Excelencias del Sagrado Corán – La enseñanza más superior
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Excelencias del Sagrado Corán – La enseñanza más superior

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Sermón 10-02-23 

Después de recitar el Tashahhud, el Ta’awwuz y el Surah al-Fatihah, el Jalifa V del Mesías (aba) dijo:

En el sermón anterior, cité extractos del Mesías Prometido (as) sobre la importancia y la excelencia del Sagrado Corán. Continuando hoy con este tema aludiré a algunos pasajes adicionales.

El Mesías Prometido (as), exponiendo las excelencias y la importancia del Santo Corán en su libro “Un regalo para la Reina” escrito con ocasión del Jubileo de Diamante de la Reina Victoria en el que le transmite el mensaje del Islam, el Mesías Prometido (as) escribió:

“El Corán está repleto de una profunda sabiduría y supera a los Evangelios en la enseñanza de la piedad verdadera. En particular, la lámpara que permite ver al Dios verdadero e inmutable la posee únicamente del Corán. Si no hubiera llegado al mundo, solo Dios sabe en qué medida hubiera aumentado el número de personas que adorarían a otros seres creados. Por lo tanto, es de agradecer que la Unicidad de Dios, que había desaparecido de la tierra, se haya establecido de nuevo.”

¿Quién fue, en aquella época, el que transmitió con tanto valor un mensaje semejante a la emperatriz de la India y le predicó las enseñanzas del Islam? Hoy en día, aquellos que ni siquiera tuvieron el valor de hablar de la grandeza del islam y del Sagrado Corán, afirman (que Dios nos perdone) que el Mesías Prometido (as) y su Comunidad deshonran al Sagrado Corán. Por otra parte, los no musulmanes, al ver su conducta, se han cegado tanto en su oposición que, al no poder negar la grandeza del Sagrado Corán, se dedican a quemar ejemplares del Sagrado Corán para obtener algún tipo de satisfacción y dar rienda suelta a su ira. Un ejemplo de ello son los incidentes que se han producido en Suecia y, en el pasado, en otros países escandinavos también. Si los musulmanes aceptaran al imam de la época y comprendieran las enseñanzas del Sagrado Corán y actuaran   conforme a ellas, los no musulmanes nunca tendrían el valor de deshonrar al Sagrado Corán de este modo. ¡Que Dios  Altísimo guíe a estas personas!

El Mesías Prometido (as) explicando que el Sagrado Corán es el único que puede servir de guía, dice:

“El islam es una religión tan bendita y divina que si alguien decide seguirla verdaderamente y actuar según las enseñanzas, la guía y las advertencias contenidas en la Sagrada Palabra de Dios Altísimo [el Sagrado Corán] podrá contemplar a Dios en esta misma vida. (La gente suele preguntar cómo se puede ver a Dios en la otra vida, el Mesías Prometido (as) dice que quien obre según las enseñanzas del Sagrado Corán podrá contemplar a Dios en esta misma vida). Para el reconocimiento de ese Dios que permanece oculto a la vista del mundo detrás de miles de velos, no existe otro medio que la enseñanza del Corán. El Sagrado Corán guía hacia Dios a través de la razón y de signos celestiales de un modo muy fácil y sencillo.”

Si actuáis según estas enseñanzas, se mostrarán signos que pondrán de manifiesto la existencia de Dios. El Mesías Prometido (as) continúa:

“Posee una bendición y un poder magnético que atrae perpetuamente al buscador de Dios hacia Él, otorgándole luz, paz y satisfacción. Un verdadero creyente en el Sagrado Corán no se basa, como los filósofos, en la mera conjetura de que “debería existir” un Creador para este universo tan sutil, sino que, al adquirir una percepción personal y al ser honrado con una visión sagrada, ve con el ojo de la certeza que ese Creador “existe realmente”. Quien recibe la luz de esta Palabra Sagrada no se limita a suponer, como quienes confían únicamente en la árida razón, que Dios es Uno sin par, sino que, a través de cientos de Signos brillantes que le agarran de la mano y le sacan de la oscuridad, tal persona atestigua realmente que Dios no tiene socio, ni en Su Ser, ni en Sus atributos. Y no sólo esto; esa persona es capaz de demostrar ante al mundo de forma práctica que cree que Dios es así, y la majestad de la Unicidad de Dios llena de tal manera su corazón que en su estimación el mundo entero -cuando se coloca en contraposición a la voluntad de Dios- no equivale más que a un insecto muerto o, en realidad, a nada en absoluto.”

En cuanto al hecho de que el Sagrado Corán contiene la guía perfecta, tanto a nivel intelectual como a nivel de la conducta humana, el Mesías Prometido (as) escribe:

“Debe recordarse también que el Sagrado Corán ofrece orientación para la perfección del conocimiento y la práctica. (Contiene conocimientos e imparte consejos sobre la conducta práctica).

Por lo tanto, en las palabras

[árabe – Guíanos por el camino]

Se alude a la perfección del propio conocimiento, (es decir, el Sagrado Corán es un libro perfecto, cuyas enseñanzas guían a la persona por el camino recto) mientras que la perfección de la propia acción se indica en las palabras:

[árabe – El camino de aquellos a quienes has concedido Tus bendiciones]”

Para progresar en las acciones, se ha enseñado la oración de aquellos que han sido agraciados con las bendiciones de Dios, y este bendito grupo de personas ha sido mencionado en el sermón del viernes de la semana pasada, es decir, los Profetas, los Veraces, los Mártires, los Justos. Incluso en esta época, encontramos ejemplos de gente que ha alcanzado la guía y que han sido premiados con la gracia divina.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo: “Una planta, cuando se siembra en la tierra, no puede florecer ni dar frutos hasta que no se desarrolla completamente. Del mismo modo, si una guía no produce resultados sublimes y excelentes, dicha enseñanza estará muerta, y no poseerá ninguna fuerza ni poder para nutrirse ni desarrollarse. Por ejemplo, ¿de qué le sirve a una persona la guía, si después de seguir completamente los Vedas no tiene la esperanza de alcanzar la liberación ni la salvación eterna, ni liberarse del proceso de convertirse en bicho e insecto para recibir el placer eterno? El Sagrado Corán, por otra parte, es una guía que, si se sigue, hace que la persona alcance los niveles más altos de excelencia. Esa persona comienza a desarrollar una auténtica relación con Dios Altísimo hasta que sus buenas acciones —realizadas de acuerdo con las directrices del Corán—comienzan a florecer y a dar frutos como un árbol puro, como describe el Sagrado Corán; originando un tipo de dulzura y sabor únicos.”

El Mesías Prometido (as) dice: “El Sagrado Corán es un libro puro, que apareció en el mundo en una época en la que reinaba el desorden y se habían arraigado firmemente muchas doctrinas erróneas en relación con las propias creencias y prácticas. Casi todo el mundo estaba sumido en costumbres y prácticas perversas. A esto se refiere Dios el Altísimo en el versículo:

[árabe]

Es decir, todo el mundo, ya fuera la gente del libro u otros, estaban sumidos en el mal y la corrupción total había arrasado la tierra. Así, en esa época, Dios Altísimo refutó todas las creencias erróneas enviando el Sagrado Corán, un libro completo y perfecto para nuestra guía, que contiene respuestas a todas las religiones falsas. De todo el Corán, Él destacó el Surah Al-Fatihah, que se lee en todas las rak’as [unidad] de cada oración, cinco veces al día y mediante ella señaló a todas sus creencias. Dice:

[árabe]

Toda alabanza pertenece a ese Dios, que ha creado todos los mundos.

[árabe]

Significa que Dios crea para uno sin que ellos lo intenten y otorga cosas al hombre antes de que este haya hecho ningún esfuerzo para ello. Esto ocurre a través del atributo de Dios de Rahmaniyyah [El Bondadoso].

[árabe]

Queriendo decir que Dios concede recompensa por las propias acciones (Dios recompensa a quien hace obras buenas,  si alguien reza, Él responde a sus plegarias).

[árabe]

Dios es el “Maestro del Día del Juicio Final” (hay recompensa y castigo tanto en esta vida como en el Más Allá). Todas las diversas sectas del mundo están cubiertas por estos cuatro atributos.” Si alguien recita esto con atención en las cinco oraciones diarias, adquirirá un profundo conocimiento y compresión.

Profundizando en la idea de que el Corán es también un milagro, el Mesías Prometido (as) dice:

“La verdadera naturaleza de un milagro es esta: Un milagro es un fenómeno extraordinario que el adversario es incapaz de producir, aunque superficialmente parezca estar al alcance de la capacidad humana, como el milagro del Sagrado Corán que se presentó ante todos los habitantes de Arabia. Por lo tanto, aunque superficialmente parecía estar dentro del ámbito de la capacidad humana, toda la población de Arabia se vio frustrada en sus esfuerzos por producirlo. Por eso, el texto del Sagrado Corán es un ejemplo brillante para comprender la esencia de un milagro. A primera vista, puede parecer una composición literaria, como lo es la literatura humana. Sin embargo, por su elocuente expresión; por su dicción excepcionalmente exquisita, pura y selecta, en todas partes meticulosamente ceñida a la verdad y la sabiduría; por sus brillantes argumentos que triunfan sobre los argumentos antagonistas del mundo entero; y, sobre todo, por sus convincentes profecías, es un milagro tan incomparable que a pesar de haber transcurrido mil trescientos años, ningún adversario ha sido capaz de producir nada semejante hasta el día de hoy, ni tiene nadie la capacidad de hacerlo. De todos los libros del mundo, el Sagrado Corán se distingue por enunciar profecías milagrosas en pasajes que son en sí mismos milagrosos, llenos de verdad y sabiduría, con el mayor grado de fluidez y elocuencia.

En resumen, el objetivo principal y primordial de un milagro es demostrar la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto o entre lo verdadero y lo falso. Este fenómeno tan característico se denomina milagro o, en otras palabras, señal. Un signo es un asunto tan importante que sin él no es posible creer plenamente en la existencia de Dios, ni es posible cosechar los frutos que se pueden alcanzar con la plena certeza. Por tanto, es evidente que la verdad fundamental de una religión está vinculada al conocimiento de la existencia de Dios. Uno de los elementos esenciales necesarios e importantes de una religión verdadera es que posea los signos que demuestren de modo concluyente la existencia de Dios, y que posea una fuerza tan arrolladora que una la mano de su seguidor con la mano de Dios Altísimo… no es suficiente para el conocimiento perfecto de Dios limitarse a contemplar la creación y sentir la necesidad de un Creador sin informarse de su existencia real. (No basta con pensar que debería existir un creador).

Los que se encuentran en este nivel no consiguen desarrollar un auténtico vínculo con Dios Altísimo, ni consiguen purificarse de las pasiones carnales (el hecho de saber que existe un Dios no es suficiente para purificar el alma, ni establecer la comunión con Él). Lo único que puede deducirse de esto, es que esta estructura inexpugnable y esta perfección debería tener algún Creador; no que el Creador realmente exista”, es decir, debería haber un creador del universo y de todo lo que vemos a nuestro alrededor. Es necesario poseer esta certeza. Una vez que se haya adquirido el conocimiento sobre el Dios a quien adoramos, se logrará crear un auténtico vínculo con Él, surgirá el deseo de actuar según Sus mandatos y también se prestará atención hacia la purificación del alma.

El Mesías Prometido (as) dice:

“Es evidente que sentir simplemente una necesidad es una conjetura que no puede alcanzar el mismo rango que la contemplación, ni puede producir el santo efecto del testimonio de primera mano. (Hay una gran diferencia entre suponer y ver algo). Por lo tanto, la religión que frene el reconocimiento de Dios por parte del hombre con el objetivo incompleto del “debería ser” no puede ser el remedio para su condición práctica. Tal religión es en realidad una religión muerta y albergar la esperanza de cualquier transformación pura a través de ella es una ilusión. Es evidente que los argumentos racionales no pueden producir por sí solos una evidencia completa de la verdad de una religión, y este no es el tipo de sello que cualquier falsificador sea incapaz de falsificar; más bien, esto solo se asemeja a la limosna otorgada por la fuente ordinaria de la razón.” Se pueden presentar argumentos racionales, o se pueden hacer declaraciones excelentes basadas en el intelecto, pero esto no será suficiente a menos que el ser humano reconozca los atributos de Al’lah y se beneficie de ellos.

El Mesías Prometido (as) continúa:

“¿Quién entonces decidirá si los argumentos racionales escritos en un libro tienen su origen en la revelación o han sido plagiados de algún otro libro? Incluso, suponiendo no han sido plagiados, ¿cómo pueden servir como prueba indiscutible de la existencia del Exaltado Creador? ¿Y cómo puede el buscador de la verdad estar completamente satisfecho de que sólo el discurso racional conducirá hacia Dios, y cómo puede estar seguro de que está absolutamente libre de error? (es decir, que son los signos que conducen a Dios, o están completamente libres de error). Por lo tanto, si una religión simplemente presenta algunos argumentos racionales o filosóficos como prueba de su verdad y es incapaz de mostrar signos celestiales y fenómenos milagrosos, el seguidor de tal religión o se engaña a sí mismo o es un engañador y morirá en las tinieblas.

En resumen, la existencia de Dios no puede demostrarse con certeza únicamente a través de argumentos racionales, y mucho menos puede demostrarse la verdad de ninguna religión. Además, hasta que una religión asuma la responsabilidad de abordar este problema, probando y demostrando la existencia de Dios con total certeza, esa religión no tiene ningún valor en absoluto, y desafortunado es el que es seducido por tal fe. La marca de la maldición está marcada en la frente de todas las religiones que no consiguen llevar a la cognición humana al nivel en el que se puede, por así decirlo, ver a Dios”.

Por lo tanto, esta es la etapa que debemos tratar de alcanzar: Reconocer a Dios a través de Sus signos forjando una relación personal con Él en lugar de confiar simplemente en el razonamiento. Como resultado, la verdad que se manifieste a la persona será la verdad. Por la gracia de Dios, existen ejemplos dentro de la Comunidad Ahmadía en los que aquellos que no seguían ninguna religión, incluso los ateos, se convencieron de la existencia de Dios. Se les presentaron argumentos lógicos, pero cuando se les habló de las señales y de los incidentes, aceptaron [la veracidad de] la religión y el Islam. Incluso hay gente así aquí en occidente. Por ejemplo, entre ellos, había alguien que era ateo y vivía en Bélgica. Era originario de Indonesia pero se había establecido en Bélgica. Me juró lealtad y él mismo me dijo que tras aceptar la existencia de Dios, no solamente a través de argumentos lógicos, sino también por los incidentes y por [haber visto] señales, no le quedó otra opción que aceptar el Ahmadíat, el verdadero Islam. Dijo que como el Ahmadíat le había mostrado el camino recto, se hizo áhmadi musulmán.

El Santo Corán declara que es una guía para los justos. Al respecto, el Mesías Prometido (as) afirma:

“El punto de sabiduría oculto en estos versículos es que Dios Altísimo ha dicho:

(árabe)

Es decir, que este es el Libro que ha llegado a existir a partir del conocimiento de Dios Altísimo. Puesto que Su conocimiento está libre de ignorancia y olvido, este Libro está libre de toda duda y confusión. Y dado que el conocimiento de Dios posee el poder perfecto para hacer perfectos a los seres humanos, este Libro es la guía perfecta para los justos. Los eleva a un rango que es el pináculo más alto para el progreso del potencial humano”.

Luego, describiendo quién es una persona justa que obtiene la guía, el Mesías Prometido (as) dice:

“Dios dice en estos versículos que los justos son aquellos que creen en el Dios Invisible, establecen la oración, gastan una parte de sus posesiones en el camino de Dios y creen en el Santo Corán y las Escrituras anteriores. Son ellos los que son guiados y alcanzarán la salvación”. Esta es la definición de una persona justa.

Con respecto al Corán, que contiene las [enseñanzas de la] religión perfecta, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Es un hecho establecido que el Santo Corán ha hecho justicia al establecer la religión más perfecta, como dice Dios Altísimo:

[árabe]

‘Hoy, he perfeccionado vuestra religión y he completado Mi gracia sobre vosotros y os he elegido el Islam como religión y estoy complacido con él’. Por lo tanto, después del Corán, ningún otro libro tiene derecho a prevalecer sobre el Corán, porque todo lo que el hombre necesita lo puede encontrar en el Corán. Y ahora, sólo está abierta la puerta de la comunión divina, pero no se puede recibir por voluntad propia. Más bien, solo es posible que alcancéis este discurso puro y sagrado, que contiene la ayuda divina así como verdades ocultas, purificando nuestra alma y siguiendo el Santo Corán y al Santo Profeta (sa)”.

Es lamentable que nuestros oponentes no deseen escuchar estas sabias palabras y presenten acusaciones contra nosotros alegando que alteramos el Santo Corán, Dios no lo quiera.

Refiriéndose al Sagrado Corán como remedio espiritual, el Mesías Prometido, en su libro Chashma-e-Marifat, dice:

“El Santo Corán es un Libro tan lleno de sabiduría que ha puesto de manifiesto la concordancia entre los principios de la medicina espiritual, es decir, los principios de la religión que son verdaderamente la medicina espiritual, y la medicina física, y esta concordancia es tan sofisticada que abre las puertas de cientos de percepciones y verdades. Solo aquel que reflexiona sobre los principios establecidos por el Santo Corán a la luz del sistema de la medicina física es capaz de interpretar el Santo Corán de un modo perfecto y verdadero.

En una ocasión me fueron mostrados en una visión algunos libros de médicos expertos (Dios mismo guió al Mesías Prometido (as). Se le mostraron los libros de algunos médicos que contenían discursos sobre los principios de la medicina, la filosofía y los seis principios fundamentales de la salud, etc. Entre estos libros, uno era del médico experto Qarshi y se me indicó que estos Libros contenían un comentario sobre el Santo Corán. Esto demuestra que existe una relación profunda entre la ciencia de los cuerpos [físicos] y la ciencia de la religión y que concuerdan mutuamente. Cuando miré el Santo Corán, teniendo en cuenta los libros que tratan sobre la medicina física, descubrí que el Santo Corán establece los principios de la medicina física de la manera más excelente y elocuente”, es decir, se puede obtener ayuda del Corán para dolencias tanto físicas como espirituales. Para deliberar sobre el Corán y alcanzar el conocimiento divino, es preciso escuchar las directrices del Imam de la época y leer su literatura.

Después, explicando que el Corán es el único medio para establecer una verdadera comunión con Dios Altísimo, el Mesías Prometido (as) dice:

“Debe tenerse en cuenta que el ser humano nunca podrá reconocer a Dios, que está Absolutamente Oculto, sólo a través de sus propias facultades, hasta que Él mismo no revele Su Ser a través de Sus Signos. No es posible establecer una verdadera relación con Dios a menos que esa relación no surja exclusivamente a través del mismo Dios. Las tentaciones carnales no pueden salir del alma hasta que la luz del Dios Omnipotente no entre en el corazón. ¡Mirad! Presento el testimonio directo de que solo es posible tal relación siguiendo el Santo Corán. Las otras escrituras ahora están desprovistas del espíritu de vida. Ahora solo existe un libro bajo los cielos que revela el semblante de ese Verdadero Amado; es decir, el Santo Corán”.

Por lo tanto, si se actúa según los mandamientos del Sagrado Corán, es posible ver el rostro de Dios Altísimo, por así decirlo. Esto es algo digno de reflexión para nosotros, los áhmadis, Entre nosotros ¿cuántos somos los que seguimos los mandamientos del Santo Corán y reflexionamos sobre sus significado? Debemos esforzarnos al máximo para lograr esto. Que Dios nos ayude a ello.

A continuación, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Según mi propia observación personal y experiencia, y el testimonio de los veraces que nos han precedido, cada paso dado con sinceridad y veracidad de acuerdo con el Sagrado Corán y el Santo Profeta (sa) posee tal excelencia, que a través suyo, el amor por el Único Dios Verdadero se infiltra gradualmente en el corazón. El poder espiritual de la conversación divina ilumina el alma humana, y gracias a ello se abren sus ojos y le son mostradas las maravillas del mundo venidero.

Así, desde ese día en adelante tal persona sabe con el conocimiento de la certeza y de la razón que Dios existe. Después, su certeza evoluciona hasta que avanza del conocimiento por certeza de la razón al conocimiento por certeza de la vista, y después del conocimiento por certeza de la vista al conocimiento por certeza de la experiencia.

El que cree en el Sagrado Corán y en el Santo Profeta (sa), no consigue al principio purificar el alma, y cae en diferentes tipos de pecados. Entonces, la misericordia de Dios acude en su ayuda y su fe se fortalece por medios milagrosos, tal y como afirma el Sagrado Corán:

[Árabe]

Es decir, “los fieles reciben buenas nuevas de Dios”; del mismo modo, también obtienen distintas formas de buenas nuevas en relación con su propia persona. Y así como la fe se fortalece gradualmente a través de estas buenas nuevas, al mismo tiempo, se abstienen gradualmente del pecado y progresan en las buenas acciones.

El Mesías Prometido (as) escribió un discurso sobre la superioridad del Islam, que fue leído en una Convención del Arya Samaj. Mencionando las cualidades distintivas del Sagrado Corán, dice:

“El sello distintivo que la razón humana ha declarado para distinguir una escritura divina sólo puede encontrarse en el Sagrado Corán”. En esta época, todas las excelencias que deberían encontrarse en una escritura divina como rasgo distintivo no se encuentran en ningún otro libro. Es posible que estas excelencias hayan existido en ellos en otro momento, sin embargo, ahora no se encuentran ahí. Aunque consideramos que son libros revelados, como ya se ha explicado, a pesar de haber sido revelados, no aportan ningún beneficio en el presente debido a su estado actual. Pueden compararse a un palacio real, que está vacío y desolado, cuyas sus riquezas y poderío militar hayan desaparecido en su totalidad”.

Exponiendo con más detalle sus únicas cualidades, El Mesías Prometido (as) dice:

Ahora mencionaré las cualidades únicas “del Sagrado Corán que están fuera del alcance de cualquier esfuerzo humano:

“En primer lugar, contiene un poder extraordinario que conduce a sus seguidores de la mera etapa de la conjetura a la convicción absoluta. (No se trata de meras suposiciones, sino de certidumbre, y la percepción que conduce a la convicción absoluta). Cuando alguien se adhiere completamente a él, entonces el poder de Dios se manifiesta en forma de milagros y Dios conversa con tal persona. Y por medio de la revelación divina le revela asuntos de lo invisible. No me refiero a estas bendiciones coránicas como meras fábulas, sino que presento aquellos milagros que me han sido mostrados. Estos milagros ascienden a unos cien mil. Más bien, superan los cien mil.  Dios ha declarado en el Sagrado Corán que quien sigue Su Libro, no sólo tendrá fe en los milagros mencionados en él, sino que también le serán concedidos estos milagros. Así, he experimentado personalmente esos milagros a través de las bendiciones del Sagrado Corán que están fuera del ámbito de la capacidad humana y son puramente un acto de Dios. Los terremotos y la peste que han asolado el mundo se cuentan entre esos mismos milagros que me fueron dispensados. Estos no son milagros míos, más bien son milagros del Sagrado Corán, pues todo lo que estoy haciendo es a través del poder y el espíritu que me ha sido otorgado a través del Sagrado Corán.”

El Mesías Prometido (as) afirma,

“Entre los poderes extraordinarios del Sagrado Corán está el de conceder milagros y grandes signos a quienes lo cumplen. Estos signos se otorgan con tal abundancia que el mundo no es capaz de producir nada semejante. Por lo tanto, declaro abiertamente que si todos los oponentes, se encuentren en oriente u occidente, se reunieran en un solo lugar y me desafiaran a mostrar tales signos y milagros, se me concederíala victoria sobre ellos por la gracia y la ayuda de Dios Altísimo. Esta victoria no ocurrirá porque tenga algún poder superior en mi alma, sino porque Dios ha querido que dé pruebas del extraordinario poder del Sagrado Corán y de la fuerza espiritual y elevada condición de Su Mensajero, Hazrat Muhammad Mustafa (sa). Esto no se debe a ninguna cualidad personal, sino que se debe puramente a Su gracia que yo siga a este gran Profeta (sa) y a Su poderoso libro y sienta amor por él y crea en este libro revelado, que se conoce como el Sagrado Corán y es una manifestación de los poderes de Dios. El Sagrado Corán ha prometido:

[Árabe]

Y:

[Árabe]

Y:

[Árabe]

“De acuerdo con estas promesas, Dios me ha concedido todo esto”.

La traducción de estos versículos es la siguiente:

“A quienes crean en el Sagrado Corán se les concederán sueños y revelaciones que contienen buenas nuevas, y se les concederán en abundancia”. De lo contrario, en raras ocasiones, cualquier persona [ordinaria] también puede ver un sueño verdadero. Sin embargo, una sola gota no es nada frente a un océano; una sola moneda no es nada en comparación con un tesoro. Más adelante, Dios declara además que un seguidor perfecto recibirá la ayuda del Espíritu Santo. En otras palabras, su conocimiento e intelecto serán iluminados por una luz de lo oculto, sus visiones espirituales se volverán inmaculadamente claras, se infundirá fuerza y persuasión en sus palabras y acciones y se fortalecerá su fe en gran medida. Se afirma además que Dios hará una clara distinción entre ellos y los demás. Es decir, “en comparación con los profundos conocimientos que se les concederá y con los milagros y prodigios extraordinarios que se les dispensará, las demás naciones serán inferiores.”

El Mesías Prometido (as) afirma también: “Por lo tanto, podemos observar que esta promesa de Dios siempre se ha cumplido desde tiempos inmemoriales y en este día y época somos testigos de ello.”

Los musulmanes debemos comprender esto, y también debemos darnos realmente cuenta de que Dios ha enviado al Mesías Prometido (as) en esta época con abundantes signos. La manifestación de estos signos continúa incluso en la actualidad. Quienes verdaderamente siguen la palabra de Dios, Dios les hará probar los resultados de una manera u otra.

El Mesías Prometido (as) continúa diciendo: “De este modo, he dilucidado el extraordinario poder del Sagrado Corán, que repercute en quienes lo siguen”. Sin embargo, el Corán también contiene muchos otros milagros; anunció el progreso, la grandeza y la victoria del Islam en una época en la que el Santo Profeta (sa) merodeaba solo por el desierto de La Meca. La única compañía que tenía era un puñado de musulmanes pobres y débiles. Además, cuando el emperador romano fue derrotado por los persas y Cosroes se apoderó de una gran parte de su reino, incluso entonces el Sagrado Corán anunció la profecía de que en un período de nueve años, el emperador romano saldría victorioso tras derrotar a los persas. Esto es precisamente lo que ocurrió. Un milagro extraordinario similar es el de la división de la luna [Shaqq al-Qamar], que manifestó claramente el poder divino. Se ha mencionado en el Sagrado Corán que la luna se partió en dos con un ademán del dedo del Santo Profeta (sa), y los incrédulos fueron testigos de este milagro.”

Todos estos detalles se encuentran en el libro del Mesías Prometido (as) “Chashma-e-Ma’rifat” del que he presentado algunos extractos. En el mismo libro, “Chashma-e-Ma’rifat”, el Mesías Prometido (as) aclarando que las historias mencionadas en el Sagrado Corán son en realidad profecías, dice:

“Todas las historias mencionadas en el Sagrado Corán no son meras fábulas, sino profecías que han sido escritas en forma de historias. Es cierto que Torá sólo contiene relatos, sin embargo, el Sagrado Corán ha considerado cada relato como una profecía en apoyo del Santo Profeta (sa) y del Islam. Estas profecías, escritas en forma de relatos, se han cumplido de manera inequívoca. Así pues, el Sagrado Corán es un océano de conocimientos y secretos y un mar de profecías. Es imposible que nadie adquiera la certeza en Dios sin el Sagrado Corán. Esta característica es exclusiva del Sagrado Corán, que permite a un verdadero seguidor eliminar el velo que existe entre Dios y la humanidad. Los seguidores de otras creencias invocan un dios ficticio, mientras que el Sagrado Corán revela el rostro del Verdadero Amado y llena los corazones de los hombres con la luz de la certeza. En virtud del Sagrado Corán, el Dios que está oculto para todo el universo se hace manifiesto. La condición es que se cumplan verdaderamente las enseñanzas del Sagrado Corán”.

A continuación, el Mesías Prometido (as) afirma que el Sagrado Corán consta de dos partes, la primera la componen los relatos y la segunda, los mandamientos. Afirma: “El Sagrado Corán comprende dos aspectos; algunas cosas se presentan en forma de relatos, mientras que otras se presentan en forma de mandamientos y orientación. Aquellos que son incapaces de distinguir entre los relatos y la guía tienen grandes dificultades y tienden a buscar contradicciones en el Sagrado Corán, por lo que lo pierden en su forma práctica, pues como Dios Todopoderoso afirma respecto al Sagrado Corán:

[Árabe – El Sagrado Corán 4:83]

“¿Acaso no meditarán en el Corán? Si procediera de alguien que no fuera Al’lah, ciertamente hallarían en él muchas contradicciones.” El Mesías Prometido (as) sigue diciendo: “El hecho de que no haya discrepancias se ha considerado una prueba de que [el Sagrado Corán] procede de Dios (el hecho de que no haya incoherencias significa que procede de Dios). Sin embargo, puesto que no distinguen entre los relatos providentes y la guía, crean incongruencias y después consideran que provienen de alguien que no es Dios. Su comprensión es lamentable”. Como ya se ha dicho, las historias se han presentado como profecías y los mandamientos están separados de ellas. Si la gente intenta entenderlas combinándolas, cae presa de malentendidos. No poseen el conocimiento necesario para comprender, y cuando se les presenta cualquier comentario [del Sagrado Corán] alegan que es una tergiversación.

Mencionando las excelencias de las enseñanzas del Sagrado Corán, el Mesías Prometido (as) afirma:

“Entre las sublimes excelencias del Sagrado Corán están sus enseñanzas porque concuerdan completamente con la naturaleza y los intereses humanos. Por ejemplo, la Torá enseña diente por diente y ojo por ojo, y los Evangelios dicen que no debe haber represalias ante el daño, de hecho, si alguien golpea tu mejilla derecha, pon la otra mejilla. Sin embargo, el Sagrado Corán dice:

[Árabe –

“La recompensa de un daño es un daño similar; mas quien perdona y su acto produce la reforma, tendrá su recompensa con Al-lah. En verdad, Él no ama a los inicuos.”  (Sagrado Corán 42:41]

Queriendo decir que la represalia por una injuria debe ser una injuria similar, sin embargo, quien perdona a alguien que haya causado algún daño, y este perdón resulta en la reforma del malhechor y le enseña a abstenerse de volver a cometer el mismo delito, entonces el perdón es mejor que la recompensa, de lo contrario sería más prudente el castigo. Esto se debe a que las personas poseen naturalezas diferentes; hay algunas que, al ser perdonadas, no vuelven a cometer el mismo delito y se abstienen de hacerlo. Sin embargo, hay otras que cometen el mismo delito incluso después de salir de la cárcel. Por lo tanto, dado que las personas tienen naturalezas diferentes, la mejor enseñanza es la que ha sido presentada por el Sagrado Corán. Las enseñanzas de la Torá y de los Evangelios no son en absoluto completas, más bien esas enseñanzas sólo pertenecen a una rama periférica del árbol humano y ambas enseñanzas pueden compararse a una ley que es específica para un determinado grupo de personas o específica para un determinado lugar. Sin embargo, el Sagrado Corán toma en consideración todas las naturalezas diferentes de las personas”.

También mencioné este ejemplo en el último sermón del viernes, aunque en un contexto diferente. Aquí, este ejemplo se presenta a la luz de las cualidades del Sagrado Corán. Después, el Mesías Prometido (as) afirma: “Este es un mandamiento del Evangelio”. Expone un segundo ejemplo. Este no es el único ejemplo, sino que también presenta otros.

El Mesías Prometido (as) afirma:

“Un mandamiento del Evangelio es que no se debe mirar con lujuria a las mujeres. Sin embargo, el Sagrado Corán dice categóricamente que no hay que mirar de ningún modo a las mujeres; ya sea o no con mirada lujuriosa, ya que podría convertirse en un medio de tropiezo.”

Aunque se afirme que se las mira con intenciones puras el Sagrado Corán dice que no hay que mirar a las mujeres ni siquiera con intenciones puras, ya que esto puede convertirse en un medio de tropiezo.

“De hecho, si surge la necesidad por la que se deba interactuar con ellas, se puede alzar ligeramente la mirada, en lugar de mirarlas lascivamente con los ojos abiertos”. Es decir, si surge la necesidad, se las debe mirar con los ojos ligeramente abiertos para no verlas del todo.

A continuación, el Mesías Prometido (as) dijo: “El Evangelio dice que nadie debe divorciarse de su esposa, a menos que haya cometido adulterio. Sin embargo, en el Sagrado Corán, el divorcio no se limita al adulterio. Más bien, si entre marido y mujer surge una enemistad mutua y no hay posibilidad de reconciliación, o si, por ejemplo, hay peligro para la propia vida, o si la esposa no ha cometido adulterio, pero da pasos hacia el mismo, como encontrarse con otros hombres; en todos estos casos, el marido, si lo considera adecuado, podrá abandonarla. Sin embargo, a pesar de todo, el Corán declara de forma muy tajante que no hay que precipitarse en los asuntos de divorcio.”

El Mesías Prometido (as) afirma que el Corán ha declarado enfáticamente que no hay que precipitarse en materia de divorcio. También encontramos aquí una respuesta en relación con la idea errónea de que los hombres tienen un derecho sin trabas al divorcio. Algunos hombres piensan que esto es cierto y hacen un mal uso de ello siendo también injustos. El Mesías Prometido (as) dijo que no está permitido divorciarse sin justificación y que, incluso en ese caso, hay que intentar evitarlo. Más adelante, el Mesías Prometido (as) dijo: “Es evidente que la enseñanza del Sagrado Corán está de acuerdo con las necesidades humanas y apartarse de ella ciertamente causará problemas en un momento u otro. Por esta misma razón, algunos gobiernos europeos han tenido que aprobar leyes sobre las justificaciones del divorcio”.

Incluso en las leyes seculares es preciso ofrecer una justificación y una razón para el divorcio. En distintos casos se pregunta cuál es el motivo del divorcio, a qué se debe la separación; es preciso aportar todas las pruebas. Sin embargo, el Mesías Prometido (as) dijo que no se trata de un proceso fácil y que, por ello, ellos también han tenido que crear sus leyes. Las leyes del mundo se crean y se abandonan y la gente se esfuerza continuamente por mejorarlas cada vez más. A pesar de ello, persisten varios defectos. Sin embargo, la ley de Dios Altísimo está en absoluta armonía con la naturaleza humana. A este respecto, me gustaría aclarar una vez más que los hombres no son los únicos que tienen derecho a divorciarse, sino que las mujeres también pueden divorciarse por agrado o desagrado o por cualquier otro motivo. Además, [en el caso de que una mujer solicite el divorcio] si se demuestra que el hombre ha actuado injustamente y es culpable, entonces también tendrá que pagar la dote y es un error pensar lo contrario. En tales casos, tendrán que pagar la dote y también cumplir con todos los derechos que les corresponden. Por ello, ningún hombre o mujer debe pensar que los hombres son los únicos a los que se les ha concedido el derecho [al divorcio]. Ya se expondrá con más detalle cuando se haga referencia a los derechos de la mujer.

No obstante, este tema continuará. Hay otras declaraciones del Mesías Prometido (as) a este respecto, que mencionaré de vez en cuando. Que Dios Altísimo nos permita actuar de acuerdo con las verdaderas enseñanzas del Sagrado Corán.

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que en el Sermón del Viernes anterior, presentó varias citas del Mesías Prometido (as) sobre las excelencias y superioridad del Sagrado Corán. Su Santidad (aba) dijo que hoy presentaría más citas.

Su Santidad (aba) dijo que en su libro Tohfa-e-Qaisariyyah (Un regalo para la Reina) que el Mesías Prometido (as) escribió para transmitir el mensaje del Islam a la Reina Victoria en su Jubileo de Diamante, dijo que el Sagrado Corán está lleno de profunda sabiduría y es superior a los Evangelios en el establecimiento de la virtud. El Dios Verdadero puede ser atestiguado a través del Sagrado Corán. El Sagrado Corán restauró la unidad de Dios que se había perdido en el mundo. Su Santidad (aba) dijo que ¿quién más que el Mesías Prometido (as) podía transmitir el mensaje del Islam al monarca con tanta confianza?

Su Santidad (aba) dijo que a pesar de este hecho, los musulmanes no ahmadíes todavía se aventuran a decir que los ahmadíes deshonran el Sagrado Corán. Además, cuando los no musulmanes se dan cuenta de que no pueden competir con el Sagrado Corán ni refutarlo, recurren a hacer cosas como quemar el Sagrado Corán, como se ha visto recientemente en Suecia y se ha visto en el pasado en otros países escandinavos. Su Santidad (aba) dijo que si todos los musulmanes se unieran bajo la bandera del Mesías Prometido (as), nadie se atrevería a cometer actos tan atroces como quemar el Sagrado Corán.

Una guía completa para sacar a la humanidad de la oscuridad

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán ha presentado un conocimiento completo y una guía completa sobre las acciones que deben llevarse a cabo. Enseña ‘Dirígenos por el camino recto,’ para que podamos beneficiarnos del conocimiento completo del Sagrado Corán y luego enseña ‘El camino de aquellos a quienes Tú has concedido Tus bendiciones’ para que podamos pisar el camino completo de la guía trazada por el Sagrado Corán. Actuar según las enseñanzas del Sagrado Corán tiene un beneficio visible por el cual uno se acerca a Dios y aumenta en virtud.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán fue revelado en una época en la que el mundo estaba sumido en la inmoralidad y el desorden era rampante. El propio Sagrado Corán lo describe así:

La corrupción ha aparecido en la tierra y en el mar. (El Sagrado Corán 30:42)

Fue durante esta época cuando se reveló el Sagrado Corán, que refutó todas las malas prácticas y rectificó las falsas creencias de las religiones anteriores. Todo esto se hizo a través del libro perfecto y completo que es el Sagrado Corán. Especialmente en el capítulo inicial del Sagrado Corán, Dios expuso exhaustivamente las creencias del Islam y refutó todas las falsedades de las religiones anteriores.

Un milagro sin parangón

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán es un milagro. Un milagro se refiere a algo extraordinario que no puede ser reproducido por ningún otro. Tal es el Sagrado Corán que fue presentado a toda Arabia, y nadie en Arabia fue capaz de presentar nada parecido. Aunque aparentemente les pareciera un libro como cualquier otro, se dieron cuenta de que era un milagro cuando nadie fue capaz de presentar nada que se le pareciera, y desde entonces nadie ha sido capaz de hacerlo. Por tanto, es un milagro. Es un signo que señala la existencia de Dios con una certeza absoluta que no se puede refutar ni negar. Otros credos sólo han llevado a la gente al punto de darse cuenta de que debe haber un Dios. Uno puede observar la creación del mundo y llegar a la conclusión de que debería haber un Dios. Uno puede entender que debería haber un Dios a través de argumentos racionales. Sin embargo, esto no equivale a la realización real y a la certeza de que Dios existe realmente. Sólo entendiendo y comprendiendo los atributos de Dios y viendo Sus signos se puede no sólo alcanzar la certeza de la existencia de Dios, sino también experimentarlo y establecer una relación con Él. Su Santidad (aba) dijo que este es el nivel que debemos esforzarnos por alcanzar; no confiar meramente en argumentos racionales, sino buscar personalmente y establecer una conexión con Dios a través de Sus signos.

Su Santidad (aba) dijo que hay muchos ejemplos de que esto ocurre dentro de la Comunidad Musulmana Ahmadía. Su Santidad (aba) dijo que había un hombre de Bélgica que le contó que había sido ateo, sin embargo, cuando no sólo comprendió los argumentos racionales a favor de la existencia de Dios, sino que también vio Sus signos y experimentó a Dios por sí mismo, no le quedó más remedio que aceptar la existencia de Dios.

La culminación de la fe a través del Libro Perfecto

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien explicó que el Sagrado Corán afirma:

Éste es un Libro perfecto; no hay duda en él; es una guía para los justos. (El Sagrado Corán, 2:3).

En otras palabras, este Libro ha sido revelado como resultado del conocimiento de Dios y, por tanto, está libre de toda duda o defecto. Y puesto que el conocimiento de Dios puede llevar al hombre a la perfección, es una guía para los justos. Los justos son aquellos que creen en Dios como Conocedor de lo Invisible, rezan y ofrecen limosna.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán perfeccionaba la fe, como Dios declara:

‘Hoy os he perfeccionado vuestra religión y he completado Mi gracia con vosotros y os he elegido el Islam como religión.’. (El Sagrado Corán 5:4)

Por lo tanto, no hay ningún libro que pueda ser considerado superior al Sagrado Corán, ya que las bendiciones logradas a través del Sagrado Corán no pueden ser alcanzadas por ningún otro. Su Santidad (aba) dijo que es una lástima que estas sean nuestras opiniones y, sin embargo, nuestros oponentes digan que hemos deshonrado el Sagrado Corán.

Curación espiritual y establecimiento de una conexión con Dios

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que el Sagrado Corán es una fuente de curación espiritual. Está lleno de sabiduría que ha delineado la religión perfecta y ha colocado la curación espiritual en línea con la curación física.

Su Santidad (aba) continuó citando al Mesías Prometido (as), quien dijo que el verdadero medio para establecer una conexión con Dios es el Sagrado Corán. Uno no puede establecer una conexión con Él hasta que se familiariza con Sus signos y hasta que Su luz entra en sus corazones. Esta conexión sólo puede lograrse siguiendo lo que se ha descrito en el Sagrado Corán. Por lo tanto, siguiendo las enseñanzas del Sagrado Corán, uno puede ver el verdadero rostro de Dios. Su Santidad (aba) dijo que los ahmadíes también deberían considerar y analizar si realmente siguen las enseñanzas del Sagrado Corán. Su Santidad (aba) rezó para que Al’lah permita a todos hacerlo.

Su Santidad (aba) citó además al Mesías Prometido (as), quien dijo que todos los signos sobresalientes que deberían estar presentes en una escritura divina no están presentes en ningún otro libro que no sea el Sagrado Corán. De las grandes cualidades distintivas del Sagrado Corán, una es que lleva a una persona de la etapa de “Dios debe existir” a “Dios ciertamente existe”. Además, nadie puede replicar los signos presentados por Dios en el Sagrado Corán. Incluso si la gente se reuniera para intentar replicar o conjurar un signo, no podrían conseguir nada que se acercara a los signos del Sagrado Corán. Sólo el Sagrado Corán manifiesta el poder de Dios. Y para aquellos que siguen el Sagrado Corán, Dios promete:

Para ellos hay una buena nueva. Da pues la buena nueva a Mis siervos. (El Sagrado Corán 39:18)

Y Dios también prometió en el Sagrado Corán:

…y a quienes Él ha fortalecido con una Palabra Suya. (El Sagrado Corán, 58:23)

Y Dios promete:

Él os concederá una distinción, os librará de vuestros males y os perdonará; pues Al-lah es Señor de gran magnificencia. (El Sagrado Corán, 8:30)

El Mesías Prometido (as) dijo que él mismo es testigo y da testimonio de estos signos, y el Mesías Prometido (as) fue enviado para ayudarnos a reconocerlos.

Encontrar a Dios en las palabras del Sagrado Corán

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) explicó que las historias y relatos que se encuentran en el Sagrado Corán son en realidad profecías. El Sagrado Corán es una corriente de verdad y un océano de profecías. Es imposible alcanzar la certeza en Dios sin el Sagrado Corán. El Dios oculto al mundo puede ser reconocido y encontrado a través del Sagrado Corán.

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as) diciendo que tanto los mandamientos como las historias o relatos se encuentran en el Sagrado Corán. Aquellos que son incapaces de distinguir entre ambos se encuentran en grandes dificultades. No pueden beneficiarse realmente del Sagrado Corán. El Sagrado Corán dice:

Si procediera de alguien que no fuera Al-lah, ciertamente hallarían en él muchas contradicciones. (El Sagrado Corán 4:83)

El hecho de que no haya contradicciones en el Sagrado Corán es una señal de su veracidad.

La superioridad del Corán sobre otras escrituras

Su Santidad (aba) citó al Mesías Prometido (as), quien explicó que las enseñanzas del Sagrado Corán son superiores a cualquier otra enseñanza. La Torá enseña el ojo por ojo, los Evangelios enseñan a poner la otra mejilla, sin embargo el Sagrado Corán presenta la enseñanza absolutamente equilibrada y beneficiosa de:

La recompensa de un daño es un daño similar; mas quien perdona y su acto produce la reforma, tendrá su recompensa con Al-lah. En verdad, Él no ama a los inicuos.’. (El Sagrado Corán, 42:41)

Su Santidad (aba) dijo que este tema continuaría a la luz de las citas del Mesías Prometido (as) en el futuro.

Su Santidad (aba) rezó para que Dios nos permita actuar verdaderamente según las enseñanzas del Sagrado Corán.

Resumen preparado por The Review of Religions

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