Mujeres Musulmanas Áhmadis y la Protección Contra los Males de la Sociedad
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

‘Lajna Imail-lah’ es una organización auxiliar de la Comunidad Musulmana Ahmadía, que comprende a todas las mujeres mayores de 15 años. Esta organización proporciona a las mujeres musulmanas áhmadis su propio espacio para organizar eventos, funciones y reuniones con el objetivo de desarrollar  su confianza, nuevos talentos y establecer nuevas relaciones. Pero sobre todo, crea un ambiente para fortalecer la espiritualidad, la educación y el servicio a la religión. Cada año, Lajna Imail-lah organiza eventos nacionales por todo el mundo. En el Reino Unido, se llevó a cabo el 41º Ijtema Nacional (convención) el pasado 15 de septiembre de 2019 en el Country Market de Kingsley, en el condado de Hampshire. Al acto asistieron unas 5.800 personas y en la sesión final, el Jefe Supremo de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Hazrat Mirza Masroor Ahmad (aba), quinto sucesor del Mesías Prometido (as), pronunció un inspirador discurso. The Review of Religions se complace de presentar a continuación la transcripción oficial del discurso de Su Santidad.

Tras recitar el Tashahhud, Ta´awwuz y Surah Al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

“Hoy, con la Gracia de Dios, habéis llegado al final del Ijtema de este año. Alhamdulil-lah, junto con el continuo progreso de la Yama´at [Comunidad Musulmana Ahmadía], Lajna Imail-lah de Reino Unido ha progresado bastante en los últimos años, tanto en términos de miembros como en el desarrollo de actividades. Lajna ha progresado y Masha´Allah también se han llevado a cabo varios actos benéficos en los últimos años.

Sin embargo, a medida que progresamos hacia el éxito y la prosperidad, es importante que intensifiquemos nuestros esfuerzos para proteger y conservar nuestros verdaderos valores islámicos y nuestra identidad como musulmanes. La única manera de lograr esto es esforzándonos, más que nunca, para actuar según la enseñanzas del Islam.

Con todo nuestro ahínco, debemos esforzarnos para cumplir con los deseos y expectativas del Mesías Prometido (as). Él fue enviado por Al-lah Todopoderoso para restaurar las gloriosas y nobles enseñanzas del Islam; y también fue enviado para corregir las debilidades que habían corrompido de forma gradual la manifestación práctica de la fe islámica entre los musulmanes durante los siglos anteriores.

Además de restaurar los valores islámicos perdidos en los musulmanes, también fue enviado para hacer llegar el mensaje del Islam a todos los rincones de la Tierra y para hacer ver la luz a gente de todas las religiones y creencias sobre las incomparables y universales enseñanzas del Sagrado Corán. Es por esta razón que el Mesías Prometido (as) dijo que su época era la época de la propagación de las verdaderas enseñanzas del Islam.

Nosotros proclamamos con orgullo ser sus seguidores y por ello es nuestra firme obligación informar a otros que, a la larga, adoptar las enseñanzas puras del Islam, es el medio de salvación y la verdadera prosperidad para el mundo. Es nuestra obligación y misión de vida el ilustrar con nuestras propias vidas que las enseñanzas del Islam son el medio para obtener la verdadera paz mental y el contento en nuestros corazones.

Algunas personas dirán que el Islam ya está expandido por todo el mundo y preguntarán cuál fue o ha sido el beneficio para el mundo. Después de todo se dice que hay aproximadamente 1.8 billones de musulmanes y entre ellos miles de eruditos que proclaman difundir sus enseñanzas. Sin embargo, esto no ha llevado a la paz y prosperidad verdaderas en la Ummah musulmana (la comunidad musulmana en su totalidad), o en el resto del mundo.

La simple y clara razón de esto es que, salvo aquellos bendecidos que han aceptado al Mesías Prometido (as), los musulmanes de todo el mundo están divididos y en desacuerdo; y malinterpretan las enseñanzas del Islam de tal forma que carecen de sentido y a menudo son imposibles de practicar.

La realidad es que Al-lah Todopoderoso envió al Mesías Prometido (as) para propagar y restablecer la Sharia (ley islámica) perfecta que había sido revelada al Santo Profeta (sa). Somos aquellos afortunados que hemos escuchado y aceptado la llamada del imam de la época (as) y se nos pide practicar y propagar lo que nos enseñó.

Con tal de cumplir con este gran objetivo, Al-lah Todopoderoso no nos ha dejado sin medios; por el contrario, nos ha dado medios para difundir el Islam en esta época. En el mundo actual, la televisión, la radio, internet, los medios impresos y las redes sociales son solo algunas de las maneras en las que las comunicaciones han avanzado, hasta el punto que la comunicación global se ha vuelto instantánea.

Éstas son todas las tecnologías que como Yama´at estamos utilizando para propagar las enseñanzas del Islam. Sin embargo, no es suficiente el mero hecho de hacer llegar el mensaje del Islam a otros; sino que nuestro objetivo nunca se verá cumplido hasta que cada uno de nosotros se convierta en un vivo y práctico ejemplo de las benevolentes y nobles enseñanzas del Islam. Ésta es la razón por la que el Mesías Prometido (as) ha hablado una y otra vez sobre la necesidad de que los miembros de su Yama´at vivan acorde con los valores islámicos y sus enseñanzas.

También debería añadir que no debemos decir que somos los únicos en utilizar estas tecnologías modernas. De hecho, la gente mundana no ha dejado esfuerzo alguno en utilizar estos avanzados medios de comunicación para transmitir programas y otros contenidos. Los más penoso y preocupante es que la mayoría del contenido transmitido o emitido en el mundo actual sirve únicamente para debilitar la moral y el espíritu de la sociedad; y para alejar a las personas de aquello que es bueno y decente. Justifican tal contenido inmoral en el nombre de la libertad, entretenimiento y el ocio.

Por tanto, estas nuevas tecnologías han sido creadas como medios para ayudarnos a propagar las verdaderas enseñanzas del Islam, pero éstas también están siendo utilizadas por otros para expandir en el mundo depravación y una inmoralidad vergonzosa. Están siendo explotados para incitar a la humanidad hacia objetivos inútiles y que carecen del valor, siendo a menudo obscenos. Por ejemplo, ha llegado el punto donde gentes de partes remotas del mundo pueden ver fácilmente vídeos producidos en el mundo desarrollado, a través de medios sociales, que promueven un estilo de vida impuro y hedonista.

Cuando estas personas, que están inmersas en la pobreza, o están reprimidas por la situación de su nación, ven cómo están viviendo la gente de países ricos, la frustración se incita en ellos. Ansían el mismo nivel de riqueza y el formar parte de esos objetivos artificiales y vacíos. Como ya he dicho, por una parte creemos que la tecnología moderna ha evolucionado por el deseo de Al-lah para ayudarnos a propagar el Islam, pero por otra parte, también está siendo utilizada para promulgar contenido vil y falto de moral y espiritualidad.

Por ejemplo, pornografía o películas indecentes están disponibles a gran escala en internet o se emiten en televisión. Las relaciones privadas entre hombres y mujeres se han expuesto ante todo el mundo y se ha normalizado. Esta es la realidad del mundo moderno y así, para revertir esta declinación inmoral y el promover la rectitud y la virtud es el gran desafío en nuestra época y vosotras, como miembros de Lajna Imail-lah, debéis levantaros ante este desafío.

De hecho, es la tarea de los hombres, las mujeres y los jóvenes áhmadis, como miembros de la comunidad del Mesías Prometido (as), utilizar las tecnologías modernas para hacer frente a la influencia de fuerzas profanas e inmorales; y mostrar que el tener valores religiosos en un mundo contemporáneo no es solo posible, sino que es absolutamente vital.

Lo primero y ante todo, nosotros mismos debemos evitar lo profano y lo vulgar. Debemos ver o participar únicamente en aquello que promueva la piedad, fortalezca nuestra fe y nos permita ganar el agrado de Al-lah Todopoderoso. Como personas que hemos aceptado al Mesías Prometido (as), debemos absorber aquellas cosas que aumenten nuestro conocimiento sobre las enseñanzas del Sagrado Corán y el Santo Profeta (sa).

Seguidamente, debemos beneficiarnos de los aspectos positivos de la tecnología moderna, mientras nos salvamos de sus poderes dañinos y destructivos. Lamentablemente, lo cierto es que muchos miembros de nuestra Yama´at, tanto hombres como mujeres, están ignorando su obligación de reformarse espiritual y moralmente, a pesar de haber tomado el Bai´at del Mesías Prometido (as).

Se están viendo influidos por las fuerzas materialistas y profanas que han oscurecido a la sociedad actual. Han caído presa de los efectos venenosos de la tecnología moderna y están pasando más tiempo absorbiendo contenido vano y superficial, que buscando el cómo desarrollar su relación con Al-lah Todopoderoso para aumentar su nivel espiritual y moral.

Cada uno de nosotros sabe cuánto tiempo está dedicando a ver programas religiosos o estudiando textos religiosos, en comparación con ver contenido que promueve el materialismo y la inmoralidad. En esta época, Al-lah Todopoderoso nos ha bendecido con la MTA (Muslim Television Ahmadiyya– la cadena de televisión oficial de la Comunidad Musulmana Ahmadía), que tiene muchos programas para aumentar el conocimiento religioso de una persona. Por tanto, los miembros de Lajlna deben esforzarse por verla lo máximo posible y asegurarse que los miembros de sus familias también se están beneficiando.

No hay duda que las mujeres juegan un papel indispensable en la sociedad, porque las generaciones futuras yacen en sus regazos y crecen en su tierno cuidado. Este hecho de por sí, aumenta en gran medida la responsabilidad que yace sobre las mujeres áhmadis, para asegurar que ven aquellos programas o leen aquellos libros que fortalecen su fibra moral y que les ayuden a cumplir con el objetivo de ser parte de la comunidad establecida por el Mesías Prometido (as).

Sin embargo, no quiero decir que nunca se debe ver otro canal de televisión que no sea la MTA, sino que traten de ver aquellos programas que aumentan su conocimiento o son beneficiosos para su vida diaria. También se puede ver algún entretenimiento ligero para relajarse, pero definitivamente hay que evitar los programas que promueven la vulgaridad o la indecencia.

Como punto secundario, la MTA siempre está buscando retroalimentación y sugerencias sobre qué tipo de nuevos programas se pueden producir, para aumentar el interés de los televidentes y para promover la capacitación moral y religiosa de la Yama’at. Nuestros miembros de Lajna tienen muchas buenas ideas, por lo que deben enviarnos sus comentarios o sugerencias al respecto.

También he mencionado en el pasado, que hay muchos miembros de la Yama’at que viven en el mundo occidental y son los que emigraron de Pakistán. Sus padres o abuelos emigraron aquí porque se vieron privados de la libertad religiosa en su patria. Por lo tanto, si habiendo alcanzado la libertad religiosa en este país, todavía no practican su fe, descuidan sus obligaciones religiosas y se consumen en la búsqueda de las cosas materiales del mundo moderno, no se puede decir que el propósito de su emigración se haya cumplido.

Tampoco puede decirse que hayan estado a la altura de su pretensión de querer practicar abiertamente su fe como musulmanes. Teniendo esto en cuenta, todas las mujeres áhmadis deberían reconocer que emigraron aquí por el bien de su religión y, por lo tanto, deben asegurarse de que su propia fe y la de sus hijos siga siendo sólida como una roca. Además, deben estar agradecidos a la nación que les ha dado refugio y la manera de mostrar verdadera gratitud es esforzarse por acercar a la gente local hacia Dios Todopoderoso.

En lugar de que nuestros miembros de Yama’at se sumerjan en las actividades inmorales y en los objetivos de la sociedad actual en nombre de la autonomía y la prosperidad, no sólo debemos de alejarnos de sus consecuencias ruinosas y de gran alcance, sino también tratar de proteger a los demás. Sálvense de esos caminos de perdición que están vacíos de espiritualidad y moralidad, pues no sólo les dañarán sino que también destruirán a las generaciones venideras.

Esto no significa que no se pueda integrar o contribuir a la sociedad en la que se vive. Por ejemplo, muchos áhmadis han crecido aquí o han vivido aquí durante décadas y ahora están plenamente en sintonía con las costumbres y los valores británicos, y forman parte integrante de esta sociedad.

No hay nada malo en ello. Por el contrario, toda persona, ya sea nacida aquí o inmigrante, debe esforzarse por integrarse y cumplir con sus deberes como miembro de la sociedad y ser un ciudadano leal de la nación. Nuestra fe requiere que los musulmanes utilicen sus habilidades y capacidades en beneficio de la nación en la que viven y que trabajen para su progreso y desarrollo.

Además, observar y aprender de las prácticas y tradiciones locales es algo bueno, siempre y cuando esas prácticas no entren en conflicto con las enseñanzas del Islam. En pocas palabras, un áhmadi debe recordar que no debe permitirse estar tan absorto o manipulado por su entorno, que olvide sus enseñanzas religiosas básicas o ignore su deber de entrenar a sus hijos de acuerdo con las enseñanzas islámicas.

Ciertamente, los que no protegen y preservan sus valores religiosos son los que no cumplen sus promesas. En estos países desarrollados, los valores morales están declinando día a día, en nombre de la libertad y la autodeterminación. Algunas de nuestras mujeres y niñas áhmadis también están siendo afectadas negativamente por esto, pero deben darse cuenta de que esas supuestas libertades no guardan relación con el éxito y el progreso de su nación.

¿Se puede decir que ir a los clubes nocturnos, vestido de manera que exponga casi todo su cuerpo y bailando con los hombres, ayudará a un país a desarrollarse y tener éxito? ¡Por supuesto que no!

¿Se puede decir que beber alcohol y perder los sentidos y actuar sin vergüenza es algo que impulsará nuestro país? ¿Se puede considerar esto como un servicio a la propia nación? ¡Por supuesto que no!

Éstos son sólo un par de ejemplos y hay muchas otras cosas dañinas que prevalecen en esta sociedad, que la gente secular trata de justificar en nombre de la libertad de elección, o del progreso, pero que han sido declaradas obscenas por Al-lah  Todopoderoso y Su Mensajero (sa) y que alejan a la humanidad de su Creador.

Aunque tales cosas se celebran como ejemplos de una sociedad libre y moderna, la realidad es que tal impropiedad sólo sirve para destruir los cimientos sobre los que se construye una sociedad verdaderamente próspera y compasiva.

Degradar y reducir el nivel moral de una sociedad, en nombre de la libertad, es un medio para socavar la fuerza y la unidad de la civilización a nivel colectivo, así como dañar individualmente a las personas dentro de esa sociedad. Que quede claro que, seguramente llegará un momento en que la gente de estos países desarrollados se dé cuenta de que lo que consideraban libertad era en realidad el medio de su destrucción.

Ahora, hemos llegado a un punto en el que incluso algunos no musulmanes se manifiestan para condenar los niveles extremos de falta de modestia e indecencia en sus sociedades; y admiten que el declive de los estándares morales está relacionado directamente con un aumento de la frustración y la ansiedad entre el público en general.  Como resultado, no hay absolutamente ninguna razón para que ninguno de ustedes tenga un complejo de inferioridad o se sienta avergonzado por la práctica de su fe.

La gente mundana puede afirmar que exponer el propio cuerpo, vestirse de forma sugestiva o llevar el comportamiento sexual a la arena pública son signos de una sociedad progresista y en la que se valora la libertad de expresión. Sin embargo, no podrían estar más equivocados. Todos los áhmadis, ya sean hombres o mujeres, jóvenes o ancianos, deben comprender que, desde una perspectiva religiosa, ese comportamiento es el colmo de la inmoralidad y no puede ser tolerado por las personas religiosas, que se han comprometido a dar prioridad a su fe sobre todos los asuntos mundanos.

Por lo tanto, mientras vivan en el mundo occidental, es de vital importancia que los musulmanes áhmadis se protejan contra los males de la sociedad. Como dije antes, no sólo deben protegerse a sí mismas, sino que también deben esforzarse por salvar a otros de la decadencia moral y resaltar la importancia de la virtud y la moralidad. Esta es la mejor manera de servir a su nación y si ustedes son sinceras en este esfuerzo, entonces tengan la seguridad de que la ayuda y la misericordia de Al-lah estará con ustedes en cada paso del camino.

En el mundo actual se habla mucho de la importancia de la salud y el bienestar mental. A este respecto, recuerden siempre que la verdadera paz mental se alcanza a través de la cercanía de Al-lah Todopoderoso y no persiguiendo las frívolas y fútiles atracciones del mundo. Este punto se hace en el capítulo 13, verso 29 del Sagrado Corán, donde Al-lah Todopoderoso lo ha declarado claramente:

“¡Ay! En el recuerdo de Allah es en lo que los corazones pueden hallar sosiego”.

Aquí, Al-lah Todopoderoso ha dejado categóricamente claro que para que una persona alcance un estado de paz y consuelo, debe recordar a su Creador. Esto no es, que Dios nos perdone, un reclamo infundado del Sagrado Corán. De hecho, la historia ha demostrado que es totalmente cierto. Las vidas de todos los profetas de Dios y de millones de creyentes sinceros dan testimonio del hecho de que la verdadera paz mental se logra a través del recuerdo y la adoración de Al-lah Todopoderoso.

Por lo tanto, no piensen que las supuestas libertades del mundo moderno o los estilos de vida material pueden inspirar paz dentro del corazón de una persona; más bien, es el recuerdo de Al-lah lo que inspira a una persona hacia la satisfacción genuina y duradera. La realidad es que las personas justas sienten satisfacción y alegría en sus corazones cuando recuerdan a Al-lah Todopoderoso, reflexionan sobre Sus bendiciones y la belleza de Su creación.

Por ejemplo, reconocen la gloria de Al-lah al pasar junto a árboles y bosques; la perciben al observar los vastos océanos y lagos o las gloriosas cordilleras, porque ver la belleza y la perfecta armonía de la naturaleza los lleva no sólo a alabar a Al-lah, sino también a reflexionar sobre Su majestad y a considerar cómo Él creó los cielos y la tierra, y todo lo que abarca el universo.

De todos modos, el punto principal que deseo hacer es que Al-lah Todopoderoso ha declarado que la verdadera paz mental no puede ser alcanzada a través de la libertad mundana o participando en las atracciones sin sentido del mundo; más bien, sólo puede ser alcanzada a través de la cercanía a Al-lah Todopoderoso y manteniéndolo en nuestro corazón y mente en todo momento. Recuerden, el Islam es una religión de moderación y equilibrio. No dice que debemos aislarnos o abandonar todas las búsquedas mundanas. En cambio, Al-lah Todopoderoso nos ha ordenado que nos beneficiemos y utilicemos los medios que existen en el mundo, que nos ayudan y aumentan nuestra comodidad.

No hay nada malo en llevar a cabo aquellas actividades mundanas o recreativas que son buenas para nuestra salud o están vinculadas a nuestros intereses personales. No obstante, nunca debemos dejar que dominen nuestra existencia ni que se conviertan en el propósito de nuestra vida. Tampoco debemos dejar que nos distraigan de nuestro objetivo principal, que debería ser recordar a Al-lah Todopoderoso y buscar Su cercanía. Nunca consideres que las actividades mundanas son el medio de salvación o éxito y ciertamente, sin la gracia y misericordia de Al-lah, incluso las cosas aparentemente buenas pueden ser peligrosas.

Por ejemplo, el agua salada nunca saciará la sed de una persona, sino que la hará más sedienta, y si sigue bebiéndola sin pensar, se enfermará y finalmente morirá. Por consiguiente, aunque el agua es el medio de vida, si se usa de manera inadecuada, puede ser la fuente de nuestra perdición. Todos somos conscientes de que cuando llueve, el suelo se vuelve fértil y frondoso, pero cuando hay sequía, la tierra se vuelve estéril y la hierba se seca.

Todos somos conscientes de que cuando llueve, el suelo se vuelve fértil y exuberante, pero cuando viene la sequía, la tierra se vuelve árida y la hierba se seca. Aunque vivimos en un país relativamente húmedo, la temperatura del verano ha aumentado en los últimos años, por lo que incluso aquí vemos cómo la hierba pierde su color verde y se seca durante los períodos cálidos y secos.

En esos países, donde el clima es perpetuamente cálido y sujeto a sequía, la hierba se extingue por completo y los animales y otros seres vivos comienzan a perecer. Por lo tanto, el valor del agua es ilimitado e incomparable y su verdadero valor solo se observa cuando estamos privados de ella o si se contamina. De manera similar, si una persona ignora las bendiciones de Dios Todopoderoso y persigue un comportamiento pecaminoso considerándolo su agua para la vida, se sentirá sumido en la frustración y la desesperación.

Al-lah Todopoderoso ha asociado el advenimiento de los profetas y las enseñanzas que traen como agua espiritual para la humanidad, porque a través de su agua espiritual, nuestras almas se limpian y reciben sustento.  Si aceptamos lo que nos enseñan, entonces nuestras vidas están destinadas al éxito. Sin embargo, si rechazamos sus enseñanzas o actuamos inmoralmente, estaremos rechazando el agua espiritual en favor del agua salada del mundo, que nunca apagará nuestra sed y finalmente conducirá a nuestra destrucción.

Nunca olvidéis que nosotros los áhmadis somos las personas más afortunadas, ya que somos los receptores directos del agua espiritual que el Mesías Prometido (as) le dio al mundo en esta época. Si habiéndolo aceptado, seguimos caminando por una senda de inmoralidad y no observamos los mandamientos de Al-lah Todopoderoso, entonces estaremos destruyendo nuestras propias vidas y seremos culpables de elegir el agua salada sobre el agua espiritual, que pudo haber sido nuestro medio de salvación y triunfo.

Continuando, otra cosa que deseo mencionar, es que algunos hombres y mujeres áhmadis, incluidos algunos de nuestros jóvenes, piensan que la Yama’at impone restricciones innecesarias en sus vidas y les niegan sus libertades. Pero si miran con atención y justicia, se darán cuenta de que la Yama’at no está negando sus libertades legítimas de ninguna manera; más bien, la Yama’at solo defiende las enseñanzas del Islam y está ahí en consecuencia para guiar moralmente a sus miembros. Nos esforzamos por alentar a todos los áhmadis a actuar según las verdaderas enseñanzas de su religión, que son los medios de la verdadera libertad y liberación.

Lamentablemente, han habido casos de unos pocos hombres o mujeres jóvenes áhmadis, que se vieron tan influenciados por la sociedad en general, que abandonaron sus hogares y abandonaron su fe. Durante algún tiempo, pueden haberse considerado libres o haber alcanzado las libertades y la diversión que buscaban. Sin embargo, más tarde, muchos se arrepintieron de su decisión y expresaron su vergüenza y pena por haber abandonado la Yama’at, y trataron de regresar a su redil. Admitieron que lo que pensaban que sería una vida de libertad había demostrado ser lo contrario y pronto se dieron cuenta de que se habían embarcado en un camino destructivo y peligroso.

Recuerden siempre que la sabiduría y la inteligencia básicas requieren y, de hecho es la enseñanza de Dios Todopoderoso, que una persona busque e investigue cuidadosamente los pros y los contras antes de tomar cualquier paso o decisión importante en la vida.

Nosotros, que nos llamamos musulmanes áhmadis y afirmamos haber aceptado al Mesías Prometido (as), no solo debemos sopesar los pros y los contras materialistas, sino que también debemos evaluar los beneficios o daños espirituales y religiosos antes de tomar una decisión o adoptar un nuevo camino. No importa el alcance de los beneficios materiales, un verdadero áhmadi siempre debe estar dispuesto a renunciar a tales cosas, si van en contra de sus enseñanzas religiosas.

Siempre se debe dar prioridad a nuestros valores espirituales y religiosos. Después de todo, proclamamos y prometemos que somos las personas, que siempre darán prioridad a nuestra religión sobre todos los asuntos mundanos.

Antes de terminar, también deseo recordarles que el Santo Profeta (sa) dijo que la modestia es una parte integral de nuestra fe. Por lo tanto, mientras vivan en occidente, los áhmadis no deben seguir esas modas y tendencias que se justifican en nombre de la libertad de elección, pero en realidad son un medio de inmoralidad e indecencia. No debéis adoptar esas tendencias de moda que exponen vuestro cuerpo en lugar de preservar vuestra modestia. En todo momento, las mujeres y niñas áhmadis deben seguir las modas que están dentro de los límites de la modestia y a través de las cuales se preserva su castidad.

Debe quedar claro que todas las mujeres y niñas áhmadis deben vestirse y actuar de manera respetable y de acuerdo con los principios de la modestia. A veces, algunas mujeres o niñas áhmadis no se cubren la cabeza, el cabello o incluso el pecho por seguir cierta moda y esto es completamente contrario a los requisitos de su fe.

Además, algunas mujeres usan prendas de vestir en el nombre de pardah (cubrir su belleza y curvas), pero sus abrigos están tan ajustados que se parecen a una camisa ajustada. Tales abrigos que exponen los atributos físicos de una persona no son apropiados para mujeres o niñas musulmanas. Los abrigos que uséis deben cubrir vuestros cuerpos y vuestros velos deben ponerse adecuadamente sobre vuestras cabezas.

Espero que siempre seáis conscientes de vuestra vestimenta para que nadie pueda cuestionar vuestra modestia y debéis estar orgullosas del hecho de que el pardah es el medio de proteger el honor y la castidad de una mujer musulmana. Todos los hombres y mujeres áhmadis tienen un círculo dentro del cual están obligados a permanecer y ese círculo es simplemente lo que el Islam enseña. Por lo tanto, nuestros límites no son decretados por ningún individuo, sino que han sido decretados por Al-lah Todopoderoso.

Algunas personas piensan que el Ahmadiat es más estricto que el Islam, pero esto está mal porque Ahmadiat e Islam son uno y la misma cosa. El estándar de pardah requerido por el Islam ha sido estipulado muy claramente en el Sagrado Corán, por lo que debéis leerlo cuidadosamente para ver cuáles son los estándares de modestia requeridos. En todos los aspectos, debemos seguir las enseñanzas del Sagrado Corán y considerarlo nuestra luz de guía; y debemos observar los estándares de adoración estipulados también en el Sagrado Corán.

Debemos actuar de acuerdo a las instrucciones que se han dado en el Sagrado Corán para el recuerdo de Al-lah y debemos adoptar cada instrucción coránica lo mejor que podamos. Entonces alcanzaremos las recompensas y la cercanía de Al-lah Todopoderoso, y cumpliremos las obligaciones de nuestro Bai’at con el Mesías Prometido (as). De lo contrario, nuestra proclama de dar prioridad a nuestra fe sobre todos los asuntos mundanos y estar dispuestos para todos los sacrificios por su bien, estará desprovista de verdad y se volverá vacía y sin sentido.

Que Al-lah Todopoderoso os permita a todas vosotras actuar de acuerdo con las verdaderas enseñanzas del Islam, comprender y darse cuenta de que el verdadero propósito de vuestras vidas es alcanzar el placer de Al-lah Todopoderoso y estar preparados para todos los sacrificios en su causa, Amén (que así sea).

Que Al-lah Todopoderoso continúe bendiciendo a Lajna Imail-lah en todos los aspectos”.

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