El progreso global de la Comunidad continúa a pesar de la oposición
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

El progreso global de la Comunidad continúa a pesar de la oposición

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

SERMÓN DEL VIERNES, 19 de MAYO de 2023.

Pronunciado en la MEZQUITA MUBARAK de Islamabad (Tilford, Surrey), Reino Unido.

Después de recitar el Tashahud, el Taawwuz y el Surah Al-Fatihah,

Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifatul Masih V (atba), habló lo siguiente:

Al mencionar los favores de Dios Altísimo sobre la Comunidad y su continuo desarrollo, el Mesías Prometido (as) dice:

“También es un gran milagro de Dios que, a pesar de tanto rechazo y vilipendio y de los intensos esfuerzos de mis oponentes día y noche, esta Yamat sigue creciendo”.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“Es un gran milagro que, mientras nuestros adversarios se dedican día y noche a elucubrar enardecidos planes y se esfuerzan al máximo para acabar con este Movimiento, Dios siga expandiendo nuestra Comunidad”.

Después de esto, el Mesías Prometido (as) añade:

“¿Sabéis cuál es el motivo detrás de ello? La razón subyacente es que aquel que ha sido designado por  Al’lah y procede indudablemente de Dios Altísimo, progresa y avanza día a día y, su Movimiento prospera cada día más; y [también] cada día, aquel que intenta detenerlo queda arruinado y humillado, y finalmente sus oponentes y detractores mueren en un estado de gran desesperación”.

El Mesías Prometido (as) insiste:

“Nadie puede frustrar la voluntad de Dios cuando es realmente Su voluntad. Nadie puede detener el Movimiento iniciado por Al’lah y que Él desea promover [a pesar de sus esfuerzos y miles de estratagemas]; y esto es así porque, por mucho esfuerzo que uno realice y conciba planes, si ese Movimiento se paraliza por sus esfuerzos, entonces habría que reconocer que quien intentó detenerlo pudo más que Dios Altísimo. Pero nadie puede doblegar a Dios”.

Así pues, cada día vemos cómo se cumplen estas palabras del Mesías Prometido (as). [Por su parte], los opositores han hecho esfuerzos personales y han intentado conspirar colectivamente en contra de la Yamat, aparentemente al unísono. Sin embargo, de acuerdo con las promesas de Al’lah otorgadas al Mesías Prometido (as) [de que] “extenderé tu mensaje por todos los rincones de la Tierra” y “aumentaré la Comunidad de tus seguidores sinceros y devotos”, podemos observar que la Yamat se ha extendido por todo el mundo. [Aunque en su ignorancia], estos supuestos eruditos y opositores creen que aniquilarán a la Comunidad del Mesías Prometido (as) con su aliento. No obstante, no saben que en realidad están desafiando a Dios Altísimo y si se oponen a Él, [por lo que] son ellos los que serán destruidos, ya que Dios apoya y asiste a Sus siervos.

[En este sentido], podemos observar manifestaciones del apoyo y la ayuda de Al’lah incluso en países lejanos del mundo, en lugares a los que a veces no es fácil llegar y para hacerlo hay que atravesar caminos difíciles. Sin embargo, incluso en esas latitudes, Dios Altísimo manifiesta Su apoyo. [Por su parte], los adversarios se esfuerzan al máximo, pero fracasan. En algunos lugares, intentan atemorizar a los miembros de la Yamat causándoles dificultades físicas y financieras, aunque estos hechos incrementan la fe de sus miembros. [Ahora bien], no es posible abarcar todos los episodios del apoyo de Dios en todo el mundo, ni tampoco el cumplimiento de las promesas de Al’lah al Mesías Prometido (as). De todas formas, voy a presentar algunos acontecimientos relacionados con el progreso de la Comunidad y de cómo Dios Altísimo inculca dentro de los corazones de la gente que entre en el “Baiat” con el Mesías Prometido (as) y le acepten. [Asimismo], algunas personas se oponen [a la Yamat], pero lo hacen por falta de conocimiento y, una vez que son conscientes de la verdad, no solo dejan de oponerse, sino que incluso aceptan la Comunidad.

Mencionando uno de estos incidentes, el Amir [presidente nacional] de la Yamat en Congo Kinshasa ha escrito que:

“Uno de nuestros ‘mual-lims’ [maestros religiosos], Isa Sahib, vive en un pueblo de la provincia de Kongo Central. [Pues bien], fue a hacer ‘tabligh’ [transmitir el verdadero mensaje del Islam] junto con una delegación de la Comunidad. El imam de la región, Yibrail Sahib, era famoso por su oposición a la Yamat. Discutieron con él los temas de la muerte de Jesús (as) y el advenimiento del Imam Mahdi. [Entonces], cuando le quedó claro que el concepto de creer que Jesús (sa) está vivo, de hecho, deshonra al Santo Profeta Muhammad (sa) -que Dios nos perdone- comprendió todo el asunto. No era testarudo como los ‘maulwis’ [clérigos] paquistaníes y además comprendió el concepto del advenimiento del Imam Mahdi. [En consecuencia], allí mismo y en ese momento, junto con seis miembros de su familia y veintiún seguidores, hizo el ‘Baiat’ [la promesa de iniciación]; y es así como también se estableció allí una comunidad [local]”.

Luego, en algunos casos, Al’lah Mismo prepara el terreno para la aceptación. [En este sentido], el misionero de Guinea-Conakry relata:

“Hay una aldea llamada Kotaya a la que fuimos con el propósito de hacer ‘tabligh’ [predicar]. Después de que transmitiéramos en detalle el mensaje del Mesías Prometido (as), la persona más anciana del pueblo dijo: ‘Yo solía oír a menudo la palabra Mahdi de boca de mi abuelo, aunque nunca la entendí, ni mi abuelo me la explicó en detalle. No obstante, sí mencionó que estaba relacionado con el Islam. Por lo tanto, viendo que has mencionado hoy al Imam Mahdi en detalle, entro de todo corazón en el redil de Ahmadíat’. Después se dirigió a sus conciudadanos y les pidió: ‘Aceptad esta Yamat, pues he viajado por muchos países africanos y he sido testigo de cómo la Comunidad Musulmana Ahmadía sirve al Islam en todas partes. Las otras sectas, o están ocupadas en la búsqueda del mundo o superándose unas a otras en esfuerzos intelectuales solo para declararse unas a otras como incrédulas. Esta es la única Yamat que sirve al Sagrado Corán y al Islam’. Por la gracia de Dios Altísimo, todo el pueblo, incluido el imam, juró lealtad y se estableció una gran comunidad”.

[Luego], el misionero-jefe de Gambia narra que fueron a un distrito de allí llamado Niamina, en el que hay un pueblo, y describe que:

“Nuestro equipo de ‘tabligh’ [predicación] viajó allí y transmitió el mensaje del Islam-Ahmadíat. Les hablaron de las verdaderas y hermosas enseñanzas del Imam Mahdi (as) y les leyeron las ‘Diez condiciones del Baiat’. (Puede que vivan en un pueblo, pero son inteligentes y perspicaces). Al escuchar las ‘Diez condiciones del Baiat’ quedaron asombrados y comprendieron que se trata de asuntos pertenecientes al verdadero Islam, cuya profecía fue ya predicha por el Santo Profeta (sa). [Entretanto], la gente del pueblo manifestó: ‘Esta ha sido la primera vez que hemos escuchado las hermosas y maravillosas enseñanzas del Islam. Ninguno [de nosotros] ha oído nunca enseñanzas tan hermosas de nuestros supuestos eruditos’. Finalmente, dijeron que el Ahmadíat es el verdadero Islam y entraron en su redil, concluyendo que solo el Ahmadíat puede salvar a la humanidad del desagrado de Dios. Por la gracia de Al’lah, tras una larga sesión de predicación en forma de preguntas y respuestas, todas las personas -que eran cerca de 200- juraron lealtad y aceptaron el Ahmadíat”.

A continuación, un misionero de un país africano [Nigeria] explica que:

“A primera vista, algunos incidentes pueden parecer insignificantes en el campo de la predicación, pero muestran el apoyo y la ayuda de Dios Altísimo trabajando detrás de todo”.

Y añade:

“Nuestro equipo de ‘tabligh’ fue a poner en marcha un programa de divulgación en Bama, una ciudad clave del condado que es la sede del distrito. [Así], estábamos sentados en la mezquita cuando una delegación de cuatro personas del pueblo vino a recibirnos. Entre ellos había también una mujer que resultó ser la presidenta de la organización de mujeres de la ciudad. Los miembros de la delegación dijeron: ‘Hemos venido a invitarles a visitar nuestra zona y a transmitir el mensaje de la Yamat Musulmana Ahmadía, porque nos hemos enterado de que su Comunidad organiza actividades de predicación y prepara clases para enseñar a los niños [la recitación del] Santo Corán’.

Por eso, planeamos una visita al día siguiente. Tras llegar allí, presentamos la Yamat y hablamos del propósito y el objetivo del advenimiento del Mesías Prometido (as). A continuación hubo una larga sesión de preguntas y respuestas, al final de la cual todos los lugareños decidieron entrar en la Comunidad ese mismo día. De este modo, se estableció allí una nueva yamat [local]. Entonces reunieron a todos los niños de la zona y nos comentaron: ‘A partir de hoy, todos son niños de la Comunidad; [entonces], decidnos cómo se les puede enseñar el Sagrado Corán’. Presto, el misionero seleccionó a dos niños para enseñarles el Corán, que más tarde volverían a su mezquita y darían clases al resto de los niños para enseñarles el Santo Corán”.

Y continúa diciendo:

“Solo teníamos una intención piadosa, pero fue Dios Quien nos concedió Su ayuda y apoyo”.

[Por cierto], en Pakistán, se nos impide incluso escuchar la recitación del Sagrado Corán y mucho menos leerlo. [Por ejemplo], un áhmadi tuvo una demanda [judicial] en su contra por simplemente escuchar el Corán. Este es el Islam de estos supuestos “musulmanes”; por el contrario, aquí la gente presentaba a sus hijos a la Yamat para enseñarles a leer el Santo Corán, porque esta Comunidad es la que posee una verdadera comprensión del mismo.

Hay algunos que se hacen áhmadis, aunque más tarde caen en la codicia o por algún miedo dejan el Ahmadíat y luego piensan que podrán eliminar la Yamat. Sin embargo, Al’lah hace que esos pensamientos se vuelvan en su contra y la Comunidad continúa progresando de acuerdo con Su promesa.

Un misionero de Costa de Marfil escribe que:

“En la región de La Mé, hay un lugar llamado Karizoke donde, en 2008, la mayoría de la gente se unió a la Yamat. Allí había una pequeña mezquita en construcción y, en el momento en que la gente se reunió para seguir construyéndola, le dieron la mezquita a la Comunidad. [Más tarde], la Yamat completó la construcción de la mezquita, pero después de un tiempo, el imam local, que había hecho ‘Baiat’ antes y se había unido a la Comunidad, comenzó a albergar pensamientos erróneos y se separó de la misma; e incluso se hizo cargo de la mezquita. También comenzó a incitar a otros a romper lazos con la Yamat, aunque, por la gracia de Dios Altísimo, se mantuvieron firmes en el Ahmadíat. [Pues bien], cuando el clérigo se hizo cargo de la mezquita, ellos [los miembros locales] tomaron láminas de plástico, juntaron algo de madera y crearon un cobertizo improvisado para usarlo como mezquita donde ofrecer oraciones y celebrar las oraciones de los viernes allí también. No les preocupaba el hecho de que tenían que abandonar una mezquita construida como tal. En cualquier caso, Dios otorgó Sus bendiciones y él [el misionero] dice que este año, la comunidad [local] de allí pudo construir una hermosa mezquita de dos pisos con cúpulas y minaretes. [Es más], construyeron tal mezquita en esa área, que es significativamente más grande y hermosa que la mezquita que fue tomada por el clérigo no-áhmadi”.

En Pakistán, por un lado, nuestros minaretes están siendo derribados y las bóvedas rotas; mientras que, por otro lado, Al’lah nos está otorgando hermosas mezquitas en otros lugares y en mayor número.

Con respecto a cómo Dios Altísimo otorga Su ayuda contra los esfuerzos de los oponentes, hay un incidente en Chad, un país de África:

El misionero de allí escribe que en marzo de 2022 –estoy mencionando incidentes del año pasado y [espero], si Dios quiere, que los incidentes de este año lleguen a su debido tiempo– se inauguró la primera mezquita de la Yamat en la capital de Chad. Los opositores conspiraron juntos diciendo que la Comunidad Musulmana Ahmadía había traído una nueva religión a su país y que no deseaban que ganáramos mucha popularidad. Como tal, el número de oponentes comenzó a aumentar al igual que sus estratagemas.

El misionero afirma:

“Los supuestos eruditos y clérigos de nuestra zona pronunciaban discursos contra la Yamat en sus mezquitas y difundían propaganda falsa de que la mezquita áhmadi debería cerrarse. Para ello, reunieron a la gente y fueron al Consejo Islámico del Chad y les preguntaron por qué habían permitido que la Comunidad Musulmana Ahmadía abriera una mezquita, y por qué la mezquita estaba abierta para las oraciones del viernes; [y sugirieron] que la mezquita debería cerrarse de inmediato, [ya que], de lo contrario, eso iba a generar desorden en la zona. El Consejo Islámico dijo que los áhmadis tienen derecho a adorar [a su manera] y cómo podrían cerrar una mezquita que es la casa de Al’lah; y que si temían el desorden, entonces deberían denunciarlo a la policía”.

El Consejo Islámico allí al menos tiene algo de sentido común y es que no temían a nadie. En Pakistán, incluso los jueces emiten veredictos contra nosotros por temor a otros. [Allí], no solo se nos prohíbe llamar a nuestras mezquitas como tal, sino que ni siquiera podemos orar o adorar en ellas.

“En cualquier caso, a partir de entonces, esas personas fueron a la jefatura de policía y se quejaron de que había desorden en su área, y que los áhmadis debían ser detenidos porque habían traído una nueva religión y, Dios nos perdone, ni siquiera creen en el Santo Profeta Muhammad (sa). [Entonces], el jefe de policía llamó al misionero y le pidió una copia del registro de la yamat y el permiso que se había otorgado para construir la mezquita. [Subsecuentemente], se presentó toda la documentación. Luego le dijo que podía irse y que contactaría con él después de investigar. Más tarde, el jefe de policía llamó al líder de la aldea y le preguntó sobre la construcción de una mezquita por parte de los áhmadis en esa zona, y si los áhmadis han traído una nueva religión y no creen en el Santo Profeta (sa). El jefe respondió: ‘Ese no es el caso. He ofrecido las oraciones de los viernes con ellos en su mezquita y rezan justo como lo hacen los musulmanes. Conozco a la Comunidad Musulmana Ahmadía desde hace tres años y prestan un gran servicio a la humanidad’.

Un día, el jefe de policía incluso fue a nuestra mezquita y al ver ‘No hay digno de adorar sino Al’lah y Muhammad es el Mensajero de Al’lah” [‘Kalimah’] escrito fuera de la mezquita, se asombró y declaró: ‘Vosotros creéis en Muhammad (sa)’ y al ver los versículos coránicos escritos dentro del salón de la mezquita, quedó nuevamente asombrado, y manifestó: ‘Tenéis la misma Qibla [dirección de la oración hacia La Meca] y las filas en vuestra mezquita son como las de las mezquitas musulmanas. Me dijeron que habíais traído una nueva religión’. Por tanto, la policía no tomó ninguna medida. Incluso preguntaron en los hogares no-áhmadis de los alrededores y todos dijeron que no tenían problemas. Cuando sus intentos con la policía fueron infructuosos, esas personas comenzaron a ir a las casas de los vecinos incitándolos a alzar la voz para que expulsaran a los áhmadis. No obstante, ellos también dieron la misma respuesta de que esa es la casa de Dios Altísimo y no vieron nada en ellos que fuera contrario al Islam. De esta manera, se les hizo enfrentarse al fracaso en todos los sentidos”.

 

Con respecto a cómo Dios inclina los corazones a entrar en el redil de la Yamat, hay un incidente mencionado por el misionero en Belice, que es un país de América Central:

[Pues bien], dice que cuando una mujer con fuertes lazos con la Iglesia Metodista vio la construcción de la Mezquita Nur, Dios puso en su corazón que debía aceptar esa religión [el Islam]. Cuando se completó la construcción de la mezquita y se inauguró la misma, les dijo a sus amigos que Dios Altísimo había puesto en su corazón ir allí y convertirse en miembro de esa Comunidad. Sus amigos le informaron que había una mezquita más cerca de su casa y que si se iba a convertir en musulmana podía ir allí. [Pero] la mujer respondió diciendo: “No, Al’lah ha puesto en mi corazón que la Yamat Musulmana Ahmadía son buenas personas y ella debe unirse a ellos”. Por consiguiente, cuando fue a la Mezquita Nur y le presentaron la Comunidad, se emocionó mucho por cómo Dios la trajo a esta Yamat.

El misionero le dijo que Dios Altísimo le reveló al Mesías Prometido (as): “Haré que tu mensaje llegue a todos los rincones de la Tierra” y esto es exactamente lo que Al’lah está haciendo por la Comunidad del Mesías Prometido (as). Por lo tanto, tras visitar [la mezquita] durante unos días y aprender sobre las enseñanzas del Islam-Ahmadíat, hizo “Baiat” [la promesa de alianza] y entró en el redil de la Yamat.

A veces, hay personas que se oponen a la Comunidad basándose en conceptos erróneos o engañados por lo que otros dicen, mientras que ellos mismos son personas piadosas. [Así pues], con respecto a cómo Dios los guía, hay un incidente escrito por el misionero jefe de Gambia, quien relata que:

“Hay un lugar en el distrito de Yamara, donde se estaba construyendo una nueva mezquita. Cuando estaban comprando los cristales para las puertas y ventanas de la misma, fueron al Sr. Abu Bakr Sabaleh para que cortase dichos cristales, ya que él era un experto en esto. Le dijeron que estaban comprando los cristales para una mezquita, por lo que bajó su coste ya que era para una mezquita. [Así que] dice que cuando llegaron con los cristales, la persona que había venido a instalarlos estaba muy complacida de ver una mezquita tan hermosa en un área tan lejana. Sin embargo, cuando supo que esta mezquita pertenecía a musulmanes áhmadis, se enfadó mucho y rompió los cristales. De hecho, incluso se lesionó en el proceso. Ahora, [reflexionad sobre] cómo lo guió Dios Altísimo, pues dice que por la noche tuvo un sueño en el que se encontraba gritando mientras se ahogaba en el océano y cuando parecía no haber esperanza de ayuda, vio un barco que venía a salvarlo y, en el mismo, vio al Amir de la yamat musulmana ahmadía [local] y al misionero. La mañana siguiente era viernes y fue a la casa de la misión e hizo ‘Baiat’, entrando así en la Comunidad Musulmana Ahmadía”.

 

De manera similar, hay un incidente de la aceptación del Ahmadíat en Tanzania:

Existe una yamat [local] en Mwabema, que está en la región de Simiyu. Él [Amir] narra que el misionero local comenzó a predicar allí y cuando la gente de ese sitio quiso comprar un terreno para construir una mezquita y una casa para la misión, los precios que les pedían en todas partes eran demasiado altos. Al preguntar, se supo que los sacerdotes [cristianos] locales habían iniciado una campaña contra ellos para que nadie les vendiera el terreno para construir una mezquita, diciéndoles que practican la brujería, que tienen espíritus trabajando para ellos y que pueden matar a quien deseen a través del Corán y sin que nadie lo sepa. Por tanto, temerosos de esto, como era una zona cristiana, nadie les estaba dando un lugar para construir su mezquita.

En consecuencia, el misionero local fue de puerta en puerta para disipar los conceptos erróneos de la gente y trató de cambiar sus puntos de vista. Al cabo de un mes, un joven accedió a venderles su terreno de un acre y la Comunidad se lo compró. [Más tarde], el joven afirmó que, tras vender el terreno a la Yamat para la mezquita, experimentó muchas bendiciones. [Por ejemplo], declaró que un hombre se había negado a devolver su préstamo durante muchos años, por lo que muchos de sus asuntos quedaron pendientes. No obstante, unos días después de vender la parcela de tierra a la Comunidad, el hombre mismo vino y devolvió la cantidad total y así pudo pagar todas sus deudas. Esto le influyó mucho y junto con su familia aceptó el Ahmadíat.

[Ante eso], el misionero confesó:

“A continuación ha habido una avalancha de personas que han aceptado el Ahmadíat; hasta el punto de que cientos de personas en esa área han hecho ‘Baiat’ [el juramento de iniciación] y se han unido a la Yamat. Al’lah también ha permitido que la Comunidad construya una gran mezquita y una casa-misión”.

 

Cuando Dios decide guiar a alguien, procura los medios para guiarlos de maneras misteriosas. El misionero en jefe de Santo Tomé [y Príncipe], un país de África, escribe:

“Un turista de Marruecos fue a Santo Tomé [y Príncipe, isla que está frente a la costa de Gabón] y preguntó si había alguna mezquita musulmana allí. La gente lo dirigió a nuestra misión. Ofreció la oración del viernes con nosotros, que es cuando supo que esta casa de misión pertenece a la Yamat Musulmana Ahmadía. Hizo algunas preguntas y luego leyó los libros ‘Biografía de los Jalifas’ y ‘Asesinato en nombre de Al’lah’ en árabe. También vio programas de ‘MTA Al-Arabiyya’ [el canal de la MTA en árabe] mientras permaneció allí por algún tiempo. Observó la ‘Ceremonia Internacional de Baiat’ que ocurría en esos días o se estaba reproduciendo una grabación. Después de esto, regresó en marzo (del año pasado) y pidió ver el formulario del Baiat”.

Y continúa diciendo:

“Le dimos el formulario del ‘Baiat’ en árabe y regresó con el formulario completo en la mano”.

El misionero prosigue:

“Yo le dije que no debía apresurarse y que debía tomar su decisión después de orar por un tiempo, [pero]  respondió que pasó toda la noche ocupado en oración y que su corazón estaba tranquilo. No podía esperar más, porque si fallecía sin hacer ‘Baiat’ [a manos] del Imam [Mahdi (as)], entonces, ¿quién sería responsable? Dijo que había observado que la Comunidad Musulmana Ahmadía estaba establecía sobre la verdad. Le comenté que después de entrar en la Yamat, otros musulmanes en su país comenzarían a oponerse a él y también sus padres, y que cómo se enfrentaría a todo eso. [Entretanto], dijo que ya había informado a sus padres y que no tenían quejas. De hecho, ellos estaban felices. En cuanto a los demás, afirmó que no importaba si se oponían a él, porque no hay nada más grande que morir estando en el estado de haber aceptado el verdadero Islam”.

El misionero concluye:

“También tuve una video-llamada con su padre y expresó su alegría. También le dijo a su hijo que ya había escuchado todo y le aconsejó que, habiendo hecho ‘Baiat’, debería permanecer firme con la Comunidad”.

A pesar de vivir en Marruecos y tener una yamat [local] establecida allí, no fue introducido a la Comunidad en Marruecos. En cambio, Dios Altísimo lo envió a otro país de África, en un área lejana, donde se encontraban los medios para su guía.

[Por su parte], Alim Baba Yuvo Sahib de Uzbekistán nos cuenta:

“Nací en una familia musulmana y tengo 31 años. Vivo en Tashkent, una ciudad en Uzbekistán [la capital del país]. Estaba buscando un maestro para aprender el Sagrado Corán cuando conocí a Babur Yaan. Escuché acerca de las verdaderas enseñanzas del Islam de él y aprendí el Santo Corán. Me ayudó a aceptar la verdad y ahora he hecho el ‘Baiat’ y me he unido a la Yamat”.

Dios le permitió encontrar un maestro áhmadi para aprender el Corán. [En realidad], hay muchas historias como esta y no se trata solo de una mera coincidencia. Relatos como este se encuentran en diferentes países del mundo y ya he relatado uno anteriormente. Esta es una señal especial del socorro de Al’lah.

Otro miembro de Uzbekistán, Azimo Sahib, comenta:

“Nací en una familia musulmana. Hace cuatro años, comencé a ofrecer regularmente las cinco oraciones diarias y a leer el Sagrado Corán con traducción. Un día, me encontré con un escrito en el que el Santo Profeta Muhammad (sa) había declarado: ‘Entre mi Ummah habrá algunas personas que siempre permanecerán en la verdad y nadie podrá causarles ningún daño’. Estas palabras quedaron grabadas en mi corazón. Así, en mis oraciones y súplicas, comencé a orar para que Dios Altísimo me permitiera unirme a esa gente. Después de esto, tuve que soportar muchas dificultades y además fui despedido de mi trabajo. Sin embargo, seguí orando. Entonces tuve el deseo de aprender el Santo Corán y Dios me hizo conocer al (mismo) maestro, Babur Sahib. Mi maestro pertenecía a la Comunidad Musulmana Ahmadía, aunque yo no sabía este hecho de antemano. [Pues bien], primero comencé a aprender a leer el Corán. Un día, vi la ‘Kaabah’ en mi sueño y, [en el mismo], me acerqué a ella y la toqué. Entonces me di cuenta [en el sueño] de que no había realizado la ablución y fui al baño para hacerla y fue entonces cuando me desperté.

En cualquier caso, continué aprendiendo del profesor áhmadi y un día le pregunté sobre si Jesús, el hijo de María (as), descendería de los Cielos, a lo que respondió que había fallecido y quien iba a aparecer en su semejanza era el Imam Mahdi. Por consiguiente, investigué más a fondo y descubrí, e informé a mi profesor, de que el Imam Mahdi era en realidad Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (as). (El profesor no le predicó, sino que él hizo su propia investigación en internet y descubrió que Mirza Ghulam Ahmad -as- era el Imam Mahdi). Cuando se lo comuniqué a mi maestro, él también me confirmó que Mirza Ghulam Ahmad (as) era realmente el esperado Imam Mahdi.

De todos modos, a pesar de que se habían cumplido varios signos [en relación con el advenimiento del Imam Mahdi], seguí expresando mis dudas respecto a él. Más tarde, mi profesor me informó sobre la Yamat Musulmana Ahmadía y me confesó que él también era miembro de ella y mencionó que actualmente eran pocos y que había otros estudiantes como yo que posteriormente me presentó”.

Además, proclama:

“Seguí investigando y también rezando, y sentí que Al’lah había aceptado mis oraciones; y entonces hice el ‘Baiat’, [juramento de iniciación]”.

De la misma forma, hay otra persona de Uzbekistán que tiene una versión similar y que tuvo asimismo la oportunidad de hacer el “Baiat” el año pasado.

Luego, hay un informe de un país de África, [donde] un misionero de allí relata:

“Un ‘mual-lim’ [educador religioso] local y yo volvíamos de una reunión de la Comunidad. Era de noche y aún nos quedaba un largo viaje por delante. De camino, pasamos por un pueblo y había mucha gente reunida al borde de la carretera. Nos pararon y nos dijeron: ‘Os hemos visto pasar por aquí por la mañana y estábamos convencidos de que volveríais; llevamos bastante tiempo esperándoos. Queremos preguntaros si estáis enfadados con nuestro pueblo, porque vemos que tenéis miembros en todos los pueblos vecinos y vuestra Yamat y mezquitas están establecidas allí; no obstante, no habéis transmitido vuestro mensaje a nuestro pueblo’. Así que fuimos inmediatamente al mismo y organizamos un programa de ‘tabligh’ [predicación] y, por la gracia de Dios Altísimo, la gente hizo allí el ‘Baiat’ [pacto de iniciación]”.

Así, Dios Mismo infunde la búsqueda de la verdad en el corazón de las personas.

El misionero en jefe de [la Republica de] África Central escribe:

“Un misionero no-áhmadi, que procede del pueblo de Nagala, vino a predicar a un pueblo áhmadi. Vio la mezquita y preguntó quién la había construido, y le dijeron que habían sido los áhmadis. Al oír esto, exclamó: ‘¡MashAl’lah!, [pasa lo que Al’lah desea]. Es una mezquita muy bonita’. Al día siguiente, fue a la casa central de la misión en Bangui y empezó a hacer preguntas al misionero sobre la Comunidad Musulmana Ahmadía. Al final, preguntó al misionero cómo uno podía entrar en la Yamat, quien le respondió que la cuestión de la fe de uno está basada en nuestro corazón; [y que] si estaba de acuerdo con las doctrinas de la Comunidad, entonces sí que había aceptado el Ahmadíat en su corazón.

El misionero le informó entonces de que también tenían un ‘formulario de Baiat’, en el que el Mesías Prometido (as) había mencionado las diez condiciones del ‘Baiat’ y le pidió que lo leyera. Cuando le entregó el formulario del ‘Baiat’, empezó a leerlo de inmediato y, mientras lo leía, empezaron a brotarle lágrimas de los ojos. Se le preguntó la razón por la que lloraba y declaró: ‘Yo también me considero un erudito y he oído a otros clérigos hablar de la Yamat Musulmana Ahmadía, todo lo cual era mentira. Al leer las diez condiciones escritas en este formulario de ‘Baiat’ me sentí disgustado con mi forma de vida anterior, en la que tenía una percepción completamente diferente sobre el Ahmadíat, pues sus enseñanzas son totalmente distintas. Es por esta razón que no puedo controlar mis emociones. Al leer este formulario de ‘Baiat’ me he dado cuenta de que la Comunidad Musulmana Ahmadía es veraz y honesta. Sus mezquitas también están orientadas en dirección a la ‘Qibla’, ofrecen las mismas oraciones que nosotros y recitan el mismo Sagrado Corán que nosotros. Hoy acepto de todo corazón la Yamat Musulmana Ahmadía”.

En cualquier caso, se le dio a leer más literatura y aseguró que, tras leerla, ahora refutaría los argumentos de los otros clérigos.

En relación con la forma en que Dios aumenta [el número de miembros de] la Comunidad del Mesías Prometido (as), el misionero de Guyana narra:

“Tenemos un programa regular en el que montamos un puesto de libros en Linden y distribuimos folletos entre la gente. Un día, alguien llamó, dijo que había leído nuestro folleto y que no sabía que nuestro centro de ‘salat’ [oración] estaba muy cerca de su casa. En cualquier caso, vino [al centro] un viernes y afirmó que era musulmán desde hacía dos años, aunque que no sabía leer el Santo Corán ni había tenido la oportunidad de aprender la ‘salat’ y pidió que le enseñaran. Le invité pero me mantuve muy cauto, ya que hay algunas personas desviadas cuya única intención es buscar dinero. Sin embargo, le invité y pensé que si realmente quería aprender sobre la fe, lo descubriríamos. Siguió viniendo regularmente a aprender el Corán y, a pesar de estudiarlo durante mucho tiempo, no hizo ningún tipo de exigencia y me di cuenta de que era muy serio en relación con su fe. Entonces, le presenté la Yamat y le mostré la imagen del Mesías Prometido (as), y más tarde hizo el ‘Baiat’ [juramento de iniciación]. También se le dio un nombre islámico. Más tarde, transcurrido algún tiempo, expresó asimismo su deseo de convertirse en ‘mual-lim’ [educador, misionero local] de la Comunidad.

La yamat de allí me preguntó y yo lo aprobé, y dije que si realmente se tomaba en serio su fe, podrían entrenarlo para ser un ‘mual-lim’. [Ahora], por la gracia de Al’lah, ha completado su formación, [por lo que] conoce la oración completa, lee el comentario del Sagrado Corán y da clases y sermones sobre él. Además, mencionaron que poco después de que hiciera el ‘Baiat’, organizaron una exposición en el centro de ‘salat’ [oración] y sus padres asistieron al acto. Su padre era un firme opositor al Islam, pero su madre había manifestado su interés por el mismo hacía algún tiempo, y le gustaba especialmente el concepto de que las mujeres observaran el velo, lo que despertó su interés inicial por el Islam. En cualquier caso, se pidió al ‘mual-lim’ [misionero local] que predicara a sus padres sobre las enseñanzas del Islam, para que ellos también pudieran entrar en la Yamat. Él respondió que eran muy estrictos en cuanto a su fe y que su madre asistía regularmente a la Iglesia, y que además había sido bautizada. Le dijeron que rezarían y le pidieron que siguiera rezando por su madre para que Dios Altísimo hiciera que su corazón se inclinara hacia el Islam. [Pues bien], dice que un día, ella misma empezó a hacer preguntas a su hijo [sobre el Islam] y comenzó a asistir a las oraciones de los viernes. Entonces, otro día, de repente expresó su deseo de hacer el ‘Baiat’ [juramento de iniciación] y se unió a la Comunidad.

Por la gracia de Dios, la gente se está uniendo a la Yamat, asiste a las oraciones de los viernes y ofrece sus oraciones diarias. Su madre también declaró que, tras unirse a la Comunidad, su salud y su situación económica se habían visto enormemente bendecidas, lo que no era el caso mientras era cristiana. Ahora su madre también ve la MTA con regularidad, [es decir, los canales de TV de la Yamat]”.

Estos son solo algunos de los relatos que he hecho sobre cómo Al’lah está cumpliendo las promesas que hizo al Mesías Prometido (as), y hay muchos relatos como éste. Los opositores están haciendo todo lo posible, tal y como el Mesías Prometido (as) mencionó; no obstante, por otro lado, Dios Altísimo está abriendo nuevas vías para el progreso de la Comunidad en todos los países del mundo. Así pues, también debemos expresar nuestra gratitud a Dios por ello; aunque, al mismo tiempo, evaluar nuestras propias condiciones, esforzarnos por fortalecer nuestra fe y mejorar nuestro nivel moral. [Aparte], hemos de inculcar firmemente en nuestra progenie el hecho de que, a pesar de que aparezcan pruebas, la victoria final está destinada a la Yamat [Musulmana Ahmadía], que fue establecida por Al’lah. Por lo tanto, nunca permitáis que vuestra fe se tambalee.

¡Que Dios conceda firmeza a los que se han unido recientemente a la Comunidad y a los que forman parte de ella desde antes, y que les permita seguir sobresaliendo en su fe y convicción!

Ahora mencionaré los detalles de algunos miembros fallecidos y también dirigiré su oración de funeral en ausencia:

La primera mención es de Parveen Akhtar Sahiba, esposa del difunto Ghulam Qadir Sahib de Sialkot. Falleció recientemente a la edad de 90 años:

¡En verdad a Dios pertenecemos y a Él volveremos!

Le sobreviven tres hijos y cuatro hijas. Uno de sus hijos, Arif Mahmood Sahib, es misionero en Benín y, debido a sus obligaciones en el campo [de su trabajo misional], no pudo asistir al funeral de su madre. Este misionero, Arif Mahmood, dice que su madre era nieta de Hazrat Chaudhry Imam Din Chohan Sahib (ra), que fue Compañero del Mesías Prometido (as). Su madre era hija de Ghulam Ahmad Sahib, que era un “mual-lim” de la Yamat. Nació en Qadián y completó sus primeros estudios allí mismo.

Arif Sahib narra:

“Mi madre solía decir que, durante su infancia, pasaba la mayor parte del tiempo en Qadián sirviendo a Hazrat Amman Jaan (ra) [la bendita esposa del Mesías Prometido (as)] y de esta manera Hazrat Amman Jaan (ra) cuidó de su formación moral. Recibió educación religiosa y aprendió a leer el Santo Corán de Hazrat Amman Jaan (ra). Pasaba la mayor parte del tiempo sirviendo a Hazrat Amman Jaan (ra)”.

Y añade:

“Antes de irse a dormir, solía narrarnos las cosas que le habían pasado. Decía que a veces Hazrat Musleh Maud (ra) iba al encuentro de Hazrat Amman Jaan (ra) por la noche y, al verme sirviéndola, le decía que rezara por su piadosa compañera. Decía que cuando se casó (o sea, la madre de Arif Sahib) en 1953, poco después, la situación en el pueblo se volvió difícil [para la Comunidad]. Algunas personas del pueblo eran débiles de fe [y se asustaron]; aunque por la gracia de Dios, ella se mantuvo firme en su fe y dio fuerza también a su marido. Más tarde, empezó a recitar el Corán y a ofrecer oraciones; además, comenzó a memorizar capítulos del Sagrado Corán. Asimismo, construyó oficialmente un pequeño centro para la Yamat en su terreno de campo”.

Su hijo mayor, Khalid Mahmood, que estaba en el ejército, dice:

“Siempre nos decía que nos mantuviéramos firmes en nuestra fe y, a su vez, nuestros asuntos mundanos se resolverían por sí solos. Desde nuestra infancia nos inculcó el hábito de rezar y nos llevaba a la mezquita, situada a poca distancia, a fin de rezar la oración de ‘fayr’ [la primera oración obligatoria del día, que es al amanecer]. Enseñaba el Santo Corán a las mujeres no-áhmadis de su barrio”.

En la actualidad, los áhmadis no pueden enseñar el Corán allí [es decir, en Pakistán], pero en el pasado, la gente era lo suficientemente civilizada como para que muchos no-áhmadis aprendieran el Sagrado Corán de los [propios] áhmadis.

Su hijo escribe a continuación, o tal vez lo haya escrito su hija:

“En los pueblos, no era costumbre que las niñas recibieran educación. Cuando su hija creció y fue a matricularla en la escuela, el abuelo [de los niños] planteó una objeción, y con el máximo respeto habló con él para convencerle de que las niñas debían tener una educación. Siempre decía que las niñas tenían que recibir educación a fin de poder leer la literatura de la Comunidad y asegurarse la formación moral de sus niños”.

 

Rashid Ahmad Sahib, jefe de Maanga [una aldea], nos cuenta:

“Mi campo estaba bastante cerca del suyo. Al verla, nos convertimos en áhmadis, aunque no prestábamos atención al ofrecimiento de oraciones. Cuando visitaba mi terreno, nos aconsejaba a todos que fuéramos conscientes de ofrecer oraciones y presentábamos la excusa de que la mezquita estaba bastante lejos de nosotros. Al oír esto, se quedaba callada”.

Y continúa diciendo:

“Vimos que ella acarreaba barro del campo y lo traía de vuelta a su terreno, y continuó haciendo esto durante aproximadamente una semana. Luego, al oeste de su campo, hizo una plataforma y un muro de dos palmos de longitud. Más tarde lo encaló y lo limpio. Después trajo una estera de su casa y la puso en el suelo y a continuación dijo: ‘Vosotros os quejabais de que no había una mezquita cerca y teníais que viajar lejos. Ahora he hecho una mezquita en mi terreno y podéis venir y ofrecer oraciones en congregación. No os volváis perezosos en el ofrecimiento de las oraciones’.”

Finalmente declara:

“La verdad del asunto es que ella nos inculcó la importancia de ofrecer oraciones con regularidad”.

Estos eran los excelentes ejemplos de nuestros mayores, que lograban convencer a los demás sin que pudieran presentar excusa alguna, y ofrecían su propio ejemplo por el cual otras personas se veían obligadas a seguirlo.

Su hija manifiesta que:

“Ella era la encarnación de la paciencia y la alegría, y siempre nos aconsejaba lo mismo. [Además], nos decía: ‘Recordad siempre este consejo de Hazrat Amma Jaan (ra), quien dijo: *nunca abandonéis la paciencia*. Sentiros satisfechos con lo que recibáis de vuestra familia política y estad contentos con la voluntad de Dios Altísimo; sed regulares en vuestras oraciones y aseguraos de que vuestros hijos sean regulares también’. Entonces, ella afirmaba que a través de esto, Al’lah bendecirá grandemente vuestras provisiones”.

 

Su hijo, que es misionero, ha manifestado que:

“Cuando logré la admisión en Yamia [la universidad para misioneros], ella me aconsejó: ‘Hijo mío, si no obtienes la mejor posición en tus estudios, no hay problema con eso, pero siempre esfuérzate por obtener la mejor posición cuando se trate de mostrar obediencia al Jalifa de la época”.

¡Que Dios otorgue Su perdón y misericordia a la difunta y eleve su estatus [espiritual]!

¡Que [Dios Altísimo permita que] sus oraciones para sus hijos sean aceptadas!

El segundo funeral es el de Mumtaz Waseem Sahiba, esposa del difunto Chaudhry Waseem Ahmad Nasir Sahib de Ghatialian. Falleció recientemente:

¡Ciertamente venimos de Al’lah y a Él volveremos!

Su hijo también es misionero y actualmente está sirviendo en Zambia. Pertenecía a la familia de Hazrat Mian Chiragh Din Sahib (ra), un jefe de Lahore, quien fue un renombrado Compañero del Mesías Prometido (as). Era nieta de Hazrat Mian Abdur Rasheed Sahib (ra), Compañero del Mesías Prometido (as) y bisnieta de Hazrat Hakeem Muhammad Hussain (ra), alias, Marham-e-Isa.

La difunta tenía un carácter agradable, era una persona amable y muy popular, y la encarnación del amor y la ternura. Todo el mundo sabía de su buena moral. Tenía muchísimo respeto para el Jalifato y la organización de la Yamat. Ella siempre me escribía cartas solicitando oraciones y animaba a otros a escribir también. Era regular en ofrecer sus oraciones y recitar el Sagrado Corán. Además, pagaba regularmente el “chanda” [donativos] e incluso hasta su fallecimiento continuó haciéndolo.  Por la gracia de Dios Altísimo, completó una licenciatura.

Él, [su hijo misionero], explica:

“Cuando mi padre se jubiló y se mudó a la aldea desde Karachi, mi madre enseñó el Santo Corán a los niños y niñas del pueblo, y también se aseguraba de su educación secular. Estuvo enferma durante bastante tiempo, aunque soportó esta enfermedad con gran paciencia y nunca se quejó de ella”.

Su hija relata…, de hecho, el misionero [su hijo] añade:

“Aunque era mayor, si alguna vez cometía un error, se disculpaba”.

Dos de sus hijos son personas consagradas y estaba encantada de haber logrado consagrar a dos de sus hijos, y de que estaban sirviendo a la Comunidad. Su padre se había casado dos veces y una vez que falleció su primera esposa, su madre cuidó de sus hermanastros como si fueran sus propios hijos. Nunca les dejó sentir la pérdida de su madre. Antes de que él se fuera a Zambia, ella oró mucho antes de despedirlo.

Luego dice:

“Hace poco, cuando fui a visitarla, ella dijo: ‘¡Que Dios te proteja, tal vez este sea nuestro último encuentro!”.

Deja atrás cinco hijos y una hija. Por la gracia de Al’lah, dos de sus hijos son personas consagradas: Naseer Nasir Sahib es un “mual-lim” [educador] de “Waqf-e-Yadid” y el otro es un misionero que sirve en Zambia, quien, debido a que estaba de servicio fuera [de Pakistán], no pudo asistir al funeral.

¡Que Dios Altísimo otorgue Su perdón y misericordia a la difunta, y que sus oraciones por sus hijos sean aceptadas!

La tercera mención es del General de Brigada Munawar Ahmad Rana Sahib. Era el secretario general de la Yamat para el distrito de Rawalpindi. También falleció recientemente:

¡En verdad, pertenecemos a Dios y a Él volveremos!

El Ahmadíat fue presentado a su familia a través de su abuelo, Hazrat Chaudhry Ghulam Ahmad Sahib (ra), quien era un abogado y Compañero del Mesías Prometido (as). Fue destinado al ejército de Pakistán en 1971. A lo largo de sus años de servicio, mantuvo una buena conexión con la Comunidad. Durante su servicio, dondequiera que era designado, ofrecía su casa para ser utilizada como centro de “namaz” [oración]. Sentía un inmenso amor por la Yamat y era un valiente oficial áhmadi. Tras jubilarse, ofreció sus servicios para la Comunidad y tuvo la oportunidad de servir en varias capacidades en Amarat Cantt y el distrito de Rawalpindi. [En este sentido], prestaba sus servicios con gran diligencia y devoción, trataba a sus camaradas con el mayor respeto, humildad y amabilidad, y siempre fue obediente a los funcionarios [de la Yamat].

Tenía un profundo vínculo de lealtad y obediencia con el Jalifato, y respondía a cada proyecto que se iniciaba. Ayudaba a los pobres y siempre estaba dispuesto a socorrer a los necesitados. Por la gracias de Dios, era “musi”, [formaba parte del sistema “Al-Wasiyyat”].

Le sobreviven su anciana madre, Salima Khurshid Sahiba, dos esposas y cinco hijos: cuatro de ellos mujeres y un varón.

¡Que Al’lah conceda Su perdón y misericordia al difunto!

La última mención es la del Capitán de Grupo Abdul Shakoor Malik Sahib, quien residía en Dallas, Estados Unidos y que falleció recientemente:

¡En verdad, venimos de Al’lah y hacia Él volveremos!

Su abuelo materno fue Hazrat Ghulam Nabi Sheikh Sahib (ra), quien fue Compañero del Mesías Prometido (as). Gracias a sus esfuerzos, el mensaje de Ahmadíat se propagó en su aldea ancestral de Nowshera y tras predicar el mensaje de Ahmadíat, la Comunidad se estableció allí.

El fallecido sirvió como ingeniero en la Fuerza Aérea de Pakistán y luego como Capitán de Grupo. Trabajó como “Naib Amir” de Rawalpindi durante 15 años. En ese tiempo, siguió innumerables casos de áhmadis que habían sido encarcelados [debido a sus creencias]. Tenía un vínculo firme con el Jalifato. Durante su servicio en la Fuerza Aérea, a pesar de la oposición hacia la Yamat, expresó con valentía que era áhmadi. [Al final], tras jubilarse, dedicó su vida a la Comunidad. Fue un excelente modelo de obediencia la organización de la Yamat y del Jalifato.  Cada vez que el Amir de su comunidad [local] lo llamaba, sin importarle si era día o noche, iba inmediatamente a verlo y nunca presentaba excusa alguna. Era regular en sus oraciones y ayunos. Trataba a todos con amor y respeto, y ello tuvo un efecto piadoso en todos.

Su hija, Shazia Sohail Sahiba, dice:

“Mi padre pasó la mayor parte de su tiempo sirviendo la Yamat. Dondequiera que estaba, su pasatiempo favorito era rezar o servir a la Comunidad. Él siempre narraba incidentes de la aceptación de oraciones o de cómo Dios Altísimo había otorgado Sus bendiciones. Sentaba a sus hijos y les contaba incidentes de cómo Al’lah tenía un vínculo especial con los áhmadis y cómo Dios se ocupaba de sus necesidades. Nos enseñó a que debemos escribir a Jalifatul Masih para cada asunto importante; [o sea], decía que lo escribiéramos todo”.

Ella afirma además:

“Uno de los rasgos de mi padre fue su completa confianza en Dios Altísimo y estar contento con la voluntad de Dios. Desde nuestra niñez nos enseñó que, cada vez que recibiéramos algo de dinero, debíamos pagar nuestro ‘chanda’ [donativos] con él; pues, a través de esto, nuestros ingresos serían bendecidos y purificados; y, a cambio, ello nos aumentará nuestra purificación”.

El fallecido era “musi” y le sobreviven tres hijas y un hijo. Su hijo, el doctor Aamir Sahib, trabaja como médico en EE.UU. y sirve a la Yamat.

¡Que Al’lah conceda Su perdón y misericordia a los difuntos!

¡Que Al’lah le otorgue la aceptación de las oraciones que hizo por sus hijos!

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que mientras mencionaba las bendiciones de Dios sobre esta Comunidad y su progreso, el Mesías Prometido (as) dijo que es un gran milagro que a pesar de la gran oposición, esta Comunidad siga prosperando y progresando.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) quien dijo que los opositores pasan día y noche tramando e intrigando para detener y frenar el progreso de esta Comunidad, sin embargo, Dios sigue concediendo la victoria y el éxito a nuestra Comunidad. ¿Cuál es la sabiduría detrás de esto? Es que cuando Dios comisiona a alguien, entonces esa persona y su comunidad ven el progreso día a día y sus oponentes ven el fracaso día a día, y eventualmente encuentran un final humillante. No importan los esfuerzos que hagan los oponentes, un movimiento iniciado por Dios no puede ser detenido por nadie.

Su Santidad (aba) dijo que vemos el cumplimiento de las palabras del Mesías Prometido (as) a diario. Los opositores han intentado incluso intentos organizados para sofocar a esta Comunidad, sin embargo, la Comunidad continúa extendiéndose por todo el mundo de acuerdo con la promesa de Dios al Mesías Prometido (as) de que “haré que tu mensaje llegue a todos los rincones de la tierra”. Los opositores no se dan cuenta de que, en realidad, se están oponiendo a Dios, lo que sólo puede conducir a su propia destrucción, ya que Dios ayuda a Sus elegidos. Vemos ejemplos de la ayuda de Dios incluso en tierras lejanas, a las que la gente generalmente no puede llegar si no es con gran dificultad. Los opositores se esfuerzan por infligir daño a la riqueza y a la vida, pero siempre acaban frustrados.

Su Santidad (aba) dijo que no es posible abarcar todos los ejemplos de la ayuda de Dios alrededor del mundo, sin embargo, Su Santidad (aba) dijo que mencionaría algunos ejemplos del progreso de la Comunidad Musulmana Ahmadía.

Ejemplos increíbles del esfuerzo de la Comunidad, a pesar de la oposición

Su Santidad (aba) dijo que algunas personas se oponen a esta Comunidad por falta de conocimiento. Cuando se enteran de la realidad, aceptan la verdad. Hay un incidente de este tipo en Congo-Kinshasa, donde había una persona conocida por su oposición a la Comunidad. Sin embargo, cuando se le explicó la postura de la Comunidad sobre la muerte de Jesús (as) y la venida del Mesías de los últimos días, no sólo lo comprendió, sino que aceptó el mensaje del Mesías Prometido (as). De hecho, también trajo consigo a seis miembros de su familia para que aceptaran el Ahmadíat.

Su Santidad (aba) presentó un ejemplo de Gambia, donde algunos miembros salieron a transmitir el mensaje del Mesías Prometido (as) y las verdaderas enseñanzas del Islam. Cuando transmitieron las diez condiciones del bai’at (juramento de lealtad) a una pequeña aldea, quedaron asombrados y se dieron cuenta de que estas condiciones representaban verdaderamente el verdadero Islam, como resultado de lo cual aceptaron el Ahmadíat porque vieron que era el verdadero Islam. También aceptaron que sólo el Ahmadíat podía salvar al mundo de la destrucción. Así, tras un largo debate y una sesión de preguntas y respuestas, más de 200 personas aceptaron el Ahmadíat.

Su Santidad (aba) presentó otro ejemplo de África, donde un equipo de miembros fue a una ciudad para propagar el mensaje del Islam Ahmadíat. Mientras estaban sentados en la mezquita y todavía formulando un plan, algunos miembros del pueblo se acercaron a la mezquita para invitarles a su pueblo porque habían oído que la Comunidad enseña a los niños pequeños a recitar el Sagrado Corán. Por lo tanto, al día siguiente este equipo fue al pueblo y se reunió con la gente, y después de informarles de las verdaderas enseñanzas del Islam Ahmadíat, la gente del pueblo aceptó Ahmadíat y a partir de entonces trajeron a los niños del pueblo para que se les enseñara el Sagrado Corán.

Su Santidad (aba) dijo que en Pakistán se prohíbe a los ahmadíes recitar el Sagrado Corán. De hecho, un ahmadí fue arrestado simplemente por escuchar el Sagrado Corán. Sin embargo, en otras partes del mundo, hay quienes traen a sus hijos a la Comunidad para que aprendan el Sagrado Corán, porque es la Comunidad Musulmana Ahmadía la que posee el verdadero conocimiento del Sagrado Corán.

Los que abandonan el Ahmadíat no pueden dañarlo en absoluto

Su Santidad (aba) dijo que también hay algunas personas que abandonan la Comunidad por alguna codicia personal o miedo, y entonces piensan que acabarán con la Comunidad, sin embargo, sus pensamientos se vuelven en su contra y la Comunidad sigue progresando. La mayoría de un pueblo de Costa de Marfil había aceptado el Ahmadíat en 2008 e incluso había una pequeña mezquita allí. Sin embargo, algún tiempo después, el imam local desarrolló pensamientos erróneos y abandonó la Comunidad, se hizo cargo de la mezquita e intentó convencer a otros de que también abandonaran la Comunidad. Sin embargo, los miembros de la Comunidad se mantuvieron firmes. Entre tanto, mientras el imam local se hacía cargo de la mezquita, los miembros de la comunidad utilizaron unas láminas de plástico y unos trozos de madera como mezquita improvisada. Ahora, la comunidad ha sido bendecida con una hermosa mezquita de dos pisos, mucho más hermosa que la mezquita que había sido ocupada por el imam local. Mientras que en Pakistán las mezquitas ahmadíes son profanadas, Dios concede nuevas mezquitas a la Comunidad en todo el mundo.

Su Santidad (aba) dijo que hay momentos en los que Dios mismo hace que los corazones acepten y se inclinen hacia el Ahmadíat. En Belice, una mujer de la Iglesia Metodista vio cómo se construía la mezquita y se le ocurrió que debía aceptar esta fe. Cuando la mezquita estuvo terminada, dijo a sus amigas que su corazón le decía que fuera a esa mezquita y aceptara su fe. Sus amigas le dijeron que había otra mezquita más cerca de su casa y que podía ir allí. Ella respondió que Dios había puesto en su corazón específicamente sobre Ahmadíat y el hecho de que son veraces. Cuando se enteró de las enseñanzas de Ahmadíat, se emocionó por haber sido guiada a tal Comunidad.

Su Santidad (aba) dijo que Dios también guía a aquellos que se oponen a la Comunidad por falta de conocimiento. Mientras se construía una mezquita en Gambia, la persona que instalaba las ventanas se puso muy contenta al saber que iba a ayudar a construir una mezquita preciosa. Sin embargo, cuando se enteró de que esta mezquita pertenecía a la Comunidad Ahmadía, rompió todas las ventanas e incluso se hizo daño en el proceso. Sin embargo, más tarde dijo que había tenido un sueño en el que se ahogaba en el mar y un barco venía a salvarle, llevando al Emir y Misionero de la Comunidad Musulmana Ahmadía. Como resultado, fue a la casa de la misión local y aceptó el Ahmadíat.

Su Santidad (aba) dijo que, a veces, los medios de guía de las personas se producen de forma misteriosa. Un hombre viajaba de Marruecos a Santo Tomé y preguntó si había una mezquita en Santo Tomé, y le hablaron de la mezquita Ahmadía. Allí ofreció la oración del viernes, lo que inició un proceso de preguntas y respuestas, lectura de la literatura de la Comunidad y viendo la MTA mientras estaba allí. Cuando regresó algún tiempo después, pidió ver el formulario de bai’at, que tomó y luego firmó. Le dijeron que debía tomarse un tiempo para reflexionar antes de dar ese paso. Respondió que había rezado toda la noche y que no podía esperar más para aceptar al Imam de la Era. Dijo que no le importaba la oposición de otros musulmanes, porque ¿qué podría ser mejor que perder la vida habiendo aceptado la verdad si a eso se llegaba?

Su Santidad (aba) dijo que una persona de Uzbekistán buscaba a alguien que le enseñara el Sagrado Corán. Sucedió que el maestro que encontró era un ahmadí. Después de algunas discusiones y reflexiones, ese hombre aceptó el Ahmadíat. Su Santidad (aba) dijo que el hecho de que su maestro fuera un ahmadí no era una coincidencia, sino que tales ejemplos se encuentran en todo el mundo.

Su Santidad (aba) dijo que un Imam en África vio una hermosa mezquita y preguntó a quién pertenecía. Cuando supo que era una mezquita construida por la Comunidad Musulmana Ahmadía, empezó a hacer preguntas y a aprender más sobre la Comunidad. Al pedir el formulario del bai’at, se le saltaron las lágrimas y dijo que se arrepentía de su vida antes del Ahmadíat, pues había oído cosas tan falsas sobre la Comunidad en la que creía. Pero ahora, habiéndolo visto por sí mismo, se dio cuenta de que la Comunidad Musulmana Ahmadía es verdadera y honrada. Por lo tanto, aceptó el Ahmadíat.

Su Santidad (aba) dijo que hay innumerables ejemplos de cómo se cumple la promesa hecha por Dios al Mesías Prometido (as). Los opositores hacen todo lo que pueden, sin embargo Dios brinda Su protección y continúa proveyendo el progreso de esta Comunidad. Aunque debemos estar agradecidos, también debemos analizarnos a nosotros mismos y mejorar nuestras condiciones prácticas. También debemos inculcar a nuestras futuras generaciones que, aunque haya pruebas, ésta es la verdadera Comunidad que al final prevalecerá.

Oraciones fúnebres

Su Santidad (aba) dijo que dirigiría las oraciones fúnebres de los siguientes miembros fallecidos:

Parveen Akhtar

Parveen Akhtar, esposa de Ghulam Qadir. Ha fallecido recientemente y le sobreviven tres hijos y cuatro hijas. Uno de sus hijos es misionero en Benín. Nació en Qadian y pasó gran parte de su infancia en presencia de Hazrat Amman Jaan (ra). Después de casarse, ella y su marido tuvieron que enfrentarse a circunstancias difíciles a causa de su fe, pero se mantuvieron firmes en ella. Enseñó a muchas niñas y mujeres de su zona a recitar el Sagrado Corán. Siempre promovió la educación de las niñas. Era un ejemplo de paciencia, algo que atribuía a lo que había aprendido de Hazrat Amman Jaan (ra). Le decía a su hijo que incluso si no alcanzaba la posición más alta en sus estudios estaba bien, pero que siempre debía alcanzar la posición más alta en obediencia al Imam de la época. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah le conceda el perdón y la misericordia y acepte sus oraciones por sus hijos.

Mumtaz Waseem

Mumtaz Waseem fue la esposa de Chaudhary Nasir Ahmad Waseem. Ha fallecido recientemente. Su hijo está sirviendo como misionero en Zambia. Era muy amable, cariñosa y querida por todos. Honraba a la Comunidad y al Jilafat. Escribía regularmente cartas a Su Santidad. Rezaba con regularidad y recitaba el Sagrado Corán. También enseñaba a los niños el Sagrado Corán junto con conocimientos seculares. Soportó un largo periodo de enfermedad con gran paciencia. Dos de sus hijos han dedicado sus vidas al servicio de la Comunidad. Le sobreviven cinco hijos y una hija. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah le conceda el perdón y la misericordia y eleve su posición y acepte sus oraciones por sus hijos.

Brigadier Munawwar Ahmad Rana

Brigadier Munawwar Ahmad Rana, que ejercía de Secretario General de la Comunidad en Rawalpindi. Amaba a la Comunidad y era firme en su fe. Sirvió a la Comunidad en varios puestos. Amaba mucho el Jilafat y era siempre obediente. Siempre estaba dispuesto a ayudar a los necesitados. Le sobreviven su madre, dos esposas, cuatro hijas y un hijo. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah le conceda el perdón y la misericordia.

Capitán de Grupo (Retirado) Abdul Shakoor Malik

El capitán de grupo (retirado) Abdul Shakoor Malik, de Dallas (EE.UU.), ha fallecido recientemente. Sirvió como ingeniero y luego como capitán de grupo en las Fuerzas Aéreas paquistaníes. A pesar de la oposición en el ejército, nunca ocultó su identidad como ahmadí. Tras su jubilación, siempre estuvo dispuesto a servir a la Comunidad en cualquier puesto que se le requiriera. Siempre enseñó a ser paciente y animó a sus hijos a escribir siempre cartas a Su Santidad. Enseñaba a dar limosna diciendo que eso traería bendiciones a la riqueza de uno. Le sobreviven tres hijas y un hijo. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah le conceda el perdón y la misericordia y acepte sus oraciones por su progenie.

Resumen preparado por The Review of Religions

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