¿Te cuesta crear nuevos hábitos? ¡Prueba el Ramadán!

El Ramadán es un periodo en el cual cada persona se siente motivada, acompañada y con la convicción de que tiene a Dios de su lado más que nunca, para tratar de implementar cambios positivos en su vida. Por eso el Ramadán es un mes tan especial y algo de lo que cualquier persona, sea musulmana o no puede beneficiarse.

Introducción

Hola a todos, soy Tarik. En este vídeo me gustaría explicar por qué el mes de Ramadán es fundamental para cualquier persona que desea cambiar y mejorar diferentes aspectos de su vida. Durante este mes son múltiples las facetas que se pueden lograr desarrollar: nuestro desarrollo físico, intelectual, emocional, social y espiritual.

Con una mentalidad adecuada, este mes nos permite romper con hábitos nocivos y desarrollar nuevos hábitos positivos de forma efectiva. A diferencia de tratar de hacer lo mismo en otras fechas, como, por ejemplo: las propuestas de que nos hacemos en año nuevo o en un cumpleaños; durante el Ramadán estamos acompañados de una enorme cantidad de personas que, al igual que tú, también buscan alcanzar metas similares, lo que hace que sea más fácil inculcar cambios en nuestras vidas.

Desarrollo emocional

En el aspecto emocional, el ayuno continuado es una excelente disciplina que entrena la mente y el cuerpo para hacer frente a emociones como la ira, el hambre, la sed, la ansiedad, el desánimo, etc. Pensad en esto: cuando una persona deja de comer y beber durante un periodo prolongado de tiempo, es normal que se vuelva más irascible y es más difícil que controle sus emociones y sentimientos. Sin embargo, si entrenamos nuestra mente a controlar estos impulsos mientras estamos en ayunas, a lo largo de un mes entero, entonces, cuando retornemos a una situación de normalidad, sin tener que pasar hambre ni sed, será mucho más fácil para nosotros controlar nuestras emociones.

Por eso, es importante que tengas una mentalidad adecuada y te tomes este mes como un periodo de entrenamiento mental. De esa manera, aunque surjan situaciones que te puedan producir emociones negativas: enfado, venganza, ansiedad, desánimo, etc. tu propia hambre seguirá siendo lo primero que sientas. Así que, si eres capaz de utilizar el hambre como catalizador y recordar en cada momento que estás ayunando con el objetivo de entrenar tu mente y controlar tus impulsos, será más fácil que aguantes ese arrebato de ira o dejarte llevar por otras emociones.

Poco a poco, tu mismo verás como comienzas a desarrollar una actitud más paciente, una mayor tranquilidad y fortaleza mental. Es muy posible que tropieces al principio, pero el hambre te volverá a recordar por qué estas haciendo todo esto. Y con perseverancia verás los resultados.

Desarrollo espiritual

El aspecto espiritual del Ramadán promueve una actitud que pretende no solo evitar los hábitos perjudiciales, sino también alejarnos de todas aquellas cosas que nos producen satisfacción o placer pero que no son provechosas. Por ejemplo, durante el ayuno no se considera apropiado pasar el tiempo viendo la televisión o pasar horas conectados a las redes sociales. El Corán dice que una persona que ayuna sin dedicar su tiempo en actividades más provechosas lo único que hace es pasar hambre.

En lugar de ello, fomenta a que dediquemos ese tiempo en desarrollar nuestra parte espiritual. He hablado en detalle de la importancia que tiene desarrollar nuestra espiritualidad y como afecta positivamente nuestra vida en otro vídeo que podéis ver en la descripción de abajo. Pero básicamente, no debemos descuidar nuestra parte espiritual ya que, sin ella, nuestros principios y valores quedarán comprometidos y, en general tomaremos peores decisiones y sufriremos más.

El ayuno ha sido una herramienta muy utilizada por los profetas para buscar la ayuda de Dios porque produce una actitud que está en sintonía con aquello que Dios desea de nosotros: el hambre y la sed te hace más humilde, compasivo, sensible, y además, en ayunas eres capaz de concentrarte mejor en tus oraciones.

Por ello durante el Ramadán, se pone un gran énfasis en las oraciones comunitarias en las mezquitas y también en hacer oraciones adicionales por la noche.

Desarrollo social

En el aspecto social, el Ramadán es un periodo en el que se pone gran énfasis en desarrollar nuestras relaciones interpersonales.

Es muy eficaz, por ejemplo, en mejorar las relaciones con nuestra familia, vecinos, amigos y otros miembros de la sociedad. Durante este mes, el ayuno se practica de forma comunitaria, y además cada persona debe disminuir el tiempo que dedica a las actividades de ocio que no sean provechosas. Este tiempo se debe aprovechar para aumentar no solo nuestra espiritualidad, sino también nuestra generosidad hacia los demás.

Es muy común invitar a familiares, amigos y vecinos a abrir el ayuno, o bien darles parte de la comida que hayamos preparado. También debemos aprovechar cualquier oportunidad para ayudarles, y nos enseña a manifestar nuestra humildad restableciendo nuestras relaciones deterioradas con cualquier familiar o ser querido.

Además, cuando eres capaz de comprender mejor el sufrimiento de otra persona, es más fácil que te sientas más compasivo hacia ella. Por eso, el Ramadán es la mejor manera de aumentar nuestras acciones caritativas y limosnas, lo cual fomenta el bienestar social.

Desarrollo intelectual

En cuanto al desarrollo intelectual, el ayuno también es un método potente para aumentar nuestro conocimiento. Al ayunar nuestra capacidad para realizar actividades físicas disminuye, pero nuestra facultad mental es más aguda, por lo cual es más fácil aprovechar este tiempo para leer libros o aprender nuevas habilidades. El Ramadán, además, posee un vínculo muy estrecho con el Corán y es una práctica habitual que los musulmanes traten de leer y comprender este libro durante este mes mucho más de lo habitual.

Desarrollo físico

Y en cuanto a los beneficios físicos, hoy en día hay muchos estudios que hablan acerca de los múltiples beneficios del ayuno. Ayuda a curar adicciones, ayuda a perder peso, mejora nuestro metabolismo, nos protege contra enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer, previene la diabetes, etc.

Para un musulmán, el Ramadán es un periodo en el que Dios afirma que potenciará los logros de aquellas personas que se esfuercen en desarrollar sus facultades y con ellas promuevan la paz y la armonía en la sociedad. Es decir, que el Ramadán es un periodo en el cual cada persona se siente motivada, acompañada y con la convicción de que tiene a Dios de su lado más que nunca, para tratar de implementar cambios positivos en su vida. Por eso el Ramadán es un mes tan especial y algo de lo que cualquier persona, sea musulmana o no puede beneficiarse.

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