Parecía pues que ya nadie en La Meca quería escucharle, y esto producía una gran tristeza al Profeta(sa). Se sentía estancado. Decidió, pues, dirigirse a otro lugar para predicar su Mensaje, y eligió Ta’if, un pueblo situado a unos cien kilómetros al sureste de La Meca, conocido por su fruta y agricultura. Su decisión coincidía