Ramadán – Un mes de oración, invocando las bendiciones sobre el Santo Profeta (sa) y buscando el perdón
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Ramadán – Un mes de oración, invocando las bendiciones sobre el Santo Profeta (sa) y buscando el perdón

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

 Sermón del viernes, 30-04-21.

Pronunciado en la Mezquita Mubarak de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

 Después de recitar el Tashahud, el Ta’awuz y el Sura al-Fatiha, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

Por la gracia de Dios Altísimo, estos días estamos pasando por el mes de Ramadán y en los próximos dos días entraremos en la ashra final (los últimos diez días). El Santo Profeta (sa) afirmó en una ocasión que en esos últimos diez días del Ramadán, Dios concede la salvación del fuego del infierno. Así pues, en estos días debemos prestar más atención hacia realizar nuestra adoración de la manera más excelente, recitar el “Durud” [invocar bendiciones para el Santo Profeta (sa)], buscar el perdón de Dios Altísimo y el arrepentimiento, ofrecer oraciones, cumplir con los derechos que legítimamente pertenecen a la adoración de Dios y además aquellos que se le deben a la humanidad, de tal manera que podamos alcanzar el placer de Dios Altísimo y ser salvados del fuego del infierno.

¿Cuál fue el ejemplo del Santo Profeta (sa) y de qué manera pasó los últimos diez días del Ramadán? ¿Cuál era el estándar de su adoración? Pues bien, incluso en los días normales, el estándar de su adoración era tal que es difícil describirlo con palabras. No obstante, ¿cuál era el estándar de su adoración durante el Ramadán? Sobre esto, Hazrat Aisha (ra) relata que él se esforzaba en la adoración de una manera que no se puede ni siquiera imaginar. De esta narración es evidente que está más allá de nuestra comprensión hasta qué punto se esforzaba el Santo Profeta (sa). Incluso Hazrat Aisha (ra) fue incapaz de expresar y detallar sus esfuerzos con palabras. A pesar de esto, Dios ha ordenado a los creyentes que sigan al Santo Profeta (sa), ya que él es un modelo excelente y que alcancen, según las capacidades de cada cual, los mismos estándares elevados que el Santo Profeta (sa) ha establecido para nosotros. Solo entonces Dios Altísimo escuchará nuestras oraciones y solo entonces iremos por dicho camino, avanzando hacia los estándares que se describen para los creyentes.  Por tanto, este es el estándar que un creyente debe intentar de alcanzar, por lo que durante estos días debemos tratar de dedicarnos especialmente a las súplicas; es decir, los áhmadis deben prestar especial atención a ellas. En algunos países, especialmente Pakistán, aunque también en otros países musulmanes, está aumentando la oposición de distintas formas contra la Comunidad y se intenta continuamente encender el fuego del odio contra nosotros. ¡Que Dios nos proteja de tales estratagemas y que devuelva al enemigo el resultado maligno de sus esfuerzos! De manera similar, con respecto a la pandemia actual, debemos orar para que Dios Altísimo nos proteja de ella.

Somos muy afortunados de que Dios, a través del Santo Profeta (sa), nos ha llamado la atención hacia la oración, y luego en esta era, su ferviente seguidor, el Mesías Prometido (as), también lo ha hecho, explicando la manera de garantizar que esas oraciones sean aceptadas. Además de alabar a Dios Altísimo, es muy importante para la aceptación de las oraciones invocar bendiciones para el Santo Profeta (as); de lo contrario, esas oraciones quedan suspendidas entre el cielo y la tierra. Aparte, el Santo Profeta (sa) dijo: “Quien deja de invocar bendiciones sobre mí se desvía del camino hacia el Paraíso”. Encontramos otro hadiz donde el Santo Profeta (sa) exclamó: “Invocad bendiciones sobre mí, porque ese acto vuestro se convertirá en un medio para vuestra propia purificación y progreso”. Incluso encontramos este otro dicho del Santo Profeta (as): “A quien invoque bendiciones sobre mí con un corazón sincero, como recompensa, Al’lah le enviará bendiciones diez veces más, elevará su estatus en diez rangos y además contabilizará diez buenas obras de su parte”.

Todas estas narraciones ilustran la importancia del Durud [invocar bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)]. Sin embargo, nosotros que proclamamos ser seguidores del Mesías Prometido (as) y afirmamos que sin él no es posible comprender el verdadero estatus y rango del Santo Profeta (sa), debemos, en consecuencia, desarrollar la verdadera comprensión de la importancia del Durud Sharif y esforzarnos por recitarlo tanto como sea posible. Y no sólo deberíamos recitarlo para que Dios Altísimo acepte nuestras oraciones, sino al mismo tiempo para infundir una pureza permanente en nuestras vidas y acercamos aún más a Dios Altísimo; para obtener un cambio puro en nuestras vidas y lograr un progreso religioso y espiritual a través de la recitación del Durud. Nuestra afirmación de haber aceptado al verdadero amante del Santo Profeta (sa) no debe ser solo de palabra, sino que cada una de nuestras acciones debe reflejar el hecho de que hemos aceptado al Mesías Prometido y al Mahdi, sobre quien incluso los ángeles en los Cielos declararon: “Este es el hombre que más ama al Santo Profeta (sa)”.

Con respecto a la siguiente revelación que recibió el propio Mesías Prometido (as):

“Invoca bendiciones sobre Muhammad y la progenie de Muhammad, que es el Jefe de los hijos de Adán y Sello de los Profetas, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él”, el propio Mesías Prometido (as) escribe:

“Esto indica que todos estos rangos, generosidad y favores se deben a él [el Santo Profeta (sa)], y son una recompensa por amarlo. SubhanAl’lah (¡Santo es Al’lah!) ¡Qué altos rangos tiene el Líder de toda la creación en la presencia del Único Dios Verdadero y qué clase de cercanía tiene a Él para que Su querido se convierta en el amado de Dios, y ese siervo Suyo sea nombrado el Maestro del mundo entero!”.

En otras palabras, aquel que se subordina como es debido al Santo Profeta (sa) alcanza tal rango a la vista de Dios que el mundo entero se une para servirlo. Por consiguiente, el estatus de Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadián, el Mesías Prometido y Mahdi (as), se debe a su total sumisión y amor por el Santo Profeta (sa); o sea, fue debido a que el Mesías Prometido (as) amaba verdaderamente al Santo Profeta (sa) que Dios Altísimo lo declaró “Profeta Ummati”, que iba a aparecer como profeta subordinado al Santo Profeta (sa) y para expandir su misión. Él fue enviado para la propagación del Islam.

El Mesías Prometido (as) escribe:

“Recuerdo ahora que una noche, este humilde (o sea, él mismo) recitó el Durud Sharif tan profusamente que mi corazón y mi alma se perfumaron con él. Esa misma noche vi en un sueño ángeles que llevaban a la casa de este humilde odres de agua llenos de luz Divina en forma de agua pura y limpia, y uno de ellos dijo: ‘Estas son las mismas bendiciones que has enviado a Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él’.

Recuerdo también una maravillosa experiencia similar. Una vez recibí una revelación sobre una discusión intensa que había en la Alta Asamblea del Cielo. Es decir, había surgido la voluntad de Al’lah para el renacimiento de la fe, pero el nombramiento del hombre para reavivar la misma aún no se había revelado a la Alta Asamblea, y por eso estaban en desacuerdo. Fue en ese momento en el sueño que vi gente buscando a un vivificador de la fe. Un hombre apareció ante mí humildemente y, señalando hacia mí, dijo: ‘Este es el hombre que ama al Mensajero de Al’lah’. El significado de esta declaración es que el requisito principal para esta misión de vivificación es el amor hacia el Santo Profeta (sa) y que esta cualidad definitivamente se encuentra en mí”.

Así pues, nosotros creemos en el Mesías y Mahdi que fue enviado por Dios Altísimo para el rejuvenecimiento de la fe. Fue enviado para la importante tarea del renacimiento del Islam y como su subordinado, para reunir al mundo entero bajo la bandera del Santo Profeta (sa). El Mesías Prometido (as) alcanzó este estatus debido a su profundo amor por el Santo Profeta (sa). Por tanto, nosotros, que nos hemos unido a la Comunidad de este verdadero amante de Muhammad (sa) y que en cada ocasión prometemos que daremos prioridad a nuestra fe sobre todos los asuntos mundanales, ¿acaso no es una gran responsabilidad para nosotros que mientras ayudamos a promover la misión de este rejuvenecedor de la fe y cumplimos con nuestra promesa y recitamos el Durud [invocar bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)], nos convirtamos además en los ayudantes y defensores del Mesías Prometido y Mahdi? Debemos informar al mundo que la persona que ellos consideran que ha deshonrado al Santo Profeta (sa), Dios nos perdone, de hecho, es la que más le ama. Somos los que verdaderamente invocamos el Durud después de haber obtenido una comprensión de su verdadero significado y esencia por parte del ferviente devoto del Santo Profeta (sa). Somos los que no solo oramos por nosotros mismos en el mes de Ramadán, sino que reflexionamos ansiosamente sobre cómo podemos propagar el nombre de Muhammad (sa) e izar su bandera en todo el mundo, y cómo podemos atraer a la gente al servicio del Santo Profeta (sa), permitiéndoles así reformar sus vidas en este mundo y en el próximo. Y ¿cómo podemos hacer que se sientan orgullosos de estar subordinados al Santo Profeta (sa) y estar asociados con el nombre del Islam, y comprender que esta es la única fe que puede garantizar la paz y la prosperidad del mundo? ¿Cómo podríamos hacerles entender que esta es la única fe que le permite a uno establecer una conexión con Dios Altísimo y que solo esta fe es la que afirma que incluso hoy mismo Dios acepta las oraciones de los seguidores del Santo Profeta (sa) debido a su amor por él?

Por lo tanto, esta es una gran responsabilidad que se nos ha confiado a los áhmadis porque ahora tenemos que informar de ello al resto del mundo. También tenemos que reflexionar sobre cuán verdadera y sinceramente estamos cumpliendo con esta responsabilidad y, en consecuencia, obteniendo la gracia y las bendiciones de Dios. Si realmente queremos recibir esta gracia y bendiciones hasta el Día el Jucio, entonces tenemos que continuar invocando el Durud [bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)], individualmente y colectivamente como Comunidad. Si hacemos esto, entonces seremos testigos de cómo Dios Altísimo, por Su gracia, destruirá y aniquilará por completo las malvadas estrategias y planes del enemigo;  y Dios Mismo se hará cargo del enemigo. Seremos testigos de cómo nosotros y nuestra progenie futura continuaremos sobresaliendo en el progreso; y también seremos testigos de los signos de aceptación de nuestras oraciones ofrecidas a título personal y de las oraciones ofrecidas colectivamente como Comunidad. Esto es algo que nunca puede demostrarse ser falso, ya que el Mensajero de Al’lah (sa) nos lo ha asegurado esto al afirmar que las oraciones que se ofrecen mientras se alaba a Dios Altísimo y se invoca el Durud [las bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)] ciertamente satisfacerán todas nuestras necesidades, siempre que este Durud se ofrezca con verdadera sinceridad del corazón y haya además un verdadero anhelo de que el rango y el estatus del Santo Profeta (sa) sea exaltado, y siempre que estas oraciones se ofrezcan ante Dios con un verdadero deseo sentido en el corazón. No obstantes, esto solo puede suceder cuando comprendamos sus significados más profundos del Durud y la sabiduría detrás del mismo.

Mencionaré brevemente que una oración sincera se ofrece cuando tenemos un entendimiento completo de qué es exactamente por lo que estamos orando. Solo pronunciar ciertas palabras no puede permitirnos tener una comprensión profunda del significado de las mismas y tampoco tendrán ningún impacto en el corazón. Entonces, si la oración no tiene un impacto en nuestros corazones, no puede provocar fervor y emoción en la oración. Por consiguiente, para que tengan un impacto en el corazón, es esencial que el ser humano sepa exactamente qué está orando y por qué está orando. Hay millones de personas que recitan el Durud pero ni siquiera conocen su significado y cuáles son los beneficios de recitar el Durud para ellos y para el Santo Profeta (sa).

En una ocasión, Hazrat Musleh Maud (ra) explicó esto y presentaré un resumen de ello:

“En el Durud, ‘Al’lahumma sal’li…’ viene primero y ‘Al’lahumma barik…’ viene después. La sabiduría detrás de esto es que ‘salat’ significa orar. Así que, ‘Al’lahumma sal’li…’ significa: ‘¡Oh Al’lah! Ora por el Santo Profeta (sa)’. Ahora bien, los que oran son de dos tipos: en primer lugar, los que no tienen nada y buscan obtener algo de los demás; y los otros son los que tienen completa autoridad y otorgan a los demás. Así pues, cuando decimos con respecto a Dios Altísimo que ‘ora’, significa que instruye a Su creación, incluidos el viento, el agua, las montañas, etc., para que apoyen a Su siervo. Por tanto, ‘Al’lahumma sal’li…’ significa: ‘¡Oh Al’lah! Concede a Tu Profeta (sa) todo el bien que se encuentra entre la tierra y el cielo.  Exáltalo en honor y respeto’. En este sentido, cuando Dios decreta que algo ocurra, nada puede ser más grande que eso porque ni siquiera podemos comprender el alcance de lo que Él decreta y quiere. Por eso presentamos esta súplica ante Dios Altísimo de que sea cual sea el estado más elevado a Su vista o el rango que desee, que se lo conceda al Santo Profeta (sa).

Por su parte, ‘Al’lahumma barik…’ significa que: ‘¡Oh Al’lah! La misericordia, la gracia y las recompensas que le has otorgado al Santo Profeta (sa), auméntalas hasta tal grado que toda la misericordia y las bendiciones de este mundo se junten y le sean otorgadas’”.

Así pues, en primer lugar, Dios Altísimo concederá lo que Él desee y el alcance de eso está más allá de lo que podríamos imaginar; y luego oramos para que Dios le bendiga tanto que continúe aumentando lo que se vuelve aún más imposible de imaginar, o incluso sondear o comprender en su magnitud.

Por eso, cuando ofrecemos estas plegarias por el Santo Profeta (sa) y las mantenemos, también participaremos de las oraciones del Santo Profeta (sa) que ofreció por su Umma (seguidores). Y es que si oramos de una manera verdaderamente sincera por el éxito y el progreso de su religión, y para que él reine supremo en el mundo, Dios Altísimo nos permitirá participar de estas oraciones y recibir las bendiciones del Durud, porque esto incluye una oración por su Umma; y además nos beneficiaremos de los frutos que surgen de las semillas que sembramos. Esto se debe a que la oración de “sal’li” es similar a sembrar una semilla y “barik” se puede comparar con los frutos de la misma. Sin embargo, la condición para esto es que estas oraciones deben ser ofrecidas con una gran sinceridad de corazón y con intenciones puras. Al mismo tiempo, debemos practicar las enseñanzas del Santo Profeta (sa) y prestar atención al cumplimiento de los derechos hacia Dios y los derechos de Su creación. Tenemos que hacer verdadera justicia a la hora de seguir al Santo Profeta (sa), pues no debe darse el caso de que cometamos injusticias en nombre de Dios Altísimo y Su Mensajero (sa), y luego recitemos el Durud con la esperanza de convertirnos en receptores de esas bendiciones que deberíamos recibir por recitar el Durud. Hay quienes violan la ley e infringen penurias a la gente y después proclaman amar al Santo Profeta (sa) y que le envían bendiciones, por lo que no se les debe reprochar nada; algunos incluso bloquean las carreteras para que los pacientes no puedan llegar a los hospitales y luego dicen que lo que hacen es en nombre de Dios y Su Mensajero, aunque todas estas acciones van en contra de los claros mandamientos del Santo Profeta (sa) y equivalen a desobedecer sus órdenes.  Ni Dios ni el Santo Profeta (sa) jamás han concedido permiso para hacer tales cosas, ni la invocación de bendiciones sobre el Santo Profeta (sa) beneficiará a tales personas. Por el contrario, en vez de elevar el rango y el honor del Santo Profeta (sa), esto será un intento abominable de desacreditarlo y un intento de manchar el nombre del Islam. Hay que recordar siempre que Dios Altísimo castiga severamente a quienes cometen injusticias en Su nombre y en el de Su Mensajero (sa).

Hoy en día, solo los áhmadis pueden explicar al mundo la comprensión correcta del Durud [invocación de bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)]. En este sentido, durante este Ramadán debemos prestar especial atención a la invocación de las bendiciones sobre el Santo Profeta (sa) y también tratar de provocar cambios virtuosos en nosotros mismos, lo cual es esencial para que nuestro Durud sea aceptado. Si es aceptado, entonces será beneficioso para el humano ya que sus oraciones serán aceptadas y ello mejorará su condición espiritual. Cuando uno progresa en su amor por el Santo Profeta (sa), entonces recibe la verdadera cercanía de Dios. Y el Durud que ofrezcamos con seriedad proporcionará a su vez los medios para que la Umma del Santo Profeta (sa) progrese. En este sentido, la importancia del Durud se puede apreciar además en el hecho de que en el Sagrado Corán, Dios Altísimo ha ordenado a los creyentes invocar bendiciones sobre el Santo Profeta (sa). Al’lah dice:

“Al’lah y Sus ángeles envían bendiciones al Profeta. ¡Oh vosotros, los que creéis! Invocad también bendiciones sobre él y saludadle con el saludo de la paz!”, (Coran, 33:57).

Así, invocar bendiciones sobre el Santo Profeta (sa) es tan importante que hasta Dios Altísimo y Sus ángeles envían bendiciones sobre él. Aquí se aclara aún más el significado de “la oración de Al’lah”, en el sentido de que Dios eleva constantemente el estatus del Santo Profeta (sa) y proporciona los medios para establecer su grandeza y honor. En esta época, Dios Altísimo ha encomendado a la Comunidad del Mesías Prometido (as) seguir este mandamiento de manera correcta e invocar bendiciones sobre el Santo Profeta (sa). Al hacerlo, uno se convierte en el receptor de las bendiciones de Dios y recibe las bendiciones de las oraciones de los ángeles, porque si los ángeles envían bendiciones sobre el Santo Profeta (sa), entonces estas bendiciones además llegan a su verdadera Umma y a sus verdaderos seguidores. De este modo, si recibimos tales bendiciones, nos corresponde mostrar gratitud enviando aún más bendiciones que antes sobre el Santo Profeta (sa). Este vínculo entre el Durud y la gratitud es un ciclo interminable que sigue beneficiando al verdadero creyente.

Al explicar el versículo antes mencionado, el Mesías Prometido (as) declara:

“¡Reflexionad sobre la veracidad y la sinceridad del Santo Profeta (sa)!  Se opuso a toda institución malvada. Soportó todo tipo de dificultades y penurias, pero no se preocupó sobre ello lo más mínimo. Fue precisamente por su veracidad y sinceridad que Dios Altísimo derramó Sus bendiciones sobre él. Por esta razón, Al’lah afirma:

‘Al’lah y Sus ángeles envían bendiciones al Profeta. ¡Oh vosotros, los que creéis! Invocad también bendiciones sobre él… ‘. De este versículo se desprende que las obras del Santo Profeta (sa) fueron tales que Dios no limitó los atributos o las alabanzas del Santo Profeta (sa) utilizando una única palabra, pues aunque se podría haber utilizado una sola palabra, Al’lah mismo decidió no limitarla. Esto significa que tanto la buena moral y como la conducta del Santo Profeta (sa) no pueden describirse con palabras; [o sea, es muy difícil comprender la moral del Santo Profeta (sa) ya que era extremadamente elevada]. Un versículo como éste no se ha utilizado para alabar a ningún otro profeta. El alma de Muhammad (sa) estaba impregnada de veracidad y pureza. Dios Altísimo honró la conducta moral del Santo Profeta (sa) hasta el punto que emitió un mandamiento para que, por gratitud, la gente en el futuro invocara bendiciones sobre él”.

Por lo tanto, este agradecimiento nos beneficiará a nosotros al final. En este Ramadán y durante todo el año, que Dios nos permita comprender la importancia del Durud y e invocar bendiciones hacia el Santo Profeta (sa).

El segundo aspecto que me gustaría destacar y recordar especialmente es el “istighfar” (buscar el perdón de Al’lah) y la oración:

   “Busco el perdón de Al’lah, mi Señor, por todos mis pecados, y me vuelvo hacia Él”.

Esta es una oración extremadamente importante.

El Mesías Prometido (as) afirma:

“El verdadero significado y la esencia del istighfar (buscar el perdón) es implorar a Dios para que no se manifieste ninguna debilidad humana y para que Dios Altísimo apoye la naturaleza humana con Su fuerza y la envuelva dentro del círculo de Su protección y socorro. La palabra istighfar deriva de ‘ghafara’, que significa ‘tapar’. Por tanto, esta súplica implora a Dios que Él, con Su poder, cubra la debilidad natural de la persona que busca el perdón de Al’lah. Este significado se extiende a las masas en general, en el sentido de que Dios puede tapar los pecados que ya se han cometido. Sin embargo, el significado verdadero y apropiado es que Dios Altísimo protege de la fragilidad humana a la persona que busca el perdón y realiza el istighfar con Su propio poder Divino y le otorga la fuerza de Su propia fuerza, y el conocimiento de Su propio conocimiento y la luz de Su propia luz. Porque después de haber creado al hombre, Dios no lo ha dejado solo, sino que, como es el Creador del hombre y el Modelador de todas sus facultades, tanto externas como internas, también es Su Sustentador. (En otras palabras, Él salvaguarda todo lo que ha creado con Su único apoyo). Dios Altísimo es el que sostiene todo y mantiene la creación mediante Su propio apoyo. Por consiguiente, dado que nació de la Mano Creadora de Al’lah, el hombre debe tratar de salvaguardar los aspectos de su creación de la corrupción mediante el apoyo Divino. Así pues, este es un requisito natural del hombre por el cual se le ha ordenado pedir el istighfar. A esto se refiere el Sagrado Corán cuando dice lo siguiente: ‘Y ciertamente, Al’lah es tanto el Creador como el Sustentador’. El atributo de la creación se manifestó cuando el hombre fue traído a la existencia, pero la función Divina de proveer el sustento fue trabajar incesantemente. De ahí surgió la necesidad de recitar constantemente el istighfar (ya que para evitar que la condición espiritual de uno se deteriore, el atributo de Dios de ser ‘el que Todo lo Sustenta’ proporciona apoyo cuando uno recita constantemente el istighfar). En resumen, cada atributo de Al’lah otorga una forma de bendición y el istighfar es necesario para obtener la gracia del apoyo de Dios. A esto se refiere el siguiente versículo de Surah Al-Fatiha (1:5):

Esto significa: ‘Sólo a Ti [oh Dios] adoramos y sólo a Ti imploramos para que Tu apoyo y Tu providencia nos sostengan y nos protejan de los tropiezos, para que no seamos presa de la debilidad y seamos incapaces de adorarte’ “.

En este sentido, el istighfar es extremadamente importante para realizar la adoración, salvaguardarse de los ataques de satanás y seguir los mandatos de Al’lah. No es correcto que recitemos el istighfar sólo después de cometer un pecado. Sin duda, en ese momento, la búsqueda del perdón y el arrepentimiento son esenciales para salvaguardarse de futuros pecados y para que los anteriores sean perdonados, aunque para protegernos de futuros pecados requerimos la ayuda de Dios Altísimo y esto se busca a través del istighfar. Tanto si se ha cometido un pecado como si no, en ambos casos el istighfar es de vital importancia, ya que satanás siempre está ahí para obstaculizar nuestro camino y el hombre no puede permanecer protegido de los ataques de satanás a través de sus propios esfuerzos. Decir que uno se abstendrá de los pecados futuros simplemente por su propio esfuerzo es imposible. La única manera de hacerlo es buscar la ayuda de Al’lah y Dios Altísimo afirma que para buscar Su ayuda hay que recitar el istighfar profusamente. Este es el medio para salvaguardarse de los ataques satánicos en el futuro y además para que los pecados anteriores sean perdonados. El hombre es débil y el istighfar es vital porque otorga fuerza; es decir, nos da fuerza para superar las debilidades humanas y nos protege contra los ataques de satanás. Entonces, el istighfar recurrirá al atributo Divino de ser “Quién Sostiene Todo” y protegerá de cualquier mal a quien recite el istighfar, ya que Dios se acerca a quien se esfuerza por acercarse a Él. Cuando uno comete un pecado, si se arrepiente y se vuelve hacia Al’lah, sin duda Al’lah acepta el arrepentimiento de esa persona; y respecto a aquellos que se esfuerzan por buscar refugio en Dios de los ataques de satanás, por Su parte Dios acepta su istighfar y los salva de satanás.

Dios Altísimo ha manifestado la amplitud de Su misericordia y perdón al decir que lo abarca todo. Con respecto a esto, el Santo Profeta (sa) mencionó una narración sobre una persona que cometió 99 asesinatos. Cuando esa persona sintió remordimiento por sus acciones y quiso arrepentirse, fue a ver a un erudito religioso para preguntar sobre el arrepentimiento por sus acciones. El erudito dijo: “Has pecado hasta tal punto y has cometido tantos asesinatos, ¿cómo podrás ser perdonado?”. En consecuencia, ese hombre también mató a dicho erudito, sumando en total 100 asesinatos. Después de esto, volvió a sentir remordimientos por sus acciones. Luego fue a ver a un erudito más renombrado y le preguntó lo mismo, pero este erudito respondió: “Ciertamente, Dios Altísimo afirma que la puerta de Su arrepentimiento está siempre abierta. Si te arrepientes de verdad, ve a tal o cual lugar; allí encontrarás a la gente ocupada en la adoración de Dios y realizando acciones por su fe. Ve y únete a ellos, pero recuerda, nunca vuelvas a tu lugar originario”.

Por eso, el verdadero arrepentimiento es cortar todos esos lazos que fueron un medio para cometer el pecado; así que para alcanzar el verdadero arrepentimiento, no debía volver a la misma zona; por lo que partió hacia ese lugar, pero falleció cuando solo estaba a mitad de camino. Cuando falleció, los ángeles de la misericordia y del castigo fueron hacia él y discutieron entre sí, diciendo cada uno que debía ir con ellos. El ángel de la misericordia dijo que esta persona se había arrepentido y que por eso debía ir al Cielo; por su parte, el ángel del castigo dijo que no realizó ni una sola acción virtuosa durante su vida, así que ¿cómo podría ir al Cielo? No podía ser perdonado. Mientras tanto, llegó un tercer ángel y, ante la situación, se convirtió en el mediador y declaró que se debía medir la distancia desde el origen de su viaje hasta su destino y que la decisión debía basarse de acuerdo a qué lugar estaba más cercano. Cuando midieron la distancia, comprobaron que estaba más cerca de su destino en el momento de la muerte. Así, por haberse arrepentido y haber hecho una buena acción, el ángel de la misericordia lo llevó al Paraíso; y es que estas son las formas en las que Dios crea medios para el perdón. Incluso cuando un asesino extremadamente cruel buscó el arrepentimiento mientras gozaba de buena salud, Dios Altísimo creó los medios para su perdón. Hoy en día, muchos niños y jóvenes preguntan hasta qué punto Dios perdona. De esta narración se desprende que cuando Al’lah afirma que acepta el arrepentimiento y que Su misericordia es extremadamente vasta, significa que no se puede limitar la misericordia de Dios. Sin embargo, la condición es que uno debe arrepentirse sinceramente.

Hay una narración en la que se dice que el Santo Profeta (sa) afirmó:

“¡Por Al’lah! A Dios Altísimo le deleita más el arrepentimiento de Su siervo, que una persona que encuentra su camella perdida en el desierto”.

Dios avanza hacia los que se esfuerzan por acercarse a Él. El Santo Profeta (sa) dijo que si una persona se mueve la distancia de una mano hacia Dios, entonces Al’lah se mueve la distancia de dos manos hacia él. Si alguien camina hacia Él, entonces Al’lah corre hacia esa persona. En consecuencia, es nuestro deber acercarnos a Dios para salvarnos del pecado y para que nuestros pecados sean perdonados, y también para ser salvados del fuego del infierno. Dios Altísimo nos ha concedido este mes específicamente para este propósito y por lo tanto debemos obtener beneficios del mismo.

En una ocasión, mientras explicaba el arrepentimiento y el perdón, el Mesías Prometido (as) dijo:

“Tened en cuenta que rechazar el arrepentimiento y el perdón es como cerrar la puerta del progreso humano. Es obvio para todos, desde tiempos inmemoriales, que el hombre no es perfecto en sí mismo, sino que de hecho tiene la necesidad de perfeccionarse. Así como después de su nacimiento amplía gradualmente sus conocimientos ya que no nace culto y bien informado, de la misma manera, cuando después de su nacimiento comienza a tomar conciencia de su entorno, su condición moral está en un punto muy bajo. La observación de la condición de los niños pequeños muestra que la mayoría de ellos son propensos a golpear a otros a la menor provocación y muchos son dados a decir mentiras, y a usar un lenguaje grosero con otros niños; algunos incluso roban, son malintencionados, muestran celos y son avaros. Luego, cuando crecen, caen en las garras del ego que incita al mal y son culpables de diversos tipos de inmoralidades y maldades que son claramente corruptas. Así, para la mayoría de la gente, la primera etapa de la vida es impura, pero cuando una persona afortunada emerge del feroz torrente de los deseos juveniles, se vuelve hacia Dios y se aleja de las actividades indeseables mediante un arrepentimiento sincero y se ocupa de purificar la vestimenta de su naturaleza. Suelen ser etapas de la vida humana que una persona tiene que atravesar. Esto demuestra que si fuera cierto que no se acepta el arrepentimiento, significaría que Dios Altísimo no desea conceder la salvación a nadie”. Y esto no es posible porque Dios dice que desea conceder la salvación.

El Mesías Prometido (as) escribe entonces:

“Debo aclarar que en el lenguaje árabe, ‘taubah’ (arrepentimiento) significa ‘retornar’, y por eso en el Santo Corán el nombre de Dios es también ‘Tawwab’, o sea, ‘Aquel que Se Vuelve a Menudo con Misericordia’. Esto significa que cuando una persona que rechaza el pecado se vuelve hacia Dios con un corazón sincero, Dios Altísimo se vuelve aún más hacia ella. Esto está totalmente de acuerdo con la ley de la naturaleza. Dios ha hecho parte de la naturaleza humana que cuando una persona se dirige a otra con un corazón sincero, el corazón de esta también se ablanda para ella. Entonces, ¿cómo no aceptar que cuando un siervo se vuelve hacia Dios Altísimo con un corazón verdadero, Dios no se vuelva hacia él con misericordia y perdón?”.

Dos personas actúan así porque forma parte de la naturaleza humana, por lo que decir después, con respecto a Dios, que no se vuelve con misericordia, a pesar de que el hombre se vuelve hacia Él, no es así en absoluto.

El Mesías Prometido (as) afirma:

“Ciertamente Dios, que es Benévolo y Misericordioso, se vuelve aún más hacia Su siervo. [El Mesías Prometido (as) afirma rotundamente que Dios Altísimo es Benévolo y Misericordioso, y se vuelve aún más hacia Su siervo]. Por eso, en el Sagrado Corán, el nombre de Al’lah, es también ‘Tawwab’, que significa ‘el Que Se vuelve a menudo con Misericordia’. El hombre se vuelve hacia Dios a través del remordimiento, la humildad y la templanza, y Dios se vuelve hacia el hombre con Su misericordia y el perdón. Si la misericordia no fuera uno de los atributos de Dios Altísimo, nadie se salvaría. Es una pena que la gente no reflexione sobre los atributos de Dios y quiera depender totalmente de sus propias acciones. Pero, ¿acaso puede ser la actitud de Dios, que sin ninguna acción procedente del hombre ha creado miles de bondades para él sobre la tierra, que cuando el débil hombre, siendo advertido de su falta de atención se vuelva a Él, con un arrepentimiento que es como la muerte y se desprenda de su anterior vestimenta impura y se consuma en el fuego de su amor, Dios no se vuelva hacia él con misericordia? ¿Acaso esta es la ley de la naturaleza creada por Dios?”.

El Mesías Prometido (as) dice además:

“Las puertas de la gracia y las bondades de Dios Altísimo nunca están cerradas. Si el hombre se vuelve hacia Él de todo corazón y con sinceridad, entonces Dios es Perdonador, Misericordioso y acepta el arrepentimiento de tal persona. Luego, estimar a qué pecador y a quién no Dios perdonará es una grave afrenta e insolencia en presencia de Dios Altísimo. Los tesoros de Su misericordia son vastos e ilimitados. No hay deficiencia en Su presencia y Sus puertas no están cerradas para nadie. Esto no es como los puestos de trabajo de los británicos, en los que solo se concedía un puesto de trabajo a una persona altamente educada. Todos aquellos que lleguen al umbral de la presencia de Dios Altísimo alcanzarán elevados rangos y esta es una promesa categórica. Así pues, desafortunado es quien desespera de Dios y se encuentra en un estado de ignorancia en el momento de su fallecimiento, pues en efecto, en tal caso, la puerta se cierra para él”.

Según esto, las puertas de la misericordia de Dios están abiertas, pero es necesario que nos arrepintamos mientras nuestra salud sea buena, no cuando estemos respirando nuestro último aliento. Por ello, debemos arrepentirnos y buscar el perdón constantemente durante estos días, ya que el mes de Ramadán es un mes especial para la aceptación de las oraciones, y en los últimos diez días también podemos buscar protección del infierno. Dios Altísimo es el que nos permite buscar el perdón de los pecados y realizar buenas acciones. Por lo tanto, si nos mantenemos firmemente unidos a Dios, nuestra vida será próspera en este mundo y en el Más Allá.

Como ya he mencionado antes, las circunstancias de algunos áhmadis en ciertas partes del mundo se han restringido más allá de todo límite. Hay una única respuesta a estas dificultades, y es desarrollar nuestra relación con Dios. Si desarrollamos un vínculo con Dios Altísimo y nuestro Durud [invocar bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)], y la búsqueda del perdón, que son para alcanzar la agrado de Dios, entonces los adversarios no podrán causarnos ningún daño, aunque se esfuercen al máximo por hacerlo. Pero si Dios está disgustado con nosotros, ninguna excusa en el mundo puede ser de beneficio para nosotros y tampoco ningún esfuerzo. Por eso debemos reforzar nuestro vínculo con Dios Altísimo.

Durante el Ramadán rezad regularmente en vuestras súplicas para pedir protección contra la maldad de nuestros adversarios. Como he mencionado, los áhmadis en ciertas partes del mundo están sufriendo grandes penurias y algunos están pasando por terribles dificultades. ¡Que Dios Altísimo les conceda facilidad y les proteja del daño de los adversarios! En este sentido, los áhmadis de Pakistán deben rezar especialmente en estos días por ellos mismos y por el resto de la Comunidad. Además, rezad todos mucho para que sigamos protegidos de la pandemia generalizada del coronavirus. ¡Que Dios salve al mundo de esta pandemia y también nos proteja a nosotros!

¡Que Dios Altísimo nos permita recitar el Durud [invocación de bendiciones sobre el Profeta del Islam (sa)] y buscar el perdón de forma correcta!

Resumen

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y la Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que por la gracia de Al’lah, estos días estamos pasando por el bendito mes de Ramadán y, en pocos días, estaremos entrando en los últimos diez días de Ramadán. El Santo Profeta (sa) ha dicho que los últimos diez días de Ramadán son para alcanzar la salvación del infierno. Por lo tanto, debemos prestar especial atención a nuestras oraciones, especialmente durante los últimos diez días de Ramadán, para que podamos alcanzar el placer de Dios Todopoderoso y ser salvados del fuego del infierno.

El nivel de oración del Santo Profeta (sa) durante el Ramadán

Su Santidad (aba) dijo que el estado de las oraciones del Santo Profeta (sa) durante los últimos diez días de Ramadán no puede describirse con palabras. En cuanto al estado de sus oraciones durante el mes de Ramadán, Hazrat A’ishah (ra) relata que se esforzaba más en sus oraciones que en cualquier otro momento.

Su Santidad (aba) dijo que el Santo Profeta (sa) es el modelo perfecto para nosotros, y debemos tratar de establecer los mismos estándares que los establecidos por el Santo Profeta (sa). Entonces Al’lah Todopoderoso estará complacido con nosotros y seremos considerados verdaderos creyentes. Por lo tanto, debemos sumirnos en las oraciones, especialmente durante estos días.

Su Santidad (aba) dijo que los ahmadíes en particular deben prestar atención a esto, ya que los ahmadíes de todo el mundo se enfrentan a grandes dificultades. Su Santidad (aba) dijo que debemos rezar para ser salvados del mal de los oponentes del Ahmadíat. Su Santidad (aba) dijo que también debemos rezar para ser salvados de la pandemia que el mundo entero está sufriendo actualmente.

Invocar las bendiciones sobre el Santo Profeta (sa)

Su Santidad (aba) dijo que para que nuestras oraciones sean escuchadas, es necesario enviar saludos al Santo Profeta (sa). Se narra que una vez el Santo Profeta (sa) dijo que quien deja de enviar salutaciones sobre él, abandona el camino que lleva al Paraíso. En otra ocasión, el Santo Profeta (sa) dijo que quien envía salutaciones sobre él, Dios enviará diez salutaciones sobre esa persona, y la elevará diez rangos y registrará diez buenas acciones bajo su nombre. Esto nos da una idea de lo importante que es enviar saludos al Santo Profeta (sa).

Su Santidad (aba) dijo que debemos hacer del envío de saludos al Santo Profeta (sa) un hábito regular en nuestras vidas. No sólo para que nuestras oraciones sean respondidas, sino para que podamos establecer la pureza a lo largo de nuestras vidas, para que podamos alcanzar la cercanía de Dios y aumentar nuestra espiritualidad. No debemos limitarnos a afirmar que hemos aceptado al verdadero siervo del Santo Profeta (sa), sino que debe reflejarse también en nuestras acciones.

Una revelación del Mesías Prometido (as) sobre el Durood

Su Santidad (aba) presentó una cita del Mesías Prometido (as), explicando una revelación que recibió en la que se le ordenaba enviar saludos al Santo Profeta (sa). El Mesías Prometido (as) dijo que esto demostraba que todo lo que había recibido era a causa de su completa obediencia y sumisión al Santo Profeta (sa). Por lo tanto, el rango del Mesías Prometido (as) le fue otorgado por ser el verdadero siervo del Santo Profeta (sa) y por estar totalmente dedicado a él y cumplir su misión.

Su Santidad (aba) narró un incidente del Mesías Prometido (as), en el que afirma que una noche envió saludos al Santo Profeta (sa) tan abundantemente que su corazón se sobrecogió. Entonces vio en un sueño que los ángeles se acercaban a él con recipientes de luz llenos de agua pura y dulce. Los ángeles le dijeron al Santo Profeta (sa) que estas eran las bendiciones por haber enviado saludos al Santo Profeta (sa). En otra ocasión, el Mesías Prometido (as) vio un sueño en el que la gente buscaba a un verdadero siervo del Santo Profeta (sa). Cuando se encontraron con él, dijeron: ‘esta es la persona que verdaderamente ama al Mensajero (sa) de Al’lah’.Su Santidad (aba) dijo que, como aquellos que han aceptado al Mesías Prometido (as) y se esfuerzan por llevar a cabo su misión, ¿no deberíamos ser nosotros los que dijeramos al mundo que, a través del verdadero siervo del Santo Profeta (sa), hemos comprendido el verdadero espíritu de enviar salutaciones sobre él? Durante el mes de Ramadán especialmente, no sólo rezamos por nosotros mismos, sino que nos esforzamos por difundir el mensaje del Santo Profeta (sa) por todo el mundo; y nos esforzamos por ayudar a la gente a darse cuenta de que sólo ésta es la fe que puede establecer una verdadera conexión entre el hombre y Dios y ésta es la fe que afirma que debido al amor del Santo Profeta (sa), Dios responde a las súplicas de sus seguidores.

Su Santidad (aba) dijo que es nuestra responsabilidad difundir este mensaje a todo el mundo. Si deseamos participar de estas bendiciones en esta vida y en el más allá, entonces debemos enviar continuamente salutaciones al Santo Profeta (sa). Si lo hacemos, veremos que las conspiraciones y los planes de los oponentes se desmoronan ante nuestros ojos. Nos veremos a nosotros mismos y a nuestros futuros descendientes esforzarse y prosperar en la espiritualidad. Veremos magníficos ejemplos de la aceptación de la oración, tanto a nivel individual como colectivo. Sin embargo, la condición es que hayamos enviado saludos al Santo Profeta (sa) con verdadera sinceridad.Su Santidad (aba) dijo que sólo se puede rezar verdadera y sinceramente cuando se sabe lo que se dice. Pronunciar simplemente palabras no puede tener el mismo impacto en el corazón. Y si el corazón no está impactado, entonces no puede surgir el fervor necesario. Por lo tanto, es necesario conocer el significado detrás de las palabras que uno dice. Hay muchos en el mundo que repiten las palabras del durood [oración para enviar saludos al Santo Profeta (sa)] y sin embargo no saben lo que significa.

Su Santidad (aba) dijo que presentaría los significados del durood según los escritos de Hazrat Mirza Bashirdduin Mahmud Ahmad (ra), el Segundo Califa de la Comunidad Musulmana Ahmadía.Entendiendo el Durood

Su Santidad (aba) dijo que cuando decimos: “Oh Al’lah, bendice a Muhammad (sa)” significa que Al’lah conceda todo lo bueno al Santo Profeta (sa). No conocemos el alcance del bien que Dios puede otorgar; por lo tanto, dejamos que Dios otorgue todo el bien que está en Su infinito conocimiento sobre el Santo Profeta (sa).

Entonces, cuando rezamos “Oh, Al’lah, prospera a Muhammad (sa)”, estamos rezando para que Dios aumente las bendiciones que concedió al Santo Profeta (sa) como se rezó anteriormente. Esto también se aplica a las oraciones hechas por el Santo Profeta (sa) para su gente. Por lo tanto, nosotros también podemos beneficiarnos de esta oración.

Su Santidad (aba) dijo que no basta con pronunciar estas palabras. No sólo hay que hacer esta oración con la sinceridad del corazón, sino que nuestras acciones deben reflejarlo también. No podemos ser como aquellos que salen a la calle proclamando con vehemencia su amor por el Santo Profeta (sa), pero bloquean las calles e incluso impiden que los enfermos lleguen al hospital. Por lo tanto, nuestras acciones también deben reflejar las palabras que pronunciamos, y nuestras acciones deben reflejar las verdaderas enseñanzas del Santo Profeta (sa). Sólo así podremos beneficiarnos de enviar saludos al Santo Profeta (sa).Su Santidad (aba) dijo que Dios Todopoderoso ha ordenado a los creyentes que envíen saludos al Santo Profeta (sa). Se dice en el Sagrado Corán:Al‑lah y Sus ángeles envían bendiciones al Profeta. ¡Oh vosotros, los que creéis! Invocad también bendiciones sobre él y saludadle con el saludo de la paz. (33:57)El hecho de que Dios y Sus ángeles envíen saludos al Santo Profeta (sa) demuestra lo importante que es hacerlo. Además, aprendemos que al enviar continuamente salutaciones el rango del Santo Profeta (sa) sigue aumentando. Cuando enviamos salutaciones, nosotros también participaremos de sus bendiciones. Entonces, cuando recibimos estas bendiciones, nos corresponde ser agradecidos, y podemos ser agradecidos enviando salutaciones al Santo Profeta (sa) incluso más que antes. Esto, a su vez, nos proporcionará aún más bendiciones, y el ciclo de enviar saludos y recibir bendiciones será constante.

Su Santidad (aba) rezó para que seamos capaces de cumplir con la responsabilidad de enviar saludos al Santo Profeta (sa). Luego recitó el durood sharif:

‘¡Bendice, oh Al’lah, a Muhammad y a la gente de Muhammad, como bendijiste a Abraham y a la gente de Abraham; Tú eres en verdad el digno de alabanza, el glorioso! Prospera, oh Al’lah, a Muhammad y a la gente de Muhammad, como prosperaste a Abraham y a la gente de Abraham; Tú eres ciertamente el digno de Alabanza, el Glorioso”.

La importancia de buscar el perdón

Su Santidad (aba) dijo que la segunda cosa sobre la que desea llamar la atención es la búsqueda del perdón, específicamente a través de la siguiente oración:

‘Busco el perdón de Al’lah, mi Señor, por todos mis pecados, y me dirijo hacia Él’.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) en la explicación de este versículo, quien afirmó que esta oración significa que Dios cubra las faltas que se han cometido, y que Dios salve a la persona que busca el arrepentimiento de la debilidad natural que toda persona posee. Así como Dios ha creado al hombre, también ha creado los medios para que el hombre se salve de las faltas. Así, Dios ha ordenado que busquemos el perdón, y sólo podemos salvarnos de las faltas buscando continuamente el perdón de Él.

Buscar el perdón a través de esta oración también permite cumplir los mandamientos de Dios. No debe rezarse sólo después de cometer una falta, sino que debe hacerse de forma continua, para que uno pueda salvarse también de la posibilidad de cometer futuras faltas, y así alcanzar la cercanía a Dios. Por lo tanto, es imperativo buscar el perdón tanto cuando se comete una falta como cuando no se comete. Satanás está siempre dispuesto a atacar en cualquier momento. Por ello, Dios afirma que para salvarse de tales ataques, debemos hacer uso constantemente de esta oración.

Un ejemplo de la misericordia de Dios

Su Santidad (aba) dijo que la misericordia de Dios es extremadamente vasta. De hecho, Dios Todopoderoso ha declarado que Su misericordia abarca todas las cosas. Esto se explica a través de una historia relatada por el Santo Profeta (sa). Había una persona que había cometido 99 asesinatos. Se sintió mal y acudió a una persona para preguntarle si podía ser perdonado. Ese hombre le dijo que después de haber cometido 99 asesinatos, no había manera de que le perdonaran; así que mató a ese hombre, y así mató a 100 personas. Luego se dirigió a otra persona con la misma pregunta. Esa persona le dijo que la puerta de la misericordia de Dios siempre está abierta, y le dijo que debía viajar a tal o cual lugar donde encontraría gente que suplicara a Dios. Debería unirse a ellos y buscar el perdón. Sin embargo, nunca podría volver a su antigua ciudad, ya que el verdadero arrepentimiento es no volver nunca. Así, partió hacia ese lugar, pero murió en el camino. Los ángeles de la misericordia y del castigo vinieron a determinar su destino. El ángel del castigo dijo que debía ser castigado por sus crímenes, mientras que los ángeles de la misericordia buscaron que fuera perdonado. Se decidió que se vería si estaba más cerca del origen de su viaje o más cerca de su destino deseado, y eso determinaría cuál sería su destino. Cuando lo midieron, sólo estaba un poco más cerca de su destino, por lo que Dios mostró su misericordia y fue llevado al Paraíso.Su Santidad (aba) dijo que esta es una pregunta que muchos jóvenes se hacen en estos días, en cuanto a lo vasto es realmente el perdón de Dios, y en cuanto a si pueden ser perdonados. Es un hecho conocido que Dios se dirige con misericordia a aquellos que se dirigen a Él. El Santo Profeta (sa) ha dicho que quien camina hacia Dios, Dios corre hacia ellos. Por lo tanto, el mes de Ramadán es la principal oportunidad para volverse a Dios, y buscar el perdón y el arrepentimiento.

Su Santidad (aba) dijo que como ahmadíes que se enfrentan a grandes dificultades, la única solución es que establezcamos una conexión con Dios Todopoderoso. Cuando lo hagamos, y cuando nuestro durood y nuestra búsqueda del perdón sean aceptados por Dios, entonces nos salvaremos de las garras de los oponentes.

Su Santidad (aba) dijo que en nuestras oraciones durante el Ramadán debemos rezar para ser salvados del mal de los oponentes. Debemos rezar por aquellos que están pasando por dificultades, para que se les conceda facilidad. Los ahmadíes de Pakistán también deben rezar especialmente. Su Santidad (aba) también dijo que rezamos para ser salvados de la actual pandemia a la que se enfrenta el mundo.

Su Santidad (aba) rezó para que nos convirtamos en aquellos que envían sinceramente saludos al Santo Profeta (sa) y buscan verdaderamente el perdón.

Resumen preparado por The Review of Religions.

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