Rasgos Distintivos del Islam
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Discurso pronunciado por Hazrat Mirza Tahir Ahmad, Jalifat-ul-Masih IV (la paz de Dios sea con él), en la Universidad de Canberra -Australia-

La No Monopolización de la Verdad

Al abordar el tema de los rasgos distintivos del Islam, el aspecto primero y más atractivo con el que nos encontramos es la total negación de que posea el monopolio de la verdad y de que no hayan existido otras religiones verdaderas. Tampoco afirma que los árabes hayan sido los únicos receptores del amor Divino. En este sentido, el Islam es la única religión que rechaza categóricamente la noción de que la verdad sea monopolio de una única creencia, raza o pueblo; al contrario, profesa que la guía Divina es una bondad general que ha sostenido a la humanidad en todas las épocas. El Sagrado Corán nos indica que no existe raza o pueblo que no haya sido bendecida con la bondad de la guía Divina, y que no hay región en la tierra o grupo de gentes que no hayan recibido Profetas y Mensajeros de Dios. (S. Corán, 35:25)

Contrariamente a esta visión islámica universalista de la manifestación de los favores de Al-lah sobre todos los pueblos de la tierra, sorprende el hecho de que ningún Libro de cualquier otra religión verifique o tan siquiera mencione la posibilidad de que otros pueblos o naciones hayan recibido luz y guía de Dios en alguna etapa de su historia. De hecho, la verdad y la validez de una religión local o regional se engrandece de tal forma que las verdades de otras creencias se ignoran por completo, como si Dios fuera exclusivo de una única fe, una única raza o un único pueblo, con la total exclusión de los demás pobladores de la tierra. Es como si el sol de la luz de la verdad se hubiera levantado y se hubiera ocultado en el horizonte limitado de un cierto pueblo con la exclusión del resto, dejándoles sumidos, abandonados y condenados a la eterna oscuridad. Por ejemplo, la Biblia presenta sólo al Dios de Israel, y cita repetidamente: “Bendito seas Jehová, Dios de Israel”.(Crónicas 16:36). No menciona ni implica tangencialmente la verdad de las revelaciones religiosas que descendieron sobre otras tierras y otros pueblos. De esta forma, la creencia de los judíos de que todos los profetas israelitas fueron únicamente enviados a las tribus de Israel, muestra completa conformidad con el propósito y mensaje de la Biblia. Jesús mismo declaró que su advenimiento iba dirigido para la guía de las tribus Hebreas exclusivamente, como él mismo menciona: “No he sido enviado sino para las ovejas perdidas de la Casa de Israel”. (Mateo 15:24). Igualmente cita: “No dad a los perros lo que es sagrado, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos”.

De forma análoga, la religión hinduista dirige sus libros exclusivamente hacia las castas superiores. Está escrito que “si alguien de casta inferior escuchara por casualidad un texto de los Vedas, el Rey sellaría sus oídos con plomo y cera fundidos. Si recitara una parte de la Escritura, su lengua debería ser cortada; y si aún persistiera en la lectura del Veda su cuerpo debería ser cortado en pedazos”. (Gotama Smriti, 12).

Aún no considerando estas aseveraciones tan drásticas e incluso ofreciendo interpretaciones más suaves, permanece el hecho de que los libros Sagrados de distintas creencias no aluden – ni implican- la veracidad de las religiones de otras tierras y otros pueblos. La cuestión básica que uno se plantea es que, si de hecho todas las creencias fueron verdaderas, entonces ¿qué sabiduría encierra presentar un concepto de Dios en términos tan limitados y restrictivos? El Sagrado Corán inmediatamente nos da una respuesta clara a esta cuestión. Cita que incluso antes de la revelación del Corán y el advenimiento del Santo Profeta Muhammad (lpbD), ciertamente se enviaron Mensajeros de Dios en cada nación y en cada rincón del globo. Sin embargo, su radio de acción fue regional y sus asignaciones temporales. Y ésto fue así porque la civilización humana no había alcanzado un estado de desarrollo que permitiera el envío de un Mensajero universal, portador de un Mensaje universal.

Una Religión Universal

El primer versículo mismo del Sagrado Corán alaba al Señor, que es el Sustentador de todos los mundos, y el último pasaje invita a implorar al Señor de toda la humanidad. Ambas, las primeras y las últimas palabras del Sagrado Corán presentan el concepto de un universo entero, y no el de un Dios de los árabes o de los musulmanes. En verdad, ningún libro anterior al Sagrado Corán, se dirigió al mundo entero. La primera afirmación en este sentido fue dirigida a favor del Santo Profeta del Islam (lpbD) con estas palabras: “Y no te hemos enviado sino como albriciador y amonestador para toda la humanidad, pero la mayoría lo ignora”. (34:29). En otra parte el Sagrado Corán cita: “Dí, ¡oh humanos!. Ciertamente soy un Mensajero hacia todos vosotros”. (7:159). Cuando el Sagrado Corán se denomina asimismo como “Un Mensaje para toda la humanidad” (81:28), presenta adecuadamente la guía relacionada con el verdadero desarrollo y avance del ser humano.

El Sagrado Corán ha sido nombrado repetidamente el “Confirmador” de otros Libros y a los musulmanes se les invita a creer en los demás Profetas, exactamente de la misma forma en que creen en el suyo propio. En nuestra fe, se nos prohibe ensalzar a unos frente a otros, y menos aún reconocer a algunos y negar a otros. El Sagrado Corán dice: “Cremos en Al-lah, en Sus Ángeles, en sus Libros y en Sus Mensajeros”, diciendo “No hemos forjado distinción alguna entre ellos”. (2:286).

Sería interesante examinar si la universalidad en sí es un fenómeno deseable, y por qué el Islam ha puesto tanto énfasis sobre este aspecto. Desde que el Islam propuso el Mensaje de la unificación de la humanidad, la marcha hacia esta unidad ha continuado acelerándose en todas las esferas. Un ejemplo en nuestra época del sentido de esta marcha es el establecimiento de diferentes cuerpos y federaciones internacionales. Ciertamente no son sino granos de arena en el largo y tortuoso camino hacia la unificación de toda la humanidad. De esta forma, la necesidad que se está forjando de modo imperativo en el avanzado y civilizado hombre de hoy, ya fue enunciada cuando se sembró la primera semilla con el mensaje del Islam hace mil cuatrocientos años. Hoy, naturalmente, el rápido desarrollo de los medios de comunicación y de transporte, ha generado un nuevo ímpetu en el proceso de unificación entre pueblos.

Diferencias y Contradicciones entre las Diversas Doctrinas. Su Realidad

Una pregunta que surge es que si de hecho, todas las religiones fueron fundadas por Mensajeros de Dios, ¿por qué entonces existen diferencias en sus enseñanzas? ¿Acaso el mismo Dios ha enviado enseñanzas diferentes? Esta pregunta es respondida únicamente por el Islam, siendo además un rasgo distintivo de él. El Islam sostiene que existen dos causas de diferenciación entre las diversas religiones.

En primer lugar, la variación de las condiciones han exigido reglas y dictados variantes, y Al-lah, Omnisapiente y Sabio, proporcionó guía de acuerdo a sus necesidades en diferentes épocas, regiones y pueblos. En segundo lugar, los contenidos de las distintas creencias perdieron color y marchitaron bajo las vicisitudes del tiempo, no preservándose, por tanto, en su forma original. En ciertas ocasiones, los mismos seguidores introdujeron innovaciones y variaciones para adaptarse a las nuevas necesidades, y los Libros originalmente revelados se interpolaron con este propósito. Obviamente, estas adulteraciones del Mensaje Divino implicaban en el fondo la necesidad de una guía fresca de la Fuente Original. Al-lah cita en el Sagrado Corán: “Ellos tergiversan las palabras del Libro y olvidan gran parte de lo que les fue revelado”. (5:14).

Si examinamos la historia de las diferencias de las distintas creencias a la luz de los principios enunciados en el Sagrado Corán, veremos que tienden a disminuir cuanto más nos acercamos a su origen. Por ejemplo, si limitamos la comparación del Cristianismo y el Islam a la vida de Jesús y a los cuatro libros de la Biblia, aparecerán sólo pequeñas diferencias en las enseñanzas fundamentales de la Biblia y del Corán. Sin embargo, cuanto más nos adentramos en el tiempo, el abismo de las diferencias se hace mayor, hasta ser algo infranqueable y todo debido al empeño humano en revisar lo que fue revelado originalmente. La historia del resto de las creencias nos revela la misma realidad básica (así lo recalca el Sagrado Corán), y es que la dirección de la interpolación humana y la revisión del Mensaje Divino, se encamina necesariamente a la adoración de varios dioses en lugar de un Único Dios, y del paso de una realidad a una ficción: la deificación de los seres humanos.

El Sagrado Corán nos enseña que el método más seguro para distinguir a una religión verdadera, a pesar de las mutilaciones, es examinar su origen. Si éste revela la enseñanza de la Unidad de Dios, la adoración de un Único Dios, y una verdadera y genuina simpatía hacia toda la humanidad, entonces esta religión, a pesar de los cambios posteriores, debe ser aceptada como verdadera. Los fundadores de religiones que satisfagan este criterio, son ciertamente seres rectos y piadosos, y verdaderos Mensajeros designados por Dios, entre los que no tenemos que hacer distinción, y en cuya verdad hemos de creer. Poseen ciertos rasgos fundamentales comunes que los engloban, salvando el tiempo y el lugar. Dice el Sagrado Corán: “Y no se les ha ordenado sino servir a Al-lah, adorándoLe sinceramente, siendo rectos, observando oración y pagando caridad. Y esta es la religión de las gentes que adoptan el camino recto”. (98:6).

Una Religión Eterna

Otro rasgo distintivo del Islam es que no sólo reclama su carácter universal, sino que afirma ser una religión eterna, cumpliendo las condiciones de esta aseveración. Por ejemplo, un Mensaje es eterno solamente si es completo y perfecto en cualquier aspecto, y también garantiza la veracidad de su contenido. En otras palabras, sus Libros revelados han de poseer la garantía Divina en contra de la revisión y adulteración humanas. En lo que respecta a las enseñanzas coránicas, el Todopoderoso mismo señala: “En el día de hoy os He perfeccionado vuestra religión, os He agraciado generosamente y os He elegido el Islam por religión”. (5:4).

La Salvaguarda del Sagrado Corán

Como ya he mencionado antes, no es suficiente para una enseñanza eterna que sea completa y perfecta, sino que ha de existir una garantía para su perpetua preservación en su forma original. El Sagrado Corán satisface ampliamente este requerimiento básico, y Quién reveló el Libro, proclamó de la forma más clara: “Por cierto que revelamos este Libro, y que somos sus custodios.” (15:10). En otras palabras, Dios mismo lo salvaguardaría sin permitir adulteraciones.

De acuerdo con la Voluntad Divina, uno de los métodos de preservación del texto ha sido la memorización del Libro por centenares de miles de personas en cada época. Esta práctica continúa hoy día. Además, la medida más efectiva de conservar el sentido real y la esencia del Mensaje, ha sido la práctica Divina de enviar Guías y Reformadores en cada siglo, que profetizaron el advenimiento de un Gran Reformador y Revitalizador en la última época. Iba a ser designado Jefe Espiritual por el Todopoderoso mismo, y bajo su guía, resolvería las diferencias y controversias de los seguidores del Islam, salvaguardando con ello el verdadero espíritu del Santo Corán.

Lógicamente surge la pregunta si la afirmación coránica sobre su preservación posee el soporte de evidencias fidedignas. Un indicio para resolver esta cuestión se basa en el hecho de que un gran número de investigadores no musulmanes han fracasado por completo – muy a pesar suyo – en demostrar que el texto del Sagrado Corán haya sido tergiversado lo más mínimo tras la muerte del Santo Profeta del Islam. De hecho, existen muchos investigadores no musulmanes que se han sentido obligados, tras una extensa investigación en reconocer abiertamente que el Corán ha permanecido preservado y salvaguardado en su forma original. Por ejemplo, Sir William Muir en su obra “La vida de Muhammad” comenta: “Debemos afirmar, bajo la más severa presunción que cada versículo es la composición genuina e inalterada de Muhammad mismo” (P.XXVIII). En otra parte cita: “Por otra parte, existe toda seguridad, interna y externa, de que poseemos el texto que Muhammad nos legó y utilizó” (P:XXVII). Dice Noldeke: “Pudieron existir pequeños errores en las copias. Sin embargo, el Corán de Osmán no contiene sino los elementos genuinos, aunque a veces en un orden muy extraño. Los esfuerzos de los eruditos europeos para demostrar posteriores interpretaciones en el Corán, han fracasado”. (Enciclopedia Británica. Edic. Qur’an).

Una Religión Completa

Cuando analizamos la afirmación distintiva y única del Islam que las enseñanzas del Sagrado Corán son completas y perfectas, capaces de guiar a la humanidad en cualquier época, encontramos bases apoyadas en la razón. No es posible en este pequeño resumen tratar este aspecto con detalle, pero voy a referirme a ello en algunos principios rectores y ejemplos ilustrativos. En primer lugar, debemos considerar cómo el Islam satisface las demandas de los tiempos cambiantes, cumpliendo así la necesidad de algún tipo de revisión en sus enseñanzas. Es realmente fascinante estudiar la guía práctica del Islam a este respecto, de la que les voy a presentar ahora un simple ejemplo:

1. El Islam sólo enuncia principios fundamentales y se abstiene de concretar detalles que requieran ser modificados para hacer frente al cambio de los tiempos y las situaciones.

2. El Islam es plenamente consciente de la evolución intelectual, social y política, y sus enseñanzas abarcan todas las situaciones posibles. No sólo reconoce que se dan cambios continuos y desarrollos en las naciones, sino también el hecho de que no todos los pueblos están a la par en su estado de desarrollo en un momento dado. Por ejemplo, es posible que la tierra aún pueda estar habitada por gente prehistórica, y algunos grupos y tribus estén a miles de años de nuestra era, aunque compartamos la misma época. Su estado intelectual, social y político pudiera en verdad pertenecer a una época del pasado. Estoy completamente seguro de que todos coincidiríamos en que sería una locura forzar a adoptar las modernas ideologías políticas a los aborígenes de Australia o a los pigmeos del Congo.

3. El Islam es una religión que se ajusta a la naturaleza humana y satisface sus necesidades. No necesita cambios en su enseñanza, a menos que también ocurra un cambio fundamental en la naturaleza humana, hecho que podemos descartar.

Estos son unos pequeños esbozos sobre los principios de las enseñanzas del Islam. Permítanme ahora disertar un poco más para que mi explicación sea comprendida con más detalle.

El Zakat (La Contribución) en Lugar del Interés

El Islam condena por completo la institución del interés en cualquiera de sus formas y aboga por su total eliminación. La fuerza motriz que presenta en su lugar para el movimiento del sistema económico, se denomina “Zakat”. Lógicamente no podría entrar en este tema con detalle debido a la premura del tiempo. Por ello, tan solo mencionaré unas palabras sobre la metodología adoptada por el Sagrado Corán para presentar la esencia de sus enseñanzas en esta esfera tan importante. El Zakat es un sistema de impuestos sobre el capital, que se extrae de las clases más pudientes. Además de satisfacer las demandas del Estado, este impuesto está pensado para atender las necesidades del pobre. En otras palabras, este sistema no sólo satisface los requerimientos de la maquinaria gubernativa, sino también garantiza el cumplimiento de las demandas del bienestar social. Se ha enunciado el principio básico, dejando en manos de los que poseen vista y comprensión precisar los detalles en consonancia con las condiciones del entorno y del momento. El Sagrado Corán menciona que de entre la riqueza de aquellos que tienen cubiertas con holgura las necesidades básicas, existe una parte para los que son incapaces de satisfacer sus requerimientos fundamentales y son considerados pobres en su entorno. Ello establece claramente que es un derecho de cada persona tener cubiertas sus necesidades básicas en cualquier campo, y los responsables de satisfacer tal obligación son los que poseen bienes suficientes para vivir dignamente, dejando en manos del Estado el modo de actuar, siendo el responsable de asegurar que el sistema es justo y equitativo, y cumple adecuadamente este propósito básico.

Directivas en Asuntos Políticos

Una cuestión internacional con la que nos confrontamos hoy, es la determinación de la forma de gobierno de una región o país. En este aspecto, los principios rectores del Islam son tan oportunos, poderosos y flexibles, que su verdad y puesta en práctica resaltan por sí mismas. No se puede negar que una forma particular de gobierno se considera apropiada o no, únicamente cuando se aplica a las condiciones que prevalecen en un momento dado, y por ello es absurdo suponer que un sistema político específico pueda satisfacer las necesidades de todas las gentes y todas las épocas. Por ello, el Islam no aboga por una forma particular de gobierno. No presenta una forma democrática o socialista, ni recomienda una monarquía o una dictadura. En lugar de concretar una forma de gobierno, sea del tipo que fuera, enseña que las funciones gubernamentales sean desempeñadas siempre con justicia, solidaridad y con simpatía, observando y apoyando siempre los principios básicos de los derechos humanos. De esta forma, en lugar de poner énfasis en la comúnmente aceptada definición de democracia, es decir, “gobierno por el pueblo”, el Islam dice que, sea cual fuere la forma de gobierno, en cualquier caso tiene que tener como objetivo “para el pueblo”. Por ello, cuando habla de la democracia entre otras formas de gobierno, lo hace resaltando su calidad. Subraya que no ha de ser una democracia hueca, sino que aquellos que han de elegir a sus gobernantes, han de ser personas competentes, motivadas a escoger con toda honestidad únicamente a quienes realmente puedan desempeñar el cargo. Este es el requisito en cualquier tipo de elección que impone el Sagrado Corán. Dice: “En verdad, Al-lah os ordena devolver lo depositado a sus propietarios y que cuando juzguéis entre personas, lo hagáis con justicia”. (4:59). Así pues, cualquier gobierno que sea establecido está obligado a gobernar con justicia, sin discriminación de color, raza o credo.

Voy a resumir ahora brevemente las reglas que derivan de las directrices básicas del Sagrado Corán referentes a cualquier tipo de gobierno:

1. Es obligación de un gobierno proteger el honor, vida y prosperidad de su pueblo. (4:59)

2. Un dirigente ha de actuar siempre con justicia, ya sea entre individuos o entre pueblos. (4:59)

3. Los asuntos nacionales han de ser establecidos tras mutua consulta. (42:39)

4. El gobierno debe satisfacer las necesidades básicas del hombre: proveerle de alimento, vestido y vivienda. (20:119-120)

5. El pueblo ha de ser provisto de un entorno pacífico y seguro, y sus vidas, propiedades y honor, protegidos. (2:206)

6. El sistema económico ha de ser equitativo y disciplinado. (2:206)

7. Debe implantarse un sistema de Seguridad Sanitaria. (2:206)

8. Ha de existir total libertad religiosa. (2:257)

9. A un pueblo vencido se le ha de tratar con justicia. (5:9)

10. Los prisioneros de guerra deben ser tratados con compasión. (8:68)

11. Los tratados y acuerdos han de ser siempre respetados. (9:4)

12. No se han de imponer acuerdos injustos sobre los débiles. (47:5)

13. Los ciudadanos musulmanes están obligados a obedecer al gobierno regente. La única excepción a esta regla es el caso en que el gobierno se oponga rotundamente al cumplimiento de las obligaciones y deberes religiosos. (4:60)

14. Si ocurrieran divergencias con el dirigente, éstas han de ser resueltas a la luz de los principios enunciados por el Sagrado Corán y por el Santo Profeta (lpbD). En ningún caso es lícito actuar por motivos egoístas. (4:60)

15. Es deber del pueblo ayudar a las autoridades con proyectos que promuevan el bienestar social. Está prohibido apoyar a movimientos no cooperativistas. (5:3). Similarmente, los gobiernos están obligados a apoyar a empresas productivas, ya sean individuales o colectivas, y no obstruir estas tentativas.

16. A una nación poderosa le está prohibido cualquier tipo de agresión contra otra nación. Tomar las armas sólo se permite en propia defensa. (22:40)

El Concepto Islámico de Justicia

Voy a citar a continuación algunos ejemplos importantes de principios islámicos que necesitan quizás un especial énfasis en el mundo actual. El primero de ellos se refiere a la enseñanza islámica respecto a la igualdad y la justicia. Otras religiones no presentan un enfoque comprensivo acerca de la administración de la justicia, e incluso si lo hacen, lo presentan en términos difícilmente aplicables en el día de hoy. De hecho, algunas de estas directrices chocan con el intelecto y la sensibilidad de nuestra época, y se llega a la conclusión de que, o bien estas enseñanzas se corrompieron, o bien, que su campo de aplicación fue local o temporal. Así, el judaísmo presenta a Dios únicamente como el Dios de Israel con la total exclusión del resto de la humanidad – sin importar quién -, ignorando por completo el concepto fundamental de los derechos humanos.

En lo que respecta al hinduísmo, se muestra extremadamente hostil, no sólo con respecto a los no-hindúes, sino también hacia los mismos hindúes de casta inferior, estrechando aún más el campo de la bendición Divina hacia una reducida sección de la raza humana. Está escrito: “Si un Brahman es incapaz de devolver un préstamo a uno de raza inferior, éste no posee ningún derecho a pedir su devolución. Sin embargo, si uno de casta inferior no puede devolver un préstamo tomado de un Brahman, ha de trabajar como empleado del Brahman hasta que pueda devolver el dinero prestado”. (Manu Smriti 10:35).

De nuevo estudiando el judaísmo, uno se decepciona al observar el concepto de justicia aplicado al enemigo. Está escrito: “Cuando te los hayan entregado y tú los hayas derrotado, los darás al anatema. No harás pacto, ni usarás de gracia con ellos.” (Deuteronomio 7:2).

Voy a describir, por comparación, unos ejemplos de las enseñanzas islámicas a este aspecto. El Sagrado Corán menciona:

1. “Y cuando juzguéis a vuestros semejantes, que sea con equidad”. (4:59).

2. “Sed justos, fieles testigos por amor a Al-lah, aún cuando el testimonio sea contra vosotros mismos, contra vuestros padres o vuestros allegados”. (4:136).

3. “Que el odio a los demás no os incite a ser injustos con ellos. Sed justos, porque ello está más próximo a la piedad.” (5:9).

4. “Y luchad en la causa de Al-lah contra aquellos que luchan contra vosotros, pero no transgredáis. Al-lah no ama a los transgresores.” (2:91).

5. “Si ellos se inclinan a la paz, inclínate tú también a ella”. (8:62).

El otro ejemplo que quisiera citar acerca de las eternas enseñanzas del Islam, son las relacionadas con la venganza y el perdón. Cuando comparamos las enseñanzas del Islam en este terreno con las de otras creencias, una vez más nos sorprende la cita del Antiguo Testamento: “Pero si se hiciere daño, pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, pié por pié.” (Éxodo 21:24).

Sin duda, tanto énfasis en la venganza, no sólo sorprende sino genera tristeza en el corazón. Sin embargo, no cito este ejemplo para degradar a otras creencias, sino para demostrar que bajo los principios coránicos, estas medidas pueden estar a veces justificadas. El Sagrado Corán de esta forma, nos ayuda a entender las conflictivas enseñanzas de otras creencias con espíritu de simpatía y comprensión, que es también un distintivo exclusivo de él. Según el Sagrado Corán, se reveló aplicar la venganza para satisfacer las necesidades de un período muy particular. Era necesario alentar a los israelitas para que lucharan por sus derechos, después de haber sido víctimas y esclavos durante un largo período, y por ello, acobardarse y desarrollar un arraigado complejo de inferioridad. Lógicamente, en estas circunstancias, no era adecuado hacer hincapié en el perdón, ya que los israelitas se hubieran hundido aún más en ese pozo, y no hubieran tenido la suficiente confianza y empuje para romper las cadenas de su cautiverio. Esta enseñanza era correcta y adecuada de acuerdo con la situación del momento, y así fue transmitida por el Sabio Dios.

Por otra parte, cuando leemos el Nuevo Testamento, encontramos que en completa contraposición con la anterior Escritura, se enfatiza el perdón hasta tal punto que priva a los israelitas del derecho de venganza. La verdadera razón, es que con la práctica de la enseñanza anterior durante un largo período de tiempo, los israelitas se hicieron tan duros y fieros, que únicamente se les pudo frenar suspendiendo durante un tiempo el derecho a la venganza. Por eso, Jesús les amonesta diciendo: “Sabéis que se os dijo ojo por ojo, diente por diente. Pero yo os digo que no os resistáis al mal; antes, a quién te hiere en tu mejilla derecha, vuélvele también la otra. Y al que te quiera llevar la túnica, déjale también el manto.” (Mateo 5:35-45).

El Islam considera complementarias ambas enseñanzas opuestas, cada cual sujeta a las condiciones y situaciones prevalecientes en la época y de ninguna manera afirma que sean universales o eternas. Esto se apoya perfectamente en una base razonable ya que el hombre aún no había evolucionado hacia estadios más superiores de desarrollo y no existía suficiente capacidad para que se le revelara una ley definitiva y universal. Creemos que el Islam es esta ley final y presenta una enseñanza que no está sujeta al espacio o al tiempo. El Sagrado Corán dice: “La recompensa de un daño es un daño similar; más quién perdona y su acto produce la reforma, tendrá su recompensa con Al-lah. En verdad, El no ama a los inicuos”. (42:41).

El Islam, pues, combina los mejores rasgos de las dos enseñanzas anteriores, con la añadidura de que el perdón se ordena con el objetivo de que el transgresor se corrija y mejore, siendo éste el verdadero propósito. Si no fuera así, entonces, el castigo es necesario, pero no excediéndose del nivel de transgresión. Ciertamente, esta enseñanza está en completa conformidad con la naturaleza humana y es tan practicable hoy como cuando fue revelada, hace mil cuatrocientos años.

Algunas Otras Distinciones

El tema de los rasgos distintivos del Islam es enorme, y únicamente voy a poder mencionar algunos aspectos que he escogido para esta presentación. El tiempo no me va a permitir más que hacer una referencia de pasada a ciertos aspectos que no quisiera omitir:

1. El Islam sostiene que Dios es el Creador del Universo y presenta Su Unidad en términos tan asequibles, que son comprensibles tanto por un hombre sencillo como por un intelectual. El Islam denomina a Dios un Ser Perfecto, Fuente de todas las excelencias y libre de cualquier mancha. Es un Dios Vivo, que se manifiesta en cualquier parte, ama a Su Creación y escucha sus súplicas. Ninguno de Sus atributos ha dejado de operar; es más, se comunica con la humanidad como lo hacía antaño, y no ha cerrado las puertas de Su encuentro.

2. El Islam sostiene que no existe contradicción entre Su Obra y Su Palabra. De esta forma se salva la rivalidad entre ciencia y religión, y no exige al hombre creer en algo fuera de las leyes de la naturaleza por Él prescritas. Nos invita a reflexionar sobre ella, y extraer un uso beneficioso, ya que todo ha sido creado para el beneficio de la humanidad.

3. El Islam no proclama hechos infundados ni nos obliga a creer en lo que no comprendemos. Apoya sus enseñanzas mediante la razón y la explicación, satisfaciendo nuestro intelecto y las profundidades de nuestra alma.

4. El Islam no se basa en mitos o en folklore. Invita a cada uno de nosotros a experimentarlo de “motu propio” y sostiene que la verdad siempre se puede verificar de una forma u otra.

5. El Libro revelado del Islam es único, distinguiéndose del de otras creencias. A pesar de los esfuerzos colectivos realizados desde hace siglos, sus oponentes han sido incapaces de crear algo semejante o incluso parecido a una parte de él. Su mérito no descansa únicamente en su aspecto literario, sino en la simplicidad y la compresión de sus enseñanzas. El Sagrado Corán proclama que es la mejor enseñanza – afirmación no formulada por ningún otro Libro revelado-.

6. El Sagrado Corán afirma que combina los mejores rasgos de anteriores Escrituras, y que todas las enseñanzas duraderas y comprensivas están recogidas en el. Dice: “Esto es lo que fue enseñado en anteriores Escrituras, las Escrituras de Abrahám y Moisés”.

7. Un rasgo distintivo del Islam es que su Libro revelado está escrito en una lengua viva. ¿No es curioso que las lenguas de otros Libros revelados hayan muerto o no se utilicen?. Un Libro vivo, ha de estar enmarcado en una lengua viva y duradera.

8. Otra distinción del Islam es que su Profeta pasó por todos los estados imaginables de la experiencia humana, comenzando por una pobre y huérfana infancia y finalizando como el indiscutible legislador de su pueblo. Su vida ha sido documentada con el más mínimo detalle y refleja una incomparable fe en Dios y un constante sacrificio en Su Camino. Vivió una vida plena y llena de acción, y nos ha legado un ejemplo de conducta perfecta en cada esfera del comportamiento humano. Todo concuerda, ya que fue una viva interpretación del Sagrado Corán, y mediante su ejemplo personal, iluminó el camino de la humanidad para cualquier tiempo venidero; un papel que no cumplió adecuadamente ningún otro profeta.

9. Otra distinción del Islam son las múltiples profecías que se han ido cumpliendo con el paso del tiempo y han reforzado la fe de sus seguidores en la existencia de un Dios Omnisapiente y Vivo. Este proceso continúa hoy día, como por ejemplo, el reciente descubrimiento del cuerpo preservado del Faraón que expulso a Moisés y a su pueblo de Egipto. Otro ejemplo reciente de las profecías coránicas es la referente a nuevos medios de destrucción: “Cuando el fuego fuera dividido en pequeñas partículas que se dilatarían y agitarían antes de explotar con una ferocidad, que causaría la evaporación de las montañas.”

10. Otro rasgo distintivo del Islam es que cuando menciona a esta vida y la vida después de la muerte, también predice acontecimientos futuros de este mundo. Cuando éstos se cumplen, se refuerza la fe de sus seguidores en la vida futura.

11. El Islam se diferencia de otras creencias al proveer un código comprensible de conducta en asuntos individuales, colectivos e internacionales. Estas directivas abarcan cualquier situación imaginable, e incluyen las relaciones entre el joven y el anciano, el amo y el criado, las relaciones familiares, las relaciones entre amigos y socios, e incluso entre adversarios. Las reglas y principios enunciados son verdaderamente universales y han pasado la prueba de fuego del tiempo.

12. El Islam proclama completa igualdad entre la humanidad, sin diferencia de casta, credo o color. El único criterio de honradez aceptado es el de la rectitud, no el de nacimiento, raza o color. El Sagrado Corán dice: “Ciertamente, el más honrado entre vosotros en vista de Al-lah es el más virtuoso.” (49:14). “Cualquiera que haga el bien, sea hombre o mujer y sea creyente, entrará en el Paraíso, en el que se le proveerá con creces.” (40:41).

13. El Islam presenta una definición del bien y el mal que le distingue de otras creencias. No dice que los deseos humanos sean malos; únicamente que su uso desordenado e impropio, generan el mal. El Islam enseña que nuestras inclinaciones naturales han de ser reguladas y canalizadas para hacerlas constructivas y beneficiosas para la sociedad.

14. El Islam no sólo ha hecho a las mujeres herederas de la propiedad, sino que les ha otorgado iguales derechos que a los hombres, pero no de una forma que desatienda los rasgos distintivos de su anatomía y sus responsabilidades exclusivas en la crianza y el cuidado de los niños.

Una Religión de Paz

Por último, me gustaría dar la enhorabuena a todos los buscadores de la verdad, pues el Islam es la única fe que garantiza la paz en todas las esferas y en todos los niveles: individual, social, económico, nacional e internacional. El mismo significado de la palabra “Islam” es paz, y el que se convierte musulmán, no sólo crea un paraíso para sí, sino que lo garantiza a los demás evitando cualquier acción que le lleve a actuar con injusticia y corrupción. El Santo Profeta Muhammad (lpbD) dijo que “un musulmán es aquel que de palabra y obra no daña a sus semejantes”. (Bujari, Kitabul Iman). El transcendental sermón que el Santo Profeta (lpbD) ofreció momentos antes de su muerte, tras ofrendar lo que se denominó con posterioridad “La Última Peregrinación”, es una eterna carta de paz para toda la humanidad. El Islam no sólo nos enseña la paz entre los hombres, sino también entre el hombre y su Creador, de tal forma que no sólo quedan salvaguardados los demás seres humanos de la obra y palabra de un musulmán, sino también él mismo se preserva de la censura y la ira de Dios, pena que merecería como resultado de cometer transgresiones. Así pues, la paz de un musulmán se percibe en este mundo y al mismo tiempo se extiende en la vida futura.

Si las enseñanzas del Islam fueran puestas en práctica por las naciones de la tierra, nos podríamos ver librados de luchas y destrucciones. El Islam es una fe viva, y reclama ser capaz de establecer la relación entre el hombre y Dios, de la misma manera que ocurrió en el pasado. El Islam no considera que la revelación y la comunión con Dios sean hechos del pretérito. Cree que los caminos de felicidad espiritual emprendidos por Noé, Abrahám, Moisés, Jesús y el Profeta del Islam (la paz sea con todos ellos), aún permanecen abiertos, invitando a los que deseen buscar una cercana comunión con Dios.

El Movimiento Ahmadía del Islam

El Movimiento Ahmadía del Islam cree que estas demandas se han cumplido en nuestra época en la persona de su fundador, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (lpD), que nació en 1835 en una remota aldea de la India, Qadián. Se le encargó, mediante mandato Divino, atraer a la gente hacia el camino de la piedad y la rectitud, y observando estrictamente las enseñanzas del Islam, fue bendecido con una íntima comunión con el Todopoderoso. Recibió igualmente revelación Divina, que forma la base de sus múltiples profecías, que se han ido cumpliendo con precisión tras su vida.

De acuerdo con la Dirección Divina, fundó el Movimiento Ahmadía en el Islam en el año 1889, y tras dejar tras sí una comunidad de cientos de miles de entusiastas y dedicados seguidores, murió en 1908. Su misión continúa, y la comunidad sigue su curso, dirigida por sucesores elegidos.

Describiendo la finalidad de su advenimiento, el Fundador de nuestro movimiento dice: “He sido enviado para demostrar que el Islam es la única religión viva. He sido bendecido con poderes espirituales que invalidan a otras creencias y a los que de entre nosotros están espiritualmente ciegos. Puedo demostrar a cualquier oponente que el Corán es un milagro en sus enseñanzas, en su lúcido conocimiento, en su vista profunda y delicada y en su perfecta elocuencia. Sobrepasa a los milagros de Moisés y a los de Jesús en cientos de veces.” (Anyame Atham. Rohani Jazain).

Continúa diciendo: “Soy la luz de esta época de tinieblas. Quien me siga, se salvará de los hoyos y las trincheras que ha preparado Satanás para los que quieran caminar entre tinieblas. Él me ha enviado para que guíe a la humanidad, con la paz y la humildad, hacia el verdadero Dios, y establezca de nuevo las altas cualidades en el Islam. Él ha manifestado grandes signos en mi favor, que son, según los Libros Sagrados, la medida para reconocer a un hombre de veracidad.” (Jesús en la India).

Quisiera finalizar mi alocución con otros escritos del Fundador del Movimiento Ahmadía, que son una llamada a toda la humanidad: “El espejo en el que se revela la faz de Dios es Su comunión con el hombre. Que aquellos cuyos corazones anhelan la verdad, se levanten y salgan en su búsqueda. Digo, en verdad, que si el alma lo desea ardientemente y el corazón por ello suspira, la gente buscará el medio para seguir este camino recto. Mas, ¿ comó desbrozar este camino y levantar el velo de la ignorancia? Aseguro a todos los buscadores de la verdad que el Islam es el único camino que promete al viajero esta meta feliz y le da la buena nueva. Para las demás gentes se ha cerrado la vía de la inspiración Divina. Pero estad seguros de que Dios no ha obstruido el acceso a este camino. Creencias tales sólo son las de los privados de semejante bendición Divina. Tened también por seguro que, así como no podéis ver sin ojos, ni hablar sin lengua, de igual modo sin el Santo Corán no podéis ver la faz del Amado. Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca vi un hombre que bebiera hasta saciarse de no ser de esta sagrada fuente: la fuente pura de la sabiduría.”

Sin duda, esta llamada es un mensaje generador de vida para cualquier alma buscadora de la verdad.

(lpD) -> (la paz de Dios sea con él)

(lpbD) -> (la paz y las bendiciones de Dios sean con él)

Imagen: cortesía de Simon YeoLicencia Creative Commons

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