Establecer el verdadero espíritu de la Yalsa

Resumen

Después de recitar Tashahhud, Ta`awwuz, y Surah al-Fatihah, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad (aba) dijo que por la gracia de Al’lah, hoy comienza la Yalsa Salana (Convención Anual) del Reino Unido.

Su Santidad (aba) dijo que ya han pasado unas cuatro décadas desde que un Khalifa participa en la convención en el Reino Unido. Al principio, debido a la vasta organización del evento, había mucho que enseñar a los miembros locales, por lo que el Cuarto Khalifa (rh) prestó atención personal a enseñar a los miembros sobre la organización de la Yalsa. La primera Yalsa completa en presencia del Cuarto Califa (rh) tuvo lugar en 1985 y contó con una asistencia de aproximadamente 5,000 personas. En aquel momento, los organizadores estaban preocupados por cómo iban a atender a un número tan elevado. Sin embargo, ahora, esa es la asistencia sólo en los Ijtemas (reuniones) de Juddam o Layna que se celebran cada año.

Su Santidad (aba) dijo que este año, al celebrarse de nuevo la Yalsa en toda su extensión tras un periodo de varios años, los organizadores están de nuevo preocupados, especialmente por la asistencia de más de 40,000 personas que se espera. Sin embargo, los trabajadores de la Yalsa, jóvenes y mayores, tienen ahora tanta experiencia que pueden desempeñar sus funciones de manera excelente.

Toda experiencia y habilidad se adquiere con la bendición de Al’lah

Su Santidad (aba) dijo que la semana pasada llevó a cabo una inspección de todas las tareas, y encontró a todos muy preparados y con mucha confianza en su departamento, lo que ayudó a eliminar muchos de los temores previos que tenían los organizadores. Si Dios quiere, se erradicarán todas las preocupaciones de los organizadores. Sin embargo, esto depende de que siempre dirijamos nuestra atención a cosechar las bendiciones de Al’lah el Todopoderoso. No alcanzamos la experiencia debido a nuestras propias capacidades, sino sólo gracias a las bendiciones de Al’lah el Todopoderoso.

Su Santidad (aba) dijo que en el sermón anterior resumió brevemente que todos los trabajadores de la Yalsa deben llevar a cabo su trabajo con esfuerzo, oraciones a Al’lah el Todopoderoso y mostrando los más altos estándares de moralidad. Es entonces cuando Al’lah el Todopoderoso otorgará Sus bendiciones en el trabajo realizado. Todos deben recordar que han ofrecido voluntariamente sus servicios por el bien de los invitados del Mesías Prometido (as) y que se han reunido únicamente por la fe. Por lo tanto, es esta misma pasión con la que se han ofrecido voluntarios con la que deben llevar a cabo su trabajo mientras duren sus obligaciones. Al mismo tiempo, los trabajadores no deben olvidar que también deben adorar a Al’lah Todopoderoso y mantener sus oraciones.

Su Santidad (aba) dijo que uno no debe pensar que ha hecho su trabajo simplemente por cumplir con su deber, sino que debe asegurarse de ser presistente y conservar su culto y sus oraciones.

Su Santidad (aba) dijo que también le gustaría destacar algunos puntos para los asistentes a la Yalsa. Esta guía no debe ser simplemente algo dicho y escuchado, sino que todas estas cosas deben ser puestas en práctica también.

Esta Convención no es como cualquier reunión mundana

Su Santidad (aba) dijo que, en primer lugar, todos los asistentes deberían recordar la declaración del Mesías Prometido (as) de que ésta no es como cualquier otra reunión mundana. Más bien, asistir a esta Yalsa tiene un propósito; ese propósito es mejorar nuestros estados espirituales, intelectuales y morales. Es establecer el amor por Dios y Su Mensajero (sa). Cuando este es el enfoque, entonces uno no se sentirá atraído por los asuntos mundanos. Por lo tanto, si hay deficiencias en la organización, se pasarán por alto fácilmente y uno no se verá afectado, porque su propósito es mejorar su estado espiritual y moral, lo que se puede lograr a través de los diversos discursos pronunciados en la Yalsa. Por lo tanto, todos los asistentes deben asegurarse de que en lugar de vagar, deben asistir a los procedimientos completos de la Yalsa.

Su Santidad (aba) dijo que, del mismo modo, las pausas entre las sesiones también debe utilizarse sabiamente. Por supuesto, ese tiempo es para comer, ofrecer oraciones y reunirse con los amigos, sin embargo, incluso entonces, el tiempo no debe desperdiciarse simplemente comprando en el bazar. En lugar de ello, los asistentes deberían aprovechar cosas como la librería o diversas exposiciones como las organizadas por Makhzan-e-Tasaweer, The Review of Religions, el Departamento de Tabligh o el Departamento de Archivos.

El objetivo principal de asistir a la Yalsa

Su Santidad (aba) dijo que cuando el objetivo principal de asistir a esta Yalsa es mejorar la espiritualidad y la moralidad de uno mismo, esto aumentará naturalmente los lazos de amor mutuo. Si hay alguna debilidad en la organización, se pasará por alto fácilmente. Se establecerá una atmósfera tan hermosa que reflejará verdaderamente a los verdaderos creyentes. Por el contrario, si los asistentes empiezan a buscar fallos y cosas de las que quejarse, entonces ciertamente en una operación tan vasta y temporal, seguramente encontrarán algún tipo de fallos, pero entonces esto creará una atmósfera que contradice el verdadero propósito de esta Yalsa.

Su Santidad (aba) dijo que, por ejemplo, siempre se hace todo lo posible para que se preparen las cantidades adecuadas de comida para los invitados. Sin embargo, es posible que haya un momento en que haya una discrepancia en esa estimación. Si esto ocurre, los invitados deben aceptar de todo corazón las disculpas de los organizadores.

Su Santidad (aba) dijo que el Mesías Prometido (as) nos ha dado ejemplo de lo que se debe hacer en tales circunstancias. Una vez, durante un viaje, el Mesías Prometido (as) estaba ocupado en su trabajo, y no cenó hasta que todos los demás invitados fueron servidos. Los organizadores dejaron la comida y luego la recogieron, sin darse cuenta de que, como estaba ocupado en su trabajo, el Mesías Prometido (as) aún no había comido. Más tarde, cuando el Mesías Prometido (as) preguntó si había comida, los organizadores se preocuparon mucho, porque después de que todos los invitados y más tarde los trabajadores hubieran comido, no quedaba comida. También era tarde, por lo que no se podía pedir nada al mercado. Los trabajadores estaban muy preocupados e intentaban averiguar qué se podía cocinar en ese momento para el Mesías Prometido (as). Sin embargo, el Mesías Prometido (as) los detuvo, y dijo que debía haber algunos trozos sobrantes de pan plano y que esos serían suficientes.

Su Santidad (aba) dijo que si el Mesías Prometido (as) hubiera pedido que le cocinaran la comida, los trabajadores habrían accedido encantados. Sin embargo, el Mesías Prometido (as) se fijó en ellos y les dijo que no tenían por qué preocuparse. Por lo tanto, este fue el ejemplo que él estableció y que nosotros debemos adoptar. Si algunos asistentes a la Yalsa no pueden comer a tiempo, no deben crear un alboroto, más bien deben contentarse con lo que reciban. Del mismo modo, el Mesías Prometido (as) también enseñó que ningún alimento debe desperdiciarse, ya que él comía cualquier trozo de pan que sobrara.

Su Santidad (aba) dijo que siempre hay que recordar que las personas que trabajan en diversos departamentos no son profesionales de los mismos, sino voluntarios. Por lo tanto, sus esfuerzos deben ser siempre apreciados.

La importancia de mostrar un alto nivel moral

Su Santidad (aba) dijo que sin moral no hay nada. Para establecer el ambiente adecuado durante la Yalsa, no puede ser que sólo los trabajadores exhiban una buena moral, sino que todos los asistentes deben exhibir también los más altos estándares morales. Del mismo modo, como se afirma en un dicho del Santo Profeta (sa), sonreír es caridad, y esto también debe tenerse siempre presente.

Su Santidad (aba) dijo que, con respecto a mostrar una moral elevada durante la Yalsa, el Mesías Prometido (as) dijo que la fe de una persona no puede ser completa hasta que da prioridad a la comodidad de su hermano por encima de su propia comodidad. El Mesías Prometido (as) dijo que si una persona que goza de buena salud estuviera durmiendo en una cama y otra estuviera durmiendo en el suelo, y la que está en la cama no cediera su cama por la persona que está en el suelo, entonces sería una gran lástima. Del mismo modo, si alguien hablara con dureza, habría que ser paciente y llorar en la oración por esa persona. Éstas son sólo algunas de las normas morales básicas que siempre deben exhibirse, y que deben ponerse en práctica especialmente durante los días de la Yalsa. Es esta misma mentalidad la que puede dar lugar a una sociedad prístina.

Su Santidad (aba) dijo que cumplir con los derechos de los demás no es una tarea fácil. Por ello, todo el mundo debe tener siempre presente que debe dar prioridad a los demás y a sus derechos antes que a los propios, y hacerlo con la intención de alcanzar la complacencia de Al’lah. Una mentalidad así puede dar lugar a una sociedad pacífica y amorosa. Una sociedad en la que es lamentable responder a la dureza con dureza y, en su lugar, se reza fervientemente por quien le ha hablado con dureza, sería una sociedad realmente extraordinaria.

Su Santidad (aba) dijo que si se presta atención a estos asuntos durante los tres días de la Yalsa, entonces se logrará el verdadero propósito de reunirse en esta convención. A veces, la gente pierde los estribos, tanto los asistentes como algunos trabajadores. Sin embargo, si las personas no pueden mantener el control sobre sus emociones, entonces no deben asistir ni ofrecerse como voluntarios. A veces, cuando el espacio está lleno y se dirige a los invitados a otra parte, se enfurecen y piensan que esto arruinará sus planes de asistir a la Yalsa, mientras que los trabajadores no tienen más remedio que redirigirlos a otra zona. Si la gente está tan interesada, debería llegar a tiempo. Del mismo modo, los voluntarios tampoco deberían enojarse fácilmente.

Su Santidad (aba) rezó para que no se produzca ni un solo ejemplo de trato duro, y para que ningún trabajador sea puesto a prueba en este sentido. Su Santidad (aba) rezó para que estos días no se limiten a cantar poemas y expresar amor, sino que la formación recibida en estos tres días sea tal que realmente establezca el amor y la armonía en toda la sociedad.

Su Santidad (aba) dijo que los invitados no deben tener grandes expectativas de facilidad y lujo. A veces, los que no tienen familiares cerca y su estancia está organizada por la organización de la Yalsa, sin embargo, plantean exigencias difíciles de satisfacer. Por lo general, la gente es muy comprensiva a este respecto. Por ejemplo, Su Santidad (aba) dijo que hace unos días se encontró con una familia que, sólo a petición suya y no en forma de queja, le dijo que aunque habían informado a la administración con mucha antelación sobre su llegada y estancia, hubo algún error de comunicación debido al cual no se les organizó el alojamiento. En lugar de crear un alboroto, hicieron sus propios arreglos con un pariente, a pesar de que la casa de su pariente era pequeña y tendrían que dormir en colchones en el suelo, sin embargo estaban felices de hacerlo. Por tanto, los anfitriones deben hacer todo lo posible por atender a los huéspedes, y éstos deben hacer todo lo posible por estar contentos y soportar las pequeñas dificultades en nombre de la complacencia de Al’lah.

Establecer una atmósfera de amor y armonía

Su Santidad (aba) dijo que el Santo Profeta (sa) enseñó que para establecer una atmósfera de paz y armonía, uno debe alimentar a los necesitados y transmitir saludos de paz a todos, los conozca o no. Gran parte de las luchas en el mundo se deben a la escasez o al precio de los alimentos y las necesidades básicas, y si se tuviera en cuenta este principio del Santo Profeta (sa), se favorecería enormemente el establecimiento de la paz. Además, transmitir saludos de paz y establecerla como norma evoca de forma natural pensamientos y sentimientos positivos hacia los demás. Por lo tanto, ese mismo ambiente debe establecerse en la Yalsa y, posteriormente, reflejarse en la sociedad. De hecho, este es también un medio para acabar con la enemistad y los rencores.

Directrices generales para la Yalsa

Su Santidad (aba) dijo que hay algunas cuestiones generales relacionadas con la Yalsa que todo el mundo debe tener en cuenta. Todo el mundo debe escuchar los procedimientos de la Yalsa en silencio y con atención. No debe ocurrir que sólo se escuchen algunos discursos y se ignoren otros. Además, durante los días de la Yalsa se debe prestar especial atención a permanecer ocupados en el recuerdo de Al’lah y enviar salutaciones al Santo Profeta (sa) a través del durood sharif. Especialmente ya que estamos atravesando el mes de Muharram y hoy es 10 de Muharram, debería haber un énfasis en recitar durood sharif con la oración de que Dios continúe exaltando la estación y el rango del Santo Profeta (sa), continúe haciendo prevalecer su mensaje, y salve a esta ummah de la destrucción. Fue en este día, que en nombre del honor del Santo Profeta (sa), la familia del Santo Profeta (sa) fue martirizada. Hoy en día, la verdadera familia espiritual del Santo Profeta (sa) está siendo perseguida y esto es perpetrado por aquellos que dicen hacerlo en nombre del Santo Profeta (sa). Sin embargo, de lo que no se dan cuenta es del profundo amor que el Mesías Prometido (as) sentía por el Santo Profeta (sa), un amor que incluso fue atestiguado por los ángeles, y todo lo que le fue concedido por Dios se debió a su amor y devoción por el Santo Profeta (sa).

Su Santidad (aba) rezó para que esas bendiciones prometidas al Santo Profeta (sa) se extendieran por todo el mundo rápidamente.

Su Santidad (aba) dijo que también debía inculcarse a los niños que escucharan los procedimientos de la Yalsa con gran atención. Del mismo modo, todos los asistentes a la Yalsa deben ser conscientes de su entorno desde el punto de vista de la seguridad.

Su Santidad (aba) rezó para que todos los asistentes se beneficien de la Yalsa de la mejor manera, salvaguardando a todos de todo mal, y que Al’lah siga derramando Sus bendiciones sobre todos.

Resumen preparado por The Review of Religions