Discurso de Hazrat Jalifatul Masih V en la sesión de clausura de la Reunión Nacional de Judam-ul-Ahmadía de Reino Unido.
Tras recitar el Tashahhud, Taawuz y el Surah Al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V dijo:
“Con la gracia de Dios, nosotros, los áhmadis musulmanes somos la gente más afortunada por haber aceptado al Imam de la época, el Mesías Prometido, quien fue enviado al mundo por Dios el Todopoderoso de conformidad con las profecías realizadas por el Santo Profeta Mohammadsaw hace 1400 años. Sin embargo, no debemos tener una impresión errónea de nuestra fe. La realidad es que nuestra aceptación del Mesías Prometido carece de sentido si no nos esforzamos en cumplir el objetivo para el que ha sido enviado por Dios el Todopoderoso.
¿Cuáles eran los fines de su advenimiento? ¿Cuáles eran sus objetivos?
En pocas palabras, eran sus seguidores los que debían experimentar cambios internos puros y piadosos cumpliendo con los derechos de Dios Todopoderoso y Su creación. Si no cumplimos con tales objetivos o al menos lo intentamos en la medida de lo posible, entonces nuestro Bai´at en manos del Mesías Prometido posee poco o nada de valor. Lo cierto es que solo podemos cumplir con las expectativas del Mesías Prometido y con los objetivos para los que ha sido enviado si concedemos realmente prioridad a nuestra fe sobre todos los asuntos mundanos.
Este es un pacto que todos vosotros conocéis bien. En nuestras funciones, Illtemas formales y otras reuniones, los miembros de Judam-ul-Ahmadía prometen dar prioridad a su fe sobre todos los asuntos mundanos y hoy volvéis a repetir de nuevo la promesa. El pacto que habéis realizado es un compromiso solemne, por lo que estas palabras que repetís una y otra vez no deben ser huecas, sino que deben poseer un sentido y deben tenerse muy presentes en todo momento.
Debéis demostrar este pacto en la práctica con vuestra conducta. ¿De qué forma un creyente da prioridad o preferencia a su fe sobre todos los asuntos mundanos y materiales? ¿Cómo es posible lograr esta noble ambición? Solo existe un modo, y es que la persona entienda y cumpla con los derechos de Dios el Todopoderoso y los derechos que ha otorgado a Su creación. Somos realmente afortunados por habernos Dios iluminado mediante Su Shariah perfecta y bendita, que fue revelada al Santo Profetasaw en la forma del Santo Corán. El Corán nos ha informado claramente de los derechos pertenecientes tanto a Al-lah y a Su creación y del modo de cumplirlos.
Por lo tanto, todos nosotros debemos estudiar el Santo Corán, por ser nuestro camino al éxito y a la salvación. Esta luz espiritual es la que nos ha mostrado el verdadero significado de priorizar nuestra fe sobre todos los asuntos mundanos. Es nuestro método de aprendizaje y nuestro medio de vida. Debéis recordar siempre que el Mesías Prometido no brindó ninguna enseñanza nueva, sino que más bien, todo lo que afirmó y enseñó estaba basado en las enseñanzas originales del Santo Corán. Al mostrarnos el modo de cumplir con los derechos de Al-lah y de Su creación, lo hizo basándose en el mismo Santo Corán. Por lo tanto, cada uno de nosotros debe asegurarse de leer el Santo Corán regularmente e intentar aprender su profundo significado y después hacer lo posible por actuar de acuerdo con sus enseñanzas.
Hoy en día, cualquier purificación de nuestros corazones y mentes y cualquier cambio puro que experimentemos solo será posible a través de la lectura y la comprensión de la Palabra del Dios Todopoderoso. En este breve lapso no me será posible explicar todas las enseñanzas benditas del Corán que un creyente debe adoptar. Sin embargo, mencionaré algunas enseñanzas que todos los áhmadis musulmanes deben intentar inculcar y adoptar en sus vidas. En el Surah Al-Muminum, versículo 2 del Sagrado Corán, Dios el Todopoderoso ha dicho:
“En verdad, llegará el éxito a los creyentes”.
Este versículo explica claramente que los verdaderos creyentes son aquellos que tienen éxito y que prosperan. Sin embargo, la pregunta que surge es ¿quiénes son los verdaderos creyentes? ¿Quiénes son aquellos que pueden reclamar el éxito? ¿Basta con proclamar el Kalima Tayyaba (nuestra declaración de fe), es decir, “No existe Dios salvo Al-lah y Mohammad es Su Mensajero”? ¿O es suficiente que una persona, además de recitar el Kalima, también declare haber aceptado al Mesías Prometido e Imam Mahdi, de acuerdo con las profecías del Santo Profetasaw? Lo cierto es que tales declaraciones verbales no bastan por sí mismas, sino que deben ir acompañadas por una manifestación práctica de la propia fe.
A través de Su máxima Indulgencia, Dios nos ha informado de las cualidades que un creyente debe poseer. De esta forma, tras declarar que “llegará el éxito a los creyentes”, en el siguiente versículo del Corán, capítulo 23, versículo 4, Dios el Todopoderoso dice:
“Que son diligentes en el cumplimiento de sus oraciones”.
En este lugar, Dios el Todopoderoso ha dejado perfectamente claro que para ser recibir el título de verdadero creyente, el hombre debe ofrecer sus oraciones con humildad y sinceridad. Deberá someterse a Dios Todopoderoso con la firme convicción de que Él es el Poseedor de todos los poderes. Un creyente debe inclinarse a Él en completa humildad, intimidado por Su majestad divina. Debe implorarle solamente a Él desde lo más íntimo de su corazón. Ser “humilde en las plegarias” implica que cuando una persona se inclina ante el Señor, tenga presente todos sus pecados y debilidades y reconozca que es débil y que no es nada sin la Gracia y merced de Su Señor.
De igual modo, en el capítulo 23, versículo 10, Dios el Todopoderoso habla de los creyentes diciendo:
“Y cumplen con diligencia sus oraciones”.
Por ello, para un creyente es absolutamente esencial mantener regularidad en sus cinco oraciones diarias. Además, es preciso ofrecer en todo lo posible las oraciones en congregación. En cuanto a las oraciones en congregación, según el Hadiz del Santo Profetasaw, las recompensas y bendiciones de tales plegarias son muy superiores a las que se ofrecen individualmente. Además, existe una sabiduría subyacente a esta enseñanza, por lo que las oraciones en congregación son un medio para unir a la gente y crear una unificación.
De este modo, las oraciones en congregación se convierten en símbolo de la fuerza de una comunidad. Los miembros de Judam-ul-Ahmadía atraviesan una edad y una etapa en la que disfrutan de máxima fuerza física y poseen un gran potencial para progresar y avanzar en todas las esferas de la vida. No debería resultarles difícil cumplir con las obligaciones de la adoración a Al-lah, por lo que todos los judam y atfal deberán mantener regularidad en sus oraciones, que deberán ofrecer en congregación en lo posible.
Cada uno de vosotros deberá considerar esto un principio de vital importancia pues las puertas del paraíso se abren a través de la adoración sincera. Además, en el capítulo 23, versículo 4, Dios el Todopoderoso ha indicado otra señal del verdadero creyente. Dios el Todopoderoso declara:
“Que rechazan todo lo que es vano”.
En esta época, la inmoralidad y el vicio se ha extendido por doquier y ha adoptado muchas formas diferentes. Un ejemplo es cuando la gente se reúne en grupos para perder el tiempo en actividades inútiles y charlas vanas. Tristemente, en nuestra comunidad hay gente que tiene la mala costumbre de realizar comentarios innecesarios, criticar al Nizame Yamaat (sistema administrativo de la Yamaat) o exponer sus quejas personales. Esto no es digno de un creyente, por lo que lo que nuestros hombres y chicos áhmadis deben evitar tal ignorancia y ociosidad y ser un ejemplo de virtud y piedad. Cuando os reunáis, debéis hacerlo con el fin motivaros unos a otros hacia la virtud y la piedad en lugar de descarriaros mutuamente.
Los judam jóvenes y los aftal de más edad también deben tener presente esto y mantener buenas amistades y buena compañía en todo momento. También existen otros muchos vicios y enfermedades que propagan la inmoralidad en la sociedad de hoy y que tristemente aumentan día a día. Por ejemplo, el uso indebido del internet y las redes sociales son cada vez más comunes, y esto incluye conversaciones inapropiadas online entre chicos y chicas jóvenes.
Igualmente, el internet se utiliza para ver películas indecentes e inmorales, incluyendo pornografía. El consumo de tabaco o el empleo del shisha son también ejemplos de vicios que están en boga. Por otro lado, incluso las cosas permitidas pueden perjudicar si se abusa de ellas. Un ejemplo es cuando una persona permanece despierta a altas horas de la noche viendo la televisión o navegando por internet y no consigue levantarse para la oración de Fállar. Aunque lo que vea no sea inadecuado, el resultado final es que se aparta de la virtud, convirtiendo de esta forma un acto permitido en inmoral, opuesto al rango de un auténtico musulmán. En resumen, cualquier cosa que tenga un efecto pernicioso o nocivo sobre la mente de una persona se incluye en lo que el Santo Corán considera vano. En el capítulo 23, versículo 6, Al-lah el Todopoderoso ha especificado otra señal de un creyente. Dios el Todopoderoso declara:
“Y quienes preservan su castidad”
La salvaguardia y protección de la propia castidad y modestia no incumbe solamente a las mujeres, sino que también es obligatorio para los hombres. La protección de la propia castidad no significa solamente que la persona deba evitar relaciones sexuales fuera del matrimonio, sino que significa, según nos ha enseñado el Mesías Prometido, que un creyente debe mantener siempre puros sus ojos y oídos de cualquier cosa que sea indecente o inmoral. Como ya he mencionado, la pornografía es algo totalmente obsceno, y verla es despojar de castidad a los propios ojos y oídos. También es erróneo y opuesto a la enseñanza islámica de modestia la mezcla libre de chicos y chicas jóvenes así como el establecimiento relaciones mutuas o amistades inapropiadas.
Decimos a las mujeres áhmadis que deben observar el pardah y les sigo dando el mismo consejo, amonestándoles a preservar su modestia. No obstante, en el Santo Corán, incluso antes de que Al-lah prescribiera a las mujeres la observancia del pardah, ha prescrito a los hombres creyentes recatar sus miradas y mantener los corazones y mentes libres de pensamientos o intenciones lascivos. Por ello, Dios el Todopoderoso explica muy claramente en el capítulo 24, versículo 31:
“Di a los hombres creyentes que recaten su mirada y guarden sus partes privadas. Esto es más puro para ellos. En verdad, Al-lah sabe lo que hacéis”.
Aunque no se ha prescrito a los hombres observar el pardah físicamente, de la forma en que la mujer lo realiza, el Corán ha dejado claro que deben purificar sus ojos. Esto significa que no deben mirar a las mujeres de forma lasciva y deben mantener sus mentes puras y libres de todas las formas de tentaciones potenciales.
Este es el pardah que se requiere del hombre y el medio para proteger a la sociedad de la impureza, indecencia y peligro. Ninguna enseñanza del Islam puede ser considerada hueca o superficial, pues cada una de sus enseñanzas posee una gran sabiduría y profundidad. Por lo tanto, al decir a los hombres que recaten su mirada, el Islam enseña de hecho el autocontrol ya que, por lo general, las pasiones y deseos del hombre se incitan a través de la mirada. Para proteger a la sociedad de indecencias y actos indebidos el Islam ha prescrito a hombres y mujeres bajar la mirada ante el sexo opuesto, o abstenerse de cualquier cosa que pueda aumentar la lujuria, fuera de los límites prohibidos. Recordad que la modestia es un rasgo característico de un Jadim, por lo que debéis evitar todas las cosas que violen el mandamiento Islámico de la castidad. Si lo lográis, podéis afirmar haber conseguido un verdadero progreso y prosperidad espiritual.
Otros dos graves vicios que predominan en la actualidad son el alcohol y los juegos de azar. Aquí en Occidente se consideran normales. Sin embargo, el Corán los ha prohibido expresamente pues los dos vicios tienen repercusiones negativas y de largo alcance. En el capítulo 2, versículo 220 del Santo Corán, Dios el Todopoderoso, hablando de estos vicios, ha dicho:
“Te preguntan sobre el vino y los juegos de azar. Diles: en ambas cosas hay un gran pecado y también algunas ventajas para los hombres; pero su mal es mayor que sus ventajas.”
La palabra árabe que Dios utiliza en relación con el alcohol y los juegos de azar en este versículo es “iss-mun” o “issm”. Esta palabra significa algo que constituye un “obstáculo” o impedimento en el camino de la piedad y la virtud. Por lo tanto, Dios el Todopoderoso ha prohibido el alcohol y los juegos de azar por ser instrumentos que alejan a la persona de la virtud. Efectivamente, no es posible que por un lado Al-lah prescriba a los musulmanes adoptar la piedad y, por otro, les permita utilizar libremente aquello que les arrastre a la dirección contraria.
Respecto al alcohol, en aquellos casos que existe un beneficio legítimo, como en ciertos medicamentos, puede emplearse hasta cierto punto. De lo contrario, está totalmente prohibido en el Islam, pues es un medio de alejar a la persona de la moralidad, virtud y piedad. Por ejemplo, una persona que se halla bajo la influencia del alcohol no estará en condiciones de ofrecer las oraciones o progresar espiritualmente. Por este motivo, cuando se reveló la ordenanza de la prohibición del alcohol, el Santo Profetasaw prohibió rigurosamente a sus compañeros ingerirlo. Muchos de nosotros habremos escuchado acerca del magnífico grado de obediencia con el que respondieron a esta ordenanza.
Sin vacilar un momento, los compañeros que antes bebían alcohol hicieron añicos los barriles y recipientes que contenían su licor. Ya he hablado de los efectos perniciosos del alcohol. Incluso los médicos y científicos de la actualidad reconocen abiertamente sus malos efectos. Se afirma que al beber alcohol se destruyen miles de células cerebrales de la persona, y sus efectos corrosivos sobre el hígado también son bien conocidos.
En cuanto a los juegos de azar, se prohíben por causar el derroche imprudente del propio salario o riqueza adquiridos con justicia y honestidad. Apostar por la propia riqueza, ya sea en casinos o de otro modo, como en máquinas de juego, estaciones de servicio, comercios o apostar con cartas es convertir una riqueza legal y legítima en un medio de inmoralidad y maldad. Es, como hemos afirmado anteriormente, una barrera hacia la piedad. En el capítulo 5, versículo 91, Dios también dice:
“¡Oh vosotros, los que creéis! Los intoxicantes, el juego de azar, los ídolos y las flechas de la suerte no son más que una abominación de las obras de Satanás. Absteneos, pues, de cada una de ellas para que prosperéis.”
Por lo tanto, todos los hombres, mujeres o niños áhmadis deben apartarse con firmeza ese tipo de cosas. En lugar de pretender conseguir “dinero fácil” a través del juego, debéis aspirar a ganar vuestro sustento de forma justa y honesta. Recordad que un verdadero Jadim es aquel que trabaja arduamente con honestidad e integridad en todo momento. Si deseáis verdaderamente vivir vuestras vidas de acuerdo con las enseñanzas islámicas, debéis absteneros de todo aquello que advierte y prohíbe el Corán. Las recompensas para tal obediencia son inmensas. De hecho, el mismo Dios dice que aquellos que renuncian a lo que es ilícito alcanzarán el verdadero “falaah”, que significa “éxito”, “prosperidad”, “felicidad” y “tranquilidad”. Cada persona desea por naturaleza la tranquilidad y estar libre de todo tipo de ansiedad y preocupación, por lo que Dios nos ha hecho un gran favor al revelarnos el Santo Corán para desvelarnos el modo de lograr la verdadera felicidad y prosperidad.
Aquí sólo me he centrado en temas que afectan a la sociedad y a los jóvenes de hoy en día. Sin embargo, existen muchas otras ordenanzas en el Santo Corán y debemos prestar mucha atención a cada una de ellas. Debemos intentar adoptar todo lo que establece el Corán y debemos rechazar todos los actos pecaminosos que no corresponden con el rango de un creyente y que nos alejan del Dios Todopoderoso y de Su culto.
En otro orden de cosas, mencionaré a continuación algunos puntos que todos los judam deben tener presente para poder contarse siempre entre aquellos que avanzan y prosperan continuamente. Cuando Hazrat Musleh Maud fundó el Maylis Judam-ul-Ahmadía así como otras organizaciones auxiliares, lo hizo con la intención de crear una estructura para el entrenamiento moral y para el bienestar de nuestros hombres, mujeres y niños áhmadis a todos los niveles de nuestra Comunidad. En particular, los titulares de cargos deben recordar que la visión y deseo de Musleh Maud era que dentro de cada organización auxiliar existieran áhmadis que establecieran los ejemplos más sublimes para quienes les rodeaban y que entrenaran a sus compañeros de acuerdo con las enseñanzas islámicas verdaderas, algunas de las cuales ya he mencionado.
Por lo tanto, nuestros titulares de cargos tienen una gran responsabilidad, así como la obligación de atender a quienes les rodean. Quiero insistir en que todos los responsables, al margen de su edad y rango, deben adoptar un auténtico espíritu de humildad. Por lo tanto, sea cual fuere el cargo que ostentéis —Qaid, Mohtamin, Sadr nacional o cualquier otro cargo o posición— debéis mostrar humildad en todo momento. En el capítulo 25, versículo 64, Dios Todopoderoso ha dicho que un rasgo distintivo de Sus verdaderos siervos es que caminan por la tierra con humildad sin dejar el menor rastro de arrogancia u orgullo.
Si alguien intenta pelear con ellos o pretende inducirlos a disputas o discusiones, responden solamente con paz y plegarias a través del saludo de salaam. En lugar de crear hostilidades o provocaciones, responden pacíficamente y caminan con humildad. Por lo tanto, cada jadim y los miembros mayores de atfal deben recordar este principio e intentar adoptar esta gran cualidad. Ningún áhmadi debe mostrar jactancia o arrogancia ni debe ser beligerante o agresivo. Aunque cada áhmadi tiene la obligación de ser humilde, educado y cortés, los titulares de cargos tienen una responsabilidad especial en este sentido. Los responsables de judam deben tener tal rango, que incluso ante una provocación o ante la perspectiva de una discusión deben responder solamente ofreciendo paz y seguridad a través del saludo de Salaam, apartándose pacíficamente del entorno. Si nuestros responsables de judam adoptan esta actitud, en el futuro nuestros titulares de cargos principales serán humildes y amables.
Como miembros de Maylis Judam-ul-Ahmadía debéis recordar siempre que pertenecéis a la segunda línea de defensa de vuestro ejército espiritual y que un día tendréis que avanzar a las primeras líneas. Sois aquellos que un día se harán cargo de mayores responsabilidades en nuestra Comunidad y para ello debéis estar preparados. Vuestras únicas armas serán vuestra humildad y oraciones. Además, nunca deis por sentado la oportunidad de prestar servicio. Más bien, debéis considerar siempre que la oportunidad de servir a la Comunidad es un gran privilegio y bendición de Dios Todopoderoso y debéis ser conscientes de que es vuestro deber establecer el mejor ejemplo a seguir para los demás. Cada encargado, en cada uno de los niveles de Judam-ul-Ahmadía, deberá ser una guía que ilumine a su alrededor. De este modo, cada Maylis estará compuesto de gente que estará siempre dispuesta a servir a la Comunidad y sacrificar su tiempo, riqueza y honor en su servicio. Como ya he mencionado, la oportunidad de servir a la Comunidad de cualquier forma debe considerarse un gran honor y bendición. Todos los responsables deben intentar desempeñar sus cargos con honestidad y dedicación e intentar fortalecer los lazos de hermandad entre los judam. Cada Qaed o Nazim deberá mantener un contacto directo con los judam y atfal en sus qiadats o regiones y deberá estar dispuesto a ayudarles, guiarles y atraerles hacia la Comunidad.
Lamentablemente, un número considerable de judam —un 40% según una encuesta—creen que no existen buenos modelos de conducta entre los encargados del Maylis Judam-ul-Ahmadía. Es posible que se refieran a sus propios qaids y nazims locales o es posible que se refieran al Amla Nacional o a los encargados de la Comunidad, bien sea a nivel local o nacional. De todas formas, sea cual fueren los hechos, todos los titulares de cargos, desde el Amla Nacional hasta los miembros de los Amlas locales y por supuesto los responsables de los órganos principales de la Yamaat, deben intentar ser el mejor ejemplo a seguir para los demás a todos los niveles. “Órganos principales” significa el Emir Yamaat y los Presidentes locales y sus Amlas.
Con respecto a la opinión que he mencionado, se basa en las opiniones de los propios judam y desconozco apuntan a los encargados locales o a los nacionales. A pesar de todo, en mi opinión, con la gracia de Dios existe un número importante de encargados de Judam-ul-Ahmadía que actúan correctamente e intentan cumplir con sus obligaciones y relacionarse con otros judam. Sin embargo, siempre existe el margen de mejora, por lo que todos los titulares de cargos deben intentar superarse y elevar los estándares de quienes les rodean.
Si cumplen con sus responsabilidades, se convertirán en instrumentos de protección para las futuras generaciones. Tened siempre presente el principio coránico, ofrecido en el capítulo 2, versículo 149, en el que Al-lah el Todopoderoso ha dicho que todas las personas tienen una meta y ambiciones y que la meta de los creyentes debe ser la superación en las virtudes y que deben rivalizar en las buenas obras. De esta forma, todos los judam y atfal deben recordar que para calificarse de verdaderos creyentes deben tener siempre la ambición de sobresalir en todas las formas de bondad e intentar continuamente mejorar espiritualmente y moralmente. Tened siempre presente el hecho de que tras aceptar al Mesías Prometido de acuerdo con las profecías del Santo Profetasaw es nuestra obligación actuar de acuerdo con lo que nos ha enseñado.
Que Dios ayude a todos a seguir la guía bendita del Mesías Prometido para que podáis contaros entre los verdaderos creyentes. Que Dios os capacite a cumplir siempre con las expectativas del Jalifa-e-Waqt. Y que Al-lah continúe derramando Sus bendiciones más especiales sobre cada Jadim y Tifl. Amen.
[Traducción de la parte final del discurso en el que Hazur habló en urdu]. Aquí están presentes algunos recién llegados que posiblemente no entiendan el inglés. Les digo en pocas palabras que su llegada a este país, su establecimiento aquí y su éxito en obtener el asilo u otros beneficios de este país, se deben al Ahmadía. Por ello debéis hacer lo posible por demostrar que sois auténticos áhmadis. En lugar de caer en los vicios y la inmoralidad, debéis esforzaros para adoptar las cosas buenas y no abandonar nunca vuestras virtudes. Esforzaos siempre en mantener la promesa de dar prioridad a vuestra fe sobre los asuntos mundanos. De lo contrario, os contareis entre la gente desleal que incumple sus promesas e incurriréis en el castigo del Dios Todopoderoso. Dios el Todopoderoso aplica Su castigo de distintos modos por lo que debéis vivir vuestras vidas con el temor del Dios Todopoderoso en vuestros corazones. Ante todo, recordad que sois áhmadis y como áhmadis habéis conseguido ser ciudadanos de este país y disfrutáis de las ventajas de residir aquí. Si tenéis esto siempre presente, comprobareis regularmente vuestro estado y condición y cumpliréis vuestro pacto. Que Dios el Todopoderoso os ayude a ello. Uniros ahora a mí en oración silenciosa.”