Un Regalo Para An-Nadwah
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

INTRODUCCIÓN

SOBRE EL AUTOR

Nacido en 1835 en Qadian (India), Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, el Mesías y Mahdi Prometido, dedicó su vida al estudio del Sagrado Corán, a la oración y a la devoción. Al observar que el Islam era el blanco de ataques indecentes desde todas las direcciones, que la suerte de los musulmanes se hallaba en decadencia, y que la fe cedía ante la duda y la superficialidad de la religión, emprendió la tarea de defender y divulgar el Islam.

En su vasta colección de escritos (incluyendo su obra magna Brahin-e-Ahmadiyya), sus conferencias, discursos y debates religiosos, argumentó que el Islam era una fe viva, y la única fe mediante la cual el hombre puede ponerse en contacto con su Creador, y lograr la comunión con Él. Las enseñanzas contenidas en el Sagrado Corán, y la ley promulgada por el Islam fueron diseñadas para llevar al hombre a la perfección moral, intelectual y espiritual.

Anunció que Dios le había escogido como el Mesías y Mahdi, de acuerdo con lo mencionado en las profecías de la Biblia, del Sagrado Corán y el Ahadith. En 1889 empezó a aceptar el juramento de iniciación en su Comunidad, la cual se encuentra hoy establecida en 230 países. La mayoría de sus ochenta libros están escritos en lengua urdu, pero algunos también están escritos en árabe y persa.

SOBRE EL LIBRO

En el año 1902 ya habían trascurrido más de dos décadas desde que el Mesías Prometidoas comenzara a publicar y difundir ampliamente las revelaciones que recibía de Dios. Las presentó como pruebas de su revindicación, argumentando que si fuera un impostor que atribuyera falsamente cientos de revelaciones a Dios, el Altísimo no le hubiese concedido un indulto tan largo de acuerdo con la advertencia mencionada en el Sagrado Corán. Al contrario, Dios Altísimo le había bendecido con innumerables signos de Su apoyo y humillando a sus oponentes.

Fue en este contexto que Hafiz Muhammad Yusuf difundió un anuncio público afirmando que su reivindicación no tenía nada de especial, porque en el pasado hubieron muchos mentirosos e impostores que tuvieron vidas largas y una muerte natural a pesar de haber realizado falsos reclamos.

Respondiendo a este anuncio, el Mesías Prometidoas se dirigió a los ulemas de An-Nadwah a través de un tratado corto pero incisivo titulado Un regalo para An-Nadwah que se publicó el 6 de octubre de 1902. Rechazó por completo la afirmación de Muhammad Yusuf, y argumentó que su alegato contravenía el claro propósito del Sagrado Corán. Además, si la tesis de Muhammad Yusuf se aceptara como correcta, no habría ninguna forma de distinguir a un reclamante falso de uno veraz.

El libro comienza con un prefacio en árabe titulado At- Tabligh en el cual el Mesías Prometidoas invita a los ulemas del An-Nadwah a que sigan el criterio del Sagrado Corán, y les presenta su vindicación como Mesías y Mahdi. Para separar el prefacio de la parte principal del libro y para mostrar la diferencia de estilo entre el árabe y el urdu, la prosa árabe se ha presentado en cursiva. El libro cierra con un corto epílogo sobre el descubrimiento de una nueva evidencia relacionada con la muerte de Jesucristo.

NOTA DEL EDITOR

Nótese en el texto que las palabras entre paréntesis comunes ( ) y entre guiones largos—son las palabras del Mesías Prometidosa y si se agregan palabras o frases explicativas por parte del traductor con el propósito de aclarar algunos términos, serán agregadas entre paréntesis cuadrados [ ].

El nombre de Muhammadsa, el Santo Profeta del Islam, es acompañado en el texto por el símbolo sa, el cual es una abreviación del saludo Sal’la’lahu ‘Alaihi Wasal’lam (que la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). Los nombres de otros Profetas y mensajeros son seguidos por el símbolo as, como abreviación de ‘Alaihissalam (la paz sea con él). Los saludos presentes no han sido generalmente expuestos en su totalidad, pero sin embargo deben entenderse como repetidos en su totalidad para cada caso. El símbolo ra es usado para el nombre de los compañeros del Santo Profetasa y los del Mesías Prometidoas. Dicho símbolo representa Radi Al’lahu ‘anhu/‘anha/‘anhum (que Al’lah esté complacido con él, ella o ellos). rh representa Rahimahul’lahu Ta‘ala (que Al’lah tenga misericordia de él). at representa Ayyadahul-lahu Ta‘ala (que Al’lah, el Poderoso, le ayude).

No hemos traducido palabras arábes que forman parte del idioma español, como Islam, Corán, Mahdi, Héjira, Ramadán, Hadiz, etcétera.

AT-TABLIGH

¡Oh gente de Nadwah! Venid a una palabra que es igual entre nosotros y vosotros. Mostremos nuestro acuerdo en que el Sagrado Corán es nuestro árbitro y aceptemos únicamente aquello que conforma las palabras del Dios Misericordioso.

¡Oh inconscientes! Ciertamente el Islam es la verdadera religión, y toda la guía ha sido perfeccionada en el Sagrado Corán. Su enseñanza, por si sola, es eterna y merecedora de ser preservada. Contiene los secretos del futuro y los relatos del pasado. ¿Acaso aceptaríais otra cosa que no fuera el Sagrado Corán?

He aquí que todo lo bueno está en el Corán, y malo es todo aquello que lo contradice. Oh gente justa, debemos alejarnos de todo lo que sea contrario a su narrativa y su guía, pues tales cosas solo son bien recibidas por los transgresores.

Yo soy el Mesías. Camino con la verdad y os invito hacia Dios. Os busco en beneficio de mi Señor y os advierto de Su ira. ¿Acaso no escucharéis? Vengo a vosotros de parte de mi Señor con signos manifiestos, Quien me ha enseñado aquello que no conocéis, pues he visto aquello que desconocéis. ¿Acaso me tacharéis de mentiroso sin siquiera interrogarme?

Cristo ciertamente ha muerto. No conseguiréis traerle de nuevo a la vida. Oh almas ignorantes, no falsifiquéis el Sagrado Corán. Si Jesús ha de retornar antes del Día del Juicio tal y como pensáis, ¿por qué afirmaría que desconoce la decadencia de los cristianos? Tal y como habéis leído, Cristo confesará su ignorancia, y dirá que desconoce las innovaciones fabricadas después de él. Si hubiese retornado al mundo y hubiera visto lo que han hecho, Cristo ciertamente habría dicho: Oh mi Señor, regresé al mundo gracias a Tu mandamiento, y viví con mi gente durante cuarenta años. Les encontré venerando a mi madre y a mí. Eran inflexibles en su comportamiento. Por lo tanto, rompí la cruz y corregí [los errores de] su época. Maté a muchos de ellos y se supeditaron humildemente a la fe del Señor.

Preguntad a vuestro Jesús por qué proferirá falsedades en el Día del Juicio. Por qué ocultará su testimonio y se convertirá en uno de los ignorantes.

¡Por Dios!, Yo provengo de Él. Si sois veraces, entonces honrad el juramento que habéis realizado en nombre de Al’lah. He mostrado muchas señales, y el Sagrado Corán ha cerrado todas las puertas excepto la mía. ¿Hacía donde huiréis?

Como ya sabéis, he llegado al comienzo del siglo. El sol y la luna se eclipsaron en el mes de Ramadán como dos signos a mi favor de mi Dios Misericordioso. Provocó la plaga para que la gente reflexionara. ¿Qué es lo que os impide ver los signos de Al’lah? O es que quizás estáis disgustados con lo que contemplan vuestros ojos.

¡Oh gente! Poseo testimonios de Dios. ¿Acaso no creeréis? Poseo signos de mi Señor. ¿Acaso no os someteréis? Oh los que se apresuran, si comenzarais a contar estos testimonios fracasaríais en vuestro intento. Por lo tanto, sed justos.

Cuandoquiera que un Mensajero viene con una enseñanza que no os gusta, le tratáis como mentiroso y derramáis la sangre de los demás. Yo tengo el apoyo de mi Señor, pero

¡oh embusteros! vosotros no lo tenéis. ¿Acaso han causado mi muerte las acusaciones falsas y decretos de muerte que habéis presentado ante los tribunales? ¿No os avergonzáis? Dios ha decretado que Él y Sus Mensajeros triunfarán. Escuchadme combatientes, no podéis humillar a Dios.

Juro por Dios que soy veraz. No soy de aquellos que inventan falsedades. ¿Acaso pretendéis rechazarme a pesar de las pruebas irrefutables que os he mostrado? ¿Acaso no retornaréis a vuestro Señor? ¿Acaso no buscaréis la vida eterna a través de vuestro Mesías?

¿Acaso no habéis leído los Capítulos Nur, Tahrim y Fatihah? O, ¿acaso os disgusta su recitación y pensáis que no os concierne?

¡Oh gente de Nadwah! A vosotros os escribo esta carta, para que pueda abrir vuestros ojos antes de que la tregua del Señor finalice, y no podáis defenderos ni seguir peleando contra mí. Lo he llamado “Un regalo para An-Nadwah”. Os lo entrego y espero vuestra respuesta.

Suplico: Oh Al’lah, haz que este libro sea una fuente de bendiciones para aquellos que no son arrogantes. Oh Al’lah sé testigo que he entregado el mensaje que se me encomendó, e inclúyeme entre aquellos que entregan Tu mensaje sin temor.

Amén, Oh Señor, Amén.

UN POEMA DE MIR NASIR NAWAB SAHIB DE DELHI

El arca de Noé, una invitación a la fe,

Un libro de extraordinaria gracia y belleza.

Una sola lectura puede revivir la creencia, E iluminar la luz de la convicción.

Una cosa más pura que el agua de la vida,

Los muertos son traídos a la vida por su nectar.

Desprovisto de palabras para hablar de su gloria,

¿Cómo voy a articular sus elogios?

Un faro para los perdidos y los que van a la deriva, Un medio para su dirección, su orientación.

Apoyando a los indefensos, los débiles, Brindando refugio a los desesperados.

Con un contenido incomparable en magnificencia,

Una señal del Mensajero del Señor.

Desentrañando los misterios de la fe,

A los que siguen sus palabras con cuidado.

La ignorancia da paso al conocimiento y la verdad, Acelerando el vuelo de la superstición.

Este es un jardín del cielo, no de la tierra,

En el que caminan doncellas y la eterna juventud.

Donde fluyen ríos de leche y miel,

Ciudadelas pasadas de impresionante belleza.

El pasaje en este barco es gratuito, No hay ansia de pago o cargo.

Estamos listos para sacrificar todo,

Para quien nos ha dado este buque.

Señor, que eres Clemente y Misericordioso, Concédenos la oportunidad de servir.

Abandonemos los deseos de nuestras almas, Dejemos que Satanás retroceda de nuestra compañía.

Déjanos ser siempre obedientes a Ti,

Deja que nuestros corazones acepten como verdad Tu enseñanza.

Sé complacido con nosotros y nosotros contigo,

A medida que nuestras almas salgan de este cuadro temporal.

Humilde es Nasir, tu leal servidor, Quien solo quiere Tu protección.

¡Señor! Ten piedad de mí como es mi deseo, Y déjame buscar las bendiciones solo de Ti.

¡Señor! Aligera para mí esta pesada carga, Y alivia para mí el camino que lleva a Ti.

¡Señor! Sé compasivo conmigo e Inclúyeme en el grupo de los justos.

Oculta mis faltas, Oh Ocultador de todas las cosas, Porque siempre espero lo mejor de ti.

Libérame de mi angustia y pena,

Por el bien de Muhammadsa y Ahmadas.

Un siervo comprometido de mi Imam, Señor, ayúdame, en secreto y en público.

UN REGALO PARA AN-NADWAH

[Arabe]1

La ayuda de Dios acude en cada repiración mía,

¿Dónde están los iluminados para que puedan verlo?

 

Hoy, 2 de octubre de 1902, he recibido un anuncio dirigido a mí y publicado por Hafiz Muhammad Yusuf, pensionista. Según afirma, hay ciertas personas que, desde hace tiempo, tratan de engañar a otros reclamando falsamente ser Profetas o mensajeros enviados por Dios, y que han vivido durante 23 años o más [tras hacer su postulado]; (23 años fue la duración de la misión del Santo Profetasa). Además, escribe que un amigo cercano suyo, Abu Ishaq Muhammad Din ha publicado un libro, Qat’ul-Watin, en el que ha catalogado los nombres de estos falsos reclamantes y la duración de su “misión” con referencias a fuentes históricas. Al parecer, Hafiz Sahib no admite la validez de los versículos coránicos:2 [Arabe]

y  [Arabe]3 Ni parece dispuesto a hacerlo. Al contrario, son rechazados en Qat’ul-Watin y, desde su punto de vista y el de Muhammad Din, los siguientes versículos también están abrogados y carecen de significado:[Arabe] 4,5,6

Todos estos versículos, incluyendo los versículos en los que Dios dice que, si el Profetasa le hubiese atribuido a Él falsedades, Él le hubiese atrapado y seccionado su vena yugular, parece que son ignorados en Qat’ul- Watin. Según Hafiz Sahib, son invalidas las advertencias que Dios ha mostrado, e incluso si algunos Profetas hubieran hecho vindicaciones falsas -Dios lo prohíba- no habrían sido destruidos. Por lo tanto, afirma que no hay provisiones en el gobierno de Dios en contra de los mentirosos, creando un vacío que permite cualquier tipo de engaño.7 En consecuencia, si alguno de los Profetas  hubiese mentido con respecto a Dios, no habrían tenido que rendir cuentas por ello en esta vida. Esto también implica que las leyes del ser humano son superiores a las de Dios; ya que por lo menos cuentan con un marco de disposiciones para capturar y castigar a aquellos que expresan falsos testimonios. Consecuentemente, según Hafiz Sahib, no constituye un milagro que el Santo Profetasa recibiera un periodo de 23 años para completarla revelación del Sagrado Corán, ni que su vida quedara salvaguardada de los ataques de sus oponentes, ni que falleciera según el decreto divino cuando finalizó su vida. Además, se ha profetizado que yo también viviré aproximadamente 80 años para completar mi misión. Pero, desde su punto de vista, el cumplimiento de estas profecías no puede considerarse como una señal de la veracidad de un reclamante. Bajo las imposiciones de su religión, ninguna cuantía de protección divina puede establecer la veracidad del Santo Profetasa ni de la mía, pues también es posible que los embusteros penetren en este ámbito. Pero si se acepta esto como cierto, entonces toda la enseñanza del Sagrado Corán, que declara que los mentirosos serán capturados, desgraciados, arruinados y que fracasarán, tendrá que ser considerada falsa.

El intelecto humano es capaz de aceptar rápidamente la idea de que, tal y como se encuentra reflejado en las escrituras anteriores, una persona que lucha por destruir la obra de Dios merece morir. Pero, según la opinión de Hafiz Sahib, hay muchas personas que han reclamado falsamente ser Profetas y receptores de la revelación divina, y han persistido en sus afirmaciones durante incluso 30 años. Durante este periodo, han reivindicado su verdad, y han inventado revelaciones hasta el último suspiro, y han abandonado esta vida en un estado de incredulidad; Dios prolongó sus vidas y permitió que su trabajo floreciera y no les castigó; incluso no hay evidencias que sugieran que se arrepintieran, ni que expresaran su remordimiento públicamente para que la gente supiera que habían retornado al redil del Islam.

Hafiz Sahib afirma que se pueden encontrar suficientes pruebas de esto en Qat’ul-Watin. También escribe que no desea recibir la recompensa de 500 rupias. En lugar de ello, desea que, en la convención anual de Nadwatul-Ulema que tendrá lugar el 9 de octubre de 1902 en Amritsar, y en el cual participarán algunos de los eruditos más reconocidos de la India, yo deba prometer arrepentirme si la autenticidad histórica de los ejemplos citados en Qat’ul-Watin se acepta como verdadera por parte de los árbitros designados, es decir, los ulemas de Nadwah.

O sea, que si deciden que mi caso es similar al de otros embusteros que reclamaron haber recibido revelaciones divinas, las registraron y difundieron noticias de ellas por el mundo y fabricaron mentiras contra Dios, y aun así no fueron destruidos; al contrario, igual que yo, fueron bendecidos con una comunidad de seguidores. Si de esta manera son persuadidos, entonces debo arrepentirme ante la convención.

Yo felizmente permitiría a los Nadwatul-Ulema mediar entre Hafiz Sahib y yo si Dios les hubiese bendecido con la clarividencia, si fueran justos y virtuosos, y dispusieran de suficiente tiempo para investigar nuestras declaraciones. Pero, puesto que tengo dudas respecto a su [honestidad y capacidad judicial], he decidido no hacer el viaje a Amritsar. Lo cierto es que no considero que ninguno de ellos sean personas justas (si en el futuro Dios transforma su personalidad, será debido a Su Gracia), ni creo que posean conocimiento de las verdades del Corán, puesto que dicho entendimiento yace en el principio coránico:

8  [Arabe]   Teniendo esto en cuenta, ¿cómo podría aceptar su arbitraje?

En lugar de ello, si alguno de sus ulemas viniese a Qadian, con el propósito de buscar la verdad, les comunicaría mi mensaje en persona. En caso contrario, el trabajo de Dios continuará, pues no puede ser detenido por nadie. Ciertamente no tiene sentido ser juzgado por tu propio adversario.

No obstante, aprovecharé la oportunidad que el anuncio de Hafiz Sahib me ha proporcionado para transmitir mi mensaje a la gente de An-Nadwah. Hafiz Sahib debería saber que los relatos poco convincentes registrados en Qat’ul-Watin sobre los falsos reclamantes al profetázgo no pueden considerarse plausibles mientras no se haya demostrado que estos embusteros permanecieron inflexibles y persistentes en su reclamo y no se arrepintieron. Esto solo puede ser demostrado a través de fuentes históricas que pongan en evidencia que fallecieron en estado de falsedad, que sus oraciones funerarias no fueron dirigidas por un musulmán [al haberse decretado que estaban fuera del palio del Islam], y que no han sido enterrados en un cementerio musulmán. Además, debe existir algún libro o registro de sus falsedades que ellos consideraran ser las palabras de Dios, para que se pueda investigar si sus declaraciones fueron categóricas, y si reclamaron ser Profetas reales o un reflejo de ellos. Es decir, es necesario comprender correctamente como percibían sus revelaciones, y si afirmaban que sus revelaciones procedían de Dios de la misma manera que las revelaciones de los Profetas del pasado. Si fuese así, el versículo:9   [Arabe] también les sería aplicable. Al parecer Hafiz Sahib no es consciente del hecho de que la convicción y la certeza son intrínsecas al precepto contenido en este versículo.

Tal y como he mencionado en anteriores ocasiones, las palabras que yo digo proceden ciertamente de Dios, de la misma manera que el Sagrado Corán y la Torá provienen de Él. Soy un Profeta de Dios en el sentido Zilli y Buruzi 10. Todos los musulmanes están obligados a obedecerme en los asuntos de la religión y a aceptarme como el Mesías Prometido. Aquellos que han recibido mi mensaje, pero no me aceptan como su arbitro, o como el Mesías Prometido, y no creen en el origen divino de mi revelación, tendrán que rendir cuentas por ello en los cielos, incluso si son musulmanes, porque han rechazado aquello que debían haber aceptado en su debido momento.

No solo afirmo que si fuese un mentiroso hubiera sido destruido, sino que además digo, al igual que Davidas, Moisésas, Jesúsas y el Santo Profetasa que mi pretensión es verdadera, y que Dios ha dado testimonio a mi favor a través de más de 10.000 signos. El Sagrado Corán también ha testificado a mi favor, así como el Santo Profetasa. Los Profetas del pasado y el Sagrado Corán han determinado el momento de mi advenimiento, que es en esta misma época. Tanto los cielos como la tierra han sido testigos de mi veracidad, y no ha pasado ningún profeta que no haya testificado a mi favor. Diez mil es una estimación muy conservadora para los signos que acabo de mencionar. De hecho, juro por Dios, Quien posee mi propia alma que, si escribiera estos signos en un volumen, sus páginas acabarían, pero no los signos. Dios dice en Su escritura sagrada:

11 [Arabe]

Es decir: “Si es un mentiroso, perecerá ante vuestros ojos debido a sus mentiras. Pero si es veraz, algunos de vosotros seréis víctimas de sus profecías y abandonaréis esta existencia temporal ante sus ojos”. ¿Por qué no me ponéis a prueba e investigáis mi pretensión siguiendo el criterio del Libro de Dios? ¿Acaso no es cierto que los maulawis han removido cielo y tierra para destruirme? Se han desgastado tramando veredictos de apostasía en mi contra, y han utilizado tantas invectivas en sus anuncios contra mí, que la profanidad de su lenguaje ha superado incluso a la de los chiítas. No solo me han llevado a los tribunales una y otra vez, sino que incluso me han acusado [falsamente] de asesinato. Aquellos que se han sentido atraídos hacia mí han sido sometidos a una persecución tan intensa que, aparte de los ejemplos de tortura sufridos por los compañeros del Santo Profetasa, no hay otro caso similar de abuso y crueldad que el que han tenido que sufrir. Algunos de mis seguidores en tierras extranjeras han sido martirizados en sus países de origen.

¿Quién es capaz de negar los rotundos esfuerzos que se han perpetrado para aplastarme e impedir que la gente acuda a mí? Muchos de estos maulawis son culpables de innumerables prácticas vergonzosas. Han facilitado al gobierno información falsa concerniente a mí para incitarlo en contra mía. Pero, ¿cuál ha sido el resultado de todo esto? Solo mi éxito continuado. Cuando mis oponentes se alzaron para denunciarme como mentiroso e infiel, y profetizaron que pronto me destruirían, yo no tenía un gran número de seguidores. En aquel momento tenía a mi lado tan pocas personas, que podían contarse con los dedos de la mano. Ciertamente, cuando se estaba publicando Barahin-e-Ahmadiyyah, me hallaba completamente solo. ¿Quién puede demostrar que yo tuviera siquiera un solo seguidor? Fue entonces cuando Dios me bendijo con más de cincuenta revelaciones en las cuales me dijo que, a pesar de mi estado solitario, llegaría el día en el que se uniría a mí un mundo entero de seguidores, y obtendría tanta gloria que hasta los reyes buscarían bendiciones de mi ropa, puesto que Él me había bendecido. Santo es Dios, Él hace lo que desea. [Me dijo] que esparciría mi comunidad por todo el mundo, que les bendeciría, les aumentaría y les honraría en la tierra mientras permanecieran fieles a Su pacto. Pensad en el hecho de que yo estaba solo cuando publiqué estas profecías que he traducido arriba en Barahin-e- Ahmadiyyah. Fue entonces cuando Dios me enseñó la oración:12 [Arabe]

Es decir: “Señor mío, no me dejes solo, pues Tú eres el Mejor de los herederos.” Esta súplica divina también está registrada en Barahin-e-Ahmadiyyah, la cual se convirtió en testigo de mi anonimato en aquel momento. Sin embargo, hoy, a pesar de los continuados esfuerzos de mis oponentes, más de cien mil personas de todas partes se han unido a mi Comunidad. ¿Acaso no es un milagro que los maulawis y sus secuaces hayan fracasado en sus planes, a pesar de haber utilizado toda clase de engaños y conspiraciones para oponerse a mí y derrotarme? Si esto no es un milagro entonces que los maulawis ostentosos de Nadwah nos digan, por favor, que es lo que constituye un milagro.

Si no puedo hacer milagros, soy un mentiroso. Si la muerte del hijo de María no puede corroborarse mediante el Sagrado Corán, soy un mentiroso. Si el Hadiz del Mi’raj 13 no demuestra que el hijo de María se encuentra junto a las almas de los muertos, soy un mentiroso. Si el Sagrado Corán no ha dejado sumamente claro en Sura An-Nur que los sucesores de esta umma vendrán de la propia umma, soy un mentiroso. Si el Sagrado Corán no se refiere a mí como el hijo de María, soy un mentiroso.

¡Almas mortales! ¿Acaso no es un milagro que, a pesar de todos los esfuerzos de mis oponentes, las profecías registradas en Barahin-e-Ahmadiyyah hace unos veintidós años se hayan cumplido? Nadie puede demostrar que hubiera siquiera una sola persona que estuviese a mi lado. Pero hoy, si todos mis seguidores se juntaran y se instalaran en un mismo lugar, estoy seguro que esa población sería más grande que Amritsar.

Además, esta profecía no se hubiese cumplido tan magníficamente como lo ha hecho, de no ser por la oposición feroz de los maulawis. No solo he sido exonerado a la luz del versículo: 14 [Arabe]

Sino que mi verdad también ha sido corroborada por el cumplimiento de las profecías publicadas en Barahin-e- Ahmadiyyah hace veintidós años y gracias a la forma en la que miles de personas benditas y capaces se me han unido desde entonces.

Dirijamos nuestra atención a la segunda parte del versículo antes mencionado, que dice:15 [Arabe]

Estas palabras se han cumplido de manera brillante. Dios habló conmigo y me dijo: [Arabe]

Es decir, “quienquiera que te injurie solo morirá tras presenciar su propia humillación.” Estos maulawis deberían preguntarse si no se han visto ya humillados, por la Voluntad de Dios, a causa de su hostilidad hacia mí. ¿Quién de aquellos que me han injuriado puede negar que la profecía coránica:16 [Arabe]

se ha cumplido en mi favor? Al utilizar la palabra: [algunos], el Sagrado Corán ha demostrado que el ejemplo de algunos es suficiente para establecer la veracidad de las advertencias proféticas. En este caso en concreto no hay escasez de ejemplos. ¿Acaso no es suficiente para mis oponentes la desgracia de la muerte de Ghulam Dastagir poco después de maldecirme en su libro Fathi-Rahmani  (p.27) y pedir a Dios que maldijera al mentiroso de entre nosotros dos?17

Muhammad Hasan Bhin escribió: 18 [Arabe]

refiriéndose a mí en su libro, pero murió incluso antes de poder terminarlo. Pir Mehr Ali Shah invocó la misma maldición sobre mí. Poco después, le acusaron de plagio porque robó el trabajo de Muhammad Hasan tras su muerte y, falsamente se lo atribuyó a sí mismo.19 Lo falseó y tituló el libro: Saif-e-Chishtia’i.

Además, la crítica que Muhammad Hasan hizo de mi libro I’jazul-Masih también era fallida. Tenía pendiente revisar su texto cuando murió. Pero Mehr Ali, que carece del conocimiento del árabe, aceptó sus argumentos de forma ciega como si fueran verdades textuales. ¡Que calamitoso fue para él que su gran latrocinio quedase al descubierto! A pesar de profesar ser el sucesor de un santo, mintió deliberadamente, e hizo pasar como propio un libro que contenía errores tan flagrantes que rayaba en lo ofensivo. ¿Es más furibundo el castigo del infierno que esta humillación y vergüenza?20

Para conseguir mi arrepentimiento, no es suficiente que Hafiz Sahib publique un folleto escrito por un reclamante falso del pasado que anuncia categóricamente que las revelaciones recogidas en el mismo son tan ciertas y categóricas como los versículos del Sagrado Corán, de la misma forma que yo lo afirmo respecto de mis revelaciones. Hafiz Sahib también tendrá que mostrar que el autor de la obra falleció antes de darse cuenta del error de su proceder, que no fue enterrado en un cementerio musulmán y que no fue castigado por el Altísimo. Aquí debo decir que Hafiz Sahib no podrá ser capaz, bajo ninguna circunstancia, de proporcionar estas pruebas. ¿Cómo puede un falso reclamante al profetázgo parecerse a mí? Yo he recibido el apoyo de numerosos milagros. Sabed que si Hafiz Sahib intentara demostrar que los falsos pretendientes del pasado publicaron sus revelaciones durante un periodo de 23 años, y juraran en el nombre de Dios que sus revelaciones eran auténticas y de origen divino -de igual forma que yo lo he hecho- ciertamente su búsqueda se vería frustrada. Incluso si, hasta su último suspiro, dedicara su vida a esta búsqueda y encargara a otro Abu Ishaq Muhammad Din escribir mil Qat’ul-Watins, aun así, seguiría frustrado. Como he mencionado repetidamente en mis libros anteriores, si soy un mentiroso, que la maldición de Dios caiga sobre mí. Es lamentable que me comparen con tales mentirosos. Tengo evidencia irrefutable de mi verdad en forma de miles de milagros que se han manifestado y que han sido presenciados por miles de personas. El Sagrado Corán también es mi testigo. Por tanto, ¿acaso no tengo derecho a exigir algún tipo de prueba a Hafiz Sahib en relación con estos falsos demandantes? ¿A favor de quien se cumplió el Hadiz de Dar-e-Qutni en relación con los eclipses? ¿Para quién estalló la peste de acuerdo con [la profecía escrita en] las tradiciones auténticas? ¿Para quién apareció el cometa? ¿Para quién se manifestó el signo de Lekhram y muchos otros? Si los Nadwatul-Ulema desean vivir de acuerdo con el grandioso nombre que han elegido para sí mismos, y ansían la verdad, independientemente de si Hafiz Sahib la desea o no para él mismo, deberían al menos pedirle que demuestre, bajo juramento, que el periodo de revelación de los falsos reclamantes al profetázgo del pasado fue el mismo periodo de tiempo que la revelación completa del Sagrado Corán, es decir, 23 años. Además, deberían pedirle que demuestre que dichos reclamantes juraron que eran Profetas, y que sus revelaciones eran tan indudables como los versículos del Sagrado Corán. También debería proporcionar evidencias de que tales personas fueron consideradas apóstatas por los ulemas de su época. Si no, ¿por qué no? ¿Acaso los ulemas fueron tan injustos y corruptos que mostraron tal negligencia en los asuntos de la religión? También le deberían pedir que presente evidencias que demuestren dónde fueron enterrados estos falsos reclamantes, es decir, si fueron enterrados en un cementerio musulmán o uno no musulmán, y si fueron ejecutados bajo la ley islámica21, o si tuvieron una vida de paz y tranquilidad. Tras exigir estas pruebas a Hafiz Sahib, un grupo elegido de ulemas de An-Nadwah debería venir a Qadian para realizar una investigación, y exigirme pruebas de mis milagros y de la evidencia que existe en los versículos del Sagrado Corán y en los Hadices en apoyo de mi veracidad. Si la evidencia que yo les presente no concordase con las tradiciones y prácticas de los Profetas del pasado, aceptaré que quemen todos mis libros. Pero el hecho es que solo los hombres de Dios son capaces de recorrer tales distancias [en su búsqueda por la verdad]. ¿Por qué los ulemas de Nadwah deberían molestarse de esta manera? ¿Por qué deberían temer a Dios cuando no sienten ansiedad alguna por la vida futura?

Los ulemas de Nadawah, todos y cada uno de ellos, deben tener presente que no permanecerán en este mundo para siempre. La muerte les espera a todos. Dios les observa desde los cielos mientras se entretienen en las frivolidades que denominan Islam; pero Él es bien conocedor de su falso concepto del Islam. Se deleitan en las apariencias e ignoran completamente las profundidades sublimes [de la fe]. Esto no es servir al Islam, más bien le están haciendo un flaco favor. Si tuvieran ojos, verían el gran pecado que se está cometiendo en el mundo, ya que el Mesías enviado por Dios ha sido rechazado. Todas las personas se darán cuenta de ello cuando fallezcan. Y, aun así, Hafiz Sahib trata de intimidarme sugiriendo que si no voy a Amritsar todo el mundo considerará mi pretensión como falsa.

¡Hafiz Sahib! ¿Quién gobierna este mundo: ¿Dios o tú? Ya me has acusado de mentiroso; ¿de qué más me acusarás?

¿Qué importancia tiene para mí tu mundo o tú? Dios tiene poder sobre cada alma. ¡Desafortunado Hafiz! ¿Qué sabrás tú del apoyo que Dios me concede? Si aquellos que están recelosos de mí trataran, hasta su último aliento, de frenar mi progreso, o conseguirían detenerme. Mi éxito procede de Dios y refleja el cumplimiento de Sus promesas. No está bajo el control de ningún ser humano. Dios ha llenado los pueblos y las ciudades de la India y del Punyab con miembros de mi comunidad. En unos pocos años, más de 100.000 personas me han jurado su lealtad.

¿Aún no te has percatado de a quien están apoyando los Cielos?

Según mi estimación, cerca de diez mil personas se me han unido solo gracias [al signo] de la plaga, y creo que en unos pocos años la tierra estará llena de mis seguidores.

¡Hafiz Sahib! ¿Acaso no fuiste tú quien me dijo en una ocasión que Maulawi Abdul’lah Sahib Ghaznawi solía decir que una luz [espiritual] había descendido sobre Qadian, pero que sus hijos no habían sido capaces de verla? Que desafortunado eres entristeciendo el alma en paz de Abdul’lah Sahib. ¿Era preciso que actuases en contra de sus deseos? ¿Acaso no es Muhammad Ya’qub tu hermano? ¿No hubiese sido más prudente consultarle? Durante casi diez años ha proclamado que Maulawi Abdul’lah Sahib Ghaznawi le dijo que una luz apareció en Qadian y que esa luz era Ghulam Ahmad. Me ha dicho que apoya mi testimonio y tengo sus cartas disponibles. Te declaras a ti mismo como Hafiz y, sin embargo, no pones tu confianza en Dios, el verdadero Hafiz [Protector]. Por temor a tu propia gente, recurres a mentiras y falsedades. En ocasiones pienso en las visiones y revelaciones que Abdul’lah Sahib recibió, y en el hecho de que han quedado enterradas con él desde hace tiempo. Incluso tú, su eminente sucesor, no les das ningún valor.

22 [Arabe]

Mirza Ghulam Ahmad de Qadian

4 de octubre de 1902

UNA RAZÓN PARA QUE SE REGOCIJEN TODOS LOS MUSULMANES Y AQUELLOS QUE BUSCAN LA VERDAD

La creencia en la vida supranatural de Jesús, su ascensión física a los Cielos, y la idea de que su espíritu convivió con las almas de los Profetas del pasado que ya entraron en el Paraíso, contradice directamente la enseñanza del Corán, y son una falacia y una mancha para el Islam. [La persistencia de estas doctrinas] supone que, durante demasiado tiempo, los musulmanes monoteístas han estado en deuda simbólica con los idólatras de Occidente. La consecuencia de aceptar estas doctrinas es que los musulmanes ignorantes han consentido que su deuda se incremente con interés. En la India, cientos de miles de ellos ya han abandonado el Islam y han sido atrapados por las garras del cristianismo. Aparentemente, no tienen capacidad para saldar esta deuda. Los cristianos [se burlan desde hace tiempo de los musulmanes] diciendo que su Señor Jesucristo manifestó su poder divino ascendiendo a los cielos con su cuerpo físico, mientras que el Santo Profetasa del Islam no fue siquiera capaz de volar hasta Medina, y se vio obligado a esconderse durante tres días en la cueva de Thaur, antes de alcanzar su destino con gran dificultad. Desde ese momento, solo pudo vivir durante unos diez años, antes de que la muerte y la tumba le reclamaran. Ahora yace [para siempre] enterrado en la tierra. Sin embargo, Jesucristo está vivo en los Cielos, y vivirá durante toda la eternidad. Será él quien vuelva a la tierra y restablezca la justicia en el mundo. Todos aquellos que no le acepten como Dios, serán atrapados y arrojados al fuego del infierno.

La situación parecía desesperada y los musulmanes apenas eran capaces de responder a estas mofas. Se les avergonzaba y humillaba continuamente. Pero hoy ha quedado expuesta la [falsedad] de la divinidad de Jesucristo, y ha sido destruido el mito de su ascensión. En primer lugar, porque se han descubierto numerosos textos médicos antiguos escritos por los romanos, griegos, zoroastras y cristianos, que fueron más tarde traducidos por los musulmanes, y que contienen la fórmula del ungüento de Jesús. Según se informa, este ungüento se preparó para tratar las heridas de su crucifixión. Además, se ha descubierto la tumba de Jesúsas en Cachemira. Asimismo, han salido a la luz un número de textos árabes, algunos de más de 1.000 años de antigüedad, que proporcionan evidencia de la muerte de Jesús y de su enterramiento en Cachemira. Además, según las últimas noticias que he recibido en relación con esto, hay un motivo de júbilo para todos los musulmanes. Me estoy refiriendo al descubrimiento en Jerusalén de un documento antiguo en hebreo que contiene la firma de Pedro, el discípulo de Jesús (ya he reproducido su contenido en mi libro El Arca de Noe). Este documento contiene evidencias de que Jesús murió en esta nuestra tierra casi cincuenta años después de ser colgado de la cruz.

Una compañía cristiana ha adquirido este documento por un precio de 250.000 rupias y se ha verificado que su autor es Pedro. Sería una ingenuidad aferrarse a la idea de que Jesús aún sigue con vida ante una evidencia tan clara y abrumadora. No podemos negar los hechos.

¡Musulmanes! Os felicito, puesto que hoy es un día triunfal. Abandonad vuestras falsas creencias y moldead vuestra fe conforme al Sagrado Corán.

Permitidme reiterar que este testimonio definitivo pertenece al discípulo más cercano a Jesús. En este documento se identifica como Pedro, un siervo del hijo de María. Dice que su edad es de 90 años y lo escribe tres años después de la muerte de Jesús. Históricamente, se acepta que Jesús y Pedro tenían una edad similar y que, en el momento de la crucifixión, Jesús tenía aproximadamente 33 años, y que Pedro tenía entre 30 y 40 años. Estos dos hechos son aceptados por eruditos cristianos reconocidos (ver Diccionario Bíblico de Smith, vol. 3, p. 2446, 23  Historia del Nuevo Testamento, y otros trabajos históricos relacionados). Varios notables expertos del cristianismo han examinado esta carta y la han declarado auténtica. Este descubrimiento ha producido mucha alegría. Como ya he mencionado, la carta es tan valiosa que los herederos del hombre santo, a quien pertenecía la biblioteca donde se encontró, recibieron una gran cantidad de dinero por ella.

Además, en mi opinión, la autenticidad de esta carta queda también respaldada por el hecho de que procedía de la biblioteca de un católico romano que no solo creía en la divinidad de Cristo, sino también en la de María. La

había guardado solo como reliquia antigua. Desconocía su valor real porque está escrita en hebreo antiguo y utiliza términos arcaicos. Esto también es evidencia [de la autenticidad del documento]. Además del testimonio presente en la carta de Pedro, [ya conocemos] que existían algunas sectas entre los primeros cristianos que creían que Jesús fue bajado de la cruz en un estado inconsciente que asemejaba a la muerte, y que fue llevado al sepulcro, donde fue curado de sus heridas durante tres días. Después emigró a otra tierra donde vivió muchos años. Los detalles de estas creencias pueden encontrarse en algunos libros europeos. Entre ellos se encuentran: La nueva vida de Jesús por Strauss, La duda moderna y la creencia cristiana, y La religión supernatural. He citado extractos de estas obras en Tuhfah-e-Golarhwiyyah.

Mirza Ghulam Ahmad de Qadian

6 de octubre de 1902

  1. En el nombre de Al’lah el Clemente, el Le alabamos e invocamos Sus bendiciones sobre Su noble Mensajerosa. [Editor]
  2. [El versículo dice] Y si Nos hubiese atribuido falsamente siquiera una afirmación insignificante, ciertamente lo habríamos atrapado por la mano derecha, – Al-Haqqah, 69:45- 46 [Editor]
  3. Si fuese un mentiroso, que caiga sobre él el pecado de su mentira; – Al-Mu’min, 40:29 [Editor]
  4. En verdad quien inventa una mentira perecerá. – Ta Ha, 20:62
  5. En verdad, quienes forjan mentiras contra Al-lah no prosperarán. – An-Nahl, 16:117
  6. Los transgresores la cambiaron por una palabra contraria a la que se les había Por tanto, enviamos desde los cielos un castigo a los injustos, – Al Baqarah, 2:60
  7. Según opina Hafiz Sahib, Dios apoya a los falsos demandantes hasta el punto de que, a pesar de todo el esfuerzo que realizan sus oponentes, continúan viviendo lo suficiente como para establecer su religión. Si se acepta esta premisa, entonces no existiría ningún medio justo ni imprescindible para verificar la afirmación de los Profetas, y la distinción entre la verdad y la falsedad quedaría nublada por la incertidumbre. Así, resulta claro, por tanto, que bendecir a un profeta con una larga vida, y ayudarle a sembrar las semillas de su religión en la tierra, a pesar de los muchos intentos malintencionados e intrigas de sus oponentes, es un milagro que solo Dios concede a Sus verdaderos y perfectos Mensajeros. Pero si tuviéramos que asumir que Su favor también alcanza a los falsos demandantes, entonces estos milagros perderían su legitimidad, y no se podría distinguir a un verdadero Profeta. ¡Increíble! Hafiz Sahib ha intentado destruir los fundamentos del Islam de un solo golpe ¿Es esto lo que significa ser un Hafiz?[Autor]
  8. Que nadie tocará excepto los que estén –Al- Waqi’ah, 56:80 [Editor]
  9. Al-Haqqah, 69:45-46. [ver página 10] [Editor]
  10. Las palabras Zilli y Buruzi significan que el Mesías Prometidoas no fue un profeta por derecho propio, sino que consiguió el manto del profetázgo sumergiéndose completamente en la persona del Santo Profetasa. De esta manera se convirtió en un reflejo de la luz espiritual del [Editor]
  11. Al-Mu’min, 40:29 [Editor]
  12. Al-Anbiya’, 21:90 [Editor]
  13. El ascenso o viaje nocturno que realizó el Santo Profetasa a los cielos. [Editor]
  14. Si fuese un mentiroso, que caiga sobre él el pecado de su mentira. – Al-Mu’min, 40:29 [Editor]
  15. Pero si es veraz, algo de aquello con lo que os ha amenazado caerá ciertamente sobre vosotros. – Al-Mu’min, 40:29 [Editor]
  16. Ibidem
  17. Reflexionad, ¿acaso no es un milagro que el mismo maulawi que obtuvo edictos de apostasía contra mí de los imprudentes maulawis de la Meca, fuera víctima del Mubahalah? [autor]
  18. Que la maldición de Al’lah caiga sobre los mentirosos. [Editor]
  19. Aceptando la crítica realizada por Muhammad Hasan, Mehr Ali me acusó absurdamente de copiar proverbios y refranes de otras obras como Muqamat-e-Hariri. Ciertamente, los reproduje en mi libro, pero en forma de citas o extractos que no superaban las dos o tres líneas. Según la opinión de este hombre anodino esto es una evidencia de plagio. Pero la profecía:[Arabe] * se cernió sobre él, y, en su lugar, fue declarado culpable de robar un libro Mintió, puso su fe en una crítica falsa, y no se percató de que carecía de mérito alguno. Por tanto, fue culpable de tres grandes pecados. ¿Acaso esto no es un milagro? [Autor] * Quienquiera que te injurie, solo morirá tras presenciar su propia humillación. [Editor]
  20. Actualmente, estoy escribiendo un libro detallado, Nuzulul-Masih, que comenta el tema del plagio de Mehr Ali, su aceptación ignorante de las críticas falsas, su afirmación errónea de que el Hijo de María sigue aún con vida, y muchos otros asuntos que son resultado de la ignorancia y de la falta de entendimiento. Ya se han publicado once secciones del libro. Pronto, el edificio vacío de su escuela de pensamiento particular se colapsará a su alrededor, y la nube de polvo y ceniza emergente provocará dolor a sus ojos, y será la fuente de su miseria. [Autor]
  21. En relación con los falsos pretendientes en los estados islámicos, no sería suficiente para Hafiz Sahib demostrar que no fueron enterrados en cementerios musulmanes, o que sus oraciones funerarias no fueron realizadas por otros musulmanes, sino que [también debería demostrar a los Nadwatul-Ulema] que, puesto que estos reclamantes eran apóstatas, fueron consecuentemente asesinados [ya que tanto Hafiz Sahib como los Nadwatul-Ulema creen que el castigo para la apostasía es la muerte]. No obstante, si proporcionara pruebas de ello, acabaría contradiciendo su propia afirmación. [Autor]
  22. La paz sea con aquellos que siguen la guía. [Editor]
  23. El título de este libro no se puede identificar claramente probablemente debido a un error de imprenta en la primera edición en urdu. [Editor]

GLOSARIO

Fayar.- La hora del Fayar, u oración [salat] matutina comienza con el amanecer y acaba antes de la salida del Sol.

Hadiz.- Expresión o relato del Santo Profeta Muhammadsa. El plural es Hadices (en árabe Ahadiz).

Hazrat.- Término de respeto utilizado para mostrar honor y reverencia por una persona de establecida piedad. Su significado literal es: Su Santidad, Eminencia, Venerado etc. También se utiliza para Dios en su sentido superlativo.

Hall.- Peregrinaje a la Casa de Al’lah en La Meca, Arabia; también se refiere al quinto pilar del Islam.

Santo Profetasa.- Título usado exclusivamente para el fundador del Islam, Hazrat Muhammadsa.

Sagrado Corán.- La escritura perfecta y completa revelada por Al’lah para la guía de la humanidad hasta el final de los tiempos. Fue revelado, palabra por palabra, al Santo Profeta Muhammadsa durante un periodo de veintitrés años.

Imam Mahdi.- Título que significa “el líder guiado”, otorgado al Reformador de los Últimos Días, anunciado por el Santo Profeta Muhammadsa; ver también la página “Sobre el Autor”.

Jalifa.- Jalifa proviene de la palabra árabe Jalifa, que significa “sucesor”. En terminología islámica, la palabra “Jalifa rectamente guiado” se utiliza para uno de los cuatro Jalifas que continuaron la misión de Hazrat Muhammadsa, el Santo Profeta del Islam. Los musulmanes áhmadis denominan a un sucesor del Mesías Prometidoas como Jalifatul-Masih.

Jalifatul-Masih.- Ver Jalifa.

Jatamul-Anbiyá.- El Sello de los Profetas, un título otorgado al Santo Profetasa en el Sagrado Corán.

Jalifato.- El significado literal de la palabra es “sistema de sucesión.”

Mághrib.- La hora de la puesta de sol. También se utiliza este término para la oración (salat) que se ofrece tras la puesta de sol.

Mahdi.- Literalmente significa “Guiado”. Ver Imam Mahdi.

Maulavi.- Un musulmán docto de la religión islámica.

Muhammadsa.- El Fundador del Islam. Ver Santo Profetasa.

Mesías Prometidoas.- Título otorgado al Reformador Prometido que había de aparecer durante los Últimos días tal como fue profetizado por el Santo Profeta Muhammadsa; ver también la página “Sobre el Autor”.

Rakaat.- Una unidad de la adoración formal prescrita en el Islam. Su plural es Rakaát.

Sahib.- Un título de respeto similar a los términos españoles de Señor, Honorable y Reverendo.

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