Sermón de Eid al-Fitr, 2022
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Traducción del sermón de Eid al-Fitr pronunciado por Hazrat Jalifatul Masih V (aba) el 2 de mayo de 2022 desde la mezquita Mubarak, Islamabad, Reino Unido

Traducido por el equipo de traducción de The Review of Religions

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

La traducción de este versículo es: “Adorad a Al’lah y no asociéis nada a Él y mostrad bondad a los padres, a los parientes, a los huérfanos y necesitados, al vecino afín a vosotros y al extraño, al compañero que está a vuestro lado, al viajero y a los que poseen vuestras diestras. En verdad, Al’lah no ama a los orgullosos ni a los jactanciosos”.  (4:37)

Hoy, Dios nos ha permitido celebrar el Eid. Sin embargo, para un creyente el verdadero el Eid no consiste solamente en ponerse buenas ropas o tomar alimentos exquisitos. Tampoco se trata de pasar el tiempo sentados conversando con amigos. Ofrecer la oración de Eid no significa que hayamos cumplido con los requisitos de Eid y dispongamos de plena libertad para hacer lo que nos plazca. En este día, algunas personas ni siquiera ofrecen la oración de Zuhr a tiempo, ni la oración de Ásar, ni ninguna de las demás oraciones. Y si se acuerdan de ofrecerlas, lo hacen apresuradamente, combinándolas. Otros ni siquiera ofrecen la oración de Eid, pero al finalizar la oración del Eid, se dedican a celebrar otras festividades en este día, como si este fuera el verdadero propósito del Eid. No digo esto por decirlo, pues yo mismo tengo constancia de ciertas personas que no ofrecen la oración del Eid alegando estar cansadas y haberse quedado dormidas.  Hay que recordar que el Eid es un día de mayor adoración. En los días ordinarios, hay cinco oraciones obligatorias, pero en el día de Eid hay seis oraciones obligatorias. De hecho, a las mujeres, a pesar de estar exentas de la oración en ciertos días, se les ha ordenado dirigirse al lugar de Eid el día de Eid. Por lo tanto, el día de Eid posee una gran importancia.

Los áhmadis en Pakistán deben orar, pues se ha restringido a las mujeres acudir al recinto de Eid, debido, en primer lugar, a ciertas circunstancias y, en segundo lugar, a otras restricciones como resultado del Covid. De hecho, también se han impuesto a los hombres restricciones gubernamentales en algunos lugares. Debéis, pues, orar para que la gente de Pakistán en particular, y el mundo entero, puedan librarse de tales restricciones. Aquí, las restricciones para asistir a la oración del Eid han terminado ahora después de dos años, pues [anteriormente] todos tenían que ofrecer la oración del Eid en sus propias áreas. Sin embargo, ahora todos pueden participar. En cualquier caso, hay instrucciones especiales para ofrecer la oración del Eid en circunstancias normales, y esto no debe olvidarse. Mencionaba que el día de Eid no es un día para reunirse simplemente en una especie de fiesta, sino que es fundamental cumplir aún en mayor medida que en los días ordinarios las responsabilidades que Dios nos ha encomendado. Debemos cumplir con los derechos del culto y cumplir con los derechos del prójimo, y esta es una responsabilidad que recae en cada creyente.

En este día, debemos prometer que nos esforzaremos constantemente en cumplir con los derechos de Dios y con los derechos de Su creación. Solo entonces celebraremos realmente el Eid. Este es el tipo de Eid que debemos intentar alcanzar. Dios Altísimo ha llamado nuestra atención sobre estos derechos en numerosas ocasiones en el Sagrado Corán. Si nos comprometemos en este día de Eid a centrarnos en el cumplimiento de estos derechos (que he mencionado en general en los sermones de los viernes anteriores) y hacemos que esto forme parte integral de nuestras vidas, lograremos el objetivo del Ramadán y también nos contaremos entre los que cumplen el verdadero propósito de la celebración de Eid. En el versículo [del Sagrado Corán] que he recitado, Dios nos ha recordado algunos de estos derechos y dice que quienes no los cumplen son orgullosos y jactanciosos y Dios no está complacido con ellos. Aquellos con quienes Dios Altísimo no está complacido no tendrán éxito en su fe ni en este mundo. En una ocasión, el Santo Profeta (sa) también dio una estricta advertencia al respecto. Declaró: “Dios Todopoderoso no permitirá a nadie que tenga la más mínima arrogancia entrar en el paraíso”. Al oír esto, alguien dijo: “A quien desea ponerse buena ropa y buenos zapatos y mantener una buena apariencia, ¿en qué categoría se le incluiría?” El Santo Profeta (sa) dijo: “Esto no es arrogancia; Dios Altísimo es Bello y ama la belleza”. El Santo Profeta (sa) dijo, además: “La arrogancia es cuando una persona niega la verdad; considera a los demás inferiores, los mira con desprecio y los trata con descortesía”.

Por lo tanto, usar ropa bonita en el día de Eid, arreglarse y usar perfume, etc. son cosas que complacen a Dios, sin embargo, a Dios le desagrada que alguien muestre orgullo y arrogancia por ello. En este versículo, tras esta amonestación, Dios Altísimo declara al final que no le agradan los que son orgullosos y jactanciosos. [Este versículo] menciona los derechos que le debemos a Dios Altísimo y los derechos que debemos a Su creación. Es derecho de Dios que lo adoremos. Y aunque adorarle y no asociarle ningún compañero sea un derecho divino, somos nosotros quienes obtenemos beneficio de ello. La gente pregunta cómo [nuestra adoración] beneficia a Dios Altísimo. Dios no se beneficia de ello; Dios declara que el propósito de la creación del hombre es adorarlo, pero no es para Su beneficio. De hecho, Dios Altísimo nos ha invitado a la adoración para nuestro propio mejoramiento, para recibir Sus bendiciones y para nuestra reforma. Él nos ha ordenado ofrecer el Salat para evitar que cometamos males. En cierto lugar, Dios Altísimo afirma:

اِن اِنَّ الصَّلٰوۃَ تَنۡھٰی عَنِ الۡفَحۡشَآءِ وَالۡمُنۡکَرِ ؕ وَلَذِکۡرُ اللّٰہِ اَکۡبَرُ

‘En verdad, la oración preserva a la persona de la obscenidad y del mal manifiesto, y el recuerdo de Al’lah es en verdad la mayor virtud.’ (29:46)

Por lo tanto, somos nosotros los que nos beneficiamos al ofrecer el Salat, a través de la adoración y el recuerdo de Al’lah, y es Dios Altísimo Quien nos recompensa a cambio. Hay una narración en la que se menciona que una vez una persona dijo al Santo Profeta (sa), ‘¡Oh Mensajero (sa) de Al’lah! Dime de un acto que me permita entrar en el paraíso y crear distancia entre mí y el fuego del infierno”. Al oír esto, el Santo Profeta (sa) declaró: “Adora a Dios o y no asocies a nadie con Él. Ofrece el Salat, da Zakat y trata a tus parientes cercanos con amabilidad (en otras palabras, mostrar amor y bondad a los propios familiares).

Podéis comprobar que este es el modo en que Dios otorga Su gracia al concedernos el bien en este mundo y darnos la buena nueva del paraíso en la próxima vida.

Además, en otra narración se menciona que el Santo Profeta (sa) dijo: “Recibirá vida eterna el corazón de quien se dedica a la adoración durante las noches de los dos Eids, puramente por la causa de Al’lah”.

Qué buena noticia es que a través de la adoración al Dios Altísimo continuemos recibiendo Sus recompensas. Por lo tanto, Eid no es solo una celebración, sino que significa vivificar sus noches con la adoración y, a cambio, recibir vida espiritual eterna. Algunos piensan que podrán dormir plácidamente nada más acabar el Ramadán. Esas personas solían despertarse para el Sehri y, como resultado, también tenían la oportunidad de ofrecer dos nawafil [oraciones voluntarias]. Sin embargo, ahora muchos de ellos muestran pereza a la hora de despertarse para la oración de Fállar el día de Eid. La gente no debería emplear el Covid como excusa; sino que deberían ir a la mezquita para ofrecer su oración de Fállar. Si hubo menos asistencia [en las mezquitas] el día de Eid, deberían intentar aumentar la asistencia al día siguiente. Allí donde se celebre el Eid al día siguiente, deberán asegurarse de tener esto en cuenta y asistir [a la mezquita] el día del Eid, o al menos despertarse a tiempo para ofrecer la oración del Fállar junto con sus hijos en su hogar. Debemos hacer todo lo posible por ofrecer nuestras oraciones en congregación. Como mencioné en el sermón del viernes pasado, se deben ofrecer las oraciones del modo más excelente. No hay que pensar que el final del Ramadán y la celebración de Eid  da permiso para excusarse ​​de la adoración, para ofrecer menos oraciones o prestar menos atención a las oraciones, ya que la oración es lo único que nos garantiza ser receptores de la gracia de Dios Altísimo en este mundo y en el venidero.

Tras hacer hincapié este versículo en el cumplimiento de los derechos de Dios, dirige nuestra atención hacia el cumplimiento de los derechos de Su creación. Como mencioné antes brevemente, el Santo Profeta (sa) ha ordenado a tratar a los parientes cercanos con amabilidad. En este versículo, Dios Altísimo ha mencionado estos diferentes derechos con detalle. Dios declara que hay que mostrar bondad a los padres. Después de la providencia divina concedida por Dios, son los padres quienes muestran la mayor bondad al criarlos y cuidar de su crianza. Este es un favor que nunca podremos restituir. Mostrar bondad a los padres significa que hay que dirigirse a ellos con suavidad y amor. Debemos mostrarles respeto y honrarlos. Con respecto a los padres, Dios Altísimo dice en otro lugar:

فَلَا تَقُلۡ لَّھُمَاۤ ا

‘No les digas nunca ninguna palabra que exprese disgusto.’ (17:24)’

Una persona expresa disgusto cuando no le agrada algo y en este versículo dice que nadie debe decir ninguna palabra que exprese disgusto si algo le desagrada. En otro lugar se dice que hay que servirlos en todo lo posible y mostrarles obediencia, salvo que digan algo que se oponga a la fe o a Dios Todopoderoso. En tal caso, es preciso dar prioridad a la fe, pero incluso entonces no se les debe tratar con rudeza. Hay que decirles simplemente que no se les puede obedecer en ese asunto, ya que es un asunto relacionado con Dios Altísimo y la fe.

Este es, pues, es el mandamiento dado a un creyente sobre el modo de tratar a sus padres. Después  está el mandamiento de tratar a los parientes con amabilidad. El Santo Profeta (sa) dijo: “Aquel que desea que se le conceda abundancia en su riqueza o desea que se le conceda una larga vida y quiere que la gente hable bien de él, debe adoptar la cualidad de mostrar bondad a sus parientes cercanos.” Se deberá cuidar de los propios parientes directos, así como de los parientes del cónyuge. Los que son ricos y al emigrar a otros países han mejorado sus circunstancias con la ayuda de Dios, deben tratar de incluir a aquellos familiares en sus celebraciones de Eid cuyas circunstancias no son tan buenas. Sin embargo, no existe ninguna condición que estipule que solo hay que ser amables y generosos con los familiares que muestren una actitud benévola a cambio. De hecho, incluso aunque no se comportaran correctamente, también es preciso adoptar una conducta excelente hacia ellos. En una ocasión, alguien le preguntó al Santo Profeta (sa) qué debía hacer si, a pesar de tratar bien a sus parientes, estos se empeñaban en romper la relación con él, se negaban a responderle o no le trataban bien.

El Santo Profeta (sa) dijo: “Aunque esto sea cierto, debes mantener la misma conducta y tratarlos con amabilidad. Este será un acto de benevolencia de tu parte hacia ellos y en tanto en cuanto los trates con amabilidad, Dios te continuará ayudando”. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad hacer buenas obras, pues la verdadera felicidad de Eid consiste en seguir practicando el bien sin aspirar a ninguna recompensa o remuneración a cambio, ya que es un mandamiento divino y de Su Mensajero (sa), y porque el mismo Dios Altísimo otorga recompensa a cambio.

Quisiera aclarar aquí que algunos hombres impiden que sus esposas se reúnan con sus parientes, hasta el punto impedir que sus esposas se reúnan con sus propios padres, es decir, los parientes y padres de la esposa. Esto es pura ignorancia. Guardar rencor por cosas triviales ya sea porque el hermano dijo tal o cual cosa en una ocasión o su hermana hizo tal comentario, o porque sus padres se comportaron de cierta manera con sus padres, o que sus tíos le hablaron de cierta manera… todos estos son actos ignorantes. No le corresponde a un creyente albergar tales pensamientos. Por lo general, estas son cosas que salen generalmente a la superficie.

Por lo tanto, si deseamos complacer a Dios y obtener la ayuda divina, deberán evitarse tales actos inútiles y vanos. La persona que saluda a otra con humildad y es la primera en extender una mano de reconciliación para lograr el agrado divino, se convierte en receptora de los favores de Dios. Por ello, todos los áhmadis debe prestar especial atención a ello.

Igualmente, con respecto a la relación entre esposo y esposa, hay que hacer todo lo posible por eliminar las rencillas causadas por temas triviales e insignificantes en el hogar. A los hombres se les ordena tratar con amabilidad y amor a sus esposas, y a las esposas se les ordena que se conformen [con lo que poseen] y asegurarse de atender su hogar.

Dirigiendo nuestra atención hacia el cumplimiento de los derechos de la humanidad, Dios ordena cuidar de los huérfanos y los pobres. Este es un tema muy importante que todo áhmadi debe tener en cuenta. Aunque no se conozca personalmente al huérfano, la Comunidad cuenta con un fondo para huérfanos, en el que se debe contribuir en lo posible. Se debe incluir a los huérfanos en las celebraciones de Eid  y contribuir a este fondo. Hablando de la importancia del cuidado de los huérfanos, el Santo Profeta (sa) declaró: ‘En el Día del Juicio, el que cuida de un huérfano y yo estaremos tan unidos como dos dedos de la misma mano’ indicando esto con sus dedos. Estas, son, pues virtudes duraderas, y hay que contribuir al respecto. Asimismo, hay muchos otros fondos de la Comunidad, como el fondo de matrimonio, fondos para los enfermos y fondos para estudiantes. Todo el que disponga de medios, deberá contribuir con una parte.

Además, haciendo hincapié en el cuidado de los pobres, Dios declara que el creyente da de comer a los huérfanos y a los pobres para lograr Su agrado. El Santo Profeta (sa) también dijo: “Si deseas ablandar tu corazón, alimenta a los pobres y coloca tu mano sobre la cabeza del huérfano”. Para tener la oportunidad de practicar el bien y lograr el agrado divino el creyente debe imponerse a sí mismo este servicio a la humanidad. Y deber recordar esto especialmente con ocasión del Eid. En cuanto a los que disponen de medios, no deberán contribuir con esta ayuda solamente en Eid, sino con regularidad.

Además, está el mandamiento de buena conducta hacia los vecinos. Si se comprendiera la realidad de [los derechos debidos a] los vecinos y, se intentara cumplir en lo posible con las obligaciones hacia los mismos, terminarían los conflictos en el mundo. Para un creyente, el verdadero Eid solo podrá tener lugar cuando se terminen los problemas del mundo.

¿Quién se define como vecino? En una ocasión, el Mesías Prometido (as) declaró que se considera vecino o prójimo a cualquiera que viva dentro de los 100 Kos, es decir, las personas que residan a una distancia de 100 millas de vosotros son vuestros vecinos.

Según esta definición, nadie permanece al margen de la esfera del prójimo. El Santo Profeta (sa) dijo: “Si tus vecinos te elogian, eres un buen vecino”. Por lo tanto, este es el estándar para ser considerado un buen vecino, a través del cual se puede establecer el amor y la armonía en la sociedad. No existe distinción, al margen de la religión que se profese. De hecho, he comprobado que algunas personas tratan muy bien a los vecinos de otras religiones, pero no mantienen buenas relaciones con los áhmadis. En esta ocasión de Eid es preciso eliminar también este tipo de rencillas.

Por otro lado, está el mandamiento del trato amable hacia los que se sientan con vosotros y con los compañeros de trabajo. Si todos pusieran esto en práctica se abrirían nuevas avenidas para el Tabligh [predicación], y al abrirse estas avenidas de Tabligh, este Eid se transformará en un verdadero Eid. Hoy en día, en Occidente, en los países occidentales, surgen de vez en cuando movimientos de oposición al Islam. En este contexto, solamente a través de nuestra moralidad  conseguiremos mostrarles las verdaderas enseñanzas del Islam.

También está el mandamiento del buen trato hacia los subordinados y a los débiles; estén o no relacionados con vosotros. El Islam no dice que dispenséis un buen trato a los familiares o a la gente de la misma fe o de la misma nación, sino que habla de derechos humanos. Habla de los derechos de los parientes y de los derechos de los que no son parientes. También menciona los derechos de los vecinos, tanto los cercanos como los lejanos, e incluso de los derechos de aquellos que os acompañaron en determinado viaje.

Después, [el Islam] menciona los derechos de los desposeídos y los débiles. También habla de los derechos de los subordinados. ¿Existe algún derecho que no abarque el Islam? Estos derechos también se han mencionado en otros versículos. Para establecer estos derechos, el Sagrado Corán presenta una enseñanza muy bella, es decir, la enseñanza de la justicia y la equidad. La ha explicado de forma incomparable y la ha mencionado en muchas ocasiones. Por ejemplo, dice que para hacer justicia es preciso atestiguar la verdad, aunque sea en contra de uno mismo o los propios padres o familiares, como se dice:

اَیُّھَا الَّذِیۡنَ اٰمَنُوۡا کُوۡنُوۡا قَوّٰمِیۡنَ بِالۡقِسۡطِ شُھَدَآءَ لِلّٰہِ وَلَوۡ عَلٰۤی اَنۡفُسِکُمۡ اَوِ الۡوَالِدَیۡنِ وَالۡاَقۡرَبِیۡنَ

‘¡Oh vosotros que creéis! sed estrictos en la observancia de la justicia y sed testigos por Al’lah, aunque sea contra vosotros mismos o contra vuestros padres y parientes.” (4:136)

Estas son las cosas que mantienen la paz en la sociedad y conseguirán establecer una bella sociedad. Estas son las cosas que realizamos para lograr el agrado divino y poder transformar la tierra en un paraíso. Este es el Eid que se convierte en un Eid verdadero: cuando alcancemos el paraíso en esta tierra y cuando seamos capaces de transformar esta tierra en un paraíso cuidando de los derechos de Al’lah y Su creación. La verdadera virtud, como enseña el Islam, significa velar por los derechos del prójimo y no causar disturbios en la tierra en aras de los propios derechos. El rango de creyente requiere hacerse cargo de esta responsabilidad y comprobar que no haya nadie cuyos derechos no se cumplan.

Nuestro deber no se limita a restituir un préstamo a alguien. Nuestro deber es, más bien, emplear todo nuestro potencial, habilidades y moralidad en nuestro trato con los demás, tratándolos con amabilidad y empatizando con sus problemas y dificultades. Estas son todas las cosas que pueden conseguir que nuestro Eid sea un verdadero Eid, un Eid que no se prolongue solamente durante un día, sino un Eid que alcance la complacencia divina y perdure eternamente.

Además, con motivo del Eid, debemos mostrar preocupación y orar por el mundo en general, en lugar de contentarnos simplemente con nuestra propia felicidad. En estos días, el mundo se dirige hacia la destrucción. Esto es muy preocupante para nosotros, como debería ser, porque también es nuestro deber salvar a la humanidad. Todo esto está ocurriendo [en el mundo] por no cumplirse los requisitos de la justicia y prestarse la debida atención a los derechos ajenos. Si la gente cumpliera sus promesas y se esforzara por establecer la justicia a todos los niveles y respetar los derechos ajenos, y si se estableciera una verdadera justicia  y se respetaran debidamente los derechos del prójimo, no hubiéramos presenciado la destrucción de Irak, Siria, Libia, Yemen o Afganistán. No habríamos visto el estado lamentable en que han quedado  de estos lugares, ni seríamos testigos de todo lo que está ocurriendo en Ucrania.

Por lo tanto, como he dicho, comprender realmente estos deberes e informar al mundo delas verdaderas enseñanzas del Islam, llevándolas a la vez a la práctica, creará nuevas vías para el Tabligh y también servirá de instrumento para la salvación del mundo. Debemos prestar especial atención a esto. El mundo está abocado a la destrucción y no se percatan de ello. En su opinión, el poder mundanal y la demostración de su superioridad es la única garantía para salvar sus vidas. No se dan cuenta de que, en lugar de salvarlos, esto ciertamente los conducirán hacia su destrucción. Es ilusorio considerar que no se va a utilizar armas nucleares o que la posibilidad de que esto suceda es escasa. Los países se amenazan mutuamente con armas nucleares, pero en cualquier caso, Dios sabe mejor si llegarán a utilizarse. Sin embargo, parece cierto que estas personas están avanzando rápidamente hacia la destrucción y la ruina y el resultado final será la devastación y la ruina.

En estas circunstancias, solo hay una cosa que puede salvar al mundo de la destrucción, y es que el mundo reconozca a su Creador y se acerque a Él. El mundo no tiene conocimiento ni idea de esto; a los áhmadis les recae la responsabilidad de guiar a la gente por este camino. Deben decirles que su supervivencia depende del cumplimiento de los derechos que corresponden a Al’lah y a Su creación, y no de sus poderes [mundanos]. Tendremos que informar a las masas de la destrucción hacia la que les están llevando sus líderes. Por lo tanto, según las circunstancias, deberíamos crear nuevas vías para Tabligh. Es preciso contactar con la gente del propio entorno y orientarles. En lugar de perder el tiempo en las redes sociales manteniendo conversaciones futiles, debemos tener una conversación constructiva. En lugar de perder el tiempo en esas cosas, debemos guiar a las personas hacia Dios Todopoderoso. Debemos informarles de esta realidad, de que su salvación depende de su acercamiento a Dios. Si llevamos a cabo esta tarea de informar al mundo, entonces no solo estaremos luchando por el establecimiento de la paz en nuestros hogares, ciudades y países, sino que también salvaremos al mundo de la destrucción y convirtiéndonos en portadores de felicidad. La única forma de salvar al mundo de la destrucción es ayudarlo a reconocer a Dios Todopoderoso y cumplir con los derechos que le corresponden. Para lograr esto, tenemos que asegurarnos de que nuestra propia condición reúne los más altos estándares. Este es el verdadero Eid. Para su celebración, Dios Altísimo envió al Verdadero Siervo del Santo Profeta (sa) para reformar esta era, y  llamó una y otra vez la atención del mundo hacia ello.

Ahora deseo presentar una breve referencia de Hazrat Musleh Maud (ra) que alguien envió al editor de Al-Fazl. Esta referencia es de un sermón de Eid pronunciado por Hazrat Musleh Maud (ra) que ha sido publicado, y por casualidad este sermón de Eid al-Fitr también tuvo lugar el 2 de mayo de 1957. Debido a una enfermedad, Hazrat Musleh Maud (ra) pronunció un breve sermón. Sin embargo, sólo presentaré un resumen del mismo. Se refiere al Tabligh, a la devoción que debemos sentir por la predicación, al modo en que debemos informar al mundo y cómo podemos cumplir con nuestra obligación de ser musulmanes áhmadis. Dijo que, en esencia, nuestro Eid solo puede considerarse Eid si se celebra [de la misma manera] que el Santo Profeta (sa). Si celebramos Eid, y no lo hacemos del mismo modo que el Santo Profeta (sa), este Eid no podrá considerarse Eid. Dijo que a pesar de que haber transcurrido más de 1300 años desde la muerte del Santo Profeta (sa), si un musulmán no incluye al Santo Profeta Muhammad (sa) [en su Eid] y se conforma con celebrar un Eid superficial, este tipo de celebración no le servirá de nada. La celebración del Eid del Santo Profeta (sa) no consistía en comer fideos o Sheer Khurma [pudín de fideos], sino que consistía en la difusión del Sagrado Corán y el Islam. Si se propagan el Corán y el Islam, el Santo Profeta Muhammad (sa) también participará en nuestro Eid. El Santo Profeta (sa) se alegrará al ver que su Ummah ha conseguido mantener la tarea para la que fue enviado.

Por lo tanto, debéis esforzaros en difundir el Islam y el Corán, para que el Santo Profeta (sa) pueda participar en nuestro Eid. Posiblemente ya estamos realizando el Tabligh, pero para cumplir con sus requisitos debemos esforzarnos aún más que antes. No podemos decir que nuestra progenie posee el mismo celo y espíritu requerido por el Tabligh, que tenían quienes nos precedieron, ni poseemos el mismo espíritu que tuvieron quienes nos precedieron. Hasta que no inculquemos este celo y espíritu por el Tabligh en nuestra descendencia y en nuestro interior, no podremos celebrar el verdadero Eid, que es el Eid del Santo Profeta (sa). Debemos, pues, tener siempre presente el mensaje de que hay que transmitir este espíritu a las generaciones futuras, prestando especial atención a nuestra propia transformación pura. Debemos cumplir con los derechos que corresponden a Dios Altísimo y a Su adoración y debemos instar a nuestras generaciones futuras a actuar del mismo modo, para que cumplan con los derechos del prójimo e intenten en lo posible difundir las enseñanzas del Corán y el Islam, y para que este espíritu se transmita de generación en generación. No debemos descansar hasta que no se haya izado la bandera del Islam y del Santo Profeta (sa) en el mundo. Que Dios Altísimo nos ayude a presenciar tal Eid y, a emplear todas nuestras facultades en este empeño.

Ahora haremos una oración silenciosa, en la que pediremos por la liberación de aquellos que están encarcelados [en el camino de Dios] y por las familias de los mártires, que Dios Altísimo sea su Protector y Ayudante. Orad por aquellos que ofrecen sacrificios financieros para la Comunidad, para que Dios les otorgue innumerables bendiciones en sus riquezas y vidas. Pedid por los que han consagrados sus vidas, para que Dios mantenga vivo su espíritu de consagración y les ayude llevar a cabo su tarea con ahínco y devoción y sea este su único propósito. [Pedid] para los misioneros que llevan a cabo su deber, esforzándose en izar el estandarte del Santo Profeta (sa) en el mundo y atraer al mundo bajo el estandarte de la Unidad de Dios. Que Al’lah derrame Sus innumerables bendiciones en nuestros humildes esfuerzos y podamos contemplar pronto la victoria del Islam y del Santo Profeta Muhammad (sa) en el mundo”.

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