Taqwa – La verdadera esencia del ayuno en el Ramadán
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Taqwa – La verdadera esencia del ayuno en el Ramadán

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 22 DE ABRIL DE 2022.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Sura Al-Fatiha,

Hazrat Jalifatul Masih V (atba) pronunció lo siguiente:

Actualmente estamos pasando por el mes de Ramadán y han transcurrido aproximadamente dos “ashras” (periodos de diez días cada uno). Por la gracia de Dios Altísimo, cada creyente trata de tomar parte de las bendiciones de este mes tanto como le sea posible. Cuando Al’lah hizo obligatorio el ayuno, destacó en primer lugar el objetivo del mismo; es decir, “que se os ha prescrito el ayuno para que podáis alcanzar la rectitud”, (‘taqwa’). *

*(Nota: la palabra “mut-taquin” -que se refiere a los que poseen “taqwa”- también se puede traducir por “piadosos”, “justos”, “virtuosos”, “timoratos”, etc. Nosotros hemos elegido la palabra “rectitud”).

Así que solo seremos capaces de disfrutar de las bendiciones del ayuno y del mes de Ramadán cuando elevemos los estándares de nuestra rectitud a la vez que ayunamos, y cuando intentemos buscar refugio en Dios de todas las formas de vicio. En este sentido, el Santo Profeta (sa) ha dicho: “El ayuno es una protección”. Sin embargo, ¿acaso es suficiente para una persona realizar solo un ayuno superficial o comer únicamente el “Suhur” (comida de antes del amanecer) y el “Iftar” (comida con la que rompemos el ayuno a la puesta del sol)? O sea, ¿acaso serán suficientes estos actos de comer el “Suhur” y el “Iftar” para establecernos detrás del escudo del ayuno? ¡No! Debemos considerar todos sus pre-requisitos y el objetivo principal que Dios Altísimo ha mencionado, que como he dicho anteriormente es para que “os convirtáis en gente de rectitud”. Por lo tanto, si deseamos transformar nuestros ayunos y nuestro Ramadán en aquellos que se practican por la causa de Al’lah y con el propósito de adquirir el placer de Dios, cuya recompensa es el mismo Dios, entonces debemos elevarlos al estándar que Dios Altísimo desea de nosotros y es precisamente para alcanzarlo que el ayuno ha sido hecho obligatorio. Así pues, como he mencionado, Al’lah ha afirmado con claridad que el objetivo es adquirir la rectitud.

Nosotros nos llamamos “musulmanes” y “creyentes”, y proclamamos que actuamos conforme a la guía del Santo Profeta Muhammad (sa); y que mientras perfeccionamos nuestra creencia en él hemos aceptado al Mesías y Mahdi, que ha aparecido según las profecías referidas a su persona, en la figura de Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadián (as); y en esta época, de acuerdo con la promesa de Dios Altísimo, la tarea del rejuvenecimiento del Islam ahora tendrá lugar a través de este Mesías y Mahdi. Por tanto, es nuestra responsabilidad buscar la guía del Mesías Prometido (as) para mantener el espíritu del Islam en nuestro interior. Luego, cuando analicemos lo que el Mesías Prometido (as) ha dicho en relación con la rectitud (“taqwa”), entonces podremos comprender ciertamente en qué consiste la rectitud.

Como he mencionado, proclamamos ser musulmanes y que estamos entre aquellos que han creído, y al respecto, el Mesías Prometido (as) afirmó: “¡Escuchad! La primera etapa de la fe es que una persona desarrolle la rectitud”. Y tras decir esto, explicó lo que es la rectitud y dijo: “La respuesta a esto es que consiste en abstenerse de cualquier forma de maldad”.

Por consiguiente, si reflexionamos sobre esto, nos daremos cuenta de que este no es un asunto ordinario, ya que al analizar nuestra propia condición seremos capaces de conocer si estamos haciendo justicia a la hora de ejercer la rectitud y si estamos cumpliendo con los derechos de Dios, si estamos caminando por el sendero de la rectitud y cumpliendo además con los derechos de la creación de Al’lah.

El Mesías Prometido (as) declaró:

“Solo podréis entender verdaderamente lo que es la rectitud cuando adquiráis un conocimiento completo sobre el asunto, puesto que es importante que adquiráis conocimiento, porque no se puede lograr ni conseguir nada sin conocimiento”.

 El Mesías Prometido (as) manifestó además:

“Para obtener el entendimiento de cuáles son los derechos de Dios Altísimo y los de Su creación, y para conseguir comprender aquello que nos ha sido prohibido por Dios y aquello que Él nos ha ordenado hacer, debéis leer repetidamente el Sagrado Corán”.

 El Mesías Prometido (as) escribe:

“Cuando leáis el Santo Corán, debéis anotar los detalles de todos los vicios y a continuación debéis intentar absteneros de esos vicios con la gracia y la ayuda de Al’lah”.

El Mesías Prometido (as) proclamó que esta es la primera etapa de la rectitud.

Por lo tanto, durante este Ramadán leemos mucho más el Sagrado Corán y, normalmente, se presta bastante atención a su recitación; aunque hemos de leerlo con esta idea en mente, es decir, que debemos concentrarnos en sus mandamientos y prohibiciones; y que tenemos que esforzarnos para abstenernos de los actos malvados y en su lugar hacer buenas obras.

El Mesías Prometido (as) nos explica:

“El Santo Corán está repleto, de principio a fin, de detalles sobre las prescripciones, prohibiciones y mandamientos Divinos”.

 

Por eso, debemos prestar atención a estos asuntos y llevarlos a la práctica, ya que ciertamente este es el signo de un creyente. Entretanto, el Mesías Prometido (as) enfatizó enérgicamente que, hasta que uno no adopte la rectitud, nuestra adoración y nuestras oraciones no estarán preparadas para ser aceptadas, puesto que Al’lah ha dicho: Dios Altísimo solo acepta la adoración de los que siguen la rectitud”.

 El Mesías Prometido (as) proclama:

“En verdad, solo son aceptadas las oraciones y el ayuno de los que han adoptado la rectitud”.

El Mesías Prometido (as) luego explicó qué es la aceptación de la adoración y qué significa, y respecto a lo que es la aceptación de la adoración, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Cuando decimos que una oración ha sido aceptada, lo que significa es que aquellos que han ofrecido la oración han logrado sus efectos y sus bendiciones; por lo que hasta que no se hayan logrado estos efectos y bendiciones solo serán simples movimientos del cuerpo”.

Por tanto, debemos analizar si este mes de Ramadán y nuestros ayunos están elevándonos hacia este estándar.

El Mesías Prometido (as) declara:

“Si alguien que está envuelto en problemas y males continúa sufriendo en dicho estado, entonces, decidme, ¿qué beneficio están derivando de la oración? Lo que debería haber sucedido es que los males y los problemas que estaban sufriendo debían haber disminuido con la oración, y esta debería haber sido un medio perfecto para lograr eso”.

El Mesías Prometido (as) añade:

“El primer paso, que es difícil para alguien que desea llegar a ser creyente, es que debe abstenerse de las malas acciones y esto es lo que se denomina rectitud”.

 Por consiguiente, si nuestra adoración, nuestros ayunos y nuestra lectura del Sagrado Corán no produce un cambio práctico en nosotros, y si no nos hemos esforzado por obtener el propósito del ayuno, que es el “taqwa” (la rectitud), no habremos cumplido con el objetivo del ayuno. Aquí podemos decir que hemos hablado ya de este escudo -ya que el Santo Profeta (sa) ha afirmado que ayunar es una protección-, pero no habremos realizado ningún esfuerzo por aprender la manera de utilizarlo. Es más, podemos haber tomado el “Suhur” y el “Iftar”, pero ¿acaso hemos cumplido con el propósito real de su práctica? De la misma forma, es posible que hayamos pasado todo el día sin comer ni beber, pero ¿acaso hemos cumplido con su objetivo principal que es obtener la rectitud? En consecuencia, debemos analizar si lo hemos alcanzado o no.

Pues bien, ahora voy a presentar algunos extractos de los escritos del Mesías Prometido (as) en relación a la rectitud, de los cuales podemos obtener guía acerca de lo que realmente es y qué tipo de rectitud el Mesías Prometido (as) deseaba producir en nosotros. En relación a esto, dice en un lugar:

“La verdadera rectitud, que limpia y purifica a una persona -y por la cual fueron enviados los profetas al mundo- ha desaparecido de la Tierra y hay muy pocos a quienes se puede aplicar lo siguiente:

‘En verdad, quien realmente prospera es quien se purifica’, (Corán 87:14)”.

El Mesías Prometido (as) escribe:

“Hay muy pocos que cumplen con esta descripción. La pureza y estar limpios son cualidades excelentes. Uno debe limpiarse por dentro y si lo hace los ángeles vienen a su encuentro. No obstante, la gente no aprecia esto, de lo contrario serían capaces de obtener todos sus placeres a través de medios que están permitidos. Por ejemplo, un ladrón roba dinero para adquirir riqueza, pero si fuese paciente, entonces Al’lah le daría riqueza a través de otros medios (esto no se refiere solo a robar literalmente, sino que hay hombres de negocios que buscan beneficios a través de tácticas engañosas que también entran dentro de esta categoría). De forma similar, un fornicador comete fornicación, aunque si tuviera paciencia, entonces Dios Altísimo satisfaría su deseo a través de otros medios que además lograrían el placer de Dios. En este sentido, según un hadiz, un ladrón roba solo cuando se encuentra en un estado de incredulidad y un fornicador comete fornicación solo cuando se encuentra en un estado de incredulidad”.

 En otras palabras, una persona solo comete estas acciones cuando la fe ha salido de su corazón.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Una cabra no se atreverá a pastar cuando un león esté allí de pie y la fe de la gente de hoy en día no puede comprarse ni tan siquiera con la fe de dicha cabra”.

Por lo tanto, cuando una persona comete pecados y tiene en vicios, debería percatarse de que Al’lah siempre está observándola.

El Mesías Prometido (as) continúa su exposición:

“El verdadero objetivo y la esencia es el ‘taqwa’ (la rectitud) y a quienquiera que se la otorgue puede conseguir cualquier cosa; y sin ella, no podemos protegernos contra los pecados menores y mayores. Las leyes humanas hechas por los gobiernos no pueden salvaros de los pecados. Las autoridades gubernamentales no permanecen dentro de uno para establecer su temor en nosotros. Por eso, una persona solo peca cuando sabe que está sola, si no, nunca pecaría; y cuando cree que está sola, es en ese momento que se vuelve atea (pierde toda su fe, Dios sale de su corazón y en ese instante se vuelve atea). En consecuencia, no contempla el hecho de que su Creador está con él y le está observando, pues si realmente creyera que Al’lah le está observando, jamás pecaría. Así que todo depende de la rectitud (‘taqwa’).

El Corán habla acerca de este derecho desde el mismo principio con las siguientes palabras:

‘A Ti solo te adoramos y a Ti solo imploramos ayuda’, (1:5).

De hecho, esto se refiere a la rectitud, en el sentido de que, a pesar de que una persona es capaz de actuar, por temor, uno jamás se atribuiría a sí mismo (la capazidad de realizar) la acción y, en lugar de ello, lo consideraría el resultado de la ayuda de Dios que buscaba. De esta manera, uno continúa buscando la ayuda Divina (es decir, busca la ayuda de Al’lah y, si realiza una buena obra, entonces no la considerará como el resultado de su propia grandeza o que su corazón es puro, o que ha alcanzado un estándar elevado de bondad, sino que reconocerá que fue debido a la gracia de Dios Altísimo que fue capaz de hacer el bien, adorar y rezar).

Luego, el segundo capítulo del Santo Corán menciona justo al comienzo:

‘Es una guía para los justos’, [‘mut-taquis’, poseedores de rectitud, (2:3)].

 La oración, el ayuno, el ‘zakat’, etc. son parte de la adoración que se alcanza cuando uno adopta la rectitud (‘taqwa’). En ese momento, Al’lah elimina todos aquellos factores que nos pueden llevar al pecado. (En otras palabras, si alguien adquiere la rectitud, entonces Dios elimina todas aquellas cosas que nos incitan al pecado). Así pues, si alguien necesita una mujer, entonces Él le concede una mujer; si alguien necesita alguna medicina, Él le otorga dicha medicina, etc.; porque cualquier cosa que uno requiera Dios Altísimo se la concede y le otorga el sustento a través de medios desconocidos para él”.

El Mesías Prometido (as) ahonda en este tema y comenta:

“Hay otro versículo en el Sagrado Corán:

‘En cuanto a los que dicen: Nuestro Señor es Al’lah y permanecen después perseverantes,

los ángeles descienden sobre ellos diciéndoles: No temáis ni os aflijáis’, (41:31).

Este versículo también se refiere a los que han adoptado la rectitud (cuando menciona):

‘Y permanecen después perseverantes’, (41:31).

Dicho de otra forma: hicieron frente a terremotos, adversidades y ráfagas de viento despiadadas, pero jamás titubearon sobre el pacto que hicieron con Dios (o sea, mantuvieron su relación con Al’lah con lealtad; y una vez que establecieron su creencia, continuaron fortaleciendo su fe y no se dio el caso de que dicha fe se volviera inestable o tambaleara debido a cosas pequeñas). Entonces, Dios Altísimo dice que cuando se adhirieron a esto y demostraron su sinceridad y lealtad, su recompensa fue que:

‘Los ángeles descendieron sobre ellos diciéndoles: No temáis ni os aflijáis, (41:31); ya que Dios es vuestro guardián’.

‘Regocijaos en el Jardín que se os ha prometido’, (41:31).

Es decir: los ángeles les dan las buenas nuevas de que se regocijen por el Paraíso y lo que se entiende por ‘Paraíso’ es el Paraíso de este mundo, tal y como se menciona además en el Santo Corán:

‘Somos vuestros amigos en esta vida y en el Más Allá’, (41:32).

Por tanto, qué afortunados son aquellos respecto a quienes Al’lah se convierte en su amigo y guardián, y cuyas acciones son únicamente para obtener el placer de Dios”.

A continuación, mientras profundiza sobre la diferencia que existe entre el éxito de un creyente y el de un incrédulo -o sea, cómo un creyente percibe su éxito en comparación con un incrédulo- el Mesías Prometido (as) dice:

“Tened siempre en cuenta que la obligación de un creyente es sentir humildad ante cualquier éxito con el que sea bendecido. Pero, ¿por qué se sienten humildes? Pues bien, esta es una expresión de su parte que demuestra que: ‘yo no soy capaz de alcanzar tal logro y todo lo que se me ha otorgado ha sido a través de la gracia de Dios Altísimo. Todo lo que he recibido es por virtud de la gracia de Al’lah y no por alguna de mis cualidades personales, mi conocimiento, mi inteligencia, mi riqueza o mis habilidades físicas. Al contrario, todo es debido únicamente a la gracia de Dios’. Por eso, cuando uno llega a comprender este punto, entonces alaba a Al’lah porque Él le ha concedido Su gracia. De esa manera, uno continúa avanzando y permanece firme ante cada prueba y adquiere la verdadera fe”.

El Mesías Prometido (as) afirma también:

“Recordad que el éxito de un incrédulo es un medio que le lleva a extraviarse, mientras que el éxito de un creyente le abre las puertas de las bendiciones Divinas. Es decir, ya que un incrédulo se enorgullece de todo y se atribuye el mérito a sí mismo, cae cada vez más y más en el pozo del mal camino. Sin embargo, cuando un verdadero creyente atribuye todo a la gracia de Dios Altísimo, entonces la puerta de las bendiciones Divinas se abren continuamente cada vez más para él”.

El Mesías Prometido (as) explica además:

“El éxito de un incrédulo le conduce al mal camino, porque a cambio del mismo no se inclina hacia Al’lah, ya que considera su propio esfuerzo, inteligencia y capacidad como un ‘dios’. Por el contrario, un creyente se vuelve hacia Dios Altísimo y alcanza un nuevo conocimiento de Él. De este modo, tras cada éxito, se forja una nueva relación entre él y Dios, y una transformación comienza a tener lugar. En este sentido, Al’lah declara:

 ‘En verdad, Al’lah está con los justos (mut-taquin) y con quienes practican el bien’, (16:129).

Debemos tener en mente que la palabra ‘taqwa’ (rectitud) aparece en el Corán en múltiples ocasiones (en realidad, más de cien veces). Esta palabra se entiende a la luz de la palabra ma’a (o sea, ‘con’), que le precede; es decir, aquellos que dan preferencia a Dios, a cambio Al’lah les da preferencia a ellos y salva a tales personas de cualquier tipo de desgracia en este mundo”.

El Mesías Prometido (as) sigue su explicación:

“Mi creencia es que si un individuo desea verse salvaguardado de cualquier tipo de desgracia y dificultad en este mundo, solo hay una forma para lograrlo y es adoptar el ‘taqwa’ (la rectitud). Tras esto, a dicha persona no le falta de nada. Por consiguiente, el éxito de un creyente le hace avanzar aun más y nunca permanece estancado”.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“El impacto de la rectitud de una persona comienza a tener efecto en este mismo mundo. Esto no es como un simple préstamo, sino que es como un capital real. De hecho, al igual que el veneno y su antídoto tienen efecto inmediatamente en nuestro cuerpo, también lo tiene la rectitud.

Así pues, si a pesar de realizar buenas obras, la adoración y poner en práctica la virtud la condición de uno no se ve afectada positivamente, entonces esto debe ser causa de preocupación. La gente me escribe y me hace muchas preguntas acerca de cómo se puede comprobar esto y solo puede ser comprobado si uno está más inclinando hacia las buenas acciones y Dios Altísimo, y si uno está realizando esas buenas obras por la causa de Al’lah y si Dios las está bendiciendo”.

 Mientras que expone los caminos del “taqwa” (la rectitud), el Mesías Prometido (as) declara:

“Toda la belleza espiritual de una persona reside en que avance por todos los sutiles caminos de la rectitud, puesto que son los detalles finos y los rasgos agradables de la belleza espiritual”.

(En otras palabras, estos aspectos sutiles del “taqwa” conducen a la propia belleza espiritual).

“Es evidente que esto se logra a través de mantener nuestra confianza en Dios Altísimo y actuar de acuerdo con los compromisos espirituales que hemos adquirido y de la mejor forma que podamos. Por lo tanto, se consigue utilizando todas las facultades y partes del cuerpo que poseemos de la cabeza a los pies, y que son visibles exteriormente en forma de ojos, oídos, manos, pies y otros miembros; así como los que son internos como el corazón y otras facultades y cualidades morales, en su ocasión apropiada y de la mejor manera que nos sea posible. Además, esto también se logra mediante la contención de nuestras propias facultades, para que no se utilicen de forma ilícita y a fin de permanecer atentos a sus sutiles ataques. Por otro lado, al mismo tiempo se deben tener en cuenta los derechos de la humanidad.

Estas son todas las promesas que hemos hecho con Al’lah en relación con nuestra fe. Por ejemplo, usar la facultad de nuestra vista en su debida ocasión, abstenerse de mirar indebidamente y de su uso inmoral. Además, debemos evitar que nuestros oídos escuchen cosas indebidas, llevar a cabo acciones virtuosas a través de nuestras manos y pies. Luego, tenemos que eliminar los pensamientos malvados o inmorales de nuestros corazones y para ello se debe recitar el ‘istighfar’ (oración para buscar el perdón) tanto como sea posible. Por otro lado, hay otros medios que uno debe utilizar a fin de elevar sus estándares morales al más alto nivel y estos son los juramentos espirituales que uno hace con Dios”.

Aquí, el Mesías Prometido (as) ha afirmado que uno ha de cumplir estas promesas. Del mismo modo, uno debe ser consciente de los derechos que ha de cumplir respecto a la creación de Dios; o sea, uno tiene que ser consciente de los derechos que debe a sus semejantes. En este sentido, los compromisos iniciales se referían a uno mismo, pero también hay que cumplir con los derechos legítimos de los demás.

Entonces, cuando uno cumple con todos estos derechos, el Mesías Prometido (as) escribe:

“Toda la belleza espiritual de una persona está ligada a este aspecto”.

(En otras palabras, cuando uno cumple con los derechos debidos a Al’lah y los derechos debidos a sus semejantes, entonces uno desarrolla la belleza espiritual).

“Además, Dios Altísimo ha definido la rectitud en el Sagrado Corán como una prenda de vestir. Por eso, ‘libas-ut-taqwa’ (la vestimenta de la rectitud) es una expresión del Santo Corán. Esto indica hacia el hecho de que la belleza y la elegancia espirituales solo se pueden alcanzar a través del ‘taqwa’. Aparte, la rectitud consiste en que una persona mantenga y cumpla cada confianza que le ha sido depositada por Dios y cada pacto espiritual hecho con Él; así como las confianzas y pactos hechos con Su creación, y todo de la mejor manera posible. Es decir, debemos mantener y cumplir incluso los aspectos más minuciosos de ello hasta el máximo de nuestras capacidades”.

Por tanto, cualesquiera que sean los mandamientos de Al’lah, ya sea en relación a la adoración, la reforma de uno mismo o el cumplimiento de los derechos de los demás, uno debe profundizar en sus aspectos más minuciosos y tratar de cumplirlos.

Así pues, el Mesías Prometido (as) afirma que hasta que uno no se esfuerce por actuar sobre los aspectos más finos del cumplimiento de los derechos de Dios y los de Su creación, no puede alcanzar los rangos de la rectitud, por lo que este es un punto muy importante que debemos tener en cuenta; ya que nuestra adoración no nos aportará ningún beneficio si no va acompañada del cumplimiento de los derechos que debemos a nuestros semejantes, ni tampoco cumpliendo solo algunos derechos del prójimo, mientras que nos olvidamos de Dios Altísimo -como algunas personas que dicen que cumplen con los derechos debidos al prójimo-, Él no permitirá que sean considerados como gente que recorre el camino de la rectitud. En consecuencia, es necesario que un verdadero creyente permanezca atento a ambos derechos.

Luego, al mencionar la propagación de las innovaciones en el Islam y el alejamiento de la rectitud (“taqwa”), el Mesías Prometido (as) manifiesta:

“Miles de innovaciones respecto a la fe se han arraigado en innumerables formas entre todos los grupos y comunidades. La rectitud y la pureza, que son los objetivos y propósitos fundamentales del Islam, y por los que el Santo Profeta Muhammad (sa) soportó calamidades extremas -cosas que no podrían haber sido soportadas por nadie excepto por alguien que poseyera el corazón de un profeta- se han perdido ahora y son inexistentes. Por ejemplo, si visitáis las cárceles, podréis ver qué grupo de personas constituye la mayoría de los delincuentes”.

En resumen, el Mesías Prometido (as) pone de manifiesto que la mayoría de los criminales condenados de su época eran musulmanes. En este mismo sentido, ya narré en su día que hubo un ministro en Ghana que mencionó que se dijo en una reunión que la mayoría de las personas en sus cárceles eran musulmanas. Al escuchar esto, como este ministro era áhmadi, les puso el desafió de que entre esos musulmanes no se encontraría ni un solo áhmadi e incluso si hubiera alguno lo sería solo de nombre. Cuando se investigó esto, se demostró que lo que dijo era cierto. Por consiguiente, este es el sello distintivo de un verdadero creyente y un verdadero áhmadi, que luego resulta ser una excelente fuente de predicación (“tabligh”).

Si nos mantenemos conscientes de esto y exhibimos la más alta moral en todas las facetas y acciones de nuestras vidas, ya sea en nuestros negocios, trabajos, el trato diario con la gente; y también elevamos los estándares de nuestra adoración, nos esforzamos por inculcar la rectitud en nuestros corazones e inculcamos el temor de Al’lah en nuestros corazones, entonces no solo estas cosas serán un medio para nuestra propia reforma, sino que además resultarán ser un medio de predicación solo por nuestro buen ejemplo.

El Mesías Prometido (as) dice:

“La fornicación, beber alcohol, la injusticia y otros delitos están tan extendidos que el mundo ha llegado a la conclusión de que no existe tal cosa llamada ‘Dios’. Al mismo tiempo, si se hiciera una exposición detallada de las enfermedades y males existentes en las distintas clases de la sociedad, se obtendría un libro muy voluminoso. Luego, al reflexionar sobre el estado de los distintos pueblos de nuestra nación, cualquier individuo inteligente y contemplativo llegará a la conclusión verdadera y categórica de que la rectitud (‘taqwa’), que fue el motivo fundamental de la revelación del Santo Corán y que es la verdadera base y el medio para obtener el honor y la nobleza, no se encuentra hoy en ninguna parte”.

Es decir, el objetivo principal del Sagrado Corán es establecer la rectitud, pero dicho objetivo se ha perdido entre los musulmanes.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“El buen estado de la práctica de los musulmanes, que era muy necesario en esta época -o sea, un ejemplo que sirviera para distinguir a los musulmanes de los demás- se ha deteriorado y decaído”.

Por eso, ¿cómo se puede llevar a cabo el “tabligh” (la predicación) si esta es la condición? ¿Qué influencia pueden tener los musulmanes en el mundo? De hecho, estas son las mismas consecuencias que estamos presenciando en el mundo actual y para las que los musulmanes áhmadis tienen la solución; aunque si nuestra condición también se deteriora, ¿quién asumirá esta tarea? Por la gracia de Al’lah, las promesas hechas al Mesías Prometido (as) ciertamente se cumplirán y si no participamos en ellas, entonces Dios levantará a otros grupos de personas a través de los cuales cumplirá dichas promesas. Por lo tanto, cuando el estado de nuestra sociedad llega al punto descrito por el Mesías Prometido (as), ¿cuánto debemos temer por los niveles de nuestra propia piedad y rectitud, y la de nuestras futuras generaciones?

El Mesías Prometido (as) explica:

“La rectitud no significa que uno no deba beneficiarse de las bondades concedidas por Al’lah; de hecho, no beneficiarse de ellas significará que estamos alejándonos de la rectitud, puesto que algunas personas que se hacen llamar ‘piadosas, ‘pirs’ (pobres) y ‘faquires’ (pedigüeños) se visten con ropas sencillas y comen alimentos desagradables solo como una forma de ‘ostentación’ a fin de mostrar que poseen rectitud y piedad. Así pues, tened en cuenta que uno debe seguir siendo un buscador por medio de la súplica a Dios Altísimo en cada momento y en cada estado en que nos encontremos.

En segundo lugar, hay que actuar según lo siguiente: ‘¡Proclama la generosidad de tu Señor!’. En otras palabras, uno debe proclamar los favores que Al’lah le confiere a una persona, porque esto aumenta el amor de dicha persona por Dios y fomenta un celo en ella para ser obediente y cumplir sus obligaciones respecto a Él. Aquí, la palabra ‘proclamar’ no solo significa que una persona debe verbalmente hablar de estas bendiciones, puesto que las mismas también deben ser evidentes en su cuerpo. Por ejemplo, si Dios Altísimo ha concedido a alguien la capacidad de llevar ropa elegante, pero siempre viste ropa estropeada y sucia para que la gente le mire con simpatía o para que la afluencia del individuo permanezca oculta a la gente, tal individuo comete un pecado, pues tal persona trata de ocultar la gracia y la generosidad de Dios, y sigue un camino de hipocresía; tal persona engaña a la gente y trata de confundirla, y esto está lejos de la grandeza de un creyente, (que nunca actuaría de esa manera), porque el camino del Santo Profeta (sa) fue siempre adoptar ambos aspectos”.

O sea, el Santo Profeta (sa) utilizaba lo que estaba disponible y no se inclinaba más hacia uno, en contraposición al otro: si tenía ropa elegante, se la ponía; y si no, vestía ropa normal.

Al hilo de esto, el Mesías Prometido (as) menciona:

“El Santo Profeta Muhammad (sa) se ponía cualquier cosa que estuviera a su alcance y no rechazaba nada; y aceptaba cualquier ropa que se le presentaba. No obstante, después del Mensajero de Al’lah (sa), algunas personas pensaron que había humildad en adoptar el camino del ascetismo y se sabe que algunos derviches mezclaban tierra con la carne antes de consumirla. En este sentido, una vez un hombre fue a ver a un derviche y este dijo: ‘Presentadle algo de comida’, (es decir, dijo a sus seguidores que ofrecieran comida al invitado). Sin embargo, el hombre insistió en que le gustaría comer con el derviche. Finalmente, cuando el hombre se sentó a comer con él, le prepararon y presentaron bolas de nim”.

(“Nim” es el nombre de un árbol que tiene unas hojas muy amargas y el fruto que da también es muy amargo).

“Así pues, se le preparó este amargo alimento y se le presentó. Dicha comida no era en absoluto deliciosa; de hecho, era peligrosamente amarga”.

El Mesías Prometido (as) explica:

“Ciertas personas adoptan tales prácticas y el propósito es hacer creer a los demás que son personas de excelencia. No obstante, el Islam no considera dichas prácticas como un signo de excelencia, puesto que en el Islam esta se mide por la rectitud, la cual transforma a un individuo en una persona santa, con quien los ángeles conversan y a quien Dios Altísimo da buenas nuevas. Por eso, yo no enseño esas prácticas ascéticas, ya que son contrarias al objetivo de las enseñanzas islámicas y puesto que el Santo Corán da la siguiente enseñanza:

‘Comed de las cosas buenas’, (2:173).

Por el contrario, estas personas cogen una cosa excelente y pura y la mezclan con tierra para convertirla en algo que es impuro. Tales creencias se desarrollaron mucho tiempo después del establecimiento del Islam, por lo que dichas personas añaden sus propias innovaciones a las enseñanzas del Santo Profeta (sa), puesto que no tienen nada que ver con el Islam o el Sagrado Corán; es más, estas personas inventan su propia ‘Sharía’ (ley islámica). Yo, por mi parte, contemplo esto con absoluto desprecio y asco. El Mensajero de Dios (sa) es un ejemplo perfecto para todos nosotros. Nuestra mejora y nuestro mérito consisten en seguir sus pasos, en la medida de lo posible, y no desviarnos ni en lo más mínimo”.

Este es el caso de la comida y la bebida, y en lo que respecta a nuestra moral en la vida diaria, el Mesías Prometido (as) escribe en relación a la conducta en el hogar:

“La gente ha cometido errores en su relación y conducta con sus esposas e hijos y se ha desviado del camino recto. Está escrito en el Santo Corán:

‘Y convivid con ellas con benevolencia, (4:20); pero las acciones de la gente son actualmente contrarias a esta enseñanza. En lugar de ser amables, se cometen crueldades en ciertos hogares. Por tanto, si a uno se le ha concedido la capacidad de llevar ropa bonita y la oportunidad de comer buena comida, entonces estas cosas no obstaculizan la rectitud de una persona; de hecho, ayudan a aumentarla”.

El Mesías Prometido (as) también ha señalado que, en lo que respecta a nuestra conducta moral en el hogar, es necesario que uno trate a su esposa de forma amable, cuide de sus hijos, atienda sus necesidades y se ocupe de su correcta educación. Esto también forma parte del “taqwa” (la rectitud) y está ordenado por el Santo Corán. Así pues, tanto el cumplimiento de los derechos de Al’lah como el de los derechos de Su creación son vitales.

En otra ocasión, el Mesías Prometido (as) declaró que una persona que ha adoptado la rectitud recibe una luz de Dios.

El Mesías Prometido (as) explica al respecto:

La verdadera rectitud y la ignorancia no pueden existir juntas, pues el verdadero ‘taqwa’ (rectitud) va acompañado de una luz, como ha dicho Al’lah, el Glorioso:

‘¡Oh vosotros, los que creéis! Si teméis a Al’lah, Él os concederá una distinción’, (8:30).

 En otras palabras: Si permanecéis firmes en la rectitud y os aferráis con fuerza a ella por la causa de Al’lah, con firmeza y perseverancia, Él creará una distinción muy clara entre vosotros y vuestros detractores.

Y además dice:

‘Y os proporcionará una luz con la que caminaréis’, (57:29).

 O sea: Seréis bendecidos con una luz que os acompañará a dondequiera que vayáis y esa luz iluminará todas sus acciones, palabras, facultades y sentidos. En definitiva, su intelecto se iluminará y habrá luz en todo lo que pronuncien”.

 Por lo tanto, una persona que sigue la Voluntad de Dios nunca podrá cometer ninguna acción inapropiada y, si lo hace Al’lah, le guiaría inmediatamente para que se reforme a sí mismo; o sea, Al’lah lo guiaría hacia el “istighfar” (buscar el perdón de Dios).

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo:

“Su intelecto se iluminará y habrá luz en todo lo que digan: habrá luz en sus ojos, en sus oídos, en sus lenguas, en su discurso y en todos sus movimientos. Los caminos por los que transitan estarán iluminados; o sea, todos sus caminos, tanto los de sus facultades como los de sus sentidos estarán llenos de luz y caminarán totalmente en la luz Divina. Estos caminos llevarán a la piedad, sus facultades se emplearán en acciones piadosas, su pensamiento e ideas también serán virtuosas, y la idea del pecado se alejará de ellos. Cuando se establece una sociedad así, entonces es una sociedad en la que cada persona se adhiere a la rectitud (‘taqwa)”.

 El Mesías Prometido (as) también nos aclara:

“Tal es la ley eterna: que todo esto se concede solo después de que el hombre haya alcanzado la conciencia perfecta -que es la fuente de todo temor, amor y aprecio; y a quien se le concede la conciencia perfecta se le otorga además el amor y el temor perfectos; y a quien se le conceden estos se le otorga la salvación, puesto que se salva de todos los pecados que resultan de la osadía. Por tanto, a fin de alcanzar este tipo de salvación, no necesitamos la sangre de Cristo (as), ni la crucifixión, ni la redención; todo lo que se requiere de nosotros es un sacrificio: el de nosotros mismos, que es el que nuestra propia naturaleza exige. Este sacrificio se conoce también como ‘Islam’, (sacrificar los propios deseos nos permite adoptar el camino de la rectitud o ‘taqwa’ y esto se llama Islam) que literalmente significa ofrecerse para ser sacrificado, o someterse voluntaria y completamente en el umbral de Dios Altísimo. El hermoso nombre de ‘Islam’ es el alma de la ‘Sharía’ y la esencia de todos sus mandamientos. Sin embargo, se requiere un amor perfecto para que uno esté preparado en vistas a ofrecerse a sí mismo para el sacrificio y el amor perfecto requiere un conocimiento perfecto de Dios, (puesto que hasta que no se desarrolla una comprensión de algo, uno no se puede desarrollar amor por ello) y esto es lo que significa la palabra ‘Islam’, en el sentido de que el verdadero sacrificio requiere un conocimiento perfecto y además un amor perfecto hacia Al’lah, y no requiere nada más.

Dios Altísimo explica esto en el Santo Corán:

‘No es su carne la que llega a Al’lah, como tampoco su sangre,

sino que es vuestra piedad la que llega a Él’, (22:38).

En otras palabras: Ni la carne ni la sangre de vuestros sacrificios llegan a Mí; el único sacrificio que llega hasta Mí es que me temáis y adoptéis la rectitud por Mi causa”.

Así, este es el nivel de rectitud que Dios Altísimo y el Mensajero de Al’lah (sa) desean que alcancemos; y este es además el nivel de rectitud que espera de nosotros el Imam de esta época (el Mesías Prometido -as). Aparte, esto se ha mencionado repetidamente en el Sagrado Corán y el ayuno se ha prescrito en el mes de Ramadán para conseguirlo. Así pues, aquellos de nosotros que tratemos de pasar los días restantes de Ramadán esforzándonos por alcanzar este nivel de rectitud (“taqwa”) seremos realmente afortunados; y para los días que han pasado, que Dios se asegure de que lo han hecho de esta manera y luego debemos asegurarnos de que cada acción y palabra está en sintonía con la Voluntad de Al’lah.

En una ocasión, una persona se dirigió al Mesías Prometido (as) y le dijo que la gente levantaba la acusación de que él había afirmado ser “el Mesías Prometido” (as), pero que él [el Mesías Prometido (as)] no era un “Sayed” [o sea, alguien que forma parte de la progenie del Santo Profeta (sa)]. Así que, ¿cómo puede un “Sayed” prometer lealtad a un seguidor ordinario del Santo Profeta Muhammad (sa)? Pues bien, algunos “Sayedis” y otros que elevan a los “Sayedis” a un alto rango, incluso hoy en día proclaman que los “Sayedis” tienen un estatus extraordinario y, en consecuencia: ¿cómo puede un “Sayed” prometer lealtad a un “no-Sayed”? Del mismo modo, hoy en día ciertos árabes también tienen este concepto de que si el Mesías Prometido (as) iba a aparecer, entonces debía hacerlo entre los árabes; y ¿por qué fue un no-árabe y cómo podrían aceptarlo? La verdad es que leen el Corán pero no reflexionan sobre su significado, puesto que la respuesta está presente en el mismo y de antemano, pues en el Sagrado Corán Al’lah afirma que es Él quien otorgará este rango y no son las personas las que conceden estos rangos.

El Mesías Prometido (as) proclama además:

“Dios Altísimo no se complace con el cuerpo físico de nadie ni con ninguna nación en concreto, pues Al’lah solo valora la rectitud (el ‘taqwa’).

‘En verdad, el más honorable de entre vosotros, a la vista de Al’lah, es el más justo (mut-taqui) de vosotros’, (49:14).

 En consecuencia, decir que uno es un ‘Sayed’, un ‘Mughal’, un ‘Pathan’ o un ‘Sheij’ es totalmente irrelevante y no tiene ningún significado. Si uno se siente engreído por la casta o la nación a la que pertenece, entonces tal engreimiento es inútil, pues tras la muerte, no existe el concepto de pertenencia a ninguna nación. A los ojos de Dios Altísimo, una nacionalidad concreta no tiene ninguna importancia y no se puede garantizar la salvación de una persona porque pertenezca a una familia noble. El propio Santo Profeta Muhammad (sa) le dijo a su hija Hazrat Fátima (ra): ‘¡Oh Fátima! No te enorgullezcas del hecho de ser la hija del Mensajero de Al’lah (sa). A los ojos de Dios, pertenecer a una nación en particular no tiene importancia’.

Por consiguiente, si este fue el mandato para Hazrat Fatima (ra), entonces, en comparación, ¿qué estatus tiene cualquier otra persona? Uno recibirá un determinado rango basado en su nivel de rectitud (‘taqwa’). La división en diferentes naciones y tribus forma parte de la tradición y la organización asociadas a este mundo, y para Dios no tienen ningún valor. Uno puede desarrollar el amor a Al’lah adoptando la rectitud y, a su vez, la propia rectitud es la clave para alcanzar los rangos más excelentes. Si un ‘Sayed’ se convierte en cristiano y lanza improperios contra el Santo Profeta (sa), y desprecia por completo los mandatos de Dios Altísimo, ¿puede alguien decir que a esa persona se le concederá la salvación y entrará en el Cielo, simplemente por ser descendiente del Santo Profeta (sa)?

‘En verdad, ante Al’lah la verdadera religión es el Islam (sumisión completa)’, (3:20).

 En otras palabras: ‘Ciertamente, la verdadera religión a los ojos de Dios y que es el medio para alcanzar la salvación, es el Islam’.

Si una persona se hace cristiana, judía o ‘arya’ (grupo hindú), tal persona no es digna de recibir honores. Dios Altísimo ha abolido todos los sistemas de castas y la división de las naciones, ya que la división en forma de tribus es una organización y tradición de este mundo. No obstante, tras reflexionar profundamente sobre este asunto, nos hemos dado cuenta de que en la corte de Al’lah, la verdadera base para alcanzar un rango elevado es la rectitud (‘taqwa’); y Dios ya ha decretado que una persona que haya adoptado la rectitud entrará en el Paraíso; y además, según Dios Altísimo, la persona más honorable es la que más rectitud posee.

Al’lah dice que las oraciones y los actos de los que adoptan la rectitud son aceptados; pero Dios no ha dicho que las buenas obras y las oraciones de los ‘Sayedis’ son aceptadas. Además de esto, Dios afirma con respecto a los que han adoptado la rectitud, que se les concederá una salida de toda dificultad y, además, a esa persona se le concederán provisiones de lugares de donde ni siquiera podía imaginar. Ahora decidme: ¿se ha hecho esta promesa a los ‘Sayedis’ o a los que caminan por la rectitud? Dios ha declarado también que alguien que haya adoptado la rectitud se convierte en amigo de Al’lah. Una vez más, esta promesa no era relativa a un ‘Sayed’. Y ¿qué mayor rango existe que la ‘wilayat’ (la santidad)? Y esto también será dotado solo a quien siga la rectitud (‘taqwa’).

Algunas personas han afirmado que la ‘wilayat’ es un rango superior al de profeta y han dicho que la ‘wilayat’ (santidad) de un profeta es mayor que su propio estatus de profeta. Lo cierto es que el profeta posee dos componentes: el profetazgo y la ‘wilayat’. A través de su condición de profeta, presenta los mandatos y las enseñanzas de la ‘Sharía’ a la creación de Dios; y a través de su ‘wilayat’, se asegura de que la creación de Dios forje un vínculo con su Creador.

Luego, Al’lah dice (2:3):

‘Este es un Libro perfecto; no hay duda en él; es una guía para los justos’ (o ‘mut-taquin’; es decir, los que han adoptado el ‘taqwa’ o la rectitud). No se menciona que sea una ‘guía para todos los Sayedis’. En resumen, Dios Altísimo desea que alcancemos la rectitud sincera. De todas formas, los ‘Sayedis’ deben adoptar particularmente esta rectitud porque son descendientes de una persona con la máxima rectitud”.

El Mesías Prometido (as) ha declarado que es su responsabilidad (la de los Sayedis) esforzarse por alcanzar la rectitud, en lugar de pensar que ser un “Sayed” les dará un rango especial. Al mismo tiempo, el Mesías Prometido (as) ha declarado que deberían ser los primeros en adelantarse [y aceptar al propio Mesías Prometido (as) en lugar de enfrentarse con Dios Altísimo diciendo que es su derecho como “Sayedis”], puesto que Dios concede Su gracia a quien le place.

“Esa es la gracia de Al’lah; Él la concede a quien le place”, (62:5).

Es el mismo caso que cuando los judíos dicen que por qué se concedió el Profetazgo a los hijos de Ismael (as). La verdad es que no lo saben; pero lo cierto es que quien se enfrente a Dios será abandonado; y Al’lah también dice que: “Y tales días hacemos que se alternen entre la gente”. Por lo tanto, este es el decreto de Dios Altísimo. Así, el Mesías Prometido (as) ha afirmado que quien compita contra Dios será desechado. Es más, Al’lah puede interrogar a cada persona, pero nadie puede cuestionarlo a Él.

Más tarde, refutando esta alegación con respecto a su proclamación, el Mesías Prometido (as) manifestó:

“Cuando el Santo Profeta (sa) comenzó su ministerio e hizo su proclama, en ese momento, los eruditos judíos eran considerados virtuosos y morales, pero no necesariamente serán considerados gente de rectitud a los ojos de Dios Altísimo; pues Al’lah habla de aquellos individuos que poseen rectitud (‘taqwa’) como gente que son verdaderamente virtuosa y pura. Entonces, cuando aquella gente escuchó la proclama del Santo Profeta Muhammad (sa), al ver que su propio honor y respeto disminuían entre la gente debido a ello, lo rechazaron por su arrogancia y decidieron no aceptar la verdad.

Ahora reflexionad sobre el hecho de que fueron consideradas personas de rectitud a los ojos de la gente, aunque no lo eran en el verdadero sentido. Lo cierto es que una persona que verdaderamente ha adoptado la rectitud es aquella que nunca rechaza la verdad aunque tenga que perder su honor, soportar todo tipo de humillaciones, enfrentarse a la amenaza de perder la vida y llegar a un punto en el que queda completamente desamparada. Sin embargo, debido al ‘taqwa’ (rectitud, temor y amor) que siente por Dios Altísimo, dicha persona está dispuesta a soportar todas esas pérdidas. El significado de la rectitud no es ciertamente como lo definen los ‘maulwis’ (clérigos musulmanes) de hoy, que es que uno posee la rectitud si profesa su creencia verbalmente, incluso si no se adhiere a ella en la práctica, dice falsedades y roba. En otras palabras, decir simplemente que uno es musulmán no es suficiente para alcanzar la rectitud. De hecho, la rectitud conlleva muchas etapas y hasta que uno no alcance completamente estas etapas, no puede ser considerado completamente como alguien que ha adoptado la rectitud. Uno solo puede sacar verdadero provecho de algo cuando se toma en su justa medida. Por ejemplo, una persona hambrienta y sedienta no se saciará si solo toma un pequeño trozo de pan y una gota de agua. Si los ‘maulwis’ expresan su conocimiento no significa que sean personas de rectitud; de hecho, la rectitud se desarrolla a través de nuestras propias acciones. El simple hecho de ser llamado ‘maulwi’ o de ser una persona muy erudita no es algo que desarrolle la rectitud dentro de esa persona”.

 El Mesías Prometido (as) añade además:

“Una persona que tenga hambre y sed no se saciará ni salvará su vida si solo toma un pequeño trozo de pan y una gota de agua. Tendría que ingerir una cantidad adecuada de comida y bebida. Lo mismo ocurre con la rectitud: uno debe adoptar por completo todos los aspectos de la misma para ser considerado verdaderamente como alguien que ha adquirido el ‘taqwa’ (la rectitud). Si este no es el caso, entonces incluso un incrédulo podría ser calificado como poseedor de rectitud, porque ciertamente tendría al menos algún aspecto de la cualidad de rectitud dentro de sí mismo y aun realizando ciertas virtudes, ello no le lleva a uno a ser una persona de rectitud.

Dios Altísimo no ha creado a nadie que esté completamente lleno de males, ya que todo el mundo tiene también algún aspecto de virtud dentro de sí; aunque esa cantidad de rectitud dentro de un incrédulo no le proporciona ningún beneficio. Por tanto, debe haber una cantidad apropiada de virtud que permita que el corazón se ilumine. Y como se mencionó anteriormente, para esto uno debe cumplir con los derechos de Dios y los de Su creación, y uno poseer todo tipo de virtudes a la hora de llevarlos a la práctica”.

 El Mesías Prometido (as) dice sobre esto:

“Si Al’lah está complacido con una persona, esta estará a salvo de todo tipo de mal. Hay muchos musulmanes que afirman que observan los ayunos, ofrecen oraciones, etc., pero esto no los hace alcanzar la rectitud (el ‘taqwa’). La rectitud es algo completamente diferente. Para alcanzar la rectitud, uno debe dar prioridad a Dios Altísimo; y debido al temor que uno siente por Dios, está dispuesto a cortar sus lazos, ya sea su familia, tribu, amigos o los líderes de su ciudad; y está dispuesto a soportar todo tipo de humillación por la causa de Al’lah. Las grandes promesas que se han realizado en el Santo Corán a los que han hecho suya la rectitud son para tales personas que, llenas de ‘taqwa’ (rectitud), han hecho lo máximo posible en el cumplimiento de los requisitos previos de la rectitud, ya que permanecieron firmes en la rectitud haciendo todo cuanto pudieron físicamente, de acuerdo a sus facultades humanas, hasta el punto de que no podían hacer nada más. Posteriormente, suplicaron a Dios que les concediera más fuerza, como se desprende de:

‘A Ti solo te adoramos y a Ti solo imploramos ayuda’, (1:5).

‘Iyaaka nabudu’ significa que nos hemos esforzado al máximo y no hemos dejado ninguna piedra sin remover.

 ‘Iyaaka nastain’ significa que para seguir adelante buscamos más fuerza de Dios Altísimo, tal y como ha afirmado el poeta Hafiz: ‘No podemos alcanzar esa etapa elevada a menos que Tú nos otorgues tus bendiciones’.

Por consiguiente, hay que tener en cuenta que ser considerado como alguien que ha adoptado la rectitud a los ojos de Dios Altísimo y ser considerado lo mismo a los ojos de la gente son dos cosas completamente distintas. Por ejemplo, los opositores que se reunían en hordas en la época de Jesús (as) fueron aquellos que eran considerados como creyentes y personas de rectitud a los ojos de los judíos. Si no se hubieran opuesto, nunca se habrían formado esas multitudes de oposición. Y este también fue exactamente el caso en la época del Santo Profeta Muhammad (sa). El orgullo, la tacañería, la ostentación, la consideración por el propio honor, etc. eran todos esos aspectos que impedían a la gente de aquella época aceptar la verdad. Por lo tanto, la rectitud no es fácil de alcanzar y cuando Dios Altísimo le concede a uno la rectitud, entonces Él también inculca las características de la misma dentro de esa persona.

En consecuencia, lo cierto es que, ¿cómo se puede llegar a tener rectitud si después de que la verdad ha sido revelada rechazan innecesariamente los argumentos sólidos y los signos de Al’lah? El hecho es que cuando la verdad se manifiesta y uno rechaza los sólidos argumentos y señales de Dios, nunca podrá ser considerado como alguien que ha adoptado la rectitud (‘taqwa’); pues en definitiva, una persona de rectitud debe ser completamente humilde”.

 Con respecto a su advenimiento, el Mesías Prometido (as) proclama:

“¿Ha sucedido alguna vez en el mundo que una persona planee en la noche continuamente durante veinticuatro años y a la mañana siguiente afirme que algo le fue revelado por Dios Altísimo, y que Al’lah no lo haya castigado? Pues bien, si ese fuera el caso, entonces el mundo se habría visto envuelto en la oscuridad y la gente habría sido destruida. Incluso para una persona con rectitud, un solo signo es suficiente para obtener beneficios, pero en mi caso, hay miles de señales. La condición del mundo está clamando la llegada de un Reformador y  el ‘Hadiz’ afirma que el Imam será ‘de entre vosotros’ y las palabras ‘de entre vosotros’ también se mencionan en la Sura An-Nur, y la condición de los corazones de la gente y el hecho de que vivan como animales significa además que existe la necesidad de un Reformador. En este sentido, se proclamó que un ‘muyaddid’ (reformador) aparecería al principio de cada siglo, (después de la desaparición de los Cuatro Jalifas Rectamente Guiados). [Esta es la época a la que el Mesías Prometido (as) se refiere]. Luego, se produjo el eclipse de sol y de luna, surgió la plaga y se interrumpió el Hall (la Peregrinación). Entonces, si la gente sigue sin aceptar al Mesías Prometido (as) tras presenciar todo esto, ¿cómo podemos creer que son gente que ha adoptado la rectitud?”.

Esta es la respuesta a los que emiten edictos de incredulidad contra el Mesías Prometido (as) y se consideran a sí mismos como gente que ha adquirido la rectitud y que son virtuosos. En realidad, estas personas llevan a los demás hacia el extravío.

El Mesías Prometido (as) dice:

“Les hemos invitado repetidamente a que vengan y que hagan aquellas preguntas que tienen derecho a hacer. En efecto, no puede ser que el Sagrado Corán diga una cosa y vosotros otra completamente distinta. Ellos afirman que Jesús (as) descenderá corporalmente de los cielos, aunque eso solo puede considerarse cierto si ascendió al cielo en primer lugar. El Corán habla claramente de la muerte de Jesús (as) y, no obstante, afirman que subió a los cielos. ¿Acaso sería un acto de rectitud abandonar la verdad y limitarse simplemente a seguir lo que ellos afirman? El verdadero concepto de rectitud (‘taqwa’) ha sido mencionado en el Santo Corán y en las obras de aquellos que poseían la rectitud”.

A continuación, al aconsejar a la Comunidad en relación a la rectitud, el Mesías Prometido (as) manifiesta:

“Aquel que ha adoptado la rectitud es testigo de la manifestación de Dios, ya que tal persona descansa a la sombra de Dios Altísimo. Sin embargo, uno debe asegurarse de que su rectitud es pura y está libre de cualquier elemento que sea de satanás, porque asociar copartícipes con Al’lah es algo que desagrada a Dios. Por lo tanto, si nuestra rectitud se ve adulterada por satanás, aunque sea en una pequeña parte, en la estimación de Dios Altísimo, satanás la ha corrompido por completo”.

 El Mesías Prometido (as) continúa este tema diciendo:

“Aconsejo a mi Yamat que no se enorgullezca por el mero hecho de ofrecer la oración, ayunar y abstenerse de pecados evidentes como la fornicación, el robo, etc. En estas cualidades, incluso los no creyentes, como los idólatras y similares, son como vosotros. El tema de la rectitud (‘taqwa’) es delicado. Esforzaros por alcanzar la rectitud e infundid en vuestro corazón la grandeza de Dios y recordad que una persona cuyas acciones estén manchadas con la más mínima ostentación tendrán esas acciones echadas a su cara por Al’lah. (Las acciones de uno no deben hacerse para que los demás nos vean).

Es una tarea difícil caminar por la senda de la rectitud. Por ejemplo, si alguien alega que has robado un bolígrafo, ¿por qué te enfadas?”.

(En otras palabras: si alguien afirma que has robado un bolígrafo, ¿por qué te enfadas tantísimo? Esta no es la característica de quien posee rectitud; por el contrario, uno debe mostrar paciencia y firmeza).

“Su virtud de mostrar paciencia es simplemente por la causa de Dios, (es decir, uno debe abstenerse de mostrar enojo). Este tipo de personas manifiesta rabia porque no se atienen completamente a la verdad. Por tanto, hasta que uno no experimente realmente muchas muertes, no se convierte en una persona que ha adquirido la rectitud. Los milagros y las revelaciones también son ramas de la rectitud. La raíz real es la rectitud. Al mismo tiempo, no os obsesionéis con las revelaciones y los sueños; más bien, esforzaros persistentemente por alcanzar la rectitud. (O sea, no os fijéis en si alguien ha recibido una revelación o un sueño, más bien mirad su nivel de rectitud). Solo son verdaderas las revelaciones de una persona que ha adoptado la rectitud y si uno está desprovisto de rectitud, ‘sus revelaciones’ tampoco serán creíbles, ya que pueden estar corrompidas por satanás. No juzguéis la rectitud de una persona por sus revelaciones; más bien, medid y evaluad sus revelaciones por el estado de su rectitud. Cerrad los ojos a todo lo demás y recorred primero las etapas de la rectitud”.

 El Mesías Prometido (as) escribe:

“El objetivo de cada uno de los Profetas que aparecieron era conducir a la gente por el camino de la rectitud. El Santo Corán dice que ‘los amigos de Dios son solo aquellos que han adquirido la rectitud’. En este sentido, es el Sagrado Corán el que ha enseñado los caminos más sutiles de la rectitud y un profeta perfecto exige una Comunidad perfecta. Así, como el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) era el Sello de los Profetas -que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él-, por esta razón, las excelencias del profetazgo culminaron en él; y cando las excelencias del profetazgo alcanzaron su punto final de perfección, fue entonces cuando se puso un ‘sello’ a la institución del profetazgo.

En consecuencia, una persona que desee complacer a Dios Altísimo y ser testigo de milagros y sucesos extraordinarios, debe hacer que su vida sea también extraordinaria. No observáis que las personas que se disponen a realizar exámenes hacen esfuerzos tan extenuantes que enferman y se debilitan como víctimas de la tuberculosis. Por lo tanto, para pasar el examen de la rectitud, preparaos para soportar todas las dificultades. Pero cuando una persona avanza en este camino, satanás lanza poderosas y feroces embestidas, aunque en un momento dado, satanás finalmente se detiene. Esto es cuando una muerte se apodera de la vida básica de una persona y comienza a descansar bajo la sombra de Dios… En definitiva, un resumen de mi enseñanza es que uno debe dedicar todas sus fuerzas a Dios”.

 He presentado varios extractos de los escritos del Mesías Prometido (as) en los que nos ha aconsejado desde diversas perspectivas para que comprendamos el significado de la rectitud y su esencia más profunda. De la misma forma, el Mesías Prometido (as) declaró que después de entrar en su Yamat debemos comprender el verdadero espíritu de la rectitud y adherirnos a él. Entretanto, en los días que quedan de Ramadán, debemos esforzarnos todo lo posible por comprender la verdadera esencia de la rectitud y cumplir con los derechos de Dios y Su creación.

¡Que Dios Altísimo os conceda la capacidad de hacer esto!

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que en estos días estamos atravesando el mes de Ramdán, del que ya han transcurrido unos 20 días.

Su Santidad (aba) dijo que, por la gracia de Al’lah, los creyentes se esfuerzan por aprovechar al máximo este bendito mes. Dios ha declarado que la razón por la que se ha prescrito el ayuno es para que nos volvamos piadosos. Por lo tanto, sólo podemos beneficiarnos realmente del Ramadán cuando nos esforzamos por aumentar la rectitud.

El ayuno es un escudo

Su Santidad (aba) dijo que el ayuno es un escudo para nosotros. ¿Significa esto que nos basta con guardar el ayuno por la mañana y romperlo por la noche? No, sino que debemos reflexionar sobre el verdadero propósito del ayuno, que es establecer la rectitud. Por lo tanto, si deseamos que nuestro ayuno alcance la complacencia de Al’lah y Su cercanía, entonces debemos llevarnos a ese nivel deseado y señalado por Dios.

Su Santidad (aba) dijo que afirmamos ser musulmanes y aquellos que actúan según las enseñanzas del Santo Profeta (sa) y que, por lo tanto, han aceptado al Mesías de los últimos días cuyo advenimiento predijo y que se manifestó en la persona de Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as) de Qadian. Hemos aceptado que la victoria del Islam vendrá a través de él. Por lo tanto, para inculcar el verdadero espíritu del Islam dentro de nosotros, debemos buscar y obtener la guía del Mesías Prometido (as).

Alcanzar las etapas de la rectitud

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) nos ha explicado la verdadera esencia de la Taqwa, la rectitud. El Mesías Prometido (as) dijo que la primera etapa de la creencia es establecer la Taqwa. Para establecer la Taqwa, debemos abstenernos de toda forma de maldad. Debemos analizarnos a nosotros mismos para ver si cumplimos con los derechos de Dios y de Su creación. Estas cosas sólo pueden lograrse cuando tenemos conocimiento de ellas, por lo que debemos alcanzar el conocimiento de lo que Dios ha ordenado y lo que ha prohibido. Para alcanzar el conocimiento, debemos estudiar el Sagrado Corán y anotar los males que Dios ha prohibido.

Estudiar el Sagrado Corán con la debida diligencia

Su Santidad (aba) dijo que durante el mes de Ramadán nos concentramos más en la recitación del Sagrado Corán. Por lo tanto, debemos leerlo mientras buscamos las cosas que Dios ha ordenado y las que ha prohibido. Debemos buscar, estudiar y poner en práctica estas cosas.

Su Santidad (aba) dijo que hasta que una persona no adopta la rectitud, sus oraciones no pueden lograr la aceptación, como Dios dice:

“Al-lah sólo acepta la ofrenda de los piadosos” (5:28)

Su Santidad (aba) explicó además, a la luz de los escritos del Mesías Prometido (as), que cuando las oraciones son aceptadas, se refiere a las bendiciones y resultados de la oración que tienen un impacto sobre el adorador. Si una persona permanece sumida en el mal e incluso a pesar de ofrecer la oración, entonces dichas oraciones son meras acciones físicas.

Su Santidad (aba) dijo que si no permanecemos atentos a estas cosas, entonces nuestro ayuno no puede ser considerado un escudo para nosotros. Puede que hayamos comenzado el ayuno por la mañana, que lo hayamos roto al atardecer, que hayamos permanecido hambrientos todo el día, pero no habremos alcanzado la verdadera esencia de hacerlo.

Al’lah satisface las necesidades de los piadosos

Su Santidad (aba) dijo que la verdadera Taqwa es cuando una persona se purifica hasta el punto de que los ángeles la abrazan. Un ladrón roba para satisfacer sus necesidades, pero si hubiera permanecido paciente, entonces podría haber sido que Dios cumpliera esta necesidad por ellos. Por lo tanto, hay un dicho del Santo Profeta (sa) en el que afirma que cuando una persona roba es cuando está en un estado de incredulidad. En otras palabras, se olvidan de que Al’lah está mirando y se convierten en incrédulos en ese momento. Esto no es sólo robar cosas sino incluso ser deshonesto en los negocios. Por otro lado, si una persona establece la Taqwa, entonces Dios quita todas esas cosas de su camino que le llevan a la incredulidad y satisface sus necesidades.

La diferencia entre el éxito de un creyente y un incrédulo

Su Santidad (aba) dijo que hay un versículo en el Sagrado Corán que dice:

En cuanto a los que dicen: “Nuestro Señor es Al-lah” y permanecen después perseverantes, los ángeles descienden sobre ellos, diciéndoles: “No temáis ni os aflijáis; regocijaos en el Jardín que se os ha prometido”; (41:31)

Esto significa que una vez que una persona ha creído en Dios, debe permanecer firme en esta creencia y no dejar que su fe se debilite por los asuntos más pequeños. Al permanecer firme en la fe, la persona recibe la buena nueva del Paraíso y la ayuda de Dios en este mundo y en el más allá.

Su Santidad (aba) dijo que hay una diferencia entre el éxito de un creyente y el de un incrédulo. El Mesías Prometido (as) explicó que al recibir cualquier éxito o bendición, un creyente se siente humilde, porque se da cuenta de que todo lo que se le ha concedido o lo que ha logrado no se debe a sus propias habilidades o destrezas, etc., sino que se da cuenta de que todo lo que ha logrado se debe únicamente a Dios. Por otro lado, los incrédulos se atribuyen el mérito de todo lo que consiguen, lo que les lleva a un camino de oscuridad.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que quien da prioridad a Dios será priorizado por Dios. Así, una persona que adopta la Taqwa comienza a cosechar sus recompensas en esta misma vida. Por lo tanto, si nuestros esfuerzos nos acercan a una conexión más estrecha con Dios y nos animan a hacer más buenas acciones, entonces esta es la mejor manera de saber si nuestros esfuerzos están encontrando aceptación en la corte de Dios.

La Taqwa requiere el uso adecuado de nuestras facultades

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien explicó que adoptar la Taqwa incluye el uso adecuado de aquello que nos ha sido otorgado por Dios Todopoderoso. Debemos usar nuestros ojos de la manera adecuada y abstenernos de ver cosas malas. Debemos usar nuestros oídos de manera correcta y abstenernos de escuchar cosas malas. Debemos usar nuestro corazón de la manera correcta y desarraigar nuestros malos pensamientos recitando el Istighfar (oración para buscar el perdón). Además, adoptar la Taqwa implica cumplir con los derechos de la creación de Dios y servirles incluso en lo más mínimo, sin olvidar seguir cumpliendo con los derechos de Dios. De ahí que la Taqwa haya sido comparada con una prenda de vestir, lo que indica que la verdadera belleza espiritual sólo puede alcanzarse cuando uno se esfuerza por recorrer los mejores caminos de la Taqwa.

Los musulmanes ahmadis deben permanecer firmes en su fe

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que la Taqwa implica mantenerse alejado de todo tipo de innovaciones. El Mesías Prometido (as) dijo que la verdadera piedad ha abandonado la tierra. Su Santidad (aba) narró un incidente de su época en Ghana, cuando un ministro mencionó que la mayoría de las personas encarceladas eran musulmanas. Sin embargo, le dijeron que si investigaba, descubriría que ninguno de ellos era musulmán ahmadi. Al investigar, se demostró que esto era cierto. Así pues, los verdaderos creyentes son aquellos que caminan con el temor de Dios a cada paso y adoptan la pureza y la piedad en todo lo que hacen.

Su Santidad (aba) dijo que mientras nuestra sociedad sigue cayendo a nuevas profundidades, los ahmadíes deben permanecer firmes en su fe porque el Ahmadíat tiene la verdadera respuesta para sacar a la sociedad de este estado. Al final, las promesas hechas al Mesías Prometido (as) se cumplirán; sería nuestra desgracia si nuestras acciones nos dejaran fuera de sus enseñanzas.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) explicó que hay quienes reciben las bendiciones de Dios pero tratan de ocultarlas, pero esto es también una forma de ingratitud. Por lo tanto, si Dios ha concedido bendiciones a alguien, entonces debe beneficiarse de esas bondades en agradecimiento a Dios. Al mismo tiempo, es necesario tratar a la familia en casa de manera virtuosa, en lugar de cometer injusticias en casa con la esposa y los hijos. Como dice el Sagrado Corán, hay que relacionarse con ellos con amabilidad. Por lo tanto, es necesario adoptar la Taqwa en la sociedad y dentro del propio hogar. Cuando una persona establece la Taqwa, se ilumina; sus acciones, palabras y pensamientos se inclinan naturalmente hacia la virtud.

Amar a Dios de verdad requiere un sacrificio

Su Santidad (aba) explicó que todas estas cosas requieren un verdadero reconocimiento de Dios. El verdadero temor a Dios sólo puede establecerse cuando una persona reconoce verdaderamente a Dios. Es entonces cuando se alcanza la Taqwa. Del mismo modo, no se puede amar verdaderamente a Dios hasta que se esté dispuesto a ofrecer sacrificios por Él. De hecho, la propia palabra “Islam” significa sacrificarse. Del mismo modo, uno no puede amar a Dios hasta que no reconozca verdaderamente a Dios.

Su Santidad (aba) dijo que estos son los estándares de Taqwa que esperan de nosotros Dios, el Santo Profeta (sa) y el Mesías Prometido (as). Es para alcanzar la Taqwa que Dios ha instituido el ayuno. Su Santidad (aba) dijo que debemos rezar para poder completar el resto de nuestros ayunos con la intención de alcanzar la Taqwa y que los ayunos ya realizados hayan sido para lograr el mismo propósito.

Dios no se fija en el estatus de una persona, sino en su rectitud

Su Santidad (aba) dijo que una vez una persona se dirigió al Mesías Prometido (as) y le preguntó cómo podía prometerle lealtad si no era de la casta de los Syed. Hoy en día, algunos árabes también plantean la misma alegación de que el Mesías debería haber sido de entre los árabes. Sin embargo, el Mesías Prometido (as) contestó al hombre diciendo que Dios no se complace simplemente con el estatus de una persona o el pueblo al que pertenece, sino que Dios mira la rectitud de una persona y otorga rangos en consecuencia. Incluso el Santo Profeta (sa) le dijo a Hazrat Fatima (ra) que no debía sentirse orgullosa sólo por ser la hija de un profeta, ya que Dios no se fija en el rango de una persona. De hecho, Dios es quien otorga el rango, y lo hace mirando la Taqwa de una persona. El Mesías Prometido (as) dijo que Dios Todopoderoso afirma en el Sagrado Corán:

Mas quien tema a Al-lah, sepa que Él le abrirá un camino de salida, Y le proporcionará de donde no espera. (65:3-4)

El Mesías Prometido (as) preguntó si esta promesa se hizo a los que son Syed o a los que han adoptado la Taqwa. Por lo tanto, es de suma importancia inculcar y establecer la Taqwa.

Su Santidad (aba) dijo que las personas justas no son simplemente aquellas que otros consideran justas, sino que son aquellas que son justas a los ojos de Dios. Son aquellos que pueden perderlo todo pero permanecen fieles a su fe y creencia en Dios. Por lo tanto, el simple hecho de tener algunas buenas cualidades no es suficiente para abarcar la Taqwa, sino que uno debe adherirse a todos los aspectos de la Taqwa, lo que implica cumplir tanto con los derechos de Dios como con los de Su creación en el más alto grado. Así, las personas a las que Dios se refiere como que han adoptado la Taqwa son aquellas que hicieron lo mejor y se esforzaron al máximo para lograr la Taqwa en todos sus aspectos.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) respondió a los que le etiquetaron como incrédulo diciendo que los signos predichos para el advenimiento del Mesías de los últimos días se han cumplido todos, así que ¿cómo se puede considerar que los que rechazan al Mesías tienen Taqwa? El Sagrado Corán afirma que Jesús (as) falleció y sin embargo ellos lo consideran vivo; ¿cómo puede entonces considerarse esto como Taqwa? La verdadera Taqwa no puede estar en contradicción con el Sagrado Corán, más bien la verdadera Taqwa puede ser entendida a través del Sagrado Corán que enseña los caminos más finos de la rectitud.

Su Santidad (aba) dijo que presentó varias citas para que podamos entender el verdadero significado y la esencia de la Taqwa para que podamos ponerlas en práctica también. Su Santidad (aba) dijo que deberíamos pasar el resto del Ramadán comprendiendo la verdadera esencia del Ramadán y esforzándonos por convertirnos en aquellos que cumplen con los derechos de Dios y Su creación. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah nos conceda la capacidad de hacerlo.

Resumen preparado por The Review of Religions.

Share via