Respuesta a: "El islam no es una religión, es un movimiento social y político"
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Respuesta a: “El islam no es una religión, es un movimiento social y político”

Portavoz de la Comunidad Musulmana Ahmadía de España

El pasado 23 de junio de 2020 se publicó en la prensa digital “Enlace Judío México” el artículo:

“El islam no es una religión, es un movimiento social y político: Raad Salam, escritor cristiano perseguido en Irak”

El islam no es una religión, es un movimiento social y político: Raad Salam, escritor cristiano perseguido en Irak

Pues bien. En este artículo se hacen críticas infundadas sobre el islam, sobre el Sagrado Corán, y sobre su santo Fundador, el Profeta Muhammad (que la paz de Dios sea con él) que queremos aclarar.

Este escritor afirma en su artículo:

“Y hay que conocer cuál es el objetivo principal del islam.” Ese objetivo, no es otro que la conquista, el sometimiento, la conversión de quienes no profesan la fe musulmana. “Jesús nació judío y se crió como judío y creció como judío”, y no pretendía abolir el judaísmo. En cambio, “el islam quiere anular cualquier otra religión por cualquier precio.”

Se alega que el islam permite la coacción y agresión con fin de forzar a la gente a aceptar el islam. No hay nada que pueda estar más lejos de la realidad. En el capítulo 2, versículo 257, el Sagrado Corán ha declarado de manera incondicional que no ha de existir coacción alguna en asuntos de religión o fe. Mientras que el islam sostiene que el Sagrado Corán es una enseñanza completa y universal, uno de sus rasgos inherentes es que la religión es un asunto de corazón y ningún tipo de presión puede usarse para coaccionar a la gente a aceptarlo. Además, en el capítulo 10, versículo 100 del Sagrado Corán, se declara que, aunque Al-lah Todopoderoso tiene poder para obligar a la humanidad a aceptar el islam, Él permite libertad de elección y Él desea que la gente escoja su propio camino de manera independiente y libre de represión alguna.

Este escritor también afirma en su artículo que:

Mahoma no era un profeta pues no predicaba las palabras de Dios sino que asesinaba a judíos y cristianos.

En el capítulo 28, versículo 58 del Sagrado Corán se pone de manifiesto el hecho de que el verdadero islam siempre se ha propagado pacíficamente. El versículo hace referencia a las personas que recibieron el mensaje del islam en la época del Santo Profeta Muhammad (sa) – entre ellos judíos y cristianos-, pero prefirieron rechazarlo. Declara que sus objetivos eran materiales más que espirituales, de modo que ellos mismos admitieron que la razón por la que rechazaron el islam era que temían ser desterrados de sus tierras y boicoteados por su gente. Temían, no a los musulmanes, pues habían presenciado las benevolentes enseñanzas del islam de primera mano, más bien les consumía el miedo de sus propios gobernantes y de su propia gente.

El Fundador del islam y sus compañeros simplemente procuraron transmitir el mensaje del islam pacíficamente y nunca recurrieron a ninguna forma de agresión o intimidación para difundir su fe. Esto demuestra que el islam enseñado y practicado por el Santo Profeta no era una enseñanza extremista o violenta y que los no-musulmanes eran libres de rechazar sus enseñanzas, sin temor a ningún castigo. Si había alguien a quien temían, eran las tribus y líderes no-musulmanes, que no les toleraban aceptar las enseñanzas de paz del islam.

El autor resalta que:

“Hoy en día no hay grupos que matan en el nombre de Yahvé, ni en el nombre de Jesús, ni en el nombre de Buda. Solamente hay grupos que matan en el nombre de Alá.”

El Sagrado Corán dice de forma nada ambigua:

“No cometáis iniquidad alguna en la tierra, creando el desorden.” (Corán 29:37).

“Quien matara a una persona … sería como si hubiese matado a toda la humanidad; mas quien diera la vida a una persona sería como si hubiese dado la vida a toda la humanidad.” (Corán 5:33)

“Islam” significa “Paz”. Es cierto que hay Mul’lahs (clérigos musulmanes del medievo) que envenenan las mentes de jóvenes desorientados con el extremismo y la radicalización, haciendo una utilización geopolítica del islam. Sin embargo no hay que olvidar que según los propios expertos occidentales, Paul Krugman (New York Times) nos recuerdan que “La guerra de Irak no fue un error inocente … Las justificaciones no eran más que pretextos falsificados …”. Las injusticias destrozan la paz mundial y permiten que grupos extremistas arraiguen y crezcan”. El primer ataque terrorista data de 1980, mientras que el islam data desde hace 1.400 años.

San Agustín, mencionando a la “Santa Inquisición”, la denominó: “Justa persecución que la iglesia de Cristo inflige a los impíos” [P. Schaff. Select Library of Nicene and Post Nicene Fathers. 1ª Serie. Vol IV. Buffalo 1887]. No encontramos ninguna referencia de Santo Jesucristo (as) en ese sentido. El Dr. Craig Considine, profesor en una universidad americana comenta que “la persecución de los cristianos en el supuesto Estado islámico no encuentra justificación en los escritos del Profeta Muhammad lpbD”.

En el mismo artículo se menciona que:

“El Vaticano también, hoy día, quiere ser políticamente correcto” y eso, dice, no cabe. Se refiere a las palabras del Papa en el sentido de que hay que dialogar con el islam pero, ¿con cuál islam? ¿Con qué dirigente? “El islam está dividido. El islam no es uno”, no hay un dirigente que represente a los más de mil 600 millones de musulmanes.

La Comunidad Musulmana Ahmadía tiene un líder, Su Santidad el Quinto Jalifa, que es el Jalifa de decenas de millones de áhmadis musulmanes extendidos en 220 países del mundo.

El autor subraya en su artículo:

Otro impedimento para el diálogo proviene de las propias palabras de Alá, y cita el Corán: “no toméis como amigos a los judíos ni a los cristianos.” Son palabras exactas, dice, “el islam no permite tener relaciones ni amistad con los judíos ni con los cristianos.” 

Al no especificar el versículo, entendemos que el Sr. Salam se refiere al 3:119,

“¡Oh, vosotros, los que creéis! no toméis como amigos íntimos a otros que no sean de los vuestros; porque ellos no dejarán de corromperos.”. Esta es la razón inherente.

La amistad y el diálogo deben fundamentarse en buscar puentes que nos unan en lo bueno. Según el Sagrado Corán, el objeto de la vida humana consiste en dos aspectos: 1- Adorar a Dios 2 – Servir a los semejantes.

Por semejantes, el Sagrado Corán significa cualquier persona: cristianos, judíos, ateos, hinduistas, etc.  Si en este proceso de integración en la ayuda humanitaria se producen amistades, deben ser a costa de no sacrificar la fe propia de uno. Éste es el contexto, y no el sentido que quiere darle el Sr. Salaam.

Debido al gran malentendido originado en las recientes disputas políticas entre los judíos y los musulmanes, que afirma que según el islam, todos los judíos serán condenados al infierno, es algo completamente falso a la luz del versículo siguiente:

“Del pueblo de Moisés hay un grupo que exhorta a las gentes con la verdad y establece la justicia” (7:160)

El diálogo con el pueblo del Libro está fundamentado en el siguiente versículo del Sagrado Corán:

“¡Oh gente del Libro! venid a una palabra que es igual entre nosotros y vosotros: que no adoremos a nadie que no sea Al-lah, y no asociemos a nadie con Él, y que ninguno de nosotros tomemos a nadie por Señor aparte de Al-lah”. (3:65)

Refiriéndose a las religiones del mundo en general, el Santo Corán declara: “Entre los que hemos creado hay gentes que guían a los hombres con la verdad y hacen justicia con ella.” (7:182)

Una verdadera amistad siempre ha de estar basada en el respeto mutuo de las respectivas creencias y no la imposición de la ideología sobre el otro. Desde que el Santo Corán dice de forma clara: “Nada de imposición en cuánto a la religión” (2:257), el islam (que no “supuestos musulmanes” que contradicen este versículo) cumple este prerrequisito.

El autor también asevera en su artículo lo siguiente:

Aparte, dice, “el Yihad es un pilar importante del islam. Si tú preguntas a cualquier musulmán, te dice que los pilares del islam son cinco: la declaración de la fe musulmana, la peregrinación a la Mecca, la oración, el ayuno y la limosna. ¡Mentira! El Yihad es el segundo pilar más importante del islam.”

Los pilares del islam son los cinco arriba citados. La Yihad no es un pilar del islam.

El mismo autor afirma que:

Dice que 255 versículos del Corán hablan de ‘Yihad’, palabra traducida inequívocamente como “luchar, matar, hacer la guerra.” Cita diversos versículos que hablan de matar a quienes no creen en el islam, en Alá y su profeta. Algunos musulmanes, dice, no creen en el Yihad, pero otros lo practican o lo financian.

A causa de los actos de determinados elementos extremistas, el mundo occidental tiene un concepto equivocado de la “Yihad”.

El Corán habla única y exclusivamente de la lucha justa contra aquellos que tomaron antes la iniciativa de atacar a los musulmanes, sólo en defensa propia. Esta es la condición establecida en los otros versículos del Santo Corán que tratan de este tema. El así llamado versículo de la espada en la escritura islámica, es frecuentemente citado fuera de contexto pretendiendo afirmar que inculca una masacre indiscriminada de los no creyentes.

Los siguientes versículos del Sagrado Corán contradicen lo que expone el Sr. Salam:

“No ha de existir coacción en la religión.” (Corán 2:257)

“Mas si tu Señor hubiese impuesto Su voluntad, en verdad que todos los que están en la tierra habrían creído juntos. ¿Obligarás por tanto, a los hombres a hacerse creyentes?” (Corán 10:100)

Por último, el autor sostiene:

Porque los musulmanes, con todo, no son tontos. Son muy listos. Se aprovechan de todas las leyes blandas, de la libertad, de la democracia que hay en Occidente para entrar en Europa.” 

La Comunidad Musulmana Ahmadía se ha establecido en 220 países del mundo bajo el lema “AMOR PARA TODOS, ODIO HACIA NADIE”. Nuestro objetivo es conquistar los corazones del mundo entero, bajo la persuasión y la simpatía. También queremos conquistar los corazones de los europeos.

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