Ramadán y oraciones
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Ramadán y oraciones

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahud, el Taawuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad el Jalifa V del Mesías (aba) recitó el versículo 187 de la Surah Al-Baqarah y dijo:

“Y cuando mis siervos te pregunten por mí, diles: Estoy cerca. Respondo a la oración del suplicante cuando me reza. Por eso debéis escucharme y creer en Mí para seguir el camino recto”.

Dios Altísimo ha colocado este versículo entre los mandamientos del ayuno. De hecho, se puede decir que Él lo ha colocado en medio [de estos versos], por lo que es evidente que existe una conexión especial entre las oraciones y el mes de Ramadán. Todo musulmán sabe muy bien que existe una conexión especial entre las oraciones y el Ramadán y por esta misma razón se presta mucha atención, especialmente durante el mes de Ramadán, a las oraciones obligatorias, las oraciones voluntarias, y las oraciones Tahayud y Tarawih.

Todo verdadero musulmán entiende que durante estos días Dios Altísimo mira a Sus siervos con un afecto particular. Aunque también durante los días ordinarios, Dios Altísimo mira a Sus siervos con amor. El Santo Profeta (sa) afirma que Dios Altísimo dice: “Trato a Mi siervo según cómo él Me percibe. Cuando Mi siervo se acuerda de Mí, Yo estoy con él en ese momento. Si él me recuerda en su corazón, Yo lo recuerdo en Mi corazón. Si él me menciona en una reunión, Yo también lo menciono en una reunión. Cuando él avanza hacia Mí la distancia de un codo, entonces Yo me acerco a Él por la longitud de una mano; si él avanza hacia Mí la distancia de una mano, entonces Yo avanzo hacia él la distancia de dos manos. Si uno camina hacia Mí, entonces Yo corro hacia él”.

Por lo tanto, incluso durante los días ordinarios, Dios Altísimo trata a Sus siervos de esta manera. Durante el mes de  Ramadán,  dedicado al avance hacia Dios Altísimo, y durante el cual se crea una atmósfera que anima a recordar a Dios Altísimo, no podemos siquiera imaginar cuán benévolo es  Dios Altísimo. Sin embargo, la condición es que esto se haga desde lo más profundo del corazón,  permaneciendo firmes en la fe,  no sólo superficialmente.

Dando un ejemplo de la benevolencia de Dios Altísimo hacia Sus siervos, el Santo Profeta (sa) dijo en una ocasión: “En verdad, Dios Altísimo es Modesto y Munificiente. Le da vergüenza rechazar a su siervo con las manos vacías cuando éste levanta las manos hacia él [en súplica]”. Él no rechaza una oración que se ofrece con sinceridad de corazón, sino que la acepta.

Por lo tanto, este estado se desarrolla cuando una persona ora y levanta las manos con verdadera sinceridad de corazón. Para orar con verdadera sinceridad de corazón, es necesario hacer un juramento, abstenerse completamente de pecados anteriores y ofrecer  un verdadero arrepentimiento,  y luego acercarse a Dios Altísimo. Por eso, a veces nos apresuramos a decir que oramos, pero nuestra oración no es respondida. Sin embargo, no reflexionamos sobre nuestras condiciones en cuanto a cuán sincero es nuestro corazón y cuán sinceramente estamos avanzando en el amor de Dios Altísimo; Con qué sinceridad buscamos el perdón de nuestros pecados pasados y nos comprometemos a abstenernos de pecados futuros y a recorrer los caminos trazados por Dios Altísimo.

Dios Altísimo no puede ser engañado. Él sabe lo que hay en nuestros corazones. Él es consciente de lo que hay en lo más profundo de nuestro corazón. Por lo tanto, para absorber las bendiciones de Dios Altísimo y entrar en Su morada abierta, debemos cumplir también Sus condiciones. La benevolencia y bondad de Dios Altísimo hacia Sus siervos es tan grande que cada año nos permite entrar en el mes de Ramadán y nos concede la oportunidad [al decir]: “Si has sido negligente durante los días ordinarios, entonces benefíciate de las bendiciones de este mes y ven hacia Mí,  y conviértete en uno de Mis sirvientes”. Especialmente durante estos días, Dios Altísimo quiere otorgar Su mirada amorosa a Sus siervos, guiar a aquellos que se han extraviado por el camino correcto y elevar el nivel de adoración de Sus siervos debido a esta atmósfera. En este versículo, donde Dios Altísimo ha dicho “Mis siervos”, se refiere a aquellos individuos que realmente desean convertirse en Sus siervos y desean arrepentirse verdaderamente y hacerlo.

Por lo tanto, siempre debemos esforzarnos por convertirnos en un verdadero sirviente, y hay una atmósfera especial durante el Ramadán para alcanzar Su cercanía y convertirnos en un sirviente en el verdadero sentido. Sólo podemos convertirnos en verdaderos servidores de Dios Altísimo si nos esforzamos por progresar en nuestro amor por Él. Cuando esto sucede, Dios Altísimo afirma: “Di a Mis siervos que Me aman: ‘Yo escucho sus oraciones y las respondo'”.

Por lo tanto, nuestras oraciones no deben ser sólo para nuestro beneficio personal; por el contrario,  deberían servir para alcanzar la cercanía de Dios Altísimo y adquirir Su amor. Si nos acercamos aunque sea un palmo de mano hacia Dios para alcanzar Su amor, y si caminamos hacia Él rápidamente, Dios Altísimo nos concederá aún mayor atención y correrá hacia nosotros para apoyarnos. Él contestará nuestras oraciones. Sin embargo, Dios Altísimo ha declarado claramente que las meras afirmaciones verbales de amor no otorgan esta posición. Más bien, tendrás que seguir mis instrucciones, actuar según mis mandamientos, cumplir con los derechos que se deben a Dios y los derechos que se deben a Su creación, y luego fortalecer tu fe, una fe que no flaquee nunca. Sólo cuando este sea el caso seréis contados entre mis verdaderos servidores.

Ahora bien, aquellos que afirman haber ofrecido tantas oraciones, realizado tantas postraciones y ofrecido tantas oraciones voluntarias, pero sin que el objetivo se cumpla, deben analizarse a sí mismos para ver si realmente han actuado según los mandamientos de Dios Altísimo. ¿Han elevado el estándar de su fe al nivel en que ninguna tormenta pueda sacudirlos? La mayoría de las veces, estas personas,  en lugar de cumplir la voluntad de su Amado, presentan listas de sus requisitos y afirman que no hay beneficio de orar si Dios Altísimo no acepta estas súplicas. Luego comienzan a cuestionar la existencia de Dios, la sabiduría detrás de la oración y su aceptación total. Éstas no son las señas de identidad de los siervos de Al’lah, ni las características de aquellos a quienes Dios Altísimo no quiere dejar con las manos vacías. Por lo tanto, antes de cuestionar [la existencia de] Dios, uno debe analizar hasta qué punto está siguiendo los mandatos de Dios Altísimo y actuando según ellos, y hasta qué punto está fortaleciendo su fe.

El Mesías Prometido (as) ha escrito en relación a esto en muchos de sus libros. Ha escrito en detalle sobre la sabiduría detrás de la oración y la sabiduría y filosofía detrás de la aceptación de la oración, y ha descrito los criterios por los cuales una oración puede considerarse una oración verdadera. Considerando esto, presentaré algunas citas del Mesías Prometido (as) sobre quiénes son los verdaderos servidores de Dios Altísimo. El Mesías Prometido (as) dice:

“Dios Altísimo afirma que cuando Mis siervos preguntan por Mí y por  las pruebas de Mi existencia, la respuesta es que Estoy muy cerca, es decir, que no hay necesidad de grandes pruebas. Mi existencia puede entenderse muy de cerca y Mi existencia puede probarse muy fácilmente. La evidencia de esto es que cuando un suplicante me llama, escucho su oración y les doy buenas nuevas de su éxito a modo de revelación no solamente para probar mi Mi existencia, sino también para que adquieran la certeza de que Yo soy Todopoderoso. Sin embargo, la gente debe  desarrollar un estado de justicia y temor de Dios para que yo pueda escuchar sus súplicas”. Ésta es una condición muy importante. [Dice] Escucho, pero primero uno debe desarrollar un estado de justicia y temor de Dios. Sólo entonces escucharé sus súplicas.

El Mesías Prometido (as) continúa: “[Dios Altísimo afirma] Por lo tanto, debéis creer en Mí, y antes de adquirir perfecto entendimiento, declarar que Dios existe y posee todo poder y fuerza”. Incluso antes de que uno alcance una comprensión perfecta de Dios Altísimo mediante la aceptación de la oración y el testimonio de Sus signos, debe tener la convicción y la fe de que Dios existe. Fortalece tu fe en Dios primero, ten fe en lo invisible y en que Él posee todo poder. “Porque al que cree se le concede el conocimiento”.

Primero se debe poseer la fe, luego se le concede el conocimiento. Cuando uno posee un alto nivel de fe, commienza a presenciar la aceptación de sus oraciones. No ocurre que una persona se debilite ante la prueba. “Dios Altísimo ha dado la prueba de Su existencia al responder a las oraciones. Por lo tanto, si una oración no es aceptada, entonces hay un defecto en esta relación, así como hay defectos entre las relaciones de dos amigos”. También nos ha enseñado el método para eliminar este defecto, que no es otro que  desarrollar la justicia, tener plena convicción y declarar que Dios en verdad existe; creer en Su existencia y en lo invisible; y el tercero es tener plena convicción de que Dios Altísimo posee todo poder y fuerza, y que no hay ningún otro ser que posea todo poder. Por lo tanto, este es el estándar mínimo para la aceptación de la oración.

El Mesías Prometido (as) luego afirma: “[Dios Altísimo afirma] Si un siervo Mío cuestiona Mi existencia, qué evidencia hay de Mi Ser y por qué se debe creer que hay un Dios, la respuesta es que Estoy muy cerca, y respondo las oraciones del suplicante. Cuando me llaman, los escucho y converso con ellos. Por lo tanto, uno debe moldearse para poder conversar con Él (es decir, uno debe reformarse para poder conversar con Dios). Deben tener perfecta fe en Mí para encontrar Mi camino”.

Sólo entonces encontrarán el camino hacia la guía. Por lo tanto, uno debe poseer una fe perfecta y actuar según las condiciones que acabo de mencionar: en primer lugar, desarrollar la justicia y tener miedo de Dios. En segundo lugar, tener fe completa en que Dios existe. Ya sea que uno tenga experiencia o no, debe creer en lo invisible y tener una creencia perfecta en que Dios existe. En tercer lugar, tener plena convicción de que Él posee pleno poder y fuerza. No debería ser el caso que si algo no sucede, uno diga que Él no posee el poder [para hacerlo] y comience a dudar de Él. En cambio, uno debe tener la convicción de que Él posee todo el poder y la fuerza.

Por lo tanto, aquellos que desesperan de la aceptación de las oraciones y dudan de la existencia de Dios Altísimo deben analizarse a sí mismos y determinar si poseen estas tres condiciones y si están firmemente establecidos en ellas, independientemente de las circunstancias. No es posible poseer este estándar de fe y dudar de la existencia de Dios Altísimo al mismo tiempo.

El Mesías Prometido (as) afirma en otro caso:

“[árabe]

[Y cuando Mis siervos te pregunten por Mí, di: “Estoy cerca”.]

Esto quiere decir que si uno cuestiona la existencia de Dios, la respuesta es que el Dios del islam está muy cerca. Si uno le invoca sinceramente, Él   responde. Los dioses de otras religiones no están cerca (es decir, de otras religiones), sino tan lejos que es imposible conocerlos. El objetivo más elevado de un adorador y siervo de Dios es alcanzar la cercanía a Él, y éste es el medio para lograrlo”. El propósito más elevado de un verdadero adorador debe ser acercarse a Dios Altísimo y desarrollar el amor por Él en sus corazones, a través del cual pueda adquirir una fe plena en Su ser.

“[árabe]

[Yo respondo a la oración del suplicante cuando me reza]

También significa que Él responde y no queda mudo. Todas las demás pruebas son insignificantes en comparación con esto. La conversación [divina] es algo que se puede considerar como un verdadero testimonio de [Él]”. Por lo tanto, es necesario que uno clame con sinceridad. ¿Qué es clamar con sinceridad? Es seguir Sus mandamientos y tener fe firme en Él.

El Mesías Prometido (as) luego ha declarado:

“[Dios Altísimo afirma:] Cuando Mi siervo pregunta por Mí, Yo estoy cerca y respondo a la oración del suplicante cuando Me ora. Sin embargo, hay algunas personas que dudan de su existencia. [Dios Altísimo afirma] La señal de Mi existencia es que debéis llamarme y pedirme. Yo te hablaré, te responderé y te recordaré”. Como se menciona en un Hadiz, Dios Altísimo afirma que Él recuerda a alguien  cuando se le recuerda, ya sea en el corazón o en una reunión. El Mesías Prometido continúa diciendo: “Si afirmas que suplicas, pero Al’lah no responde (se plantea esta cuestión a menudo y ya se ha mencionado con anterioridad) entonces es como si estuvieras en un lugar llamando a alguien que esta muy lejos mientras al mismo tiempo tus oídos tienen algún defecto.”

Así que, primero de todo, no hay ningún sentido en situarse tan lejos. Acercáos y se conseguirá la cercanía a través del amor; generad el amor por Dios en vuestro corazón.  Vuestros oídos tienen un defecto; la debilidad de la fe es como estar afectado por un grado de sordera. Deshaceros de esta debilidad, haced fuerte vuestra fe, y entonces conseguiréis la cercanía de Al’lah

“Esa persona oirá tu voz y responderá.” El Mesías Prometido ofrece este ejemplo, si uno llama a otra persona desde muy lejos, si la voz es suave o si se oye con claridad la persona contestará.

Pero cuando conteste desde lejos,no podréis oir la respuesta ya que sufrís un grado de sordera.” Así que, incluso si Dios Altísimo te contesta, si no tienes una fe firme, si hay una deficiencia en tu amor, si no estas actuando según Sus mandamientos, entonces esto es la causa de una sordera por la cual no podrás oír Su voz.  Entonces, en estas circunstancias, incluso si Al’lah responde, dirás que no lo ha hecho, a pesar de que te haya contestado diciendo: ‘mejora tu condición si quieres oir Mi voz con más claridad.’ Pero no oyes ni siquiera esto a causa de tu sordera.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

A medida que los velos, los impedimentos y la distancia entre tu y Al’lah disminuyen, oirás la voz de Al’lah sin duda. Si tu capacidad para la virtud incrementa, paulatinamente prestarás más atención a Su voz.

El Mesías Prometido (as) también dice: “Desde la creación del mundo, han habido pruebas constantes de que Él conversa con Sus elegidos; si éste no fuera el caso, entonces poco a poco el concepto de Su existencia se desvanecería. Así que la forma más excelente de demostrar la existencia de Dios es ésta, que escuchemos Su voz bien a través de la visión o por una señal Divina.

Es decir, a veces Dios Altísimo muestra una señal y a veces solamente habla.

Asi que hoy, la capacidad de conversar con Dios es como tenerlo presente a la vista. Hoy en día los signos que recibimos de Dios equivalen a verlo ante nuestros ojos.

“De hecho, mientras exista alguna barrera entre Dios y quien le busca, no se Le puede oir.”

Así que, aunque haya una conversación, a causa de esta barrera, no Le podemos escuchar.  “Cuando se elimina la barrera, Su voz se escuchará. Así que, acercaros. Si podéis desarrollar el amor para con Dios en vuestros corazones, conseguiréis Su cercanía y la barrera desaparecerá.

Dios Altísimo dice, “Yo respondo pero vosotros no me podéis oir.” Por lo tanto nuestra primera reacción debe ser incrementar nuestro amor hacia Él.  Si vuestro amor para con Dios aumenta la sordera desaparacerá.

En otro momento el Mesías Prometido (as) dijo:

“La oración es una poderosa prueba de la existencia de Al’lah.”  En el Corán Dios Altísimo dice:

[árabe]

Cuando mis siervos te pregunten donde está Dios, y qué prueba hay de Su existencia, entonces diles que Él está muy cerca. Y la prueba de esto es, que cuando uno Me suplica, entonces Yo respondo, y esta respuesta viene, a veces, a través de sueños verdaderos. En otras ocasiones a través de visiones o revelaciones, y además el poder y la grandeza de Dios Altísimo se revela a través de las oraciones.”

Y el poder de Dios Todopoderoso se muestra a través de [la aceptación de] las oraciones. Descubrid vosotros mismos que Dios Altísimo ha oído nuestras voces, que ha oído vuestras plegarias y es debido a ello que tales circunstancias se crean.

El Mesías Prometido (as) también dice, “Nos damos cuenta de Su enorme poder, solamente cuando Él soluciona nuestros problemas.  Así que la oración es un gran tesoro y poder, y el sagrado Corán nos guia hacia ella una y otra vez y nos ha informado sobre la condición de aquellas personas que han conseguido liberarse de sus dificultades a través de la oración. La esencia de la vida de los profetas, y el verdadero camino hacia su éxito, efectivamente es la oración. Así que, os aconsejo incrementar vuestra fe, cuidar vuestras acciones y aferraros a la oración. Habrá tal transformación como resultado de las plegarias, que por la gracia de Dios, se nos permitirá llegar a la final de nuestras vidas siendo personas justas.

No se trata de viejas fábulas, sino que tales ejemplos ocurren hoy en día.  Muchas personas me escriben cartas en que relatan como sus plegarias han sido aceptadas, y de vez en cuando comparto estos relatos con vosotros.  Nuestra revista Review of Religions trata sobre el tema de la existencia de Dios; también allí muchas personas narraron sus experiencias sobre la aceptación de sus plegarias. De hecho, Dios Altísimo nos bendice tanto que a veces acepta nuestras plegarias para así fortalecer nuestra fe y de esta forma dejarnos intuir Su poder.  Incluso aquellos cuya fe es débil, reciben alguna señal para fortalecer así su fe. Existen cientos de personas así que me envían cartas, algunos se reúnen conmigo y me narran cómo han visto señales de este tipo en sus propias vidas.

El Mesías Prometido (as) explicó una vez el concepto de la oración diciendo:

“En resumen, se puede conseguir conocimiento de lo Divino solamente a través de la Gracia Divina, y solamente a través de ella puede perdurar.  La Gracia Divina purifica e ilumina el conocimiento de lo Divino, y quita de enmedio lo que nos separa de Dios y limpia el Nafs e Ammarah (la parte de nuestro ser que nos incita al mal) de todas las impurezas. Fortalece y da vida al alma y libera el yo más bajo de la prisión del pecado.”

Es decir, una persona puede liberarse del Nafs e Ammarah, esa parte de cada ser humano que nos incita al mal, y el verdadero conocimiento de lo Divino libera a una persona de un circulo vicioso de pecado.  “Y lo purga de las malas pasiones. Además esta gracia nos protege de una riada de pasiones carnales.”

Del mismo modo que se produce una inundación, las pasiones carnales son como una riada que barre todo en su camino pero el conocimiento de lo Divino nos pone a salvo de tales pecados.

“Es así de este modo como una persona se transforma y desarrolla una aversión natural al pecado. Así pues, el primer impulso sentido por el alma a través de la Gracia de Dios, se llama oración. No debéis pensar que ya oramos todos los días, y que el Salat que ofrecemos puede denominarse oración de verdad; porque la oración que tiene lugar tras adquirir un auténtico conocimiento de lo Divino, nacido de la Gracia Divina, es algo completamente diferente.”

Estas plegarias que ofrecemos rápidamente y acabamos a los cinco minutos, esto no se puede considerar oración de verdad. Esto no es la verdadera alabanza de Dios, para conseguir ésto hace falta verdadero conocimiento de lo Divino. Y cuando se adquiere este conocimiento se puede disfrutar de la oración de una manera muy distinta.

La experiencia es completamente diferente

[En este sentido], el Mesías Prometido (as) afirma:

“…(su) gracia tiene un color y una forma muy diferente. Este tipo de oración es algo que consume, es un fuego que derrite, tiene la fuerza de un imán que atrae la Merced Divina; es una muerte que conduce a la vida, es una gran riada que se convierte finalmente en un navio.” ( un barco que nos lleva al destino deseado) “A través de ella se corrige todos los males y cada veneno se convierte en antídoto. Así que benditos sean aquellos de entre nosotros que alcanzan este grado de conocimiento Divino.”

Además el Mesías Prometido (as) afirma: “La oración procede de Dios y nos vuelve hacía Él. A través de la oración Dios se acerca a la persona tanto como a su propia alma.  La primera bendición de la oración es esa pura transformación que se produce en cada individuo.” Muchas personas preguntan como pueden saber si, de verdad, sus plegarias han sido aceptadas o si Dios Altísimo está realmente complacido con ellos. La respuesta es que se produce una pura transformación. Y esta transformación conduce a una relación más cercana con Dios. Y como consecuencia tal persona verá los signos de la aceptación de sus plegarias.

Dice el Mesías Prometido (as): “Cuando una persona genera una transformación pura. Entonces a través de este cambio, Dios Altísimo manifiesta un cambio en Sus atributos. Aunque Sus atributos son invariables, sin embargo para la persona que consigue transformarse espiritualmente, estos atributos se revelan ante dicho individuo de una manera distintiva que las personas mundanas no son capaces de percibir.”  No se trata de que los atributos de Al’lah cambien porque son inalterables. Sin embargo, para la persona transformada, Dios crea los medios de modo que hagan parecer que uno de Sus atributos divinos ha cambiado, incluso si el atributo de Dios permanece inalterado, sin embargo, esta percepción es una señal del favor de Dios.

El Mesías Prometido (as) dice: “Parece que hay un Dios diferente, pero no hay otro Dios, simplemente se manifiesta de otra manera.   Luego para la persona que consigue transformarse, esta manifestación especial se activará y les ayudará de una manera que no ayudará sin embargo a los demás.  Esto puede calificarse como un milagro.”

En otra ocasión el Mesías Prometido (as) dice: “Solo hay una puerta abierta por Dios el Glorioso para mejorar Su creación; esta puerta es la oración. Cuando una persona es capaz de aprovecharse de esta puerta, fervientemente llorando (ante Dios), entonces el Señor Benévolo les envuelve en una capa de pureza y virtud. La grandeza y el poder de Dios sobrecoge a estos individuos tanto que ellos se alejan corriendo de cualquier actividad ilegal o sin sentido.”

Se distancian todo lo posible de ellas. Asi que una de las señales de la aceptación de las plegarias es que la persona se aleja de toda actividad vana o fútil. La virtud llega a incorporarse en el fondo de su ser.  Estos individuos no reza solamente por sus asuntos mundanos, sino que empiezan a rogar por su progreso en la fe, rezan para ser merecedores del amor de Dios y esto es señal de ser un creyente de verdad. Esta es la señal de una persona que ha perfeccionado su fe y sobresale.

Y luego indagando en la filosofía profunda de la oración, el Mesías Prometido (as) dice: “La forma más rápida de conseguir la Gracia y la Bondad de Dios es a través de la oración.” El requisito previo de una plegaria perfecta y completa es que contenga una petición expresada con fervor y humildad. Una plegaria llena de humildad y angustia, ofrecido en un estado de profunda preocupación es una que puede atraer la Gracia de Dios Altísimo. (Es decir el hecho de que una persona llegue a llorar durante la oración indica que han conseguido el más alto nivel de humildad.) Cuando Dios acepta una oración de estas características, se abre el camino para lograr sus objetivos. Pero aun queda una dificultad, porque ni eso se puede conseguir sin la Gracia de Dios. Por lo tanto, para llegar a esta etapa aún es necesario buscar la Gracia de Al’lah. En consecuencia la solución se halla en que la persona ore sin cesar, independientemente de su nivel de insatisfacción o desinterés que pueda sentir, sin embargo no deben cesar en sus plegarias.  Incluso si esto implica cierto nivel de pretensión o artificialidad. Incluso para alcanzar la habilidad de ofrecer las oraciones de verdad, se requiere la ayuda de las oraciones.

Uno debe suplicar sin cesar y no abandonar la cercanía de Dios hasta que se desarrolle este estado interno.  Solo entonces las bendiciones de Dios comienzan a descender.

Mucha gente ofrece plegarias, pero en sus corazones están descontentos ( es decir rezan de manera breve y pronto abandonan el esfuerzo) pero para extraer el oro hay que tamizar mucha tierra.  Sin embargo, mi consejo es que hay bendiciones en esa tierra polvorienta y tamizándola con perseverancia obtendrán bendiciones al final. Finalmente, hallarán las bendiciones porque los deseos sinceros se hacen patentes.  Llega un momento en que el corazón se alinea con la lengua”.

Al final se consigue el objetivo. El Mesías Prometido (as) dice: “Cuando el corazón y la lengua de uno se convierten en uno, entonces espontáneamente uno desarrolla la humildad y el fervor que es uno de los prerrequisitos de la oración. (Es decir, lo que uno dice es la condición real de su corazón. Cuando se convierten en uno, entonces se desarrollan las condiciones necesarias para la oración). Cuando una persona se despierta por la noche, a pesar de carecer de fervor e inquietud, incluso en esta condición si reza diciendo: ‘¡Señor mío! Mi corazón está bajo tu control y poder. Purifica mi corazón. Cuando se encuentre en un estado de contracción espiritual, que Dios haga que se convierta en un estado de expansión espiritual.'”

es decir, orar porque el corazón está abatido y desea alivio. Que se incline hacia Dios Altísimo y Él le infunda un deseo. Que el amor de Dios florezca de manera que la condición de contracción espiritual se convierta en expansión espiritual.  Entonces, a pesar de que el corazón está cerrado, se abre y se desarrolla el fervor. ¿Qué significa que el corazón se abra? Significa cuando uno desarrolla fervor en la oración y una persona será capaz de llorar en la oración. “Y éste es el momento de la aceptación de la oración. (Cuando una persona desarrolla tal condición, entonces sabe bien que éste será el momento para la aceptación de la oración). Uno se dará cuenta de que en este momento, el alma fluirá en el Umbral Divino como el agua, pero será como una gota que desciende desde arriba.”

Cuando se desarrolle este estado, la persona se dará cuenta por sí misma de que es el momento de la aceptación de las oraciones. Es en esta etapa cuando una persona se convence de que ahora todo lo que Dios Altísimo haga por ella, será lo mejor para ella. No será el caso en el que una persona desee que se cumpla todo lo que desea, más bien estará convencido de que después de desarrollar fervor y angustia uno se contentará en que habiendo orado de esta manera, lo que Dios haga por el bien de ese individuo será lo mejor para esa persona. Así es como se desarrollará la fe y no quedará ninguna queja en el corazón. Por lo tanto, esta es la condición que debemos desarrollar en nuestro interior y para ello debemos analizarnos a nosotros mismos.

En una ocasión, el Mesías Prometido (as) dijo: “La oración es algo que alivia cualquier dificultad. Si uno reza, hasta la tarea más difícil se vuelve fácil. La gente no es consciente del valor y la valía de la oración”. El Mesías Prometido (as) dice: “Las personas que no son conscientes del valor de la oración se desaniman fácilmente y pierden la esperanza, mientras que la perseverancia y el esfuerzo continuo son una necesidad para la oración. Si una persona se esfuerza continuamente, entonces no importa un simple fallo moral, Dios el Altísimo elimina miles de fallos de una persona y la convierte en un creyente perfecto. Sin embargo, la sinceridad y la lucha constante son una condición para lograrlo. Pero esto sólo puede lograrse mediante la oración”. Se requiere sinceridad, una lucha y un esfuerzo constantes. Esta es la condición que hay que infundir en nosotros. Para ello tenemos que analizar nuestros corazones, si hemos desarrollado la condición de sinceridad y esfuerzo o si estamos tratando de conseguirlo. “Mujahadah” significa lucha y esfuerzo constantes sin cansarse. Para nuestros asuntos mundanos hacemos esfuerzos concertados y no nos cansamos, entonces ¿por qué habríamos de cansarnos cuando buscamos la cercanía de Dios? Explicando la filosofía que hay detrás de esto, el Mesías Prometido (as) dice:

“El hombre debe esforzarse por escapar de esta existencia mundana considerándola algo vil y debe rezar por ello. Esto se debe a que cuando una persona utiliza el curso de acción correcto, y luego reza sinceramente por ello, finalmente Dios Altísimo le concede la salvación. Entonces se salvan de una vida de pecado. Esto se debe a que la oración no es algo insignificante, de hecho es una forma de muerte. Cuando una persona acepta esta muerte sobre sí misma, entonces Dios Altísimo, salva a ese individuo de una vida inmoral, que a su vez le lleva a uno a la muerte. A su vez, Dios le concede la capacidad de llevar una vida pura y virtuosa”.

Una vida inmoral también es semejante a la muerte; cuando una persona será castigada en el más allá o a veces recibe un castigo en esta vida, Dios salva a la persona de ello.

El Mesías Prometido (as) afirma: “Mucha gente ve la oración como algo insignificante. Hay que recordar que la oración no significa que alguien se limite a ofrecer el Salat, levantar las manos para rezar y luego sentarse y recitar lo que se le ocurra. No sirve de nada tal oración porque no es más que una simple mantra. (igual que algunas religiones recitan mantras). Esto no es más que un mero mantra. Ni el corazón participa de esta oración, ni se tiene fe en el poder y la fuerza de Dios  Este tipo de anhelo no es algo que emane de lo más profundo del corazón, ni se expresa el hecho de que Dios Altísimo tiene poder sobre todo. Recordad, la oración es una forma de muerte. Al igual que una persona siente angustia y está inquieta en el momento de su fallecimiento, la misma angustia y pasión se requieren para la oración. Por esta razón, hasta que la angustia y el fervor no invaden a una persona, no se considera que sea una oración.

Así pues, uno debe despertarse por la noche y presentar humildemente sus dificultades ante Dios Altísimo en un estado de máximo fervor, pasión y angustia. Uno debe suplicar de tal manera como si hubiera sido vencido por la muerte. Es entonces cuando las súplicas alcanzan el nivel de aceptación”.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“Tened en cuenta que la primera y principal oración es que uno rece para liberarse y purificarse del pecado”.

Esto es sumamente importante; ante todo, uno debe rezar para liberarse y purificarse del pecado. El Mesías Prometido (as) continúa: “Esta oración constituye el fundamento y la esencia misma de la oración. Es la raíz de todas las oraciones; porque si esta oración es aceptada entonces uno se vuelve puro de toda clase de impurezas y suciedades y será contado como un individuo santo a los ojos de Dios Todopoderoso. (Esto también es muy importante. No debe darse el caso de que uno simplemente se considere santo). Uno debe continuar suplicando hasta que se sienta satisfecho de que Dios Altísimo le ha purificado y se cuenta entre los puros a Sus ojos. Esto significa que el pensamiento de cometer un pecado no debe entrar en la mente de uno, en tal caso uno ni siquiera necesita ofrecer las oraciones por sus otras necesidades esenciales ya que Dios Todopoderoso las acepta por Sí Mismo.”

Cuando uno alcanza tal estado, entonces Dios Altísimo cumple los derechos del vínculo de amistad y satisface las necesidades [de Su siervo]. El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“La oración para liberarse del pecado es una oración que requiere mucho esfuerzo y lucha. (Liberarse del pecado no es una oración ordinaria, sino una oración de gran importancia). Nos permite llegar a ser justos y virtuosos a los ojos de Dios Altísimo. (Uno debe llegar a ser justo y virtuoso a los ojos de Dios Altísimo y no sólo en su propia estimación o a los ojos de la gente). Los primeros velos sobre el corazón deben ser removidos; una vez que han sido removidos entonces todos los otros velos sobre el corazón no requerirán tanto esfuerzo y trabajo para ser removidos porque a través de la gracia de Dios Altísimo miles de debilidades serán removidas. Cuando uno desarrolla la pureza interior y forma un verdadero vínculo con Dios Altísimo, entonces Dios Altísimo mismo se convierte en su guardián y protector. En tal caso, incluso antes de que uno presente sus necesidades ante Dios Altísimo, Él mismo las satisface, aunque se trate de una necesidad mundana. Este es un asunto muy intrincado que sólo se revela a un individuo que alcanza este estado. Antes de esto es muy difícil para uno entender esto, sin embargo esto requiere que uno se esfuerce de una manera extraordinaria porque la oración requiere que uno se esfuerce. Quien es descuidado en el asunto de la oración y permanece distante de ella, entonces Dios Altísimo tampoco muestra ninguna preocupación por tal persona. Apresurarse no sirve de nada; Dios Altísimo puede conceder lo que quiera y cuando quiera. (uno siempre debe tener esto en mente que Dios Altísimo puede conceder lo que Él quiera y cuando Él quiera) No le corresponde a un buscador quejarse por no ser concedido algo inmediatamente y comenzar a pensar mal, de hecho debe continuar rezando con firmeza y paciencia.”

Así pues, una de las condiciones [para la oración] es la constancia y una de las oraciones más importantes es rezar para que uno se purifique, una pureza tal que lo cuente entre los puros a los ojos de Dios Todopoderoso. ¿Cuál debe ser la condición para que se acepte la oración? En relación con esto, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Una oración alcanza el nivel de aceptación cuando se suplica con el máximo fervor. Cuando uno reza con un nivel extremo de fervor, es entonces cuando surgen los signos de su aceptación por Dios Altísimo y los medios para su cumplimiento. Los medios iniciales se establecen primero en los cielos y luego sus impactos se manifiestan en la tierra. No se trata de un asunto menor; Dios Altísimo acepta la plegaria y luego emite una orden y a partir de entonces sus efectos comienzan a manifestarse sobre la tierra. No se trata de un asunto menor, sino de una verdad extraordinaria. De hecho, la verdad es que quien quiera ser testigo de la manifestación de Dios, debe rezar”.

Algunas personas se preguntan que si Dios Altísimo ya ha decretado algo, entonces ciertamente ocurrirá y está en Su Divino conocimiento que ocurra, entonces, ¿cuál es el propósito de rezar? Tales preguntas surgen y, al explicar la necesidad de la oración, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Si [la aceptación de] la oración estuviera en la propia mano, entonces uno podría hacer lo que quisiera. Por eso no podemos decir que tal o cual asunto se cumplirá a favor de tal o cual amigo o pariente. (Algunas personas piden oraciones por algo, pero no es el caso que ciertamente se cumplirá de esa manera. Esto no está en nuestras manos; de hecho, es la voluntad de Dios Altísimo. Depende de Dios Altísimo cómo quiera cumplirlo). A veces, a pesar de una necesidad urgente, uno no es capaz de rezar por ello. (A veces, a una persona se le piden oraciones y también hay una necesidad urgente de ello), sin embargo la condición dentro del corazón no se desarrolla para ello y se endurece. Esto se debe a que la gente desconoce sus complejidades y por eso se extravía”.

Afirman que, dado que no se dan las condiciones para la oración, no tiene sentido rezar. [En este sentido], el Mesías Prometido (as) afirma:

“Empiezan a albergar dudas y a considerar que ése es su destino”.

Piensan que no hay necesidad de rezar ni de hacer ningún esfuerzo, ya que todo lo que está predestinado sucederá. El Mesías Prometido (as) continúa:

“La respuesta a esto es que ciertamente Dios tiene conocimiento de todas las cosas, sin embargo eso no significa que Dios Altísimo no posea ya el poder sobre ello y que con toda seguridad así sucederá.

Que algo esté en Su conocimiento no significa que ahora esté más allá del poder de Dios Altísimo y que ahora sólo se desarrollará de esa manera. Para explicar esto, el Mesías Prometido (as) ha dado un ejemplo de un asunto mundano con respecto a aquellas personas que tienen la creencia de que todo lo que está destinado sucederá y que sus esfuerzos son inútiles. Por ejemplo, ¿por qué la gente busca un tratamiento si tiene dolor de cabeza si piensan que, al fin y al cabo, debería mejorar por sí solo? O si está destinado a suceder, entonces sin duda sucederá, ¿qué sentido tiene tomar medicación? ¿Por qué beben agua cuando tienen sed? Hay personas que no beben agua y la sed acaba desapareciendo por sí sola, pero beben agua inmediatamente. Sin embargo, no es el caso de todos, hay algunas personas que también pueden morir de sed. Por lo tanto, la razón por la que beben agua fría es para saciar su sed. El hecho es que la reticencia de uno mostrará sus consecuencias y cuando uno intenta, se esfuerza y reza entonces también muestra su impacto. Por lo tanto, no es necesario que algo que está en el conocimiento de Dios Altísimo suceda de esa manera y que Él no pueda cambiar Su decreto a través de las oraciones. Por ejemplo, si los doctores dicen que alguien está a punto de morir, pero debido a las oraciones se le otorga 9 años más (de vida), 4 años, o 10 años de vida, entonces es Al’lah quien cambió el destino de tal persona. Obviamente, cada persona morirá, pero Dios Altísimo puede extender la vida de alguien y concederle buena salud.

[En este sentido], el Mesías Prometido (as) afirma:

“La oración es algo excelente. Como mínimo otorga a uno el perdón. Si no ha alcanzado el objetivo a través de la oración, aún así Dios Altísimo considera la oración, luego en este mundo o en el Más Allá, se convierte en un medio para su perdón y crea para él una facilidad. Entonces, a través del mismo Dios Altísimo otorga Su benevolencia sobre tal persona. Si uno empieza a recibir las recompensas del perdón en esta vida, entonces podrán presenciar los benevolentes favores de Dios Altísimo. El Mesías Prometido (as) afirma, “En primer lugar, por no rezar, el corazón de uno empieza a oxidarse y luego el corazón empieza endurecerse, y empiezan a plantear la cuestión de la necesidad de la oración y se alejan de la misma. Uno también empieza a distanciarse de Dios Altísimo y desarrolla una sensación de extrañamiento de Dios y luego guarda enemistad contra Él. El resultado de esto es que luego uno totalmente pierde su fe en Dios.”

Estas son varias condiciones que uno puede desarrollar si no rezan. Inicialmente, el corazón empieza a oxidarse, luego el corazón se endurece y se vuelve ateo. Uno crece en su enemistad y odio hacia Dios y desarrolla pensamientos similares y luego uno pierde su fe completamente y se vuelve ateo. Por tanto, debemos ciertamente acercarnos a la oración. Si uno pierde su fe, luego la vida en este mundo y el siguiente se arruina.

Explicando el tipo de oración que se practica según el islam, el Mesías Prometido (as) dice:

“La oración es una distinción especial del islam y los musulmanes se sienten muy orgullosos de ella, pero recuerda que la oración no son meras declaraciones. Más bien, esto es algo que causa que el corazón se llene con el temor de Dios Altísimo y el alma del suplicante fluye como agua hacia el umbral divino, buscando fuerza, poder, y el perdón del Potente Dios por sus debilidades y errores. En otras palabras, esta condición se puede llamar muerte. Cuando se produce esta condición entonces sabed con certeza que la puerta de la aceptación ha sido abierta (i.e. la puerta de la aceptación de la oración se abre) y se otorgan una habilidad especial, bendiciones y paciencia para mantenerse seguro de las acciones malvadas y constantemente realizar obras virtuosas. De todos los métodos este es el mejor, sin embargo, la gran dificultad yace en que la gente sea inconsciente sobre la verdadera realidad de la oración y esta es la misma razón por la que la gente en esta época lo rechazan, porque no ven sus resultados. Otra razón por la que lo niegan es que dicen que cualquier cosa que suceda está destinada a suceder (este es el mismo tema de la predestinación) entonces, ¿cuál es la necesidad de orar? Sin embargo, sé que no es nada más que una excusa porque no han experimentado la oración, son inconscientes de sus complejidades, por eso dicen tales cosas. De lo contrario, si tienen tanta confianza entonces, ¿por qué buscan tratamiento cuando enferman? Cuando otras cosas pueden tener un efecto, entonces ¿qué razón puede haber para que el mundo espiritual no tenga sus efectos también?

Es decir, ¿acaso los aspectos espirituales tampoco deben tener sus efectos, del cual la oración es algo magnífico? Por tanto, las oraciones sí tienen un impacto; las oraciones de aquellos que actúan según los mandamientos de Dios, cumplen con los derechos de Dios y los derechos de Su Creación y lo hacen con gran firmeza. Hacen lo que Dios Altísimo les ha ordenado y se abstienen de lo que Él ha prohibido. Además, no hay la menor debilidad en su fe, sino que aumentan continuamente en la fe. Es entonces cuando se desarrolla esta condición.

Luego, con respecto a rezar continuamente con constancia, el Mesías Prometido (as) afirma: “No hay que ofrecer las oraciones tibiamente o con desaliento ni cansarse fácilmente. Por el contrario, uno no debe rendirse hasta que su oración no manifieste su efecto completo. Aquellos que se cansan y se fatigan están en un error porque esto es una indicación de que permanecen privados. En mi opinión la oración es algo excelente y digo por experiencia propia que no es mera conjetura que si una dificultad no puede resolverse mediante la planificación, entonces Dios Altísimo la resuelve mediante la oración. Digo sinceramente que la oración tiene un efecto magnífico. A través de ella se pueden curar enfermedades, se pueden eliminar las angustias y dificultades de este mundo, protege contra las estratagemas enemigas, ¿y qué más hay que no se pueda conseguir a través de la oración? Sobre todo, purifica al hombre. (Y éste debe ser el objetivo de una persona, de un creyente, de un siervo [de Dios]). Concede la fe viva en Dios Altísimo, ofrece la liberación del pecado y proporciona la constancia en la virtud. Extremadamente afortunado es quien tiene fe en la oración, pues es testigo del asombroso poder de Dios y cree en Dios Altísimo al verle, pues Él es el Todopoderoso, el Clemente.”

En respuesta a los que se quejan porque sus oraciones no son aceptadas, el Mesías Prometido (as) afirma en una ocasión:

“Hay mucha gente que acusa a Dios Altísimo y se considera inocente diciendo: ‘ofrecimos Salat y rezamos pero nuestras oraciones no fueron aceptadas’. Esto es su propia culpa; el Salat y las oraciones no pueden alcanzar la aceptación hasta que estén libres de descuido. Si uno come algo aparentemente dulce pero que ha sido mezclado con veneno, el veneno no se distinguirá de la dulzura, sin embargo, antes de que se experimente la dulzura, el veneno surtirá efecto y hará su trabajo (es decir, matará a la persona). Por eso las oraciones que se hacen descuidadamente no pueden ser aceptadas porque el descuido surte efecto primero. Es imposible que quien está completamente entregado a Dios Altísimo no vea aceptadas sus oraciones, aunque deben cumplir completamente los requisitos necesarios.”

Así, una de las condiciones establecidas por Dios Altísimo es que uno debe adherirse a lo que Él dice, prestarle atención y tener una fe firme en ello. Pase lo que pase, no hay que abandonar el umbral de Dios Altísimo. Dios Altísimo ha creado medios, y también es necesario utilizarlos junto con el ofrecimiento de oraciones. Respecto a esto, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Es cierto que quien no realiza acciones prácticas no ofrece oraciones, más bien pone Dios Altísimo a prueba. Por lo tanto, antes de ofrecer oraciones, es necesario que uno dedique todos sus esfuerzos. Esto es exactamente lo que significa la oración:

[árabe]

[guíanos por el camino recto]; primero es necesario que uno demuestre su fe a través de sus acciones, porque es la práctica de Dios Altísimo reformar a través de medios (es decir, se proporcionan ciertos medios en aras de la reforma). Dios crea esos medios que conducen a la reforma. Los que se preguntan cuál es la necesidad de medios en referencia a la oración deberían reflexionar sobre esto. Tales necios deberían reflexionar sobre el hecho de que la propia oración es un medio oculto.” La oración es también un medio que genera otros medios. Entonces, el Mesías Prometido (as) dice:

“La verdadera esencia del islam es que el propio agrado se supedite al agrado de Dios Altísimo. La realidad es que una persona no puede alcanzar esta etapa por sí misma. Es la obligación del hombre esforzarse, sin embargo el verdadero camino para alcanzar este rango es la oración. El hombre es débil; hasta que no consiga fuerza y ayuda a través de la oración no podrá atravesar este difícil camino. Dios mismo, el Todopoderoso, ha declarado respecto a la debilidad del hombre:

[árabe]

Es decir, ‘el hombre ha sido creado débil’. A pesar de esta debilidad, pretender haber alcanzado, por su propio poder, un rango y una posición elevado es su vana imaginación. Para lograrlo, es necesario rezar muchísimo. La oración es un poder magnífico a través del cual se resuelven grandes dificultades y se pueden atravesar etapas peligrosas con gran facilidad, porque la oración es como un recipiente que atrae las bendiciones y la fuerza que provienen de Dios Altísimo. Aquel que permanezca ampliamente ocupado en la oración, finalmente atraerá esas bendiciones y recibirá la ayuda de Dios Altísimo, logrando así su propósito. Dios Altísimo no desea las oraciones por sí solas, sino que primero hay que emprender todos los esfuerzos y empeños junto con el ofrecimiento de las oraciones. Prescindir de los medios prácticos y confiar simplemente en la oración es desconocer el método de la oración y poner a prueba a Dios Altísimo. Confiar sólo en los medios aparentes y considerar que las oraciones carecen de importancia es ateísmo. Ciertamente, debéis comprender que la oración es un gran tesoro; quien no abandona la oración no verá la ruina ni en esta vida ni en la próxima. Tal persona permanecerá segura en una fortaleza rodeada de soldados armados siempre en guardia. Sin embargo, quien no presta atención a la oración es como quien no tiene armas y es débil y se adentra en un bosque lleno de bestias y animales peligrosos. Sabe que no está seguro y que puede ser atacado por un animal peligroso en un instante haciendo desaparecer sus huesos y su carne. Así pues, recordad que el verdadero honor del hombre y su protección dependen de la oración. Esta misma oración es un refugio para él mientras permanezca ocupado en ella”. El Mesías Prometido (as) continúa:

“Dios Altísimo desea que uno forme una relación con Él y ofrecer oraciones en Su presencia requiere una conexión con Él. Las oraciones no pueden ofrecerse sin una conexión. Los ancianos del pasado también solían aconsejar a los suplicantes que establecieran primero una conexión antes de rezar. Alguien no puede pasear sin rumbo por el mercado y acercarse a alguien con quien no tiene ninguna relación diciéndole: ‘Tú eres mi amigo.’ Ni siente dolor por esa persona en su corazón ni puede establecerse el fervor por la oración. Uno no puede establecer una conexión con Dios Altísimo permaneciendo descuidado y simplemente pronunciando palabras diciendo: ‘He establecido una conexión con Dios Altísimo’.” El Mesías Prometido (as) continúa: “Para establecer una conexión con Dios, es necesario que uno se pierda completamente en Él.” El Mesías Prometido (as) dice: “Ordenamos repetidamente a nuestra comunidad que establezca esto porque hasta que la inclinación hacia este mundo y su amor no se enfríe en los corazones y no se desarrolle un fervor y devoción natural por Dios Altísimo, entonces no podrá uno alcanzar la firmeza.”

Por lo tanto, especialmente en estos días durante el mes de las bendiciones que Dios Altísimo nos ha proporcionado debemos centrarnos en las oraciones y al mismo tiempo producir un cambio puro en nosotros mismos. Sólo así podremos embellecer nuestra vida en este mundo y en el más allá. Están a punto de comenzar los últimos diez días del Ramadán, durante los cuales debemos esforzarnos por acercarnos a Dios Altísimo haciendo de Sus mandamientos nuestra guía, fortaleciendo nuestra fe, despertándonos por la noche y postrándonos ante Él, para que podamos obtener esa guía sobre la cual Dios Altísimo desea que pisemos.

Durante el mes de Ramadán, rezad especialmente por el progreso de la Comunidad; rezad por aquellos que han sido encarcelados [en el camino de Dios] para que Dios procure rápidamente los medios para su liberación. Rezad por los [áhmadis] encarcelados en Yemen, en particular, por una mujer que ha sido cruelmente encarcelada en una pequeña habitación, lejos de los demás prisioneros. Sin embargo, lo está soportando con suma paciencia y una fe perseverante. Que Dios cree los medios para su pronta liberación. Que Dios elimine los conceptos erróneos y las ideas equivocadas que los oponentes tienen con respecto a la Comunidad.

Recuerden a los palestinos en sus oraciones. Ostensiblemente, afirman que se están implementando grandes cambios. Sin embargo, la situación está empeorando aún más. A pesar de que la ONU aprobó una resolución, las atrocidades continúan como antes. De esto el doble rasero de las potencias occidentales se ha hecho evidente; si cometen una atrocidad similar contra una de sus naciones aliadas, inmediatamente imponen sanciones al bando contrario. Aun así, no impondrán sanciones a Israel. Por el contrario, Estados Unidos ha aprobado recientemente una ayuda incondicional a Israel por valor de miles de millones de dólares. Sin embargo, para los palestinos aprobaron ayudas por valor de unos pocos millones de dólares, pero al mismo tiempo pusieron la condición de que no acudieran a ningún tribunal ni a ningún foro en el que pudieran hablar en contra de Israel. Entonces, ¿qué puede uno esperar de gente así? Sólo podemos orar, sólo Dios puede proteger a los inocentes de estos opresores y permitirnos hacer justicia en nuestras oraciones por los inocentes.

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’aawuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) recitó el siguiente versículo del Sagrado Corán:

Cuando mis siervos te pregunten por Mí, diles: “Estoy cerca. Respondo a la plegaria del que suplica cuando Me invoca. Por tanto, deben escucharme y creer en Mí, para que puedan seguir el camino recto.” (Sagrado Corán 2:187)

La conexión entre el Ramadán y la aceptación de la oración

Su Santidad (aba) dijo que Dios ha colocado este versículo junto con los versículos relativos al ayuno en Ramadán. Esto indica que la oración tiene una conexión muy especial con el Ramadán y el ayuno, razón por la cual el ofrecimiento de oraciones, las oraciones voluntarias y otras formas de oración son especialmente enfocadas durante el Mes Sagrado. Todo musulmán sabe que en este mes, Dios derrama Su amor sobre Sus siervos más que en tiempos ordinarios.

Su Santidad (aba) dijo que una vez, el Santo Profeta (sa) dijo que Dios trata a Sus siervos según cómo Le perciben. Si alguien recuerda a Dios, entonces Él está con él; si uno recuerda a Dios en su corazón, entonces Dios lo recuerda en Su corazón; si uno recuerda a Dios en una reunión, entonces Dios recuerda a esa persona en una reunión. Si uno avanza hacia Dios la distancia de un codo (Es una medida), entonces Dios se acerca a esa persona la longitud de una mano; si uno avanza hacia Dios la longitud de una mano, entonces Dios avanza hacia esa persona la distancia de dos longitudes de mano.

Si uno camina hacia Dios, entonces Dios corre hacia esa persona. En esencia, ésta es la forma en que Dios trata a Sus siervos en tiempos ordinarios. Durante el mes de Ramadán, se crea un ambiente en el que uno se centra por completo en recordar a Dios. Así que imagina las bendiciones que Dios otorgaría; es algo que ni siquiera podemos imaginar.

Importancia de mantenerse firme en la oración

Su Santidad (aba) dijo que esto depende de que todos estos actos se realicen con sinceridad de corazón mientras se permanece firme en la fe. Es entonces cuando Dios se vuelve hacia Su siervo con compasión. El Santo Profeta (sa) dijo que a Dios no le gusta rechazar a alguien que acude a Él con las manos extendidas. Este es el caso cuando alguien acude a Dios con sinceridad de corazón. La sinceridad de corazón exige un voto de verdadero arrepentimiento.

Su Santidad (aba) dijo que a veces, con las prisas, algunas personas dicen que rezaron pero que la oración no fue aceptada; sin embargo, no se paran a considerar el nivel de sinceridad con el que rezaron y si están aumentando sinceramente su conexión con Dios, y la sinceridad con la que buscan el arrepentimiento por sus pecados, buscando fortalecer su relación con Dios cumpliendo Sus mandamientos. Por lo tanto, para alcanzar Su compasión especial, debemos cumplir Sus mandamientos.

Su Santidad (aba) dijo que Dios es tan compasivo que nos ha proporcionado una oportunidad cada año a través del Ramadán, que incluso si ha habido deficiencias a lo largo del año, podemos aprovechar esta oportunidad para abordarlas, buscar el perdón y hacer un cambio duradero para mejor. Es una oportunidad para convertirnos en verdaderos siervos de Dios, y se nos ha dado la oportunidad de hacer lo que sea necesario para lograrlo. Cuando finalmente lo conseguimos, Dios nos da la buena noticia de que no sólo escucha las oraciones de esas personas, sino que también las responde. Por lo tanto, nuestras oraciones no deben limitarse a nuestras necesidades personales, sino que también deben centrarse en establecer una conexión más fuerte y cercana con Dios.

No basta con rezar de boquilla

Su Santidad (aba) dijo que Dios ha dejado claro que las meras expresiones verbales de amor no bastarán para llevar a uno a la estación de convertirse en un verdadero siervo de Dios, sino que esto sólo puede lograrse siguiendo los mandamientos de Dios. Esto sucederá cuando una persona establezca una fe tal que nunca pueda flaquear. Por lo tanto, incluso aquellos que dicen que han ofrecido muchas oraciones en vano, deberían hacer una introspección para ver si han rezado con total sinceridad y si han hecho justicia al esforzarse por aumentar su relación con Él. Algunos establecen los parámetros de sus oraciones para que sus necesidades personales sean aceptadas como el factor determinante de la eficacia de las oraciones. Si sus necesidades exactas no son satisfechas, entonces empiezan a cuestionar la oración o incluso a Dios. Pero estas no son las características de los verdaderos siervos de Dios. Por lo tanto, antes de cuestionar la oración deberíamos cuestionarnos a nosotros mismos para ver si estamos cumpliendo los mandamientos de Dios y el nivel de nuestra fe.

Cómo se puede lograr la verdadera oración

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) ha expuesto el tema de la oración, quiénes son los verdaderos siervos de Dios y cómo se puede lograr la verdadera oración. Su Santidad (aba) dijo que presentaría citas del Mesías Prometido (as) sobre este tema.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) explicó que no hay duda de que Dios escucha las oraciones, pero la condición es que uno establezca la verdadera rectitud, acepte inequívocamente la existencia de Dios y fortalezca así su fe en el hecho de que Dios tiene poder sobre todas las cosas. La fe conduce a la percepción, y cuando esto se logra, entonces uno verá los frutos de sus oraciones. No puede ser que la fe de una persona flaquee ante la menor adversidad. La relación entre una persona y Dios debe ser como la de dos verdaderos amigos. Estas son las condiciones básicas y fundamentales para la aceptación de la oración.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien afirma que debemos desarrollarnos hasta un nivel en el que Dios pueda hablarnos. Esto puede hacerse estableciendo la rectitud y el temor de Dios, creyendo en la existencia de Dios y de lo invisible, y aceptando que Dios tiene poder sobre todas las cosas.

Cómo tener la certeza de la existencia de Dios

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que si alguien se pregunta cómo podemos saber que Dios existe, la respuesta está en el versículo citado, que dice que Dios está cerca. Al invocarle, podemos encontrarle a través de la respuesta que da a nuestras plegarias. Los dioses de otras religiones no están cerca. Por lo tanto, cuando uno llama a Dios con un corazón sincero, entonces puede encontrar a Dios y aumentar su amor por Él. De hecho, es un signo de la existencia de Dios que Él responda a las oraciones.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que ver los signos de Dios es el medio para reconocer a Dios. Sin embargo, si queda una barrera entre una persona y Dios, entonces no podrá escucharle ni ver Sus signos. Por lo tanto, la solución es aumentar el amor por Dios y establecer una relación más cercana con Él para que no haya ninguna barrera y se pueda oír a Dios y ver Sus signos.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que para aumentar la fe, uno debe persistir en ofrecer oraciones. Es a través de las oraciones que un cambio se desarrollará dentro de una persona que lo llevará finalmente a encontrar un buen fin.

Su Santidad (aba) dijo que estos no son cuentos de antaño, sino que lo mismo se aplica hoy en día y hay muchos ejemplos de la aceptación de la oración incluso hoy en día. Su Santidad (aba) dijo que presenta varios ejemplos de la aceptación de las oraciones que la gente le escribe. La Revista (Review of Religions) llevó a cabo un programa [la Cumbre de Dios] sobre la existencia de Dios en el que muchas personas compartieron sus historias de aceptación de la oración. De hecho, puede ser a través de la aceptación de la oración incluso de aquellos que son débiles en la fe que Dios manifieste Su gran poder llevando a la gente a reconocerle y a aumentar su relación con Él.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que hay una diferencia entre simplemente ofrecer oraciones y las oraciones ofrecidas después de reconocer a Dios. El simple hecho de ofrecer oraciones rápidamente no puede constituir una verdadera oración; más bien, uno experimenta el verdadero poder de la oración una vez que ha establecido un verdadero reconocimiento de Dios. Es a través de la oración que Dios se vuelve tan cercano a una persona como su alma está cerca de ella.

Condiciones de la oración

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien explicó que la verdadera oración consiste en abstenerse y apartarse de lo vano y lo malo. Otro signo de las oraciones verdaderas ofrecidas con sinceridad es que uno no reza simplemente por sí mismo y sus necesidades personales, sino que reza también para poder aumentar su conexión con Dios. La verdadera oración se ofrece cuando un estado de fervor se apodera de una persona y llora en oración. Pero incluso esto sólo puede lograrse a través de la gracia de Dios. Por lo tanto, también es imperativo rezar por la capacidad de rezar en su sentido más verdadero.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que las verdaderas condiciones de la oración se cumplen cuando el corazón refleja lo que la lengua pronuncia. Despertarse por la noche y declarar ante Dios que el corazón está bajo Su control y suplicar la purificación del corazón, entonces el corazón de una persona puede abrirse, lo que a su vez resultará en la capacidad de ofrecer oraciones fervientes. Cuando se crea esa condición de fervor, y las lágrimas comienzan a fluir, entonces uno puede percibir por sí mismo que sus oraciones serán aceptadas. Establecen la certeza de que no es necesario que sus oraciones sean aceptadas al pie de la letra, exactamente como las piden, sino que en Su infinito conocimiento, Dios proveerá o creará los medios para lo que sea mejor.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que alcanzar la verdadera oración y una verdadera conexión con Dios exige un esfuerzo y una lucha constantes. La gente no se cansa de esforzarse y trabajar constantemente cuando se trata de sus búsquedas mundanas; ¿por qué entonces deberían cansarse en su búsqueda de establecer la verdadera oración y acercarse a Dios?

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que la oración más importante es la oración para purificarse del pecado, porque en última instancia, ésta es la raíz de toda oración. Cuando esta oración es aceptada y uno se libera del mal de este mundo, entonces se vuelve puro a los ojos de Dios. Por lo tanto, uno debe continuar esforzándose por ofrecer esta oración hasta que logre la certeza de que es puro a los ojos de Dios. Cuando esto sucede, Dios satisface las demás necesidades de la persona sin que ésta se lo pida.

¿Por qué rezar si todo está predestinado?

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que quien desee experimentar a Dios debe ofrecer oraciones. En cuanto a por qué es necesario ofrecer oraciones cuando Dios ya sabe lo que va a suceder, el Mesías Prometido (as) explicó que el hecho de que Dios sepa lo que va a suceder no significa que no tenga el poder de cambiarlo. ¿Por qué buscamos un remedio cuando nos duele la cabeza si sabemos que en algún momento el dolor de cabeza desaparecerá por sí solo? La realidad es que las acciones de las personas pueden dar resultados. Cuando uno se esfuerza y reza, Dios también manifiesta sus resultados. Por lo tanto, que Dios sepa lo que va a suceder no significa que no pueda cambiar el resultado final debido a las oraciones. Incluso si la oración exacta no es aceptada exactamente como se pedía, Dios sigue escuchándola y podría cumplirse en forma de concesión de perdón, o sus resultados podrían verse ya sea en este mundo o incluso en el otro. Sin embargo, si no se reza, el corazón se enmohece y uno empieza a alejarse cada vez más de Dios, hasta que finalmente se queda sin fe. Sin embargo, al ofrecer la oración, se alcanza la pureza, la conexión con Dios, la abstinencia del mal y la capacidad de establecer una virtud perpetua.

Llamamiento a la oración por los musulmanes ahmadíes en Yemen y los palestinos

Su Santidad (aba) también instó a rezar por los prisioneros ahmadíes en Yemen, especialmente por una mujer que está detenida en circunstancias muy crueles. Sin embargo, está haciendo gala de una gran paciencia y fortaleza. Que Al’lah cree los medios para su liberación y que Al’lah elimine las sospechas que se han desarrollado en las mentes de los opositores.

Su Santidad (aba) también instó a rezar por los palestinos. Aparentemente se dice que se están produciendo muchos cambios, sin embargo las circunstancias no hacen más que seguir deteriorándose. La resolución de la ONU fue aprobada, pero las crueldades persisten. Esto demuestra el doble rasero de las potencias occidentales. Si se cometieran las mismas atrocidades contra sus naciones favorecidas y aliadas, impondrían inmediatamente sanciones contra el país perpetrador. Sin embargo, no se imponen sanciones a Israel. De hecho, recientemente Estados Unidos aprobó incondicionalmente varios miles de millones de dólares de ayuda para Israel. Sin embargo, sólo han aprobado unos pocos millones de dólares de ayuda para Palestina, junto con la condición de que no emprenderán acciones legales contra Israel o no acudirán a ningún foro en el que puedan hablar en contra de Israel. ¿Qué se puede esperar entonces de estas personas? Todo lo que podemos hacer es rezar. Es Al’lah el Todopoderoso quien puede salvar a los oprimidos de sus opresores. Que Al’lah nos conceda la capacidad de rezar por los oprimidos.

Resumen preparado por The Review of Religions

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