¿Qué es el Islam? Creencias y prácticas
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

¿Qué es el Islam? Creencias y prácticas

Director del Spanish Desk y editor de la revista Review of Religions en Español

Introducción

Los orígenes del hombre se pierden en el amanecer de la historia, y sabemos que nuestros antecesores más remotos de la Edad Paleolítica se elevaron muy poco por encima del nivel de los animales. El verdadero comienzo de la historia de la religión se remonta al momento, hace unos seis mil años, en el que Dios se reveló por primera vez a Adán, nombrándole a él y a sus descendientes como Sus virreyes en la tierra. Por lo tanto, el primer paso del progreso humano fue el conocimiento de Dios, y la creencia religiosa constituyó el comienzo de la civilización.

Son cuatro los objetivos de la religión:

  • Permitir que el hombre conozca a Dios Todopoderoso, su Creador;
  • Proporcionar a cada hombre un código de conducta y moralidad;
  • Dar a las comunidades las normas para su orientación social, económica y política;
  • Enseñar al hombre acerca de la vida después de la

Las fuentes del Islam

Las fuentes del Islam son dos:

a) El Santo Corán, la Palabra de Dios, y

b) La Sunnah, o enseñanzas y ejemplo del Santo Profeta Muhammad (sa), complementaria a la primera.

El Santo Corán está escrito en árabe y está compuesto por 114 suras o capítulos, y 6.350 versículos. Los capítulos varían en extensión, y están dispuestos no en orden cronológico, sino según la secuencia instituida por el Santo Profeta (sa) para su recitación. El Santo Corán afirma ser la palabra literal de Dios, y proclama que su texto será protegido contra la corrupción. Se conserva hoy, hasta la última sílaba, de la misma forma en la que fue revelado a Muhammad (sa), y tiene la característica de que sus discípulos lo memorizaron, y tanto ahora como hace trece siglos, muchos musulmanes son capaces de recitar de memoria el Santo Corán desde el principio hasta el final. La primera recopilación en un solo tomo se realizó al año de la muerte de Muhammad (sa), y el Jalifa Usman hizo que se efectuaran copias a partir de aquel original; dichas copias fueron enviadas a  todos los rincones de su Imperio.

La segunda fuente del Islam, la sunnah (costumbres) está contenida en recopilaciones escritas de miles de “Hadices“, cada uno de los cuales recoge un dicho o acto del Santo Profeta (sa). Las recopilaciones mas conocidas son las de Bujari, Muslim, Ibni-Mayah, Abu Daud, Tirmidhi y Al-Nisai, llamados popularmente “Sihah Sitta” (las seis auténticas). Los primeros recopiladores se mostraron meticulosos y exigentes a la hora de comprobar la cadena de testigos, el carácter de cada uno y las circunstancias en las que se produjeron sus relatos. De hecho, las precauciones que adoptaron en contra del fraude se pueden comparar con las indagaciones detalladas del historiador moderno, y eran extraordinarias para aquellos tiempos y aquel lugar.

Los principales artículos de la fe son 

  1. Creencia en Dios (Al-lah), Creador y Sustentador del Es Uno, Eterno, Infinito, Omnisciente, Misericordioso, Todopoderoso y Supremo; es Indivisible en naturaleza y persona, que no tiene socios, asociados o hijos. El Santo Corán Le atribuye 103 nombres correspondientes a Sus atributos, y la Unicidad de Dios es la piedra angular del Islam.
  2. Creencia en los ángeles de Dios, creados para servir a Dios y hacer operar las fuerzas de la naturaleza. Algunos actúan como agentes de la revelación
  3. Creencia en la Revelación, medio por el cual la guía Divina se transmite al hombre. Según el Islam, las revelaciones anteriores, tales como la Torah de Moisés y el Evangelio de Jesús, no tenían sentido universal, y han sufrido interpolaciones. Por ello fue revelado el Santo Corán que constituye ahora la Ley completa para toda la humanidad, y no será abrogado o modificado hasta el fin del
  4. Creencia en los Profetas, que son hombres que reciben la inspiración directa de Dios, a quienes Él ha confiado un mensaje Divino. Han sido miles, en todas las épocas, de todas las razas y lenguas, y han de ser re- conocidos con igualdad. A Muhammad (sa) se le llama Sello de los Profetas porque trajo y ratificó la última Según la Comunidad Musulmana Ahmadía esto no impide el advenimiento de otros apóstoles, bajo su tutela, como amonestadores o reformadores. Por ejemplo: el Mesías Prometido (segunda venida de Jesús), fue el fundador de dicha Comunidad.
  5. Creencia en la Vida venidera, que abarca el “Barzaj“, el Ultimo Día, la Resurrección, el Juicio, el Paraíso y el Infierno. El alma humana no tiene una vida independiente de su cuerpo, sino que inmediatamente después de la muerte entra en otro cuerpo espiritual y, en un estado de suspensión llamado “Barzaj“, descubre si ha de merecer el Paraíso o el Infierno en el Día del Juicio. Por esta razón, el Islam enseña que una forma de recompensa o castigo sigue inmediatamente a la muerte.
  6. El Decreto divino, es decir, la voluntad de Dios. Los musulmanes creen que el Decreto Divino controla el resultado final de todas las acciones en este universo. Es la ley o medida de una cosa con respecto a su crecimiento y desarrollo. En el Sagrado Corán, el término se explica como una ley universal de Dios que actúa en toda la creación, extendiéndose por todo el universo. Dentro de los límites del Decreto Divino, el hombre tiene libre albedrío.

Los cinco principios fundamentales que debe practicar un musulmán son

  1. Kalima. El Islam es la única religión que cuenta con una “Kalima” o “Shahada”, es decir, una frase que constituye una profesión de fe. Simplemente al repetir las palabras: “la ilaha il-la’l-lah, muhammadur rasulu-lah” (No hay otro dios que Dios y Muhammad (sa) es el Mensajero de Dios) con convicción y comprensión, se hace uno musulmán.
  2. Observar la Oración (Salat), el único acto de culto público del Se celebra cinco veces al día, y las oraciones pueden recitarse en solitario o en congregación bajo la dirección de un `Imam‘ (dirigente). Las oraciones se han de hacer mirando hacia La Meca (“qibla“), y han de ser precedidas de la ablución. Cabe destacar el hecho de que las posturas del cuerpo enseñadas al Santo Profeta (sa) por el Ángel Gabriel combinan las posturas tradicionales de adoración de todas las naciones de la tierra: de pie, inclinado, postrado, sentado y arrodillado. Una mezquita es un lugar de asamblea utilizado principalmente para la oración, pero no está dotado de ningún carácter sacrosanto. Las oraciones en congregación se anuncian mediante una llamada (“azan“). Todos los viernes se pronuncia un sermón (“Jutba“) antes de la oración de mediodía, y aunque la asistencia es obligatoria para todos cuantos tengan la posibilidad de asistir, el día en sí no es día de descanso obligatorio.
  3. Observancia del ayuno (Saum), durante el mes de Ramadán, desde el amanecer hasta la puesta del sol. Se contemplan ciertas excepciones para los enfermos, los ancianos, las embarazadas, los que están de viaje, etc. El ayuno conlleva muchas bendiciones espirituales y beneficios físicos.
  4. Pago de limosna legal (Zakat), constituida por una contribución de capital donada a un fondo central para el bienestar de la En el caso de dinero, se impone un tributo del 2’5% por año del total de ahorros o capital que se haya quedado inactivo durante un mínimo de doce meses. Otro baremo se aplica a otros activos no fijos. El cumplimiento de este deber no libera, naturalmente, al individuo del deber caritativo particular.
  5. Realización del peregrinaje a la Meca (Hall), que ha de efectuarse, si es posible, al menos una vez en la Los ritos religiosos en la Kaba imitan a los efectuados por Abraham hace 4.000 años, y el peregrinaje supone un estímulo considerable para la hermandad islámica, ya que se reúnen cada año gran número de hombres y mujeres de todas las nacionalidades, razas y clases sociales.

Otros aspectos característicos del islam son los siguientes

La “Yihad” (literalmente, “esfuerzo”), significa esforzarse por la fe. Esto implica trabajar por subyugar al ego y perfeccionarse espiritualmente, contribuir a la propagación del Islam mediante la persuasión y medios pacíficos. En el caso de un ataque agresivo contra la religión, se permite la defensa propia concertada por toda la sociedad, bajo las órdenes del gobernante. Él Santo Corán prohíbe la coacción en cuestiones de religión, y los rumores según los cuales el Islam se propagó por la espada son completamente falsos.

En cuanto a la ética, el Islam cree que todos los hombres nacen “puros”, incorruptos por el pecado. Cada uno de nosotros ha de responder ante Dios de nuestras acciones, y no nos salvaremos mediante los actos de expiación de terceros. Es nuestra responsabilidad elegir el bien y no el mal, buscando nuestra salvación a través de la fe, la oración y la caridad.

El Islam prohíbe el lujo, la ceremonia excesiva y la ostentación. A no ser que se vean obligados por el hambre, a los musulmanes les queda prohibido comer carne de cerdo, carroña y sangre, ya que éstos constituyen una amenaza para el bienestar moral y físico. Tampoco se les permite consumir alcohol u otros tóxicos o drogas, ni apostar en juegos de azar, ni prestarse a la usura.

Principios jurídicos, sociales y económicos

El Islam no se limita a ser una creencia religiosa sin más, sino que abarca todos los campos de la actividad humana; las creencias han de reflejarse en acciones y en instituciones. La Ley musulmana, o “Sharia“, se deriva del Santo Corán y del Hadiz.

El espacio no nos permite resumir aquí la Ley musulmana, pero sí podemos resaltar algunos rasgos principales. La familia se constituye como unidad fundamental de la sociedad, y se desaprueba el celibato. Se establecen varias normas para el fomento de relaciones felices y armoniosas entre marido, esposa e hijos, y el Islam fue la primera religión que garantizó los derechos de las mujeres casadas, incluido el derecho a la propiedad de bienes, herencia, educación y divorcio; en este sentido, se adelantó en trece siglos a los países cristianos.

El Islam condena toda distinción basada en nacionalidad, color o clase social. No puede haber ninguna raza superior, ni aristocracia ni sacerdocio, siendo el más piadoso el más noble a ojos de Dios.

En cuanto a la justicia económica, el Islam prohíbe la confiscación o expropiación de los bienes de los ricos, y la rescisión de títulos antiguos, pues no se puede fundar una sociedad equitativa en la injusticia y el resentimiento. Más bien, se presentan cuatro formas de acortar, paulatinamente, la distancia que separa a los pobres de los ricos.

  1. En primer lugar, tenemos la prohibición moral contra la acumulación de la riqueza.
  2. En segundo lugar, las leyes sobre la herencia estipulan que los dos tercios de la fortuna de un hombre se han de distribuir de acuerdo con un baremo fijo, de forma que la distribución sea más extensa con cada generación.
  3. En tercer lugar, tenemos la institución del “Zakat“, al que ya nos hemos referido, según la cual un porcentaje fijo de los ingresos individuales se ha de distribuir para aliviar la miseria.
  4. En cuarto lugar, está la prohibición legal de los intereses sobre préstamos.

A la cabeza de la colectividad musulmana, ha de existir un dirigente espiritual denominado “Jalifa” (Sucesor) que es elegido para un mandato vitalicio, y ejerce su influencia en el ámbito religioso. El Jalifa está tan sujeto a la ley de Sharia del Islam como el más humilde de los fieles, y está legalmente obligado por cada una de sus disposiciones.

El Islam es la única religión que define los deberes del Estado para con los ciudadanos, y las obligaciones correspondientes de los ciudadanos con respecto al Estado. Los primeros gobernadores musulmanes se esforzaban por promover el respeto de la ley, la justicia y la enseñanza, y por garantizar que todos dispusieran de comida, ropa, vivienda y otros elementos esenciales de la vida.

Conclusión

 Un observador casual, contemplando el estado problemático del mundo actual, bien podría comentar que ha fracasado el Islam. Un análisis más detenido revelaría que el progreso del Islam se había detenido en el pasado porque se había adelantado mucho a su tiempo.

Actualmente, mucha gente en el mundo desarrollado considera que la religión es la causa principal del desorden mundial, sin embargo esto es debido a que malinterpretan la religión. El desorden y la injusticia que vemos en todo el mundo no es resultado de la religión, sino que está siendo causada por el interés personal y la avaricia. Es el resultado del mal uso del nombre de Dios para cumplir con los intereses personales, y también es el resultado del rechazo de la propia existencia de Dios.

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