La convención anual de Alemania concluye con un inspirador discurso sobre la Fe
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

La convención anual de Alemania concluye con un inspirador discurso sobre la Fe

Más de 42.000 personas de 102 países asisten a la convención religiosa de tres días en Karlsruhe, Alemania.

El líder mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el Quinto Jalifa (Califa), Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dirigió la sesión de clausura de la 44ª Convención Anual (Yalsa Salana) de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Alemania el 7 de julio de 2019 con un discurso inspirador.

Durante el discurso, Su Santidad habló de la vida noble y ejemplar del Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) y cómo el verdadero rostro del islam solo se puede mostrar al mundo emulando sus brillantes cualidades morales.

Su Santidad comenzó explicando por qué existían conceptos erróneos generalizados sobre el islam y sus enseñanzas.

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Las reservas y los temores sobre los musulmanes en el mundo no musulmán, occidental o desarrollado prevalecen debido a la falta de conocimiento sobre las verdaderas enseñanzas islámicas. La idea de que el islam es una religión extremista está aún más incrustada en sus mentes debido a las acciones extremistas de algunos musulmanes que promueven el terrorismo y toman la ley en sus propias manos, falsamente en nombre del islam”.

Su Santidad dijo que la responsabilidad de mejorar la imagen del islam en el mundo recae principalmente en los hombros de los musulmanes áhmadis.

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Hoy, en esta era, el deber de difundir las enseñanzas pacíficas del islam en el mundo y la tarea de eliminar cualquier impresión negativa con respecto a ellas ha sido otorgado por Al-lah el Todopoderoso a la comunidad del verdadero servidor del Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él), que es el Mesías Prometido (la paz sea con él).”

Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:

“Por lo tanto, es esencial que todos los musulmanes áhmadis se esfuercen en este sentido. Las personas de todo el mundo escuchan los informes de los medios de comunicación sobre el islam y los consideran reales y totalmente exactos. A esto se agrega el hecho de que gran parte de la población general no tiene interés en los temas de religión. Por lo tanto, en estas circunstancias, se necesita un gran esfuerzo continuo para que el mundo conozca las bellas enseñanzas del islam. Este es un gran desafío de nuestro tiempo.”

Su Santidad expuso el hecho de que muchas personas que no tienen una verdadera comprensión del islam suponen incorrectamente que las acciones de algunos musulmanes de todo el mundo están inspiradas en las enseñanzas del islam o en la misma figura del Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él).

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Muchos no musulmanes piensan que las acciones erróneas de los musulmanes se deben a sus enseñanzas o a la práctica del fundador del islam, el Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él). Para eliminar este concepto erróneo y hacer que el mundo tome conciencia de las bellas enseñanzas del islam, todos los musulmanes áhmadis, a través de sus palabras y acciones, tendrán que hacer su parte para decirle al mundo cuáles son las verdaderas enseñanzas del islam y cuál fue realmente el ejemplo del Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él).”

Su Santidad presentó varios ejemplos de la vida del Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y explicó que, al emular a su ejemplo perfecto, los musulmanes áhmadis pueden mostrar al mundo la hermosa realidad del islam.

Su Santidad se refirió al capítulo 26, versículos 219 y 220 del Sagrado Corán, donde Dios el Todopoderoso habla sobre el incomparable estándar de adoración del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él).

Al comentar sobre estos versos, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“El estándar de la adoración y las postraciones del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) fue tal que, debido a su inquietud, Dios el Todopoderoso lanzó su mirada afectuosa sobre él y específicamente mencionó esta adoración y ansiedad. ¿Pero para quién era esta inquietud? Esa desesperación y esas súplicas fueron para su pueblo, para la humanidad, fueron para aquellas personas que se habían alejado de Al-lah el Todopoderoso, para que pudieran reconocer el propósito de sus vidas.”

Su Santidad explicó que esta desesperación por que la gente se acerque más a Dios y se salve del descontento de Dios demostró cuánto amor sentía por la humanidad el Profeta del islam (la paz y las bendiciones sean con él).

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“A la vez que podemos conocer el elevado estándar de la adoración del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él), también podemos darnos cuenta de la angustia, la compasión y el estado de su corazón puro que anhela salvar a la humanidad de la ruina. Por lo tanto, ¿acaso alguien que tiene tanta compasión por la humanidad en su corazón puede actuar con injusticia? Absolutamente no.”

Su Santidad exhortó a los miembros de la Comunidad Musulmana Ahmadía a que presten atención a este noble ejemplo y lo usen para acercarse más a Dios.

Su Santidad también habló sobre la fe absoluta en Dios del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) y narró el hecho de que durante la enfermedad final del Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) había algunas monedas de oro en su casa. Prefiriendo confiar completamente en la gracia y la misericordia de Dios, dio incluso esas últimas monedas en caridad.

Sin embargo, Su Santidad dijo que el Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) no impidió que otros dejaran riqueza para sus familias e incluso ordenó que no se donara en caridad más de un tercio de la riqueza propia ya que las relaciones familiares también tienen derechos sobre un individuo.

Su Santidad dijo que el Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) siempre enfatizó la necesidad de ganarse la vida, pero advirtió contra ser impulsado por la búsqueda de objetivos mundanos más allá del objetivo primordial de alcanzar la cercanía de Dios.

Al narrar una oración del Fundador del Islam (la paz y las bendiciones sean con él), Su Santidad le dijo que, a pesar de su inmenso estatus espiritual, el Santo Profeta (que la paz y las bendiciones sean con él) era tan humilde que continuamente buscaba maneras para mostrar aún más su agradecimiento a Dios.

Hazrat Mirza Masrur Ahmad también narró un incidente emotivo de la bendita vida del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) con respecto al agradecimiento.

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“En una ocasión, el Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) estaba comiendo un pedazo de pan con un dátil, y dijo: ‘este dátil es el guiso de este pan’ y mostró gratitud por ello. Con frecuencia, comía pan simplemente con vinagre o agua y, sin embargo, siempre mostraba su agradecimiento a Dios.”

Hazrat Mirza Masrur Ahmad explicó que, de acuerdo con el atributo de gratitud, todos los musulmanes áhmadis deben emplear sus habilidades y facultades para fomentar el progreso de las naciones que los han acogido, al igual que el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) mostró gratitud al pueblo bajo el gobierno de Negus, el gobernante de Abisinia, por dar refugio a los musulmanes que escaparon a Abisinia huyendo de la persecución a la que se enfrentaron en La Meca.

Su Santidad también narró el ejemplo incomparable del Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) al cuidar de los derechos de los demás, incluso de aquellos que estaban librando una guerra contra él.

Hazrat Mirza Masrur Ahmad también habló sobre cómo el Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) participaba en las tareas domésticas, mostrando un carácter ejemplar tanto en el exterior como en privado con su familia.

Hacia el final de su discurso, Su Santidad recordó a los miembros de la Comunidad Musulmana Ahmadía que, para presentar la auténtica imagen del islam, cada uno debe esforzarse por moldear sus vidas de acuerdo a la vida del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él).

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“Si tomamos cualquier aspecto de las cualidades morales del Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) es visiblemente perfecto y ejemplar, y este es el ejemplo que Dios el Todopoderoso nos ha ordenado adoptar. Por tanto, si deseamos mostrar al mundo la verdadera faz del islam y del Santo Profeta (la paz y las bendiciones sean con él), entonces debemos mostrar esa faz a través de nuestras palabras y acciones, teniendo en cuenta todos los aspectos de su ejemplo. Solo así podremos cumplir con los derechos y responsabilidades de nuestra lealtad al Mesías Prometido (la paz sea con él).”

Concluyendo, Hazrat Mirza Masrur Ahmad oró:

“Que Al-lah el Todopoderoso nos permita cumplir con las responsabilidades de estar en la comunidad de este profeta perfecto, el Santo Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) y nos permita ser quienes disipen toda la oscuridad presentando su rostro hermoso y brillante al mundo. Que Dios nos permita hacerlo. Amin.”

La convención anual concluyó con una oración silenciosa dirigida por Su Santidad.

Anteriormente, los musulmanes áhmadis que asistieron al evento en Karlsruhe tomaron parte en un emotivo juramento de lealtad (Bai’at) de la mano del Quinto Sucesor del Mesías Prometido (la paz sea con él). Durante la ceremonia, varias personas juraron lealtad por primera vez.

Al mismo tiempo, los musulmanes áhmadis de todo el mundo también participaron a través del canal de televisión MTA International.

Su Santidad anunció que más de 42.700 personas asistieron a la convención anual de Alemania de este año.

Antes de regresar a Frankfurt, Su Santidad celebró dos reuniones separadas con hombres y mujeres que recientemente habían aceptado el Ahmadíat en Karlsruhe.

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