, el Profeta del Islam (la paz y bendiciones de Dios sean con él) invitó a los cristianos a rezar en su mezquita en Medina, según sus propias costumbres y tradiciones.

Con este simbólico y magnánimo gesto, el Santo Profeta Muhammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) estableció un eterno ejemplo de tolerancia, libertad de religión y libertad de culto para toda la humanidad. A pesar de esto, algunas personas cuestionan por qué los primeros musulmanes lucharon guerras y batallas. Déjenme aclarar que siempre que el Islam ha permitido el uso de la fuerza, nunca ha sido para conquistar tierras o para forzar a la gente a aceptar el Islam. Por contra, donde el Sagrado Corán autoriza a los primeros musulmanes a usar un determinado nivel de fuerza, claramente estipula también que tal permiso es dado para establecer paz y seguridad y para asegurar que la verdadera libertad de religión y culto prevalece.

Esto explica que el uso de la fuerza no fue dado para salvar el Islam, sino que fue dado para proteger los derechos de toda las personas y religiones y para garantizar el derecho de todas las comunidades a creer como quieran. Consecuentemente, en el capítulo 22, verso 41 del Sagrado Corán, donde el permiso para participar en una guerra ha sido dado por primera vez a los musulmanes, se deja claro que los oponentes del Islam no estaban en guerra contra los musulmanes por ninguna razón personal, nacional o política; sino que estaban motivados por odio a la religión misma.

Este verso advertía que, si los musulmanes no daban pasos firmes para poner fin a la crueldad e injusticia, el resultado sería el final de todas las religiones y la libertad de culto dejaría de existir. Este verso dice categóricamente que las iglesias, sinagogas, templos, mezquitas y cualquier otro lugar de culto no estaría a salvo si se les permitiera hacer la guerra o si no tomaban acción contra sus ataques.

Por lo tanto, en vez de imponer restricciones o disminuir libertades, la realidad es que la primera y principal carta universal de libertad religiosa es el Sagrado Corán. Además, como el Islam ha consagrado la libertad de culto como un derecho humano básico, las mezquitas son naturalmente verdaderos símbolos de libertad de religión y faros brillantes de amor, respeto mutuo y compasión.

Ciertamente, espero y deseo que con sus interacciones con musulmanes áhmadis en el pasado solo hayan sentido un espíritu de amor y respeto de ellos hacia vosotros. Ahora que esta mezquita ha sido inaugurada oficialmente, este espíritu sólo aumentará y nuestro mensaje de paz y humildad reverberará aún más fuertemente y hará eco en todas las direcciones. Los musulmanes áhmadis locales intensificarán sus esfuerzos para cumplir con los derechos de los vecinos de esta mezquita.

En efecto, el Sagrado Corán ha instruido repetidamente a los musulmanes a cumplir con los derechos de sus vecinos y tratarlos con el mayor amor y afección. Tengo que dejar claro que nuestros vecinos no son solo aquellos que viven cerca de la mezquita o cerca de las casas de los musulmanes áhmadis, más bien, el círculo de vecinos, de acuerdo con el Sagrado Corán, se extiende mucho más lejos e incluye a los compañeros de una persona, sus trabajadores, compañeros de viaje, y muchas más personas. En esencia, todas las personas de esta ciudad son nuestros vecinos y es nuestra obligación religiosa tratarlos con amor, amabilidad y generosidad.

Rezo para que los musulmanes áhmadis locales vivan acorde a lo que he dicho y reflejen personalmente el mensaje principal del lslam de amor y humildad a través de sus palabras y su conducta día tras día. Espero que transmitan el mensaje del Islam de paz y buena voluntad, no solo en el ámbito local,  sino que en toda la nación.

Espero que los musulmanes áhmadis locales traten a sus vecinos y todos los demás miembros de la sociedad con amor y empatía, para que desaparezca pronto cualquier miedo o reserva que exista sobre el Islam en las mentes de algunas personas no musulmanas. Rezo para que las nobles enseñanzas de nuestro libro más sagrado, el Sagrado Corán, sean exhibidas por nuestros musulmanes áhmadis para que las personas locales vean lo que realmente es el Islam.

Deseo que el benevolente y pacífico carácter del Santo Profeta Muhammad (la Paz y Bendiciones de Dios sean con él), quien fue la perfecta manifestación de las enseñanzas del Corán, sea revelado a las personas aquí en Estados Unidos y más allá. Es también mi sincera oración que personas de todas las creencias, ya sea a nivel local, regional, nacional o internacional, se unan en un propósito común de difundir la paz en el mundo.

De todo corazón rezo para que, cuando nosotros hayamos partido de este mundo, nuestros hijos y generaciones futuras nos recuerden con amor y afecto. Espero que afirmen que sus mayores no escatimaron en esfuerzos a la hora de promover un espíritu de amor, paz, y hermandad entre la humanidad y dejaron tras sí un mundo pacífico e iluminado. Ciertamente, la alternativa es impensable – que nuestros hijos nos recuerden con nada más que desprecio y consideren que hemos sido beligerantes bélicos, quienes destruyeron sus futuros, dejando atrás sólo un camino de guerra y destrucción.

Por lo tanto, para proteger a nuestras futuras generaciones es esencial dejar aparte nuestras diferencias y enfocarnos en cumplir con los derechos de los demás, sirviendo a la humanidad. Es nuestra responsabilidad y, en efecto, nuestra obligación, asegurarnos de dejar un mundo pacífico y próspero para aquellos que nos siguen. Para completar este objetivo debemos estar preparados para emplear nuestras energías en promover la paz. Un principio fundamental del Islam es tener a todas las religiones y a sus fundadores en gran estima. Como dije al principio, creemos en todos los profetas y por esta razón, no es posible para un verdadero musulmán hablar en contra de ellos o de sus enseñanzas.

Por lo tanto, es especialmente importante que, independientemente de la raza o estatus social de una persona, respetemos las creencias y las religiones de cada uno. Con estas palabras, deseo y rezo que Dios el Todopoderoso nos de la capacidad de desempeñar nuestras respectivas funciones en erradicar todos los conflictos que han plagado el mundo y a terminar todas las formas de injusticia e intolerancia. En vez de un mundo de odio y hostilidad, rezo para que dejemos un mundo de amor y compasión.

En vez de perseguir egoístamente intereses propios, deseo que todo el mundo reconozca el verdadero valor de servir el bien común. Para finalizar, rezo para que esta mezquita sea una luz brillante en esta comunidad y un medio de unidad y esperanza. Amin.

Gracias de nuevo a todos por acompañarnos hoy.

Que Dios les bendiga a todos,

Gracias.”

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